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Jorge Núñez: “La Universidad tiene una planta piloto de cerveza que está en proceso”
En septiembre comenzaron a cursar en la modalidad virtual, lxs primerxs estudiantes del Diploma en Elaboración de Cerveza de la UNQ. En diálogo con Aula 67, Jorge Núñez – Coordinador del Diploma – nos cuenta cómo surgió el proyecto, sus objetivos y fortalezas en el marco del COVID-19.
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:: Por Florencia Pimazzoni, Karen Parodi y Diego Rey
El 10 de agosto, la UNQ lanzó su primera convocatoria para la Diplomatura en Elaboración de Cerveza, apostando así a innovar en uno de los sectores productivos que más ha crecido en los últimos tiempos. Con 200hs de carga horaria total divididas en 6 módulos, el proyecto fue pensado inicialmente para ser desarrollado de forma virtual, con la posibilidad de que se realicen 20hs de prácticas en la Universidad. Sin embargo, el contexto obligó a reformular algunas cuestiones.
¿De qué se trata el Diploma en Elaboración de Cerveza?
El Diploma es un poco una respuesta a ciertas demandas que hay en el territorio ante un “boom” de la cerveza artesanal que se experimentó en el último tiempo. Esa industria incipiente, más ligada a lo artesanal o al mundo de las Pymes, necesariamente tiene que pasar por un proceso de capacitación. Siempre la Universidad, en sus distintos ámbitos, trata de tender una mano al sector productivo.
¿Qué objetivos persigue este Diploma?
Uno de los objetivos que persigue es tender un puente entre el ámbito productivo y el académico, brindar herramientas para que los y las estudiantes del Diploma puedan experimentar, capacitarse y mejorar todos los procesos ligados a la cerveza artesanal. Otro de los objetivos es que la Universidad empiece a pensar en este sector en particular para brindar nuevas soluciones, no sólo desde el proceso productivo, sino también desde el punto de vista del reciclado.
Cocción virtual realizada con el objetivo de promover la parte práctica del curso. Fuente: Jorge Núñez, Coordinador del proyecto.
¿Qué puntos consideraron fundamentales cuando armaron el programa?
Uno de los puntos fue hacer una investigación del sector productivo, saber cuántas cervecerías había. Por otro lado, este Diploma no sólo dice buscar un vínculo entre lo productivo y lo académico, sino que también lo lleva a la práctica, en el sentido de que cada una de las seis materias tiene duplas pedagógicas, conformadas siempre por una persona que viene del ámbito productivo y por otra que viene del ámbito académico.
¿Qué contribuciones crees que hace este Diploma a la formación?
La contribución es que es un trabajo en conjunto. Ahí podemos ver a quienes recién están arrancando y a quienes tienen un poco más de experiencia, y esa conjunción que se da en las clases, con este diálogo permanente, me parece que es la principal contribución. La idea es mejorar los procesos y la calidad de las cervezas, experimentar nuevos sabores.
En la Web se indica que es una cursada teórico-práctica, ¿de qué forma se abordaría la parte práctica teniendo en cuenta el contexto? ¿y qué medidas tomaron para adaptarse a este nuevo formato?
En este contexto de virtualidad tratamos de llevar de la mejor manera las prácticas, encontrándonos con que ese mismo espacio nos posibilita nuevas herramientas. El lenguaje audiovisual nos está ayudando a llevar algunas prácticas, a montar videos, y que los y las estudiantes nos los manden. Últimamente desarrollamos unas cocciones mediante un vivo los domingos, por ejemplo. Obviamente nos encantaría estar en la presencialidad, teniendo en cuenta que hoy la Universidad cuenta con una planta piloto de cerveza, pero eso no quita que innovemos y que seamos más creativos y creativas, transitando este camino de forma favorable.
¿En qué se diferencia de otras capacitaciones que se ofrecen en el mercado?
Primero, la certificación de la Universidad, que no es poca cosa porque es un proceso bastante largo. También hay un valor diferencial que tiene que ver con el monto. La Universidad no va tras un lucro, sino que busca ser un partícipe más de un medio productivo.
¿Qué repercusión tuvo el Diploma?
Nos tocó en un período de aislamiento y no veíamos un horizonte favorable. Pero a pesar de todo nuestro pesimismo, la repercusión fue muy buena, superamos las suscripciones, y todas las devoluciones de los inscriptos e inscriptas que venimos teniendo en las dos materias iniciales son positivas. Estamos muy contentos.
¿Por qué crees que en estos últimos años creció tanto la demanda de cerveza artesanal en comparación con la Industrial?
A mí me parece que la cerveza artesanal lo que busca es volver justamente a lo artesanal, no ir atado a tantas cosas que están industrializadas. Es implementar cosas nuevas a partir de recetas que son habituales. Volver a la cerveza artesanal es tratar de tener cierta identidad, trabajarla, capacitarse, mejorar el proceso. Intentando Filosofar diría que entrando en lo artesanal pensaría más en el medio ambiente, tenerlo en cuenta como una fidelización, ir mejorando. Más allá del ‘’boom’’ creo que va a quedar este gusto de tomar una cerveza artesanal, sabiendo que hay una experiencia distinta a tomarse una industrial.
¿En qué formato esperan que continúe esta capacitación al finalizar la pandemia?
Ojalá podamos ver esto en formato semi-presencial. Nosotros en paralelo estamos tratando de fortalecer lo que es la planta de la Universidad. Entonces queremos que esa planta sea cada vez más grande, que tenga más insumos, más posibilidades. Obviamente que lo académico vaya complejizándose, que del Diploma pasemos a ser carrera de grado, por ejemplo. Lo académico con lo práctico en la planta, ese es el desafío en un futuro mediato.