Local - Artístico - Independiente Mayo 2020 - El Chaltén Santa Cruz - Número 52 EDITORIAL
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uchos de nosotros hacemos las cosas que hacemos por razones egoístas. El reconocimiento de los otros es necesario para alimentar nuestro ego y cuanto más pequeño el ego, más alimento necesita. Cuando este posee un tamaño ideal, no come de más. A primera vista, la obra de Mark Rothko pareciera ser de un artista abstracto más. Pero, habiendo nacido en Rusia y refugiándose en los Estados Unidos debido a su ascendencia judía; este artista tuvo siempre como objetivo provocar algo en el espectador. A diferencia de generar una obra que fuera admirada desde el afuera, las megaobras de Rothko hacen que quien las mire se sienta adentro de ellas. Se dice que uno no puede criticar a este artista sin haber visto una obra de él en vivo (no en fotografías), en un ambiente tranquilo y en silencio. Aseguran que tras mirar un buen rato, algo se mueve dentro de uno. En algunos es angustia, en otros felicidad, etc. Pero sin importar qué sensación sea, existe. Me gusta pensar que este artista hace su arte para ser vivida. No es meramente decorativo, ni siquiera utilitario. Mark entendía que el arte debe ser experimentado y que esto provoca algo en nosotros. Muchas veces he escuchado discusiones sobre que si los objetos deben o no ser útiles, hasta escuché adjetivos como “lindo, pero no sirve para nada”. El sentido que da el uso lo vemos también en la naturaleza, en las personas. Los ciudadanos servimos a la sociedad si hacemos algo, si somos productivos. Prefiero pensar en la utilidad de la nada, que termina siendo el todo. Para algunos será inútil, pero lo entiendo a Rothko y sí creo que pararse frente a una de sus obras pueda provocar esa sensación que causa mirar un atardecer o una montaña. Dando lugar a lo útil, nos olvidamos de la belleza que nos rodea y por eso nuestro único alimento es el paisaje. Al rodearnos de arte, podemos dar lugar a emociones que no entendemos y de esa manera, evolucionar hacia lo desconocido.
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LIVRE - Mayo 2020 - El Chaltén Santa Cruz - Número 52
E ne mi g o í nti mo
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oda m i inf ancia es t uvo i nundada de fi l mogr afí a hol l ywoodens e. Las pel í cul as de acci ón, que cas i s iem pre pas aban por tel evis i ón un sábado a la tar de, t ení an m ás o menos l a mi sm a t r ama. Fr ente a una am enaza que podí a s er ext er na o int er na, apar ecía la fi gur a del héroe que s alvaba el dí a. El hér oe podía ser un s oldado, un ex s ol dado, un pol i cí a, un ex pol icí a, etc. E ra al guien que es taba prepar ado par a s u t area y er a un ci udadano es t adounidens e, caucás ico y hom bre. El paradi gma que ponder a al géner o mas culi no como el s alvador no s olo s e ve r epet ido en es t e t i po de l argom etr aj es , s ino en li br os de his t or ia, r el at os , cuentos , etc. En un afán, cr eo, de no s olo decir que l os hombr es s on s uper i ores a l as muj er es , si no en at or ar nues tr os cer ebros de una de las gr andes f alacias : que l as muj eres neces it amos a l os hombr es, no podemos vi vir s in el los . De ahí nacen var ios j uici os soci ales , como el t il de a la t ía de “s olt erona”, por ej empl o, vert iendo una ti nt a de negati vi dad a su si t uaci ón, obl i gándol a a vi vir con s us padr es para as í ayudar a ot ros hom bres ( padr e, her manos , et c) como cas ti go divi no por no haber cons egui do s u pr opi o hombr e. E sa m uj er nunca mer eció el pr i vil egio de la duda, de que por ahí quer ía es t ar sol a. Los rom anos las condenaban a habit ar f uer a de la ciudad, a s er pr os t it utas o ador adoras de Di onis i o en el mont e Vesubi o. Dur ante el M edioevo y con el avasal lam ient o de l a igl es ia catól i ca, m uchas de el las eran quem adas por bruj as . Y en l as s ociedades m odernas eran condenadas s ocial ment e a una vida f uera del s i s tem a. C omo s ea, es t as m ujer es que en real idad demos t raban con s us vi das que no necesi t aban a l os hom bres más al lá de lo que la m is m a s oci edad l es i mponí a, t ení an que s er vis t as com o enem igas . Ni nguna pel ícul a l as m os tr aba com o her oí nas , nunca. Recién hoy empi ezan a apar ecer al gunas his t ori as de es te t ipo, per o t odavíagener alm ent e, para poder s al var s us vidas , el m undo o a qui enes t i enen al l ado, deben m as cul i nizar se en sus acci ones , per o envest idas de una s exual idad ext r ema. Has ta hoy, a mi entender, no apar eci ó la heroí na que no cum pla con l a nor m a exi s tent e: ser boni ta, f l aca, s exy.
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La segunda idea que es t uvier on m eti éndonos en l a cabeza fue l a s uprem ací a blanca. Dur ant e años vi mos cómo en l as hi s t or i as que nos cont aban por l a pant all a gr ande, el héroe no er a negr o, l ati no, ár abe u or i ental . E n pr i nci pi o por que s e est ablece l a cr eencia de que l a r aza bl anca y pur a par ecier a s er la que va a s al var al m undo. S on qui enes pueden pens ar más clar amente f rent e a cual quier s it uación de pel igr o. ¿O acas o muchas veces no veíam os como el ami go af r oamer icano del héroe caucás i co com etí a una canti dad enor me de er r ores que poní an en pel igr o s u vida y la de los dem ás ? A veces su act i tud “boba” er a t omada como chi s tos a y ot r as lo conver t ía dir ectam ent e en el enemi go por el im inar. Muchas veces aún hoy, s i t enemos un hér oe de al guna r aza no bl anca, es r i dicul izado u obli gado a uti l izar s us habi li dades hegemóni cas , como por ejem plo el héroe or i ent al sabe s iem pre de ar tes mar ci ales . Pero l a vi si bi li zaci ón de l os no caucási cos como enem i gos es cas i una nor ma. Los ter ror i s tas s on ár abes , los nar cos lat inos , los negr os vi ol entos y t ontos , y l os or i ent al es pueden ser maf ios os s er vici ales y débi les .
IMAGEN: Promoción película Wonder Woman
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De chica con mi papá mi rábamos muchas pel ículas de cine cat ás tr of e, nos encantaban. A lguna amenaza natur al, ext r ater res t re o hum ana er a s oluci onada por un paí s : Es t ados Uni dos . De la mi s ma m aner a que con la m ascul i nidad, s e i nst aur aba l a idea de que ante cual quier peli gr o tení am os un sal vador. Es t e concept o s e repi te const ant ement e en var ias for mas y por es o es t e paí s s e auto i ns t aur a como el héroe. Se cr ean organi s mos que dicen pres er var al m undo y s e los di funden en t oda la producci ón de Hol lyw ood. La ON U, la OE A, et c. Entonces si un paí s t iene un di ct ador o neces i t a de un gol pe de es tado, ahí es t án los gr ingos par a s al var el dí a. J unt o con l a i dea del “s ueño amer icano”, en la cual par eci era no exi st ir otr o país en el mundo apto par a vi vir de la maner a es t abl ecida por el capi tal is m o. U no puede pr os per ar, es deci r : tener pr opi edades , aut os , ropa de dis eñador, etc. Por que ahí es t á l a f el i ci dad. Ahor a, t odo es t e mer chandi s ing del ci ne t uvo s u ef ect o no s olo en qui enes m ir ábamos desde m il es de ki lóm etr os de dis t anci a, s i no que tam bién el propi o ci udadano nort eamer icano s e com ió el ver so de s upr emacía. E l ot r o día m ir aba una ser ie en l a que habl aban de ar ti s tas que no habían t ri unf ado en s u pr im er int ento y el ej empl o que ponen es subl i me. Par a la prot agonis t a, l a cant ant e A lani s M or is s ett e no t r iunf ó des de s us com i enzos no por que no haya s i do r econocida; ya que l a art i st a es pr emi ada des de s us com i enzos a los di eci nueve años . Si no porque es e reconocim i ent o había s i do en s u país nat al: Canadá. El éxit o r eal de l a cant ant e es t aba dado des de que había l legado a Es t ados U nidos . Y es te concepto s e r epi te de t al m anera que fr ente a cual qui er i ncongr uencia entr e el model o que les venden a la real idad que viven es def endida des de una pr otes t a que enuncia: es t o no puede pas ar nos, es to es A mér ica. Adueñándos e de un cont inent e ent ero, el habi t ante de es ta potenci a mundi al, de es te paí s del pri mer mundo, s ufr e cons t ant ement e por t odos l ados al s is t ema que defi ende. Cr eo que las pr ot est as de es tos dí as f rent e a la m uert e di s cr i mi nada de pers onas de as cendenci a af roam eri cana mues t ran al mundo l a ment ir a del s ueño amer icano, per o a la vez com o t oda es ta mal a educación que r eci bi mos por m edio de pel ícul as y s er ies hace de l a s ociedad nor t eam eri cana l o que hoy es . Una de l as que manej ó la pandemi a de l a peor maner a, en donde el hér oe no exi s te y en donde l os ci udadanos est adouni dens es, caucás icos y hom bres s on en r eal idad el m ayor enemi go que pueden t ener. C omo decía una pancart a por ahí: El s is t ema no l e puede f all ar a quienes nunca fue di s eñado para pr ot eger.
FOTO: anónima
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L o s a rti s ta s e ter ni za n
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os art i s tas eter ni zan. Al gunos t rat an de que l as fr ut as queden pl as madas en un papel ant es de t ocar el s uel o y dej ars e a l a podr edum br e de s us car nes . Al gunos i ns i s ten en s uj etar la l una a papeles de todos l os t ipos : cuader nos , bolet as de luz, papel del s aco de té, bol etos de bus es (es t os últ im os , en peli gr o de ext i nción) . Ot r os cr ecen los acor des has t a ll egar a f r ecuenci as que vi ajan gr andes dis t anci as . Vi ajan, por ejem pl o, la di s tanci a de un col ector de caña de azúcar de tal ones las t im ados y car a con sur cos has ta l a pi let a de un niño que l l or a por que ti ene que com part i r s us j uguetes con ot ros . Los ar ti s tas et er ni zan y se al im entan ent re el los … y t r abaj an s us años m ás vi t ales por entr amar una r ed que sos t iene l as real idades de los peor es mundos . As í l os acor des viaj an subi dos a los i nt er val os has t a los oí dos de aquel l os que, a su vez, bus carán es cri bir l o que en s us pechos r esuena com o cons ecuencia, al gunas de es t as com pos ici ones l i ter ari as s e conver t ir án en ali ment o par a l os oj os… o m ejor di cho, para l as mi radas que tant a vi da cobr an ante un cuadr o. Y es t os cuadros s erán t r ampol ines par a pi ezas de t eatr o o par a bail ari nes guardados en l os cuer pos menos pens ados . Los ar ti s tas et er ni zan y convencen a l a m uert e de r egal ar un ins t ante m ás .
FOTO: Ercest Hemingway para business insider Página 4
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Re la t o Li v re Deadpr oof Subi ó el vol umen de l a r adi o y ent ró a t i em po cantando: “Yeah, cóm o es tá us t ed, s eñor i ta? Com e wi t h me t o the bor der, s outh of t he bor der, that is i n M exi co, yeah in Mexi co”. Con el ci garr o a veces en l a boca y a veces en l os dedos m anej aba y l a got a de s udor caí a por su s i en. Al f inal de la canci ón, s e di o cuenta de que habí a pinchado una goma y r ecordó que no t ení a auxi l io. Es que con t ant a gente en l a cal l e no había podi do robar una. Es t aci onó l a cam ionet a y quit ó l a rueda, cer ró con t r aba l a puert a y mi ent ras cami naba al bor de de la r uta, pens ó: ¡B uen com i enzo! Cal culó l os kil óm et r os que l e f alt aban recor rer y s upus o que ll egarí a de noche a la ci udad. Es t aba concent rado en s us pensam ient os cuando vio l a tr om pa r oj a pri mer o y l uego las r uedas que s e detení an, el conduct or baj ó el vidr i o y s e of r eció a l levar lo. Le expl i có que habí a una gomer ía a una hor a de ahí , el los i ban para Cas al es y l es quedaba de pas o. La ci cat r iz en s u cara l o di s tr ajo, par ecía como s i un gancho lo hubi es e mar cado de l a ceja a l a mej il la. E l r os tr o por un mom ento s e l e hizo f ami li ar. Al s ubi r al auto dos j óvenes l o s al udar on, m ient ras uno de el los l o es caneaba de abajo haci a ar r iba. El conductor acomodaba el cuel lo de l acam pera y cant aba: “Hol d t ight , count to t hr ee got t a st ay clos e by m e and hold t i ght, s i ng and s hout. J us t ri de my r ound –about ” mi entr as apr et aba el acel er ador. Aum entaban l a vel oci dad y las curvas , r evis ó el cint ur ón de segur i dad, mi ró al acompañante en el as ient o de atr ás que veí a por la vent ana. ¡ De r epent e ot ro aut o aparece! G ir a par a ver l o, pero el r efl ejo del s ol s obr e el capot l o encandi la, s ólo ll ega dis t ingui r que es negr o. El conductor r íe al espej o r et r ovis or s ubiendo el vol umen y s acude ceni za de l a barba. E l r ugi r de un mot or des pabi l a a l os j óvenes que s e mi r an sonr i endo mi entr as en la r adio unos dedos r as guean en l a gui tar ra “The Las t Race”. Sol o puede pens ar :“M oment o «Deat h Proof ! »” Si ent e l a adr enali na corr er al gal ope por el cuerpo. E l auto negr o avanza, est á cada vez m ás cer ca. Rápidam ente el conduct or gir a y cl ava l os f renos j ust o en l a puer t a de l a gomer í a. Lo mi r a y le di ce: “¡ Llegam os! ”.
ILUSTRACION: Anónimo Página 5
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Cu l tur a L iv re El ar te, s iempr e t an am pli o e i ncompr ens ibl e, s e ali m ent a de vari ados s uces os . D is t int os hechos , f eli ces , angus t ios os o t r is t es dan el punt apié par a que un ar t is t a s e ins pi r e. Es t as pr oducciones a veces pas an i nadver t idas y otr as nos int er pel an y hast a dej an s u mar ca en la his t ori a. Des de l as pr im eras pes t es en l a hum anidad, los ar ti s tas dier on s us t es ti moni os con di st i ntas her ram ient as, com enzando con l os t er r ibl es cuadros que la eli te ar tí s ti ca f l orent ina nos her edó luego de l a pes te bubónica has t a l as inci s ivas denuncias de Di ego Ri ver o de l as f iebr es de l os es pañol es en el per íodo de l a C onquis t a, los s uces os t rági cos dejar on s u m arca en la hi s t ori a del art e. La pes t e negra, que s e m eti ó en cas i toda Europa y As i a por el comer cio de l a Rut a de la Seda, no s ol o s e l levó un t er cio de l a pobl ación de es e mom ento s ino que tam bién des encadenó el caos y el páni co. Las vi ll as cer raban s us puer tas a los f oras t eros , los cadáver es eran ar r ojados a f osas comunes e i nci ner ados y m uchos s e encer raban a hacer la cuar ent ena, expect antes y tem eros os . Ser t es ti go de hechos tan atr oces , sent ir s e tot alment e vul nerabl es, inm ers os en un des conci ert o abs olut o, obvi ament e, t iene cons ecuencias .
FOTOS: mural de artista Ponywave
En el m ejor de los cas os , es as cons ecuenci as f uer on pl as m ar el hor ror en una bell a obra de ar te. C omo el Gol dmundo de H ess e que r ecorr e l argas di s t ancias y m uchas vi vencias , i magi na s u obr a maes tr a que m ues t r a la bel l eza abs ol uta de s u madr e y s us amant es y el horr or abs ol uto de l a pes te y l a m uert e. En es t e context o de cr i s is por l a pandemi a actual , cabe pr eguntar s e qué inj erenci a t i ene en nues t ras vi das cot idi anas. Tal vez en C halt én no t uvi mos que i nciner ar cuerpos ni cons t r uir f os as comunes , per o pasam os bas tant e ti empo en cuar entena. Es t e t iem po, encer rados en des conci er t o, con t em or, s int i éndonos vul nerabl es pudo, quizá, i nspi rar a m uchos a crear nuevas y herm os as obras de art e. O t al vez no, todo l o cont r ari o: el ti empo m uert o y mal ut il i zado aplas t ó nues tr os cerebr os con N etf l ix y no dejó fl ui r la i ns pi r aci ón. Sea com o sea, l a hi s tor i a del ar t e nos mues tr a un antes y un des pués m arcado por las di st i ntas pes tes que vi vim os l as s ociedades ; es ta pandemi a act ual probabl ement e t rai ga s us cons ecuencias : es per amos poder del ei t arnos con el las . M ient ras t anto, en nues tr a bur buja chalt enens e, aguardam os ans i os os los f rut os art í st i cos del des cons uelo y de l a deses peraci ón de nues t ros vecinos y vecinas .
Staff D irecc ió n d e red a cc ió n : R o mi na Lo j o R eda c ci ó n: Cec il ia Fa c a l - Ro m i na S a n ch ez C ol a b o ra ci ó n: A nt o n el la M a r a ng e ll i Ye si ca D up i n li v r ed i to r i al @ g m ai l.c o m
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