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SÁBADO 12 DE JUNIO DE 2021
Un museo de Arte Medioambiental para Jaime Lara Arzate
S
Texto y foto e propone contar en la ciudad capital del Estado de Aguascalientes, con espacios museísticos de carácter urbano, abiertos y sin muros, en el marco del espacio público citadino que recupera otros usos, una variante de reapropiación que resignifica el lugar y que abona a la reconfiguración simbólica de la ciudad, al abrir una institución museal en el espacio público que invita a la transformación de éste. La finalidad es exponer y señalar mediante exposiciones de arte medioambiental, la situación que vive el planeta, el cual requiere de escucha, que valgan ser exhibidas en la plaza principal de la ciudad, en el espacio de expresión territorial de los ciudadanos, el cual representa un símbolo de identidad. Esta propuesta es de carácter estacionalmente temporal e inclusiva socialmente, de beneficio colectivo, en el marco de un contexto que valora el patrimonio natural y cultural común a la humanidad, y que se dirige a un vasto público heterogéneo en cuanto estrato social, educativo, cultural o grupos etarios. Que igualmente, incentive, el gusto por los museos por medio de una nueva relación y experiencia que posibilite la apropiación de contenidos cuyo vehículo sea el arte, jugando un rol significativo en la apreciación artística, así como en la dimensión cultural y natural entre la sociedad, con posibilidad de incidir entre las nuevas generaciones, en contraste con aquella invitación que se ofrece en los espacios exprofeso de la tradición museística acotada por un ámbito cerrado. En dicho espacio expositivo, en concreto en la plaza principal de la ciudad, del mismo lugar del que partió la configuración de la ciudad hace aproximadamente 500 años, que en sí misma es un museo, tendrían cabida exposiciones temporales y efímeras de arte medioambiental de carácter envolvente.
El propósito central de estas muestras expositivas es reflexionar o señalar los principales problemas ambientales globales, tales como, la pérdida de la diversidad biológica, aumento de la contaminación, cambios climáticos y calentamiento global, deforestación, desertificación, agotamiento de la capa de ozono y otros, que poseen un irremisible alcance en lo local y en lo regional, para dar un paso más y mirar ese espacio como un ente que educa y posee un potencial importante en el cambio de actitudes hacia la naturaleza, en la formación de públicos y que retoma de la Nueva Museología, aspectos esenciales para su concepción, como abrirse al contexto sociocultural de la población, la inclusión social, entre otros que aporten a un nuevo tipo de institución donde sin distinción, la sociedad y toda forma de creación artística tenga lugar. . Estos tópicos pueden ser abordados directamente o mediante la reelaboración de poéticas paisajísticas, en un encuentro imprevisto del público con el arte a escala monumental en cuanto a la dimensión espacial y de experiencia cercana a la vida de las personas, para contribuir al enriquecimiento cultural de la sociedad, siendo una propuesta museológica en la que se considera que el “…museo no tradicional niega la idea de recorrido y en él no se da diferencia entre dentro y fuera, mientras que en el museo no moderno o posmoderno, el continente se convierte en una obra más de la exposición” , tal como lo afirma la museóloga Francisca Hernández. Si bien se propone que la sede del museo sea el espacio señalado, seleccionado por su ubicación, su alto valor patrimonial y de convergencia social per se, ya que transitan por ahí miles de personas, podría serlo cualquier punto de la ciudad misma, colonia o barrio, pues expandiendo el concepto, no requeriría de un espacio físico delimitado por paredes ni
de una localización permanente en realidad, al igual que llevarlo a otros entornos como los rurales pues puede materializarse en concordancia con los objetivos en el marco de lugares disímiles y en función de los temas medioambientales que atañen a las comunidades que sean de interés desarrollar para ellas y por los artistas. Por lo que el museo, es una propuesta emergente cuyo formato se expande y puede adaptarse o llevarse a gran variedad de lugares, toda vez que su propuesta conceptual y artística es en esencia efímera, que apela a la memoria de quienes participan de ella ya sea en los procesos de producción, distribución o consumo, por lo que se concibe como un ente en constante transformación que a través de la experiencia de sus exposiciones y programas dictará qué es viable, mostrando flexibilidad y apertura si fuese necesario para modificar la misión y visión del proyecto. Igualmente, la plaza principal de la ciudad, es un territorio para la creación, un espacio museológico que, con base a su enfoque, facilita y participa de una sociedad plural, democrática, que además posee una salida en una política pública cultural. Esta política viabiliza un acceso con menos restricciones a los bienes y servicios culturales, ambientales y turísticos, siendo un proyecto que refiere a los patrimonios los cuales se socializan por la vía del arte, del conocimiento, la recreación y la participación, con lo que se está abonando a la construcción de identidad que brinda experiencias en un entorno abierto que salva algunas barreras impuestas por
el museo tradicional de las que no se puede escapar a esas dinámicas restrictivas impuestas al visitante. Así este espacio, que integra componentes de la ciudad a través de propuestas artísticas, ha de considerar para la producción y conceptualización de obra, aspectos con base en metodologías de arte para sitio específico. Estas metodologías guían las muestras expositivas al aire libre en el entorno urbano, afiliándose a las dinámicas que pondera el arte público para socialización de la cultura, que se difunden por medio de propuestas artísticas in situ, en este caso con enfoques medioambientales diversos como parte de los contextos local, regional o del orbe, en general. Las obras en este museo son testimonio de un tiempo, un lugar determinado, y por igual de formas de ser culturales, que pueden comprenderse con fines de sensibilización y conservación de la naturaleza entre el público que vive en la ciudad, para fomentar el aprecio y protección de los recursos naturales que posee el territorio o la región. Aquí, “El museo como artefacto de satisfacción de las demandas culturales de la ciudadanía y que en consecuencia afecta a la calidad de vida de los individuos que viven en las ciudades”, así lo observan los investigadores Rausell y Abeledo. Las obras son la expresión tangible de ello, pues facilitan la observación y comprensión pues muestran elocuentes paisajes de la proximidad que abarcan los ecosistemas de la zona geográfica del estado y del altiplano mexicano en extenso,