LJA12102020

Page 8

8

LUNES 12 DE OCTUBRE DE 2020

Morena: inestabilidad garantizada / Alvaro Delgado Creado hace seis años por Andrés Manuel López Obrador, quien como presidente de la República gusta del conflicto, Morena es el partido político más rijoso de México: no hay día en que sus militantes no presenten impugnaciones, pero no una ni dos, ni tres ni cuatro, sino hasta cinco diarias y 160 al mes. En efecto, en los casi 14 meses que acumulan los pleitos derivados del proceso de renovación de su dirigencia nacional –de agosto de 2019 a octubre de este año– se han presentado 2 mil 250 impugnaciones internas ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) de Morena. Todas estas impugnaciones han ido a parar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que, en los hechos, ha gobernado a Morena. Si el empate entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado para la presidencia de Morena que registró la encuesta ordenada por el TEPJF al Instituto Nacional electoral (INE) recrudeció las pugnas internas, con amagos hasta de ruptura, el proceso para las candidaturas de 3 mil 528 representantes populares y 21 mil 368 funcionarios para las elecciones de 2021 sólo anticipa más pleitos. “Cuando se pase al periodo propiamente de manejo electoral de 2021 surgirán, por supuesto, un gran número de impugnaciones en relación con la selección de candidaturas, que tendrá que atender internamente el partido y que terminarán, en muchos casos, en el TEPJF”, advierte Héctor Díaz Polanco, presidente de la CNHJ, el organismo de Morena que procesa las pugnas. Y por ello, en entrevista con Proceso, augura que los pleitos no disminuirán: “La vida interna seguirá igual de intensa por lo menos el próximo año o año y medio”. Para Díaz Polanco, quien urge a renovar la instancia de justicia partidaria que preside desde la fundación de Morena –seis años de extenuante trabajo para dirimir la rijosidad interna sin recibir sueldo–, es normal tanta conflictividad, porque se trata de la primera fuerza política de México, que ganó la Presidencia y la mayoría en el Congreso. “Este factor hace enormemente atractivo al partido, porque sectores que se habían mantenido en los márgenes de esta organización y sin mostrar mayor interés por participar y abrirse espacios deciden, a partir de ese momento, ir con todo y tratar de definir cotos de poder”, contextualiza. “Esta es –resume– la explicación de por qué tenemos esta abrupta subida en el número de los casos de impugnación y de juicios de protección a los derechos políticos ciudadanos, los famosos recursos ante el tribunal.” La victoria de Porfirio Muñoz Ledo o de Mario Delgado en la disputa por la presidencia de Morena, que era incierta al cierre de esta edición, no significa que terminaron los pleitos por la dirección nacional, anticipa Díaz Polanco, acostumbrado a recibir todo tipo de impugnaciones: “Si (el ganador) tiene poca legitimidad, habrá de nuevo muchísimas impugnaciones y expedientes que tratar, lo que, al contrario, disminuirá si tiene mucha legitimidad.” Y es que a Morena le está ocurriendo lo que al PAN cuando ganó la Presidencia de la República con Vicente Fox, en 2000, pero sobre todo cuando Felipe Calderón lo sucedió en el cargo: se convirtió en el partido más conflictivo, con mayores impugnaciones ante el TEPJF.

Hector Díaz Polanco y Andrés Manuel López Obrador | Foto @diazpol De hecho, uno de los argumentos de Germán Martínez para presidir el PAN fue que su antecesor, Manuel Espino – ambos insertos ahora en el proyecto de López Obrador–, sólo había generado pleitos que, de diciembre de 2006 a septiembre de 2007, se tradujeron en 884 juicios ante el TEPJF. Desdén a López Obrador Esta tendencia en la conflictiva interna la está observando Morena, cuyos grupos no fueron capaces de pactar la renovación de sus estructuras dirigentes y, ante tantas impugnaciones, el TEPJF resolvió, el 20 de agosto, que la Presidencia y la Secretaría General se eligieran mediante encuestas organizadas por el INE. Exactamente un año antes, el 17 de agosto de 2019, la secretaria general de Morena en funciones de presidenta, Yeidckol Polevnsky, emitió la convocatoria al III Congreso Nacional para renovar la estructura dirigente, en medio de problemas por la exclusión de militantes y la manipulación del padrón interno. Por eso, ante lo que se miraba venir, López Obrador recomendó, el 29 de agosto de ese año, hacer encuestas para elegir a dirigentes y candidatos, tal como él lo hizo cuando fue su presidente nacional, cargo que dejó en manos de Polevnsky,­ quien hizo de Morena un caos: “Es mi opinión, que no es más que un punto de vista, para evitar confrontaciones (y) pleitos que afecten la imagen de Morena”, expuso López Obrador, quien hasta amenazó con irse del partido si “se echara a perder”. Ni así le hicieron caso las facciones internas que, por estatutos, están prohibidas: comenzaron las impugnaciones internas ante el TEPJF, que anuló la convocatoria, el 30 de octubre, porque el padrón no era de fiar y se incumplió con la credencialización que el propio partido estableció en sus estatutos. Perfilada desde entonces para seguir al frente de Morena, mientras hacía negocios que han sido denunciados ante la Fiscalía General de la República (FGR), Polevnsky estuvo de acuerdo con la nulidad, lo mismo Mario Delgado y Alejandro Rojas Díaz-Durán, el más tenaz impugnador ante el TEPJF. La única que se inconformó fue Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena y quien forma parte del mismo grupo que, en enero de este año, llevó a la presidencia a Alfonso Ramírez Cuéllar y que impulsó a Porfirio Muñoz Ledo ante Mario Delgado. “Todos aquellos que insistieron todos los días en echar abajo el padrón, el proceso electoral de Morena, son cómplices de este atropello y ellos están dentro de Morena, los tenemos que denunciar porque fueron el piso por el cual estos señores caminaron a este terrible laudo del tribu-

nal”, dijo Luján sobre la sentencia. En ese entonces Delgado amagó con retirarse de la contienda interna ante un “proceso corrupto, manchado por la corrupción”, porque avalar un proceso así daría como resultado “una presidencia espuria”. Fue el inicio de un año de litigios, que siguió con la cancelación, el 24 de noviembre, del VI Congreso Nacional Extraordinario por la falta de firma de la presidenta en funciones. Repentinamente, el 26 de enero, ya en 2020, se convocó a un Congreso Nacional Extraordinario, sin el aval de Polevnsky, que eligió a Ramírez Cuéllar como presidente de Morena por sólo cuatro meses, con el único propósito de convocar a una nueva elección. Pese a que en marzo se emitió la convocatoria para la elección, la pandemia obligó a la suspensión. El 29 de junio se emitió la tercera convocatoria al III Congreso Nacional y el TEPJF ordenó

que la elección fuera a más tardar el 31 de agosto. Debido a las impugnaciones, la CNHJ revocó la convocatoria del 29 de junio y no fue sino hasta el 4 de agosto cuando se emitió la cuarta convocatoria. Ramírez Cuéllar solicitó al TEPJF una prórroga para la celebración del Congreso Nacional, que fue rechazada y, por ello, ordenó la realización de una encuesta nacional abierta a simpatizantes y militantes para elegir a presidente y secretario general. El 31 de agosto, el INE aprobó un cronograma para realizar dos encuestas, la primera “de conocimiento” para disminuir el número de candidatos, que generó inconformidades, y la segunda, que concluyó el jueves 8, para definir al presidente y al secretario general. La decisión del TEPJF de ordenarle al INE organizar las encuestas para ambos cargos de Morena, con su estructura estatal y municipal desmantelada y caduca, no estableció ningún tipo de reglas sobre campañas, acceso a medios de comunicación y financiamiento de los candidatos. Este caos sólo produjo versiones no acreditadas de corrupción de aspirantes, en particular contra el diputado Mario Delgado, y de los propios magistrados del TEPJF, cuyo presidente, Felipe Barrera Fuentes, propuso invalidar la propia sentencia de ese órgano y dejar en el cargo a Ramírez Cuéllar hasta después de la elección de 2021. En medio de todo tipo de versiones, incluidas las supuestas presiones a los magistrados por parte del consejero jurídico del Ejecutivo, Julio Scherer Ibarra –a las que López Obrador no dio credibilidad–, la Sala Superior del TEPJF ratificó, el martes 6, su decisión de elegir a la Presidencia y a la Secretaría General de Morena con las encuestas, justo cuando estaban en curso.

Muñoz Ledo: no permitiré que me roben en el último acto político de mi vida

| Foto Cámara de Diputados / Alejandro Caballero Porfirio Muñoz Ledo calificó de “tramposo e indignante” el resultado de la encuesta organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE) que arroja empate técnico entre él y Mario Delgado Carrillo en la disputa por la presidencia de Morena. Sin embargo, a pregunta de Proceso dijo que participará en la tercera encuesta “para probar el cuerpo del delito”. Anticipó que no va a permitir que "en el último acto político de mi vida desde mi propio partido me roben la elección”. En entrevista telefónica, Muñoz Ledo calificó a su contrincante Delgado Carrillo de integrar “una pandilla y un grupo

de traidores que han gastado mil 500 millones de dólares”. Muñoz Ledo recordó que ganó la encuesta de reconocimiento por 2 a 1, que la segunda la volvió a ganar “aunque sea por una décima”, pero que al modo “de los gánsters” quieren evitar que sea el presidente de Morena. “Voy a ir hasta el fondo, hasta la Corte, para que se aplique el derecho. Estoy indignado por la inmoralidad del resultado. Esto está totalmente fuera de la ley”, anticipó La tarde de ayer se conocieron los resultados de la encuesta aplicada a los cinco finalistas y arrojó un empate técnico entre Muñoz Ledo y Delgado Carrillo. Muñoz Ledo obtuvo el 25.34% de las preferencias y Delgado Carrillo el 25.29%.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.