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kilómetros de senda jacobea por La Sobarriba

ESTEFANÍA NIÑO

LEÓN El denominado Camino Francés es la ruta santiaguista por excelencia, el itinerario más conocido y transitado de todos. El Camino Francés pasa por el municipio de Valdefresno dentro de la etapa que une Mansilla de las Mulas y León. Por las tierras de La Sobarriba, el peregrino se adentra en un paisaje y paisanaje marcado por la tranquilidad, por el sencillo patrimonio y por las construcciones autóctonas marcadas por el adobe y el ladrillo a lo largo de los 8 kilómetros que atesora de esta histórica senda jacobea.

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Concretamente, el trazado discurre por dos de sus pedanías, Arcahueja y Valdelafuente, ofreciendo al peregrino el tan merecido descanso tras una intensa caminata.

Un paisaje marcado por la tranquilidad, el patrimonio y casas de adobe y ladrillo

La localidad dispone de un albergue para peregrinos, de titularidad privada, así como con rincones en los que descansar y, nunca mejor dicho, hacer un alto en el Camino y recobrar fuerzas. Muestra de ello es el lavadero del pueblo, que en otros tiempos fue un lugar de trabajo y tertulia para las mujeres, y que a día de hoy se ha convertido en un y refugio de paz y de descanso para los peregrinos. El otro rincón más destacado es la plaza principal del pueblo, sencilla pero acogedora, con su fuente y sus árboles que alivian a los vecinos y peregrinos del intenso calor del verano.

El trazado pasa por dos localidades del municipio: Arcahueja y Valdelafuente

Si hablamos de Arcahueja, lo hacemos de una pequeña localidad en la que pasado y presente se funden. El caminante podrá ver conforme se adentra en ella como la arquitectura tradicional y la urbana se intercalan mostrando tanto edificaciones modernas como otras con tintes del sur de la provincia, construidas con adobe o ladrillo y distribuidas en dos cuerpos de dos plantas cada uno.

Otro punto digno de mención: tras la colina de Valdelafuente, en el Alto del Portillo

La siguiente parada santiaguista es el pueblo de Valdelafuente, que cuenta con una dilatada historia, y es que ya se menciona en el Cartulario de Eslonza del año 1119. Alejado de los mundanales ruidos, y llegados desde Arcahueja, el caminante continúa desde aquí el recorrido.

La localidad dispone de un local de descanso para peregrinos y vecinos. Otro punto del Camino digno de mención es que se sitúa tras la colina de Valdelafuente, en el Alto del Portillo. Todo un hito en el recorrido y puerta de entrada a la ciudad de León.

SAN JUSTO DE LA VEGA época visigótica. Esta población nació como una agrupación de pequeñas cabañas de ganaderos de ovejas merinas. Toma su nombre de los mártires Justo y Pastor, sus patronos y cuya leyenda del martirio se ha quedado impregnada en la memoria de sus gentes, desde el siglo VII. Así, su apellido lo acuña de la Vega del Tuerto, que conformaba un territorio ideal para el cultivo y que precede a la oficialización del Camino, por lo que se puede deducir que su constitución tuvo lugar antes de que la calzada romana pasara a ser el Camino de Santiago.

Atractivos Que Visitar

San Justo de la Vega ofrece muchos atractivos para visitar, de entre los que cabe destacar la cruz del crucero, que es la encargada de recibir a los viajeros en su aventura hacia Compostela, inmortalizando así la historia de Santo Toribio. También se pueden contemplar los restos de la iglesia que se construyó en el siglo XVI y de la que únicamente se conserva la torre de la Espadaña, que estaba dedicada a los patronos de la localidad y guarda en su interior una talla de San Justo, que se atribuye a Gregorio Español. A las afueras del pueblo, con destino a Astorga, se encuentra el puente de la Molinería, sobre el río Tuerto.

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