Con esta boca, en este mundo.

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Con esta boca, en este mundo Camila Botero - María Teresa Cano - Azul y Lindy Márquez Juliana Góngora y Comunidad Koreguaje (Taller Masipai) Libia Posada - Daniela Serna - Abigail Reyes - Paula Úsuga Curaduría: Érika Martínez Cuervo


CON ESTA BOCA, EN ESTE MUNDO 1 de octubre de 2020 - 5 de diciembre de 2020 Camila Botero María Teresa Cano Juliana Góngora y comunidad Koreguaje (Taller Masipai) Azul y Lindy Márquez Libia Posada Daniela Serna Abigail Reyes Paula Úsuga Érika Martínez Cuervo Curaduría y textos Manuela Velásquez Directora Sara Daniela Guarín Diseño Galería Lokkus Arte Contemporáneo Cra 36 #10A - 35 (Edficio La doble Elle) Medellín / Colombia www.lokkus.com 2020


Con esta boca, en este mundo Camila Botero - María Teresa Cano - Azul y Lindy Márquez Juliana Góngora y Comunidad Koreguaje (Taller Masipai) Libia Posada - Daniela Serna - Abigail Reyes - Paula Úsuga Curaduría: Érika Martínez Cuervo


«Con esta boca, en este mundo» Estamos acá en este tiempo presente. Atravesamos cada día con la incertidumbre entre las manos y es con esa sensación que miramos hacía adelante. Continuamos la vida con la boca cubierta y evitando los cuerpos de los otros. Respirar es ahora un signo de amenaza. Y así, habitamos este mundo que - de manera inevitable - se entrelaza con nuestro entorno más íntimo. De alguna forma todo ha cambiado pero aún no comprendemos la dimensión de ese cambio; llevará tiempo lograr ver o por lo menos entrever lo que está sucediendo. Especulamos con la información que tenemos a nuestro alcance, nos atrevemos a decir cosas, las borramos e inventamos otras hipótesis; y de esta manera - todas y todos - nos reescribimos, intentamos relatarnos. No sabemos nada (y esto no es un eufemismo). A lo mejor estamos en medio de una “catástrofe de significado” como lo diría Nelly Richard refiriéndose al intenso carácter fragmentario de los tiempos vivos, latentes; una crisis del lenguaje, de los lenguajes. ¿Cómo enunciar o representar lo que apenas intuimos?, nos queda el titubeo: los pedacitos del habla, la intención de la palabra, los sonidos mínimos, la frase suelta (perdida), la idea esbozada, el susurro, el gesto (sutil o exagerado), el silencio, la figura diluida. Richard sugiere confrontar los estados rotos: “la tensión entre esos trozos que ha dejado lo destruido nos incita a crear nuevas formas de incidencia crítica que contengan la imagen de esa destrucción”. Tal vez uno de los modos de “estar acá y ahora” es haciéndole frente al sin sentido, a esa condición entrecortada, a la imagen de lo que va haciéndose pedazos.

entretejen estéticas que tuvieron su origen en el deseo de hacer manifiesto lo que ha permanecido oculto o si acaso apenas visible. Aún en esos “estados rotos” hay unos brazos que se alzan, unas lenguas a punto de enunciarse, unos ojos que miran desorbitados, unas bocas cosidas que dicen, unas manos que activan el lenguaje, unos cuerpos que aún cansados y abusados resisten. Hay entonces que atreverse a exponer las fuerzas intangibles que constituyen la vida y preguntarnos ¿qué son los cuerpos?, ¿qué significan los cuerpos?, pero sobre todo ¿qué sentido tiene en este presente vivir (estar) juntos (todos los cuerpos) en este mundo?. Cuando pienso en las soledades y en los cuerpos aislados de estos tiempos (asuntos en los que también han pensado las artistas que nos convocan), recuerdo la alusión que hacía la crítica de cine Alessandra Merlo sobre aquellos personajes de las películas de Fellini (Gelsomina o Cabiria, por ejemplo) que nos dejan ver el carácter revolucionario de las marginalidades, de lo que está marginado. Fellini había encontrado una forma de hacer manifiestas esas vidas (hacerlas imagen); les había entregado un sentido a esas y a todas las que se les parecieran. Hay en esta exposición cierta resonancia de lo citado en las líneas anteriores: las obras montadas en el espacio levantan una imagen de lo frágil (que suele ser lo marginal) y hay una agitación en ese pronunciamiento estético. La expresión “con esta boca, en este mundo” que da título a este proyecto fue arrancada de un poema de la uruguaya Olga Orozco. En su lírica la boca aparece como metáfora abierta, múltiple. La boca que parece solicitar otras bocas porque una no nos alcanza para dar cuenta de la experiencia en este mundo. Pero esa boca también es el cuerpo (todo). Se clausura el poema con un último interrogante que nos enfrenta con esa imposibilidad: ¿cómo nombrar con esa boca, cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca?.

Con esta boca, en este mundo1 es la expresión que entrecruza las obras de artistas que movidas por este tiempo impropio nos dicen cosas sobre los “estados rotos” (físicos e intangibles) que ahora mismo inquietan nuestra existencia. Con esta boca, en este mundo nos vincula - sobre todo - con lo íntimo y lo complejo de la humanidad. Consideraciones acerca del afecto, de las formas de la violencia, de la incapacidad de comunicarnos con los otros(as), del cuerpo como contenedor de las emociones, del valor de la vida (nuestra y ajena), de asumirnos Estamos entonces arrojados en esta realidad vulnerables pero también invencibles y solidarios; encarando el sin sentido, una imagen rota del mundo en la que nos miramos, y el lenguaje como lo conocemos 1 Aunque la exposición estaba proyectada para realizarse a mediados si acaso nos alcanza para enunciar la palabra; nos de 2020, se trastocó por las circunstancias y de forma inevitable queda la expresión entrecortada, esa que se que puso a temblar sus premisas iniciales. La “máquina de pensamiento” escapa al significado: una coreografía torpe de lo se detuvo y se reactivo lentamente en búsqueda de otros sentidos. indecible. Esa “suspensión” posibilitó otras ideas, otras estrategias creativas, otras decisiones. Era imposible no estremecerse frente a las imágenes que el mundo producía y las estadísticas que anunciaban la adversidad.

Érika Martínez Cuervo


/Apéndice /

La manía de hacer listas me impulsa a dejar en este breve apartado algunos de los enunciados que surgieron en medio de las conversaciones con las artistas.

Paula Úsuga Yo soy el gesto Alzar los brazos para manifestarse.

María Teresa Cano

¿Cuántos y cuántas están crucificados?.

Besos que se lanzan sin tocar las pieles.

Le estás diciendo a tu cuerpo - todo el tiempo, no paras de decirlo - que está encerrado.

Las sentencias que están fuera de nosotros. Mostrar al otro ese instante. Tocarlo con esa imagen. Tengo un tapabocas mental (...)

Juliana Góngora + Comunidad Koreguaje (Juven y Yinela Piranga) Tener la boca entreabierta para decir Así es la expresión de la humanidad: indecisa, tartamuda El soplo es el aire. En el soplo sale vida.

Libia Posada ¿Cuántos cuerpos posibles hay? Las mascarillas cosidas: esa es una imagen. Reanimación de los cuerpos, no sólo la de los cuerpos biológicos. La imposibilidad de la cercanía, ¿y eso - realmente - qué significa?. La precariedad de los cuerpos, ¿acaso somos conscientes de eso precario, de eso que los hace vulnerable?

Hay sonidos que agradan. Otros que desagradan, pero esos ruidos también son parte de la vida, como la oscuridad (...) Los oscuridad de la vida no hay que combatirla, hay que iluminarla. (Juven Piranga) Lindy y Azul Márquez ¿Cómo termina un cuerpo?

Camila Botero Hay imágenes que son como estallidos mientras se recorre una ciudad.

Volver a aprender los gestos fundamentales. Engendro gestos y objetos. Abrazar el vacío. ¿Qué gesto nos llevaría al origen del gesto? Al mirar fijamente se desorbita la mirada.

¿La suerte es una forma de la incertidumbre? Hacer imágenes de las ebulliciones contemporáneas.

Daniela Serna

Abigail Reyes Escribir y desescribir la disciplina asumida Los cuerpos sometidos. Los de las mujeres.

Palabras que no están escritas pero sí marcadas.

Hacer público lo íntimo. Sacarlo a la calle.

Cuando se repiten las palabras, se vacían de sentido.

Sobredimensionar el testimonio. Hacerlo imagen.

Crear máquinas (que son ficciones) para producir otras formas de leer, otras maneras de pensar, también de ver: hacer imagen una idea.




















Camila Botero Esta pieza resulta de la idea de convertir una escena callejera en una imagen que hace de la expresión ¡Good luck! una paradoja. El encuentro con un globo brillante que tenía la inscripción de ¡Happy Birthday! en un contenedor de basura incitó a la artista a constituir un signo visual de nuestra contemporaneidad. El gesto de cambiar la expresión le permitió poner en crisis la energía positiva de los mensajes que se imprimen en esos globos de helio. “¡Good luck! traza una perspectiva desde el presente hacía el futuro, una frase de ironía que evoca a la suerte en tiempos oscuros. La imagen está vinculada a las sensaciones de incertidumbre e indeterminación que traen consigo posibles futuros alternativos”, expresa Botero sobre el sentido que contiene su hazaña. El registro en video del globo moviéndose por efecto del viento y “asomándose” por encima del resto de la basura configura cierta forma de la fragilidad que la artista traduce en su dibujo. El helio mantiene al globo aún medio inflado, pero prevemos su final. “El texto good luck remite lo irónico y contradictorio del momento presente anclado a un sistema capitalista acelerado que continúa operando con una inercia violenta y que pervive en contra de las necesidades urgentes de un planeta explotado que evidencia fuertes signos de agotamiento”, enfatiza la artista. ¡Good Luck! es la imagen de un tiempo futuro dudoso. La expresión débil y vaciada de sentido que enunciamos cuando ya no nos queda casi nada. El globo perderá su brillo y el aire que lo levanta.


Good Luck Dibujo. Marcador acrĂ­lico sobre papel 120 x 150 cm 2017


Good Luck Video. Loop, 2’10’’ 2020


Good Luck Serigrafía 75 x 55 cm 2017


María Teresa Cano A borbotones contiene el registro fotográfico compartido en un grupo de chat durante el periodo de cuarentena estricto al que las personas fueron sometidas como estrategia para evitar la propagación del virus más letal de los últimos tiempos. Cada día a las 4:40 p.m. los miembros del chat enviaron una imagen que dio cuenta de su cotidianidad rutinaria en medio del encierro. María Teresa Cano imprimió en esta tela de gran formato imágenes registradas en los espacios domésticos enmarcados por un contexto de incertidumbre. En palabras de la artista: “el acto de mantener la distancia amortigua el temor y los señalamientos suspicaces sobre los fluidos del cuerpo; el aliento antes símbolo de vida, ahora refiere un significado contrario porque asumimos que el hecho de respirar es propicio para el contagio. Esa circunstancia inevitablemente conduce a la necesidad de inscribirnos en nuevos rituales de vida, nuevas maneras de encontrarnos y hacernos presente para el otro e incluso para sí mismos. Nos invita a expresar el amor más allá de los habituales íconos de afecto enviados por el medio virtual”. El adverbio “a borbotones” refiere la acción precipitada y entrecortada que hace emerger líquidos en cantidades descontroladas, la imagen que nos evoca los borbotones es la de las burbujas abundantes producidas por la mezcla del agua y el jabón, intentamos sujetar esa materia leve pero resulta un imposible. De la misma manera, se nos escapa de las manos esta tela extensa contenedora de instantes simultáneos y efímeros. Las fotografías enviadas por cada una de las personas al chat fueron en su momento signos de vida, formas de la presencia humana atravesadas por un tiempo extraño. “Esta obra fue entonces una cita, un punto de encuentro donde colegas, estudiantes, amigos, familiares y vecinos, compartimos fragmentos de lo cotidiano a una hora específica del día. Nos esperábamos para vivenciar por un instante una actividad común en una especie de danza del presente. A borbotones es el producto de un manifestarnos en conjunto y con cuidado. En las fotografías están inscritas escenas que dejan ver formas de hacer y de estar que son tan individuales como comunes”, dice Cano sobre su obra. Vemos la extensa tela hecha un borbotón devorándose una mesita que señala el espacio doméstico.


A borbotones Vivencias cotidianas. . Trabajo de acción colectiva. Fotografías compartidas a través de un grupo de chat durante el periodo de la cuarentena. Impresión sobre tela de 10 mts mesa que lleva inscritos los nombres de los miembros que conformaron el grupo del chat 2020


A borbotones (detalle)


A borbotones (detalle)



A borbotones (proceso)


Juliana Góngora y Comunidad Koreguaje (Taller Masipai) Esta instalación es el resultado de un cuidadoso trabajo de creación entre Juliana Góngora y la comunidad Koreguaje y su taller Masipai. Durante varios meses la artista y los líderes comunitarios Juven Piranga y Yinela Piranga mantuvieron conversaciones que fueron esenciales para concretar la materialización de cien mochilas miniatura tejidas en cumare que en su interior contienen semillas de chocho tigre y cascabel. Cada lengüita esta tejida con los colores que identifican a los clanes que conforman la comunidad de artesanos del grupo Masipai (gente sabia). A sus integrantes se transmitieron las ideas de esos diálogos y en su taller realizaron las cien lenguas que simbolizan el valor sagrado de los gestos, sonidos, acciones biológicas y metafóricas que habilita la lengua como órgano y también como elemento ancestral de la oralidad. La obra reúne las inquietudes de Góngora y de la comunidad frente a las complejas y aceleradas formas en que el mundo actual se comunica y - sobre todo - a la ausencia de sentido vital que contienen los discursos dominantes. “Previo a la colaboración con la comunidad Koreguaje me interesé por los usos medicinales de la fibra del cumare, en especial en el tratamiento de la tartamudez. Aunque ignoraba la forma en que se usaba la fibra para sanar la enfermedad, al intentar imaginar el proceso se dibujaron en mi mente unas lenguas flotantes cubiertas por jigras de cumare (...) Así nacieron los “cubrelenguas”, con la intención de “aliviar” la palabra. Pensaba que la tartamudez era la dificultad o el impedimento por completar una palabra al hablar. Al profundizar en el diálogo con la comunidad Koreguaje aprendí que tartamudear es no hablar en la verdad. Tartamudear es la palabra insegura. Por lo tanto; los koreguaje enfatizan en que la curación de la tartamudez solo puede ser efectiva en la niñez. A lo largo de la vida debemos cuidar la solvencia y prudencia de nuestras palabras”(Góngora). Para esta colectividad indígena que habita en una zona de Florencia (Caquetá) el tejido es una acción que resignifica, da sentido y reconstruye; “el tejido de la fibra representa volver al principio” (Yinela), en un sentido metafórico “está el nudo mío y el nudo del otro, la conexión entre los dos nudos es el tejido” (Yinela). Para la comunidad Koreguaje, la lengua propicia el soplo y “el soplo es el aire. En el soplo sale vida (...). “El soplo con fuerza moviliza la intención del espíritu en el sonido. El sonido se articula y se vuelve verbo en la palabra. Hablar es crear, y nuestra responsabilidad es cuidar de lo que creamos” (concreta Juliana G. Al decantar las ideas compartidas con la comunidad). Las cien lengüitas están listas para levantarse al soplo y compartir la palabra”. Es fundamental iniciar diálogos colectivos porque “estar en comunidad, es estar en resistencia (...) debemos volver a la sabiduría de la palabra, recuperar su valor (...) la expresión de la humanidad es tartamuda e indecisa” (Parafraseando a Yinela y a Juven Piranga).


LengĂźitas sagradas (detalle)


LengĂźitas sagradas (detalle)


LengĂźitas sagradas (detalle)


LengĂźitas

Proyecto colaborativo entre la comunidad Koreguaje Con el acompaĂąamiento de los programas Ar Cien lenguas de 5cm x 3cm y 7cm x 3cm, tejidas en casca 202


sagradas

e y su taller Masipai,“gente sabia”(Florencia, Caquetá). rte - Vivo y Etnias de Artesanías de Colombia. n cumare, que contienen semillas de chocho tigre y abel. 20


Azul y Lindy Márquez La imagen que concreta este videoperformance nos observa desde un ángulo cenital. Dos rostros, dos gestos y una alusión al firmamento (ese fondo oscuro e infinito) consolidan un encuadre único que nos inquieta durante un poco más de siete minutos. Es una imagen que llora y respira, una imagen moviente. Dos cuerpos sugieren la presencia de todos los cuerpos frágiles que habitan un espacio extraño. En las ideas primeras que iban configurando esta pieza audiovisual la artista evocó El Ángels Novus (1920) de Paul Klee y su mirada desorientada, esa que encarna la metáfora de un tiempo destruido, ya en ruinas. Firmamento contiene una melancolía viva (que está aconteciendo) que nos mira fijamente cuando levantamos los ojos y nos encontramos con la superficie de la pantalla. La imagen en una quietud perturbadora nos invita a quedarnos viendo, a dejarnos afectar el cuerpo por esas gestualidades en primer plano. Se lee al final del video: Unas “refulgentes estrellas gemelas” (Unamuno) te miran para reconocerte, tocarte y como un flechazo, atravesarte hasta llegar a tu parte más vulnerable, oculta y olvidada, donde el pasado palpita para avivar el presente y el futuro. Así te “haces visible en el desamparo” y tu fragilidad asciende como otra luz. “¿Qué gesto nos llevaría al origen del gesto?”, fue la pregunta matriz de la que partieron Azul y Lindy y la que condujo a reflexiones profundas sobre el acto de la mirada precisamente como gesto que posibilita el contacto (más allá de lo físico). En palabras de las artistas: “Mirar... Mirar es confesar, manifestar, entonces la mirada es una confesión, un manifestarse que moviliza lo que somos: memoria y olvido, así es como trasegamos entre lo visible e invisible, lo tangible e intangible, lo cercano y lo distante de la imagen, en la que podemos dejar el anonimato y tener no solo una forma, un cuerpo, sino también un nombre: Azul y Lindy, por tanto, miramos para reconocer el milagro de estar juntas y a su vez reconocer el lazo que tenemos con el otro, quien se convierte en otra imagen, la cual queremos mirar profundamente, para encontrar la fuerza de su existencia, esa que se alza como una luz desde sus ojos hasta el universo”. Firmamento nos dice algo acerca del hecho de estar juntos(as), nos pregunta: ¿qué significa - ahora mismo - vivir juntos(as) en este mundo?.


Firmamento (ubicaciรณn en sala)


Firmam

Video, 0 202

Audio: Hammock (2013). Lik Oblivion


mento

00:07:14 20

ke a Valley with No Echo. En n Hymns


Libia Posada Dos mascarillas unidas íntimamente, Suturadas, cosidas entre sí, Dos alientos que se respiran el uno al otro, Un hilo horizontal, frágil, sinuoso La vida Un horizonte, que se trunca y desvanece (Libia Posada) Estas líneas escritas por la artista nos advierten una distancia impredecible, la ausencia del cuerpo del otro que también nos es propio. Your silence, my silence nos encara con esas mascarillas que ahora nos cubren, “el tapabocas aparece en este presente como un dispositivo de aislamiento, como un signo en nuestros rostros de la intimidad imposibilitada, del habla como amenaza”, reflexiona Posada sobre este objeto que ahora hace parte de la cotidianidad borrosa que se va configurando y que está marcada por el acto forzoso de alejarnos. Habitamos este mundo con incertidumbre, siendo testigos de una circunstancia sin precedentes que saca a la luz las precariedades del sistema médico y la indiferencia generalizada frente a los más vulnerables. Se ha levantado un silencio, una mudez colectiva. Entonces es el cuerpo físico y no físico es el que enuncia lo indecible. La boca ha quedadocubierta toda. Las obras de Libia Posada cobran presencia en este tiempo como signos premonitorios de una crisis humana que desbordó la realidad, las conexiones profundas y complejas que la artista ha configurado con sus procesos, expresan con crudeza y poesía la fragilidad de los cuerpos sometidos al ejercicio del poder científico y político. Unos cuerpos deshumanizados, arrancados de su carácter sensible. Para Libia Posada la cosificación de los cuerpos ha posibilitado la producción sistemática de vidas indignas y enfermas. Sus obras - en su mayoría instalaciones - constituyen atmósferas silentes con objetos, aparatos, instrumentos y mobiliarios del ámbito médico, que la artista ha intervenido o trastocado a través elaboraciones estéticas con las que suprime el carácter puramente científico de esas materialidades. El público que experimenta sus instalaciones es removido por la fuerza de lo intangible que estas alcanzan a contener. Son espacios que con la ausencia del cuerpo biológico reaniman los cuerpos sufrientes, ignorados, olvidados, enfermos, exiliados (...).


De la serie Your silence, my silence (ubicaciรณn en sala)


De la serie Your si

Vendaje, mascarillas- ta Dimensione 2019-


ilence, my silence

apabocas, seda e hilo. es variables -2020.


De la serie Your silence, my silence (detalle de procesos)


De la serie Your silence, my silence (detalle de procesos)


Daniela Serna Esta es una máquina para hacer una breve lectura rota. Las palabras que van apareciendo a medida que se gira la manivela son la concreción sutil de algunas sensaciones que atravesaron los procesos de pensamiento y creación del proyecto Con esta boca, en este mundo. Los sucesos públicos y los más íntimos de estos últimos seis meses suscitaron en las artistas silencios, expresiones crudas, preguntas, sin sentidos, desánimos, vacíos (...) que fueron materia sustancial para la consolidación de sus obras. Atrapadas por una forma del tiempo sin precedentes cada una fue dando pasos hacía la materialización y en sus trayectos inestables iban diciendo o escribiendo algunas consideraciones definitivas para el trabajo creativo. Daniela Serna monta en este aparato - hecho con carretes de película - unas bellas anáforas que hacen eco de afectaciones entrecruzadas. En palabras de la artista: “La lectura es aquel trayecto que nuestros ojos trazan sobre una serie de signos. Estos develan el viaje que alguna vez el escritor atravesó –y que a modo de fantasma– vuelve a nosotros como un espejismo transformado por nuestro propio recorrido. Percurso es un término portuguesa que significa camino, giro, recorrido o trayecto. Es desde allí, que esta instalación propone un juego con una serie de palabras que marcan un transcurrir, un giro y un volver de nuevo”. Percurso es una especie de cortometraje análogo donde la palabra es imagen. Es la energía de un cuerpo textual que mueve otro y habilita la lectura, incluso la del espacio en blanco. Lo que da vida a esta máquina es el gesto del espectador que activa la manivela: un cuerpo que afecta a otro y produce sentido. La lectura es un suceso íntimo propiciado por un acuerdo (tácito) de complicidad.


Percurso (eco) InstalaciĂłn. Carretes de pelĂ­cula, papel. 31 x 135 x 16 cm 2020


Percurso (eco) (detalle)


Percurso (eco) (detalle)


Abigal Reyes Esta obra de la salvadoreña Abigail Reyes hace públicos los testimonios de varias mujeres que en el desempeño de su rol como secretarias han estado sometidas a los abusos de sus jefes. Expresiones de doble sentido, insinuaciones con tono autoritario, requerimientos que sobrepasan lo laboral, advertencias de mal gusto; son algunas formas en que los jefes se extralimitan ejerciendo su posición de poder. En estos breves escritos a máquina se relatan experiencias cotidianas repetitivas que acontecen durante sus jornadas de trabajo. El carácter de denuncia de Testimonio se conecta con la sistematización del abuso laboral a través de ciertas dinámicas que exceden los márgenes y que en el contexto inmediato se han agudizado. “Testimonio reúne microrrelatos que les ocurrieron a secretarias con las que conversé, algunas compañeras mías del tiempo en el que yo ejercí ese trabajo. Les hice una especie de entrevista corta a cada una y en todos los casos salía a relucir un incidente relacionado con abuso laboral, abuso de autoridad o episodios de acoso sexual”, expresa Reyes sobre su proyecto. Los testimonios recuperados por Abigail Reyes remarcan situaciones que rayan en “la ficción” pero que son reales y que se vinculan de manera indirecta con las lamentables estadísticas de las situaciones de abuso a las mujeres durante el periodo de cuarentena. Así mismo, esta obra hace resonar las cifras sobre el desempleo que señalan cómo esta parte de la población ha sido la más afectada. Las condiciones actuales hacen a la mujer aún más vulnerable en los diversos ámbitos laboral, pues debido a las circunstancias económicas que atraviesan no pueden dejar sus puestos de trabajo y deben someterse a condiciones infrahumanas que atropellan su dignidad.


Testimonio

Testimonio

Dibujo 27 x 21 cm 2017

Inserto en periรณdico 2020




Paula Úsuga Brazos en cruz es un proyecto con el que Paula Úsuga consolida reflexiones agudas sobre formas de la violencia a través de dos videos proyectados en simultánea y una instalación hecha con piezas de cerámica. La condición de estar encerrados la motivó a meditar en la idea de territorio (ese espacio que es propio y también ajeno) y en las afectaciones que experimentan los cuerpos al sentirse limitados y aislados. Durante el primer periodo de la cuarentena fue con su propio cuerpo con el que dio inicio a una serie de acciones al interior de su casa que fueron trazando manifestaciones frente a una realidad sin precedentes. Con el signo de la cruz la artista inscribió el paso del tiempo, señaló la presencia de la muerte, evocó lo religioso, convocó un acto solidario, insinúo el abrazo y se rebeló contra el silencio que esconde las cicatrices del abuso y del miedo. Vestida de blanco realizó cada acción performática en su espacio doméstico y luego se desplazó al espacio público en donde se ubicó en frente de distintas iglesias o en pedestales encontrados con los brazos abiertos configurando una cruz con su cuerpo, con la boca cubierta. En cada locación permaneció en quietud durante cortos lapsos de tiempo citando el episodio cristiano de la crucifixión, constituyendo así unas imágenes que refieren las crucifixiones simbólicas que padece una sociedad sometida a discursos hegemónicos que ejercen poder sobre los cuerpos. El material audiovisual de esas acciones con su propia corporeidad se presenta junto al registro editado de 50 videos en el que mujeres de distintas regiones del país - también vestidas de blanco - se manifiestan frente a varias situaciones, emociones o experiencias que atravesaron en el marco del confinamiento obligatorio a través de breves escritos en una hoja. Al final de cada video todas cruzan los brazos delante de su cuerpo como un gesto que alude a la cruz y que expresa respaldo y sentido fraterno. Es de conocimiento público que durante la crisis generada por la pandemia la violencia contra las mujeres se agudizó registrando estadísticas alarmantes. La convocatoria de Úsuga levantó la imagen de cincuenta cuerpos hablantes. “Me interesa construir con los otros(as), llevar mi gestualidad a otras dimensiones, posibilitar que los cuerpos expresen lo que no puede salir de la boca, del habla”, en palabras de la artista. La propuesta se cierra con unas hojas y unos lápices del tamaño de las balas de fusil hechos en cerámica y que enuncian la fragilidad de la existencia, pero también a la imposibilidad de construir memoria.


Brazos en cruz Videoperformance e instalaciรณn 50 hojas de papel hechas en cerรกmica. 50 lรกpices de cerรกmica y grafito Dimensiones variables 2020


Brazos

Videoperformance 00:0 20


en cruz

(video doblecanal) 04:28 020


Brazos en cruz (detalle)

Brazos

50 hojas de papel hechas en cerรกmi Dimensione 202


Brazos en cruz (detalle)

en cruz

ica. 50 lรกpices de cerรกmica y grafito es variables 20


Con esta boca, en este mundo... No te pronunciaré jamás, verbo sagrado, aunque me tiña las encías de color azul, aunque ponga debajo de mi lengua una pepita de oro, aunque derrame sobre mi corazón un caldero de estrellas y pase por mi frente la corriente secreta de los grandes ríos. Tal vez hayas huido hacia el costado de la noche del alma, ese al que no es posible llegar desde ninguna lámpara, y no hay sombra que guíe mi vuelo en el umbral, ni memoria que venga de otro cielo para encarnar en esta dura nieve donde sólo se inscribe el roce de la rama y el quejido del viento. Y ni un solo temblor que haga sobresaltar las mudas piedras. Hemos hablado demasiado del silencio, lo hemos condecorado lo mismo que a un vigía en el arco final, como si en él yaciera el esplendor después de la caída, el triunfo del vocablo con la lengua cortada. ¡Ah, no se trata de la canción, tampoco del sollozo! He dicho ya lo amado y lo perdido, trabé con cada sílaba los bienes que más temí perder. A lo largo del corredor suena, resuena la tenaz melodía, retumban, se propagan como el trueno unas pocas monedas caídas de visiones o arrebatadas a la oscuridad. Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía. Hemos ganado. Hemos perdido, porque ¿cómo nombrar con esa boca, cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca? Olga Orozco (1920-1999)




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