El título de esta exhibición escenifica un diálogo entre las obsesiones pictóricas de Alvaro Marín desde sus inicios como artista y lo que interesa hoy a Daniel Salamanca en esta serie de sus nuevas obras. Desde orillas y generaciones diversas los dos artistas responden al ejercicio de la pintura con soluciones distintas que en diálogo, pretenden establecer lecturas que posibiliten nuevas conversaciones acerca del concepto, la materialización y la percepción del problema del arte: la dimensión subjetiva (el artista), la dimensión objetiva (la realidad), la conjunción entre ambas (la creación) y el resultado (la obra de arte), este diálogo busca subvertir la aproximación tradicional del espectador frente al espacio y la idea que él ha construido de la palabra Cuadros (sinónimo de cuadrado y de pintura).
Este proyecto fue apoyado por el ministerio de cultura.