LITERATURA MEDIEVAL I siglos XI-XII
Literatura medieval española
Siglos XI-XII
Siglos XIII-XIV
s. XIII
Siglo XV
s. XIV
Lírica
Narrativa
Teatro
Lírica
Narrativa
Lírica
Narrativa
Lírica
Narrativa
Teatro
Jarchas (mozárabe)
Cantares de gesta
Auto de los Reyes Magos
Cantigas (gallego)
Milagros de Nuestra Señora Crónicas
Libro de Buen Amor Rimado de Palacio
Libro de Buen Amor El conde Lucanor
Cancionero Romancero J. Manrique Marqués de Santillana
Romancero
La Celestina
LOS GÉNEROS LITERARIOS EN LOS SIGLOS XI Y XII GÉNERO
AUTOR
OBRA
Lírica
Anónimo
Jarchas (escritas en mozárabe)
Narrativa
Anónimo
Cantar de Mio Cid
Teatro
Anónimo
Auto de los Reyes Magos
Las primeras manifestaciones literarias en lengua romance son populares; es decir, no tienen autor conocido y se trata de canciones que cantaba el pueblo (jarchas), de narraciones en verso que transmitían los juglares (cantares de gesta) o de representaciones teatrales con tema religioso que se hacían dentro de las iglesias (el Auto de los Reyes Magos). Su transmisión era, por lo tanto oral, no escrita. Al tratarse de una transmisión oral, han llegado hasta nosotros muy pocos textos, y los que han llegado ha sido porque fueron recogidos por escrito por personas cultas.
LA LÍRICA POPULAR LAS JARCHAS
Las jarchas son breves poemas en mozárabe (es decir, la lengua derivada del latín que hablaban los cristianos que vivían en Al-Andalus). Estas composiciones aparecen incluidas al final de las moaxajas, poemas cultos en árabe o en hebreo. A los poetas cultos árabes y hebreos les gustaban las canciones populares que cantaban los mozárabes y por eso las incluyeron al final de las moaxajas. Este poemilla final se transcribía en escritura aljamiada: con grafía árabe o hebrea. Las moaxajas se transmitían cantadas.
Las primeras jarchas conservadas se remontan al siglo X y se siguieron recogiendo en las moaxajas durante los siglos XI y XII.
Moaxaja árabe Si se compadeciera, si a mi afán accediera, si mi fin no quisiera, besarlo me dejara y de él no me quejara.
Que el fuero intacto siga fuero: conjunto de leyes civiles a todo amante obliga, y, si alguien dice, diga: los reproches aparta, pero al fuero no falta.
Culto de amor profeso; no de traición soy reo; mi honor puro mantengo: quien esta ley abraza prendado está de Fáray.
Una niña que pena cual yo, mi mal consuela si a su madre se queja: ¡Ke tuelle me ma 'alma! ¡Ke kitá me ma 'alma!
Mi humillación me gusta, mis ansias, mi tortura. Deja, pues, tus censuras. Soy de una gente rara, que de su mal se jacta.
¡Que me quita mi alma! ¡Que me arrebata mi alma!
Características de las jarchas: Siempre es una mujer que se dirige al amado ausente o cuenta su queja de amor a su madre, su hermana o una amiga. Tema: desconsuelo o pena por la ausencia del amado. Tienen entre dos y seis versos de arte menor. Su estilo es muy sencillo y se usan muchas exclamaciones , interrogaciones y repeticiones que aumentan su expresividad. ¡Tant’amari, tant’amari habib, tant’amari! enfermaron uelyos gayos, ya duelen tan mali.
¡Tanto amarte, tanto amarte, amigo, tanto amarte ! enfermaron ojos alegres, ya duelen con tanto mal.
Ya mamma, meu l-habibi baise e non mas tornarade. Gar ke faré yo, ya mamma: ¿non un beziello lesarade?
Oh madre, mi amigo vase y no más tornará. Di qué haré, oh madre: ¿no dejará un besillo?
EL MESTER DE JUGLARÍA Y LOS CANTARES DE GESTA La sociedad en la primera parte de la Edad Media era mayoritariamente analfabeta y vivía en pequeños núcleos rurales que dependían de un castillo o de un monasterio. Había una serie de hombres (y también algunas mujeres) que se dedicaban a entretener al público con canciones, cuentos, narraciones, bailes, malabarismos… Eran los juglares, y a su profesión se le dio el nombre de Mester de Juglaría. Las obras más características del Mester de Juglaría eran los cantares de gesta que los juglares contaban acompañados por un instrumento musical. Los cantares de gesta pertenecen a la épica. La épica es un subgénero narrativo que se caracteriza por utilizar el verso y contar las hazañas de un héroe (o grupo de héroes) que tiene una base real más o menos remota, y que encarna los valores positivos de un pueblo. Naturalmente, los hechos reales se exageran y se le añaden leyendas que hacen al personaje más atractivo o cargan de un mayor dramatismo a las acciones.
Los cantares de gesta son anónimos. Es posible que los juglares recogieran leyendas sobre héroes que habían existido y las convirtieran en cantares. Como se componían para ser recitados, la mayoría se han perdido. Sólo se conservan los que fueron recogidos y escritos por una persona culta, como es el caso del Cantar de Mio Cid.
CARACTERÍSTICAS DE LOS CANTARES DE GESTA Los versos son de medida irregular, aunque predominan los de 14 y 16 sílabas. Están divididos en dos hemistiquios por una cesura. La rima es asonante.
De los sos ojos tan fuertemiente llorando, tornaba la cabeça e estábalos catando; vio puertas abiertas e uços sin cañados, alcándaras vacias, sin pieles e sin mantos, e sin falcones e sin adtores mudados. Sospiró Mio Çid, ca mucho habié grandes cuidados; Fabló Mio Çid bien e tan mesurado: «¡Grado a ti, Señor, Padre que estás en alto! Esto me han vuelto mios enemigos malos». Hay muchas expresiones que reclaman la atención del público y lo acercan a la historia.
Tanto brazo con loriga veríais caer cortado.
Predomina la acción, por lo que los verbos son muy abundantes.
Alcanzó el Cid a Búcar a tres brazas del mar; levantó a Colada y un gran golpe le da, los rubíes del yelmo le ha arrancado, cortole el yelmo, y de arriba abajo hasta la cintura le llegó la espada. Abundan los diálogos directos que hacen que las acciones sean más cercanas al oyente. Muchos de esos diálogos se introducen sin fórmulas, lo que agiliza mucho la narración.
Mio Cid al rey Búcar dio alcance: “¡Acá vuelve, Búcar!, viniste de allende el mar…” Hay descripciones breves, llenas de plasticidad.
Tanto brazo con loriga veríais caer cortado, tantas cabezas con yelmos que por el campo caen, caballos sin dueños salir por todas partes. Epítetos (apelativos) épicos para caracterizar a los personajes.
Te has de ver con el Cid, el de la gran barba El Cid, el que en buen hora nació
EL CANTAR DEL MÍO CID El Cantar o Poema de Mio Cid es el cantar de gesta más extenso y mejor conservado en lengua castellana. Se conserva en una copia manuscrita del siglo XIV, y compuso probablemente entre los siglos XII y XIII. Al final de la copia manuscrita pone que Per Abbat lo escribió. Para algunos, este Pedro Abad es simplemente un copista, para otros, se trata de un autor culto que puso por escrito un cantar de gesta anónimo, pero que lo reelaboró, lo estructuró y le dio una categoría literaria que no tenía.
Quien escribió este libro Déle Dios Paraíso. Amén. Per Abbat le escribió en el mes de mayo en era de mil y CCXLV años
Ese 1245 se corresponde con el 1207 de nuestro calendario actual
EL PERSONAJE REAL La obra se basa en un personaje real: Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero perteneciente a la baja nobleza castellana que fue vasallo del rey Sancho IV de Castilla, y, tras la muerte de éste, de su hermano Alfonso VI.
Naturalmente, en la obra literaria hay muchos hechos cambiados o exagerados, o se han añadido cosas que son invenciones.
EL ARGUMENTO En la obra, el Cid es desterrado por el rey Alfonso VI a causa de una falsa acusación. Separado de su familia, emprende varias campañas militares. Sus victorias hacen que se convierta en un personaje prestigioso. Cada vez que gana una batalla, envía regalos al rey. Sus éxitos culminan con la conquista de Valencia. El rey lo perdona y le permite que se reúna con su familia (doña Jimena, su esposa, y sus dos hijas: doña Elvira y doña Sol). El rey, para premiar su valentía, concierta la boda de sus hijas con los condes de Carrión, dos nobles leoneses que resultan ser ruines y cobardes.
Para vengarse de las burlas que los vasallos del Cid han hecho de ellos, deciden marcharse a sus tierras con sus esposas, y, por el camino, las maltratan hasta que creen que están muertas. El Cid pide justicia al rey, y éste convoca Cortes donde son juzgados y castigados los condes. Las hijas del Cid se casarán de nuevo con los infantes de Aragón y Navarra, con lo que emparentan con familias reales. Recientemente, el Cantar se ha dividido en tres partes: “Cantar del destierro” “Cantar de las bodas” “Cantar de la afrenta de Corpes”
EL TEATRO MEDIEVAL Tras la caída del Imperio Romano, se pierde completamente el teatro clásico que tanta importancia tuvo en la sociedad y la cultura romanas. En la Edad Media surge un teatro totalmente nuevo y diferente: la Iglesia organizó y fomentó representaciones teatrales dentro de los templos con el fin de transmitir enseñanzas religiosas al pueblo analfabeto.
Los temas de estas representaciones tenían que ver con las vidas de Jesucristo, de la Virgen María o de los santos. Estas obras se realizaban coincidiendo con las festividades litúrgicas: Navidad, Semana Santa, Ascensión de la Virgen, etc. En castellano sólo se conserva por escrito el fragmento de una de estas obras: la Representación o Auto de los Reyes Magos, del siglo XII. Con el tiempo, estas representaciones religiosas se fueron llenando de elementos profanos y la Iglesia las prohibió.
También existió un teatro profano de carácter popular en el que los juglares tuvieron una importante participación.
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS
En la primera escena del texto, cada uno de los reyes por separado comenta el hallazgo de una nueva estrella y su posible significado. Los magos deciden ir a ver al niño Jesús con regalos y en su camino visitan a Herodes en su palacio. El rey promete ir también a adorar al Niño, pero teme que el nacimiento del “nuevo rey” le perjudique y convoca a los sabios de su reino para debatir sobre este suceso. Ahí se interrumpe el texto.