REGISTROS 2 Lourdes Castro Cerón

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LOURDES CASTRO CERÓN

REGISTROS

1234567 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 … Xinjiang (China) – Mongolia –Extremo Oriente Ruso



LAS COSAS SE HACEN IMPORTANTES EN LOS LÍMITES, EN LOS BORDES, CUANDO EMPIEZAN A DEJAR DE SER. Eduardo Chillida



Ürümqi Xinjiang, China 25 · IX · 2016

Yo también he observado que en los límites, cuando todo empieza a dejar de ser (o a ser de otra forma) suceden cosas importantes. No son necesariamente más importantes que las demás. Pero son, están, existen, forman parte del todo. Me interesan las cosas que pasan en los límites de un país, en los extremos, donde parece que el país se acaba. Encuentro cierta analogía entre este pensamiento y mi origen, mi ciudad natal, ubicada también en un extremo. Me gusta estudiar los temas de forma íntegra, completa, absoluta. Me gusta explorar un territorio y conocerlo también en sus extremos. Me interesa acercarme a esas regiones en la que las cosas empiezan a ser de otro modo. Los territorios de transición son muy bellos. Hay una profunda armonía, los cambios y las influencias suceden de forma natural. Xinjiang es un espacio de transición. Cambia el paisaje, la música, el color, la atmósfera, los tejidos, la caligrafía, la tradición. Cuando estuve desarrollando mi proyecto sobre China, hace 5 años, no pude llegar a la provincia de Xinjiang. Leí sobre ella y escuché muchas cosas, pero no la visité.



Remota, apartada, bellísima, (quizás) desolada, (quizás) desconocida. Subestimada por occidente, pero China no la quiere perder. Xinjiang es un tejido de culturas; limita geográficamente con seis naciones; su historia, desde los tiempos de la Ruta de la Seda, es muy rica. En Xinjiang conviven los chinos Han con los Uigures; se habla mandarín y uigur (de la familia lingüística túrquica). Los rostros, la indumentaria y las costumbres son diferentes pero lo esencial lo comparten. Y cuando digo lo esencial me refiero, por ejemplo, a que tanto unos como otros no son indiferentes a una sonrisa, una inclinación de cabeza o una mirada cómplice. Lo esencial (aunque a veces quede oculto) lo comparten todos los seres humanos.



Xinjiang atraviesa una época difícil y delicada. Las circunstancias actuales son evidentes en la calle, en las carreteras, en la comunicación; en todo. Mi primer encuentro con la cultura uigur ha sido en el aeropuerto de Astana (Kazajistán), facturando el equipaje para tomar el tercer y último vuelo. Estaba cansada pero profundamente emocinada. Una sala de aeropuerto con un único mostrador. Un grupo de personas nerviosas e inquietas, esperando ser atendidos: sin orden ni paciencia, con un tono de voz alto, sin formar fila, empujándose, gesticulando. En medio de esa baraúnda hubo para mí amabilidad extrema, trato preferente y mucho cariño. Rápido aprendí a decirles hola: salaam alaikum. Y este hola ha abierto las puertas de nuestra comunicación de par en par. Una chica jovencita, ataviada con tejidos sofisticados, se ocupó de mí hasta que llegamos al destino y se cercioró de que tenía un vehículo en el que desplazarme al alojamiento. Esta chica ha sido mi primera amiga uigur. En mi vuelo iba un profesor de la Escuela de Arte de Xinjiang. Viajaba con mi (nueva) amiga, me lo presentó y he tenido la oportunidad de visitarle en la Universidad y entablar una conversación rica y pausada. Él es profesor de retrato —retrato uigur—. Tiene un despacho sencillo (muy humilde) impregnado del mismo olor de los despachos de Bellas Artes en Europa: esencia de trementina.



Ürümqi, capital de Xinjiang

Calor. Ruido. Agitación. Es el lugar del mundo más alejado de un océano. Seco, muy seco. Ciudad grande, bulliciosa, apresurada, creciendo a una velocidad vertiginosa como todas las capitales de China. Ordenada (quizás) para su población, para los extranjeros Ürümqi es un jeroglífico. Tiene la grandeza de sus habitantes, de las personas que viven aquí. En las calles no queda rastro de lo que fue durante la Ruta de la Seda. La tierra seca de las montañas de alrededor anuncian la proximidad del desierto. Montañas de color siena, gris, ocre. El impacto del sol disuelve el color. Velocidad. Movimiento frenético. Gritos. Mezcla de olores, ruidos, músicas, ritmos.


La caligrafía que adorna (e informa) por las calles, es bellísima. Tiene un marcado carácter plástico. No puedo parar de mirarla. Las letras y los textos legibles han desaparecido y dejan paso a unos grafismos sofisticados, sugerentes, muy bellos. Ya no hay letras, no hay texto, solamente dibujo.













Facultad de mĂşsica y danza. Ensayos de danza uigur.




En Ürümqi buscaba lo básico para iniciar mi ruta: papel, cuadernos y adecuar la estructura de mi ordenador para comunicarme con regularidad. Ninguna de estas cosas ha sido sencilla. En parte por la idiosincrasia de la provincia y en parte por mi torpeza para descifrar el jeroglífico de esta ciudad. China es la cuna del papel pero no en todas las regiones se encuentra fácilmente. La (fatigosa) búsqueda de mis soportes para trabajar me ha permitido familiarizarme —de golpe y sin amortiguación— con el transporte público de Ürümqi, con la maraña de calles que construyen su mapa, con las preciosas letras (uigur y mandarín) de los nombres de las calles; y además, he podido acercarme a las personas, de su paciencia y su atención dependía el éxito de mi búsqueda. Algunas cosas están sin resolver, pero no obstante voy a salir de Ürümqi para iniciar la ruta. Salir de la capital exige arrojo y esfuerzo. Por muy impactante y desconocida que sea una ciudad (grande), no deja de ofrecer recursos y comodidades que desaparecen en la provincia. Voy hacia Turfán.


Los controles de policĂ­a en la carretera son exhaustivos.





Al salir de Ürümqi el viento se detiene: comienza el descenso por la depresión de Turfán.



En mi autobús solamente viaja población uigur. Mirada profunda, tímida, amable, cómplice. Piel morena. Cabello oscuro. Tejidos preciosos. Diferentes. Singulares. Sofisticados. Mucho brillo. Hilos dorados. Brazaletes. La cabeza siempre cubierta. Generosos, atentos y procurando permanentemente agradarme. —Toma, para ti, pruébalas, son muy sabrosas. Creo que mis compañeros de viaje me decían esto al tiempo que me entregaban un racimo de uvas.




Turfán Xinjiang 27 · 9 · 2016

154 metros por debajo del nivel del mar. (Depresión de Turfán) Calor. Muchísimo calor. Calor sofocante. Clima desértico. 8% de humedad. Seco, seco, seco. Turfán es un oasis legendario, una puerta que conduce al desierto. Le circunda una cadena montañosa y tiene al sur la cuenca del Tarim. Actualmente es una pequeña ciudad abarrotada de comercio, vehículos, ciclomotores y carros. Hay ruido y desorden. Se toca la bocina constantemente, se circula aleatoriamente por un carril u otro. Los peatones cruzan con libertad esquivando el tráfico. Las calles están cubiertas de parras. Las personas me ofrecen uvas a todas las horas del día. Son exquisitas. Los niños corren a mi lado, me saludan y sonríen tímidamente cuando yo les contesto salaam, salaam, salaam…


















Jiaohe. Antigua ciudad del desierto. Calor, calor seco. Es mi primer dĂ­a de trabajo.



El clima es exigente. Las formas de las piedras son bellísimas. Doradas. Ocres, casi blancas. Rotundas. Con carácter. Con mucha presencia. Elegantes. No son más que piedras toscas, duras y frías, pero hermosas. Al atardecer: naranja, bermellón, violeta. Mucho silencio. Silencio absoluto. Apenas hay vegetación. El único verde es el de las rocas en la sombras.





Formas quebradas. Laberinto. Ritmos. Espacios abiertos y cerrados. Recorridos de luz. La luz del sol se filtra, atraviesa las cavidades de la piedra, construye. Contraluz. Perfil. Contorno. Un mismo tono de color con mĂşltiples valores.







Abstracción absoluta. Formas y estructuras sólidas. Expresión. La piedra, en sí misma, tiene una expresión rotunda.







Trabajar aquí es muy emocionante, no es cómodo —en absoluto— pero el diálogo con este espacio es rico para la pintura. La pintura se siente a gusto intentando comprender cómo la naturaleza dice tanto con tan poco, utilizando (aparentemente) casi nada: piedra, sol y una paleta de color reducida. Rotundo. Elegante. Sobrio. Silencio. Trabajar aquí es impactante, es emocionante. Las personas que sorprendentemente aparece a mi lado se paran, miran, intentan hablarme. Y si llevan algo de comida me lo ofrecen. Las personas hacen que este espacio apartado y desértico, sea un lugar.




DATOS DEL VIAJE INICIO: 21 de septiembre de 2016. Madrid- Ürümqi (Xinjiang, China) ITINERARIO: Xinjiang (China) - Mongolia - Extremo Oriente Ruso DURACIÓN: 3-4 meses (por determinar)

mlourdescastroceron@gmail.com www.lourdescastroceron.com

* Las imágenes y los textos de este documento no se deben reproducir sin autorización.



FINANCIACIÓN GENERAL Destino el importe percibido del XVI Premio de Pintura de la Universidad de Murcia (2015) a la financiación de este proyecto.

FINANCIACIÓN MATERIAL

Colores para Artistas desde 1887

Cubierta y contracubierta: Fragmento de pared. Ronda de Segovia, Madrid



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