REGISTROS 4 Lourdes Castro Cerón

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LOURDES CASTRO CERÓN

REGISTROS

1234567 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 … Xinjiang (China) – Mongolia –Extremo Oriente Ruso



¿NO SERÁ LA SUCESIÓN DE PREGUNTAS LA RESPUESTA A LA PRIMERA PREGUNTA? Eduardo Chillida



Kuqa, Xinjiang 5 · X · 2016

Me marcho de Turfán en tren. La temperatura ha bajado; sopla un viento fuerte. Alrededor de la ciudad hay tormentas de arena y han cortado carreteras. La estación está a cincuenta kilómetros. Helil —el carpintero que me ayudó con los cuadernos— va a intentar llevarme. Tomamos una vía secundaria —muy secundaria— que implican un recorrido más largo. No disponemos de mucho tiempo. Corre, acelera, suda, agarra el volante con fuerza y se acerca al cristal intentando ver, pero es imposible; estamos rodeados de remolinos de arena. El coche se zarandea, salta: vamos por un camino de piedras. Helil conoce muy bien el trayecto pero conduce a ciegas. Cuando los faros del coche iluminan veo desfiladeros de montañas y me doy cuenta de que estamos pasando por un lugar muy bello, en las inmediaciones del desierto. Es de noche, noche cerrada.



Helil mira el reloj constantemente, se seca el sudor y dice cosas en su lengua materna: uigur. Yo no lo entiendo pero sé que está intentando, por todos los medios, que llegue al tren. Llegamos. Pasé tres controles de policía y corrí mucho con todo mi equipaje encima: mi mochila, mis trabajos. Corrí mucho. Hacía muchísimo viento. El viento me empujaba con fuerza; me tiraba. Era un viento furioso, frío, amargo. Nunca había sentido un viento así. En China, las explanadas que preceden los lugares públicos son inmensas. Hay que caminar. El tren salió a su hora pero al poco tiempo se detuvo. Estuvimos parados cinco horas. Seguía la tormenta de arena y había que esperar. Desde el vagón del tren —sobrio, austero y algo deteriorado— vi y sentí por primera vez una tormenta de arena. A pesar de las condiciones hostiles, me pareció preciosa. Abstracta, de color neutro, siena tostada a través un cristal traslúcido arañado.



He modificado mi ruta. Las condiciones climáticas me han obligado a invertir el orden de algunos trayectos. Este cambio de itinerario me ha llevado a una población que no estaba en mi ruta: Kuqa. Amanece. Desde las ventanas del tren se ven unas montañas muy bellas. Se dibujan siluetas sugerentes y planos de muchos colores Parece que no son montañas de verdad. Nieve en las cumbres. Rojo, tierra, granza. Gris, ocre, siena. Vegetación en los primeros planos. A veces tierra desértica, a veces verde. Impacto. Exclamación. Asombro. Preguntas. ¿Cómo pueden ser tan bellas unas montañas? Quiero ver todo esto de cerca. Quiero bajarme del tren.


Kuqa. En poco espacio hay montañas muy distintas. Se diferencian entre sí por el color, la estructura y el relieve. La forma y el dibujo que ordena estos elementos es radicalmente distinta. La geografía me explicaría muy bien cómo y por qué, en un espacio tan reducido, hay tal diversidad. Estoy impactada. No dejo de preguntarme cómo existe algo así, cómo puede ser tan bello. La pintura no conoce la explicación científica de estos fenómenos… pero no pasa inadvertida. Estas montañas interpelan mi pintura.



Montañas (casi) de arena. Cubiertas por una película de arena compacta que se deshace con facilidad. Relieve, expresión. Evocan el modelado con barro de un escultor. Caminar entre ellas sobrecoge. Frío. Gris. Sobrio. Algo tosco. Pesado. Sólido. Arena de color claro. Con sol deben ser muy luminosas.



Reiteración de planchas inclinadas en la misma dirección. Parecen un cuerpo de baile en movimiento. Orificios, cavidades, huecos. Mucho viento. Mucho frío.





Desfiladero. Cañón. Laberinto. Pasillos. Paredes. Muros. Elogio a la arquitectura. Recorrer los laberintos de este cañón impactante, emociona.



Rojo. BermellĂłn. Naranja. De vez en cuando el arrastre de una pincelada frĂ­a: gris. El color es imponente. Sobrecogedor. Solemne. Mucha humedad. La piedra suda agua. Eco. Silencio.





Pintura. Expresionismo abstracto. La Naturaleza, ella sola, ha hecho aquĂ­ un cuadro bellĂ­simo.






Kashgar, Xinjiang

Cruce de caminos. En la ciudad quedan muchos registros e influencias de antaño. Hoy es un entramado jugoso de colores, formas, estructuras, sonidos, aromas… He llegado a Kashgar; un lugar muy bello; un hervidero de conceptos digeridos con elegancia y frescura. Todo es interesante, hermoso, atractivo, sugerente. No sé hacia donde mirar. El espíritu y la razón rebosan. Todo interpela a la pintura. Todo es hermoso.


El casco antiguo tiene las casas de adobe. La planta es entramado de calles (laberinto) salpicadas con puertas de color. Existe un equilibrio perfecto entre la sobriedad y el carácter neutro del color del adobe y las referencias cromáticas de las puertas. Así, la expresión y la fuerza de este color es rotunda, absoluta.





A algunas horas del día las calles rebosan. Al salir de la mezquita los señores se reúnen en las casas de té. Toman té mojado en pan. Al terminar dan gracias y se despiden para volver a sus tareas. Tienen la piel morena, curtida, del color del bronce. Visten tejidos oscuros: azul, gris, siena, verde, y una pizca de blanco.



Las personas me miran. Mirada intensa, fija, constante, profunda. Mirada frĂ­a, templada, cĂĄlida. Preguntas. Mirada concreta, perdida, hundida. Grito. ConversaciĂłn. Silencio. Risa. Llanto.











Dibujar en la calle me permite ser testigo directo de escenas importantes: la vida cotidiana. Desde este taller, escenario de mi trabajo, comparto el tiempo con las personas. Movimiento. Juego. Tarea. Expresión. Música. Alegría. Júbilo. Inocencia. Color. Un carro. Un animal. Los pedales de una máquina de coser.











Contraluz. Claroscuro. La luz dibuja una lĂ­nea vigorosa en el laberinto de las calles. Crea una atmĂłsfera de misterio; construye escenas; evoca; plantea preguntas.





Cuando paso muchas horas dibujando en el mismo sitio, la mirada de las personas se detiene. Me invitan a sus casas. Entro. Estar con ellos me permite conocer su realidad . La interpretaciรณn de mi pintura estรก determinada, en gran medida, por encuentros circunstanciales: profundos, llenos de contenido Mi encuentro con las personas transforma la jornada de trabajo.



Me interesan los planos de color abstraĂ­dos de cualquier escenario: arquitectura, interiores, indumentaria.









Madera, adobe. Madera desgastada, madera llena de expresiĂłn, de tiempo. Incisiones. Grafismo. LĂ­nea. Mancha. Color.





Cada herramienta impacta sobre el metal produciendo un timbre distinto. Ruido. Sonido. Timbre. Repetición. Ritmo. Orden. Compás. Tiempo. Música. Música abstracta, básica, esencial. Muy bella.



Talleres. Oficios. Madera. Barro. Hierro. Fuego. Un torno que gira. Se detiene. ContinĂşa. Color del fuego. Color del barro. Color del hierro encendido. En las calles de los oficios los registros se multiplican.



Uno de mis papeles ha rozado con el muro de adobe sobre el que me apoyaba. Sobre el papel se ha dibujado un trazo contundente, recio, expresivo: con las cualidades que reúne el propio adobe. He sacado un fragmento pequeño de adobe de una zona desconchada para repetir este accidente. Los accidentes en el trabajo directo, frente a las cosas, enriquecen, aportan. Kashgar es un lugar. Un entramado de preguntas. Un espacio de trabajo. Un taller. Los estímulos para la pintura se multiplican. No sé hacia donde mirar. Kashgar es un lugar muy bello.



Por la noche la ciudad se transforma. Se encienden las barbacoas. El humo disuelve las imรกgenes. Luz escasa. Abstracciรณn.




Tengo un billete de autobús para Tashkurgán, la última ciudad de China antes de la frontera con Pakistán. El trayecto se hace por la carretera de Karakorum. Es un recorrido imponente. Me dijeron que era imposible conseguir un billete de autobús en esa dirección, que era más conveniente alquilar un taxi. Además, que ese autobús no es confortable: que se zarandea, está sucio y va abarrotado de personas. No ha sido sencillo pero he logrado un asiento. No quiero ir en un taxi. Me interesa este autobús. Quiero hacer el trayecto con las personas e incluso, si es necesario, con la suciedad. Quiero hacer mi recorrido por la carretera de Karakorum con las personas que van allí de forma ordinaria. No quiero una urna de cristal.



DATOS DEL VIAJE INICIO: 21 de septiembre de 2016. Madrid- Ürümqi (Xinjiang, China) ITINERARIO: Xinjiang (China) - Mongolia - Extremo Oriente Ruso DURACIÓN: 3-4 meses (por determinar)

mlourdescastroceron@gmail.com www.lourdescastroceron.com

* Las imágenes y los textos de este documento no se deben reproducir sin autorización.



FINANCIACIÓN GENERAL Destino el importe percibido del XVI Premio de Pintura de la Universidad de Murcia (2015) a la financiación de este proyecto.

FINANCIACIÓN MATERIAL

Colores para Artistas desde 1887

Cubierta y contracubierta: Fragmento de pared. Ronda de Segovia, Madrid



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