Pedagogías no institucionales ivan illich

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PEDAGOGÍAS NO INSTITUCIONALES: LA DESESCOLARIZACIÓN, IVAN ILLICH

1º DE EDUCACIÓN SOCIAL. EPD 11.

MARINA DÍAZ­SALAZAR VALDÉS LUCÍA ASUAR ARTEAGA


ÍNDICE 1. Introducción. 2. Justificación. 3. Datos biográficos y culturales. 3.1 Sobre la época. 3.2 Sobre el autor. ​ 4.​ Relevancia académica y pedagógica. ​ 5. ​ Repercusión socioeducativa de sus aportaciones: impacto, importancia y relevancia. ​ 6.​ Conclusión. ​ 7.​ Reflexión grupal. ​ 8.​ Bibliografía.


1. Introducción. A lo largo del siguiente documento vamos a exponer las principales ideas del autor Ivan Illich, que propuso un sistema educativo innovador; la desescolarización, apoyado en el avance de las nuevas tecnologías, que él presentaba como un medio para alcanzar en primera instancia una mejor educación y con la intención de futuro de convertir la sociedad en un sistema humanizado y justo, propiciando la desalienación del hombre. Fue un pensador austríaco muy polémico y polifacético, de tendencia anarquista, autor de varias críticas a las instituciones claves del progreso y la cultura moderna. Hizo una crítica y desestructuración teórica del sistema educativo de su época definiéndolo como un mero comercio con la función de crear nuevos consumidores. ”La escuela se ha convertido en la religión universal del proletariado moderno, una religión que hace promesas vanas de salvación para los pobres de la era tecnológica. El estado ha adoptado esta religión y hace entrar a todos los ciudadanos en un sistema escolar jerarquizado en el que cada etapa finaliza con un título que recuerda a los rituales de iniciación y las promociones sacerdotales antiguas” (Ivan Illich).

​ 2. Justificación. Hemos elegido realizar el trabajo basándonos en este autor puesto que por experiencias previas en nuestra carrera, como por ejemplo las ApS que hemos llevado a cabo, estamos interesadas en los modelos educativos alternativos, por lo que nos ha llamado especialmente la atención las propuestas de pedagogías no institucional, y, tras haber indagado un poco, nos interesa en particular la propuesta de este autor, puesto que su enfoque pretende mejorar no solo el sistema educativo sino también propone una mejora del sistema social. Estamos de acuerdo con la percepción que tiene el autor de la escuela como un sistema mercantilizado en el que se mezclan intereses económicos y políticos, así como con la idea de que el aprendizaje es mucho más fructífero cuando la voluntad de aprender está motivada por nosotros mismos, y considera que la escuela de su tiempo, tal y como él la crítica, sirve a los intereses de las instituciones en vez de motivar el interés propio.

3. Datos biográficos y culturales. Para comprender mejor las ideas y el desarrollo de la teoría del autor, es necesario ubicar correctamente el contexto del mismo. Por tanto, a continuación, vamos a exponer los elementos principales de la vida del autor y los acontecimientos sociales y culturales que rodean su contexto. 3.1 Sobre la época.

Finalizada la II Guerra Mundial, el principal objetivo de las grandes potencias mundiales (EEUU y la URSS) fue su desarrollo y expansión económica. Este deseo de desarrollo se focalizó en el impulso del crecimiento tecnológico, pues este era un signo de progreso. En los años 60 las tecnologías eran consideradas un símbolo de la sociedad libre y del avance económico, aunque esta visión fue pronto desmitificada pues se manifestaron los


verdaderos resultados del uso excesivo de la tecnología: deshumanización, alienación y dominación. A raíz de una serie de incidentes problemáticos que tuvieron su origen en la tecnología, la utopía tecnológica se ve frenada a gran escala, visión negativa que se prolongó hasta los años 80. Comprender el alcance y las expectativas que en la época se tenían sobre las incipientes nuevas tecnologías es clave para comprender el propósito de la obra del autor, que se enmarca en pleno auge del desarrollo de los ordenadores, que se presentaban por primera vez como elementos de uso diario y personal. Así mismo, tras los acontecimientos posteriores a la II Guerra Mundial, surge una avalancha de críticas de carácter cultural dirigidas a las instituciones y a las prácticas sociales del momento. Nos encontramos ante una época en la que la clase media se diversifica y expande, en la que también aparecen nuevos tipos de marginalidad, acompañados de nuevos problemas sociales. Ante esta situaciones varios pensadores plantean métodos alternativos de regeneración de la sociedad que comienzan por la educación. A parte Ivan Illich, autores como Paul Goodman (escritor norteamericano que comenzó a establecer las bases de las teorías de la desescolarización), Everett Reimer o Paulo Freire apoyaron la necesidad de una regeneración que partiera del sistema educativo como método para alcanzar una sociedad mejor. 3.2 Sobre el autor.

Ivan Illich, nacido en Viena en 1926, hizo sus estudios primarios y secundarios en las Escuelas Pías, de las que fue expulsado debido a su origen judío y la aplicación de las leyes antisemitas, lo que le obligó a terminar sus estudios secundarios en la Universidad de Florencia. Más tarde, estudió teología y filosofía en la Universidad Georgiana de Roma. Además, obtuvo el doctorado en historia por la Universidad de Salzburgo. Habiendo rechazado la oferta del Vaticano para realizar la carrera diplomática, ejerció de vicepárroco en el ministerio pastoral en una Iglesia de Nueva York, donde permaneció de 1951 a 1956. En 1956 Illich abandona Nueva York y se marcha a Puerto Rico, para ejercer el cargo de vicerrector en la Universidad Católica de Ponce. Motivado por su interés por lo que él denominaba “sensibilidad intercultural” creó el Instituto de Comunicación Intercultural. Sin embargo, debido a ciertos desacuerdos entre el autor y el obispo de la diócesis que controlaba la Universidad, así como por los abusos de poder que éste ejercía, Illich vio acabada su relación con la Universidad de Ponce en 1960. Durante estos cuatro años que estuvo en la isla, difundió sus radicales ideas por toda Hispanoamérica, llegando a asesorar de forma directa en el ámbito educativo de la política boliviana. En 1960 regresó a Nueva York, donde ejerció de catedrático en la Universidad de Fordham. En 1961 funda el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) en la ciudad de Cuernavaca, en México, para seguir con su empeño de fortalecer las relaciones interculturales.


Hacia los 70 Illich comienza a criticar a la Iglesia católica ya que empieza a considerarla como una gran empresa, visión que extiende más tarde también a las instituciones escolares, lo que le llevó a crear la propuesta de una sociedad desescolarizada. Sus ideas acabaron por transformar al CIDOC en un centro de controversia eclesiástica, por lo que en 1968 Illich seculariza el centro y en 1969 abandona su puesto sacerdotal. A mediados de los 70 se aleja de América Latina, aunque mantiene su residencia en México, y comienza a dirigir sus escritos a la comunidad académica internacional. Al comienzo de los ochenta abandona México para irse a Europa. Durante los 80 y 90 se dedica a dar conferencias y seminarios, lo que le trajo fama mundial. De esta forma pudo difundir sus ideas radicales a cerca de la sociedad, la escuela y la Iglesia Católica. Entre sus obras destacan algunas como ​ “La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada” (1968); “Una sociedad sin escuela” (1971); “Herramientas para la convivencialidad” (1973); “La sociedad desescolarizada” (1978); “La escuela y la represión de nuestros hijos” (1979); “Ecofilosofías” (1984); “La educación y H2O y las aguas del olvido” (1989)​ , en colaboración con el famoso escritor Paulo Freire. Fallece el 2 de diciembre de 2002 en la Universidad de Bremen, en Alemania.

4. Relevancia académica y pedagógica. Este autor es considerado el máximo representante de la desescolarización, entendida como cualquier enfoque de aprendizaje que resulte menos estructurado, permitiendo al niño perseguir sus propios intereses y permitiendo que aprenda a través de su envolvimiento en el mundo de los adultos. Illich concebía la escuela como el proceso de iniciación hacia el mito del consumo ilimitado. Apoya la teoría de que la escuela vende el saber: “la mercancía es la escuela, la cual se vende a los padres contribuyentes y a los niños. El maestro sería un sistema de reparto de buen funcionamiento que lleva el producto elaborado a los consumidores, los alumnos”.​ Si el desarrollo de la humanidad estaba dirigido al crecimiento ilimitado del consumo, esto jamás podría conducir a la madurez humana. Además, criticaba que los programas de formación escolar, a menudo, exigían la introducción de nuevos campos, aún cuando los ya existentes satisfacen las necesidades de los niños. Pensaba que la discriminación en la escuela se soportaba, e incluso era aceptada por aquellos a los que la habían sufrido. Estaba a favor de la socialización tradicional de los niños a través de ayudar en el trabajo de la familia y comunidad. Illich se dio cuenta de que la tecnología de las comunicaciones se estaba convirtiendo rápidamente en algo barato, ligero, y disponible. Propuso "redes de aprendizaje" (en 1971) en las que se trabajasen a nivel mundial de forma interconectada, con acceso a todos los recursos educativos. Propuso además las denominadas "redes de pares" por las que cualquiera podría encontrar, conocer y buscar sus intereses y ser conectados con personas con ideas afines en cualquier parte del mundo. Illich no estaba hablando de derribar las escuelas en Londres y Nueva York. Él hablaba de no repetir el error en todo el mundo subdesarrollado. En esas zonas, en vez de construir escuelas y "la creación de la infancia dependiente", defendía la idea de proporcionar acceso a la educación a través de redes de aprendizaje.


En su teoría de una sociedad desescolarizada propone un modelo de aprendizaje de discípulo­maestro, poco planificado, en el que el niño puede indagar tanto como lo desee y por el cual tenga acceso al mundo real. El sistema de educación que él planificó constaría de servicios de intercambio de conocimientos, de depósitos descentralizados de recursos, de un servicio de educadores profesionales y de la búsqueda de un compañero que facilite el encuentro entre iguales. La desescolarización propone invertir las instituciones, poniendo al servicio de la gente la tecnología y los recursos, así, la escuela se reemplazaría por unidades descentralizadas que estimulen la convivencia y la capacidad autodidáctica, que no tengan un carácter obligatorio y que posean sobre todo una utilidad pública, que garantice la información y los aprendizajes útiles para la vida. Sería la manera de igualar las oportunidades educativas.

5. Repercusión socioeducativa de sus aportaciones: impacto, importancia y actualidad. La desescolarización no es una idea perteneciente únicamente a Ivan Illich, es una teoría apoyada por muchos pensadores contemporáneos a nuestro autor. Tuvo su mayor apogeo en los años 70. Los escritos de Paul Goodman (1911­1972) suponen la primera aparición del término desescolarización. Sin embargo, toma mayor importancia gracias a los escritos y documentos elaborados en el CIDOC fundado por Illich. La desescolarización empieza a formarse como una teoría completa, que se ha relacionado con el anarquismo, ya que asume algunos de sus ideales, como la supresión de toda autoridad constituida, la absoluta libertad del individuo y el objetivo de una sociedad en armonía. Termina consolidándose como una corriente pedagógica de crítica radical a la escuela, así como una crítica a la sociedad del momento y un movimiento anticonstitucional y tecnológico. Autores como Marshall McLuhan (1911 ­ 1980), Everett Reimer (1910­ 1998), John Holt (1923 ­ 1985) o Torsten Husen (1916 ­ 2009) apoyaron esta teoría y aportaron su visión y enfoque personal a la misma con sus textos. Pero la influencia de Illich no se limita a ser el principal exponente de esta teoría. En 2009 comienza la edición del “International Journal of Illich Studies”, en la Antioch University Los Angeles, revista que se dedica a publicar ensayos reflexivos y analíticos sobre la obra de Illich, a la vez que escritos sobre temas relacionados con la crítica social. En 2012 se organizó el encuentro “El Humanismo Radical de Ivan Illich” en Cuernavaca, hogar del CIDOC. El impacto de su obra no se limita al ámbito educativo, pues escribió sobre temáticas tan variadas como la energía, el agua, la medicina. Fue inspiración de pioneros de la computación, de “hackers” y de proponentes del ​ software libre. La influencia de la teoría de la desescolarización se ve reflejada en obras más modernas que apuestan también por una “revolución educacional” basándose en las nuevas tecnologías, como la obra “La Escuela en la Nube” de Sugata Mitra.

6. Conclusión. La copiosa cantidad de propuestas de regeneración del sistema educativo que proponen no sólo Ivan Illich sino muchos contemporáneos suyos no es más que una manera de demostrar la necesidad de un nuevo enfoque para el sistema educativo de la época, que se presentaba anticuado, tradicionalista e impositivo.


La propuesta de Illich, aunque novedosa y rompedora, supuso para su tiempo una idea demasiado radical que, aunque consiguió incentivar a varios pensadores a trabajar sobre la idea de la desescolarización, no fue llevada a la práctica. Sin embargo, lo que en un principio se presentaba como una propuesta de una nueva sociedad en la que la escuela fuese suprimida, más tarde fue revisada como una versión más moderada en la que se proponían varias reformas orientadas a la mejora de la escuela. Consiguió influir en varios autores y su repercusión a largo plazo es innegable. Como una síntesis de sus ideas, incluimos a continuación una conclusión escrita por el mismo autor: “Un buen sistema educativo debería tener tres propósitos: debería dar a todo aquel que desea aprender el acceso a recursos disponibles en cualquier momento de sus vidas; empoderar a todos los que desean compartir lo que saben para encontrar a aquellos que quieren aprenderlo de ellos; y, finalmente, brindar el espacio a todos los que lo deseen para presentar un tema al público con la oportunidad de dar a conocer su reto”. “Tal sistema requeriría la aplicación de garantías constitucionales a la educación. No debería forzarse a los alumnos a someterse a un currículum obligatorio, ni a discriminación dependiendo de si poseen o no un certificado o diploma. Ni debería forzarse al público a apoyar, a través de impuestos regresivos, a un inmenso aparato profesional de educadores y edificios que de hecho reducen las oportunidades de la gente para aprender a los servicios que la profesión está dispuesta a poner en el mercado. Debería utilizar la tecnología moderna para hacer la libre expresión, la libre asociación y la libertad de prensa verdaderamente universales y, por lo tanto, completamente educativas”. “La educación universal a través de la escolarización no es factible. No sería más factible si se intentara por medio de instituciones alternativas construidas sobre el estilo de las escuelas actuales. Tampoco unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus pupilos, ni la proliferación de infraestructura o “software” educativo (en el aula o en el dormitorio), ni finalmente el intento por ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que absorba toda la vida de sus alumnos, nos van a traer una educación universal. La búsqueda actual de nuevos embudos educativos debe revertirse en una búsqueda por su inverso institucional: redes de educación que aumentan la oportunidad de cada cual para transformar cada momento de su vida en un momento para aprender, compartir y querer. Esperamos contribuir con conceptos que necesitan aquellos que llevan a cabo esta investigación matricial sobre la educación – y también a aquellos que buscan alternativas a otras industrias de servicios establecidas”. (Ivan Illich, 1971)

7. Reflexión. Desde el punto de vista social y como sistema creemos que la desescolarización es un buen proceso y una buena alternativa que se está dando en algunos países sobretodo en las políticas de dichos países, y crece debido la crisis que sufren las instituciones del Estado, instituciones que pierden cada vez más valor. Apoyamos que es una de las mejores alternativas para salir de la opresión del sistema educativo, el cual se rige por múltiples reglas y políticas que más que coordinar lo que hacen es entorpecer los procesos psicológicos naturales del aprendizaje. Hay personas que están en contra de la desescolarización, la mayoría de ellos piensan que es la educación en casa con los padres, pero la verdad que este sistema es mucho más complejo. Nosotras lo sintetizamos en las denominadas “Redes del Saber” que valoran que: ­A todos aquellos que quieran aprender debe dárseles acceso a los recursos existentes, no importa en qué momento de la vida se encuentren. ­Quienes deseen compartir sus conocimientos pueden encontrar personas que deseen adquirirlos.


­ Se debe permitir la opinión libre a todos los portadores de nuevas ideas, y a quienes quieran enfrentar la opinión pública. Después de analizar la desescolarización como sistema educativo defendemos como ventajas la poca planificación, la captura de los “momentos enseñables”, el acceso al mundo real, la mayor probabilidad de motivación y creatividad, el niño puede indagar tanto como desee y el modelo de aprendizaje discípulo­maestro. Como inconvenientes vemos la escasa estructuración del aprendizaje, la obviedad de algunas materias, la dificultad de analizar el grado de aprendizaje y la ausencia de sentido de seguridad.

8. Bibliografía Lüning, H.;Illich, Iván. (1974). ​ ​ La escuela y la represión de nuestros hijos. ​ Madrid: Atenas.

https://movimientosrenovacionpedagogica.wikispaces.com/Ivan+Illich+y+la+sociedad+deses colarizada http://www.ivanillich.org.mx/desescolar.pdf http://espanol.free­ebooks.net/ebook/De­La­Sociedad­Desescolarizada­de­Ivan­Illich­a­la­Es cuela­en­la­Nube­de­Sugata­Mitra/pdf?dl&preview Illich, Iván (1971). ​ La sociedad desescolarizada 3 ​ª edición. Traducción de Gerardo Espinosa 1976. Editorial : Barral.

http://www.mundolibertario.org/archivos/documentos/IvnIllich_lasociedaddesescolari zada.pdf http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/illichs.PDF


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