El territorio y sus representaciones

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EL TERRITORIO y sus representaciones

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lecturas filosóficas, geográficas y urbanísticas

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Luis Ignacio Sáinz • Jorge González Aragón



EL TERRITORIO y sus representaciones

u

b

lecturas filosóficas, geográficas y urbanísticas

a



A l a m e m o r i a d e n u e s t r o s a m i g o s : S a l v a d o r D í a z - B e r r i o , C a r l o s F l o r e s M a r i n i , C a r l o s M o n t e m a y o r y G u i l l e r m o To v a r d e Te r e s a


r e ctor g e ne r a l

S a l v a d o r Ve g a y L e ó n se cr e ta r io g e ne r a l

Norberto Manjarrez Álvarez coor dina dor g e ne r a l de difus ión

Wa l t e r i o F r a n c i s c o B e l l e r Ta b o a d a dir e ctor de p ub l icac iones y prom oc ión editorial

Bernardo Ruiz

sub d ir e ctor a d e p ub lic ac iones

Paola Castillo

sub d ir e ctor d e distr ibuc ión y prom oc ión editorial

Marco Moctezuma

Composición gráfica: Luis Rodríguez, asistido por Makeba Gil. Laboratorio de imágenes (mapas y planos): Ernesto Alejandro Pérez Pérez. Corrección de estilo: Martha Patricia Montero.

Primera edición, 2015. Editor responsable: Luis Rodríguez Cerrada de Matehuala, edificio I, departamento 6, Condesa, México DF, 06140. D. R. © Por sus textos, Carlos Luis Arturo González y Lobo, Luis Ignacio Sáinz, Jorge González Aragón Castellanos, Norma Elisabethe Rodrigo Cervantes, Ernesto A. Pérez Pérez D. R. ©

Universidad Autónoma Metropolitana, Prolongación Canal de Miramontes 3855, Ex Hacienda San Juan de Dios, delegación Tlalpan, 14387 México, D. F.

Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de los editores. ISBN de la obra: 978-607-28-0461-6 Impreso en México/ Printed in Mexico


El territorio

y sus representaciones lecturas filosóficas, geográficas y urbanísticas

Luis Ignacio Sáinz • Jorge González Aragón


í n d i c e

Presentación S a l v a d o r Ve g a y L e ó n Prólogo Carlos Luis Arturo González y Lobo Introducción


PARTE 1. LECTURAS FILOSÓFICAS Y GEOGRÁFICAS Luis Ignacio Sáinz 1. La creación del mundo a partir de su representación en mapas. 2. La idealstadt de Albrecht Dürer y el anónimo nuremburgués de 1524. 3. Génesis de la representación de América y el primer plano de San Francisco de Campeche. 4. Invención y ocupación de California: el oasis de la Sierra de la Laguna. 5. El territorio marítimo del Estado mexicano: apuntes históricos, jurídicos y cartográficos. PARTE 2. LECTURAS GEOGRÁFICAS Y URBANÍSTICAS Jorge González Aragón Castellanos 6. Mapas y planos de tradición azteca. Estructura urbana y arquitectónica en la ciudad de México del siglo XVI. 7. Poblamiento y génesis morfológica de la ciudad de Tlaxcala. Jorge González Aragón y Ernesto A. Pérez Pérez con la colaboración de Edwin Carbajal A., Luis Zaldívar B. y Oswaldo Saucedo G. 8. Lectura urbanística del Plano de 1700 de la ciudad de Los Ángeles. 9. La representación de Michoacán en el territorio, la urbanización y la minería. Jorge González Aragón y Carlos L. A. González y Lobo 10. Las obras militares en San Juan de Ulúa y la costa del Golfo. Jorge González Aragón y Norma Elisabethe Rodrigo Cer vantes Apostilla Jorge González Aragón


Presentación e La Universidad Autónoma Metropolitana cumple cu atro décad as de ser vir a México, y lo hace acatando su mand ato fund acional: la formación de recursos humanos con compromiso social, la investigación científica y humanística con nivel de excelencia académica, y la preser vación y difusión de la cultura, la nuestra y la universal. Funciones sustantivas que vertebran el esfuerzo por hacer de nuestros estudiantes seres críticos, informados y responsables, de sí mismos, de su entorno colectivo y del futuro, el tiempo oportuno de las generaciones venideras. ¶ Los aniversarios son ocasiones que invitan a celebrar y conmemorar. Celebrar la consolid ación de un modelo de enseñanza-aprendizaje, que ha madurado en su pluralid ad y consistencia. Conmemorar el espíritu solid ario e ilustrado, vinculado con la solución de los problemas nacionales. Características que originaron una universid ad asentad a en la tradición, abierta, flexible, interdisciplinaria y autónoma, representad a en el emblema que Pedro Ramírez Vázquez le dotó a nuestra institución. In calli ixcahuicopa: “casa orientad a al tiempo con rostro”, frase que, en la síntesis de Miguel León-Portilla, se convierte en nuestro lema: Casa abierta al tiempo, espacio portador de sentido, posibilid ad de saber y de diálogo. ¶ Celebrar y conmemorar, caras de la misma moned a: el empeño por hacer crecer y multiplicar las bond ades de una concepción ped agógica propia, que atiende por igu al a las ciencias básicas y las ingenierías, las ciencias biológicas y de la salud , las ciencias sociales y las humanid ades, las ciencias y las artes del diseño. Sistema universitario que cultiva y promueve la diversid ad como un valor esencial al pensamiento crítico, y que por ello mismo alienta los cruces entre los nuevos saberes y los conocimientos más avanzados. Como comunid ad , nuestras voluntades están orientad as a ser contemporáneas de nuestra historia, valorando la memoria, asumiendo la actu alid ad y postulando el destino. ¶ Esta filosofía educativa nos impone felizmente celebrar y conmemorar el 40 aniversario de la UAM haciendo lo que constituye nuestra razón de ser y nuestra pasión de vid a: formar, investigar, difundir.


Much a s y m uy v a r i a d a s h a n sido las in ic iativ as ap o y ad as y p r o m o v id as de sde lo s cu er p o s d e pro f es o r es - i nv es t i g a do r es y l as un id ade s ac adé m ic as de Az c ap o tz alc o , C u aj im alp a , I z ta p a l a p a , L e r m a y X o ch i m i l co , q ue h a n c o n tado c o n e l p atr o c in io de la Re c to r ía Ge n e r al, a tr avés d el fo nd o d is pues t o pa r a el l o y m edi a n te un c o m ité ad hoc q ue r e sp o n de a lo m e j o r de n ue st r a tr a d i ci ó n: ¶

la co l eg i a l i d a d y el t r a ba jo en e q uip o .

D e l sin n úm e r o de p r o y e c to s y ac tiv id a d es , to ca el

t urn o pr es en t a r El te r r itor io y s u s re pres e ntaciones : le ctu ras f ilos óf icas , ge ográf icas y u r b a n í s t i c a s , d e l a a ut o r í a de Lui s I g n a ci o Sáin z y Jo r ge Go n z ále z Ar agó n , q uie n e s se h an ded i ca d o cer ca d e v ei n t e a ñ o s a i nv es t i g a r, re f le xio n ar y p r o m o v e r e l c o n o c im ie n to c ar to gr áf ico , p o r med i o d e l a n á l i s i s de pl a n i m et r í a s , c ar tas y le v an tam ie n to s físic o s, c o n e sp e c ial é n fasis en el es p a ci o me x i ca n o , des de el s i g l o X V I h asta e l XIX, sin q ue e llo de m e r ite e l ab o r d aj e a o tr a s l a ti tu d es y é p o ca s .

S e t r a t a de un a s um a ilustr ad a e n e l do b le se n tido : p r im e r o , p o r lo r i g u r o s o y ex-

haus t i v o del a n á l i s i s de l o s tó p ic o s ab o r d ado s; se gun do , p o r q ue j ustam e n te e l tra ta mi ento d e e s t a s co n s t el a ci o n es de s en t i do n e c e sita e in c luso e xige su v asta y p o r m e n o r iz ad a r ep r o d u cci ó n vis u a l m edi a n t e m a pa s , pl a n os, c r o q uis y do c um e n to s p lástic o s. L o s auto r e s de smenu z a n u n s infí n de pr eo cupa ci o n es i n t ele c tu ale s, h asta h ac e r de e llas o c up ac io n e s p r ác tic a s qu e mu cho apo r t a n en el es f uer z o po r com p r e n de r asun to s m e xic an o s ( p r e h isp án ic o s, n o v o h i s p a no s , i nd e pen di en t es y co n t em po r á n e o s) , a la luz de in f o r m ac ió n in é dita, p o c o c o n o c id a o i nter p r etad a de m a n er a o r i g i n a l , s o br e salie n do las f ue n te s dir e c tas, m an usc r ito s, in c un ab l es , ed i ci o nes prín ceps o h i s t o r i o g r a f í a cl á sic a. Par a fac ilid ad de l le c to r, e l lib r o disp o n e de un p r ó l o g o d el d oct o r C a r l o s G o n z á l ez Lo bo , n o tab le e sp e c ialista e n h isto r ia y dise ñ o ar q uite c tó ni co , a ná l i s i s d e l es pa ci o y pa t r i m o n i o co n str uido .

Faltar ía p r o c e de r al disf r ute de la o b r a , qu e ha s i d o

e d ita d a po r l a U n i v er s i d a d Au tó n o m a Me tr o p o litan a e n un o n o m ástic o m ás de lo q u e co nfi a mo s s e rá un a h i s t o r i a f ér t i l y l o n g ev a,

en beneficio de México y los mexicanos.

Dr. Salvador Vega y León Rector General

a



Prólogo u La representación del mundo visible ha sido siempre un agente estimulante de la comprensión y la fascinación del hombre, inscrito como espectador y usu ario constante en un territorio, pero sin una cabal aprehensión del mismo si no es a través de su representación plástica, a la que comúnmente llamamos mapas o planos, que está expresad a en un objeto bidimensional o de superficie. ¶ Cómo no record ar aquí, para iniciar este prólogo, que fue en Alejandría hacia el siglo III a.C. cu ando un bibliotecario, disciplinado, sistemático y astuto, ancló en una lectura ocasional de un documento comercial la base de la representación espacial, en el que de forma accesoria se citaba: … en la ciudad de Siena (Alto Egipto) había un pozo en el que el 21 de junio los rayos solares no daban sombra en las paredes del mismo; y habiendo comprobado él, que en el mismo día y hora, en el patio de la biblioteca de Alejandría, un obelisco erigido verticalmente daba una sombra de una longitud X. ¶ Como esto era inconcebible con el mismo sol y la misma fecha y hora, según su horizonte cognoscitivo y comprobable, entonces, y tras veintitrés años de reflexión y experimentación cuid adosa y sistemática, concluyó: En una tarde, saliendo al patio de la biblioteca y con el piso cubierto de arena, trazó una línea horizontal y en un extremo de ella levantó una línea perpendicular (nº 1), localizando hacia arriba y de un palmo de altura un punto “A”, línea a la que prolongó por más de cu atro medid as de una braza debajo de la primera línea horizontal, que se volvió así su base; y después, trazó midiendo sobre la horizontal primera una dimensión equivalente a 800 kilómetros (en una escala manejable con sus manos) y levantó después otra línea perpendicular al extremo; que qued aba convencionalmente a ochocientos kilómetros, o sea, la distancia existente entre Siena y Alejandría, pero a la escala que él había convenido. Procedió colocando en el extremo superior de la segund a línea vertical (nº 2), de un palmo también, y trazó en el extremo superior una nueva perpendicular en la que tomó una medid a proporcional a la “X” diferencial de la sombra del obelisco alejandrino y entonces hizo un trazo puntu al en el extrea

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mo más alejado hacia fuera, y un punto “B”. Entonces, para cerrar su reflexión teórica unió el punto “B” con la intersección de la segund a vertical (nº2) con la horizontal primera, y prolongándola hacia abajo la unió con la prolongación desde “A” (nº1) hacia abajo. Ahí trazó un punto central “C” y encajó una estaca de madera. Amarrando después o anud ando a ella un cordel de lino, lo estiró hasta alcanzar el otro extremo de la primera línea horizontal, colocando en el cordel una pequeña vara de madera que hizo girar en torno al punto “C” de la estaca y quedó trazad a en el suelo de arena una circunferencia. ¶ Eratóstenes, nombre del bibliotecario, se retiró a contemplar esa simple circunferencia, que así aparecía para los que lo rodeaban aquella tarde, y él se hincó en la arena emocionado hasta el llanto: acababa de descubrir el primer mapa o plano del mundo, la tierra representad a tal y como era, o casi como era, pues como estaba a la escala de los ochocientos kilómetros, la calculó y le dio un resultado de 6 367 kilómetros de radio, errando por solo once kilómetros por las imprecisiones de su método. ¶ La fascinación de los registros de representación del territorio se fortaleció y se estableció como un mediador entre conocimiento, reflexión filosófica, geografía y el campo comprensivo del ser en el territorio. Cu ando Cristóbal Colón descubrió el Nuevo Mundo, cu ando Hernando de Magallanes ingresó en el océano Pacífico y cu ando finalmente Sebastián Elcano y Vasco de Gamma cerraron las circunnavegaciones, solo llevaban el espíritu y la inspiración de Eratóstenes, “ viajando” de la teoría a la práctica, pues ya estaba cread a la materia prima de los planisferios y los mapamundi. ¶ La compilación y colección de dichos planos y mapas, así como su construcción y prefiguración potencial consecuentes, vincularon al urbanismo y la arquitectura con la geografía y la significación territorial de las memorias y de los pronósticos de futuro. Estos son, pues, una potencia seminal que ha alimentado de una forma singular a filósofos y arquitectos, a políticos y científicos. Por ello, en los gabinetes de reyes y emperadores o de polígrafos y pensadores, además de bibliotecas se tienen planotecas o mapotecas; es ahí en donde se atesoran estos materiales antiguos y originales y en donde los estudiosos trabajan sobre ellos y los clasifican, interpretando dichos informes plásticos. ¶ Cómo no citar aquí, de la memoria de los que esto lean, a Fernando Alva Ixtlixóchitl, a Lorenzo Boturini, a Alexander Von Humboldt; a Manuel Orozco y Berra, a Francisco del Paso y Troncoso y a José Luis María y Mora; o a investigadoras contemporáneas, como doña Alejandra Moreno Toscano y doña Sonia a

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Lombardo de Ruiz, sobre las historias de la ciud ad de México y los territorios del entorno. ¶ Los autores de este libro pertenecen a esta pléyade de estudiosos y sus aventuras en esta materia las han d ado a conocer mediante una larga serie de textos, los denominados Corpus Urbanísticos. ¶ Luis Ignacio Sáinz y Jorge González Aragón tienen un largo caminar con estos materiales, sobre su interpretación y desciframiento, además de poseer unas plumas afilad as y esclarecedoras. Este libro reúne una serie de ensayos y textos que d an cuenta de esta materia planimétrica y sus entornos de forma por demás brillante. Ojalá los gocen como yo. El conjunto abord a dos aproximaciones que d an cuenta del título; van de lo filosófico a lo geográfico y también de lo urbanístico arquitectónico a lo geográfico. ¶ Luis Ignacio Sáinz nos aproxima aquí a las cartografías, desde la perspectiva que une a una generosa lectura filosófica y humanista con el ser de la geografía del nuevo mundo y los viajes de id a y vuelta, entre el pensamiento moderno occidental en el alto Renacimiento europeo y la contingencia de los constructores de geografía, en acto, a través de la exploración y la conquista, aunados al presente y futuro asentamiento de la nueva empresa colonizadora. Un clarividente y rotundo texto literario irrumpe en los materiales y las representaciones y los devela, dotándoles de un significado unificador contemporáneo. Desde el problema de la creación del mundo, a partir de su representación en mapas, pasando por los viajes de doble resolución entre la ciud ad ideal, la de la Utopía, y el realismo defensivo y la expresión alucinad a del “mar mexicano” y su ombligo, la ciud ad isla de Tenochtitlan, representad a en Núremberg ; continu ando a través de la representación del territorio desconocido de la América y sus nuevas concreciones, realizad as en San Francisco de Campeche. Un magnífico acto de comprensión de significados históricos en la invención de la California, de la aventura jesuística de Eusebio Kino a la construcción franciscana de Junípero de la Serra, a través de una ocupación del territorio con base en estrategias de colonización, por medio de las misiones embrión genético de lo urbano. Culmina este corte epistemológico con su ensayo sobre la génesis y construcción del territorio marítimo mexicano. ¶ Jorge González Aragón, por su parte, nos comparte su visión y métodos de lectura e interpretación de los corpus urbanísticos de su original trabajo; ahora en este texto que d a cuenta de las imbricaciones históricas entre la domesticación del territorio, las arquitecturas consecuentes y su ordenamiento poblacional urbanístico. ¶ Partiendo con un ensayo acerca de la ciud ad a

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azteca, estudiando el célebre mapa sobre papel amate, aunque denominado Plano en papel maguey, y acompañado de una minuciosa y esclarecedora revisión del espacio doméstico de las casas aztecas en el interregno histórico entre el habitar en lo prehispánico y bajo el temprano dominio español. Continúa con una lectura que se presenta comparativamente en una anfibología entre la comprensión de la evolución urbanística de la ciud ad de Puebla de los Ángeles, en su traza al inicio del siglo XVIII, y un insólito ensayo sobre la morfogénesis de la ciud ad de Tlaxcala; se trata del estudio de dos capitales del periodo colonial, la una base hispánica y cuna de criollismo mexicano y otra de raigambre mestiza. Cierra su aporte analítico e interpretativo con un estudio sobre las lecturas de la habitabilid ad , los significados y la cultura regional en las representaciones cartográficas del territorio michoacano y del Castillo de San Ju an de Ulúa y Veracruz. ¶ González Aragón incluye en sus textos, como coautores, a sus colaboradores y discípulos, tanto de él como de su maestro, el doctor Joaquín Galarza, el etnolinguísta y traductor e interpretador de los códices prehispánicos azteca-náhu atl y los denominados Códices Techialoyan. ¶ Tienen ustedes en sus manos un texto original y muy completo, que d a cuenta de las investigaciones que patrocina la Universid ad Autónoma Metropolitana y que pone en situ ación a una línea de estudio que, en la cultura contemporánea, va tomando relieve en los estudios filosóficos e históricos y que se torna cad a vez más importante en los estudios y proyectos urbanísticos contemporáneos. ¶

Dr. Carlos L. A. González y Lobo Profesor e investigador Facultad de Arquitectura de la UNAM

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Introducción L ecturas f i l os óf i c a s , g e og rá f i c a s y urba n í s ti c as Luis Ignacio Sáinz e

b

Borges, el memorioso, fatiga las ciu-

fueron los sueños. De allí, la necesid ad de

d ades y sus territorios hasta lo ini-

domeñar el imaginario desde su modulación

maginable. Para él, los mapas y acaso

icónica, su mímesis delinead a a partir de

los laberintos permiten “la adivinación de

coordenad as vinculad as a la altitud , la lon-

una realid ad atroz o banal” 1 . Se detiene en

gitud , la latitud . “El sueño del orden”, como

su representación, visu al y escrita, como si

dirían algunos ingenuos.

fuesen pistas únicas en el empeño por des-

Po r q ue c ar e c e de l a vi s ta , es te mo ns-

cifrar los designios humanos, sus intereses

tr uo sud am e r ic an o sab e a ci enci a ci er ta qu e

y quizá aspiraciones. Los planos como afec-

e l r e to p e r m an e n te d e l a to p o g r a fí a y l a

ciones del alma, de la conciencia primero de

p lan im e tr ía r e side e n qu é entend emo s co mo

un dibujante creador, para luego extenderse

r e alid ad y, e n c o n se c u enci a , p o r qu é y p a-

a una comunid ad de fieles y devotos. Son ci-

r a q ué la in te n tam o s r ep r o d u ci r : ¿ co ntr o l ,

catrices de las batallas por humanizar ple-

n ar c isism o , aide - mé mo i r e ? Ta l vez nu nca l o

namente al mundo, por hacerlo propiamente

sab r e m o s; lo q ue sí abo na en l a cl a r i d a d d el

posible, sustancia táctil de lo que alguna vez

asun to e s la in ge n te ex i g enci a d e l a es ca l a , la dim e n sió n y lo s c r i ter i o s qu e l a d efi nen. E n e ste se n tido , v ue lve a s er p er ti nente ci-

1 Los laberintos, los mapas, los viajeros y las brújulas se mezclan equitativamente con los tigres, los patios, los cuchillos y Estambul; todos ellos son en última instancia símbolos convencionales, representaciones cifradas, colecciones singulares a través de las cuales los hechos se narran de manera que permitan “a unos pocos lectores – a muy pocos lectores – la adivinación de una realidad atroz o banal”: cfr., “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, en Ficciones, Buenos Aires, Editorial Sur, 1944.

Paulinus Venetus, O. F. M. , Chronologia magna (9r) manuscrito latino 4939 bnf. fr ; 1328-1343.

tar al c ie go c o m o Ho mer o , en u no d e l o s c ue n to s b r e v e s de m ayo r r es o na nci a p o r l a p e r f e c c ió n q ue ar r o pa s emej a nte eni g ma 2 ,

2 Jorge Luis Borges: “Del rigor en la ciencia”, en Historia uni-

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co m en z a n do co n la inv e n c ió n de l auto r e n

jetividad que persiguen los atlas y las pro-

ca l i d a d de cr o n ista v ir tu al ( Suár e z Mir an-

y e c c i o n e s d e l p l a n e t a y s u s a c c i d e n t e s . Ta n

d a : V iaj es de v ar o nes pru de ntes , lib r o c u ar to ,

deviene improbable identificar una razón

ca p. X LV, Lér i d a , 1 65 8) :

incuestionable acerca de su origen, que

En aquel Imperio, el Arte de la Cartogra-

la geografía alienta a que se posen en sus

fía logró tal Perfección que el Mapa de

dilatadas materias las miradas múltiples

una sola Provincia ocupaba toda una Ciu-

de muy distintos espectadores, curiosos

dad, y el Mapa del Imperio, toda una Pro-

y estudiosos. De tal suerte que nosotros,

vincia. Con el tiempo, estos Mapas Des-

los autores de este volumen, ofrecemos

mesurados no satisficieron y los Colegios

nuestras lecturas con ánimo de dilucidar

de Cartógrafos levantaron un Mapa del

y crear entuertos simultáneamente, ya que

I m p e r i o , q u e t e n í a e l Ta m a ñ o d e l I m p e r i o

todo en la ciencia es, por esencia y privile-

y coincidía puntualmente con él. Menos

gio, provisorio.

Adictas al Estudio de la Cartografía, las

Al modo de un caleidoscopio se des-

Generaciones Siguientes entendieron que

grana la unidad del libro, permitiendo ser

ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Im-

a b o r d a d o e n s e c u e n c i a o “ a t r o p e l ”, e s d e -

piedad lo entregaron a las Inclemencias

c i r, a t e n d i e n d o a l d e s e o c o m o c o n d u c t o r

del Sol y los Inviernos. En los Desiertos

de la aproximación a sus títulos-compo-

del Oeste perduran despedazadas Rui-

nentes. Por convención analítica y faci-

nas del Mapa, habitadas por Animales y

l i d a d d e l a b o r d a j e d e l l e c t o r, s e a g r u p a n

por Mendigos; en todo el País no hay otra

los ensayos en tópicos más filosóficos o en

reliquia de las Disciplinas Geográficas.

temáticas más arquitectónicas. Empero,

La genialidad del texto-testimonio

insistimos, no se trata de una maquina-

consiste en que, a final de cuentas, nun-

ría de relojería, sino de una miscelánea de

ca despejaremos las dudas y las incógni-

p r e o c u p a c i o n e s , t r a t a d a s e s o s í c o n r i g o r,

tas respecto de si el mapa es lo real o tan

lejos de la condición de ocurrencias. En-

solo un dispositivo que se afana en clonar

tonces, la naturaleza del volumen no se

a esa que sí es la realidad. El mundo en

atiene a un único principio o disciplina,

disputa en una escaramuza de papel que se

atraviesa varias y precisa de un hato de

disfraza de tiempo y espacio. Los variados

saberes hasta, incluso, el nivel del coti-

escenarios que plantea la literatura de fic-

lleo y la minucia. En ocasiones linda con

ción emergen e irrumpen de la misma ob-

el imperio de la conjetura y sus reconstrucciones, tal cosa por la falta de fuentes y lo novedoso de los negocios escrutados.

versal de la infamia, Buenos Aires, Emecé, 1972, p.131. Cuento independiente aparecido en la revista Los Anales de Buenos Aires, número 3, marzo, 1946; publicado desde 1954 en su segunda edición, como una adición de Historia universal de la infamia (1935).

Sin alardes pues, se comparten y convidan los hallazgos y las dudas.

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Afortunados, como esas Islas3 que so-

de verdad o el fundamento de su lugar de

l í a n e n l a l e j a n í a e x t r av i a r o a c o g e r a l o s

prelación o ubicación jerárquica. Lejos de

viajeros antiguos, contamos con una ge-

ello, aún los mapas más delirantes en su fi-

n e r o s a i nv i t a c i ó n a l a r e v i s i ó n d e l l i b r o

delidad a lo representado pueden guardar

por parte de Carlos González Lobo, eru-

un fuste considerable por los intereses que

dito ejemplar y amigo sin trabas, cómplice

simbolizan y hasta ocultan. Revelan cau-

cercano en más de una cruzada corográfica

dales de información, encarnan sumarios

y territorial, quien disecta a grandes ras-

de datos, transmiten prejuicios y tenden-

gos la morfología de la presente espiral de

cias de lo social ordenado. Urden y traman

e n s ay o s a d v o c a d a a l e s p a c i o y s u r e f l e j o .

una estructura lógica a descifrar; y como

Ta m b i é n d i s p o n e m o s p a r a n u e s t r o p r o v e -

si fueran alhajeros o alcancías, atesoran

cho de una aportación de Norma Elisabe-

secretos y valores, siendo auténticas ha-

the Rodrigo Cervantes, colega y compañe-

c i e n d a s . To d av í a e n e l s i g l o X I V P a u l i n u s

ra insustituible en un sinfín de iniciativas

M i n o r i t a ( c a . 1 2 7 0 / 74 - 1 3 4 4 ) , f r a i l e , i n -

académicas, arquitecta oxoniana dedicada

q u i s i d o r, d i p l o m á t i c o , c a r t ó g r a f o , h a g i ó -

a pensar la conservación del patrimonio

grafo, geógrafo, historiador y hasta obispo

construido, que funciona de balance del

acreditado en la corte de Roberto I de An-

conjunto, revelando algunos de sus mean-

jou-Sicilia, motejado el Prudente, rey de

dros, cárcamos y fundamentos. Sin ser

Nápoles y duque de Calabria, sostenía en

responsables del universo escrito, ambos

su Chronologia magna:

i nv e s t i g a d o r e s g u a r d a n e m p a t í a c o n l a s

Sin mapamundi no es difícil, sino impo-

empresas ostentadas y allanan el examen

sible, imaginar y concebir lo que nos en-

d e a q u e l l o s q u e av e r i g ü e n l o s s e n t i d o s d e

señan las Sagradas Escrituras y los escri-

sus páginas.

tos profanos de la descendencia de Noé,

L o q u e v a l d r í a l a p e n a s u b r ay a r e s

de los cuatro Imperios y de los otros rei-

que la importancia y trascendencia de los

nos y sus provincias. Este mapamundi de-

planos rebasa su apego y equivalencia con

be ser doble: pintura y escrito (requiriu-

eso que denominamos la realidad del mun-

tur autem mapa duplex, pictura et scriptura).

do. La objetividad no constituye su rasero

Mapas narrativos al pie de la letra y cabría agregar al pie de la imagen, donde la ilusión como compás y la imaginación co-

3 En griego arcaico: μακάρων νήσοι/makárôn nễsoi. Archipiélagos del grupo denominado Macaronesia, en la actualidad (islas Azores, Madeira, islas Salvajes, islas Canarias y Cabo Verde). Nombre adjudicado inauguralmente a Hesíodo en Los trabajos y los días (en griego antiguo: Έργα καì Ήμέραι, 700 a.C.) y popularizado en especial por Gayo Plinio Segundo, Plinio el Mayor o el Viejo, en su Historia Naturalis, VI, 31, 199 y ss. (siglo I de nuestra era), fórmula a veces sustituida por Islas de los Bienaventurados.

mo sextante tejen visiones del planeta, de su morfología y su taxonomía, sus inquilinos, sus componentes, sus percances y sus vicisitudes. Por tan acendrad a pluralid ad de hechos y supuestos, los planos rebasan la

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idea misma de ser levantamientos, censos y

v o c ac io n e s y h ab ilita ci o nes . Di s ti nta s p r e-

bitácoras; hunden la razón de su existencia

o c up ac io n e s c o n c e n tr a n nu es tr a a tenci ó n,

en las necesid ades de quienes los fabrican y,

sus r e sultado s, las o c u p a ci o nes , r ep o s a n en

sobre todo, de sus destinatarios.

m é to do s c am b ian te s, u s u fr u ctu a nd o s a b e-

Lo h a a s umido , de sde su c o n f in am ie n-

r e s tam b ié n p lur ale s, y s e o fu s ca n p o r s u-

t o en l a bi bl i o t eca de l m o n aste r io se r b io de

ge r ir v isio n e s ( m ir ad a s -l ectu r a s ) p r o p i a s

Ž i ča, G o r a n P etr o v ić e n su de slum b r an te

q ue se q uie r e n o r igin a l es . Wa l ter B enj a mi n

A t las desc r ito p or e l cie lo ( A tlas O pis an Ne-

sugie r e q ue : “E l Re n a ci mi ento ex p l o r a el

b om ; 1 99 3) ; do n d e un o de sus p e r so n aj e s, la

un iv e r so , e l Bar r o c o l a s b i b l i o teca s ” 5 ; a d -

t í a D es pi n a , a f i rm a q uiz á c o n r az ó n : “L a

h ir ié n do n o s a e sta co ncep tu a l i z a ci ó n, l a

r ea l i d a d es s o l o un a fan tasía e xage r ad a-

e se n c ia de la c ar to gr a fí a s e u b i ca entr e l a

m en t e bi en pei n ad a”; to do p o r q ue lo s o c h o

de sm e sur a de l c o n o c i mi ento có s mi co co mo

m o r a do r es de un p alac e te de c ide n r e tir ar e l

v iaj e y n av e gac ió n , a mén d e s u g l o s a y r e-

t ech o pa r a n o esto r b ar la m ar c h a c e le ste y

gistr o h e r m e n é utic o en l a es cr i tu r a , ya s ea

po der a s í a pr eci ar sin o b stác ulo s lo s tr az o s

e n m an usc r ito s o lib r o s . E n ta nto es p a ci o

r et i cul a r es y pl an im é tr ic o s de dic h a b ó v e-

de c o n o c im ie n to , la geo g r a fí a en s u es ta mp a

d a . N o ex i s t en lo s p lan o s v e r d ade r o s, so-

b idim e n sio n al, si b ie n r ecu r r e a l a s tecno-

l o l o s út i l es ; y n o r e sulta p o c a c o sa. N o e n

lo gías m ás m o de r n as p u d i end o i ncl u s o a l-

ba l de s e cuen t a c o n un n e xo f é r til e n tr e la

c an z ar e l v o lum e n , ser í a en s u es tr u ctu r a

l i t er a t ur a y l a car to gr af ía ; q ue e n e l c aso

b ásic a un sab e r de udo r d e l a c o n te m p l a t i o y

i ber o a m er i ca n o –así, d ado q ue se in c luy e a

la inve ntio, lo q ue la s i tú a má s p r ó x i ma a l a

P o r t ug a l – a g u a r d a su an álisis y de sar r o llo .

c o m p r e n sió n r e f le xiv a qu e a l a ex p l i ca ci ó n

4

Ten i en do esto e n m e n te , lo s auto r e s de

e m p ír ic o - an alític a.

El te r r itor io y su s re pres e ntaciones ate n de-

Pe r o m ás allá d e l a s co ns i d er a ci o nes

m o s l a s v o ces pr o f un d as de e so s aguij o n e s

te ó r ic as e sp e r am o s q u e l o s l ecto r es co mp a r-

q ue n o s t ur ba n y so r p r e n de n , las tr am as y 5 El origen del drama barroco alemán (1925), traducción de José Muñoz Millanes, Madrid, Taurus, 1990, p.133. Benjamin distingue entre conocimiento y verdad; una, producto de la intención que alcanza el concepto, mientras que la otra sería una aprehensión no-intencional, una visión de la idea mediante anamnesis (del griego ἀνάμνησις, recuerdo), en la que ésta se nos muestra per se. Se observa la distinción husserliana actitud teórica-actitud natural y la antinomia heideggeriana óntico-ontológico; en definitiva, episteme-doxa (ἐπιστήμη, conocimiento o ciencia; δόξα), opinión, que a su vez engloba dos voces: eikasia (εἰκασία) y pistis (πίστις), es decir, imaginación y creencia, fenómeno-noúmeno, realidad-apariencia: “... el objeto de conocimiento, determinado como está por la intención inherente al concepto, no es la verdad. La verdad es un estado no intencional del ser, configurado por las ideas” (p.18).

l o s m o t i v o s q ue v ar ian do lo s é n fasis y r eg i s t r a n do m a t i ces v ar io s p udie r an to r n ar se i n f i n i t o s , a t en die n do a n ue str as p e r so n ale s

4 A quien le interese el tema se sugiere la consulta de Eric Bulson: Novels, Maps, Modernity: The Spatial Imagination, 1850– 2000, Londres y Nueva York, Routledge, 2007, 176pp.; Franco Moretti: Atlas of the European Novel, 1800–1900, Londres, Verso, 1998, 206pp.; y Graphs, Maps, Trees: Abstract Models for a Literary History, Londres, Verso, 2005, 119pp.; o Peter Turchi: Maps of the Imagination: The Writer as Cartographer, San Antonio, Universidad de Trinity, 2004, 248pp.

e 18


t a n l a m i s m a deb ilid ad p o r tan se duc to r as

Allí está la cartografía, cruce de caminos de

i co n o g r a f í a s , cu aj ad as de d ato s, y q ue las

las ciencias y las humanid ades, para aportar

di s f r ut en des de su dim e n sió n e sté tic a h asta

su versión del espacio y el tiempo, colabo-

s u ut i l i d a d ur ba n a, p asan do p o r sus im p li -

rando en la exégesis de las culturas y civi-

ca ci o n es f i l o s ó f i c as y an tr o p o ló gic as e n su

lizaciones, de un pasado que se resiste a pe-

s en t i do l a t o . S e tr ata de un a sum a de e n sa-

recer y nos continúa deslumbrando. Belleza

y o s q ue es t r uja n m ap as y p lan o s de v ar ia n a-

ilustrad a que nos atrapa sin remedio, como a

t ur a l ez a , co nv en c ido s de q ue tale s im áge n e s

quien reconoce: “He ido marcando con cru-

s o n do cum en t o s r iq uísim o s q ue te stim o n ian

ces de fuego / el atlas blanco de tu cuerpo” 6 .

épo ca s r em o t a s o e sc e n ar io s y a e sf um ado s, 6 Versos inaugurales del “Poema 13” de Pablo Neruda, en 20 poemas de amor y una canción desesperada (1924), prólogo de Álex Broch, Barcelona, Océano exprés, 2010, 112pp.

q ue co n q ui s t a n su v ige n c ia y se n tido e n e l a ct o h er o i co de su p r o p ia so b r e v iv e n c ia.

Martin Waldseemüller Universalis Cosmographia, 1507.

e 19



pa rt e i Lecturas filosรณficas y geogrรกficas

u Luis Ignacio Sรกinz


Los mapas son los ojos de la historia Gerhardus Mercator

Claudio Ptolomeo, Mapamundi, 150 ca a . a. El Mapamundi de Ptolomeo es un mapa que se basó en la descripción del mundo recogida en su Geographia, escrita hacia el año 150. A pesar de que nunca se hayan encontrado auténticos mapas del autor, el manuscrito original contiene infinidad de alusiones a distintas regiones del mundo antiguo referenciadas mediante coordenadas, lo que facilitó que los cartógrafos reconstruyeran la mirada del sabio egipcio cuando sus manuscritos fueron re-descubiertos alrededor del año 1300, gracias a la madurez alcanzada por la geometría y las matemáticas capaces de otorgar una expresión visual a su escritura. Múltiples versiones aparecieron a lo largo del siglo XVI, todas ellas objeto de comentarios originales y la inclusión de nuevas estampas. Incluyo algunos de sus mapas y cuatro portadas relevantes, una suiza (1540) y tres venecianas (1548, 1598 y 1599), todas ellas exquisitamente ilustradas.


La creación del mundo A p artir de s u re p res e n ta c i ón e n ma p a s Luis Ignacio Sáinz e

b

P a r a l a s c o m un id ade s p r im itiv as,

De allí que por demand as del abaste-

a po der a r se p le n am e n te de l e n to r n o

cimiento fuesen más precisas las bitácoras

f í s i co s up uso r e n dir c ue n tas v isu a-

marítimas que las terrestres, hecho que nos

l es y m a t er i a l es d e dic h o c o n te xto : p in tar lo

impone una deud a con los egipcios, pioneros

en l o s m ur o s de las c av e r n as, m o str ar c o tas

de las navegaciones controlad as vinculad as

a r ca i ca s de l a s d istan c ias y r e c o r r ido s e n la

al comercio, el intercambio y los avitu alla-

ba t a l l a po r pr o c ur ar se e l suste n to , c atalo-

mientos, por encima de la pulsión propia de

g a r es peci es a n i m ale s y b o tán ic as, de fin ir

los desplazamientos por aventura rumbo a lo

l i n des en t r e l a s tr ib us y lo s c lan e s, m ar c ar

desconocido; seguidos de los cretenses mi-

l a s f r o n t er a s en tr e lo sagr ado y lo p r o fan o ,

noicos, los aqueos, los fenicios y los griegos.

s er í a n pa r t e i m po r tan te de las tar e as de su-

Los inicios de la cartografía, en tanto levan-

per v i v en ci a y com p r e n sió n de su p r e se n c ia

tamiento geográfico capaz de que la expe-

en el pl a n et a . Re gistr ar sus p e r c e p c io n e s

riencia del viaje se repitiese, están marcados

s o br e di s t i n t o s so p o r te s, al m o do de lo s ai -

por la función y la utilid ad ; tod avía no por

de - m é m oir e , per m itía ap o de r ar se de l e n to r-

el conocimiento como tal y menos en calid ad

n o , a ca s o a l a l ar ga de l m un do , p ar a c o n-

de expresión ideológica de intereses, es de-

trolarlo

c o n o c e r lo ,

cir, como versión conscientemente alterad a

pudi en do a s í r ep e tir e l tr an c e , h ac e r de un

de la realid ad , ello ocurrirá tiempo después.

v i a je un per i pl o, tr aslado de id a y v ue lta

La zaga ptolemaica ejemplificará lo me-

q ue o cur r í a po r l a de sc r ip c ió n de l p aisaj e , a

jor del espíritu humano en su empeño deno-

t r av és de l a i den tif ic ac ió n de c ie r to s r asgo s

dado por ampliar los límites del mundo co-

el ev a do s a l a co n dic ió n de m ar c as de un a

nocido, incorporando formas de ser ajenas,

r ut a o t er r i t o r i o .

aprendiendo soluciones inéditas a problemas

en

la

m e did a

de

e 23


Mapamundi moderno en Geographia Universalis, edición Münster, Basilea, 1540.

semejantes y estableciendo una idea precisa de

matemáticos, geométricos, topológicos y as-

qué es el territorio y de cómo es útil saber al

tronómicos. De tal modo, que hasta en tanto

respecto por sus aportes en la descripción del

no se pudieron recuperar tales conocimientos

escenario, incluyendo sus características más

resultaban inútiles las letras magistrales del

relevantes (orográficas, hidrográficas, demo-

egipcio. Tendrían que consumirse cerca de do-

gráficas) en dos niveles fundamentales: 1) pa-

ce siglos para que irrumpiese un mínimo con-

ra programar los traslados; y 2) para diseñar

trol técnico capaz de ofrecer visualidades en

los asentamientos; y en ambos casos prever su

planos. A no creerse del siglo XV y el siglo XVI

protección y salvaguarda. Empero, los manus-

aparecerán, en versiones impresas con graba-

critos sobrevivientes del geógrafo y cosmógra-

dos en cobre o xilografías, ediciones cuida-

fo alejandrino se pertrecharon en la escritura,

das del Almagesto y la Geographia Universalis,

perdiéndose su manifestación iconográfica

agregando nuevos mapas acerca de los últimos

que acumulaba dosis inquietantes de saberes

descubrimientos: el Nuevo Mundo. Se conju-

e 24


Claudio Ptolomeo, Mapamundi en Geographia Universalis, edición Münster, Basilea, 1540.

gaban, entonces, planimetrías ancladas en los

tándose de nuevas necesid ades, ya no ins-

textos originales con anotaciones de expertos

tintivas, sino culturalmente construid as, la

(27 planos; uno del orbe y el resto de las 7 re-

forma de ser y comparecer en el orbe refinó

giones-climas del globo) y aportaciones origi-

y complejizó las propias representaciones

nales, conceptuales y de levantamiento carto-

del espacio y sus componentes. De cu alquier

gráfico (21; incluyendo esa “cuarta parte” del

modo y por encima de las mitologías y sus

Nuevo Mundo).

seductoras versiones acerca de la objetivid ad

Así las cosas, esos atavismos cartográfi-

planetaria, la reflexión sistemática, cientí-

cos, suerte de mapas instructivos, han atis-

fica, se desarrolla desde muy temprana d ata.

bado siempre el decurso de los sujetos por

Así, como botón de muestra, la esfericid ad

devenir propiamente dueños de su destino.

del mundo ya es un tema bastante usu al en

Conforme los grupos tomaron conciencia de

la antigüed ad . Baste citar in extenso a Aris-

sí mismos y sofisticaron su existencia, do-

tóteles en su tratado De Caelo:

e 25


Por otro lado, es necesario que tenga figura

ron de todas partes por igual hacia el centro.

esférica; en efecto, cada una de sus partes tie-

Así, pues, tanto si las partes convergieron en

ne peso hasta llegar al centro y la menor, al

el centro desde los extremos estando homo-

ser empujada por la mayor, no puede formar

géneamente repartidas, como si lo hicieron

una especie de ola, sino que más bien es com-

estando de cualquier otra manera, el resulta-

primida y acaban convergiendo una con otra

do será el mismo. Así, pues, es evidente que,

hasta que llegan al centro. Hay que concebir

al desplazarse las partículas de todos lados

lo dicho como si la tierra se generara de la

por igual desde los extremos hacia un úni-

manera que algunos filósofos de la naturale-

co centro, la masa resultante será similar por

za dicen que se genera. Salvo que ellos ponen

todas partes: pues al añadirse una cantidad

un impulso forzado como causa del desplaza-

igual por doquier, el extremo necesariamente

miento hacia abajo; mejor es dejar sentada la

distará lo mismo del centro por todas partes;

explicación verdadera y decir que eso ocurre

ahora bien, ésa es la figura de la esfera. El

porque lo que posee gravedad tiene por na-

razonamiento no variará aunque las partícu-

turaleza el desplazarse hacia el centro. Así,

las de tierra no se precipiten por igual desde

pues, a partir de una mezcla pesada en poten-

todas partes hacia el centro. En efecto, ne-

cia, las partes de ella separadas se desplaza-

cesariamente la partícula mayor empujará

Ptolomeo, Mapamundi en el Liber Chronicarum, 1493.

e 26


siempre a la menor por delante de ella, al te-

que permiten adecu ar la condición geoide

ner ambas un impulso hacia el centro y em-

del planeta a su representación bidimensio-

pujar hasta él la más pesada al peso menor 2 .

nal en mapas. Una miscelánea de variantes a

Qued a claro que la exhumación de

lo largo de la historia facilitará estos ejer-

la planimetría ptolemaica solo fue posi-

cicios de traducción espacial: la ortográfi-

ble gracias al conocimiento geométrico de

ca acimutal de Hiparco de Nicea (200 a.C.),

Al-Idrisi, sin esta mediación científica que

la cónica equidistante de Claudio Ptolomeo

ya incorpora en los levantamientos la apli-

(100), la cilíndrica equidistante o equirrec-

cación de meridianos y paralelos (longitu-

tangular de Marino de Tiro (120) o la aci-

des y latitudes) hubiera sido imposible la

mutal equidistante de Abū Rayhān al-Bīrūnī

normalización del saber geográfico. Será a

(1000) 2 . Por lo pronto, vale la pena definir

partir del genio marroquí que poco a poco 2 Las tres más antiguas conservan las distancias entre los meridianos, mientras que la última conserva la distancia desde el centro. Acimutal: en la presentación habitual, los meridianos son líneas rectas, y los paralelos círculos completos concéntricos. Son radialmente simétricos. En cualquier presentación, conservan las direcciones desde el punto nuclear. Esto significa que los círculos grandes que atraviesan el centro están representados por líneas rectas en el mapa. Cónica: en la presentación habitual, son

se impongan las proyecciones cartográficas 1 Liber Chronicarum: Mapamundi ptolemaico, Nüremberg , 1493 (folios completos y a color XVIIv-XIIIr).

1 Aristóteles: Acerca del Cielo (y Meteorológicos), Libro II, 14. Posición y estado verdaderos de la tierra; introducción, traducción y notas de M. Candel, revisión de D. Riaño, Madrid, Biblioteca Clásica Gredos, 229, 1996, 426pp.

e 27


Hiparco de Nicea, Proyección acimutal, 200 a.C. Abū Rayhān al-Bīrūnī, Proyección acimutal, 1000. Claudio Ptolomeo, Proyección cónica, 100. Marino de Tiro, Proyección cilíndrica 120.

los indicadores base del desarrollo gráfico: los

La depuración de los sistemas de pro-

meridianos son los semicírculos máximos del

yección deberá agu ard ar el advenimiento

globo terrestre que pasan por los polos norte

del siglo XVI para alcanzar una mayor ob-

y sur; son líneas imaginarias que sirven para

jetivid ad conforme a los d atos proporciona-

calcular el huso horario; en tanto que los para-

dos por las expediciones marítimas. Así, la

lelos son los círculos formados por la intersec-

pseudocónica del vienés Johannes Stabius,

ción de la esfera terrestre con un plano ima-

perfeccionad a por su amigo el párroco nu-

ginario perpendicular al eje de rotación de la

remburgués Johannes Werner, de alrededor

Tierra; a diferencia de los meridianos, los pa-

de 1500, en forma de corazón (cordiforme);

ralelos no son circunferencias máximas, salvo

y especialmente la cilíndrica, conforme a

el ecuador, no contienen el centro de la Tierra.

Gerhardus Mercator (1569), que se ajusta a las formas de los continentes pero no a sus tamaños, permitiendo una lectura-mirad a

líneas rectas y los paralelos como arcos de círculos. Cilíndrica: en la presentación habitual, los meridianos espaciados regularmente en igualmente espaciadas líneas verticales y los paralelos en líneas horizontales.

integral y en secuencia de la geografía del mundo, en la que se suprimen los polos.

e 28


Liber Chronicarum: Mapamundi ptolemaico, Nüremberg , 1493 (folios completos y a color XIIv-XIIIr).

Las Crónicas de Nüremberg son una bi-

Chronica mundi (624), donde en l22 parágra-

tácora ilustrada del devenir de la humani-

fos bosqueja la memoria del orbe. Esta his-

dad , desde la creación o Génes is hasta el año 1490. Según la tradición que la representaba

Etymologiae u Originum sive etymologiarum libri viginti (hacia 634), obra escrita a solicitud de su amigo, el obispo de Zaragoza, después San Braulio, monumental enciclopedia que refleja la evolución del conocimiento desde la antigüedad pagana y cristiana hasta el siglo VII. Este texto, dividido en veinte libros, con 448 capítulos, constituye una enorme obra enciclopédica en la que se recogen y sistematizan todos los ámbitos del saber de la época (teología, historia, literatura, arte, derecho, gramática, cosmología, ciencias naturales). Su carácter de suma permitió se conservase la cultura romana y fuese incorporada en la España visigoda. El pontífice Inocencio XIII lo elevó en 1722 a la condición de doctor de la Iglesia. Con un orgullo netamente español habla San Isidoro de su país: “Más bello que todos los demás, perla y ornato del universo”.

en seis edades, las bíblicas, más una contemporánea (1490), el Juicio Final, siguiendo el modelo de San Isidoro 3 , desarrollado en su 3 Nacido cerca de 556, posiblemente en Cartagena, hijo de romano y visigoda; fallece en Sevilla siendo su arzobispo en 636. Elevado a la santidad en 1598. Humanista ilustrado, traductor y escritor prolífico. Infatigable pensador que desarrolló numerosos ensayos exegéticos sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Además, le dedicó atención a la astronomía y la geografía. Su obra más reconocida son las

e 29


Al-Idrisi: Mapamundi, emplazado al sur, de la Tabula Rogeriana, 1154.

Mercator, Proyección cilíndrica, 1569.

toria universal está dividida en seis edades

Schreyer (14 46–1503) y su yerno, Sebastian

simbolizadas por las jornadas de la creación.

Kammermeister (14 46–1520); la traducción

Las cuatro primeras se refieren al pueblo

al alemán se le solicitará a George Alt (1450–

judío hasta la cautividad de Babilonia; la

1510), un escribano en el tesoro de la ciudad ,

quinta, a partir de esta época, engloba, con

mientras la impresión correrá a cargo de An-

el relato de la liberación por Darío rey de los

ton Koberger (c.14 45-1513).

persas, los episodios del reinado de Alejandro

Como es natural, el núcleo del saber

Magno y de los ptolomeos de Egipto, y llega

geográfico y sus representaciones cartográ-

hasta el nacimiento de Cristo; la sexta co-

ficas se construyen poco a poco, no siempre

mienza con César y abarca los reinados de los

en línea continu a, sino presentando avances

emperadores romanos hasta el decimoquinto

y retrocesos; es más, sin que las propuestas

año de Heraclio, o sea el 6l6 de la Era Cris-

de los eminentísimos cartógrafos y geóme-

tiana. Allí se insertan los acontecimientos de

tras circulase sin trabas en aquél dilatado

España: la invasión del país por los godos, los

mundo, marcado por las distancias del po-

vándalos y los suevos; luego, las luchas entre

der, primero, y después por las oposiciones

estos pueblos bárbaros, las cuales terminan

políticas y religiosas. La tolerancia propia

con la victoria decisiva de los godos: la insu-

de la sabiduría se fue diluyendo gradu al-

rrección de Hermenegildo, la cristianización

mente. Este ensimismamiento, de las cultu-

de Recaredo y su nación. Con este andamia-

ras europeas sobre todo, frenaría o retrasa-

je desarrollará Hartmann Schedel, en 1493,

ría ciertos aportes y descubrimientos. Lejos

el Liber Chronicarum Storia Mundi, encargo

qued aba el dominio ilustrado del monarca

de dos comerciantes de Nüremberg , Sebald

normando de Sicilia, Roger II, cuya corte

e 30


Al-Idrisi: Mapamundi, emplazado al norte, de la Tabula Rogeriana, 1154.

asentad a en Palermo tendría como a uno de

zonas climáticas de conformidad con el sis-

sus moradores más distinguidos al erudito

tema ptolemaico, cada uno de los cuales es-

Muhammad Al-Idrisi, auténtico recupera-

tá subdividido en 10 secciones, mostrando el

dor y continu ador de Ptolomeo.

continente euroasiático en su integralidad ,

Este fantástico científico originario de

además del norte africano. La alineación

Ceuta, todavía hoy posesión española en te-

Stabius-Werner, Proyección pseudocónica, 1500.

cartográfica se muestra hacia el sur.

rritorio del Magreb, escribió y diseñó uno de

Durante más de trecientos años Al-Idri-

los libros más ambiciosos de la historia de la

si dominaría el conocimiento geográfico.

humanidad : el Nuzhat al-mushtāq fi’khtirāq

Los textos que acompañan las imágenes con-

al-āfāq (en árabe, ‫قارتخا يف قاتشملا ةهزن‬

tienen descripciones exhaustivas sobre el

‫ )قافآلا‬traducible literalmente como El libro

medio físico, cultural y político; las condi-

de jornadas amables en tierras lejanas, mejor

ciones socioeconómicas de cad a región y ca-

conocido como Tabula Rogeriana. Se trata de

d a una de las 70 secciones del libro cuenta

una descripción del mundo, escrita y me-

con su mapa. Tan señalad a condición mul-

diante mapas, de 1154, tras iniciar la inves-

tidisciplinaria de su producción se entien-

tigación de los clásicos y los levantamientos

de en la medid a en que sepamos que su cu-

correspondientes a partir de 1138. El manus-

riosid ad carecía prácticamente de límites,

crito responde a la lengua y caligrafía ára-

habiendo escrito libros muy apreciados en

bes, aunque contiene algunos comentarios

su época sobre botánica y zoología. La in-

en latín (hasta donde se sabe su primera tra-

teligencia del rey se manifestó en su dispo-

ducción para pleno usufructo de Occidente

sición a conser var y no destruir ; si bien él

esperaría hasta 1619), divide su cuerpo en 7

conquistó de manos de los árabes la isla de

e 31


Sin dud a, los planos resultan conco-

Claudio Ptolomeo: Geographia Universalis, edición Münster, Basilea b , 1540.

mitantes al transcurrir humano y las más antigu as crónicas, lo mismo orientales que occidentales, reseñan su trascendencia como

b. Geographia vniuersalis, vetus et noua, complectens Claudii Ptolemaei Alexandrini Enarrationis libros Quorum primus noua translatione Pirkheimheri et accessione commentarioli illustrior quàm hactenus fuerit, redditus est. Reliqui... castigatiores facti sunt. Addita sunt insuper scholia... Succedunt tabulae Ptolemaicae, opera Sebastiani Munsteri nouo paratae modo. His adiectae sunt plurimae nouae tabulae, modernam orbis faciem... explicantes,... Vltimo annexum est compendium geographicae descriptionis, in quo uarij gentium & regionum ritus & mores explicantur. Praefixus est... index... Basileae: apud Henricum Petrum, mense Martio 1540 (Basileae: apud Henricum Petrum, 1540 mense Martio) [56], 1-155, [1], 157-195, [1] p., 48 c. di tav. doppie: ill., 48 c. geogr.; 2º. Autor secundario Sebastian Münster (1489-1552), y Willibald Pirckheimer (14701530). Editor Heinrich Petri, Basilea, 1540.

dispositivos de control del mundo, sus bienes y poblaciones. Los griegos, por ejemplo, en los periploi del griego περίπλους (“navegación

alrededor ”),

instrucciones

pa-

ra la navegación 4 : distancias entre puntos, descripciones de la costa, vientos, corrientes, bancos de arena, puertos, fondeaderos, aprovisionamiento, mencionan en su ansia de dominio de los mares y océanos una modalidad cartográfica: pequeñas tablillas que permiten orientar el viaje de los argonautas de Jasón; o bien, el traslado de una década emprendido por Ulises para retornar a Ítaca una vez concluida la guerra de Troya. En sus versiones naval, urbana o constructiva, han Sicilia, también se empeñó en mantener la

acompañado ineludiblemente el desarrollo de

influencia islámica tratándose de ciencias y

la organización social. Viajeros egipcios, chi-

humanidades, y siendo respetuoso de las de-

nos y árabes poblarán el imaginario de nues-

vociones religiosas. Para cobrar la dimensión

tras civilizaciones con sus epopeyas y serán,

de nuestro cartógrafo basta evocar que la Ta-

qué duda cabe, los antecedentes más remotos

bula Rogeriana acompañaba a un planisferio

de nuestro saber geográfico. Folios de papel o

manufacturado en plata, de alrededor de 400

papiro, telas o fibras vegetales, sir ven de so-

kg. de peso, que registraba la información

porte a una información cada vez más cien-

geográfica más actualizada, descollando los

tífica, también jaspeada por aquí y por allá

continentes más datos sobre ciudades, rutas

de seres y situaciones fantásticas, que las más

comerciales, ríos, lagos y montañas. De se-

de las veces están conciliadas con la belleza

mejante esfera solo queda testimonio de su

de la expresión plástica. La cartografía ha

existencia en manuscritos, pero deja bien 4 Véase, Diller, Aubrey: The Tradition of the Minor Greek Geographers; New York; American Philological Association; Lancaster, Pa., Lancaster Press, 1952, 199pp.; y Medas, Stefano: Stadiasmo o Periplo del Mare Grande – e le tecniche della navigazione antica, Tesis doctoral, Palma de Mallorca, Universitat de les Illes Balears, Departament de Ciències Històriques i Teoria de les Arts, 2007.

claro lo notables que fueron el erudito islámico y Rogerio II, y cuántos siglos se adelantaron a Martin Behaim y su Erdapfel (1492 ; en alemán, “manzana de la tierra”).

e 32


Claudio Ptolomeo: Geographia Universalis, edición Münster, Basilea1, 1540. Martin Behaim: Erdapfel c , 1492 ; Germanisches Nationalmuseum, Nuremberg. c. Quizá valdría la pena mencionar algunos aportes centrales en el desarrollo del registro del espacio, esas técnicas que han permitido ordenar la idea misma del territorio y sus recursos. En 1492, Martin Behaim, un cartógrafo alemán nacido en Nüremberg, hizo el globo terráqueo más antiguo: Erdapfel (“manzana de la tierra”); su quehacer está vinculado a los navegantes portugueses, en especial Diego Cam, con quien recorrió la costa occidental de África en 1484. Quizá lo más atractivo del planisferio consista en las 111 miniaturas debidas al pincel (lápiz) de Georg Albrecht Glockenthon, con la posible colaboración de Erhard Etzlaub.

cumplido un destacadísimo papel y función

muy exactas xilografías, a partir de la exis-

en la evolución del arte en general, primero

tencia de la imprenta. No será extraño que

con el levantamiento de originales y después

el entorno enciclopédico del Renacimiento

con el impulso de su multiplicación gráfica:

alemán, con sede privilegiad a en la ciud ad

estampa, grabado, litografía, serigrafía y, por

fortificad a de Nüremberg , haya sido el cen-

último, la imprenta.

tro de algunas de sus más trascendentes im-

De regreso con Claudio Ptolomeo habrá

presiones. Personajes cercanos al círculo de

que insistir que la primera versión latina

Albrecht Dürer resultarán estratégicos; uno

de sus textos, los famosos ocho libros de su

de ellos, su mecenas Willibald Pirckheimer 5 ,

Geografía, es tan cercana como 1409 y su se5 Claudii Ptolemaei Geographicae Enarrationis Libri Octo Bilibaldo Pirckeymhero Interprete Annotationes Ioannis De Regio Monte In Errores Commissos A Iacobo Angelo In Translatione Sua. ...Argentorati, Iohannes Grieningerus, Communibus Iohannes Koberger Impensis Excudebat. Anno A Christi Nativitate M.D. XXV. Tertio Kal. Apriles. Johann Gruninger, Strasbourg. El texto fue traducido por Willibald Pirckheimer, a partir de las notas de Johannes Regiomontanus, quizá bajo el cuidado editorial de Johann Huttich. Al reverso de los mapas se despliega una ornamentación notable atribuida a Durero, quien también contribuyera con el grabado en madera de la esfera armilar (astrolabio esférico, esfera celeste, presumiblemente inventada por Eratóstenes, bibliotecario en jefe en el repositorio casi mítico de Alejandría, hacia el 255 a.C.).

de, Florencia, texto que será copiado en forma de manuscrito para que lo conociesen los humanistas europeos. Desde el momento en que se dispone de una traducción confiable será que una legión de especialistas en muy diversas materias se d ará cita a su alrededor para perfeccionar sus ediciones, poniendo especial cuid ado en las reproducciones de planos, a través de la fábrica de bellísimas y

e 33


Abraham Ortelius: Theatro de la tierra universal, versión española de 1588.

publicará en 1525 en Estrasburgo su propia

primera versión latina del original griego,

versión al latín; material que utilizará Se-

de la que circularían distintas “ediciones”,

bastian Münster en sus versiones posteriores

y en el proemio de su manuscrito asentaría

de 1540 (Basilea) y 1548 (Venecia).

su admiración por “la invención de la lati-

Entre la valoración científica y la exal-

tud y la longitud en que están los lugares del

tación de la leyend a, los mapas perdidos de

mundo habitable”. Semejante exhumación

Ptolomeo terminaron por establecer el ima-

de un clásico remoto se traslad aría a los ti-

ginario, así fuese a partir de reconstruc-

pos móviles de la imprenta hasta 1475; le su-

ciones posteriores como las de Al-Idrisi, de

cederían las ediciones de Bolonia (147 7) y

un Occidente que se quiere a sí mismo ecu-

Roma (1478, Arnoldus Buckinck); poco más

ménico y culto. A pesar de la identificación

o menos dos decenas de mapas acompañarían

progresiva de errores en las planimetrías de

la escritura impresa, gracias a la técnica del

la Geographiauniversalis, su modelo de re-

grabado en cobre a punta seca. En conse-

gistro continúo siendo de enorme utilid ad :

cuencia, Ptolomeo es el origen y detonador

sistema sexagesimal, cruzado con la retícu-

de la pulsión por los atlas geográficos, que

la de meridianos y paralelos cur vos, según

potenciará al paroxismo Abraham Ortelius

diversas proyecciones, incluid as las de ma-

(1527-1598) con su Theatrum Orbis Terrarum.

triz cónica que prohíjan planos en forma de

En 1570 el estudioso flamenco publica

trapecio. Sería tan tarde como 1406 cu ando

en Amberes la primera edición de este in-

Giacomo d’Angelo d a Scarperia ofrecería la

mejorable Atlas; compuesto por 70 planimetrías que consignan los nombres de sus autores y prodigando 87 referencias a tratados, manuscritos y libros de autorid ades corográficas y geográficas de la antigüed ad y el mundo moderno: Eratóstenes, Estrabón, Tácito, Plinio, Solino, Pomponio Mela, entre otros. Su éxito arrollador se demuestra con las 31 ediciones de que fue objeto, cad a una de las cu ales incorporaba alguna mejora, hasta registrar 167 planos y 183 comentarios en la versión de 1612 . Auténtico vademécum que circuló en varias lengu as: holandés (1571), alemán (1572), francés (1572), español (1588), inglés (1606) e italiano (1608).

Albrecht Dürer, Esfera armilar, xilografía, 1525.

Por si fuera poco, el autor agregaría información adicional en fascículos llamados jus-

e 34


Habsburgo o especialistas contratados por

Claudio Ptolomeo, Geograf ia, edición de Sebastian Münster, Venecia, 1548 d .

la Corona. Los imperios que cohabitan en la península ibérica, por su afición y necesid ad de lanzarse a travesías sin fin, a gra-

d . Ptolemeo la Geografia / di Claudio Ptolemeo Alessandrino, con alcuni comenti & ag giunte fattevi d a Sebastiano Munstero Alamanno, con le tavole non solamente antiche & moderne solite di stamparsi, ma altre nuove ag giuntevi di messer Iacopo Gastaldo piamontese cosmographo, ridotta in volgare italiano d a m. Pietro Andrea Mattiolo senese medico eccellentissimo con l’ag giunta d’infiniti nomi moderni,... fatta con grandissima diligenza d a esso meser Iacopo Gastaldo, il che in nissun altro Ptolemeo si ritrova. ... - In Venetia: per Gioan. Baptista Pedrezzano, 1548 (In Venetia: ad instantia di messer Giovanbattista Pedrezzano libraro al segno della torre a pie del ponte di Rialto: stampato per Nicolo Bascarini, 1547 del mese di ottobre). - [8], 214, [66] c., 60 c. di tav. calcogr. doppie: ill.; 18 cm.

do tal que convirtieron su geografía en una balsa de piedra, eligieron o pactaron rumbos encontrados para sus peregrinaciones. Los viajes de exploración portugueses y su caud a de descubrimientos en la ruta del Este, bordeando África y el sur de Asia; mientras los españoles fatigaron la del Oeste, topándose con lo que pasado el tiempo se llamará América (en honor a Vespucio, a partir de 1507) y bogando por el emperador de los mares, el océano Pacífico, nad a menos que un tercio de la superficie del planeta, con su longitud máxima de 15 500 km. desde el estrecho de Bering hasta la Antártid a; con anchura límite de 17 700 km. entre Panamá y la península malaya, serán el escenario de una invención to Additamenta, de los que publicaría cinco.

magnífica: el Nuevo Mundo, también deno-

Incluye 2 planos de la Nueva España, uno

minado Indias Occidentales, atendiendo a

general y otro de la vertiente del océano Pa-

una comedia de las equivocaciones donde se-

cífico titulado “La Culiacana”, centrado en

rán los errores filosóficos, como el de aducir

este puerto de la actu al Sinaloa. A partir de

que a una entid ad compacta, unitaria y por

157 5 fungiría como cartógrafo de Felipe II.

ello indivisible, el Mundo, se le atribuya un

No cabe dud a que la cima cartográfica

sector “Viejo” y uno “Nuevo” 6 , en flagran-

de los siglos XV y XVI la ocupan españoles y

cia con un mínimo de lógica; o, igu almente

portugueses, gracias a la intensid ad de sus

sorprendente, la pifia derivad a del viaje co-

agend as de navegación; si bien habrá que

lombino que pretendía dirigirse a Oriente y

subrayar que una parte significativa de los

no sabiendo de su fracaso hasta 1500, insis-

timoneles y pilotos, geógrafos e ingenieros,

tiese el genovés en ánimo restitutivo califi-

corógrafos y estampadores asociados al conocimiento y dominio de los mares del globo

6 Véase, O’Gorman, Edmundo: “La falacia histórica de Miguel León Portilla sobre el ‘encuentro del Viejo y Nuevo Mundo’”, Madrid, Quinto Centenario, Universidad Complutense de Madrid, 1987, número 12, p.17-32.

terráqueo son flamencos, holandeses, alemanes e italianos; ya fueran súbditos de los

e 35


Giacopo Gastaldo Piamótese: Mapa de Europa en la Geograf ia di Claudio Ptolomeo, Venecia, 1548.

car las tierras de Cipango y Catay, más ane-

c o r p o r a e l m ap am un d i o p l a ni s fer i o mu r a l

xas, como Indias Orientales; mientras a la

de Mar tin Waldse e m ü l l er, l l a ma d o en l a tí n

cu arta parte del planeta (con una superficie

Hylacomilu s , ( 1 470- 1 5 20) U n i ve r s a l i s C o s-

de más de 42 900 000 km², la segund a masa

mographia Se cu ndu m Pt h o l o m e i Tra d i t i o n e m

continental tras Asia, extendiéndose sobre

e t A me rici Ves pu ci A l i o r u m qu e L u s t ra t i o n es

el 8,4% del globo y cubriendo el 30, 2% de la

( 1 29 x 2 32 c m . ) , de l q u e s o b r evi ve u n ú ni co

corteza terrestre), perseverando en el desliz

e j e m p lar e n la Bib lioteca d el C o ng r es o d e

geográfico, bautizar como Indias Occiden-

Wash in gto n .

tales. Dislates de la ignorancia geográfica. Claudio Ptolomeo, La Cosmographie o Geographia universalis, manuscrito latino de 1411 en versión de Giacomo d’Angelo d a Scarperia, con 27 mapas de Claus Clausson Swart.

L a h isto r ia m isma d e l a ca r to g r a-

En cu a n t o a la de n o m in ac ió n c o n ti-

fía e v ide n c ia q ue se t r a ta d e u n p r o ces o d e

n en t a l co n l a v o z Am é r ic a, h ab r á q ue fe-

ac um ulac ió n de in f o r ma ci ó n vi s u a l , co n

ch a r el ba ut i z o e n 1 5 07 c o n la ap ar ic ió n de

b itác o r as e sc r itas. As í , s o b r evi ven l o s ma-

l a o br a de M a t h i as Rin gm an n ( 1482 ?- 1 5 11) ,

p as p to le m aic o s p o r e l r ed i s eño qu e hi ci e-

co n o ci do t a m bi é n c o m o Ph ile sius Vo ge-

r a Al- Idr isi de e llo s, s i emp r e i nteg r á nd o s e

s i g en a , C os m ogra phiae Introdu ctio, q ue in-

m ás d ato s y e n su c a s o co r r i g i énd o l o s . De

e 36


j o s, y a q ue c o m p ar te n l a i d ea d e qu e l o s

Claudio Ptolomeo, Geograf ia, al cuid ado de Antonio Magini pad ano, Venecia, 1598 d .

te r r ito r io s de Am é r ic a C entr a l es tá n s ep ar ado s de la p latafo r m a co nti nenta l p o r u n c an al in te r o c e án ic o .

d . Geografia cioè descrittione vniuersale della terra partita in due volumi, nel primo de’ qu ali si contengono gli otto libri della Geografia di Cl. Tolomeo, nuouamente con singolare studio rincontrati, & corretti dall’eccell.mo sig. Gio. Ant. Magini padouano ...Con vna larghissima & copiosissima spositione del medesimo sopra’l primo de’ detti libri d’intorno a’ precetti & alle regole della geografia ..In Venetia: appresso Gio. Battista & Giorgio Galignani fratelli, 1598. Nel secondo vi sono poste 27. tauole antiche di Tolomeo, & 37. altre moderne [intagliate da Girolamo Porro],... Opera vtilissima & specialmente necessaria allo studio dell’historie, dal Latino nell’italiano tradotta dal r.d. Leonardo Cernoti vinitiano ... Con due indici copiosissimi In Venetia: appresso Gio. Battista & Giorgio Galignani fratelli, 15971598 2 v.: ill.; 2º. Marca o emblema: Torre. A los lados, una dama con una esfera celeste y un viejo con la rosa de los vientos. Lema: Turris et fortitudo mihi Deus (Dios es una torre de fortaleza para mí), en un marco simulado.

Más tar de , Jo h annes Wer ner es tu d i ó y p r o m o v ió la v o lum e tr í a en el tr a ta mi ento d e lo s m ap as, e n su Nova t ra n s l a t i o p r i m i l i b r i ge ographiae Cl. P tole m a i (15 14 ), d o nd e d esc r ib e la q ue te r m in arí a co no ci énd o s e co mo p r o y e c c ió n We r n e r o p r o yecci ó n co r d i fo rm e , q ue p e r f e c c io n ó la p r o p u es ta d el vi enés Jo h an n e s Stab ius; Ge rha r d u s M er ca to r y s u fam o sa p r o y e c c ió n c i l í nd r i ca d e 15 69 y p o r sup ue sto Ab r ah am O r tel i u s (Th e a t r u m o rbis te rraru m, 15 70; atl a s ma g ní fi co co n 70 c ar to gr af ías q ue se si g u i er a r ei mp r i mi end o h asta p o r lo m e n o s 162 2), u ti l i z a r o n es te m é to do h ac ia f in e s del s i g l o X V I . Des p u és , t a l s uer t e q ue es p r ác tic a c o m ún e xh um ar

e l c ar tó gr af o p o r tugu és Di eg o R i b er o , fu e

l o s t r a ba jo s del p asado e n las n ue v as c o m-

e l auto r de l p lan isfe r i o o r i g i na l qu e i ncl u í a

pi l a ci o n es pl a n i m é tr ic as. E n e ste se n tido ,

un a lín e a de l E c u ado r ter r es tr e g r a d u a d o

el m a pa m un di d e Waldse e m ülle r ap r o v e c h a

( 1 5 2 7) . Se m e j an te s sol u ci o nes fo menta r o n

el t r a t a m i en t o q ue y a r e c ib ía e l c o n tin e n-

un m e j o r c o n o c im ie nto d e l a ti er r a y fu n-

t e r eci én des cubi e r to ( 1 492 ) , a su p e sar p o r

d ar o n la p o sib ilid ad mi s ma d e s u u s u fr u cto

C r i s t ó ba l C o l ó n , q ue é l b autiz ar ía “Am é r i-

y e xp lo tac ió n ; sin e llos no ex i s ti r í a g eo g r a-

ca ”, pues f ue justo Ve sp uc io q uie n sí lo c a-

fía m o de r n a.

l i f i có de m a s a se p ar ad a de Asia y distin ta

Otra vez con el monstruo de Ptolo-

a l o s do m i n i o s o r ie n tale s de C h in a, In dia

meo, la versión veneciana de 1598 agluti-

y Ja pó n . El m a p a de N ic o lo C av e r i ( 1 5 02 -

na 27 mapas tradicionales más 37 moder-

1 50 4 ) y el pl a n isf e r io de Alb e r to C an tin o

n o s ( Ta b u l a e r e c e n t i o r e s ) , o f r e c i e n d o u n a

( 1 50 2 : C ar ta da navigar pe r le Is ole nou am

visión articulada del mundo conocido. La

t r [ ov ate ] in le p arte de l’India: dono A lbe rto

p r i m e r a e d i c i ó n s e r e m o n t a a 1 5 96 y c o n -

C ant ino al S . Duca He rcole , duq ue de Fe r r a-

tinuaría

r a ) r epr es en t a n e l o r ige n de la p r o p ue sta

h a s t a 1 6 2 1 . Ve r s i ó n a l i t a l i a n o t r a d u c i d a

a l em a n a de 1 50 7, q ue in c luía un p lan isf e r io

del latín, por Giovanni Antonio Magini

co m pues t o po r un a do c e n a de p an e le s- ga-

( P a d u a 1 5 5 5 - M a n t u a 1 61 7 ) , s o b r e s a l i e n -

e 37

reimprimiéndose

exitosamente


Así sea por referencia mínima, vale la

Claudio Ptolomeo Geographia, Venecia, 1562 e .

pena apuntar cómo estas representaciones del mundo, tierra adentro y mar adentro,

e. Autor secund ario Wilibald Pirckheimer, (1470-1530) y Guiseppe Moleti (1531-1588); editor Vincenzo Valgrisi. La versión desde el griego sigue siendo la de Prickheimer, el amigo y protector de Durero, aunque revisad a por el profesor de la Universid ad de Padu a Moleti. Los 27 tradicionales mapas ptolemaicos se insertan en una matriz trapezoid al y a diferencia de los planos modernos que se agregan, en número de 37, presentan una menor definición en los contornos y d atos. En el registro novohispano nótense las deformaciones peninsulares de Baja California y Yucatán, pero ya plenamente identificad as como anclas del continente.

en más de un sentido inventan al globo terráqueo, pues al dotarnos de una imagen de eso que llamamos geografía y su composición, describen lugares y sus características, así como las rutas de acceso a dichos sitios, amén de emprenderlo con las deformaciones y modificaciones naturales pues las imágenes resultantes dependen del tipo concreto de proyección que se use, así las diferencias pueden ser de distancia, tamaño o localización. Por lo que se comprenderá cómo los primeros mapas en ser apreciados tenían que ver justo con las rutas de navegación: el estudio de las corrientes y los vientos, los accidentes insulares, de cayos y arrefices. Los te profesor de la Universidad de Bolonia,

portulanos son los primeros levantamien-

protegido del duque Gonzaga, dedicado

tos que usan la brújula y el compás, regis-

a la geografía, matemática, astronomía y

tran anotaciones sobre un fondo en forma

cartografía. El mismo curador de la obra

de retícula trazada por las líneas de direc-

ptolemaica desarrolló en buena medida la

ción de la rosa de los vientos, cuentan con

visualidad planimétrica, si bien rescata

escala gráfica conocida como “tronco de le-

las aportaciones de Ortelius; los grabados

guas”. Los ejemplos de la Escuela Balear son

son en cobre de la mano de Girolamo Porro

de carácter naútico-geográfico. Sobresalen,

( c 1 5 2 0 - d e s p u é s d e 1 6 0 4 ) , a c t i v o e n Ve n e c i a

Angelino Dulcert ( geógrafo italiano-mallor-

y a quien se deben las ilustraciones del Or-

quín, activo en las décadas de los años vein-

l a n d o e l Fu r i o s o d e A r i o s t o ( 1 5 8 4 ) , a d e m á s

te y treinta del siglo XIV), autor de la carta

d e I s o l e p i u f a m o s e d e l M o n d o d e To m m a s o

aludida que, como detalle curioso, registra

Porcacchi de Castiglione (1572). A este hu-

el Atlas africano, la cordillera llamada por

manista se debe la antología-compilación

los árabes Carena y por los cristianos Montis

titulada Italia, editada tras su muerte en

claris y Jehuda Cresques (1350?-1427?), tam-

1620, especie de atlas general de la penín-

bién conocido por Jafuda Cresques y Jaume

sula, más 60 planos regionales, que será

Riba, cartógrafo mallorquín de origen ju-

dominante durante todo el siglo XVII.

dío, probablemente quien coordinó los des-

e 38


Girolamo Porro, Mapamundi de la Geografía di Claudio Ptolomeo Alessandrino, Venecia, 1598; aunque los mapas con sus anotaciones aparecen en la segund a parte del libro que fue impresa antes, en 1597, en el mismo taller veneciano de los hermanos Giovanni Battista y Giorgio Galignani.

cubrimientos marítimos de la escuela naval

m e n tan : “Re d de v ie n to s , co r o na s , vér ti ces ,

portuguesa de Sagres, en el inicio del siglo

h ac e s. He aq uí e l ar t i fi ci o g eo g r á fi co qu e

XV, formada por el monarca Enrique el Na-

c o n fie r e a las c ar tas p o r tu l á ni ca s u n s i ng u-

vegante 7.

lar asp e c to , q ue c o n si s te en l a i nfi ni d a d d e

A l r es pect o de e stas p lan im e tr ías, Julio

r e c tas q ue c r uz an e n to d o s l o s s enti d o s l a

R ey Pa s t o r y Er ne sto Gar c ía C am ar e r o c o-

r e p r e se n tac ió n ge o gr á fi ca , y l a s d i s ti ng u e de lo s tr az ado s m o de r no s , d o nd e es a tu p id a r e d de ar añ a e stá su s ti tu i d a p o r u na s o l a

7 Enrique de Avís y Lancaster (Oporto, 1394 - Sagres, 1460). Infante de Portugal y primer duque de Viseu, apodado el Navegante tardíamente, ya en el siglo XIX, por Heinrich Gustav Paul Schaefer y Gustav De Veer, y difundido por los ingleses Henry Major y Raymond Beazley. Por su vocación marítima e imperial, detonó la expansión lusitana por las costas del norte de África (Ceuta y anexas) y el litoral Atlántico. La polémica sobre la historicidad de la Escuela Marítima de Sagres continúa asociada a su nombre.

c ir c un f e r e n c ia gr adu a d a , qu e l e es equ i vale n te , y a q ue la ún ic a fi na l i d a d es d eter min ar e n c ad a p un to la l í nea d e ca d a r u mb o . Fij án do se un p o c o se d es cu b r e en s eg u i d a q ue e stas lín e as r e sult a n d e u ni r entr e s í , d e

e 39


t o do s l o s m o do s p o sib le s, lo s die c isé is p un-

Ahora bien, resulta indispensable de-

t o s q ue di v i den e l c ír c ulo o lo s do s c ír c u-

finir el término rumbo, acuñado por el

l o s q ue a ba r ca n to d a la c ar ta. N o so tr o s h e-

cosmógrafo portugués Pedro Nunes (1502-

m o s co nv en i do e n llam ar c o r o n as a dic h o s

157 7), descubridor de esas líneas de orienta-

cí r cul o s , v ér t i ces a lo s p un to s e n q ue é sto s

ción, recorrid as por todo barco que navega

es t á n di v i di do s y h ac e s al c o n j un to de las

con rumbo constante. El nombre “rumbo”

r ect a s q ue pa s a n p o r c ad a v é r tic e ” .

(distancia) fue sustituido por el más pe-

8

d ante de cur va loxodrómica 9, que alude a la 8 Cartografía Mallorquina, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia, Instituto Luis Vives, 1959, p.13. Se trata del análisis de más de 400 cartas.

9 El nombre de loxodrómica sería acuñado en 1624 por Willebrord Snell, el físico y matemático holandés que había formulado la famosa

e 40


Nueva España, postptolemaico, edición de Iosepho Moletio, Venecia, 1562 . Giosef fo Rosaccio, Mapa de la Nueva España, postptolemaico, en su versión revisad a de la traducción clásica del griego al italiano de Girolamo Ruscelli, 1599; Venecia, taller de los herederos de Melchiorre Sessa, cuyo moto Dissimilium in Fid a Societas (“socied ad inequitativa en la confianza”), hace referencia al símbolo de sus ediciones, un gato con un ratón en la boca, presente en esta versión.

figura espiriforme con que tiende cad a una

debería acontecer si recorriera una circun-

asintóticamente a los dos polos, d ando infi-

ferencia máxima? Porque no es lo mismo

nitas vueltas decrecientes en torno de cad a

navegar en línea recta que con rumbo fijo;

uno. Su obser vación crítica es simple: si un

una cosa resulta de mantener el timón en la

navío parte del Ecu ador con rumbo cons-

misma posición, asumiendo que el viento y

tante (por ejemplo Norte-Este), es decir, si

las mareas sean estables y constantes, que

navega formando ángulo de 45° con el me-

hacerlo con la brújula apuntando fijamente

ridiano, hacia Norte-Este, ¿cómo es posi-

hacia la misma dirección geográfica. Repito

ble que navegando siempre hacia latitudes

que la cartografía, en tanto ciencia del es-

crecientes llegue al hemisferio Sur, como

pacio y los “tropiezos” que contiene, opera por acumulación. En consecuencia de ello

ley de refracción de la luz, quien empleó una latinización de la voz holandesa kromstrijk -dirección curva-, usada ya por otro coterráneo, Simon Stevin, en su descripción del trabajo de Nunes. Etimológicamente, la palabra se origina en el griego λοξóς, que quiere decir oblicuo, inclinado y δρóμος, que significa rumbo, carrera.

nadie podría lanzar la primera piedra, pues todos aquellos que la cultivan reposan sobre los hombros de colegas que los precedieron.

e 41


Angelino Dulcert, Carta Mallorquí (portulano), Biblioteca Nacional de Francia, 1339.

Aún el hito que marca el gigantesco plano de

El documento aporta incansable una

Waldseemüller está marcado por cicatrices

barahúnd a de d atos; y lo realiza contándo-

de otros cronistas del planeta. De la caud a

nos también una anécdota, las glorias del

que se activa a partir de tan magna repre-

poder a través de sus acontecimientos me-

sentación sobresale el Planisferio de Nuño

tamorfoseados en efemérides. Como botón

García de Toreno (Orbis Universalis, 1525),

de muestra, la nave Victoria aparece dos ve-

mejor conocido por el nombre de quien lo

ces -en el Atlántico y de nuevo en el Índi-

recibiera como obsequio imperial, el repre-

co- adornad a con las armas del emperador

sentante del pontífice Clemente VII (Julio

Carlos V y una leyend a latina que proclama

de Médici). Esta carta náutica de tres hojas

que es el único barco que ha circunnavegado

contiene la mejor y más completa informa-

el mundo. La red de líneas de rumbo está or-

ción geográfica de su época.

ganizad a mediante dos círculos de rosas de

e 42


Nuño García de Torreno: Orbis Universalis, conocido como Mapa Salviati, 1525.

los vientos centrados en dos puntos situ ados

Cabo Verde”. Aparece dos veces: una en el

sobre el ecu ador : en el Pacífico y en el Áfri-

Atlántico y otra en el Pacífico.

ca -justo- ecu atorial. Línea que muestra una

Este mapa del mundo fue un regalo de

escala de longitud con señales en inter valos

Carlos V al cardenal Giovanni Salviati, el

de 5 grados. Asimismo, irrumpen los trópi-

nuncio papal en España de 1525 a 1530. Po-

cos. El trazo figurado que divide el mundo

siblemente estuviera destinado a explicar al

extraeuropeo, establecido por el papa en el

papa Alejandro VI las reivindicaciones te-

Tratado de Tordesillas (7 de junio de 1494;

rritoriales españolas frente a Portugal, y a

provincia de Valladolid), contiene una ins-

apoyar la posición española en las conferen-

cripción vertical que dice: “línea de repar-

cias hispano-portuguesas sobre la soberanía

timiento entre Castilla y Portugal, meridia-

de las importantísimas islas de las Especias

no situ ado 370 legu as al oeste de las islas de

o Molucas (ahora parte de Indonesia), en

e 43


Alberto Cantino, Planisferio, Biblioteca Estense de Módena, Italia, 1502 .

Elvas y Bad ajoz. Para estos objetivos, las

C ab e de stac ar q u e, en l o r efer ente a l

tierras descubiertas por Fernando de Ma-

Tr atado de To r de silla s , el p a p a A l ej a nd r o

gallanes durante su circunnavegación del

VI n un c a lo r atific ó y hu b o qu e es p er a r a

globo (1519-1521) están situ ad as estratégica-

q ue su suc e so r Julio II l o hi ci es e med i a nte

mente al oeste de la línea de Tordesillas para

la e m isió n de la b ula E a qu a e p r o b o n o p a -

mostrar que eran propied ad de España. La

cis ( 24 de e n e r o de 1 5 06). P o r p a r te d e l o s

suntuosa decoración de este mapa se refleja

Re y e s C ató lic o s f ir ma r o n E nr i qu e E nr í-

especialmente en la belleza de las rosas de

q ue z de Guz m án , m ayo r d o mo mayo r d e l o s

los vientos y en la combinación de colores.

r e y e s, Gutie r r e de C á r d ena s , co mend a d o r

Es muy similar al único mapa firmado por

m ay o r de la O r de n de S a nti a g o y co nta d o r

Nuño García de Toreno, con Diego Ribeiro,

r e al, y e l do c to r Fr an ci s co M a l d o na d o ; p o r

encargado de la composición de las cartas de

e l lado p o r tugué s firma r o n R u y d e S o u s a ,

navegación en la organización responsable

su h ij o Ju an de So usa y el ma g i s tr a d o A r i a s

del imperio de España en ultramar, la Casa

de Alm ad an a. Se f ij ó u n p l a z o d e ci en d í a s

de la Contratación de Sevilla. En 1519, hizo

p ar a su r atific ac ió n po r l o s r es p ecti vo s mo-

las cartas para Magallanes. Por estas razo-

n ar c as; lo s Re y e s C at ó l i co s l o r efr end a r o n

nes, los especialistas suelen atribuirle con

e l 2 de j ulio de 1 49 4 en A r éva l o , y Ju a n I I l o

bastante segurid ad este mapa y d atarlo hacia

h iz o e l 5 de se p tie m b r e s i g u i ente en S etú-

1525. Como d ato curioso no se detalla la cos-

b al. L o s o r igin ale s del tr a ta d o s e co ns er va n

ta oeste de América.

e n e l Ar c h iv o Ge n e r a l d e I nd i a s en S evi l l a

e 44


( Es pa ñ a ) y en el Ar q uiv o N ac io n al d a To r r e

rioru m in as trolabiu m , qu o d p l a n i s p h a e r i u m

do To m bo en Li sb o a ( Po r tugal) .

vocant, libri s e x ( 1 5 00 ); o p o r no a b u nd a r

El a r t e de n av e gar e stá e n de ud a c o n

e l m an usc r ito c o n se r va d o en l a B i b l i o teca

l a ca r t o g r a f í a esp añ o la, c o n lo s Re y e s C a-

N ac io n al de Madr id d e A nd r és Ga r cí a d e

t ó l i co s des de el cie r r e de l siglo XV y p o r lo s

C é sp e de s: Te óricas q u e c o n t i e n e n t r es p a r tes :

s i g ui en t es ci en añ o s, y a b aj o e l do m in io de

e n la prime ra las te óri c a s s e g ú n l a d o c t r i n a

l o s Aus t r i a s . Es te le gado lo e n c ab e z an las

de Copé rnico; e n la s e g u n d a s e d e c l a ra , s e g ú n

es cuel a s ca t a l a n a y m allo r q uin a; y c o n lo s

nu es tras obs e r vaciones l a s c a u s a s p o r qu e va n

di l a t a do s t er r i t or io s, p r im e r o de l Im p e r io

e rrados los movimie ntos d e l S o l , y l a L u n a , a s í

es pa ñ o l y des pu é s de la C o r o n a e sp añ o la,

e n Copé rnico como e n e l R e y D . Al o n s o .

s e ex t en der á h a sta e l c r e p úsc ulo de l siglo

Empero, tantas y tantas luces se hubie-

X V I I . O br a s es critas p o r auto r e s e sp añ o le s

sen mantenido apagad as de no ser porque las

f uer o n C osm ografía y Tablas de dive rs idad de

encendiera y alimentara la Geographia Uni-

días y h oras ( 1 51 7) , de l lin güista An to n io de

versalis de Claudio Ptolomeo Alexandrini, a

N ebr i ja ; Lib r o d e las longitú dines y mane ra

través de su exhumación y aliñamiento por

que h as ta agora se ha te nido e n e l arte de nave -

Muhammad Al-Idrisi. Sin aspavientos, se

gar, c on s us de m o s traciones y e je mplos ( 1 5 5 4) ,

concluye que hay mucha tela de dónde cor-

del co s m ó g r a f o Alo n so de San ta C r uz , p r e-

tar, y por eso el recorrido ha sido desorde-

cur s o r de l o s m a p as de v ar iac io n e s m agn é-

nado, zigzagueante, revelándonos una mis-

t i ca s ( v a r i a ci ó n de la aguj a n áutic a r e sp e c-

celánea minúscula de planimetrías decisivas

t o a l n o r t e m a g n é tic o ) ; Tratado de la E s fe ra

en el denod ado empeño de postular el mun-

( 1 537 ) , del judí o p o r tugué s Pe dr o N úñ e z ;

do, acaso inventarlo, mediante el favor de

C om e ntar io a las Te óricas de plane tas de Jorge

su representación cartográfica. Gerhardus

Pur b ac h io, c on e l come nto de An dr é s Gar c ía

Mercator, con su puntería acostumbrad a,

de C és pedes ; S p he ra mu ndi e x varies au ctori -

acierta: “Los mapas son los ojos de la histo-

b us c onc innata ( 15 79 ) , de Fr an c isc o Sán c h e z

ria”. Testigos del tiempo y el discurrir hu-

de l a s B r o z a s ; Ex ame n y ce ns u ra de l modo de

mano. Suma de anhelos, voluntad de control

av e r iguar las alt u ras de las tie rras por la al -

de los descubrimientos, talismanes del cono-

t ura de la Es t r e lla Norte ( 15 9 5 ) , de Sim ó n

cimiento, que alcanzarán una de sus cimas

de To v a r ; A r te de nave gar ( 15 45 ) , de Pe dr o

inigu alables con el Padrón Real (a partir del

de M edi n a ; y el p r im e r Mapamu ndi ( 1 5 00) ,

2 de agosto de 1527 el Padrón General), ela-

di buja do po r Ju an de la C o sa; e l p r im e r

borado por la Casa de Contratación de In-

A t las de A m é r ic a, de Gar c ía de C é sp e de s; y

dias en Sevilla, fund ad a en 1503, desde que el

do s a s t r o l a bi o s a p ar tir de la p r o y e c c ió n o r-

rey Fernando el Católico nombrase a Ame-

t o g r á f i ca ( o r t o g o n al) , inv e n tado s p o r Ju an

rico Vespucio “Piloto Mayor de Castilla” en

de l o s R í o s y R o j as Sar m ie n to : Comme nta -

1508…, pero esa es otra historia.

e 45


e 46


La idealstadt de Albrecht Dürer Y el anónimo n ure mburg ué s de 15 24

Luis Ignacio Sáinz e

b

C omo su nombre lo indica, Albrecht

1219) destacó siempre por ser el centro por

Dürer (1471-1528) es un gozne entre

excelencia de comercialización de meta-

las regiones septentrional y meri-

les preciosos y desarrollo de instrumentos

dional de Europa; amén de nexo articulador

científicos de precisión, d ad a la cercanía y

de un sinfín de disciplinas, prácticas y sa-

riqueza de los yacimientos y minas renanas

beres: geometría, anatomía, ingeniería, ar-

controlad as por la familia Fug ger, banca re-

quitectura, cartografía, astronomía, cosmo-

faccionaria de los Habsburgo y, en particu-

grafía, artes gráficas. De origen húngaro, el

lar, de la Corona española a partir de Carlos

apellido de su padre Ajtós significa “puerta”

V (1500-1558).

y al traslad arse a Alemania elige la voz Türer

Su favorecid a posición geográfica fa-

que suena como el alemán Tür, que signifi-

cilitó un intenso tráfico de bienes y mer-

ca puerta. La grafía devino Dürer, aunque

cancías, pero sobre todo de tecnologías y

el orfebre y metalurgista siempre firmó co-

conocimientos, en particular con Venecia;

mo Türer. Justo será su vocación el factor

y también explica la atención que le confi-

que explique el por qué de su asentamien-

rieran, entre 10 50 y 1571, los emperadores

to en Nürnberg (Baviera), en 1455, pues la

del Sacro Imperio Romano Germánico, ce-

ciud ad imperial libre 1 (Reichsunmittelbar;

lebrándose allí las dietas imperiales (Reichstage). Semejante preeminencia econó-

1 El Sacro Imperio Romano Germánico integraba una notable serie de modalidades de organización del territorio. Entre ellas, las ciudades imperiales, pero también: condados, principados, señoríos, bailiatos, ducados, cantones, margraviatos, obispados y arzobispados, abadías, jurisdicciones, prebostazgos, baronías e incluso un reino, el de Bohemia desde 1198, y un archiducado, el de Austria a partir de 1457. Para darse una idea de la complejidad, todavía en 1792 existían 52 ciudades imperiales libres distribui-

Albrecht Dürer Retrato de su padre, 1490, Florencia, Galleria degli Uf fizi.

mica y política, de única subordinación al emperador mediante el pago directo de contribuciones, reposaba en una estructura sodas en 6 circunscripciones llamadas círculos: Baviera, Franconia, Bajo Rin-Westfalia, Baja Sajonia, Alto Rin y Suabia.

e 47


Idealstadt, 1524.

Folio representando la toma de Constantinopla por las bombard as turcas en la Crónica de Núremberg , 1453. La imagen es una estampa monocroma de un grabado en madera, después coloread a manu almente.

cial de gobierno de la urbe como metrópolis

Privilegio indiscutible de este radical

integrad a por 42 familias nobles, a las que

humanista del Renacimiento es el de vincu-

le seguía un estamento particular : el de los

lar lo bajo con lo alto, la ciencia con el arte,

ëhrbar, (los respetables, los honorables), al

el estudio con la experiencia, lo propio con

que pertenecía la familia de los Dürer. Así

lo ajeno. Puerta, gozne, como se prefiera; el

las cosas, nuestro artista-científico era un

hecho reside en que funge de facilitador de

profesional libre y atendiendo a la expresión

procesos y procedimientos entre las expre-

de Er win Panofsky : “una puerta giratoria

siones flamenco-alemana y veneciana de la

entre el templo de la matemática y la plaza del mercado 2 ”.

ra desarrollar quehaceres intelectuales de gran calado, propias del gabinete del científico, con sus habilidades de observación de lo real y la vida cotidiana, amén de su talento comercial. La forma tan natural en que concilia la composición de una tratadística fundamental (geometría, anatomía y perspectiva, e ingeniería militar), así como la calidad de su pintura y la notable precisión de sus grabados, con especial énfasis en el perfeccionamiento de la reciente técnica de la xilografía, son pruebas por demás elocuentes de su singularidad.

2 The Life and Art of Albrecht Dürer (1943), Jeffrey Chipps Smith (introduction), New Jersey, Princeton University Press, 2005, 520pp. Existe versión castellana: Vida y arte de Alberto Durero (1943), traducción de María Luisa Balseiro, Madrid, Alianza Editorial, colección Alianza Forma, vol. 27, 1982, 484pp. El gran teórico e investigador alemán alude a la capacidad del artista pa-

e 48


las bases científicas de la representación plana (primero Filippo Brunelleschi y Leon Battista Alberti; después Luca Pacioli y Donato Bramante). A los creadores solitarios se suman los obradores, esos espacios de formación de especialistas y desarrollo técnico: el taller Bellini en Venecia, el taller Dürer en Nürnberg , el taller Holbein (el Viejo) en Augsburg , el taller Metsys en Amberes. Generoso a más no poder, Dürer lega a sus contemporáneos tres tratados fund amentales, en ausencia de los cu ales no podría comprenderse el espléndido decurso del Cinquecento: Under weysung der Messung mit dem Zirckel und Richtscheyt (1525; Instrucción para la medida con el compás y la regla de líneas, planos y todo tipo de cuerpos conocido como Tratado sobre la proporción), la geometría y el dibujo técnico; Etliche Underricht zu Befestigung der Stett, Schloss und Flecken (1527; Varia lección sobre la fortif icación de ciudades, fortalezas y burgos conocido como Tratado de Arquitectura y Urbanismo Militar), la ingeniería de defensa; y Vier Bücher von Menschlicher Proportion (póstumo, 1528; Los cuatro libros sobre la proporción humana), la anatomía y el dibujo humano. Difícil encontrar un símil de Nürnberg , ese caldo de cultivo de la belleza emanad a de la exactitud . Será allí donde surjan, se inestética occidental. Con el concurso de otros

venten u optimicen, los molinos para pro-

(Rogier van der Weyden, Hugo van der Goes,

ducción de papel de Ulman Stromer (1329-

Michael Pacher, Antonello de Mesina) tra-

1407; 1390-1391), el catálogo matemático

fica con el saber : el óleo, secreto de los Van

Ephemériden para la navegación de Johannes

Eyck, a cambio de la perspectiva y la pro-

Müller von Königsberg , mejor conocido co-

porción humana de los italianos, es decir,

mo Regiomontanus (1436-1476; 1474), el reloj

e 49


e 50


astrolabios y cu adrantes, por mencionar algunas herramientas indispensables para el avance de las ciencias, desde su planteamiento teórico y, sobre todo, hacia sus aplicaciones prácticas, productivas, de conocimiento del entorno y contexto, el control de la geografía y el cosmos, así como la defensa militar a partir del urbanismo integral, que se irradia desde las ciud ades y los burgos. Espacio líder de la mecánica de precisión y las artes gráficas, desde la Ed ad Media. En esta atmósfera se formará Albrecht Dürer. El aprendizaje inicial lo cubrirá su propio padre, siendo de amplísimo rango d ad as sus activid ades: metalurgista, joyero y orfebre, calcógrafo, químico y fundidor. Después, se empeñará en transitar la ruta de las artes plásticas en el taller de Michael Wolgemut (1434 -1519), donde conocerá el oficio del grabado, en especial el practicado en bloques o placas de madera (14861489); lo que le permitirá atisbar los prolegómenos de lo que alcanzará la estatura de monumento xilográfico: Historia mundi, portátil o de bolsillo, los famosos “huevos

Alberto Durero padre, 1497; Londres, National Galler y.

del médico Hartmann Schedel 4 (14 40-1514;

de Nürnberg” de Peter Henlein (1485-1542 ; la disciplina, previo incluso a los estudios que le dedicaran Leon Battista Alberti, Piero della Francesca y Leonardo da Vinci, el De Artificiali perspectiva de Jean Pelerin (1505; Toul, P. Jacques, impresor), apodado Viator, con textos en latín y francés y 37 dibujos. Revísese este prodigio en la versión digital que la Universidad de Tours convida: http://architectura.cesr.univ-tours.fr/ traite/Notice/ENSBA_Masson1076.asp?param=en, y confróntese con la citada obra de Georg Glockendon, de la que sorprende el plagio más o menos descarado de las imágenes, pero más aún su triste migración a la versión alemana, cuya novedad radica solo en el texto. Véase su digitalización en el portal de la Bayerische StaatsBibliohtek: http://bildsuche.digitalesammlungen. de/?c=viewer&bandnummer=bsb00011352&pimage=00001&v=100&einzelsegmentsuche=&mehrsegmentsuche=&l=es 4 En rigor se trata de dos versiones simultáneas: una impre-

1510) y los dispositivos que auspician una

Konrad Witz, San Cristóbal, c.1435; Basilea,Kunsthalle.

cartografía rigurosa como compás, primer globo terráqueo denominado Erdapfel (“manzana de la Tierra”) de Martin Behaim (1459-1507; 1492), cuyo mapa fuera pintado por Georg Glockendon (¿-1514), autor del tratado Von de Kunst Perspectiva de 1509 3 ; 3 Si bien tiene el mérito de ser la primera publicación en alemán dedicada al tema de la perspectiva, si sorprende que todas las ilustraciones sean copias del que sí es el indiscutible detonador de

e 51


1493: Die Schedelsche Weltchronik : La Cróni-

Hans Baldung , Las Tres Edades y la Muerte, 1539; Madrid , Museo del Prado.

ca del Mundo de Schedel), conocido normalmente como la Crónica de Nürnberg, incunable muy valorado, no solo por lo kitsch del texto, sino por su exquisito acer vo de 1804 desenfad ad as ilustraciones finales, a partir de alrededor de 641-643 placas repetid as 5 , la

Hans Baldung , Tres Gracias, 1539; Madrid , Museo del Prado.

mayor parte obra de su maestro y el que fuera su hijastro y socio Wilhelm Pleydenwurf f (c.1460-1494); impreso por Anton Koberger (c.14 40/14 45-1513) y patrocinado por Sebald Schreyer (14 46-1503) y Sebastian Kammermaister (14 46-1520), quienes comisionaron su producción. Para 1490 Dürer habría finalizado su primer aprendizaje, abandona entonces el taller de Wolgemut. Decide emprender un viaje de estudios, se diría de “especializa-

sa en latín, Liber Chronicarum, el 12 de junio de 1493; y otra en alemán, Die Schedelsche Weltchronik, el 23 de diciembre de 1493, en traducción de Georg Alt. Narra la historia universal con la Biblia como fuente del relato y a través de la reproducción gráfica de ciudades. Incluye el primer mapa de eso que llamamos Alemania. Su estructura considera siete etapas-capítulos o edades: Primera: desde la Creación hasta el Diluvio universal. Segunda: de Noé hasta el nacimiento de Abraham. Tercera: de Abraham al reinado del Rey David. Cuarta: de David hasta el destierro a Babilonia. Quinta: de Babilonia al nacimiento de Cristo. Sexta: del nacimiento de Cristo hasta la época de su composición (fines del siglo XV). Séptima: vista del fin del mundo y del Juicio Final. Consúltese la versión digital de la Universidad de Cambridge: http://cudl.lib.cam.ac.uk/view/PR-INC00000-A-00007-00002-00888/12 5 Juan Grompone en Albrecht Dürer en la Historia del Arte, Montevideo, versión electrónica, 1971, p.24, afirma: “La xilografía especializa a los viejos impresores textiles y nace el impresor de dibujos. Del empleo de ilustraciones xilografiadas en libros manuscritos se pasa a libros completamente xilografiados y al tipo móvil de madera. De allí se da el paso decisivo con la creación del tipo fundido de Gutenberg (hacia 1460). La imprenta se difunde a toda velocidad. Diez años después una docena de ciudades cuentan con impresores de libros [entre ellas Nürnberg], hacia fines del siglo XV toda Europa conoce la imprenta”.

ción”,

“años

itinerantes”)

rumbo a Colmar, pensando en que podría sumarse al grupo de discípulos-aprendices de Martin Schongauer (14 48-1491), ignorante de que el maestro había ya fallecido.

e 52

(wanderjahre:


pués Colmar, Basilea y Estrasburgo, donde se encuentra establecido tod avía en 1493; en su itinerario por tan importantes sedes del arte conoce al último gran representante del gótico tardío Konrad von Rottweil también conocido como Konrad Witz (c.1400/1410-c. invierno de 14 45/primavera de 14 46) y a quien devendría su discípulo más aventajado Hans Baldung (1484 -1545), apod ado Grien, no se sabe a ciencia cierta si por su tendencia a vestirse con indumentaria color verde o por su proclivid ad al hermetismo y los temas macabros insinu ados en la voz Grienhans (“bruja” en alemán), que se formaría en su taller (1502-1507), para después fincar su residencia en Estrasburgo. A lo largo de su itinerario, en sus distintas estancias, Dürer ejercería su oficio principal, el de grabador, por el cu al goza de reputación inigu alable hasta nuestros días. Una de las mejores pruebas de ello reside en su notable participación en la edición de un volumen extraordinario que inauguraría en 1494 el género de la sátira moralizante con un toque bufo: Das Narrenschiff (“La nave de los locos” o, mejor aún, “de los necios”) poema de la autoría de Sebastian Brant (1457/58-1521), impreso por Johann Bergmann von Olpe (1455/60–1532) en Basilea 6 . 6 El éxito absoluto tras la aparición del libro exigió fuese traducido a muchos y variados idiomas; sobresale la versión en latín de 1498 que ya incorpora el título clásico de Stultifera Navis. Si bien la mayoría de las estampas (grabados en madera) son atribuidas a Dürer, algunas de ellas se adjudican a Haintz-Nar-Meister y a Gnad-Her. Existe una versión castellana tan tardía como que apareció medio milenio después: Sebastián Brant: La Nave de los Necios. Edición de Antonio Regales Serna, Ediciones Akal, Madrid, 1998, pp. 343. Se puede consultar también en línea: http://

De cu alquier modo sus hijos, herederos del taller, le mostrarían sus composiciones, en particular los grabados. Antes de dirigirse a la Alsacia, al salir de su ciud ad natal Dürer pasa temporad as en Nordlingen, Ulm, des-

e 53


Crítica de la debilidad y locura de sus contemporáneos a través de 112 textos en verso, que exponen y denuncian locuras y/o vicios; cada uno de ellos acompañado por una xilografía, la mayoría de la mano del propio Dürer. El periplo culminaría con el retorno a Nürnberg , donde lo esperaba Agnes Frey, con quien se desposaría en un matrimonio de conveniencia, estéril pero duradero, permitiéndole abrir su obrador. Tan joven y ya contaba a sus espald as con una impresionante trayectoria/producción de estampas. A pesar de la conquista temprana de palmas y laureles, asumiría denod ad amente otras fases en su formación. Así, un par de meses posterior a la celebración de sus esponsales, se marcha de viaje: Italia, por destino. En el periodo 1494 -1495 se ocupará de fondo en asimilar el tratamiento de la forma, por lo que se concentrará en el estudio de la geometría, la perspectiva y la figura humana. Su intención será la de develar los misterios y secretos de la síntesis iconográfica italiana. A su retorno comenzará, para nunca más abandonarlos, los trabajos de investigación sobre estos tópicos; teniendo el honor de ser el autor del primer libro en alemán sobre matemáticas y geometría. Desde entonces,

digital.lib.uh.edu/collection/p15195coll15, la versión latina de la Universidad de Houston. La versión alemana está disponible en http://www.hs-augsburg.de/~harsch/germanica/Chronologie/15Jh/Brant/bra_n052.html. De acuerdo con algunos especialistas, será 1492 el año dedicado por Dürer para grabar los bloques de madera y conseguir las estampas dedicadas al reino de los necios: Friedrich Winkler: Dürer und die Illustrationen zum Narrenschiff. Die Baseler und Straßburger Arbeiten des Künstlers und der altdeutsche Holzschnitt. Mit 88 Tafeln m. ca. 110 Abbildungen, Berlín, Deutscher Verein f. Kunstwissenschaft, 1951, 118pp.+ ilustraciones.

Lámina de Das Narrenschif f, Matrimonio por conveniencia, (LII: wibè durch gutz willè).

se situ ará en el medio de las expresiones de la Europa fría y la Europa cálid a; su signo será el de la fusión, de lengu ajes, técnicas, imágenes y símbolos. Se r á e n e sta é p oca cu a nd o l a ex qu isite z de su tr ab aj o c u mp l a co ta s i mp ens ab le s. L a se r ie de dic ad a a l Ap o c a l i p s i s (1498)

e 54


Albrecht Dürer, Sebastian Brant, xilografía.

co n s t i t uy e un a d e las e v ide n c ias m ás r o tun-

cromático con la densid ad de las texturas,

d a s . S er i e de 1 5 ilustr ac io n e s q ue r e n un c ia

sombras y profundid as de la figuración cu a-

a l co l o r y s us ef e c to s. Su e m p e ñ o gr av ita-

sivolumétrica. En esta misma época podría

r á a l r ededo r de la m o n o c r o m ía y e n c ar n a

fecharse el conocimiento trabado por nues-

s t r ic t u se ns u el p r im e r lib r o q ue c o n o c e E u-

tro artista y teórico con un pintor secun-

r o pa de a r t i s t a , p ue s lo suf r agó p o r e n te r o ;

d ario, pero grabador magistral, formado a

s í , pa r a n o cr eer se , a su c o sta. N o so lo e so ,

la sombra del propio Bellini, llamado Jaco-

co m et i ó a dem á s e l atr e v im ie n to de de saf iar

po de’ Barbari (1460-1516), el Maestro del

l a s co nv en ci o n es v isu ale s y gr áf ic as, y a q ue

Caduceo, símbolo de Mercurio por el que se

l a s es t a m pa s o cu p an e l h az de las p ágin as,

autentifican varias de sus obras; y con quien

m i en t r a s el t ex t o b íb lic o se r e p r o duc e e n su

sin dud a tendrá una relación estrecha, so-

env és . A pa r t i r de tan de sc o n c e r tan te p lan-

bre todo a partir de 1500, año de publica-

t ea m i en t o v i s u a l y c o n c e p tu al, to d as las

ción de la Vista a vuelo de pájaro de Venecia,

v er s i o n es q ue l e e sc o lte n lo to m ar án de r e-

cu ando traslad a su estudio a Nürnberg , pa-

f er en ci a o bl i g a d a, glo sán do lo o im itán do lo .

ra continu ar peregrinando por los dominios

C o m o n a di e a n t es o de sp ué s, se ap o de r ó de

de los Habsburgo y bajo su mecenazgo 7. En

l a r ev el a ci ó n q u e San Ju an e sc r ib ie se e n la

esa vista panorámica que es por su comple-

i s l a de Pa t m o s de l ar c h ip ié lago de l D o de c a-

jid ad , tamaño y singularid ad compositiva la

n es o en el m a r E ge o .

principal estampa cartográfica del siglo XVI,

Reitero que el nudo de su primera estancia italiana (1494 -1495) será Venecia, y

7 Felipe Jerez Moliner: “Durero y su impronta en el grabado alemán del siglo XVI”, en Grabados Maestros. La Huella de Durero y Lucas van Leyden en la colección Mariano Moret, Valencia, Universitat de València, libro-catálogo y exposición del mismo título 2012-2013, P. 163-198, amplía el vínculo: “En Venecia, Durero se interesó especialmente por el dibujo de la figura humana y sus proporciones, aspectos que ya no le dejaron de preocupar. Parece que su iniciador en estas inquietudes fue el pintor y grabador Jacopo de’ Barbari (Venecia, h. 1450/1470– Bruselas, 1516), a quien conoció en Venecia y luego reencontró en Núremberg en 1500. De’ Barbari pudo formarse en el taller de Alvise Vivarini, aunque su influencia más destacada fue la obra de Giovanni Bellini. Vivió sobre todo en Núremberg y en Fráncfort y se convirtió en pintor oficial de la corte del emperador Maximiliano I de Habsburgo, de 1503 a 1504. Luego vivió en varias ciudades al servicio de Federico el Sabio de Sajonia, antes de trasladarse a la corte del elector Joaquín I de Brandeburgo, entre 1506 y 1508. Es posible que regresara a Venecia con Felipe el Hermoso, para quien más tarde trabajó en los Países Bajos. A partir de marzo de 1510 fue contratado por la gobernadora de los Países Bajos, la archiduquesa Margarita de Austria, quien, a su muerte en 1516, quedó en posesión de muchas de sus matrices grabadas y sus interesantes manuscritos” (p.166-167).

en este prodigio flotante el taller de Giovanni Bellini (1433-1516). De familia plástica, incluyendo a su cuñado, el genial Andrea Mantegna, afortunado por la tensión creativa de la obra de sus alumnos esenciales, Giorgio Barbarelli d a Castelfranco mejor conocido como Giorgione (147 7-1510) y Tiziano Vecellio (147 7/90-1576), este pintor para pintores se distingue por ser correa de transmisión entre las versiones nórdica y meridional del Renacimiento europeo, entre el tecnicismo del dibujo clásico y la profundid ad de la devoción cristiana. Será influencia decisiva en Dürer, y en las espald as de ambos descansa la amalgama del tonalismo

e 55


cad a vez se dud a menos de la colaboración

Jacopo de’ Barbari, Vista a vuelo de pájaro de Venecia, 1500; xilografía en 6 bloques (1,315 x 2 ,818 metros).

nita et perche esse in molte cosse ale altre opere se fano asei estracto, si per la materia dificilissima et incredibele poterne far vero desegno si per la grandeza sua et dela carta che mai simele non fu facta, si anchora per la noua arte de stampar forme di tal grandeza et per la dificulta dele composition tute in seme, le qual cosse fusse non essendo per suo valor stimate dale zente, ne la sutilleza del intellecto le forme stampando possano supplir che per mancho de cercha a tre fiorini vna opera se posse reuedere per tanto universalmente non spiera rechauarne la messa faculta, supplica ordoncha ala Sublimita Vostra che in grazia li sia conceduto che dicta opera senza datio et senza impedimento in tuti i luogi et da tute terre Vostre portar, trar et vendere possa”. El mismo documento consigna los términos de aprobación de los integrantes del Consejo: “Infrascripti domini Consiliarij terminaverunt et deliberaverunt et concesserunt suprascripto supplicanti, quod aliquis non possit facere a modo ad annos quatuor in simili forma, quodque possit extrahere opus predictum pro omnibus locis, solvendo datia consueta; et fiant ei literrae patentes in ampla forma. / Consiliarij / Ser Aloysius Mudatio / Ser loannes Mauroceno /Ser Petrus Contareno / Ser Antonius Trono /Ser Antonius Trono”. Véase: Concessione del Senato ad Anton Kolb per la stampa e la vendita della veduta di Venezia di Jacopo de’ Barbari - Venezia, 30 ottobre 1500. Venezia, Archivio di Stato, Collegio Notatorio, registro 15, c. 28r. El resultado es que: “El Colegio [Senato] concede a Antonio Cholb el privilegio por cuatro años de imprimir y vender en exclusiva en el territorio de la Serenísima una vista de la ciudad de Venecia [de Jacopo de’ Barbari]”.

de Dürer, al menos en el paisaje de fondo y en las cabezas de los dioses de los vientos, dispuestos en los ángulos de la obra. Ello por razones estilísticas y en particular por el editor del trabajo: Anton Kolb, mercader nuremburgués, con negocios en ambas plazas, que dedicara un trienio a la fábrica del plano. Impresor que obtuviera de la autorid ad del Consejo el permiso de explotación de la xilografía, como derecho exclusivo durante 4 años, la concesión de un precio de venta estrafalario (3 ducados) y la exención del pago de las contribuciones 8 .

8 La solicitud del comerciante, dirigida a la Signoria (Collegio) el 30 de octubre de 1500, dice a la letra: “.MCCCCC. mo / Serenissimo Principo et excellentissima Signoria. / Antonio Cholb marchadante todescho supplica ala Serenita Vostra. Cum sit che lui principalmente ad fama de questa excelsa cita de Venetia quella habia facto iusta et propriamente retrare et stampare. La qual opera hora de poy lo tempo di tre anni for-

e 56


Jacopo de’ Barbari, Vista a vuelo de pájaro de Venecia, 1500; xilografía seccionad a antes del injerto.

Puede afirmarse que se trata de la obra

el recurso de la edición fraccionad a para lo-

cumbre del grabador/pintor italiano Jacopo

grar la “monumentalid ad” de la imagen re-

de’ Barbari, traslad ado a los dominios fla-

presentad a.

menco-germanos donde residiría hasta su

El florecimiento de la cartografía, a

fallecimiento en Bruselas (¿1515-1516?); su

partir del Renacimiento, responde en bue-

vínculo con Albrecht Dürer sería determi-

na medid a a la necesid ad de rendir cuentas

nante. Su producción en tórculo reconocid a

de la irrupción de nuevas y desconocid as

hoy día asciende a 29 estampas y 3 grandes

masas (islas y continentes) habitad as en el

xilografías. Para el maestro alemán su parti-

globo terráqueo. La geografía hasta enton-

cipación en esta obra será un paso seguro en

ces dominante no podría explicar, desde sus

los terrenos de la cartografía, oficio y debi-

arcaicos mecanismos de representación, la

lid ad que ya nunca lo abandonarán. La ma-

originalid ad de los territorios emergentes.

triz original se conser va tod avía en el Mu-

Así las cosas, será un siglo que recuperará

9

seo Correr de Venezia , donde se exhibe. Sin

los manuscritos griegos de Ptolomeo, su or-

lugar a dud as, se trata de una obra maestra

ganización espacial, y sus niveles de apre-

en la historia de la cartografía, e inaugura

hensión de la fisicid ad del universo en sus diversas capilarid ades: cosmografía, geografía y corografía (del griego coros, lugar),

9 Véase: Piero Falchetta: Jacopo de Barberi e le vedute di Venezia. Una guida multimediale. Archivio virtuale veneziano - ESPRIT Project 20638. Véase: http://www.tridente.it/venetie/fhome. htm

aunque dotándole de una nueva visu alid ad . Estampas y xilografías de técnicos o artis-

e 57


tas del siglo XVI que renovaron los textos

1524; ampliado y revisado en 1539, Amberes,

del siglo II. En esta novedosa concepción se

por Rainer Gemma Frisius):

inscribe la Vista a vuelo de pájaro de Venecia.

…es la misma cosa que topografía, la qu al se

Imagen veraz de la urbe que se mece en el

puede dezir traza de lugar, describe y considera

mar Adriático, y que cumple con lo prescrito

particulares lugares por su parte, sin conside-

para la voz corografía en el Cosmographicus

ración ni comparación de sí mismos, ni dellos

Liber de Pedro Apiano

con otros. Empero con gran diligencia considera

10

(Landshut, Baviera;

tod as las particularid ades y propried ades, por 10 (1495-1552), maestro de matemáticas y geografía del emperador Carlos V. Su nombre en origen era Peter Bienewitz o Bennewitz, apellido que en alemán se relaciona con abeja; de allí que

al castellanizarse o latinizarse, surge Apiano o Apianus, de la voz apis, abeja en latín.

e 58


mínimas que sean, que en tales lugares se hayan

y por tanto más barata y popular, de la que se hicieron otras 12 ediciones hasta 1554. En 1540 Apiano dedicó al emperador Habsburgo otra de sus más célebres obras: el Astronomicum Caesareum, obra maestra de la imprenta salida de su propia prensa en la Universidad de Ingolstadt. Apiano brindaba una nueva exposición de la astronomía de Ptolomeo, destacando por el valor de sus ilustraciones y el cuidado de su impresión en folio grande y con discos móviles formados hasta por seis capas de papel, que permiten fijar las posiciones de los planetas cada día del año, las fases de la luna o las fiestas móviles del calendario litúrgico. Ambos libros contenían esa novedad de la época conocida como volvelle, dibujos móviles de gran belleza y suma utilidad para emprender cálculos astronómicos o topográficos. Para el más amplio tema de la “historia particular”, véase el artículo del investigador de la Universidad Johns Hopkins, Richard L. Kagan: “La corografía en la Castilla moderna: género, historia, nación”, en Studia Historia. Historia Moderna, Salamanca, XIII, 1995, pp.47-59.

de notar, como son puertos, lugares, pueblos, vertientes de ríos, y tod as las cosas semejantes, como son los edificios, casas, torres, murallas, y cosas tales. El fin de la corografía es pintar un lugar particular, como si un pintor pintase una oreja, o un ojo, y otras partes de la cabeza de un hombre 11 .

11 Capítulo IV. El Cosmographicus Liber se imprimió en 21 ediciones en latín y se tradujo a otras lenguas europeas, francés, castellano y flamenco, entre otras. Además, en 1529 apareció una versión reducida titulada Cosmographiae Introductio, menos extensa

e 59


Mapa Temixtitan a , Mapa de Cortés; Anónimo de Nüremberg , 1524; coloreado a mano (310 x 465 mm). a. Los documentos planimétricos, impresos en un solo pliego o foja, a una tinta y después coloreados a mano, forman parte de la edición en latín de la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés. Impresión de Fridericum Peypus Arthemesius, Nürnberg. La Carta fue traducida del español al latín por Pietro

Lo que resulta evidente es el empeño de

lo, el refinamiento en el conocimiento geo-

Dürer por perfeccionar sus habilidades téc-

gráfico permite establecer modelos de defensa

nicas y consolidar su formación teórica. Vo-

y salvaguarda, sobre todo frente a la amenaza

cación y voluntad práctica que se identifican

expansionista de los turcos, y en menor medi-

con los propósitos imperiales de conciliar un

da, de cara a conflictos internos que surgirán

mayor conocimiento de la realidad física de

a lo largo del siglo: las rebeliones campesinas

su dominación para, en consecuencia, dise-

del anabaptista Thomas Müntzer (1490-1525)

ñar e instrumentar al menos dos estrategias

y la reforma protestante del agustino Martín

de soporte en la gobernabilidad: el impulso

Lutero (1483-1546).

y rediseño de la explotación de los recursos

Suma de circunstancias y anhelos que

naturales, el movimiento de materias primas

encontrarían en la cartografía a uno de sus

y manufacturas, además del mejoramiento de

dispositivos nucleares: el conocimiento a

las comunicaciones; mientras que, en parale-

detalle de la materialid ad del dominio polí-

e 60


Savorgnano da Forli, secretario del obispo de Viena Juan Revelles. Se trata del primer mapa y plano de estilo europeo sobre México. Obsérvese que la parte que describe el Golfo está orientada al sur y que la que muestra la Ciudad está invertida, siendo errores de origen. El título en latín de la edición de Nüremberg es Praeclara Ferdinandi Cortesii de nova maris Oceani Hispania narratio, Sacratissimo ac Invictissimo Carolo Romanorum Imperatori Semper Augusto, Hispaniarum, Regi Anno Domini M. D. XX transmisa; per Doctorem Petrum Savorgnanum Foro Juliensem Reven. D. Joan. de Revelles Episco. Vienensis Secretarium ex Hispano idiomate in latinum versa Anno Domini M. D. XXIIII. KL. Martii. Y al fin; «Explicit secunda Cortesii narratio Impressa in celebri civitate Norimberga. Conventui Imperiali presidente Serenissimo Ferdinando Hispaniarum Infante & Archiduce Austriae Sac. R. Imp. Locut. Generali Anno Dui. M. D. XXIIII. Quart: No. Mar. Per Fridericum Peypus Arthimesius. Este notabilísimo documento ya había sido antologado por el sabio bibliófilo don Joaquín García Izcabalceta, pues forma parte de su Colección de Documentos para la Historia de México, magna obra impresa en 1858 y de la que existen numerosas ediciones (v.gr., la de Porrúa). Existe edición facsimilar publicada por Condumex, México, 1980.

tico. Así, el trasiego de “especialistas” entre

siglos más tarde Richard Wagner en su ópe-

Nürnberg y Venecia será de una intensid ad

ra Die Meisters inger von Nürnberg (1868), si-

asombrosa; y el papel de Dürer, de’ Barba-

tu ad a en la época que nos ocupa y dedicad a

ri y Kolb devendrá esencial. Armado con

a la guild a de artesanos que, en este caso,

“el compás y la regla” y la preceptiva de los

más allá de sus oficios cantan, sobresaliendo

grandes tratadistas del mundo clásico y los

el poeta zapatero, personaje histórico, Hans

emergentes del Renacimiento, el creador nu-

Sachs (1494 -1576).

remburgués impondrá los cimientos de una

En pleno auge y ya reconocido como el

cultura que deja de pensar en latín, reivindi-

principal creador del mundo septentrional,

ca la lengu a vernácula como vehículo cientí-

Dürer continúa estudiando y ampliando sus

fico, se abre al universo de las artes aplica-

conocimientos. Viajará por segund a ocasión

d as y se asume con absoluta independencia

a Italia, donde tendrá una larga y fructífe-

frente al decadente escolasticismo tod avía

ra estancia de 150 5 a 1507, donde se cansará

hegemónico de la Iglesia católica. Habrá que

de ser objeto de honores. A su retorno será

subrayar que los resultados de su dedicación

nombrado pintor de cámara del emperador

jamás tendrán desperdicio: su obsesión por

Maximiliano I, de quien recibirá una pen-

el saber geográfico se traducirá en la prácti-

sión vitalicia de 100 gulden oro. En esta eta-

ca en la invención de un género plástico: el

pa hará gala de su destreza en la composi-

paisaje en primer plano, desprovisto de ale-

ción y el grabado, ratificando su interés en

gorías, metáforas, seres fantásticos o reli-

la ciencia, con su participación en el diseño

giosos. Belleza sí, pero sobre todo precisión.

y concepción de los famosos Mapas celestes,

Se impone el dibujo técnico; ese que entrado

dedicados al abuelo del futuro Carlos V, y

el siglo XVI, por ejemplo, se manifestará en

patrocinados por el cardenal Matthäus Lang

la ilustración del libro anatómico del fla-

von Wellenburg (1469-1540) de Salzburgo.

menco Andreas Vesalius (De humani corporis

Trabajará en colaboración con dos destaca-

fabrica; 1543, Basilea, impresor Joannis Opo-

dísimos matemáticos y astrónomos: Johan-

rini ) por Jan Steven van Calcar, discípulo de

nes Stabius (1450-1522) y Konrad Heinfo-

Tiziano . Nürnberg será uno de los núcleos

gel (c. 1455-1517). Se ciñe a lo dispuesto por

protagónicos de esta revolución industrial

Ptolomeo en el Almagesto: la existencia de

y tecnológica; a grado tal que la perfección

48 constelaciones, y la localización de los 12

alcanzad a en las artes aplicad as la celebrará

signos zodiacales en el hemisferio norte.

12

En los ángulos del plano dedicado al hemisferio norte, el artista tributa homena-

12 Filippo Salvatore: Antichi e Moderni in Italia nel Seicento, Montreal, Guernica Editions, 1987, p. 8. Consúltese además, Francisco Guerra: “The Identity of the Artists Involved in Vesalius’s Fabrica, 1543”, Medical History, Cambridge, vol. XIII, no. 1, enero, 1969, p.37-50.

jes a quienes considera, y con suma razón, las fuentes nutricias de la astronomía de su época, integrando su representación icónica

e 61


Mapa Temixtitan, Mapa de Cortés; Anónimo de Nüremberg , 1524; coloreado a mano (310 x 465 mm).

y atributo científico, en orden cronológico y

y Azophi Arabus (903-986), astrónomo per-

de arriba a abajo y de izquierd a a derecha:

sa asociado a la corte de Isfahan, de nombre

Aratus Cilix (c.315-240 a.C.), poeta griego

Abd al-Rahman al-Sufi, autor de la tabla de

quien en Phaenomena ( Φαινόμενα ) rescata

coordenad as y magnitudes estelares Libro de

el saber perdido de Eudoxo de Cnido; Pto-

las Estrellas Fijas ( ‫ بكاوكلا روص باتك‬ /

lemaeus Aegyptius (90-168), autor del Al-

kitab suwar al kawakib; 964) y revisor de la

magesto (en griego: ‘H Μεγάλη Σύνταξις, El

obra ptolemaica.

gran tratado), conser vado por los árabes, de

Los créditos de los participantes eluden

quienes toma su título y solo a partir del si-

las dud as y suspicacias, qued ando registrados

glo XII se dispondrá de una versión latina,

en el ángulo inferior izquierdo del plano de-

gracias a la traducción de Gherardo Cremo-

dicado al hemisferio sur : Ioann Stabius ordi-

nensis (1114 -1187), miembro relevante de

navit (dispuso el orden), Conradus Heinfogel

la Escuela de Toledo; M. Mamlius Romanus

stellas posuit (ubicó las estrellas), y Albertus

(siglo I), poeta y astrónomo autor del poe-

Durer imaginibus circumscrips it (emplazó las

ma en cinco libros denominado Astronomica;

imágenes). Mientras tanto, la diosa fortuna

e 62


con el Autorretrato (1498) que se conser va

Albrecht Dürer, Willibald Pirckheimer, grabado en cobre (1524).

en Madrid , en el Museo del Prado, pieza a la que seguirán muchísimos otros encargos y compras. En este contexto y a invitación del monarca hispano tod avía no entronizado emperador, cosa que ocurrirá en Aachen (Aquisgrán) el 23 de octubre de 1520, es que conocerá las colecciones americanas enviad as por Hernán Cortés (1485-1547). A partir de este momento comenzará la zaga y la ruta de las conjeturas: la aparición del Nuevo Mundo en su horizonte de preocupaciones intelectu ales y compositivas y su posible participación soterrad a en la confección del plano de Temixtitan [Tenochtitlan] y el mapa de la costa del Golfo, ahora de México. La proclivid ad intelectu al del artista alemán hará que no desperdicie la ocasión, y que a la manera de un aide-mémoire escrile sonreía, al adquirir la que fuera casa del

ba sus impresiones. De su pluma aparecerá

científico Bernhard Walther (ca. 1430-1504),

un registro pormenorizado, un escrutinio

conser vando y mejorando el obser vatorio lo-

titulado Diario de viaje por los Países Bajos

calizado en la terraza para refocilarse en la

1520-1521 13 , donde consigna sus impresiones

contemplación de la bóved a celeste.

de viaje, describe a las personas que conoce

A la muerte en 1519 de quien presidía

y las ceremonias y los actos en los que parti-

el Sacro Imperio Romano Germánico, Maxi-

cipa. Acerca de los tesoros mexicas y con una

miliano I, Albrecht Dürer deja de recibir

sensibilid ad única, escribe:

los emolumentos regios y decide renovar-

He v isto allí [e n B r u s el a s )... l o s d o s

los, por lo que en compañía de su esposa se

r e galo s tr aído s de Méx i co p a r a el r ey, a s a-

traslad ará a los Países Bajos en búsqued a de

b e r : un so l de o r o del ta ma ño d e u na to e-

su sucesor, su nieto Carlos V. Región donde

sa y un a lun a de p lata d el mi s mo ta ma ño ,

en efecto lo encontrará, justo en Amberes, consiguiendo coronar su empresa: que le sea

13 Consúltese: Diario de Durero en los Países Bajos (1520-1521), traducción de Ellen Dulau Lecertúa, edición de Jesús María González de Zárate, prólogo de Isabel Mateo, ilustraciones de Alberto Durero, A Coruña, Editorial Camiño do Faro, colección El Caballero y el Dragón, 2007, 108pp.

renovado el estipendio. Surge de este modo el nexo con la Corona española y su presencia en las colecciones reales, comenzando

e 63


Benedetto Bordone, La gran citta di Temistitan, 1528, en Isolario. b. Cartógrafo, miniaturista, grabador y astrólogo (14601531), originario de Padova y residente en Venecia, se haría famoso por su obra Isolario nel qual si ragiona di tutte l’isole del mondo con li lor nomi antichi & moderni, historie, fauole, & modi del loro viuere, & in qual parte del mare stanno, & in qual parallelo & clima giaciono, Venecia, Nicolò Zappino impresor, 1528. Se trata de una suma planimétrica que no ofrece versiones propias de los mapas, sino que en realidad los divulga con ajustes menores. Así, el plano en mención es de hecho una reproducción del Mapa de Nürnberg de 1524; lo que sí cambia respecto del original es la orientación, pues en éste el norte se ubica en el lado izquierdo, las locuciones pasan del latín al italiano y algunos detalles desaparecen, como el pendón o bandera de los Habsburgo. Giovanni Battista Ramusio (1556), Georgius Bruin y Franciscus Hogenbergius (1562 y 1572), Antoine du Pinet (1564), Tommaso Porcacchi di Castiglioni (1572), Pierre Bertius (1619), Matías Merien (1638), entre otros tantos historiadores, geógrafos y cartógrafos, repiten y glosan el anónimo nuremburgués de 1524 (Mapa de Cortés). Para quien desee revisar la génesis de la representación cartográfica de la Ciudad, revise: Sonia Lombardo de Ruiz y Yolanda Terán Trillo: Atlas Histórico de la Ciudad de México, Mario de la Torre

a dem á s de v a s i ja s de to d as c lase s, ute n silio s

ge n io sutil de lo s h o m b r es d e a qu el l o s p a í-

de o r o y de pl a t a y o tr o s e xtr añ o s ado r n o s,

se s le j an o s 1 4 .

de t a l m a g n i f i cen c ia q ue dif íc ilm e n te se p o14 La mirada-inspección de la miscelánea de objetos mexicas tuvo lugar en el palacio Coudenberg de Bruselas entre el 27 de agosto y el 2 de septiembre de 1520, atendiendo las fechas de su Diario… Tiempo después insistirá en esta misma dirección Pedro Mártir de Anglería (1457-1526), cronista real de Castilla, deán de Granada, abad de Jamaica y miembro del Consejo de Indias, quien nos ofrece un testimonio sucinto y rotundo: “Me parece que no he visto jamás cosa alguna que, por su hermosura, pue-

dr á n h a l l a r o t r o s q ue le igu ale n . Se e stim an en ci en m i l l i br a s de o r o . N ad a h e v isto e n l o s dí a s de m i v id a q ue se a tan de m i gusto . A l a dm i r a r es t a s o b r as de o r o tan p e r fe c tas q uedo a s o m br a d o de la h ab ilid ad y de l in-

e 64


editor, México, CONACULTA, INAH, 1996, 2 vols. Si bien son notorias las ausencias de ciertos planos fundamentales, la obra proporciona una panorámica seria.

Gracias a su Diario conocemos de pri-

dida, de origen francés, equivalente a 1.946

mera mano su sentir acerca de la estética

metros, que –intuyo- más que determinar la

de quienes moraban en las tierras que fue-

longitud , identifica una superficie enorme.

ran descubiertas más allá de las Islas Afor-

He r n án C o r té s, f o r ma d o en l a Uni ver-

tunadas. El documento es único; pero, sobre

sid ad de Salam an c a au nqu e no s e haya g r a-

todo, sorprende su capacidad de reconoci-

du ado , e s un ilustr ado y, d e mo d o es p eci a l ,

miento de la alteridad , la ausencia total de

un suj e to c o n sc ie n te d el p o d er evo ca d o r d e

prejuicios formales, e incluso, aquello que

la p alab r a, la φρ όνησ ι ς ( p hr ó nes i s ), el a r te

desconoce (“extraños adornos”) no resulta

de la p r ude n c ia. C ar e ce d e l a a u to r i z a ci ó n

vilipendiado o subestimado, antes al contra-

y /o de r e c h o p ar a p o r t a r to g a , enca s qu eta r s e

rio, le genera una admiración genuina. Es

e l b ir r e te y ado sar le a l g u na b o r l a y ta mp o-

una lástima que la inspección que realizara

c o se e n f un d a la m uc e ta , y s i n emb a r g o s a-

de esta mezcla heteróclita de obras carez-

b e q ue la m e m o r ia e s d éb i l y qu e cu a nd o s e

ca de un soporte visual; o, por caso, de su

aso c ia al p o de r se c o mp o r ta vel ei d o s a men-

desaparición si es que hubiesen existido.

te . Q uiz á p o r e llo , má s u n s u ave a g u i j ó n

Ahora bien, en su conocimiento asomaban y

n ar c isista, de c ide m eta mo r fo s ea r u na l i te-

afloraban noticias del Nuevo Mundo, a gra-

r atur a c o r te san a de r end i ci ó n d e cu enta s en

do tal que propuso en un grabado su versión

un a e str ate gia de c o mu ni ca ci ó n b a s a d a en

icónica de cómo serían sus habitantes (De-

la p r o lif e r ac ió n de n o ti ci a s p ú b l i ca s . A s í l a s

vocionario de Maximiliano I, 15), conocía la

c o sas, se c o m e te un a s u er te d e fa l s í a y tr a i-

gesta de Hernán Cortés de primerísima ma-

c ió n , p o r q ue la sum a d e ep í s to l a s d i r i g i d a s

no, el propio Carlos V como informante, y

a C ar lo s V e n tan to l e s o n envi a d a s d ej a n

además, en el caso del conquistador extre-

de se r asun to p ar tic ul a r p a r a co nver ti r s e en

meño los uniría el taller nuremburgués don-

p r o p ie d ad de l m o n arca , a qu i en j u s to va n

de se imprimió en versión latina la segunda

dir igid as las m isiv as. R a z ó n d e E s ta d o qu e

de las Cartas de Relación, espacio frecuentado

se diluy e c u an do e l hi d a l g o , a d el a nta d o y

profesionalmente por Dürer, y dónde apare-

c o n q uistado r, am é n d e a mp l i a r el co meti d o

ce el mal llamado mapa de Cortés (1524). El

de su p r e se n c ia e n ti er r a fi r me, b u r l a nd o

azoro se funde con la descripción exhaustiva:

las in str uc c io n e s de l g o b er na d o r Di eg o Ve-

así, el orden de magnitud de las piezas de oro

láz q ue z h asta c o n q uista r l a va s ted a d a p ena s

(sol) y de plata (luna) se cifra en “una to-

av iz o r ad a, de c ide : p r i mer o , co ns er va r u na

esa”, siendo ésta una antigua unidad de me-

c o p ia de c ad a un a de el l a s ; s eg u nd o , p u b l ic ar las; te r c e r o , difun d i r l a s , co mo emp r es a p e r so n al. N o c o n te n to co n el l o , i ns i s ti r á en

da atraer tanto las miradas de los hombres”: Décadas del Nuevo Mundo, 2 vols., traducción de Agustín Millares Carlo, edición de Edmundo O’Gorman, apéndice bibliográfico de Joseph H. Sinclair, México, Editorial Porrúa, 1964, vol. 1, p.430.

gr an j e ar se m ay o r e s si mp a tí a s y a u d i enci a s m ás v astas.

e 65


primera imprenta de América en la Nueva España, al mando de Ju an Pablos/Giovanni Paoli (¿1500?-1560/61)-, será traducid a al latín, la tod avía lingua franca del Renacimiento. El propósito de esta retórica seductora reside en desactivar las causas que en su contra impulsa el hombre fuerte de la isla de Cuba, su patrón original; en magnificar las empresas afrontad as y justipreciar los avances del asedio en curso de la ciud ad que hiperbólicamente dibuja y retrata para captar la atención y respaldo del emperador : Temixtitan, luego Mexico-Tenochtitlan. La Carta de marras viaja lenta y penosamente hasta d ar con su destinatario, Carlos V, quien cu ando la lea se d ará cuenta de que se trata de una proverbial y emblemática ἔκφρασις (écfrasis: representación verbal de una realid ad visu al), palabras por imágenes. Si bien pareciera que hoy día existe el consenso de que dicha comunicación consideraba como anexo un “mapa” de la capital del imperio mexica, del cu al se ha perdido cu alquier referencia, el debate se centra en si dicha cartografía era de mano indígena o si un boceto aborigen había sido revisado y alterado por algún peninsular por instrucciones del Capitán General. El hecho incontrovertible consiste en la desaparición de la evidencia material: el plano. Empero, en un L’isole piu famose del Mondo descritte d a Thomaso Porcacchi di Castiglione arretino e intagliate d a Girolamo Porro, 1576, Venecia; 2a edición.

Este es el trasfondo del por qué la Se-

pasaje de la Tercera Carta de Relación (Co-

gunda Carta de Relación, fechad a el 30 de oc-

yoacán, a 15 de mayo de 1522), el remitente

tubre de 1520 en Segura de la Frontera (Te-

narra su arribo a Tenochtitlan por la calza-

peaca, ahora en el estado de Puebla), será

d a de Iztapalapa haciendo alusión al plano:

impresa por Ju an Cronemberg (¿?-1540)

“Y antes, casi dos tercios de legu a, abrían

en Sevilla, -quien mand aría e instalaría la

una calzad a como presa que está entre la

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destruid a, se insiste en divulgarla en calid ad de ciud ad ideal; tercero, que en la modificación simbólica de la Idealstadt, la urbe es cristianizad a en sus señas de identid ad , la incorporación de las cruces que coronan el Templo Mayor, los edificios de corte medievalizante y amezquitado, hasta la presencia de unas barcazas (zillen en alemán) con las que solía recorrerse el Danubio justo en esa época. Utopismo, Contrarreforma, ecumenismo occidental, serán los caracteres conceptu ales que definan esta versión cartográfica de una polis (πόλις) que ha dejado de serlo desde que es representad a en un pasado (inmediato), pero irremediablemente

laguna dulce y la salad a, segúnd que por la

perdido. La fuerza comprensiva, y de suyo

f igura de la cibdad de Temixtitán que yo in-

seductora del mapa-plano, se impondrá las

vié a Vuestra Majestad se podrá haber visto”,

siguientes dos centurias como referencia

confirmándose así, en la precaried ad de la

inequívoca e incuestionable de ese centro

escritura cortesana, la existencia del famo-

hegemónico del Anáhu ac. Libros, tratados

sísimo y fantasmal mapa-plano. 15

y cartografías insistirán en citarla icónica-

La xilografía que reproduce el ma-

mente y lo harán siempre a partir del pro-

pa-plano incorpora diversos elementos que

totipo devenido arquetipo: el levantamiento

evidencian: primero, que se trata de una

topográfico y la gestu alid ad geográfica ca-

planimetría de factura europea levantad a a

rente de firma; aunque eso sí, emparentad a

partir de la información visu al contenid a

con Venecia por su entorno lacustre 16 . Cabe

en el “mapa perdido”, presumiblemente de mano indígena o a partir de ella inter veni-

16 Consúltese, Krystel Chéhab: A View onto the World: Tenochtitlan, Travel and Utopia in the Early Modern Period, tesis de Maestría en Artes, McGill University, Montreal, 2007, 114pp.: especialmente, p.18-42. Además, revísese: Barbara E. Mundy: “Mapping the Aztec Capital: The 1524 Nuremberg Map of Tenochtitlan, Its Sources and Meanings,” Imago Mundi, The International Journal for the History of Cartography, Londres, Vol. 50 (1998): 11-33. La segunda entrega de la correspondencia que Hernán Cortés le dirigiese a Carlos V, entre sus muchos tópicos se centra de modo particular en la descripción hiperbólica de Temixtitan (Tenochtitlan), pronto circuló en copias impresas: primero en 1522 en una edición sevillana de Jacobo Cromberger y su hijo Juan; una segunda impresión de 1523 en Zaragoza, por

d a por algún asociado del conquistador 15 ; segundo, que a pesar de la inminente caíd a de la capital mexica ante el asedio hispano, y habiendo sido ya bastante maltratad a y casi 15 Sobre el plano atribuido a Cortés, véase: Manuel Toussaint, Federico Gómez de Orozco y Justino Fernández, Planos de la ciudad de México, México, XVI Congreso Internacional de Planificación y de la Habitación, Departamento del Distrito Federal, UNAM (Instituto de Investigaciones Estéticas), 1938, pp. 85-126.

e 67


entonces que emprender una corrección de

AD, Tratado…, Lección II: Distribución interna de la plaza cu adrangular H de una ciud ad fortificad a (Lámina XVII).

180° en el caso del mapa de la Costa del Golfo y de 90° a la izquierd a para el plano del corazón mexica, para pasar del oeste al norte. Pedro Mártir de Anglería, en el Libro X de la Quinta Décad a, nos convid a hasta la minucia su acercamiento a la lengu a náhu atl con objeto de descifrar algunas toponimias y etimologías. Será en este contexto que mencione la existencia de un secretario de Hernán Cortés de nombre Ju an de Ribera, quien además de hablar y entender dicha lengu a gozaba de ciertas habilid ades interpretativas en materia de códices y mapas indígenas.

subrayar que la orientación de ambos do-

Razón que explica atesorase tales documen-

cumentos geográficos no corresponde a los

tos de los antiguos mexicanos y que los in-

criterios que imperarían, sin límite, desde

ter viniese con ánimo de hacerlos compren-

el siglo XVII: la cabeza al norte. Se tiene

sibles para sus compatriotas, empezando por el mismísimo gobernador y capitán general

el impresor Jorge Coci; después la versión multicitada, traducida al latín, y publicada en Nürnberg en 1524. Como dato curioso, nótese que tan pronto como 1527 se publicó una cédula que prohibía “se vendan ni impriman las relaciones que embio Cortes de las Yndias”. Esta prohibición –que también afectó a la obra de López de Gómara, Historia de las Indias– significó un intento por evitar que la fama del conquistador creciese justo en el momento en que el Habsburgo le había despojado del gobierno de la Nueva España. El trasfondo aludido por la Corona reposará en hacer buenas las “quejas” de Pánfilo de Narváez, en tanto se sentía maltratado por la crónica del extremeño. Revísese, Marcel Bataillon: “Hernán Cortés, autor prohibido”, en Libro jubilar de Alfonso Reyes, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Dirección General de Difusión Cultural, 1956, 416pp., en concreto: p.77-82. Para comprender la estrategia discursiva de Cortés se recomienda: John Elliott: “Cortés, Velázquez and Charles V”, en Cortés, Letters from Mexico, traducidas, editadas y con una nueva introducción de Anthony Pagden, y con un ensayo introductorio de J.H. Elliott, New Haven, Yale University Press, 2001, 640pp., p. xi–xxxvi; John Elliott, Spain and Its World 1500–1700, New Haven, Yale University Press, 1989, 312pp.; Victor Frankl, “Imperio particular e imperio universal en las cartas de relación de Hernán Cortés”, en Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, No. 165, septiembre, 1963, pp. 443–482; Glen Carman: Rhetorical Conquests: Cortés, Gómara, and Renaissance Imperialism, West Lafayette, Indiana, Purdue University Press, 2006, 248pp.

de la Nueva España. El amanuense fue uno de los enviados por Cortés -el otro acompañante se llamó en vid a Diego de Soto-, para hacer entrega al futuro emperador Carlos V de la dilatad a colección de bienes culturales mesoamericanos. De entre dichos tesoros sobresalía, de acuerdo siempre con el autor del De orbe novo (Alcalá de Henares: Miguel de Eguía, 1530), un plano de la ciud ad de Temistitlan [sic] que identificaba templos, puentes y lagos 17. Barbara E. Mundy y Eli-

17 Pedro Mártir de Anglería, op. cit., vol. 2, p.191-201. A la bonhomía de quien recibiera canonjías en Ocaña y hasta un obispado en Jamaica, isla que jamás pisó, habría que contrastarla con el más mundano juicio del cronista soldado, quien respecto del mentado Juan de Ribera nos informa: “y no me acuerdo bien si fue en aquella sazón un Juan de Ribera, que era tuerto de un ojo, que tenía una nube, que había sido secretario de Cortés; a lo que

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riormente sir viera de fuente para la xilogra-

AD: Tratado…, Lección II: Planta de una ciudad fortif icada (Lámina XVI).

fía de la edición latina de 1524, el anónimo nuremburgués. Existe entonces un consenso en favor

b. Ju an Luis González García: “Alberto Durero, tratadista de arquitectura y urbanismo militar ” (p.13-78), en Alberto Durero: Tratado de Arquitectura y Urbanismo Militar, edición crítica e introducción de Ju an Luis González García, traducción y estudio filológico de Emilio J. González García, prólogo de Fernando Checa Cremades, Madrid , Ediciones Akal, 2004, 221pp., en especial p.39. Para una revisión general del tema consúltese: Alessandra Russo: El realismo circular: Tierras, espacios y paisajes de la cartografía novohispana, s iglos XVI y XVII, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, 200 5, 253pp., en especial p.38 y ss.

de que será un artista europeo quien, a partir del prototipo indígena, desarrolle el plano de Mexico-Tenochtitlan. Sobre este asunto las dudas han sido zanjadas. El misterio rodea más bien la identidad concreta del grabador ; y ya algunos estudiosos se debatieron en el pasado entre reconocerle semejante autoría a Hans Holbein el Joven (¿1497?-1543) o al propio Albrecht Dürer. El primero, por recomendación de Erasmo viajaría a Inglaterra donde se establecería en 1526 y con una

zabeth Hill Boone, entre otros especialistas,

estancia de cuatro años en Basilea regresaría

han promovido la idea de que justo se tra-

al reino de Enrique VIII, así que al menos el

ta del prototipo que fuera copiado y después

escenario temporal quedaría cubierto: empe-

enviado al monarca hispano como anexo de

ro, en los años concretos en que debió haber-

la Segunda Carta de Relación 18 , y que poste-

se grabado primero y estampado después el retrato de Temixtitan, no hay registro de su

yo sentí de Ribera, era una mala herbeta, porque, cuando jugaba a naipes y a dados, no me parecía que jugaba bien, y además de esto tenía muchos malos reveses, y esto digo porque, llegado a Castilla, se alzó con los pesos de oro, que le dio Cortés para su padre, Martín Cortés: Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de Nueva España, introducción y notas de Joaquín Ramírez Cabañas, 2 v., México, Editorial Porrúa, 1955, v. 1, p.174. 18 Elizabeth Hill Boone: “This new world now revealed: Hernán Cortés and the presentation of Mexico to Europe”, en Word & Image, A Journal of Verbal/Visual Enquiry, Londres, Vol. 27, No. 1, 2011, enero-marzo, p.31-46. Debe destacarse que se trata del primer análisis integral tanto del plano como del mapa, desarrollando la idea que no resulta novedosa pero sí el contexto de su explicación, respecto de que la inclusión del mapa de la Costa del Golfo solo responde a la necesidad de fundar el alcance de la conquista de Tenochtitlan, su trascendencia dado el imperialismo de la Casa de Austria y, en consecuencia, sustentar los alegatos de Cortés y sus muy respaldados delirios de grandeza por las empresas llevadas a término. Vale la pena insistir en lo novedoso de la estética amerindia, revísese: Luis Alberto Acuña: “Alberto Durero y el arte indígena de Americano”, en Revista Trimestral de Cultura Moderna, Bogotá, 1947, No.8, enero-marzo, p.113-122.

producción, sino hasta 1523, cuanto comienza a diseñar La danza macabra, misma que estará lista en 1526 como diseño y hasta 1538 como libro de xilografías. Aunque en este periodo estuvo activo, su sitio de residencia era Basilea, donde colaboraba con el editor Johann Froben (1460-1527), quien imprimió las obras de su amigo Erasmo de Rotterdam (1466-1536), lo que elimina toda posibilidad de que pudiese haber colaborado en el taller de Peypus Arthemesius en Nürnberg para la edición de la Praeclara Ferdinandi Cortes ii de nova maris Oceani Hispania narratio. Juan Luis González García, quizá el más autorizado de los expertos en la obra precep-

e 69


tiva de Dürer, ha escrito con especial tino:

de una de las 42 familias nobles gobernantes de

Sobre este dibujo se cortó la entalladura a

Nürnberg y, con seguridad, mediador de bue-

fibra impresa en Nuremberg , la primera re-

nos oficiospara que se conocieran.

presentación de una ciudad americana jamás

Desde 1951, un estudioso alemán tras-

publicada en Europa. El anónimo grabador

ladado a la República Dominicana en razón

combinó en ella dos sistemas de proyección

del ascenso del nacionalsocialismo al poder,

cartográfica, uno euclidiano (plano) y otro

defendía un nexo directo entre la traza del

panorámico (en perspectiva), que fusionó

mapa anónimo de 1524 y una de las láminas

coherentemente en una visión iconográfi-

del Tratado de Arquitectura y Urbanismo Mi-

ca o de “ojo de pez”. Dicha tipología no se

litar (1527) de Dürer. Er win Walter Palm a

empleaba entonces a fin de ofrecer una idea

la letra se señala que:… el plano de Tenoch-

fidedigna del aspecto de una urbe, sino que

titlan, como conjuntamente con la traduc-

tenía un propósito conmemorativo y ensal-

ción al latín de las cartas II y III de Cortés

zador de la fama de la ciudad. De este modo,

apareció impreso en Nuremberg en 1524, es

la imagen urbana de Tenochtitlán atribuida

decir, tres años antes de que Durer publi-

a Cortés, repetida sin apenas cambios hasta

cara su proyecto, sorprende por los rasgos

finales del siglo XVII, canonizó la percepción

afines a la ciud ad ideal del maestro alemán.

fantástica que en Europa se tuvo de México,

Toussaint y Justino Fernández nos han ense-

una ciudad ideal aparentemente inmutable 19.

ñado a comprender este piano, basado en el

A los argumentos esgrimidos en favor de

dibujo original al cual se refiere la carta III

la conjetura que designa a Dürer como autor

de Cortés. Dentro de la imagen convenciona-

de la imprimatura, habrá que añadir uno a mi

lizad a de una ciud ad , obra del grabador eu-

parecer fundamental: el conocimiento del tra-

ropeo, aparece el centro y la llamativa dis-

ductor al latín de la correspondencia cortesia-

posición axial reflejando la ciud ad azteca tal

na, Pietro Savorgnano da Forli, y del impre-

como la encontraron en 1519-20 las huestes

sor Fridericum Peypus Arthemesius, editor de

del conquistador. El centro importa visible-

buena parte de las obras de su amigo y protector

mente sobre un caserío esquemáticamente

Willibald Pirckheimer (1470-1530) , miembro

comprimido, y está rodeado por el muro del

20

coatepantli, anticipando, de tal manera, para 19 “La imagen urbana de Tenochtitlán y la ‘Idealstadt’ de Durero”, en Ante el nuevo milenio. Raíces culturales, proyección y actualidad del arte español, Granada, 2000, vol. 2, pp.745-758. El propio académico español menciona que un estudio precursor de este punto de vista, aunque incompleto, acerca de la inmutabilidad de la representación urbana de Tenochtitlan, se le debe a Manuel Orozco y Berra: Memoria para el plano de la Ciudad de México, México, Imprenta de Santiago White, 1867, 231pp., especialmente p.2-5. 20 Cotéjese con Jane Campbell Hutchison: Albrecht Dürer. A biography, Princeton, Princeton University Press, 1990, p.141-142.

Como dato, tómese en cuenta que tan solo durante la segunda estancia de Dürer en Venecia el artista le envió 11 cartas a tan destacado humanista, traductor al alemán de clásicos grecolatinos y varias veces miembro del Consejo de la Ciudad; el propio emperador lo solía consultar en muy diversas materias; por si fuera poco, condujo al contingente de su ciudad en el ejército imperial que derrotó a los suizos en la llamada Guerra Suaba (Schweizerkrieg o Engadiner Krieg) de 1499.

e 70


ciud ad lacustre, de la cu al Cortés en 1524 hubo de decir que dentro de cinco años sería la “más noble y populosa ciud ad del mundo” debió estimular la fantasía de los lectores de Nuremberg como excitó la de tod a Europa, hasta tal punto, que la isla en la cu al está situ ad a la ciud ad americana, pudo asumir el papel de isla ideal y figurar entre las varias islas utópicas de los Isolari del siglo xvi, de Benedetto Bordone y de Thomaso Porcacchi di Castiglione 21 . Entre tantas aristas interesantes, una de ellas consiste en que Dürer toma de Vitruvio 2 2 el principio de conciliar solidez, utilid ad y belleza, en una geometría regular. Valores que ocuparán el sitial de honor en su propio Tratado y que, sobre todo, destacarán en la representación de Temixtitan y en la propuesta de la ciud ad ideal con muros regularizados y ordenado partido arquitectónico. Ha sido común sostener que el mapa influye en el Tratado, a partir de una lectura mecánica de las fechas de fábrica: 1524 por 1527. Sin embargo, la relación de causalid ad podría invertirse; d ado que el artista-inte-

Albrecht Dürer, dibujo al carbón, 1503.

los ojos de un lector europeo, la idea de la

lectu al venía trabajando de mucho tiempo

defensa interior que tanto ocupó a todos los

atrás en su Etliche Underricht, zu Befestigung

teóricos del urbanismo en el siglo XVI. Efec-

der Stett, Schloss, und f lecken. Quizá desde

tivamente, la proporción de 1.100 : 2 .300 pies

152 2-1523, cu ando la Dieta de Nürnberg es-

que Durer indica para el lado del cu adrado

tableció un consejo de expertos ante el acu-

central respecto del área que incluye el caserío, es exactamente la del piano de Tenoch-

21 Erwin Walter Palm: “Tenochtitlán y la ciudad ideal de Dürer”, Journal de la Societé des Americanistes, París, vol.40, 1951, p.59-66; especialmente la p.64. 22 Marco Lucio Vitruvio Polión: Los diez libros de la arquitectura, introducción por Delfín Rodríguez Ruiz, versión española de José Luis Oliver Domingo, Madrid, Alianza Editorial, 2011, 7ª reimpresión, p.79- 87.

titlan, que indica una razón de 0,5 : 1,1. Por supuesto, Durer luego transforma las calles irregulares en un trazado perfecto de rectas y perpendiculares. La descripción de la gran

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de tod a dud a razonable, lo que es un hecho incontrovertible es el nexo compositivo y conceptu al entre ambas obras; tal vez explicable no por el simple conocimiento que Dürer tuviera del mapa, sino porque además de conocer la literatura sobre el Nuevo Mundo, su curiosid ad e interés en las Indias será materia de asombro, por su condición única y solitaria, para sus contemporáneos y las generaciones venideras. Además, podría haber una razón más sencilla, nunca debe desdeñarse el principio de simplificación (conocido también como de economía o parsimonia) ante la evidencia de la navaja de Ockham (“en igu ald ad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta”: Logica maior o Summa logicae, 1324 - 1328), es decir que, con tod as las pruebas a su favor, él fuera el mismísimo autor del multicitado mapa. 24 E n tr e la p lastic id a d d el M a p a y l a mo r fo lo gía de las lám in as co nteni d a s en el Tra tado, e n p ar tic ular do s d e el l a s i ns er ta s en la p ar te de dic ad a a an a l i z a r l a p r ep a r a ci ó n e in te r v e n c ió n to p o gr áf i ca , el d es p l i eg u e y l a Albrecht Dürer, Autorretrato, 1500, Munich, Alte Pinakothek.

ciante apremio de contener una eventu al

distr ib uc ió n do m é stica d e u na ci u d a d fo r ti-

invasión del Imperio otomano (1299-1923) 23 .

fic ad a de n ue v a f un d a ci ó n, to p a mo s co n l a

Las fuerzas de Solimán I el Magnífico se

p r o p ue sta de un m o d el o i d ea l , p er o qu e en

apoderarían de Belgrado en 1521 y poco des-

m uc h o o b e de c e a c ie r ta s ca r a cter í s ti ca s d el

pués controlarían vastas regiones húngaras

m o de lo de fe n siv o r o ma no , l a c a s t ra m e ta t i o ,

con la victoria en Mohács (1526). Más allá

de sde Po lib io de Me g a l ó p o l i s en s u H i s to ria Unive rs al bajo la R e p ú b l i c a R o m a n a 25 ,

23 De la que formarían parte sus amigos, el consejero imperial Wolfgang von Rogendorf, quien ya para 1527 había sido nombrado mariscal de Austria, y Johann Tschertte, matemático y constructor de fortificaciones originario de Moravia; ambos ligados a su Willibald Pirckheimer.

25 Traducción y notas de Manuel Balasch Recort, introducción de A. Díaz Tejera, revisión de J. M. Guzmán Hermida, Madrid, Editorial Gredos, tres tomos, T I (1990; libros I-IV); T II (1997;

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To m o I I , Li br o Se xto , C ap ítulo X: Fo r m a

Imaginario de una Europa tod avía ávi-

de a ca m pa r de l o s r o m an o s y C ap ítulo XI:

d a de fantasías, amadises y esplandianes, el

S er v i ci o s de l o s so ld ado s r o m an o s e n sus

mito sobrevivirá aún cu ando Mexico-Teno-

ca m po s , y s us com e n tar istas ( e l h isto r iado r

chtitlán sea devastad a en un santiamén, ya

judí o r o m a n i z a d o Tito Flav io Jo se fo ) h asta

para 1521, cu ando cae ante el asedio español

l a v er s i ó n q ue del sab io gr ie go o f r e c e c o m o

su rostro presenta cicatrices sin fin, tanto

pr o pi a N i co l á s M aq uiav e lo e n su D e l A rte de

por la incuria y la destrucción inmisericor-

la Gue r ra

de como por las nuevas señas de identid ad

26

( 1 51 9- 15 2 0) .

La visualidad de la sede del poder de

Moctezuma

Xocoyotzin

muestra

que se construyen para hacer realid ad a esa

y

entid ad naciente bautizad a con el nombre de

apabulla por su parcelación funcional,

Ciud ad de México. Esto no será óbice para

coherencia estructural isla-lagos-ribe-

que el mito engendrado y puesto a circular

ras, plaza central regular y ordenadora

por Hernán Cortés siga dominando implaca-

del conjunto, patrón cruciforme de vías

ble las mentes frágiles de los habitantes de

y arterias con desahogo hacia los puntos

un Occidente que anhela el orden y la armo-

cardinales, cruzando el entorno acuático

nía geométrica de la capital de un imperio de

sobre terraplenes-calzadas, y una distri-

salvajes, que con ésta y otras muchas aporta-

bución lógica de los edificios destinados

ciones demostraban no serlo, a grado tal que

a l c u l t o r e l i g i o s o y s u a l e r t a r i t u a l ( Te m -

con inteligencia punzante y vengativa, de-

p l o M a y o r y Tz o m p a n t l i ) , l o s a p o s e n t o s

nominaban al intruso peninsular popolokatl,

del poder del Hueytlatoani y sus áreas de

que significa “bárbaro” 27 en náhu atl.

placer y molicie (palacio, zoológico), y 27 Sobre la tensión civilización-barbarie que irrumpe y define el gozne entre el mundo Mediterráneo en su versión hispánica y la diversidad americana en la vertiente del Anáhuac, Mesoamérica, y en concreto la cultura acolhua-mexica, el mapa-plano de Nuremberg funciona de crónica visual de los intereses, en especial los de Hernán Cortés frente al emperador Carlos V. Barbara E. Mundy concluye su artículo “The Mapping of Aztec Capital…” con una aseveración de gran refinamiento (p.32): “What lessons are we to draw from this map? We might see it as an example of Europe’s colonization of the New World. As the Aztec world was steamrolled by the Spanish imperial crusade, so the initial Aztec map was first effaced by copying and engraving. Then its printed version was put to the service of a rhetorical conquest, in Cortes’s Second Letter, as proof of a people’s capitulation to Charles’s imperial right. But I also see it as showing us the resiliency of Aztec self-conception, notwithstanding the effacement and reinscription that scores the map’s face. For despite the gulf between the two cultures, the map, even in its bowdlerized form, presented to Europe a record of Aztec civility (viewed in the developed and ordered urban form) that demanded recognition. In this light the map, as well as other Aztec artifacts, was

el resto de la infraestructura y los servicios (mercado de Tlatelolco, barrios, embarcaderos, casas principales, calles, puentes). Sin exageración de ninguna especie, la ciudad indígena encarnaba una racionalidad carente de parangón en el mundo europeo. De allí que el embelesamiento de Cortés, sus huestes y cronistas impactase tanto a las sociedades ultramarinas; erigiéndose en el paradigma urbano por excelencia. Libros V-XV) y T III (1983; Libros XVI-XXXIX). 26 Traducción de Manuel Carrera Díaz, Madrid, Editorial Tecnos, 2008, 376pp.

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Albrecht Dürer, Autorretrato, 1498, Museo del Prado, Madrid .

En los excesos narrativos de Cortés, ne-

jerarquizada desde su centro urbano, que

cesarios para su defensa y promoción ante la

sugiere el parangón con el asentamiento de

cabeza de la monarquía hispánica, ese proce-

las legiones romanas en un campamento que

so discursivo que he denominado écfrasis, se

se expande en torno al praetorium: el cuartel

funda la circulación de contenidos, formas

general o edificio principal.

e intenciones entre la escritura y la repre-

Las similitudes entre el anónimo nu-

sentación cartográfica. Este mecanismo de

remburgués y la preceptiva dureriana allí

postulación de lo real mediante la palabra,

están; y los matices y discrepancias conti-

la Segunda Carta de Relación de 1520, que por

nuarán, pese al eventual surgimiento o ex-

escrita anhela un status sagrado rozando lo

humación de documentos. La autoría del

incuestionable, se traslada a la imagen, el

plano de Temixtitan (1524) permanecerá en

Mapa de Nürnberg de 1524, que asume tam-

el misterio y, de cualquier modo, es posible

bién la condición de “ verdadero” y “autén-

aventurar la conjetura en favor de Albrecht

tico”, pero sobre todo inmutable, ya que es-

Dürer por las razones aludidas, aunque al-

tando a punto de perecer y sucumbir frente a

gunos comentaristas insistan en el anonima-

las tropas españolas y sus aliados indígenas,

to de quien lo fabricó, otros se inclinen sin

prolongará su dominio simbólico sobre toda

mayor argumentación en señalar a Martin

pretensión de racionalidad urbana: Mexi-

Plinius como su posible creador y cada vez

co-Tenochtitlan conquistará la condición de

más, un número de estudiosos se arriesgue a

modelo perfecto, de ciudad ideal: la Idealsta-

apuntar en dirección a ese hombre total que

dt de Dürer, su generación y las que vienen.

en nada envidia a Leonardo da Vinci y en mu-

Urbanismo defensivo que privilegiará

cho lo supera, quien en compañía de varios

los aspectos militares sobre los civiles y que

personajes de estatura descomunal hicieran

en su ilustración en el plano multicitado y

posible que los esponsales de los aggiorna-

las láminas del Tratado o Varia Lección evoca

menti del norte y del sur europeo parieran

el partido arquitectónico de la unidad bélica

un proceso histórico todavía insuperable: el

romana: el castrum. Organización territorial

Renacimiento.

not passive, subject to whatever interpretations its European audience might wish to supply. Aztec self-understanding, as manifest in the Nuremberg map, helped frame the European debate about the Aztecs by giving evidence of Aztec urbanity and, in consequence, proving its civility. By the end of the sixteenth century, Europeans may have turned away from recognizing any aspect of civility in the Aztecs, but today in the map, which allows glimpses of a profound vision that related the city to cosmos, the complexity and the subtlety of the Aztec world view and its initial impact on Europe refuse to be overlooked”.

e 74


e 75


e 76


Génesis de la representación de América Y el p rime r p l a n o de S a n F ra n c i s c o de Ca mp e c h e Luis Ignacio Sáinz e

Diego Gutiérrez, Mapa de América, 1562 .

b

Not a a l l e c t o r ; Este texto espera cumplir lo que ofrece su título. remontándose a las primeras apariciones de América en planos, desde una época en que como tal no había ocurrido el descubrimiento, primero como “cuarta península asiática”, después a manera de islaarchipiélago y finalmente en forma de continente, hasta la versión moderna que se debe a Diego Gutiérrez (1562). Esta secuencia culmina con la interpretación de lo que se considera el primer levantamiento del puerto de San Francisco de Campeche (ca. 1632), obra del navegante y comerciante de perlas

I. Presencia cartográfica de Amé-

atm o sfé r ic o s; le v an ta ha ci end a s y co ntr i -

rica, antes y después de su descu-

b uc io n e s; de sp lie ga r ecu r s o s d e to d a l aya ,

brimiento

m in e r ale s, agr o p e c u a r i o s , mi l i ta r es , a cu í-

U n a de l a s ex pr esio n e s p r iv ile giad as de l an-

fe r o s, y tam b ié n se ñ a l a a cci d entes y p ecu-

s i a h um a n a po r c o n o c e r, do m e ñ ar y tr an s-

liar id ade s físic as, o r og r á fi ca s e hi d r á u l i ca s .

f o r m a r el en t o r n o n atur al e s la c ar to gr af ía.

Y tan ab r um ado r a lis ta no s o cava s u s p o s i -

Pr o ces o s i t u a do a m itad de c am in o e n tr e

b ilid ade s de c o m p r e ns i ó n e i nter p r eta ci ó n

l a ci en ci a y el ar te , p ue s an te c e de in c luso

de c ó m o lo s suj e to s se i ns er ta n, a tr avés d el

a l a a pa r i ci ó n d e la e sc r itur a. Sum ar io de

tie m p o , e n su c ir c uns ta nci a ma ter i a l . H a-

l a s pr eo cupa ci o ne s so c iale s, lo m ism o r e-

b r ía e n to n c e s q ue agr eg a r a s u s a p o r tes , co-

g i s t r a r ut a s co me r c iale s, de n av e gac ió n o

m o un ge sto de j ustici a r es ti tu ti va , u n l a r-

t i er r a den t r o , com o la de las E sp e c ias, q ue

guísim o y e xte n u an te etcéter a .

o r den a t er r i t o r i o s, f o r m ula in te r v e n c io n e s

Con sobrad a razón, Jeremy Black apun-

en l a g eo g r a f í a , c e n sa p o b lac io n e s y b ie n e s,

ta: “Los mapas tienen la capacid ad de abrir

def i n e

c o m un id ade s,

mundos de realid ad y fantasía, de represen-

a s en t a m i en t o s , r e in o s y E stado s; de sc r i-

tar tanto esperanzas como temores, y alentar

be el co s m o s , ub ic a c ic lo s so lar e s y lun a-

las divagaciones y vacilaciones de la mente.

r es en n ues t r a galaxia, ide n tific a p lan e tas,

La cartografía es al mismo tiempo ciencia y

a s t er o i des y co me tas; p r o p o n e ó r de n e s e s-

arte. Los mapas existían antes que la palabra

pa ci a l es co n l o s p lan o s de e dif ic ac io n e s,

escrita y, en la actu alid ad , se benefician de

f o r t a l ez a s , i n s t a lac io n e s y se r v ic io s; m ar c a

la tecnología más avanzad a. Muchos de ellos

co m po r t a m i en t o s c lim átic o s, o c e án ic o s y

nos dicen tanto de las creencias cosmológi-

co l i n d a nc ias

e n tr e

e 77


cas de las personas que los elaboraron, como

obsesión por disectar las formas de arribo,

1

de la realid ad geofísica” .

los perfiles costeros y la naturaleza, en su

Así las cosas, los planos concilian dimen-

sentido más amplio, de las masas continen-

siones especiales, como las de ser testimonio,

tales emergentes, ya no Cipango y Catay co-

documento, proyección y registro. Y estos ras-

mo columbrase Cristóbal Colón (1451-1506),

gos se transforman o modifican al paso acos-

cu anto América en la versión de su incons-

tumbrado del tiempo, por lo cual aparecen y

ciente progenitor florentino Vespucio, el

se desvanecen regiones enteras de sus confi-

agente de los Médici, gracias al homenaje

nes, en la medida en que se alteran y perfec-

que Martin Waldseemüller (c. 1470-1520)

cionan sus contenidos. En el caso que nos ocu-

le rindiese, al mutar su nombre de pila en

pa se trata de un cambio drástico si los hay:

sustantivo geográfico en su introducción a

la irrupción de un continente, América, exis-

la Universalis cosmographia secundum Ptholo-

tente pero desconocido, no solo para Plinio el

maei traditionem et Americi Vespucii aliorum-

Viejo en su Naturalis historia, escrita entre los

que lustraciones, publicad a en abril de 1507

años 23 y 79 de nuestra era, sino todavía para

en Sant-Dié-des-Vosges, Francia 3 .

el saber renacentista, y, en paralelo, el surgi-

La genialid ad del cartógrafo alemán

miento de su postulación aproximada, reco-

consistió en articular diversas planimetrías,

nocimiento gradual y estudio a detalle .

si bien basándose de modo principal en la

2

Lo que ahora denominamos con natu-

Geografía de Claudio Ptolomeo (100-170)

ralid ad México fue, en el proceso de su ges-

que representa inauguralmente la esferici-

tación, motivo singular de atención no solo

d ad del mundo. Asimismo, debe mencionar-

por quienes nos antecedieron y le dedicaron

se protagónicamente el planisferio de Nico-

esfuerzo analítico y descriptivo, sino de ma-

lay Caveri (1504 -150 5), que ya identifica el

nera sobresaliente ya que formó parte de una

Golfo de México, conser vado en la Biblio-

ilusión occidental: eso que se bautizó, a falta

teca Nacional de Francia, y las cartas de

de mejor término, el Nuevo Mundo. Isla de

Henricus Martellus (c. 14 45-antes de 1527),

la Tierra Firme que vendría a desquiciar los

activo en Florencia entre 1480 y 1496, que

saberes pensados canónicos, modificando la

forman parte del acer vo de la Biblioteca Bei-

composición del planeta, o al menos su per-

necke de Manuscritos y Libros Raros de la

cepción. Semejante filiación devino en una

Universid ad de Yale, donde aparece el conti-

1 Joyas de la cartografía. 100 ejemplos de cómo la cartografía definió, modificó y aprehendió el mundo, editado por John O. Clark, introducción de Jeremy Black, Parragon Books Ltd., Reino Unido, 2006, p.6. 2 Si se desea una visión de conjunto de cómo fue construyéndose el saber cartográfico se recomienda revisar: Ehrenberg, Ralph E.: Mapping the World: An Illustrated History of Cartography, Margate, Florida, National Geographic, 2005, 256 pp.

3 Para abundar en la historia fascinante de esta denominación geográfica, véase: Hessler, John W.: The Naming of America: Martin Waldseemuller’s 1507 World Map and the Cosmographiae Introductio, London, D. Giles Ltd., Library of Congress, 2008, 121 pp. El autor es uno de los curadores en jefe de las colecciones cartográficas de la Biblioteca del Congreso de Washington.

e 78


Martin Waldseemuller, Mapamundi, 1507.

nente americano como una cu arta península

lusitanos del siglo XV, definiendo en su lado

asiática y sin responder por supuesto a ese

izquierdo la línea de distribución territorial

nombre y publicad a una de ellas en 1489, con

del Tratado de Tordesillas, entre los reyes

anteriorid ad a su formal “descubrimiento”;

católicos y Ju an II de Portugal.

el Globo de Nuremberg de Martin Behaim

Como si se tratase de la invención de

(1491-1493), llamado en su origen Erdapfell,

lo real, pues estos atisbos oscilaban entre la

literalmente la “tierra manzana”, pieza non

representación fiel de un globo terráqueo a

de la colección del Museo Nacional Alemán,

ratos más intuido que conocido y las per-

localizado en esa ciud ad que fuera el núcleo

cepciones encontrad as y en fuga de raíz li-

del renacimiento germano, y la Carta da na-

teraria, cosmogónica, científica y también

vigar per le Isole nouam tr [ovate] in le par-

teológica, convertían a estos primeros ma-

te de l’India: dono Alberto Cantino al S. Duca

pas europeos en auténticos milagros del em-

Hercole (1502), como indica la inscripción

peño político de las cortes y sus monarcas

del plano obsequiado a la casa del duque de

por conquistar y expandir las fronteras de

Este en Ferrara, cu ando a la sazón dicho no-

sus dominios, así como también revelaban el

ble era el secretario particular del monarca

ansia de los estudiosos casi devenidos profe-

portugués don Manuel I, donde el planisfe-

tas y adivinos por descifrar su circunstancia

rio marca los descubrimientos y conquistas

gracias en mucho, claro está, a las invencio-

e 79


Nicolay Caveri, Planisferio, 1504 150 5.

nes chinas, justo en la época de los desarro-

el navegante florentino Américo Vespucio

llos tecnológicos –ahora denominados- de

(1451-1512), quien gracias a estos periplos

punta o última generación.

desplegase su mirada vertebradora sobre las

La novedad americana se construi-

tierras “descubiertas”, leyéndolas en calidad

ría poco a poco requiriendo de los llamados

de masas continuas y no de puntos insulares 4 .

“ viajes andaluces” de Alonso de Ojeda (c.

Otro más de los antecedentes que qui-

1468-1515), protegido del Patriarca de las

zá consultó Waldseemüller es un mapa que

Indias don Juan Rodríguez de Fonseca, tri-

alcanzó gran celebridad , fabricado en Cons-

pulante que se embarcara en el segundo viaje

tanza en 1448 por el fraile benedictino An-

colombino en septiembre de 1493, arribando

dreas Walsperger, del monasterio de Salzbur-

a la nombrada isla de La Española. Tras ha-

go, donde aparece América del Sur a modo de

ber capitulado con los reyes católicos sin me-

gran península y a la que se suele describir

diación del almirante genovés, los monarcas

cual si fuese una “cola de gran dragón”. Co-

de la reconquista patrocinarían sus expedi-

mo las convenciones de la rosa de los vientos

ciones, comenzando con la de 1499 en la que

no terminaban de cuajar y formalizarse, la

fuera acompañado por el cartógrafo cántabro

orientación está invertida; así tenemos el sur

Juan de la Cosa (¿1450-1460?-1510), propie-

en la corona y el este a la izquierda, donde

tario nada menos que de la carabela Santa 4 Véase: Gallez, Paul: La cola del Dragón. América del Sur en los mapas antiguos, medievales y renacentistas, Bahía Blanca, Instituto Patagónico, 1990.

María (1492), que fungiría de piloto mayor de la expedición que bordeó Sudamérica, y

e 80


se localiza justo el extremo de nuestro con-

tado el historiador Guillermo de Federico en la

tinente en cuya porción superior (el norte)

revista Vida Marítima (10 de mayo de 1908) 5 :

destaca un castillo-fortaleza medieval de sie-

L a p r o p ie d ad de es ta C a r ta es d el De-

te torres que representa el Paraíso Terrenal,

p ó sito Hidr o gr áf ic o , co n cu yo s fo nd o s fu e

situado en la desembocadura del río Orino-

adq uir id a e n Par ís, e l a ño 185 3 , p o r el cél e-

co; incluso está dibujado el océano Pacífico,

b r e h isto r iado r c ub an o D. R a mó n d e l a S a-

y tal como ocurre en los planos del geógrafo

gr a, c o m isio n ado p o r el Go b i er no es p a ño l

y matemático fenicio Marino de Tiro (c. 70-

p ar a c o m p r ar la e n la s u b a s ta p ú b l i ca qu e s e

c. 130) y el propio Ptolomeo, reducido a una

h iz o de lo s p ap e le s y d o cu mento s qu e p o-

vigésima parte de su extensión. Esta auténti-

se ía e l b ar ó n Walc kena er, M i ni s tr o p l eni-

ca joya forma parte de la Biblioteca Vaticana

p o te n c iar io de Ho lan d a en P a r í s . L a C a r ta

(Ms. Palat. Lat. 1362).

se adj udic ó e n 4. 32 1 fra nco s y fu e d ep o s i ta-

A vuelo de pájaro, estas serían las coorde-

d a, p ar a su c usto dia y ex p o s i ci ó n a l p ú b l i-

nadas de cómo se fue identificando y estable-

c o , e n e l Muse o N av al . M i d e el M a p a mu nd i

ciendo primero la presencia de América, con o

0,80 p o r 1,92 m e tr o s, y s e ha l l a d el i nea d a en

sin ese apelativo, en la cartografía occidental

do s tr o z o s de p e r gam i no , u ni d o s p o r el ej e

y después cómo dicha representación adquirió,

m e n o r de l r e c tán gulo , qu e fo r ma n y a b a r-

paso a paso, una mayor exactitud en términos

c a e l dib uj o e n su p ar t e g eo g r á fi ca , E u r o p a ,

geofísicos. Corresponderá al ya mencionado

Áf r ic a, la p ar te m ás co no ci d a d el A s i a ha s ta

Juan de la Cosa haber hecho el primer levan-

e l r ío Gan ge s, c o n v a r i a s i s l a s d el O céa no

tamiento planimétrico asociado a una observa-

In dic o , y p o r últim o , el d i s eño d e l a s I nd i a s

ción directa derivada de sus viajes y exploracio-

o c c ide n tale s, c o n las ti er r a s ento nces d es-

nes, con mínimas inexactitudes de trazo. Pese

c ub ie r tas y ap e n as r e co no ci d a s , co mo er a n

a ser un hecho incontrovertible, por los testi-

las An tillas, Tie r r a Fi r me y ca s i to d o el s e-

monios de época, que el navegante aventurero

n o m e j ic an o , y ade m á s , s e i nd i ca n l a s co s ta s

de Santoña fue autor de otros planos notables,

o r ie n tale s de la Am é r i ca d el N o r te. L a C a r-

solo el de 1500 sobrevivió hasta nuestros días,

ta, e se n c ialm e n te h id r o g r á fi ca , ca r ece d e

a pesar de una serie de incidentes, casi materia

de talle s e n la p ar te t er r es tr e, y s o l a mente

de ficción literaria, que se desvanecerían hasta

algun o s de lo s p r in c ipa l es r í o s naveg a b l es y

mediados del siglo XIX, cuando el gobierno es-

c o r dille r as m ás n o tabl es a p a r ecen tr a z a d o s

pañol lo pudo recuperar en una subasta pública

e n e lla. L o s dib uj o s y mi ni a tu r a s qu e a d o r-

celebrada en París. El pergamino se conserva

n an e l Map a, se gún co s tu mb r e d e l a ép o ca ,

en depósito en el Museo Naval de Madrid. Por su trascendencia bien vale la pena de-

5 Esta revista de navegación y comercio fungía de órgano de propaganda de la Liga Marítima Española, se publicaba en Madrid y la referencia corresponde al año VII, números 217-231, 10 de enero-30 de mayo de 1908.

tenerse, y citar in extenso, en la versión que nos ofrece sobre esta adquisición por razón de Es-

e 81


s o n a bun d a n t es y n o tab le s. C o r o n an do e l

lid ad estribaban en ser auténticos manu ales

r ect á n g ul o , en su e xtr e m o o c c ide n tal, h ay

de navegación que, junto con la brújula de

un a ef i g i e de San C r istó b al, lle v an do e n

marinero inventad a en Europa hacia finales

s us h o m br o s a l Niñ o Je sús, y al p ie de e lla

del siglo XII y la obser vación de la bóved a

l a s i g ui en t e i n s cr ip c ió n : Ju an de la Cos a la

celeste, eran en la práctica el humilde ins-

f iz o e n e l Pue r to de Sª Mª e n anno de 1 50 0 .

trumental de los tripulantes de las embar-

En el cen t r o del p e r gam in o , un a gr an r o sa

caciones de aquél entonces. Estos dibujos

de l o s v i en t o s (ap ar te de o tr as n ue v e m ás

de navegación, también conocidos como de-

peq ueñ a s r epa r t id as e n e l Map a) , de la q ue

rroteros, descansan en un sólido fundamento

pa r t en l o s t r ei n ta y do s r um b o s, y de n tr o

geométrico, tal como lo recuerdan John O. E.

de el l a un a i m a ge n de la Vir ge n y e l N iñ o .

Clark y Martin Marix Evans:

C a s t i l l o s , i g l es i as, b an de r as y r e y e s c o n sus

Se elaboraban siguiendo unas convencio-

r ó t ul o s , l o s t r es Re y e s Mago s y su e str e lla

nes muy claras. Por ejemplo, debían trazarse

g uí a , y m ul t i t ud de le tr e r o s, q ue c o n lo s di-

con tinta de color sobre papel de vitela, nor-

bujo s de n a o s y c ar ab e las de distin tas n a-

malmente piel de oveja o cabra; aunque algu-

ci o n a l i d a des , y las c ab e z as de c e fir illo s q ue

nas pieles se cortaban en forma rectangular,

s o pl a n i n di ca n do la dir e c c ió n de lo s v ie n-

en muchos casos se conservaba la zona del

t o s , en r i q uecen l a do c um e n tac ió n h istó r ic a

cuello del animal. La base de la carta se crea-

y g eo g r á f i ca de e sta C ar ta. L o s e r r o r e s ( e n

ba dibujando una red de líneas de dirección o

s u m ay o r í a n o gr an de s) q ue e n lo n gitud y

‘rumbos’. El dibujante de la carta trazaba un

l a t i t ud s e o bs er v an e n div e r so s p un to s de

‘círculo secreto’ en torno a un punto central y,

l a C a r t a , n o ba s tan a o b sc ur e c e r n i r e b aj ar

dibujando una línea vertical y otra horizon-

el m ér i t o de l o s c o n o c im ie n to s q ue p o se ía

tal que atravesaban el centro, y a continua-

s u a ut o r, el pi l o to q ue f ue de C r istó b al C o-

ción bisectando repetidamente los espacios

l ó n en l a n a o S an ta Mar ía, c o n stituy e n do

que quedaban entre una y otra, marcaba 16

s u o br a un v er d a de r o m o n um e n to ge o gr áfi-

puntos equidistantes en la circunferencia del

co , d a do s l o es ca so e im p e r f e c to de lo s d ato s

círculo. A su vez, cada uno de esos círculos

co n o ci do s en a q ue lla é p o c a.

subsidiarios se subdividía del mismo modo. El

Cabe destacar que la composición de la

cartógrafo utilizaba las líneas de rumbo para

pieza se ciñe al modelo de las cartas cono-

trazar las costas, mientras que los navegan-

cid as como portulanos 6 , cuyo sentido y uti-

tes las usaban para planificar las trayectorias. Se empleaban tintas de colores diferentes para

6 Consúltese el espléndido estudio de Pujades I Bataller, Ramon J.: Les cartes portolanes. La representación medieval d’una mar solcada, Barcelona, Lunwerg Editores, Institut Cartogràfic de Catalunya, Institut d’Estudis Catalans, Institut Europeu de la Mediterrània, 2007, 526 pp. Analiza estas cartas de navegación, poniendo énfasis en los portulanos anteriores a 1470, calculados en el censo de Tony Campbell en cerca de 180.

distinguir las distintas direcciones 7 . 7 Joyas de la cartografía, op. cit., p.92. Cabe recordar que en cuanto su objetivo no era otro que la navegación, se privilegiaba la representación icónica de los elementos geográficos de referencia (cabos,

e 82


Henricus Martellus, Mapa del Mundo, 1489.

Semejante riqueza visu al y documen-

II. La aparición planimétrica

tal avizoraba estudios y levantamientos más

de San Francisco de Campeche

precisos, orientados a la promoción y en su caso defensa de intereses particulares 8 . No

La disputa entre Francia, España y Portu-

está por demás insistir que la cartografía es

gal por los territorios americanos durante el

una ciencia aplicad a y que, en estos térmi-

siglo XVI ya no podía fund arse y resolverse

nos, el conocimiento que brind a siempre se-

invocando a ordenamientos obsoletos, co-

rá guiado por una pretensión o un objetivo

mo el Tratado de Tordesillas (7 de junio de

de carácter práctico o instrumental 9 .

1494) y la suma de las bulas alejandrinas 10 .

islas, estuarios), mismos que aparecían en una proporción superior a la real. Solían indicarse las escalas de composición, los topónimos se señalaban escritos sobre la tierra para no interrumpir su consulta y también se integraban llamativas rosas de los vientos con todo lujo de detalles, pintadas llamativamente o resaltadas con oro. 8 Para un seguimiento de caso se sugiere la consulta de Montaner I García, María Carme: Imago Cataloniae. Mapas de Cataluña, huellas de la historia, Barcelona, Generalitat de Catalunya, Lunwerg Editores, Institut Cartogràfic de Catalunya, 2005, 285 pp., que cubre el dilatado proceso de gestación del territorio catalán, desde una imagen de ca. 975, el Mapa de Girona del Beato de Liébana, hasta un exactísimo levantamiento topográfico del 2004 elaborado por el Institut Cartogràfic de Catalunya. El volumen incluye los portulanos mallorquines, sobresaliendo los de Bartolomeu y Jaume Olives, Pere Rosell, Gabriel de Vallseca, Abraham y Jafuda Cresques. 9 Tesis en materia de sociología del conocimiento promovida por

Jürgen Habermas en Conocimiento e interés (1968), versión castellana de Manuel Jiménez, José F. Ivars y Luis Martín Santos, revisada por José Vidal Beneyto, Madrid, Taurus, 1992, 384 pp. 10 Documentos pontificios liberados por Alejandro VI a favor de los reyes católicos en 1493: el breve Inter caetera; sobre los derechos adquiridos respecto de los territorios descubiertos, así como el monopolio del comercio con ellos; la bula menor también llamada Inter caetera, que es la más conocida y la que menciona por vez primera una línea de demarcación en el Atlántico, estableciendo zonas de influencia entre España y Portugal; la bula menor Eximiae devotionis, que ratifica los anteriores derechos, añadiendo las tierras a descubrir en el futuro y la bula Dudum siquidem, ampliación de los derechos de control territorial rumbo a Asia, siempre y cuando resulten de la navegación por la ruta del occidente.

e 83


e 84


Mapa: Walsperger, 14 48.

Con el fin de la guerra de los Treinta Años,

tratación la factura de un mapa detallado,

la paz de Cateau-Cambrésis

(3 de noviem-

mismo que en 1562 formulase con un esti-

bre de 1559) aunque centrado en la agend a

pendio de 6 mil maravedíes Diego Gutiérrez,

europea, en especial el reparto y control de

cartógrafo principal de Felipe II, activo en-

la península Itálica, distribuía el espacio

tre 154 4 y 1569. El levantamiento carece de

llamado “la cu arta parte del mundo”, de la

líneas de latitud , por lo que los partidos y

siguiente manera: a España la zona que que-

locaciones están referenciados a los trópi-

d aba al sur del Trópico de Cáncer y al oes-

cos de Cáncer y Capricornio y al Ecu ador ;

te del meridiano principal; Francia al nor-

asombra lo exhaustivo de la toponimia. Tan

te del Trópico y Portugal la parte norte de

vasta información qued a cifrad a en seis ho-

Sud américa. Este esquema requirió de una

jas grabad as, escrupulosamente articulad as

compulsiva expresión gráfica, y por ello la

para integrar un mapa único que mide 93 por

Corona española encargó a la Casa de Con-

86 centímetros 12 .

11

Para garantizar la calidad de la estam11 La Paz de Cateau-Cambrésis fue el tratado más relevante del siglo XVI europeo, por la estabilidad que prohijó a lo largo de cien años y dada la modificación del equilibrio internacional. Representó el comienzo del liderazgo español y trasladó los asuntos críticos hacia Occidente, centralidad acentuada por la incorporación de Portugal a la monarquía católica hispánica en 1580. El instrumento fue firmado entre España (Felipe II), Francia (Enrique II de Francia) e Inglaterra (Isabel I de Inglaterra). Las conversaciones se iniciaron en la abadía de Cercamp, pero después se trasladarían al castillo de Cateau-Cambrésis. Cateau-Cambrésis, al que debe su nombre, es una comuna francesa a unos 20 Km. al sureste de Cambrai. El 2 de abril de 1559 los representantes de Francia e Inglaterra acordaron la entrega de Calais a los franceses por un periodo de 8 años; transcurrido dicho período debería ser devuelto y, en caso contrario, deberían pagar 500 mil escudos de oro. Al día siguiente, Felipe II de España y Enrique II de Francia acordaron: 1) San Quintín, Ham y Châtelet regresan a Francia, y también los obispados de Metz, Tolón y Verdún; 2) Las ciudades flamencas ocupadas por Francia retornan al dominio español; 3) España conserva el Franco Condado; 4) Francia renuncia a sus ambiciones italianas, devolviendo Saboya y Piamonte a la Casa de Saboya, Córcega a Génova y el Monferrato a Mantua; 5) Francia y España convinieron combatir la herejía protestante, lo que propiciará las guerras de religión galas. La paz se consolidó con dos matrimonios: el de Manuel Filiberto, duque de Saboya con Margarita, duquesa de Berry, hermana de Enrique II; y el de Felipe II con Isabel de Valois, hija de Enrique II. La suscripción del Tratado fortaleció la hegemonía española. Hasta el siglo XVIII los Estados italianos gozarán de estabilidad, si bien excluidos de la agenda geopolítica europea. Como una paradoja y con cierto grado de conveniencia durante los festejos de una paz que duraría más de un siglo, una lanza atravesó el ojo de Enrique II, causándole la muerte al poco tiempo.

pa se contó con la participación del artista flamenco Hieronymus Cock (c. 1510-1570), formado en Roma junto con su hermano Mathias y quien a partir de 1548 estableciera su negocio Aux Quatre Vents en Amberes, donde desde una óptica industrial imprimiese más de 1,100 obras a cargo de notables grabadores dependientes de su empresa: Giorgio Ghisi (1520-1582), Dirck Volkertsz Coornhert (1522-1590), Cornelis Cort (c. 1533-1578), y Philip Galle (1537-1612). A este pionero se le debe la memoria gráfica de 1559 titulada Pompa funebris, representación del funeral de Carlos V, ocurrido un año antes en Bruselas. De este plano denominado Americae s ive Quartae Orbis Partis Nova et Exactiss ima Descriptio solo se sabe de la existencia de dos impresiones: una, en el repositorio de la Biblioteca Británica de Londres y otra, en la 12 Véase: Hébert, John R.: El mapa de América de 1562 por Diego Gutiérrez, en http://www.loc.gov/rr/hispanic/frontiers/gutierrz2.html.

e 85


Ju an de la Cosa, Carta universal, 1500.

Biblioteca del Congreso de Washington. So-

p o r e xp an dir j ustam e nte l a s fr o nter a s d e s u

bresale la belleza de la ornamentación que

m un do r e c o n o c ib le y r eco r r i b l e. Vo l u nta d

incluye monstruos marinos, leviatanes va-

de m o v e r se p ar a h um a ni z a r l a g eo g r a fí a ,

rios, y marcas fantásticas de contexto, co-

e m p e ñ o e n e l q ue e l vi a j e ha ce l a s veces d e

mo los gigantes patagones armados al sur

e j e de gr av itac ió n , o rd ena nd o l a i nter p r e -

del continente o el registro de un volcán en

tac ió n de las latitud es d es cu b i er ta s y, en

erupción en el centro de la Nueva España;

su c aso , in c o r p o r án d o l a s a l ca no n d e r e-

por demás está mencionar que deambulan en

p r e se n tac ió n o alte r a nd o d i cha p er cep ci ó n

la geografía del plano distintos navíos, co-

ic ó n ic a de l p lan e ta. E s te no ma d i s mo no s

mo carabelas, galeones y trirremes, galeras,

c o nv id a un a m isc e lánea d e s o r p r es a s , entr e

fragatas y bergantines, y jaspeando su su-

e llas, q ue gr ac ias a la s ex p l o r a ci o nes ma r í-

perficie se asoman loros y monos.

tim as p r im e r o f ue r o n a ti s b a d a s l a s ti er r a s

C o m o dev i e n e n atur al, lo s se r e s h um a-

in c ó gn itas y de sp ué s l eva nta d a s ca r to g r á fi-

n o s s o l o s e co m p r e n de n a sí m ism o s e n r e-

c am e n te . E m p e r o , se mej a nte p r o ces o a nte-

l a ci ó n co n el es p ac io q ue lo s e n gulle y e n e l

c e de y c o n m uc h o , c o mo hemo s vi s to en el

q ue es t á n i r r eme diab le m e n te atr ap ado s o ,

p lan o de Walsp e r ge r d e 14 4 8, l a d eno mi na-

s i s e q ui er e, i n s e r to s. Vuln e r ar y tr an sgr e-

c ió n o e l b autiz o de l a s s u p er fi ci es emer-

di r es o s l í m i t es , lo s de l te r r ito r io c o n o c i-

ge n te s… e so q ue f in a l i z a mo s p o r d es i g na r

do , ex i g i ó a l ca er de lo s siglo s un a v o c ac ió n

Am é r ic a.

e 86


Los recorridos por lo que ahora llama-

la península de Yucatán 14 . A estas explora-

mos el Golfo de México y las Antillas o el

ciones se debe una serie de mapas magnífi-

Caribe se suceden a lo largo del siglo XVI,

cos, resgu ard ados en la Biblioteca Nacional

incluso desde fechas muy tempranas; sin

de Madrid , que integran el Manuscrito 2468,

embargo, sus expresiones plásticas, los re-

titulado Descripciones geográf icas e hidrográ-

gistros planimétricos, tard arán en irrum-

f icas de muchas tierras y mares del norte y sur,

pir y necesitarán de un entorno específico

en las Indias, en especial del descubrimiento del

y de unos orígenes concretos, ubicándose

Reino de California 15 de 1632 , dirigid as a don

en los albores del siglo XVII. Por ello, se ha

Gaspar de Guzmán, Conde-duque de Oliva-

propuesto líneas arriba un inventario no

res, el longevo valido de Felipe IV, que en-

exhaustivo de las fuentes que permitieron

tre sus títulos infinitos ostentaba el de Gran

identificar el territorio americano aún antes

Canciller de las Indias.

de que fuera conocido como tal, mostrándo-

Escrita en forma de derrotero, manual

se las variaciones significativas de la propia

de navegación, el memorial consta de tres

representación, desde una figurad a cu arta

partes: la primera dedicada al mar Caribe; la

península asiática en forma de cola de dra-

segunda, a la costa centroamericana y mexi-

gón, hasta el cuerpo acinturado que se abre

cana del Pacífico; y la tercera, a California.

generoso hacia el oriente, el Pacífico, y el ria documentada de un fracaso empresarial, consúltese: Hernández Aparicio, Pilar: “La Compañía de los Cardona y sus viajes a las pesquerías de perlas de la costa de California”, Anuario de Estudios Americanos, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla (CSIC), volumen XXXIII, 1976, p.405-430. El mismo empresario navegante denomina tales pesquerías como “ostiales” en un documento titulado Memorial del capitán Nicolás Cardona al Rey, sobre sus descubrimientos y servicios en la California (1633), en Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y colonización de las posesiones españolas en América y Oceanía, sacados en su mayor parte, del Real Archivo de Indias, [y de otros archivos del reino], Vaduz [Liechtenstein], Kraus redición, 1964-1966. Edición original: Madrid, Imprenta de Manuel B. Quirós, 1864. 14 Véase: Antochiw, Michel: Viajes a América de Nicolás de Cardona, 1613-1623, Monterrey, Centro de Estudios Históricos, Universidad de Monterrey, 176 pp. 15 Se cuenta con una espléndida edición facsimilar bajo el sello de Turner, Madrid, 1989, antecedida por un estudio de Pilar Hernández Aparicio; i Atlas (XXV, 176 pp.). Por su belleza y precisión sobresalen los mapas dedicados a los puertos de Acapulco, Campeche y Veracruz, aunque es claro que durante tan minucioso cabotaje levantó muchos otros planos; para este asunto en particular revísese además: Calderón Quijano, José Antonio: “Nueva cartografía de los puertos de Acapulco, Campeche y Veracruz”, en Anuario de Estudios Americanos, Sevilla, XXV, 1968, p.515-563.

occidente, el Atlántico. Será en esta última orientación donde surja un trazo ribereño contenido en una bahía enorme, el Golfo de México, y en él, cu al gema resplandeciente, el territorio de Campeche. El plano de 1562 de Diego Gutiérrez ya prohíja esta valid ación, convid ando los elementos esenciales para su posterior desarrollo a detalle. Sin que se pued a afirmar con exactitud el año en que Campeche aparece inauguralmente representado, sí pareciera haber consenso académico en que su primer registro se debe a Nicolás de Cardona, viajero que entre 1613 y 1623 emprendiera dos expediciones por la Nueva España, desde las pesquerías de perlas de California 13 hasta

13 Sobre este apasionante tema que de hecho constituye la histo-

e 87


Alberto Cantino, Mapa, 1502 .

En cada una de ellas describe los accidentes

contenciones para su seguridad . El puer-

orográficos, ríos y cuencas lacustres más re-

to carece todavía de baterías y fortificacio-

levantes; señala si en los territorios moran

nes, fuertes y baluartes. Se requerirá de más

indígenas o españoles; y en tratándose de los

tiempo para que la ciudad comparezca como

naturales especifica si son pacíficos o belige-

una plaza amurallada, capaz de contener las

rantes. Registra y sugiere los lugares más idó-

incursiones de los corsarios 16 , con patente

neos para efectuar escalas, reparaciones y avi-

justo de corso o carta de marca emitida por

tuallar los navíos, sobresaliendo los alimentos

un determinado gobierno para atacar solo

y bienes que se pueden conseguir en cada sitio,

las naves de naciones enemigas y con obliga-

así como las regiones que ofrecen maderas du-

ción de repartir el botín; piratas, de acción

ras de calidad para la fábrica de barcos. A cada

indiscriminada en mar abierto; o filibuste-

información aportada se adosa un plano colo-

ros, saqueadores de las localidades costeras 17 .

reado que describe el área descrita. La vista de San Francisco de Campeche

16 Para conocer a detalle los embates corsarios y de piratas en Acapulco, se recomienda la consulta de: Arciniega Ávila, Hugo: “El Castillo de San Diego: Un vigía silencioso”, México, Diario de Campo, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Suplemento número 31, enero-febrero, 2005, p. 2-13. 17 Faltaría mencionar únicamente a los bucaneros, quienes se dedicaban al comercio de carnes de aves, cerdos salvajes, vacas y también tortugas, radicándose en la isla de La Española; eludían el pago de impuestos a la Corona de España. Esta voz proviene de la lengua caribe y bucán significa rejilla o parrilla en la que se

que nos aporta Nicolás de Cardona presenta la ciudad trazada con calles regulares, base de la futura planta a cuadrícula, pero sin recintar aún, y frente a ella unos navíos que llama de la pesquería. El incipiente espacio urbano se muestra abierto, sin presentar las

e 88


Entre los más célebres que asolaron Campe-

lu arte de San Pedro, Batería de San Matías,

che

sobresalen Francis Drake (1543-1596),

Batería de San Lucas y Batería de San Luis 20 .

John Hawkins (1532-1595), Laurens Cornelis

A nuestro empresario navegante se le

Boudewijn de Graaf (1653-1704), Cornelius

debería, además del primer levantamiento

Jol (1597-1641), Jacobo Jackson, quien se ha-

planimétrico de la ciud ad-puerto, su con-

cía llamar Conde de Santa Catalina (s. XVII),

cepción espacial. Así, tenemos el recuento de

Jean Lafitte (1780?-1826?), Michel de Grand-

María Elena Torres Pérez y Claudio Alberto

mont (1645-1686), Bartolomé Portugués (s.

Novelo Zapata:

18

XVII), William Parker (s. XVII), Jean David

El diseño de Nicolás Cardona para la

Nau (1630-1671), Edward Mansvelt (s. XVII),

ciud ad colonial, fue el clásico trazo en d a-

Henr y Morgan (1635-1688), Lewis Scott (s.

mero, cuya condición de litoral ubicó a la

XVII) y Roche Brasiliano (1630-1671).

plaza principal frente al mar y tres manza-

Se entiende que d ad a el ansia de saqueo

nas para sede del nuevo poder español, con

de los piratas y corsarios, en especial el robo

la iglesia, los palacios y la viviend a de los

de “palo de tinte” de color rojo también co-

españoles en el lado sur. Como tod a ciud ad

nocido como “palo de Campeche” (Haema-

portu aria, la expansión territorial se dio ha-

toxylon campechianum o Cymbosepalum baronii

cia tierra firme, con los barrios como zonas

Baker) y las remesas de metales preciosos

19

de sir vientes distribuid as en los alrededores.

que transportaban los galeones españoles de

La estructura de centro y barrios configu-

la flota de Indias, poco a poco este asenta-

ró una ciud ad du al, con los conquistadores

miento portu ario se definiría por la arqui-

como núcleo y los conquistados en derredor.

tectura militar : Balu arte de la Soled ad , Ba-

La invasión frecuente de mayas insu-

lu arte de San Carlos, Puerta del Mar, Puerta

rrectos, piratas y corsarios, hizo necesario

de Tierra, Fuerte de San Miguel, Fuerte o

construir el fuerte del sambenito* en 1611,

Reducto de San José el Alto, Balu arte de

y amurallar el centro de la ciud ad española

Santa Rosa, Balu arte de Santiago, Balu arte

en 1704. El recinto amurallado formaba un

de San Francisco, Balu arte de San Ju an, Ba-

hexágono, que se fortaleció mediante ocho

ahuma la carne para garantizar su conservación. No desdeñaban el comercio tierra dentro y, claro está, privilegiaban el pillaje; desde el siglo XVII el término operó como sinónimo de pirata. 18 Véase: Juárez Moreno, Juan: Corsarios y piratas en Veracruz y Campeche, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, 1972, 516pp. + 20 láminas. 19 Para darse una idea de la importancia de este comercio expoliador, tan solo para el período 1521-1600 se ha estimado que desde las Indias se trasladaron a España 17 mil toneladas de plata y 180 toneladas de oro. Véase: Hamilton, Earl Jefferson (1934): El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650, Barcelona, Ariel, 1975, 462 pp.

20 Para mayor información revísese: González Aragón, Jorge; Rodríguez Viqueira, Manuel; y Rodrigo Cervantes, Norma Elisabethe: Fortificaciones costeras de México en los archivos españoles. Arquitectura militar, volumen 5 de la colección Corpus Urbanístico, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad Autónoma Metropolitana, Embajada de España en México, 2009, 140 pp., incluye 46 planos inéditos. Sobre el particular sigue siendo una fuente de consulta obligada: Ortiz Lanz, José Enrique: Arquitectura Militar de México, México, Secretaría de la Defensa Nacional, 1993, 292 pp.

e 89


balu artes con cu atro puertas localizad as en

turara el tesoro de Moctezuma Xocoyotzin 22

pares encontrados y en cruz: la Puerta de

(152 2). Tras el desastre, Carlos V adopta

Mar con la Puerta de Tierra y la Puerta de

medid as protectoras para el tráfico india-

Gu ad alupe con la Puerta de San Román; lo

no, como la Real Provisión de 13 de junio de

cu al separó físicamente a la ya ideológica y

152 2 . Se juzga necesario crear una armad a

culturalmente dividid a ciud ad du al .

para proteger las flotas de Indias 23 . Recuér-

21

Diego Gutiérrez, Mapa de América, 1562 .

De tal manera que la solución de Ni-

dese que el Emperador del Sacro Imperio

colás de Cardona estructura un auténtico

Romano Germánico carecía de una armad a

planteamiento hipodámico (denominación

real, por lo que para cubrir las necesid ades

en honor del arquitecto griego Hipod amo de

de navegación se procedía a un dispositivo

Mileto, uno de los padres del urbanismo),

conocido como “asiento”, suerte de contrato

consistente en establecer una morfología ur-

forzado, o al embargo, la incautación direc-

bana regular, d ado el recurso a diseñar las

ta de los navíos por parte de los funcionarios

calles de manera rectilínea cruzándolas en

de la Corona. Esto resultaba posible por las

ángulo recto; de allí el término ortogonal,

casi inexistentes diferencias entre los bu-

y agrupándolas en cu adras-manzanas tipo.

ques mercantes y los de guerra. Es famoso y

Esta regularid ad en la solución del sembra-

multicitado el caso de un “asiento” sevillano

do constructivo y de sus vías de traslado se

firmado con los mercaderes de la plaza don-

conoce indistintamente como plano en d a-

de se estipula y mand a: “hacer una armada

mero, ortogonal, en cu adrícula o equirrec-

contra corsarios repartiendo el gasto de la ave-

tangular. Planteamientos de este tipo for-

ría en lo que se truxese de las Indias y entre los

talecen la segurid ad y salvagu ard a de los

moradores de los puertos interesados”.

asentamientos, pues ofrecen una isóptica amplia e integral que eficientiza la vigilan22 Se trata del famoso “quinto del rey” que era trasladado en tres embarcaciones al mando de los capitanes Antonio de Quiñones y Alonso de Ávila, nombrados por Hernán Cortés, quienes estuviesen acompañados por el tesorero Julián de Alderete. Zarparon de Veracruz, San Juan de Ulúa, y al superar las islas Azores fueron capturados por seis bergantines rápidos comandados por Jean de Fleury. Únicamente una nave, la Santa María de la Rábida, al mando de Juan de Ribera, se puso a buen recaudo con el auxilio recibido desde Sevilla por dos navíos encabezados por Pedro Manrique. 23 Es preferible definirla así, pues los términos “barlovento” y “sotavento” en realidad se refieren a la dirección desde donde sopla el viento, el este, para nuestra ubicación geográfica. A modo de ejemplo histórico, en el Caribe se nombran islas de barlovento a aquellas localizadas en el septentrión (al norte) de las Pequeñas Antillas. Algunas de las islas principales son Granada, Martinica, Santa Lucía, Barbados, Guadalupe, Dominica, Trinidad y Tobago.

cia de los movimientos náuticos en la bahía. Apenas terminad a la fase militar de la conquista en 1521 iniciaron los embates del corsario francés Jean Fleur y, “Florín” o “Florentino” (1485?-1527), quien bajo las órdenes del capitán y armador italiano Jean Ango (1481-1551), Vizconde de Dieppe, cap-

21 “Modernidad urbana arquitectónica sustentable: Proyecto ‘El Campeche Nuevo’ en 1960”, en Quivera, México, Universidad Autónoma del Estado de México, volumen 12, número 1, enero-junio, 2010, p. 103-114. (La cita proviene de la p.105-106).

e 90


Nicolás de Cardona, San Francisco de Campeche, ca. 1632 .

Después se establecerían otras políticas

cio con América (1765 y 17 78) que liquida el

con sus normas respectivas, pero quizás la

monopolio de la Casa de Contratación de In-

más interesante sea una Real Cédula de 1542 ,

dias de Sevilla-Cádiz, y otro más emitido por

por la que los navíos procedentes del Cari-

Carlos IV el 18 de noviembre de 1797, deno-

be y la Nueva España tomen la ruta atlánti-

minado Decreto de neutrales, que permite el

ca rumbo a la metrópoli “ viniendo en flota”.

intercambio mercantil de los puertos ameri-

A partir de 1524, los barcos salen agrupados

canos con otras naciones europeas 25 .

para procurarse seguridad, flanqueados por

Con este proceso de normalización in-

cuatro naos armadas, que cubre y paga el

ternacional las fortificaciones campechanas

impuesto de avería . En 1561 Felipe II esta-

perderían su carácter estratégico, metamor-

blece el sistema de Flotas y Galeones por el

foseándose en monumentos históricos de sin-

que se brinda protección a los convoyes desde

gular relevancia y belleza. Esta arquitectura

América hasta la península Ibérica. Doscien-

y su disposición espacial en planos y mapas,

tos años más tarde las reformas borbónicas

amén de otros tópicos, serán motivo de aten-

de Carlos III abrogarían dicho mecanismo al

ción por destacados especialistas páginas

promulgarse los decretos de Libre Comer-

adentro.

24

25 Véase para ponderar sus efectos: Langue, Frédérique: “Hombres e ideas de la Ilustración en dos ciudades consulares: Caracas y Veracruz”, en Historia mexicana, México, El Colegio de México, volumen XLV, número 3, 1996, p. 467-500.

24 La avería, o derecho de avería, era un impuesto ad valorem sobre el comercio colonial de los siglos XVI y XVII en España, cobrado por la Hacienda Real; se imponía sobre los mercaderes o las mercancías. Asimismo, incluía a los pasajeros que pasaban a Indias.

e 91


e 92


Invención y ocupación de California: E l oas is d e l a S i e rra de l a L a g un a Luis Ignacio Sáinz e

b

Johannes Natalius Metellus, Granata Nova Et California, 1598, Colonia.

Firma de Hernán Cortés.

Ra r a v ez la f an tasía y la ilusió n ad-

las m o d alid ade s e n q u e p u ed a s u ma r s e a ta n

q ui er en

m ate r ializ an ,

n o b le e m p e ñ o . Gab r ie l M a co tel a y Ju a n I g -

em er g i endo de la n ad a p ar a c o nv i-

n ac io Gallar do L ar r e a ha n a d o p ta d o s u s en-

d a r n o s s u bel l eza y e l b ie n e star q ue tr an s-

de r o r e c ur r ie n do al di b u j o y el g r a b a d o ; es-

m i t en , h a ci én do lo c o n so sie go y te r sur a. E l

ta e s su f o r m a de lib r a r l a b a ta l l a en d efens a

o a s i s de l a S i er r a de L a L agun a e s un a de

de tan sin gular isla d e veg eta ci ó n y fa u na .

es t a s r ea l i d a des e xc e p c io n ale s. Sin tr uc o y

A tr av é s de o c h o im p res i o nes a c l i c h é r i nd en

ca r en t e de a f ect a c ió n se n o s im p o n e e n tan-

p le ite sía a e ste m ic r o co s mo s qu e no d ej a d e

t o av en t ur a m á g ic a, v ital, se n so r ial, v isu al.

so r p r e n de r n o s y aso m b r a r no s . C a r p eta d e

Ex i s t e r ef ul g en te a p e sar de to do ; n in gu-

e stam p as q ue se p r e g u nta p o r s u s o r í g enes

n a co n s pi r a ci ó n h a p o dido c o n e lla h asta e l

y sus r e p r e se n tac io n e s , y en l a qu e ca d a u na

m o m en t o . S e y ergue v ic to r io sa r o de ad a p o r

de sus v istas c o n stitu ye u na es ta ci ó n en l a

un ca m po de ca d áv e r e s y de v e stigio s; p r o-

r uta de la n atur ale z a , tr aves í a p a r a l a qu e

di g a n do s u g en er o so alie n to , f av o r e c ie n do a

e ste te xto p r e te n de ser u n co mp a ñer o d e ca-

un s i n f í n de co m u n id ade s q ue –se gur o – de s-

m in ata.

co n o cen l o s ben e fic io s q ue le s c o nv id a tan

I. california:

s o l o co n s er, co n e star allí. Sign if ic a futur o

anatomía del nombre y del espacio

y po r v en i r, po r e so h ay q ue salv agu ar d ar la,

Sabed que a la diestra mano de las Indias

y pa r a t en er éx i to e n e m p r e sa tan c o m p r o-

existe una isla llamada California muy cerca

m et i d a dev i en e in disp e n sab le disfr utar la y

de un costado del Paraíso Terrenal; y estaba

co n o cer l a , a dm in istr ar la y r e sp e tar la. C a-

poblada por mujeres negras, sin que existiera

d a s ujet o en co n tr ar á, ate n die n do a su c o n-

allí un hombre, pues vivían a la manera de las

ci en ci a y es cuchan do sus v o c e s in te r io r e s,

amazonas. Eran de bellos y robustos cuerpos,

c ue r p o ,

se

e 93


El caballero Esplandián, hijo primo-

Joan Vinckeboons a , California como una Isla, ca. 1650.

génito de Amadís de Gaula y de la princesa Oriana de la Gran Bretaña, protagoniza su

a. Grabador y cartógrafo holandés (16 17-1670), al ser vicio de la Dutch East India Company, empresa para quien levantó, a lo largo de más de tres décad as, mapas de navegación comercial y de carácter militar. En el plano que nos ocupa cabe subrayar que los topónimos están indicados con sumo cuid ado en negro y rojo, identificándose con clarid ad el cabo San Lucas, en la punta de la “isla-península”. Colega y socio de Joan Blaeu (1596-167 3), editor líder de su tiempo, al que le dibujó más de 200 mapas, considerando varios que ilustrarían el famoso Atlas Maior, impreso en 1665, en 11 volúmenes, incorporando 536 planos, con el que finalmente este conspicuo doctor en derecho, heredero del cosmógrafo y estampador Willem Blaeu , superó a su eterno competidor Johannes Janssonius. (Colección de Manuscritos de Henr y Harrisse, Biblioteca del Congreso, E.U.).

dilatada, controvertida y delirante gesta en 184 capítulos, donde abundan las anécdotas más inverosímiles, incluyendo el combate con su propio padre a quien vence, los enfrentamientos con el rey persa Armato y los musulmanes, sobre todo en la defensa de Constantinopla, lo que le permitirá casarse con la infanta Leonorina, la hija del emperador de lo que pasado el tiempo sería Bizancio, quien abdicará en su favor, y la muerte del gigante Bramato, por citar tan solo algunas de las deliciosas necedades producto de la fantasía de quien como libro no sobrevivió a las llamas, corolario del escrutinio de la biblioteca de quien se asumía Don Quijote. fogoso valor y gran fuerza. Su isla era la más

D e e sta im agin aci ó n s i n fr eno na ce el

fuerte de todo el mundo, con sus escarpados

n o m b r e de “C alif o r ni a ”, y a es o s a l b o r es

farallones y sus pétreas costas. Sus armas eran

de l siglo XVI se r e m onta s u d eno mi na ci ó n

todas de oro y del mismo metal eran los arne-

ge o gr áf ic a de “isla” y no d e “ p ení ns u l a ” ;

ses de las bestias salvajes que ellas acostum-

aun q ue algun o s c r e an qu e s emej a nte no vel a

braban domar para montarlas, porque en toda

de c ab alle r ías tuv ie r a u na p r i mer a ed i ci ó n

la isla no había otro metal que el oro.

e n e l r e m o to 1496 . El hecho es qu e p o r el

Garci Ordóñez de Montalvo : Las sergas de

fr ac aso de la te r c e r a ex p ed i ci ó n o r g a ni z a d a

Esplandián (Sevilla, 1510).

p o r He r n án C o r té s en l a b ú s qu ed a d e ta n

1

an h e lad a y de sc o m un a l b a r r a , a to l ó n, cayo 1 Caballero noble, descendiente de la familia de los Pollino y regidor de Medina del Campo (c.1450-c.1505). Sin ser el autor del Amadís de Gaula, a él se debe su versión definitiva; ya que revisó los tres primeros libros y compuso el cuarto y el quinto; correspondiendo este último a las hazañas del hijo del inmortal caballero andante castellano. Se cree que haya terminado sus obras en la circunstancia de la conquista de Granada y la expulsión de los judíos (1492). La firma de sus libros varía de Rodríguez de Montalvo, a Gutiérrez de Montalvo y Ordóñez de Montalvo. Algunos suponen que vivió más años, pues afirman que seguía activo cuando se imprimió la primera versión del Amadís de Gaula, en 1508.

y de lta, e n sátir a al c o nqu i s ta d o r y co n ta l de b ir lar le e l c r é dito , neg á nd o l e s u a p el l i d o al de sc ub r im ie n to , se a p el ó a l mo te p r o p o rc io n ado p o r la e n tr e g a l i ter a r i a d el j u d eoc o nv e r so y r e gido r d e M ed i na d el C a mp o , Gar c i Or dó ñ e z de Mo nta l vo , a ma ner a d e c h un ga an te e l de sv a neci mi ento d e l a s fab ulo sas r iq ue z as de la i s l a .

e 94


Hernán Cortés organizó cu atro expe-

cieron los litorales de lo que hoy son los

diciones para registrar los territorios de la

estados mexicanos de Guerrero, Michoa-

Mar del Sur, eso que ahora conocemos como

c á n , C o l i m a , Ja l i s c o y N a y a r i t . A d e m á s s e

la vertiente del Océano Pacífico; sin excep-

descubrieron las Islas Marías frente a las

ción resultaron un rotundo fracaso, gu ar-

costas de Nayarit.

dándose memoria de ellas por sus naufragios

Segunda expedición del 30 de octubre de

y pérdid as:

1533, zarpando del puerto de Manzanillo

P r i m e ra e x p e d i c i ó n d e l 3 0 d e j u n i o d e

(Colima), encabezada por Diego Becerra

1 5 3 2 , p a r t i e n d o d e S a n t o D o m i n g o Te -

en la Concepción y Hernando de Grijalva al

huantepec (Oaxaca), al mando de Die-

mando del San Lázaro. En el primero de

go Hurtado de Mendoza a bordo del San

e l l o s s e a m o t i n ó e l n av e g a n t e Fo r t ú n J i m é -

M a r c o s , a c o m p a ñ a d o p o r Ju a n d e M a z u e l a

nez Bertandoña, quien asesinó al capitán

en el San Miguel. En ese viaje se recono-

y enfiló rumbo al noroeste, llegando hasta

e 95


Diego Rivero, Carta universal, 1527, Biblioteca de Weimar, Mundus Novus. Insigne cosmógrafo portugués que adoptara a partir de 1519 la nacionalidad española y trabajase a las órdenes de Carlos V, a través de la Casa de Contratación de Sevilla; navegó hacia la India con Vasco de Gama, y usufructuó los datos de Juan Sebastián Elcano y Estevam Gómes. A él se deben dos cartas universales (1527 y 1529) que por primera vez en la historia del Occidente europeo registran con precisión científica, a partir de las latitudes, las geografías resultantes de los nuevos descubrimientos. Muere en 1533. Nótese que en ambas planimetrías brilla por su ausencia la islapenínsula de California, aunque se delinea la costa del Pacífico novohispano con bastante exactitud. Véase: Fernández Duro, Cesáreo: “Las cartas universales de Diego Ribero (siglo XVI)”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, Madrid, tomo 12 (abril, 1888), p.320325. Ambas cartografías también se conocieron como “Padrón Real o Padrón General”, más aún así operaban, pues representaban la carta oficial de navegación de la Corona española; y todo barco bajo esa bandera portaba un ejemplar para su consulta y diseño de ruta.

la península de Baja California, entonces

del San Lázaro, acompañado de las naves

c o n c e b i d a c o m o i s l a , a n c l a n d o e n A i ra -

Santa Águeda y Trinidad, saliendo del puer-

pí (La Paz), siendo el primer europeo en

to de Acapulco (Guerrero). La travesía per-

pisar estas tierras aunque se reconozca a

mitió recorrer el Golfo de California, tam-

Hernán Cortés como su “descubridor” for-

bién conocido después como Mar de Cortés,

mal, quien desató la leyenda de la abun-

en sus vertientes peninsular y continental,

dancia de perlas y por su codicia pereció a

levantado las cartografías correspondientes

manos de los indios pericúes. El segundo

y avizorar en su extremo norte la desem-

de ellos recorrió la costa y los litorales y

bocadura del río Colorado y por el tono de

av i s t ó p o r v e z p r i m e r a l a s i s l a s ( S o c o r r o ,

sus vertederos a esas agu as las llamaron Mar

Clarión, San Benedicto y Roca Partida)

Bermejo.

que recibirían el nombre de Revillagigedo,

En el terreno de la ficción anida el

e n h o n o r d e Ju a n V i c e n t e d e G ü e m e s P a -

nacimiento de esa realidad inquietante eti-

checo de Padilla y Horcasitas, II conde así

quetada como California. Las fuentes de la

conocido y que fuera virrey novohispano

designación no desvanecen la polémica. La

e n t r e 1 7 8 9 y 1 7 9 4.

diversidad de versiones comprende al parejo:

Te r c e ra e x p e d i c i ó n d e l 1 8 d e a b r i l d e

a) las hazañas de corte medievalizan-

1534, saliendo de Chametla (Sinaloa), con

te de un caballero and ante (Esplandián),

Hernán Cortés al frente en el buque San

ilusionado por refocilarse con “las amazo-

L á z a r o , a r r i b ó e l 3 d e m ay o d e 1 5 3 5 a u n a

nas”, súbditas de la reina Calafia en el te-

bahía que bautizó de la Santa Cruz, en la

rritorio insular conocido como California,

actualidad La Paz, Baja California. En el

particularmente rico en oro; ingrato con su

cumplimiento del delirio del conquistador

progenitor (Amadís de Gaula) como nos lo

extremeño lo acompañarían 113 peones y

recuerd a Miguel de Cer vantes: “no había de

40 con todo de a caballo, quienes sufrirían

valer al hijo la bond ad del padre”, de allí que

las inclemencias del sitio y terminarían

su destino a modo de libro terminase librán-

por abandonarlo, pues carecían de vitua-

dose en la hoguera que sana, redime y expía

llas y bastimentos para permanecer allí,

a Alonso Quijano;

amén de que el grupo colonizador de ade-

b) el lamento amoroso de Carlomagno

lantados no soportó el mando del encar-

(s. VIII) frente a la pérdid a de su sobrino,

gado en su ausencia, Francisco Ulloa. La

encargado de cubrir su retagu ardia en el re-

adversidad y las sospechas del virrey don

torno a Francia, tras no recibir las tropas

Antonio de Mendoza impusieron el regreso

frescas de respaldo de su aliado Al-Arabí,

d e l o s av e n t u r e r o s a l a N u e v a E s p a ñ a .

señor de Zaragoza, en su desmedido afán

Cuarta expedición del 8 de julio de 15 39,

por derrocar a Abderramán I, cu ando en esa

comand ad a por Francisco de Ulloa a bordo

huíd a son sorprendidos por los vascos en el

e 96


desfiladero de Roncesvalles, donde son ven-

su His toria de la A ntig u a ó B a ja C a l i fo r n i a 3 , a

cidos y masacrados, y al expresar su dolor

fav o r de l m ism ísim o H er ná n C o r tés a l a fi r-

en la estrofa CCIX de la Canción de Rolando,

m ar q ue e l m atr ic ula d o en l a Uni ver s i d a d

el autor anónimo en la voz del emperador enlista a sus enemigos, y destaca de aquellos

no, portugués, alemán e inglés. Regresó a Puebla para continuar su aprendizaje de los filósofos críticos y modernos: Descartes, Leibniz, Newton, entre otros. Tiempo después se trasladaría a la ciudad de México, donde continuó estudiando en el Colegio de San Pedro y San Pablo, lugar en el que conviviría con José Rafael Campoy, Andrés Cavo, Francisco Javier Alegre, Juan Luis Maneiro y Pedro José Márquez. Fue prefecto del Colegio de San Ildefonso. La expulsión de los dominios españoles de los jesuitas, decretada por Carlos III en 1767, se cumpliría en febrero de 1768 y tan ilustre pensador, junto con lo mejor de los humanistas de su generación, se exiliaría en Italia, donde moriría. Entre sus obras sobresalen: Historia de la Antigua o Baja California en cuatro tomos; Diálogo entre Filaletes y Paeófilo; Historia antigua de México; De las colonias de los tlaxcaltecas; Breve descripción de la Provincia de México en el año 1767; Physica particularis, e Historia de California. 3 Méjico, Imprenta de Juan R. Navarro, editor, 1852, obra póstuma del padre Francisco Javier Clavijero, de la Compañía de Jesús, traducida del italiano por el presbítero don Nicolás García de San Vicente, p.1.

situ ados en África a los de “Califerne”, hipotéticamente situ ados al norte de ese continente, en eso que conocemos con la voz Magreb, para rematar : “Y así, todos los días mis penas y sufrimientos arderán como fuego que se extiende...”; c) l a r ebusc ad a atr ib uc ió n f ilo ló gic a q ue o f r ece F r a n c isc o Xav ie r C lav ij e r o 2 , e n 2 (Veracruz, 1731-Bolonia, 1787). Sus primeros estudios los realizó en Puebla, primero en el Colegio de San Jerónimo, gramática; y después en el Colegio de San Ignacio, latín, filosofía y teología; al asumir su vocación religiosa, decidió sumarse al noviciado jesuita en Tepotzotlán, donde perfeccionó su conocimiento del latín y sumó el manejo de distintas lenguas: griego, francés, italia-

e 97


Diego Rivero, Carta universal, 1529, Biblioteca Apostólica Vaticana, Propagand a Map.

de S a l a m a n ca s er ía e l o r ige n de l té r m in o ,

A este mínimo censo de desvaríos y ar-

cu a n do a l des emb ar c ar e n tie r r as tan c áli-

gumentos seductores en la nominación de

d a s n o pudo m á s q ue r e c ur r ir a un latin is-

un espacio, habría que añadir la quimera del

m o pa r a ca l i f i ca r dic h o c lim a:

marqués del Valle de Oaxaca, pues ya en la

El nombre de California fue puesto en el

Cuarta Carta de Relación 4 , fechad a el 15 de

principio á un solo puerto; pero después se fue ha-

octubre de 1524, transmite y compromete al

ciendo extensivo á toda la península, y aun algu-

invicto césar español Carolus V, la versión

nos geógrafos se han tomado la libertad de com-

de su oficial informante:

prender bajo esta denominación el Nuevo-Méjico,

Y e ntre la re lació n qu e d e a qu e l l a s p r o-

el país de los apaches y otras regiones setentriona-

vincias hizo, trajo nu e v a d e u n m u y b u e n p u e r-

les muy distantes de la verdadera California y no

to q u e e n aq u e lla cos ta s e h a b í a h a l l a d o , d e qu e

pertenecientes á ella. La etimología de este nom-

holgu é mu cho, porq u e ha y p o c o s y a s i m i s m o m e

bre no se sabe; pero se cree que el conquistador

trajo re lación de los s e ñ o r es d e l a p r o vi n c i a d e

Cortés, que preciaba de latino, llamaría al puerto

Cigu atán s e af irman m u c h o d e h a b e r u n a i s l a

adonde abordó Callida fornax, á causa del mucho

toda poblada de mu je r es s i n va r ó n a l g u n o , y

calor que allí sintió, y que ó él mismo ú otro de los

q u e e n cie rtos tie mpos va n d e l a t i e r ra f i r m e

que lo acompañaban, formaría con aquellas voces

hombres con los cu ales h a n a c c es o , y l a s qu e

el nombre de California: si esta conjetura no es verdadera, es al menos verosímil.

4 Fuente: http://www.inep.org/content/view/1908/91/

e 98


que dan p r e ñadas , s i pare n mu je res las gu ar -

de indicadores numéricos formales: latitu-

dan, y s i h om b r es , los e chan de s u compañía; y

des y longitudes, facilita la administración

que es ta isla est á a die z jornadas de es ta pro-

del espacio, la gestión del tiempo. El orbe

v inc ia y que m uc hos de e llos han ido allá y la

terrestre metamorfoseado en icono permite

h an v isto. Díc e nm e q u e es mu y rica de pe rlas y

y alienta su tratamiento objetivo; es un ser

or o; yo t rab aj ar é , e n te nie ndo apare jo, de s a-

allí (el dasein heideg geriano) en espera del

b e r la v e rdad y hace r de e llo larga re lación a

sujeto que lo reclame o se lo apropie. Así,

Vues t ra Maj estad .

la geografía y su instrumento descriptivo, la

Qued a claro que la España de la era de

cartografía, se erigirá en arsenal de la polí-

los descubrimientos lejos está de ser con-

tica, que desde finales del siglo XV y hasta

temporánea de su tiempo: se rehúsa a asu-

mediados del siglo XX, con la Segund a Gue-

mir el espíritu renacentista y hace gala de su

rra Mundial, se dirimirá en los siete mares

afición y deleite por adivinaciones, magias

del planeta.

y encantamientos. Es hija ignorante, jus-

Po c o a p o c o lo s e s p ej i s mo s s e d es va ne-

to, de las novelas de caballerías. Pese a la

c e n , las f ic c io n e s de lu j o s ex tr a o r d i na r i o s a l

formación intelectu al que se le atribuye al

alc an c e de la m an o c e d en s u s i ti a l a l a má s

conquistador, emerge con violencia la sospe-

h um ilde , p e r o e xige n te, r ea l i d a d ; es a qu e

cha de su peculiar tono crédulo, que también

so lo c o n fía e n e l tr aba j o co mo p r i nci p i o d e

hace las veces de pátina en la cobertura de

la r iq ue z a. E n e sta mi s ma med i d a , C a l i fo r-

su ambición y voracid ad desmedid as. ¿Igno-

n ia p ie r de su c alid ad d e i s l a a d qu i r i end o s u

rancia y fanatismo, reales ó cálculo y timo,

p e r f il de p e n ín sula; l a ca r to g r a fí a eu r o p ea

conscientes? Lo que se ve no se juzga, afirma

d ar á f ie l y p r e c iso tes ti mo ni o d e es te d o-

la sentencia popular, y lo hace con razón,

b le p r o c e so : de r e c o n o ci mi ento g eo g r á fi co

pues de lo que deviene imposible dud ar con

y de c o n str uc c ió n p l a ni métr i ca , a g r eg á n-

tal hombre de letras y de armas es de su con-

do se un a dim e n sió n a d i ci o na l : l a d e s er es-

dición de “empresario” y “ valeroso explo-

c e n ar io p o lític o y c o m er ci a l . C o mo b o to nes

rador 5 ” que en la expansión de la frontera

de m ue str a se tie n e n l a s ca r ta s u ni ver s a l es

encuentra –quizá– su único credo, y en el

15 2 7 y 15 29 de D ie go R i b er o qu e a r ti cu l a n

lucro, su devoción íntima.

to do tip o de in fo r m aci ó n: vi ento s , ma r ea s ,

Representar al mundo es ya una forma

p r o fun did ade s,

ac c i d entes

o r o g r á fi co s ,

de domeñarlo. Descifrar las distancias en-

fr o n te r as n ac io n ale s y z o na s d e i nfl u enci a ,

tre distintos puntos identificables, a través

h asta la e xp r e sió n v i s u a l d e i ns tr u mento s j ur ídic o s q ue n o r m an y ecu a l i z a n l o s i nter e se s de las p o te n c ias en co mp etenci a , p o r

5 Véase: Borah, Woodrow: “Hernán Cortés y sus intereses marítimos en el Pacífico, Perú y la Baja California”, en Estudios de Historia Novohispana, México, UNAM, 2009, 18pp. Versión electrónica: www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn04/EHN00401.pdf

c aso , e l Tr atado de To r d es i l l a s entr e E s p a ña y Po r tugal, r e sp e c to d el a r chi p i él a g o fi l i p i-

e 99


n o , f a ci l i t a n do su “asign ac ió n ”. Allí e stán

Hab sb ur go , tie n e luga r u n enfr enta mi ento

t a m bi én pa r a v a lid ar lo o tr as c ar tas e sp lé n-

p r o duc tiv o e n tr e lo s co s mó g r a fo s ca tó l i co s

di d a s co m o l a A me rica s ive novi orbis , nova

( lo s f lam e n c o s de lo s P a í s es B a j o s d el S u r ) y

desc r ip t io ( A m be r e s, 1 5 9 5 ) de Or te lius, A.

lo s c ar tó gr afo s p r o te sta ntes (l o s ho l a nd es es

y l a A m e r ic a novite r de line ata ( Am ste r d am ,

de las Pr o v in c ias Un id a s d el N o r te).

6

1 632 ) de M er ca to r, G. / C lo p p e n b ur g , J.

A t i s b a m o s u n t r á n s i t o : d e l a i nv e n -

E. , q ue a dem á s m an if ie stan q ue de n tr o de

ción (literaria, mítica) a la materialidad

un m i s m o i m per io , e l de lo s Austr ias o lo s

(científica, racional), que permite a los protagonistas de la época intervenir en el

6 Ambos planos son representados por Paulus Swaen old Map auction and galleries, especialista en mapas, estampas antiguas, planisferios (globos), atlas y libros de viajes; Ortelius (Lote 33455) y Mercator/Cloppenburg (Lote 32284).

territorio y controlar los recursos de la naturaleza, gradualmente y a despecho de

e 100


Ortelius c , A., America s ive novi orbis, nova descriptio, 1595, Amberes.

los pobladores originales (pericúes, grupo

apuntar y fundamentar la condición ex-

guaicura: coras y aripes), quienes ya des-

cepcional del supliciado, a grado tal que

de la segunda mitad del siglo XVIII estarán

su “ vida” le haría merecedor de semejante

étnica y lingüísticamente extintos. Pueblos

“ b i e n av e n t u r a n z a ”.

c. Cartógrafo y cosmógrafo flamenco (15271598), activo en Amberes, conocido en su tiempo como “el Ptolomeo del siglo XVI”, fue el creador de uno de los primeros atlas modernos que vinculaban el texto descriptivo con su imagen de referencia: Theatrum orbis terrarum (1570; 70 mapas; Amberes, Gillis Coppens van Dienst), que inspiró su complemento la obra en seis volúmenes Civitates orbis terrarum (1572-1617; 546 vistas y planos; Colonia, Georg Braun, editor ; Franz Hogenberg , grabador), dedicad a a vistas de las urbes del mundo conocido. A partir de 1575 trabajó a las órdenes de Felipe II, en calid ad de geógrafo real.

cazadores

(pescadores)

y

recolectores,

Despertar tardío, puesto que cuando

ajenos a la agricultura, que se rebelarán de

entraron en vigor las reformas borbónicas,

modo especial contra la conquista jesui-

comenzando con la expulsión de los jesui-

ta y el establecimiento de sus misiones: la

tas del orbe hispánico 8 (1767), efectiva en

p r i m e r a , C o n c h ó e n 1 69 7; p o s t e r i o r m e n t e ,

el caso novohispano hasta 1768, casi habían

A i r a p í , 1 7 2 0 ; A ñ i ñ í , 1 7 24 ; y A ñ u i t í , 1 7 3 0 .

desaparecido los naturales. Lo cual hace to-

Recuérdese que la misión de San Bruno,

davía más incomprensible su pacifismo. A pe-

establecida cerca de la actual Loreto en

sar de ello, los hijos de San Ignacio de Loyola

1683 por Eusebio Francisco Kino, tendría

se cebaban en documentar los aislados casos

una existencia casi efímera, pues la sequía

de violencia, convirtiendo un par de golon-

de 1685 destruyó las cosechas, imposibili-

drinas en verano. En este sentido, a media-

tando con ello la estancia de los escasos re-

dos de esa centuria, que en algunos lados se

sidentes; empezaría así la labor evangélica

resistió a ser de las luces y la ilustración co-

del sacerdote jesuita de origen italiano en

mo en el orbe hispánico, se publicaba la obra

la Pimería Alta de Sonora y Arizona. La

de Venegas, Miguel: Noticias de la California y

reacción indígena irrumpe el 1 de octubre

de su conquista temporal y espiritual 9, Madrid,

de 1734 en Santiago Añiñí con el asesinato

Imprenta de la Viuda de Manuel Fernández

del cholulteca Lorenzo Carranco y un par

y del Supremo Consejo de la Inquisición,

d e d í a s d e s p u é s c o n e l d e l s e v i l l a n o Jav i e r

1757, (3 tomos), que incluía una viñeta que

N i c o l á s Ta m a r a l ( 1 6 8 7 ) e n S a n Jo s é d e l

certificaba el suplicio del jesuita mexicano,

Cabo Añuití. Difícil por no aseverar que

mediante dudosa solución plástica y exacer-

imposible la calificación de “martirio” a

bando la glorificación del dolor propia del

estos casos; ya que siguiendo la precepti-

catolicismo.

va eclesiástica el asesinato de un misionero tan solo era martirio en el momento en

8 Aludo a la Pragmática sanción de su Magestad en fuerza de ley para el estrañamiento de estos Reynos a los Regulares de la Compañía, ocupación de sus Temporalidades, y prohibición de su restablecimiento en tiempo alguno, con las demás prevenciones que expresa, medida de Carlos III del 2 de abril de 1767 que afectaba a 6 mil religiosos, además de formalizar la confiscación de sus bienes. Esta política ya había sido operada previamente por Portugal (1759) y Francia (1763). Incluso el papa Clemente XIV decretaría su supresión el 21 de julio de 1773 con la bula Dominus ac Redemptor. Pío VII la restablecería en 1813.

que para los indios era clara la diferencia entre los fines de los religiosos y los de los s e c u l a r e s 7, p o r n o i n s i s t i r e n q u e t a n g r a ve contingencia tendría forzosamente que 7 Consúltese: Del Valle, Ivonne: Escribiendo desde los márgenes. Colonialismo y jesuitas en el siglo XVIII, México, Siglo XXI Editores, 2009, p. 157 y ss.

e 101


Por alguna exótica razón, el historia-

II sierra de la laguna: isla de vegetación y fauna

dor de Halicarnaso o en su defecto el editor

De las tropas que fueron destacadas contra los

alejandrino de su obra, adscribe cad a uno

amonios, lo que de cierto se sabe es que partieron

de sus libros a una musa; correspondién-

de Tebas y fueron conducidas por sus guías has-

dole al tercero la protección de Talía, una

ta la ciudad de Oasis, colonia habitada, según se

de dos inspiraciones dedicad as al teatro, en

dice, por los Samios de la Fila Escrionia, distante

este caso a la comedia y la poesía bucólica

de Tebas siete jornadas, siempre por arenales, y

o pastoril. Tan su ave patrocinio no se ajus-

situada en una región a la cual llaman los griegos

ta al tópico considerado, pues se trata na-

en su idioma Isla de los Bienaventurados. Heródoto 10 : Los nueve libros de la historia, III, XXVI.

2) inaugura el género del conocimiento del pasado en prosa, sin recurrir a las veleidades de la poesía, aunque bien se encarga de citar a destacadísimos vates: Homero, Museo, Bacis, Olén, Aristeas, Arquíloco, Esopo, Solón, Alceo, Safo, Laso, Simónides de Ceos, Frínico, Esquilo, Píndaro y Anacreonte; 3) dedica cada uno de sus nueve libros a una musa en particular: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope; 4) recurre a fuentes escritas y orales, los testimonios de quienes participaron en los hechos que narra y explica, sin importar su calidad de vencedores o vencidos; 5) establece las bases del análisis civilizacional o cultural comparado, pues planteándose como tema las Guerras Médicas de principios del siglo V a. C., desmenuza la historia, etnografía y geografía de su tiempo, y en especial la vinculada a los griegos y los persas; y 6) crítico de las tradiciones míticas y de las abstracciones, prefiere un estilo llano basado en hechos.

9 La obra forma parte de la colección de la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, Ciudad de México. Originalmente se trató de un manuscrito (1739), al que se le adicionaron algunos mapas particulares y uno general sobre la América Septentrional, Asia Oriental y Mar del Sur Intermedio, para la versión impresa de 1757. La Universidad de Alberta, Canadá, ha patrocinado su digitalización; y la obra puede ser consultada en: http://www.archive.org/details/cihm_18688 10 Originario de Halicarnaso, fatigó su existencia entre el 484 y el 425 a. C. A partir de Cicerón en su De legibus será conocido y reconocido como el padre de la historiografía. Los nueve libros de la historia presenta varias novedades frente a sus predecesores y sus contemporáneos: 1) es la primer obra a gran escala que evade el cerco anecdótico, para describir el mundo de la antigüedad;

e 102


d a menos que de la conquista de Egipto por

beber), una especie de paraíso, tratándose

Cambises, el hijo del fund ador de la dinas-

de su locación geográfica: el desierto.

tía aqueménid a y conquistador de Babilonia,

En su vasted ad y singularid ad climáti-

Ciro II el Grande. Y será en este paisaje, la

ca, la Sierra de la Laguna evoca al griego,

exploración de las Guerras Médicas, cu ando

lo trae a cuento, pues siendo una isla de ve-

el Occidente europeo tome nota del uso de la

getación, espacio de vitalid ad acendrad a, no

voz “oasis” por ocasión primera. A diferen-

puede uno menos que pensar en un oasis, en

cia del término “edén” que significa “estepa

ese paraíso que de tan hermoso y generoso

árid a” sin importar su origen filológico, ya

siembra la sospecha de su veracid ad y se nos

sea acadio, hebreo o sumerio; oas is viene del

suele imponer a modo de espejismo: grato

copto y refiere a un lugar que cuenta con re-

y apacible jardín anclado en un infierno de

fugio (ueh: techo, casa, sombra) y agu a (saa,

arena y roca. Sus 112 ,437 hectáreas alojan al

e 103


Mercator d , G./ Cloppenburg e , J. E., America noviter delineata, 1632 , Amsterd am.

solitario bosque de pino-encino de Baja Ca-

vertiente del Pacífico) 12 . La zona cuenta con

lifornia Sur (encino negro, pino piñonero,

nueve cuencas hidrológicas. Su personalid ad

madroño y sotol) y a la única selva baja ca-

medioambiental es la del refugio. A pesar de

ducifolia de tod a la península; albergando a

que se distingue por su estabilid ad y grado

d . Matemático y geógrafo flamenco (1512-1594), que estudió en Lovaina y formó parte de la corte de Carlos V; por su fe protestante buscaría refugio en Alemania desde 1552 . Creador de la proyección cartográfica cilíndrica (1569) que favorecía el trazo de las rutas de navegación como líneas rectas; y constructor de los primeros globos terráqueos. Destaca su Atlas Sive Cosmographicae Meditationes De Fabrica Mvndi Et Fabricati Figur (1595). e Ya muerto Gerhard Mercator, este editor se dedicó a continu ar imprimiendo con grabados de Pieter Van Der Keene, en distintas lengu as, el Atlas Minor, en principio los mapas aparecieron en francés (1630), y un par de años después se tiró la edición con texto latino; su formato es mayor al original.

694 plantas vasculares, 86 de ellas endémi-

de conser vación, d ad a su riqueza y diver-

cas; además de 108 especies de artrópodos,

sid ad constituye una priorid ad en materia

2 de anfibios, 27 de reptiles, 74 de aves y 30

de protección ecológica 13 . En un bosquejo a

de mamíferos 11 . Inconsciente de ello, Heró-

vuela pluma estas serían sus características

doto acertó una vez más: entorno cuya de-

básicas. Por si fuera poco, el 67% de la po-

signación no podría ser distinta a Isla de los

blación de Baja California Sur se beneficia

Bienaventurados o Isla de los Afortunados:

de su carácter regulador, ubicándose en su

el oasis de la Sierra de la Laguna.

zona de influencia.

Macizo montañoso de relieve intenso y

De vuelta a la historia habrá que recor-

diferenciado entre sus vertientes: más su ave

d ar que más allá de las cu atro expediciones

hacia el Golfo y más escarpado hacia el Pa-

organizad as por Hernán Cortés, fallid as en

cífico. Su naturaleza granítica presenta una

tanto fracasaron en su intento por estable-

morfología marcad a por cañones de notoria

cer colonias en la península, tendrían que

profundid ad , orientados este-oeste, que en-

caer muchos años para que se contase con

cauzan arroyos de baja intensid ad que sue-

un levantamiento más exacto de los litorales

len interrumpirse. El conjunto integra cu a-

de la península y esto ocurrió gracias a la

tro serranías: La Victoria, San Lázaro, San Lorenzo y La Laguna que lo bautiza; y siete

12 Revísese: http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/regionalizacion/doctos/rtp_001.pdf, para una información de carácter científico más consistente. 13 Pese a ello existen distintas amenazas que podrían vulnerar a esta área natural protegida; entre ellas: 1) Pérdida en el conocimiento del manejo de los recursos naturales, atribuido esto a la migración de las poblaciones nativas con la consecuente pérdida del conocimiento en el uso y manejo sostenido de los recursos naturales. Estas poblaciones son sustituidas por personas ajenas, sin un conocimiento pleno en el uso y manejo de estos recursos; 2) La ganadería extensiva amenaza el mantenimiento de los procesos naturales de renovación de la cubierta vegetal; 3) La pérdida de renuevos y semillas a causa del pastoreo extensivo y altas concentraciones de ganado feral; 4) Incendios cíclicos que se presentan en periodos de treinta años, siendo devastadores cuando ocurren; 5) Desmontes causados por actividades productivas, particularmente en la zona de influencia; 6) Posibles explotaciones mineras a cielo abierto, que aunque no se llevan a cabo, representarían una verdadera amenaza dado el potencial de la zona; y 7) La tala selectiva que se realiza en forma ilegal elimina especies vegetales de mayor uso, por lo que algunas de sus poblaciones se han visto sumamente reducidas.

cañones: San Dionisio, Gu ad alupe, San Jorge, Agu a Caliente y San Bernardo (en dirección norte-sur en la vertiente del Golfo), y Las Pilitas (Santa Inés) y La Burrera (en la

11 Por decreto presidencial del 6 de junio de 1994, es considerada Área Natural Protegida (ANP); su categoría de manejo corresponde a Reserva de la Biosfera, desde el 2000 está registrada en el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas y a partir de 2003 ingresa al programa Hombre y Biosfera de UNESCO. Sus coordenadas extremas son: Latitud N: 23° 19’ 48’’ a 23° 42’ 00’’; Longitud W: 109° 45’ 36’’ a 110° 11’ 24’’. Se extiende en los municipios de La Paz y de Los Cabos; siendo sus localidades de referencia: San José del Cabo, Todos Santos, Santiago y Miraflores. Para ejemplificar su calidad edénica vale tan solo registrar que el 53% de su superficie presenta un clima semiárido, templado, con temperatura anual promedio entre 12’ y 18’ y lluvias de verano del 5% al 10.2% anual.

e 104


expedición de Nicolás de Cardona, dilatad a

de perlas de California 14 hasta la península

travesía del periodo 1613-1623, que tiene por

de Yucatán 15 , mismos que prohijaron una

origen una encomiend a de Felipe III para la

serie magnífica de registros cartográficos,

explotación de la pesca de perlas en la cos-

levantados en acu arela y tinta, que arman

ta de California -siguen pues resonando los

el Manuscrito 2468 de la Biblioteca Nacio-

sueños de Esplandián-, antes a favor de Se-

nal de España; además de aspirar a ubicar

bastián Vizcaíno. La exploración contó con

los galeones perdidos de Luis Fernández de

tres fragatas construid as en Acapulco: San

Córdoba 16 . Empero, su pasión crematística,

Antonio, San Francisco y San Diego. Se cum-

en pos de los afamados bancos y ostiales de

plieron dos recorridos: desde las pesquerías

perlas, y buenas intenciones toparon pared

e 105


con las intrusiones de un grupo de piratas

Este mismo negociante seguía empe-

holandeses al mando de Joris van Spilbergen

cinado en negar la condición peninsular de

(1568-1620), protegido del príncipe Mauri-

Baja California. Así, en el Memorial 15 dirigi-

cio de Orange, y quien disponía de dos baje-

do a Felipe IV de 1633 insiste:

les fuertemente armados: el Groote Sonne y el

… e s de adv e r tir q ue e l d i cho r ei no d e l a C a-

Groote Mann. Será hasta 1632 cu ando docu-

lifo r n ia, e m p ie z a de l ca b o d e S a n L u ca s ,

mente su aventura, como ya mencionamos a

q ue e stá e n v e in te y tr es g r a d o s y med i o

detalle en el capítulo anterior, en el informe

de altur a, y v a c o r r ie nd o p o r el r u mb o d e

titulado: Descripciones geográf icas e hidrográf icas de muchas tierras y mares del norte y sur,

En el mapa aquí presentado sobresalen algunas denominaciones que afirman el carácter “no conocido” de esa geografía, atendiendo a su clasificación por letra: “G. La punta de la incógnita. H. La tierra de la California continuada. I. El Mar que pasa a la vuelta del norte”. De estos conceptos desprendo el título ficticio del plano reproducido. 15 La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes ofrece una versión en línea del documento, bajo el título Memorial del capitán Nicolás Cardona al Rey, sobre sus descubrimientos y servicios en la California.

en las Indias, en especial del descubrimiento del Reino de California 14 . Nicolás de Cardona, La tierra de la California y la incógnita de la contracosta, 1632 .

14 Se dispone de una espléndida edición fascimilar bajo el sello de Turner, Madrid, 1989, antecedida por un estudio de Pilar Hernández Aparicio. Los planos destacan por su belleza y precisión. El documento tiene 175h., y su formato es apaisado (18x28 cms.).

e 106


n o r ues t e s ues t e p o r la p ar te de afue r a de l

c uy o s d ato s p e r m itie ro n qu e el co s mó g r a fo

di ch o ca bo , h a sta c u ar e n ta y c u atr o gr a-

r e al E n r ic o Mar tín e z hi ci er a l o s má s a ti n -

do s ; y po r l a ban d a de de n tr o , q ue c o r r e

ge n te s p lan o s de la c o s ta ca l i fo r ni a na , d e-

de n o r n o r ues t e, susudue ste h asta tr e in ta y

fin ie n do su to p o n im ia qu e s e co ns er va ca s i

cu a t r o g r a do s , que e s la p ar te q ue e l dic h o

sin alte r ac io n e s h asta nu es tr o s d í a s . To d o

ca pi t á n t i en e r ec o n o c ido , q ue c o n fo r m e la

e llo a p e sar de las c o m u ni ca ci o nes fa nta s i o-

cuen t a m a t em á t i c a, so n m ás de se isc ie n tas

sas q ue un o de lo s tr e s ca r mel i ta s d es ca l z o s

l eg u a s . Es i s l a , aun q ue algun o s h an q ue-

q ue f o r m ar a p ar te de l a b a ti d a g eo g r á fi ca ,

r i do a f i r m a r s er Tie r r a Fir m e ; m as la m ás

fr ay An to n io de la Ascens i ó n, l e r emi ti es e a

ci er t a o pi n i ó n es la dic h a, c o m o lo r e f ie r e

Fe lip e III, e xh o r tán d o l o a co l o ni z a r C a b o

el pa dr e f r ay A n to n io de la Asc e n sió n , c ar-

San L uc as p ar a de sde a l l í l o ca l i z a r l a r u-

m el i t a des ca l z o , c o sm ó gr af o , q ue fue a la

ta h ac ia e l e str e c h o d e A ni á n, d es d e d o nd e

jo r n a d a q ue s e h iz o e n tie m p o de l c o n de de

sup ue stam e n te p o dr ía n d es p l a z a r s e en d i-

M o n t er r ey, po r l a p ar te de fue r a de la dic h a

r e c to lo s gale o n e s p r o ced entes d e M a ni l a y

C a l i f o r n i a , po r que p o r la de de n tr o , n o se

Pe r ú r um b o a E sp añ a. S emej a nte co nfu s i ó n,

s a be q ue o t r o l a h ay a b o j e ado , sin o e l dic h o

ac aso de lir io , r e p o sab a en l a co nvi cci ó n d e

ca pi t á n N i co l á s de C ar do n a, h asta e l dic h o

q ue C alif o r n ia e r a un a i nmens a i s l a en cu yo

pa r a je de t r ei n t a y c u atr o gr ado s.

e xtr e m o n o r te se lo c a l i z a b a el menci o na d o

Antes zarparon y fallaron las dos ex-

e str e c h o , de c o n f o r mi d a d co n l a na r r a ci ó n

pediciones de Sebastián Vizcaíno (1596 sa-

q ue le h ab ían h e c h o los i nd i o s d e S a n Di eg o .

liendo de Acapulco rumbo a Cabo San Lucas;

A la le tr a so ste n ía:

1602 partiendo de Acapulco y llegando a San

La gente de la cual nos hablaron los indios

José del Cabo), d ato curioso digno de con-

pudieran ser extranjeros, holandeses o in-

signar es que, durante la primera travesía,

gleses, que han hecho el viaje por el Estre-

cu ando arribaron a la Bahía de Santa Cruz y

cho de Anián y pudiera haberse asentado

desembarcaron, fueron bien acogidos por los

en la otra costa de esta isla que da al Mar

indios, razón por la cu al este inquieto hom-

Mediterráneo de California. Puesto que...

bre de mar y de negocios decidió cambiar el

es angosto,...puede ser que el otro mar esté

nombre del puerto por el de La Paz.

c e r c a d e e s e l u g a r. . . e s p r o b a b l e q u e t e n g a n

A l m en o s l a siguie n te e xp lo r ac ió n te n-

grandes intereses y beneficios allí, pues-

dr í a a l g ún r es ul tado p o sitiv o , p ue s d ad a la

t o q u e s u v i a j e e s t a n l a r g o y d i f í c i l . Au n

i n s t r ucci ó n r eg ia de r e c o r r e r la c o sta de s-

así, es cierto que pasando por el Estrecho

de C a bo S a n Lu c as Hasta C ab o Me n do c in o

de Anián y llegando a su tierra por esa la-

y h a cer l o s l evan tam ie n to s c ar to gr áfic o s

titud, su viaje es únicamente la mitad del

r es pect i v o s , el p ilo to Je r ó n im o Mar tín o

q u e s e h a g a d e l p u e r t o d e S a n Ju a n d e U l ú a

M a r t í n ez de Pa lac io s e lab o r ó un in f o r m e

a España...para expulsar de allí a tan pe-

e 107


ligrosos enemigos y que no contaminen a

E ste de satin o y si g no d e l o cu r a l e i m-

los indios con sus sectas y libertad de con-

p uso , al m e n o s, un centena r d e a ño s d e

ciencia, de lo cual seguirá gran daño a sus

atr aso a la c ar to gr af í a hi s p á ni ca fr ente a

a l m a s 16.

sus r iv ale s e ur o p e o s. Ta l vez l o qu e s í hiz o a su p e sar la c ade n a d e er r o r es fu e, p o r

16 Viaje del nuevo descubrimiento que se hizo en la nueva España por la mar del Sur, dese el puerto de Acapulco, hasta el cabo Mendocino,…en el año 1602. Siendo General de la Armada Sebastián Vizcaíno. Compuesto por el P. Fr. Antonio de la Ascensión, Religioso Descalzo de N.a S.a del Carmen, tomado de Zdenek, J. W.: “Fray Antonio de la Ascensión, cronista olvidado de California”, en Bulletin Hispanique, Bordeaux, 1970, volumen 72, número 3-4, p. 277-291.

añ adidur a b íb lic a, p r o teg er el med i o a mb ie n te de la p e n ín sul a y d e mo d o es p eci a l e l e c o siste m a de la Si er r a d e l a L a g u na . E n la m e did a e n q ue lo s co nqu i s ta d o r es , a l o lar go de c e r c a de do s ci ento s a ño s , centr a-

e 108


Johannes Natalius Metellus f , Granata Nova Et California, 1598, Colonia.

r o n s u av i dez en e l n e go c io de las p e r las, e l

Su fuerza incontenible y esa suerte de devo-

o r o y el á m ba r, n o p r e star o n ate n c ió n a sus

ción que impone atraviesa el poema del mis-

a ut én t i co s t es o r os.

mo nombre de Rafael Morales 17 :

En el pa s a do , la ign o r an c ia y la de sidia

Humanista francés cuyo nombre verd adero fue Jean Matal; falleció en 1597. Como cartógrafo estuvo activo en Lovaina y Colonia. Este mapa forma parte de la edición alemana del De Natura Nova Orbis (1581) de Joseph de Acosta (1540-1600), jesuita que fuera calificado por Benito Jerónimo Feijoo en su Teatro crítico universal como “el Plinio del Nuevo Mundo”, más conocido por su Historia natural y moral de las Indias (Sevilla, 1590). Sin lugar a dud as, es una de las primeras representaciones de California como península y ya no como isla; además de centrarse en esta región geográfica, ya no integrad a a un atlas, un mapamundi o, al menos, una planimetría continental.

Qué silencio tan grande el de este campo,

ev i t a r o n f en eci e r a tan n o tab le p atr im o n io

qué vastas y dormid as soled ades,

n a t ur a l . En el p r e se n te , e l c o n o c im ie n to y

qué inmensid ad vacía,

l a r es po n s a bi l i d a d p r e se r v ar án lo s m é r ito s

qué tremend a tristeza derramad a por los

ún i co s e i r r epet ib le s de l o asis de la Sie r r a

aires, la sierra se derrumba lentamente

de La La g un a . Pr ue b a de e llo e s e l tr ib uto

sobre la mansa angustia de los valles

es t a m pa do q ue le r in de n Gab r ie l Mac o te la

que elevan puros, asombrados, ciegos,

y Ju a n I g n a ci o Gallar do L ar r e a: f ab r ic an-

el encendido grito de los árboles,

do bel l ez a , h a l l a n do e q uilib r io , ap o r tan do

el cielo es plomo gris que se derrumba

i m a g i n a ci ó n . D e la o b se r v ac ió n e m b e le sa-

sobre el pavor silente del paisaje,

d a , s educi d a , n u e str o s ar tistas ur de n un a

es un inmenso buitre hambriento y sordo,

t r a m a g r á f i ca q u e m ue str a las c o m p le j id a-

un infinito dios amenazante.

des y l o s s ecr et o s de un a m o r f o lo gía ata-

Ante la desmesura del oasis, amén.

v i a d a co n un m an to de p ie dr as y un a tún i17 Poeta español nacido en Talavera de la Reina, Toledo, en 1919; falleció en Madrid en 2005. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid y en Literatura Portuguesa por la Universidad de Coimbra. Director del Aula de Literatura del Ateneo de Madrid y de la revista La Estafeta Literaria. Crítico literario en la revista Ateneo y en varios diarios españoles. Colaboró activamente en la sección de Filología y Literatura de la Enciclopedia de la Cultura Española. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1954. De su obra poética destacan: Poemas del toro (1943); El corazón y la tierra (1946); Los desterrados (1947); Canción sobre el asfalto (1954); La rueda y el viento (1971); El prado de las serpientes (1982), y Obra poética completa (1999).

ca v eg et a l , deco r ad a c o n se r e s v iv o s al p o r m ay o r : a n i m a l es y p lan tas q ue so n le gió n . O ch o i m pr es i o n e s a cliché c o n ge lan v istas es pecí f i ca s , es t r uc tur as c o n c r e tas, p o sib il i d a des de i n t er ve n c ió n p lástic a, e n c ar n an l a s et a pa s de un a b itác o r a: e l c e n so am o r o so de un a h er ed a d l lam ad a p aisaj e .

e 109


e 110


El territorio marítimo del Estado mexicano A p untes his tóri c os , j urí di c os y c a rtog rá f i c os Luis Ignacio Sáinz e

El Estado es el poder de ordenación territorial supremo y exclusivo. El Estado, como

cipios que la animan y regulan. Es así que

o r g a n i z a c i ó n p o l í t i c a te r r i to r i a l s o b e ra n a ,

nuestras distintas constituciones revelan, al

es creador supremo de las normas y tiene el

paso inexorable del tiempo, cómo los ciuda-

monopolio de poder de coacción física legítima. Es la conexión de los poderes sociales.

danos de esta forma política se conciben a sí

Herman Heller: Teoría del Estado (1934) .

mismos y cómo también pretenden concebir-

El territorio es elemento fund amen-

se. La Carta Magna cumple entonces un doble

tal para definir y entender qué es el

propósito: por un lado, ser ley fundamental

Estado, escenario natural de esa vo-

que regula la existencia de un Estado y una

luntad jurídica y política que denominamos

nación, estableciendo derechos y obligacio-

soberanía. Al paso del tiempo se ha modifi-

nes, tanto como definiendo términos y con-

cado el significado del espacio patrimonial,

diciones para el desarrollo de ese sujeto co-

trascendiendo la mera dimensión de la su-

lectivo llamado México; por otro, y a manera

perficie terrestre hasta incorporar, de modo

de faro filosófico, marcar el rumbo deseable

estratégico, el entorno marítimo adyacente

de lo que debe ser la nación para beneficio de

y atendiendo a la tridimensionalid ad del vo-

la sociedad que regula y para garantizar la

lumen, la bóved a aérea, así como el lecho y

mejor inserción del país en el mundo.

b

1

el subsuelo del mar territorial.

En este orden de ideas, la Constitu-

A casi dos siglos de vida independiente,

ción de 1917 dedicó su capítulo II a acotar

el proceso de formación del Estado mexica-

el significado de las partes integrantes de la

no ha modificado su organización y los prin-

federación y del territorio nacional. Específicamente en su artículo 42 , a través de seis

Johannes Natalius Metellus, Granata Nova Et California, 1598, Colonia.

1 Edición y prólogo de Gerhart Niemeyer, traducción de Luis Tobío, México, Fondo de Cultura Económica, tercera reimpresión, 2007, p.312-313.

fracciones, reconoce los componentes del espacio soberano. Está por demás reiterar que

e 111


a efecto de actu alizar los contenidos de esta

Este ordenamiento reglamentario de los

categoría en su dimensión material, ha si-

párrafos Cuarto, Quinto, Sexto y Octavo del

do objeto de reformas legislativas de fondo:

Artículo 27 Constitucional enuncia y explica

una, del 20 de enero de 1960 que acrecienta

las siguientes delimitaciones marítimas:

nuestra “territorialid ad” con la aceptación

1) El Mar Territorial con una anchura

de las cu atro convenciones de Ginebra sobre

de 12 millas náuticas (artículos 25-27);

derecho del mar (1958), con impacto en tod a

2) Las Agu as Marinas Interiores a par-

la red acción de esta norma y otra del 6 de

tir de las cu ales se mide el mar territorial,

octubre de 1986 con afectación única para su

siendo a saber : la parte norte del Golfo de

fracción V, haciendo explícitamente propia

California; las de las bahías internas; las

la regulación del derecho internacional en

de los puertos; las internas de los arrecifes;

materia de “las agu as de los mares territo-

y las de las desembocaduras o deltas de los

riales”, atendiendo su extensión y los térmi-

ríos, lagunas y estu arios comunicados per-

nos de su usufructo y tutela.

manente o intermitentemente con el mar

A la letra el precepto constitucional se-

(artículos 36- 40);

ñala: “El territorio nacional comprende: I. El

3) La Zona Contigu a se extiende a 24

de las partes integrantes de la Federación; II.

millas marinas contad as desde las líneas de

El de las islas, incluyendo los arrecifes y cayos

base a partir de las cu ales se mide la anchura

en los mares adyacentes; III. El de las islas de

del Mar Territorial (artículos 43- 45);

Guadalupe y las de Revillagigedo situadas en el

4) La Zona Económica Exclusiva (ZEE)

Océano Pacífico; IV. La plataforma continental

se extiende a 200 millas marinas contadas des-

y los zócalos submarinos de las islas, cayos y

de las líneas de base a partir de las cuales se

arrecifes; V. Las aguas de los mares territoria-

mide la anchura del Mar Territorial (artícu-

les en la extensión y términos que fija el Dere-

los 50-54); dividida en seis subprovincias, de

cho Internacional y las marítimas interiores;

acuerdo con sus características oceanográfi-

VI. El espacio situado sobre el territorio nacio-

cas: geológicas, biológicas, físicas y químicas:

nal, con la extensión y modalidades que esta-

“I. Baja California-Pacíf ico: está situ a-

blezca el propio Derecho Internacional”.

d a en la porción occidental de la Península

Otros preceptos de la Ley Fundamental

de Baja California. Esta zona está afectad a

tratan diversas expresiones y características

por la corriente de California, que es fría y

de nuestra noción del ámbito geográfico; pe-

de baja salinid ad , y se desplaza del noroeste

ro no será sino hasta la promulgación de la

al sureste, o sea paralelamente a la costa de

Ley Federal del Mar (8 de enero de 1986) que

la península.

el Estado cuente con un instrumento mucho

II. Golfo de Califo r n i a : es ta z o na es s e-

más idóneo para la identificación de los nive-

m ir r e str in gid a, e s de ci r, l a ci r cu l a ci ó n d el

les y texturas del propio territorio nacional.

agu a de n tr o de l go lf o no es mu y efecti va ;

e 112


Zona Económica Exclus iva y sus subprovincias. (Tomado de Agu ayo y Trápaga, op.cit. figura 34.)

l o s ca m bi o s o curr e n e n e l e xtr e m o sur de l

alto contenido de sedimentos provenientes

m i s m o , q ue r eci b e la in f lue n c ia de la c o-

del continente en esta zona. Por ello, tan-

r r i en t e de C a l i f o r n ia y de l Pac ífic o sur.

to la plataforma continental como el fondo

I I I . R e gión panámica de l O cé ano Pací-

oceánico están constituidos por lodos y are-

f ic o: es t á ubi ca d a e n la p o r c ió n m e r idio-

nas de composición variable.

n a l de n ues t r o país, e n e l Oc é an o Pac ífic o ,

V. Banco de Campeche: su límite occiden-

des de l a s i s l a s Re v illagige do h asta e l Go lfo

tal bisecta la porción sur del Golfo de Mé-

de Teh u a n t epec. Re c ib e la in flue n c ia de la

xico, y el oriental coincide con el borde de

C o r r i en t e Tr o pi c al E c u ato r ial de l Pac íf ic o

la plataforma marina calcárea de Yucatán,

o r i en t a l , q ue s e e xtie n de de sde las z o n as

hasta Isla Mujeres en el estado de Quintana

a l ed a ñ a s a l ecu ado r h asta e l e xtr e m o sur

Roo. Debido a la composición de la Penínsu-

del G o l f o de C a l if o r n ia.

la de Yucatán, los sedimentos marinos depo-

IV. Suroeste del Golfo de México: está de-

sitados en esta gran provincia son de carbo-

limitad a por el río Bravo al norte y el río

nato de calcio.

San Pedro al sur. Numerosos sistemas flu-

VI. Caribe mexicano: la zona está situ a-

viales descargan sus agu as, las que poseen un

d a en la porción oriental de la plataforma de

e 113


Expresión visu al del acuerdo ONU/1982 , en la Tercera Conferencia sobre la Ley del Mar (UNCLOS III), para el disfrute equitativo de los recursos marinos como patrimonio de la humanidad. Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania no se adhirieron. (Tomado de Agu ayo y Trápaga, op.cit. figura 37).

ZONA ECONÓM

ICA EXCLUSIVA

Nivel medio marin

o

Continente expuesto y Zona Litoral

Mar territorial

Zona contigua

Plataforma Continental Talud continental

24 Millas náuticas

Terraza abisal

200 Millas náuticas

Yucatán, y se extiende desde Isla Mujeres, al

las cu ales se mide la anchura del mar terri-

norte, hasta la zona limítrofe de México con

torial (artículos 62-65).

Belice. Debido a la poca afluencia de sedi-

Esta nueva forma de conceptu alizar

mentos continentales, la región se caracteri-

la soberanía nacional impacta sobremanera

za por el desarrollo de complejos arrecifales

los alcances del territorio nacional. México

de origen coralino, por lo que los sedimentos

abarca una extensión territorial de 1,964,375

marinos, producto de ellos, también son cal-

km2 , de los cu ales 1,959, 248 km2 son super-

cáreos” 2 ; y

ficie continental y 5,127 km2 son superficie

5) La Plataforma Continental e Insular

insular. A dicha extensión debe agregarse

(islas, cayos y arrecifes) que integra el lecho

la Zona Económica Exclusiva que abarca

y el subsuelo de las áreas submarinas que se

3,149,920 km2 , por lo que la superficie total

extienden más allá del mar territorial, y

del país asciende a 5,114, 295 km2 .

hasta una distancia de 200 millas marinas

Las cifras muestran el enorme reto de

contad as desde las líneas de base a partir de

protección, vigilancia y salvagu ard a que debe emprender la Secretaría de Marina en lo que respecta al territorio marítimo nacio-

2 Aguayo, Joaquín Eduardo y Trápaga, Roberto: Geodinámica de México y minerales del mar, México, Secretaría de Educación Pública, Fondo de Cultura Económica, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, colección La Ciencia para Todos, Núm. 141, 1996, 105 pp. Para conocer los detalles institucionales de la promoción gubernamental de este concepto territorial ampliado, véase: Rabasa, Emilio O.: “La Zona Económica Exclusiva (Artículo 27, Párrafo 8)”, en Ochenta años de vida constitucional en México, Serie G: Estudios Doctrinales, Núm. 194, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Cámara de Diputados LVII Legislatura, 1998, p. 555-566.

nal. Para dimensionar la complejid ad basta con detenerse, como mínimo ejemplo, en que México cuenta con 24 4 islas e islotes dentro de sus agu as territoriales. Las principales se encuentran en el Océano Pacífico y el Golfo de California, siendo la totalid ad de la extensión territorial insular de

e 114


Extensión territorial de México. Fuente: INEGI. Marco Geoestadístico Nacional 2005.

la República Mexicana de 5,127 km², repre-

denominad a Sond a de Campeche, de 30 km

sentando aproximad amente el 0. 26% de la

de largo por 7,5 km de ancho; además de Co-

extensión del país. La mayor parte de ellas

zumel e Isla Mujeres, en el Caribe mexicano,

están deshabitad as. Las principales son: isla

pertenecientes al Estado de Quintana Roo,

Tiburón, perteneciente al Estado de Sonora,

con una extensión de 47 km de largo por 15

ubicad a en el Golfo de Baja California con

km de ancho la primera y de 6 km de largo

una extensión de 52 km de largo por 30 km

por apenas 2 km de ancho la segund a.

de ancho. Le sigue la isla María Madre, bajo

Empero, como d ato curioso, la super-

jurisdicción del Estado de Nayarit, dentro

ficie de la Zona Económica Exclusiva con-

de las agu as del Océano Pacífico, de 2 2 km

tiene más de tres mil islas. La inmensa ma-

de ancho por 10 km de largo. Le sigue la is-

yoría de ellas bajo potestad federal, y tod as

la Gu ad alupe del Estado de Baja California,

resgu ard ad as por la Armad a de México. Reto

enclavad a también en el Océano Pacífico,

enorme que supone disponer de los recursos

que se extiende en 33 km de largo por 10 km

tecnológicos y científicos, materiales y de

de ancho. Desde la perspectiva económica

infraestructura, presupuestales y de capital

destacan isla del Carmen del Estado de Cam-

humano altamente calificado, oportunos y

peche, ubicad a dentro de las agu as del Golfo

suficientes. A ello debe agregarse la vigencia

de México, situ ad a estratégicamente en la

de un marco jurídico regulador, orgánico,

e 115


Mapa de MéxicoTemixtitan a , atribuido a Hernán Cortés, 1524, Nüremberg. a. Impresión de Fridericum Peypus, Nüremberg. La Carta fue traducid a del español al latín por Pietro Savorgnano. Se trata del primer mapa y plano de estilo europeo elaborado en México. Obsér vese que la parte que describe el Golfo está orientad a al sur y que la que muestra la Ciud ad está invertid a, siendo errores de origen. El título en latín de la edición de Nüremberg es Praeclara Ferdinandi Cortes ii de nova maris Oceani Hispania narratio, Sacratiss imo ac Invictiss imo Carolo

integral y sistemático, que facilite semejante

ros internacionales, criterios de desarrollo

Romanorum Imperatori

empresa. Como se podrá apreciar, los avan-

económico, defensa y promoción de la sobe-

Hispaniarum, Regi

ces en este rubro han sido notables, pero to-

ranía y blind aje geopolítico. En una pala-

Anno Domini M. D. XX

d avía exiguos. El impulsor más denod ado del

bra: segurid ad nacional. Su herencia, vasta

Petrum Savorgnanum

derecho del mar mexicano, don Jorge Casta-

y dilatad a, agu ard a aún un mayor perfeccio-

Foro Juliensem Reven.

ñed a Álvarez de la Rosa , así lo hizo notar a

namiento. Record arlo e intentar emularlo

Episco. Vienens is

lo largo de una vasta obra dedicad a a ello y

deviene útil en la actu alid ad si en verd ad

Secretarium ex Hispano

además de una gestión pública, en su calid ad

deseamos y estamos comprometidos con la

versa Anno Domini M.

de diplomático, que siempre persiguió que

intención última de que la Secretaría de Ma-

D. XXIIII. KL. Martii.

los intereses nacionales conciliasen, en su

rina esté en óptimas condiciones de cumplir

normativid ad y en la participación en los fo-

las responsabilid ades que le asigna la Carta

Semper Augusto,

transmisa; per Doctorem

3

D. Joan. de Revelles

idiomate in latinum

Y al f in; «Explicit secunda Cortes ii narratio

Magna y las leyes reglamentarias.

... Impressa in celebri civitate Norimberga.

3 Revísese: “Las reformas a los artículos 27, 42 y 48 constitucionales, relativas al dominio marítimo de la nación y al derecho internacional”, en El pensamiento jurídico de México en el derecho internacional, México, Colegio de Abogados de México, Porrúa, 1960, 229 pp. Consúltese además, Sepúlveda Amor, Bernardo: “Derecho del mar: Apuntes sobre el sistema legal mexicano”, en Foro Internacional, México, El Colegio de México, Centro de Estudios Internacionales, Vol. 13, Núm. 2 (50), octubre-diciembre, 1972, p. 232-271.

Conventui Imperiali pres idente Sereniss imo Ferdinando Hispaniarum Infante & Archiduce Austriae Sac. R. Imp. Locut. Generali Anno Dui. M. D. XXIIII. Quart: No.

Las

sobre

aquello

que comprendemos como territorio nacional han obedecido a factores diversos, atendiendo dos órdenes: las que derivan de un mayor arsenal científico y técnico para conocer mejor dicho espacio, incluyendo lo es-

e 116

transformaciones


Anónimo, Mapa de las Costas del Mar del Sur b , siglo XVI. b. Archivo General de la Nación (AGN), documento 5227. Mapoteca: cfr., AGIS, México, 518.

Mar. Per Fridericum Peypus Arthimes ius. Este notabilísimo documento ya había sido antologado por el sabio bibliófilo don Joaquín García Izcabalceta, pues forma parte de su Colección de Documentos para la Historia de México, magna obra impresa en 1858 y de la que existen numerosas ediciones (v.gr., la de Porrúa). Existe edición facsimilar publicad a por Condumex, México, 1980.

tipulado por el Derecho Internacional y las

del territorio, la cartografía, y en la defi-

que resultan de la alteración de las fronteras

nición de los elementos que la materializan.

patrias, motivo de enfrentamientos bélicos

Del conocimiento riguroso de la geografía 4

(Texas en 1836; Estados Unidos en 1847) y,

se desprende su defensa exitosa, amén de la

en menor medid a, de los acuerdos bilatera-

planeación de su racional explotación. Co-

les de fijación de límites con naciones ve-

rresponde ahora repasar las mod alid ades de

cinas (Gu atemala en 1882 y Belice en 1893,

representación del espacio soberano, a tra-

revisado en 1897). De esta manera, el patri-

vés de la cartografía histórica.

monio material de la nación es una realid ad

Resulta lamentable la ausencia de docu-

cambiante en términos históricos, por lo que

mentos indígenas anteriores al contacto con

la conceptu alización que se haga al respecto 4 Datos del propio INEGI indican Territorio Nacional:

exige también su reformulación permanente. Semejante revisión arranca antes de la existencia misma de lo que en la actu alid ad identificamos como México y, en consecuencia, espacio nacional soberano; poniéndose especial énfasis en la representación física

e 117


Lámina de Xillotepec, Matrícula de tributos c . Hacia 1522-1530. c. 16 hojas de papel amate, pintad as a ambos lados (29 x 42 cm.). Los encargados de elaborar los manuscritos podían ser hombres o mujeres de cu alquier clase social que se escogían desde muy jóvenes. Se les instruía en su lengu a y en el saber de su época y posteriormente se especializaban en algún tema. Se les llamaba tlacuilos, término que procede del verbo náhu atl tlacuiloa, porque escribían pintando. Sus escritos eran anónimos porque no firmaban sus documentos ni indicaban sus nombres, su producción pertenecía a la colectivid ad . Los manuscritos se gu ard aban en lugares llamados amoxcalliamoxtli, significa, “libro” y calli, “casa”. La posesión y manejo de los códices por la clase dirigente, señores y sacerdotes, aseguraba la conser vación y el control exclusivo de todo saber alcanzado, lo cu al contribuía a su afirmación en el poder. Escalante Gonzalbo, Pablo: (2010), Los códices mesoamericanos antes y después de la conquista española. Historia de un lenguaje pictográf ico, México, Fondo de Cultura

e 118


Económica, 2010, colección Antropología, 413 pp.; también, Galarza, Joaquín: “Los códices mexicanos”, en Arqueología Mexicana, México, tomo IV, número 23, 1997, enero-febrero, p.6-15.

los españoles de carácter planimétrico, que

mesoamericana dedicad a al actu al estado

sistematizados pudiesen estructurar un au-

de Guerrero, así como de códices que re-

téntico corpus; ejemplos existen, pero escasí-

gistraban la geografía mediante glifos que

simos, sobresaliendo los códices de tradición

abarcaban hasta Las Hibueras (la Honduras

mixteca: Nuttal, Bodley y Vindobonense 5 . De

contemporánea). Incluso, ambos reconocen

cualquier modo, se debe aceptar que varios

haber utilizado un mapa mexica que definía

de los manuscritos sobrevivientes a la incuria

la línea costera del Golfo de México. De he-

del tiempo y a la destrucción ibérica propor-

cho, la Historia verdadera de la conquista de la

cionan información territorial valiosa 6 . Pue-

Nueva España describe de qué manera Moc-

de decirse que la cartografía indígena previa

tezuma Xocoyotzin expuso al conquistador

a 1521 suele acertar en el levantamiento de

extremeño la dimensión de sus señoríos:

los accidentes orográficos y la relación que

“En un paño de henequén, pintados y seña-

establecen entre sí, aunque es poco precisa

lados muy al natural todos los ríos o ancones

en materia de orientación y distancias . Las

que había en la costa del Norte desde Panuco

rutas y los itinerarios posteriores o bien son

hasta Tabasco” 8 . En otro pasaje ofrece una

prehispánicos o coloniales de mano y concep-

pista adicional: “Después de haber muy bien

ción indígena ya incorporando en ambos ca-

entendido el intento de Cortés, le dieron un

sos anotaciones en castellano. Excepción de

dibujo de algodón tejido, en que pintaron

esta lógica lo representa el pliego impreso en

todo el camino que hay de Xilcalanco hasta

Alemania en 1524, atribuido a Hernán Cortés,

Noco y Nito, donde estaban los españoles y

que muestra un mapa del Golfo de México y

aún hasta Nicaragu a” 9.

7

un plano de Mexico-Tenochtitlan antes de

Los pictogramas mesoamericanos que

que la urbe mexica fuese devastada, de con-

involucran noticias de las regiones y las pro-

cepción estrictamente europea.

vincias, es decir el entorno natural y antro-

Aún así, tanto Hernán Cortés como el

pológico, subrayan los d atos fiscales o tribu-

sold ado-cronista Bernal Díaz del Castillo

tarios, la información económica (Códice de

mencionan que se sir vieron de cartografía

Cuauhtinchan, que describe el valle de Puebla teniendo por eje a Cholula), y las rutas o los

5 León-Portilla, Miguel: “Cartografía prehispánica e hispanoindígena de México” en Estudios de Cultura Náhuatl, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, Núm. 36, enero, 2005, p.185-197. 6 Contreras Servín, Carlos: “La cartografía indígena como testimonio de la identidad territorial de las culturas prehispánicas”, en Boletín de los Sistemas Nacionales Estadísticos y de Información Geográfica, México, INEGI, Vol. 2, Núm. 3, septiembre-diciembre, 2009, p.182-195. 7 Yoneda, Keiko. Los mapas de Cuauhtinchan y la historia cartográfica prehispánica, México, Archivo General de la Nación (AGN), 1981, p. 83 y ss.

itinerarios entre las sedes de los pueblos vasallos y aquellos otros gobernantes y en su caso de movilizaciones simbólicas, información política y cultural (Tira de

8 Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Vol. II, París, Librería de la Rosa, 1837, p.176. 9 Tomado de Contreras Servín, op.cit., p.184 (Díaz del Castillo, Bernal: Geograma, Buenos Aires, Núm. 2, 1967, sp.).

e 119


Abraham Ortelius, Hispania novae s ive magnae recens et vera descriptio, 1579, Amberes.

la peregrinación o Códice Boturini, que narra el

Los político-administrativos, como el Códice

mito del éxodo mexica desde Aztlán hasta la

Mendocino (hacia 1540); los de itinerarios,

fundación de Tenochtitlan en el lago de Tex-

como el ya mencionado Códice Boturini (2 2

coco). El sabio mexicano que fuera apasiona-

láminas de la primera mitad del siglo XVI);

do de los mapas antiguos, don Manuel Oroz-

y los urbanos, como la serie también aludid a

co y Berra, desarrolló una metodología para

de Cuauhtinchan (conjunto de cinco mapas;

analizar y clasificar este tipo de documentos,

siglo XVI).

contenida en su obra Materiales para una car-

Justo e n e stas c oo r d ena d a s d es ta ca u n

tografía mexicana (1871; Sociedad Mexicana

m ate r ial p r o v e n ie n te d el A l ti p l a no y qu e,

de Geografía y Estadística). Esta tipología

de o r ige n p r e h isp án ic o , i nco r p o r a l a s nece -

contempla familias de planos: los agrícolas y

sid ade s de c o n tr o l y g o b i er no d e l o s r eci én

forestales, como el Códice Xochimilco de 1585.

lle gado s: p o r lo q ue s e tr a ta d e u n có d i ce

10

h isp an o in díge n a. D e ta l s u er te qu e: “ L a Matrícu la de tribu tos [ d e es te d o cu mento

10 Mapoteca Archivo General de la Nación; catalogado núm. 2964.

e 120


s e t r a t a ] r eg i s t ra e n e sc r itur a p ic to gr áf i-

Como era de esperarse, en los pri-

ca l o s t r i but o s que lo s p ue b lo s p agab an a

meros años después de la Conquista, los

M éx i co -Ten o ch titlan , e l c e n tr o de la tr i-

cartógrafos de la Casa de los Habsburgo

pl e a l i a n z a de Mé xic o , Te tz c o c o y Tac ub a

en particular y los europeos en general,

en el m o m en t o de la c o n q uista de Mé xic o

tuvieron que limitarse a representar a la

po r l o s es pa ñ o l es. L a m atr íc ula f ue p r o-

Nueva España trazando exclusivamente el

ba bl em en t e co pi ad a o e lab o r ad a a p ar tir

contorno de sus costas, privilegiando las

de un o r i g i n a l pr e h isp án ic o p o r o r de n de l

r u t a s d e n av e g a c i ó n y a s u m i e n d o l a e s c a -

co n q ui s t a do r Her n án C o r té s, q uie n q ue r ía

sez de los datos acerca de la realidad de

a pr en der m á s s o b r e la o r gan iz ac ió n e c o n ó-

“ t i e r r a a d e n t r o ”. P o r e s t e c a r á c t e r e v o c a n

m i ca del i m per i o de la alian z a. C ad a p ági-

los portolanos mediterráneos de los siglos

n a de l a Mat r íc u la r e p r e se n ta un a de las 1 6

X I I I y X I V. S e r á h a s t a 1 5 7 9 ( A m b e r e s ; i m -

pr o v i n ci a s t r i bu tar ias. L a c iud ad p r in c i-

presión de Christopher Plantin) cuando

pa l de ca d a pr o v in c ia ap ar e c e p r im e r o , e n

gracias a la nueva edición del Theatrum or-

el ex t r em o i n f er io r iz q uie r do de la p ágin a,

b i s te r ra r u m d e A b r a h a m O r t e l i u s ( 1 5 7 0 ) 1 2 ,

s eg ui d a h a ci a a rr ib a p o r lo s p ue b lo s o al -

atlas de notable precisión y belleza, pu-

te p e t l q ue per t ene c ían a e lla. C ad a alte pe tl

dieron conocerse una suma impresionante

es t á r epr es en t a do p o r un glifo to p o n ím ic o .

de detalles, rasgos interiores y topónimos

C u a n do el m a r ge n iz q uie r do e stá c o m p le-

novohispanos representados en el mapa

t o , s i g ue el m a rge n de r e c h o , y f in alm e n te

H i s p a n i a n o v a e s i v e m a g n a e r e c e n s e t v e ra

l a f i l a s uper i o r. D e n tr o de e ste m ar c o de

descriptio. El sabio flamenco nos ofrecería,

g l i f o s t o po n í m i co s, lo s ar tíc ulo s q ue la r e-

un poco después, una visión integrada de

g i ó n pa g a ba s e r e p r e se n tan v isu alm e n te , e n

enorme calidad del Continente en su con-

f i l a s , y l a ca n t i d ad e sp e r ad a de c ad a íte m

junto en el mapa America sive novi orbis,

s e r eg i s t r a ut i l i z an do e l siste m a ar itm é tic o

n o v a d es c r i p t i o ( A m b e r e s , 1 5 9 5 ) .

n á h u a t l . C o n es to s v ar io s c ie n to s de glif o s

Época en la que las comarcas desco-

t o po n í m i co s y el de tallado r e gistr o tr ib u-

nocid as cautivaban a exploradores y aven-

t a r i o , l a Mat r íc ula de tribu tos e s un v alio so

tureros, quienes al fatigarlas en sus visitas,

do cum en t o pa r a e l e studio de la ge o gr afía po l í t i ca y eco n ó mic a de la Me so am é r ic a de

12 Cartógrafo y cosmógrafo flamenco (1527-1598), activo en Amberes, conocido en su tiempo como “el Ptolomeo del siglo XVI”, fue el creador de uno de los primeros atlas modernos que vinculaban el texto descriptivo con su imagen de referencia: Theatrum orbis terrarum (1570; 70 mapas; Amberes, imprenta de Gillis Coppens van Dienst; Hyeronimus Cock, grabador), que inspiró su complemento la obra en seis volúmenes Civitates orbis terrarum (1572-1617; 546 vistas y planos; Colonia, Georg Braun, editor; Franz Hogenberg, grabador), dedicada a vistas de las urbes del mundo conocido. A partir de 1575 trabajó bajo las órdenes de Felipe II, en calidad de geógrafo real.

l a pr e- co n q ui s t a , lo s n o m b r e s de lo s lugar e s en n á h u a t l , el s i ste m a n um é r ic o n áh u atl y l a r i q uez a eco n óm ic a de l im p e r io ” 1 1 . 11 Biblioteca Mundial Digital (Fuente: Instituto Nacional de Antropología e Historia, http:// www.wdl.org/es/item/3248/).

e 121


Abraham Ortelius, America s ive novi orbis, nova descriptio, 1595, Amberes.

vertían en mapas sus impresiones y sus fan-

costas y literales, caminos, asentamientos,

tasías por igu al, fusionando imaginación y

tierras, población, minería y otros tópicos,

realid ad en los registros cartográficos. Con

a los que deberían responder las autorid ades

el propósito de revertir este proceso de con-

civiles y eclesiásticas. De tan titánica labor

fusión en los d atos espaciales, hacia finales

resultaron documentos notables denomina-

del siglo XVI y en los albores del XVII, la

dos Relaciones geográf icas 13 , como las de los

Corona española requirió una serie de informes detallados a sus colonias americanas

13 Carrera Stampa, Manuel: “Relaciones Geográficas de Nueva España, siglos XVI y XVIII*” (Vid. Francisco del Paso y Troncoso. Papeles de Nueva España. Madrid, 1905, 2ª serie, IV, 1-7), en Estudios de Historia Novohispana, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, 1968, Vol. 2, p.233-261. Donde el autor concluye: “Con las Instrucciones y Relaciones Geográficas que contestaron los funcionarios civiles y eclesiásticos según el caso,

para diversos fines. Las instrucciones regias demand aban recabar información a detalle de aspectos varios del territorio: orografía, hidrografía,

e 122


Gabriel Tatton, The New World, 1600.

reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya,

mayor del Consejo de Indias Andrés García

Nuevo León, entre otros.

de Céspedes 14 , en 255 preguntas ordenad as en

La ambición detonó el perfecciona-

cu atro grupos: 1) las cuestiones naturales;

miento gradu al del registro geográfico de

2) las morales y políticas; 3) las militares, y

las colonias ultramarinas en la era de Felipe

4) las eclesiásticas. Sobresalen las demand as

II y de Felipe III, quienes instruyeron a sus

de imágenes, de naturaleza “pictográfica”,

representantes a recabar información de todo tipo para la cobertura de “cuestionarios

14 Sevilla, 1560?-Madrid, 1611. Sucesor de Pedro Ambrosio de Onderiz como encargado de las cartas náuticas en la Casa de Contratación de Sevilla. Matemático de excepción que crea la escuela alusiva en el Monasterio-Casa Real de El Escorial. Diseñó relojes de sol, observó sistemáticamente los eclipses de sol y de luna con el fin de calcular las longitudes. Inventó un dispositivo que agilizaba el cotejo de la declinación magnética, es decir, la perturbación de la aguja náutica en función del norte. Su obra publicada es dilatadísima, y a los temas citados habría que añadir otras preocupaciones como la hidrografía, la artillería, la mecánica, la teoría de los planetas y la fábrica y uso del astrolabio, entre tantos otros.

impresos” remitidos por la Corona española, al menos en tres ocasiones: 1569, 157 7 y 1600. Siendo este último interrogatorio el más completo, red actado por el cosmógrafo

avanzóse enormemente en el conocimiento geográfico, etnográfico, económico y estadístico de las Américas y sirvió a la corona para intentar una mejor administración pública”.

e 123


moción de las ciencias, en el caso de la geografía en su sentido más amplio, manifiestan por sus resultados ser instrumentos básicos del poder del Estado y, sobre todo, de su óptimo funcionamiento. Mención especial merece Gabriel Tatton, quien en 1600 (reimpreso en 1616) confeccionó el mapa del Nuevo Mundo con precisión exquisita, y en el que entre sus curiosidades destaca que California aparece ya en forma de península olvidando su errónea condición de isla. Benjamin Wright se encargó del grabado. La leyenda que aparece al centro y en su parte superior indica: “A new and recent delineation of the lands and kingdoms of California, New Spain, Mexico and Peru , together with an exact and absolute representation of the Gulf of Mexico to the island of Cuba and as far as the shores of the southern sea.” Propios y extraños coinciden en calificar esta planimetría como la más Diego Gutiérrez, Americae s ive Quartae Orbis Partis Nova et Exactiss ima Descriptio, 1562 .

pues solicitaban planos de pueblos, mapas

hermosa de la época. Para conmemorar los

de puertos o de anclajes. La captura de tan

cuatro siglos de existencia del ser vicio pos-

enorme cantid ad de d atos, muchos de ellos

tal en nuestro país se emitió una estampilla

“ visu ales” como se ha mencionado, fue hi-

(timbre) que reproduce esta cartografía.

lando cad a vez más fino en la confección

El refrán popular afirma que “al mejor

exacta de la urdimbre espacial. Al empeño

cazador se le va la liebre”, y en efecto esto

de los especialistas de la Casa de Austria,

acontece con la joya planimétrica de Tatton,

se sumarían –por su cuenta y riesgo- otros

pues a pesar de su evidente cientificidad pre-

geógrafos notables dedicados a inventariar

senta ligeros errores por aquí y por allá, amén

las riquezas de tales posesiones para satis-

de sucumbir a la tentación de hacer caso de

facción de las ambiciones de sus monarcas,

ciertas tradiciones y leyendas. En relación

enemigos del Imperio español. Gradu al pero

con nuestro territorio destaca la paradójica

sistemáticamente, el conocimiento del te-

desaparición de Colima, mientras aparece la

rritorio fortalece el ejercicio mismo de su

comarca de Motines y los puertos de Navi-

conser vación y custodia. El avance y la pro-

dad y Santiago, prácticamente abandonados

e 124


Joseph Antonio de Villaseñor y Sánchez, Yconismo Hidroterreo, o Mapa Geográf ico de la América Septentrional, 1749.

y sin comercio marítimo en ese tiempo. Azo-

cia de las pesquerías de perlas, tal como se

ra, además, la aparición de un solo elemento

relata en Las sergas de Esplandián, el hijo del

de fábula: las siete ciudades de oro de Cíbola,

caballero andante Amadís de Gaula.

localizadas en el ángulo superior izquierdo

A s í p u e s , a m ay o r f i d e l i d a d d e l a s

del testimonio gráfico, al norte de México y

cartas geográficas, se dispone de un conti-

al suroeste de Estados Unidos, preconizadas

nente, el territorio, y de un contenido, la

por el delirante fraile franciscano Marcos de

soberanía. Ciencia y política se dan la ma-

Niza (1495-1558), quien, décadas antes a la

no en el esfuerzo de los Estados naciona-

estampación del plano, había difundido la

les por impulsar sus intereses a partir del

existencia abundantísima de metales y pie-

conocimiento de sus fronteras y recursos.

dras preciosas. Ficción que recuerda el reino

Como se deduce del recorrido emprendi-

de las amazonas en California y la abundan-

do, el proceso ha sido sinuoso y no siempre

e 125


Miguel Constansó, Carta o Mapa Geográf ico de una Gran Parte del Reino de la N. E., 17 7 7.

progresivo; ya que, por citar un solo ca-

Sobre el particular puede afirmarse

so, desde 1562 se dispone de un magnífico

que el testimonio gráfico colaboró en zan-

levantamiento cartográfico de América, el

jar las diferencias entre España, Francia

de Diego Gutiérrez, grabado por Hyeroni-

y Portugal por los territorios americanos,

m u s C o c k e n s u t a l l e r A u x Q u a t r e Ve n ts d e

s u p e r a n d o l a o b s o l e s c e n c i a d e l Tr a t a d o d e

Amberes, para la Casa de Contratación de

To r d e s i l l a s ( 7 d e j u n i o d e 1 4 9 4 ) y l a s u m a

S e v i l l a , p o r i n s t r u c c i o n e s d e Fe l i p e I I , i n -

d e l a s b u l a s a l e j a n d r i n a s I n t e r c a e t e ra , q u e

superable en más de un sentido, titulado

distribuye zonas de influencia entre las

A m e r i c a e s i v e Q u a r ta e O r b i s Pa r t i s N o v a e t

potencias ibéricas a partir del trazo de una

E x a c t i s s i m a D es c r i p t i o .

línea imaginaria en el Océano Atlántico;

e 126


Eximiae devotionis, que ratifica los dere-

Antonio de Villaseñor y Sánchez, acompa-

chos hispanos y lusitanos para las tierras a

ñada del mapa Yconismo Hidroterreo o Ma-

descubrir en el futuro; y Dudum siquidem,

p a G e o g ra p h i c o d e l a A m é r i c a S e p t e n t r i o n a l ;

que establece los criterios de control en la

y e n 1 76 8 s e e d i t a u n a a u t é n t i c a a l h a j a : e l

ruta occidental rumbo a Asia. El fin de la

Nuevo mapa geográfico de la América Sep-

g u e r r a d e l o s Tr e i n t a A ñ o s , c o n s a g r a d o e n

tentrional, perteneciente al Virreynato de

la Paz de Cateau-Cambrésis (3 de noviem-

M é x i c o . . . , d e Jo s e p h A n t o n i o R a m í r e z d e

bre de 1559), exigió una visualidad gráfica

A l z a t e 15.

exasperante para materializar los acuer-

Jo a q u í n Ve l á z q u e z d e L e ó n d i o f o r -

dos, mismos que ubicaban áreas de control

m a e n 1 7 7 2 a l a C a r t a G e n e ra l d e l a N u e v a

entre los imperios hegemónicos, trazadas

España, que en su momento recibió la ala-

reconociendo como ejes a los trópicos de

banza del Barón de Humboldt. Se produjo

C á n c e r y C a p r i c o r n i o y a l E c u a d o r. A s o m -

también la Carta o Mapa Geográfico de una

bra lo exhaustivo de la toponimia y có-

G ra n P a r t e d e l R e i n o d e N . E . c o m p r e n d i d o

mo tan vasta información queda cifrada

e n t r e l o s 1 9 á 42 g ra d o s d e l a t i t u d S e p t e n -

en seis hojas grabadas escrupulosamente,

t r i o n a l y e n t r e 2 4 9 y 2 8 9 g ra d o s d e l o n g i t u d

y articuladas para integrar un mapa único

d e l M e r i d i a n o d e Te n e r i f e ; f o r m a d o p o r o r -

que mide 93 x 86 centímetros.

den del Exmo. Señor Bº. Frei Dn. Antonio

Después de este documento seguirán

M a r í a d e B u c a r e l i y U r z ú a , p a ra i n d i c a r

apareciendo otros planos orientados a

la División del Virreinato de México, y de

precisar la información de las haciendas,

las Provincias Internas, erigidas en Coman-

reinos y posesiones, gozando de muy dis-

d a n c i a G e n e ra l e n v i r t u d d e R e a l e s Ó rd e n e s

t i n t o s g r a d o s d e f o r t u n a : e n 1 69 3 C a r l o s

e l a ñ o d e 1 7 7 7. C o n s t r u i d o p o r e l I n g e n i e r o

de Sigüenza y Góngora elabora su Carta

Dn. Miguel Constansó, y va aumentado con

G e n e ra l d e l a N u e v a E s p a ñ a ; p o c o d e s p u é s ,

varias noticias que adquirió en sus viajes á

en 1701, el padre Francisco Eusebio Kino

d i c h a s p r o v i n c i a s e l I n g e n i e r o O rd i n a r i o D n .

e l a b o r a e l m a p a P a s s o p o r t i e r ra á l a C a l i -

Manuel Mascaró.

fornia, y sus confinantes nuevas Naciones, y n u e v a s M i s i o n e s d e l a C o m p a ñ í a d e Je s ú s e n

15 Si se desea revisar un compendio extraordinario de la geografía física y humana de nuestro país remítase a la obra magna desarrollada por el Instituto de Geografía: Atlas Nacional de México (Mapas temáticos de México, primera edición), México, UNAM, 3 vols., 1990-1992, 160 cartas que integran alrededor de 600 mapas). Las cartas se encuentran en la proyección cónica de Lambert. La escala básica es de 1:4 millones y con escalas complementarias de 1:5, 1:8, 1:12 y 1:16 millones, además de diferentes escalas del mundo, de la zona central del país y de las zonas metropolitanas de las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey.

la América Septentrional ..., que demuestra que Baja California es una península; en 1 74 9 s e p u b l i c a l a o b r a T h e a t r o a m e r i c a n o , d e s c r i p c i ó n g e n e ra l d e l o s r e i n o s y p r o v i n cias de la Nueva España y sus jurisdiccion e s ( 2 v o l s . , I m p r e n t a d e l a V i u d a d e Jo s é B e r n a r d o d e H o g a l , 1 74 6 - 1 74 8 ) d e Jo s e p h

e 127


N o m en o s d e stac ad a e s la Carta de To -

la r e n dic ió n de San ta A nna en 183 6 y s u fi r -

do e l R e ino de la Nu e va E s paña, des de los 16º

m a p ar a gar an tiz ar su i nd ep end enci a , s ep a-

á los 4 0 º de lat . por D . A ntonio Forcada y la

r ó a Te xas de l p aís. E n 1847, M éx i co fu e i n -

Plaz a, 1 7 8 7 , q ui e n fue tam b ié n auto r de un a

v adido p o r e l e j é r c ito d el veci no d el no r te.

es t upen d a C ar ta de la A u die ncia de Gu adala-

C o n la susc r ip c ió n de l Tr a ta d o d e Gu a d a l u-

j ara, 1 7 9 0 . N o s e p ue de de j ar de m e n c io n ar

p e Hid algo , 2 de fe b r er o d e 184 8, l a na ci ó n

l a C ar ta o Map a Ge ográf ico de u na Gran Parte

suf r ir ía e l de sp o j o de má s d e l a mi ta d d e s u

de l R e ino de la Nu e va E s paña, 1 79 3, fo r m ado

e sp ac io so b e r an o .

po r C a r l o s de U r r utia, de ac ue r do c o n las

Po r la c ar e n c ia d e u na ca r ta g eo g r á fi ca

i n s t r ucci o n es del Vir r e y Re v illagige do .

p r o p ia, la utiliz ad a en d i cho tr a ta d o fu e el

To do el co n o c im ie n to y d ato s o b te n i-

Mapa de los E s tados U n i d o s d e M é ji c o , s e g ú n

do s des de l a ca rta ge n e r al de Sigüe n z a y

lo organizado y de f ini d o p o r va r i a s a c ta s d e l

G ó n g o r a f uer o n r e un ido s p o r e l c ie n tíf ic o

Congres o de la dicha R e p ú b l i c a : y c o n s t r u i d o

a l em á n A l eja n dr o de Hum b o ldt, q uie n lle gó

por las me jores au torid a d es . 18 47, a ctu a l i z a -

a l a N uev a Es pa ña e n m ar z o de 1 803 gr ac ias

c ió n de l de 1 82 8, p ub l i ca d o p o r Jo hn Di s-

a un pa s a po r t e esp e c ial o to r gado p o r e l r e y

tur n e ll. Plan o de f e c tu o s o a má s no p o d er

C a r l o s I I I , q ue l e p e r m itió e studiar la flo r a,

q ue , a m an e r a de ilustr a ci ó n, en el p u nto d e

f a un a y r ecur s o s m in e r ale s de lo s do m in io s

E l Paso de l N o r te ( a ctu a l C i u d a d Ju á r ez )

es pa ñ o l es en A mé r ic a. E n 1 804, Hum b o ldt

tie n e un e r r o r de ub ic a ci ó n na d a meno s qu e

l o g r ó a l ca n z a r l a c ulm in ac ió n de e sto s c o-

de 16 0 kiló m e tr o s. C o n ca r to g r a fí a s eme-

n o ci m i en t o s en la p r o duc c ió n de las o b r as

j an te c o m o fun d am e nto , p r o nto s u r g i er o n

A t las Ge ogr áf ic o y Fís ico de l Re ino de la Nu e-

c o n fusio n e s c o n e l te rr i to r i o d e L a M es i l l a ,

v a Esp aña y C ar ta Ge ne ral de la Nu e va E s -

q ue tam b ié n se p e r dió u no s a ño s d es p u és , e

p aña. El ba r ó n d e Hum b o ldt f ue e l últim o

in c luso de allí se de ri vó el p r o b l ema d e E l

ca r t ó g r a f o de l a N ue v a E sp añ a. U n o s c u an-

C h am iz al, q ue dilató má s d e u n s i g l o en s er

t o s a ñ o s des pués de su p ar tid a e stalló la r e-

r e sue lto .

v o l uci ó n de I n dep e n de n c ia y e n se p tie m b r e

E l e n to n c e s p r e s i d ente d e l a R ep ú b l i-

de 1 8 2 1 , l a co l o n ia e sp añ o la de j ó de e xistir

c a, ge n e r al Mar ian o Ar i s ta , a l entó a l a S M-

pa r a d a r pa s o a un n ue v o p aís in de p e n die n-

GE p ar a q ue f in aliz a r a l a Ca r ta G e n e ra l d e

t e en A m ér i ca .

la Re pú blica Me xicana fo r m a d a p o r l a s e c c i ó n

N o h a bí a l o gr ado la So c ie d ad Me xi-

ge ográf ica de la Socie d a d M e x i c a n a d e G e o-

ca n a de G eo g r af ía y E stadístic a ( SMGE )

grafía y E s tadís tica, co n vi s ta d e l o qu e a r r e-

av a n z a r en el pr im e r o y fun d am e n tal de sus

gló la mis ma s e cción e n e l a ñ o a n te r i o r y d e m á s

pr o y ect o s , el l ev an tam ie n to de un a c ar ta

datos adq u iridos pos te r i o r m e n te . Añ o d e 18 50.

g en er a l a ct u a l i zad a, c u an do Mé xic o p e r dió

Sin e m b ar go , la q uie b r a d e l a ha ci end a p ú-

pa r t e de s u t er r i to r io c o n la gue r r a q ue , c o n

b lic a o b ligar ía a sus mi emb r o s a l o ca l i z a r

e 128


John Disturnell, Mapa de los Estados Unidos de México, 1847, se utilizó como base para el Tratado de Gu ad alupe Hid algo.

edi t o r es en Es t ado s U n ido s y E ur o p a b us-

capital. De cu alquier modo, García Cubas

ca n do l a s co n di cio n e s q ue h ic ie r an fac tib le

fue incapaz de evitar que los franceses uti-

s u publ i ca ci ó n .

lizaran su apenas editad a Carta General para

Reacio a supeditarse a los invasores,

cumplir sus objetivos, según refirió G. Niox

Antonio García Cubas terminaría por su-

en su Expédition au Mexique, récit politique

marse con dignid ad y autonomía, en defen-

et militaire (1861-1867). A pesar de ello, du-

sa de la ciencia mexicana. Caso gemelo lo

rante el Segundo Imperio Mexicano recibió

fue el de su colega y coautor Francisco Díaz

la Orden de Gu ad alupe de manos de Maxi-

Covarrubias, enemigo irreconciliable de los

miliano de Habsburgo; después fue conde-

conser vadores, quien eligió ausentarse de la

corado con la Legión de Honor de Francia.

e 129


Antonio García Cubas, Carta General del Imperio Mexicano, 1864. Equivocad amente atribuid a a Manuel Orozco y Berra.

Del mismo calibre intelectu al que los sa-

marzo de 1865, que reposó en la Carta Gene-

bios mencionados, Manuel Orozco y Berra,

ral de Antonio García Cubas (1861, revisad a

ingeniero agrónomo y abogado, defendería

en 1863 con d atos nuevos de Manuel Orozco

la dignid ad de la ciencia mexicana frente a

y Berra y la proyección policónica de Fran-

la arrogancia gala, en particular con la rei-

cisco Díaz Covarrubias), mientras se desa-

vindicación de los éxitos de la cartografía

rrollaba la planimetría del Imperio.

mexicana de su tiempo. Comisionado por

El propio Orozco y Berra, profesor de

el gobierno de Maximiliano para planear y

geografía, historia y derecho constitucional

elaborar una nueva división política del te-

de la Escuela de Marina, organizador de la

rritorio en sustitución de la fórmula de 1824

Biblioteca Nacional por encargo de Ignacio

(2 2 estados y 3 territorios federales), estruc-

Ramírez, director del Museo Nacional y del

tura la organización consistente en 50 de-

Archivo General de la Nación, miembro fun-

partamentos, conocid a como la Ley del 3 de

d ador de la Academia Mexicana de la Len-

e 130


gu a, explica los factores a considerar en su

Maximiliano I, donde se afirmaba el domi-

modelo de reorganización político-espacial;

nio del “mar territorial conforme a los prin-

“Una buena división territorial es un pro-

cipios reconocidos por el derecho de gentes

blema complejo compuesto de multitud de

y salvas las disposiciones contenid as en los

elementos, de los cuáles los unos pueden ser

Tratados”. Después, México determinó la

fácilmente puestos en relación, mientras los

anchura del mar patrimonial en tres millas,

otros presentan en su conjunto dificultades

límite que quedó establecido en definitiva en

insuperables a veces. Dependerá de los lími-

la Ley del 18 de diciembre de 1902 .

tes, de la extensión, de los accidentes natu-

En la Constitución de 1917 este margen

rales del terreno, de la feracid ad del suelo,

cambió de conformid ad con “los términos

del modo con que estén distribuidos los de-

que fija el derecho internacional”. Pasado el

pósitos de las agu as, los ríos y las montañas,

tiempo la franja de mar territorial se preci-

de los centros principales de población, de

saría en 9 millas náuticas y a partir del 26

su fuerza y de sus recursos, de los medios de

de diciembre de 1969 se incrementaría a 12 .

comunicarse, de las razas allí establecid as,

El Artículo 52 de este ordenamiento consig-

y, además de otros mil pormenores; ni ha-

naba que: “El territorio nacional se divide,

brá que olvid ar los idiomas hablados por los

por ahora, para su administración, en ocho

habitantes del país ni usos, su religión y sus

grandes divisiones; en cincuenta departa-

costumbres” 16 .

mentos; cad a departamento en distritos y

La primera referencia acerca del do-

cad a distrito en municipalid ades”.

minio mexicano de sus mares se encuentra

Restablecid a la República y en pleno

en el Estatuto provis ional del Imperio Mexi-

auge porfirista aparecerá la obra capital de

cano 17 publicado el 10 de abril de 1865 por

Antonio García Cubas 18 : el Atlas Pintoresco

16 Orozco y Berra, Manuel: “Idea de las divisiones territoriales de México, desde los tiempos de la dominación española hasta nuestros días. Población actual”, en El Sistema Postal de la República Mexicana, México, 30 de agosto de 1878. Consúltese: Commons, Áurea: “La división territorial del Segundo Imperio Mexicano, 1865”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, Vol. 12, 1989, p.79-124. De tan polifacético personaje sobresalen sus obras: Diccionario geográfico, estadístico, histórico, biográfico, de industria y comercio de la República Mexicana (1864); Historia antigua y de la conquista de México (1880); Geografía de las lenguas y carta etnográfica de México (1864) , entre muchísimas otras. 17Además del Emperador, firman el Estatuto los ministros José María Cortés y Esparza, Ministro de Gobernación; Pedro Escudero y Echánove, de Justicia; Juan de Dios Peza, de Guerra; Luis Robles Pezuela, de Fomento; José Fernando Ramírez, de Negocios Extranjeros, quien fuera además redactor del proyecto de

Constitución Federal de 1842, y Félix Campillo. De la división territorial realizada durante el Segundo Imperio, Edmundo O’Gorman enfatiza que: “…en México y para México, la historia de la división de su territorio puede reducirse, con excepción de la época que ahora me ocupa, a una larga narración de pugnas entre diversas regiones del país para lograr mayor extensión territorial en detrimento de otras y con perjuicio del bien público. Cabe, pues, la honra a Maximiliano y a su gobierno, de haber sido el único régimen que intentó una división política territorial científica, piedra angular de toda buena administración, y elemento esencial en el éxito de todo régimen democrático”: Historia de las divisiones territoriales de México, México, Editorial Porrúa, 1966, colección «Sepan Cuantos...», núm. 45, p.166. 18 Para mayor información remítase a Pichardo Hernández Hugo y Moncaya Maya José Omar: “La labor geográfica de Antonio García Cubas en el Ministerio de Hacienda, 1868-1876”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, núm. 31, ene-

e 131


e Histórico de los Estados Unidos Mexicanos

bandera la Isla Clipperton o de La Pasión,

(1885; México, Víctor Debray y Sucesores),

disputad a por Francia. Antonio García Cu-

que compila 13 láminas a todo color con car-

bas inter viene en tales gestiones presentando

tas generales topográficas y temáticas del te-

un informe el 14 de mayo de 1889, donde se

rritorio nacional en su conjunto, incluyen-

demuestra la jurisdicción legítima de Méxi-

do estupend as cromolitografías que ilustran

co sobre dicha isla, desde la época colonial,

los tópicos económicos, políticos y sociales

por medio de documentos y cartografía. No

abord ados.

pueden incluirse, por ignorarse en ese mo-

Se requerirá de todo el siglo XIX para

mento, otros testimonios planimétricos que

que los gobernantes acud an a los expertos y

quizá hubiesen sido decisivos. Tal es el ca-

comience la tutela de nuestra soberanía, a

so de la Carta para la Navegación de la India

partir del estudio y cartografía del territo-

Oriental, 1825, que es elaborad a por orden

rio continental, ya que el insular está aban-

del primer presidente de México, Gu ad alu-

donado. Tal desconocimiento impide su ad-

pe Victoria; así como las siguientes: Carta de

ministración y control, empezando porque

América del Norte y América Central con deta-

es un suelo despoblado. Así, las islas mexica-

lles de los litorales del Pacíf ico; Posses ione de-

nas se ven constantemente amenazad as por

lla Spagna nell’America Settentrionale, o Carta

extranjeros. Durante el porfiriato varias de

Generale de Mess ico, Milán, c. 1800; A New &

ellas sufren acecho y amenaza. Cayo Arenas

Accurate Map of Mexico or New Spain toge-

se encuentra ocupado por una colonia nor-

ther with California, New Mexico [...], 1750.

teamericana que explota el gu ano. El go-

A pesar de todo, México perderá su potestad

bierno mexicano exige su desalojo en 1881,

sobre la isla Clipperton en acatamiento del

pero sus ocupantes se rehúsan pues anhelan

fallo que enunciara el árbitro internacional

asentarse en otras islas próximas a la Penín-

aceptado por las partes en disputa, el rey de

sula de Yucatán, como el Arrecife Alacranes

Italia Víctor Manuel III, el 28 de enero de

y la Isla Bermeja. Tras fatigosas negociacio-

1931.

nes con los Estados Unidos de América, Cayo

Para no abund ar en demasía, también

Arenas es desocupado por los invasores hacia

las Islas Revillagigedo (Socorro, Clarión,

fines de 1896.

San Benedicto y Roca Partid a) fueron ob-

También el gobierno porfirista inicia

jeto de amagos foráneos. Como fue el caso

las gestiones para mantener bajo nuestra

de George Dewey, quien en 1874 realizó un levantamiento a detalle del medio físico del archipiélago en aras de colonizarlo. Poste-

ro-junio, 2006, p. 83-107. Su obra Cuadro Geográfico, Estadístico, Descriptivo e Histórico de los Estados Unidos Mexicanos, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, México, 1884, 474 pp., sirvió de texto al Atlas Pintoresco e Histórico de los Estados Unidos Mexicanos.

riormente, serían ocupad as sin autorización como base para la explotación de la ballena y el cachalote. En 1896, una compañía inglesa

e 132


Antonio García Cubas, Atlas Pintoresco e Histórico de los Estados Unidos Mexicanos, 1885.

intentaría fund ar allí una base de suminis-

facilitan los trabajos de inteligencia, así co-

tro de carbón para naves transoceánicas, pe-

mo los de monitoreo y protección. Es tiempo

ro la actu ación oportuna del gobierno logra

de que se destinen los recursos indispensa-

evitarlo. Hasta aquí el panorama histórico.

bles y suficientes para que la Armad a de Mé-

El repaso emprendido, de ningún modo

xico cumpla a cabalid ad con su encomiend a

exhaustivo, muestra y –confío– demuestra

constitucional. No debe olvid arse que el te-

la utilid ad estratégica del conocimiento ju-

rritorio, condición s ine qua non de la exis-

rídico e histórico, y en particular geocar-

tencia del Estado, es el espacio terrestre,

tográfico, del espacio nacional soberano.

aéreo y marítimo sobre el que se ejerce el

Nuestra era ofrece nuevas tecnologías que

imperium o poder público.

e 133


e 134


e 135



pa rt e i i Lecturas geográficas y urbanísticas

u Jorge González Aragón


e 138


Mapas y planos de tradición azteca E str uc tura urba n a y a rqui te c tón i c a e n l a c i u d ad de México de l s i g l o

xvi

Jorge González Aragón e

A Joaquín Galarza In memoriam

Lámina 1 Tamaño del original: 168 x 238 cm. Resgu ard ado en la Cámara de Códices del Museo Nacional de Antropología e Historia, México. Soporte material: papel amate (no en papel maguey como lo dice su nombre). El Códice azteca-náhu atl relata una multiplicid ad de temas; destacan: un listado de gobernantes aztecas y sus períodos de gobierno, diálogos entre líderes, guerras y el catastro urbano que define con precisión el territorio, la trama y la estructura urbana, las unid ades habitacionales y sus propietarios, entre otros elementos.

b

I

N

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O

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C

I

Ó

N

En la actu alid ad , son pocas las referencias que se tienen de la ciud ad y las casas de tradición azteca en la antigu a ciud ad de

México-Tenochtitlan debido a que los hallazgos arqueológicos son dispersos y de pequeños fragmentos, lo que impide una reconstrucción de los espacios urbanos y arquitectónicos antiguos. Por su parte, los documentos manuscritos de la Nueva España, realizados por europeos, mencionan marginalmente la edilicia de tradición indígena. Son también escasos los estudios de la ciud ad a partir de los planos hechos por los indígenas de la época, sobre todo por la complejid ad que implica su lectura e interpretación. Las características de una parte de la ciud ad y de las casas de de Tenochtitlan que señalaremos más adelante se realizaron con base en el análisis del Códice Plano en papel maguey, que corresponde a un sector urbano localizado al norte del centro ceremonial de Tenochtitlan (el actu al zócalo de la ciud ad de México) y un conjunto de 34 códices-planos correspondientes a 33 viviend as ubicad as en su mayoría en los barrios alrededor de lo que se delimitó como traza urbana española, a la llegad a de los conquistadores. 139

e


A través del estudio de este corpus de planos antiguos, podemos confirmar la presencia de una cultura urbanística y arquitectónica muy ligad a a la condición lacustre de la región y con obras hidráulicas muy importantes realizad as por esta cultura 1 . Aunque parezca obvio, es conveniente señalar que las experiencias edilicias de los aztecas tienen patrones y códigos funcionales, espaciales y constructivos muy diferentes a los europeos; su calid ad solo puede apreciarse en el contexto cultural, temporal y de relación de las obras con el entorno ecológico y la satisfacción de las necesid ades de la población. El análisis de los códices mencionados y de las características que describiremos, con relación a la manera de hacer ciud ad y casas-habitación de tradición azteca, se realizaron tomando como base la teoría y el método desarrollado por Joaquín Galarza en una amplia obra publicad a principalmente en Francia y en México. Galarza ha demostrado que cad a una de las pictografías, con sus formas, colores y disposición en el cu adro plástico, tienen un contenido glífico que era traducido a la lengu a de origen: el náhu atl. El autor citado menciona: “…las ‘imágenes-texto’ en estos manuscritos eran en realidad pequeños relatos en nahuatl realizados todavía por tlacuilos, pintores-escritores indígenas que habían conser vado su s istema ancestral de escribir pintando 2 ” En nuestro estudio específico, nos interesa presentar cómo vivían en la ciudad de México los indígenas conquistados durante el siglo XVI y la permanencia de las casas-habitación unifamiliares y multifamiliares, así como sus agrupaciones y adecuaciones en el entorno de la ciudad. Es importante aclarar que se trata de una lectura exclusivamente desde la óptica del arquitecto-urbanista y no se toman en consideración todos los elementos para hacer una lectura integral de cada uno de los códices señalados.

1 Diversos autores mantienen la tesis de que en las culturas agrícolas de la época destacaban aquellas que tuvieron el control y el desarrollo de obras hidráulicas, lo que les permitió la generación de excedentes y la creación de Estados despóticos con el auge de la milicia, la educación y expresiones culturales más elaboradas. Angel Palerm sostiene también esta tesis y realizó investigaciones relevantes de las obras hidráulicas en la Cuenca de México. 2 Joaquín Galarza y Jorge González Aragón, exposición La vivienda azteca en la ciudad de México en los códices-planos de los siglos xvi y xvii, Museo Nacional de Arquitectura, México, Septiembre de 1995. 140

e


1. elem en to s urban os i de nti fi cados en el p la n o en pape l m ague y Con toda seguridad , el códice que representa con mayor precisión la ciudad tradicional indígena es el llamado Plano en papel maguey o Plano parcial de la ciudad de México; es un gran panel de 238 x 168 cm. pintado sobre papel amate (elaborado a partir de la corteza de un árbol mexicano del mismo nombre y no sobre papel maguey como su nombre lo indica) y se encuentra depositado en la Cámara de códices del Museo Nacional de Antropología en México; su datación es incierta debido a que ha tenido diversas añadiduras hasta mediados del siglo XVI y cabe la posibilidad de que se haya iniciado antes de la conquista española en Mesoamerica. El plano es un documento que mantiene las características pictóricas tradicionales de los aztecas, esto es, de relatos de diversos temas a través de la expresión en glifos azteca-náhuatl y registra una parte de la ciudad de Mexico-Tenochtitlan, ubicada al oriente de Tlatelolco. En este plano se puede obser var que en el siglo XVI la traza urbana de esta zona era reticular y homogénea, apenas alterada por las obras hidráulicas que permitieron hacer la ciudad en un lugar lacustre. Esta zona de la ciudad registra alrededor de 420 unidades habitacionales, destinadas principalmente a un grupo de guerreros indígenas, y es también un plano catastral que identifica la localización y a los propietarios de cada una de las parcelas (Láminas 1 y 2). En lo que respecta al tema urbano, lo único que queda por agregar es que en el plano mencionado se pudieron identificar los siguientes componentes de la estructura: i.

Parcelación. Presenta un trazado ortogonal homogéneo sola-

mente alterado por la disposición de obras hidráulicas relevantes, como diques y canales principales, realizad as para el control y aprovechamiento de las agu as. Las parcelas son de forma regular en un 90%: se basan en un esquema donde cad a parcela corresponde a una unid ad habitacional que se integra directamente a los caminos para la circulación de peatones y a los canales para la circulación de canoas (Lámina 3). La unid ad habitacional se componía del solar sobre el que se erigía la casa, las chinampas agrícolas (porciones de terreno anclad as al lecho del lago), generalmente un grupo de siete con canales de irrigación a los lados para la producción agrícola intensiva, 141

e


los canales y caminos de diverso tipo, que delimitaban por los cu atro lados a la unid ad habitacional. ii.

Obras hidráulicas. A semejanza de la grandiosid ad de las obras

hidráulicas prehispánicas en la Cuenca de México, el Plano regisUbicación del plano en la isla de Tenochtitlan. Localización del área registrad a en el Plano en papel de maguey. Albarradones o diques por orten cronológico probable: I San Lázaro II Mexicalzingo III Nezahualcóyotl Calzad as principales: 1 Calzada Tepeyac 2 Calzada Iztapalapan 3 CalzadaTlacopan 4 Calzada Nonoalco o Azcapotzalco 5 Calzada Tenayucan

tra obras hidráulicas de diverso orden que se han clasificado por su magnitud y representación pictográfica como sigue: albarradones o diques para contener las agu as del Lago de Texcoco, canales amplios para la conducción de agu a, canales para el regadío de las chinampas agrícolas y canales para la circulación de canoas (Lámina 4). iii.

Sistema de caminos. El sector urbano aludido tenía un siste-

ma de caminos con diversas jerarquías y disposición en el conjunto, mismo que se identifica por su color marrón y contornos negros en todo su trayecto; además de algunos que en la parte central de éste tienen huellas de pies. De acuerdo con la magnitud del camino, su localización y la representación pictográfica, los clasificamos como sigue: caminos interurbanos (comunican determinad a zona en el islote de Tenochtitlan con la tierra firme), caminos principales (que estructuran y comunican el conjunto urbano y se enlazan con los interurbanos), caminos secund arios (de menor trayectoria) y caminos vecinales que comunican pequeños conjuntos de parcelas (Lámina 5). iv.

Chinampas. En el Plano se obser va que el conjunto urbano

está formado en su totalid ad de chinampas (porciones artificiales de suelo, anclad as al lecho del lago con troncos de árboles locales lla-

Lámina 2 Ubicación de la zona registrad a en el Plano en papel maguey en la isla de Tenochtitlan a principios del siglo XVI. Lámina 3 Parcelaciones en forma reticular y de manera aislad a de las unid ades habitacionales y otros edificios. 142

e


A Albarradón 1 Canales principales 2 Canales secund arios 3 Canales terciarios 4 Caminos de agu a

mados ahuejotes), pareciera una ciud ad flotante por la cantid ad de

1 Caminos interurbanos 2 Caminos principales 3 Caminos secund arios 4 Caminos vecinales

zonas habitacionales, fueron parte de ellas; se localizaban en todo el

agu a que se encuentra allí. Las chinampas fueron utilizad as para la construcción de las casas, edificios destinados al culto, caminos y para el cultivo agrícola de regadío. Éstas últimas cohabitaban con las conjunto urbano y la proporción que ocuparon era próxima al 50% (Lámina 6) v.

Edif icios habitacionales y religiosos prehispánicos. Aquí se apre-

cia un edificio habitacional con el código AC1, es de un noble indígena y se caracteriza por tener en el friso una cinta negra con círculos

Lámina 4 Obras hidráulicas identificad as en el conjunto urbano de acuerdo con su jerarquía y función, a partir de su representación en glifos: diques, canales y manantial. Lámina 5 Sistema de caminos interurbanos, primarios, secund arios y vecinales. Identificados con base en su representación en glifos. Lámina 6 Sistema de chinampas para la agricultura intensiva: porciones de tierra rodead as por canales de irrigación. Lámina 7 Localización de los edificios religiosos indígenas en la zona urbana. 143

e


blancos. Aparentemente se encuentra de cabeza, aunque lo que indica es que su portad a “mira” hacia el oriente. Los edificios religiosos prehispánicos están ubicados como se indica: tres en la zona oriente, dos “mirando” al poniente y el otro al oriente; mientras que en la zona poniente hay un edificio y “mira” al poniente. (Lámina 7) vi.

Algunos elementos urbanísticos y arquitectónicos con sus glifos

asociados. A continu ación se presentan algunos de los componentes registrados en el Plano, que constituyen diversas representaciones glíficas y que sir vieron de base para la clasificación de los componentes de la estructura urbana, es el caso de caminos, canales, unid ades habitacionales y edificios de culto prehispánico (Lámina 8)

Lámina 8 Identificación tipológica de caminos, canales, unid ades habitacionales, edificios religiosos indígenas y sus advocaciones, por medio de las representaciones en glifos.

144

e


Lámina 9 Ilustración no. 552 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 32 x 21 cm. Año de elaboración: 157 3. Localización del inmueble: San Ju an Moyotlan.

vii.

Sobre la condición de la ciudad azteca. Nos interesa mencionar

algunas notas que son el resultado de la investigación realizad a sobre el Plano en papel maguey: a. La evidencia de que los indígenas fueron destacados en la elaboración de planos y mapas, registrando relatos e información propiamente territorial: de orden ambiental, urbanístico, arquitectónico e incorporando también escenas o relatos históricos, de la vid a política, social y económica. b. El patrón urbanístico realizado en la zona de Tenochtitlan, registrado en el Plano en papel maguey, responde a ciertas relaciones geométricas. Sin embargo, sus características están más estrechamente ligadas a la adecuación del asentamiento al sitio; a las diversas técnicas de realización de obra civil y doméstica que les permitieron integrarse al medio lacustre sin lastimarlo y aprovechando al máximo los recur145

e


sos que ofrecía, a través del consumo de la fauna y la flora del lugar ; la técnica de las chinampas para el cultivo agrícola intensivo y la construcción de diques, canales y caminos para el control del nivel de las aguas del lago en el área urbanizada. c. La obser vación de las redes de caminos y canales de la ciud ad delimita con clarid ad la jerarquía de estos elementos urbanos y la continuid ad que existe para integrar canales y caminos sencillos a otros más complejos. d . Había un cuid ado esmerado en el registro de la propied ad Lámina 10 Ilustración no. 553 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 31 x 22 cm. Año de elaboración: 1564. Localización del inmueble: San Ju an Tlachqu ac.

y en la realización de obras civiles, lo que se manifiesta en los d atos posteriores que se fueron incorporando al Plano en papel maguey (palimpsestos). Ello nos obliga a pensar en un sistema de gestión de la ciud ad que dirigía el crecimiento de la misma y la realización de obras civiles. 2 . c a sa s i n d í genas e n 3 4 c ó di c es - p la nos m e xi canos

Lámina 11 Ilustración no. 555 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 32 x 2 2 cm. Año de elaboración: 15631566. Localización del inmueble: San Ju an Amanalco.

El análisis de 34 códices-planos de casas indígenas de los siglos XVI y XVII, elaborados por pintores locales, permite establecer la tipología de espacios y elementos constructivos que muestra la organización física de la viviend a en la antigu a ciud ad de México-Tenochtitlan, así como efectu ar una interpretación de los aspectos socioculturales a ella ligados. Los planos originales de las casas se encuentran en el Archivo General de la Nación (Láminas 9, 10, 11, 12 , 13, 14, 15 y 16).. El corpus analizado es un testimonio arquitectónico valioso, por la facilid ad de contar con un grupo tan amplio de documentos que se pueden comparar y que disponen de información confiable. En el caso de los planos de las casas, se trata de documentos creados con el rigor catastral que se requería para presentarlos ante un juzgado novohispano, durante los siglos XVI y XVII, e iniciar un proceso que permitiera confirmar la posesión del propietario o el traslado de la casa de una persona a otra, generalmente de un propietario indígena a otro indígena, y en algunos casos a un español. Cabe hacer notar que los documentos analizados son plásticos y que fueron elaborados de acuerdo con las convenciones pictográficas 146

e

Lámina 12 lustración no. 561 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 32 x 2 2 cm. Año de elaboración: 1553. Localización del inmueble: San Ju an Xihuitonco.


Lámina 13 Ilustración no. 568 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 32 x 21 cm. Año de elaboración: 1580. Localización del inmueble: Puxtlan y Amanalco.

tradicionales de los aztecas, por ello cada uno de los elementos glíficos forma parte de la lectura arquitectónica que realizamos. 2 . 1. m éto do d e an ál i s i s o b j et i vo El interés por realizar un estudio tipológico de la casa indígena obedece a la facilid ad que nos brind a para identificar un conjunto de características de orden formal, pero también porque nos remite a la búsqued a de explicaciones de las diversas mod alid ades que se van encontrando a lo largo del análisis. Coincidimos con Aldo Rossi en

Lámina 14 Ilustración no. 563 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 37 x 41 cm. Año de elaboración: 157 7. Localización del inmueble: Santa María Copulco. 147

e


148

e


Lámina 15 Ilustración no. 2845 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 31 x 20 cm. Año de elaboración: 1653. Localización del inmueble: Ciud ad de México.

el sentido de que “el tipo [habitacional] se va constituyendo según la necesid ad y según la aspiración de la belleza; único y sin embargo variadísimo en socied ades diferentes y unido a la forma y al modo de vid a” (Rossi, 1992 , p.78). m éto d o Tiene como fund amentos los procedimientos empleados por el etnólogo Joaquín Galarza para la lectura de los glifos en códices de tradición azteca-náhu atl, desde la décad a de los años setenta. Aunque en nuestro análisis más modesto nos interesan solamente los aspectos arquitectónicos, su proceso también resulta oportuno para alcanzar dicho propósito particular. Lo describimos a continu ación en términos generales: i.

Elaboración de una cédula de registro y descripción para cad a uno

de los planos, que comprende los siguientes aspectos: a. El plano y todos sus elementos plásticos, la numeración secuencial, la catalogación registrad a en el Archivo General de la Nación y algunas características físicas (medid as del documento, año de elaboración, signatarios), la localización del inmueble, la escala y la orientación. b. Descripción o primera lectura del plano, las convenciones de representación, los elementos espaciales y constructivos. c. Análisis gráfico de identificación y emplazamiento de los componentes espaciales de la unid ad habitacional. Lámina 16 Ilustración no. 284 4 perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Tamaño del original: 31 x 41 cm. Año de elaboración: 1653. Localización del inmueble: Ciud ad de México.

149

e


o

4.5

Calzada B albuena 4.2

2.1 4.1

2.4 2.2 1.1

4.3

Atzaqualpa 0

2.5

0

0

1.6

Manu

1.9

1.10

1.13

1.11

3.1

1.12

1.16

3.4

Quepopan 3.5 ó Tlaquechiuhcan Guerr ero

4.15 4.16

3.7

3.8

0 5.9

5.7 5.10

Moyotla 5.11

5.13

5.15

0

5.14 3.9

Calzada S an Antonio

0

Abad

5.8

00

5.12

0

5.16

0

Casas de tradición Azteca

Traza Española

3.10

5.17

5.18

Barrio Sub-Barrios

K

K K K

K K

1.20

4.11

0 0 5.4 5.5 0 0 0 5.6

1.17

1.19

0

5.3

3.6

0

3.3

1.18

4.11

4.12

5.20

3.2

1.14

Teopa 4.10 ó Xochimilca

5.1

1.7

Quautlalpan ó Tlatelolco 1.15

4.14

Tacuba

el G o

nzále z

1.8

0

Traza española

1.5

4.8

0

4.7

2.6

1.3

4.6

4.9

2.3

1.2 1.4

4.4

K K K

ABC

Nombre de Barrio

ABC Nombre de Vialidad

d . Análisis gráfico de identificación y emplazamiento de los componentes constructivos de la unid ad habitacional. e. Resumen del expediente de litigio que acompaña al plano. f. Interpretación tridimensional de la unid ad habitacional. ii.

Elaboración de láminas comparativas de espacios y elementos

constructivos, con objeto de identificar la recurrencia de los mismos. A partir de éstas, se pueden identificar algunos de los códigos y convenciones arquitectónicas adoptad as en los casos analizados. iii.

Elaboración de cu adros gráfico-estadísticos que permitan iden-

tificar las características tipo de la casa y aquellas que se presentan como excepcionales. 2 . 2 . l a s c a sa s Localización de las casas dibujadas en los 34 planos Dentro de la antigua traza de la ciudad de Tenochtitlan, fue posible localizar 20 de las casas, en zonas relativamente céntricas, como se puede observar en las láminas 17 y 18. 150

e

Lámina 17 Ubicación de las casas de tradición azteca, cuyo registro se encuentra en los expedientes del Archivo General de la Nación (AGN).


Lรกmina 18 Bosquejo de los cรณdices-planos de tradiciรณn azteca, analizados arquitectรณnicamente por el autor.

151

e


patrón

lote camino canal

tipos de cuarto

casos

%

cuartos sencillos En planta con acceso central

20

42.55

7 casos

En planta y en alzado con acceso central

20

42.55

2 casos

En planta con acceso lateral

1

2.12

En planta con doble acceso

1

2.12

En planta de forma escalonada

1

2.12

En planta y porticado

1

.12

En alzado con ventana

1

2.12

En perspectiva con portal y ventana

1

2.12

En perspectiva con portal y acceso con cargo

1

2.12

25

100.00

En planta con acceso directo

5

20.00

En planta y en alzado con acceso directo

2

8.00

En planta con acceso directo

7

28.00

1 caso 1 caso 1 caso 1 caso 1 caso 1 caso

cuartos dobles

1 caso

Lámina 19 Emplazamiento de las casas con relación a su entorno inmediato.

8.00

otras modalidades

1 1 1

La casa indígena tiene características que permiten percibir una atmósfera doméstica muy diferente a la que estamos acostumbrados: i.

La asociación constante de solares y chinampas agrícolas a la ca-

sa, con los canales para regadío y circulación de canoas. La presencia de estos espacios en las casas ubicad as en la zona central de 152

e

Lámina 20 a Tipos de cu artos para el reposo, identificados en los códices-planos analizados.


patrón

tipos de cuarto

casos

%

Otras modalidades (concluye)

Cuartos triples

1

4.00

1

4.00

1

4.00

1

4.00

1

4.00

8

100.0

2

25.00

2

25.00

1

12.50

1

12.50

1

12.50

1

12.50

Lámina 20 b Tipos de cu artos para el reposo, identificados en los códices-planos analizados.

1 Cuartos en serie cuartos para almacenamiento

11

100.00

6

54.55

4

36.36

1

9.09

Tenochtitlan indica la estrecha relación de las activid ades domésticas con las agrícolas, en predios eminentemente urbanos. ii.

La asociación de las áreas edificad as: el patio, las chinampas agrí-

colas y el solar conforman una unid ad consistente, a la que se le puede denominar unid ad habitacional. 153

e


patrón

tipos de corredor

casos

%

corredores Lineales

13

65.00

En “L”

5

25.00

En “Z”

1

5.00

Otro

1

5.00

Rectangulares

13

56.52

En “L”

5

21.74

En ”U”

1

4.35

Triángulo

1

4.35

En “S”

1

4.35

Otras formas

1

4.35

Otras formas

1

4.35

solares

iii.

La presencia del patio como elemento central, alrededor del cu al

se organizan los espacios edificados. iv.

Una relación equilibrad a y a veces holgad a de espacios abiertos y

cultivados en relación con los construidos. Emplazamiento de la parcela en el conjunto habitacional La característica más relevante de la parcela (área ocupad a por una unid ad habitacional) en su integración con el contexto urbano inmediato es la independencia: lo logra a través de caminos o canales, y generalmente es autónoma, es decir, hay una separación marcad a 154

e

Lámina 21. Tipos de patios identificados en los códices-planos.


patrón

grupos de chinampas

casos

%

chinampas

13

100.00

1 chinampa

2

15.38

2 chinampas

4

30.77

3 chinampas

4

30.77

4 chinampas

2

15.38

8 chinampas

1

7.96

lugares de almacenamiento

11

100.00

6

54.55

4

36.36

1

9.09

4

100

1 tramo

1

4.35

2 tramos

1

4.35

Total de almacenes

escaleras

Lámina 2 2 Tipos de corredores, chinampas, solares, lugares de almacenamiento y escaleras identificados en los códices-planos.

por elementos naturales, caminos y muros entre una y otra parcela, hecho que permite que la unid ad habitacional gu arde total privacía respecto a sus vecinos y accediendo a la vez a los espacios públicos: caminos y canales de circulación de canoas. En los planos analizados se tienen las mod alid ades de emplazamientos y las recurrencias que se presentan en la lámina 19. El emplazamiento que se presenta con más frecuencia es el de la parcela con un canal y un camino que corren paralelos en dos de sus extremos, aunque se encuentran otras mod alid ades de emplazamiento. 155

e


PATRÓN

N .DE

TIPOS DE ACCESOS

CASOS

%

Sencillos

73

34.60

Con jambas marcadas

51

24.17

A base de muretes

3

1.42

Con escalera

1

0.47

Diversos

25

11.85

Fronatales con arco

10

4.74

Frontales con jambas y dintel

34

16.11

Frontales con marco

3

1.42

Embarcaderos2

0.95

Puentes

5

2.37

Escaleras

4

1.90

Los componentes espaciales de la unidad habitacional Los cuartos. En cu anto a los usos de los cu artos, se identificaron: el cihuacalli o cu arto de las mujeres, que se destinaba a la preparación de los alimentos; los cu artos para el descanso total, que fueron usados principalmente como dormitorios, ya que la escasa iluminación interior privilegiaba que las activid ades manu ales se realizaran fuera de las edificaciones; hay una gran cantid ad de cu artos con vestíbulos con dos y hasta tres divisiones internas. En los expedientes que acompañan a los planos de las casas se menciona, en algunos casos, la existencia de cu artos destinados a las imágenes sagrad as o a los muertos, tal vez allí se realizaron la oración o la meditación. Finalmente, cabe mencionar que por el tamaño de algunos cu artos y su emplazamiento dentro de la casa, probablemente se trate de espacios destinados al almacenamiento de objetos de trabajo o domésticos; son de dimensiones reducid as y tienen una morfología semejante. 156

e

Lámina 23 Tipos de accesos identificados en los códices-planos.


En cu anto a la organización espacial que tienen los cu artos, los hay con un solo espacio o cu artos sencillos; con dos espacios o cu artos dobles y con tres espacios o cu artos triples. Los cu artos generalmente tienen el acceso al centro de uno de los muros, de acuerdo con la clasificación anterior, se presentan varias mod alid ades de cu artos

Lámina 24 Orientación de las casas de tradición azteca que cuentan con ese registro en los expedientes analizados

(Lámina 20 a y 20 b). El patio. Es el espacio central abierto que se conforma por la disposición de las edificaciones. La presencia del patio se encuentra en todos los casos analizados; sin embargo, aunque tiene un carácter universal en las viviendas, el de la casa azteca presenta sus propias peculiaridades; generalmente está delimitado por edificaciones en dos y hasta en tres de sus lados, cerrando los demás lados con muros “ciegos”, de materiales sólidos o bien con cercas vegetales.

157

e


Lámina 25 Modelo basado en Leonardo Da Vinci: representa las medid as indígenas de tradición aztecanáhu atl usad as en la medición de las casas y terrenos.

cennequetzalli:

mano

unidad de medida

elevada

igual a la

200 cm

estatura

aprox

media azteca

160 cm aprox

cenomitl: 40 cm aprox

cenomitl:

cenmacolli:

cenmacolli:

60 cm aprox

brazo

codo

cenyolotli:

cenyolotli:

80 cm aprox

corazón

cenmitl:

cenmitl:

120 cm aprox

flecha

cenmaitl:

mano

160 cm aprox

cennequetzalli:

cenmaitl:

posición erecta del cuerpo

158

e


Lámina 26 Detalle de la maqueta que recrea el barrio azteca.

Otra característica es que los cu artos que se encuentran alrededor del patio tienen sus accesos desfasados entre sí, es decir, en relación con ejes virtu ales de composición. La generalid ad es la asimetría de los accesos de los cu artos vistos en planta, lo cu al permite una mayor intimid ad visu al para los ocupantes de los mismos, al tiempo que acentúan el uso público del patio. En cuanto a las formas de los patios, las más comunes son la rectangular (17 casos) y la disposición en “L” (9 casos); los demás son de formas diversas (7 casos) (Lámina 21). El corredor. Su función es estrictamente de circulación y permite conectar dos o más espacios. Se presenta en 60% de los casos analizados y tiene las siguientes modalidades en cuanto a su forma: los rectangulares se presentan con mayor frecuencia (13 casos); los que tienen forma de “L” con frecuencia media (5 casos), y excepcionalmente se obser van otras formas (2 casos) (Lámina 22). Los solares cultivados y no cultivados. Los solares se mencionan mucho en los expedientes que acompañan a los planos, es un término que se utiliza para identificar los espacios abiertos dentro de la unid ad habitacional. Sin embargo, a diferencia del patio, fueron los lugares de cultivo en la tierra firme o ligados al procesamiento de productos agrícolas; o bien, se trata de espacios abiertos sin uso definido, que posibilitan el equilibrio entre áreas edificad as y no edificad as. Los solares se presentan en 67% de los casos analizados. 159

e


Lámina 27 Fotografía actu al de un canal en Xochimilco, Ciud ad de México.

En cu anto a su forma, son mayormente rectangulares (13 casos) y en “L” (5 casos); excepcionalmente se encuentran otras mod alid ades (en “U”, triangulares y otros, como se obser va en la lámina 2 2). C h i n a m p a s p a ra a g r i c u l t u ra i n te n s i v a . Hay que mencionar que las chinampas son porciones de terreno que se levantaban artificialmente sobre el nivel de las agu as del lago y que se usaron tanto para la edificación doméstica, como para la realización de obras civiles o para la agricultura. En México, generalmente usamos el término chinampa para referirnos a las porciones de tierra rodead as por acequias y dedicad as al cultivo agrícola. El 40% de los predios analizados contaba con chinampas para la agricultura. La condición agrícola de las unid ades habitacionales, como se dijo, está presente en casi la totalid ad de los casos analizados, ya sea por la presencia de chinampas o por los solares de cultivo. La forma rectangular de las chinampas es homogénea en el territorio de la Cuenca de México, aunque sus dimensiones varían dependiendo del sitio. En los casos analizados encontramos que las agrupaciones de dos y tres son las más comunes (8 casos), le siguen los conjuntos de una y cu atro chinampas (4 casos), y solo hay un conjunto de ocho chinampas, como se muestra en la lámina 2 2 . Lugar es p ara almace namie nto. Aun q ue n o se m e n c io n a e xp líc it a m en t e l a pr es en c ia de lugar e s p ar a e ste fin e n n in gun o de lo s e xpedi en t es , y co nv ie n e ac lar ar q ue c asi n o se m e n c io n a n ad a so b r e e l us o de l o s es pa ci o s, c o n algun as r ar as e xc e p c io n e s e n q ue se r e gistr a el c ih uac alli en e l p lan o o se h ab la de l c u ar to de las im áge n e s e n al160

e


g ún ex pedi en t e; c o n side r am o s q ue e sta c lasific ac ió n p ue de r e sultar a decu a d a , po r q ue lo s e sp ac io s in c luido s e n e sta c ate go r ía so n de dim en s i o n es m uy pe q ue ñ as y se p r e se n tan c o n c ie r ta fr e c ue n c ia. D e nt r o de l a ca s a es tán ub ic ado s e n sitio s de ac tiv id ad in te n sa y, tan to po r s us di m en s i on e s c o m o p o r su lo c aliz ac ió n y f o r m a, sup o n e m o s q ue es t o s es pa ci os se r v ían p ar a alm ac e n ar h e r r am ie n tas, o b j e to s o pr o duct o s di v er so s. E ste tip o de e le m e n to s se p r e se n ta e n 30% de lo s ca s o s a n a l i z a do s, c o n las siguie n te s c ar ac te r ístic as: de p lan ta r e ct a n g ul a r, co n m ur o s e n tr e s lado s, 6 c aso s; c o n p lan ta c u adr ad a, c o n a cces o a l cen t r o , 4 c aso s, y c o n ac c e so j un to a un a e sq uin a, 1 c aso ( Lá m i n a 2 2 ) . Ele m e ntos c o ns tru ctivos . A cces os a las cas as y cu artos , e mbarcader os , p ue ntes y es c a le ras . E n e ste c u adr o n o s d am o s c ue n ta q ue la m ay o r í a de l o s a cce so s a lo s c u ar to s se disp o n e n al c e n tr o de la f ac h ad a , o bs er v a m o s que se c o m p o n e n de j am b as y din te l, aun q ue e xiste un a buen a ca n t i d ad de aq ue llo s q ue so n e n f o r m a de ar c o se gún la t r a di ci ó n eur o pe a, v ale la p e n a se ñ alar q ue h ay r e p r e se n tac io n e s e n pl a n t a y en a l z a do c o m o aq uí se m an if ie sta. O tr o s e le m e n o s c o n st r uct i v o s s o n l a s e sc ale r as, e n un as p o c as de las c asas, e m b ar c ader o s en l a s pa r t es tr ase r as de las c asas y p ue n te s fue r a de las m ism as ( l á m i n a 2 3) . O r ie ntac ión principal de las cas as . E n do c e de lo s tr e c e p lan o s co n r ef er en ci a de o r ie n tac ió n , e n c o n tr am o s q ue te n ían la p r e dom i n a n ci a en q ue sus ac c e so s se p r e se n tab an h ac ia e l o r ie n te o al po n i en t e y s o l o en e l c aso de l p e n últim o p lan o de la lám in a o b se rv a m o s q ue l a m ay o r ía de lo s c u ar to s de la c asa p r e se n tan sus ac c e so s h a ci a el n o r t e o al sur ( lám in a 24) . Medidas indígenas. La arquitectura ha estado ligad a a las medid as y proporciones de sus componentes, el sistema aplicado en la arquitectura doméstica de tradición azteca está basado en medid as antropométricas. Con un sistema proporcional establecido a partir de algunas partes del cuerpo humano y de acuerdo con la talla indígena promedio, este sistema fue utilizado tanto para el diseño como para el registro catastral de las unid ades habitacionales 3 (lámina 25).

3 Para un estudio exhaustivo del tema se puede consultar el texto de Marcos Matías Alonso (1984). 161

e


3 . r ec r eac i ó n de un barri o az te ca y pe rm ane nci as Recreación de un barrio azteca. Es una maqueta que realizamos para que el obser vador común pudiera apreciar la forma en que se dio la urbanización de la ciud ad azteca de Tenochtitlan, con base en los patrones de parcelación y morfología de calles y canales de agu a que están regsitrados en el Plano en papel maguey, de igu al manera se hicieron las casas basados en los treinta y cu atro planos que hemos referido ampliamente en este texto (lámina 26). Permanencias prehispánicas. Quisimos presentar dos ejemplos muy relevantes en México, el primero muestra uno de los canales de Xochimilco con una chalupa o pequeña embarcación, en la que se obser va un trabajador de limpieza que recoge la basura de las casas por el embarcadero que generalmente se ubica en la parte trasera de la casa (lámina 27). El otro ejemplo es la casa de una noble indígena 162

e

Lámina 28 Casa de la cacica en Teposcolula, Oaxaca. Se caracteriza por una nobleza que se expresa simbólicamente en su monumentalid ad y en el friso.


ubicad a en las afueras del pueblo de Tepozcolula, Oaxaca, conocid a con el nombre de “La Casa de la Cacica”. Es uno de los pocos edificios de esta época y estilo que aún permanecen en el país y que, aunque está en otra región diferente a la Cuenca de México, conser va el estilo de las casas nobiliarias que tenían en el friso una cinta negra con motivos circulares a todo lo largo de la misma. (láminas 28 y 29). Notas sobre la condición de la casa azteca. Anteriormente solo se presentaron las características tipológicas de los espacios de la casa de tradición azteca, con lo que podemos confirmar que los diseños presentaban patrones comunes: sencillos y complejos con una amplia diversid ad de espacios para el descanso, la convivencia, la preparación de alimentos, el almacenamiento y la producción artesanal y agrícola, que señalan condiciones de vid a confortables en espacios amplios y ventilados; también un dominio de la escala antropométrica utilizad a en los diseños habitacionales y como método de medición para los registros catastrales de la unid ad habitacional. De hecho, a través del análisis de los códices-planos podemos percibir una cultura arquitectónica y urbanística de tradición azteca avanzad a para la época, que no puede ser valorad a desde los patrones oficiales y dominantes de otras culturas del mismo período temporal, aunque sí desde la satisfacción de las necesid ades económicas, sociales, funcionales y de habitabilid ad de las casas y la ciud ad , en su relación con el entorno ecológico. Lámina 29 c1. Detalle del friso de la Casa de la cacica.

163

e


e 164


Poblamiento y génesis morfológica de la ciudad de Tlaxcala Jorge González Aragón E. Alejandro Pérez Pérez Edwin Carbajal Arroyo Luis ZaldÍvar Bonilla Oswaldo Saucedo González e

b

PO B LA M I EN TO D E L A C IU DAD D E TL AXC AL A En la lectura de la génesis de la morfología de la ciud ad de Tlaxcala se utilizan dos planos históricos en escalas uno a diez mil y el otro uno a cinco mil como parte del denomina-

do: Gran cuadro histórico, político, geográf ico, industrial y religioso de la

Este artículo de investigación fue concebido por Jorge González Aragón,

ciudad de Tlaxcala, del año 1887, una de cuyas copias se encuentra en

profesor de la Carrera de

la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, en la ciud ad de México.

PlaneaciónTerritorial de la

Antes de proceder al análisis específico de los planos señalados,

UAM, Unidad Xochimilco y llevado a cabo inicialmente

nos parece importante mencionar en forma resumid a los textos que

con tres alumnos del módulo

vienen en el Cu adro.

XI, quienes realizaron

La primera parte religiosa menciona los dioses de los antiguos tlaxcaltecas: i .Texcatlipoca,

ii.

Quetzalcoatl,

iii.

Tlaloc y

iv.

Camaxtle,

los planos y algunas notas relativas a los mismos, siguiendo el método

Dios de la caza, estrechamente ligado a los chichimeca, cultura madre

analítico propuesto por Jorge

de los tlaxcaltecas y, quien de acuerdo con el mito, guió a los tlaxcal-

G. A: para la lectura urbana

tecas con asentamientos temporales en Texcoco, Coatlinchan, Cacaxtla

de la Ciudad de Tlaxcala, posteriormente se integró el

y Xochitepec, hasta el lugar de riscos llamado Tepeticpac ya en el siglo

l icenciado en Planificación

XIII. El lugar sagrado y referente siempre asociado a las deidades fue la

Territorial Alejandro Pérez,

montaña llamada Matlatlcueyetl, Malinche después, en honor de MaChicomoztoc en el Códice Historia Tolteca-Chichimeca.

Nota al lector:

lintzin Tenepatl o Doña Marina la intérprete, guía e intermediaria en las negociaciones de Cortés con las etnias mesoamericanas y del norte.

quien desarrolló el método para el Modelo de elevación del Plano de Tlaxcala y los planos correspondientes. 165

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Ha ci a l a s eg un d a m itad de l siglo XIII Te p e tic p ac se div idió e n do s un i d a des : Tep e tic p ac y O c o te lulc o , p ar a de sp ué s f un d ar lo s señ o r í o s de T i z a t lán y Quiah uistlán , fo r m an do así lo s c u atr o p r in c ipa l es s eñ o r í o s de l te r r ito r io tlaxc alte c a; to do s ase n tado s e n la c im a de l a s m o n t a ñ a s , ub ic ado s al p o n ie n te de l Río Zah u ap an y la c iud ad a ct u a l , t en i en do c o m o m o tiv o p r in c ip al de su ub ic ac ió n la de fe n sa de l o s a t a q ues de p ue b lo s le ale s al im p e r io az te c a de sde su lle gad a a l a r eg i ó n y h asta la lle gad a de lo s e sp añ o le s, e l v e in titr é s de s ept i em br e de 1 51 9, c o n un a ac titud de c o n se n so e n tr e é sto s y lo s t l a x ca l t eca s . En una de las cartas de Hernán Cortés a Carlos V, hablando de la ciud ad de Tlaxcala, dice así: La cu a l ci ud a d e s tan gr an de y de tan ta adm ir ac ió n , q ue aun q ue m uch o de l o q ue de e lla p o dr ía de c ir, lo p o c o q ue dir é c r e o e s c asi i n cr eí bl e po r q ue e s m uy m ay o r q ue Gr an ad a y m uy m ás f ue r te , y de t a n buen o s edific io s y de m uc h a m ás ge n te q ue Gr an ad a te n ía al t i em po , q ue s e g a n ó y m uy m e j o r ab aste c id a de las c o sas de la tie r r a q ue s e d a pa n y de av e s y c az a y p e sc ado de lo s r ío s de o tr as le gumbr es q ue el l o s co m e n m uy b ue n as. Hay, e n e sta C iud ad un m e r c ado , en el q ue co t i di an am e n te , to do s lo s días de 30,000 án im as ar r ib a v en di en do y co m p r an do e n o tr o s m uc h o s m e r c adillo s q ue h ay p o r l a C i ud a d en pa r te s. E n e ste m e r c ado h ay to d as c u an tas c o sas así de m a n uf a ct ur a , co m o de v e stido y c alz ado q ue e llo s tr atan y p ue de n h a ber. Hay m ucha lo z a y de to d as m an e r as y m uy b ue n a y tal c o m o l a m ejo r de l a Esp añ a. Ve n de n m uc h a le ñ a y c ar b ó n y y e r v as ( sic ) m edi ci n a l es y de c o m e r, h ay c asas do n de lav an las c ab e z as c o m o b arber í a s y l a s r a pan : h ay b añ o s. Fin alm e n te q ue e n tr e e llo s h ay c ad a m a n er a de buen ó r de n ( sic ) y p o lic ía y e s ge n te de to d a r az ó n y c o n ci er t o y t a l q ue lo m e j o r de Áf r ic a n o le igu ala. E s e sta p r o v in c ia de m uch o s v a l l es l l an o s y to do s h e r m o so s y to do s lab r ado s y se m b r ado s s i n h a ber en el l a c o sa v ac u a; tie n e e n to r n o la p r o v in c ia 9 0 le gu as y m a s l a o r den q ue h asta ah o r a se h a alc an z ado q ue la ge n te de allí t i en e un g o ber n a do r c asi c o m o L as Se ñ o r itas de Ve n e c ia y Gé n o v a y P i z a , po r q ue n o h ay se ñ o r ge n e r al de to do s. Hay m uc h o s se ñ o r e s y t o do s r es i den en e sta C iud ad y lo s p ue b lo s de la tie r r a so n lab r ado r es y s o n v a s a llo s de e sto s se ñ o r e s c ad a un o tie n e su tie r r a p o r sí. 166

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Entre los barrios que destacan hacia finales del siglo XIX se encuentran: San Hipólito, San Buena Ventura Atempan, San Gabriel Cu auhtlan y Santa María Ocotlán, todos fueron y persisten como barrios cercanos a la antigu a traza del siglo XVI. C HI C O M O Z TO C Una de las láminas más sorprendentes por su calid ad y peculiarid ades plásticas es la que se ha denominado: Chicomoztoc, con la siguiente referencia [F. 16r Ms. 51-53 p. 28] del códice mesoamericano llamado: Historia Tolteca Chichimeca que d ata del período 1550-1560, procedente del señorío nahu a de Qu auhtinchan, actu almente en el estado de Puebla 1 . Colhu acatepec o Chicomoztoc o “lugar de las siete cuevas”, remite al sitio original del que partieron las siete etnias chichimecas que poblaron el actu al Valle de Puebla Tlaxcala. Allí estaban los tlatoque, los tepilhu an chichimeca, los qu autinchantlaca, los moquiuisca, los totomiu aque, los acolchichimeca, los tzauchteca, los zacateca, los texcalteca y los malpantlaca. Como menciona Cecilia Rossell 2 : Es el relato de los siete pueblos chichimeca que fueron guiados por los toltecas para conquistar y llegar a merecer sus tierras y su gobierno. Su lugar de origen estaba en Chicom o z t o c , ‘ s i e t e c u e v a s ’, s i t u a d o e n a l g ú n p a r a j e d e l a l l a n u r a d e l d e s i e r t o c o n o c i d o c o m o ‘ l a t i e r r a d i v i n a o p e l i g r o s a ’, l a teotlalli. Esos pueblos chichimeca eran parte de los nómadas del Norte de México. Entre estos estaban los tolteca-chichimeca, que al parecer salieron del noroeste, pasaron por colhuacat e p e c , ‘ c e r r o c u r v o o e l l u g a r d e l o s a n c e s t r o s ’, c r u z a r o n p o r el Bajío y llegaron a un pequeño asentamiento otomí junto a un río, en el estado de Hidalgo, que convirtieron en su capital y l o r e n o m b r a d o c o m o To l l a n , e n s u l e n g u a , e l n á h u a t l , q u e q u i e r e d e c i r ‘ e n t r e l o s j u n c o s y l o s c a r r i z o s ’, y e s a h í d o n d e e s t e g r u p o t o m ó e l n o m b r e d e t o l t e c a s , h a b i t a n t e s d e To l l a n . 1 De acuerdo con el estudio de Paul Kirchhoff, Lina Odena Güemes y Luis Reyes García, Historia Tolteca Chichimeca, México, D. F., ed. FCE, 1989 [1976], 289 p 2 Rosell Cecilia. Historia Tolteca-Chichimeca. Arqueología mexicana, Edición Especial 54 (2014): 18-23 167

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De acuerdo con Kirchhoff, Odena y Reyes (op. cit., p. 161) y sin entrar en los detalles de todos los personajes, lugares y relatos de esta compleja pictografía, podemos observar los grupos étnicos que estaban en cada una de las cuevas y que describimos comenzando desde la cueva izquierda y baja hasta la última, en el sentido de las manecillas del reloj: Cueva 1: Los Malpantlaca Cueva 2: Los Texcalteca (Tlaxcaltecas) -Tecpatzin Cueva 3: Los Qu auhtinchantlacas (de Cu auhtinchan) Cueva 4: Los Totomiu aque (de Totomehu acan o Totimehu acan) Cueva 5: Los Acolchichimecas Cueva 6: Los Tzauchteca Cueva 7: Los Zacatecas Estos grupos tuvieron rivalid ades, encuentros y alianzas entre sí, y también con los que ya habitaban el Valle Tlaxcala-Puebla de raigambre olmeca y xicalanca durante los siglos XII al XVI, éste último donde se consolid a el dominio hispano-tlaxcalteca en la región y en la Nueva España. También las nuevas mod alid ades de urbanización del territorio, con la mezcla de experiencias y expresiones precolombinas y las formas europeas dominantes.

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Gran cuadro histórico, político, geográf ico, industrial y religioso de la ciudad de Tlaxcala, 1887, una de cuyas copias se encuentra en la Mapoteca Manuel Orozco y Berra. Clasificación: 6084 -CGE-7248-B


gr a n c ua d ro h i stóri co, pol í ti co, ge ográfi co, i ndustri al y r eli gi o s o de la ci udad de tl axcal a y de l e stado de s u n om bre Formado por Pedro Larrea y Cordero. Dedicado al Sr. Gobernador de Estado: Coronel Próspero Cahu antzi Plano-cartel elaborado en el año 1887 Elementos de la Infografía: m a pa s 1.- Carta del Estado de Tlaxcala. Mand ad a a levantar por el gobernador del Estado y delinead a por Pascu al Almazán. 2 .- Plano de la Ciud ad de Tlaxcala R. y A. por Pedro Larrea y Cordero. 3.- Plano de la Ciud ad de Tlaxcala y sus Alrededores, generado por el ingeniero Pablo Solís. p er s p ec t i va s 1.- La ciud ad de Tlaxcala y sus alrededores, vista desde el Suroeste al Noreste. 2 .- Santu ario de Ocotlán. 3.- Capilla del Agu a Santa. 4.- Palacio Municipal (Calpulalpan). 5.- Palacio de Gobierno. 6.- Ermita de Buena Ventura. 7.- Convento de San Francisco. 8.- Fábrica La Tlaxcalteca. 9.- Fundidora de hierro y bronce Panzacola. 10.- Fábrica de hilados y tejidos La Josefina. 11.- Una vista de la Ciud ad de Hu amantla. 12 .- Fábrica la Trinid ad . 13.- Fábrica de Tejidos e hilados El Valor. 14.- Fábrica de vidrio hueco Apizaco. i m á gen es 1.- La Religión en Tlaxcala, se aprecian catorce elementos de relativos a la religión y costumbres católicas implantadas por los españoles, es una suerte de cronograma religioso que ilustra distintos periodos y sucesos en la vida religiosa de la ciudad de Tlaxcala; al pie se aprecian los retratos del primer misionero y del primer obispo de Tlaxcala y de la Nueva España. 169

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2.- El Gobierno en Tlaxcala, se aprecian dos elementos vinculados al contexto histórico político y administrativo de Tlaxcala, el primero relativo a la alianza entre Tlaxcaltecas y Españoles, enmarcado con elementos de guerra, colonización, evangelización y conquista de unos sobre otros; el segundo muestra una serie de estandartes con los escudos de armas del Estado y de la Ciudad, junto con una representación de la justicia romana redactando la constitución del Estado y al pie los retratos del primer gobernador del estado y del actual gobernador del mismo. 3.- Diez retratos de personajes importantes y representativos de Tlaxcala, arropados por el águila comiendo una serpiente sobre un nopal. 4.- Dibujos de los símbolos Tlaxcaltecas representativos de la historia local; una Pila, un Púlpito; dos Estandartes; una Capa. 5.- Dibujos de Escudos de Armas y Glifos; los Escudos de Armas son de la República de Tlaxcala, de la ciudad de Tlaxcala, de la casa del Senador Tlahuexolotzin, del Senador Maxixcatzin, del Senador Xicohtencatl y del Senador Zitlapopoca. Los glifos son de algunos de los pueblos del Estado y de los Cuatro Señoríos de Tlaxcala: 1. Tepeticpac, 2. Ocotelulco, 3. Tizatlan y 4. Quiahuistlan. t ex to s 1.- Parte Religiosa e Historia Eclesiástica. 2 .- Parte Histórica y apuntes. 3.- Biografías de Tlaxcaltecas célebres, 18 personajes y otros hombres notables de cuatro distritos. 4.- Parte Geográfica y Estadística. 5.- Gobierno y división política administrativa del Estado.

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p la n o de la c i u dad de tl axcal a y s us al re de dore s y p la n o de la ci udad de t l axcal a La infografía de la ciud ad de Tlaxcala, conformad a por Pedro Larrea y Cordero, incluye en los tres planos que la integran uno elaborado por el ingeniero Pablo Solís, titulado “Plano de la Ciudad de Tlaxcala y sus Alrededores”. Consideramos que este documento cartográfico, que fue generado en conjunto con el “Plano de la Ciudad de Tlaxcala”, también fue elaborado por Larrea y Cordero, ya que mantiene la misma base topográfica de la ciud ad y solo se distinguen entre sí por la orientación, la simbología de algunos terrenos de producción agrícola, la escala elegid a y la superficie representad a, mientras que el plano del ingeniero Solís está realizado a una escala de 1:10,000, el de Pedro Larrea y Cordero fue elaborado a una escala de 1:5,000. La utilización de una escala menor en el plano de Solís deriva de la necesidad de abarcar un área mayor, manteniendo la capacidad de representación topográfica y del territorio de la ciudad de Tlaxcala a nivel urbano, con un gran detalle a nivel de los inmuebles.

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la gén es i s m o r fol ógi ca de la c i uda d d e tl axcal a duran te e l v i rre i nato La urbanización específica de la ciud ad de Tlaxcala, ya durante el período virreinal, se analiza a continu ación a partir de dos planos históricos del año de 1887 que aparecen en el Gran Cuadro histórico… señalado en el primer párrafo de este texto. Para el análisis de la morfología de la ciud ad , utilizamos un método para la lectura urbanística de planos históricos que ha desarrollado Jorge González Aragón y que para nuestros propósitos se ha ampliado a la elaboración de planos con un modelo de terreno que representa a la ciud ad histórica en perspectiva, desarrollado por Alejandro Pérez Pérez. El método aplicado consistió en los siguientes pasos: * Copia del Plano histórico en una imagen de alta resolución. * Restitución del Plano histórico a través de vectores con referencia geográfica. * Elaboración de planos temáticos relacionados con la forma urbana: Topográfico Hidrográfico Morfología de manzanas Morfología de calles Áreas construid as Barrios principales, iglesias y fortalezas Leyend as en caracteres latinos Identificación de calles que a la vez son escurrimientos pluviales Identificación de calles que unen barrios prehispánicos y edificios emblemáticos Usos del suelo Restitución del Plano histórico en un modelo vectorial de manejo en perspectiva. * Descripción de la forma urbana a partir de la elaboración de los planos temáticos. * Reflexión acerca de la forma urbana: su génesis, elementos geográficos y culturales que la condicionaron.

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Ins ignias de Señoríos De Tlaxcala y Escudos de los Senadores Asociados Izquierd a a derecha: 1: Insignia del Señorío de Tizatlan. 2 : Escudo de la casa del Senador Xicohtencatl 3: Insignia del Señorío de Quiahuixtlan. 4: Escudo de la casa del Senador Zitlapopoca. Dibujos a calca de Maura González Aragón Aguirre.


to p o gr a f í a e h idrografí a El plano topográfico e hidrográfico nos permite identificar los elementos geográficos fund amentales en la disposición de la ciud ad en su conjunto. Aquí obser vamos la topografía de la micro-región, llena de cerros y montañas en el derredor de la breve planicie. La altitud más baja de la ciud ad está cercana a los 2 , 230 m. sobre el nivel del mar y sube a las cúspides de los cerros y montañas cercanas a altitudes hasta 2 ,345 m. Esta conformación ortográfica genera una gran cantid ad de escurrimientos pluviales, que alimentan el caud al y el flujo del Río Zahu apan, que nace unos pocos kilómetros antes y forma parte de la Cuenca del Río Balsas. Topografía e hidrografía fueron los elementos condicionantes de los asentamientos humanos y mostraremos cómo dieron forma a éstos las comunid ades que allí habitaron en los diferentes períodos de tiempo.

Restitución Hidrográf ica en la Ciudad. División Predial y Áreas construid as.

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h i d ro gr a f í a , di v i s i ón pre di al y áre as con strui das La ciud ad histórica se ubica entre los meridianos al oeste de Greenwich: 98º 15’ y 98º 13’, así como entre los paralelos al norte del Ecu ador de 19º 18’ 30’’ y 19º 20’ 30’’. Aquí, podemos obser var que al menos cinco de las calles de la ciud ad se forman y coinciden con los escurrimientos pluviales que vienen de los cerros del sureste y suroeste hacia el río. Es muy importante anotar esto, porque son las vías que facilitan el paso primario de las comunid ades originarias de un lado al otro, en donde se van ubicando los núcleos poblacionales más antiguos y también los espacios y edificios privilegiados o emblemáticos, en los diversos períodos de tiempo y también morfológicos de la ciud ad que se transforma. Vemos que sobre las montañas hay caseríos que corresponden a los primeros asentamientos de Tlaxcala establecidos desde principios del siglo XIII y que tienen una ubicación siempre cercana a los cuerpos de agu a, apreciamos también mayor concentración de edificios cu ando las cur vas topográficas se abren, es decir, crean breves planicies. Tienen una ubicación en altura sobre las montañas para defenderse de ataques de rivales que lucharon por el control del territorio y los tributos de las comunid ades. En la planicie obser vamos la traza del virreinato que comienza a construirse a mediados de los años veinte del mil quinientos, es una ciud ad reticular al estilo renacentista y del castrum romano 3 , pero no homogénea en sus dimensiones ni en la formación de sus manzanas debido a las variantes en altura y delimitación de la planicie que impuso la geografía del lugar. Las áreas edificad as en la planicie, como podemos apreciar en el plano, se encuentran dispuestas a lo largo del camino que por el sur va hacia la ciud ad de Puebla y por el norte hacia San Buenaventura y hacia Santa Ana Chiautempan, este corredor esta cercano a las montañas del oriente con la finalid ad de evitar inund aciones, pues las agu as corren de oriente a poniente para encontrase con el Río Zahu apan.

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Restitución Hidrográf ica en la Ciudad. División Predial y Áreas. Morfología también implantad a en algunas ciud ades mesoamericanas, aunque con otras mod alid ades de composición, tal es el caso de la Ciud ad de México en el Códice Plano en papel maguey.


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MORFOLOGIA DE MANZANAS PLAZA MAYOR

m o r f o lo gí a d e m an z an as

RECTANGULARES

La morfología de las manzanas está definid a por la condición del sitio en cu anto a los escurrimientos pluviales y por el modelo de trazado

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reticular del viejo mundo. Es por ello que tenemos medid as regulares de manzanas sobre el eje norponiente-sureste, no obser vamos me-

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did as regulares en sentido perpendicular, ya que éstas se ad aptaron CUADRADAS

a las condiciones que generaron los escurrimientos de agu a prove-

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nientes del oriente; la orientación como tal está, por ende, dispuesta M7 M2

con ese azimut geográfico definido en parte por estas condicionantes Francisco, que es también el lugar en donde se ubicara la catedral de

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regulares (del mismo tamaño) en el lado más angosto, mientras que sobre el lado con mayores dimensiones presentan variantes debido a

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nos, las rectangulares se ad aptan a las condiciones geográficas, pues obser vamos que la mayoría de las manzanas conser van dimensiones

RECTANGULARES

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d as, rectangulares e irregulares; las cu adrad as tienen sus antecedentes en la forma de trazo usado generalmente por los frailes francisca-

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convivencia, por excelencia, de la ciud ad ; ambas manzanas se ubican junto al corredor Puebla-San Buenaventura. Hay manzanas cu adra-

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Tlaxcala, la Plaza Mayor, donde se asentaron los edificios de gobierno y principales de la élite europea e indígena y la gran plaza cívica y

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hidrográficas. La manzana mayor corresponde al convento de San

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que fueron sujetas a las vías establecid as por los escurrimientos. Las manzanas irregulares presentan esas formas por la vecind ad

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con áreas de alta pendiente y con los cuerpos superficiales de agu a; a ello se deben sus formas caprichosas.

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Morfología de Manzanas y Terrenos de Cultivo.

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m o r f o lo gí a gene ral de cal l e s y de sti nos e m bl e m áti cos El trazado de las calles es reticular y está definido por el eje principal que va hacia Puebla al Sur y hacia Chiautempan al noreste; los ejes perpendiculares fueron definidos por los principales escurrimientos que vienen del oriente, o bien, son guiados hacia el río por algunas de las calles perpendiculares al eje principal; estos ejes perpendiculares son los que d an forma y sentido de orientación a la traza de calles marcad a en color rojo. La s ca l l es p r in c ip ale s tie n e n c o n tin uid ad y un de stin o de fin ido den t r o de l a c iud ad de Tlaxc ala. Así, o b se r v am o s q ue las c alle s m a r ca d a s en m o r ado y p e r p e n dic ular e s al e j e Pue b la- C h iaute m p an t i en en co m o destin o lo s an tiguo s c ase r ío s y p ue b lo s o b ar r io s p r eh i s pá n i co s ubi cado s e n las m o n tañ as, do n de se c o n str uy e r o n p o ster i o r m en t e, ba s í lic a, igle sias o c ap illas c o m o p ar te de la e str ate gia de o cupa ci ó n y do m in io de l te r r ito r io y to do s sus r e c ur so s, a tr av é s de l o q ue t r a di cio n alm e n te se h a llam ado la c o n q uista e sp ir itu al de l o s i n dí g en a s . D e es t a m a n e r a, se r e gistr a la un ió n p o r c am in o s y c alle s e n tr e el a s en t a m i en t o y la Basílic a de O c o tlán e n la m o n tañ a de l o r ie n te y el puebl o co n l a igle sia c o n str uid a e n un o de lo s c u atr o m ás im p o rt a n t es s eñ o r í o s o alte pe tl de Oc o te lulc o . E l o tr o e j e v a de l Pue b lo de S a n G a br i el C u auh tla al o r ie n te y e l b ar r io de San Hip ó lito ; so b r e es t e eje, en s u paso p o r la tr az a r e tic ular, se e n c ue n tr an la gr an m a n z a n a del co nv e n to fr an c isc an o y e l p r in c ip al e sp ac io de p o de r cí v i co y co nv i v enc ial de la c iud ad : la Plaz a May o r. Po dem o s en to n c e s de c ir q ue la c o m p o sic ió n de la tr az a v ial es t á def i n i d a por e l e j e Pue b la- C h iaute m p an y p e r p e n dic ular m e nt e po r t r es ca l l es, do s de O c o tlán a O c o te lulc o y un a de San Gabr i el C u a uh t l a a San Hip ó lito , e n c uy a in te r se c c ió n c o n e l e j e Puebl a - C h i a ut em pa n se e stab le c e la Plaz a May o r al lado n o r te - p o n ie n te y el C o nv en t o de San Fr an c isc o al lado sur - o r ie n te .

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Plano de Tlaxcala Morfología general de calles y calles que unen barrios y edificios emblemáticos. En color rojo aparecen representad as las calles y se enfatizan en color morado aquellas que unen barrios antiguos, edificios y espacios emblemáticos; en violeta se muestran los edificios religiosos. Plaza Mayor de la Ciud ad de Tlaxcala en el siglo XVI (1585). Esta singular Plaza es cerrad a en dos de sus lados (oriente y sur) por un edificio continuo, los portales, con columnas y ornamentación en el friso con base en símbolos de tradición indígena; en los otros dos lados de la Plaza por edificios de tradición europea con las Casas Reales al lado norte y al lado poniente las casas de los alcaldes mayores, mesón, cárcel, caballerizas y carnicerías. Al centro de la plaza está la fuente y unos al sur la picota. Restitución de topografía, hidrografía, manzanas, áreas edificad as y predios agrícolas. 179

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Restutución de topografía, hidrografía, manzanas, áreas edificad as y predios agrícolas.

r est i t uc i ó n d el pl an o e n un m ode l o de pe rs pe cti va Con la finalid ad de presentar los elementos de la estructura urbana que hemos analizado en la ciud ad de Tlaxcala del año 1887, es pertinente decir : · · Que las fortalezas aparecen al poniente en el Cerro de Ocotelulco y están en comunicación visual con el poniente, con la Basílica de Ocotlán y con el Convento de San Francisco, que se encuentran en las áreas intermedias o las crestas de los cerros. · · Que la delimitación física de los predios agrícolas en achurado color verde tiene una relación funcional y de continuidad con el trazado de las manzanas de la ciudad. · · Que existe una ad aptación al sitio ejemplar en el trazado de la ciud ad , tanto en los antiguos pueblos indígenas como en el asentamiento virreinal que se manifiesta en calles que funcionan para el peatón y el vehículo, y que muchas de éstas conducen el agu a pluvial al río y tienen una orientación favorable para la climatización de los edificios, el asoleamiento y la ventilación. · · Que las edificaciones están ubicad as en lugares que tienen poco riesgo de afectarse por inund aciones. · · Que hay una variad a disposición de los edificios públicos, mostrados en color rojo, con fácil accesibilid ad para su encuentro.

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4. Coleccion general; estado tlaxcala; titulo gran cuadro historico politico Geografico industrial y religioso de la ciudad de tlaxcala y del estado de su nombre; autor Larrea y cordero pedro p. Almazan pablo solis; año 1887 – 1887 ; escala varias; técnica impreso; Medidas 93 x 130 cm; varilla cgtlax03; no. Clasificador 6084-cge-7248-a; descargar mapa http://W2.Siap.Sagarpa.Gob.Mx/mapoteca/mapas/6084-cge-7248-a.jpg 181

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l a s ley en da s en caracte re s l ati nos que apare ce n e n e l p l ano, s e p ueden c la s i fi car as í : · · Título del plano: Plano de la Ciud ad de Tlaxcala y sus alrededores. · · Autor del plano: levantado por el ingeniero Pablo Solís. · · Escala: 1:10,000. Equidistancia de las cur vas 5 ms. · · Lugares naturales: Río Zahu apan, Fald a del Cu autzi. · · Señoríos,

pueblos

y

barrios:

Ocotelulco,

Antigu a

Tlaxcala,

Quiahuiztlan, Apitzahu a, Tizatlan, Santiago, Candelaria, San Diego, San Hipolito, San Gabriel. · · Caminos y vías férreas: F.C. a Santa Ana, Camino a Puebla, Camino a Nativitas. · · Edificios religiosos: Santuario de Ocotlan, Agua Santa, Sr. del Vecino. · · Edificios militares: Antigua fortaleza Tlaxcalteca, Fortaleza, Fortaleza. · · Casas palaciegas: Obispotla o casa donde nació el obispo Mario de la Fuente, Palacio de Zitlalpopoca, Palacio de Maxicatzin, Palacio de Xicohtencatl, Casa de Muñoz Camargo. · · Obras civiles: Lugar de los estanques, Lugar de los estanques, Túnel. · · Espacios públicos y otros: Plaza del antiguo mercado, Panteon Nuevo. · · Nombres de lugares emblemáticos: Lugar tradicional de la presa de Cortés para probar los vergatines [sic], Lugar donde se construyeron los bergantines [sic] para la toma de México, Lugar del Templo de Camixtla, Lugar de la Casa de Axotecatl Cocomitzi. · · Cu adro con leyend a que ubica los principales edificios en el Plano de la Ciud ad de Tlaxcala: ex p li c ac i o n es 1. Palacio de Gobierno; 2 . Casa Municipal; 3. Cárcel Pública; 4. Parroquia; 5. Capilla Real; 6. Convento de S. Francisco; 7. Teatro Xicotencatl; 8. Hotel S. Carlos; 9. Colegio del Estado; 10. Casa Cural; 11. Mercado Lira y Ortega; 12 . Plaza de Toros; 13. Congreso; 14. Templo de Sma Trinid ad ; 15. Panteon; 16. San Gabriel; 17. Santu ario de N. S. de Ocotlan; 18. San Lazaro; 19. San Hipolito; 20. San Miguel; 21. Agu a Santa; 2 2 . San Nicolas; 23. San Sebastian; 24 Jerusalem; 25. Capilla del Sr del Vecino 26. Dolores; 27. Capilla de Jesus; 28. Casa donde Habito Muñoz Camargo; 29. Penitenciaria; 30. H. San Francisco. 182

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PLANO

De la Ciudad de Tlaxcala y sus alrededores 41

Levantado por el Ingeniero

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14

San. Hipólito

27

9

19

10

4

3

26

8 2

Escala

Luga de Ar de la Ca Cocoxotecatl sa mitzi

17

ua Santa Ag

22 7

1 10,000

Equidistancia de las curvas 5 ms

21

13 1

5

Cas

24

Mu a de go ñoz Cam a 28 r

18

11 12

EXPLICACIONES

PANTEON NUEVO.

15

30

S. Gab rie l 16

29 6

25

S. d el V ecin o

Camino a Puebla

Camino a Na tivitas

e

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30.

Palacio del Gobierno. Casa Municipal. Carcel Publica. Parroquia. Capilla Real. Convento de S. Francisco. Teatro Xicotencatl. Hotel S. Carlos Colegio del Estado. Casa Cural. Mercado Lira y Ortega. Plaza de Toros. Congreso. Templo de la Sma Trinidad. Panteon. Sn. Gabriel. Santuario de N.S. de Ocotlan. San Lazaro. San Hipolito. 183 San Miguel. Agua Santa. Sn Nicolas. Sn Sebastian. Jerusalem. Capilla del Sr. Del Vecino. Dolores. Capilla de Jesus. Casa donde Habito Muños Camargo. Penitenciaria. H. Sa. Francisco.


us o s del s uelo Hay una amplia gama de edificios y predios con usos del suelo definidos en el plano: i . El habitacional que es el dominante per se,

ii.

Los edificios religiosos, ubicados estratĂŠgicamente para d ar

ser vicio a tod a la ciud ad ,

iii.

Los edificios militares, llamados

fortalezas, asentados en altura sobre el cerro de Ocotelulco, iv. El hospital y el Convento de San Francisco, v. La plaza de toros y otros equipamientos o ser vicios pĂşblicos.

184

e


m o delo d e e levaci ón d i gi tal de la c i uda d d e tl axcal a e n e l p l ano de 1 887. El m o del o de el e v ac ió n digital, o m ás c o m ún m e n te la p e r sp e c tiv a de l a C i ud a d de Tlaxc ala, lo p o de m o s ap r e c iar e n e sta im age n r epr es en t a t i v a que m ue str a c o n c lar id ad lo s e le m e n to s an alític o s q ue h em o s h ech o e n la le c tur a ur b an ístic a de l p lan o de 1 887 y q ue co n s i der a m o s un a p r o duc c ió n de c iud ad y sus c o m p o n e n te s c o n e l pa t r ó n pecul i a r de Mé xic o , e s de c ir, la c o n str uc c ió n de la c iud ad co m o s i n cr et i s mo de do s c ultur as: e l v ie j o m un do y Me so am é r ic a. ela b o r ac i ó n d el s i ste m a de i n f o r m ac i ó n ge ográfi ca e n e l an ál i s i s de l pl an o Pa r a r ea l i z ar un Mo de lo de E le v ac ió n D igital se r e c o n stituy ó el pl a n o de S o l ís m e dian te la utiliz ac ió n de un Siste m a de In f o rm a ci ó n G eo g r á f i c a ( SIG) , c o n la f in alid ad de an aliz ar a de talle lo s el em en t o s t o po gr áf ic o s y lo s r asgo s h idr o ló gic o s, así c o m o la f isiog r a f í a y l a m o r f olo gía de l te r r ito r io e n e l q ue se de sp lan ta la c iud ad de T l a x ca l a en e l p lan o de 1 887 y q ue se e n c ue n tr a p lasm ad a e n e l l ev a n t a m i en t o d e l in ge n ie r o So lís. Lo s S i s t em a s de In fo r m ac ió n Ge o gr áf ic a h an e v o luc io n ado dur a n t e l a s úl t i m a s c in c o dé c ad as, h asta c r istaliz ar se e n un a p o te n te h er r a m i en t a de pr o gr am ac ió n y p r o c e dim ie n to s dise ñ ado s p ar a f aci l i t a r l a o bt en ció n , ge stió n , m an ip ulac ió n , an álisis, m o de lac ió n y s a l i d a de d a t o s e sp ac ialm e n te r e fe r e n c iado s. E sta h e r r am ie n ta h a a po y a do l a el a bo r ac ió n y m an e j o de c ar to gr af ía digital; sin e m b ar185

e


g o , s u ut i l i z a ci ó n p o r p ar te de inv e stigado r e s y p r o fe sio n ale s se h a r e s t r i n gido al tratamiento de información contemporánea, dejando de lado su utilización para el análisis e investigación de documentos históricos. Por tanto, hemos realizado un ejercicio empírico: elaboración y diseño de un Sistema de Información Geográfica para el plano de Tlaxcala, elaborado por Pablo Solís en el año 1887. En los párrafos siguientes se describirá el proceso de diseño, elaboración y gestión del Sistema de Información Geográfica derivado del plano de la ciud ad de Tlaxcala y sus alrededores. Es importante enunciar que la cartografía histórica es un elemento básico de información para el conocimiento y análisis del territorio, ya que gracias a ella podemos denotar los cambios físicos y morfológicos de un determinado espacio, obtenemos d atos que por sus características no se encuentran en documentos escritos, además de que al ser un producto social se puede inferir un sinnúmero de d atos socioeconómicos del contexto de elaboración y producción del documento cartográfico. 1.- Anális is primario del documento cartográf ico: El plano es una réplica de la ciudad de Tlaxcala y sus alrededores, así como el medio físico natural en el que este se desplanta a finales del siglo XIX. Como resultado de la escala elegida por el ingeniero Solís, se tiene representado un levantamiento topográfico de alto detalle, tanto en los rasgos naturales como en el relieve físico construido o artificial. En primera instancia se clasificaran y agruparan los distintos elementos del plano en capas de información geográfica. 1.- Rasgos hídricos (cuerpos de agu a, escurrimientos, corrientes perennes e intermitentes, acequias o canales y meandro). 2 .- Geomorfología (fisiografía y morfología del medio físico natural – relieve natural, cerros, colinas, laderas, montes, montañas, sierras, cordilleras, llanuras, altiplanos, planicies, mesetas y valles). 3.- Topografía (planimetría y altimetría o Cur vas de nivel). 4.- Morfología de manzanas y parcelas.

5. Mesoamérica según la definición de Paul Kirchhoff en el año de 1943 es la región que comparte un desarrollo cultural homogéneo en la época de contacto entre indigenas y europeos, esto es, a finales del siglo XV y a inicios del XVI; mesoamérica va del centro norte de México hasta el Golfo de Nicoya en Costa Rica. 186

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5.- Morfología de predios y lotes. 6.- Edificaciones, construcciones, espacios públicos. 7.- Letreros, anotaciones y leyend as. 8.- Caminos, calles, brechas y linderos. 2.- Creación de un Sistema de Información Geográf ica del Plano de Tlaxcala, mediante la aplicación computacional ArcGIS 10. 2 Los elementos básicos del sistema son datos, recursos tecnológicos y procedimientos, por lo que es necesario poder contar con estos para elaborarlo correctamente; por ellos serán tomados del Plano de Tlaxcala y derivan del análisis primario. Los d atos espaciales geográficos o capas de información geográfica que se pueden generar en el SIG son de dos tipos: d atos vectoriales y d atos “raster”. Mediante estos formatos se reconstituirá el Plano de Tlaxcala y finalmente la constitución del SIG. Para poder generar las capas digitales es necesario realizar una serie de pasos y procedimientos técnicos. El método usado para este caso incluye la recopilación y generación de d atos realizando los siguientes procedimientos: · · Obtención de imagen digital del Plano de Tlaxcala. · · Georreferenciación de la imagen digital del plano. · · Elaboración de las capas de información geográfica: los planos temáticos. · · Elaboración de tablas de d atos de las capas de información geográfica. · · Construcción de dos Modelos de Elevación Digital del área del Plano, uno mediante la capa de cur vas de nivel y el segundo mediante la capa de continuo de cur vas de la carta topográfica 1:50,00 de Tlaxcala del INEGI. a n á li s i s 1.- Obtención de imagen digital del Plano: gran cuadro histórico, político, geográf ico, industrial y religioso de la ciudad de Tlaxcala y del estado de su nombre, dicha imagen se encuentra en el catálogo digital de la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, con el número de clasificación 6084 -CGE-7248-A t . 2 .- Georreferenciación de la imagen digital del Plano de Tlaxcala que 187

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se encuentra dentro del cartel Gran Cuadro Histórico …”, es una imagen tipo “raster”, por lo que es plausible su utilización y procesamiento. El primer paso para poder generar el SIG es referenciar geográficamente la imagen del Plano de Tlaxcala. Es importante enunciar que para realizar este procedimiento es necesario contar con un capa de información geográfica base que funja como el referente espacial (dicha capa se sugiere que se encuentre en el sistema de proyección elegido para el SIG), para este caso se ha optado por utilizar la capa de Manzana de la Cartografía Geoestadística Urbana de INEGI d atum ITRF92 época 1988.0 asociado al GRS80.

188

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c o n c lus i o n es ge n e ral e s Sin duda alguna hemos podido establecer algunos patrones urbanísticos de los pueblos y barrios prehispánicos. Con más detalle, los componentes de la ciudad virreinal de Tlaxcala y, por último, la conjunción de experiencias indígenas y europeas en la producción y disposición específica de los edificios y la obra civil de la ciudad en el virreinato. La conjunción pacífica de intereses y experiencias sabias de ambas culturas, en la disposición adecuada de los objetos urbanos que no afectaran los recursos naturales, tuvieron una funcionalidad eficiente en la organización de las actividades de la ciudad y el campo; una organización consensuada de los edificios destinados a una u otra comunidad cultural: los indígenas y los europeos. Por lo menos hasta el año de 1887, de lo que observamos en el plano, esto fue posible por los acuerdos políticos y militares de las dos comunidades y, de la “conquista espiritual” en Tlaxcala y en la Nueva España. Esta lectura urbanística de Tlaxcala, así como otros artículos sobre la ciudad azteca del siglo XVI y la de Puebla de los siglos XVII y XVIII, que se presentan en este libro, nos permite plantear la hipótesis que manifiesta que: En Tlaxcala y en la ciudad de México se hacen y generan experiencias urbanísticas, las primeras en América, que serán parte-aguas en el diseño de ciudades con un patrón que podemos denominar mesoamericano t , mexicano o americano. Habrá que continuar otras investigaciones o lecturas de ciudades en este continente que confirmen la hipótesis aquí planteada y, en particular, las ciudades que fueron fruto de la expansión del imperio español en el “Nuevo Mundo”, por efecto de las migraciones y las conquistas realizadas en el amplio territorio por familias y guerreros tlaxcaltecas. Finalmente, podemos decir que la lectura que hicimos de la ciudad se realizó a partir de tres aspectos: i . Ambiental-geográfica, pues consideramos a la ciudad en su relación con los principales aspectos geográficos dominantes en el entorno;

ii.

Funcional y urbanística, porque se analizaron

los componentes de la ciudad en sus diferentes morfologías, su composición física-espacial y los usos del suelo, que favorecen la realización adecuada de las actividades de la población que allí habita o que llega y sale; y

iii .

Simbólica arquitectónica, porque hay edificios emblemáticos

de la comunidad cultural allí establecida, que hacen y dan carácter a la ciudad que observamos en el Plano de 1887. 189

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190

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Lectura urbanística del plano de 1700 de la ciudad de Los Ángeles Jorge González Aragón e

b

a n t ec eden t es d e l a ci udad En el año de 1530, don Sebastián Ramírez de Fuenleal, presidente de la Segund a Real Audiencia de México, comisionó a fray Toribio de Benavente, a quienes los naturales llamaban

Motolinía, en su lengu a “el que es pobre o se aflige”, para que desde su diócesis en Tlaxcala ubicara un lugar idóneo para la fund ación del nuevo asentamiento urbano, que mejoraría los movimientos de la ruta comercial México-Veracruz, además de representar una ciud ad blanca para solaz de aquellos españoles carentes de encomiend as. El religioso sería acompañado por Jacobo de Testera, Luis de Fuensalid a, Alonso Juárez y Diego de la Cruz. Primer asentamiento: el área delimitada por el cauce del río San Francisco y el Cerro de San Cristóbal, en la actualidad los cerros de Loreto y Guadalupe. Por la crecida de “las aguas” durante la época de lluvias y su impacto desfavorable en el río San Francisco y sus afluentes, se decidió trasladar en 1532 el germen de ciudad al oeste del torrente. Fecha de la fund ación: 16 de Abril de 1531, cu ando según cuenta la leyend a, los ángeles descendieron del cielo e indicaron al obispo de Tlaxcala, Julián Garcés, el emplazamiento exacto; por ello se le conoce también como la Angelópolis o Puebla de los Ángeles. El lugar elegido se llamaba Cuetlaxcoapan. Para 1527 el titular de la diócesis había fund ado ya los conventos de Huejotzingo, Cholula, Tepeaca y Hu aquechula. Inmensa obra evangelizadora de los 12 apóstoles de la Provincia del Evangelio, franciscanos hermanos de la vid a en común. 191

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Por Cédula Real expedid a el 20 de julio de 1538 en Valladolid , Carlos V y su madre, la Reina Ju ana, otorgaron a Puebla un escudo de armas en el que se contempla una ciud ad con cinco torres de oro asentad as sobre un campo verde y dos ángeles, uno a cad a lado, vestidos de blanco, realzados de púrpura y oro asidos a la propia Ciud ad . Encima, a mano derecha hay una K y a la izquierd a una V, que quieren decir “Karolus Quintus”. Las dos letras son de oro y en la parte baja de la ciud ad , bajo el campo verde, un río de agu a en campo celeste y una orla en torno de dicho escudo, unas letras de oro en campo colorado que dicen: Angelis Suis Deus de te ut custodiant te in omnibus viis tuis (“Dios ordenó a sus ángeles que te gu ard ase en todos tus caminos”). Puebla quiere decir población o acto de poblar, y de los Ángeles, por la devoción de los franciscanos a los santos ángeles. Para trazar el asentamiento, la Real Audiencia encargó los trabajos iniciales a Hernando Saavedra de Elgueta, quien en testimonio de los Oidores: Él trazó el dicho lugar y edificó el pueblo con sus casas públicas e iglesias y cincuenta casas de vecinos españoles, todo más de madera y algo de ello de adobes, por no darle trabajo a los indios de hacerlo de piedra. Desarrollo y denominaciones: 20 de marzo de 1532 , la Corona española le otorgó el título de Ciud ad de Puebla de los Ángeles, concediéndosele a sus habitantes el privilegio de no pagar impuestos personales y comerciales durante 30 años. El 14 de julio de 1558 el de Noble y Leal Ciud ad de Puebla de los Ángeles. En 1561 el de Muy Noble y Leal Ciud ad de Puebla de los Ángeles. El 6 de febrero de 1576 el de Muy Noble y Muy Leal Ciud ad de Puebla de los Ángeles. Voces que designan a la segund a ciud ad novohispana, rival de la capital del Virreinato. PR EC EP TO S F I SC AL E S D E LA C O RO N A AN TE RIORE S AL PL AN O D E 1 700 La lectura urbanística de un Plano de la Ciudad de Los Ángeles (México) del año 1700 es un trabajo que sirve para la comprensión de la estructura de la ciudad, sus orígenes, su relación con el medio d e c o n t e x t o y, d e s d e l u e g o , l a i n t e r v e n c i ó n o p o r t u n a e i n t e l i g e n t e en la ciudad actual; se realiza una lectura parcial pues solo vamos a atender algunos aspectos de este complejo y bello plano realiza192

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do con una impecable calidad plástica, estos son los temas: i. Los elementos de la geografía; ii. La división de la ciudad en grandes porciones o sectores urbanos, iii. El diseño reticular de la ciudad en sus orígenes y la implantación de otro “circular” en su perímet r o ; i v. E s p a c i o s p ú b l i c o s ; v. l a c i u d a d e d i f i c a d a ; v i . L a s o b r a s d e control fiscal y estratégico de la ciudad; vii. Conclusiones. Antes de iniciar lo que llamamos la lectura urbanística y para comprender los motivos que llevaron a la realización del plano, mencionamos a continuación algunas de las políticas que impulsaron los austrias de la Corona española en la segunda mitad del siglo XVII para la mayor recaudación de dinero a través de un nuevo sistema de fiscalización y tasación de las mercancías más eficiente. El imperio aplicó estas políticas a todo el reino y en el caso particular de la Ciudad de Los Ángeles, una de las ciudades centrales, consideramos que hubo dos momentos importantes. El pr i m er o f ue c o n e l e nv ío de D o n Ju an Palafo x y Me n do z a, q ui en f un g i ó co m o o b isp o de Pue b la y p o r m uy b r e v e tie m p o c o m o v i r r ey de l a N ue v a E sp añ a, dur an te su b r e v e e stan c ia, alr e de do r de un a déca d a a pa r tir de 16 40, fue c ap az de r e aliz ar im p r e sio n an te s o br a s edi l i ci a s en la c iud ad , p e r o tam b ié n in ic ió e l p r o c e so de se c ul a r i z a ci ó n de l a N ue v a E sp añ a, de j an do e n fun c io n e s m ás r e str ic tiv a s a l o s f r a i l es m e n dic an te s, e n e sp e c ial a lo s fr an c isc an o s y a lo s jes ui t a s ; t a l es me did as ge n e r ar o n m ay o r e s c aud ale s de r e c aud ac ió n pa r a l a i g l es i a s ec ular y la C o r o n a de b ido a la adj udic ac ió n de algun a s pr o pi ed a des r e se r v ad as p ar a e l c le r o r e gular, la ac o tac ió n de sus a ct i v i d a des r el i gio sas c o n e l b e n e fic io e xc lusiv o p ar a lo s se c ular e s po r l o s i n g r es o s e xc lusiv o s p ar a e llo s p r o v e n ie n te s de b autism o s, bo d a s y o t r a s ce le b r ac io n e s de la igle sia q ue , de sde lue go , tam b ié n r epo r t a ba n m ay or e s in gr e so s p ar a la C o r o n a y p o r tan to la asign aci ó n de g a s t o s en gr an m e did a p ar a la m ilic ia. El segundo, ya casi al fin del poder depositado en el linaje de l o s a u s t r i a s , f u e l a d e s i g n a c i ó n d e Jo s é E c h e v e r r í a Ve i t i a y L i n a j e , juez privativo del rey y responsable de las alcabalas de Puebla por designación real, para implantar un nuevo modelo de recaudación fiscal y vigilia de los crímenes cometidos en contra de Su Majestad suprema por el desvío de dineros, fraudes, contrabando, aso193

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ciaciones de grupos de poder económico en la ciudad para evadir impuestos, por mencionar los más comunes que están ampliament e d o c u m e n t a d o s e n e l e x p e d i e n t e : M é x i c o , 3 4 1 d e l a ñ o 1 69 8 e n e l Archivo General de Indias. Existía esa necesidad en la Ciudad de Los Ángeles, pues por su localización geográfica fue determinante en el flujo de mercancías que provenían de la ciudad de México, e l P u e r t o d e Ac a p u l c o ( e n l o s c a m i n o s q u e s i g u e n l a C u e n c a d e l R í o B a l s a s e n s u s o r í g e n e s : P u e b l a -T l a x c a l a y e n s u d e s e m b o c a d u r a m u y c e r c a d e Ac a p u l c o ) . E l t r á n s i t o c o n t i n u o d e r e c u a s d e m u l a s o c a b a l l o s d e p u e r t o a p u e r t o : Ac a p u l c o y Ve r a c r u z o c o n d e s t i n o s hacia sus intersticios y otros lugares del extenso territorio fue r e g u l a d o y, p o r l o m e n o s e n e l t r ay e c t o d e P u e b l a -Ve r a c r u z , i b a n acompañados por guardias que protegían y hacían llegar los cargamentos a buen destino; hubo inspectores con amplio poder en la región para evitar contrabando, aduanas, garitas y otros edificios q u e s e p r o p u s i e r o n r e a l i z a r e n l a c i u d a d d e s d e e l a ñ o 1 69 7 y q u e fueron modificados parcialmente y representados posteriormente en el Plano del año de 1700 de la Ciudad de Los Ángeles (México). La Nueva España y las ciud ades centrales fueron en mayor medid a el arca del imperio y desde allí se hicieron las transferencias de mercaderías y metales preciosos a la Corona, pero también a las ciud ades principales en el Gran Caribe y Asia a través de las Islas Filipinas, puertos y regiones para controlar el poder político y militar. Puebla fue una de las ciud ades centrales en este tipo de transacciones conocid as en la época como “situ ados”.

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lec t ur a ur ba n í sti ca de l pl ano de 1 700 El documento original Ciudad de Los Ángeles (México). Firmado por Antonio Santa María Ynchaurregui. De acuerdo con la clasific a c i ó n d e l M u s e o N av a l d e M a d r i d , l u g a r q u e r e s g u a r d a e l P l a n o , se elaboró en el año 1700. Tiene anotaciones alrededor de la pict o g r a f í a : e l n o m b r e d e l p l a n o , e l a u t o r, l a e s c a l a g r á f i c a , t a b l a d e edificios religiosos con notas al pie, anotaciones sobre las garitas, que son textos incompletos por el deterioro sufrido en el documento. La imagen de la ciudad se trabajó con tintas sepia, negra, roja y a z u l , a c u a r e l a d e c o l o r e s a z u l y c afé. La ciud ad está representad a “en planta” para los ríos, la traza urbana de las manzanas, calles y caminos; en perspectiva para los edificios vistos desde el norte, con las fachad as del sur, los espacios abiertos dentro de las manzanas y los bloques edificados posteriores; “de perfil” se tiene el símbolo de cad a garita dentro del “círculo” que forman alrededor de la ciud ad y que completan con los cerros de Loreto y Gu ad alupe. El Plano de 1700 se encuentra bajo el resgu ardo del Museo Naval de Madrid .

Ciud ad de Los Ángeles (México)

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Garitas propuestas por el Juez Privativo Superintendente de las Reales Alcabalas de Puebla, Don Jose Veitia Linage, el 26 de noviembre de 1697 en la Ciud ad de Los Ángeles. Ubicad as por JGAC en una fotografía aérea (Google Earth, 2013) con base en el expediente registrado con la signatura: México, 341 , AGI y el Plano de 1698 de la Ciud ad de Los Ángeles en el mismo repositorio.

lo s a n t ec eden te s fi s cal e s de l añ o 1 69 7 en la c i uda d d e l os ánge l e s Los antecedentes sobre el proyecto de garitas para implantar el nuevo modelo de fiscalización antes de la elaboración del Plano de 1700 se pueden obser var en el siguiente plano, que elaboramos para d ar cuenta de lo acord ado en el año de 1697 por el responsable Real de Alcabalas de Puebla, Don José Veitia Linage.

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Paisaje geográfico de la ciud ad . Plano de cerros y ríos con el paisaje urbano en el Plano de 1700.

Los cuerpos de agu a y cerros se aprecian con la morfología de los bloques de las manzanas y las calles. Los puentes marcan también la priorid ad de las calles de un lado a otro del Río San Francisco. El primero de oriente a poniente es el que llega al centro del Convento de San Agustín y en sentido contrario a éste va hacia el oriente rumbo a Veracruz. El segundo corre hacia el poniente, pasando por la Plaza Mayor, a un lado de La Catedral, con rumbo a la ciudad de México, en tanto que al oriente va con rumbo hacia Cuauhtinchan. El tercero corre hacia el oriente rumbo al Cerro de Tepoxuchitl- Cuauhtinchan y hacia el poniente a la salida a México. El cuarto puente conecta el camino a Veracruz al oriente y a ciudad de México y Tlaxcala hacia el poniente. El quinto va hacia la Plaza Mayor y al Norte hacia Tlaxcala. El sexto conecta al poniente con la entrada principal al Convento de San Francisco y al sur-oriente al Camino a Totomehuacan.

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De acuerdo con el Plano de 1700, para ese año las manzanas edificad as en la ciud ad ocuparon cerca del 60% y las no edificad as el 40%. La ciud ad se parte en cu atro grandes sectores: i.

San Francisco, el primer enclave europeo con el conjunto del Conven-

to de San Francisco y con la mayor cantidad de agua potable en el sector y los grandes espacios abiertos o plazas rituales y comerciales. Hay un aljibe junto a San Francisco, el lugar mejor ubicado con el agua y con la mejor defensa formada por los ríos y los cerros de Loreto y Bethlem. ii.

El centro con más de cien manzanas edificad as al poniente del

Río San Francisco, con la Plaza Mayor, catedral y conventos en los principales ejes de la ciud ad , con puentes sobre el río en calles principales. iii.

Analco, ubicado al oriente del Río San Francisco y al sur del Arro-

yo Xonaca, con dominio de manzanas cu adrad as y la parroquia con plaza al centro del conjunto. iv.

Santiago, conjunto ubicado al suroeste y poco alejado del centro,

tiene diecisiete manzanas edificad as y plaza.

Grandes divisiones de la ciud ad . Plano de 1700 con las manzanas edificad as y la partición de la ciud ad en grandes sectores.

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el convento de san francisco como elemento clave de la fundación de la ciudad virreinal En este detalle del plano, en el área de San Francisco obser vamos: i.

Al fondo el arroyo Xonaca.

ii.

Un gran estanque de agu a.

iii .

El gran Convento de San Francisco con una superficie cercana a las

seis hectáreas. iv.

En todo su perímetro se encuentra amurallado con dos entrad as

francas al enorme atrio que se forma hacia el poniente y al norte de la iglesia que destaca por su monumentalid ad . v.

Se tienen otras capillas en el perímetro del atrio.

vi.

Hay cinco o seis pequeños conjuntos de habitaciones dispuestos

sobre el lado oriente y norte dentro del recinto amurallado. Las habitaciones se encuentran dispuestas alrededor de un patio central y en algunos casos con crujías. vii .

Entre el recinto amurallado y el río está un predio delimitado que pa-

reciera ser un huerto en la vega del río y por tanto con riego abundante. viii.

La entrada principal al recinto amurallado da hacia el poniente y

es el remate visual principal del puente que cruza el río San Francisco. ix.

Entre el puente y la muralla del convento se forma un gran espa-

cio abierto: plaza y vestíbulo del recinto sagrado y de paso hacia el lado poniente de la ciud ad con mayor extensión y edificación. x.

En la parte inferior derecha se tiene el gráfico de dos líneas con

pináculos, el cu al es un acueducto que se abastece del río y corre paralelo hacia el norte (hacia abajo). Plano de caminos y garitas en el Plano de 1700.

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c a m i n o s y ga r i tas A la disposición de las garitas en su conjunto se les llamó círculo o circunferencia de garitas. En este plano aparecen las garitas desfasad as de los caminos, cu ando en la realid ad estaban junto a ellos. Esto se debe a que las medid as entre garita y garita están a escala, o bien, se dibujaron sobre un plano que fue realizado para otros motivos se dibujaron las nuevas garitas que se estaban implantando en la ciud ad . Los nombres que tienen cad a una de las garitas se hicieron con los d atos obtenidos del presente plano y con el listado que se encuentra en el expediente del año 1697 que acompañó al Plano de 1698 y allí dice las nuevas garitas por construir. En este plano se añadieron las garitas de San Balthazar, La Calera y Loreto, y se quitaron la de Belén y Amalucan con respecto al Plano de 1698. En el expediente de 1697 que acompañó al Plano de 1698 aparecen nueve garitas propuestas y en el Plano de 1700 son once las garitas.

Detalle del Convento de San Francisco.

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Plano con ríos, cerros, círculo de garitas, caminos radiales, calles en retícula, puentes, plazas y acueductos.

geografía, círculo exterior, caminos, trazado reticular, plazas y acueductos. En este plano conjugamos ríos, aljibe, cerros, garitas, caminos, calles, puentes y plazas, que nos permiten cualificar algunos de los atributos de La Ciudad de Los Ángeles: 1. Organización radial de los caminos de acceso a la ciud ad y circular de conexión entre garitas; integración con trazado reticular de la ciud ad . 2 . Presencia de plazas a uno u otro lado de los puentes sobre el río, con cerca del 60% del total de plazas. 3. Diseño urbano de calidad en las riveras con conexión funcional oriente-poniente. 4. La plazas, en general están dispuestas sobre los ejes de salid a a México-Veracruz y a Tlaxcala. 5. El sector de San Francisco tenía un lugar privilegiado por el recurso del agu a, el cobijo de los ríos y cerros, amplios espacios abiertos entre los bloques de manzanas para el tránsito y la compra-venta de mercancías, así como para el rito religioso de “El Calvario de Jesucristo”. 201

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dimensiones del sector poniente de la ciudad y sus plazas públicas. En este plano se obser va, después de las manzanas cercanas a la rivera por el lado poniente, un gran mosaico de 12 manzanas en el eje oriente-poniente por 24 manzanas del eje norte-sur, es una morfología de manzan a s sim é tr ic as y de l m ism o tam añ o y e l gr an m o saic o e n s u co n jun t o f o r ma un r e c tán gulo c o n lado s c asi igu ale s. Hay manzanas edificad as y otras no, por el símbolo que tienen las no construid as nos parece que se usaban para el cultivo agrícola en el interior de la ciud ad , lo que permitía mantenerlas en uso, conser varlas y disponerlas en el futuro para su edificación. En l o q ue r e sp e c ta a las m an z an as e dif ic ad as se tie n e q ue e n el co n jun t o de l a c iud ad y ac o r de c o n la ub ic ac ió n de p laz as, h ay ejes m á s l a r g o s q ue o tr o s, lo s q ue v an a las salid as a Mé xic o y Ve r acr uz , per o t a m bi é n a lo s o tr o s c am in o s p r in c ip ale s, p o r e j e m p lo , e l co n jun t o de S a ntiago e n e l C am in o a C h o lula, to d as las m an z an as edi f i ca d a s en el C am in o a Tlaxc ala y h ac ia To to m e h u ac an y a Tepo x uch i t l - C u a uhtin c h an . Percibimos entonces una ciudad que tiene una retícula planificada para uso urbano de manzanas edificadas, pero se va acomod a n d o d e a c u e r d o c o n l a g r av i t a c i ó n q u e e j e r c e n l o s c a m i n o s h a c i a las ciudades principales de relación con la Ciudad de Los Ángeles, es por ello que tiene un crecimiento en forma de amiba, de forma cambiante. Plano con las principales Plazas en el espacio físico de La Ciud ad de Los Ángeles.

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Plano con las principales plazas públicas, calles, puentes y acueductos que aparecen en el Plano de 1700

integración funcional de la ciudad con el exterior. El Río San Francisco en el año 1700 es el elemento geográfico que aglutina espacios emblemáticos de la ciud ad : iglesias, Convento de San Francisco, Parroquia de Analco, …; Los puentes y las plazas para la transacción de mercaderías, los ritos religiosos y como espacios de recreación y convivencia de la comunid ad . Los acueductos al norte y al sur del río en la ciud ad . Los otras plazas públicas en el lado poniente del río están casi siempre asociad as con edificios de culto y sobre los ejes de salid a de la ciud ad más importantes. Es a partir de estos elementos urbanos identificados en el Plano de 1700 que vemos un orden explícito de la ciud ad en el acomodo del espacio público con el medio geográfico y la forma urbana de manzanas, así también con las activid ades fiscales y militares que se estaba implantando en La Ciud ad de Los Ángeles. Si bien el dominio de traza es reticular, obser vamos el dominio de ejes de 2 , 3 o hasta cinco calles paralelas destacad as.

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Leyend as que aparecen en el plano de 1700

ley en da s en c a racte re s l ati nos e n e l pl ano. Generalmente, estamos acostumbrados a leer los letreros que acompañan a una imagen sin reparar en el amplio contenido de información que en ocasiones nos muestran. Una característica común de los planos elaborados en el virreinato es precisamente la calid ad de la información que nos d an acerca de la ciud ad o de la entid ad a la que hacen referencia; es debido a ello que nos interesa manifestar estos letreros que cubren los siguientes aspectos: i.

En la parte superior central el título del plano y el año de

fund ación de la ciud ad . ii.

En la parte superior izquierd a un listado de edificios reli-

giosos clasificados como sigue: Catedral, parroquias, conventos de religiosos, conventos de religiosas, iglesias e iglesias de barrio. iii.

En la parte inferior central la escala y el autor del plano.

iv.

En la parte media izquierd a las notas acerca de las garitas,

las medid as entre una y otra y la de los anchos de las calles. v.

En la parte inferior derecha la distancia entre cad a una de las

garitas respecto al centro de la ciud ad . Es un plano muy explícito de los temas relacionados con la nueva fiscalización, y vale la pena señalar la relación de estos elementos con los edificios religiosos de la ciud ad y su clasificación como lo obser vamos en los letreros señalados. 204

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Cuadro con la representación de las garitas en el plano de 1700 imagen

nomenclatura

ubicación de la garita en el plano 1700

A

En el camino que viene de Veracruz

B

En el camino que viene de Tepoxuchitl

C

En el c amino que viene de Totomehuacan

D

En el camino que viene de San Balthazar

E

En el camino que viene de Amatlán

F

En el camino que viene de Choliula

G

En el camino que viene de México

H

En el camino que viene de La Calera

I

En el camino que viene de Tlaxcala

J

En el camino que viene de San Pablo

c o n c lus i o n es Desde el aspecto geográfico hay una ad aptación orgánica con la topografía, pues, en la zona de San Francisco y Analco, al oriente del río San Francisco, las calles y las manzanas se ad aptan a la topografía del lugar, impidiendo las inund aciones y evitando los riesgos por avenid as de agu a. De igu al manera sucede en la urbanización al poniente del mismo río. 205

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representación de las garitas del libro de hugo leicht imagen

nombre

Garita de Tlaxcala del grabado de 1764

Garita de Tlaxcala

Garita de San Pablo del Monte

Garita de Amatlán

Garita de Amozoc ubicada en el camino a Veracruz

Ánimas Guardas

Garita de Tepoxuchit Calcas de JGAC Sobre fotografías blanco y negro de garitas en los años 20 y 30 del siglo XX en el libro de Hugo Leicht, 1934.

Los puentes sobre el río están dispuestos funcionalmente, esto es, siguen los ejes de composición y tránsito más importantes del área urbanizad a para pasar por el interior de la ciud ad y conectarse con los caminos principales hacia el exterior, sobre todo en la conexión de oriente a poniente. En el año 1700, el Convento de San Francisco se ubica en un sitio protegido por los ríos Xonaca y San Francisco y por los cerros de Bethlem y Loreto. Además, tiene una gran muralla que protege y delimita los edificios y el enorme atrio, así como un gran receptáculo de agua conocido posteriormente como el “Estanque de los Pescaditos”. Este emplazamiento y diseño hace evidente la protección estratégica que consideraron necesaria los frailes de la orden franciscana, en las primeras décadas de la fundación urbana. 206

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Como ya es lugar común, la Ciud ad de Los Ángeles tiene un diseño reticular, pero es importante señalar que hay diferentes formas de manzanas que se pueden describir en lo general como sigue: rectangulares de 100 X 200 varas, cu adrad as de 100 X 100 varas alrededor del convento antes citado debido a que esa era la forma por tradición utilizad a por los frailes franciscanos, lo mismo que grandes predios destinados a conventos o asentamientos junto al perímetro de la ciud ad , como es el caso del Pueblo de San Baltazar ; manzanas irregulares o con formas caprichosas pero de gran calid ad en el diseño, por su ad aptación al sitio y su funcionalid ad , ubicad as en la rivera de San Francisco. En el gran conjunto urbano al poniente del río San Francisco se forma un rectángulo de 12 X 24 manzanas dispuesto para el crecimiento urbano de largo plazo, que en esa época apenas rebasaba el cincuenta por ciento de ocupación edificad a, y el resto de cultivo agrícola en el seno de la ciud ad . A la ciud ad reticular que se implanta durante los siglos XVI y XVII se le impone un perímetro formado por edificios llamados garitas, para el control de paso de mercaderías y personas, unid as tod as ellas por caminos que forman un polígono irregular alrededor de la ciud ad establecid a y al que se denominó círculo o circunferencia de garitas. Esta obra urbanística, probablemente modesta en cu anto a la fábrica de sus edificios, es una delimitación física resgu ard ad a en los puntos de ubicación de las mismas, pero también con rond as de vigía por los caminos comunicantes durante las veinticu atro horas del día para evitar el contrabando de mercaderías, pues, en ese período de tiempo, la Ciud ad de Los Ángeles ocupó un papel preponderante en el tránsito mercantil, ya que su ubicación estratégica en la geografía de la Nueva España fue el intersticio entre el puerto de Acapulco, la Ciud ad de México y el Puerto de Veracruz, lugares de donde provenían una gran cantid ad de mercaderías locales y de ultramar, así como de metales preciosos. Junto con el diseño “circular ” alrededor de la ciud ad se observan once caminos dispuestos en forma de radios sobre el círculo: son las conexiones hacia las principales ciud ades y pueblos, con los que estableció mayor relación. Es importante señalar este evento de diseño por las siguientes particularid ades: 207

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I. La gran calid ad del proyecto circular del perímetro con caminos perpendiculares que se integran a la ciud ad pasando por las “puertas” de control, las garitas; II. Estos caminos de entrad a se comunican, en lo general, a grandes vestíbulos urbanos: las plazas, que cumplen funciones diversas entre las que destacan el uso comercial, ritu al y de convivencia comunitaria, para posteriormente transitar y salir de la ciud ad , en su caso, para dirigir a buen destino a la gente y las mercaderías transportad as por recu as de mulas y caballos. III. La delimitación circular tuvo un papel, a largo plazo, de contención de la ciud ad , pues no fue rebasad a esta delimitación sino hasta finales del siglo XIX, ya posterior a la construcción del ferrocarril y al crecimiento industrial de la contemporánea Puebla de Zaragoza. Finalmente, la identificación de los elementos y su estructuración en la ahora ciud ad de Puebla de Zaragoza es muy importante en términos de su conocimiento e investigación urbanística cabal, pero también para contar con mayores elementos de diseño, disposición urbana y edificatoria. También para la identificación de edificios emblemáticos casi en el olvido, generar propuestas de inter vención contemporánea en la ciud ad más inteligentes y acordes con la gran experiencia del paisaje cultural urbano que ha tenido secularmente la ciud ad . Apuntamos a un ejercicio de lectura urbana que sir va a estos propósitos.

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La representación de Michoacán E n el ter ri tori o, l a urba n i za c i ón y l a mi n e rí a

Jorge González Aragón Carlos L. A. González y Lobo e

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Este breve acercamiento, desde las fuentes pictóricas conocid as como códices, planos y mapas históricos que utilizan como tema de representación el territorio, los caseríos, pue-

blos, ciud ades, edificios y obras civiles, nos permite d ar cuenta de la importancia de este territorio excepcional, por su secular poblamiento y cultura regional. A N T EC ED EN T E S. L A PROD UC C IÓN D E MAPAS Y PL AN OS E N LA É P O C A C O LON IAL Con base en el territorio y las transformaciones que experimentó de 1550 a 1810, obser vamos la organización y la división político-administrativa que tuvo cambios en el amplio periodo colonial, por la estrecha relación de gobierno e Iglesia. De esa relación se crearon diversas divisiones en el territorio michoacano: el Obispado, la Provincia y la Intendencia, que fueron usad as en el virreinato para la administración, “justicia”, recaud ación de tributos, explotación de minas y la producción agropecu aria y de manufactura en un marco natural y de constante urbanización del territorio. La Corona de España tuvo una tradición importante en la administración de los bienes y el seguimiento de los grandes proyectos, una de las principales características del Estado absolutista, para su exitosa conclusión por medio del registro expedito en documentos escritos, 211

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portulanos, atlas, mapas y planos del territorio que aplicaron al Nuevo Mundo para el seguimiento eficaz y oportuno del gobierno, de la explotación y salida de riquezas hacia Europa y otras latitudes, la dotación de productos europeos, armas y pólvora hacia el territorio conquistado, las autorizaciones para las grandes obras de infraestructura y equipamiento. Dos evidencias fundamentales fueron la Casa de Contratación de Sevilla y el Archivo de Simancas en Valladolid, España. Se produjeron miles de documentos pictóricos o cartográficos de gran calid ad plástica. Mapas y planos sobre las jurisdicciones de la Iglesia y del gobierno, de las obras realizad as (caminos, desagües, dotación de agu a, fortificaciones, puertos, iglesias, etcétera), de las pugnas internas por la delimitación o modificación de jurisdicciones, de los edificios y palacios relevantes de las principales ciud ades. Aquí se presentan nueve planos y mapas que hacen referencia a Michoacán, desde el amplio territorio hasta los objetos arquitectónicos y de ingeniería que se presentan: a. Como expresión plástica en la que se obser van diversos estilos y patrones, dependiendo de la época y la expresión cultural, que al obser varlos como cu adros pictóricos la mayoría tienen una gran calid ad plástica en su representación; b. Como registro y descripción de proyectos son documentos de una gran valía para la reconstrucción del territorio desde la historia, la urbanística, la geografía y la arquitectura, entre otras, que requieren de un análisis detallado y la complementaried ad -en algunos casoscon documentación anexa a los planos, así como de información documental y bibliográfica del contexto del sitio y la época. EL T ER R I TO R I O D E MIC HOAC ÁN Es conveniente mencionar la organización del Estado en la Nueva España, con objeto de tener una idea general de las condiciones que generaron una multitud de divisiones y reparticiones del suelo conquistado. Las funciones sustanciales del virreinato de la Nueva España fueron de gobierno, justicia, militar, haciend a y eclesiástica, en las que el virrey tuvo la autorid ad principal como funcionario y representante del reino español; aunque la Iglesia, a través de la Inquisición, tenía atribuciones de Justicia e influencia política y económica, al igu al que los corregidores y alcaldes mayores de las pro212

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vincias pertenecientes a la Audiencia de México. P. Gerhard (1986, 17) menciona que diez obispos y arzobispos fueron virreyes de la Nueva España y que la Inquisición o Tribunal del Santo Oficio, con sus propias divisiones territoriales menores (las comisarías) confiad as a curas parroquiales, ser vía como vínculo adicional entre la Iglesia y el Estado. En general se pueden apreciar dentro del gobierno virreinal las siguientes divisiones territoriales: los obispados, las provincias y los partidos y las intendencias, las cu ales se superpusieron en el territorio novohispano durante el amplio período de dominio. La complejid ad de relaciones de poder e intereses particulares fueron adquiriendo protagonismos en períodos distintos, de acuerdo con las siguientes condiciones: las políticas de la Corona, la relativa independencia que las jurisdicciones del virreinato tenían del poder central por la lejanía y la tard anza de las comunicaciones desde España a la capital de la Nueva España y de allí a los gobiernos locales, la asignación de mercedes a encomenderos y personajes destacados de gobierno. Todos ellos son elementos que generaron pugnas entre la Corona, el virreinato, la Iglesia secular, encabezad a por un arzobispo y los obispos y las órdenes mendicantes, por la administración de las riquezas obtenid as en el amplio territorio sojuzgado, y que desde la primera mitad del siglo XVII hasta la segund a mitad del siglo XVIII, con más énfasis, obligaron a la aplicación de una reorganización política, administrativa, hacend aria, de justicia y readecu ación de las jurisdicciones territoriales. La división territorial antigu a de la Nueva España (aproximad amente entre 1550 y 1769), como la denominan A. Humboldt y posteriormente E. O´Gorman, son: 1. Reino o Audiencia de México, Reino de la Nueva Galicia, 3. Gobernación de la Nueva Vizcaya, 4. Gobernación de Yucatán, 5. Nuevo Reino de León, 6. Colonia del Nuevo Santander, 7. Provincia de los Tejas, 8. Provincia de Coahuila, 9. Provincia de Sinaloa, 10. Provincia de Sonora, 11. Provincia de Nayarit o Nuevo Reino de Toledo, 12 . Provincia de la Vieja California, 13. Provincia de la Nueva California y 14. Provincia de Nuevo México de Santa Fe. A su vez, el Reino de México se subdividía en: a. Provincia de México, b. Provincia de Tlaxcala, c. Provincia de la Puebla de los 213

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Ángeles, d . Provincia de Antequera (Oaxaca) y e. Provincia o reino de Michoacán. Posteriormente y ya avanzado el siglo XVIII, por mand ato de Fernando VI y posteriormente Carlos III, reyes de España (E. O´Gorman, 2000), propusieron la organización de la Nueva España a partir de Comand ancia y Capitanía General de las Provincias Internas, y fue en el año de 1765 cu ando don José Gálvez tuvo el nombramiento de visitador general con este fin. Esas jurisdicciones se aplicaron a partir del año de 17 76 y al poco tiempo fueron incorporad as la mayoría de ellas en las intendencias sin invalid arlas. Las intendencias se aplicaron con base en la ley expedid a por Carlos III el 4 de diciembre de 1786 con el nombre de Real ordenanza para el establecimiento e instrucción de intendentes de exército y provincia en el Reino de la Nueva España. La división perduró de finales del siglo XVIII hasta el momento de consolid ación de la Independencia de México y consistía en doce intendencias y tres gobiernos como a continu ación se señala: Intendencias: 1. México, 2 . Gu ad alajara, 3. Puebla, 4. Veracruz, 5. Mérid a, 6. Oaxaca, 7. Gu anaju ato, 8. Valladolid , 9. San Luis Potosí, 10. Zacatecas, 11. y 12 . Durango y Arizpe; Gobiernos: 1. Tlaxcala, 2 . Vieja California, 3. Nueva California. Desde las divisiones territoriales de la Iglesia secular se encontraban: el arzobispado de México y los obispados de Michoacán, Puebla - Tlaxcala, todos ellos siguiendo los territorios controlados anteriormente por las etnias azteca, tarasca y tlaxcalteca, respectivamente. Además, los obispados de Antequera y Nueva Galicia; de las órdenes mendicantes o del clero regular, las de mayor presencia en Michoacán fueron los franciscanos y los agustinos. Conviene mencionar que a partir de 1700 se inicia el gobierno de la dinastía de los borbones en España, en sustitución de los habsburgos, y con ello también un conjunto de políticas que intentan una mejor organización y control de las riquezas y los tributos en el Nuevo Mundo, para ampliar el beneficio económico de la Corona española. El clero regular primero y secular después representan obstáculos y los borbones lo asumen, primero consolid ando la secularización de las doctrinas -iniciad a por Ju an de Palafox y Mendoza durante el período 1640-1650-, después expulsando a los jesuitas y finalmente 214

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conteniendo al propio clero secular en sus privilegios económicos y de poder político. En la cartografía general de la Nueva España, en el Archivo General de Indias aparecen los siguientes d atos relativos al territorio de Michoacán: Plano MP, México, 518: Mapa de la costa occidental de Nueva España del año de 1591. Se obser va, entre otras, una ciud ad importante con el nombre de Michuacan. Plano MP, México, 152 : Tabla Geográf ica de la Provincia de Mechoacan del año 1745. Aparece como lo indica su título la Provincia Mayor de Michoacán, los curatos, las ciud ades y poblados que pertenecieron a su jurisdicción. Cabe anotar que la descripción de los curatos corresponde también a la subdivisión que se hacía de los Obispados. La extensión de la Provincia está delimitad a con clarid ad en la parte norte por el Río Lerma.

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LA U R BA N I Z ACIÓN D E MIC HOAC ÁN La urbanización de las ciud ades y regiones, que se marcan en los mapas y planos antiguos que más adelante se presentan, se manifiesta en los edificios y obras civiles que se obser van en el territorio y que fueron realizados para diferentes fines. La urbanización del territorio con la presencia europea tuvo lugar en antiguos pueblos prehispánicos, en zonas sin población donde se fund aron nuevas ciud ades, villas y pueblos de españoles e indios, así como en lugares que requirieron de concentración de población para la explotación del medio natural donde existía amplia riqueza. De manera general, la clasificación de los asentamientos humanos consistió en la definición siguiente: ciud ades, villas, pueblos, reales de minas, haciend as, ranchos y fuertes; todos ellos presentes en el antiguo territorio de Michoacán. Aunado a los beneficios económicos de esta amplia región, tuvo lugar la fuerte inducción hacia el espiritu alismo católico de la población local que se muestra en la urbanización de los asentamientos humanos, por medio del señalamiento continuo de la presencia de curatos y doctrinas, así como por la edificación de catedrales, parroquias, conventos, colegios y hospitales, llevad as a cabo primordialmente por la Iglesia. Hay dos cuestiones relativas al territorio que muestran con amplitud los planos y mapas que siguen, por una parte la administración de los asentamientos humanos y regiones y el papel que tenían en la producción agrícola, pecu aria y en la minería; por otra, la definición precisa de las jurisdicciones establecid as inicialmente durante la primera mitad del siglo XVI y posteriormente los cambios importantes de las mismas durante las últimas décad as del gobierno virreinal. La administración, el control y la extracción de riquezas de la amplia región michoacana estuvo estrechamente ligad a al establecimiento de jurisdicciones y a los cambios que se dieron posteriormente en las mismas, por las decisiones políticas y económicas que en esos momentos consideró apropiad as la Corona española. La urbanización de regiones, y en particular la de Michoacán, se van generando a partir de la definición de los centros de poder locales, esto es, las ciud ades, villas y reales de minas con los pueblos y territorios pertenecientes a sus dominios, en los que se van implan216

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tando las grandes obras de caminos, las canalizaciones de agu a para el abasto de la población y el regadío para la agricultura, los edificios para la producción de mercancías, las obras tecnológicas necesarias para la extracción de metales: oro, plata, cobre y estaño, así como la utilización de los excedentes económicos para la construcción de las principales ciud ades de alta calid ad urbanística de la época y que fueron sede de la clase acomod ad a; algunas de ellas son: Morelia, Gu anaju ato, Pátzcu aro, Tzintzunzan, San Miguel el Grande (actu almente San Miguel de Allende) y Yuriria. El agu a limpia de ríos y cuerpos de agu a, como en tod a urbanización, estuvo cercana a las poblaciones, y en la mayoría de los casos la traza urbana se ad aptó a estas condiciones naturales y también a la topografía del sitio, es por ello que se obser van diversos tipos de trazados y tejidos urbanos; así también edificios de diverso orden, espacios públicos de vialid ades intraurbanas, plazas y parques destacados que actu almente forman parte del patrimonio cultural urbano de México, inscrito en algunos casos en el patrimonio mundial, como las ciud ades de Morelia y Gu anaju ato. Hay que añadir la importancia que tuvieron las haciend as en el proceso de urbanización del territorio y como centros de control y aglutinadores de la producción agropecu aria en la región michoacana. Destacan en ellas los caminos de tránsito a los pueblos, villas y ciud ades, obras hidráulicas para regadío y el consumo humano y animal de agu a, los cascos de las haciend as, que generalmente contenían edificaciones palaciegas para sus propietarios , casas para los peones, trojes para almacenamiento de semillas y productos agrícolas, macheros y espacios para el ganado, aljibes y receptáculos para el almacenamiento de agu a. Las haciend as son elementos recurrentes que se registraron en varios de los mapas que se clasificaron en este tema.

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m a pa d e l a c o s ta o c c i d e n ta l d e n u e va e s pa ñ a

Año de realización: 1591 AGI, MP, México, 518 Orientación: Se señala el oriente con el sol naciente, el norte con la estrella del norte y los cu atro puntos cardinales en caracteres latinos. Textos en el Mapa sobre la costa del Pacífico de Norte a Sur : Punta de la California; Bahía de Sinaloa, Vizcaya; Río de Sinaloa, Vizcaya; Dato, Culiacán; Naybito, Culiacán; Cota, Culiacán; (al pie de estos tres últimos puertos está la siguiente nota: “no pueden surgir en estos tres puertos navíos que pid a las brazas que el inglés trae”); Mazatlán, Chiametla; Matanchel; Chacalo; Playa baige..; … corrientes bajo; Bahía Chiam_la Galicia; Puerto de La Navid ad , aquí surgía México; Calagu a; estrago, aquí estuvo dos días la lancha reparándola; Acapulco; gu arid .., aquí quemó el inglés el cacao; …; …, Gu atemala, Gu atemala. Composición plástica y descripción general del mapa: La composición plástica de este mapa es compleja y señalaremos algunos elementos que nos parecen relevantes. El Mar Pacífico, sus playas y puertos son los elementos centrales de este relato, se presentan en “planta” con el mar en color azul turquesa “en aguada” y el oleaje en color negro; es una descripción general de los lugares y algunos hechos importantes que allí ocurrieron; entre otros eventos, da la impresión de la salvaguarda marítima contra ataques e incursiones de los ingleses y/o piratas. Hay cuatro galeones, cada uno de cuatro mástiles para las velas, algunos con sus cañones de fuera y uno de ellos anclado cerca del Puerto de la Navidad; también hay una lancha de gran tamaño que quedó varada para su reparación, cerca del Puerto de Acapulco, los dos galeones de la izquierda muestran sus banderas en la cima de los mástiles. Se trata de banderas que se bifurcan y terminan en punta. Todos los navíos son representados en perspectiva y dibujados con tinta negra, con rellenos en tonalidades de color café claro. Es importante reiterar que la costa del territorio mexicano y gu atemalteco se encuentra sobre el océano Pacífico. En cu anto al paisaje terrestre se registró lo siguiente: las grandes montañas y serranías entre las que destaca al centro el Pico de Teyxa, fueron dibujad as con contornos en tinta negra y con tonalid ades en café claro para 218

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d arles la intención de volumen; la flora con diversos dibujos de agave, árboles, pastizales y bosques de pinos, fue dibujad a con contornos negros y sepias y con rellenos en café claro, azul turquesa y verde en una percepción de volumen; la fauna asociad a a las diversas porciones del territorio registra aves de varios tipos, venados, conejos, liebres y caballos, dibujados en perspectiva con contornos en tintas negra y sepia. Los asentamientos humanos que destacan por el símbolo de una iglesia con una torre son: Gu ad alajara, México, Puebla y Gu atemala; en segundo término, con un símbolo de una iglesia de dos agu as y una cruz en su cúspide, las poblaciones de: Michoacán, Colima, Compostela, ..iametsa, Culiacán y Nuevo Reino de León; una torre que al lado dice Coras; todos los símbolos de los asentamientos humanos fueron dibujados en tinta negra para los contornos y en perspectiva. Los personajes que aparecen son: un jinete español cabalgando a gran velocid ad , indios caminando con arcos y lanzas, indio de cacería con arco y flecha apuntando a un venado, una persona disparando con una cerbatana a un pájaro, todos los personajes fueron dibujados con contornos en tintas sepia y negra en actitud de movimiento y en perspectiva. En general, el mapa contiene una expresión plástica bastante compleja y creativa, así como descriptiva del territorio y su costa del Pacífico. El pintor tuvo una habilid ad excepcional al representar el manejo de planos pictóricos diversos en el espacio, con horizontes del espacio físico que varían para el entorno terrestre y para las costas marítimas; finalmente tuvo también un destacado dominio del oficio en el dibujo y colorido de los elementos pintados a base de dos tintas: negra y sepia y de tres colores: café, azul turquesa y verde.

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ta b l a g e o g r á f i c a d e l a p rov i n c i a d e m i c h oac á n b a j o d e l o s t é r m i n o s d e l a a l c a l d í a m ayo r

Medid as del original: 43 x 53 cm. Año de realización: 1745 AGI, MP, México, 152 Escala gráfica de 10 legu as comunes de las nuestras los 14 centímetros. Orientación en caracteres latinos con los cu atro puntos cardinales. Nota de Pedro Torres Lanzas (1985): Por el alcalde mayor Don Martín Pérez Crespo, acompañado de algunas relaciones de los partidos que le están sujetos, hechas en cumplimiento de la Cédula de S. M. De 19 de julio de 1741. Es muy detallado. Fijase la situación de las ciudades de Pátzcuaro y Valladolid y la de muchos pueblos, ríos, lagunas, minas, y demás. En este mapa las ciud ades se indican con esta nota: dos diagonales a la derecha cruzándose con dos diagonales a la izquierd a. Los pueblos con un cu adro con una cruz encima. Las haciend as de campo con ésta : un cu adro con tres almenas encima. Composición plástica: Es un mapa dibujado a pluma con tinta sepia. El cu adro se compone presentando los ríos, lagunas y ciénegas vistos “en planta”, los

leyendas en el mapa curatos

doctrinas

Valladolid, ciudad

Tarímbaro

Franciscanos

Pátzcuaro, ciudad

Chucándiro

Agustinos

Tzintzuntzan, ciudad

Guango

Agustinos

Paracho, pueblo

Tiripitio, Undameo, Acuitzeo

Agustinos

Santa Clara-Naguachin

Cocupao

Franciscanos

Urecho - Siragüen

Tzintzuntzan

Franciscanos

Etucuaro

Agustinos

Tiríndaro

Tacámbaro

Agustinos

Teremendo

Uruapan

Franciscanos

Puruandiro

Pichataro

Franciscanos

Indagarapeo

Puerenchecuaro

Franciscanos

Santa Fe de La Laguna

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ríos son descritos exhaustivamente con sus direcciones, orígenes de algunos de ellos y diferentes ramales; las montañas y cerros vistos “en perspectiva”; las ciud ades, pueblos y haciend as identificad as mediante un símbolo cad a categoría y, los nombres de algunos ríos, lagunas, lugares y espacios urbanizados. Descripción general de la Provincia de Michoacán: El único límite definido para la provincia está ubicado al norte y es el del Río Grande de Toluca (Río Lerma); los otros límites pueden más o menos identificarse por los pueblos que esta provincia contiene. Los ríos mas importantes registrados son: Grande, De Angulo y el que pasa junto a Valladolid y desemboca en la Laguna de Cuitzeo, así como los ríos Del Marqués que nace en Uru apan, Tacámbaro que nace cerca del poblado del mismo nombre y el Arroyo del Tepare que nace al oriente de Valladolid , cerca del pueblo Ind aparapeo. Las lagunas y ciénegas son: la Laguna de Cuitzeo, la Ciénega de Zacapu , la Laguna de Pátzcu aro y la Laguna de Siragúen; otros lugares naturales que se destacan son Las Minas del Cobre al sur del pueblo de Santa Clara y la Sierra al poniente de la Provincia. Las ciudades registradas en este mapa son: Valladolid, Tzintzuntzan y Pátzcuaro. Los principales pueblos: Puruandiro, Zacapu, Guango, Chacandiro, Tarimbaro, Indaparapeo, Charo, Arecuaro, Acuitzeo, Huiramba, Santa Clara, Uruapan y Tacambaro, entre muchos más. Las haciend as registrad as en el mapa son: Curiripo, Estancia del Río, Vado de Don Gonzalo, San Sebastián, Villachu aro, Ururutan, El Gu arro, Tecacho, San Bartolomé, Colegio, Santa María, Gu ad alupe, Urund aneo, Bellas Fuentes, Chapultepec, Coapa, Santa Rosalía, Tirio, Atapanco, Aluesca, Mayorazgo, La Parota, Jongo y La Santa. Finalmente, es preciso decir que obser vamos un mapa de la provincia de menor dimensión territorial que el Obispado de Michoacán de la misma época, es decir, una jurisdicción del virreinato con cierta independencia de la Iglesia, en un momento histórico en el que la Corona española borbónica estaba iniciando un nuevo proceso de la administración, fiscalización y comercio de los minerales, productos agrícolas y otros de mayor plusvalía para España; así como mayor independencia en la recolección de impuestos y diezmos que controlaba la Iglesia regular y secular que más tarde continu aría con las 224

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Reformas Borbónicas impuestas en la décad a de los ochenta del siglo XVIII. De allí también el registro de los pueblos controlados por las doctrinas u órdenes mendicantes que se obser va en la tabla inferior derecha del mapa, probablemente para su inter vención futura.

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m a pa geo gr á f i c o de l obi s pado de m e ch oacan Hecho por el manuscrito del Bachiller Don Manuel Ignacio Carranza, el de Don José Antonio de Alzate y Ramírez y otros documentos Por Don Tomás López, geógrafo de los dominios de S. M. de varias academias. Madrid , Año de 1801. Medid as del original: 41 x 40 cm. Año de realización: 1801. AGI, MP, México, 483 Orientación: Los cu atro puntos cardinales en caracteres latinos. Comprende desde 16° 45’ a 25° de latitud norte y de 272° a 279° 30’ de longitud oriental de la Isla del Hierro. Gradu ado. Leyend a derecha media: Explicación de las señales: Ciud ad arzobispal, representad a con un arco negro y una cruz encima al centro Ciud ad obispal, representad a con un arco negro y una cruz encima al centro Ciud ad particular, representad a por un rectángulo negro y una cruz superior en medio Villa, representad a con una línea horizontal negra y gruesa Pueblo de españoles, representado por un rectángulo negro con una cruz superior a la derecha Pueblo con parroquia y cura, representad a por un círculo negro y una cruz abatid a a la derecha Pueblos pequeños, representad a con un círculo negro Haciend as de ganados y labradores son tantos que por no embarazar se ponen algunos, representad as con un triángulo de contorno negro Real de minas de oro y plata, representad a con un pequeño círculo negro, una cruz larga encima y en la parte media de la cruz una bandera Minas de cobre o estaño, representad a con un pequeño círculo negro y una bandera encima. Composición plástica y descripción general: Es un grabado en tinta negra con los límites del Obispado en color rojo y amarillo. En “planta” registra los principales ríos y sus ramales, los que más destacan son el Río Lerma y el Río Balsas y otros de menor envergadura. En perspectiva están los volcanes y serranías del Obispado, entre las que destacan: la Sierra Madre Occidental, que recorre la 226

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costa, la Sierra Madre Oriental, bajo el Río Lerma y la Sierra de Gu anaju ato. Hay cu atro volcanes en el mapa: dos al norte de Colima que están humeando y con el nombre de Volcana, uno al este de Colima y que está en erupción, probablemente el Volcán Colima y otro Volcán al poniente de Tacambaro con el nombre de Volcán Madre. El mapa indica los límites del Obispado de Michoacán, que en términos generales son los siguientes: por la costa del Pacífico, va desde la desembocadura del Río Papagayo, cerca del pueblo de Atoyac hasta el Puerto de Navid ad , después de Colima; en la parte media, desde la Laguna de Chapala hasta el pueblo de Tlalpujagu a; en el norte del Obispado con una frontera más sinuosa, llega hasta los pueblos de Palmillas, Santa Rosa y Tula, todos ellos al norte del Río Verde que desemboca en la Laguna de Tampico. De acuerdo con la simbología del mapa se tiene lo siguiente: la ciud ad obispal de Valladolid , la ciud ad de San Luís Potosí, la ciud ad y Real de Minas de Gu anaju ato de oro y plata; entre las principales villas se tienen: Palmillas, León, San Miguel El Grande, Zamora, la villa y minas de Tlalpujagu a, Zitacu aro y Colima; hay pueblos de españoles y pueblos con cura, pertenecientes a la Iglesia secular que se mantuvo con más poderío que la regular o de los mendicantes, aunque la primera también muy afectad a por las regulaciones borbónicas establecid as en 1787, que disminuyeron su participación en la recolección de los diezmos o tributos de la población del obispado; finalmente se registran las haciend as, los Reales de minas de oro y plata y las minas de cobre o estaño. 227

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r ea l d e m i n a s , g uan aj uato Año de realización: 1810 CGE, X. SG-J-3-1- 42 Signatario: Ju an López Cancelad a Leyend as: Inferior : Vista de esta sierra mineral por el lado del sur : fue descubierta el año de 1578. Ha d ado más plata y oro que tod as la minas del Potosí: produce un año con otro de cinco a seis millones de pesos. Produciría otro tanto más si el Gobierno Español protegiese los Labradores que habitan las inmediaciones. El Pueblo de Silao número 18, es el primer apoyo de Gu anaju ato para mantener 13800 Mulas, y 200 Caballos que trabajan diariamente en el beneficio del Metal. La obra que emprendió de Don Ju an López Cancelad a, y se expresa en el número 17, le d ará, si se concluye, el aumento que se indica. El mismo Cancelad a levantó este Plano por curiosid ad , y sin las reglas del arte. Costeó su grabado en Cádiz en 16 de Septiembre de 1810. Lateral izquierd a: 1. Cerro del Gigante. 2 . Cerro del Cubilete. 3. Cañad a del Pastle. 4. Haciend a de Chichimequillas. 5. Haciend a de San Agustín. 6. Haciend a del Cuisillo. 7. Haciend a del Franco 8. Haciend a de Cerritos. 9. Haciend a Medio Sitio. 10. Haciend a San Isidro. 11. Haciend a San Antonio. 12 . Haciend a de Aguijares. Nota: Estas haciend as son tod as de agricultura. Sus productos son de trigo, cebad a, maíz, legumbres de tod a especie, que se consumen en Gu anaju ato, el que no produce otra cosa que plata y oro. 17.Acueducto proyectado por Cancelad a, para introducir el agu a en Silao el año de 1803. Lateral derecha: 228

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Notas. 1ª. Las minas que hay en esta desagrad able Montañas son 1803: en el día sólo trabajan 5 con 9 mil operarios. 2ª. Gu anaju ato es cabeza de Provincia, y tiene 80 mil habitantes. 3ª. La Mina de Valenciana, es regid a por un Juez separado de Gu anaju ato. La profundid ad de esta Mina es de 615 varas a pique. Sigue después en planes. Ha d ado desde 1769 hasta 1803, 28 millones de pesos. En el día sigue en metales: trabajan en ella más de mil operarios diariamente.

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p la n o de la c i u dad de guanaj uato Año de elaboración: 1791 AGI, MP, México, 601 Orientación: Con Rosa de los vientos y coordenad as de latitud y longitud . Nota principal. La noble ciud ad de Gu anaju ato vista desde lo alto del cerro de San Miguel (por el poniente). 1. Iglesia Parroquial 2 . Oratorio de San Felipe Neri 3. Convento de San Pedro de Alcántara 4. Iglesia de San Roque Auxiliar 5. Convento de Nuestra Señora de Belén 6. Iglesia de San Ju an Auxiliar 7. La Compañía Vieja 8. Los Hospitales 9. Casa de Recogid as 10. Nuestra Señora de Gu ad alupe, Refugio 11. Iglesia de San José 12 . Tercer orden de N. P. S. Francisco 13. Cajas reales y real caja 14. Alhóndiga pública Nota Inferior izquierd a. Es el más rico Real de Minas de Nueva España Nota inferior derecha. Situ ad a en 267 grados 30 minutos de longitud y 2 2 grados 50 minutos de latitud en el signo de Virgo. Composición plástica y descripción del plano. Es un plano de la ciud ad de Gu anaju ato y su entorno regional que fue dibujado con elementos en planta: ríos, cañad as y traza urbana con sus manzanas; y con elementos en volumen: construcciones, cerros y montañas. Los colores usados son, azul para los ríos, tonos de verde para las montañas y la cañad a y rojo para las zonas edificad as; los contornos de todos los objetos descritos son de color negro. Los elementos naturales definen la configuración de la traza de la ciud ad son el cerro de San Miguel y el Río de Gu anaju ato. La traza urbana general de la ciud ad se encuentra definid a por una confor231

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mación radial y concéntrica alrededor del Cerro de San Miguel y del convento de San Pedro de Alcántara que se encuentra por encima del primero. Las vialid ades principales son: a. La Calzad a de Marfil, ubicad a al noroeste de la ciud ad , es un camino que viene del exterior de la ciud ad y cruza el Río Gu anaju ato pasando por el convento de “Nuestra Señora” de Belén, la iglesia de San Roque y que continu a con dirección sinuosa hacia la Iglesia Parroquial; b. La que va de la Iglesia Parroquial hacia la Iglesia de San Ju an Auxiliar ; c. La calzad a de La Pastita, al suroeste de la ciud ad y que corre paralela al Río Gu anaju ato; d . La Calzad a Alta que va del centro de la ciud ad hacia el oriente para culminar en una iglesia de dos torres localizad a en la cima de un cerro. El tejido urbano se organizó y conformó siguiendo la condición orográfica del sitio y la tradición europea de las ciud ades medievales denominad as “traza de plato roto”, que fue la que mejor se ad aptó a las condiciones naturales del lugar, además de contar una sobresaliente calid ad de habitabilid ad . En el entorno de la ciud ad aparecen las minas: de Valenciana, de Mellado y de Rayas; así como los nombres de los principales cerros de la región: Cerros de Señora Santa Ana, San Vicente, Mina y Cerro de Serena, Cerro del Mèco y un lugar que tiene el nombre de Hospicio de Padres Merced arios; las referencias antes citad as permiten contar con la ubicuid ad necesaria en el territorio definido en el mapa. A partir de los descubrimientos de los depósitos de plata en el año de1552 se fundó posteriormente el Real de minas de Gu anaju ato, en 1557, adquiriendo el carácter de villa en 1679 y de ciud ad desde 1741 ; la 1 región fue ocupad a gradu almente por asentamientos españoles y haciend as de ganado.

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ED I F I C I O S PA R A L A MIN E RÍA Algunas de las activid ades productivas más importantes de la Nueva España fueron la minería y la metalurgia, sobre todo en lo que respecta a los metales preciosos del oro y de la plata, puesto que los españoles tuvieron como priorid ad la localización y explotación de minas en diversos sitios, entre los que destacaron Taxco, Zacatecas y Gu anaju ato; por otro lado y en menor medid a, montaron fábricas de cigarros en algunas de las principales ciud ades durante el siglo XVIII, como es el caso de la antigu a Valladolid . Para Michoacán se encontraron cu atro planos sobre edificaciones para activid ades dedicad as a la explotación de minas y casa de ensaye para las pruebas de los metales extraídos. La explotación de minas fue una activid ad intensa en el antiguo obispado de Michoacán para la extracción de metales de oro, plata, cobre y estaño, como lo registran los mapas regionales antiguos con la categoría de reales de minas. Los metales preciosos como el oro y la plata estaban concentrados alrededor de la ciud ad de Gu anaju ato, que durante la segund a mitad del siglo XVI y hasta 1679 mantuvo el carácter de Real de minas, posteriormente, en el año de 1791, aparece en el plano de la Ciud ad de Gu anaju ato el registro de las minas de gran envergadura como son: La Valenciana, de Mellado y de Rayas, así como la riqueza que por esta activid ad minera había adquirido la ciud ad en su urbanización y la varied ad de edificios religiosos, plazas y hospitales. Alrededor de Gu anaju ato había un conjunto de haciend as para la explotación agrícola como parte fund amental para el sustento alimentario de la población que allí se había asentado para el trabajo minero. En el plano Real de minas, Gu anaju ato, realizado en el año de 1810, se menciona que Silao y otros pueblos aportaban 13,800 mulas y 200 caballos para el trabajo cotidiano en las minas, según lo cu al, Gu anaju ato aportaba más metales preciosos que las minas del Potosí en Bolivia. El trabajo de las minas requirió de las tecnologías más avanzad as de la época para la construcción de socavones, la ventilación y el desagüe de las mismas, así como de hospitales para el tratamiento de los trabajadores mineros que padecieron enfermed ades por las inadecu ad as condiciones de trabajo y la explotación férrea que se les impuso para la extracción de los metales. La casa de ensaye que se 234

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muestra en los planos siguientes es también otro de los edificios producto de las experiencias avanzad as en este tema de los alemanes y los españoles, para la identificación de la riqueza de los metales como para su separación adecu ad a y productiva.

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p la n o y di s eñ o s de l cam i no i nte ri or de l a m i n a de rayas (guan a j uato ) p r es en tado por don j os é de l e de s m a al oi dor de m é xic o vi s i ta d o r de l a m i na don m i gue l cal de rón de l a barca. Medid as del original: 41.5 x 136 cm Año de realización: 1704 AGI, MP, México, 97 Escala de 10 varas los 8.5 cm. Con explicaciones al margen y expediente sobre la visita de la mina. Composición plástica y descripción general. Es un plano en corte perspectivado a tinta y acu arela. Este plano en corte muestra el acceso en superficie de la mina de Rayas y el tiro de extracción final, después, muestra el zigzagueante recorrido del socavón con los túneles para soportar los posibles derrumbes de su entorno. Durante su recorrido descendente registra tres vetas que fueron explorad as y explotad as, aunque la más profund a es la veta madre o “ganga”, con cu atro frentes menores de excavación y al fondo en forma tentacular las ramificaciones del socavón por las direcciones “fértiles” de la veta. Estas zonas de excavación tienen su origen en un túnel o camino conector ascendente y desde él los socavones penetran verticalmente en el subsuelo, por lo que, al ir ahondándolos se valen de escaleras manu ales de madera para sacar la roca removid a en canastas o “tenates” llevados por macehu ales (los indios operarios), que los soportan en la frente para realizar el ascenso. En la parte final es un espacio que remed a a las “cárceles” de Piranesi con escaleras de huella y peralte y con escaleras manu ales que se van soportando unas a otras y que, ocasionalmente, se apoyan en los planos pétreos de soporte que como osamenta mantienen la continuid ad orográfica en el socavón.

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p la n o c o n lo s di s e ñ os de l as obras y nori as pue stas e n l a m i n a d e r aya s (guan aj uato) para s u de sagüe ; pre s e n tado por do n j o s é de led e s m a al oi dor de m é xi co, v i s i tador de l a m i na, do n m i guel c a l de rón de l a barca. Medid as del original: 41.5 x 123 cm. Año de realización: 1704 AGI, MP, México, 96 con explicación al margen (y expediente sobre la visita de la mina). Escala de 25 varas los 13 centímetros. Textos y leyend as en el plano: El Río nº 1 Puerta de afuera nº 2 Corral de la leña nº 3 Puertas de la mina nº 4 Camino por donde vajan las Requ as balla el venero del agu a nº 5 Desagüe de la Mina de Rayas El tiro Capitán nº 6 Andén de San Bartolomé nº 7 Andén de Gu ad alupe nº 8 Andén de las Ánimas nº 9 Andén de San Pedro nº 10 Andén de San Ju an nº 11 Andén de Todos (?) Santos nº 12 Andén de los Remedios nº 13 Andén de Santo Domingo nº 14 Andén de Santa Rossa nº 15 Andenes nuebos Andén de la fragu a nº 16 Andén de San Pablo nº 17 Andén de San …? nº 18 Andén de los Dolores nº 19 Andén de la Encarnación nº 20 Andén del Rosario nº 21 Andén de San Jud as nº 2 2 Andén de San Andrés nº 23 Norias de mano que se quitan con los Andenes nuevos 238

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La de San Ju an Degollado con 2 Peones nº 24 La de San Antonio con 3 Peones nº 25 La de los Ángeles con 2 Peones nº 26 La de San Pedro con 4 Peones nº 27 La de Candelaria con 4 Peones nº 28 La de San Buenaventura con 4 Peones nº 29 La de San Alejandro con 2 Peones nº 30 La de la Encarnación con 5 Peones nº 31 La de los Dolores con 4 Peones nº 32 La del Rosario con 4 Peones nº 33 La de la Concepción con 3 Peones nº 34 La de San Ju an con 4 Peones nº 35 La de San Andrés con 5 Peones nº 36 La de San Joseph con 5 Peones nº 37 Composición plástica y descripción general. Es una representación en perspectiva, hecha en tinta y acu arela sobre papel. Este plano muestra las mejoras introducid as en la mina de Rayas al sustituir los tornillos arquimedianos y de trabajo manu al humano por un sistema de 16 molinos movidos por norias con 4 mulas, que hacen el “camino de la noria” en círculos y mueven un engrane que por un mecanismo de madera (engranes de piñón) transmite la rotación horizontal del plano de la noria al plano vertical del eje superior de una band a de cuero que tiene cosid as las bolsas semi-rígid as que al descender entran en la poza y se llenan de agu a y son izad as por la band a y, en torno a la rued a superior, vuelcan su contenido en un canal que los desplaza por pendiente mínima hasta una poza superior. Con esto el desagüe gana en volumen manejado por tiempo y una economía más ventajosa. El mapa muestra el obraje necesario para hacer el piso plano de cad a “noria”, sobre el que las mulas o acémilas hacen su recorrido y que se soporta en el plano de los tiros y excavaciones mediante pies derechos de vigas de madera, como si fueran mesas de patas desigu ales. El plano indica las catorce norias de mano (o tornillos arquimedianos y activados por 2 , 3 y hasta cinco peones) que serían sustituid as por ocho norias de andén. 239

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En la parte superior el plano indica el obraje y elementos físicos que mantienen la activid ad de superficie de la mina de Rayas. El río nº 1; la puerta de afuera nº 2 y la puerta de la mina nº 4. El canal de la leña con el nº 3 en el plano y con los números 5 los caminos por los que bajan las recu as hacia los veneros del agu a. p la n ta s de la s vi v i e ndas de baj os y altos de l a casa de l e n saye gua n a j uato h aci a 1 700 Año de realización: 1783 MP, México, 67 5 y 676 Descripción de la Casa del Ensaye de Gu anaju ato. Es una casona de dos patios y dos accesos con zagu anes de transición entre el patio y la calle. Aunque ambos planos tienen orientaciones diferentes, por sus letreros son obligados de leerlos juntos. La planta baja vista arriba de las puertas de acceso. La lectura normal en “las viviend as de altos”, tiene dos patios, uno a izquierd a que es la casa de ensayos propiamente dicha, mientras a la derecha el conducto a un patio en torno al cu al están los accesos a las viviend as de los empleados principales del obraje con accesos independientes desde la calle. En dicho patio desde el zaguán se inicia el arranque de la escalera a la viviend a principal en el plano noble (o planta alta); de igu al forma en el patio hay una pila o fuente de agu a y un cu arto de gu ard ar junto a un aljibe o depósito de agu as de lluvia. El acceso de la izquierd a es a la casa de ensayos, o pruebas de la plata y su “quintado y marcas legales”. En torno al patio están los locales destinados a este trabajo de ensayo, fundición y acopio de la plata y metales preciosos. En el lugar del centro de la casona y en la crujía entre los dos patios está la Sala de Asistencia, “donde están las barras” o cu arto de caja fuerte y con acceso desde el área residencial o desde el patio del ensaye. Es en éste que se realizan las labores fuertes del ensayo como moliend a, mezcla y preparación del análisis cu antitativo de los porcentajes probados, anexo está la sala de máquinas, herramientas y elementos de química y en un lugar principal la fundición de los metales con su chimenea, hornos y mesas de formado y “quintado”, con anexos de carbonería para los hornos. Junto al acceso y denomi240

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nado cu arto del zaguán está la viviend a del obrero mayor y vigilante y hacia la calle su recámara. Del otro lado del zaguán se encuentra el arranque de la escalera del encargado de la casa de ensayos y sir ve para recibir visitantes notables o personajes importantes y conduce a la planta residencial del encargado y a la sala junto a la cu al hay dos habitaciones para recibir visitas. Planta alta: La planta alta de la casona se desarrolla en torno a dos patios, y con habitaciones hacia la calle en los parámentos y de las dos caras de la esquina manzanera. A la derecha, la residencia propiamente dicha con su salón principal, antecámara y tres salas secund arias, los cu artos de los niños y en el fondo del sistema la recámara de los señores. En el medio de la composición la sala de asistencia y costuras, lugar femenino por excelencia y corazón de la residencia, ésta conecta al patio de la casa con el patio de la zona de recibo, visitas y sala y dispensa o comedor, que es el que conecta con un jardín que está a la altura del piso alto por el terreno en Gu anaju ato que tiene pendientes pronunciad as, las que con su corte en la roca protegen la casa de ensayo en sus fondos.

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Las obras militares en San Juan de Ulúa y la costa del Golfo

Jorge González Aragón Norma E. Rodrigo Cervantes e

b

Durante el largo proceso de dominación europea en México, desde el siglo XVI hasta las primeras décad as del siglo XIX, una de las obras urbanísticas que fue continu amente modi-

ficad a fue el sistema defensivo del Puerto de Veracruz y el Castillo de San Ju an de Ulúa; la obra defensiva y de comercialización más importante de México y parte del sistema de las rutas de navegación en el Caribe. Los planos y mapas que se presentan y analizan más adelante son una selección proveniente de los repertorios españoles: Uno de los métodos más aceptados para realizar el anális is morfológico urbano es la lectura de planos antiguos, a partir de la relación entre la evolución de

Archivo General de Indias, Archivo General de Simancas y el Centro Geográfico del Ejército 1 .

tecnología; evocan s ignif icados complejos y son un medio primario

La continu a transformación del Castillo de San Ju an de Ulúa

para transmitir ideas y

desde mediados del siglo XVI hasta la culminación de la Indepen-

conocimiento acerca del

dencia de México fue para la mejor defensa de los ataques de corsa-

espacio, facilitando el entendimiento de cosas,

los espacios fís icos

rios y filibusteros, con base en el diseño de espacios para múltiples

con factores políticos,

activid ades que obligaron a los ingenieros militares a proyectos más

procesos y eventos. Las

económicos y sociales

rigurosos para la contención de las embestid as, lugares para el al-

expres iones gráf icas

que fueron claves en la determinación de la forma fís ica de la

macenamiento de víveres, tabaco, vino, pólvora, oficios de carpintería, herrería, estancias para oficiales militares, tropa, sacerdotes,

ciudad. Frecuentemente se af irma que los mapas son artefactos que se encuentran entre la ciencia, el arte y la

conceptos, condiciones,

aparecen incluso antes del dominio de la escritura como la practicamos ahora, de

1 Harley, J. B. and David Woodwrad, The History of Cartography, Volume 1, University of Chicago press, Chicago/London, 1987. 2 González Aragón, J.; Rodríguez Viqueira, M.; Rodrigo Cervantes, N. E., Corpus Urbanístico. Fortificaciones costeras de México en los archivos españoles, Ciudad de México, INAH, 1981, 139 pp.

tal forma, los mapas han profundizado y expandido la conciencia de muchas sociedades 1 . 243

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etc. Los avances físico - espaciales y constructivos alcanzados en el Castillo de San Ju an de Ulúa requirieron de proyectos cad a vez más complejos y de inversiones continu as para ad aptarlo a las necesid ades particulares de la propia edificación. De manera simultánea a las transformaciones de San Ju an de Ulúa se fueron construyendo otros edificios defensivos a lo largo de las costas del Golfo de México y del Pacífico, con mod alid ades diversas para la vigía de embarcaciones enemigas, la comunicación entre diversos puntos a través de señales de humo y fuego para alertar sobre posibles ataques o como guía para la salid a y entrad a de embarcaciones cargad as de mercancías. El conjunto de mapas y planos históricos que presentamos, las fechas en que fueron elaborados y las características espaciales y constructivas de los edificios militares son una fuente fund amental para comprender el sistema defensivo y comercial en el territorio mexicano. El texto se presenta en dos partes: i. Defensa y urbanización del archipiélago, que muestra el entorno geográfico de asiento del Castillo de San Ju an de Ulúa y el Puerto de Veracruz y las obras que permitieron d ar mayor segurid ad para el acceso y salid a de las embarcaciones; ii. Origen y desarrollo, s iglos XVI al XIX, con una secuencia de planos que d atan de finales del siglo XVI hasta el XVII, en que hay cambios en la composición espacial y constructiva, algunos de ellos sustanciales, acordes con las necesid ades defensivas y comerciales; para los siglos XVIII y XIX, las transformaciones del Castillo de San Ju an de Ulúa se hacen con la participación de los ingenieros militares del imperio español, que realizan e implantan proyectos de mayor calid ad para proteger el puerto de las invasiones y la balística desarrollad a hasta ese momento. DEFENSA Y URBANIZACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO A finales del siglo XVI, y con las recomend aciones y obras propuestas por el proyectista y constructor Bautista Antonelli para el Castillo de San Ju an de Ulúa, edificado sobre la llamad a Isla de la Gallega, frente al Puerto de Veracruz, se decidió su expansión tomando en cuenta: i . La protección natural que brind aban las islas alrededor del Castillo; ii.

Su relación directa con el Puerto de Veracruz, fund ado en forma

definitiva en 1599; antes el Puerto se localizó en el lugar llamado La 244

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Antigu a;

iii.

El Archipiélago de Veracruz, el Puerto, San Ju an de Ulúa

y las islas vecinas facilitaban el mejor resgu ardo 2 de la población ante los posibles asaltos al sitio por mar y tierra. Es a partir de principios del siglo XVII cu ando se inicia intensamente la obra militar y administrativa en San Ju an de Ulúa y el Puerto de Veracruz en el emplazamiento que Antonelli consideró el más propicio para ese desarrollo y que perduró hasta el final del virreinato, con muchas transformaciones en sus espacios y conjuntos constructivos, en gran medid a, debido a las inter venciones de las flotas, aún después de la retirad a española en el año 1821. Durante la segund a mitad del siglo XIX inter vienen las flotas española, inglesa y francesa al territorio mexicano;en diciembre de 1861 y enero de 1862 con el intento por derrocar al gobierno del presidente Benito Juárez; la última inter vención de la armad a extranjera en ese sitio fue la estadounidense en el año de 1914, durante el proceso revolucionario y constitucionalista en México. Sin embargo, los planos históricos a que haremos referencia son hasta el año de 1861-1862 .

2 Calderón Quijano, J. A. Nueva cartografía de los puertos de Acapulco, Campeche y Veracruz, Anuario de Estudios Americanos XXV, Sevilla, 1968. y Ortiz Lanz J. E., Arquitectura Militar de México, SEDENA, México, 1993. 245

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f un dac i ó n del p ue rto de v e racruz y el c a st i llo de san j uan de u l úa El 22 de abril de 1519 Hernán Cortés desembarcó en los méd anos fronteros a la isla de San Ju an de Ulúa , donde ahora se levanta la ciud ad y puerto de Veracruz, y como era Viernes Santo, día en que la Iglesia católica venera a la cruz desnud a, después del descendimiento de Jesucristo, pensó en fund ar una villa que llevara el nombre de Vera Cruz. Días más tarde fue designado el ayuntamiento, pero el sitio para la fund ación se localizó unos 80 kilómetros al norte sobre la misma costa y frente al poblado indígena de Quiahuiztlan. En este lugar permaneció hasta 1525, en que se trasladó a la margen izquierd a del Río Huitzilapan (La Antigu a) y en 1599 comenzó el cambio definitivo al sitio original del desembarco. Durante el siglo XVI Veracruz fue cabecera de alcaldía mayor ; en el siglo XVII figuraron de modo independiente las de la Antigu a y la Nueva Veracruz; la primera comprendía todo el viejo territorio ocupado por pueblos indígenas; y la segund a, el puerto donde desembarcaban las flotas procedentes de España.

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p la n y d eli n eaci ón de l a v i l l a de v e racruz AGS-XVIII-137 Leyenda. Plan y delineación de la Villa, La Vera Cruz. Primer puerto de la Nueva España, que represente las partes principales que son dignos de representar con las letras del abeced ario. A: Plaza de la Vera Cruz

G. San Salvador

B. San Juan de Ulú

H. Vera Cruz Antigua

C. Isla de la Gallega

K. Bajo de San Salvador

D. Montaña de San Martín

L. El Muelle Nuevo

E. San Nicolás

M. El Viejo

F. Santo Cristo del Buen Viaje

N. Linterna

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p la n o del p uerto de v e racruz . en la c o sta o c ci de n tal de l s e n o m e xi can o CGE. Autor : Bernardo de Orta, Capitán de Navío gradu ado de la Real Armad a y de dicho Puerto. Año 1798. Escala de una milla marítima. Leyend a superior izquierd a: Advertencias Para la entrad a en el Puerto de Veracruz. Luego que se distinga la Ciud ad y sus edificios se gobernará a situ arse en la línea en que la Torre de la Iglesia de San Francisco se enfila 248

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Plano del Puerto de Veracruz. En la Costa Occidental del Seno Mexicano


con la Torre de la Iglesia mayor, lo que se verifica cu ando demoran al S. Corregido, y esta línea es la que se distingue en el plano con el nombre de 1ª. enfilación: se seguirá por ella hasta descubrir el ángulo saliente del Balu arte de San Crispin en la parte S. Del Castillo de San Ju an de Ulúa por el ángulo saliente del Balu arte de San Pedro en la parte O. Del mismo Castillo, y esta línea se distingue en el Plano con el nombre de 2ª. enfilación. En este punto se orzará sobre babor pronta y sucesivamente hasta poner la proa a la Isla de Sacrificios, en cuya dirección se entrará zafo de las dos laxas, dejando por babor sus balizas y las boyas de los cables del NO. de los buques, que están amarrados a las argollas del Castillo, y se dejará caer el ancla de babor donde convenga para qued ar, bien sea como ellos, o a la gira. Rebasad a la punta del Sold ado, se tendrá presente que lo más saliente de la laxa de fuera está en el punto de su curso de la línea que pasa por el segundo merlón de la cara occidental del Balu arte de San Pedro y el asta bandera del Caballero del Castillo con la línea en que se enfilan los dos primeros palos de marcas que están en el placer de la Gallega. Y lo más saliente de la laxa de dentro está en el concurso de la línea que pasa por el ángulo flanqueado más N. del mismo Balu arte y una almenita puesta de intento sobre el quinto merlón de la cortina, con la línea en que se enfilan los dos segundos palos de marca del placer de la Gallega. Nota Los números de la sond a son brazas de a dos varas castellanas. L. Indica Lama. C. Cascajo. P. Piedra. En bajamar el flujo ordinario es de 1 a 1½ pies, y en los equinoccios y solsticios es de 2½ a 5, y particularmente hacia la conjunción y oposición de Octubre. No hay más de una marea en las 24 horas, advirtiéndose únicamente estar con irregular retard ación en verano pleamar por la mañana, y bajamar en la tarde, y al contrario en el invierno. La corriente es según el viento que reina, con brisa siempre sale para el NO. y con Nortes o vientos a la cabeza entra para el SE.

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c ro q ui s d e v er acruz y s us i n m e di aci one s CGE. Signatario: Don Sabino Gamir. Año: Febrero de 1862 . Medid as: 67 x 85 centímetros. Escala: 1: 10.000 marcad a en pies: 5000 pies y metros: 1500, se marca a los 3750 pies un cu arto de legu a mexicana y a los 5000 pies un cu arto de legu a española. Explicación. Croquis de Veracruz y sus inmediaciones por el comand ante de Estado Mayor D. Sabino Gamir en Febrero de 1862 .- Vo. Bo. el Brigadier Jefe de Estado Mayor General D. Gabriel Torres. Leyend a inferior izquierd a. “Croquis de Veracruz y sus inmediaciones”. Leyend a esquina inferior izquierd a. Vo.Bo. firmado por Don Gabriel Torres, Brigadier Jefe de Estado mayor General. Plano de la Plaza de Veracruz, su Puerto y Castillo de San Ju an de Ulúa, con el Proyecto general de sus fortificaciones

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Leyend as diversas en las inmediaciones de Veracruz. Playa de Mocambo; Playa de la Caleta; A Medellín 4 legu as; A Tejería 4 legu as; Camino a Medellín 4 legu as; Camino a Boca del Rio 3 legu as; Punta y Bateria de los Hornos (en ruinas); Maladeira; Cementerio; Arrabal; A Tenoya; Veracruz (9000); San Ju an de Ulúa; Puente Nacional 14 legu as; Vergara (40). Descripción. Croquis original en papel vegetal y cu atro colores: rojo, azul siena y negro. Representación del terreno por cur vas de nivel con equidistancia de 20 pies. Nortes magnético y verd adero. Doble escala gráfica: de 1500 metros (150mm) y de 5000 pies. En virtud del convenio de Londres de octubre de 1861, Inglaterra, Francia y España decidían inter venir en México con objeto de obligar a la nación al cumplimiento de sus obligaciones internacionales y asegurar la protección de sus respectivos súbditos. El cuerpo expedicionario español ocupaba el fuerte de San Ju an de Ulíu a el 17 de diciembre de 1861 y a continu ación la plaza de Veracruz, donde poco después se incorporaba el general Don Ju an Prim, Conde de Reus, para tomar el mando de aquél y representar a España como Plenipotenciario. Uno de sus primeros actos fue efectu ar un reconocimiento en la zona comprendid a en un radio de cu atro legu as alrededor de aquella plaza, completado después con otros más minuciosos e itinerarios realizados por su Estado Mayor, de los cu ales es una muestra el presente croquis 3 .

3 Servicio Histórico Militar, Servicio Geográfico del Ejército, Cartografía y relaciones históricas de ultramar. Tomo III, Méjico. Volumen descriptivo, Ministerio de Defensa, Madrid, 1990. 251

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p la n o de la c i u dad de l a nue va v e racruz , c a st i llo de sa n j uan de ul úa Diseños de los navíos que había en la canal que media entre ambos lugares. AGI, MP, México, 218. Autor : Brigadier Francisco de Zuñiga y Ontiveros. Año de realización: 1763. Medid as del original: 43 X 63 cm. Escala de 300 varas castellanas los 6 ¾ cm. Leyend a inferior izquierd a. A. Balu arte de la Concepción. B. Puerta de San Francisco. C.Muelle. D. Puerta del Pescado. E. Puerta de la Agu ad a. F. Puerta de la Tarazana. G. Balu arte de la Pólvora. H. Castillo de San Ju an de Ulúa. Y. Bajo de piedra. J. Laja del medio. P. Punta del Sold ado. R. Piedras ahogad as en 18 pies. L. La Cadena chica. K. Cadenas de Norte, y Sudeste. Las sond as que se señalan son pies castellanos, que tres hacen una vara: Se ha sondeado a media marea en el mes de Agosto del año 1762 . Sacado de su original por orden del Excelentísimo Señor Marqués de Cruillas Virrey de esta Nueva España. México y Marzo 9 de 1763. Brigadier Francisco de Zuñiga y Ontiveros Nombres de los navíos en el Plano. Castilla, Arrogante y Flora; Tridente, Vencedor y Águila; y los botes Concepción, Soled ad y Paqueboy.

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p la n o d e la p laz a de v e racruz , s u pue rto y casti l l o de san j uan de ulúa , c o n el proye cto ge n e ral de s us forti fi caci one s CGE, SG. J-3ª-3ª-103. Año: 1766. Medid as: 58 x 4 4 cms. Escala: de 200 toesas. Leyend a izquierd a. E x p l i c ac i ó n : A. Balu arte de la Concepción B. Balu arte de San Ju an C. Puerta de México D. Balu arte de San Mateo E. Balu arte de San Javier F. Puerta Nueva G. Balu arte de Santa Gertrudis H. Punta de Diamante Y Balu arte de Santa Bárbara K. Cu artel de Dragones L. Puerta de la Merced M. Balu arte de San José N. Balu arte de Santiago O. Puerta de las Atarazanas P. Puerta del Pescado Q. Puerta del Muelle y Contaduría Convalecencias R. Casas de cabildo y alojamiento del Gobernador S. Iglesia Mayor T. Convento de Santo Domingo V. Convento de San Francisco X. Convento de San Agustín Z. Convento de la Merced 1. Colegio de los Jesuitas 2 . Hospital de Loreto para Mujeres 3. Hospital de San Ju an de Dios para 4. Hospital de Betlehemitas 5. Fábrica empezad a para convalecencia 6. Iglesia de la Divina Pastora 7. Castillo de San Ju an de Ulúa con las obras exteriores proyectad as distinguid as de amarillo 254

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8. Ciud adela proyectad a para auxiliar al castillo de San Ju an de Ulúa como lo necesita y cubrir la importante única entrad a de la Nueva España con Almacenes para depósito de las Flotas y demás edificios de la Gu arnición, el todo a prueba de bomba.

Perspectiva de reparo y fuerte y población de San Ju an de Ulúa

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o r i gen y d esa r rol l o de l casti l l o. s i gl os xv i al xi x Los primeros dos planos que se presentan a continu ación son de finales del siglo XVI. El Plano elaborado entre 1570 y 1580 muestra el estado en que se encontraba el Fuerte de San Ju an de Ulúa, compuesto por dos torres en forma de paralelepípedo con una muralla o cortina entre ambas, a la cu al se anclaban las embarcaciones mediante unas argollas sujetas a la misma; de allí se le denominó la cortina de las argollas. Bajo una de las torres se aprecian los aljibes que permanecerán en ese sitio secularmente. Posteriormente, en el Plano elaborado por Bautista Antonelli en 1590 se obser va una propuesta defensiva más elaborad a, a través de balu artes en las torres antes descritas y en la renovación de espacios para el almacén de mercancías y estancias, iglesia, hospital, plaza y puentes. Asimismo, la obra de Antonelli es estratégica, pues es el sitio elegido para resgu ardo de la fortificación en su relación con el Puerto de Veracruz, el cu al, a partir de entonces se convierte en la sede de los poderes políticos y administrativos locales e inicia una intensa obra constructiva en la ciud ad , y posteriormente su fortificación, para cumplir cabalmente con su función comercial interoceánica y del Caribe. Los siguientes cu atro planos pertenecen a la etapa constructiva más intensa y con un amplio número de proyectos y obras realizad as en San Ju an de Ulúa, durante el siglo XVIII y en menor medid a en el XIX. Es importante señalar que las transformaciones continu as del Castillo fueron debid as principalmente a los avances tecnológicos de la guerra y la balística. También obser vamos que para finales del XVIII hay una disposición de espacios muy compleja y variad a en el Castillo, para d ar lugar a víveres y mercancías que se traslad aban de ultramar a México y viceversa, depósitos de agu a, y activid ades múltiples que forman en su conjunto una estructura arquitectónica de las más destacad as mundialmente en la época. En el Plano de 1712 , firmado por Antonio José Martínez, se registra un cambio fund amental en el Castillo, además de los balu artes de San Crispin y de San Pedro con la Cortina de las Argollas en el intermedio, se añaden dos balu artes más: el de Santiago y el de la Soled ad y las murallas entre éstos, formando una planta rectangular más consistente y sólid a para la defensa militar. Entre 17 38 y 17 39 hay 256

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tres propuestas espaciales-constructivas de Félix Prosperi, a manera de tenazas que se desprenden de la planta rectangular para muelles y lugares de reparación de embarcaciones que no se construyeron. En el Plano de 17 74 ya aparecen las baterías a los lados de la planta rectangular abalu artad a, así como la contragu ardia al norte de la misma, para defender el Castillo de los continuos ataques ingleses por posesionarse de las riquezas allí almacenad as. Se incorporan obras como el revellín cuyo ángulo mira hacia la contragu ardia, dos hornabeques a los lados de éste, fosos y puentes entre las edificaciones y una gran cantid ad de obras al interior de éstos que permitieron satisfacer las necesid ades y funciones que debía cumplir el Castillo hacia finales del siglo XVIII. El último Plano del año 1861-1862 fue elaborado durante la toma del Castillo en la alianza estratégica entre Inglaterra, Francia y España por recuperar la posesión del territorio mexicano, con la argumentación de las deud as pendientes de México con aquellos países, así como la salvagu ard a de los habitantes de aquellas nacionalid ades en el territorio mexicano.

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p la n ta y a lz a d o de l a parte con strui da y l a proye ctada para l a o b r a de f o rt i f icaci ón de l pue rto de san j uan de ul úa AGI, MP, México, 724. Año de realización: 1570-1580 Primer párrafo inferior izquierdo. Tiene esta obra de largo que es la que está hecha hasta ahora trecientos pies de largo que es todo esto lo que parece estar señalado de amarillo la raya que está tod a de colorado. Segundo párrafo inferior izquierdo. Tiene de largo esta obra con torres y todo seiscientos y dieciocho pies. Tercer párrafo inferior izquierdo. Esta es la planta baja de esta obra que es todo lo que está señalado de amarillo que son trecientos pies desde la esquina de la torre. Cuarto párrafo inferior izquierdo. Este es el pitipié y medid a con que se gobierna lo que se ha de saber, que son todos en pies lo que está señalado. Primer párrafo derecho. Tiene de alto tod a esta torre cu arenta y cinco pies 45. Segundo párrafo inferior derecho. Esta es la muralla que se añade desde la raya colorad a hasta topar con el torreón, tiene de largo ciento treinta y ocho pies. Tercer párrafo inferior derecho. Este que va todo de negro es todo lo que se añade de muralla que son ciento treinta y ocho pies de largo. Cuarto párrafo inferior derecho. Tiene este torreón en cad a ángulo cien pies en cu adra. Letreros en planta baja del torreón derecho. Piezas de ser vicio Aljibe

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p er s p ec t i va d e re paro y fue rte y pobl aci ón de san j uan de ul úa AGI, MP, MÉXICO, 36. Medid as del original: 55 X 41 cm. Año de realización: 27 de enero de 1590. Signatario: Baptista Antonelli Leyend a superior izquierd a. Perspectiva del reparo del Fuerte y Población de San Ju an de UlúaLa dicha población tendrá …. diez españoles …. Los demás son negros esclavos de Su Majestad . Viejas casas son de madera de navíos que van al través. Fund ad as y fabricad as sobre pal… y debajo el agu a. San Ju an de Ulúa a veinte y siete de enero de mil quinientos y noventa años. Baptista Antonelli Letreros de los espacios del Plano. Galera y casas de los negros Almacén del Rey Plaza Iglesia Puerta Puente Hospital Puente Puente Casa del Alcalde

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p la n ta y p er f i l de l casti l l o de san j uan de ul úa de l pue rto de la n ueva ver ac ruz Según está en este tiempo que gobierna la Monarquía nuestro Rey y Señor Don Felipe V que Dios gu arde y a esta Nueva España el Excelentísimo Señor Duque de Linares. Siendo castellano del; el coronel Don Pedro de Ru anova; hecho este mapa en la Ciud ad de la Vera Cruz en 26 de Noviembre de 1712 años. AGI, MP, México, 107. Medid as: 65 X 42 cm. Año de realización: 26 de Noviembre de 1712 . Escala de 100 varas los 18 cm. Signatario: Antonio Joseph Martínez Leyend a izquierd a: Tabla Alfabética para la Explicación del Mapa ABCD. Antigu a fortificación. EFGH. Nueva fortificación. F. Medio Balu arte de Santiago. G. Balu arte de la Soled ad . D. Sala de Armas que está debajo al Caballero Alto. Z. Capilla de Nuestra señora de la escalera. C. Aljibe sobre el macizo de la Fortificación Antigu a. B. Sitio donde están dos Morteros. J. Entrad a Marítima del Castillo. K. La Darzena. L. Iglesia del Castillo dedicad a a San Ju an; y junto a la Iglesia el jardín N. M.Alojamiento del Cura y Vicario. O. Alojamiento del Castellano. P. Otro Aljibe Q. Dos pequeños almacenes para el ser vicio de los dos Balu artes. R. Cu arteles de Tablas. S. Cuerpo de Gu ardia sobre el cu al está el alojamiento del sargento mayor. T. Almacén de Pólvora. V. El recinto que debajo está con bóved as adonde está, acu artelad a la gente de la gu arnición.. X. Debajo está un almacencillo de Pólvora. A. Debajo está una casamata. 261

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1. Escalera que baja a un Almacén de Pólvora: y también a las casamatas señalado con 11. Leyenda derecha: 2 . Escalera que sube al caballero Alto. 3. Puente de Madera para la comunicación de las fortificaciones. 4. Pasadizo de la casa del castellano a la fortificación. 5. Sitio donde están otros dos Morteros. 6. En los subterráneos está una pequeña Puerta de comunicación con el flanco bajo. 7. El flanco bajo. 8. Puente que se comunica desde la Sala de Armas a la fortificación. 9. Galera donde están los forzados. 10.La Panadería. 11. En lo subterráneo está una puerta pequeña que sale al Arrecife. 12 . Escaleras que bajan a tod as las bóved as de las Murallas. 13. Perfil de la Cortina que está desde el Balu arte de la Soled ad , hasta el Caballero Alto, donde se ve la Sala de Armas señalado con el número 14 y el Almacén del Pan situ ado sobre la bóved a de la Sala de Armas señalado con el número 15. 16. Almacén de Pólvora situ ado sobre la Bóved a del Almacén del Pan. Debajo de la Sala de Armas el aljibe 18. La Manera que en el Caballero Alto tiene una Atalaya, para ver más la Mar ; y se compone el otro Castillo de 2 2 cañones, los 35 de bronce y los restantes de fierro de Diferentes Calibres, con más en cad a garita tiene en sus ventanas algunos pedreros como así mismo en la Entad a del Castillo tiene 2 pedreros y debajo de lo Marcado con el número 11 tiene 2 cañones de fierro que calzan 36 líneas de Bala. Antonio Joseph Martínez.

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p la n o del esta d o en q ue s e h a d e pone r e l casti l l o de san j uan de ul úa Determinado por la Real Junta de la Fortificación celebrad a en Veracruz de orden de Su Majestad para dicho fin; y concluid a el día diez y siete de Septiembre de mil setecientos setenta y cu atro CGE, SG. J-3-3-109. Año: 17 74. Medid as: 150 x 68 cms. Escala: 100 varas de Castilla Leyenda inferior: Explicación: Recinto Principal 1. Balu arte de San Pedro 2 . Balu arte de Santiago 3. Balu arte de la Soled ad 4. Balu arte de San Crispín Cortadura 5. Balu arte de San Carlos 6. Balu arte de San Antonio 7. Balu arte de San Fernando 8. Balu arte de San Ju an Obras exteriores 9. Hornabeque de Gu ad alupe que flanquea la avenid a a el fondeadero por la canal del oes-Noreste 10. Hornabeque de San Miguel, que flanquea la avenid a a el fondeadero por el Canal del Este. 11. Revellín de San José 12 . Plaza de armas retrincherad a de Santa Isabel 13. Plaza de armas retrincherad a de Santa Catarina 14. Cortaduras en las Cortinas del recinto principal, inmediato a los Balu artes para aumentar fuegos contra el alojamiento de los Enemigos sobre cu atro Balu artes del recinto principal. Bóved as a prueba debajo de los Rampares A. Cu atro almacenes de pólvora debajo del balu arte de Santiago y hornabeques, capaces de seis mil doscientos noventa y cu atro quintales, en que se dota este Castillo y pueden caber más depósitos B. Ocho aljibes en la Cortadura, balu artes de San Crispín y Soled ad , Cortina al Sur. Suroeste del recinto principal en el revellín y Hornabeques capaces juntos de tres millones cu atrocientos veintinueve mil 264

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novecientos cu artillos de agu a, suficientes para nueve meses para la Gu arnición. C. Sala de Armas D. Iglesia y Casa de los capellanes en la Cortadura AE. Tres salas para enfermos en el revellín, en que caben 120 camas. OE. Botica y habitación del Boticario E. Cocina del Hospital VE. Habitación del capellán y Cirujano de Gu ardia YE. Gu ard a ropa. F. Nueve cu arteles para tropa, computados para mil doscientos catorce hombres, que con ciento y veinte enfermos, que con caso de no haberlos, la Bóved a desocupad a en hospital ser virá de Cu artel y el 265

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tercio de seiscientos sesenta y seis, que se consideran de gu ardia, hacen las dos mil de dotación de este Castillo, comprendidos trescientos artilleros. G. Bóved a para mixtos debajo del foro de la Cortadura en el rampar del recinto principal inmediato a el flanco del balu arte de la Soled ad , sobre el frente al Les-sureste H. Seis bóved as para Almacenes de todo lo correspondiente al tren de Artillería, repartidos debajo del balu arte de San Ju an en la Cortadura y en ambos hornabeques, que son suficientes para la dotación. I. Dos bóved as en el revellín para cien cureñas de repuesto, que es lo correspondiente al tercio de dotación K. Cocinas para la tropa y forzados debajo del rampar entre los balu artes de Sn Pedro y San Crispín. L. Dos bóved as para doscientos veinte forzados para los trabajos M. Bóved a debajo de balu arte la Soled ad y debajo del pabellón inmediato al flanco del mismo, para tres mil, once tercios de harina para el abastecimiento de pan para seis meses a tod a la Gu arnición. N. Dos hornos de pan suficiente cad a uno para el abasto de la Gu arnición, capaces de quinientos cu arenta panes de veinticu atro onzas en cad a hornead a. O. Bóved as en la Cortadura para dos mil dieciséis barriles o cu atro mil treinta y dos quintales de carne en salmuera, jamón y cecina, suficientes para las raciones que corresponden a la Gu arnición según las que a cad a uno por sus empleos toca, que aunque para esto bastaban dos mil novecientos treinta quintales, a razón de ocho onzas por ración, no obstante por si quieren d ar a catorce son suficientes esas bóved as ya mayor abund amiento, se señalan a este fin las tres en la gola del balu arte de San Crispín cotad as con la misma letra. P. Siete bóved as para tacos debajo de los fosos de las cortaduras de las cortinas del recinto principal. Q. Diez bóved as en las alas de los hornabeques para el abrigo de cu atro piragu as, una falúa y cinco lanchas para los avisos a la Costa, socorros al Castillo y reconocimientos a la Mar. R. Cuerpos de Gu ardia T. Bóved as para las dietas del Hospital V. Bóved as para la leña 266

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W. Bóved as para el carbón U. Habitación para los ingenieros debajo del rampar de la cortina entre los balu artes de San Pedro y Santiago a…. Casa del Gobernador debajo de la Cortadura e…. Casa del teniente del rey debajo del balu arte de San Fernando u…. Casa de oficiales reales debajo de la cortina entre San Pedro y Santiago b…. Pequeña bóved a para cajones de velas de cebo d…. Almacén para caldos, caben mil ciento cincuenta y dos barriles de vino, aceite y vinagre debajo del balu arte de Santiago f…. Bóved as para legumbre, galleta y arroz G…Carpintería g…. Herrería y…. Pabellón para el gu ard a Almacén de víveres y pólvora m…. Pabellón de los oficiales d Artillería n…. Almacén de sal, capaz para trescientas fanegas p…. Tonelería y habitación del tonelero q…. Oficina del Armero r…. Habitación para diez patrones correspondientes a las embarcaciones s…. Dos bóved as para ciento dieciséis marinos t…. Explanad as para morteros x…. Almacén para aceite y manteca z…. Almacén para tabaco Bóved a para seiscientos ocho cajones de cajas de fusil Las que no tienen letra son pabellones para oficiales de Infantería Nota 1ª Que la viviend a en tiempo de paz de la que mande el castillo, se ha resuelto se haga sobre el frente de la cortadura que mira al hornabeque de San Miguel y sea de paredes delgad as que pued an demolerse con facilid ad en tiempo de guerra. Nota 2ª Que la altura de los hornabeques es la misma que la del revellín, y unos y otros deben qued ar un poco más bajos que el recinto principal. Nota 3ª Que lo lavado de amarillo es todo lo que se debe aumentar ; y lo encarnado lo existente, que debe qued ar. Descripción: 267

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Este Plano se presume es una copia del original firmado por todos los componentes de la Junta, en la cu al se estudiaron las ventajas e inconvenientes de los proyectos de don Manuel de Santiestevan y de don Agustín Crame, adoptándose como acuerdos finales: 1º Que se concluyesen y se perfeccionasen los cu atro balu artes del recinto principal 2º Reedificar la Cortina de las Argollas, que amenazaba ruina y demoler el Caballero, construido sobre el balu arte de San Crispín, para evitar que dominase el enemigo desde el resto de la fortaleza en caso de conseguir ocuparlo. 3º Construir los dos hornabeques laterales en lugar de las baterías existentes 4º Que se hicieran las dos plazas de armas atrincherad as con su foso respectivo unido al revellín 5º Desechar el proyecto de cortadura total del recinto principal con su foso de agu a, que proponía Crame, y que hubiera convertido los balu artes de San Pedro y San Crispín con la cortina de las Argollas, que los unía, en una especie de hornabeque independiente. En su lugar acord aron continu ar con la parte del foso, construid a en aquel momento (que sólo llegaba hasta el nivel del suelo de la plaza), por tres frentes de la fortaleza, salvo el del revellín, constituyendo así un recinto interior atrincherado con sus cu atro balu artes del recinto principal, con objeto de hacer imposible la permanencia en los mismos del enemigo en caso de que consiguiesen ocuparlos.

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p la n o y p er f i l d e l C asti l l o de San Juan de Ul úa CGE. Año: 1826. Medid as: 100 x 65 centímetros. Escala del Plano: 1: 47 5. Escala del Perfil: 1: 296. Autor : Don Manuel Agustín Mascaró. Signatario: Matías Letamendi. Leyend a del cu adro a la derecha. Plano y perfil del Castillo de San Ju an de Ulúa, situ ado en la Isla Gallega a mil varas de la Ciud ad de Veracruz. Explicacion. A. Balu arte de la Soled ad . B. Id de Santiago C. Id de San Pedro. D. Id . de San Crispin. E. Caballero alto. F. Bóved as a prueba de bomba. G. Iglesia a prueba de bomba. 269

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H. Casa del Señor Teniente Rey en tiempo de paz. H H. Pabellón destacado. I. Casa del Capitán del Puerto. En tiempo de paz. J. Casa del ayud ante a prueba en tiempo de paz. JJ. Plaza mayor. K. Entrad a principal. L. Escalerillas de comunicación. M. Escalera principal para subir a los terraplenes. N. Rampa para subir a los terraplenes. O. Claraboyas o ventilaciones. P. Fogaril para señal a las naves. Q. Mirador. R. Aljibes. S. Repuestos de pólvora. T. Cortadura. U. Cuerpo de gu ardia de San Fernando. UU. Tambor que cubre la entrad a principal. V. Puente de comunicación al Revellín. X. Revellín de San José. XX. Reducto o atrincheramiento del mismo. Y. Plaza de armas atrincherad a de Nuestra Señora del Pilar. Z. Plaza de Santa Catarina. a Batería baja de San Miguel. 1. Batería de Nuestra Señora de Gu ad alupe. 2 . Cuerpos de gu ardia exteriores 3. Repuestos de pólvora exteriores. 4. Lugares comunes exteriores. 5. Foso inund ado. 6. Traversas. 7. Camino cubierto. 8. Explanad a. 9. Puentes de comunicación. 10. Surtid as. 11. Campo Santo. 12 . Escolleras. Notas. 270

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1. Balu arte de San Crispin

15. Plaza de armas

2 . Balu arte San Pedro

16. Palacio

3. Balu arte de Santiago

17. Farola

4. Balu arte de la Soled ad

18. Repuesto

5. Caballero alto

19. Repuesto

6. Cortadura de San Fernando

20. Repuesto

7. Media Luna

21. Puente de mampostería

8. Reducto de la media Luna

2 2 . Repuesto

9. Plaza de armas del Pilar

23. Cuerpo de Gu ardia

10. Plaza de Santa Catalina

24. Repuesto

11. Camino Cubierto

25. Repuesto y Cuerpo de Guardia

12 . Batería de Gu ad alupe

26. Salid as a la batería baja

13. Batería de San Miguel

A. Aljibes

14. Batería corrid a de glacis 1.a. La líneas de puntos manifiestan las divisiones de piso inferior al nivel de la Plaza. Los demás edificios sobre los terraplenes, y los exteriores se manifiestan cortados por las ventanas, exceptuando la casa del Señor Teniente Rey que se mira. 2.a. Se han puesto en el perfil algunas letras y números de los mismos que corresponden en el plano en los parajes por donde pasa el perfil, y en los que se miran por elevación. Su autor Don Manuel Agustín Mascaró Habana 25 de Marzo de 1826 El Teniente Ingeniero Vol.o Matías Letamendi Descripción: Plano orientado y lavado en colores. Media lis. Escala gráfica de 100 varas castellanas (176mm) y para el perfil (282mm). El plano está firmado por el Teniente Ingeniero voluntario Don Matías Letamendi, aunque se indica que su autor es Don Manuel Agustín Mascaró, y fechado en la Habana el 25 de marzo de 1826, poco después de su capitulación, ocurrida el 18 de noviembre de 1825. El fuerte resistió durante cuatro años después de terminada la guerra en 1821. De las obras proyectadas en 1774 se habían realizado en la fecha del plano las de mejoramiento de los baluartes del recinto principal y el atrincheramiento del foso de la plaza de armas. La cortadura en tres frentes y el recinto interior había quedado reducida únicamente al frente de la Cortina de Argollas. Tampoco llegaron a hacerse los hornabeques laterales, conservándose las baterías existentes. 271

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Pla n o de la Fo rtal e z a de San Juan de Ul úa CGE. Años: 1861-62 . Medid as: 52 x 35 centímetros. Escala del Plano: 1: 1,176. Signatario: Don Gabriel Torres Leyend a inferior derecha. Descripición. Plano orientado con flecha y lavado en verde. Original en negro sobre papel tela. Escala gráfica de 100 metros (85mm). El plano lleva al pie el Visto Bueno con la firma del Brigadier Don Gabriel Torres, Jefe del Estado Mayor, General de la columna expedicionaria enviad a a México en virtud del Convenio de Londres, de Octubre de 1861, por el que Inglaterra, Francia y España se comprometían a inter venir en dicho país con objeto de asegurar el cumplimiento de sus obligaciones internacionales y la protección de extranjeros residentes. Las tropas españolas salieron de La Habana, y el 17 de diciembre ocupaban el fuerte de San Ju an de Ulúa. El General Don Ju an Prim, Conde de Reus, tomaba poco después el mando de la expedición. Con relación al plano anterior, se obser va que las baterías laterales de Gu ad alupe y San Miguel han sido continu ad as por el glacis de la fortificación, formando una batería corrid a.

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Bibliografía correspondiente al capítulo Mapas y planos de tradición azteca. Estructura urbana y arquitectónica en la ciudad de México del siglo XVI. Galarza, Joaquín et al. (1981), 20 planos urbanos del siglo XVI en la ciudad de México. México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, [inédito]. Galarza, Joaquín y Keiko Yoneda (1982), Mapa de Cuautinchan núm. 3. México, Archivo General de la Nación. Galarza, Joaquín y Jorge González Aragón (1995), La vivienda azteca en la Ciudad de México en los códices-planos de los siglos XVI y XVII, Catálogo de exposición. INBA, Museo Nacional de Arquitectura. González Aragón, Jorge (1989), “Planos aztecas de la ciudad de México. Aspectos arquitectónicos”, en J. Galarza et al., Descifre de las escrituras mesoamericanas, códices, pinturas, estatuas, cerámica. Oxford, BAR International Series 518(i). González Aragón, Jorge (1993), La urbanización indígena de la ciudad de México. El caso del Plano en papel maguey. México, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Manzanilla, Linda (comp.), (1986) Unidades habitacionales mesoamericanas y sus áreas de actividad. México, UNAM. Matías Alonso, Marcos (1984), Medidas indígenas de longitud. México. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Cuadernos de la Casa Chata no. 94). Palerm, Ángel (1990), México prehispánico. Evolución ecológica del Valle de México. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Reyes, Luis et al. (1984), Documentos nahuas del siglo XVI en la ciudad de México, 2 tomos. México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, [inédito]. Toussaint, Manuel; Federico Gómez Orozco y Justino Fernández (1938), Planos de la Ciudad de México. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas. Rossi, Aldo, (1992), La arquitectura de la ciudad, 8ª. ed. Barcelona, Gustavo Gili. Terán, Fernando de (coord.) (1992), La ciudad hispanoamericana. El sueño de un orden. Madrid, Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo.

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correspondiente al capítulo La representación de Michoacán en el territorio, la urbanización y la minería Acuña, René (ed), (1987) Relaciones Geográficas del siglo XVI: Michoacán. México, UNAM. Brading, David A., (1994) Una Iglesia asediada: el obispado de Michoacán, 17491810. México, Fondo de Cultura Económica. Gerhard, Peter, (1986) Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821. México, UNAM. González Aragón, Jorge y José Luís Cortés Delgado, (2004), Corpus urbanístico de México en España. México, UAM, Embajada de España en México, Fundación Santillana. Humboldt, Alejandro de, (2004 [1822]), Ensayo político sobre el reino de la Nueva España. México, Editorial Porrúa. O´Gorman, Edmundo, (2000 [1937]) Historia de las divisiones territoriales de México. México, Editorial Porrúa. Olveda, Jaime (coord.), (2007) Los obispados de México frente a la Reforma Liberal. México, Colegio de Jalisco, UAM, UABJO. Rubio Mañé, José Ignacio, (2005) El Virreinato I. Orígenes y jurisdicciones, y dinámica social de los virreyes. México, FCE, UNAM. Sala Catalá, José, (1994) Ciencia y Técnica en la Metropolización de América. Madrid, Doce Calles, CSIC. Servicio Histórico Militar, Servicio Geográfico del Ejército, Cartografía y relaciones históricas de ultramar. Tomo III, Méjico. (1990). Volumen descriptivo, Madrid, Ministerio de Defensa. Servicio Histórico Militar, Servicio Geográfico del Ejército, Cartografía y relaciones históricas de ultramar. Tomo III, Méjico. (1990). Volumen de Cartografía, Madrid, Ministerio de Defensa. Tanck de Estrada, Dorothy, (1985 [1900]), Atlas ilustrado de los pueblos de indios, Nueva España, 1800. México, El Colegio de México, El Colegio Mexiquense. Torres Lanzas, Pedro, Catálogo de mapas y planos. México, Tomos I y II, (1985 [1900]), Madrid, Ministerio de Cultura. Abreviaturas utilizadas en las fichas de los planos y mapas AGI AGS CGE

Archivo General de Indias Archivo General de Simancas Centro Geográfico del Ejército a

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Apostilla

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La facilid ad que nos otorgó la Universid ad Autónoma Metropolitana para publicar los textos anteriores pasan por varios años de trabajo realizados por los autores, mismos que inician en el año 2000 con la

espléndid a acogid a de Luis Ignacio Sáinz, en ese entonces Coordinador de Difusión Cultural de la Universid ad Autónoma Metropolitana, para realizar la Exposición y el libro denominados Corpus Urbanístico de Puebla y Oaxaca en España, propuestos en aquel momento por Jorge González Aragón y José Luis Cortés Delgado; la primera, montad a en el Museo Nacional de Arquitectura con una gran presencia plástica de cu arenta y ocho cu adros, con las imágenes de treinta mapas y planos de Puebla y dieciocho de Oaxaca, la mayoría de ellos inéditos y otros solo apenas del conocimiento de especialistas; el segundo, un libro de 121 páginas con un valioso y pertinente prólogo de Don José Luis Martínez Rodriguez†. A esa primera experiencia se añadieron otras cinco más, tod as ellas impulsad as, promovid as y editad as por L. I. Sáinz desde el seno de la propia Universid ad , o bien con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, los gobiernos de Michoacán y Campeche, y acompañados por la Embajad a de España en México, siempre respetando y manteniendo la participación institucional originaria de la Universid ad . Se montaron cu atro exposiciones más sobre los Corpus Urbanísticos de: Ciud ad de México, la Nueva España, Michoacán y San Ju an de Ulúa en las instalaciones de la Universid ad , el INAH y otros recintos destacados del país; del mismo modo, se hicieron igu al número de libros que poco a poco fueron mejorando su calid ad científica. A éstos fueron invitados, por González Aragón y Sáinz, los arquitectos Carlos González Lobo, Manuel Rodríguez Viqueira, Norma Elisabeth Rodrigo Cer vantes y el cartógrafo Michel Antochiw Kolpa Con base en el trabajo continuo y respetuoso que hemos establecido como directores del Corpus Urbanístico desde el año 2007: José Luis Cortés, con el que continu amos, desde luego, el alto ánimo y apasionado entusiasmo por los códices, planos y mapas mexicanos, se ha comprometido ya desde hace un lustro a

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en otras activid ades relacionad as con la promoción, evalu ación e impulso de grandes proyectos de arquitectura y urbanismo nacionales, así como algunos internacionales que le impiden por el momento dedicarse a esta activid ad de investigación. Durante el proceso de elaboración del presente hemos coincidido en la necesid ad de difundir a un universo mayor de interesados en la lectura de la imagen histórica del territorio, desde esta Universid ad promotora de investigación de alto nivel. Por ello es notoria desde el subtítulo: Lecturas f ilosóf icas, geográf icas y urbanísticas, nuestra decisión por ofrecer a los lectores universitarios e interesados en estos temas dos mirad as del territorio que se complementan, para hacer comprensible el inmenso universo de la cartografía que se ha difundido mundialmente con los grabados de utilización secular hasta la invención de la imprenta, sobretodo hacia finales del siglo XV, que toca Sáinz con inteligencia documentad a en los textos que abord an los primeros atlas de la humanid ad con descripciones relevantes del Viejo Mundo. Desde el año 2001, cu ando inició la colección editad a por Luis Ignacio Sáinz, a la que sugirió llamarla Corpus Urbanístico, surgió también una colaboración desde entonces por los planos y mapas que nos despertaban intereses desde diversos puntos de vista, aunque con el compartido de realizar un proyecto universitario de amplia difusión de los materiales cartográficos; en principio, de aquellos provenientes de los archivos españoles, lugar en que residen los principales acer vos externos al país que gu ard an la mayor cantid ad de documentos de este tipo. Para ese año ya contábamos con el siguiente registro de los materiales allí depositados: Archivo General de Indias:

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Archivo General de Simancas

25

Archivo Histórico Nacional

15

Biblioteca de Catalunya

3

Biblioteca Nacional

44

Biblioteca Pública de Toledo

75

Biblioteca Real Archivos militares Real Academia de la Historia Total

5 278 46 1,189 a

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Para los aniversarios treinta y treinta y cinco de la UAM participamos con exposiciones y libros del Corpus Urbanístico, el primero dedicado a la Nueva España y el segundo a San Ju an de Ulúa y otras fortificaciones; ahora en el Cu arenta Aniversario tuvimos la oportunid ad de mostrar algunos de los avances conjuntos, con materiales cartográficos provenientes de diferentes repositorios nacionales y del exterior. Desde el primer volumen de la colección citad a d amos cuenta que: En el período preclásico que se desarrolló entre los siglos XV y III a. C., en el altiplano mexicano existieron núcleos culturales entre los que destacan los zapotecas de Monte Albán, en el actu al estado de Oaxaca, quienes se relacionaron con los olmecas de la Costa del Golfo de México, los totonacas del Tajín y los mayas de Centroamérica. Es deseable conocer la historia del diseño urbano prehispánico y sus conceptos principales, tal como fueron practicados por las diferentes civilizaciones indígenas en distintos períodos y en diversas regiones. Con la presencia europea en América van tornándose las ciud ades más ordenad as en su trazo y en su relación con los terrenos de cultivo agropecu ario, generando una jerarquía de ciud ades, o bien del dominio de las órdenes mendicantes, sobre todo en las primeras décad as del contacto entre dos culturas. Dos ejemplos significativos de los frailes franciscanos fueron Tlaxcala y Puebla, que crean un lugar central desde el convento y la ordenación de la traza cu adrad a a partir del mismo, con variaciones rectangulares y de otro tipo por los obstáculos que impone la geografía del lugar. De aquellas primeras reflexiones, hoy podemos plasmar en este volumen algunas líneas de investigación en torno a la cartografía y el hombre. Estamos conscientes que ésta es también parte de la escritura con gráficos, signos, símbolos y hasta glifos de tradición indígena antes del encuentro cultural con el Viejo Mundo, es por eso que merece también una lectura concienzud a como la que hemos intentado brind ar al lector del presente. La expresión plástica, y con más precisión los dibujos y pinturas de tierra adentro y de la navegación, proviene de su relación con el conocimiento amplio del mundo y el entorno astronómico; que en sus diversas latitudes formará lo que se denominaron planos y mapas. Hay implicaciones filosóficas en esa lectura, en esa fenomenología del descubrimiento de las características terrenales y del cosmos hasta su exprea

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sión en planos y mapas a través de códices, grabados e incunables y en representaciones de diversas épocas hasta la contemporánea. También está presente la gran ciud ad de Tenochtitlán en el imaginario y la reflexión intelectu al de Albrecht Dürer, las misiones, viajes y motivos del descubrimiento y fund ación de ciud ades en Veracruz, Campeche, el Valle de Tlaxcala y Puebla, Michoacán y la California. Finalmente, la propuesta de un método que nos permitió d ar las pautas del origen de las formas urbanas de una parte de la Ciud ad de Tenochtitlan, así como de Tlaxcala y Puebla. Ahora celebramos esta publicación, porque nos permite d ar a conocer esta amplia varied ad de temas cartográficos que intentamos abord ar con el mayor rigor posible.

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Jorge González Aragón

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Luis Ignacio Sáinz Doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha sido profesor-investigador del posgrado en Historia y Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, y lo es del posgrado en Arquitectura de Conservación de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En el servicio público ha sido Asesor de los Subsecretarios de Planeación y Asuntos Culturales y Cooperación Internacional, así como Director de Publicaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Consejero Cultural y Científico de la Embajada de México en Italia, Coordinador General de Difusión Cultural de la UAM, Director Adjunto de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, Coordinador General del Programa de Mejoramiento del Comercio Popular del DDF, Coordinador General de Política Sectorial de la Secretaría de Energía, Gerente de Promoción de Sistemas de Control de Pemex, Secretario Administrativo del INAH, Asesor de la Secretaría de la Función Pública, entre otros. Como autor y coordinador destacan entre otros, los siguientes libros: Los artistas responsables en defensa de la fauna: Sesenta creadores (Universidad Nacional Autónoma de México, Consejo Nacional para la Biodiversidad, Chocolates Turín, 2014), con prólogo de José Sarukhán y textos de Víctor Sánchez, Patricia Escalante, Armando Sandoval Martínez y Raúl Valadez Azúa; Boxeo en México. La fe en el campeón (DGE/El Equilibrista, 2012-2013), en colaboración con Mauricio Mejía; Fatigas del dibujo por Irma Grizá (UAM-Unidad Azcapotzalco, Aguijón del Asombro para Percepción Enciclopédica, 2012); Elogio al espacio: Intervenciones escultóricas en la UAM-Azcapotzalco (UAM-Unidad Azcapotzalco, Aguijón del Asombro para Percepción Enciclopédica, 2012); Culturas del Golfo: Salvamento arqueológico y nuevas tecnologías (pemex/Petróleos Mexicanos-Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2011), en colaboración con Patricia Castillo Peña; Nombrar México, construir una Nación. Documentos diplomáticos 1822-1836 (Gobierno de Guerrero-Secretaría de Relaciones Exteriores, 2011); Corpus Urbanístico de Campeche en Archivos Españoles (Gobierno de Campeche, UAM, Embajada de España en México, INAH, 2010), en colaboración con Jorge González Aragón y Norma Elisabethe Rodrigo Cervantes; Fernán Pérez de Oliva: Soplos renacentistas (UNAM, 2009); La mirada del sujeto: Postulación del sentido y construcción de lo real (UAM/Cuajimalpa-Ediciones Coyoacán, 2009); Diego de Velázquez y el poder palatino (UNAM, 2008); La cárcel de la metáfora: Ensayos sobre América Latina (CNCA/Consejo Nacional para la Cultura y las 280

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Artes, 2003); Gilberto Aceves Navarro, desolación inmisericorde (CNCA, 2005); Irma Palacios: Poesía de la tierra (CNCA, 2002); Xavier Esqueda, Un homenaje (UAM, 2000); Manuel Felguérez: El empeño gramático (UAM-SRE/Secretaría de Relaciones Exteriores, 2000); Entre el dragón y la sirena, la Virgen: Apuntes sobre un cuadro de Baltasar de Echave Ibía (Aguijón del Asombro-Pinacoteca Virreinal-Instituto Nacional de las Bellas Artes, 1996), con prólogo de Virginia Armella de Aspe; Los apetitos del Leviatán y las razones del Minotauro: Dominación y hermenéutica (Universidad Juárez Autónoma de Tabasco-Aguijón del Asombro, 1995 y 1997), con prólogo de Enrique Arriola Woog y estudio introductorio de Emilio Vizarretea Rosales; Memorándum sobre el proceso del archiduque Fernando Maximiliano de Austria (LOTENAL/Lotería Nacional para la Asistencia Pública, 1994); Guadalupe Victoria: Interés nacional y soberanía (LOTENAL-Gobierno del Estado de Durango, 1993); Disfraz y deseo del jorobado: Hacia una teoría del amor cínico en Juan Ruiz de Alarcón (Ayotla-Papeles Privados, 1993); México frente al Anschluss: La anexión de Austria por la Alemania nacional-socialista en 1938 (SRE, 1988), con prólogo de Marcos Kaplan; Historia del tabaco en México: Siglo XX (Tabamex-Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, 1988), en colaboración con Miguel Ángel Echegaray y Ariel Kleiman; Nuevas tendencias del Estado contemporáneo (UNAM, 1986), en colaboración con Fernando Escalante Gonzalbo. En cuanto a revistas especializadas y de divulgación, ha sido director de Casa del Tiempo (UAM- 1999-2005); editor de Alforja (poesía y artes plásticas; 2003-2005); miembro de los consejos editoriales y/o de redacción de Memoria (humanidades y ciencias sociales), Paideia (filosofía y teoría crítica), Quadro (estética y artes visuales) y Contexto en Psicoanálisis, entre otras. Director de la colección de poesía El pez en el agua (UAM, 2000-2005); editor y codirector con Jorge González Aragón de la colección Corpus Urbanístico de México en Archivos Españoles (UAM-Embajada de España-INAH, 2001-2014); codirector de la colección Cultura y Filosofía Política de Ediciones Coyoacán (2012 a la fecha). Cuenta con más de 250 publicaciones entre artículos, ensayos y capítulos de libros. Ha sido editor de más de 500 libros. Investigador Nacional del Sistema Nacional de Investigadores/Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. sainzchavezl@ gmail.com

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Jorge González Aragón Nació en Tenango del Aire, México, 1955, es Arquitecto y Maestro en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México. Su tesis doctoral en la Universidad de Valladolid se intitula Fiscalización y Defensa. La Ciudad de Los Ángeles y el Territorio Imperial. 1698-1724. Es profesor e investigador titular en el Departamento de Teoría y Análisis, la Carrera de Planeación Territorial y el posgrado en Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Ha participado también como profesor en el posgrado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Inmuebles de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del Instituto Nacional de Antropología e Historia, del posgrado sobre el territorio en la Universidad Iberoamericana de Puebla y en el posgrado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Puebla. En el ámbito profesional se ha dedicado a la elaboración de planes desarrollo urbano en la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas 1979-1982, la Secretaria de Desarrollo Urbano del Estado de México 1982-1985; coordinó el Proyecto de Conservación Urbana del Paseo del Río San Francisco en el Centro Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia de Puebla, 1995-1996 que fue reconocido con el Premio Francisco de la Maza al mejor trabajo de Conservación del Patrimonio Cultural Urbano en el año 1997. En la investigación colabora con Luis Ignacio Sáinz en el Proyecto Corpus Urbanístico desde el año 2000, inicio en la UAM desde año 1995 el Proyecto denominado Códices, planos y mapas urbano-arquitectónicos de México en el período colonial, fue reconocido por la Universidad Autónoma Metropolitana con el Premio anual a la mejor investigación publicada en el Área de Ciencias y Artes para el Diseño en el año 1994, con el Grupo Interuniversitario de Montreal coordinado por Mario Polèse, 1997-1999 fue responsable del Proyecto del Centro Histórico de Puebla; con la ORSTOM de Francia en México en el Proyecto Valle de Chalco coordinado por Bernard Lacombe y Daniel Hiernaux 1989-1991 fue responsable del Sistema de Información por la parte mexicana; con la Universidad de Nueva York en el Proyecto Megaciudades coordinado por Janice Perlman y por Enrique Ortiz y Ángel Mercado en México 1987-1989 fue responsable del Sistema de Información para la Ciudad de México. La investigación personal la ha dedicado a la lectura e interpretación de los códices, planos y mapas referidos al territorio, a las ciudades y los edificios participando como autor y coordinador en los siguientes libros: Urbanismo Arquitectura Militar en Iberoamérica (Universidad Autónoma Metropolitana, Instituto Nacional de Antro282

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pología e Historia) en coordinación con Norma E. Rodrigo Cervantes y Leonardo Meraz con textos de Carlos González Lobo, Luis Ignacio Sáinz, Manuel Rodríguez Viqueira y Xose Lois Martínez y quince autores más;. Arquitectura y urbanismo militar en Iberoamérica, como coordinador y autor (UAM, 2012) en coordinación con Everardo Carballo, Corpus Urbanístico de Campeche (UAM , 2011) en colaboración con Luis Ignacio Sáinz y Norma E. Rodrigo Cervantes: Corpus Urbanístico de San Juan de Ulúa (UAM-INAH, 2009) en colaboración con Manuel Rodríguez Viqueira y Norma E. Rodrigo Cervantes y prólogo de Luis Ignacio Sáinz, Corpus Urbanístico de Michoacán (INAH-UAM, 2007) en colaboración con Carlos González Lobo y Jaime Abundis, Corpus Urbanístico de la Nueva España (UAM, 2004) en colaboración con José Luis Cortés Delgado, Corpus Urbanístico de la Ciudad de México (UAM, 2002) e colaboración con José Luis Cortés Delgado, Planificación territorial y urbana. Investigaciones recientes en México y España (UVA-UAM-X) en coordinación con María Castrillo, Conservación Urbana en el Paseo del Río San Francisco. Centro histórico de Puebla, México (BUAP, 1999) en colaboración con Héctor Álvarez, Ignacio Ibarra, Delia Domínguez Luis Fernando di Pierro, Maribel Hernández, Juan Carlos Maldonado y Andrés Vázquez, La urbanización indígena de la Ciudad de México. El caso del Plano en papel maguey (UAM-X, 2003), Descifre de las escrituras mesoamericanas. Códices pinturas, estatuas, cerámica (BAR International Series, 1989) editado por J. Galarza, U. de Silvestre, R. Goin-Langevin, J. González Aragón, M. Thouvenot. jgonzalez_aragon@hotmail. com

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Este libro se terminó de imprimir en los talleres de Polymasters de México, SA de CV, en la Ciudad de México, el tercer trimestre de 2015. La composición gráfica y la intervención de arte estuvieron a cargo de Luis Rodríguez, asistido por Makeba Gil. En su formación se utilizaron las familias tipográficas MrsEaves y Tribute, acuñadas respectivamente por Zuzana Licko en 1996, y por Frank Heine en 2003. El tiraje constó de 1000 ejemplares. La edición estuvo bajo el cuidado de los autores.


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