Citámbulos: El transcurrir de lo insólito

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guĂ­a de asombros ciudad de mexico







Zona Metropolitana del Valle de MĂŠxico


salir detenerse mirar escuchar desconocer perderse reconstruir oler imaginar


tocar sumergirse encontrar repensar hablar leer intuir brincar degustar amar...


La

ciudad se fundó para resolver la nomadía.

Al concentrar el poderío y los

avances de una comunidad para beneficio de sus habitantes, fue creando sus hitos, sus modos de relación, sus signos de identidad. Sus necesarias y peligrosas rutinas. A medida que la ciudad creció cualitativa y cuantitativamente, sus usuarios se acostumbraron tanto a ella, que terminaron por vivirla y dejarse vivir por ella sin sorpresa ni sobresaltos.

Entre 1842 y 1843, los lectores de novelas de folletín aguardaban, expec-

tantes, la aparición del nuevo fascículo de Los misterios de París de Eugenio Sué. Desde el título, el autor indicaba que si bien su acción se situaba en un espacio común y familiar existían misterios, secretos que era preciso descifrar. Tras la publicación de la novela de Sué, en varios países surgieron inmediatas, numerosas y entusiastas imitaciones. Paul Fargue escribió Los misterios de

Londres y Guillermo Prieto proyectó escribir, con Ignacio Ramírez, Los misterios de México. No lo llevó a cabo, pero la exploración que hizo en sus poemas,


crónicas y cuadros de costumbres de la capital del país durante su larga y fecunda existencia, constituye una de las más profundas indagaciones sobre la ciudad, que es vista sin ser mirada por la mayor parte de sus habitantes. Vasta es así la tradición de quienes se han afanado en descifrar los lenguajes de la urbe, en cargarla de significado y proponer nuevas lecturas, y es con ese espíritu que los citámbulos arman su Guía de Asombros de la Ciudad de México. Una guía llena de misterios implícitos y más o menos compartidos, rituales domésticos, pero también de cortinas, puertas, muros de cristal que deben ser descifrados. Nuestra ciudad nos entrega su entraña y su pretérito. Nos cobija y nos da la tregua necesaria para seguirla amando en medio de su caos, a pesar de su apetito y su indiferencia. Por eso el de citámbulo es un oficio de primera necesidad; para seguir creyendo en el milagro, mediante la pasión y el ejercicio de la urbe, haciendo de cada instante un asalto a la eternidad.

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Libro,

atlas, manifiesto, almanaque, inventario, objeto:

inclasificable y hetero-

géneo como la ciudad de la que da cuenta, esto es, ante todo, una guía para perderse en la Ciudad de México.

Porque basta salir a la calle, afinar la mirada y abrir todos los sentidos

para descubrir que lo insólito —esa delgada línea que corre paralela a la rutina y atraviesa lo inusual, misterioso, exótico, terrible o poético de la ciudad— es también una forma de conocer su esencia.

Sin comienzo ni fin, con la posibilidad de leerse al derecho y al revés, los

121 retratos de la vida contemporánea de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) que aquí se presentan, incluyendo uno que sólo existe en la mente de su autor y de aquél que tenga la fortuna de encontrarlo, no son sino una pequeña muestra de la infinidad de paréntesis que cada habitante podría abrir si en lugar de sólo leer La región más transparente, visitara la colonia Novela Mexicana; si abandonara su coche en medio de un embotellamiento y emprendiera el camino con la mirada a través de los cables de electricidad; si en vez de construir muros, los saltara para platicar con los vigilantes de la

ciudad; o si, finalmente, se atreviera a averiguar a qué huele este delirante experimento humano y urbano.

Sin lugar a dudas, habrá insólitos lectores para los que lo insólito de esta

guía es absolutamente cotidiano. Habrá quienes, con justa razón, argumenten que no hay libro que recoja con fidelidad el texto que esta ciudad de ciudades escribe todos los días, excepto la urbe misma. Pero justamente por eso, esta guía es, ante todo, una invitación a abandonar el sillón de lectura, deambular por la ciudad y convertirse en citámbulo, dejando que los viejos bostezos y muecas de desesperación se transformen en refrescantes bocanadas de asombro.


norte

interior

centro

poniente

oriente sur


qué es hasta dónde cómo funciona

0 1 3 0 1 5 0 1 7

centro ciudad interior oriente norte sur poniente

0 2 3 0 7 1 1 2 9 1 8 5 2 3 7 2 8 9

citambulantaje

3 4 7

índice alfabético índice analítico créditos agradecimientos

3 6 3 3 7 1 3 7 9 3 8 1

Hasta Dónde


C贸mo funciona


A su manera, esta guía es muchas guías, pero sobre todo es tres guías. Todas dedicadas al habitante de esta ciudad, a quien se invita a elegir una de las siguientes posibilidades (lo que, por supuesto, no excluye que explore las demás):

La primera guía se usa como cualquier otra: seis zonas que cubren toda la

mancha urbana de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), en cada una de las cuales podrá encontrar itinerarios integrados por lugares geográficamente cercanos. El habitante elegirá uno de ellos, lo recorrerá, tomará fotos de sus lugares favoritos y se las enseñará a su vecino.

La segunda guía traza caminos que sorprenden por los vínculos que se

establecen entre zonas muy disímiles. Así, al final de cada lugar existen puertas que conducen a uno o varios lugares que, aunque alejados geográficamente, están conectados temáticamente.

La tercera guía es más bien una metaguía, es decir una invitación a ir más

allá de lo que deja una relación meramente intuitiva con la ciudad. Así, un personaje que la habita, pero sobre todo que la estudia, abre paréntesis dentro de los paréntesis aquí sugeridos.

01

título puerta de entrada

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El rincón del ahorcado

( CTR 01 )

Lieber Leser, du bist

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Zeilen jedoch lediglich um den bescheidenen

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Nachweis, dass die Autoren versucht haben, auch im noch so kleinen Detail jede Menge Bedeutung, Spiel und Abenteuer rund um Mexiko Stadt und das Leben seiner Bewohner darzubieten. Ob dieses Unterfangen gelungen ist, und von nun an gelingen mag, oder nicht, liegt ganz in deinen Händen; und in deinen Füssen liegt es ob ihr, du und deine Stadt, euch unterwegs findet. Für den besonders interessierten —und, um die Sache zu erscheren, der deutschen Sprache kundigen— Citámbulos also ein Gruss aus dem Kleingedruckten mit auf die Reise: “Die Stadt ist die Realisierung des alten Menschheitstraums vom Labyrinth” heißt

)

007

es bei Walter Benjamin. Das Buch in deinen Händen möge der Faden sein, dir ein Stück weit den Weg zu weisen; das Sich-verlieren erwartet dich dann an jeder Kreuzung. Viel Spass!

puerta de salida: vínculo a otros lugares

( PTR 21 )

Tipo de lugar Dirección: calle, colonia, delegación Cómo llegar y horarios

tipo de lugar y dirección

acceso: página y clave (número/zona)

paréntesis urbano: lugar de la guía

cinito





121 >>

Lugares



Centro hist贸rico


La zona del CENTRO HISTÓRICO está delimitada por las calles Izazaga, Eje Central, Eje 1 Norte y Circunvalación e incluye, en esta guía, la zona de La Merced y los alrededores de la Alameda Central, dado su estrecho vínculo histórico con el primer cuadro de la ciudad.

El Centro Histórico fue, hasta mediados del siglo xix, toda la Ciudad de México.

Hoy ocupa el 0.6% del área total del Distrito Federal y tiene una población de 216,000 habitantes, aunque cada día acuden a él 1.2 millones de personas, sobre todo para realizar actividades comerciales.

Actualmente de clima semiárido y, junto con el oriente, de temperatura más

cálida que el resto de la ciudad, el Centro Histórico es la zona donde los mexicas fundaron en 1325, sobre un islote del lago de Texcoco, la ciudad de Tenochtitlan cuyos accesos eran por vía lacustre y a través de las calzadas-diques que la conectaban con tierra firme. Por las características geográficas de la Cuenca de México, el Centro ha sufrido desde su fundación continuas inundaciones, sismos

donde todo cabe

y colapsos de suelo: sólo a lo largo del siglo xx registró un hundimiento máximo de 10 metros debido, sobre todo, a la sobreexplotación de los mantos acuíferos para abastecer de agua a la ciudad.

Después del sometimiento de México-Tenochtitlan en 1521, Hernán Cortés

eligió el mismo sitio para edificar “La muy Noble, Insigne y muy Leal e Imperial Ciudad de México”, capital de la Nueva España. En los siglos xvii y xviii, la ciudad experimentó un florecimiento económico reflejado en una intensa vida cultural, que incluía masivas representaciones teatrales en la Plaza Mayor (Zócalo) y en edificios de espléndida arquitectura barroca y neoclásica que le valieron el nombre de la Ciudad de los Palacios. Muchos de los edificios que fungían como monasterios o conventos —21 de los cuales eran de monjas de clausura— fueron destruidos parcialmente o convertidos en bibliotecas, colegios, hospitales o vecindades a partir de la Reforma liberal. A pesar de ello, la zona continúa siendo un importante referente para la vida religiosa de la ciudad.


A finales del siglo xix, la aristocrática y la incipiente burguesía se mudaron del

Centro y fundaron colonias como la Santa María la Ribera, la Juárez y la Cuauhtémoc que marcaron el comienzo de la expansión urbana. Desde entonces, gran parte de los edificios que desocuparon fueron habitados por las clases media y baja. Sin embargo, la falta de inversión por parte de los propietarios y las rentas congeladas propiciaron el deterioro de muchos de ellos. Aunado a esto, la mudanza de la industria manufacturera hacia la periferia de la ciudad y el desplazamiento del mercado de mayoreo de La Merced a la Central de Abastos provocaron a partir de 1970 un despoblamiento de la zona en un 40%, que se intensificó con el sismo de 1985. En 1987, el Centro Histórico fue nombrado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, lo que promovió la restauración de aproximadamente 800 inmuebles.

El Centro Histórico fue durante mucho tiempo la sede administrativa del go-

bierno federal y continúa siendo un espacio para toda clase de manifestaciones políticas y culturales. Es también el centro comercial más importante de la ciudad,

cuya influencia se extiende a todo el país debido, principalmente, a su especialización y a sus ventas al mayoreo. La actividad comercial, sobre todo en el sector informal, aumentó notablemente a partir de las crisis de 1980 a 1988 y de 1995, cuando los miles de desempleados que dejaron el cierre de importantes industrias en la ciudad o su translado hacia otras regiones del país, engrosaron las filas del comercio ambulante, dando como resultado en 1999 un número fluctuante, dependiendo de la temporada, de 2,250 a 7,100 puestos. Sin embargo, la intensa actividad comercial, las recientes restauraciones de inmuebles y el mejoramiento de las calles no han repercutido favorablemente en la mejora de las condiciones de vida de todos sus habitantes. Mientras que en el poniente del Centro se construyen departamentos y hoteles de lujo, oficinas de Estado y centros culturales, en el oriente no existe inversión en la infraestructura urbana y la gente permanece hacinada en viviendas en condiciones precarias o hasta en la calle. Esta separación socioeconómica entre el oriente y el poniente del Centro se extiende a toda la ciudad.



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CTR El rincón del ahorcado

( CTR 01 )

Las calles del Centro alcanzan su punto de ebullición. Siento que me evaporo lentamente entre edificios barrocos y puestos de plásticos. Doblo una esquina, otra, otra, otra. Ya no distingo el nombre de las calles por las que camino, pero no me importa; entre esta multitud, yo tampoco tengo nombre. El sol abrasa más fuerte. Soy un camello que camina por un mercado árabe. Tengo sed y daría mi reino por una cerveza. La puerta abierta de un edificio me invita a pasar. Adentro, donde la sombra corta de tajo luz y calor, una serie de miradas furtivas me recorren, produciéndome la sensación de haber traspasado una de las tantas fronteras invisibles que dividen esta ciudad de ciudades. Después de unos minutos, las miradas dejan de escudriñarme y los clientes de esta “miscelánea” vuelven cada uno a su asunto. Entonces me diluyo nuevamente en el contexto, entre la pared y la sombra. Le doy un largo trago a la caguama (¿qué reino habré perdido?) y observo. Un extraño trajín se desenvuelve ante mis ojos: los diableros, únicos en recorrer a toda velocidad calles que para el resto del mundo son intransitables mientras transportan torres de 27 cajas de huevos, bebés, perros y aparatos electrodomésticos, se toman una cerveza como si fuera una pastilla. Les siguen los cafenautas, que salen uno tras otro de una puerta cargando sus artefactos, los cuales recuerdan a los de los buzos de las profundidades marinas, a los tanques de fertilizante o a las botijas de cerdo en las que los vendedores de antaño traían el pulque. Aquí comienzan los cafenautas su noble misión: mantener despiertos —y no borrachos— a los otros ambulantes. Yo, en cambio, empiezo a sentir una agradable sensación de aletargamiento. Cuando pido la segunda cerveza, me percato que sobre la tienda está el fragmento de un mural desconcertante. Podría ser un pie que desde el cielo patea con alevosía la cabeza de un pobre despistado o tal vez un ángel con tenis castigando la ociosidad y la borrachera de un mortal. Cuando le pregunto a la dueña del local se queda callada. Su mirada triste me dice que será hasta la quinta o sexta cerveza que ella, o algún otro de los viejos clientes, me contará una de las historias secretas del Centro. Le doy un largo trago a la segunda caguama y espero. ( SUR 17 )

Bar clandestino Buscar entre las calles Justo Sierra, Venustiano Carranza, Santísima, Seminario Col. Centro, metro Zócalo, horario sugerido: sábados calurosos, 14 hrs.

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El ladrón devoto

( CTR 02 )

En este mundo hay santos y vírgenes para todo gusto y necesidad: para el dolor de muelas tenemos a Santa Apolonia; para subir del Purgatorio al Paraíso todos los sábados, a la Virgen del Carmen; para el aumento del patrimonio, a San Nicolás. Y en un país con una crisis tan añeja y un paganismo en tan sincrética armonía con la religión católica, no podía faltar nuestra Señora de Loreto, virgen de los ladrones. La Virgen de Loreto vuela por los aires montada en el techo de su casita, haciendo alusión al milagroso translado del hogar de María desde Nazaret hasta Loreto, Italia. Lo sugerente de su iconografía la ha convertido en patrona de cuantos trabajan en la aviación, de quienes buscan un hogar digno y estable, de los migrantes y de todas las amas de casa y, de manera clandestina, de los ladrones. Aprovechar que Dios no puede negarle nada a su madre no es, sin embargo, una novedad. Ya desde el siglo xiii , Gonzalo de Berceo contaba historias de ladrones que por tenerle devoción a la Virgen se salvaban de la horca. Si no fuera por el secreto de confesión –que tanto lío ha causado a nuestras H.H. fuerzas policiacas– los jueves y viernes de 17 a 20 horas podrían ser aprovechados por la Procuraduría de la República para esclarecer los robos de cartera que percuden la fama del Centro Histórico, aunque tal vez se verían tentados a perdonar a tan peculiares trabajadores por saber que, finalmente, son buenos cristianos y una parte de sus ingresos va para el diezmo del santuario. ( INT 03 )


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CTR

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Virgen de los ladrones Santuario de Nuestra Se帽ora de Loreto Plaza de Loreto, San Ildefonso 80, Col. Centro, metro Z贸calo


La Hundidísima

( CTR 03 )

Desde el principio hubo problemas con el agua freática. Apenas terminada la obra, ésta empezó a hundirse en el suelo lacustre y los sastres se enfrentaron al inevitable fin de su templo. Miembros de la Archicofradía de los Trinitarios, los sastres acostumbraban escoltar a los muertos de la ciudad y no les quedó más remedio que hacer lo mismo con la iglesia en su camino a la desaparición. Levantaron el nivel del piso para emparejarlo con el nivel de la calle dejando las puertas recortadas y con ello la iglesia más chaparrita y desproporcionada de la ciudad. En 1978, incluso antes de la sustitución de los sastres por las maquiladoras de la frontera norte y la creciente importación china, la alta costura nacional agonizaba. A finales de los setenta los sastres exhumaron la parte baja de la fachada y las dimensiones espaciales originales de su templo. Desde entonces, la nave es constancia de la historia de su hundimiento y


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CTR

rescate. Con el fin de demostrar la sobreposición de las capas de construcción, destrucción, reconstrucción, transformación y restauración que genera el tiempo en casi cualquier edificio antiguo, se mantuvieron evidencias de las intervenciones que los Trinitarios se vieron obligados a hacer debido al hundimiento de su iglesia. Hoy en cada pilastra se aprecian las bases falsas que se construyeron por encima de las bases originales, conservadas más de un siglo por debajo del relleno. El peatón puede caminar a la altura del pasado virreinal en una grieta del tiempo que transformó las calles aledañas en un sistema de escalinatas y plataformas por debajo del nivel actual de la ciudad. Un sitio arqueológico –renacido– fiel a los cambios que generó la ciudad aunque, a fin de cuentas, igual de surrealista que las columnas voladoras de fibra de vidrio que cubren el ímpetu expansionista del Hotel de la Ciudad de México. ( OTE 18 )

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Hundimiento del Centro Iglesia de La Santísima Trinidad Santísima esq. Emiliano Zapata (Prol. Moneda), Col. Centro, metro Zócalo


Palimpsesto

( CTR 04 )

Se supone que la calle es un fenómeno del espacio y no del tiempo, pero deambular a determinadas horas por el Centro, sobre todo los sábados, parece demostrar lo contrario. Porque conforme el reloj solar avanza en el corazón del Zócalo, en las calles aledañas los senderos se bifurcan, las esquinas se multiplican y sobre la traza mexico-renacentista se dibuja un nuevo mapa. Desde las nueve de la mañana se alzan con velocidad los muros de metal y ahí donde sólo había una vía aparecen dos, tres y hasta cuatro canales de flujo: callejón del moño, 1ª cerrada de discos, bulevar de los calzones, circuito de relojes y avenida del peluche. Una telaraña de hilos sostiene las fachadas tapizadas de productos, mientras el transeúnte trata de adivinar


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la salida de este laberinto o se resigna a caminar hasta que caiga la tarde y las calles se desmantelen, se empaquen y un sinfín de diableros se las lleven chiflando a las bodegas. Por la noche se asoma lo que bajo el sol es un mero palimpsesto de la urbe: la traza original de sus calles. Reaparece la retícula perfecta y permanente en la que se reconocen las fachadas de tezontle y piedra. Al día siguiente, sin embargo, el Centro vuelve a crecer por su propia cuenta, hacia afuera y hacia adentro, multiplicándose sobre la base de calles existentes, sin que se sepa a ciencia cierta si algún día los hermanos Roji podrán cartografiarlo. ( OTE 19 )

Calles portátiles Recorrido por Venustiano Carranza, Jesús María y Correo Mayor Col. Centro, metro Zócalo, L-D: 9-19 hrs.



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La gallina desplumada

( CTR 05 )

Las extravagancias de los desfiles de moda de Milán se quedan cortas con el despliegue de creatividad que se lleva a cabo en la Plaza Bravo dos semanas antes de la celebración de La Candelaria. Como el Niño Dios necesita interpretar cada año un nuevo personaje, médico, cirujano, rey, indio, Judas y, según cuentan, hasta futbolista, los expertos en corte y confección para imágenes religiosas no cesan en su búsqueda por integrar nuevos elementos. Para admirar la pasarela o explorar por entre los “camerinos” de la plaza donde visten y maquillan a los modelos, ubíquese en la esquina de Jesús María y Venustiano Carranza. Las novedades parecen inagotables y en ocasiones las propuestas son muy radicales. En la colección 2004, una modista de cara dulce y manos suaves desplumó a sus gallinas para lograr lo que nadie: la imagen del Niño Dios como un ángel de alas auténticas. Más de tres generaciones de familias originarias del Centro, aunque desplazadas con el temblor de 1985 a Ciudad Azteca, garantizan el prominente papel de México en el mundo de la moda. ( INT 06 )

Vestidos para el Niño Dios Plaza A. García Bravo, Venustiano Carranza esq. Jesús María Col. Centro, metro Zócalo, 1º de enero-2 de febrero

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¿Dónde hacer sus necesidades?

( CTR 06 )

Precios moderados: de 1 a 3 pesos

Chic: de 3 a 5 pesos

W.C. Disney ***Jesús María 15 Excelente opción si va al Centro con niños, pues en las puertas del baño han sido colocadas imágenes con todos los personajes de Disney. Son limpios, aunque a veces cuesta trabajo encontrar un escusado disponible.

W.C. DJ Carlos ***** Tabaqueros 21 Para quienes les gusta ir al baño con música, éste es el lugar. Se dice que el dueño es el Rey del W.C. pues ya cuenta con una cadena de baños. La música varía según el día, pero cuando el DJ Carlos pone narcocorridos hay muy buen ambiente. También las mañanas de rock mexicano son buenas.

W.C. Bara Bara ** Santísima 13 Antiguo baño de azulejos verdes. Limpio aunque con poca luz. En la entrada hay una máquina de videojuegos para que se entretengan los acompañantes mientras uno hace sus necesidades.

W.C. Art Decó *** Venustiano Carranza 40. Magnifica opción si va al Centro a comprar una silla para su nuevo salón de belleza. Son muy limpios y el joven que atiende, a pesar de su cabellera de puerco espín, es muy amable. Un cuadro chino de garzas acompaña el baño de damas iluminado con luces de neón. Además vale la pena darse una vuelta por el edificio, ya que se trata de un maravilloso ejemplar de Art Decó.

W.C. Casero ** República de Argentina 59 Sencillo pero limpio. Este baño tiene la particularidad de insertarse en la vida de una tradicional vecindad del Centro. Así, cuando uno entra, puede encontrarse con la señora de enfrente en su camino a la tienda, pero a los habitantes no parece incomodarles, todos son muy amables.

W.C. Mi Tiendita *** Corregidora 55 El hombre que grita en la entrada Pásele, pásele, aquí tenemos W.C. puede dar una mala impresión, pero este baño ofrece uno de los mejores servicios del Centro. Cuenta con una tienda de abarrotes por si inmediatamente después, le da hambre.

Si la crisis económica de los ochenta dejó una ciudad tianguis, parece que la del siglo xxi la va a transformar en un inmenso water closet. Ha sido un complejo proceso evolutivo en el que se ha pasado de la producción en serie de la fábrica a la bicicleta con tacos, al tren del camote, al tanque de buzo con café, a la pastelería en la cajuela del carro, al pozole en el garage, a la fotocopiadora en la camioneta, a la fondita en la sala de la casa, a la juguería en el carrito del supermercado, a la canasta de tortillas gigantes con frijoles, nopales y cilantro, para finalmente llegar, como es natural, al escusado y corroborar que aquí todavía aplica la ley de sobrevivencia del más abusado. Porque cuando ya todos venden, pocos consumen, pero todos siguen generando desechos orgánicos: de tal modo que la única mina de oro por explotar es, precisamente, el W.C. ( NTE 14 )

Escusados públicos Col. Centro, metro Zócalo

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CTR A imagen y semejanza de Lituania

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La fotografía de una sinagoga en un pueblo lituano es el origen. Hoy, ni la foto ni el pueblo parecen haber sobrevivido, pero permanece su réplica escondida en el corazón de la Ciudad de México. Desde afuera se entrevé, a través de las ventanas llenas de polvo, un cuarto obscuro desbordado de libros cuyos títulos están en hebreo. Ahí está una pequeña parte de la historia del judaísmo, religión de la memoria y el libro por excelencia, pero también de lo velado, de lo que ha tenido que ser enmascarado para sobrevivir. En las calles del Centro una fachada de estilo neocolonial oculta, a la manera de una matrushka rusa, la verdadera construcción: una sinagoga edificada a partir de los recuerdos de un lugar perdido. Huella de los judíos ashkenazim que llegaron del este de Europa y escondieron detrás de la imagen arquitectónica promovida por el Estado nacionalista de los años cuarenta un pedacito de Lituania. La doble fachada de esta sinagoga no sólo es un velo, sirve también para resguardarla del furor comercial de los miles de puestos de telas. En medio del silencio, brillan las copias de los frescos lituanos: la luz baña el jardín del Edén que los rabinos, fieles a la prohibición del Antiguo Testamento de representar figuras humanas, dejaron sin Adán y Eva. En otra sinagoga de la ciudad esta misma razón los llevó a cortarle las orejas a unos leones de mármol de Carrara para hacer constar su imperfección y evitar así que se convirtieran en objeto de idolatría. Detrás de unas puertas de cristal aparece el arca sagrada, el aron hakodesh. Aquí todo son símbolos por interpretar, secretos que develar. Así que no es difícil pensar que donde hay dos fachadas puede haber tres y que esta sinagoga, además de resguardar libros antiguos, murales lituanos y tener una cocina donde antes llegaban a comer los judíos que trabajan en los alrededores, esconde otro secreto... ( SUR 15 )

Sinagoga oculta Sólo con visita guiada (www.jewishtours.com.mx)

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La misteriosa Nao

( CTR 08 )

Hay que izar vela y navegar por los canales del Centro porque si durante el siglo xvii la Nao de China trajo objetos y seres extraños a tierras mexicanas, incluidos elefantes de carne y hueso que siglos después se utilizarían para enfrentar a los granaderos, hoy el espectro del Galeón de Manila arroja toda clase de objetos: pisacorbatas rojos con escritura malaya, pavos reales de ojos intermitentes, altares de cristal al estilo recuerdo de una navidad en Nueva York, llaveros pornográficos y facturas, literalmente, en chino. Para llegar al otro lado del mar, hay que zarpar en Dolores No. 4 donde Li-Ping-Li, un mexicano filipino vestido de bailarina tailandesa, dice todo respecto al misterio del antiguo oriente y vende unos morralitos protectores para abrirse camino entre lo que parece ser la tardía venganza mexicana contra los piratas ingleses del siglo xvi . En Moneda, Uruguay y Correo Mayor cientos de versiones contemporáneas y nacionales de Drake y Cavendish se dedican a robar películas, programas y discos compactos en beneficio de sus compatriotas. En la esquina de Topacio y Fray Servando, finalmente, un letrero con caracteres chinos da la bienvenida a Asia. Junto a la puerta, un par de relojes decorados con caballos de porcelana de la dinastía Tang anuncian The run for the twenty first century y los intérpretes, nativos de La Merced, introducen al visitante en los secretos del Centro Comercial México–China. Pero no hay que dejarse sorprender, porque aunque las etiquetas de importación parecen anunciar productos agrícolas, lo que ahí se tiene es la futura colección del museo Franz Mayer: después de todo, el tan mexicano rebozo de seda también llegó desde Malasia con la misteriosa Nao. ( PTE 03 )


08 CTR

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Productos chinos Centro Comercial MĂŠxico-China, Fray Servando Teresa de Mier 328 esq. Topacio Col. Centro, metro Pino SuĂĄrez


Omnipresente

( CTR 09 )

Cuando la gente está alterada de los nervios, cuando ya no duerme, ya no puede reconciliar el sueño, cuando anda toda temblorosa, exaltada, alterada, déle a tomar las auténticas tabletas de piel de toro, esto no guarda dieta porque no contiene droga, es natural, la gente que lo toma se va a curar, se va a aliviar. No se le olvide pedirme también las cápsulas de jalea real y polen de flores, la auténtica jalea real, vitaminas potentes, naturales, para que lo tome la gente que le duele la espalda, que lo tome la gente que le duele la cintura, que le duele el cerebro. A esa persona que se cansa, que se agota. Recuerde que los años no pasan en balde, esas malpasadas, desveladas, el abuso de tantas bebidas, tantas comidas irritantes, el abuso del trabajo, va acabando, enfermando a la gente, por eso le digo, estas vitaminas son para que usted fortalezca su cuerpo y esté usted sano y fuerte.

Hay personas que llegan a su casa, se quitan los zapatos y lo primero que

hacen es rascarse hasta que se sangran, tienen bastante comezón. Hongos en la piel, hongos en las uñas, granos, manchas e infecciones. Bueno, hay gente que se rasca y los hongos le infestaminan por todo su cuerpo, porque le salen más, para eso le estoy recomendando crema de girasol auténtica, le digo, cada frasco viene con su código de barras, registro de salubridad, fecha de caducidad, nombre y dirección de los laboratorios, es una cosa seria, garantizada. Si todo lo que come le hace daño, si todo lo que come le hace mal, si le dan agruras, cólicos, vómitos, estreñimiento. A esa persona que lo que come le hace mal, que sufre de malas digestiones, tómese las tabletas de boldo con uña de gato y extractos de plantas, sí señor, para la próstata, para que lo tome también aquella persona que sufre bastante de ese dolor de cintura,


09 CTR

para que lo tome la persona que le arde bastante la planta de los pies, para que lo tome también aquella persona que tiene úlcera gástrica, pélvica o gastritis. Venga para que las conozca, éstas son las tabletas de boldo con uña de gato y extractos de veinticuatro plantas. Tabletas de boldo. Boldo con uña de gato y extractos de plantas. Si tiene niños que van creciendo todos enfermos, van creciendo manchados de la cara, todos delgados, pálidos, amarillos, déles a tomar el aceite de caguama y verá qué bien crecen, qué bien estudian, qué bien se desarrollan, al estar tomando esta potente vitamina de aceite de caguama. Fortalece la sangre, fortalece la vista, fortalece los huesos, aumenta los globulos rojos de la sangre, levanta las defensas orgánicas de su cuerpo, porque una persona que está débil, de todo se enferma. Fíjese bien, aquí en el frasco dice cómo se toman, a qué hora se toman, no guardan dieta, son cápsulas legítimas, cápsulas naturales de aceite de caguama.

Ya no tiene ganas de trabajar, ya no tiene ganas de hacer nada. A esa

persona que le da mucha pereza, que tiene mucho sueño, déle a tomar las potentes cápsulas de aceites naturales de mar, no le guarda dieta, puede comer y beber de todo lo que Dios le socorra, al fin y al cabo ésta es una vitamina potente, para fortalecer los pulmones, para fortalecer la sangre, para aumentar los glóbulos rojos, si sufre de anemia, si sufre de cansancio, si tiene debilidad, si le duele mucho el cerebro. Hay personas que parece que traen cargando una piedra, un tabique en la cabeza, así sienten el cerebro, todo pesado, cansado. Esa debilidad, ese cansancio que tiene usted en todo su cuerpo, tómese las potentes cápsulas de aceites naturales de mar. ( PTE 05 )

Paisaje sonoro de curas y remedios Mercado de La Merced, Anillo Circunvalación esq. San Pablo (Av. Izazaga) Col. Merced Balbuena, metro Merced, L-S: 9-17 hrs.

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Niña blanca, niña negra

( CTR 10 )

Ex-votos tatuados sobre las piernas, brazos, cuellos y hombros de las mujeres se exhiben con una extraña mezcla de orgullo tepiteño y sensualidad de puerto, mientras el orador pide una oración por los presos y sus familias: que la Santa cuide a los que gimen en las cárceles, que con su guadaña corte todos los obstáculos y sean libres, que dé luz a los abogados y dinero a las familias para poder sacarlos. Después suena el silencio de la noche. Son las nueve y, apretujados en la calle, los cinco mil asistentes rezan al unísono diez Padres Nuestros para que la reina de las tinieblas los auxilie. Por el suelo se multiplican las esculturas y se regalan imágenes del único espíritu que está todo el tiempo en la tierra: la Santa, la Santísima Muerte que recorre el mundo. Ella que a todos nos llega y que a nadie distingue. Con más arreglos florales que el más importante difunto de Gayosso, se abre en la fachada de la vecindad una vitrina de cristal con el cuerpo de la muerte: vestida de blanco, si lo que se quiere es luz y sabiduría, de negro, si lo que se necesita es defenderse de los enemigos y atacarlos, de rojo, si lo que se necesita es amor y pasión. Aquí está la fe verdadera, dice una mujer que vende medallitas de la Virgen en la Villa, pero que adora a la santita. Aquí, precisamente aquí, en el corazón de Tepito, en medio


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047 de un cerco de altares colosales a la guadalupana que han buscado, pero no han podido, asfixiar el culto a la niña negra, a la niña blanca. El barrio resiste y de ello se encargan Enriqueta y su marido, aunque la Secretaría de Gobernación amenace con levantar el primer altar público de la Santa Muerte en la ciudad, junto con todos los demás. Porque, profeta en tierra de presos, que visita todos los martes las cárceles de la ciudad para llevar alivio y consuelo, Enriqueta tiene consigo a todo un ejército: Que intenten quitarnos nuestro altar y a ver a esos cabrones cómo les va. Y es que, aunque la escisión con la Iglesia MEX-USA no se pudo evitar porque a Enriqueta le parece indignante que el arzobispo se haya atrevido a vestir a la Santa Muerte de Papa, ella sabe que está respaldada por miles de habitantes, entre los que no faltan las mujeres golpeadas que, gracias a la ayuda de la santa, han mandado a sus maridos a la chingada. Después de todo, la blanquita, dice y repite el orador, no sirve para pedir cosas malas, pero sí para resistir cuando la sociedad cierra los ojos y no hace nada. Tal vez eso explica que los devotos compren en el Mercado de Sonora una balanza de la justicia para colocarla, precisamente, en manos de la Santa. ( INT 11 )

Primer altar a la Santa Muerte Alfarería 12 esq. Panaderos, barrio de Tepito, metro Tepito rosario masivo a la Santa Muerte: día primero de cada mes, 20 hrs.


Rituales en la Coliseo

( CTR 11 )

Rosa mística, ruega por nosotros; Torre de David, ruega por nosotros; Torre de Marfil, ruega por nosotros; Arena Coliseo, ruega por nosotros. Así deberían malversar los cánticos de una misa gladiatoria oficiada en el más tradicional de los templos del dolor: la Arena Coliseo de Perú 77. Para quien no haya tenido la oportunidad de asistir a una velada de catch en este recinto, tiene reservada, para cuando lo haga, la extraña sensación de haber traspasado la puerta a otra dimensión en donde, tanto por el ambiente como por la arquitectura, el tiempo parece haberse detenido. Basta con que sea un martes por la noche o un domingo por la tarde para que en las calles aledañas irrumpa el clamor del embudo coliseíno. Las exclamaciones de los aficionados irrumpen ante las acciones más espectaculares de Místico, Volador Jr., Black Warrior y Tigre Blanco, aunque también ante las tropelías de los más aborrecidos: Pierrot y la Nazi, Los Terroristas del Nopal, El Hijo del Perro Aguayo, Halloween y Damián 666, quienes logran con sus canalladas que el dragón de mil cabezas escupa fuego: ¡¡Los rudos, culeeeroooos!! Muchos son los rituales que se han realizado en este templo del madrazo, en donde los luchadores exorcizan las malas semanas de los espectadores. Quien tomó esto más en serio fue Jesús El Murciélago Velásquez, luchador, policía, guionista, actor de cine y hierbero que, después de luchar en la Arena Coliseo, se dirigía a la periferia para curar enfermos con energía acumulada en el cuadrilátero. No faltan, por supuesto, los capítulos protagonizados por El Santo quien se persignaba, oraba y se encomendaba a la Virgen de Guadalupe en la esquina de los rudos antes de lanzarse a pelear como una hiena humana. De hecho, el entonces Hombre del Misterio fue quien inauguró la flamante Arena Coliseo el 2 de abril de 1943 en un enfrentamiento contra el excelente gladiador y superestrella Tarzán López. Esa noche, El Santo Enmascarado de Plata perdió. Cuarenta y siete años más tarde, ahí mismo, se conmemoró su decimoquinto aniversario luctuoso. Sobre el ring un sacerdote ofició misa frente a una mesa que contenía todos los utensilios de la Eucaristía y algunos cirios que competían en altura con los postes a los que los luchadores se trepan para aventarse sus planchas. Todos los fieles, incluido El Hijo del Santo, comulgaron sobre el ring. El coro que acompañó la misa cantó al final con los aficionados: ¡Santo, Santo…! Pero este altar también ha reclamado sus sacrificios, eventos fatales donde la realidad superó la ficción: Sangre India en 1975 y Oro en 1991 dejaron sus vidas en este escenario, satisfaciendo las necesidades de desahogo y entretenimiento de los aficionados a la lucha libre, espectáculo deportivo que llevaron a la práctica hasta la muerte súbita.


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Hoy, la muerte sigue apareciendo en el ring aunque ahora alegre y baila-

rina, representada por uno de los luchadores contemporáneos más populares: la original Parka, que tuvo que ceder su nombre ante líos legales a otro luchador y, por esa razón, se anuncia como L.A. Park y usa unos botines que dicen Original. Verdadero ídolo de la afición, este personaje inspirado en la imagen del típico esqueleto cubierto con una manta negra se parece bastante a una santita cuyo culto ha causado, en los últimos años, gran polémica. La Santa Muerte también ha tenido problemas de registro, pero L.A. Park afirma que se mantiene fiel a San Judas: Fíjate que miedo no tengo, porque pues la muerte me ha dado todo, pero en realidad no soy una persona devota de la Santísima Muerte, soy una persona de San Judas Tadeo. Cuando L.A. Park pelea, los niños, las abuelas y los adultos bailan al ritmo de Thriller (¡eh, eh, eh!) mientras un grupo de bailarines encabezado por el doble mexicano de Michael Jackson aparece en el ring. Minutos más tarde, las luces de la Coliseo se encienden y el público estalla cuando L.A. Park se sube ataviado con chaquetas y abrigos de piel, como si se tratara de una diva. A partir de ese momento, en la Coliseo, los sorpresivos movimientos de la muerte no asustan, sino entretienen. ( INT 07 )

Lucha libre Arena Coliseo, República de Perú 77, Col. Centro metro Allende, Ma: 19:30 hrs., D: 17 hrs.

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CTR Me enamoré de un maniquí

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Cerca de la Arena Coliseo, un maniquí de cuerpo completo aparece custodiando un viejo ventanal colonial. Cubierto con un plástico transparente cuando las lluvias de mayo amenazan, esta escultura de fibra de vidrio no parece exhibir nada más que el erotismo de su silueta femenina. A sus pies, en un extraño salón a desnivel decorado con banderillas, listones y carteles que anuncian viejas corridas de toros, un trío de hombres lija piernas, pinta bocas y moldea cinturitas durante casi diez horas diarias para producir alrededor de cuatro cuerpos a la semana. Las miradas petrificadas de ojos fabricados en Alemania intimidan al entrar y puede ser que tome un poco de tiempo antes de que los efectos aletargadores del ácido se puedan superar. Pero una vez acostumbrados a los brazos desperdigados por todas partes y a la surreal imagen generada por el desorden de una mujer escondiendo el rostro dentro de las nalgas de su compañera mutilada, la lógica de producción de ese mundo absolutamente artesanal comienza a cobrar sentido. Las anécdotas acumuladas por dos generaciones de una familia dedicada a este oficio incluyen una fascinante genealogía del maniquí en México: durante la década de los cuarentas un bracero mexicano, que trabajó en una fábrica de maniquís en Chicago, instaló, de regreso en su madre patria, un taller similar en República de Perú 7. Con una exitosa estrategia para el reclutamiento de artesanos: ¡Te invito a construir mujeres desnudas!, el señor Ibarra logró que el oficio se multiplicara, aún cuando su fábrica desapareciera en los setenta. En los años de llegada a México, los maniquís estilaban pelo figurado, hecho de yeso como el resto de su cuerpo. La moda de las pelucas llegó más tarde. Durante los ochentas las figuras se volvieron casi planas y en los noventas empezaron a salir decapitadas. Hoy, que la obesidad es uno de los principales problemas no sólo de la sociedad gringa, sino también de la mexicana, se pueden encontrar maniquís extra-talla. ( SUR 17 )

Fábrica de maniquís Taller Gamuza, República de Perú 45 esq. Allende Col. Centro, metro Allende, L-S: 12–22 hrs.

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$ 3000 Empresa importante solicita

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Oh, Jesús mío crucificado que habéis dicho: Venid a mí los que trabajais y estais cargados de miseria y yo os aliviaré, a ti vengo y con las fuerzas de mi alma, te digo: ... Concédeme lo que te pido... (aquí se hace la petición). Récese por tres días. En tiempos difíciles como los nuestros, encontrar trabajo es de lo más difícil y, desafortunadamente, los remedios para superar tan angustiante situación son muy pocos. El neoliberalismo sólo resuelve el problema para unos cuantos, el socialismo pasó de moda y el anti-globalismo no logra salir de la selva. ¿Por qué no, entonces, buscar ayuda en el templo de San Lorenzo Mártir? Mejor intentar algo que no hacer nada. Al fin y al cabo, aquí en el sotocoro, justo al lado de la Virgen de los Angustias, está el milagroso Señor de los Trabajos, con todo y su bolsa de trabajo. Si usted tiene un poquito de tiempo (y cómo no va a tener tiempo, si no tiene trabajo), venga media hora antes de que empiece la misa para alcanzar los últimos rayos de sol que entran por los vitrales de la cúpula. Uno de ellos le pegará exactamente a la, por cierto, exagerada perforación del clavo en la mano divina o, como dice la gente, la “mano extraterrestre”, construida en los cincuenta cuando el “criterio moderno” se apoderó de los monumentos coloniales. Rayo y perforación, aunque todavía causantes de dolor a la Dirección de Monumentos Coloniales, alivian al desempleado. Ver la luz deslizarse de vitral en vitral y sentir el tiempo pasar sin hacer nada es un regalo inalcanzable para cualquiera que sí tiene trabajo. Más tarde, de camino al metro, en la calle de Allende puede apreciarse el poder que el Señor de los Trabajos ejerce sobre la ciudad: aquí regresará usted en tres días para comprarse una caja fuerte donde guardar los ingresos de su nuevo empleo, o si no le cumplió, para empeñar lo poquito que le queda en el Instituto de Asistencia Privada. Pero tranquilo, su futuro económico no se decide hasta dentro de tres días. ( PTE 01 )


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AGRADEZCO AL SEÑOR DE LOS TRABAJOS QUE DESPUÉS DE VISITARLO Y AL TERCER DÍA DE RECITARLE SU ORACIÓN ME OFRECIERON UN TRABAJO Señor de los Trabajos, relieve y vitrales de Mathias Goeritz Iglesia de San Lorenzo Mártir, B. Domínguez esq. Allende, Col. Centro, metro Allende misa al Señor de los Trabajos: todos los viernes y 14 de cada mes, 19 hrs.


frente a la Jaula de las Locas

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Ramsés I espera con resignación que la navaja, afilada minutos antes sobre una banda de cuero, termine de deslizarse por los límites de su cuello. Definitivamente no es su día. Antes que él, llegó un cargador de alguna de las papeleras de Santo Domingo a ocupar La Silla; ese trono impecable de piel pintada de rojo y esmaltada de porcelana blanca que sobrevive al paso del tiempo y en el que los hombres de La Lagunilla han arriesgado sus vidas. Pero los forasteros no deben temer al barbero de la Nueva York: más de cincuenta años de experiencia en corte de pelo y barba lo avalan. Ni un solo muerto. Sobre el tablero de azulejo mate, tipo ajedrez, hay instalada toda una sala de operaciones: pinzas de múltiples tamaños, viejos métodos de esterilización, cepillos que acarician, que raspan, que sacuden, que conforman el ritual del barbero y contrastan con los cortes descuidados del ayudante en turno. En los espejos carcomidos por el tiempo aparece una estampa con la imagen casi desvanecida de una femme fatale de manos largas y elegantes anunciando cigarrillos, haciendo eco de una época en la que, según se alcanza a ver en unas discretas fotos colgadas de la pared, llegó a ir José López Portillo. Hoy asiste otra clase de personajes: los joyeros del Centro con cadena de oro y pantalón chicano que prefieren ir a la clásica Nueva York que a su vecina competencia de neón: La jaula de las locas. ( INT 15 )


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Silla de barbero Peluquería Nueva York, República de Cuba 73 esq. República de Chile Col. Centro, metro Allende, L-S: 10–20 hrs.


CC [te ve]

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Aldous Huxley y George Orwell anticiparon, mucho antes de 1984, que las ciudades se poblarían de “conejos”. Establecimientos comerciales, estacionamientos, entradas de casas, fraccionamientos y las calles del Centro Histórico parecen ser el hábitat donde viven, se reproducen y desde donde nos recuerdan el precio que hay que pagar por querer convertir la ciudad en un nuevo mundo feliz. Desde la conejera del Callejón del 57, día y noche, diez oficiales operan cien cámaras de CCTV (zum 600x, 360° y nait vishon) para brindar mayor seguridad en las calles del Centro. Junto con las patrullas de un nuevo y capacitado cuerpo policiaco, la omnipotente red de control visual ha logrado bajar las tasas de criminalidad y ayuda, como de buena gana cuentan los oficiales, a vigilar a los mismos cuerpos de policía durante su patrullaje con


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el fin de que respeten los derechos humanos de sus detenidos y no se dejen seducir por las mordidas. Lo que no se ve en medio de tanta visibilidad es la transformación del concepto de libertad: mientras el panóptico de Bentham ha causado miedo y horror, el panopticismo omnipresente que hoy autoridades y sociedad ejercen sobre sí mismos y sobre los demás genera un dulce sentimiento de seguridad. Como la columna de instalaciones en el libro de Orwell, los puestos de periódicos y las paradas de camiones de las calles del Centro se han convertido en los únicos rincones para escapar del ojo de la sociedad auto-vigilante. Los obstáculos en la vía pública se han convertido en guardaespaldas de la civitas, pues sólo bajo la sombra de estos puestos y paradas, lo público todavía ofrece la posibilidad del anonimato que antes definía a la vida urbana. ( INT 16 )

Red de cámaras de vigilancia Calles Tacuba a República del Salvador y Eje Central a Pino Suárez conejera: Callejón del 57 s/n, Col. Centro, metro Bellas Artes Quejas y sugerencias: Tel. 52.42.51.00.


Estalla, estalla la tierra, se hace pedazos la tierra, sacudida se bambolea la tierra, vacila, vacila la tierra como un beodo, se balancea como una cabaña; pesa sobre ella su rebeldía, cae, y no volverá a levantarse.

Is. 24. 20 Plomeros, albañiles, herreros y carpinteros que hace un par de años anunciaban la salvación de los problemas más mundanos junto a la reja de la Catedral metropolitana —se hacen todo tipo de trabajos— deambulan ahora por las calles del Centro advirtiendo el fin de todos los tiempos.

Not wanted

( PTE 15 )

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Plomero desempleado Col. Centro metro Z贸calo, horario impredecible


Las bandas de ParĂ­s


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Rata rata clapp, rata rata clapp suena la modernización del país, rata rata clapp y cajetillas y frasquitos aparecen uno tras otro desde un hueco en el techo, bajan con el lento pero constante ritmo del progreso y se amontonan al alcance de las vendedoras. Henry Ford hubiera estado feliz de ver que su aportación a la industrialización funciona tan bien en el Centro, porque mientras en el resto del mundo la automatización culminó en la transformación de la clase obrera en una clase sin trabajo, aquí las bases de la producción en serie todavía benefician a las masas. Avanzar —rata rata clapp— sin esfuerzo propio. Estar —clapp— en movimiento sin moverse: por la horizontal el día de la Guadalupana; por la diagonal para proveer los alivios de la París; y por la vertical para trasladar a los acomodadores de coches. Las bandas de la ciudad parecen haber escapado la lógica de su invención y encontrado asilo en una basílica, una farmacia y unos cuantos estacionamientos. ( CTR 09 )

Bandas de transporte Farmacia París: República del Salvador esq. 5 de Febrero, L-S: 10-18 hrs. estacionamiento: República del Salvador 78, Col. Centro, metro Zócalo

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CTR Paseo dominical por la Alameda Central

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Al sentir que la ciudad lo avasalla, deténgase en sus detalles y la descubrirá vulnerable, compleja, compuesta por cientos, quizá miles de microhistorias en mosaico. Tome una de esas piezas y persígala, a ver a dónde lo lleva. Inicie un paseo dominical por la Alameda Central, ahí donde se atendía clandestinamente a hombres y mujeres con sífilis y otras enfermedades vinculadas con los placeres carnales. En el museo Franz Mayer, antes lúgubre Hospital San Juan de Dios, se curaban durante el siglo xix a las prostitutas enfermas, mientras que, del otro lado de la Alameda, los hombres subían a los últimos pisos de los edificios guiados por letreros que anunciaban curaciones radicales para las enfermedades secretas. Algunos años más tarde, en el Palacio de Bellas Artes, Diego Rivera develaría el agente causal de una de las más devastadoras herencias de Venus. En el mural, las serpientes color púrpura —míticas treponema pallidum— danzan entre la condena social, los orígenes de la genialidad, los delirios del conquistador y la demencia del magnate. De ayer a hoy, del Hombre controlador del universo hasta Anillo de Circunvalación; del legendario pastor Sypilus, quien desesperado ante la sequía y el hambre destruyó todos los altares al dios Sol y por eso fue castigado, hasta el templo de La Soledad, donde llegan a rezar algunas de las cinco mil prostitutas que hoy rondan por La Merced; del grito de Baudelaire infectado —¡Meterías el universo entero en tu callejuela, mujer impura!— hasta las flores del mal del callejón de Santo Tomás; de Estados Unidos a México, el mural de Diego Rivera, destruido en 1935 por Rockefeller Junior, no sólo muestra la imagen de Lenin, sino la del magnate neo yorquino atacado por las espiroquetas de la sífilis, esos sacacorchos de la cordura. ¿Venganza de la plástica mexicana o enfermedad del capitalista? No se sabe, pero lo importante es que en aquellos años donde las infecciones venéreas eran castigo divino y la persecución ideológica reinaba en el mundo, México aún era capaz de dar asilo político a un mural con sífilis. ( OTE 10 )

Sífilis en el muralismo mexicano Diego Rivera, El hombre controlador del universo, Palacio de Bellas Artes Av. Juárez esq. Eje Central, Col. Centro, metro Bellas Artes, Ma-D: 9-18 hrs.

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Porno a la mexicana

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De pronto, en los paisajes de la pornografía, aparecen títulos Made in Mexico. ¡Pero cómo, si está prohibido por la Constitución! Es que ya estamos hartos de tanta gringa con el mismo sonsonete: Fuck me, fuck me, oh yes... Queremos saber a qué saben las mexicanas hambrientas y para saciar esta sed aparecen títulos como Hoteles de Narvarte, Hoteles de la Roma, Hoteles de Polanco, Chicas del CCH, Chicas Tec. Discos rotulados con plumón dentro de una bolsa de plástico. ¿Qué prometen? Grabaciones clandestinas con mexicanas lonjudas pero calientes. ¡Pelos! ¡Pelos! ¡Diez pesos! ¡Llévesela! Duele aceptar el resultado; grabaciones inexpertas y mediocres con dos bultos fornicando entre gritos de ansia mal editados. No hay claridad aún, no existe, ni en Eje Central, esa viva y venenosa capital del porno, una pornografía nacional, sino sólo un amargo espionaje fingido y malogrado que nos lleva de vuelta a las clásicas sex shops —ése era el buen camino— atendidas por jóvenes sonrientes. Entre olor a lubricante, cabinas mal limpiadas y desinfectante limón, el cliente lo intenta de nuevo: ¿Tiene mexicanas? No, tengo de chicas latinas grabadas en E.U. Pues ya qué y maldita decepción porque esas hispanas bien grabadas ya se olvidaron de la lengua de Cervantes. Pero la esperanza sigue hambrienta y percibe en este fracaso, el de estos discos que se traban con sus fotos en las que no se distingue casi nada, el legítimo y eterno sueño de Eje Central: el de la pornografía nacional, nuestra pornografía. ( PTE 02 )


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Videos pornogrรกficos clandestinos Eje Central Col. Centro, metro Bellas Artes, Salto del agua



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CTR Filete de cocodrilo

( CTR 20 )

No, esto no es una ilusión óptica del zoológico de mutantes que se instala durante diciembre y enero en la Alameda Central. En el Mercado de San Juan es realmente posible comprar filete de cocodrilo, así como conseguir león, venado, búfalo, jabalí, iguana y pejelagarto. El dueño de Los Coyotes comenta las bondades culinarias del reptil traído de las pantanosas regiones de América del Norte: Su consistencia es parecida a la de un pescado y su sabor similar al del pollo, y explica que el filete de león sale de los excedentes de un criadero de animales para zoológico en Zumpango. Mientras tanto, otro empleado destapa el microcosmos de caracoles que terminarán cocinados en mole negro y adobo para acompañar las múltiples rondas de cerveza en las cantinas de la ciudad. La sanguinaria imagen de un lechón puede ahuyentar el apetito por completo, pero basta desplazarse unos locales hacia el centro del mercado para encontrar el festín de Babet. Primero, un corte de la hogaza artesanal, después una generosa rebanada de su queso favorito: ¿Qué le gusta: un Brie, un Roquefort, un queso de cabra? ¿No tiene preferencias? No se preocupe, tenemos un jamón ibérico de lujo o un mozzarela que con un poco de aceite de oliva, ¡es una locura!... El descorche del vino que trajo no se cobra, así que siéntese, en medio de las gallinas degolladas, las peras asiáticas y el ir y venir de los diablitos cargados de codornices, camarones gigantes y coles, a escuchar al dueño de la Jersey contar las más increíbles historias culinarias. Este hombre habla del origen del queso relleno de Yucatán con más pasión que Chepina, que aquí surtía su cocina. Pero ella no era la única, por los pasillos de este mercado, coetáneo del extinto tianguis de Tlatelolco, circulan los hombres de negocios gastronómicos de la ciudad y los más pasionales amantes del arte culinario. ( INT 02 )

Mercado de productos exóticos Los Coyotes y Cremería Jersey, Mercado de San Juan Ernesto Pugibet 21, Col. Centro, metro San Juan de Letrán, L-D: 7-17 hrs.

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liganacional_sanjudas@claret.org

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Ser nominado santo de las causas desesperadas de un lugar como la Ciudad de México no es cualquier cosa. Así que quienes critican la llegada de San Judas Tadeo al histórico templo de San Hipólito, patrono oficial de la ciudad desde 1521, no tienen razón. Si el santo de uniforme bicolor está ahí es porque ha demostrado, al menos en los últimos diez años y por la vía de los hechos, que es el mejor representante de todos los habitantes ante Dios. De todos, hasta de los que no quieren creer en él, porque si el número de muertos por accidentes viales no aumenta es única y exclusivamente gracias a él. Protector indirecto de toda clase de navegantes urbanos, su imagen plasmada en un CD orienta los inquietantes movimientos de peseros y taxis. Porque San Judas, con su llama ardiente y su cachiporra firme, siempre está ahí para atender el llamado del joven y prometedor chofer que pide Dios mío, concédeme por intercesión de nuestro Santo Protector, el apóstol San Judas Tadeo, una mano firme y una mirada atenta para manejar correctamente y que no hiera a nadie en el camino. Amén, deberían decir también todos los que sobreviven. De verdad que ni la Virgen morena ni su más reciente y cercana rival la Santa Muerte reciben tantas muestras de amor y fe. San Juditas, por favor, tú que estás tan cerquita de Papá Dios, alcánzame este favor imposible: que me den la casa del Infonavit. te amo

y siempre recordaré este gran favor y fomentaré tu devoción. amén. besos. mua.

Además de ser el santo de los choferes, San Juditas tiene el respaldo de los comerciantes ambulantes de la ciudad, tal vez porque se le confunde con su tocayo Iscariote que vendió por treinta monedas a Cristo y porque la imagen de Jesucristo que trae en el pecho parece una monedita de oro. Lo que sí es cierto es que para el vendedor de libros de superación personal de Pantitlán, el de sófguer de Eje Central y el de corridos del norte de República de Uruguay visitarlo el 28 de cada mes les ayuda a conseguir el honrado bienestar: Glorioso y piadosísimo apóstol San Judas Tadeo, primo hermano de nuestro Señor Jesús Cristo, ante tu imagen suplicamos tu protección y auxilio a fin de que multipliques las ventas en nuestros comercios, con los que ganamos honradamente el sustento de nuestras familias.

Y aunque la honradez no sea algo que en esas cosas siempre se pueda practicar,

queda la posibilidad de acceder al bienestar espiritual y material mediante obras de caridad. Así, quien acude a la misa mensual recibe más regalos que en Navidad: flores, veladoras, globos acorazonados I love San Judas y paletitas en cadena que condicionan el milagro precisamente a la perpetuación de la cadena (¡No se te olvide que la próxima vez eres tú el que tiene que traer cuarenta!). Además, cualquiera puede inscribirse a la Liga Nacional San Judas Tadeo y obtener múltiples beneficios con su credencial o depositar en dólares a la cuenta Banamex 9255288 Suc. 260, tener fe y esperar. ( NTE 11 )


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Culto a San Judas Tadeo Iglesia de San Hip贸lito, Pte. de Alvarado esq. P. de la Reforma, Col. Guerrero, metro Hidalgo misa a San Judas Tadeo: 28 de cada mes; d铆a de San Judas Tadeo: 28 de octubre



Ciudad Interior


La CIUDAD INTERIOR comprende —según los geógrafos urbanos— las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, las cuales representan, aproximadamente, la expansión de la Ciudad de México hasta los años 50. A partir de esa década, la ciudad creció aceleradamente y se convirtió en metrópolis y, desde 1980, en una megalópolis que alcanzó en el año 2000 una población de 19 millones de habitantes compactada en 1,600 km2, casi la mitad de la superficie que ocupa la ciudad de Los Ángeles, con sólo 13 millones de habitantes. Aquí, no obstante, el término “Ciudad Interior” se refiere únicamente a las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.

Desde mediados del siglo xix, con la expropiación de terrenos del clero

y la incorporación de un círculo periférico donde habitaba, desde el siglo xviii,

una población de muy bajos recursos —en su mayoría barrios indígenas

originarios— la ciudad rebasó los límites del Centro Histórico y se expandió radialmente. A finales del siglo xix, políticos y banqueros porfirianos desa-

cuando ya no cupo

rrollaron colonias como la Juárez y la Cuauhtémoc para las clases altas que habían salido del Centro. La traza de estas nuevas colonias no fue reticular, sino orientada con relación al Paseo de la Reforma, lo que en aquel momento significó el desplazamiento del centro simbólico, asociado hasta entonces con la Plaza Mayor (Zócalo), al cruce de Reforma y Juárez. Impulsado por el gobierno y llevado a cabo de manera independiente por particulares, se emprendió también el desarrollo de colonias para la clase media, como es el caso de la colonia San Rafael, planeada por el fundador de la tienda departamental El Palacio de Hierro. Después del periodo revolucionario, se desarrollaron otras colonias como la Roma y la Condesa —esta última en terrenos que pertenecían a la Condesa del Valle y hogar de judíos prósperos que antes habitaban en el Centro Histórico— dotadas de espacios verdes y mejores condiciones habitacionales que las colonias populares desarrolladas simultáneamente


hacia el oriente y norte del antiguo Centro, como la Peralvillo, la Morelos y la 20 de Noviembre.

Tiempo después, cuando el territorio que hoy corresponde a la delegación

Cuauhtémoc se saturó, el crecimiento de la ciudad continuó hacia el oriente y el norte, en las demarcaciones de las delegaciones Azcapotzalco y Venustiano Carranza, registrando esta última, entre 1950 y 1960, la densidad poblacional más alta de todo el Distrito Federal.

A partir de 1970 la población de la Ciudad Interior ha disminuido en casi

un 50%, a pesar de un ininterrumpido pero decreciente flujo migratorio proveniente de varios estados de la República. El fenómeno de despoblamiento se debe, principalmente, a la gran oferta de suelo habitacional, tanto de conjuntos residenciales y unidades habitacionales como de asentamientos informales en los bordes de la ciudad. Con el sismo de 1985 y la reestructuración habitacional que éste provocó, la expansión periférica y el despoblamiento

del Centro se intensificaron y, actualmente, en los municipios conurbados del Estado de México habita el 53% de la población total de la ZMVM. Para frenar este crecimiento no planeado, el gobierno de la ciudad implementó, en el 2000, un programa de redensificación de la Ciudad Interior a través de créditos para vivienda.

En la delegación Venustiano Carranza se encuentran cuatro de los mercados

más grandes e importantes de la ciudad: La Merced, Jamaica, Sonora y La Viga. La delegación Cuauhtémoc, por su parte, concentra la mayor parte de la oferta cultural y cuenta con el 49% de los museos existentes en la Ciudad de México. Su importancia como centro de comercio y servicios se demuestra con el hecho de que esta delegación es el principal destino de los 20.6 millones de translados que se llevan a cabo diariamente en el Sistema de Transporte Metropolitano y de los cuatro millones de automóviles registrados en la ZMVM.


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01 INT

Meta la mano, 5 pesos

( INT 01 )

Dos bodegones con una sola cualidad arquitectónica: el interior corresponde al exterior, los dos son igual de horribles. Altas bodegas donde el cliente es recibido por el olor a charco, gasolina derramada y el cúmulo de gente en la parada del camión. Los locales ostentan publicidad en cartulinas brillantes con una tipografía malhechota: 3 x 10 REGALOTE, 3 x 10 REMATOTE, ABRE LOS OJOS: 2 x 20 PESOS, ¡AY GÜEY! CINCO PESOS, META LA MANO, 7 PESOS. Los viernes, alrededor de las diez de la mañana, arriban desde Estados Unidos enormes bolsas grises de un metro y medio de altura con los desperdicios. Sueltan las cuerdas, las señoras se codean e inicia un jaloneo animado generalmente por una gorda como la del pasillo central, que toma su micrófono, le sube todo el volumen a la bocina y se dedica a gozar de su grandilocuencia: Acérquese, damita, caballero. En este pasillo vamos a empezar a liquidar. Éste es el pasillo de la pura crema, la pura crema de la ropita de importación. No hay mentira en sus palabras, mete uno la mano y sale la playera de los veteranos de Vietman, el uniforme de los presos de la cárcel de Colorado, la ropa para obesos, la camisa de marca de hace seis temporadas. En algunos establecimientos periféricos también ofertan los tenis, los zapatos, las botas y, ¿por qué no?, la ropa interior. ¿Se la quiere probar? Pásele, allí está el espejito. Que se acabó la paca. Traigan la que sigue y sumen los restos al montón. Que se acabaron ya todas las pacas. Pues pásele al otro lado. Que ya fui. Pues véngase el siguiente viernes. ¡Ya no le piense! ¡Nada más es cuestión de que se acerque y meta la mano! ( CTR 05 )

Mercado de ropa de segunda mano Cda. Fray Servando Teresa de Mier esq. Chimalpopoca metro Pino Suárez, horario sugerido: V: 10-12 hrs.

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Convención púdul

( INT 02 )

Seguramente Dios estaba distraído cuando mandó destruir la iglesia de San Antonio Abad ese infame día de septiembre del año de la sexta trompeta. La bendición de french puduls, pajaritos, gatos, hurones y ardillas es una vieja práctica italiana que hoy en día se hace en todo el mundo todos los 17 de enero, gracias a un viejo, sabio y santo abad con nombre Antonio quien con su campanita y su cayado se convirtió en protector de los animales domésticos y santo de los carniceros. La santa Juana de los mataderos y su lucha por los derechos de los trabajadores sólo era un ambicioso sueño de Berthold Brecht. La realidad es mucho más sana. Sí, sana y, además, vegetariana: la historia dice que el abad San Antonio nunca se enfermó y vivió hasta los 105 años, gracias a una estricta dieta basada en agua, pan y sal (y un poquito de aceite en sus últimos años de vida). Pajaritos y perros caniche de todo el mundo (menos en la patria del mismo San Antonio y en China) deben a él su vida y la liga internacional de vegetarianos y luchadores por los derechos de los animales, sus bases teóricas. Así que no deben extrañar a nadie las actividades que se emprenden en el patio de la Iglesia de Santa Cruz Acatlán. El barrio de Tránsito, inmóvil en el fluir del tiempo aunque esté situado a un costado del río de coches de la Calzada de Tlalpan, mantiene su plaza de pueblo y su tradición. Con moñitos en el cuello, moñitos en la jaula y calcetines de los Pumas en las patas, los animales de la zona se presentan ante los dos curas y con inquietud esperan el agua bendita mientras se huelen y se persiguen el uno al otro. Los más felices son, sin duda, sus dueños porque no hay nada mejor en la vida del dueño de un animal que platicar con su semejante. La ceremonia es corta y pronto da paso al alegre intercambio de parejas bajo el sol de la tarde. ( SUR 02 )


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Bendición de animales Parroquia de Santa Cruz Acatlán, Santa Cruz Acatlán esq. Augustín Delgado Col. Tránsito, metro Pino Suárez, día de San Antonio Abad: 17 de enero



03 INT

Manualidades esotéricas

( INT 03 )

Fáciles, económicas y muy efectivas son las limpias que ofrece Manuel Valdés Fonseca. Editor de la revista Manualidades esotéricas para proteger su hogar, su negocio y su propio carro —efectiva limpia para ahuyentar de su vehículo a los malintencionados, hecha a base de agua mineral, polvos de despojo, esencia de oro, rociador atómico y paño— y productor de videos sobre la Santa Muerte, este multifacético hombre se ha convertido en el curandero más solicitado del mercado. Todos los días, desde las nueve de la mañana, su mujer reparte fichas, como si se tratara de una sala de consultas del IMSS o el ISSSTE, a los que quieren curarse de los males que genera esta ciudad de magia negra: No, no es normal que tus negocios vayan tan mal, se me hace que alguien te está haciendo algún trabajito. Porque aquí todos vienen a hacerle algo a alguien o a luchar contra lo que alguien más les hizo, así tengan que esperar hasta las cinco de la tarde para ser atendidos: ¿Es la tercera vez que tu marido te engaña? Mira: quemas esta veladora y me la traes la próxima semana. El humo del tabaco se cuela entre los anaqueles repletos de polvos Ven a mí, corderito manso, veladoras y animales disecados. Los rezos en náhuatl se mezclan con las cumbias que salen de una vieja radio y una mujer pregunta si venden víbora de cascabel. Alguien le dijo que era el mejor amuleto contra los chismes y las intrigas. En la parte trasera del mercado, en cambio, golpea un fuerte olor a establo. Un extraño pavo real albino se pasea por los pasillos mientras los monos ardilla gritan, los tucanes muestran su pico multicolor y uno descubre que la moda de los pelos pintados ha llegado hasta las fiestas infantiles. Y no porque sean los niños los que se pinten, sino porque ahora ya no se usan los objetos de Fantasías Miguel para ese bonito recuerdo, para ese bonito regalo. Lo que ahora se estila es obsequiar en los cumpleaños hasta quinientos pollitos fosforescentes que llegan a las fiestas vivitos y coleando con una tarjetita que dice: Pablito, recuerdo de mis cinco años. ( PTE 19 )

Curanderos, amuletos y venta de animales Mercado de Sonora, Fray Servando Teresa de Mier esq. Canal de la Viga Col. Merced Balbuena, metro Merced

085


Perra ciudad

( INT 04 )

Caminando por la orilla de la supercalzada alcancé a ver la entrada desde lejos: un hueco en el suelo, una simple escalera al infierno –ya podía escuchar los gritos de la gente asesinada y violada ahí abajo. Pero antes de entrar (y prometo que tenía planeado sólo bajar la escalera pero jamás cruzar el túnel) pasó algo inesperado: antes de llegar a la escalera se abrió otro hoyo y de la obscuridad de la tierra salió un señor que me saludó. Toda cosa tiene su chiste, me explicó, aunque sea un túnel peatonal de Tlalpan. El señor había ido a revisar un tanque de captación de agua de lluvia y del subsuelo, porque sin todo un sistema de bombeo el túnel no sería un túnel, sino un canal. Es lo mismo que le pasa al metro cuando las lluvias son demasiado fuertes. Al final, el Valle de México sigue siendo una cuenca, me dijo. Hasta ahí muy bien pero, ¿y el túnel? Yo tenía una misión. Me despedí del señor y entré al subsuelo. En vez de encontrarme con un cuchillo en el estómago me encontré con un fuerte resplandor en el otro extremo: La luz al final del túnel, pensé, qué cursi engaño, a ver si verdaderamente llego hasta allá. Mientras caminaba, de repente, escuché algo bajando por la escalera a mis espaldas. Mi corazón latía al máximo pero todavía podía controlar mis pasos. Nunca hay que dejarle ver a un perro que le tienes miedo. Eso sólo lo atrae. ¿Y no es la ciudad a veces como un perro gigantesco? Como esos perros


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de 1.80 m. de alto, con pelo gris sucio que espantan a todo el mundo. Nunca sabes qué te quiere hacer, pero la única opción es mirarlo firmemente a los ojos y seguir caminando... Así lo hice. Seguí caminando, los pasos del otro a mis espaldas —misma velocidad, mismo ritmo— hasta que llegué al otro lado. Subí la escalera y no fue hasta llegar arriba que volteé a ver a mi perseguidor: un señor de camisa blanca y corbata que al parecer no tenía intención alguna de matarme ahí, en ese instante, sino que simplemente estaba leyendo el periódico que acababa de comprar al otro lado de la calzada.

¿Suerte de principiante o realmente hay gente que utiliza estos túneles como paso?

El siguiente túnel lo encontré abandonado, otro cerrado con una reja, otro utilizado como basurero... A la altura del Metro Chabacano encontré uno con comercios. Todos eran medio sórdidos, pero aun así hablaban de las diferentes relaciones que los vecinos tienen con su calle: necesidad e indiferencia, miedo y fortuna... La condición de vivir a uno o a otro lado de una fisura que divide la ciudad espacial y socialmente es paradigmática para todos los capitalinos: al cruzar por debajo de la Calzada de Tlalpan puede experimentarse qué tan frágil es la convivencia, porque en cada túnel nos está esperando el perro que puede ser la Ciudad de México. ( INT 22 )

Miedos urbanos: túneles peatonales Calz. San Antonio Abad (prolongación de Calz. de Tlalpan) metro Chabacano, San Antonio Abad


Gota a gota

( INT 05 )

Con la puntualidad del sol el hielero recorre diariamente las calles, se detiene en la orilla de cada negocio y sin mirar a los viandantes toma sus pinzas, anuncia su llegada y con brusquedad entrega el bloque de agua solidificada por el frío. Su enemigo es el tiempo y el calor cotidiano, este último también es su mejor aliado porque lo fundamenta. Así, mientras transcurren las horas en el tránsito, va y viene con su mercancía derritiéndose, con la discreta certeza de que gracias a su entrega las cervezas están frías, los pescados se mantienen frescos y se fabrican los helados. Es un héroe pero nadie lo sabe porque él sólo anda dejando gotas sobre las avenidas. ( CTR 01 )


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Fรกbrica de hielo Calz. de la Viga casi esq. Av. del Taller Col. Esperanza, metro San Antonio Abad



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Underground

( INT 06 )

La estación de metro Jamaica se ha convertido en bastión del arte popular mexicano en su manifestación contemporánea. No más papel picado, piñatas, máscaras, helicópteros de madera y figuritas de hojalata. La vanguardia hoy regresa al chicle, irrumpiendo con un nuevo paradigma: el del arte no como un objeto elaborado por un artista reconocido e inserto en la compleja red de relaciones mercantiles de la postmodernidad capitalista, sino como expresión conceptual de los más recónditos miedos y fantasmas de un creador colectivo y anónimo. La contención de energía y el movimiento impetuoso resaltan como las características más notables de este mural en forma de tríptico. Denunciando indirectamente el onanismo ególatra del mainstream, la primera parte del mural explora la subjetividad compartida del tropel que recorre el subsuelo. La segunda parte responde, no obstante, a una necesidad figurativa más puntual con algunas referencias claramente fálicas, para finalmente llegar a la exploración del lugar que ocupa el sujeto en un mundo de objetos, terminando con un grito convulsivo: Yo, estuve aquí. La última y tercera parte del mural —la cual, cabe decirlo, es la pieza dilecta de la crítica internacional— se opone, a través de las estructuras abstractas, al verdadero origen de nuestra tragedia: la idea platónica de la forma, privilegiada en su actualización individual por el arte figurativo. Obra madura y enérgica, este extraordinario mural anima una percepción cuyo origen es, a pesar de todos los esfuerzos del deconstructivismo por significar lo periférico, asaz vacuo. Paradójicamente, esta radiografía del hombre moderno —cuyo devenir se realiza en una oquedad igualmente insoportable— tiene sobre los muros de este olvidado túnel una impronta liberadora: a la masa anónima le da identidad, y al sentido, el sentido del espejo. ( NTE 09 )

Mural de chicle Metro Jamaica, paso entre las plataformas de la línea 9 (casi) Col. Artes Gráficas

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Iglesia Santa, Cat贸lica, Apost贸lica, Tradicional MEX-USA


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( INT 07 )

Con un puro cubano y vestida de novia, mira la Flaca en silencio la llegada de sus seguidores. La peregrinación comienza en la noche, cuando los rasgos de la calavera se hacen más lúgubres, aunque la celebración nada tenga de obscuro, por lo menos aquí. En el corazón de la calle Bravo, un grupo de mujeres ofrece tamales y atole a los visitantes hasta las tres de la mañana, hora en la que —no se sabe si por prudencia o respeto— suspenden la celebración y resguardan a la santísima. La Morelos, seguida por la colonia Ampliación Penitenciaria, es una zona brava, aunque tenga sus días de tregua como el 15 de agosto. A las seis de la mañana arranca la misa con un mariachi y un cura que se siente divino artista y conductor de televisión. El público se enciende al ritmo de Amor Eterno y Cielo Rojo, que entona el arzobispo desde el altar, para después lanzar una porra: Dame una S, dame una A, dame una N, dame un T, dame una A, ¿Qué dice? SANTA, no se oye, más fuerte: SANTA, tres veces: SANTA, SANTA, SANTA. Los de Veracruz bailan al son del mariachi loco, mientras los de Puebla organizan visitas a otros milagrosos personajes del barrio de Tepito y los de Ecatepec, Iztapalapa, Neza y Chimalhuacán llegan por relevos desde la periferia hasta el Centro. Los altares a la Santa se multiplican por la ciudad, pero es aquí en la Morelos donde un grupo de devotos clandestinos buscó la manera de insertarla en la tradición católica. Un éxito, sobre todo para el polémico arzobispo de la Iglesia Santa, Católica, Apostólica, Tradicional MEX-USA que se ha dedicado a articular un discurso en el que predomina la tolerancia: aquí caben todos y la Santa entiende, no juzga: Ella es parte de nosotros, pregona el cura mientras fuma. Por eso, en sus fiestas patronales caben la barbacoa, el sonido quinceañero, el ring para la lucha libre y el pastel de chocolate. Pero el arzobispo no es un rey con nariz de cacahuate; aunque sus cinco años en California lo hayan marcado con el más puro estilo gringo de profesar la religión —¡Estamos superando el raiting de San Judas!— congregar sectores tan diversos tiene su mérito. En el santuario nacional de la Santa Muerte hay de todo: niños y niñas que hacen su primera comunión, góticos, trasvestis, abuelas, tatuados, perforados, trajeados, maquilladas, con tacón, con cordura y sin ella. Además, este hombre, que presume de codearse con artistas y de tener más presencia en los medios que Norberto Rivera, es simpático, accesible y, quizá, lo más importante de todo es que ha trabajado del otro lado. Porque si hay algo de lo que la Santa Muerte es un símbolo, es de la incipiente identidad MEX-USA. No por nada en las fiestas patronales se reparten imitaciones de dólares y al caer nuevamente la noche se ven llegar picóps con Santas Muertes custodiadas por hombres de gorra Yankee y chamarra de los Dodgers. ( NTE 08 ) Santuario Nacional de la Santa Muerte Bravo 35 casi esq. Héroes de Nacozari Col. 10 de Mayo, metro Morelos, día de la Santa Muerte: 15 de Agosto

093



08 INT

Sus satanísimas majestades

( INT 08 )

Pararse completamente desnudo en medio de un estacionamiento privado que colinda con una fábrica de cemento y que se alcanza a mirar desde el metro elevado es un acto de provocación digno del rock and roll, aunque quien lo lleve a cabo sea un edificio a punto del colapso, como el ex templo de San Lázaro. Nudo en la garganta histórica de la ciudad que grita los temores de los españoles a la resurrección del imperio aniquilado, que recoge los restos de las pestes de lepra del siglo xvi , que exhala el humo de las hogueras a las que fueron lanzados los homosexuales no adinerados del siglo xvii , e intersectado por inmensas bodegas donde los trenes del porfiriato depositaban la sal, el templo de San Lázaro recibió en su capilla vacía, que es nudo, todo y nada, a sus Satanísimas Majestades.

En los márgenes de la historia y también en los del Centro de la ciudad,

donde no es difícil imaginar un “banquete de pordioseros”, Virgin convocó a los Rolling Stones para que grabaran en el interior de San Lázaro el video de I go wild, del álbum Vodoo Lounge, cuatro días antes de que dieran su primer concierto en la Ciudad de México, en 1995. En una estancia fugaz que dejó huellas de luz sonora grabadas en las paredes y en los negativos del fotógrafo mexicano Fernando Aceves, las letras de los Stones se fusionaron con el contexto histórico y contemporáneo de San Lázaro. Terreno erosionado, lugar de descarga. Viejo rincón de refugio donde en 1522 Cortés construyó las atarazanas para armar y resguardar barcos para que el día, siempre temido pero nunca arribado, en que los indios se sublevaran y bloquearan las calzadas, los españoles tuvieran forma de llegar a Tenochtitlan y recuperarla. Éste fue, desde entonces, un sitio de mutaciones, un lugar de condena, una promesa de progreso, una certeza de abandono, un tejido de historia marginal que pasó de las atarazanas al leprosario, del leprosario al templo, del templo a la hoguera, de la hoguera a la bodega, de la bodega a… una capilla vacía en medio de un estacionamiento, en la que, detrás de los ecos de los Rolling Stones, se escuchan los intensos ruidos mecánicos de la ciudad de cemento que se construye a lo lejos. ( NTE 02 )

Iglesia abandonada Ex templo de San Lázaro, San Antonio Tomatlán esq. Av. Congreso de la Unión Col. Candelaria de los Patos, metro Candelaria, pedir permiso para entrar

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Panóptico

( INT 09 )

En el centro ha desaparecido la torre de vigilancia, ahora un enorme hueco domina. Esa imponente cúpula que cierra el cielo intimida. Hay algo en la estructura que oprime, aunque ahora los pisos brillen y las puertas sean transparentes. Lo saben los vigilantes, los que se quedan en las noches y tienen que lidiar con la memoria del lugar, con el espectro de ese diabólico sucederse de mutilaciones del espacio que Revueltas definió como el esquema donde la libertad fue derrotada a manos de la geometría.

Hablar con los guardianes es escuchar los sonidos de la noche peniten-

ciaria: Yo no soy supersticioso pero aquí mataron a mucha gente, gente que todavía no descansa en paz. Porque ahora es un darse cuenta de todo. De la vida en el encierro. De lo que significa el Palacio Negro. De que ya no son los vigilantes los que observan con una malla de ojos pegada al cuerpo, sino que ahora somos —monas y monos— nosotros y ellos, los que son observados por un río de pupilas desaparecidas. El silencio anuncia que ocurrió algo sin medida. Pega el viento y aletean los recuerdos: estudiantes, profesores, ferrocarrileros, maestros, comunistas y médicos. Revueltas, Campa, Siqueiros, Vallejo. Todos bajo barrotes y al descubierto, lanzados como gladiadores al coliseo, a esa ruina panóptica que, en medio de los jardines, continúa estremeciendo. Ecos y más ecos. Presos comunes pidiendo dinero. Gritos del apando que no resiste y surca canales en su cuerpo. Rejas y más rejas. Cruce de perpendiculares y paralelas. Hacinamiento y desbordamiento que acabaron con esta cárcel modelo.

No cabe duda que Lecumberri encierra un elocuente silencio y ahí, en

la crujía donde antaño se encerraba a los ladrones, están hoy los documentos de los periodos presidenciales desde Plutarco Elías Calles hasta Luis Echeverría Álvarez. ( CTR 15 )


09 INT

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Antigua cárcel de Lecumberri Archivo General de la Nación, Eduardo Molina esq. Albañiles s/n Col. Ampliación Penitenciaria, metro San Lázaro, L-V: 9-16 hrs.



10 INT

Lanzamiento de tenis

( INT 10 )

Más allá de argumentar que la industria del calzado es una de las más importantes de México (la producción anual oscila entre los 250 y 300 millones de zapatos) es difícil explicar la sobreabundancia de zapatos voladores en el D.F. ¿Cuántas veces ha mirado usted el cielo durante el trayecto al trabajo? ¿Se ha fijado en la cantidad de zapatos que hay en los cables? ¿Sabe usted cuál es la distribución del calzado volátil de la zona que habita? Un cuidadoso estudio por regiones arroja los siguientes datos:

Colonia Ampliación Penitenciaria Centro Polanco Tecamachalco La suya

Zapatos lanzados al aire (promedio por calle) 3 5 2 7 0 4 0 1 (Por favor, complétese) ___

Objetos en cables de luz Lecumberri s/n Col. Ampliación Penitenciaria, metro Morelos

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Yo podría bailar ese sillón dice Isadora dice Julio

( INT 11 )

Hay fenómenos e incluso cosas que son lo que son y como son porque, de alguna manera, también son o pueden ser otro fenómeno u otra cosa... escribió Julio Cortázar en su homenaje a Isadora Duncan; y así sucede con la manifestación de tal homenaje, escondida en un rincón de la Ciudad de México: un nicho mortuorio que Plutarco Elías Calles, locamente enamorado de sus velos y sus pies descalzos, mandó construir para ir a llorar a la tumba de la revolucionaria bailarina revolucionaria a pesar de que nunca pisó tierra mexicana. En frente de la tumba falsa, un sillón puesto en medio de la banqueta sigue el buen ejemplo de las cosas que son lo que son porque también son otra cosa: (1) un sillón grande, de tres asientos utilizado hasta por cinco personas, un poco roto pero aún cómodo; (2) una muestra de la cantidad de basura que produce esta ciudad (en forma de sillón); (3) la metonimia de una sala de estar (es decir, reducida a su mueble principal, el sillón); (4) el grito que afirma la existencia de un grupo subcultural (aquí le pido al amable lector tomarse todo el tiempo necesario para pensar en los múltiples mecanismos sociológicos y psicológicos para la construcción de identidad de cualquier grupo social urbano y comparar estas herramientas con las diferentes técnicas y escuelas de la expresión corporal); y, finalmente, (5) la danza, el baile mítico, entendido antropológicamente como una reafirmación de la presencia del hombre en el mundo y ante los dioses y, por lo tanto, como celebración de la vida. Tenemos entonces la siguiente situación: un sillón en situación de calle (en medio de la banqueta, en frente de un panteón en el cual se ubica una tumba falsa), un poco roto pero aún cómodo (eso, querido lector, insisto, es de gran importancia) con unos niños farmacodependientes sentados encima de él. Un transeúnte que se escandaliza ante tal escena y que llama al sillón “basura”, a los niños “criminales” y a la tumba “una farsa”. Hasta ahí la cosa parece ser lo que es, pero justo en este momento empieza a transformarse y toda la pentagoneidad (léase, los cinco elementos) previamente demostrada se desarrolla ante nuestros ojos: más que sillón, el sillón es sala de estar;


11

INT es el pequeño pero, desafortunadamente, único refugio de los niños de la calle que aquí se encuentran cotidianamente (niños de, no en la calle, que, por diferencia de conceptos y cantidades es muy importante). Aquí, en la pobre e improvisada imitación de un hogar buscan el sustituto de sus relaciones familiares deterioradas o, simple —y sorprendentemente— disfrutan de su libertad (24% de los niños en situación de calle dice que le gusta estar y vivir en la calle). El entonces sillón-basura-sala de estar es, de este modo, la manifestación pública de la existencia de estos niños y de sus aproximadamente 3000 compañeros en el Distrito Federal. El motivo de la molestia de nuestro transeúnte es nada menos que la expresión de una subcultura, de un estilo de vida entre muchos otros (sea consciente o no su expresión, querida o forzada la situación de sus habitantes y aceptada o rechazada su implementación en el espacio). Para culminar, el sillón de los significados múltiples es también un salón de baile, el lugar de celebración de la vida del grupo que lo habita, su manera de resistir a la muerte.

(¡Querido lector!), aunque el asunto ya se muestre terriblemente complejo, no bas-

ta. No se trata sólo de la inter-existencia de las cosas, fenómenos y significados sino también de su interdinámica (su destino interno y dinámico, diría Cortázar). Así, por lo menos, lo quiso demostrar Isadora Duncan cuando se puso a “bailar un sillón”, es decir, a representar el objeto que es un sillón a partir del movimiento que el sillón provoca en sus usuarios. Planck y Einstein lo demostraron a través de la física cuántica: la luz se manifiesta al mismo tiempo como partícula y como onda, dependiendo del experimento que se realice. Posición estática y movimiento a la vez. Cosa que es lo que es porque también es otra cosa. Isadora y Julio, desde sus tumbas, las verdaderas y las falsas, sin duda apoyarían tal dualismo en el pensamiento de los habitantes de la ciudad. ( INT 04 ) Los niños en situación de calle se distinguen en dos categorías: niños de la calle, menores de 18 años que viven en la calle y no mantienen vínculo con sus familias (15 de cada 100 niños en situación de calle); niños en la calle, menores que trabajan en la calle pero mantienen un vínculo con sus familias y, en general, regresan a dormir a sus casas (85 de cada 100 niños en situación de calle).

Tumba falsa de Isadora Duncan y punto de reunión de niños de la calle Panteón y Plaza de San Fernando, Pte. de Alvarado esq. Guerrero Col. Guerrero, metro Hidalgo

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12

INT

el cincel y el martillo, que son armas de pelea...

( INT 12 )

En el Congreso del Trabajo, agónica sede del proletariado mexicano, está escondida una de las esculturas consideradas como símbolo de la estética socialista mexicana. El hombre de bronce descansa. Construir el progreso desde 1936 no ha sido cualquier cosa. Su constancia es ejemplo para el club Salto con garnacha que, mediante la instalación de un gimnasio con caminadoras en el vestíbulo, ha puesto a los trabajadores a marchar sin moverse de su lugar. La trayectoria de esta escultura simboliza la de la utopía socialista que alguna vez sentó las bases para la construcción del México post-revolucionario: en la época de Cárdenas presidió la entrada de la avenida Juárez, después pasó a una calle olvidada; y finalmente, en 1977, fue trasladada a este “museo” de antigüedades, donde el visitante puede hacer un recorrido histórico entre murales y oficinas vacías para sentir alivio de que lo contemplado es historia o para reflexionar con nostalgia sobre pasados ideales. Si además quiere sentir a las masas, basta con cruzar la calle y dar un paseo por la “ciudad” de Tlatelolco, chiflando alguna melodía de la Sinfonía proletaria de Carlos Chávez. ( NTE 01 )

Decadencia del socialismo mexicano Monumento al trabajador, Congreso del Trabajo Ricardo Flores Magón 44, Col. Guerrero, metro Guerrero, L-V: 9-18 hrs.

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La condición humana

( INT 13 )

Siqueiros pertenecía a una época en la que el futuro podía dividirse en dos sin mayor complicación: dos alternativas que darían lugar a dos sociedades distintas que significaban dos maneras de estar y hacer en el mundo. De uno dependía con cuál de las dos opciones se quedaba. Al parecer, decidir no era tan difícil, bastaba con que uno escogiera a qué lado de la humanidad quería pertenecer: al de los seres humanos conscientes y generosos o al de los hijos de la fregada. En el mural que está en el vestíbulo del auditorio, Siqueiros representó esta dicotomía: la realidad tal como debería ser y como no debería ser. Sus muros redondeados y la paleta de naranjas y rojos encendidos producen la sensación no sólo de estar envuelto por la pintura, sino de que en cualquier momento ésta romperá sus límites, trascenderá el vestíbulo del auditorio y alcanzará los alrededores. Afuera del hospital, la realidad trasciende el mural como en un cuadro de Magritte. Pero cambia la paleta de colores y cambia el estilo. A los rojos y naranjas los sustituyen el café claro del cartón y los grises de la lámina de asbesto; el expresionismo cede el paso al realismo aunque el tema siga siendo el mismo: Por una seguridad social y completa para todos los mexicanos, pero lo que en Siqueiros es movimiento, aquí es espera. Setenta familias, inmovilizadas ante una realidad y un futuro que ya no puede dividirse claramente en dos alternativas, esperan no una revolución, sino a que el gobierno les cumpla una promesa perdida entre discursos y escritorios. Más hacia el sur, siguiendo las vías del tren, entre casas de ex ferrocarrileros y damnificados del temblor de 1985, una mujer murmura el nombre de su barrio: Las vías de los olvidados. Sabe que así los nombran porque ya casi nadie se acuerda de ellos y que si perviven en la memoria es gracias a dos artistas muertos: Siqueiros y Buñuel. ( SUR 09 )


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INT

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Mural de Siqueiros y ciudad perdida Auditorio del Hospital La Raza, Calz. Vallejo, Col. La Raza, pedir permiso para entrar asentamiento temporal bajo el puente de Av. Alfredo Robles Domínguez, metro La Raza Recorrido por las vías del tren Av. Ricardo Flores Magón, entre Insurgentes Norte y Sabino, metro Tlatelolco


Causas de defunci贸n: Killed by robbers near Veracruz, Scarlet Fever (Not to be disrobed), Complication of disease, Heart disease, Insane, Accident, Excessive drink, Head on collision Result of old wounds.


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INT E.U. vende territorio mexicano a México

( INT 14 )

Ciudad de México, 11 de septiembre 1976. Esta mañana, el gobierno norteamericano vendió al gobierno mexicano la mitad de un terreno ubicado en la calle Virginia Fábregas para la construcción del Circuito Interior. Dicho terreno había sido adquirido en 1851 por los Estados Unidos, aprovechando la inercia de la venta realizada por México de la mitad de su territorio. El terreno fue utilizado para la construcción de un cementerio donde se enterraron 750 soldados norteamericanos, caídos durante los nueve meses de invasión a la Ciudad de México en 1847, así como personas de diverso origen, relacionadas con los Estados Unidos por vía diplomática o familiar. La invasión fue justificada como una respuesta ante el movimiento de tropas mexicanas dentro de los límites del territorio norteamericano, considerado por los Estados Unidos como un acto de provocación sin precedentes en la historia de las naciones civilizadas. Una parte de los soldados norteamericanos perecieron a manos de la ciudadanía y de los más de mil presos liberados por el general Antonio López de Santa Anna, los cuales defendieron las calles de la capital arrojando a los invasores agua y aceite hirviendo desde las ventanas. Ante la venta del terreno, los norteamericanos se vieron obligados a reestructurar el cementerio, convirtiéndolo de un cementerio de lápidas dispuestas ordenadamente a uno de huesos exhumados, tierra revolcada y criptas falsas. Los visitantes vivos de lo que queda del jardín de la remembranza podrán disfrutar de la lectura sobre el césped bien podado, el cual también está disponible para cualquier organización cívica o patriótica que quiera honrar a los muertos de las guerras de los Estados Unidos. ( SUR 08 )

Cementerio militar estadounidense Virginia Fábregas s/n, Col. San Rafael, metro Normal L-V: 9-17 hrs. US Memorial Day: último lunes de mayo, 9.30-11 hrs.

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Venenosa sensualidad

( INT 15 )

En un callejón obscuro, iluminado apenas por una pagoda de neón, se escucha la caída de una cortina de metal: ¡trrrrrraaaaaahhhh! Las cabinas porno han quedado vacías. Los solitarios seguidores de Bill Clintoris y El Samurai Perverso regresarán hasta el día siguiente. En el Palacio Chino, sin embargo, todavía hay movimiento. En las salas circulan los albures, comentarios, risas y aplausos, aunque se proyecte la más solemne pieza de cine ruso. Afuera, ya en la madrugada, un grupo de hombres comienza a trasladar los paquetes hasta las camionetas. No son muchos, tal vez unos quince. Tampoco son precisamente discretos. Lo saben, llevan en sus manos el escándalo: el periódico La Prensa anuncia que la banda de roba coches Las Hermosas, compuesta por dos bellas mujeres que drogaban a vendedores de autos para robárselos, ha sido atrapada por agentes de la policía judicial. Las curvilíneas Silvia Sandoval y Cynthia Azucena están siendo investigadas. Las noticias de la tragicomedia urbana no se detienen, tampoco los tractores, taladros y perforadoras de la eterna construcción de la avenida Juárez. En las torres de papel que se levantan a espaldas del periódico El Universal, los duros golpes al narcomenudeo —la policía decomisa 700 pastillas psicotrópicas, 2,034 envoltorios con cocaína, 40 cartuchos de armas de fuego en la Morelos— se mezclan con historias de princesas que perdieron la oportunidad de pasearse en limusina por República de Chile: una quinceañera presa de una decepción amorosa se quitó la vida al tomar en un vaso con agua pastillas para curar maíz. Sin embargo, entre el humor involuntario de la sección de policías de La Prensa también se cuelan los síntomas de una ciudad que, obsesionada por su seguridad, es capaz de contratar guardias de seguridad privada que golpean a sus mujeres. Los trabajadores lanzan con frialdad los paquetes del espectáculo sangriento, pero si no fuera por ellos, habitantes nocturnos, esta calle con dragones y budas dorados sería el escenario perfecto para una clásica historia de crimen y suspenso del barrio chino de Los Ángeles. ( CTR 14 )


15

INT

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Emisi贸n de la nota roja Cine Palacio Chino, cabinas porno Ves y salida del peri贸dico La Prensa, Iturbide 21 casi esq. Av. Ju谩rez, Col. Centro, metro Hidalgo, horario sugerido: 1-3 hrs.



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INT Hic sunt leones

( INT 16 )

Malas lenguas extienden un rumor por la ciudad. De la noche a la mañana, todos se detienen a mirar el monumento a Quauhtémoc (sic) con curiosidad: ¿Será? Y no es porque se conmuevan ante el aburrimiento del pobre tlatoani, condenado por el resto de la historia a mirar a Cristóbal Colón y darle la espalda a la ángel de la independencia cuyo pecho descubierto daría, sin duda, para varios años de deseo. Tampoco es, seguramente, porque les dijeron que el emperador guarda en su broncíneo bíceps las más desgarradas cartas de amor del escultor Miguel Noreña. No. Turistas y defeños miran atentos la escultura porque aquí hay leones. Antiguamente, los leones se pintaban en los mapas para señalar lo que estaba fuera del territorio conocido. En el caso de este monumento, el penacho, los piercings y los collares que lucen los ocho leones de la base indican que alguna banda perteneciente a la subcultura punk —cuya identidad surge como reacción a territorios culturales conocidos y aceptados— se erigió un monumento en pleno monumento. Claramente no fueron los Vegetarianos y mucho menos los Crostis, que siempre andan sucios: estos leones traen las uñas bien cortadas. Quizás entonces fue el Consejo Popular Juvenil, bajo el cual se agruparon las bandas más violentas que vivían en los basureros y las cuevas de Santa Fe, Neza e Iztapalapa. Lo que sí queda claro es que esto no fue obra de los que conciben al punk como una moda espanta tías, sino de quienes, como dice Ricardo Punky, vendedor de “gritos” en el Bazar del Chopo, dicen No al happy punk y Sí al street punk. ( PTE 07 )

Leones punk Monumento a Cuauhtémoc Av. Insurgentes esq. P. de la Reforma, metro Insurgentes metrobús Reforma, horario sugerido: noche

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Testigos silenciosas

( INT 17 )

El cruce de Bucareli y Reforma invita a la imaginación a urgar, con sospecha inevitable, detrás de los cristales polarizados de los edificios. Primero, el edificio de la Lotería Nacional y los secretos designios del azar; después, el edificio del Senado donde —dicen— el futuro del país se decide entre el vapor de lujosas saunas; el caballito de Sebastián, supuesta torre de ventilación de quién sabe qué aguas negras subterráneas y profundas; y finalmente, la Esquina de la Información en cuyo sótano vivían dos tiburonas.

Wanda y Natasha nadaban silenciosas... ¿Qué conversaciones

esconderían en los recovecos de su marina memoria? Catorce años de alianzas y pactos secretos, negocios, asesinatos, confabulaciones nunca salidos a la luz del día, enterrados en los sótanos de la prensa. Por algo quedaron tan turbias estas aguas... En la calle de Reforma está la antigua puerta de entrada al restaurante Ambassador, en el que Wanda y Natasha trabajaban como atractivo principal. Desde ahí podían verse de reojo las sombras de estas dos solitarias. Si se convencía a los trabajadores, se podía entrar al sótano y observar sus sombras a través del vidrio de su enorme pecera. Cuando estaban de humor, salían de entre las piedras. Tal vez fue durante una de estas raras ocasiones que le soltaron a algún visitante un dato demasiado comprometedor, indiscreción que las condenó al ostracismo en el acuario de Veracruz con el pretexto de que ahí van a ser más felices con sus otros amigos tiburones. El citámbulo empeñado en conocerlas puede visitarlas ahí, a sabiendas de que el malecón jarocho algún día será tragado por la Ciudad de México en su crecimiento incesante. Distinguirlas no será difícil: son las únicas de color gris periódico y sabia mirada melancólica.

( INT 14 )


17

INT

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Tiburonas Puerta trasera del edificio del periódico Excélsior Bucareli esq. P. de la Reforma, metro Juárez , Hidalgo, L-S: 10-14 hrs.


( INT 18 )

Hace más de 30 años, el señor Ishikawa llegó a México a conocer a su esposa y declarar por terminado su largo

cuadradas, porque el mundo es redondo e increíble y no hay otro que lo sepa mejor que Míster Dai. ( NTE 04 )

sicales queda grabada en papel fotográfico y aunque eventualmente perderán su color, nunca plasmarán formas

De cualquier modo, acaban todos en el techo. De espiral en espiral la larga historia de viajeros y aventuras mu-

escuela. En cambio aquí, no es que le falte a la gente el valor de levantarse a cantar, sino que no saben de entonación.

el problema que el karaoke tiene en México. En Japón los niños tienen clases de educación musical a lo largo de toda la

de boleros la época de oro del cine mexicano en ambiente oriental. La gente que canta bien, canta bien dice y explica

una interpretación de José José alienta la vuelta del micrófono por las mesas y, canción tras canción, revive a punta

vuelta de Giordano Bruno. Mientras los comensales comen y platican, el señor Ishikawa abre pista con el karaoke. Con

canos, cuidosamente ubicado, ahora sí, en el ombligo del pequeño pero (casi) infinito universo de la Juárez, justo a la

por clases de español, esfuerzo que culminó años más tarde en la cafetería y restaurante Sushi DAI con antojitos mexi-

viaje por el mundo. No precisamente en la Juárez, sino en Cuernavaca, empezó con un intercambio de clases de karate

gusto con el dueño:

y sus maravillas decorativas y homólogos japoneses de la lucha libre; además, mientras se come, se puede platicar a

jardín de plástico señala la entrada a unos antiguos cubículos de oficina hoy convertidos en el Lejano Oriente con todo

le abre al hambriento de conocer el mundo una puerta inesperada: entre Atenas y Londres, Nueva York y Bagdad, un

conocer lo increíble parece imposible para uno aquí trabajando de quincena en quincena. Sin embargo, en la Juárez se

Todo indica que viajar por el mundo es privilegio de grandes aventureros como Robert Ripley. Escapar de la rutina y

DAI la vuelta


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INT

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Chef japonés, Cafetería y Sushi Dai con antojitos mexicanos Liverpool esq. Versalles Col. Juárez, metro Cuauhtémoc, L-D: 8.30-12, 13-18 hrs.


usted lo recordarรก perfectamente


19

INT Paso a paso

( INT 19 )

Un atleta atraviesa la plataforma circular, esquiva gente, tropieza, mientras cuenta sus pasos con el podómetro. ¿Cuántos pasos pasan por esta plaza? ¿Hacia dónde van cuando se pierden en los túneles? ¿De dónde vienen? ¿A quiénes esperan los cien pares de piernas que se cruzan? Los pasos más numerosos son los de las señoritas. Con sus tacones dan saltitos presurosos de camino a la calle de Londres o Florencia para tomar su curso de inglés con computación y ser alguien en la vida, aunque cuando pasen por enfrente de la Escuela de Cultura de Belleza, justo a la salida del metro, algunas duden: Tal vez es aquí donde está el futuro... Los pasos de los gays van en círculos. Aprovechan el anonimato de la urbe y se dan un beso apasionado, otros se toman de la mano, algunos sólo se rozan con los hombros, los más tímidos se acarician con los ojos: Luego que dicen que la moda es ser gay. ¡Lo bueno es que ya estoy a la moda! Se saben observados y posan, felices de sentirse deseados y envidiados por los gays de closet, quienes se debaten entre llevárselos a un hotel o morirse de las ganas en su casa. El movimiento de la glorieta está contrapunteado por la espera de muchos otros que aguardan pacientemente. Inmóviles, bajo las jacarandas y las magnolias, con la ciudad girando lentamente sobre su cabeza, el bosque de anuncios reflejando su luz en el cielo y opacando las estrellas, tienen la calma para observar este símbolo de la metrópolis: si los ojos recorren el círculo completo, pueden verse rastros de la modernidad con la que continuamente ha soñado esta ciudad pero, sobre todo, la evidencia de su rápido envejecimiento. El maquillaje es evidente: fachadas pasadas de moda, joyería de fantasía y alta perfumería pirata. Conforme va llegando la noche, la plaza se va vaciando. Desaparece la niña que vuela los pedazos de cartón sobre la rejilla del metro, llegan las patrullas y los habitantes de la noche. Y cuando El Sereno da las diez, sólo se oyen pasos que acechan y pasos que huyen. ( CTR 14 )

Glorieta Insurgentes Av. Insurgentes esq. Av. Chapultepec, Col. Juárez, metro Insurgentes metrobús Insurgentes, horario sugerido: atardecer

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Nómadas

( INT 20 )

Familias de mazahuas, triquis y otomís habitan la sombra de algunos edificios de avenida Chapultepec para sobrevivir. Entre callejones, altares, lavaderos y jardines escondidos ahorran cuando es posible un poco de dinero para regresar a sus pueblos en las épocas de siembra y de cosecha o celebrar al santo de su tierra. Los migrantes sin familia en la ciudad son, en cambio, menos afortunados. Habitan en los portales de casas y cines abandonados, en los huecos debajo de los puentes o en el anillo exterior de la glorieta Insurgentes. La cuota para bañarse y lavar su ropa es de cinco pesos, los cuales pagan a los barrenderos de la zona, quienes les permiten utilizar el agua de la fuente del acueducto de avenida Chapultepec en aquellas horas de la noche en que el resto de los habitantes deja un hueco de tiempo y espacio en la ciudad por estar metidos en la cama. En una urbe sobresaturada como ésta, sólo su capacidad de encontrar pequeños huecos físicos pero también sociales les permite sobrevivir. Sus oficios son, por tanto, anónimos: vendedores de chuchulucos, trabajadoras domésticas, tejedores de bejuco, costureras de muñequitas, diableros de La Merced y la Central de Abastos, limpiaparabrisas, albañiles. Oficios en los que la desaparición de una persona o su sustitución por otra no es percibida por el resto de los habitantes, pues para muchos de ellos los indígenas que migran a la ciudad tienen un solo rostro que, además, no tiene nombre. A pesar de que muchos indígenas construyen pequeños pueblos en la ciudad y se diluyen en el anonimato y vaivén de la urbe, algunos regresan viejos a sus comunidades, demostrando que de los 20 millones de habitantes en la Ciudad de México no todos llegaron para quedarse. Aunque la historia afirme que el descubrimiento de la agricultura permitió que gran parte de los hombres dejara de deambular por el mundo en busca de sustento, construyera su casita y no quisiera nunca más salir de ahí, la misma agricultura —pero esta vez en crisis— ha provocado que algunas personas regresen a la trashumancia. ( OTE 05 )


20 INT

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Asentamientos indĂ­genas Domicilio omitido Zona Rosa, Col. Roma Norte, metro Insurgentes



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INT Líneas poco locas ( INT 21 )

Héctor Jr. se prendió otro cigarro. Buscar unos cocodrilos perdido s hace 20 años era un trabajo ridículo. En momentos como éste se pregunt aba porqué había seguido la vida de su papá compartiendo despacho con un instalador de calefacciones, un experto en drenaje y un tapicero. A fin de cuentas, la vida de detective sólo da para los cigarros. Nada cambiaría si encontr aba o no estos cocodrilos locos que aquel señor con ligero acento alemán le había pedido buscar. Pero trabajo es trabajo y como había dicho su papá: Cada ciudad tiene los casos y el detective que se merece y así, entonces, sea. Ahí por lo menos, en el estacionamiento de Niza 12 donde a su cliente se le habían perdido sus cocodrilos afuera de un Vips, ya no había ningún rastro. Regresó al coche. Le quedaba media cajetilla de Delicados, pocos, pero tal vez suficientes para darse una vuelta al edificio de Mérida 143. Si quería encontrar algo necesitaba empezar donde todavía había evidenc ias de esa infame mañana del 19 de septiembre de 1985. Con su navaja, uno de esos objetos envidiosamente suizos de 17 diferentes cuchillos, abrió la puerta del departamento del segundo piso. Destrucción y abandono lo recibieron bajo el polvo. Entre la herrería original de la galería y restos de muebles art nuvó tuvo suerte. Sobre un viejo papel, que tal vez daría alguna pista, decía: ¡pocoscocodrilos! ¡locos! cocodrilos... cokodrilospocolocos... ¿pocos? ¿Qué quería decir eso? Héctor Belascoarán Shane Jr. dobló el papel y lo metió en la bolsa de su chamarra. Otra vez en su Tsuru emprendió el camino hacia la calle de Chihuahua para buscar a doña Marta Leticia y su prima, la señora Berta. Una amiga de Héctor de la delegación le había contado que en el número 191 estas señoras vivían en unas casas hechas de escomb ro sobre lo que tal vez era la última ruina del sismo que permanecía en la ciudad. Con reservas pero amablemente, las mujeres no lo dejaron entrar a buscar. De todas formas doña Marta le contó que apenas habían llegado a vivir ahí hacía unos 13 años, desde Hidalgo, y que jamás habían visto un cocodrilo en su vida. En la esquina con Tonalá tuvo igual suerte: el viejo guardia le contó que ahí, abajo de la plancha del estacionamiento, se quedaron sepulta das unas personas que nunca rescataron; pero que de cocodrilos tampoc o sabía.

continúa...

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Héctor se prendió su último ciga rro. Pronto necesitaría o una pist a o más cigarros. Otro estacionamiento en Tonalá con San Luis Potosí, la Unión de Vecinos y Damnificados en Jala pa 207 y 213, un terreno en Zac atecas donde supuestamente se cayó un edifi cio de seis pisos... nada, nada, más que estacionamientos. Parecía que éstos habían sido la única resp uesta ante la destrucción de aquella mañana : aprovechar el espacio para esta cionar más coches. En una esquina, por lo menos, encontró sus cigarros. Junto con la cajetilla se compró un mapa de la ciud ad y un vasito de atole. Héctor disf rutaba mucho de esta bebida dulce y espe sa que a los turistas causaba tant o asco. Ya sólo el chicharrón y el atol e marcaban la diferencia entre chilangos e inmigrantes europeos y pseudoe uropeos. Más relajado, se dedicó a estudiar la Guía Roji que traía en las man os. Con exactitud señaló todos los lotes baldíos y edificios afectados y aban donados que el sismo dejó en las calles de la zona. Había varios por seña lar. Por ejemplo el Edificio Solidari dad del FSTSE, en el cruce de Niza e Insu rgentes, vacío e inclinado desde 1985 junto con todos sus cimientos. También señaló los edificios de los que quedaba sólo la mitad y los que se cuartear on durísimo como los de la calle Puebla; fachadas impecablemente restaura das como las de la Iglesia de la Sagrada Familia; y los diferentes tipos de unidades habitacionales construid as después del temblor. Cuando terminó con su lista se prendió otro Deli cado . Se quedó viendo el mapa sobre la mes a: ¿qué estaba buscando? De repente la solución emp ezó a tomar forma en las volutas de humo. Todos los puntos que tenía seña lados en el mapa se podían unir en un sistema de líneas, casi paralelas, que habían cortado la colonia Roma en rajas de norte a sur. En el subsuelo de la ciudad, las ondas sísmicas se hab ían topado con un obstáculo insalvable: la franja de material pesado que une la Sierra de Guadalupe con el Peñón de los Baños y el encontronazo de amb as ondas, la sísmica y la reflejada, se dio just o bajo la colonia Roma. Ese era el plan: caminar en líneas paralelas por la colonia fiján dose en los detalles. En Querétaro se bajó del coche. Enfrente de la escuela prim aria Secretaría de Comercio y de Fom ento a la Industria la calle estaba saturada con el ruido de los niños. Héctor se puso a recordar el día del sism o. Él tenía


nueve años en ese entonces y la escuela quedó cerrada por sem anas. Lo que más recordaba era el silen cio que había. Los días después del terremoto la gente sólo hablaba en voz baja, no había vendedores en la calle, nadie escuchaba música... Un silen cio absoluto y aterrador reinaba sobre la ciudad como si la tierra se hub iera tragado todas las palabras. Héctor se quedó pensando. ¿Porqué pocos?, ¿porqué locos? ¡Locos más bien muchos! Y antes que todos él, siguiendo un poema por las calles de la Rom a... Héctor Jr. caminó por Orizaba hacia el norte siguiendo el curs o de la cicatriz que estaba a su izquierd a. Esta línea debería contener a los cocodrilos, porque culminaba directam ente en el lote de Niza 12, don de había empezado su búsqueda. En la esquina de Niza y Lon dres se tropezó con la entrada del Vips. Una mezcla de intuición y necesidad de cafeína lo hizo entrar. En la barra pidió un americano. Sacó su cuaderno para hacer otra de esas listas que a su papá lo volvieron famoso: una reducida cantidad de cocodrilos locos espe rando afuera de un restaurante Vips que hoy en día es un baldío, el fragmen to de un poema, la tierra que una mañ ana se tragó todas las palabras de la ciudad y las varias líneas de daño para lelas que dejó el sismo. Ante sus ojos apareció la solución: el silencio de aquellos días corresponde directam ente al vacío que es hoy todavía el rast ro de lo ocurrido: el poema de los cocodrilos era una construcción que se cayó en 85 o, por lo menos, parte de una construcción, la escultura de un poe ma en la fachada del Vips que se ubicaba en Niza 12... Todo indicaba que hab ía llegado al final de la búsqued a. Héctor Jr. se reclinó en su silla y pidió otra taza de café. Cuando Beatriz, la simpátic a mesera, vio su lista sobre la mes a dejó de rellenar la taza. Con voz baja le dijo a Héctor: Una amiga mía, de la sucursal de Galerías sabe dónde están los cocodrilos. Ella los retiró de la pared y se los llevó a un parque en la colo nia Estrella para que no los tum baran junto con el Vips. Eso fue en el 87, cuan do quisieron construir un nuev o centro comercial, aquí, en la Zona Rosa. Héctor regresó a una posición vert ical. Las historias que escribe la Ciudad de México merecen un final más complejo. De alguna manera lo había sabi do. A fin de cuentas era por eso que se dedicaba a las investigaciones, pero antes de seguir la nueva pista nece sitaba otro cigarro... ( SUR 06 )

Huellas del sismo de 1985 y poema-relieve de Mathias Goeritz Recorrido por calles Niza, Mérida, Chihuahua, Tonalá y Orizaba Col. Roma Norte, Juárez (Zona Rosa) metro Insurgentes, metrobús Hamburgo, Durango

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Santo Demon

( INT 22 )

SEC. 1 EXT. CULIACÁN Y BENJAMÍN FRANKLIN, NOCHE. La esquina de Culiacán y Benjamín Franklin está vacía. El viento mueve las ramas de los árboles. El semáforo cambia a rojo. Se comienza a escuchar un bip, el sonido va en ascenso. Un reloj digital de pulsera parpadea en rojo sobre fondo negro. Una mano aprieta un botón en el reloj y se escucha: VOZ EN OFF Llamando a Santo… Llamando a Santo… Santo, contesta… SANTO Aquí Santo, ¿qué sucede?

SEC. 2 INT. SALA DE UN DEPARTAMENTO, NOCHE. Se ve un sillón de cuero de espaldas, a la derecha una mesita de servicio con un vaso de whisky. Dolly in hacia el respaldo del sillón del que sobresale una silueta con un brillo especial. Un brazo robusto toma el vaso. Al fondo hay un gran ventanal con cortinas recogidas. SANTO Habla, Demon, ¿qué pasa? VOZ EN OFF Tenemos que reunirnos, es urgente.

SEC. 3 EXT. CALLE, NOCHE. Una cabina telefónica. Un hombre robusto, de espaldas, con traje café de manga corta habla por teléfono. SANTO Claro, donde siempre. BLUE DEMON (OFF) A las 12, Santo. SANTO Ahí estaré. Demon, espera… ¿no es una broma?


22 INT

BLUE DEMON (OFF) No, Santo. El hombre de la cabina cuelga el teléfono.

SEC. 4 INT. SALA DE UN DEPARTAMENTO, NOCHE. El hombre del sillón se levanta.

SEC. 5 EXT. CULIACÁN Y BENJAMÍN FRANKLIN, NOCHE. El semáforo cambia a verde. Se escuchan motores a lo lejos y pasos que se acercan. En el cuadro se ve la base de un poste de luz, la banqueta y un muro al fondo. Entran a cuadro por la izquierda unos zapatos blancos y al mismo tiempo por la derecha unos zapatos cafés. SANTO ¿Qué pasa, porqué la urgencia? Tilt up, los dos personajes están frente a frente, hablan con gravedad. BLUE DEMON La Ciudad peligra, Santo. SANTO Pero… acabamos con el mal, ¿recuerdas? BLUE DEMON No, Santo. La lucha sigue. Long shot de la esquina. Los personajes se dan la mano. Los dos traen capa y mallas brillantes. Del apretón de manos sale un resplandor que manda a blancos la pantalla.

FIN ( NTE 07 )

Mural de luchadores Benjamín Franklin esq. Culiacán, Col. Hipódromo metro Chilpancingo

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Pídale al conductor que se cambie al carril de alta velocidad. Abra totalmente la ventanilla.

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Déle la vuelta al Zócalo. ( PTE 18 )

Mantenga el ombligo en la cabeza.

1 3

1 4

Pídale al conductor que suba la velocidad a 130 km/h. Entre Viaducto y Chabacano, deje que el ombligo se le suba a la cabeza.

Asómese por la ventanilla y sienta el aire (si no le da pena, cante).

1 0

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Una vez dueños de la calzada suba el volumen de la música.

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Cuide que no venga ningún automóvil delante suyo. Si viene alguno, pídale al conductor que lo rebase.

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Mire la calle, las luces, el cielo.

En la estación Villa de Cortés, pídale permiso al conductor para poner la estación de radio que más le guste.

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En la estación Nativitas, pídale al conductor que aumente la velocidad a 100 km/h.

Asegúrese de que el taxi tenga radio y de que el conductor maneje rápido y bien.

2

5

A la altura de la estación General Anaya tome un taxi (o llame un taxi, si le da miedo).

( INT 23 )

1

23 INT

14 pasos para cambiar el ombligo de lugar

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Salto en el Viaducto Calz. de Tlalpan, dirección centro entre las estaciones de metro Viaducto y Chabacano, horario: madrugada



Oriente


La zona ORIENTE abarca las delegaciones Iztapalapa, Iztacalco y Tláhuac, así como el municipio de Netzahualcóyotl y aquellos ubicados en los antiguos lagos de Chalco y Texcoco y sus alrededores, en el Estado de México.

En esta zona habitaban varios pueblos prehispánicos de arraigada tradición

pesquera y agrícola, la cual se ha preservado en algunas zonas como Tláhuac, donde hoy en día se practica la agricultura en chinampas y donde 70% del territorio designado para la conservación ecológica tiene como finalidad la recarga de los mantos acuíferos. Además de las zonas de cultivo agrícola, durante la época prehispánica existían numerosos jardines de carácter ornamental, uno de los cuales, el perteneciente a Cuitláhuac II, señor de Iztapalapa, maravilló a los españoles que llegaron en el siglo xvi como cosa jamás soñada. Sin embargo, a pesar de la belleza de los lagos y del modo de vida desarrollado por los pueblos prehispánicos en el ecosistema lacustre, los españoles emprendieron desde su llegada las obras de desecación, convirtiendo la Cuenca de México en valle con

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la construcción del Tajo de Nochistongo. Algunos reductos de los lagos sobrevivieron hasta ya entrado el siglo xx, como el Canal de la Viga, importante ruta de mercancías entre Xochimilco y la Ciudad de México. Este canal era considerado como uno de los paseos más bellos de la ciudad; por él, la gente iba en canoa y a partir de 1850 en buques de vapor o a pie y a caballo a lo largo de la orilla.

Con el combate a los asentamientos irregulares en el territorio del Distrito

Federal comenzó, a partir de la década de 1960, la ocupación de terrenos del antiguo Lago de Texcoco, al otro lado del límite estatal, en los cuales prácticamente no existe la vegetación debido al alto contenido de sal en el suelo y al clima seco estepario. Un caso extremo es el de Ciudad Netzahualcóyotl, que surgió de una invasión masiva en los años setenta y que atrajo, en tan sólo diez años, más de 600,000 habitantes. A la delegación Iztapalapa también llegaron migrantes procedentes tanto de la Ciudad Interior como de otros estados de la República, que se establecieron en los fraccionamientos construidos alrededor


de la zonas industriales. Por su parte, la delegación Iztacalco se convirtió en el hogar de muchos centroamericanos en camino hacia Estados Unidos. De este modo, mientras que en la Ciudad Interior comenzó un proceso de despoblamiento, la densidad demográfica aumentó considerablemente en el oriente. Hoy en día, Ciudad Netzahualcóyotl e Iztapalapa son las dos zonas más densamente pobladas de toda la zona metropolitana y también las que más basura producen —inmediatamente seguidas por la delegación Cuauhtémoc— la mayor parte de la cual va a dar a los basureros a cielo abierto que se encuentran en los municipios de Netzahualcóyotl, Chimalhuacán y Texcoco.

El crecimiento de la mancha urbana hacia el sur oriente, sobre los municipios

La Paz, Valle de Chalco y Chalco, comenzó una vez que Ciudad Netzahualcóyotl e Iztapalapa se saturaron. A estos nuevos municipios llegó mucha gente con la esperanza de hacerse de una propiedad que sería dotada de servicios y regularizada relativamente pronto, pero que hasta hoy en día carece de áreas verdes,

servicios básicos y de una oferta cultural que cumpla cabalmente con su función. De manera paralela a las invasiones, se ha desarrollado un mercado inmobiliario informal que atiende a los estratos bajos y muy bajos de la población que no tienen acceso a los sistemas de crédito para comprar en los desarrollos habitacionales de gran escala construidos a lo largo de la carretera a Puebla. Ese mercado cobra importancia si se toma en cuenta que la mitad de la población de la zona metropolitana está considerada como pobre y muy pobre en relación a los estándares internacionales establecidos por la ONU.

Con la expansión de la ciudad, la pobreza en cuanto a la desigualdad ingreso-

tiempo ha tenido un aumento vertiginoso. Las horas que los habitantes del oriente gastan en el translado a sus centros de trabajo constituyen un elevado porcentaje de las 17 millones de horas gastadas diariamente en la Ciudad de México en translados, equivalente a 2.1 millones de jornadas de trabajo de ocho horas o al tiempo de trabajo de una tercera parte de la población económicamente activa.



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I. Adagio-allegro molto. Durante doce minutos y seis segundos el parque sonríe sutilmente. Los pájaros, parados en las bocinas que esconden la orquesta invisible, cantan al unísono; los paseantes se sientan en las bancas o se tiran en el pasto a dormir. No cabe duda que con música de fondo la vida no transcurre, danza. II. Largo. 12’23 minutos de agonía. El hombre de la banca bosqueja su futuro con el pie. Parece como si la idea que tiene de la vida le pesara tanto que sólo puede mantenerse cabizbajo. Los novios sienten la inminencia de la ausencia y se abrazan fuertemente para no dejarse ir. En cuanto empiezan los violines, la fuente comienza a llorar a borbotones. III. Scherzo (molto vivace). El parque, de triste y frágil, se vuelve a levantar con el tercer movimiento de la Sinfonía del Nuevo Mundo. Gracias, Dvorak: la melancolía sólo debería durar 12 minutos. El novio le dice algo al oído a la novia, ella sonríe. Salen juntos del hueco de los miedos y celebran la reconciliación. El parque brilla otra vez. La fuente ya no llora, canta. IV. Allegro con fuoco. Gran final. Besos, abrazos, risas, proyectos para comerse el mundo. El hombre de la banca levanta la cabeza, su mirada encendida se dirige a lo lejos.


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Andante, ma non troppo

( OTE 01 )

Éste, más que ser un parque culto, es un parque emocionado. Como en el cine, el corazón de sus visitantes se pone en manos de la orquesta y de la melodía en turno. Solamente que cuidado: si quiere usted visitarlo procure escoger el día y el horario correcto. Stravinsky enloquece a cualquiera y puede disolver parejas. ( INT 19 )

Parque ambientado con música clásica Audiorama Silvestre Revueltas, Plaza Benito Juárez Eje 4 esq. Río Churubusco, peseros desde metro Iztacalco, L-D: 7-19 hrs.


Políticamente correctos

( OTE 02 )

Cuando uno ve los 96 letreros, 70 rampas y 48 inscripciones, no puede evitar un suspiro de orgullo ante la civilidad de nuestra ciudad. En una urbe en la que florecen baches, se acaban las banquetas y hay que confiar en la buena voluntad de nuestro prójimo para cruzar una calle o subir una escalera, la calle de Oriente 108 ofrece una oportunidad única, siempre y cuando los vecinos estén de humor y no se empeñen en obstaculizar las rampas o colgar su ropa en las señales. Éste es el lugar para traer a nuestros vecinos estadounidenses que vienen de visita y quitarles el prejuicio de que vivimos en la barbarie, demostrándoles, con hechos cuantificables —96 letreros, 70 rampas y 48 inscripciones distribuidos en una sola calle— que nuestra conciencia y generosidad son un verdadero derroche en cuanto a nuestros “adultos en plenitud” y nuestros amigos “con capacidades diferentes” se refiere. ( CTR 21 )


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Rampas para discapacitados Oriente 110, barrio San Miguel metro Coyuya



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Collage divino

( OTE 03 )

Una tambora retumba dentro de una casa custodiada por un Netzahualcóyotl de cuatro metros y un león de carrusel, expandiendo sus latidos por todo el callejón. La casa también retumba. Toda ella es un corazón que late al mismo ritmo que las angustias y los miedos de sus fieles. En la obscuridad del vestíbulo se alcanza a ver un pequeño escritorio y sobre el escritorio un gran libro en el que se apuntan los desesperados. Nadie entra inmediatamente: aun en estos tiempos tan cercanos al fin de los tiempos hay que esperar para sanarse. Pacientemente, los visitantes se preparan con la lectura de los proverbios de Yahvéh, Cristo, Changó y Quetzalcóatl escritos en una especie de collage de sabidurías que cuelga de la pared. Una fuente con ranitas de cerámica que eructan agua sin parar, iluminadas por un verde celofán, tranquilizan a la concurrencia, porque más allá de la puerta cualquiera sabe que empieza la batalla campal contra los demonios. Allá están los cuartos donde la gente, hincada sobre petates y mirando hacia la pared, reza en lenguas extrañas y olvidadas. El gurú se resguarda en la parte más alta de la torre, donde recibe los casos más obscuros y difíciles. Gritos y aullidos salpicados de rezos provienen de la parte trasera de la fortaleza neojudeocristianasanteroprehispánica. Unos hombres vestidos de blanco destripan animales vivos, se empapan con su sangre y ofrecen los cuerpos con el corazón aún palpitante a sus dioses. La sangre bañando el cemento del garage repugna con el olor de una carnicería fresca; pero es hasta que las suelas del zapato se tiñen de rojo que uno ya no sabe si huir o quedarse. Adentro algo arde, una llama primitiva, pulsión de cazador que ofrece con manos sangrantes carne cruda del mamut recién sacrificado a un dios desconocido que lo acecha desde el bosque. ( NTE 03 )

Templo ecléctico 3er. callejón de Juan Álvarez 9 casi esq. Calzada de la Viga barrio de La Cruz, peseros desde metro Iztacalco, Villa de Cortés

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04 OTE

Japonesque

( OTE 04 )

Un águila de cantera, tan mexicana que no necesita de un nopal, chisporrotea gotitas de agua frente a una pagoda, en lo que —probablemente— es un diálogo de hermandad entre México y Japón. Si José Juan Tablada se volvió famoso por convencer a un mecenas de pagarle un viaje al país del sol naciente y escribir poemas con forma de pagoda, el arquitecto de la Iglesia de los Santos Mártires Mexicanos de Cristo Rey resultó ser, sin duda, un “japonista” todavía más audaz e imaginativo que el poeta. La devoción por San Felipe de Jesús, primer santo mexicano, martirizado en Nagasaki el 5 de febrero de 1597, y la solidaridad con los miles de cristianos japoneses perseguidos y asesinados en los tres siglos subsiguientes se han materializado cerca del antiguo lago de Iztacalco —cuyas aguas fueran engullidas por una telúrica grieta en los años setenta y que sirviera hasta hace unos meses como campo de entrenamiento para halcones— en una peculiar muestra arquitectónica.

Hasta para el ojo menos viajero es evidente. Los ele-

mentos más representativos de la milenaria cultura nipona están aquí presentes: la bandera (en cálido abrazo con la Cruz y con su homóloga mexicana); las linternas de papel rojo que si son chinas o japonesas no importa porque de todos modos son lámparas “de ojo rasgado”; el techo tipo pagoda, repetido en la torre del campanario y en el techo de la nave de la iglesia; el Fujiyama, presente en todas las fotos y dibujos de Japón; y, para finalizar, el tradicional árbol de cerezo en flor, esta vez con forma de higuera como la que reverdeció en la casa de los padres de San Felipe, cerca del Convento de Regina Coeli, el día que lo crucificaron y lo atravesaron con dos lanzas. Aún no queda claro, sin embargo, si esta extraordinaria arquitectura es producto de un aventurado viaje a las lejanas tierras del Japón o, simplemente, a la calle del Peyote. ( INT 18 )

Iglesia-pagoda Santuario Arquidiocesano San Felipe de Jesús, Peyote casi esq. Guamúchil Col. Unidad Infonavit Iztacalco, metro Iztacalco

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Tianguis nocturno

( OTE 05 )

Son las tres de la mañana y en las naves principales de la Central de Abastos aún no se han levantando las cortinas de metal. El abecedario de pasillos, con su penetrante olor a chiles, el rechinar de sus bandas para transportar naranjas y el enloquecido ir y venir de treinta mil compradores, yace desierto. Afuera, en cambio, en el patio trasero del mercado más grande de América Latina, transcurre el cotidiano pero intenso encuentro del campo con la ciudad. Los trailers y camiones de redilas llegan por camadas a rematar sus excedentes en la zona de subastas. Lo que no se vendió en los mercados locales de Puebla, Veracruz, Michoacán y Chiapas aterriza durante la madrugada en esta extraña zona fronteriza. En las orillas, las sombras van y vienen. Los ojos tratan de distinguir lo que hombres y mujeres agitan en la obscuridad, pero la mirada no alcanza, hay que orientarse con la nariz: en esta esquina huele a hierbabuena, en la de allá, a cebollas, un poco más lejos, a albahaca. Todavía en la periferia, el español se mezcla y confunde con el náhuatl, mientras los rostros sumergidos en rebozos y los sombreros que detienen los rayos de luna contrastan con los delantales y guantes de plástico que limpian y acomodan a grandes velocidades los productos: toneladas de espinacas que servirán para la cocina industrial, paredes de rábanos que llegarán a los restaurantes y montañas de lechugas romanas que se revenderán en los múltiples mercados de la ciudad. Sin embargo, aquí también se improvisa un singular mercado sobre ruedas nocturno. En las plataformas de los camiones, iluminadas por una rústica red de focos colgantes, se ofrecen al menudeo los productos. Desde ahí, los pies avanzan sobre canales de lodo rumbo al corazón del mercado de hortalizas. Un conjunto de galerones recibe con pisos de cemento, pero sin la sofisticada red de pantallas que hay en las naves principales. En carritos de supermercado se vende café con leche para despertar, aunque para cualquier extranjero del abasto metropolitano baste el desquiciado tránsito de los diablitos con sus más de quinientos kilos de carga. Son cientos, como lo deja ver la numeración de sus placas y, aunque a esas horas cueste trabajo entenderlo, siguen un patrón de desplazamiento entre las torres de nopal, las trincheras de maíz, los bosques de brócoli, los altares de flor de calabaza y los estanques Rotoplás donde se lavan toneladas de zanahorias y papas. A un costado, sin embargo, reina la calma. En el contiguo mercado de flores, se alzan las montañas de rosas, se abren las nubes y se enciende la mañana. ( CTR 06 )


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Parte trasera de la Central de Abastos Zona de subasta de productos y mercado de hortalizas y flores Eje 5 Javier Rojo G贸mez, Col. Central de Abastos peseros o taxis desde metro Aculco, horario sugerido: 3-5 hrs.



06 OTE

Paso entre la vida y la muerte

( OTE 06 )

Que cada día mueran atropelladas sin posibilidad alguna de resurrección, en promedio siete personas y que el día del peatón el número se incremente a nueve, explica porqué en Iztapalapa la construcción de un puente peatonal está a la altura del Via Crucis. Cuenta el señor de la doble vida, jardinero matinal de la Cuevita del Señor y velador nocturno de la delegación, que después de un calvario que duró más de cinco años y que puso a prueba la paciencia y capacidad de organización de los barrios de este pueblo originario, ocurrió el milagro. En la madrugada del Jueves santo del año 2003 apareció en el cielo un inmenso brazo mecánico que transportaba un Cristo de casi seis metros de alto. Se acercó al puente recién terminado y colocó sobre él la imagen tridimensional del Hijo cargando su cruz. Los testigos creyeron que los ochocientos kilos de la tercera caída derrumbarían la obra de ingeniería civil. Tres días después, el puente seguía ahí, junto con su monumental peatón encaminado hacia el Cerro de la Estrella, donde cada año se encarna la crucifixión. Sin saber qué ocurriría en el futuro, uno de los testigos decidió resguardar en su casa la maqueta de lo que parecía ser uno de los milagros cívico-religiosos más grandes de Iztapalapa.

Hoy, el puente y el Cristo siguen firmes. Por entre las piernas del que car-

ga la cruz, pasan toda clase de transeúntes: los devotos, los que van al mercado y los indiferentes que simplemente necesitan llegar al otro lado, pero los más sobresalientes son los que participan en los cortejos fúnebres. Porque el zig-zag de rampas que hay no es para los discapacitados, sino para que los ataúdes y sus acompañantes puedan llegar, sanos y salvos, al cementerio que está en el costado sur de la Avenida Ermita Iztapalapa. Éste, dicen los habitantes, no es sólo un puente, es el paso entre la vida y la muerte. ( INT 21 )

Escultura de Cristo sobre puente peatonal Av. Ermita Iztapalapa, frente al templo de la Cuevita del Señor barrio de San Pablo, metro Iztapalapa

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07

OTE

FUtbol llanero

( OTE 07 )

¡Porque ha llegado la hora del pambol y vamos a caer, los unos al lado de los otros, briagos y confundidos! Mañana del sábado, ya jugó la pony, la juvenil A y la juvenil B; es la hora de los veteranos que asoman el orgullo de sus panzas entre los agujeros de los uniformes sucios. El árbitro silba y de los terregales, de esos palcos improvisados donde los padres deportistas han estado bebiendo sin frenar, salen las huestes trotando con rumbo a la media cancha. No calientan ni planifican, se saludan, eructan y viven ensordecidos el juego por el juego. Once y once, la guerra más estilizada entre un cabalgar de gritos: ¡Viejo, rómpele la pata! Se levanta más polvo, irrumpen amplios y dolorosos goles mientras se agotan los tacos de canasta. Llega el medio tiempo y con él otra ronda de chelas para aguantar, con ese heroísmo que caracteriza a todo pambolero, el segundo lapso. Cáscara negra y fastidiosa, deambular de crudos sin jardines, de porteros miopes y balones extenuados. Fin del partido. Uno a uno, tres a cuatro, dos a dos o cinco cero, paliza o muy reñido, siempre se termina en lo mismo, en un festejo en la botanera más cercana. ¿Festejar qué? Pues la victoria ¿De quién? Si no ganaron los veteranos, habrán ganado los de la pony o alguno de las juveniles. Sarcástico futbol llanero donde la derrota es triunfo y viceversa. ( INT 09 )

Liga amateur de futbol Av Tlaltenco s/n, Col. Polvorilla, metro Constitución de 1917 o Av. Xochiaca s/n, Col. Tamaulipas, Sección Flores Mpio. Netzahualcóyotl, S: 9-13 hrs.

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De las casas sale el ritmo que domina, que contagia y que inspira a la Agrarista. Hip hop para los nuevos muralistas, es la banda que hace tregua y se coordina, es a espaldas de esa zona donde hay Minas, en el medio de una tierra casi en ruinas, son las formas y colores que lo gritan, persígueme, persígueme, persígueme, sígueme, sígueme, sígueme.


08 OTE

Chavos Banda

( OTE 08 )

En un terreno baldío recuperado y transformado en centro deportivo por treinta bandas de Iztapalapa, agrupadas bajo el nombre de Organización de Jóvenes Revolucionarios (OJR), se ejercitan las manos de los graffiteros de la zona. Cada fin de semana, los más experimentados enseñan a los más jóvenes técnicas de color, perspectiva, aerografía y dibujo para producir graffitis de alta calidad. Los consejos para conseguir espacios de expresión también circulan, porque si bien es cierto que el graffiti ilegal produce fuertes descargas de adrenalina acordes con los ritmos cardiacos de un chavo de quince años, el legal, en cambio, permite elaborar murales que compiten en complejidad artística y social con los del Palacio de Bellas Artes. Lugar sagrado para los graffiteros y punto de referencia obligado, el Deportivo Chavos Banda ha organizado misas en memoria de la banda caída por las drogas y el alcohol, misas rock que, en lugar de estar acompañadas por música sacra, están musicalizadas con los ritmos del bajo mundo. No en vano el trabajo de la OJR ha sido reconocido por el Programa de la ONU para la Fiscalización Internacional de Drogas y ha recibido, en años recientes, el apoyo de la sección de asuntos de antinarcóticos de la Embajada de los Estados Unidos, así como de un mecenas judío, Ari Kahan. Afortunadamente, esta organización ha sabido mantener su independencia y entrar en contacto con la familia internacional de graffiteros. Sólo así se explica que cada año, cuando se celebra en el mes de noviembre la Expo Graffiti, asistan mil quinientos chavos. Ese día desde la diez de la mañana se reparten alrededor de trescientas bardas para que los diversos crews, algunos provenientes incluso de otros estados de la república, pinten al ritmo de las bandas de ska y hip hop mexicano e incluso quebequense, mientras los skatos saltan y quiebran sus cuerpos al bailar. ( INT 08 )

Graffiteros de Iztapalapa Centro Deportivo Chavos Banda, Av. José López Portillo s/n Col. Consejo Agrarista, metro Constitución de 1917, S-D: 10-14 hrs.

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09 OTE

Al borde de los demás

( OTE 09 )

México, ciudad de límites. Cada fraccionamiento residencial, unidad habitacional y barrio popular tiene los suyos. Abismos sociales y barreras físicas que marcan todo tipo de diferencias abriendo zonas blancas en el mapa, tierras incógnitas, convertidas en depósito de los miedos que no caben en el mundo cerrado de cada quien. Pero de todos los vacíos, el más desconocido es el Bordo de Xochiaca, límite de los límites, tierra de pobreza y crimen, basura y catástrofe ecológica. Cruzando la barrera de la imaginación, aparece el bordo: desolado, con un sol que convierte cualquier intento de desplazarse en este desierto de cascajo en una tortura. Desde el canal llega el olor a excrementos, unas vías del tren conducen a la nada, una cárcel, una escuela de policía, polvo y más polvo se recargan en un horizonte azul-gris. A lo lejos, un hombre cruza las vías y se pierde de vista, pero no pasa nada. Al otro lado del canal: árboles. Después de unos minutos aparece un conjunto de covachas hechas de madera y lámina, un aljibe con aguas negras estancadas mientras una grúa aplana un terreno cerca de la avenida. Hacia el norte: las montañas del tiradero Neza I, con sus 1,500 toneladas de basura diarias. La gente que aquí vive cayó del cielo. Junto con el joven bosque plantado para cortar las tolvaneras y las obras preliminares del nuevo plantel de la universidad La Salle, los paracaidistas marcan la transformación del triángulo de Xochiaca. Con hospitalidad reciben al citámbulo, ofreciéndole agua y sombra para descansar, y mientras baja un poco el calor, la plática abre un paréntesis que se extiende desde aquí hasta Santa Fe:

(

La muy consciente decisión de cerrar los ojos ante cuestiones ecológicas y de salud en favor de tener una casa propia donde habitar; el miedo de perder por la caída de otros paracaidistas lo poquito de tierra que aquí lograron ocupar; la ruta del portero de una empresa internacional que lo lleva a cruzar la ciudad de basurero a ex basurero, ida y vuelta, todos los días.

)

La ciudad se expande. Límite en perpetuo movimiento: multiplicándose, trasladándose, borrándose. Al escuchar las historias de los pepenadores, burreros, caciques, judiciales, presos y paracaidistas, el vacío blanco del mapa se tiñe de colores. La frontera se convierte en espacio, habitado por gente que sólo parecía vivir al otro lado de todos los demás. ( OTE

)

Urbanización de paracaidistas Tiradero de basura, Centro de Readaptación Social y Penal, Escuela de Policía Bordo de Xochiaca, Av. Xochiaca, Av. Adolfo López Mateos, Mpio. Netzahualcóyotl peseros desde metro Pantitlán

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OTE

Civilización pos... olmeca

( OTE 10 )

En 3050, el arqueólogo J.H. Rogers encontró una enorme cabeza elaborada con acero policromado de más de 20 toneladas en la inmediaciones del terregal del Anáhuac, ubicado al oriente del mayor asentamiento de una floreciente civilización cuyo ocaso sigue siendo un misterio para los especialistas. Aún sin datos fidedignos para hacer una afirmación, su estilo sugiere que fue tallada en el transclásico tardío. Los rasgos presentan una idealización del tipo físico olmecoide, identificado posteriormente con los iztapalapas parcialmente nahuatlizados: braquitipo de cabeza ovalada, ojos asiáticos, pómulos prominentes, tabique naríngueo arqueado, labio superior abultado y mandíbula redondoide. Los arqueólogos coinciden en que este coloso representaba, obedeciendo hábitos ancestrales, la deidad de la conciencia nacionalista, la cual, según los antropólogos físicos, apareció en el proceso evolutivo del ser humano al consolidarse en asentamientos supersedentarios. Al interior de la cabeza se encuentra un vestíbulo decorado con espléndidos grabados representando a la deidad pensándose a sí misma y algunas muestras textiles. El coloso está edificado sobre una plataforma que forma un rectángulo regular tipo arco del triunfo (plataforma A), orientado en dirección orienteponiente. Es un claro antecedente de los juegos de pelota del periodo posttransclásico, que nos hace pensar en Chijik-há. Alrededor se encuentra un patio ceremonial, donde se han hallado vestigios de ceremonias equinocciales, hechas en memoria de la dinastía que reinó alrededor del siglo xx de nuestra era y en las que participaban niños-danzantes. Asimismo, el códice Macehuallpintzontecomapan II, actualmente en resguardo de la Biblioteca Nacional de Shangai, ha servido como evidencia para demostrar que en esta enorme cabeza también se practicaban rituales en los que los culpables del delito de sedición, severamente sancionado por el Estado, eran sacrificados. ( SUR 09 )

Cabeza monumental Cabeza de Juárez, Juan C. Bonilla s/n, metro Guelatao L-V: 9-15 hrs., S-D: 9-18 hrs., fiesta: 21 de marzo

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Flor de Iztapalapa

( OTE 11 )

El viento llora entre los arbustos del desierto de Iztapalapa mientras los fuertes muros de la escuela de invidentes guardan silencio. De esta escuela no salen ni gritos ni himnos a la bandera ni órdenes de las maestras cuando termina el recreo. Y no es porque los niños invidentes sean mejores niños, sino porque parece que, simplemente, no los hay.

¿De verdad no hay niños invidentes en Iztapalapa? Es precisamente

aquí donde dicen que se ha registrado el índice más alto de ceguera infantil. Lo más probable es que hubo confusión en la Secretaría de Educación del GDF y en vez de los niños son los burócratas los que no pueden (ni quieren) ver. Sea lo que sea, la escuela nunca se inauguró. Entre los arbustos iztapalapeños, salva a duras penas su existencia solitaria. Tampoco totalmente solitaria. Un policía (él sí se siente solo) vigila la entrada y no hay regalo más grande para él que una pequeña plática, aunque sea solamente para convencerlo de permitir el acceso. Entonces puede suceder que la mirada penetre lo invisible: una joya de la arquitectura que, a diferencia de lo usual, celebra lo táctil y lo sonoro. Con toda tranquilidad se pueden cerrar los ojos. El arquitecto cuidó todos los detalles importantes en un mundo sin vista. El silencio del lugar recibe el eco de los pasos, dejando viento y tráfico tras las cuestas perimetrales. Con la mano se encuentra el camino: piedras


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OTE de tepetate sobre una base de muro de concreto. Ahí está la diferencia: cada pabellón tiene una textura distinta creada por los diferentes ritmos y superficies que la cimbra dejó en el concreto. Esto ayuda a distinguir y reconocer los límites del espacio, pero ¿cómo orientarse una vez que se deja de tocar la pared?, ¿qué tan grande es el patio? El murmullo de agua en movimiento interrumpe la búsqueda. El oído capta la distancia entre la propia ubicación y la fuente del ruido del agua. Ahí está la ayuda para medir el espacio en la mente. Y más: en el punto donde más ruido hace el agua, algo se impone a su flujo constante. La señalización acústica del paso para cruzar el pequeño canal marca el centro del patio… Sin embargo, el agua y la ayuda se quedan encerradas en la imaginación de cada visitante. En la realidad el canal nunca ha visto agua. La piscina tampoco la ha visto, pero el gimnasio sí. Cuatro años de descuido han dejado sus huellas: vidrios rotos y un piso de madera hinchado. La escuela está lista para la clínica y la patología de su enfermedad muestra la cercanía entre ver y no ver, entre promover y esconder. Desafortunadamente todo esto sobre la espalda de aquellos que ya de por sí lo tienen más difícil, los que la sabrían tocar, oír, oler e imaginar como ningún otro. Sin duda, los niños y niñas invidentes del DF siguen esperando la inauguración al igual que el poli de la entrada, convencido de que algún día sucederá. ( NTE 02 )

Escuela para invidentes Eje 5 Sur (Prolongación Av. Telecomunicaciones) casi esq. Plutarco Elías Calles Unidad Plutarco Elías Calles, metro Tepalcates

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OTE Por su seguridad, llévese un ganso

( OTE 12 )

En medio de un anillo de unidades habitacionales donde las letras del alfabeto no alcanzaron para nombrar los edificios (K1, K2, K3, K4), se instala todos los miércoles el mercado de pulgas más grande de la ciudad: Aquí tenemos lo que usted busca y más, por supuesto, siempre más. Una sala de terciopelo verde para el director de arte que aspire a reproducir la estética de las películas de David Lynch, una tienda de campaña junto con las botas adecuadas para quien tenga poco presupuesto pero quiera subir a los Himalayas, un trompo para el próximo taquero y una vespa para el italiano nostálgico. Durante el día un hombre lanza con una pala montones de desechos y, mientras las señoras realizan un meticuloso examen de las muñecas mutiladas para ver si es posible rescatarlas, el visitante puede probar la mini dvcam que se encuentra a la venta. Los efectos digitales de la cámara permiten cambiar los matices de la imagen: pastel, sepia, negativo o mosaico. Pero al final, más allá de los zapatos usados y los productos de a varo, se proyecta el trasfondo de este inmenso mercado: la labor de rescate de los pepenadores y la pasión de los amantes de lo ajeno. Por eso ahí se puede encontrar de todo, hasta un hombre que persigue, por entre las montañas de ropa usada y viejas televisiones, una docena de gansos amarillos al son de llévese la pareja por noventa pesos, mire que los gansos son mejores guardianes que los perros. Cuando logra acorralarlos, se detiene y ya más tranquilo explica a su cliente que los gansos son fieles con los dueños y muy agresivos con los ajenos. Por la noche, en esta tierra de nadie, se venden muchas más cosas para defenderse en la ciudad, pero lo mejor es que al caer la tarde uno se vaya y deje atrás el mercado, las unidades habitacionales y las montañas de puertas, cajuelas, defensas y llantas que se elevan en los alrededores. ( INT 04 + PTE 12 )

Mercado de pulgas Calles aledañas al FARO de Oriente, Av. Ignacio Zaragoza s/n Col. Fuentes de Zaragoza, metro Acatitla, Peñón Viejo, Mi: 7-16 hrs.

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El paisaje nuestro de cada día

( OTE 13 )

“Fábrica de volcanes, toda altura” decía Carlos Pellicer de la Cuenca de México... y con elementos suficientes, conocedor de que los conos, peñascos y montañas boludas que nos rodean tienen un pasado turbulento que mustiamente tratan de ocultar bajo una alfombra de florecillas silvestres. Rodean por decenas la ciudad, muchos incluso emergen de ella, rompiendo las trazas ortogonales de sus calles, deformándola, retando a la mancha con sus laderas, a veces muy empinadas; luchando ambos, ciudad y volcán, por sobreponerse al rival, por seguirse mostrando éste sobre aquella, altivo y eterno, por acabar aquella cubriéndolo, hiriendo sus costados, domándolo. Muchos se sorprenderían de saber que su casa está sobre un volcán. Pues sí, el Zacatépetl, el Cerro de la Estrella, el Peñón de Los Baños y hasta el simpático y pequeñín Chapultepec lo son, pero ni su fiero pasado ni su difícil topografía han evitado que casas, iglesias, comercios o hasta un castillo se acaben instalando sobre ellos. Sin embargo, otros pertenecen todavía al dominio de lo telúrico, de las fuerzas petrificadas de la entraña, mostrándonos sus abiertas cicatrices, sus cráteres, llamándonos a sumergirnos en ellos: ombligo, cueva, origen subterráneo, ámbito desconocido, donde no se oye nada. Invitaciones extrañas, místicas, las que nos lanzan desde su altura, por los cuatro rumbos, invitaciones que nos llevan, por ejemplo, al sureste de la


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OTE ciudad, al volcán de Guadalupe. Coronando la sobrepoblada Sierra de Santa Catarina en Iztapalapa, el volcán nos expone ante nosotros mismos, nos obliga a mirarnos desde arriba al contemplar nuestro lago urbano, negativo desértico —casi exacto— del primitivo paisaje de la cuenca. Su cráter, embudo vertiginoso, nos encierra temporalmente bajo tierra, permitiéndonos ahora mirar tan sólo las nubes a través de su gran ventana circular. Nos llama entonces La Caldera, poco más al oriente, cercenado insensiblemente por un basurero gigante, con las casas cada vez más arriba, pero regalándonos la visión magnífica de su cráter doble, compleja geometría, belleza por duplicado. Y más al sureste, nos abraza El Xico, amplísimo, recipiente del cielo, serenísimo, cubierto su fondo con complejos tapices de maíz y avena, cambiando del gris al verde al dorado con el paso del calendario; casa de Quetzalcóatl, isla hospitalaria para el hombre desde hace milenios. Sigamos sus voces, al norte, al sur, al oriente o al poniente, escalando sus laderas, haciendo caso del murmullo antiguo de sus siluetas de piedra y ceniza. Subamos a las alturas del cerco, coleccionando vistas, ventarrones, flores rojas, blancas o amarillas según el mes, piedras de colores. Y no olvide después de subir a la cumbre a vernos, bajar al cráter... a verse. ( CTR 09 )

Cráteres Volcanes Guadalupe, La Caldera y Xico, Del. Iztapalapa, Mpios. La Paz y Valle de Chalco peseros desde metro Constitución de 1917, La Paz, largas caminatas

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OTE Vuelo de pájaro

( OTE 14 )

Son muy simpáticos y amables (y buenos demócratas) los canadienses pero, con todo respeto, a veces están un poco fuera de la realidad, allá con sus lagos, bosques inmensos y apenas tres habitantes. Corre el rumor de que presentaron formalmente una queja al gobierno del Distrito Federal porque ya no les están llegando las grullas migratorias (grulla cenicienta o Grus canadensis) que viajaban por todo el continente americano. Y la culpa, dicen, la tiene la Ciudad de México, porque año tras año se destruye una parte de la reserva natural que estos pájaros necesitan para descansar durante su viaje: la zona pantanosa al pie del volcán Xico. En parte, los canadienses tienen razón. Esta zona está amenazada por una ciudad en continuo crecimiento, que roba centímetro a centímetro el área de descanso de los pájaros migratorios (y también de los pájaros residentes), así que tal vez deberíamos preocuparnos un poco más y hacerles caso... Pero la otra parte de la verdad es que es muy fácil quejarse si se ignora el contexto de una ciudad latinoamericana a principios del siglo xxi . Los habitantes de esta ciudad, desafortunadamente, se reproducen más rápido que las grullas y, además, las hectáreas restantes del ex lago de Chalco son de singular belleza, sobre todo porque (y a pesar de que) están en medio de la Zona Metropolitana del Valle de México. Así que, antes de que este recuerdo de la condición lacustre se convierta por completo en unidad habitacional GEO, hay que venir a verlo. Y si ya no hay ni grullas ni patos al menos uno mismo puede fingir ser uno de ellos: ¡sólo traiga su automóvil y tome la carretera rumbo a Chalco! En la época de lluvias el espejo de agua llega justo al borde de los sacos de arena que evitan las inundaciones. Por el tiempo que dura el “vuelo”, cielo y nubes por arriba y por abajo, incluso en la región más densamente poblada de los hombres. ( INT 20 )

Zona pantanosa Carretera a Chalco, Del. Tláhuac, Mpio. Valle de Chalco temporada sugerida: junio-septiembre

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Escalando en transparencia

( OTE 15 )

Por si acaso el Palacio de Bellas Artes le queda demasiado lejos, en el municipio de Ixtapaluca, Estado de México, puede apreciarse en vivo y a todo color, incluso en días de esmog, la belleza del paisaje que reproduce el telón cristalino del gran teatro. Subiendo por uno de los cerros del mar de la periferia rumbo a Chalco, se entra en un irreal cuadro fotográfico semejante al de las postales de las montañas suizas: en esta región, más allá de las cajas de zapatos para familias de un promedio de 4.5 integrantes, se está frente a frente al Popocatépetl y al Iztacíhuatl, a quienes últimamente sólo se les ve en cajitas de cerrillos. Con una canasta de pic-nic, es importante recoger la basura antes de bajar, éste es el mejor lugar para hacer un brindis por la bella durmiente y verificar si su vestido todavía es de un blanco perfecto. Bajando la mirada hacia el valle, las casas y los coches se vuelven maquetas de sí mismos y el cambio de escala permite relacionarse con el tejido suburbano que


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tanto horror nos da cuando pensamos en él: Mira cómo brillan azules los techos de esta “galaxia”. ¿Ya viste las torres pintadas de colores? Con sus tinacos son verdaderos monumentos a la carencia de agua... Especulando cuánto tardarán los pocos campos agrícolas restantes en urbanizarse, los cerros y volcanes resaltan como volúmenes vacíos en medio de la mancha urbana, como terrains vagues o, para decirlo con más cariño, como un zoológico de especies en peligro de extinción, en espera de ser explorado: la “ballena” de Xico, el cerro El Elefante... Retrocediendo la mirada hasta el pasto donde uno está acostado, los nombres zoológicos de los cerros adquieren ahora un sentido más claro: mientras nopalitos y agaves estiran sus pencas hacia el sol, saltan a la vista huellas de lo que uno quisiera imaginar es un zorro o un coyote salvaje que pasó por ahí (¡¿A poco existen zorros en la Ciudad de México?!). ( SUR 06 )

Vista sobre las urbanizaciones del Valle de Chalco Cerro El Elefante, calle Del Silencio, Col. Tlapacoya, Mpio. Ixtapaluca peseros desde metro La Paz, Zaragoza





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( OTE 16 )

Una familia y un auténtico león en las afueras de la zona metropolitana en búsqueda de una pequeña, pero acequible felicidad: domadores de felinos feroces y ágiles cabras, acróbatas, payasos y directores de pista. Artistas en perpetuo movimiento, creadores de sueños dos veces al día. El circo ha llegado al pueblo. Como otras piedras rodantes, la familia Morel escribe memoria, no presencia, en el espacio de la periferia: un lote baldío, un campo atrás de la última casa del pueblo, el estacionamiento de la iglesia... Tras parpadear no queda más que la huella de un león dibujada en el polvo, un boleto y el recuerdo de música y de risas infantiles en el viento. Un día se les encontrará en el norte, otro en el sur, otro en el poniente de la cuenca, pero siempre en la memoria de aquellos que habitan a un máximo de 10 kilómetros a la redonda de donde estuvieron ayer. ( OTE 12 )

Circo itinerante Pueblos al borde de la mancha urbana funciones: S-D: 18.30 y 20.15 hrs.


Los viejos del agua

( OTE 17 )

De los antiguos lagos que alguna vez se extendieron a sus anchas por la Cuenca de México, hoy queda poco. En las interminables llanuras que dejaron, cuando por fin los lograron secar, ahora dominan el salitre, el remolino, el viento con olor a fermento, el polvo. Sus orillas se van desdibujando, confundiendo, cubriendo de sembradío, de colonia popular, de basura, de sequía; sus límites apenas quedan marcados por algunas viejas señales, cada vez menos, cada vez más viejas... De San Salvador Atenco (‘en la orilla del agua’), viejo pueblo ribereño, el agua se fue hace mucho. Caminando hacia el poniente del pueblo, salen al paso seis magnas siluetas, seis ahuehuetes plantados en hilera en un tiempo inmemorial. Dice la leyenda que Netzahualcóyotl, el sabio tlatoani de Texcoco, era amante sembrador de estos árboles, con los que formaba enormes cuadriláteros —ahuehuetepantli— alrededor de los recintos sagrados, los palacios y los jardines de las ciudades, dándoles sombra, marcando su jerarquía. Alrededor de los seis gigantes muchos otros han caído, achicharrada su entraña por la sequía, derrumbados y quemados sus monumentales despojos por la ignorancia humana. Hoy, los seis ahuehuetes de Atenco nos señalan el vacío salitroso dejado por el Lago de Texcoco. En medio de un despoblado, se yerguen todavía, solitarios, levantan sus brazos, dominan la llanura, piden lluvia, quieren al lago de vuelta... ( CTR 03 )


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Hilera de ahuehuetes Parque Los Ahuehuetes, Prolongaci贸n Av. Parque Nacional s/n, San Salvador Atenco Mpio. Atenco, peseros desde Texcoco, luego caminando o en bicitaxi


Un águila sobre un nopal

( OTE 18 )

El estruendo de los tambores nos rodea, batiendo como un viejo pero potente corazón: nos acercamos al sitio fundacional por excelencia, aquel en donde según la leyenda, en 1325, un águila parada sobre un nopal inclinó su cabeza ante un grupo de cazadores errantes, diciéndoles: Sí, aquí es. Su marcha ha terminado.


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OTE Del fondo de un hueco quirúrgicamente abierto a la traza mestiza de la Ciudad de México, se asoman los restos del gran teocalli de Tenochtitlan. Difíciles de interpretar, vistos en corte, como cajas chinas una dentro de otra que vamos penetrando hasta alcanzar el corazón mismo del edificio, de la ciudad y del universo mexica: el viejo templete doble levantado en el islote mismo donde crecía el nopal. Sin embargo, aunque convencidos fervientes de nuestra leyenda patria, la vivencia de los restos del Templo Mayor es totalmente ajena a la de este espacio original. En cambio, al nororiente de la cuenca comienza el viaje al pasado. Desde las afueras de San Cristóbal Nexquipayac, un albarradón prehispánico nos guía en línea recta a nuestro destino. Alrededor, el viento sopla fuerte, levanta sal, yerbajos y polvo del lago que hace mucho contenía esta obra. Dos pequeñas elevaciones crecen lentamente a medida que avanzamos hacia el sur. Al llegar al pie de los cerritos Huatepec y San Miguel, desconcierta su leve redondez que de pronto irrumpe en la inmensidad de la llanura. Levantándose unos veinte metros sobre el lecho del lago, su superficie rocosa se nos muestra distinta a todo lo que la rodea, revelándonos poco a poco su secreto: eran islas y son volcanes, fortificadas y unidas a tierra firme por la mano del hombre en tiempos remotos, sobresaliendo apenas del erial de Texcoco. Los nopales abundan, se aprietan para no caerse al suelo arcilloso, salado y morir podridos. Por allá salta un conejo, algunas flores y espigas colorean de amarillo y naranja las laderas. ¿Fue así el islote de Tenochtitlan? Probablemente fue más bajo y propenso a inundaciones, pero acudiendo al viejo mito descubrimos que casi todo coincide con él: nopales creciendo sobre rocas en medio del lago, de las cuales brotaba un manantial, como hubo muchos y sobreviven algunos, entre los volcanes-isla del Anáhuac. Desde el Huatepec y el San Miguel, la contemplación del vacío del lago, todavía despoblado, nos permite ahora sí remontarnos al pasado: el espejo de agua, los inmensos manojos de tule y nenúfar y un grupo de personas cansadas, apenas vestidas, con el agua hasta los muslos, acercándose, trepando, llegando a la nopalera para encontrarse con su destino. Sin embargo, el águila y la serpiente ya no están. Tal vez sea tiempo de dejar nuestro islote y comenzar una nueva marcha. La sal cristalizada crujirá bajo nuestros pies, caminaremos sin rumbo fijo, encontrando pequeños augurios. El viento y el sol nos quemarán la piel y, tal vez, errando, llegaremos a otra tierra prometida, lejos, muy lejos del lago seco. ( SUR 18 )

Islas en el ex lago de Texcoco Prolongación Dolores s/n, San Cristóbal Nexquipayac, Mpio. Atenco peseros desde Texcoco, después en bicitaxi o caminando siempre hacia el sur

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El Sueño de Netzahualcóyotl

( OTE 19 )

La amabilidad del guardaguas es la primera señal de que la ciudad moderna se ha alejado. El portón se abre sobre una avenida de árboles altos que susurran con la brisa. Después de caminar unos metros, el horizonte, acostumbrado a estar pegado a la nariz, retrocede hasta perderse en la distancia. Agua, agua por todas partes. Esto parece un mar. En la lejanía, las faldas de las montañas circundan el Valle de Anáhuac. Más arriba emergen las cumbres de los volcanes sobre la bruma. Silencio. Sólo se escucha el chapoteo de los patos y el zumbido mecánico de esas otras aves que llegan desde remotos continentes, en una fila infinita y solemne, para aterrizar no muy lejos de aquí.


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Al caer la tarde, reaparece la ciudad. Poco a poco se encienden las luces, hasta que emerge en el horizonte una angosta cintura de luz palpitante entre el lago y las montañas. La perspectiva redescubre entonces una imagen que parecería pertenecer sólo al pasado poético de Netzahualcóyotl: La ciudad sobre el lago. Sin embargo, la belleza y tranquilidad que nos ofrece el muelle podría ser también una visión del futuro. Las investigaciones han comprobado que los llamados “lagos” de la Cuenca de México fueron de muy poca profundidad y que por ello, según la época, podían desvanecerse o reaparecer. Tal vez tan sólo nos encontramos en un periodo extendido de sequía... ( INT 11 )

Lago Nabor Carillo Lado sur de la autopista Peñón-Texcoco, pedir permiso a la Comisión Nacional del Agua (Río Churubusco 650 esq. Canal de Tezontle, L-V: 9-15 hrs., Tel. 58.04.43.00) horario sugerido: hora azul



Norte


La zona NORTE incluye las delegaciones Azcapotzalco y Gustavo A. Madero del Distrito Federal, así como 17 municipios conurbados del Estado de México y el municipio de Tizayuca del estado de Hidalgo.

En esta zona se registró, durante la segunda mitad del siglo xx, el mayor

crecimiento de la Ciudad de México debido, en parte, a sus características geográficas pero también a que la mayoría de los terrenos eran propiedad federal. La poca presencia, en contraste con el sur y el poniente, de elevaciones volcánicas, así como la planicie que se generó con la desecación de los lagos de Texcoco, Xaltocan y gran parte del lago de Zumpango (cuyos remanentes son actualmente alimentados con aguas negras y pluviales) han sido, y lo seguirán siendo en el futuro, factores determinantes para el crecimiento de la mancha urbana hacia el nor-oriente del Valle de México.

La construcción del Gran Canal de Desagüe en 1900 inauguró la historia de

la zona norte como el lugar en el que se han concretado diversos intentos por

a cielo abierto

modernizar el país. A esta primer gran obra de ingeniería le siguió, durante la primera mitad del siglo xx, el inicio de la industrialización de la zona. Para los años sesenta los esquemas de planeación urbana que priorizaban el uso del automóvil se vieron concretados en Ciudad Satélite y una década después se ampliaron las obras de desagüe con la construcción del Drenaje Profundo.

El crecimiento de la zona norte se inició, a partir de los años treinta, con

la construcción de fábricas como la Refinería 18 de Marzo y la Ford, que buscaban aprovechar la presencia de las vías de ferrocarril, las carreteras y, a partir de los años cincuenta, las autopistas que comunican a la Ciudad de México con Querétaro y Pachuca, dos importantes integrantes de la corona regional de ciudades que rodea a la capital. Los asentamientos habitacionales de obreros crecieron rápidamente alrededor de las fábricas, invadiendo las faldas de las montañas y ocupando los vastos terrenos de los antiguos lagos. De esta mane-


ra, la zona metropolitana creció incorporando el municipio de Tlalnepantla en los años cincuenta, Ecatepec de Morelos en los sesenta, Atizapán y Tutlitlán en los setenta, Tecámac y Cuautitlán Izcalli en los ochenta y Tepotzotlán, Melchor Ocampo, Tultepec, Acolman, Huehuetoca, Zumpango y Tizayuca en los años noventa. El crecimiento poblacional se debió, durante los años sesenta y setenta, a la inmigración laboral proveniente de estados como Michoacán, Puebla, Guanajuato, Oaxaca, Veracruz e Hidalgo. A partir de los años ochenta, cuando la Ciudad de México decayó como punto estratégico para la industria nacional, la mayoría de los colonos llegaron ya no de provincia sino del Centro de la ciudad —parcialmente destruido por el temblor de 1985— en busca de un patrimonio habitacional.

Actualmente, la delegación Gustavo A. Madero, cuyo aumento poblacional

fue de un 500% de 1950 a 2000, tiene una población de 1.3 millones de habitantes; el municipio de Ecatepec, que ha recibido una importante cantidad

de migrantes intrametropolitanos en los últimos quince años, cuenta con 1.7 millones habitantes y el municipio de Tlalnepantla, con 700,000 mil. En general, las delegaciones y municipios mexiquenses del norte, junto con Iztapalapa y Ciudad Netzahualcóyotl en el oriente, se convirtieron en los últimos años en las zonas de mayor concentración habitacional de la ZMVM.

En la zona norte se encuentra el núcleo religioso más importante del país:

el Cerro del Tepeyac donde, según las crónicas religiosas, apareció la Virgen de Guadalupe en 1531. La basílica es hoy en día una valiosa fuente de ingresos para el sector turístico, dados los 7.5 millones de peregrinos anuales que, en su mayoría, acuden en la segunda semana de diciembre. Por otro lado, gracias a la construcción de muros de contención urbana para defender la reserva ecológica, la Sierra de Guadalupe donde se ubica el Cerro del Tepeyac, se mantiene como una isla natural en la que todavía se practica el cultivo ejidatario.


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01

NTE Navegantes subterráneos

( NTE 01 )

Una colina semidesértica, tatuada con una inmensa B, cierra el horizonte: el Benemérito Centro Escolar de los mormones presume sus pastos verdes, observatorios astronómicos y fuentes brotantes a su vecina escuela, la preparatoria CETIS #1, a la que le toca resguardar el monumento a los trabajadores caídos en la construcción del drenaje profundo. Tres torres coronadas con los tubos que desaguan la ciudad no se aceptan como símbolo de identidad: los estudiantes de la preparatoria pública prefieren portar en el pecho la B prestada, símbolo del “paraíso” mormón que contrasta con los intensos olores a azufre que emanan de la lumbrera 0, al otro lado de la calle. En este respiradero continúan trabajando los sobrevivientes que narran los más increíbles hallazgos de sus travesías subterráneas: picóps, animales, humanos y toda clase de desechos industriales, tantos que sus gases acumulados harían estallar a los exploradores al mero contacto con la luz de sus lámparas. Bajo los pies, se abre una puerta y una escalera en espiral carcomida por los ácidos desciende hasta las entrañas de la tierra. A una profundidad de 200 metros se extienden 68 kilómetros de túneles construidos por un ejército de treinta mil hombres hormiga y un inmenso topo mecánico traído de Japón. Ocho años descendiendo y cavando para defender a la metrópolis. La historia de aquel intenso ataque celeste de treinta y seis horas seguidas de lluvia torrencial, que dejó gran parte de la ciudad inundada durante cinco años y más de treinta mil muertos en 1629, no debía repetirse. El día después de mañana, cuando el Centro se encontrara bajo dos metros de aguas negras provenientes del Gran Canal de Desagüe, debía evitarse. No era aún tiempo para el Apocalipsis. Por eso cuando en 1975 se abrieron las compuertas y se escuchó la estrepitosa huída del agua, todos creyeron poder cantar victoria. Eran las 9:30 de la mañana. Se entonaron los himnos del México Revolucionario Institucional y de la entonces República Socialista de Rumania, en honor al invitado, el excelentísimo Nicolae Ceausescu, oculto detrás de sus lentes obscuros de capo de mafia. Pero la victoria sería parcial y hoy los túneles saturados amenazan con vomitar por las lumbreras otra catástrofe sobre la ciudad. Lo saben ellos, esos navegantes subterráneos de mirada penetrante. ( CTR 16 )

Monumento a los trabajadores del drenaje profundo Luis Espinoza esq. Av. Juárez, Col. Solidaridad Nacional peseros desde metro Politécnico, Indios Verdes

201


Sueño de una noche de verano

( NTE 02 )

En una zona industrial donde predominan los grises y los contenedores de los trailers estacionados son el único objeto que hace que la mirada se detenga en esas calles largas y rectas, el silencio de los muros de una antigua bodega de zapatos guarda un secreto.

Nadie pensaría que en el interior de esta bodega, siete rayos de luz

entran por las ventanas de dientes de sierra iluminando un jardín húmedo y perfumado, soñado por un jardinero de otro mundo. Cientos de delgados tallos abrazan columnas, vigas, escaleras y celosías de madera mientras sus hojas verde obscuro, suaves como terciopelo, se extienden hacia el sol. La paleta cromática de este bosque de 450 metros cuadrados —los morados obscuros de las Oncidium, los lavanda de las Cattleyas, los naranjas y rojos insólitos de las Sophronitis, el blanco inmaculado de las Corpus— avergüenza a los grises de allá afuera. Los Chorritos empapan de amarillo las hojas a su alrededor y las Brassavola, de cuello largo y rugoso, saludan al cielo entre las láminas de acero. Una mujer empuja trabajosamente una escalera industrial. El bosque es denso y no es fácil moverse. Riega una por una sus cientos de plantas. Trenza los tallos a las celosías. Teje su bosque. En un rincón de la nave resguarda tres de sus flores más preciadas —tres, número mágico de las orquídeas, tres sépalos, tres pétalos—: una Encyclia lívida de flores tan diminutas que hace falta verlas con lupa, una orquídea que sigue viva desde el siglo xix, y una orquídea subterránea. Al mostrarlas, murmura: Confucio las llamaba «las reinas de las plantas fragantes». Así como la vida de estas plantas está ligada al árbol que las alberga, ella vive por y para las orquídeas. Casi nunca sale de su jardín. Aquí le traen comida, tierra, troncos y nuevos ejemplares.

Por las noches es más fácil percibir la sinfonía de fragancias que es este

jardín. La mujer se sube entonces a su columpio en forma de canasta, y desde ahí huele la noche perfumada por la Vainilla, el Limoncito y la Dendrobium. Solas, ella y sus plantas, sin que nada les haga falta. La culminación de la evolución vegetal es curiosamente la planta más sensual de todas: su pétalo más colorido se llama labio, es maestra voluptuosa y fragante en el arte de la seducción de insectos y su nombre viene del griego orchis, ‘testículo’. En esta noche de junio, la fragancia del jardín produce una embriaguez extraña, como la de Orchis, hijo de una ninfa y un fauno, que embriagado de vino y de amor se unió a una sacerdotisa de Baco. Como castigo, Zeus lo convirtió en orquídea. ( INT 15 )


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JardĂ­n de orquĂ­deas Poniente 134 esq. Poniente 140, Col. Industrial Vallejo metro Norte 45, pedir permiso para entrar



03

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La condenada memoria

( NTE 03 )

Se escuchan los mugidos de los condenados que se mueven nerviosamente, sus pezuñas truenan contra el piso, sus colas imparables espantan moscas. Son las siete de la mañana, se abre la puerta, rechina: una reja metálica amarillo brillante con algunos pedazos invadidos por el óxido. Uno a uno avanzan y comienza a llenarse el pasillo de ruidos: pisadas, tosidos, risas, pláticas mañaneras, humo de cigarros en ayunas, sillas que se reacomodan dentro de las aulas. Caminan todos, uno tras otro, resignados e inocentes se amontonan: un clavo en la nuca y eso será todo, después sólo el ruido de 600 kg. desplomándose. Se encadena la pata derecha y con el gancho se cuelga a la línea. La guía sobre la que corren las canales no ha sido engrasada desde hace 3 años: los chillidos de metal contra metal, soportando el peso muerto de animales despielados, sin cabeza ni vísceras, penetra y llena la atmósfera. Los trabajadores platican poco, insensibilizados también, inmersos en ocho horas diarias o más de un proceso sanguinario y necesario. Un trabajador se pregunta cuándo llegará el día en que una máquina lo sustituya, mientras come su almuerzo un poco asqueado. Se escucha el timbre que marca el principio del receso, la cocinera de la cafetería no se da abasto: un huarache con costilla, una hamburguesa doble y una carne asada con papas, los estudiantes tienen que estar bien alimentados. Ellos desarrollan el sófguer que algún día automatice la muerte; el que quizá despojará de su empleo a los que alguna vez trabajaron en su desarrollo. Trabajadores que ahora sólo están en la memoria, como el Rastro de Ferrerías sobre el que hoy se levanta una cafetería, aulas y el futuro de la automatización. ( CTR 17 )

Ex rastro de Ferrerías, actual escuela de computación Av. de las Granjas s/n, Col. Ferrería, metro Ferrería

205



04 nte

American way of belief

( NTE 04 )

Si usted oye la voz de Cristo, favor de no salir del baño hasta que termine de oír la voz, reza un cartel colocado en la puerta del sanitario con pisos no de mármol, pero sí imitación mármol, del centro para visitantes del templo mormón. Porque allá afuera, en el lobi, el mensaje del Hijo del Señor transmitido con alta tecnología de sonido dolbi da vida a la escultura de un Cristo de tres metros que, junto con un gran mural galáctico, corona el salón principal dando la bienvenida a toda visita guiada por este centro que compite en aparatos interactivos con el Papalote, museo del niño. Con hermanas mexicanas y apóstoles de Salt Lake City o de cualquier otro rincón de Utah, comienza el recorrido pictórico y multimedia del otro testamento: el de la venida de Cristo a las pirámides en tiempos prehispánicos. En una producción que parece casi una superproducción del bosque sagrado por los miles de actores que participan, un hombre tipo Tarzán se enamora, en un tianguis tipo Tlatelolco, de una mujer tipo Pocahontas y representa a un artesano que, en un contexto arquitectónico teotihuacano, esculpe una lápida para inmortalizar a un gobernante que, no se dice pero se sugiere, es Pakal. El gobernante maya, que en esta versión es corrupto, y valga el amplio conocimiento histórico de los productores, gran bebedor de vino y organizador de banquetes romanos, busca destruir a los que anuncian, guiados por la lectura de códices prehispánicos, la llegada del Mesías. Por supuesto, Pakal y sus seguidores, que más bien parecen miembros de una banda punk, terminan perdiendo y el Señor resucita, después de su crucifixión, no sólo en Tierra Santa, sino en las escaleras de una de nuestras pirámides. ¡Oh, alabado sea el Señor que no se olvidó de este otro rebaño de ovejas!

Pero no sólo eso. En este centro se puede aprender que alcanzar la felicidad es

tan fácil como cocinar un pastel, siempre y cuando sepamos que la Biblia y El Libro de Mormón (traducido al maya, tzotzil, mame, quechua, polaco, holandés, alemán y africano (sic), entre muchos otros) son El Gran Recetario, según asegura una mujer latina con acento chicano en una cápsula televisiva de superación personal. Otra señora, junto a su marido Bob, nos dice que educar a los hijos tampoco es difícil. La receta se parece a la elaboración de un sencillo sángüich: Una rebanada de amor, una lonja de crítica constructiva y otra rebanada de amor, ¿verdad, cariño?

Por supuesto. La verdad es que después de ver las películas didácticas uno se

queda con la duda de si todo eso, incluido el edificio piramidal que bien podría estar en Las Vegas, más que hablar del otro testamento que se le dio a conocer a José Smith en 1830, no habla más bien de la otra historia de América, de la que incluye el arribo en los setenta de los pilgrims a la Ciudad de México. ( OTE 04 )

Templo mormón Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Avenida 510, No. 90 Col. San Juan de Aragón, peseros desde metro Talismán, L-D: 10-18 hrs.

207


( NTE 05 )

Metrópolis

¿Por qué tienes que sudar por el Señor de la Metrópolis?

Padre, padre, no sabía que diez horas pueden ser una tortura


05 nte

Cambio de turno

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Moloch

Padre, ¿qué vas a hacer si un día se vuelven en tu

( OTE 09 )

contra?

Viaje en metro elevado Línea 4, Santa Anita-Martín Carrera horario sugerido: atardecer


El muro de contención

( NTE 06 )

Avanza el metro sobre el horizonte. El ruido de las vías y el viento acariciando el rostro hacen creer que se viaja en tren. Al llegar a la estación Martín Carrera se abre un paisaje extraño. No es el muro sobre la colina el que sorprende, pues ciudades amuralladas hay muchas en el mundo, sino el orden de los factores. Porque aquí, a diferencia de lo que sucedía en Europa durante la Edad Media, no es el bosque sino las casas pegadas al muro las que constituyen el amenazante afuera. Una breve pero intensa historia de invasiones es el origen. Según se dice, fue en los años setenta, cuando los invasores comenzaron a utilizar armas de fuego, que se decidió construir esta fortaleza. Había que salvar el bosque del enloquecido avance de las casas. Los sapos, ranas, correcaminos, pájaros carpinteros y serpientes de cascabel estarían dentro de este


06 NTE

211

muro de contención seguramente resguardados, aunque a la comisión de recursos naturales y desarrollo rural del DF nunca se le ocurriera la posibilidad de que las veterinarias aledañas se dedicarían a traficarlos y para ello bastara una entrada. Y es que aquí, después de trepar una red de escaleras y casas floreadas, se abre precisamente una puerta en la muralla. Detrás de ella intimida la escasa, aunque no nula, presencia humana. El bosque vuelve con sus terroríficas leyendas medievales sobre violadores y asaltantes o con sus más contemporáneos fenómenos paranormales. La verdad es que no es fácil adentrarse. Por eso, cuando otra vez se escucha el ladrar de los perros y se mira en el horizonte la gran mancha urbana, uno siente, paradójicamente, una infinita calma. ( PTE 19 )

Bosque amurallado Al final de la calle General Pedro Negrete Col. Martín Carrera, metro Martín Carrera


Fuego humo Esmog cigarro

( NTE 07 )

Heroica lista de bosques de la Ciudad de México: Chapultepec, Aragón, Desierto de los Leones... un bosque por cada 6.66 millones de habitantes (haga sus bíblicas conjeturas). Ante las estadísticas, el trabajo de guardabosques debería estar en peligro de extinción. De hecho, solamente a algunos de los miles y miles y miles de empleados del gobierno del Distrito Federal se les ofrece tan romántico trabajo. El que guarda un bosque parece haberse ganado el gordo: no hacer nada y sin que ningún ciudadano desesperado le miente la madre. Su única tarea es reportar fuegos.

Sin embargo, éste sólo parece un trabajo simple. Invasiones de para-

caidistas, tiraderos ilegales y el robo de árboles distraen casi a diario del pacífico cultivo de nopales y plantas medicinales en la sombra de la atalaya. Además de que siempre estarán los millones de habitantes que hay que proteger de sí mismos. Cumbres de montañas, nubes y cercanía con los dioses. El guardabosque se prende otro Alas y sonríe: el único que no se morirá de cáncer de pulmones en esta urbe es él y también el único que lo puede ver. ( CTR 13 )


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Guardabosques Área de conservación ecológica, cerro Zacatenco, entrada por Av. Vidrio Plano Col. La Soledad, Mpio. Tlalnepantla


Carretera México-Pachuca

( NTE 08 )

km. 15.3 Rumbo al corazón industrial de Ecatepec, junto a un estratégico puesto que ofrece tortas alemanas, holandesas, italianas, argentinas, Trevi, Lucero y Thalía, y al estilo me pones sexy con pechuga, jamón y quesillo, se encuentra la base de músicos itinerantes de la zona norte de la ciudad. Formados en fila, con guitarra, armónica y experiencia laboral en los Estados Unidos, los chavos esperan su turno para subirse a un camión donde compartir con los pasajeros sus más recientes composiciones. Un amplio repertorio de canciones que hablan de sus beibis, del destino, de la ciudad y de sus hermanas gemelas: Nueva York, Dallas y Los Ángeles.


08 nte

km. 19.4 Una vez en los alrededores de la fábrica La Costeña, es inevitable sentirse naufragar en una lata de chiles jalapeños y empezar a delirar con una inmensa estatua del indio Juan Diego que santifica a todos los que, a pesar del zumbar de los cables y el vibrar de los tráilers, han logrado llegar hasta ahí: Que Dios bendiga a los bienhechores, a los habitantes de Tultepec y al gobierno del Estado de México que hicieron posible esta obra y a ti, transeúnte que lees esta memoria, que Dios te haga santo como a Juan Diego. km. 19.5 Cien metros más adelante se abre el mundo de las fábricas. Sobre los muros descansan los trabajadores con sus uniformes: overoles, tapabocas, gorras. De frente, las mesas de las fondas: largas, alineadas y llenas de obreros, se convierten en reflejo de la producción en serie. Imagen que difícilmente se puede olvidar cuando se destapa una lata de jugo para acompañar la torta.

Músicos itinerantes Carretera México-Pachuca, kms. 15.3 al 19.5, Mpio. Ecatepec peseros desde metro Indios Verdes, horario sugerido: 10-13 hrs.

215



09 nte

En todos los sentidos

( NTE 09 )

Adentro, el sonido de un par de codos raspando una superficie rugosa. Afuera, el rasguño odorífico de chiles La Costeña. A lo lejos, la colmena gris de Ecatepec. Aquí, el corazón industrial. Arriba, los manifiestos de Marinetti y Mies van der Rohe. Abajo, Francis Alÿs moviendo dunas. A un lado, las torres de vigilancia. Al otro, los trabajadores. En medio, los camiones. Afuera, las cebollas. Adentro, los envases. De cerca, la producción. De lejos, el consumo.

217

( INT 01 )

Galería de arte contemporáneo en zona industrial Colección Jumex, Vía Morelos 272, Mpio. Ecatepec peseros desde metro Indios Verdes, previa cita, Tel. 53.27.89.91


De novela mexicana

( NTE 10 )

Cuando Dios otorgó a Adán el don de nombrar el mundo, en las palabras se transparentaba la naturaleza de las cosas. La similitud —y no la arbitrariedad— se erigía como ley única entre las cosas y los nombres. Sin embargo, después de la catástrofe de Babel, esta transparencia se perdió. Desde entonces, la incongruencia entre las cosas y sus nombres se ha manifestado en relaciones que responden a muy diversas leyes y geometrías. En la colonia Novela Mexicana I, el calor reverberante de la calle Navidad en las montañas se rebela a la tormentosa noche de invierno en la que un viejo médico militar narró la historia de un pueblecito. A las huertas de perfumados árboles frutales, la calle responde con un ficus enfermo; y el “remoto lago” de la novela sigue siendo remoto pero no en la distancia, sino en la memoria. Pedro Páramo es, en cambio, más dócil a su nombre: está poblada de fantasmas que observan, escondidos detrás de las cortinas, al transeúnte en su paso hacia una calle a la que se le ha caído el nombre, pero donde el murmullo abnegado de uno de sus 83 habitantes —Aquí nos tocó vivir. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire— sugiere que el vínculo entre cosa y nombre no se ha roto aún del todo. En la última calle de la colonia la ciudad termina de golpe. Aquí una metáfora demuestra que, a pesar de que el lenguaje y las cosas no tienen una semejanza inmediata, la palabra sigue siendo el lugar donde la verdad se revela. Más allá de esta calle se extiende la nada, cercada por el horizonte. Su nombre es Los muros de agua, sólo que aquí el muro no es de agua como en las Islas Marías o de ladrillo y metal como en Lecumberri, sino de vacío. Un vacío tan extenso que, incluso para la mirada, es impenetrable. Hasta ahora no se conoce con certeza la identidad del que bautizó estas calles. Lo único que sí se sabe es que llevó a cabo su labor poética rozando, a veces, con la perversidad: además de la presencia de una colonia llamada Novela Mexicana I en una zona en donde no hay una sola biblioteca, las calles de Trucha, Robalo, Salmón y Sardina se deshidratan en un lago ausente, mientras que dos calles llamadas Lobos cercan a sus vecinas Alces, Llamas y Venados, listas para devorarlas. ( OTE 09 )


10

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219

Calles de la periferia Col. Novela Mexicana I, PolĂ­gono I, MĂŠxico Colonial I Mpio. Ecatepec, peseros desde metro Ciudad Azteca



11

nte Hasta no verte mi casita

( NTE 11 )

Ecatepec. Ciudad en expansión. Tierra prometida sobre el vasto desierto de los antiguos lagos de Texcoco y Xaltocan que todavía atrae más y más gente en búsqueda de un pedazo donde vivir. Desde hace años, los nuevos habitantes ya no vienen de provincia, sino que fueron expulsados de otras áreas de la zona metropolitana con alta densidad demográfica. El mercado inmobiliario ha sido por muchos años uno de los mejores negocios del país y con los capitalinos amontonados es especialmente lucrativo: 13.000 casas ARA, ¿Lejos de dónde, cerca de qué?, argumenta la amable vendedora en la entrada del fraccionamiento. Basta con vender la imagen de un espacio propio con “estatus” —estacionamiento, buzón con banderita de los Estados Unidos, tienda Liverpool— para que la calidad y perdurabilidad de la construcción ya no importen. Y no es que la gente no pueda ver la baja calidad de los espacios, los materiales baratos utilizados o las potenciales horas de embotellamiento en la carretera de salida de su nuevo domicilio: en tiempos de empobrecimiento, el deseo y la necesidad le ganan a la razón. A la sombra de las palmeras, tres casas muestra despliegan coquetería con sus encajes neocoloniales. Las polvaredas que traen micropartículas suspendidas y restos de álcali de lo que era la evaporadora solar de la Sosa de Texcoco atacan poco a poco. Pero total, insiste la vendedora, si lo que trae el viento fuera tóxico, no sólo afectaría la nueva urbanización, sino toda la zona. En la única tiendita que hay los vecinos se quejan de su piel lastimada y de la degradación notable de los materiales de sus casas. Mientras tanto, el mejor combate contra los álcalis es el vinagre y contra las partículas PM10, no respirar. ( SUR 10 )

Desarrollo residencial Fraccionamiento Las Américas, Av. Carlos Hank González (Av. Central), entrada por Av. Paseo de las Américas, Mpio. Ecatepec, peseros desde metro Ciudad Azteca

221


Lost Boys

( NTE 12 )

Un desierto de arenas movedizas. Cubierto de sodio blanco. Infinito. Con cada paso, los ruidos de la ciudad van disminuyendo en la calima mientras se avanza círculo a círculo hacia el ojo del silencio. Este lugar tiene magia, atrae los pasos sin que se pueda explicar hacia dónde: hacia la nada, la soledad absoluta. No es como en la playa —este lugar no se confunde con ningún otro— pero aún así crece la extraña sensación de querer quitarse la camisa, sentir el viento fresco, los rayos del sol sobre el cuerpo desnudo. Aquí, en la soledad, uno puede ser uno mismo, ante el polvo de la nada, de la civilización exterminada: el último sobreviviente de una especie, caminando. La magia del caracol está en la sensación de libertad que provoca. Adolescencia: No hay otro lugar mejor para escapar de la casa de los papás y hacer el amor, aquí, al aire libre, entre sosa y sal, agua y tierra. Si se dice que la Ciudad de México es el ombligo del mundo, aquí está: aquí nace el sueño de la eterna juventud, el sueño de morir joven. ( INT 07 + INT 23 )


12

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Antiguo dep贸sito de evaporaci贸n solar El Caracol Calle Lago Gran Caracol, entrada por Fraccionamiento Las Am茅ricas, Mpio. Ecatepec peseros desde metro Indios Verdes, Ciudad Azteca



13

nte

Partiendo las aguas

( NTE 13 )

La traza de la ciudad es muchas cosas. Es mapa, es ruta, es espacio, es referencia, es eje. También es historia. Capas de tiempo unas encima de otras, decisiones acumuladas por cientos de años que, como marcas en un viejo rostro, se van quedando, modificando su expresión. Ríos, paseos, canales, islas, calzadas, caminos reales, todo está ahí, bajo millones de pies, bajo millones de llantas. Sus nombres a veces perduran: Calzada San Antonio Abad, Canal de Miramontes, Río Mixcoac, Calzada Vallejo; otras veces no y sus rastros son más sutiles: elevaciones en el terreno, el ancho de la vía o añosos árboles nos invitan a ser arqueólogos con la mirada, a investigar, a reconstruir lo que yace bajo el asfalto. Y milagrosamente, algunas viejas obras, pocas ya, sobreviven a duras penas siendo más que un trazo urbano, adaptadas a la modernidad, mutiladas, casi ahogadas, pero todavía dignas. La Avenida Nacional, en el noreste de la zona metropolitana, es una experiencia contrastante de permanencia y cambio, de memoria y actualidad. Recorrerla es para muchos cosa cotidiana. Apiñados en microbuses y chimecos, miles de capitalinos recorren diariamente sus cuatro kilómetros de ida y regreso, muchas veces a vuelta de rueda, sin comprender porqué a un costado hay un larguísimo murete de piedra, desvencijado y chimuelo, porqué a la mitad de la avenida hay una pequeña construcción, tal vez una vieja capilla, o porqué durante todo el trayecto viajan unos cuatro metros por arriba del terreno aledaño, disfrutando voyeuristamente de cientos de azoteas.

Si supieran que recorren el último albarradón o calzada-dique que queda

prácticamente completo en la Cuenca de México, tal vez tendrían un poco de compasión. ( SUR 12 )

Albarradón histórico Avenida Nacional, entre Ecatepec y Venta de Carpio, Mpio. Ecatepec peseros desde metro Indios Verdes, Ciudad Azteca y centro de Ecatepec

225


Portal caca

( NTE 14 )

Después de haber estado ahí, uno no puede volver a pasar igual por una coladera ni olvidarse del olor. A cada rato regresa a la memoria la mezcla de shampoos parisinos y jabones florales que a diario se usan en la ciudad para lavar lo que se tiene que lavar. Lo que es alivio para la nariz en el transporte público los días de calor, en los municipios a lo largo de los ríos El Salto y Salado es una ofensa al sentido del olfato. Aún así, la mezcla de aguas negras de la ciudad es bienvenida por los campesinos de la región: a fin de cuentas es agua, la única en temporada de secas, y si no se riega el campo no se come —un círculo perfecto del escusado a la Central de Abastos, sin que ninguna montaña interfiera en el camino—. La magnitud de la obra manifiesta la importancia de la lucha en contra (y a favor) del turbio líquido: verdaderas pirámides fueron construidas para honrar al hombre moderno cuando salió a vencer a Tláloc y a la Madre Tierra, agujereando la cuenca y transformándola en valle. Y para someter al agua, su feroz prisionera, edificaron estas pirámides invertidas en el interior del terreno, convirtiendo lo que tradicionalmente es volumen en espacio, en profunda caja de agua. Dos sistemas de escalinatas llevan directamente al inframundo. En la caja del viejo túnel, construida durante el porfiriato, cuyos frontones afrancesados llenos de florecitas simbolizan los irónicos (y equívocos) beneficios de la desecación del valle y en la caja del nuevo túnel, construida en los años cuarenta cuya estética fascista hace eco del potencial destructivo que posee la industrialización desatada, fuertes portones se levantan para dominar el agua que penetra con furia. En la caída final, el gran canal respira por última vez antes de entrar al túnel. Su aliento a 20 millones de habitantes deja huellas de inevitable destrucción en el concreto armado de los escalones, en la placa conmemorativa de acero y en los pulmones de los escasos visitantes. De aquí el único camino es hacia el interior del reino de Tezcatlipoca, quien espera desde la densa obscuridad a los campesinos que vienen a limpiar el cárcamo de la bomba con sólo un trapo cubriéndoles la boca. ( INT 20 )


14

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227

Salida del Gran Canal de Desagüe Túneles de Tequixquiac acceso por Carretera Zumpango-Tequixquiac, entronque con carretera hacia Laguna Zumpango, Mpio. Zumpango, pedir permiso a la Comisión Nacional del Agua o al vigilante



15

nte El gran teatro del mundo

( NTE 15 )

Mundo Entretenimiento. Mundo Estacionamiento. Mundo Enajenamiento. Mundo Escenografía. La periferia se ha rebelado a su condición. Si se alejó de la ciudad por desprecio o por necesidad, para realizar el sueño de la casa con jardín o para hacer un aterrizaje en paracaídas de emergencia, no importa. Orgullosa, interpreta y construye su plaza de cartón: exclusiva y limpia. Le pinta un cielo que no cambia nunca de color ni de humor —la lluvia y el viento están restringidos a una única sala—, instala la primavera con sus palmeras y sus flores, pero sobre todo, se cuida de no poner una ventana por donde se pueda colar la realidad. Aquí, como en todos los centros comerciales, se viene a ver, a pasear y, a veces, a comprar. La novedad es que en este lugar uno tiene la oportunidad de sentirse turista en su propia ciudad, quizá porque esta mezcla arquitectónica sólo podría existir en alguna ciudad italiana donde la demanda turística ha obligado a la plaza a convertirse en la escenografía de sí misma, o porque entre estos muros un utopista, consciente de la imperfección de la realidad, construyó esta otra tierra de ficción. Al creador de este mundo no se le olvidó que en la ciudad también habitan aventureros natos, amantes de la naturaleza, quienes odian recalcitrantemente su urbano destino pero que, sin embargo, no salen de la ciudad. Para ellos hay dinosaurios, cacatúas e iguanas, un laguito, un campo de golf a orillas del mar, paredes de roca para escalar, un glaciar y hasta un casino virtual con documentales sobre los rinocerontes de la sabana.

Deje de soñar... ¡y empiece a vivir! dice un anuncio, pero siempre con

cuidado de no mirar el rincón donde el azul perfecto del cielo ha comenzado a descarapelarse. ( CTR 19 )

Escenografía en un centro comercial Centro Comercial Mundo E, Periférico Norte 1007 Mpio. Tlalnepantla, L-D: 9-21 hrs.

229


Tres tiempos y un centro

( NTE 16 )

Llegar a Santa Cecilia Acatitlán implica viajar en el espacio pero, más bien, es viajar por el tiempo. Del presente nos rodean las congestionadas vías, los transportes decadentes y las descomunales industrias del norte de la zona metropolitana; nos abruman, nos pesan, nos contaminan. Del pasado, a unas cuadras del caos, nos llega un respiro de tranquilidad: los pájaros cantan, los pirules se mecen lentamente, la gente saluda a sus vecinos. Hemos llegado al centro de un viejo pueblo, secreto a buen resguardo. Primero, una pequeña capilla con atrio que nos invita a visitarla a paso lento. Una vieja habitante del lugar, ostenta sus ornamentos y sus prismas precisos del siglo xvi .

Más allá, continuando con el viaje, avanzando en el espacio y re-

trocediendo aún más en el tiempo, en cuántica paradoja, sale a nuestro encuentro una pirámide coronada por su viejo templo, tan callada y serena como la capilla, construida con la misma cantera rosa y casi completa. Una disyuntiva juguetona del espacio-tiempo: ¿una broma? o ¿un viejo fantasma acechando? Nada de eso, más bien una lección viva de historia: estamos en el centro dual de una población que tiene la fortuna de tener a la vista, simultáneamente, su raíz doble. De vuelta al presente, alrededor del singular conjunto, el tiempo sigue su marcha lenta pero impasible. Anuncios luminosos, pantalones a la cadera, maquinitas de video, funciones públicas de lucha libre y música de banda nos confunden aún más, ¿dónde estamos?, ¿quiénes somos? Y tal vez el clásico ¿a dónde vamos?, no está de más. En esta pequeña y desconocida “Plaza de las Tres Culturas”, sin alardes arquitectónicos ni masacres sin resolver, con más paz y menos glamur, nos hemos topado de golpe con nuestro confuso y rico rostro mexicano: antiguo pero renovándose, ceremonial e irreverente, pacífico y potente. Un vistazo, un resumen, un concentrado fascinante, a veces difícil de digerir: chile en nogada, potaje de historia, identidad. ( INT 07 )


16

nte

231

Plaza de las tres culturas Plaza de Acatitlán, Santa Cecilia Acatitlán, Mpio. Tlalnepantla peseros desde metro Politécnico, La Villa-Basílica, horario museo: Ma-D: 10-17 hrs.



17

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Segunda mano ( NTE 17 )

Sólo podía estar ahí, en el límite de lo posible. En Tlalnepantla, donde todavía florecen manos monumentales y se siembran fábricas. Un Cristo-Gulliver de treinta y tres metros que observa desde el punto más alto del Recuerdo todas y cada una de las cosas que suceden en la capital. Seguramente un día de estos despegará desde su gran plataforma circular para anunciar a todos el Gran Final, mientras un cura organiza desde la capilla, a cielo abierto y con fondo urbano, la última misa. ( INT 14 )

Jardín del Recuerdo: 4 fosas, 4 cuerpos, acepto automóvil. (Noches) $25,000. Jardines de Oriente: 4 gavetas, 4 ataúdes, perpetuidad, servicios incluidos. $25,000. Francés de Legaria: vendo fosa desocupada [menos mal], a tratar [si le queda chica, se la cambio] $15,000. Panteón Rosales de Netzahualcóyotl: perpetuidad para 4 personas. $16,500. Panteón Jardín: vendo-cambio capilla [que mis muertitos ya se aburrieron y se quieren mudar] 6 gavetas, dos rosarios, altar, facilidades.

Manos monumentales y Cristo de 33 m. Cementerio Jardines del Recuerdo, carretera Santa Cecilia Tenayuca 1274 Mpio. Tlalnepantla, peseros desde metro Hidalgo, L-D: 6-18 hrs.

233


Flamingo

( NTE 18 )

tun tun tun tun caminar tun tun tun tun a correr tun tun tun tun caminar... juntos por el camino brinco salto y corro feliz por los campos todo es muy hermoso si lo sabes ver... ( PTE 09 )


18

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Excursi贸n al campo Lago de Guadalupe, entre Col. San Pedro Tepojaco y Col. Campestre del Lago Mpio. Cuautitl谩n Izcalli



Sur


La zona SUR se extiende desde el Río de la Piedad (hoy entubado y convertido en el Viaducto) hasta los poblados de Milpa Alta y las sierras Chichinautzin, Santa Catarina y el Ajusco. Una parte considerable de sus suelos son de origen lacustre, pero entre el Ajusco y el Popocatépetl se extiende una serranía de pedregal en la que se han registrado aproximadamente 300 conos volcánicos.

En 1521, Hernán Cortés estableció en Coyoacán el primer Ayuntamiento de

la Nueva España en la Cuenca de México, junto con su residencia y su cuartel general. La belleza de los paisajes y de la vegetación de este pueblo lo convirtieron en el siglo xviii en zona de casas de campo de la clase alta. Lo mismo sucedió en los entonces lejanos pueblos de San Ángel y Tlalpan. Por su parte, en los alrededores del pueblo de Mixcoac se desarrollaron desde el Virreinato importantes centros de manufactura de textiles y producción de ladrillos, mientras que en las inmediaciones de los poblados de Milpa Alta y Xochimilco han permanecido las extensas áreas rurales de antaño, siendo Milpa Alta el mayor

Confín de lava

productor de nopales del mundo en la actualidad. En Xochimilco se conservan actualmente 189 kilómetros de canales donde se practica la agricultura en chinampas. Sin embargo, el agua que los nutre brota, hoy en día, de las plantas de tratamiento del Cerro de la Estrella y San Luis Tlaxialtemalco debido a que los manantiales que antes alimentaban esta red lacustre se agotaron a fuerza de proveer de agua limpia a la ciudad.

La expansión de la mancha urbana hacia el Ajusco comenzó durante los

años cincuenta, cuando la Avenida de los Insurgentes se prolongó hacia el sur y se construyó Ciudad Universitaria. Desde entonces, el Pedregal de San Ángel se constituyó como una elegante urbanización en la que sobresalen algunas muestras arquitectónicas del modernismo mexicano; mientras que Coyoacán, incluyendo Ciudad Universitaria, se consolidó como un centro cultural que rompió con la centralización que hasta entonces imperaba en la delegación


Cuauhtémoc. Fue también a mediados de siglo que se construyó el primer conjunto habitacional con más de 1,000 departamentos, el Conjunto Habitacional Presidente Miguel Alemán, cuyas dimensiones fueron superadas más tarde por Nonoalco-Tlatelolco ubicado en la Ciudad Interior, con 12,000 viviendas. Actualmente, la delegación Benito Juárez se caracteriza por tener el mayor nivel de vida y educativo promedio en toda la ciudad.

Xochimilco, que en la época prehispánica se conectaba con Tenochtitlan

a través de la calzada-dique de Tlalpan, se integró a la mancha urbana del Distrito Federal con la construcción del Periférico. Milpa Alta, por su parte, a pesar de presentar la tasa de crecimiento poblacional relativa más alta de la ciudad, es la delegación de menor densidad demográfica y la única que aún no forma parte de la mancha urbana continua de la ZMVM. Milpa Alta ha sido, además, un punto estratégico a lo largo de la historia: durante la época prehispánica conectaba el centro de poder mexica con las culturas del sur, durante

la Revolución acogió a los zapatistas y en 2001 fue la puerta de entrada a la ciudad de la Marcha de los 1,111 zapatistas proveniente del estado de Chiapas. Hoy en día, alberga la mayor población de indígenas hablantes de náhuatl de la ciudad.

Las reservas ecológicas que se encuentran en el sur de la capital constitu-

yen uno de sus pulmones más importantes, además de ser fundamentales para la recarga de los mantos acuíferos. Sin embargo, en la actualidad se encuentran gravemente afectadas por los asentamientos irregulares y por la contaminación. En los últimos años, la ruptura del equilibrio ecológico ha provocado la disminución de la precipitación en el sureste de la ciudad en un 30% y, con ello, que el clima se haya vuelto más cálido y seco. Ante esta situación, se han generado importantes iniciativas para fomentar actividades sustentables en los bosques mediante programas de ecoturismo y producción agropecuaria.


p. 242 ( SUR 01 ) & ( SUR 02 )

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SUR Yo sí creo en la Cemex

( SUR 01 )

Cruzando por debajo del distribuidor vial San Antonio uno no puede evitar llenarse de orgullo ante las hazañas de la ingeniería mexicana (¿no somos nosotros los que construimos los mejores puentes de toda América Latina?). Aquí, entre columnas, muros, vigas y pistas de concreto en su máxima —y, como argumentan los expertos, inútil— expresión megalómana, el corazón se acelera a 160 latidos por minuto. Nada más que al recordar las imágenes del sismo en Kobe, Japón (los japoneses tampoco son precisamente malos ingenieros), uno decide mejor pasar por debajo del puente lo antes posible y continuar el viaje únicamente con Dios sobre la cabeza. Nada en contra de las emociones fuertes, pero si se trata de concretar la fe, existe otro camino: Al oriente de la Plaza General Francisco Villa, escondida de los automovilistas, empieza el peregrinaje. Con su techo de anticúpulas parabólicas, la iglesia La Medalla Milagrosa recuerda el velo de una monja: una tela de concreto, ligera y grácil, levantada por Dios en algunos puntos recibe en su interior al que busca la fe, con su juego de superficies triangulares que parecen desafiar los principios de la estática. A unas cuadras, Nuestra Señora del Concreto espera superar junto con Romeo y Julieta el día del Juicio Final y la muerte de la pareja de ensueño —imagínese: ¡Leonardo DiCaprio y Claire Danes!— locamente enamorada de sí misma y de su entorno resistente a cualquier amenaza de temblor. El Corazón de María se presenta en su vestido más festivo, porque bajo su Cristo de impecable mezcla de arena, grava y cemento, el melodrama toma su rumbo a la felicidad: con la ayuda de la máquina joligudense, la muerte y la violencia intrafamiliar (pláticas prematrimoniales inician último lunes de

cada mes a las 20:00 hrs.) se transforman en algo tan romántico que, por fin, hace nacer la fe en la Cementera de México. (Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.) ( p. 384 )

Iglesias de concreto Iglesia de La Medalla Milagrosa, Matías Romero esq. Ixcateopan, Col. Letrán Valle, metro División del Norte, L-D: 7-13, 16-21 hrs. Parroquia del Purísimo Corazón de María, Av. Gabriel Mancera esq. Torres Adalid, Col. Del Valle, metro Etiopía, L-D: 18-21 hrs.

249


El señor de los baños

( SUR 02 )

Un oso polar de feroz talante da la bienvenida a los clientes de una tienda de baños. Han pasado ya los años, y aunque al oso le ha sido otorgado el don de no envejecer, no por ello deja de sufrir las inclemencias de vivir a la intemperie. De vez en cuando, un especialista va a hacerle maniquiur y pediquiur, a darle servicio de odontología y oftalmología y a reponerle el pelo que se le ha caído para dejarlo como recién salido del Polo Norte. Porque éste es precisamente el trabajo del taxidermista: darle vida a lo muerto y mantenimiento a la eterna juventud. Este oso polar fue disecado hace muchos años en el taller El Arte Nacional, ubicado en los alrededores del aeropuerto. Ahí el taxidermista trabaja minuciosamente bajo la mirada de anacondas, guacamayas, llamas y venados, y enseña a sus hijos pequeños el oficio que desempeñarán en el futuro, tal como lo aprendió él de su padre, su padre de su abuelo, su abuelo de su bisabuelo y su bisabuelo de un librito que llegó a México en el cargamento de un barco a principios del siglo pasado. Su abuelo fue el que tuvo la fortuna de trabajar para el dueño de esta tienda de baños, quien le pidió disecar al oso polar, a un tigre de bengala y a un león que hoy rugen petrificados entre lavabos nacarados, llaves, tinas y Venus de Milo. Hoy en día, desafortunadamente, ya no se puede sobrevivir disecando animales salvajes en la Ciudad de México. Sus clientes más asiduos son aquellos que al no poder superar la muerte de sus gatos, perros y pericos le encargan convertirlos en mascotas a perpetuidad. En cuanto al misterioso y excéntrico cliente de la familia de taxidermistas, comedor de chongos zamoranos y fanático del beisbol, se rumora que en una de sus mansiones aún conserva un zoológico de animales salvajes disecados. Hay quien sospecha que era socio de una discoteca de Ciudad Satélite, supuestamente trasladada a Veracruz, cuya pista de cristal servía de jaula a animales salvajes y a bailarinas desnudas que se movían al compás de ritmos provenientes de las regiones más apartadas del mundo. Sobre su paradero abundan las elucubraciones: algunos dicen que años después de haber sido curado mágicamente por la encarnación de Krishna, Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, murió de causas misteriosas; pero también se cuenta que se le ha visto junto con Leonard Cohen en un monasterio de Nepal. Aunque lo más probable es que después de dejarle el negocio a sus hijos, se haya retirado a un espá para disfrutar lo que le queda de vida bajo una falsa identidad. ( PTE 20 )


02

SUR

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Animales disecados y taxidermista Azores 712, Div. del Norte 2011 y 2145, Col. Santa Cruz Atoyac metro Divisi贸n del Norte, L-V: 10-18 hrs., S: 10-14 hrs.



03

SUR ( SUR 03 )

ono. (Acrón. de objeto no olvidable). 1. m. Urb. Estorbo inmutable en la vía pública que se distingue por su disfunción, ubicación o sustancia. 2. m. Pronombre demostrativo indefinido ‘eso’ (en checo). En la Ciudad de México es lo que quedó allí pero que no cumple ninguna función en las banquetas y zonas peatonales, como clavos, tornillos, tuercas, varillas y láminas que, por la negligencia o impulcritud de los trabajadores de la construcción, estorban la circulación de los transeúntes. A diferencia de los objetos voladores no identificados (ovni), los cuales han despertado la curiosidad y la imaginación colectivas hasta convertirse en objetos privilegiados de la ciencia ficción y la paranoia, los onos no han contado con la publicidad de los medios de comunicación masiva, por lo que no se había brindado al público información con anterioridad acerca de esas presencias inmutables que parecen provenir del centro de la tierra. Existe una variedad de onos prácticamente infinita, dependiendo de su localización, su forma y el material con el que están hechos. Debido a su naturaleza imperceptible, así como a su caótica disposición en la vía pública es prácticamente imposible que alguien que estrelle su espinilla o su pie contra un ono se olvide de él la próxima vez que pase por allí.

253

~ activo. 1. f. Medusa: trece varillas de hierro abrazando núcleo de concreto que ponen en riesgo la vida de lectores ambulantes. Cda. de los Tres Zapotes, Col. Copilco. 2. f. Navaja: afiladísimas láminas de acero paralelas, a ras del suelo. Extremadamente peligrosas para perros sin zapatos y corredores despistados. Calz. de Tlalpan casi esq. Ciclistas, Col. Country Club. ~ pasivo. 1. f. Corona solar: formación circular de metal pulido, de carácter ornamental. San Ildefonso, debajo de la pluma de los policías, entre Rep. de Argentina y Del Carmen, Col. Centro. En cuanto a su estructura, los onos fluctúan entre la trampa y la artesanía y aunque todavía no existe una cartografía que permita observar tendencias o un catálogo que facilite su clasificación por especies, es verdad que sin importar fronteras cada acera, sobre todo en las ciudades latinoamericanas, encierra un microcosmos de estas criaturas. (Vid. Onóptica, Onología). ( PTE 10 )

Obstáculos en las calles Ejemplar en Héroes del 47 casi esq. Av. del Convento, Col. San Mateo metro General Anaya



04 SUR

Lost and found ( SUR 04 )

Pierda un objeto. Piérdase en el metro. Encuentre la oficina de objetos perdidos. ( p. 370 )

255

Objetos perdidos Línea 2, Taxqueña-Cuatro Caminos


Monumento al peatón

( SUR 05 )

Quien lo ve corre desesperado a tratar de salvar la vida de lo que supone es una pobre mujer a punto de ser asesinada. Quién iba a pensarlo: en medio del pacífico y colonial barrio de Coyoacán un hombre lanza a su mujer por la ventana. De cerca el panorama es aún más desconcertante: detrás de las piernas no hay nada, ni el torso humano que naturalmente las acompaña. En su lugar, un cuarto destechado.

¿Será posible que un arquitecto y un médico se hayan puesto de acuer-

do para integrar tan singular prótesis? Pero, ¿para qué podrían servirle unas piernas a una casa? Quién sabe, quizá para entrar al circo Atayde (¡No se lo pierda! Hoy, una equilibrista urbana) o para mudarse sola a Michoacán. Lo cierto es que todo aguerrido peatón reconocerá en ella la imagen de la libertad. ¡Ya no más rutas discontinuas, calles fragmentadas sin puentes peatonales, ni reverencias al rey coche, de ahora en adelante a recorrer la ciudad por la red de cables de electricidad! El artífice de este monumento lo entendió muy bien: aquí para hacerla como peatón, hay que caminar por los aires. ( NTE 04 )


05 SUR

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Ready made en una casa San Francisco Figuraco 27, Col. Villa San Francisco de Coyoacテ。n metro Taxqueテアa, Miguel テ]gel de Quevedo


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Pueblo de calles laberínticas Entrada por calle Xocotengo esq. Av. Pacífico, Col. La Candelaria tren ligero La Virgen

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El zoológico de Villa Coapa

( SUR 07 )

Antes que nada, hay que ser honestos y, con el perdón de los habitantes de Villa Coapa que nunca entienden porqué el resto de la ciudad frunce el ceño cuando algo nos obliga a internarnos en su territorio, hace falta decirlo: Villa Coapa tiene dos grandes defectos. El primero es que sólo está cerca de sí misma; el segundo es que, una vez que se está ahí, sus terrenos baldíos y sus calles de bucólicos nombres —“Rancho feliz”, “Hacienda contenta”, “Establo alegre”— no tienen mucho que ofrecer. Afortunadamente, Villa Coapa compensa sus defectos con un zoológico de características únicas que, al contrario del de Chapultepec, no deprime a ningún defensor de los animales (sobre todo a los del grupo Osos Polares a los Polos) y exhibe, además, al animal actualmente ausente de todos los zoológicos del mundo: el homo sapiens, en jaulas concebidas y construidas por él mismo. El zoológico de Villa Coapa tiene sus particularidades. Dentro de las jaulas que rodean departamentos, edificios de departamentos, conjuntos de edificios de departamentos, automóviles, conjuntos de automóviles, conjuntos de conjuntos de automóviles, calles, conjuntos de calles y colonias, habita un grupo variopinto de seres humanos. Lo más curioso de estos seres es que no solamente ellos están encerrados observándose los unos a los otros tras sus respectivas rejas, sino que también guardan en jaulas todo aquello que aman apasionadamente y buscan salvaguardar de la rapiña de sus congéneres: carruseles de feria, bicicletas oxidadas, llantas ponchadas o jardines donde se reúne la familia para compartir un domingo seguro tras las rejas. Inclusive, un vecino no exento de espíritu poético protege con una jaula de cuatro metros cúbicos una frágil y solitaria flor.

Sin embargo, de todos los objetos conservados en este zoológico, el

automóvil es el más común. Dadas sus características (generalmente más caro que el departamento de su dueño, de colores llamativos, rines cromados, asientos de piel y estéreos maxi-dolbi-plus) los etólogos han llegado a la conclusión de que el automóvil es reconocido por el homo sapiens de hábitat urbano como su alter ego, sobre todo entre la población de género masculino. ( PTE 06 )


07

SUR

261

Jaulas para coches Col. Carmen Serdán, CTM Culhuacán VII-A peseros desde metro Taxqueña



08 SUR

Héroes de bronce y en formol

( SUR 08 )

Esculturas típicas de la estética socialista mexicana —en la que no se sabe nunca si las campesinas son rusas— son las guardianas celosas de un fetiche histórico que ha dejado a más de un visitante perplejo: el brazo derecho del general Álvaro Obregón. Buscando esa misma sensación de perplejidad, uno se encuentra, sin embargo, con la amarga sorpresa de que nuestra razón de estar ahí fue incinerada en la Cámara de Diputados y trasladada a Sonora para descansar en paz con el resto del general. La Asociación Cívica General Álvaro Obregón sustituyó el viejo atractivo por un brazo de bronce que, la verdad, no provoca la misma fascinación que la antigua masa amorfa que flotaba en un líquido enturbiado por los años. Este vacío puede compensarse, sin embargo, con un personaje de carne y hueso: el vigilante del monumento, homónimo de uno de los asesinos de Felipe Ángeles, quien fuera brazo derecho de Villa y le volara el correspondiente brazo derecho a Obregón. En la base de una de las esculturas, el vigilante guarda la llave de un cuarto en el que atesora el frasco de formol donde estuvo guardado el brazo desde el 3 de junio de 1915 hasta el 20 de diciembre de 1989; y en su memoria, una serie de corridos que narran las historias de la Revolución tal como se las han contado los jubilados centenarios que todavía visitan el monumento para recordar a su general: Pancho Villa no anda a caballo ni su gente tampoco andará. Pancho Villa es dueño de aeroplanos y los alquila a gran comodidad…

Para todo aquél que ignore los detalles, el vigilante está dispuesto a

complementar sus versos con una explicación minuciosa y con un comentario, por demás inevitable, sobre política mexicana actual. ( INT 17 )

Vigilante y frasco de formol Monumento a Álvaro Obregón, La Paz esq. Insurgentes Sur metro Miguel Ángel de Quevedo, L-V: 9-16 hrs., S-D: 9-15 hrs.

263


Los señores de Coyoacán

( SUR 09 )

Sí, tienen razón los actuales señores de Chimalistac, en que el antiguo huerto del señor de Coyoacán, posterior herencia de Hernán Cortés, custodia de los Carmelitas Descalzos y hoy elegante zona residencial en la que un policía controla el acceso en coche, resguarda algunos rincones de indescriptible belleza. Con olor a pan casero y ecos de los más de trece mil árboles de pera, perón, membrillo, manzana, durazno, higo, ciruela y zapote blanco que había en el huerto antes de que fuera fraccionado, un paseo matinal por Chimalistac es, como bien lo sabían los frailes Carmelitas desde el siglo xvii , lo óptimo para el retiro, la oración y para meditar en completa soledad. Lo mejor es comenzar por el Paseo del Río, junto a los ahuehuetes, fresnos, araucarias y bugambilias, dejándose llevar por el singular guión museográfico de este barrio obsesionado por su historia de abolengo. Porque, como si la frescura del rocío matinal y la arquitectura de las casas no fuera suficiente para entender que se trata de una tierra fértil en la que


09 SUR

265

corrían ríos, había apantles y proliferaban los señoríos, en las esquinas cultos letreros explican que en aquella casa vivió a finales del siglo xvi el venerable y, por supuesto, conocidísimo Bernardino Álvarez; que en la Ermita del Secreto, por un fenómeno acústico, se puede hablar sin que se enteren los servicios de inteligencia estatal; que aquel callejón se llama Cunamá porque la vegetación de la zona recordaba a los frailes la selvática región de Venezuela; y que aquí está la esquina de Hipo con Santa, en homenaje a la novela de Federico Gamboa en la que una joven huye del bucólico Chimalistac y termina como prostituta en el céntrico barrio de San Juan de Letrán.

Pero de todos los letreros, el más significativo es el que advierte que

esta tierra estuvo rodeada por sólidas murallas en los límites del pedregal. Entonces se entiende porqué no sólo para los familiares de Santa, sino también para los actuales habitantes de Chimalistac, todavía hay un afuera en el que corre la vida desenfrenada de Babilonia. ( CTR 18 )

Barrio-museo colonial Callejón San Ángelo esq. Miguel Ángel de Quevedo, Col. Chimalistac metro Miguel Ángel de Quevedo, horario sugerido: 7-11 hrs.


Buzón del ciudadano

( SUR 10 )

Deposite aquí su carta. Trabajaremos en la solución al problema (sic) de su comunidad. Atenderemos su queja o sugerencia. H. Consejo Consultivo de la Ciudad de México Tel. 5 21 95 21 7 09 57 55

Problema: Árbol. Denunciante: Vecinos. Domicilio: Col. Algarín. Comentarios: En Isabel la Católica no. 511 hay un árbol de Tule que está muy alto, y es usado como escalera para entrar a robar a los departamentos que ahí se ubican. Además, sus raíces ya levantaron la banqueta y la lámpara que está ahí cerca no funciona. Problema: Obstáculo no olvidable. Denunciante: Vecinos. Domicilio: Col. Narvarte. Comentarios: En la esquina que forman la Avenida Universidad y Eugenia, Eje 5 Sur, un poste quedó reducido a varillas, pero éstas se encuentran retorcidas y amenazando el libre y seguro tránsito de los peatones. Problema: Alcohólicos. Denunciante: Vecinos. Domicilio: Col. Morelos. Comentarios: En la calle Díaz de León, entre Manuel Doblado y González Ortega, hay una tiendita en la que a diario se reúnen muchos bebedores que hablan a gritos, con groserías, y se orinan a la vista de los transeúntes en un embudo que pusieron en la pared de la tienda. Los vecinos piden solución inmediata a las autoridades pues no quieren que sus niños vean tales escenas, además de que el olor se está impregnando en sus casas.


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SUR

Problema: Autos chatarra. Denunciante: Vecinos. Domicilio: Col. Los Ángeles. Comentarios: En Violeta, entre Jazmín y Zanahoria, hay alrededor de siete autos chatarra en la calle. El dueño de estos cascarones ocupa las entradas de otros vecinos y no le pueden decir nada porque es muy prepotente, por lo que solicitan la intervención de las autoridades. Problema: Ambulantes. Denunciante: Vecinos. Domicilio: Col. Tacubaya. Comentarios: Afuera de la estación Tacubaya del metro hay puestos de ambulantes que generan basura e inseguridad, ya que tienen tanques de gas en los puestos de comida. También hay robos en las inmediaciones por gente

267

que anda en patineta. Solicitan presencia policiaca. Problema: Perros callejeros. Denunciante: Vecinos. Domicilio: Col. San Álvaro. Comentarios: En Niza esq. José Sánchez Trujillo hay seis perros callejeros que agreden a la gente cuando pasa. Ya se los habían llevado a la perrera, pero regresaron, por lo que solicitan que de nuevo los retiren. Problema: Servicios. Denunciante: Vecinos. Domicilio: Col. Torre Blanca. Comentarios: En Lago Superior esq. Lago Ilopango hace falta un tope que quitaron cuando fueron a reparar un bache.

Fuente: periódico El Metro

Buzón de quejas y sugerencias de la ciudadanía Av. Universidad, entre Eje 10 y Miguel Ángel de Quevedo metro Miguel Ángel de Quevedo


El amoroso aleph

( SUR 11 )

Ahí están todos los abrazos, todas las caricias, todos los besos que han sido derramados sobre las islas y rocas volcánicas de Ciudad Universitaria: los verdes, los azules, los simbióticos y los nostálgicos. Todos contenidos en ese abrazo petrificado. Vistos todos desde todos los ángulos. Enmarcados en un rincón arquitectónico que es en sí mismo un abrazo. Un cubo donde se desdoblan los planos hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados, abrazando la infinidad de abrazos.

Suba al segundo piso, entre al salón de celebridades, cierre los ojos,

abra la segunda puerta y déjese abrazar por el amoroso aleph. ( OTE 01 )


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Escultura de un abrazo Sal贸n del Consejo T茅cnico, Facultad de Arquitectura, UNAM metro Copilco, L-V: 9-18 hrs.



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SUR Edén

( SUR 12 )

Escondida entre las calles de la colonia Santo Domingo, una enorme trituradora se alimenta con la piedra que traen camiones del estado de Morelos. Como un monstruo futurista, mastica ruidosamente las piedras con sus mandíbulas metálicas. Escupe arena. Mezcla toneladas de asfalto para que la ciudad siga creciendo. Joven e impetuosa, esta trituradora sustituye a una más antigua que durante varias décadas, justo al otro lado de los túneles que yacen a sus pies y penetran el subsuelo de Avenida del Imán, devoró cinco millones de metros cúbicos de piedra volcánica para proveer a la ciudad con todo el asfalto necesario para sus calles nuevas y viejas, hasta que no dejó más que un cráter artificial de 266 mil metros cuadrados, donde hoy florece un edén. Doce manantiales de agua prístina procedente del Ajusco brotaron entonces, con los que se formaron cuatro lagos, alrededor de los cuales crecieron juncales cuyas semillas, sostiene una de las hipótesis, permanecieron latentes bajo la lava que arrojó el Xitle hace más de dos mil años hasta que, a mediados del siglo pasado, volvieron a ver la luz del sol y a sentir la humedad del agua. Las paredes de hasta 35 metros de altura, en las que se distinguen las diversas erupciones del volcán y la violencia con la que sucedieron, se reflejan en el agua, surcada por las carpas. Con el agua también resurgieron las huellas perdidas de los cuicuilcas y los copilcas, llegaron las garzas, los pelícanos, los patos y los Pumas... quienes tienen un espacio reservado en una parte de la antigua cantera, donde entrenan rigurosamente para no desilusionar a sus fans y humillar a sus contricantes. Desde arriba, tras las rejas que protegen del abismo y con una privilegiada vista aérea, los vecinos de Santo Domingo espían las mejores jugadas pamboleras para aplicarlas en la cancha de su parque. Hijos de Adán y Eva al fin y al cabo, el acceso al edén no nos está estrictamente prohibido pero sí bastante restringido: es por ello que, tal como lo hacen los vecinos de Santo Domingo, debe dársele a los ojos la función de los pies para que con la mirada desciendan los 35 metros que separan el mirador delgado y circular al borde de la cantera de su suelo fértil y su atmósfera silenciosa. Pero cuando llegue la hora azul, los ojos deberán ascender desde el horizonte para seguir los papalotes o contar las luces que poco a poco se encienden encaramadas en las montañas del Ajusco. ( NTE 11 )

Jardín en antigua planta de asfalto Cantera Oriente, entrada al mirador por Delfín Madrigal, antes de llegar al corralón de taxis Col. Pedregal de Santo Domingo, metro Universidad

271


Arquitectura de vanguardia

( SUR 13 )

El primero para la pareja, el segundo para los hijos, el tercero para los nietos y el cuarto para los conejos. Esta casa sólo tiene cuatro pisos, aunque las varillas en el techo amenacen con perpetuar la construcción y uno se pregunte si se trata de un regreso a los fundamentos teóricos de los rascacielos. Porque aquellas utópicas estructuras neoyorquinas que originalmente se pensaron para contener todos los elementos de la ciudad ordenados de la tierra al cielo —los primeros niveles para la industria, los segundos para los negocios, los terceros para las viviendas, los cuartos para hoteles y el techo para un parque de diversiones— parecen haber encontrado en las granjas de azotea de la colonia Santo Domingo una realización ultravanguardista.

Ni los holandeses con sus propuestas de campos de tulipanes para

terceros pisos han podido superar a estos singulares granjeros urbanos, quienes orientados por la Facultad de Veterinaria de la UNAM, no sólo han aprendido a sacrificar sin dolor a cualquiera de los ciento cinco conejos que habitan en su casa, sino que ahora son capaces de preparar los más sofisticados jamones, chorizos y salchichas que venden a sus vecinos, cuyos niños siempre causan algún lío al querer llevarse a los conejos en versión mascota y sin embutir. ( OTE 14 )


13

SUR

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Granja de conejos en el techo de una casa Toltecas 396, manzana 48, lote 10, familia Gonzรกlez Col. Santo Domingo, metro Universidad, L-S: 10-17 hrs.



14

SUR El rumor que corre

( SUR 14 )

Para llegar a este lugar, hay que dejarse guiar por el oído: rumor, hilo de agua, borbotón. Y el borbotón estalla en verde. El rumor dice que está ahí atrás, a pesar de que el vigilante asegure que no existe y de que los muros de la empresa engullan sus aguas sin dejar rastro. Con un oasis de enredaderas y árboles, el ojo de agua al fondo del estacionamiento delata inevitablemente su presencia. La atmósfera se purifica y el único sonido que queda es el del agua al correr. La ilusión de completa soledad. Entonces hay que sentarse y mojarse las manos, mirar el cielo que, por única vez, es un cielo verde; cerrar los ojos y escuchar el rumor de agua: rumor de que hace muchos años la ciudad estaba construida sobre cinco lagos, rumor de que en el siglo xvii la gente tomaba su agua de pilas como la de La Mariscala atrás del Palacio de Bellas Artes, rumor de que el habitante promedio de la Ciudad de México consume 368 litros de agua al día cuando 130 litros serían suficientes, rumor de que la ciudad consume alrededor de 70 metros cúbicos por segundo, rumor de que el 40% de esta agua se desperdicia en fugas, rumor de que se secaron ya los ríos que abastecen la ciudad, rumor de mantos acuíferos sobrexplotados que provocan el hundimiento de la urbe, rumor de asesinato doloso de la vecina que desperdicia agua y vida en el lavadero, rumor de agua... ( PTE 15 )

Manantial oculto Estacionamiento trasero de Inbursa, Insurgentes Sur frente a Villa Olímpica peseros desde metro Universidad

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( SUR 15 )


15

SUR

ruidos opacan la luz de la mañana acaricia la cruz

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Luz en capilla minimalista Monasterio del Purísimo Corazón de María, Hidalgo 43 Col. Tlalpan, L-J: 9.30-12, 16-18 hrs., previa cita Tel. 55.73.23.95, donación voluntaria


En las caĂąadas del sur de la ciudad, existe un pueblo que acoge entre sus callejones el hogar de la familia GuzmĂĄn.

Los vecinos no lo saben, pero detrĂĄs de las paredes impregnadas de cotidianeidad, se encuentra la cueva del legendario...

...

Secretos de plata ( SUR 16 )


En

el

elegante

16

despacho

donde el Hijo del Santo recibe

SUR

a las visitas, cuelgan de las paredes fotos del héroe en tierras lejanas y con viejos amigos.

¡gr rrr ...!

con Hulk con Julio César Chávez

en Japón en Nueva York

Al fondo, en el cementerio de máscaras, yacen las cabezas de los enemigos derrotados por el Santo y su hijo.

279

!

¡Ay

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las legendarias botas

camisas a go-go

más allá, una cámara mortuoria de faraón egipcio resguarda objetos de épocas pasadas llenas de gloria. las capas de plata

los lentes del maestro

discos vinil


Al centro aparece, deslumbrante, el más valioso de todos los objetos: la máscara original del Santo, que Rodolfo Guzmán creó con sus propias manos, valiéndose de cuero...

hilos

y pintura de plata

La cueva del Santo se mantendrá en secreto hasta que pueda ser trasladada a un sitio seguro...

...y ¡permanente!

algún día todos podrán admirarla.


Mientras tanto, La vida de la familia Guzmán transcurre como la de cualquier otra familia.

¿capital de Eslovenia...?

...

...

¡Buenas noches mis pequeños!

281

después de todo...

click!

Los héroes también son de carne y hueso.

Fin

( SUR 08 )

Casa-museo de El Hijo del Santo Domicilio secreto, cañadas al sur de la ciudad


Caronte trajinero

( SUR 17 )

Anafres humeantes, cervezas, cámaras, guitarras, guitarrones y uno que otro supermán vendiendo papas se desplazan por los canales de Xochimilco, ofreciendo todo lo necesario para el folklor y la fiesta dominguera. En la rampa de Caltongo la trajinera es lanzada por los aires para brincar de un canal a otro. Algo le sucede entonces al trajinero, al viaje, al agua, a todo. Termina la fiesta, empiezan los huertos y la lenta jornada hacia un corazón obscuro, enredado entre las aguas y las flores. Caronte nos lleva en su barca por el río que conduce al infierno, por el cual nadie —salvo unos cuantos héroes clásicos y nosotros— tuvo la fortuna de cruzar dos veces. Un letrero adornado por cabecitas verdes y podridas indica que la entrada cuesta cinco pesos. No cabe duda que este pequeño infierno está mejor organizado que su copia pirata, ubicada al otro lado de la rampa: aquí las cabezas y las historias abundan, hay luz eléctrica, baños y en un futuro no muy lejano se abrirá un restaurante. Sus residentes permanentes son el espíritu de una niña que se ahogó en este canal alrededor de 1950 y el de don Julián Santana, quien


17

SUR

283

amaneció ahogado una mañana de abril de 2001, mientras cientos de sonrisitas de dientes de leche lo despedían con una mezcla de tristeza e ironía.

Se dice que entre estos racimos de ojos azules que cuelgan de las plantas

y de las paredes o se esconden en las esquinas, está la muñeca preferida de don Julián, aquélla con la que se dormía todas las noches para que lo cuidara, aunque no se sabe si más bien se acompañaba de un par de piernas desnudas de maniquí que yacen abiertas junto a su cama, del Judas sin rostro o de una muñeca vestida acorde a las singulares prácticas religiosas de su dueño: con una falda de hojas de maíz y un cuadro de La Última Cena por camisa. Don Julián no tenía su chinampa llena de muñecas para jugar con ellas, sino que éstas aparecían solas para protegerlo de la niña que rondaba los canales. Las cabecitas, brutalmente degolladas pero amorosamente reunidas a su torso con un palo, acechan entre las milpas y las hortalizas, mientras cientos de sonrisas colgadas de los cables susurran viejos cuentos de terror. ( INT 09 )

Isla de las muñecas Embarcadero de Cuemanco, Periférico Sur s/n, entrada por Canal Nacional horario sugerido: L-V: 9-18 hrs. o noches de luna llena si usted es campesino puede entrar por la rampa de Caltongo, Col. Xochimilco


El cerco de espinas

( SUR 18 )

La entrada al jardín de espinas no es espectacular. Una reja, que a veces se encuentra cerrada y otras abierta, es controlada por celosos jardineros. Impide el paso de autos y camiones, más no de peatones o ciclistas, siempre bienvenidos, para proteger al puntiagudo vergel de la voraz ciudad de México, la que todo se come. La ciudad, pues, termina ahí, en una reja, en brutal contraste con lo que se presenta enseguida a nuestra vista: plataformas, muros de contención y rampas, laberintos de piedra brasa, brasa de piedra, entraña negra de volcán, que definen los espacios que, con paciencia de siglos, los agricultores de Milpa Alta han creado en las laderas del Teuhtli Malacatepec, el polvoso, el panza de malacate. Y entre las piedras, geometría compleja como la de los nopales genealógicos del Códice Techialoyan, espinas por doquier, ordenadas en líneas rectas y curvas interminables. Pencas tiernas, maduras, con flores amarillas o con frescos brotes, turgentes, que crecen como esponjas hinchándose de agua ante nuestros ojos, de agua robada al basalto; nopales altos


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SUR o al ras del suelo, recién transplantados, en un tapete verde cerúleo sin fin, prosperando en esta topografía transformada por el hombre, protegidos por los cercos de piedra amontonada con paciencia, afianzada sólo por las raíces de algunos arbustos y de los esbeltos palos locos que pintan de amarillo la primavera.

Pajarillos ocasionales, viento fuerte, árboles esparcidos, hierbas se-

cas y flores silvestres completan el jardín, pero sobre todo hay nopales y piedras, piedras y nopales o acaso sólo nopales que, de tan viejos, se han petrificado.

Nopal, clave de un paisaje contundente y complejo. Nopalera, gigan-

tesca construcción humana y natural, cientos de rincones, kilómetros de muros que tejen una red pétrea, cercando las espinas, conteniéndolas porque, pensándolo bien, tal vez serían ellas las que con su rústica habilidad para sobrevivir, desbordarían sus parcelas, crecerían, avanzarían como una silenciosa armada y acabarían, en un descuido, por invadir la ciudad completa. ( NTE 06 )

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Nopaleras Prolongación Veracruz Norte, Villa Milpa Alta peseros desde el centro de Xochimilco y de Tláhuac



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SUR Rapsodia suburbana

( SUR 19 )

Como un rayo sobre ruedas, el carro atraviesa la noche de la metrópolis rumbo a su destino: home sweet home, una vida mejor en las afueras, en los suburbios. El sueño de escaparse de la ciudad es tan viejo como la ciudad misma. Ella expulsa mientras atrae y atrae mientras expulsa. Madre del país en perpetua transformación, esperanza y horror de la nación. En un principio, Hernán Cortés se fue a vivir a Coyoacán, el virrey se marchó al bosque de Chapultepec, la alta nobleza a Tacubaya y la burguesía porfiriana a la colonia Juárez. Conforme la ciudad creció y creció, el éxodo continuó llevándose consigo a cada vez más gente para dejarla caer en lugares cada vez más lejanos. El campo se transformó en suburbio y el coche en el único medio de comunicación entre Satélite y la Ciudad madre. Existe, sin embargo, un escape más instantáneo: el coche-pasto. Coche, casa y campo unidos en perpetuo movimiento. Un lindo prado tamaño familiar siempre a la mano, sea en el Zócalo, en el camino al trabajo o en el estacionamiento del supermercado. Un forro de plástico, tan artificial como la alfombra de una casa, puede convertirse además en el hábitat de plantas parásitas, inaugurando un arriate de naturaleza salvaje en medio del paisaje de concreto y asfalto. ( PTE 16 )

Coche forrado de pasto artificial En movimiento: calles, avenidas y autopistas Estacionado: algún fraccionamiento suburbano de la ciudad

287



Poniente


La zona PONIENTE está integrada por las delegaciones Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Magdalena Contreras y se extiende hasta los municipios de Naucalpan y Huixquilucan, siendo este último el área de traslape de la ZMVM y de la zona metropolitana de Toluca, lo que confiere a la Ciudad de México el carácter de megalópolis.

El crecimiento urbano hacia el poniente comenzó en los años treinta y

cuarenta con la urbanización de Lomas de Chapultepec (inspirada en el concepto de ciudad jardín y nombrada inicialmente Chapultepec Heights) y la de los terrenos de la hacienda Morales en Polanco. Los históricos pueblos de Mixcoac, Tacuba y Tacubaya —estos dos últimos, áreas residenciales de la burguesía porfiriana— se expandieron debido a la explosión demográfica y se convirtieron en centros suburbanos de gran importancia, marcados por hitos arquitectónicos como el Edificio Ermita, símbolo de la modernización postrevolucionaria mexicana.

la gran zanja

Por su lado, la delegación Miguel Hidalgo junto con Naucalpan, uno de los

primeros municipios mexiquenses que se incorporaron a la Ciudad de México, fungieron en los años sesenta y setenta como importantes centros de manufactura e industria respectivamente. Para la década de los ochenta ambos se transformaron en centros de servicios.

La construcción, en los años noventa, del centro suburbano Santa Fe sobre

los antiguos depósitos volcánicos y las minas de arena de la Real Fábrica de Pólvora, ambos utilizados como basureros hasta principios de esa década, fue el principal motor para el desarrollo inmobiliario en la zona que comprende la salida hacia Toluca. El núcleo evangelizador y caritativo que Vasco de Quiroga, inspirado en la utopía de Tomás Moro, había fundado en 1532 bajo el nombre de Hospital-pueblo de Santa Fe, se transformó 470 años después en un centro urbano en el que ahora operan empresas transnacionales, mientras en las


barrancas vecinas se albergan ciudades perdidas y colonias populares bajo la amenza constante de los derrumbes y las crecidas de los arroyos provocados por las lluvias.

El poniente ha sido una zona importante para el abastecimiento de agua

de la ciudad, primero con la explotación de los manantiales de Chapultepec, después con los de Santa Fe. Sin embargo, hoy en día, aproximadamente 35% de los 70 m3 por segundo de agua potable que recibe la ciudad proviene de los sistemas hidrológicos de los ríos Lerma y Cutzamala, ubicados al otro lado de las montañas que delimitan la cuenca. Traer el agua desde ahí ha implicado mayores esfuerzos y costos, dado que se requiere bombearla 1200 m. de altura. Además, la distribución intrametropolitana del agua sigue siendo muy desigual: en el poniente del Distrito Federal cada habitante dispone de 600 litros diarios, mientras en el oriente se tiene un promedio de 20 litros de agua por persona al día, muchas veces suministrada por pipas.

En contraste con el microclima semicálido del oriente, el poniente es de

clima templado subhúmedo y, dado que acoge el bosque de Chapultepec, el Desierto de los Leones, Los Dinamos y La Marquesa, es de extraordinaria importancia para las actividades recreativas de los habitantes de la Ciudad de México, quienes en promedio cuentan con 4 m2 de áreas verdes, menos de la mitad del valor recomendado por el programa de medio ambiente de la ONU. Además, el poniente cuenta con amplias áreas forestales de preservación ecológica, fundamentales para la recarga de los mantos acuíferos y para el equilibrio ambiental, y alberga, junto con la zona sur, cerca del 2% de la biodiversidad del planeta.

El poniente se ha caracterizado, a la largo de la historia, por acoger algunas

de las obras de ingeniería civil más importantes de la ciudad, desde el acueducto de Chapultepec hasta la construcción del segundo piso del Periférico.


p. 299

p. 298 ( PTE 10 )

≤ ( PTE 13 )

( PTE 14 ) & ( PTE 15 )

p. 294

p. 295

( PTE 0 1 )

( PTE 06 )

≤ ( PTE 05 )

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Auxilio vial

( PTE 01 )

¿Cómo se llama oficialmente el trabajo que usted está haciendo? Policía: Vialidad. Así nomás, joven. ¿A cuántos coches les ayuda a salir del Circuito Interior por minuto? Policía: Son bastantes. La verdad no sabría decirle. ¿Qué opina usted de los automovilistas? Policía: Hay unos prepotentes y otros amables. Cada quien con su carácter. ¿Cuál ha sido para usted el momento más importante mientras ha estado trabajando aquí? Policía: Pues aquí no pasa nada... Bueno, el secuestro de las hermanas de Thalía. Aquí en frente de Galerías las interceptaron. Ya las habían secuestrado desde el teatro, pero justo aquí cambiaron de coche y luego la policía dijo que les había perdido la pista. ¿Cambió la manera de conducir de la gente en cuanto quitaron los exámenes de conducir para obtener la licencia? Policía: No. Las personas siguen siendo iguales. Mira, los mexicanos somos así. Todos somos corruptos. La gente no cambia. ¿Usted cree que los automovilistas reconocen el valor de su trabajo? Policía: No. Pocos reconocen el trabajo de la policía. Nos tratan como si fuéramos sus empleados. He recibido muchas mentadas pero, ¿qué quieres hacer? La gente viene con prisa y se mete desde el segundo carril. Todos tienen prisa, todos deberían hacer fila para salir pero siempre va a haber gente gandalla. Tampoco sirven los conos. No los respetan. Es lo mismo como con los peatones: los conductores nunca van a respetar al peatón, pero el peatón tampoco respeta el reglamento y cruza donde no debería o cuando está en alto... En México las leyes son para romperlas. El problema es la falta de educación vial y la falta del propio criterio de la gente. Mira, me agrada mucho mi país y no es para compararlo, pero en Estados Unidos la gente respeta a los policías como debería de ser. Allá el gobierno les da un buen equipo, buenos uniformes y un buen salario. No quiero decir que el salario aquí esté mal, pero luego somos nosotros los que tienen que meter de su bolsillo para comprar las refacciones que le hagan falta a la patrulla.


01

PTE ¿Cuáles son los puntos más conflictivos del Circuito Interior en toda su vuelta (Río Consulado — Calzada Melchor Ocampo — Av. Revolución — Río Churubusco — Bulevar Puerto Aéreo)? Policía: Aquí, Galerías. Después ya no hay tanto tráfico. Aquí y las dos salidas más adelante, pero ahorita no me recuerdo cómo se llaman. ¿Cuál es el refresco que más le gusta a usted? Policía: No tomo refresco. Pura agua, para mantener la línea. ¿Cuál es su coche favorito? Policía: El Jetta, color rojo. ¿Usted cómo conduce? Policía: ... ( OTE 06 )

303

Policía de tránsito Circuito Interior, dirección sur, salida a Gutenberg y a Ejército Nacional Col. Verónica Anzures, L-S: horas pico



02 PTE

Taco de ojo

( PTE 02 )

Un puesto de tacos de ojo en el corazón de Polanco echa abajo la teoría de que la ciudad se divide en barrios decentes y guarros. Las mujeres de esta ciudad, independientemente de a donde vayan, tienen que pensar en dos cosas al vestirse: en las condiciones climáticas y en su disposición para soportar las salivaciones masculinas que desaten involuntariamente con su vestimenta. Porque a todas les ha tocado —gordas, flacas, feas, guapas, en sotana o minifalda— que un macho incontenible, en Chalco o en Polanco, pase del taco de ojo al de lengua y cochinada. El taquero lo confirma: Casi puros hombres, señoritas creo que no... De seis kilos de cabeza diarios salen de diez a doce ojos, cada uno con sus ocho centímetros de diámetro, entre pupila y amorfa anatomía. Algunos hombres lo comen simplemente por glotones, otros por tener un paladar aventurero, la mayoría para demostrar su hombría porque, de todos los tacos, el de ojo es el que más repugnancia provoca. Aunque su olor es idéntico al de cualquier otro taco y su textura recuerda la consistencia gelatinosa del chambarete su digestión resulta, de hecho, mucho más difícil en la mente que en el estómago. El taco de ojo no sabe a nada, como “nada” hacen las miradas que desnudan a las mujeres con lujuria, provocándoles brutal indigestión.

Simbólicamente, las mujeres afectadas por esta libido incontrolada y

aparentemente no violenta, podrían perpetrar un acto colectivo de venganza inaugurando el taco de criadillas como un platillo exclusivamente femenino. O, tal vez, ser más radicales y ejercer su libertad de vestirse como quieran, de caminar, de bailar, de morirse de la risa, con unas tijeras jardineras guardadas en la bolsa. ( CTR 10 + SUR 03 )

Tacos y mujeres Tacos de ojo Don Güero, Euler esq. Mariano Escobedo Col. Chapultepec Morales, metro Polanco, L-S: 8-18 hrs.

305


Arqueología de la basura sumergida Léase en voz alta ( PTE 03 )

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03 PTE

307

Basura de Chapultepec Lagos Mayor y Menor, Canal del Quijote y Acequia del bosque Bosque de Chapultepec, metro Chapultepec, Auditorio, Ma-D: 5-16 hrs.


La esquina de magia

( PTE 04 )

Qué vida sería si cada quien llevara siempre consigo una silla para descansar cuando la ciudad se lo demanda y qué mejor lugar que la esquina de Av. Revolución y Av. Jalisco para poner esta silla, sentarse a gusto y disfrutar la magia del cine más grande de la ciudad. La hora azul es ideal para probarlo: en esta “sala” la luz del sol se apaga gradualmente, mientras el tráfico aumenta al máximo. Los faros transforman la calle en un río de luces en continuo movimiento. En el vértice, justo donde uno ha tomado la posición de filósofo con especialización en estudios urbanos aplicados, desemboca el río, se separa en dos, rodea la proa del Edificio Ermita y sólo falta la chelita bien fría para acompañar las hamburguesas que aquí siempre venden, excepto los martes, cuando hay operativo. Tercera llamada, tercera, principiamos: aquí viene el tren de los hermanos Lumière, cuatro millones de veces potenciado... ( NTE 05 )


04 PTE

309

Contemplaciรณn cinematogrรกfica del trรกfico Edificio Ermita, Av. Revoluciรณn 23 esq. Av. Jalisco, metro Tacubaya Juanacatlรกn, Patriotismo, horario sugerido: hora azul



05 PTE

El pecao limpio

( PTE 05 )

El paradero de Tacubaya es un verdadero pecado de la urbe. Parecería como si los que ahí trabajan se regodearan intensificando el caos ya existente abriéndole el escape a los peseros, camiones y tráilers, reduciendo las banquetas con mallas ciclónicas y hoyos, desapareciendo las señales y letreros, e instalando tacos de carnitas justo al lado de charcos de olor agrio, todo con el fin de observar con placer cómo el transeúnte poco acostumbrado va naufragando paulatinamente. Pero justo cuando el náufrago siente que ya no aguanta más y que está a punto de ser engullido por el mar, aparece la marisquería.

Sin palmeras, ni arena, ni sol, la marisquería es totalmente honesta con

su contexto. Su intención no es crear una playa artificial en medio de la ciudad, sino recuperar la sensación de relajación y tranquilidad del mar. La cerveza, el ceviche, las cumbias y la terraza los pone el restaurante; el silencio o, más bien, el ruido amortiguado, la altura; la vista y la brisa, la ciudad. Cae la noche y México se tiñe de azul, el atardecer se refleja en los espejos de la Torre Mayor, las chimeneas de los baños públicos echan nubes gordas y blancas hacia el cielo. El náufrago que recupera sus fuerzas disfruta de la vista desde arriba: el fluir de las luces y de la gente, los colores de los techos de los puestos que, vistos desde la terraza, recuerdan un cardumen caribeño, el puerto de embarque y desembarque de los peseros que viajan hacia las lejanas tierras de oriente. Felizmente a salvo, el náufrago se percata entonces de que Acapulco no es la playa más cercana a la ciudad: es Tacubaya. ( OTE 07 )

Marisquería con vista sobre paradero El pecao limpio, Tordo 3, Col. Tacubaya metro Tacubaya, L-D: 11-20 hrs.

311


Macho a la moda

( PTE 06 )

Fuerte, vigoroso, robusto, energético, firme, resistente, valiente, animoso, bravo, gallardo, valeroso, arrogante, arrojado, audaz, atrevido, varón, fecundador de vacas, bestia de carga... Machos y sus sinónimos hay muchos en esta ciudad y especialmente en la Miguel Hidalgo, en donde por cada cien hombres hay 124 mujeres. Tan infame relación sólo deja tres salidas: o tenerlas a todas o cambiar de preferencia sexual o, como demuestra el elevado porcentaje de mujeres asesinadas en esta delegación, simplemente eliminar el superávit para recuperar el equilibrio. En cualquiera de los casos, el gallo se siente animado y se hincha hasta casi explotar. Se va al gimnasio, se quita la camisa y se deja cortar la barba tal como lo ha visto en las revistas: guapo, fuerte y totalmente fotoglosi. Finalmente se compra un taladro más potente. Convertido así en el hombre Rambo-Juan Camaney, aunque con cara de inocente y con un toque de metrosexual célebre, escala el poste de un espectacular y se para con ganas de vencer: listo para enfrentarse él solo contra un universo de Tablaroca, listo para abrir un hoyo en la cocina. ( SUR 01 + SUR 05 )


06 PTE

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Anuncio espectacular Hombre Bosch, Av. Observatorio 238 esq. Gral. J.M. MendĂ­vil Col. Daniel Garza, metro Observatorio



07 PTE

Lo que antes fuera gris

( PTE 07 )

En las calles vertiginosas que surcan los taludes de la cañada, las casas parecen estar a punto de caer. Pero no sucede: desafían el vacío apiñonándose unas contra otras, conformando una masa de viviendas color gris autoconstrucción, cuya escarpada geometría permite que las terrazas y azoteas se encuentren a la vez por encima y por debajo de la calle. Al otro lado de la cañada, se divisa un talud que no pudo ser dominado por la ingeniería de la vivienda, pero sí por un grupo de pintores. En esta superficie, entre las telarañas de pvc que llevan hasta el río el desagüe de las casas al borde de la barranca, hay una ciudad bidimensional de 1500 m2 que no es ni continuación ni espejo de la que la mira, sino ventana a la fantasía. En ella, vecinos con gallinas por sombrero se sientan en las esquinas de sus casas de colores, los pájaros tienen cabeza humana y los gatos son color pastel. Es casi inevitable observarlos: cualquier ventana, terraza o escalera antes de precipitarse al vacío se detiene en el mural.

Pero no todo es ciudades de colores. En otro talud, Los Hijos de Aztlán

miran con ojos muertos al visitante. Sus colores, más que deslavados, están “Ahumados”. Será por su obscuro origen, un origen de maletas, mentiras y video. ( PTE 21 )

Megamurales en taludes Barranca del río Santa Fe, Limpeños, Col. Francisco Villa Hidalgo, Col. Jalalpa peseros desde metro Observatorio, Tacubaya

315



08 PTE

Dimensión desconocida

( PTE 08 )

Un buen día decidieron construirle un segundo piso a la ciudad, pues todo lo que había ya no cabía en el primero. Así que lo que estaba arriba de repente estuvo abajo: las torres de departamentos sobresalieron como pequeñas protuberancias en la lisa superficie de la nueva planta, se pudieron oír las campanas de las iglesias resonando desde las profundidades y los puentes se convirtieron en pasos a desnivel. Entonces hubo más luz. Finalmente se pudo apreciar el lejano horizonte de colinas y bosques. Quien quiso estrenar su nuevo automóvil lo hizo a grandes velocidades y casi todos estuvieron de acuerdo en que las cosas funcionaban mejor así... excepto porque comenzaron a aparecer, en la primera planta, objetos extraños. Un grupo de expertos se dedicó a estudiarlos y concluyó que casi todos pertenecían a una nueva generación de onos. Sin embargo, quedó pendiente un objeto de naturaleza aparentemente inofensiva que había sido descubierto, cinco meses después de la inauguración del segundo piso, por un alpinista escocés. Aquel humilde hombre, que una mañana de marzo había decidido visitar a los habitantes del primer piso, subió ingenuo por lo que a los ojos de todos era un común y vulgar puente peatonal. Sin embargo, pronto se encontró con que el puente lo abandonaba en el vacío, justo en medio del tránsito. Su corazón valiente lo empujaba a saltar los muros y correr, arriesgando la vida, por el carril de alta velocidad. Pero al recordar La Puerta a Otra Dimensión de La Lagunilla pensó que tal vez ésta sería la versión puente para regresar a los habitantes del nuevo inframundo a nuestra dimensión. Cauteloso, decidió no continuar su travesía, sino quedarse ahí, en ese balcón de vista privilegiada, para burlarse de los embotellamientos y experimentar la extraordinaria sensación auditiva, olfativa y visual de tener automóviles por abajo, por un lado, por el otro, pero sobre todo, por arriba. Días después, el hombre desapareció. ( CTR 07 )

Puente al vacío Periférico Sur esq. Calz. de las Águilas, Col. Las Águilas horario sugerido: horas pico

317


<html> <head> <title> Las carreteritas </title> <meta http-equiv=”Content-Type” content=”text/html; charset=iso8859-1”> </head>

( PTE 09 )

<body bgcolor=”#FFFFFF”> <p> Hola, con mucho gusto entro al proyecto y les escribiré un texto. Estuve pensando algo con un tono irónico... cómo ven algo así como: “caminar sobre las aguas” (sí, a lo Jesucristo jeje...), algo que hable e invite a caminar al peatón sobre el Río Magdalena y se le antoje, y a la mera hora es ni más ni menos que el inseguro, vacío y escalonado Paseo Cri-Cri! Y me gustaría poner cómo se escucha el ruido del agua correr, lo cual es cierto y es una belleza!, pero cómo al mismo tiempo ese ruido agradable que te sigue a cada veinte pasos (la distancia exacta entre coladera y coladera), va inevitablemente acompañado de un hedor insoportable a drenaje y caño, que de igual manera emerge de las mismas coladeras que te saludan con cantos de aguaclara y pestes de aguasnegras... Y otros aspectos más, por ejemplo: “si durante la trayectoria te surgiera alguna necesidad fisiológica impostergable, no te preocupes, seguramente encontrarás gente que no dudó en regar las plantas con sus desechos orgánicos.” ¿Qué les parece? </p> <p> Hola, y gracias por tu primer borrador. La amargura de tu texto es increíble: eso es una expresión que así no tenemos todavía en la guía y que sí es muy válida, por que representa una realidad urbana que no queremos negar. Pero aún pensamos que podría introducirse algo con referencia al mismo Cri-Cri. </p> <p> Hola, eso de Cri-Cri podría ser, pero siento que mi calle no es la más insólita al final. Por otro lado me consuela saber que en mi delegación no hay cosas tan patéticas como para salir en Citámbulos... jejeje! </p> <p> Hola, no te preocupes. Tu delegación es tan horrible que vamos a hacer un número especial sólo para ella... pero en serio: nos gusta mucho el camino Cri-Cri, sobre todo el hecho de que puedes escuchar el agua, los alumnos que ahí fuman a escondidas y la pista de carreras de coches de juguete (casi la única zona peatonal en todo el df) y lo primero que hacen es construir una pista de enseñanza para futuros conductores: es de lo más emblemático para esta ciudad. </p> <p> Hola, me puse a reescribirlo de nuevo. Así podría ser la introducción: “Primero río, luego drenaje. El drenaje entubado se vuelve calle. Sobre la calle, escalones.” Algo corto... y


09 PTE

luego sigue: “Al llegar al periférico, un parque que simula una vialidad para niños, con semáforos -destruidos todos-, y puentes, como una Ciudad de los Niños… pobres o mejor dicho, una ciudad de los pobres niños. Frente a esta minivialidad, la automotriz Audi, casualmente construida varios años después, como parte del mismo homenaje al coche.” Les gusta?, a que sí!, bueno a mí me está gustando, puede mejorar. Espero sus comentarios, aunque debo confesarles que quedan cosas en el aire, tantas de las que quisiera hablar, por ejemplo: el bonito diseño de las alcantarillas viejas y no las nuevas, choteadas y aburridas, o el diseño de los pavimentos en sus orígenes, como estrella, con piedra brasa, o bien, las mismas estatuas como de bronce y no esas cosas kitsch de plástico chafa y brillante que sólo evidencian un pésimo gusto que invariablemente -y aún no entiendo por qué-, siempre parece ir ligado a la pobreza, o los árboles en un determinado tramo (entre Tuxpan y el mercado), que se yerguen altos pero no imponentes sino gloriosos, como alabando al cielo, enmarcándolo… en fin, qué les digo, mejor díganme ustedes… </p> <p> Hola, estuvimos viendo lo de Cri-Cri pero la verdad es que nos cuesta igual que a ti: qué es lo que tiene el lugar? (1) es medio equis, pero (2) se escucha el agua, (3) es un paseo peatonal, (4) está abandonado y se utiliza como baño. ¿A dónde quieres que nos vayamos: a algo positivo o mejor que domine lo negativo? </p> <p> Hola, ahora leo su escrito y sinceramente me consuelo del mío, jajaja!!!. No, no es cierto, es broma, lo que sí veo es que como que esa calle no se deja... no se deja, no se quiere dejar... Honestidad: hagan lo que se les dé la gana con ese CriCri famoso! Finalmente esta ciudad no inspira más que lástima, y después de Berlín qué les puedo decir: Berlín es tan hermoso, tan perfecto, que casi se puede olvidar todas las atrocidades que ahí han ocurrido... esta ciudad en cambio, lo único que tiene de amable es la hospitalidad. Es fea, triste, sucia, todo lo que diga es poco, pero es en la que uno está, bien metido y viviendo... es la calle, el perro, el olor a smog, pero al mismo tiempo es esa bandera ondeando arriba de la horrible glorieta de San Jerónimo, sobre una bella tarde tibia, de cielos rayados y hermosos: qué contrastes, qué penas y qué alegrías... En fin, escribiré algo, veré qué sale de esta contaminada cabeza de chilanga harta y sometida, contrarios, contrapuestos, opuestos, puestos, puestos de fritanga, frituras, estoy frita, quiero un sope... </p> <p bgcolor”#5C5C5C”>  ( PTE 13 ) </p> </body> </html> Río entubado y zona peatonal Paseo Infantil Cri-Cri, calle Francisco Gabilondo Soler Cri-Cri Col. San Jerónimo Aculco, peseros desde metro Miguel Ángel de Quevedo

319



10

PTE Microcosmos

( PTE 10 )

La j u n g l a d e c o n c re t o s e q u i e b r a c a d a p r i ma ve r a y u n m u n d o a p e n a s s o s p e c h a d o p o r lo s h a b i t a n t e s d e l a m e t r ó p o l i s f l o re c e en l a s g r i e t a s d e l a s b a n q u e t a s y l o s t erre n o s b a l d í o s . En p l e n a é p o c a d e f e s t iva l e s , l o s a zo t a d o re s t o m a n s u s a b r i g o s y caminan elegantes rumbo al concierto qu e c a d a n o c h e o f re c e n l o s g r i l l o s , m i e ntr a s l a s l i b é l u l a s s e l u c e n c o n u n e spec t á c u l o d e d a n z a p a r a l o s c h a p u l i n e s y un escarabajo asiste al funeral de una pa l o m i l l a q u e h a m u e r t o s o b re u n l e c h o de p i s t i l o s . El transeúnte capaz de detener el paso y bajar la mirada podrá recoger diminutos racimos de flores y orquídeas salvajes, como el cirujano dentista que, cansado de atender sombrías caries, toma fotografías de la flora y la fauna urbana para ilustrar la música de consultorio que él mismo compone y que tal vez un día acompañe el beso apasionado de dos caracoles en pleno Bulevar de los Virreyes. ( 0TE 08 )

Flora y fauna diminuta (1 a 5 cm.) Grietas y terrenos baldíos, Col. Lomas de Chapultepec peseros desde metro Auditorio

321


A espaldas de la ciudad

( PTE 11 )

A espaldas de la ciudad, ahí donde antes corrían los trenes de pasajeros rumbo a Michoacán, corre ahora el silencio y a veces también el viento. En el horizonte, un punto se fuga entre las curvas, mientras en los costados se cierran las ventanas y las antifachadas callan identidades. Entre las bugambilias se respira el más profundo anonimato. Es difícil imaginar que detrás de los muros, en la otra cara de la ciudad, corre la vida: que se abre un hotel de paso, que exhala una tintorería, que una señora lee el futuro en las manos y que una oficina de correos tira las cartas al aire. ( INT 10 )


11

PTE

323

Paseo por las vías del tren Vías del Ferrocarril de Cuernavaca, Col. Granada, Anáhuac, metro San Joaquín vías de Ferrocarriles Nacionales, Col. San Álvaro, metro Cuitláhuac


( 1 ) (2) (3)


12

PTE cédula dixit

No hay ningún museo del narco

( PTE 12 )

Art uroPé rez Revert e

(1) Maniquí con vestimenta “típica” del narcotraficante: camisa de colores chillantes desabotonada a mitad del pecho, sombrero vaquero, lentes obscuros tipo ”piloto aviador”, vistosas cadenas doradas en el pecho, cinturón de hebilla grande, pantalón de mezclilla y bota vaquera. (2) Pistola marca Colt, calibre .38 súper, con cachas de oro, cada una con un águila y con un total de 389 circonias y 22 esmeraldas, perteneciente a Amado Carrillo Fuentes, asegurada a Joaquín Guzmán Loera (a) “el Chapo Guzmán”.

325

(3) Bicicleta empleada para el transporte de droga. (4) Texto escrito por un campesino pidiendo a los soldados del H. Ejército Mexicano que no destruyan las plantaciones de cannabis:

Tengo mucha necesidad Señores agan El favor de …… Les suplicamos lo mas que puedan por Favor despues del gran Favor seles ba a agradecer con lo que se pueda de dinero. ay agan lo mas posible por degarla y si quieren un toro se los llebamos a donde Esten si lo aceptan para buscarlo fiado ay despues lo pago y si lo aceptan le anotan al reberso de la hoja. ( SUR 02 )

Museo del narcotráfico En el interior de la Secretaría de la Defensa Nacional, Periférico Poniente s/n esq. Av. Industria Militar, peseros desde metro Cuatro Caminos, previa cita


En un lugar de la Mancha...

( PTE 13 )

La del alba sería cuando don Quijote encontróse con un grande ejército que dándose priesa se encaminaba hacia una escalinata. No pasó mucho tiempo para que el jamás como se debe alabado caballero se percatase de que la causa de tanta priesa era un encantamiento del terrible sabio Frestón, culpable de someter a aquellos gentilhombres y hermosas dueñas y doncellas a labores durísimas en las tierras de un desaforado gigante. El fiero gigante era famoso por engullir a sus pobres sirvientes una vez que les agotaba las fuerzas. Don Quijote, puesto en razón de estos terribles agravios, arremetió a todo galope con la lanza en el ristre hacia la multitud. Non fuyan las vuestras mercedes ni teman desaguisado alguno. Yo os liberaré de tan tremenda carga díjoles, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba. Paróse la multitud al son de estas razones y al ver la extraña figura del que las decía, y por la figura y por ellas luego echó de ver la locura de su dueño. Mas quiso la multitud proseguir su camino y don Quijote, en viendo esto, con grande furia y enojo arremetió contra los gentilhombres. Quiso la mala suerte que tropezara y cayera Rocinante, y fue rodando su amo por el suelo, y queriéndose levantar jamás pudo. A pesar de tener el cuerpo casi partido en dos mitades, don Quijote, que en lo de valentía no les iba en zaga, estaba puesto en razón para servir a su república y hacer aumento de su honra. Alejándose de tan necia multitud encontróse con lo que a su juicio era la cola de un colosal dragón blanco, propiedad del ser de la generación gigántea cuyos sirvientes había intentado liberar contra su proprio albedrío. A medida que caminaba se percató de que el animal medía al menos media legua de largo y varias varas de grueso. Sus varias partes se retorcían profiriendo extraños chillidos mientras exhalaba enormes bocanadas de humo y en su interior el caballero andante vió miles de gentilhombres que llevaba el fiel dragón a su dueño para que los engullese. Mas apenas su buen corazón


13

PTE se conmovió con tanta desgracia, nuestro afable y bien criado caballero, encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, se lanzó al campo para demostrar el valor de su brazo. De un revés partió en dos la cola del dragón, provocando grandísimo alborozo en las gentes que lo miraban. Pero poco después volviéronse a juntar los trozos della por una suerte de magia,y nuestro caballero de la triste figura y su fiel escudero decidieron darse priesa y llegar hasta la cabeza del dragón para darle muerte. Buscando la cabeza del dragón, nuestro caballero y su escudero caminaron media legua bajo un sol cuyo ardor fuera bastante para derretirles los sesos si algunos tuvieran, ardor que no hizo a don Quijote desistir de su empresa, sino avivar su valentía con el recuerdo de su dulce señora a quien ofrecería tan osada hazaña. Iba así don Quijote sustentándose de sabrosas memorias cuando Sancho, cansado de no encontrar la cabeza, díjole que mirase que era hora de comer. No había terminado de decir esto cuando miraron que estaban rodeados de caníbales que devoraban en grandes cazos las cabezas de sus infelices víctimas. Debemos estar en la ínsula de Barbacracia, díjole don Quijote a su escudero, tierra de feroces caníbales. ¡Válame Dios!, dijo Sancho, y con dos o tres coces a su asno diose priesa para huir de tan espantable aventura. Don Quijote fue tras Sancho prosiguiendo camino, pues si no fuese porque su deber era proteger a su escudero en todo momento y ocasión como bien merece a un caballero de nobilísima sangre y talante, sin duda hubiese quitado tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. Pero está el daño de todo esto, que en este punto y término deja pendiente el autor desta historia esta batalla, disculpándose que no halló más escrito destas hazañas de don Quijote que las que deja referidas. Bien es verdad que no se contará en ninguna segunda parte, para lo que el lector debe encaminarse por sí solo al lugar de tan grandísimas aventuras y darles una felice continuación. ( www.citambulos.net )

§ §

§ Batalla contra el caos de un paradero Paradero de camiones del Toreo, metro Cuatro Caminos

327


Tiempo de trenes

( PTE 14 )

Cada año una mudanza, cada mudanza un nuevo destino, cada destino una estancia, siempre bajo el mismo cielo, siempre con su vagón en marcha: Zacatecas, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa, Puebla. Más de trece años cambiando de paisaje sin cambiar de ventana, amarrando los muebles a la pared, montándose en la cama y dejándose arrastrar, unas veces hasta la nada, otras hasta la casi nada. Dirigiéndose hacia recónditos lugares donde, de la noche a la mañana, pequeñas comunidades eran desbordadas por la llegada de este convoy que terminó por asentarse en el centro de Naucalpan.


14

PTE

329

Se acabaron sus trabajos y dejaron de sonar las ruedas de sus casas.

Se alzaron sobre los techos tanques Rotoplás y se extendieron terrazas, pero los interiores todavía cuentan su historia gitana y las treinta familias de ferrocarrileros que sobrevivieron a la muerte de la red nacional de trenes insistieron en mandar a sus hijos al último vagón escuela primaria. Un salón de fantasía, con paredes de metal y ventilador güestern, al que todos los días asisten treinta alumnos de este ferro-barrio que ahora marcha sin moverse. ( SUR 19 )

Último vagón escuela primaria Vías del Ferrocarril de Acámbaro esq. 16 de Septiembre, cerca de Periférico Poniente Mpio. Naucalpan, peseros desde metro Cuatro Caminos


Muerte en México

( PTE 15 )

Polvo. Más polvo. Una llave de agua gigantesca hecha de concreto. El recuerdo del ruido de un chorro de agua. Dos ciudadanos al pie de la llave, sus rostros y cuerpos visiblemente deshidratados. Desde la derecha entra un tercer ciudadano, joven, en llamas. Ciudadan o 1: Ahí viene otro. Ciudadan o 2: Todavía tiene. Ciudadan o 1: ¿A quién le toca? Ciudadan o 2: A mí. Ciudadan o 2: ¿De dónde, compadre? Ciudadan o

jo ven :

De la cuenca.

Ciudadan o 1: ¿Hacia dónde, compadre? Ciudadan o

jo ven :

Hacia la llave de agua.

Ciudadan o 2: Ya llegaste, compadre, te ayudamos. Ciudadan o

jo ven :

¡Agua! Por fin.

Ciudadan o 2: No mucha. Tú mismo la traes. El Ciudadano 2 tira al piso al Ciudadano joven. Lo cubre de polvo para apagarle el fuego que lo consume. En cuanto termina, le ayuda a levantarse. Ciudadan o 2: Primero había que cuidar que no te me evaporaras por completo. El Ciudadano 2 le da un beso en la boca al Ciudadano joven. Este último se sorprende y quiere librarse de su amante inesperado, el cual le aprieta la cara con las manos, tirándolo nuevamente al suelo. El Ciudadano joven forcejea con creciente repugnancia. Después de varios segundos logra separar su boca de la de su agresor. Ciudadan o

jo ven :

¿Qué te pasa? ¿Por qué me besas?

Ciudadan o 2: Déjate, compadre, la siguiente vez te


15

PTE toca a ti. La cuenca tiene agua para todos, sólo tienes que abrirle la boca. Lo besa nuevamente, chupándole al ciudadano joven toda la saliva. Vo c es : ¡Vivan los ingenieros hidráulicos! ¡Vivan! Ciudadan o 1: Ahí viene Enrico Martínez, el constructor del túnel de Nochistongo. Viene siempre al medio día. Enrico Martínez cruza de izquierda a derecha. Él también se ve deshidratado. Casi al salir del escenario se enfrenta contra una estatua de Tláloc, la cual descabeza con un golpe de su rollo de planos. Ciudadan o jo ven : (Librándose de los besos) ¡Socorro! Ciudadan o 1: (Dándole un zape al ciudadano joven) Tú déjate besar. Traen una bronca entre ellos desde hace muchos siglos. No te harán caso nunca. Ciudadan o 2: Ni Francisco de Garay, ni Luis Espinosa. Tu saliva es nuestra. Ciudadan o

jo ven :

¿Y la llave? ¿Y el agua del Cutza-

mala? Ciudadan o 1: Aquí está lo que queda.

El ruido del chorro de agua aumenta a un nivel insoportable. De las cuatro bocas de la llave sale fuego, de súbito todo el escenario se cubre con una tormenta de llamas. Después de varios minutos sólo queda la ceniza del teatro. Un avión danés de la ruta México-Groenlandia aparece en el cielo y empieza a tirar bloques de hielo a los espectadores... ( INT 05 )

Monumento a la llave de agua Depósito de agua potable y escultura, Av. Corona Col. Padre Figueroa, Mpio. Naucalpan, peseros desde metro Cuatro Caminos, pedir permiso al vigilante

331



16

PTE La inevitable inquilina

( PTE 16 )

Ciegas, a pesar de sus ocho ojos redondos como bolas de billar, las arañas hilan mientras se columpian en el abismo. Muchas de ellas son tan expertas en su oficio que sus telas resultan más elegantes y resistentes que el acero, aunque la araña más común de esta ciudad, la patona, acostumbre tejer telarañas desarrapadas y mocosas que compensa caminando en tacones. Las arañas utilizan sus telas, entre otras cosas, para acariciar las corrientes de aire y arrebatarles sus livianos pasajeros: grillos, moscas y mosquitos a los cuales asfixian y devoran con la parsimonia del verdugo. Sin embargo, también las hay pedestres, escondidas en las esquinas, listas para atrapar, en una lucha cuerpo a cuerpo, a cualquier insecto de menor tamaño que se atreva a cruzar por su camino. A pesar de ser animales caseros como los cangrejos, sus primos lejanos, algunas arañas de provincia también se aventuran a atravesar el vasto territorio nacional utilizando diversos medios de transporte. La Central de Abastos se ha convertido en un punto de distribución de arácnidos de toda la República Mexicana, los cuales llegan a la ciudad entre mangos y cebollas para probar su suerte en las esquinas de las casas. En cuanto descienden del camión deben prepararse para su encuentro con el nuevo miembro de la internacional familia de las salticidae: una arañita de cuatro milímetros que ha regalado la Ciudad de México al mundo y a la ciencia y que entre señales acústicas y saltitos, espera a que un taxónomo la bautice con el nombre perfecto: salticidae chilanguis felix. En vano buscas la soledad absoluta, citámbulo, cuando te refugias de la ciudad entre los muros de tu casa. No importa cuántas escobas, plumeros y substancias tóxicas utilices para borrar su rastro o en qué parte de la ciudad decidas habitar: en todos los rincones, esquinas, interruptores de luz, espaldas de sillón, clósets, covachas, baños o cocinas te encontrarás con alguna de las 63 especies de arañas que habitan en esta ciudad. Basta que dejes el rosal abandonado durante unos cuantos meses para verlo convertido en una crisálida gigante donde anidan tus inevitables inquilinas. El verdadero peligro vendrá después, cuando recibas la visita de algún miembro del ejército norteamericano obsesionado por hacerle confesar a las arañas el secreto de su hilado, seguro de obtener en el futuro jugosas ganancias en la industria militar y en la cinematográfica. ( SUR 16 )

Arañas domésticas Rincones de cualquier casa de la Ciudad de México

333


Mi casita por los cielos

( PTE 17 )

Fuchi la barranca y los vecinos, mejor vivir en los cielos, flotando alejados de la chusma y sus casas de tabicón sin aplanar. Aquí vivimos juntos pero no revueltos, en casitas de block vidriado color ladrillo que reflejan el sol, mientras esos de allá abajo topologías sociales irreductibles vivirán a la sombra de nuestro nido flotante sin poder secar su ropa o calentar al perro en la azotea. Jamás llegarán a alturas como la nuestra irreal, insospechada, ilógica porque, digan lo que digan, no es lo mismo vivir en la barranca que vivir sobre la barranca, así, de lejitos, rozándola con tallos de cemento-mortero-arena gran hazaña de la ingeniería del absurdo

Los mejores departamentos son los que dan al interior del conjunto porque los de hasta el final se ve toda la barranca. (sic) la vendedo ra

( OTE 11 )


17

PTE

335

Unidad habitacional sobre plataforma Av. Centenario 1209 Residencia FortĂ­n Centenario, peseros desde metro Mixcoac


La ciudad de los puentes ( PTE 18 )


18

PTE

337

( INT 13 + NTE 12 )

Puentes de los poetas, distribuidores y segundos pisos horario sugerido: amanecer


Nina e Ingrid

( PTE 19 )

En las puertas de Nina, letras de estaño anuncian la entrada a la ciudad. Nina fue concebida un día en que los patriarcas de la urbe antigua se reunieron en el interior de una torre, durante siete días y siete noches, para planear una comarca fácil y perfecta. Al cabo de este tiempo, sobre un terreno de minas de arena, basureros y manantiales exhaustos comenzaron su construcción.

Nina, ‘La Protectora de sus Palacios’, es una ciudad celosa de sí misma.

Por ello tiene un guardia afuera de cada una de sus torres cuyo trabajo es cuidar que a nadie se le ocurra construir una réplica en algún otro lugar. Su característica más importante es que es una ciudad que se alimenta de deseos. Si en algún momento alguien dejara de desear, la economía de Nina se derrumbaría y la ciudad desaparecería de golpe. Bien sabían los patriarcas que en la naturaleza del deseo está su propia destrucción, pues una vez que ha sido satisfecho, se autoaniquila. Fue así como la construyeron de tal manera que sus habitantes siempre sufrieran de insatisfacción. Ésta llegó hasta tal grado que, después de un tiempo, los habitantes de Nina comenzaron a desear otra ciudad. Cuando llegó el momento de construirla, decidieron que no había mejor modelo que ellos mismos, además de que tener una hija idéntica sería la garantía infalible de su inmortalidad. A esta ciudad la llamaron Ingrid, ‘La Hija’. Ingrid está poblada de adultos pequeños, los cuales se visten, se comportan, sufren de insatisfacción, desean y consumen de manera idéntica a los adultos de Nina. Los habitantes de Ingrid siempre están corriendo de un lado a otro, porque cuando comienzan a hacer una cosa ya empezaron a desear otra; así, van del banco al hospital, del teatro al cine, del coche al avión, y del gimnasio al super hasta caer en bancarrota. Este último es el estado más temido por los habitantes tanto de Nina como de Ingrid, porque significa que sus deseos nunca podrán satisfacerse. En Nina, a todos aquellos que no pueden solventar lo que desean, los han ido expulsando a la periferia, más allá de las fronteras, hacia la ciudad antigua; en Ingrid, la estación de policía y la cárcel poco a poco han ido demostrando que no son suficientes para controlar el hampa de adultos pequeños empobrecidos que acechan desde las catacumbas. ( NTE 05 )


19

PTE

339

Ciudad en miniatura Ciudad de los Ni単os, Centro Comercial Santa Fe, peseros desde metro Tacubaya Observatorio, L-J: 9-19 hrs., V: 9-20 hrs., S y D: 10-21 hrs.



20 PTE

1999 perros

( PTE 20 )

No hay lugar en toda la ciudad donde haya tantos perros juntos: perros en la entrada, perros en el piso, perros adentro de la fuente, perros en las literas, perros en el pasillo, perros en los patios, perros en el bosque. A los dos mil perros que tiene el refugio actualmente, cada día se suma al menos uno nuevo, aunque ahora, por falta de presupuesto, no acepten a tantos como antes. Y es que a diferencia de muchos otros albergues en el mundo, en éste no sacrifican a los que nadie adopta. Prefieren seguir cocinando una tonelada y media de comida diaria y conseguir 150 mil pesos mensuales para su manutención, que darlos en adopción a gente que no los va a cuidar mejor que ellos. En cuanto llega un perro nuevo, la primera tarea del refugio es averiguar su nombre, pero si el recién llegado es anónimo, los trabajadores lo observan con cuidado y antes de que atraviese el vestíbulo ya trae colgada una placa grabada con un nombre que coincide con lo que ellos llaman la perronalidad. Cada perronalidad es producto de una historia: algunos perros llegan ahí porque sus dueños ya no pueden (o quieren) hacerse cargo de ellos, a otros simplemente los tiran por las rejas, los dejan amarrados al árbol de la entrada o adentro de un costal por ser feos, callejeros, ciegos o cojos. Hubo incluso un rotbailer que llegó al refugio huyendo de la pena de muerte, después de haber sido acusado ante el Ministerio Público por haber mordido a unos niños en Iztapalapa. Aquí los perros olvidan su pasado corriendo libremente por los 10 mil metros cuadrados de bosque que les donó don Antonio Haghenbeck, descendiente de un gran domador de tigres y creador del primer zoológico sin rejas del mundo. Desde la carretera es difícil imaginarlo. Hace falta bajarse y entrar para poder escuchar un concierto de dos mil ladridos que asusta. Azora pero, poco después, una vez que el oído y el olfato se han habituado a este ambiente intensamente canino, conmueve: estos perros, sin duda, son felices. ( INT 02 )

Refugio de perros Algún punto de la Carretera Federal a Toluca

341


Muros de cuento

( PTE 21 )

Digan lo que digan, en la Ciudad de México algunos cuentos de hadas ocurren tras muros palaciegos, altos, gruesos, hechos de cantera o concreto armado, cubiertos por hiedra y coronados por alambres de púas. Invencibles todos. Impenetrables. Lo único que los atraviesa es la fantasía. En su interior se hallan reinos lejanos de la realidad, con usos y costumbres, lenguas y, a veces, hasta leyes distintas. Tras alguno de estos muros tal vez se encuentre un jardín colgante de Babilonia, o una “bella Italia” fruto de la interpretación mexicana de una interpretación gringa de algún lejano original toscano. De los cuentos sólo hay pistas, detalles mágicos que estimulan la imaginación: un remoto lugar detrás de las siete montañas, el viejo tirano que aún después de dimitir reina en el país y la bella durmiente protegida por gruesos muros de la impureza que la circunda. Si supiéramos más, el palacio de cristal haría implosión ante nuestros ojos: tan frágil es su construcción social en esta ciudad. Captar en un rollo fotográfico lo que no es de este mundo hace temblar los cimientos mismos del cuento, convirtiéndose en un atentado contra la fantasía, en un acto de terrorismo turístico que viola el tratado constitucional de la segregación entre el mundo de las hadas y el de la vida real. Los guardacuentos expulsan a cualquier audaz visitante que ose venir a ver. Los muros permanecen mudos, aunque seguramente en una de las bibliotecas que aquí adornan obligatoriamente cada casa, se encuentre el libro que revele el final de la historia. ( p. 11 )


21

PTE

343

Lugar no fotografiable Fraccionamiento La Toscana, Prol. Paseo de los Laureles aquĂ­ no llega ningĂşn pesero




∞

Peter Krieger

Citambulantaje


∞

Percibir, comprender y aprovechar los imaginarios de la Megaciudad de MĂŠxico

∞


problemas

La percepción y evaluación de la Megaciudad de México pasa por filtros ideológicos que fácilmente la convierten en una ciudad catastrófica. Desde una perspectiva aérea, la enorme aglomeración urbana en la Cuenca de México aparece como un magma infinito, cuya modalidad es la entropía,1 la pérdida constante de estructura, la descomposición irrefrenable de la materia urbana. Aunque los científicos del urbanismo han detectado un orden en el caos y, además, han comprobado que la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) es más compacta que muchas megaciudades primermundistas —como Londres y Chicago—,2 permanece en la mente de todos los que contemplan sus vistas aéreas un estereotipo: el de la megalópolis infinita, que cuestiona las tradiciones estructurales y fisonómicas de la ciudad.3

Reportajes en la prensa y también exposiciones de arte contemporáneo

enfocados en la Ciudad de México como Zebra Crossing,4 aunque de diferentes maneras, repiten el cliché exitoso de la megalópolis degenerada. Se basan en las diversas investigaciones sobre la ciudad,5 como la sociología que analiza la descomposición socio-espacial, la erosión de lo público y el auge de la iniciativa privada en la toma de decisiones sobre el desarrollo urbano, anteriormente asunto casi exclusivo de las autoridades estatales y


municipales. También se sustentan en las investigaciones económicas que registran una desintegración de la economía local por dos extremos: por un lado está el creciente mercado informal —expresado en la tipología tradicional del tianguis omnipresente— y por el otro, una presencia aplastante del mercado globalizado en zonas aisladas —visible en la aglomeración anárquica de megaedificios para empresas transnacionales en Santa Fe—.

Desde la mira de la criminología, estos análisis sociológicos y económicos

vuelven comprensible el auge de la criminalidad a partir de los años noventa, bajo los regímenes neoliberales. Cada vez más habitantes se encuentran excluidos de condiciones laborales estables y dignas, una cifra creciente no cuenta con servicios educativos y médicos adecuados y ni hablar de las condiciones ambientales en el llamado cinturón de miseria de la zona metropolitana, donde hay escasez de agua y de otros servicios básicos. Para ganarse la vida bajo estas condiciones, desafortunadamente, es cada vez más atractivo para los olvidados ejercer una actividad criminal como el robo o el secuestro.

Peor aún, en términos socioculturales, cada vez más gated communities

—conjuntos cerrados de casas protegidos por vigilancia paramilitar— excluyen a gran parte de la población de la ZMVM de la experiencia urbana integral. En el otro extremo, lugares como Ciudad Netzahualcóyotl, el barrio de Tepito y otras colonias populares se convierten en ghettos autónomos, donde no llega la jurisdicción estatal —y en consecuencia surgen los linchamientos— y por donde la población de las clases medias y altas prefiere no pasar.

El pensamiento ecológico confirma el peligro latente del aislamiento

espacial y de la segregación social, porque cuestionan el metabolismo del organismo ciudad. Igual que la agricultura, también la cultura urbana es vulnerable cuando se reduce a entidades de monocultivo; su sustentabilidad se genera a través de la diversidad de los elementos y su capacidad integrativa. Además, el análisis ecológico evidencia que la Ciudad de México sufre el derroche y la contaminación de los recursos naturales, en primer lugar el agua y el aire, básicos para la sanidad de la vida urbana.6

potenciales Son éstas algunas de las cargas que arrastra el citámbulo ilustrado en la Ciudad de México. Su percepción del ambiente urbano está implícitamente influenciada por las investigaciones, incluso por la conversión de sus resultados en catastrofismo urbano. Sin negar el nivel preocupante del darwinismo socio-espacial y la destrucción ambiental de la Ciudad de México, conviene

349


recordar que la descomposición de la cultura urbana también libera una fuerza poco reconocida: el potencial estético del imaginario urbano.

La exploración de este potencial de la megalópolis no pretende recalentar

el concepto anacrónico de la estética como normatividad —relativa— de ‘belleza’, sino que se orienta en el sentido original de la palabra del griego antiguo aisthesis, que incluye todas las facetas de la percepción sensorial y su comprensión intelectual. En este sentido, la construcción visual de la ciudad no sólo se compone de las obras maestras de la arquitectura, sino de toda la complejidad visual del ambiente, incluyendo la producida por las culturas populares, como un altar dedicado a la Santa Muerte [INT 07] u objetos de uso cotidiano como la silla de una peluquería [CTR 14]. De todos ellos emana una calidad estética.

Dichos objetos complementan, enriquecen y contrastan la historiografía

oficial de la Ciudad de México. Los cables eléctricos decorados por pares de tenis [INT 10] son remodelaciones anárquicas de la ciudad. La ironizan y, en efecto, por su uso absurdo son resistencias micro en contra de las macroformas globalizadas, homogeneizadoras del entorno urbano. El citámbulo puede descubrir identificadores espaciales alternativos de los habitantes, cuya diversidad de expresiones culturales otorga un perfil inconfundible a la megaciudad. Es una reprogramación semántica, en muchos casos inconsciente, de la ‘ciudad sin atributos’ con su imaginario gris, monótono y hostil que se expande sobre vastos terrenos.

Al mismo tiempo, las imágenes disponibles al citámbulo atento revelan

patrones de conducta colectiva de una población de 20 millones de habitantes encerrados en una sola ciudad.7 Vivir en la ZMVM significa participar en un experimento antropológico permanente. Las expresiones espaciales de la neurosis colectiva también son objeto de inspección estética cuando, por ejemplo, la organización vial se convierte en imagen de la teoría del caos [PTE 01] o cuando se enjaula el automóvil para protegerlo parodiando los principios organizadores de un parque zoológico [SUR 07]. Estos indicios de una sociedad pletórica de ansiedad, donde el autoencarcelamiento del propio cuerpo y coche parece ser la única alternativa frente a la violencia de la ciudad, sin duda, marcan la erosión de la cultura urbana, pero su percepción lúdica e irónica abre nuevos senderos hacia la comprensión, básica para la reformulación del concepto ‘ciudad’ en la actualidad, de una ciudad neoliberal que ya no funge como instrumento educativo de la sociedad, sino que se reduce a una acumulación de individuos autónomos cuyo casi único enlace es el consumismo.


En este sentido, los anuncios espectaculares colocados a lo largo de las

avenidas se tratan de algo más que de un producto en venta: materializan en el paisaje megalopolitano la infraestructura mental del capitalismo como cultura dominante del planeta. No obstante, ante la mirada subversiva del citámbulo, la llamada contaminación visual, que configura los mitos colectivos de la sociedad consumista, revela sus contradicciones, su ironía involuntaria [PTE 06].

Estos y otros elementos del imaginario urbano que fungen como hilo

conductor surrealista del citámbulo componen una antropología visual alternativa de la Ciudad de México, fenómeno que a la fecha ha recibido poca atención.8

percepciones Para que el citámbulo tenga acceso al potencial estético de la ciudad es clave la reflexión sobre las lecturas de la imagen.9 Aunque predomina, aparentemente, una no-comunicación visual entre los habitantes y su entorno urbano —pruebas al azar permiten comprobar que muchos “huyen” de la ciudad y prefieren refugiarse en los espacios cerrados de la casa, la oficina, el restaurante o el centro comercial—, no es imposible estimular una educación estética ambiental y convertir al ciudadano autista en citámbulo atento. Fomentar la aisthesis urbana es un meta que proporciona una base considerable para el proyecto utópico de ciudadanizar la vida en la megalópolis degenerada.

Las recientes investigaciones neurológicas han reconocido la importancia

de la percepción visual para la formación de la identidad del ser humano en su contexto. Permanentemente, el cerebro configura mapas cognitivos de la conciencia espacial. De entre las cien mil millones de neuronas del cerebro humano, una mayoría procesa estímulos visuales, es decir, imágenes, y sólo una minoría maneja los procesos abstractos como las operaciones matemáticas o la configuración lógica del lenguaje. Por ello, la escenografía urbana, con sus complejos imaginarios, no es algo decorativo, interesante sólo para historiadores del arte, sino es una fuente nutricia de la conciencia. De hecho, como indican las investigaciones sobre el cerebro, existe una relación cercana —y compleja— entre el estímulo visual y la formulación de una postura ética.

El acto de ver, que retroalimenta la conciencia y en consecuencia motiva

acciones, es un proceso de aprendizaje continuo, donde la predeterminación genética del cerebro se enriquece con la realidad empírica. Los imaginarios urbanos proporcionan un sinnúmero de estímulos visuales que modifican la

351


construcción de las redes neuronales y de esta manera “educan” al citámbulo. Surgen entonces nuevas combinaciones neuronales que generan sentidos más allá de las asociaciones establecidas. Así, el citámbulo convierte la vista rutinaria en una experiencia estética novedosa y refrescante.

En términos antropológicos, la percepción y construcción de imágenes

es una función básica del ser humano. La contemplación del entorno urbano cotidiano a través de la fotografía ofrece orientación. De hecho, las fotografías son ventanas10 que permiten asomarse a una ciudad virtual cercanamente conectado con la realidad tangible. Mirar por esa ventana, sin el estrés ambiental del ruido, los olores fuertes y otros factores perturbadores, libera emociones y recuerdos. Aunque la fotografía es sólo uno más entre los infinitos modos de recepción, genera una educación estética capaz de exigir revisiones de la conciencia del ciudadano convertido en citámbulo: la presencia artificial del imaginario urbano en las fotografías reunidas en el libro invita a corroborar a través de los propios ojos las realidades urbanas construidas.

Igual que la fotografía urbana, la presencia física de la ciudad misma no

tiene una coherencia fija, sino que se compone de la dinámica oscilante de sus elementos heterogéneos: toda la narración visual de Citámbulos se basa en este principio.

El material expuesto, punto de partida para descubrir las facetas desco-

nocidas de la ciudad, permite generar asociaciones múltiples y coherencias inesperadas del imaginario megalopolitano. El mapeo mental del citámbulo se configura en heterotopías que estructuran el aprendizaje y la evaluación de la ciudad. A lo largo de estos caminos epistemológicos pluridimensionales, que no terminan con la lectura del libro, sino que empiezan con los recorridos urbanos, se perfila el imaginario de la Ciudad de México como medio colectivo para la expresión de valores culturales.

La representación de la Ciudad de México en la imagen —mental o fo-

tográfica— depende de parámetros específicos de lugar y tiempo. Mientras los dibujantes del siglo

xix

la presentaron con un alto grado de realismo,11

los actuales productores de imágenes de la megalópolis comparten sus visiones mediante un amplio fondo de técnicas visuales vanguardistas acumuladas durante el siglo

xx,

como el collage,12 el fotomontaje, el diagrama, etc.

—todos ellos esquemas visuales que dinamitan las vistas petrificadas de la “realidad”—. Estas miradas contemporáneas son construcciones de la realidad urbana, cuyos elementos se aglomeran o atomizan bajo las diferentes perspectivas que traza el citámbulo. Surgen, de vez en cuando, imágenes que reclaman un valor y un sentido propios, más allá de la palabra explicativa.


El citámbulo de inicios del siglo

xxi

aprovecha este complejo tesoro de

construcciones visuales innovadoras; además, su actual condición cultural dentro de la revolución digital lo capacita para la lectura de imágenes complejas, difíciles de comprender a primera vista.

Una de las técnicas con trasfondo vanguardista y al mismo tiempo con

actualidad estética, es el enfoque radical, el zoom. De muchos edificios registrados se ve nada más un detalle, no la vista documental completa. Complementar la imagen del detalle, integrarlo en un marco más amplio que le otorgue sentido, es tarea del citámbulo —no dispone de un platillo listo, sino que tiene que masticar y digerir dicha faceta de la megalópolis según su interés y capacitación cerebral—. Si alguna vez fue lector de Walter Benjamin, sabrá que en el detalle —y no sólo en el panorama monumental— se cristaliza el espíritu de una época y una cultura [urbanas].13

Fotografías de detalles, que abstraen el referente o son montadas a mane-

ra de collage —aunque no sean muy “claras”—, agudizan la percepción porque activan la capacidad productiva llamada imaginación. Por ello, la ausencia casi total de fotografías documentales no es un déficit. Al contrario, el carácter documental alternativo, con lógica propia, provoca a la imaginación,

De la lectura del discurso visual de la guía surgen preguntas: ¿cómo y en

qué parte de su galería mental, de su archivo del imaginario urbano, integra estas imágenes el citámbulo? ¿De qué manera retroalimentan su percepción del lugar “auténtico”? ¿Cuáles son las dimensiones culturales reconocibles por medio de la imagen? ¿Cómo se construye la memoria urbana en las imágenes?

Con una mirada sensibilizada también se revela ante el citámbulo la

dimensión política de la ciudad. Cuando, por ejemplo, dirige la mirada hacia los postes donde se encuentran las cámaras de seguridad [CTR 15], descubre y critica la vigilancia totalitaria en muchas grandes ciudades del planeta, incluyendo a la de México. O cuando se enfrenta a la prohibición de la toma de fotografías de las gated communities, detecta un parámetro clave de nuestra sociedad: el de la exclusión [PTE 21]. Una cifra creciente de habitantes ricos de la Ciudad de México se autoexcluye de la presencia de los otros y de la evaluación pública urbana; con el argumento de protegerse contra la acción criminal se esconden tras sus muros, prohíben el acercamiento tanto corporal como visual (por medio de la cámara fotográfica) y no quieren reconocer que su aislamiento espacial degenera la cultura urbana ilustrada hacia el modo atávico de las civilizaciones tribales que se protegían con empalizadas.

La imagen de Muros de cuento [PTE 21], de hecho una anti-imagen, ex-

pone el tabú visual de la ciudad segregada, cuyo psicograma está compuesto

353


por ansiedad, egoísmo, ignorancia y codicia. Empero, ninguna frontera es infranqueable y, a pesar de la censura en el imaginario urbano, el citámbulo, lúdico y subversivo, transgrede cualquier límite aunque sea sólo en la virtualidad de la mente.

mociones Los altos muros de la gated community no son los únicos obstáculos para citambular; también existen fronteras internas para los mismos chilangos, quienes evitan ciertos sectores del diagrama socio-espacial en su ciudad, a ciertas horas. Aunque otras ciudades del mundo ya cuentan con un turismo social con guías especializados para conocer sin peligro las favelas —en Río de Janeiro o Nueva York, por ejemplo—, en México todavía subsiste un cierto pudor en esta materia: sólo pocos recomendarían un paseo nocturno por la colonia Buenos Aires. Pero más allá de estas advertencias comprensibles, el citámbulo dispone de muchas posibilidades si logra superar el miedo construido tácitamente por la televisión y la prensa sensacionalista.

Otro gran obstáculo para explorar la ciudad es el uso irracional del au-

tomóvil.14 Este máximo objeto de distinción social paraliza el metabolismo social de la ciudad; es una cápsula metálica que simboliza la atomización de la sociedad en seminómadas autónomos. Aunque un recorrido automovilístico también permite desplegar facetas interesantes del imaginario megalopolitano, el acto de caminar desacelera e intensifica la percepción del entorno. Andar a pie por las calles ofrece experiencias múltiples de lo aparentemente familiar en la vida urbana cotidiana. Citambular con sensibilidad estética devela las fascinaciones de lo cercano. Exponerse a las contradicciones —estructurales y fenomenológicas— de la ciudad, verla, escucharla, tocarla y olerla, compone una experiencia lúdica, alegre, de vez en cuando también dolorosa, pero siempre estimulante. Seguir caminando a lo largo de las cintas asfálticas produce nuevas orientaciones urbanas, nuevas evaluaciones. Incluso las andanzas llegarán posiblemente a constituir laberintos urbanos con una lógica espacial propia, que se revela sólo al citámbulo dispuesto a disfrutar la dispersión, que es también una forma de creatividad.

La configuración de la conciencia urbana a través del movimiento de

los pies no sólo se realiza sobre la calle, sino también a otros niveles: en la ciudad subterránea, con sus túneles, pozos y tubos, registros de las vísceras técnicas [NTE 14]; y sobre la elevación de colinas, torres o puentes, que abren la mirada panorámica hacia el paisaje inmenso de la ZMVM [OTE 15].


relaciones Todos los niveles, estructuras e imágenes de la ciudad se relacionan sin lógica aparente. El citámbulo, equipado con la capacidad sinérgica de relacionar las imágenes y sus propias imaginaciones de la ciudad, convierte el caos urbano en cosmos; construye un sentido donde supuestamente predomina lo absurdo.15 Esta construcción continua de la realidad subjetiva codifica el estímulo visual con terminologías y conceptos adecuados. Paso por paso, el cerebro crea nuevas asociaciones entre imagen y palabra, codifica la experiencia urbana en los esquemas simbólicos del lenguaje. No obstante, la aprehensión del mundo visual urbano a través de la palabra sólo proporciona una comprensión parcial, a veces engañosa. Según Ludwig Wittgenstein, la lengua muestra principios similares a la organización urbana, es un laberinto de caminos. Vienes de un lado y te orientas; vienes por el otro lado al mismo

lugar y ya no te orientas.16

Esta imprecisión de la captura verbal del imaginario urbano no es una

desventaja, sino una oportunidad para cuestionar permanentemente los propios instrumentos de comprensión. La retroalimentación crítica del proceso cognitivo frente a la imagen urbana evita la petrificación de un motivo visual en estereotipo, como el reclamo de un edificio por convicciones nacionalistas, o religiosas, o la producción de clichés negativos en torno a la megalópolis. Por lo tanto, la lectura de Citámbulos, igual que los recorridos por los sitios presentados, desencadena un proceso dinámico, donde las relaciones entre texto e imagen generan un movimiento ágil de las conexiones neuronales, siempre con la intención de destruir esquemas anacrónicos de la comprensión urbana y construir nuevas vistas.

Empero, existe el peligro de que estas recodificaciones semánticas del

entorno urbano se pierdan en el nirvana de la arbitrariedad subjetiva del citámbulo; y, de hecho, la recomposición permanente de los fragmentos visuales de la ciudad con sus expresiones verbales correspondientes reactiva la inquietud kantiana de que el espacio [urbano] como categoría cognoscitiva es sólo una ficción de la mente, una condición a priori, no comprobable por la razón misma pues es sólo cognición subjetiva.

Este cuestionamiento surge durante la lectura atenta y el recorrido sensible

de la ciudad con sus múltiples contextualizaciones. Los elementos sueltos de la urbe presentados en Citámbulos no suponen una construcción epistemológica sencilla de la ciudad, al contrario, proponen una organización estética del espacio urbano, lo que hiperestimula las capacidades sensoriales de muchos habitantes. Además, algunas estaciones del citambulantaje aparecen como es-

355


pejismos surrealistas del imaginario urbano existente, como caricaturas de la megalópolis moderna. Sin embargo, para citar otra vez a Wittgenstein, no es que

nuestras impresiones sensoriales nos engañen, sino se trata de que entendamos su lenguaje, y este lenguaje se basa, como cualquier otro, en convenciones.17

Construir el espacio de la Megaciudad de México es, entonces, una tarea

mental colectiva que relaciona los a priori con los estímulos visuales empíricos, donde cada elemento, aunque sea un baño público [CTR 06] o un mural de chicles [INT 06], colabora dentro de la estructura virtual que otorga sentido y que le permite al citámbulo relacionarse con su espacio urbano e integrarse a su ecosistema —a pesar de todas las trampas epistemológicas en las que puede caer—. Por ende, citambular significa interpelar continuamente a la esencia de la ciudad, y por ello, la lectura de las imágenes y palabras aquí presentadas no tranquiliza sino desafía.

estimulaciones Mientras las guías convencionales guían la mente de los guiados a través de una selección aparentemente justificada por criterios razonables —según la importancia de un edificio para la historia, ya sea del arte o la local—,

Citámbulos rinde culto a la mirada subjetiva y extravía a los lectores en otra clase de espacios cuya característica común es su potencial detonante. En medio del panorama de los 121 objetos de la guía se despliega una refrescante pluridimensionalidad de la ciudad, que requiere una multiplicidad de lecturas. Estas páginas son una invitación a la reflexión urbana, a rastrear la megalópolis incomprensible, a seguir estos pasos virtuales impresos en papel, pero también son estímulos para contrastar, complementar e incluso criticar las visiones urbanas presentadas. Así, este libro demanda lecturas activas, exigentes, lecturas que combaten cualquier monopolización de la comprensión urbana.

Citámbulos es un proyecto de educación estética que enriquece las

experiencias urbanas, sin excluir las caras negativas del desarrollo actual de la megalópolis como el ecocidio y la descomposición socio-espacial. Algunas entradas fungen como armas en contra de la ignorancia y la decadencia, por ejemplo, cuando se contraponen los mundos de niñas ricas y pobres [PTE 19]. Imágenes y textos sobre los grandes basureros, el lado obscuro y oculto del consumismo y la ocupación no-sustentable del paisaje suburbano por vastas acumulaciones de casas estandarizadas —tipo GEO— obligan a reconsiderar la propia ubicación del habitante-citámbulo


dentro de este desarrollo urbano altamente cuestionable y peligroso para el futuro próximo [OTE 15].

Cabe mencionar que todas estas críticas no se articulan con el dedo

índice levantado, sino mediante la seducción estética que de manera lúdica lleva a la reflexión ética sobre la cultura hiperurbana actual de una ciudad que convirtió la explosión demográfica en implosión social y explotación ambiental [OTE 14] y que se transformó gradualmente de ciudad postindustrial en ciudad postproductiva.18 La ciudad que estamos creando cada día.

Citámbulos pone sobre la mesa éstas y otras problemáticas del colectivo

urbano. Las entradas a este thesaurus urbano hiperrealista, extensibles ad

infinitum por los lectores ambulantes, intensifican el asombro y la experiencia de historia y actualidad condensadas en los personajes, edificios y espacios de la Megaciudad de México. Sostengo que la aisthesis urbana es un camino epistemológico incitante que conduce a una discusión constante y profunda en torno a nuestro hábitat.

¿Cabe el término ‘ciudad’ de igual modo para describir la Tenochtitlán

prehispánica y la ZMVM del siglo

xxi?

¿Qué nuevas formas de ciudad surgen?

¿Cómo se detectan y en qué términos se describen? La decadencia de la cultura urbana actual (no sólo en México, sino en muchas partes del planeta), ¿es frenable e incluso explorable como fuente de creatividad colectiva? ¿Cómo estimular el compromiso emocional del habitante con su entorno?

Sólo en el lugar auténtico de la megaurbe se encuentran las respuestas.

Citámbulos es una guía hacia estos terrenos físicos y mentales todavía poco explorados. ( CTR 01 )

357


1

Entropía es, según la segunda ley de la termodinámica, una pérdida de las diferencias energéticas (de un flujo entre el estado caliente y el frío). Aplicado a la ciudad que desborda sus límites, entropía significa una pérdida de orden, una descomposición de estructura y materia. En las artes plásticas, Robert Smithson, y recientemente Melanie Smith, retomaron este concepto de la termodinámica para presentar sus visiones críticas de la megaciudad moderna. Véase la instalación Spiral City de Melanie Smith, expuesta en el año 2002 en Londres y Berlín. Referencias en los catálogos Mexico City.

An Exhibition about Exchange Rates of Body and Values, Berlín⁄Nueva York: KunstWerke/P.S.1, 2002 y Cuauhtémoc Medina. 20 million Mexicans can’t be wrong. Exhibition

Guide. London: South London Gallery, 2002. 2

Klaus Humpert, Klaus Brenner & Sibylle Becker (eds.). Fundamental Principles of Urban

Growth. Wuppertal: Müller + Busmann, 2002. 3

Peter Krieger (ed.). Megalópolis. Modernización de la Ciudad de México en el siglo

xx.

México: Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 2006. 4

Haus der Kulturen der Welt & Museo de Arte Carillo Gil (eds.). Zebra Crossing. Arte

Contemporáneo de México / Zeitgenössische Kunst aus Mexiko. Berlin: Haus der Kulturen der Welt, Berlín, 2002. 5

Una buena compilación de estadísticas del perfil socio-espacial se encuentra en el libro de LCM & Fernando Romero. ZMVM. México: LCM, 2000, especialmente en los capítulos 2 (más de la mitad de la población vive en probreza), 3 (cifras de la degradación ambiental), 4 (problemas del agua), 5 (el auge de automóviles), 6 (colonias populares) y 8 (la economía informal sustenta a la mitad de la población de la ZMVM).

6

Peter Krieger. “Disnea: cómo se asfixia la ciudad”, en Universidad de México, núm. 624 (junio 2003), pp. 80-82. Peter Krieger (ed.). Acuápolis. México: Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 2006 (en prensa).

7

La cantidad de habitantes de la ZMVM equivale a las poblaciones de Bolivia, Paraguay y Uruguay o a la del continente australiano.

8

Cristina Faesler Bremer (ed.). ABCDF. Diccionario gráfico de la Ciudad de México. México: Diamantina, 2001. El libro-catálogo contiene una impresionante colección de fotografías de la ZMVM, pero carece de una interpretación suficiente. Es el coffeetable book de la generación X, que consume imágenes sin tomarlas como material de reflexión crítica. Véase mi reseña en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Núm. 81 (2002), pp. 183-186. También los dos tomos de Néstor García Canclini (coord.). Cultura

y comunicación en la Ciudad de México. México: UAM/Grijalbo, 1998, carecen de una exploración profunda de la imagen urbana. 9

Peter Krieger. “Construcción visual de la Megalópolis México”, en Issa Benítez (ed.).

Hacia otra historia del arte en México. Disolvencias (1960-2000). México: Conaculta/ Curare, 2004, pp. 111-139. Otras reflexiones en torno a la imagen urbana se encuentran en Peter Krieger (ed.). Aprendiendo de Insurgentes. Contextos de la arquitectura. México:


Facultad de Arquitectura, UNAM, 2003 y del mismo autor “La contextualidad urbana de Ciudad Universitaria en la Avenida de los Insurgentes Sur: un modelo didáctico” en Varios autores. Un destino compartido: 450 años de la Universidad en la Ciudad de

México. México: PUEC, UNAM, 2003, pp. 187-207. 10 Esta idea se basa en la noción introducida por Leon Battista Alberti en su obra De

Pictura, escrita en 1435, en que asevera que la imagen (pintada) es una ventana. 11 México y sus alrededores. Colección de monumentos, trajes y paisajes. Litografías de

Decaen. México, 1855 y 1856 (edición facsimilar, México: edición centenaria, 1961); véase también el catálogo Pasado y Presente del Centro Historico. México: Fomento Cultural Banamex, 1993. 12 Sobre la influencia del modo artístico del collage en el pensamiento urbano véase Colin Rowe y Fred Koetter. Ciudad Collage. Barcelona: GG reprints, 1998 (primera ed. en inglés, 1978). 13 Walter Benjamin. Das Passagenwerk. Ed. de Rolf Tiedemann, 2 vols. Frankfurt/Main: Suhrkamp, 1983, p. 575: [...] in der Analyse des kleinen Einzelmoments den Kristall des

Totalgeschehens zu entdecken. (Descubrir en el análisis del pequeño momento particular el cristal del hecho total.) 14 La máxima expresión del uso irracional del automovil está en la tipología de la camioneta; véase al respecto Peter Krieger. “Camioneta de combate”, en Universidad de México,

359

núm. 630 (diciembre 2003-enero 2004), pp. 82-84. 15 Sobre las lecturas surrealistas del peatón urbano véase Francesco Careri. Walkscapes.

El andar cómo práctica estética. Walking as an aesthetic practice. Barcelona/México: Gustavo Gili, 2002, pp. 79 y ss. 16 Ludwig

Wittgenstein.

“Philosophische

Untersuchungen”,

en

Tractatus

logico-

philosophicus. Tagebücher 1914-1916. Philosophische Untersuchungen. (Werkausgabe Band I) Frankfurt/Main: Suhrkamp, 1999 (primera ed. 1984; escrito en 1945), parte I, núm. 203, p. 346: Die Sprache ist ein Labyrinth von Wegen. Du kommst von einer Seite

und kennst Dich aus; du kommst von einer anderen zur selben Stelle, und kennst dich nicht mehr aus. 17 Ibid., núm. 355, p. 393: Nicht darum handelt es sich, daß unsere Sinneseindrücke uns

belügen können, sondern, daß wir ihre Sprache verstehen. (Und diese Sprache beruht, wie jede andere, auf Übereinkunft.) 18 Sobre las carácterísticas de la ciudad postindustrial y postproductiva, en la cual domina la cultura del mercado informal que vende productos baratos de China o de otros países asiáticos, véase el caso de Lagos, Nigeria, analizado por Matthew Gandy. “Lagos trotz Koolhaas”, en Stadtbauwelt 164 (Bauwelt 48/2004), p. 30. 19 Peter Krieger. “Desamores a la ciudad: satélites y enclaves”, en Amor y desamor en las

artes. (XXIII Coloquio Internacional de Historia del Arte), Arnulfo Herrera (ed.), México: Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 2001, pp. 587-606.




Ă­ndice

alfabĂŠtico


( PTE 11 )

A espaldas de la ciudad Paseo por las vías del tren

323

( CTR 07 )

A imagen y semejanza de lituania Sinagoga oculta

041

( OTE 09 )

Al borde de los demás Urbanización de paracaidistas

161

( NTE 04 )

American way of belief Templo mormón

207

( SUR 11 )

El amoroso aleph Escultura de un abrazo

269

( OTE 01 )

Andante, ma non troppo Parque ambientado con música clásica

145

( PTE 03 )

Arqueología de la basura sumergida Basura de Chapultepec

307

( SUR 13 )

Arquitectura de vanguardia Granja de conejos en el techo de una casa

273

( PTE 01 )

Auxilio vial Policía de tránsito

303

( CTR 17 )

Las bandas de París Bandas de transporte

061

( SUR 10 )

Buzón del ciudadano Buzón de quejas y sugerencias de la ciudadanía

267

( SUR 17 )

Caronte trajinero Isla de las muñecas

283

( NTE 08 )

Carretera México-Pachuca Músicos itinerantes

215

( PTE 09 )

Las carreteritas Río entubado y zona peatonal

319

( CTR 15 )

CC [te ve] Red de cámaras de vigilancia

057

( PTE 12 )

cédula dixit Museo del narcotráfico

325

( SUR 18 )

El cerco de espinas Nopaleras

285

( INT 12 )

El cincel y el martillo, que son armas de pelea... Decadencia del socialismo mexicano

103

363


( PTE 18 )

La ciudad de los puentes Puentes de los poetas, distribuidores...

337

( OTE 10 )

Civilización pos... Olmeca Cabeza monumental

163

( OTE 03 )

Collage divino Templo ecléctico

149

( NTE 03 )

La condenada memoria Ex rastro de Ferrerías, actual escuela de computación

205

( INT 13 )

La condición humana Mural de Siqueiros y ciudad perdida

105

( INT 02 )

Convención púdul Bendición de animales

083

( OTE 08 )

Chavos banda Graffiteros de Iztapalapa

159

( INT 18 )

DAI la vuelta Chef japonés, Cafetería y Sushi Dai...

115

( NTE 10 )

De novela mexicana Calles de la periferia

219

( PTE 08 )

Dimensión desconocida Puente al vacío

317

( CTR 06 )

¿Dónde hacer sus necesidades? Escusados públicos

039

( SUR 12 )

Edén Jardín en antigua planta de asfalto

271

( NTE 09 )

En todos los sentidos Galería de arte contemporáneo en zona industrial

217

( PTE 13 )

En un lugar de la Mancha... Batalla contra el caos de un paradero

327

( INT 14 )

E.U. vende territorio mexicano a México Cementerio militar estadounidense

107

( OTE 15 )

Escalando en transparencia Vista sobre las urbanizaciones del Valle de Chalco

173

( PTE 04 )

La esquina de magia Contemplación cinematográfica del tráfico

309

( CTR 20 )

Filete de cocodrilo Mercado de productos exóticos

067


( NTE 18 )

Flamingo Excursión al campo

235

( OTE 11 )

Flor de Iztapalpa Escuela para invidentes

165

( CTR 14 )

Frente a la Jaula de las Locas Silla de barbero

055

( NTE 07 )

Fuego humo Esmog cigarro Guardabosques

213

( OTE 07 )

Futbol llanero Liga amateur de futbol

157

( CTR 05 )

La gallina desplumada Vestidos para el Niño Dios

037

( INT 05 )

Gota a gota Fábrica de hielo

089

( NTE 15 )

El gran teatro del mundo Escenografía en un centro comercial

229

( NTE 11 )

Hasta no verte mi casita Desarrollo residencial

221

( SUR 08 )

Héroes de bronce y en formol Vigilante y frasco de formol

263

( INT 16 )

Hic sunt leones Leones punk

111

( CTR 03 )

La Hundidísima Hundimiento del Centro

033

( INT 07 )

Iglesia santa, Católica, Apostólica, MEX-USA Santuario Nacional de la Santa Muerte

093

( PTE 16 )

La inevitable inquilina Arañas domésticas

333

( OTE 04 )

Japonesque Iglesia-pagoda

151

(SUR 06)

Laberinto María Candelaria Pueblo de calles laberínticas

259

( CTR 02 )

El ladrón devoto Virgen de los ladrones

031

( INT 10 )

Lanzamiento de tenis Objetos en cables de luz

099

365


( CTR 21 )

liganacional_sanjudas@claret.org Culto a San Judas Tadeo

069

( INT 21 )

Líneas poco locas Huellas del sismo de 1985...

121

( PTE 07 )

Lo que antes fuera gris Megamurales en taludes

315

( SUR 04 )

LOST AND FOUND Objetos perdidos

255

( NTE 12 )

Lost boys Antiguo depósito de evaporación solar...

223

( PTE 06 )

Macho a la moda Anuncio espectacular

313

( INT 03 )

Manualidades esotéricas Curanderos, amuletos y venta de animales

085

( CTR 12 )

Me enamoré de un maniquí Fábrica de maniquís

051

( INT 01 )

Meta la mano, 5 pesos Mercado de ropa de segunda mano

081

( NTE 05 )

Metrópolis Viaje en metro elevado

209

( PTE 17 )

Mi casita por los cielos Unidad habitacional sobre plataforma

335

( PTE 10 )

Microcosmos Flora y fauna diminuta (1 a 5 cm.)

321

( CTR 08 )

La misteriosa Nao Productos chinos

043

( SUR 05 )

Monumento al peatón Ready made en un casa

257

( OTE 16 )

Móvil perpetuo Circo itinerante

177

( PTE 15 )

Muerte en México Monumento a la llave de agua

331

( NTE 06 )

El muro de contención Bosque amurallado

211

( PTE 21 )

Muros de cuento Lugar no fotografiable

343


( NTE 01 )

Navegantes subterráneos Monumento a los trabajadores del drenaje profundo

201

( PTE 19 )

Nina e Ingrid Ciudad en miniatura

339

( CTR 10 )

Niña blanca, niña negra Primer altar a la Santa Muerte

047

( INT 20 )

Nómadas Asentamientos indígenas

119

( CTR 16 )

Not wanted (Is. 24. 20) Plomero desempleado

059

( CTR 09 )

Omnipresente Paisaje sonoro de curas y remedios

045

( SUR 03 )

ono Obstáculos en las calles

253

( OTE 13 )

El paisaje nuestro de cada día Cráteres

169

( CTR 04 )

Palimpsesto Calles portátiles

035

( INT 09 )

Panóptico Antigua cárcel de Lecumberri

097

( NTE 13 )

Partiendo las aguas Albarradón histórico

225

( CTR 18 )

Paseo dominical por la Alameda Central Sífilis en el muralismo mexicano

063

( INT 19 )

Paso a paso Glorieta Insurgentes

117

( OTE 06 )

Paso entre la vida y la muerte Escultura de Cristo sobre puente peatonal

155

( PTE 05 )

El pecao limpio Marisquería con vista sobre paradero

311

( INT 04 )

Perra ciudad Miedos urbanos: túneles peatonales

087

( OTE 02 )

Políticamente correctos Rampas para discapacitados

147

( OTE 12 )

Por su seguridad, llévese un ganso Mercado de pulgas

167

367


( CTR 19 )

Porno a la mexicana Videos pornográficos clandestinos

065

( NTE 14 )

Portal caca Salida del Gran Canal de Desagüe

227

( SUR 19 )

Rapsodia suburbana Coche forrado de pasto artificial

287

( CTR 01 )

El rincón del ahorcado Bar clandestino

029

( CTR 11 )

Rituales en la Coliseo Lucha libre

049

( SUR 15 )

Ruidos opacan... Luz en capilla minimalista

277

( SUR 14 )

El rumor que corre Manantial oculto

275

( INT 22 )

Santo Demon Mural de luchadores

125

( SUR 16 )

Secretos de Plata Casa-museo de El Hijo del Santo

279

( NTE 17 )

Segunda mano Manos monumentales y Cristo de 33 m.

233

( SUR 02 )

El señor de los baños Animales disecados y taxidermista

251

( SUR 09 )

Los señores de Coyoacán Barrio-museo colonial

265

( OTE 19 )

El sueño de Netzahualcóyotl Lago Nabor Carrillo

183

( NTE 02 )

Sueño de una noche de verano Jardín de orquídeas

203

( INT 08 )

Sus satanísimas majestades Iglesia abandonada

095

( PTE 02 )

Taco de ojo Tacos y mujeres

305

( INT 17 )

Testigos silenciosas Tiburonas

113

( OTE 05 )

Tianguis nocturno Parte trasera de la Central de Abastos

153


( PTE 14 )

Tiempo de trenes Último vagón escuela primaria

329

( NTE 16 )

Tres tiempos y un centro Plaza de las tres culturas

231

( OTE 18 )

Un águila sobre un nopal Islas en el ex lago de Texcoco

181

( INT 06 )

Underground Mural de chicle

091

( INT 15 )

Venenosa sensualidad Emisión de la nota roja

109

( OTE 17 )

Los viejos del agua Hilera de ahuehuetes

179

( OTE 14 )

Vuelo de pájaro Zona pantanosa

171

( INT 11 )

Yo podría bailar ese sillón... Tumba falsa de Isadora Duncan y niños de la calle

101

( SUR 01 )

Yo sí creo en la Cemex Iglesias de concreto

249

( SUR 07 )

El zoológico de Villa Coapa Jaulas para coches

261

( INT 23 )

14 pasos para cambiar el ombligo de lugar Salto en el Viaducto

127

( PTE 20 )

1999 perros Refugio de perros

341

( CTR 13 )

$ 3000 Empresa importante solicita Señor de los Trabajos...

053

369


Ă­ndice

analĂ­tico


Agricultura: ( INT 20 ) ( NTE 14 ) Agua: abastecimiento: ( PTE 15 ) albarradones: ( OTE 18 ) ( NTE 13 ) canales: ( CTR 08 ) ( SUR 17 ) congelamiento: ( INT 05 ) desecación: ( OTE 13 ) ( OTE 17 ) ( NTE 01 ) ( NTE 14 ) fuentes: ( OTE 01 ) ( SUR 09 ) hundimiento: ( CTR 03 ) lagos: ( OTE 19 ) ( NTE 18 ) ( PTE 03 ) manantiales: ( SUR 12 ) ( SUR 14 ) negras: ( NTE 01 ) ( NTE 14 ) ( PTE 09 ) pantanos: ( OTE 14 ) ríos: ( PTE 09 ) Aleph: ( SUR 11 ) Animales: véase Reino animal Anonimato: ( CTR 01 ) ( CTR 15 ) ( INT 06 ) ( INT 20 ) ( NTE 12 ) ( PTE 03 ) ( PTE 11 ) Apocalipsis: ( CTR 16 ) ( OTE 18 ) ( NTE 17 ) ( PTE 15 ) Arqueología: de la basura: ( PTE 03 ) del futuro: ( OTE 10 ) Arquitectos: anónimos: ( OTE 09 ) ( SUR 13 ) Félix Candela: ( SUR 01 ) Luis Barragán: ( SUR 15 ) Luis Olvera y Antonio Muñoz: ( SUR 01 ) Mauricio Rocha: ( OTE 11 ) Artes plásticas: cabeza monumental de Luis Arenal: ( OTE 10 ) colección Jumex: ( NTE 09 ) escultura de: Carlos Bracho: ( SUR 11 ) Pancho Cárdenas: ( OTE 06 ) Víctor Gutiérrez: ( NTE 17 ) escultura móvil de Alejandro Alarcón: ( SUR 19 ) graffiti de la Organización de Jóvenes Revolucionarios: ( OTE 08 ) mural de: chicle anónimo: ( INT 06 ) David A. Siqueiros: ( INT 13 ) Diego Rivera: ( CTR 18 ) Gonzalo López: ( PTE 07 ) lucha libre anónimo: ( INT 22 )

obra de: Mathias Goeritz: ( CTR 13 ) ( INT 21 ) ( SUR 15 ) ready made anónimo: ( SUR 05 ) Asfalto: ( SUR 12 ) Automóvil: contemplación de: ( PTE 04 ) homenaje a: ( PTE 09 ) jaula con: ( SUR 07 ) lucha contra: ( SUR 05 ) partes de: ( OTE 12 ) salto en: ( INT 23 ) Bandas: ( CTR 17 ) ( OTE 05 ) ( OTE 08 ) Barrio: de Coyoacán: ( SUR 05 ) de Chimalistac: ( SUR 09 ) de Iztapalapa: ( OTE 06 ) ( OTE 08 ) de La Lagunilla: ( CTR 12 ) de María Candelaria: ( SUR 06 ) de Tepito: ( CTR 10 ) Basura: véase Desechos Brujería: ( INT 03 ) Cabeza: contaminada: ( PTE 09 ) de Benito Juárez: ( OTE 10 ) de res: ( NTE 03 ) ( PTE 02 ) Cables de luz: ( INT 10 ) ( NTE 08 ) ( SUR 05 ) Campesinos: véase Agricultura Canales: ( CTR 08 ) ( SUR 17 ) Catástrofes: ecológicas: ( OTE 14 ) ( OTE 17) ( NTE 11 ) ( NTE 14 ) ( NTE 18 ) ( SUR 14 ) ( PTE 15 ) económicas: ( CTR 06 ) ( CTR 13 ) ( CTR 16 ) epidemias: ( INT 08 ) hundimiento: ( CTR 03 ) inundaciones: ( NTE 01 ) ( NTE 14 ) temblores: ( CTR 05 ) ( CTR 16 ) ( INT 21 ) ( OTE 13 ) Cementerios: Jardines del recuerdo: ( NTE 17 ) militar estadounidense: ( INT 14 ) San Fernando: ( INT 11 ) Centros comerciales: ( CTR 08 ) ( NTE 15 ) ( PTE 19 ) Concreto: ( INT 08 ) ( SUR 01 ) ( PTE 10 ) ( PTE 17 ) Crews: ( OTE 08 ) Cristo: ( OTE 06 ) ( NTE 04 ) ( NTE 17 ) Chelas: ( CTR 01 ) ( PTE 04 ) ( PTE 05 )

371


Chicles: ( INT 06 ) China: ( CTR 06 ) ( CTR 08 ) ( INT 02 ) ( INT 015 ) Desechos: aguas negras: ( NTE 01 ) ( NTE 14 ) ( PTE 09 ) basura: ( OTE 09) ( PTE 03 ) reciclaje: ( CTR 01 ) ( INT 01 ) ( OTE 12 ) Desplazados: ( CTR 05 ) ( CTR 07 ) ( CTR 16 ) ( CTR 18 ) ( INT 20 ) ( OTE 14 ) ( NTE 11 ) Devoción: bendición de animales: ( INT 02 ) curas y remedios: ( CTR 09 ) ( INT 03 ) misas rock: ( OTE 08 ) Niño Dios: ( CTR 05 ) política: ( OTE 10 ) San Judas Tadeo: ( CTR 11 ) ( CTR 21 ) Santa Muerte: ( CTR 10 ) ( CTR 11 ) ( INT 03 ) ( INT 07 ) santería: ( OTE 03 ) Señor de los Trabajos: ( CTR 13 ) Virgen de Guadalupe: ( CTR 10 ) ( CTR 11 ) ( CTR 17 ) ( CTR 21 ) Virgen de las Angustias: ( CTR 13 ) Virgen de los Ladrones: ( CTR 02 ) Enfermedades: ( CTR 09 ) ( CTR 18 ) Escuelas: de policía: ( OTE 09 ) para invidentes: ( OTE 11 ) sobre ruedas: ( PTE 14 ) Esculturas: veáse Artes Plásticas Espíritus: ( CTR 10 ) ( INT 09 ) ( INT 14 ) ( SUR 17 ) E.U.: ( INT 01 ) ( INT 07 ) ( OTE 08 ) ( NTE 04 ) ( NTE 08 ) ( NTE 11 ) ( PTE 16 ) Fronteras: ( INT 16 ) ( PTE 17 ) ( PTE 19 ) ( PTE 21 ) Fuentes ( OTE 01 ) ( SUR 09 ) Futbol: ( OTE 07 ) Graffiti: ( OTE 08 ) Héroes: ( CTR 11 ) ( INT 05 ) ( OTE 10 ) ( NTE 01 ) ( NTE 07 ) ( NTE 14 ) ( SUR 08 ) ( SUR 16 ) ( PTE 01 ) ( PTE 13 ) Homosexuales: ( INT 08 ) ( INT 19 ) Indígenas: ( INT 20 ) ( OTE 05 ) Infierno: ( INT 04 ) ( SUR 17 ) ( PTE 05 ) ( INT 13 ) Inframundo: ( NTE 01 ) ( NTE 14 ) Invasiones: ( CTR 08 ) ( INT 14 ) Japón: ( INT 18 ) ( OTE 04 ) ( SUR 01 ) Jesucristo: véase Cristo Laberintos: ( SUR 06 ) ( SUR 18 ) Leyendas:

Álvaro Obregón: ( SUR 08 ) Antonio Haghenbeck: ( PTE 20 ) Blue Demon: ( INT 22 ) José Smith: ( NTE 04 ) El Murciélago Velázquez: ( CTR 11 ) La Nao de China: ( CTR 08 ) El Santo: ( INT 22 ) ( SUR 16 ) Socialismo Mexicano: ( INT 12 ) ( NTE 01 ) Límites: ( OTE 09 ) ( NTE 10 ) ( NTE 17 ) Lituania: ( CTR 07 ) Lucha libre: ( CTR 11 ) ( INT 18 ) ( INT 22 ) ( NTE 16 ) ( SUR 16 ) Magia: ( PTE 04 ) Manos: ( NTE 17 ) ( SUR 08 ) ( PTE 11 ) Mártires: San Felipe de Jesús: ( OTE 04 ) Matrushkas: ( CTR 07 ) Mercados: Central de Abastos: ( OTE 05 ) ( NTE 14 ) de La Merced: ( CTR 09 ) ( CTR 18 ) de pulgas: ( OTE 12 ) de ropa de segunda mano: ( INT 01 ) de San Juan: ( CTR 20 ) de Sonora: ( INT 03 ) Mestizaje: ( CTR 08 ) ( CTR 11 ) ( INT 07 ) ( INT 08 ) ( INT 18 ) ( OTE 08 ) ( NTE 08 ) ( NTE 13 ) ( NTE 16 ) Metrópolis: ( NTE 05 ) Microcosmos: ( PTE 10 ) Migración: internacional: ( CTR 07 ) ( CTR 08 ) ( CTR 20 ) ( INT 18 ) ( NTE 04 ) nacional: ( INT 20 ) ( SUR 13 ) ( SUR 19 ) ( PTE 16 ) Milagros: ( CTR 13 ) ( CTR 21 ) ( OTE 02 ) ( OTE 19 ) ( SUR 01 ) Mitos: ( OTE 17 ) ( OTE 18 ) Moda: ( CTR 05 ) ( INT 01 ) ( PTE 06 ) Modernización: ( CTR 17 ) ( INT 19 ) ( SUR 01 ) ( SUR 19 ) ( PTE 18 ) Monumentos: a Cristo Rey: ( NTE 17 ) a Cuauhtémoc: ( INT 16 ) a Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: ( NTE 4 ) a Juárez: ( OTE 10 ) al agua: ( OTE 15 ) ( PTE 15 ) a las manos: ( NTE 17 ) a los trabajadores: ( INT 12 ) ( NTE 01 ) al peatón: ( OTE 06 ) ( SUR 05 )


Muerte: (CTR 03 ) ( CTR 10 ) ( CTR 11 ) ( INT 07 ) ( INT 09 ) ( INT 15 ) ( OTE 03) ( NTE 03 ) ( SUR 08 ) ( SUR 17 ) ( PTE 15 ) pena de: ( PTE 20 ) Muñecas: ( CTR 12 ) ( SUR 17 ) ( PTE 02 ) Murales: véase Artes Plásticas: Muros: ( NTE 06 ) ( PTE 21 ) Museos: del narco: ( PTE 12 ) de El Santo: ( SUR 16 ) Música: ( CTR 06 ) ( INT 08 ) ( OTE 01 ) ( OTE 08 ) ( NTE 08 ) Niños: ( INT 11 ) ( OTE 10 ) ( PTE 09 ) ( PTE 14 ) ( PTE 19 ) Nómadas: ( CTR 07 ) ( CTR 16 ) ( INT 20 ) ( PTE 14 ) Noche: ( INT 15 ) ( OTE 05 ) Oficios: arcángel: ( CTR 16 ) barbero: ( CTR 14 ) cafenauta: ( CTR 01 ) ( CTR 06 ) campesino: ( INT 20 ) ( OTE 05 ) ( NTE 14 ) caronte: ( SUR 17 ) curandero: ( CTR 09 ) ( CTR 11 ) ( INT 03 ) chofer: ( INT 23 ) dentista: ( PTE 10 ) desempleado: ( CTR 13 ) detective: ( INT 21 ) diablero: ( CTR 01 ) ( INT 20 ) ( OTE 05 ) DJ callejero: ( CTR 06 ) domador de tigres: ( PTE 20 ) escultor de maniquís: ( CTR 12 ) evangelista mormón: ( NTE 04 ) guardabosques: ( NTE 07 ) guardaguas: ( OTE 19 ) hielero: ( INT 05 ) hierbero: ( CTR 11 ) ( INT 03 ) jardinero: ( OTE 05 ) ( NTE 02 ) ladrón: ( CTR 02 ) músico itinerante: ( NTE 08 ) narcotraficante: ( PTE 12 ) pepenador: ( OTE 09 ) pirata: ( CTR 08 ) policía: ( CTR 11 ) ( PTE 01 ) Quijote: ( PTE 13 ) supermán: ( SUR 17 ) taxidermista: ( SUR 02 ) tirano: ( PTE 21 ) traficante: ( CTR 08 ) ( OTE 12 ) vendedor ambulante: ( CTR 06 ) ( CTR 21 )

vigilante: ( INT 09 ) ( OTE 06 ) ( OTE 09 ) ( OTE 11 ) ( NTE 02 ) ( SUR 08 ) rey de los baños: ( CTR 06 ) ( SUR 02 ) Ojos: artificiales: ( CTR 12 ) red de: ( CTR 15 ) ( INT 09 ) sin: ( OTE 11 ) ( PTE 21 ) Olores: ( OTE 15 ) ( NTE 02 ) ( NTE 14 ) ( PTE 09 ) Ombligo: ( INT 23 ) ( NTE 12 ) Onos: ( SUR 03 ) ( PTE 08 ) Paisajes: ( OTE 13 ) ( OTE 14 ) ( OTE 15 ) ( OTE 19 ) ( NTE 05 ) ( NTE 06 ) ( NTE 12 ) ( NTE 15 ) ( NTE 17 ) ( NTE 18 ) ( SUR 12 ) ( SUR 18 ) ( PTE 05 ) ( PTE 08 ) Paraíso: ( NTE 15 ) ( NTE 18 ) ( SUR 12 ) ( SUR 09 ) ( PTE 05 ) ( PTE 20 ) Paracaidistas: ( OTE 09 ) Peatones: ( OTE 06 ) ( SUR 05 ) ( PTE 09 ) Periferia: ( OTE 09 ) ( OTE 15 ) ( OTE 16 ) ( NTE 10 ) ( NTE 11 ) Personajes históricos: Álvaro Obregón: ( SUR 08 ) Carlos Chávez: ( INT 12 ) Carlos Fuentes: ( NTE 10 ) Carlos Pellicer: ( OTE 13 ) David Alfaro Siqueiros: ( INT 13 ) Diego Rivera: ( CTR 18 ) Enrico Martínez ( PTE 15 ) Federico Gamboa: ( SUR 09 ) Heiner Müller: ( PTE 15 ) Ignacio Manuel Altamirano ( NTE 10 ) Isadora Duncan: ( INT 11 ) José López Portillo: ( CTR 14 ) José Revueltas: ( INT 09 ) ( NTE 10 ) Juan Rulfo: ( NTE 10 ) Julio Cortázar: ( INT 11 ) Lázaro Cárdenas: ( INT 12 ) Luis Buñuel: ( INT 13 ) Mathias Goeritz: ( CTR 13 ) ( SUR 15 ) Nicolae Ceausescu: ( NTE 01 ) Porfirio Díaz: ( NTE 14 ) Piernas: ( OTE 02 ) ( SUR 05 ) Pornografía: ( CTR 18 ) ( CTR 19 ) ( INT 15 ) Prensa: ( INT 14 ) ( INT 15 ) ( INT 17 ) ( NTE 17 ) ( SUR 10 ) Prisión: ( CTR 10 ) ( INT 09 ) ( OTE 09 ) Puentes: ( OTE 06 ) ( PTE 08 ) ( PTE 18 ) Punks: ( INT 16 ) Quejas: ( OTE 11 ) ( SUR 05 ) ( SUR 10 ) ( PTE 01 ) ( PTE 09 )

373


Rampas: ( OTE 02 ) ( OTE 06 ) Reino animal: arañas: ( PTE 16 ) azotadores: ( PTE 10 ) cabras de angora: ( OTE 16 ) cacatúas: ( NTE 15 ) caracoles: ( NTE 12 ) ( PTE 10 ) cocodrilos: ( INT 21 ) ( CTR 20 ) conejos: ( SUR 13 ) correcaminos: ( NTE 06 ) chapulines: ( PTE 10 ) elefantes: ( CTR 08 ) french puduls: ( INT 02 ) gallinas desplumadas: ( CTR 05 ) gansos: ( OTE 12 ) grullas canadienses: ( OTE 14 ) hembras: ( PTE 02 ) jabalís: ( CTR 20 ) leones: ( INT 16 ) ( OTE 16 ) lobos: ( NTE 10 ) llamas: ( NTE 10 ) machos: ( SUR 07 ) ( PTE 02 ) ( PTE 06 ) osos polares: ( SUR 02 ) ( SUR 07 ) patos: ( OTE 19 ) perros: ( PTE 20 ) ( INT O4 ) pollitos fosforescentes: ( INT 03 ) pumas: ( SUR 12 )

tiburonas: ( INT 17 ) tigres: ( SUR 02 ) toro (piel de): ( CTR 09 ) Reino industrial: abastecimiento: ( OTE 05 ) depósito de evaporación solar: ( NTE 12 ) fábricas: ( CTR 12 ) ( INT 05 ) ( NTE 02 ) ( NTE 05 ) ( NTE 08 ) ( NTE 17 ) planta de asfalto: ( SUR 12 ) rastro: ( NTE 03 ) Reino vegetal: ahuehuetes: ( OTE 17 ) automóvil forrado de pasto: ( SUR 19 ) bosque amurallado: ( NTE 06 ) flora diminuta: ( PTE 10 ) nopaleras: ( SUR 18 ) orquídeas: ( NTE 02 ) Rolling Stones: ( INT 08 ) Ruido: véase Sonidos Rumores: ( SUR 02 ) ( SUR 14 ) Sabores: ( CTR 06 ) ( CTR 20 ) ( INT 18 ) ( PTE 02 ) ( PTE 05 ) Santos: véase Devoción Secretos: ( CTR 01 ) ( CTR 07 ) ( SUR 08 ) ( SUR 16 ) ( PTE 10 ) ( PTE 21 )


Seguridad: cámaras de vigilancia: ( CTR 15 ) gansos: ( OTE 12 ) jaulas para coches: ( SUR 07 ) túneles peatonales: ( INT 04 ) Silencio: ( SUR 15 ) Silla: ( CTR 14 ) ( PTE 04 ) Sillón: ( INT 11 ) ( INT 22 ) Sinagoga: ( CTR 07 ) Sincretismo: ( CTR 02 ) ( CTR 10 ) ( INT 03 ) ( INT 07) ( OTE 03 ) ( OTE 04 ) Sonidos: ( CTR 06 ) ( CTR 09 ) ( INT 07 ) ( OTE 01 ) ( OTE 11 ) ( OTE 18 ) ( SUR 12 ) ( SUR 14 ) ( PTE 05 ) ( PTE 08 ) ( PTE 09 ) Templos: Ex templo de San Lázaro: ( INT 08 ) Iglesia Católica Apostólica MEX-USA: ( INT 07 ) Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: ( NTE 04 ) Iglesia de la Medalla Milagrosa: ( SUR 01 ) Iglesia de la Santísima Trinidad: ( CTR 03 ) Iglesia de San Lorenzo Mártir: ( CTR 13 ) Iglesia de Santa Cecilia Acatitlán: ( NTE 16 ) neojudeocristianosanteroprehispánico: ( OTE 03 )

Parroquia del Purísimo Corazón de María: ( SUR 01 ) Parroquia de Santa Cruz Acatlán: ( INT 02 ) Santuario Arquidiocesano San Felipe de Jesús: ( OTE 04 ) Santuario de Nuestra Señora de Loreto: ( CTR 02 ) sinagoga: ( CTR 07 ) Texturas: ( OTE 11 ) ( PTE 02 ) Tortura: ( INT 09 ) ( OTE 10 ) Trenes: vagón escuela primaria: ( PTE 14 ) vías: ( INT 13 ) ( PTE 11 ) Vendedores ambulantes: ( CTR 01 ) ( CTR 04 ) ( CTR 06 ) ( CTR 08 ) ( CTR 21 ) Violencia: ( INT 04 ) ( INT 15 ) ( SUR 01 ) ( PTE 02 ) Vivienda: ciudad perdida: ( INT 13 ) en la periferia: ( OTE 15 ) ( NTE 11 ) ruralizada: ( INT 20 ) sobre plataforma: ( PTE 17 ) sobre ruedas: ( PTE 14 ) Volcanes: ( OTE 13 ) ( SUR 12 ) ( SUR 18 ) Water Closets: ( CTR 06 ) Zapatos: ( INT 10 ) ( OTE 12 ) ( NTE 02 ) Zoológico: ( SUR 07 )

375





citámbulos Ana Álvarez, Valentina Rojas Loa y Christian von Wissel concepto y realización Citámbulos prólogo Vicente Quirarte texto contraportada Alfonso Morales ensayo Peter Krieger introducciones a la historia urbana Citámbulos con Rodrigo Remolina diseño Onnis Luque, Christian von Wissel y Luis Rodríguez con Mauricio Rodríguez (pp. 49, 56-57, 258-259) cartografía Flor Marín y Hernán Betanzos con Onnis Luque y Christian von Wissel corrección de estilo Sol Aréchiga con Valentina Rojas Loa modelos Luis Ibar (portada), Daniela Schmidt (p. 304), Francisco Salazar (p. 309) investigación, textos y fotografía realizados por citámbulos excepto las siguientes colaboraciones: Fernando Aceves/fotógrafo: pp. 94, 384 inf (foto); Javier Areán/artista: pp. 278281 (comic); Jeremy Clouser/fotógrafo: pp. 374-375 (foto); César Durán/aracnólogo: pp. 332-333 (investigación/foto); Guadalupe Espinosa/arqueóloga: p. 306 (investigación/texto); Lev Jardón/biólogo: p. 63 (investigación); Orlando Jiménez/réferi: pp. 48-49 (texto/video), pp. 278-281 (investigación); Onnis Luque/arquitecto: pp. 124-125, 204-205, 334-335 (texto/foto), pp. 18 inf, 19 sup, 21 inf, 56-57, 89, 153, 217 inf-izq, 254, 269 inf, 287, 381 inf (foto); Alejandro Mendoza/escritor: pp. 64, 81, 88, 157 (texto); Alberto Millán/fotógrafo: p. 307 (foto: CONACULTA-INAH; Oficio no. 401-3-2788, “Reproducción Autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia”); Gabriel Pérez/dentista: p. 320 (foto); Fionn Petch/filósofo: pp. 34-35, 41, 182-183 (texto), p. 107 (investigación), pp. 316-317 (texto/foto); Carlos Ranc/artista: pp. 324-325 (investigación/foto); Rodrigo Remolina/arquitecto: pp. 284-285 (texto), pp. 168-169, 178-179, 180-181, 224-225, 230-231 sup (texto/foto); Gabriel Rodríguez/ onólogo: pp. 252 ctr-izq, 253 (texto/foto); Luis Rodríguez/diseñador: pp. 16 inf, 21 sup, 377 inf (foto); Mauricio Rodríguez Álvarez/médico: p. 63 (texto); Gabriela Sánchez/arquitecta: p. 318-319 (texto).


Carlos Aguirre, José Rogelio Álvarez, José Areán, Paula Astorga, Rogelio Carvajal, Margarita de Orellana, Joaquín Díez–Canedo, Doris Dörrie, Peter Krieger, Felipe Leal, Gerardo Mendiola, Cecilia Merelo, Alfonso Morales, Folco Näther, Vicente Quirarte, Elisa Ramírez, José Antonio Rojas Loa, Rosaura Ruíz, Carlos Sama, Alberto Ruy Sánchez, Teresa Solana, Jorge Tamés y Batta. Peter Aagaard, Alejandro Alarcón, Martha de Alba, Víctor Altamirano, Alejandro Álvarez, Federico Álvarez, José Rogelio Álvarez Nogueda, Manuela Álvarez, Santiago Álvarez, Raúl Álvarez, Tania Álvarez, Luigi Amara, Carlos Amorales, Juan Arango, arzobispo de la Iglesia MEX-USA, Guillermina Ávila, Inti Ayora, Carlos Beck, Mario Bellatin, Karla Bernal, Myriam Bérubé, Adriana Berumen, Bernardo Bolaños, Pablo Boneu, Angélica Breña, María Emilia Caballero, María Fernanda Campa, campesinos de la lumbrera 3, Pancho Cárdenas, René Caro, Eduardo Casar, Marcos Cortés, Hugo Corzo, Alfredo Cottin, Cremería Jersey, Roberto Durán y la Organización de Jóvenes Revolucionarios, Doña Enriqueta, Pietra Escalante, Camilo Falcón, Tatiana Falcón, Cristina Gil, Ingrid Goetz, Alejandro González, Pavel Granados, David Guzmán, Ursula Hartig, Leo Heiblum, Aída Hernández, El Hijo del Santo, Manuel Hinke, Alejandro Hosne, Axel Huhn, Nuria Ibañez, Daijiro Ishikawa, Antonino Isordia, Jardinero de la cuevita del señor, Miriam Jerade, Gabriel Jiménez, Thomas Jonglez, Alexandre Labouret, Barbara Labouret, Bernardo Lanzagorta, Arlene Lechuga, Emilienne Limón, Elena López, Gilma Luque, Mauricio Maillé, Andrea Martínez, Rodrigo Martínez, Enrique Méndez, Rawdon Messenger, Chris Middleton, Karla Moles, Monjas capuchinas, Cecilia Morales, Miguel Ángel Mota Gaytán, Inti Muñoz, Lars Neckel, Arturo Noyola, Gabriela Obregón, Martín Olivera, Fernando Ondarza, Germán Ortega, Ita Osorno, Panik, Camilla Pentard, Tila María Peréz, José Ramírez, Sandra Rapoport, Álvaro Rego García de Alba, Claudia Reyes, Gerardo Rivas, Gabriela Rodríguez, Jesús Rodríguez, Miranda Romero, Patricio Rubio y spurse, Rafael Ruiz–Harrell, Ricardo Sada, Flora Salazar, Guillermo Salazar, Luis Sánchez, sandbaden.berlin, Alejandra Sandoval, Hannes Schwertfeger, Fernando Serrano, Juan Manuel Servín, Alicia Silva, Lissette Silva, Hugo Solís, Ana Sussi, t23, trabajadores e ingenieros de la lumbrera 0, Mónica Unikel, Lourdes Velasco, Edur Velasco, Jan Vermehr, vigilantes de la Escuela de Invidentes, del Lago Nabor Carillo y del Monumento a Obregón, Gerardo Villalva, Alberto Villarreal, Fabia Wegener, Maren Wetcke, Arnd von Wissel, Caroline von Wissel, Daniela Wolf, W.C. (Work Club) y designio editores, Carlos Zenteno, Héctor Zubieta. A todos los que nos abrieron las puertas (incluidas las burocráticas), a nuestros queridos colaboradores, a la porra incansable (más incansable que nosotros), a la Ciudad de México por existir y a sus habitantes por aguantarla y por habitarla en maneras que valen la pena.


Agradecimientos


w w w. c i t a m b u l o s . n e t © 2006, Citámbulos: edición, textos, fotografías


padrinos y madrinos de cit谩mbulos

fundaci贸n cultura sin fondos




Sin comienzo ni fin, con la posibilidad de leerse al derecho y al revés, esto es, ante todo, una guía para perderse en la ciudad de México. Porque basta salir a la calle, afinar la mirada y abrir todos los sentidos para descubrir que lo insólito —esa delgada línea que corre paralela a la rutina y atraviesa lo inusual, misterioso, exótico, terrible o poético de la ciudad— es también una forma de conocer su esencia. Así, los 121 retratos de la vida contemporánea de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) que aquí se presentan no son sino una pequeña muestra de la infinidad de paréntesis que cada habitante podría abrir para dejar que los viejos bostezos y muecas de desesperación se transformen en refrescantes bocanadas de asombro.

...Atlas

geográfico, almanaque iconoliterario, bitácora multisensorial,

docu-

mentada y bizarra invitación al viaje por los distintos rumbos y rincones de la galaxia en que se ha convertido la capital mexicana, la Guía de asombros de los citámbulos resulta en el fondo un manifiesto a favor del vagabundeo como fuente insustituible de placer y conocimiento, y en contra de los prejuicios que han contribuido a que no pocos urbanitas, temerosos o conformistas, renuncien a un derecho fundamental: el disfrute de la calle, la plaza y los demás ámbitos en que transcurre la vida pública. Algún día llegará a los diccionarios el término citámbulo. A

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