Un vestido de palabras cortado por Gay Talese

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P R O F I L E / © Walter McBride/Corbis

P E R F I L 100 Por / by Iván Beltrán Castillo y Luz Martínez Fotos / photos: Lisa Palomino y archivo particular, corbis


Un vestido de palabras cortado por A Suit of Words Cut by

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El lector, ese fantasma clandestino al que todos los periodistas invocamos, juzgará si en el siguiente trabajo logramos contarle algo nuevo sobre Gay Talese, uno de los padres del llamado nuevo periodismo o literatura de la no ficción, que hiciera su controvertida y ruidosa aparición a mediados de la década de los 60 en Estados Unidos. Quisimos imprimirle un poco de imaginación al relato y para el efecto citamos a cuatro de las personas que de verdad lo conocen en Colombia: la periodista colombo-española Rocío Arias, quien se ha distinguido por ser una gestora cultural de gran talla, como lo prueba su festival anual El Malpensante, grato aquelarre de las letras y la ironía; su esposo, el escritor Andrés Hoyos, entre cuyos méritos está la fundación de la traviesa revista El Malpensante; Guido Tamayo, cuentista y novelista, y Diana Rey, directora de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Hacerle un reportaje o una crónica a un maestro del reportaje y la crónica puede parecer una tarea medio surrealista, paradójica y complicada, en la cual podemos perder la cabeza y, con ella, la razón. Sin embargo, la dulce preesencia del periodista mítico Gay Talese en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, nos conmovió al punto de que lo intentamos. He aquí los resultados de tan fabuloso desafío.

Writing an article or essay about a master journalist and essayist may seem like a surreal, paradoxical, and complicated task —enough to make you lose your head and along with it, all reason. But mythic journalist Gay Talese’s sweet presence at Bogotá’s International Book Fair was so touching we decided to try. The results of this fabulous challenge follow.

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The reader, a clandestine ghost invoked by all journalists, will judge whether the following article says anything new about Gay Talese, one of the fathers of so-called new journalism or literary nonfiction, a genre that made its controversial and noisy debut in the mid1960s in the United States. We attempt to bring a bit of color to our story by calling on four people in Colombia who are truly in touch with the man himself: Colombian/ Spanish journalist Rocío Arias, a distinguished cultural organizer whose impressive abilities are proven by the Malpensante literary festival, a delightful meeting of letters and irony, which she produces annually; her husband, writer Andrés Hoyos, whose merits include founding the mischievous El Malpensante magazine; Guido Tamayo, a short-story writer and novelist; and Diana Rey, director of the Bogotá International Book Fair.

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Gay Talese es un autor siempre en movimiento, del que podemos esperar muchas bellas sorpresas, súbitas iluminaciones, inquisiciones al mundo realizadas con la terquedad del niño curioso que no renuncia a encontrarle explicaciones a los fenómenos de su interés y, a la vez, con cierta dureza de inquisidor soberbio que caracteriza sus asedios. La sofisticación es una divisa muy presente en este escritor. Cada uno de sus trabajos es como un traje finamente cortado. Como uno de aquellos vestidos que su padre, el sastre, hacía para los italo-americanos que visitaban su almacén. Diríamos que la metáfora puede ser el corte; el paño finísimo, el tema; los zapatos y el sombrero, los personajes; el chaleco y la corbata, las escenas y las circunstancias. Cada reportaje de Gay Talese es un vestido de palabras de belleza conmovedora, reveladora e intachable.

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Gay Talese is a prolific writer from whom we have grown to expect beautiful surprises, sudden flashes of brilliance, and inquiries into the world, carried out with the stubbornness of a curious child relentlessly seeking explanations for the phenomena that interest him, and a touch of his characteristic inquisitor’s tough arrogance.

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Sophistication is one of this writer’s most characteristic features. Each of his works is like a finely cut suit. Like the suits his father, a tailor, made for the Italian Americans who frequented the family shop. Let’s use the suit as a metaphor: the fine cloth is the subject; the shoes and hat are the characters; the vest and tie are the scenes and circumstances. Every one of Gay Talese’s pieces of literary journalism is a beautifully touching, revealing, and impeccable suit of words.

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Gay Talese es el gran padre del nuevo periodismo o literatura de la no ficción, que apareció a mediados de la década de los 60 en Estados Unidos. En estos días, allá en su taller neoyorquino, la gruta sagrada que adecuó para imprimirle a su escritura la parafernalia de un rito místico, avanza lenta pero seguramente en dos obras: su reportaje al mundo de la ópera, ese universo casi barroco repleto de tenores extravagantes y sopranos sentimentales. Y, como si esta obra fuese poco, un libro exhaustivo y feroz sobre el matrimonio en la sociedad norteamericana. Será un libro tremendo y polémico en el que incluirá, para estupor de muchos, fragmentos y escenas de su relación con Nan Ahern, la mujer que lo acompaña desde hace cincuenta años.

Rocío Arias En principio la idea parecía tan demente como imposible. Traer a Colombia a Gay Talese, el maestro de maestros de la crónica y el reportaje modernos. Y, lo que parecía más grave, proponerle que agarrara camino con unos honorarios que estaban lejos de lo que él acostumbra a cobrar en cualquier parte del mundo, y que le son cancelados con la más grande naturalidad, pues todos son sabedores de que lo merece, y de que tener una figura de su rango en cualquier feria o evento cultural le imprime una inobjetable trascendencia. Lo contactamos en 2007 por medio de algunos amigos que lo conocían y que nos orientaron en la manera ideal de aproximarnos y todo fue muy fácil.

Gay Talese is the father of new journalism or literary nonfiction, a genre that arose in the mid-1960s in the United States. Talese spends most of his time these days in his New York studio, a sacred grotto designed to create a sense of mystic ritual. He advances slowly, but surely, on two separate works: a report on the Baroque world of opera, filled with extravagant tenors and sentimental sopranos, and an exhaustive, ferocious book about marriage in North American society. The book on marriage is expected to be tremendously controversial and will include, to the surprise of many, fragments and scenes from his relationship with Nan Ahern, his companion of over 50 years.

Rocío Arias In principle, it seemed both insane and impossible to try to bring Gay Talese —the master of all masters of the modern chronicle and reportage— to Colombia. And, worse yet, to ask him to make the trip for a fee well below what he usually charges for international speaking engagements, a fee that organizations all over the world pay without batting an eye, given the knowledge he possesses and the undisputable impact his presence has on any cultural encounter or event. We contacted him in 2007 through some friends who knew him and suggested the best approach to use, and it really all happened very easily.

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I imagine him in his daily struggle with the words he claims play dirty tricks and set traps and lethal ambushes for him, and which he adores in the strangest way, suspiciously, unwilling to settle for their decorative qualities, instead beating and sculpting them, as we imagine guys like Ernest Hemingway or Scott Fitzgerald must have done. Talese, in my opinion, often tends to get stuck, and become immobilized in a piece. I think this hurts and terrorizes him, and has led him to take certain extreme measures to make sure his work advances. I visited his studio and found proof of almost neurotic writing habits. The walls are covered with papers, over which he constantly hovers. They come in a variety of sizes and use different fonts and characters. Talese watches over them like a farmer inspecting his fields. Sometimes, in an almost comic sequence, he moves back a prudent distance and looks at the pages through binoculars, examining every flavor and texture, as if searching for a mistake or watching out for an ambush.

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Andrés Hoyos

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Lo imagino en su lucha cotidiana con las palabras, que le juegan, según postula, malas pasadas, le tienden trampas y mortíferas celadas, y a las que adora de una manera curiosa, recelando de ellas, no conformándose con su parte meramente decorativa, golpeándolas y esculpiéndolas, como imaginamos que debieron hacerlo tipos como Ernest Hemingway o Scott Fitzgerald. Talese tiene, desde mi óptica, una gran tendencia a trabarse, a quedarse petrificado en un trabajo. Y creo que eso le lastima, le aterroriza, y entonces ha tomado medidas extremas para sentir que sus piezas avanzan. Yo pude visitar su taller y encontré pruebas de una escritura casi neurótica. Tiene las paredes empapeladas con las páginas a las que sofoca en un instante determinado. Estas se encuentran en diversos tamaños, tipos de letras, caracteres. Talese las observa como el campesino sabio que inspecciona sus tierras. A veces, en una secuencia casi graciosa, se aleja de las palabras a una distancia prudente y las mira con unos binoculares. Y prueba cada sabor, cada textura, como en la búsqueda del yerro y la emboscada.

Talese es un autor siempre en movimiento, del que podemos esperar muchas bellas sorpresas, súbitas iluminaciones e inquisiciones al mundo.

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© Nancy Kaszerman/ZUMA/Corbis

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Andrés Hoyos


AVISO TOSHIBA

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Guido Tamayo Naturally I’ve read him, and I generally present his work to my journalism classes at the Universidad Externado in Colombia, but to hear the words straight from the horse’s mouth is an entirely different matter. He is capable of generating a kind of vertigo, seeming pleasant and fairly amiable at times and then becoming suspicious, rather mistrustful, and relentlessly questioning. Before you know it, he’s got you on the stand, drawing out stories and information about your life. So you might say Gay Talese is not an easy guy.

Con Guido Tamayo.

Guido Tamayo Claro que yo lo había leído, y lo presento tradicionalmente en mis clases de periodismo en la Universidad Externado de Colombia, pero ya tenerlo a boca de jarro es una cosa diferente. Te puede generar una suerte de vértigo, pues en ocasiones se hace amable y tratable para luego ceder espacio a un ser receloso, un tanto desconfiado, y que además hace perpetuos interrogatorios. Cuando te das cuenta, estás sentado en la silla de los acusados, dando noticias e informaciones sobre tu vida. Entonces, diríamos que Gay Talese no es un tipo del todo fácil.

Rocío Arias Gay Talese did not study to become a journalist; journalism chose him. He is a 24-hour reporter, basically because of his constant curiosity. He is a journalist while eating, shaving, and reconstructing his image in the bathroom mirror, while walking around New York City or through his enormous house, which was initially a single story, but is now a four-story free and autonomous kingdom. Talese is a journalist even while asleep.

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Foto / Photo: Luis Fernando Jaramillo.

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Talese is a prolific writer from whom we have come to expect beautiful surprises, sudden flashes of brilliance, and inquiries into the world around us.

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Gay Talese no eligió la carrera de periodista; todo lo contrario, ésta lo eligió a él. Gay es un reportero de 24 horas, fundamentalmente por una actitud de permanente curiosidad. Mientras come, mientras se afeita y reconstruye su imagen en el espejo del baño, mientras camina por Nueva York o recorre su inmensa casa, en la que en un principio solamente tuvo un piso, para luego construir un reino de cuatro pisos, libre y autónomo. Talese es periodista aun cuando duerme.

© Walter McBride/Retna Ltd./Corbis

Rocío Arias


AVISO MUNICIPALIDAD DE GUAYAQUIL

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Since the age of ten he has worn three-piece suits and designer shoes and ties, which made trouble for him at school. He is also often seen in a hat, creating the illusion of someone from another age.

Gay se resume en tres cosas: su traje impoluto, su personalidad de permanente pregunta, su bolígrafo y cartulinas, que él mismo corta al tamaño del bolsillo de su chaqueta y que le obsequian en la lavandería. Lleva estas cartulinas a todo lado, son cientos, miles, y durante todo el día hasta que se acuesta hace anotaciones.

Gay can be understood by observing three things: his impeccable suit, his constantly inquisitive personality, and his pen and the note cards he makes out of shirt cardboard, cut to fit his jacket pockets. He takes the cards with him everywhere he goes, hundreds, thousands of them, taking notes from the time he wakes up until he goes to bed.

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Desde los diez años de edad, se viste con traje de tres piezas, zapatos de marca y corbata, lo cual le trajo problemas en el colegio. También lleva con gran frecuencia algún sombrero que a veces da la sensación de que estamos ante un ser de otra época.

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But allow me to point out something fundamental: he is also a tailor. He never completely gave up working with cloth. Talese spent his boyhood days with his father, who earned his living cutting immaculate three-piece suits. His father passed his aesthetic, fine manners, and the importance of maintaining an impeccable appearance on to Gay. Perhaps this is the reason he mistrusts journalists whose lack of scruples, in his opinion, causes them to show up for interviews in casual, loud, and juvenile (in the worst sense of the word) attire.

Por estos días Talese prepara dos obras: un reportaje sobre el mundo de la ópera y un libro sobre el matrimonio en la sociedad norteamericana.

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Pero déjenme decir algo fundamental: también es un sastre. Nunca pudo abandonar esa condición desde que, siendo un crío, compartió los días con un padre que se ganaba la vida cortando inmaculados trajes de tres piezas, y que le transmitió su concepción de la estética, los buenos modales y la necesidad de ser portadores de una apariencia impecable y perfecta. Tal vez por eso, recela bastante de aquellos periodistas cuya falta de escrúpulos, según él, les permite la impostura de presentarse a hacer una entrevista con pintas rudimentarias, chillonas, juveniles en el peor sentido de la palabra.


AVISO IMATON

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Apenas nos presentamos, Talese empezó a hacerme preguntas sobre mi vida, especialmente sobre mis lazos de consanguinidad; quería indagar sobre cuántos hermanos tengo, qué clase de relación hay entre nosotros; quiso saber sobre mi relación con mis padres, la identidad y los oficios de estos, e indagó, con una expectación suprema, qué clase de hija me consideraba. Preguntaba con una emotividad y un interés que era posible pensar que desarrollaba algún trabajo para escribir una historia.

As soon as we met, Talese began to ask me about my life, especially my relatives; he was set on investigating how many siblings I had, and the type of relationship I had with them. He wanted to know about my relationship with my parents, their identities and jobs, and he inquired, with the utmost urgency, what kind of daughter they thought me to be. His questions were so expressive and pointed you would have thought he was working on an article.

Andrés Hoyos

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Aquel sábado en el que Gay habló para un auditorio enardecido y sediento, es seguramente el más bello recuerdo de todos los acumulados en los festivales de El Malpensante. Talese estuvo sencillamente colosal. Se entregó al público con una calidez y cercanía que no sería imprudente tildar de erótica y aquello duró más de tres horas que dieron la sensación de haber sido un parpadeo.

Andrés Hoyos My most beautiful memory from any of the Malpensante festivals is of the Saturday Gay spoke before an audience on fire, thirsty to hear his words. Talese was simply incredible. He gave himself to the audience with a warmth and intimacy it would not be imprudent to label “erotic,” and it went on for over three hours, which felt like the blink of an eye.

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Of the many guests invited to the Bogotá International Book Fair, I have never seen anyone who cut a more inarguably resplendent figure than Gay Talese. He is maniacally curious. His eyes fix on every detail, every circumstance, every scene, as if ripping from them their deepest essence, their operating mechanisms, and internal significance.

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Diana Rey

Nunca vi, de todos los invitados a la Feria Internacional del Libro de Bogotá, una figura de tan indiscutible resplandor. Tiene una curiosidad maniaca. Sus ojos se fijan en cada detalle, cada circunstancia, cada escena, como desentrañándoles su esencia profunda, su mecanismo de funcionamiento y su sentido interno.

Talese is currently working on two stories: a report on the world of opera and a book about marriage in North American society.

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Diana Rey


AVISO ASICS

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En la última de sus visitas a Colombia, Gay Talese me hizo tantas preguntas, merodeó de tal forma en los pormenores de mi vida, que hasta me pidió que le mostrara fotografías de mis hijos. Allí descubrí que para ser un periodista de su talla se requiere un gran oído, una solidaridad frente a los seres humanos de la más pura estirpe humanista, un interés por el otro que muy pocos usan. Por eso Talese es el más formidable artífice de perfiles sicológicos, comparable casi con los narradores rusos. Dostoyevski y Tolstoi, vale recordarlo, son dos de sus autores de cabecera. Es un hombre que no es suave cuando pregunta, pues adopta un

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Since then, we’ve had a friendly and fraternal relationship with the author of Honor Thy Father and Thy Neighbor’s Wife. We visit him in New York and he introduces us to his circle of prestigious, powerful, intellectual, and arrogant friends, as his friends from Colombia. And we discovered that Gay is aware of his status as a living legend, a small God of the secret news.

Rocío Arias On his last visit to Colombia, Gay Talese asked me so many questions, he dug so deeply into the details of my life, that he even asked to see pictures of my children. I realized then that in order to be a journalist of his stature you needed a real ear, and the ability to feel the purest humanistic solidarity with others, taking the kind of real interest in them that most people don’t. That’s why Talese is journalism’s greatest creator of psychological portraits, almost on a par with the Russians. It’s no surprise that Dostoyevsky and Tolstoy are two of his favorite writers. He’s not suave when he asks his questions; his tone really digs

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Rocío Arias

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I remember him speaking out fiercely against recorders, giving his view on most North American politicians who, he assured us, should be tried as war criminals, and defending seemingly outdated things like letters and conversation.

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Desde entonces nuestra relación con el autor de Honrarás a tu padre y La mujer de tu prójimo ha sido de amistad y fraterna relación profesional. Lo visitamos en Nueva York. Allí, en el centro mismo de sus actividades, vimos cómo nos relacionaba con su círculo, prestigioso y pudiente, intelectual y altivo, presentándonos como sus amigos de Colombia. Y descubrimos que Gay se sabe una leyenda viva, un pequeño Dios de las noticias secretas.

© Marc Brasz/Corbis

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Recuerdo su discurso feroz contra el uso de las grabadoras, su perversa opinión sobre la gran mayoría de los políticos norteamericanos a los que, asegura, habría que tratarlos como criminales de guerra, su defensa de cosas en aparente desuso como las cartas y la conversación.


AVISO DIADORA

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into you; he wants to know everything. But, at the same time, Talese is full of gentlemanly flattery. He signed my copy of his book with a compliment worth hanging onto.

Guido Tamayo

Guido Tamayo I was one of moderators of a panel discussion in front of a horde of students which featured Gay as a speaker; it was the most panic-filled event of an entire career filled with seminars, symposiums, and festivals. I was supposed to pick him up at a certain place at the fair and simply take him to the hall where he would speak on his own. But as we walked along it began to rain heavily. Overwhelmed by the storm, we had no option but to take shelter under an overhang. And there I was, with the greatest reporter in the United States, an icon and living legend. Gay took advantage of the watery situation to ask me a thousand and one questions about the city. He wanted to know the story behind the holes he’ d seen in the streets around town; he inquired about the sensuality and sentimental scope of Colombian women, and about the great bandits and public figures of our recent history.

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Gay se resume en tres cosas: su traje impoluto, su personalidad de permanente pregunta, su bolígrafo y cartulinas, que él mismo corta al tamaño del bolsillo de su chaqueta.

Talese can be understood by observing three things: his impeccable suit, his perennially inquisitive personality, and his pen and note cards, cut to fit into his jacket pockets.

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Con Andrés Hoyos y estudiantes de periodismo. / With Andrés Hoyos and journalism students.

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Foto / Photo: Cortesía El Malpensante.

Yo tuve la suerte de ser uno de los interlocutores de Gay en un conversatorio, al que asistió una horda de estudiantes; fue también el minuto de pánico más grande de toda una carrera de seminarios, foros y festivales. Yo había quedado en recoger a nuestro hombre en un punto de la feria simplemente para llevarlo al salón donde hablaría solo. Pero mientras caminábamos empezó a llover muy fuerte. Apabullados por la ventisca no tuvimos más remedio que guarecernos en cualquier alero. Y sí, ahí estaba yo con el más grande reportero de Estados Unidos, con un ícono y una leyenda ambulante. Gay aprovechó la acuosa coyuntura para preguntarme mil y una cosas sobre la ciudad. Quería saber la historia de los huecos en las calles, que vio por todas partes, me preguntaba sobre la sensualidad y la esfera sentimental de las colombianas, sobre los grandes bandoleros y figuras de nuestra historia reciente.

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tono de ‘deshuesador’; quiere saberlo todo. Pero, al lado de esto, Talese es un caballeresco adulador. Me autografió un libro suyo con un piropo digno de guardar.


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LOOP MR JONES

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Yo no tuve más remedio y, con el corazón galopando, acepté el reto. Entonces agregó algo que me pareció una broma tan escandalosa como pícara: —No se preocupe, Guido, será tan fácil y agradable como cualquiera de mis reportajes…

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I had no alternative and, my hearting beating wildly, I accepted the challenge. He later added something that sounded to me like a scandalously, wicked joke:

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After the squall passed, Talese stopped, looked at me as if ready to confide something very serious, and said: “I don’t like to talk on my own, pontificate. My life is dedicated to dialogue. So be prepared to talk to me in the next two hours.”

—Don’t worry, Guido. It will be as easy and pleasant as any of my stories…

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AVISO INTRATEX 1/2 V

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Cuando el chubasco amainó, Talese se detuvo y me miró como a punto de hacerme una grave confidencia y me dijo: “A mí no me gusta hablar solo, sentar cátedra. Mi vida está consagrada a dialogar. Por lo tanto prepárese para hablar conmigo en las siguientes dos horas”.


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