#06
ARTE
Avignon
un puente hacia otra forma de ver
Duchamp, relaciones de incertidumbre Un mingitorio que no rompio nada por Walter Pugliese
¿
Habrá imaginado Duchamp donde terminaría la provocación de su primer ready made llamado Fontaine (Fuente)? ¿Estaría de acuerdo con la superficialidad con la que hoy se colocan todo tipo de objetos proponiendo su “ambigüedad” en el arte? Difícil saberlo, pero sí podemos hacer un recorrido dentro de su vasta obra. Porque Duchamp no fue un mingitorio. O al menos, solo eso. Fue contemporáneo a la primera guerra mundial, desatada feroz y cruelmente en Europa, y a una burguesía enclaustrada y temerosa que daría vía libre en poco tiempo, a las peores monstruosidades desatadas por el ser humano contra el mismo ser humano. Un arte elitista que ignoraba o despreciaba la irrupción del pueblo, en el devenir del mundo. Una burguesía que comenzaba a desatar su voracidad en el consumo, formando una nueva supuesta pertenecía a los vínculos del poder y aristocracias dominantes. Esa clase que empieza ya a mostrar los primeros síntomas de su ignorancia frente a lo sensible en el arte, pero sobre todo, frente a los más desposeídos del sistema, condenados a ser, una vez más, la maquinaria del progreso, pero de un progreso que no los incluiría. Seguramente a todos ellos quiso provocar, a lo instituido en el arte, meándose de risa en sus caras. Pero no son pocos los que sostienen que Duchamp con este gesto, dio comienzo a lo que hoy ya conocemos como arte conceptual. Arte conceptual o arte de la idea o de la información, y que pretende en su teoría e idea, que es más importante que el objeto artístico en sí; supone que la relación que establece con el espectador requiere un nuevo modo de atención, que necesita investigar la obra y el mensaje, y debe ser reflexivo y activo (como si en la obra sensible pura, no fuera necesaria la reflexión o no existiera un mensaje). Se lo conoce como relaciones de incertidumbre ya que el espectador a partir de estas obras, comienza a dudar y
Fountain, 1917
a preguntarse si esta “es o no una obra de arte”. Asi, lo desconciertan y lo suman a una confusión que cuestiona el formato, la ambigüedad, intenta crear nuevos pensamientos y convierte a la obra en un asunto de interpretación. El problema sería entonces, que lo que ayer fue un rompimiento, hoy se transformo en el nuevo paradigma digitado en un arte consumista de un grupo frívolo y poco reflexivo pero que maneja grandes sumas de dinero de una generación de nuevos millonarios que atropellan con su prepotencia e impudicia, imponiendo una manera de ver las cosas. Desacreditan todo lo demás. Pero ocultan de esta forma un lugar al que no pueden acceder, por incomprensión. Porque para entender una obra sensible, también hace falta mucho trabajo de investigación, reflexión, detenimiento, mucha observación y también es asunto de interpretación, pero por sobre todas las cosas, de ser uno mismo y dejarse llevar por las sensaciones propias, y no por un discurso impuesto. Pero se sabe que el ser, ante el tener, se pierde en sí; para pasar a no ser, o ser en el dinero; y asi desacreditan lo que ellos en realidad no pueden comprender para asi, poder armar y controlar un negocio fastuoso con la ansiedad de quienes, en su ambición, también anhelan pertenecer. Decíamos que Duchamp no fue solo un mingitorio, porque es su obra la que habla. Porque fue un artista que se formo dibujando y pintando y reflexionando en la pintura, nunca fuera de ella. Con sus idas y vueltas, dudas y certezas. Viendo a Cezanne; formándose y admirando a un impresionismo del que después se habrá querido despegar. Pero que no pudo haber negado como obra genuina. Pintó y dibujó, como todos sus contemporáneos. Y protesto de la mejor manera que creyó oportuna para generar aquel rompimiento, para luego seguir en su búsqueda personal dentro de lo que conocía y muy bien, el dibujo y la pintura. Standing Nude. 1910. Pintura.
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MAYO 2014
Número Aniversario Publicación mensual de distribución gratuita producida por: Taller de Artes Plásticas EL PORTÓN VERDE
El Genio
Fragmento de la novela de Rafael Chirbes.
El genio suele ser un farsante que disimula sus deficiencias con la ampulosidad de los gestos: por lo demás, alguien que, en el fondo, en vez de trabajar, se dedica a ejercer como relaciones públicas, a rodearse de una corte de exégetas que crecen en torno a él, haciéndole crecer a él. Halagar a mecenas, a galeristas, a periodistas, a banqueros que desgravan impuestos a cambio de colgar cuadros en un bajo con ventanillos y mostrador de atención al cliente; a cambio de financiar conciertos, de crear patronazgos de esto y aquello, eso es lo que otorga el estatuto de genio, que te tengan ellos en el catálogo.
Puertas Abiertas del Alto de San Isidro 2014
Recorrido por talleres de artistas 10-11 y 17-18 de mayo LA CASA DEL ARTE de Guillermina Arias AVIGNON y TALLER EL PORTON VERDE con obras de WALTER PUGLIESE Gral. Paz 681 – San Isidro
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