#08
ARTE
Avignon
un puente hacia otra forma de ver
Piedra entre otras miles de piedras Precision que es incierta
N
Entonces, hemos decidido trabajar lentamente sobre ella. Y será a partir de lo que llamamos “la sugerencia de la piedra”. Pero, ¿Qué es esa sugerencia? En principio, un observar profunda y pacientemente a la piedra desde donde la abordaremos, para después sí, ir dejándonos llevar por sus formas propias y rústicas, resultado de la rotura a la que fue expuesta y también al paso del tiempo en la intemperie. Y de ese observar, si nos permitimos avanzar desde nosotros mismos, encontrar las formas que nos pertenecen, que más nos representan. Un descubrir ante el golpe lento pero cierto, de lo que nos es propio. No necesitar terminar nada urgente. Despojarnos de los tiempos tiránicos de lo cotidiano. Manejar y dejar hablar a nuestros tiempos. Sin máquinas que nos aceleren lo que precisamos paciente. Porque buscamos una precisión que es incierta. La que no conocemos, pero que intuimos ante el lento avanzar. Y que al final, nos va a dar algo que nos satisfaga profundamente sin nada de explicación, porque no la tenemos. Simplemente en principio la padecemos, por momentos desesperamos, y luego la gozamos. Esta la obra. Están sus pequeños grandes aciertos. Hay algo de bello en esto, y eso es lo que gozamos. En el día a día el trabajo, es una rutina de encuentros con la piedra, cansancios, charlas y mates; descanso y un vino tinto. Se pica la piedra, mientras se espera que algo delante de nosotros se devele aunque no siempre llegue. Hay algo de técnica, quizá mucho, pero también mucho de un sentir no precisado que nos dicta, si es que nos dejamos escuchar.
Publicación mensual de distribución gratuita producida por: Taller de Artes Plásticas El Portón Verde
Arte & Psicoanalisis Nuestros margenes: “El estilo y la etica” por Alejandro Ariel
Vamos a empezar por situar lo que voy a llamar falsos pares de oposiciones. El primero de ellos es bastante clásico, es la oposición entre Ética y Moral, otro es la oposición entre Estilo y Estética. Por moral vamos a situar lo que es pertinente a la conducta social de un Sujeto ente otros. Seria los deberes del Sujeto frente al Estado, frente a la ley. La moral es temática, siempre se sitúa en algún tema; la moral es temporal, es decir es la moral de una época. No hay una moral intemporal más allá de las épocas. Además es subsistencia, permite algún ordenamiento de la existencia de ese Sujeto en lo social.
por Walter Pugliese
o siempre uno va encontrando lo que desea. En la talla directa sobre piedra, el proceso es muy lento e incierto. Siempre que se trabaje a partir de esta decisión.
JULIO 2014
En el descanso, el descanso será algo físico, pero necesariamente se armara un diálogo con los demás escultores, donde lo intelectual –por llamarlo de alguna manera- no se detendrá. Una pequeña piedra que encontré hace un tiempo en Tandil y me gusto mucho, se mete en la conversación. No es casual. Es una piedra, sigue siéndolo porque no hay en ella rastros de un encuentro con lo nuestro. Es virgen en su naturaleza. Sin embargo está ahí porque yo la elegí de entre tantas miles de piedras de aquellas sierras. A esta la encontré y la vi, o me vi en ella. Porque tiene rasgos de mi obra. No es solo una piedra. Algo de lo geométrico que subsiste. De los perfiles rectilíneos y aristas agudas, filosas, contundentes. Quizá, también, hay algo de cabeza, digo, de cabeza humana. Y entonces sospechamos que en realidad es una obra mía. Aunque yo no me atrevería hoy. Porque pienso que no la toque con mi cincel. No la colocaría asi, como llegó, Piedra Mármol Travertino, 2011. en exhibición, como parte de Sergio Menichetti. mi obra. La pregunta se impone ¿y por qué no? Si la elegí yo, como a todas mis otras piedras, las talladas. Y ésta, aún sin haberla tocado, tiene más de mí que alguna de mis esculturas anteriores. ¿Qué es eso que creo y que siento? ¿lo tiene la piedra o lo creo yo? ¿Qué hace que una piedra termine siendo una obra personal? A estas diletancias nos dejamos arrastrar en el hablar de nuestro descanso. Por ahora no hallamos respuestas. Nos conformamos con la duda. Mientras tanto volvemos y seguimos picando, tallando, quizá más dulcemente; sin pausa, sin prisa. Y con la posibilidad de que eso sea todo.
La moral es el sentimiento del deber, este sentimiento del deber es un nivel necesario de existencia sin el cual no podría ser posible plantear alguna existencia del Sujeto en lo social. En este sentido la moral es siempre culpable, siempre se es culpable frente al estado. Es el legislador, que cada uno de nosotros cultiva en sí mismo en su relación con los demás. La moral es una deuda sin alternativa. La moral es la pereza de la existencia, en un dormir en los signos del Otro. La Ética es la posición de un Sujeto frente a su soledad; no la posición en lo social por su relación a los otros, sino la posición de un Sujeto frente a su soledad. Frente a lo que está dispuesto a afirmar, a afirmar y firmar. La Ética propone otro plano de existencia y en ese sentido la ética es atemporal, atemática y es existencial. Revela el orden de la existencia mas allá de la temporalidad en la que el Sujeto está condenado a vivir. Es un falso par de oposición pues la ética no se contrapone a la moral. La ética, la existencia del Sujeto desorganiza la moral, no pretende suplantarla. No genera conflictos salvo en determinados momentos muy singulares. Diremos en el sentido Nietzscheano: “hay que separarse lo más posible de situaciones en las cuales habría que decir que no una y otra vez”. Cuando uno comercia con situaciones en las cuales hay que decir que no una y otra vez, adquiere un hábito que empobrece generando una estúpida ficción de libertad. Otro elemento necesario es la estética y aquí nos acercaremos a una dimensión de fundamento para el Arte. La estética es al igual que la moral, temporal (como ven estoy estableciendo un paralelo entre estética y moral), es decir histórica. Hay una determinada estética de una época. Es temática, y podemos decir que la estética en lo social siempre es un crimen contra el Sujeto. Es un crimen contra el uno, pues propone el para todos. Con respecto al estilo que aparece como un par contrapuesto diremos que es la posición del Sujeto frente a su soledad (como verán estoy usando el mismo registro en relación a la ética, la posición del Sujeto frente a su soledad), pero aquí, no frente a lo que está dispuesto a afirmar sino frente a lo que está dispuesto a crear, frente a lo que está dispuesto a crear más allá de la belleza. La belleza implica en el orden de la estética una protección que el mundo brinda, un modo de estar entre otros, entre otros seguro con todos. El estilo indicara entonces esa posición del Sujeto en el acto creador que va más allá de la belleza. Y es por ello atemporal, resiste las épocas. Es atemática, no histórica, y no personal. No tiene que ver con la persona del creador, con la vida del creador, trasciende su propia vida, crea. Produce en el nivel de la existencia más allá de él mismo. La creación es siempre inocente y al mismo tiempo culpable frente a la belleza, frente a la estética de una época. Cuando se va mas allá de una época se es culpable y por eso gran parte de las obras son póstumas. La moral es aquello que determinara el buen y mal gusto, pero jamás el gusto mismo, ya que éste es aquello que implica “no decir sí, allí donde debemos decir no”. La ética, del otro lado. Si decimos que es suplementario, diremos que no es opuesto, ni complementario del orden social. Este nivel suplementario del Sujeto excede y desorganiza el orden social cada vez que crea. Es la desorganización necesaria de un orden, para que haya acto creador. Pues de no hacerlo, el acto creador será un dormir en las condiciones de la estética de la época. La ética es una existencia que se afirma. (Sigue en la página 2)