Avignon #10 - UN PUENTE HACIA OTRA FORMA DE VER

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#10

ARTE

Avignon

SEPTIEMBRE 2014

Publicación mensual de distribución gratuita producida por: Taller de Artes Plásticas EL PORTÓN VERDE

un puente hacia otra forma de ver

Sombras por Walter Pugliese

R

ecibí los archivos por mail e inmediatamente note que había nombrado a sus dibujos escaneados de hace unos días en el taller, como “sombras”. Sombras01, sombras02, sombras03. Dibujos de la modelo, en tinta y a pincel con mucha soltura y seguridad. Limpios pero por sobre todo muy sensibles. Lo extraño que me llamo la atención, es que son sombras en sí mismas, no proyectan ninguna imagen sobre nada. Son vidas en sombra o simplemente sombras con vida. Que duermen, que caminan, miran a un lado u otro sin importar la ausencia de luz que las sostenga. Como si la luz que las recorta, fuera una luz propia, interior. Una luz que ilumina desde lo interior y no traspasa a lo externo, dando idea de oscuridad para los demás pero segura en esa luz interior. Como si se guardara todo un mundo propio que no desea ser visto por quienes no saben mirar. Pero el mundo está, y se ve. Son sombras muy transparentes que dejan ver la estructura firme que la sostie-

ne. Se trata de no hacer mucha luz, para no perderlas de vista; de jugar con ellas como chicos que sueñan con alcanzarlas, con ser más rápidos e intentar alejarlas, separarse, aunque sea por un instante, y se pierdan y se despeguen de los pies a los que viven amarrados. Pero estas sombras andan sueltas y no son sombras de la noche que pretenden traer miedo, moviéndose sigilosamente tras la cortina o sobre un ropero. Andan a la vista y son solo ellas. Confrontan con nuestras propias sombras, a las que por momentos, preferimos no dejar ver, para no mirar. Porque también dudamos de nuestra luz, y no creemos hasta donde somos capaces de iluminar. Nos deja ese espacio, nos devuelve esa soltura, infinita transparencia y ahí volvemos a andar. Por otra parte, tanta gente en sombra, como si una penumbra eterna los acompañara. No hay luz de sol que les alcance a iluminar sus almas guiadas por una avaricia ex-

trema. Parecieran tener sueños cortos porque solo sueñan con tener. Y ni la luz, ni la sombra se tienen. Se goza o se padece. El problema es cuando sus penumbras son expandidas como un manto enorme sobre los muchos otros que lo rodean e invaden con sus oscuridades, la luminosidad del que crea, vive, sueña. Por eso me pareció bello que simples tintas fueran sombras, porque no tienen nada de aquello y tiene todo de lo que uno desea. Dibujo, misterio.

Sombra i, ii y iii. Aguada en tinta china - 2014 Malena Gaudio, alumna del taller de dibujo EL PORTON VERDE

Dibujar debería ser eso, llegar un poquito más allá de lo apenas reproducido. Ya no hay modelo posando, ya no

hay mujer durmiendo sino una historia que la vamos narrando –nos la vamos narrando- mientras nos detenemos en

cada pincelada que nos lleva por una pierna, por un seno, el brazo que cae y algo que queda al descubierto.

Un romance con la sombra

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Todos somos como Dorian Gray. Queremos mostrar al mundo un rostro juvenil e inteligente. De esa forma, inadvertida pero inevitablemente, desechamos las cualidades que no convienen a nuestra imagen.

No hay que ser casa para estar embrujado; no hay que ser edificio. La mente tiene corredores que superan los lugares físicos. Mas seguro es enfrentar una noche afuera a un fantasma que lidiar con él en el interior; ese huésped que pasma. Mas seguro es correr por un castillo siendo perseguido, que desarmado, verse con uno mismo en lugar sombrío. Mi ser detrás de mi ser escondido es más peligroso. Un criminal en el departamento no es tan vicioso. El cuerpo toma prestada un arma la puerta desarma; dentro hay un ser aterrador o algo mucho peor.

(1)

Como en el Retrato de Dorian Gray, esas cualidades cobran vida propia y dan origen a un gemelo invisible que vive detrás de nuestra vida, o al lado, pero que nos resulta completamente extraño. Ese extraño en psicología recibe el nombre de sombra, es nosotros mismos y a la vez no lo es.

consciente y viva con la sombra, y reducir así el poder que tiene para sabotearnos inconscientemente. El romance con la sombra es algo subversivo: la cultura nos enseña a ser extrovertidos, rápidos, ambiciosos, productivos. Se alaba la adicción al trabajo, se rehúsa la contemplación [...] Pero el trabajo con la sombra es lento, cuidadoso se mueve como lo hace un animal en la noche... Se necesita una paciencia inagotable, un fuerte instinto, gran poder de discernimiento, la compasión de un barda.

...Seducir a la sombra no tiene como objetivo aniquilarla sino encauzarla, y al hacerlo recuperar la energía, la vitalidad y la imaginación creativa que se halla allí en estado latente: la parte dorada del lado oscuro de nuestra personalidad... Podemos llegar a aprender la forma de entablar una relación

(1) Cita de Un romance con la sombra, Connie Zweig - Steve Wolf. Primera edición mayo 1999. Plaza & Janes Editores SA.

c. 1863. Emily Elizabeth Dickinson, Poemas.


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