Nº15 / noviembre 2015
emoria de la reina
Los dominios de Santiago Larraín y Vicuña por Carlos Álvarez Un personaje señero de las tierras de La Reina, antes Ñuñoa, fue Santiago Larraín y Vicuña, quien da el nombre a una de las avenidas centrales de la comuna y quien recibió propiedades de parte de su hija María Josefa Larraín de la Cerda, religiosa profesa, por allá por 1723. En sus manos la llamada Hacienda de Larraín, o Chacra Tobalaba, adquirió gran importancia. Pese a tener una mansión en la zona céntrica de la capital, Santiago Larraín y Vicuña pasaba largas temporadas en su hacienda de Tobalaba, en cuyos campos mantuvo una amplia crianza de animales y extensos viñedos, cuenta el estudioso René León Echaiz. Dicen que a su fallecimiento tenía quinientas ovejas, yuntas de bueyes, caballos, vacas lecheras y sesenta tinajas para la producción de las viñas. Según Echaiz, en sus casas de Tobalaba había “numerosas habitaciones bien amobladas, con estrado en la sala, cujas, escaños, escaparates, cortinajes, braseros, sillas de baqueta, sillas aprensadas”. También tenía en los patios interiores un cepo, “para mantener el orden entre esclavos y servidores”. En la fotografía, uno de los descendientes de Santiago, su bisnieto José Toribio de Larraín y Guzmán, quien reclamó ante la Corona de España el título de Marqués de Larraín.
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