2 minute read

Testimonios. Mi historia en la parroquia - Marisa Antille (la Negra

TESTIMONIOS

Mi historia en la parroquia

Advertisement

Hola, me llamo Marisa Antille (la Negra), quiero contarles cómo comencé mi historia de comunidad en esta querida parroquia.

Fue allá por el año 1992 cuando sentí la necesidad, a mis 22 años, de prepararme para recibir el sacramento de la confirmación. Fue así que me acerqué a la parroquia para informarme. La catequista que me acompañó en la catequesis de adultos fue Laura Torchio. Fue un año distinto ya que conocí a Jesús de otro modo.

Al finalizar mi preparación y recibir el sacramento ese año, me invitaron a participar del grupo de jóvenes: Convocatoria, cuando entré me recibieron muy bien, el grupo estaba constituido por cuatro comunidades que animaban María Marcela, Guillo, Lula y Laura Benítez. No entendía mucho de qué se trataba, pero cada encuentro tenía algo especial… un tiempo de animación, trabajo en grupos para compartir, ¡¡¡oración!!! Lo festivo siempre estaba presente…Era un placer, encontrarnos los domingos después de la celebración de la Eucaristía, éramos tantos…

Poco a poco a empecé a descubrir a Jesús en todos los que me rodeaban, en esos chicos que recién llegaban a mi vida, pero se quedarían allí para siempre porque algunos de ellos se convertirían en mis mejores amigos.

Por noviembre, hubo un encuentro de evaluación en Manuel Ocampo al que concurrí, si bien no tenía mucho tiempo de haber participado del grupo, fue una experiencia inolvidable: el lugar en sí tenía una magia diferente y las actividades pensadas para aquel momento fueron únicas, las comunidades, eran toda una novedad, no se puede describir con palabras todo lo que aprendí en ellas…

Preparar los encuentros en Villa Allende, donde Rosario tenía 40 lugares y los coordinadores tenían que pensar quiénes iban porque éramos 70, las polladas que hacíamos para recaudar fondos para solventar los gastos del viaje y de la casa… ¡¡¡Qué buenos momentos los compartidos con jóvenes de todo el país en esa casa tan bella con la colina, en tanto contacto con la naturaleza!!!

La preparación en el grupo me animó a decirle sí al Padre Ariel cuando me invitó a coordinar el grupo Crecer y posteriormente Despertar. Más tarde, también me sumaría a la catequesis de adultos.

El tiempo fue pasando y después de Convocatoria, vino el grupo de Jóvenes Mayores y el estar en la parroquia acompañando desde el servicio de la música. (del que nunca me alejé).Desde su nacimiento soy parte de Los Musicantores.

Le doy GRACIAS a Dios porque me invitó a conocerlo. Porque me dio amigos en el grupo de jóvenes y en la parroquia, con los que sigo compartiendo y celebrando la vida que se me regala. También agradezco a la comunidad de consagrados que fueron cambiando, pero conservan el carisma y me continúan acompañando y guiando. Le pido a María del Perpetuo Socorro que podamos caminar siempre bajo su amparo.

Marisa Antille

This article is from: