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TESTIMONIOS Mi historia en la parroquia Hola, me llamo Marisa Antille (la Negra), quiero
Preparar los encuentros en Villa Allende, donde Ro-
contarles cómo comencé mi historia de comunidad
sario tenía 40 lugares y los coordinadores tenían que
en esta querida parroquia.
pensar quiénes iban porque éramos 70, las polladas
Fue allá por el año 1992 cuando sentí la necesidad,
que hacíamos para recaudar fondos para solventar los
a mis 22 años, de prepararme para recibir el sacra-
gastos del viaje y de la casa… ¡¡¡Qué buenos momentos
mento de la confirmación. Fue así que me acerqué a
los compartidos con jóvenes de todo el país en esa
la parroquia para informarme. La catequista que me
casa tan bella con la colina, en tanto contacto con la
acompañó en la catequesis de adultos fue Laura Tor-
naturaleza!!!
chio. Fue un año distinto ya que conocí a Jesús de otro modo. Al finalizar mi preparación y recibir el sacramento ese año, me invitaron a participar del grupo de jóve-
La preparación en el grupo me animó a decirle sí al Padre Ariel cuando me invitó a coordinar el grupo Crecer y posteriormente Despertar. Más tarde, también me sumaría a la catequesis de adultos.
nes: Convocatoria, cuando entré me recibieron muy
El tiempo fue pasando y después de Convocatoria,
bien, el grupo estaba constituido por cuatro comu-
vino el grupo de Jóvenes Mayores y el estar en la pa-
nidades que animaban María Marcela, Guillo, Lula y
rroquia acompañando desde el servicio de la músi-
Laura Benítez. No entendía mucho de qué se trataba,
ca. (del que nunca me alejé).Desde su nacimiento soy
pero cada encuentro tenía algo especial… un tiem-
parte de Los Musicantores.
po de animación, trabajo en grupos para compartir,
Le doy GRACIAS a Dios porque me invitó a conocer-
¡¡¡oración!!! Lo festivo siempre estaba presente…Era
lo. Porque me dio amigos en el grupo de jóvenes y en
un placer, encontrarnos los domingos después de la
la parroquia, con los que sigo compartiendo y cele-
celebración de la Eucaristía, éramos tantos…
brando la vida que se me regala. También agradezco a
Poco a poco a empecé a descubrir a Jesús en todos
la comunidad de consagrados que fueron cambiando,
los que me rodeaban, en esos chicos que recién lle-
pero conservan el carisma y me continúan acompa-
gaban a mi vida, pero se quedarían allí para siempre
ñando y guiando. Le pido a María del Perpetuo Soco-
porque algunos de ellos se convertirían en mis mejo-
rro que podamos ca-
res amigos.
minar siempre bajo
Por noviembre, hubo un encuentro de evaluación
su amparo.
en Manuel Ocampo al que concurrí, si bien no tenía mucho tiempo de haber participado del grupo, fue una experiencia inolvidable: el lugar en sí tenía una magia diferente y las actividades pensadas para aquel momento fueron únicas, las comunidades, eran toda una novedad, no se puede describir con palabras todo lo que aprendí en ellas…
Marisa Antille