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Frente a la desigualdad... ¡manos a la obra!
Es febrero de 2023. En los pasillos de los Servicios Centrales de Manos Unidas en la madrileña calle Barquillo se respiraba un ambiente que, en los dos años anteriores, se había echado de menos… Y, cuando alguien formuló la pregunta del millón: «¿Estarán Virginia y Dário en el encuentro de misioneros?», sentimos que, de alguna manera, la pandemia había quedado atrás y poco a poco íbamos retomando la normalidad en nuestras actividades.
Texto de MARTA CARREÑO. Departamento de Comunicación.
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Porque lo que en Manos Unidas llamamos «Encuentro de misioneros» es una reunión en la que, durante un par de días, congregamos a muchas personas –religiosas o laicas- que han sido o son socios locales de Manos Unidas y que, a primeros de febrero, fueron portavoces de nuestra labor en todos los rincones de España. Con este encuentro, lleno de trabajo, de experiencias compartidas y emociones, dimos el «pistoletazo de salida» al lanzamiento de nuestra Campaña anual que, en 2023, y con el lema «Frenar la desigualdad está en tus manos», volvió a hacer hincapié en esas enormes inequidades que separan a ricos y pobres y que son causa del aumento del hambre y la pobreza.
Virginia Alfaro y el padre Dário Bossi fueron los invitados de una Campaña en la que solo se habló de la pandemia para recordar el daño que esos años aciagos causaron entre las personas más vulnerables.
Provenientes de Angola y de Brasil, respectivamente, ambos nos ayudaron a poner rostro a esas personas a las que la pobreza y la desigualdad condenan a una vida de abusos y abandono. Y lo hicieron narrando –en rueda de prensa, en el programa «Al Día» de TRECE TV y en los numerosos medios de comunicación que se han interesado por el trabajo de Manos Unidas- las historias de superación de las personas con las que conviven a diario.
Virginia, misionera laica de Misevi, socio local de Manos Unidas en Angola, trabaja con mujeres y niños en los barrios más empobrecidos de la cuidad de Lobito. Ante los medios de comunicación, reunidos en la Asociación de la Prensa de Madrid, esta malagueña, que descubrió su vocación misionera en la adolescencia, explicó cómo es posible que en uno de los países más caros del mundo y con grandes riquezas naturales pueda vivir en la pobreza severa un altísimo porcentaje de población. Y solo dio una palabra para explicar lo inexplicable: resiliencia. «Trabajamos en contextos de gran exclusión social, de vulnerabilidad máxima, de pobreza severa. Estas personas, especialmente las mujeres, son plenamente conscientes de su situación de desigualdad. Hablamos de madres que sienten el hambre de sus hijos, que les duele profundamente la muerte de su bebé, que se cansan todos los días de andar por las calles vendiendo para llevar algo de comer a casa. Ciertamente, en medio de esta realidad de sufrimiento social, han desarrollado una capacidad extraordinaria de resiliencia con la que sobrevivir ante todo tipo de adversidades», compartió Alfaro.
Los términos resiliencia y desigualdad también estuvieron presentes en las numerosas entrevistas con medios de comunicación que atendió, durante su estancia en España, el padre Dário Bossi. Este misionero comboniano, nacido en Italia, pero «naturalizado» brasileño, ha sido testigo de los estragos que las actividades extractivistas, como la minería intensiva o la agricultura a gran escala, están causando en la Amazonía y en otras muchas regiones de Latinoamérica. Ante la audiencia de TRECE no dudó en señalar a los causantes directos de tanto mal: «Las empresas que actúan en nuestra región defienden con hipocresía que nos están trayendo desarrollo. En realidad, han transformado de modo definitivo e irrecuperable una región entera que, ahora, depende mucho de ellas. Los gobiernos han debilitado otras iniciativas de vida y equilibrio en los territorios, como la producción familiar, la agroecología o el comercio local», denunció.
Y junto a ellos, acompañándolos en su denuncia, la presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar, en la que fue su primera presentación de Campaña, y que recordó cómo, cuando asumió la presidencia de la organización en mayo de 2022, algunos de los periodistas presentes en la sala de la Asociación de la Prensa de Madrid le preguntaron si, con todos los datos en contra, en Manos Unidas no habíamos pensado nunca en tirar la toalla. Y la respuesta fue «no» porque «nunca nos vamos a dejar vencer por el pesimismo ni creer que la victoria frente a la desigualdad es un reto imposible».
Y con los ejemplos de Virginia y Dário muy presentes, la presidenta de Manos Unidas dejó muy claro que, en la ONG de la Iglesia católica de España, nos enfrentamos a esas inequidades que matan y empobrecen «con trabajo y con hechos». Porque, como nos pide el Papa: «Frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra» l