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Editorial por Marcelo Vieguer
EDITORIAL
La salida de este número 3 de Estación Cine es motivo de profundo orgullo y satisfacción. E incluso para el diseño y armado de la publicación, releyendo los textos que aquí se presentan, todo resultó en un proceso de lo más agradable. Porque no es solamente el enorme caudal profesional —grandes ensayos—, sino la encomiable voluntad de todos ellos que terminan haciendo este número tres posible.
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Así que comenzaremos a desgranar los contenidos y las firmas que aquí estrenan o repiten de números anteriores, y son los que provocan este contentamiento. Primeramente, porque se han incorporado nuevos escribientes, como lo son: Agustina Cabrera, Ari Piccione, Ariadna Ibarra, Fabián Slongo, Florencia Kuchen, Hugo Berti, Leandro Arteaga, Martín Guzzonato y Varinia Mangiaterra; luego, porque se mantienen otros que ya han publicado en el número 1, o en el 2, o en ambos, como son los casos de Alberto Tricarico, Candelaria Rivero, Claudio Huck, Dana Sopranzetti, Fernando Regueira, Fiorella Constanza Valente, Gustavo Cabrera, Melina Cherro o Roberto Pagés.
En este número, la entrevista —que comporta la tapa de la revista— , es al director argentino Martín Basterretche, director de Punto ciego, Devoto, la invasión silenciosa y El último zombi, entre otras películas de quien se autotitula orgulloso director de un cine clase B. En esta extensa charla, Basterretche se explaya con claridad conceptual respecto a temas del cine en general, del cine argentino en particular y sobre su permanente afincamiento en los géneros cinematográficos.
Además de la entrevista a alguien destacado del mundo del cine argentino, presente desde el primer número, mantenemos desde el número anterior, las siguientes secciones:
Fantasmas en la videoteca, donde volvemos a películas poco recordadas, y hasta escasamente valoradas, pero que en su presentación, irradian en cada nuevo visionado aristas que llevan a pensar desde aquellos filmes al cine de cualquier lugar y tiempo.
Conversaciones sobre Cine y Ópera, donde a partir de una ópera de repertorio, el escritor y guionista Fernando Regueira —que además nos regala otro cuento: “Un especialista en
Yagos”— , nos ilumina con disquisiciones que ineludiblemente nos llevan desde el gran arte del siglo XIX: la ópera, al gran arte del siglo XX: el cine.
A partir de este número, se incorporan dos nuevas secciones:
Estación Series, desde donde se despliegan valiosas miradas sobre este formato, ya que ocupa un sitio referencial dentro de las artes audiovisuales, poniendo al cine en una zona opaca —respecto de su sitial destacado y medular— , durante los últimos diez a quince años.
Postales del Hollywood clásico, donde a partir de la recuperación de fotografías enviadas a sus fans desde los grandes estudios, invitamos a escribir brevemente sobre actores y actrices con las respectivas imágenes de tales estrellas.
El proyecto cultural Estación Cine dirigido por el querido Sergio Luis Fuster dentro de CGeditorial, que comanda Sergio Gioacchini, continúa la titánica tarea de publicar en papel libros de cine, llegando este año a la publicación de siete nuevos títulos: Colección Estación Cine Nº 29: Después de Godard. La legitimidad de lo incierto por Gustavo Galuppo Alives; Colección Estación Cine Nº 30: Claudio Perrín. El mar y la mirada de un niño por Leandro Arteaga; Colección Estación Cine Nº 31: Del cine instantáneo al cine en vivo por Gustavo Postiglione; Colección Estación Cine Nº 32: La máscara en el cine de terror por quien esto escribe; Colección Estación Cine Nº 33: Diálogos con Diotima. Mito y cine por Melina Cherro; Colección Estación Cine Nº 34: Cine y fútbol 2 —libro colectivo— y por último Colección Estación Cine Nº 35: Poesía y cine. La dinámica cinematográfica de la poesía por Alejandro Pidello.
Dijimos en nuestra editorial anterior, que la revista Estación Cine surgió como un modo de seguir pensando el cine, y tanto el contenido como el continente de todos quienes hacen posible esta publicación, no hacen más que seguir impulsando esta noble tarea. Como siempre, ellos y ellas son el sostén de cada número, así que entonces repetiré, sin más, la última línea de la editorial anterior:
Abrazos a todos y a todas, y que este impulso siga adelante.