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EL RELACIONISTA PÚBLICO DEL 2020 Decálogo de un profesional exitoso Por: Maricela Salas Delgado Cuando inicié estudios en Relaciones Públicas tenía algunas dudas sobre lo necesaria que sería mi profesión en la sociedad y por ende, no estuve exenta de preocuparme por mi futuro laboral. Al igual que muchos de mis colegas, tuve que enfrentarme a estereotipos acerca de nuestro rol, a la ignorancia de quienes desconocen lo que hacemos y me vi obligada a armarme de paciencia para comprender que sólo con trabajo, ejemplo y resultados se puede lograr un lugar de respeto. Si bien es cierto, el trabajo de años de relacionistas públicos ha ido rindiendo frutos y ha posicionado nuestra profesión, también es cierto que la aparición de las nuevas tecnologías nos ha dado un impulso sin precedentes, con un abanico de oportunidades y amenazas que debemos enfrentar. Y es que, a partir de la aparición de la Internet y principalmente luego de la explosión de las redes sociales, el mundo de los profesionales en comunicación ya no es el mismo. Los comunicadores de la actual generación nos hemos visto en la obligación de adaptarnos rápidamente a los cambios y quienes no lo han hecho, se han visto afectados por una marcada desactualización de sus conocimientos. Ante esta realidad, nos preguntamos… ¿si hoy todo se transforma tan rápido, a qué deberán enfrentarse los comunicadores en los próximos 5 años? No estoy segura de poder predecir el futuro, pero sí vaticino que las siguientes 10 recomendaciones les ayudarán a convertirse en profesionales exitosos y a ser más flexibles ante las transformaciones. 1. Procurar una formación integral
Ya no sólo basta con una carrera profesional o una única línea de conocimiento. Un relacionista público debe ser un comunicador integral, que sepa de periodismo, publicidad, diseño, mercadeo, administración, derecho, psicología, entre otros.
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No se trata de tener miles de títulos académicos, sino de aprovechar todos los espacios que sumen conocimiento y experiencia. Se trata de nunca darse por satisfecho con lo que se sabe. 2. Insertarse en el ADN de organización o empresa
Tampoco es suficiente con el conocimiento de distintas disciplinas, también es necesario hacerse experto en el tema que atañe a la organización para la cual trabajamos o al negocio que nos dediquemos. Sólo si se comprende y conoce muy bien lo que se hace, se podrá hacer una comunicación exitosa que responda a objetivos. 3. Establecer buenas relaciones
Para crecer como profesional es necesario también hacerlo como persona. Por eso, es importante tratar a todos con respecto, cultivar relaciones. Las buenas relaciones nos permiten mantener motivados a nuestros equipos de trabajo, nos generan buenos contactos y además, nos potencian hacia espacios de liderazgo, necesarios para influir en nuestra organización. 4. Hacer de las nuevas tecnologías parte de su vida
Ahora y para el futuro, no sólo basta con conocer de la existencia de las nuevas tecnologías, también debemos hacerlas parte de nuestras vidas. Debemos ser capaces de identificar sus alcances, debilidades, potencialidades, características, nuevas tendencias, entre otros. No sólo hay que conocerlas, sino vivirlas. Este ejercicio nos facilitará ser flexibles a las transformaciones de los medios y a poder vislumbrar las tendencias del futuro en cuanto a la comunicación social. 5. Inmiscuirse en todos los temas de su organización
Un comunicador debe hacerse sentir en su organización o empresa. Éste siempre debe estar presente en los espacios donde se aborden temas sensibles e importantes. El relacionista público debe ganarse la confianza de los jerarcas y esto se logra con respecto y sabiendo opinar, cuestionar, enriquecer y dar valor agregado a las conversaciones. Para lograr este nivel de involucramiento se hace muy necesario fortalecer las cuatro características citadas anteriormente.
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6. Hacerse parte de la planificación estratégica organizacional
Una vez ganada la confianza, el relacionista público debe buscar incidir en la toma de decisiones. No se trata de gerenciar, sino de ofrecer insumos, argumentos, datos y otra información de calidad que permita a la organización o empresa continuar en la búsqueda del cumplimiento de sus objetivos. 7. Aprender de los errores
Una de las experiencias de aprendizaje más ricas que se pueda experimentar profesionalmente es equivocarse. Pero un error sólo será útil cuando se aprenda de la experiencia y se mejore. Obviamente, parte de las premisas del trabajo es tratar de no cometer errores, pero si a pesar de todo esto pasa, no debemos echar hacia atrás, sino crecer y continuar evolucionando. 8. Apoyarse en el trabajo en equipo
Solo no se llega a nada y si se llega a algo el disfrute del logro nunca será el mismo. Un comunicador debe desarrollar la habilidad de inspirar a su equipo de trabajo, independientemente de la posición jerárquica que se posea. El relacionista público, a través de la influencia, debe ser capaz de orquestar las diferentes habilidades de quienes le rodean, para lograr objetivos comunes. 9. No aferrarse a fórmulas – Innovar
Lo que hoy resultó puede que mañana no. Esta es una premisa de la innovación, de la vida y también de la comunicación. Todo cambia, así que las fórmulas, los machotes y los “así se hacen las cosas” ya pasaron de moda. El relacionista público debe estimular constantemente su creatividad y la de su equipo, para llegar al cumplimiento de objetivos a través de propuestas innovadoras. Marcar diferencia es un buen sello profesional. 10. Amar de lo que se hace
Independientemente de cuál sea nuestra profesión, debemos desarrollar la habilidad de reconocer el valor de lo que hacernos. Es necesario disfrutar de la experiencia de aprender, aportar, caer o celebrar. Amar lo que se hace es clave para pulir estas 10 características y con ello allanar nuestro camino para convertirnos en profesionales exitosos. 3