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Domingo de Ramos
DOMINGO DE RAMOS sara pérez tamames Ya es Domingo de Ramos en Zamora, el último de este tiempo de oración y liturgia penitencial, el Domingo de la luz en el que Zamora se tiñe de púrpura para acompañar a Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén. Las palmas agitan la ilusión de los más pequeños y la ciudad entera sonríe. Un brillo especial ilumina la mirada de los niños de hoy, la esencia de la Pasión del mañana. “Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” Tal y como hizo Jerusalén, Zamora aclama a Jesús mientras en las calles suenan los acordes de las marchas de Gloria, que celebran que por ellas camina el Mesías. En este bendito día los mayores transmiten a los pequeños el legado de la Pasión como algo que forma parte de nuestra esencia misma, como algo que permanecerá en nuestro interior y se convertirá incluso en nuestra seña de identidad. Este es el regalo que nos han hecho quienes nos han enseñado a amar estos días, y creo que no hay legado más bello. Ya es Domingo de Ramos, comienza a narrarse en Zamora la historia de la Pasión.
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