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El Lavatorio entró 13 veces

Corría el año 2005, concretamente el 14 de febrero, cuando en California Steve Chen, Jawed Karim y Chad Hurley crearon una plataforma en internet donde la gente podía subir y compartir videos con otras personas por todo el mundo, ante la imposibilidad que tenían de compartir vídeos de una fiesta a la que habían asistido en San Francisco. A esta plataforma la llamaron YouTube. Y fue YouTube quien ayudó a muchos zamoranos a “salvar” la Semana Santa de ese año tan dramático que fue 2020. Aquellos pocos casos puntuales de una gripe mala que venía de China resultaron ser una pandemia mundial con miles de muertos que obligaron a tomar medidas extremas como fue no dejar salir a nadie de casa. Y en estas el calendario, que no entiende de pandemias, marcó la fecha esperada todo el año en Zamora, Semana Santa. Una Semana Santa en casa, sin poder salir casi a nada, con todo cerrado. Así que afloró el ingenio. Ya que no se podía vivir la Semana Santa fuera, vivámosla dentro. Y así sucedió. Por supuesto hubo corte de pelo el día del Traslado, y bravas, y ……lo de siempre de ese día….. Y YouTube hizo que el Nazareno saliese puntual de San Frontis, y llegase tras cruzar el Puente y subir la cuesta a nuestra cita en unos “Tilos” especiales en el salón de casa. Y sin salir del salón lo acompañamos a la Catedral. Por supuesto hubo aceitada el viernes y el Cristo del Espíritu Santo llegó a la catedral y le cantamos a eso de las 12 de la noche. Y por supuesto salió Luz y Vida, esta vez puntual, pues es lo que tiene el play. Y hubo burra…aunque esta vez sin niños pero el recuerdo para la más especial de todas.

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Fue un año especial, donde ocurrió el milagro de poder llegar a ver cantar el Jerusalem en primera fila en Santa Lucía tras salir de la Tercera Caída, y pude llegar después a primera fila de sofá a la 1:30 cuando la procesión bajaba por el Arco. Mi momento de acera fue mi momento de sofá.

Pero los recuerdos y la fibra la tocó La 8, por la mañana había debutado la cofrade más joven, pues el más joven no pudo llegar a tiempo desde Almería, Youtube había sacado la procesión de San Lázaro pero….a la hora justa y en el momento justo…La Muerte no es el Final retumbó en el salón, vista como nunca, desde arriba y desde fuera, pero la cabeza estaba en la Plaza. Fue sin duda el momento de los momentos, y el recuerdo con el que me quedaré de la Semana Santa 2020, aquella que YouTube nos enseñó en primera fila. Fue un año especial, donde ocurrió el milagro de poder llegar a ver cantar el Jerusalem en primera fila en Santa Lucía tras salir de la Tercera Caída, y pude llegar después a primera fila de sofá a la 1:30 cuando la procesión bajaba por el Arco. Mi momento de acera fue mi momento de sofá.

Así transcurría la Semana Santa, con las tradiciones paralelas absolutamente respetadas en tiempo y forma, con los de siempre vía Whatsapp, y las procesiones en tiempo y forma, puntuales en la televisión y disfrutadas en esa perenne primera fila. Hasta que llegó el Jueves, sí, ese día donde mi padre preguntaba cuando era joven si vivía allí. Un día de estar fuera hasta el viernes, sin poder salir. Curiosa paradoja…Pero a las 4 pañuelo, medalla, gasolina de paso preparada….merienda tratando de imitar lo mejor posible al bueno de Raúl, ese compañero de paso y de Z todo generosidad. Y claro, imitando en cantidad pero no en calidad, la cosa se fue un poco de las manos…hasta que hubo pique virtual con el Prendimiento….a ver quien entraba más veces al Museo….Y EL LAVATORIO ENTRÓ 13 VECES, hasta que se juntó con la salida del Yacente. Tras cantar el Miserere a pleno pulmón a las 2 de la mañana, el lugar de siempre vino a casa para hacer tiempo hasta las 5 y, mientras en Zamora hubo quien salió a tocar el merlú al balcón, YouTube puntual levantó el 5 de copas en mi salón, y caminó, como cada año hasta las Tres Cruces de la cocina donde esperaban las sopas de ajo, de calidad suprema este año.

No entró la Piedad 13 veces, se quedó en 3…Nuestra Madre lució esplendorosa en la noche de mi salón, la Soledad dio la vuelta por mi casa, por que sí, fue la Soledad quien fue protagonista de esta rara Semana Santa. Soledad en las casas mitigada por ese invento de tres americanos, que, sin saberlo, salvaron en aquel rincón olvidado de Castilla, sus días más importantes del año y fueron la luz de gentes que, aunque tomados por locos y frikis, no hicieron más que tratar de ser felices, a su manera, unos breves instantes en tiempos tan difíciles. Yo he contado la mía, friki, loca, pero sentida al 100% a mi manera, tratando de estar donde siempre y con los de siempre, pues lo importante es eso, el saber que los de siempre siempre estarán contigo, por tiempos duros que vengan, y te respetarán como eres pues en el fondo ellos son como tú. Respeto, tradición, vivencias. Y como Jesús al tercer día resucitaremos, no este 2021, donde parece que todo será parecido. Esperanza al menos de poder cambiar Whatsaap por presencia, aunque sea a distancia, pues YouTube otra vez nos teletransportará a, esperemos, 2022, donde todo volverá a ser igual. A los que no están, os echaremos de menos y será por vosotros. Y los que quedamos, disfrutemos como podamos e impidamos que esto muera. Salud para todos.

Roberto Félix Fuentes

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