![](https://static.isu.pub/fe/default-story-images/news.jpg?width=720&quality=85%2C50)
4 minute read
Nomenclatura de compuestos inorgánicos
Manejo de residuos
Desechar las sustancias químicas en el drenaje es una práctica que debemos evitar pues, como bien sabes, la materia no desaparece. A menos que sepamos cuáles son los efectos que estas sustancias tienen en nuestro medio ambiente nunca debemos desecharlas en el drenaje, ya que tarde o temprano terminarán en el suelo o en los mantos acuíferos. Debido a que hay experimentos en los que usamos aceite y agua, recuerda que nunca debes verter aceite en el lavadero, mejor deséchalo en una botella de vidrio o de plástico, pues una pequeña cantidad de aceite contamina un enorme volumen de agua. Es nuestra responsabilidad desechar las sustancias de forma apropiada. Los ácidos y las bases (los más usados en este texto son el ácido clorhídrico y el hidróxido de sodio) no deben desecharse sin ser tratados previamente. La mejor forma de hacerlo es neutralizándolos, para lo cual deben mezclarse con cuidado en presencia de un indicador de pH. Cuando la disolución resultante tenga un pH cercano a 7 (entre 6 y 8 es adecuado), será el momento apropiado para desecharlos. La disolución neutralizada contendrá principalmente cloruro de sodio (o la sal respectiva), por lo que puede desecharse sin riesgos ni consecuencias para el medio ambiente. En el caso de las disoluciones de azúcar y de diversas sales empleadas en el texto, en vez de desecharlas es mucho mejor recuperar las sales disueltas, para lo cual es conveniente evaporar el líquido (por lo general, agua). Para evitar un gasto innecesario de energía, las sales pueden recuperarse si se permite que el agua se evapore lentamente. Para ello, la disolución se coloca en un frasco de boca ancha tapado con un frasco aún más grande. Esto evita que durante la evaporación (que puede tomar varios días o semanas dependiendo del volumen de disolución que se evapore) caigan polvo y contaminantes en la disolución. Cuando el líquido se evapora, la sustancia se recupera en forma cristalina y puede usarse cuantas veces sea necesario. Las soluciones de agua-jabón, agua-etanol y agua-yodo pueden desecharse sin ningún problema en el drenaje. Los carbonatos e hidróxidos obtenidos en diversas actividades como precipitados no son dañinos y pueden desecharse. En algunas actividades se obtienen mezclas de reacción en las que los productos se encuentran disueltos; sin embargo, es mucho más conveniente el manejo de residuos sólidos, por lo que se recomienda evaporar el agua y desechar los residuos como sólidos ya que no son dañinos para la salud. En la actividad del bloque 2 para obtener hidrógeno, extrema tus precauciones, ya que éste es un gas altamente inflamable, por lo que es importante que lo mantengas alejado de cualquier flama y que al dejarlo salir del tubo lo hagas en una zona ventilada.
Advertisement
En las siguientes páginas electrónicas pueden encontrarse algunas buenas guías sobre el manejo de residuos: www.itson.mx/micrositios/ laboratorios/Documents/manual_de_ seg_e_hig.pdf www.quimica.unam.mx/IMG/pdf/ residuos.pdf Manual de Seguridad e Higiene en Laboratorios http://residuosquimicos enlaboratorioquimico.blogspot.com/
Nomenclatura de compuestos inorgánicos
• Cómo se nombran algunos compuestos inorgánicos
La nomenclatura (el nombre) de los compuestos llamados “inorgánicos” (aquellos que no están constituidos principalmente de carbono, aunque pueden contenerlo), fue propuesta hace muchos años, a principios del siglo xix, y aunque ha evolucionado desde entonces, muchos de los nombres que hoy usamos para diferenciar a las sustancias tienen su origen en ese antiguo método. El presente texto no pretende enseñarte cómo nombrar a las sustancias, tan sólo intenta ilustrar algunos de los nombres más comunes y cómo se construyen.
Muchas sustancias inorgánicas, no todas, pertenecen a la clase de sustancias que en química llamamos sales iónicas, esto es: sustancias que al disolverse en agua producen iones tanto negativos (aniones), como positivos (cationes). El nombre que les damos a este tipo de sustancias se deriva de este hecho, pues nos indica de cuáles iones están formados. Por ejemplo, quizá sepas que el nombre químico de la sal común (la que consumimos) es cloruro de sodio, debido a que esta sustancia está formada de iones cloruro (Cl2) (negativos) y iones sodio (Na1) (positivos). Del mismo modo, el nombre de la sustancia nitrato de aluminio, proviene de los iones nitrato, (NO32) (negativos) y de los iones aluminio (Al31) (positivos) que esta sustancia genera al disolverse. En las sales inorgánicas siempre se nombra primero a los aniones antes que a los cationes, sin embargo, en su fórmula siempre escribimos primero los cationes y luego los aniones, así, la fórmula del cloruro de sodio es NaCl, mientras que la fórmula del nitrato de aluminio es Al(NO3)3.
Como puedes notar, el nombre de una sustancia no necesariamente nos indica cuántos iones positivos y negativos están presentes en su fórmula, sin embargo esto lo podemos deducir si consideramos que todas las sales deben ser eléctricamente neutras, esto es, el total de cargas positivas debe ser compensado por igual número de cargas negativas.