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Dra. Ana Carolina Báez Abbott
TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
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Los Trastornos de la Conducta Alimentaria o TCA representan la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia, con una mortalidad que supera el 6% por causas médicas o psiquiátricas. La Organización Mundial de la Salud ha considerado su prevención como un objetivo prioritario debido a las implicaciones para la salud.
Se definen como trastornos mentales caracterizados por actitudes y conductas desordenadas con relación al peso y a la imagen corporal y que de mantenerse en forma crónica, producen disfunción nutricional, física y social del individuo.
Según el Manual de Desordenes Mentales en su 5ta edición, existen 6 tipos de TCA: Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa, Trastornos por Atracón, Trastorno Evitativo/Restrictivo de la Ingesta, Pica y Rumiación.
La prevalencia global de estos trastornos es de 6 - 13%, siendo los más frecuentes el Trastorno por Atracón, la Bulimia Nerviosa y la Anorexia Nerviosa. Su origen es multifactorial, ocurriendo por la interacción de factores genéticos, biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Algunos de ellos funcionan como predisponentes, otros son precipitantes y otros, mantenedores.
En los últimos años se ha prestado especial atención a los factores biológicos: se ha identificado que existe alteración en la regulación del hambre, saciedad y sistema de recompensa, alteración en los neurotransmisores que regulan el equilibrio energético. Asimismo, se ha identificado la relación existente entre microbiota intestinal, el apetito, la ingesta y el comportamiento alimentario. En este sentido los pacientes con anorexia nerviosa y que padecen desnutrición tienen una microbiota intestinal inmadura que puede predisponerles a enfermedades crónicas en etapas posteriores de su vida.
Desde el punto de vista psicológico personalidades perfeccionistas, rígidas, obsesivas, con incapacidad para expresar sus emociones, fobia social, necesidad de aprobación y baja autoestima son más tendentes al desarrollo de TCA. Provenir de familias sobreprotectoras, conflictivas, en las que el modelo de belleza sea la delgadez, donde existan comentarios negativos acerca del peso y la imagen corporal, así como el inicio de una dieta, son factores que podrían desencadenar alguno de estos trastornos.
Desde el punto de vista clínico, la Anorexia Nerviosa es el TCA con mayores complicaciones. Es la principal causa de pérdida de peso significativo en mujeres jóvenes en occidente. Se caracteriza por miedo extremo a la ganancia de peso y realización de dietas restrictivas y bajas en calorías, a pesar de tener un peso por debajo de la normalidad.
La manifestación mas evidente es pérdida de peso, sin embargo, producto de la desnutrición podría conllevar a la afectación de múltiples órganos y sistemas:
• Debilidad, dolor óseo, osteopenia y osteoporosis. • Reducción de la masa cerebral, disfunción cognitiva y de la memoria. • Supresión de producción hormonal, ausencia del ciclo menstrual. • Reducción del músculo cardíaco, reducción de la frecuencia de latidos y bajo nivel de presión arterial. • Pérdida muscular en la vía digestiva, produciendo retraso en el vaciamiento gástrico, sensación de plenitud, constipación. • Daño de esmalte dental y várices en el esófago, en casos de inducción al vómito. • Afectación del sistema inmunológico. • Desbalance de líquidos y electrolitos corporales.
Para asegurar un mejor pronóstico, es de vital importancia realizar un diagnóstico temprano. Adicionalmente a la pérdida de peso, algunos signos de alerta para los familiares o médicos de cabecera podrían ser:
• Poca flexibilidad y variedad en las comidas. • Lentitud al comer. • Consumir pequeñas porciones. • El tema central de las conversaciones son el peso y la comida. • Contar calorías. • Rituales al comer: cortar en pedazos pequeños y separar los alimentos. • Caminar o ir al baño luego de comer como un ritual.
La recuperación de la anorexia nerviosa es posible en un 50 a 75% de los casos, con un adecuado abordaje. Se recomienda manejo interdisciplinario por parte de un equipo especializado en el área, incluyendo psiquiatría, psicología y nutrición. El tratamiento dependerá de la gravedad del trastorno y puede ir desde el ingreso para compensación clínica o terapéutica, hospital de día o consultas ambulatorias. Los objetivos terapéuticos van orientados a recuperación de un adecuado estado nutricional, ganancia de peso, regulación del apetito, desarrollo de la autoconfianza y la instauración de un patrón de alimentación saludable. La recuperación nutricional deberá realizarse de forma gradual.
CONCLUSIÓN
En la actualidad los esfuerzos están enfocados en programas de prevención fundamentados en la promoción de patrones dietéticos saludables, actividad física regular, fortalecimiento de autoestima, limitando la delgadez como modelo de belleza y promoviendo la aceptación de la belleza en toda su diversidad.
Dra. Ana Carolina Báez Abbott
NUTRIÓLOGA CLÍNICA
dra.anacarolinabaez