Medicina Narrativa Escritura creativa mĂŠdica
Volumen 4 pp. 1-198 Medicina Cali Narrativa Colombia NĂşmero 2
Octubre - Diciembre ISSN 2027-7636 2014
Rector: P. Luis Felipe Gómez Restrepo, S.J. Vicerrectora Académica: Ana Milena Yoshioka Vargas Vicerrector del Medio Universitario: P. Luis Fernando Granados, S. J. Facultad de Ciencias de la Salud Decano: Pedro José Villamizar Beltrán, MD.
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Decana: Alba Luz Rojas Martínez
Título: Medicina Narrativa Compiladores: Florencia Mora Anto; Pedro Alejandro Rovetto Villalobos, MD.; Gloria Inés Flórez Villafañe. Lectura final de textos: Florencia Mora Anto ISSN: 2027-7636
Coordinador Editorial: Ignacio Murgueitio Restrepo e-mail: mignacio@javerianacali.edu.co © Derechos Reservados © Sello Editorial Javeriano
Correspondencia, suscripciones y solicitudes de canje: Calle 18 # 118-250 Santiago de Cali, Valle del Cauca Pontificia Universidad Javeriana Cali Facultad de Ciencias de la Salud Teléfono 3218200 ext. 8801 - 8955 e-mail: secfacsalud@javeriancali.edu.co Formato: 16 x 24 cms
Dibujos: David Fayad, María Alejandra Tobar, Ari, Catalina Rico, Ana Stephany Muñoz, María Elisa Cabal, María Alejandra Recio, Cristian Tenorio, Juan David García, Larent Charria, María del Pilar Rodríguez, Carolina Palacios, Iovana María Pérez, Juliana Salazar, Jairo Ruiz, Michel Victoría Concepto Gráfico: Centro de Multimedios PUJ Cali - Edith Valencia Figueroa Edición: octubre de 2014
Índice 7.
Presentación
Pedro José Villamizar Beltrán, MD.
9.
La importancia milenaria del intercambio estudiantil entre universidades
Pedro Alejandro Rovetto Villalobos, MD.
46. Discurso Ceremonia de las Batas Blancas Quinta Cohorte
13. Mi experiencia
Manuela Montoya Villegas
15. An inmersion trip
Alicia Michelle Hobbs
19. Formar los médicos que la sociedad espera
Gloria Inés Flórez Villafañe
23. Ni demasiado cerca, ni demasiado lejos
Florencia Mora Anto
La vocación médica 29. Medicina de vida, actitud y vocación
Manuel Alejandro Matta Robles
Daniela Saa González
Lina Fernanda Alegría Mera
31. La palabra clave
34. Entre colegas no se cobra 37. A propósito de mi crisis existencial
Lina Fernanda Alegría Mera
39. En un abrir y cerrar de ojos, todo cambió Iovana Pérez Montes
43. Apertura de un solsticio
Stephano Betancourt Valencia
Leidy Tatiana Peña Andrés Kaitzberg Lasso
51. Cuando romper el protocolo
llena el alma
Gloria Inés Flórez Villafañe
La medicina narrativa 57. Importancia de la medicina narrativa en la formación y en la vida profesional
Leidy Tatiana Peña Izquierdo
Prosa diversa 65. Pelo a pelo en la central
Tatiana Berrío Tascón, María José Espinal Vacca y Catalina Rico Cardona
69. La apología del buen cine
Pedro Enrique Ramírez Cardona Pedro José Acero Henao
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
70. Una historia familiar
110. Caminos cruzados
Alejandro Galindo y Nathalie Méndez Obando
María Carolina Vásquez Narváez
72. La carrera contra el sueño
Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
73. Engáñame aunque sea por amor
Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
Laura Isabel Rincón Muñoz Alexandra Valencia Pérez
87. Cuéntame algo
123. Un ángel llamado Piedad Diana Lorena Cepeda Riascos Isabel Ruiz Ponce de León
129. Un amor de esos que duran
Natalia Quintero Serrano
105. Entonces pienso en vos… Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
105. La poesía Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga 105. Cuestión
La muerte de los seres queridos
Gisela Melo Saavedra
Poemas y otros textos
Claudia Biiana Ballesteros Velásquez
126. Reminiscencia
96. De aquí, para allá
118. The land where dreams come true
Betsabé Puentes Huertas
89. Entre dos amores
Laura Cabrera Salazar
Laura Ruiz Londoño
76. Cotidianidad
74. En mi memoria
117. Y él, ¿cómo estaba?
Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
Diana Vivas Rodríguez
Otros seres vivos 139. Amor a primera vista. Palomitas de maíz, bigotes y arena para gatos
Laura Isabel Rincón Muñoz
143. Mi ángel de la guarda
Victoria Eugenia Carolina Martínez Cardona
106. Viceversa
Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
106. Secretos y verdades
Nathalie Yepes Madrid
108. Ecuación de la vida
Rodolfo J. García Nassar
4
Narrar la enfermedad 151. Mi compañera infalible
Isabel Ruiz Ponce de León
154. No más nebulizaciones
David Fernando Lara Santofimio
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
153. Vacaciones en el quirófano Daniela Rivera Rodríguez 155. Mi primera enfermedad
Melanie Santrich Sotomayor
156. Un sentimiento de impotencia
María del Mar Sánchez Pinilla
158. Benditas adenoides
Manuel Alejandro Matta Robles
159. Milagro de abril
Sindy Johanna Álvarez Sánchez
166. Gracias, muchas gracias
Mariana Quintero Orozco
172. Cinco centímetros
María Alejandra Torres Hernández
173. Prueba de vida
Diana Marcela García Chávez
177. Un pare en el camino
Blanca Isabel Torres Vela
Foto de familia 185. David Victoria 186. Jessica Núñez Gómez 187. Josué David Herrera Monroy 188. Leidy Tatiana Peña Izquierdo 189. Valeria Hernández Aguirre 190. María Camila Murcia Piedrahita
Facultad en pañales 193. Paula Margarita Hurtado Villa 193. Valentina Corchuelo Guzmán 194. Marcela Tejada Reyes 194. Sheila Gómez Peñalosa 195. Nohora de la Cruz Riani Llano 195. Stephanie Ordoñez Medina
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
5
Presentación Pedro José Villamizar Beltrán, MD. Decano Facultad de Ciencias de la Salud Pontificia Universidad Javeriana Cali
Apreciado Lector: Continuamos presentando a la comunidad unos textos producto de los más profundos sentimientos de nuestros estudiantes y algunos docentes. Plasman en ellos las vivencias en su trasegar personal, académico y social. Comparto con ustedes queridos lectores un tema relevante y de actualidad sobre el cual se rigió la pasada Jornada de Reflexión Universitaria de la Pontificia Universidad Javeriana, las transiciones políticas, académicas y sociales a propósito del Acuerdo de Paz que Colombia que se está trabajando en La Habana y a lo cual no podemos ser sólo observadores sino actores. Estos temas de paz y post conflicto tienen nexos con los escritos de nuestros estudiantes, donde existe un clamor en derechos y equidad. La academia no puede ser ajena a participar en la solución de los diferentes problemas de nuestra sociedad. Los profesionales que egresen de nuestros programas deberán hacer gala de la formación integral que han recibido en la cual hacen notar los valores y principios que la Compañía de Jesús ha determinado, que no son más que
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
las enseñanzas dejadas por Jesús y seguidas por San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, donde lo más importante es el otro y para ello se impone el Magis: ser más para servir mejor. En esta edición podrán ustedes, queridos lectores, apreciar el cuidado que han tenido los editores y organizadores de la revista de dividir las secciones en aspectos relacionados con: la vocación médica donde los estudiantes manifiestan su sentir con relación a la actitud en la práctica médica, palabra clave, relación de colegas, cambios y sentires durante la formación médica. Así mismo, se toca el tema relevante de la medicina narrativa enfatizando su importancia desde el punto de vista estudiantil. Se muestra una prosa diversa que fluye de los sentimientos que afloran en el vivir universitario. Los poemas no faltan como creación narrativa de estos jóvenes, creaciones que merecen todo tipo de reconocimiento por la forma, estructura y contenido de estos escritos. Se incorporan experiencias de internacionalización, lo cual en un joven programa como el nuestro, es meritorio. La experiencia del desprendimiento de seres queridos al fallecer no falta en estas ediciones dado que involucra la sensibilidad profunda de estos jóvenes. Interesante ver cómo manejan un tema complejo como la narrativa de la enfermedad; verán ustedes como en una forma sencilla y clara describen estos sensibles momentos de una enfermedad. Por último, no faltan las fotos de “familia” como las llamamos dado que somos una gran familia: La familia Medicina Javeriana Cali. Agradezco a usted apreciado lector destinar un tiempo importante para disfrutar de esta nueva edición de Medicina Narrativa.
8
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
La importancia milenaria del intercambio estudiantil entre universidades Pedro Alejandro Rovetto Villalobos, MD. Profesor Historia de la Medicina, Medicina Narrativa y Patología
En el Siglo X de nuestra era se hizo más fácil viajar por el viejo Imperio Romano Occidental (Europa, Norte de África, Medio Oriente) cuna de nuestra cultura y medicina. Las invasiones bárbaras habían cesado, las ciudades habían crecido y los estados con autoridad central iban imponiendo su autoridad legal. Los saberes científicos y médicos salieron de los monasterios donde habían sido casi milagrosamente preservados. Poco a poco fueron fundándose escuelas y universidades para la educación de jóvenes que venían de fuera de la ciudad o diócesis que sustentaba la institución educativa. También se hizo más frecuente que los estudiantes viajaran a veces entre diferentes ciudades buscando el maestro apropiado para completar su educación. En este fértil terreno de viajes e intercambio estudiantil surgieron entonces las primeras universidades. Por eso en las más antiguas (Oxford, Cambridge y otras) se fundaron “naciones” y colleges para alumnos de otras tierras mientras completaban sus estudios.
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Eso me lleva a pensar que puede plantearse otro origen al discutido término Universidad. Se ha interpretado que la palabra viene de la noción de casa de estudios universales (incluyendo todos los saberes conocidos) Otra vieja explicación del término es que se tenía un lenguaje común a la enseñanza (universo) que era el latín. A mí me gusta pensar que se aceptaban en esas universidades profesores y estudiantes de todo el universo conocido. Quizás esta explicación de la palabra no es aceptada por historiadores y expertos pero a mí me gusta porque ilustra una admirable característica de las universidades: siempre son hogar para minorías. Y aquellos primeros estudiantes que venían de otras tierras formaron las primeras minorías universitarias. La primera conclusión de esta manera de ver las cosas es que las universidades tienen la misión fundamental de proteger minorías. Minorías nacionales y políticas, raciales, económicas, de género y de religión. Es cierto que muchas universidades han pecado contra su misión fundamental (universidades confesionales, universidades sólo para ricos, universidades apresadas por la ortodoxia política, etc.) pero eso no le quita belleza a aquel legendario propósito y quizás debemos rescatarlo. Una manera de hacerlo es estimulando los intercambios estudiantiles entre universidades. Además, la universidad debe proteger también los saberes minoritarios. Debo confesar que estas ideas (un poco heterodoxas pero por eso estoy en una universidad) se me ocurrieron hace veinte años en una ocasión precisa. Se fundaba en Cali la Sociedad Colombiana para la Historia de las Ciencias y la Tecnología y una de las conferencistas invitadas era una profesora argentina de la Universidad de Córdoba ¡especialista en manuscritos medievales! Empecé a 10
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
pensar a quién más sino a una universidad le interesan los manuscritos medievales y llegué a otro corolario de esa idea que comparto aquí con ustedes: la universidad también debe preservar los saberes minoritarios, como aquellos antiguos monasterios que remplazó. Entonces propongo que veamos la Universidad como un ámbito protector de saberes minoritarios y minorías humanas para el bienestar de la sociedad. Lo que me lleva al espinoso tema de cuál fue la primera Universidad. Las más antiguas y prestigiosas se pelean este honor: Boloña (1180) París y Oxford (c.1200) Salamanca (1218) Montpellier y Padua (c. 1220). Usualmente se reconoce la de Montpellier como la primera universidad con facultad de medicina. Pero yo quisiera proponer otra “primera” Universidad: la Escuela de Medicina de Salerno (c. 1075) por la activa presencia en ella de minorías. La historia tradicional no la cuenta entre las universidades pues no educaba sino en medicina. Esto es correcto si aceptamos la definición tradicional de universidad como institución que enseñaba todos los saberes. Pero la Escuela Salernitana nos ilustra bellamente la función de protección de minorías y saberes minoritarios. La historia de su fundación es casi mítica y hermosa. Se considera que todo se inició con cuatro médicos: un griego o bizantino, un árabe, un judío y un cristiano. Lo que demuestra entonces universalidad de orígenes culturales y presencia de minorías. Pero hay otros detalles históricos interesantes en la fundación de esa escuela de medicina que proponemos pueda considerarse la primera universidad del Occidente. El arzobispo Alfano de aquella diócesis es el autor de dos libros ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
11
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
(Natura hominis y Summa Pulsum) e iniciador de los estudios de medicina. Luego se le une un árabe Constantino el Africano, converso de la cercana abadía de Montecassino, gran conocedor de la medicina musulmana y autor de un libro de medicina para viajeros (Viaticum). Se practicaba el diagnóstico por observación de la orina, uroscopia, como describían los manuscritos greco–bizantinos. Se publica ahí el famoso Régimen Salernitano poema didáctico de lo que podríamos llamar atención primaria de la salud que se distribuye por todo el continente europeo en manos de estudiantes de diferentes países. Este texto aconseja sabiamente: Si los médicos te fallan, busca estos tres: el descanso, la dieta y la mente en paz. En Salerno también se publica la Trotula. Este es un libro sobre medicina femenina y se especula que su curioso nombre se debe a que en realidad Trotula es el nombre de la primera mujer profesora de medicina en la escuela salernitana. Queda demostrado así el importante papel que cumplieron las minorías y los viajes en la génesis de la Escuela de Salerno que debe ser considerada por eso la primera Universidad, guardiana de saberes minoritarios. La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Javeriana Cali siguiendo esa legendaria y admirable tradición se felicita al recibir estudiantes de otras escuelas y naciones. Hace poco nos visitaron jóvenes de las universidades Fordham y de San Francisco. Queremos aquí publicar unos cortos testimonios de esas visitas: La de la chaperona neo–javeriana de estudiantes de Fordham y San Francisco, Manuela Montoya, médica en formación; y la de Alicia Michelle Hobbs, de la Universidad de San Francisco. 12
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
Mi experiencia Manuela Montoya Villegas Durante mi primer semestre de Medicina en la Javeriana, ocurrieron acontecimientos inolvidables. Entre estos, la visita de alumnos de pre med de Fordham University de Nueva York y de San Francisco University. Recuerdo cuando recibí el correo de la Secretaría Académica de la Facultad invitándonos a ser chaperones de estos estudiantes. En ese momento pensé: Yo puedo ayudar, pero ¿qué tan útil será lo que yo pueda hacer? Total, soy neo–javeriana y hace 9 años no vivo en Colombia. Sin embargo, en ambos casos respondí al correo mostrando mi deseo de acompañar a estos estudiantes. En ambas situaciones tuve la experiencia de descubrirme bendecida por tener la oportunidad de conocer estudiantes de universidades pertenecientes a los jesuitas, que teníamos más en común que el solo hecho de ser estudiantes universitarios y querer estudiar medicina o alguna carrera afin. Creo que todos entendíamos que era una vínculo más bien espiritual que ciertamente nos alimentaba y fortalecía y lo sigue haciendo en nuestro camino profesional, pues todos reconocemos que ser médicos no es solo ser técnicos en diagnosticar y recetar sino una misión hermosa de servicio y consuelo para quienes nos visiten.
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
El último grupo, el de SFU, generó un vínculo diferente, total, se trataba de un grupo distinto. En este caso vinieron jóvenes estudiantes de enfermería y sólo dos que querían estudiar medicina. Fue una hermosa oportunidad para reflexionar sobre la importancia de un trabajo integrado entre enfermeros y médicos. Otra cosa que me marcó fue el deseo de conocer la terminología médica, las afecciones a la salud en español, puesto que atienden a una gran cantidad de personas latinas y aunque se esforzaban por explicarles a sus pacientes lo que tenían era difícil que ellos entendieran. Compartimos momentos inolvidables conociendo lugares típicos y turísticos de Cali, así como las políticas públicas de salud y el estilo de enseñanza de la medicina en nuestra universidad. De estas experiencias se forjaron grandes amistades con futuros colegas o compañeros de trabajo si es que el futuro nos depara compartir en algún momento más adelante.
14
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
An immersion trip Alicia Michelle Hobbs University of San Francisco
May 2014 Fully experiencing an immersion trip in the course of just one week is not an easy task. It may take me months or even years to truly process all that I have witnessed and felt. With that said I would like to share my impression of an aspect of this program and the impact it has had on how I view healthcare as well as humanity. Through conversations with many of the medical students and professors of Javeriana, I learned the distinct mission of this University’s health program. I immediately connected with the goal to provide medical care with the understanding that a patient is a human being not just a disease or its symptoms. The human aspect of healthcare has always been the most meaningful to me because I view the role of a doctor as a companion to those in a great time of need during sickness. Throughout the immersion I witnessed many great moment when this idea was put into practice. Hospital San Juan de Dios displayed an amazing adaptability. Despite limited resources, the staff were passionately determined to provide the best care possible ensuring no one is turned away.
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
The excitement of chief nurses and doctors to show us around and explain their work demonstrated their obvious love for human based healthcare. The patients responded to this environment with a reciprocal attitude of immense strength in the face of less than ideal circumstances. They showed gratitude and the will to thrive with the help of these caring health professionals. This immersion has affirmed for me that the goal of patients and doctors working together towards optimal health as fellow human beings is not only achievable but when done right is truly a beautiful sight to see.
Traducción Completar un viaje de inmersión en una semana no es tarea fácil. Podría tomarme meses o años procesar todo lo que viví y sentí. Dicho esto quisiera compartir con ustedes mi impresión de un aspecto de este programa y el impacto que tuvo en mi visión del cuidado de la salud y la humanidad misma. A través de conversaciones con estudiantes y profesores de la Javeriana entendí la particular misión del programa de educación en salud de esta universidad. Inmediatamente comprendí y “conecté” con el propósito de ofrecer cuidado médico entendiendo que un paciente es una persona completa no solo una enfermedad y sus síntomas. El aspecto humano del cuidado médico ha sido siempre para mí el más importante y lo entiendo como acompañar a un ser humano en sus grandes necesidades durante sus días de enfermedad. 16
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Durante mi inmersión fui testigo de muchos momentos significativos y como esta idea era puesta en práctica. El Hospital San Juan de Dios de Cali mostró una asombrosa capacidad de responder a las necesidades humanas del paciente. A pesar de los recursos limitados las personas que trabajan ahí estaban comprometidas en brindar el mejor cuidado posible sin exclusión de nadie. El entusiasmo de las jefes de enfermería y doctores para mostrarnos y explicar su trabajo comprueban su compromiso con el cuidado de la salud centrado en lo humano. Los pacientes respondían a este entorno con una actitud recíproca de resiliencia y fuerza ante circunstancias a veces menos que ideales. Mostraban gratitud y determinación de prevalecer con la ayuda de esos comprometidos profesionales de la salud. Esta inmersión ha reafirmado para mí el propósito de conseguir que pacientes y doctores trabajen en conjunto para alcanzar una salud óptima. Esto no sólo puede ser una realidad sino es algo hermoso de constatar.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
17
Formar los médicos que la sociedad espera Gloria Inés Flórez Villafañe Profesora Medicina basada en la Etiqueta Medicina Narrativa
He sido paciente en varios momentos de la vida, desde la gripa que cansa, hasta la urgencia por apendicitis. He encontrado múltiples versiones de galenos, desde los más amables y cálidos, hasta los que deterioran la imagen de tan honrosa profesión. El tema por supuesto no tenía en mi mente mayor importancia hasta que por esas cosas del destino, terminé laborando en una prestigiosa universidad como secretaria académica del naciente programa de Medicina. En este instante, el tema empezó a ocupar mi mente y debo reconocer, mi corazón. Entonces ¿cómo hacer la diferencia? ¿cómo romper con los ciclos de quejas de los que somos pacientes por el trato el médico? (incluso más que por sus errores desde lo profesional…). Tremendas cuestiones para un programa que iniciaba con una gran expectativa en términos de la responsabilidad social y con grandes diferenciales desde su concepto y diseño
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
curricular. Una vez voy adentrándome en este hermoso mundo de la formación médica, identifico que definitivamente tener un currículo cuidadosamente diseñado e innovador, docentes del más alto nivel, la garantía del “sello” Javeriano como respaldo y un hospital simulado (único en Latinoamérica a criterio de los más expertos en el tema) por mencionar solo algunos aspectos del programa, eran suficientes para darle a la sociedad los médicos que espera y merece. Es así como ese mismo destino que me trajo a la Universidad Javeriana me permitió hacer parte de uno de los retos más interesantes que he asumido además de mi rol administrativo; ser parte del equipo docente que crea la revista Medicina Narrativa y posteriormente la asignatura del mismo nombre como parte del énfasis de Clínicas Médicas. Estando ahí, en medio de un reconocido médico patólogo y una ilustrada literata, identifico más claramente que además de los diferenciales antes mencionados, era el humanismo, era el ser, era el autoconocimiento e incluso la espiritualidad, entendida esta más allá de religión, la que ponía el broche de oro a tan excelente formación académica. El destino siguió retándome y ubicando a estos jóvenes médicos en formación por delante desde su self, más allá de en quiénes se convertirán, por el quiénes son; y allí nace Medicina basada en la Etiqueta, nombre que respetuosamente fue tomado del Dr. Khan. Su implementación ha sido una maravillosa experiencia; aunque sí tratamos temas relacionados con protocolo, etiqueta y buenas maneras, estos son solo el abrebocas de temas como la compasión, el altruismo, la resiliencia, entre otros más.
20
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Ha sido un crecer de la asignatura con los jóvenes, ha sido un crecer de los jóvenes con la asignatura, cada vez los “reto” más y ellos a mí; les insisto y es una de mis frases permanentes que “no podemos dar lo que no tenemos” y que por eso en el interior se cultiva lo más hermoso del ser humano y es ahí, justo ahí, donde sembrar una formación médica de excelencia, hará la diferencia. Seguimos en el reto, seguimos trabajando, me sigo retando para poner en el aula de clase los temas que se dan por “sentados” y pareciera no ser necesarios de ser discutidos, continua la siembra.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
21
Ni demasiado cerca, ni demasiado lejos Florencia Mora Anto Profesora Humanidades I Medicina Narrativa
De lo que ha visto y oído, el escritor regresa con los ojos llorosos y los tímpanos perforados. Gilles Deleuze
Alguna vez leí que en la universidad, debería impulsarse el modo de conocimiento que corresponde al arte, es decir, el carácter problemático de la investigación en las artes que supone que su saber tiene que ver con los procesos perceptivos y con la apertura de canales para la aproximación al mundo. Parecería entonces, que el saber del arte transformaría los modos tradicionales de conocer (acostumbrados a distanciarse del “objeto” de estudio) para producir otras interrogaciones de sentido, preguntas distintas que brotarían incluso desde lo oculto, y no solo desde el campo en el que todo aparece sospechosamente (y obligatoriamente) explícito. Así, la universidad podría flexibilizar sus paradigmas para que ocurriera el surgir de algo que se produce, que no es yo; y
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
que no es el otro, sino cierta subjetividad que reemplazaría la oposición entre sujeto y objeto, permitiendo en nosotros, estar presentes en lo que se dice. En el campo de la literatura y en el arte, el investigador debiera ubicarse en esa subjetividad o delicada franja en la que algo se manifiesta y a la vez se oculta; así, el investigador (y también el pedagogo) podrían transitar en el umbral, sobre la mínima línea de luz: ni demasiado cerca, ni demasiado lejos, y entonces, sabrían potenciar lo que es, lo que se oculta, es decir, la intuición, el pensamiento, los acontecimientos, las urgencias y los deseos. A propósito del problema de la investigación en el arte, pienso en lo risible que sería pedirle a un poeta los objetivos, la justificación y la metodología, antes de la escritura de su poema; quizás en la investigación y en el ámbito de la academia, convendría problematizar la relación que aún impera, en la que unos explican y otros (la mayoría) reproducen, no solo los discursos, los modos, las maneras, sino también la concepción de vida y de mundo. Muchas veces he creído que la pedagogía conduce al arte y que el arte va conduciendo a la pedagogía. Y que por eso, hacer pedagogía es hacer coincidir la propia biografía con el campo de estudio, que en nuestro caso es la Medicina. Esto significa activar la profunda reflexión sensitiva en torno a lo que nos ocupa cada día, tanto a profesores como estudiantes, en la tarea de formación humanística que implica la sensibilidad estética, la ética pública y la comprensión antropológica del mundo, entre otros temas.
24
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Todos estos aspectos pueden verse en los relatos publicados en esta revista donde sin duda, los estudiantes están presentes en lo que dicen pues cada escrito es un lenguaje en el que hay alguien adentro, que siente, piensa y se comunica. Potentes sensibilidades se levantan desde cada texto para reconocer el compromiso consigo mismo, con los otros, con el mundo. Al leer, me conmueve cada línea pues descubro al ser humano hijo, al ser humano hermano, al nieto, al compañero y al amigo. Con el ánimo de plasmar una escritura que provenga del contexto y del afecto, una nueva sección nos ofrece la revista: Foto de Familia. En esta, los estudiantes –Médicos en formación– evocan el recuerdo y buscan en los armarios de sus abuelos, la foto antigua y el suceso que cruza generacionalmente la historia de sus familias. Quiero culminar estos párrafos comentando cómo, hace pocos días, Juan Felipe, uno de los estudiantes de primer semestre de Medicina, leyó con emoción –sobre esa línea de luz, ni demasiado lejos, ni demasiado cerca–, un cuento corto que propuso compartir con el grupo. El cuento, del escritor argentino Enrique Anderson Imbert, titulado Alas, dice: Yo ejercía entonces la Medicina, en Humahuaca. Una tarde me trajeron un niño descalabrado: se había caído por el precipicio de un cerro. Cuando, para revisarlo, le quité el poncho, vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le pregunté: — ¿Por qué no volaste, m´hijo, al sentirte caer? — ¿Volar? —me dijo— ¿volar, para que la gente se ría de mí?
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
25
La vocaci贸n m茅dica
Medicina de vida, actitud y vocación Manuel Alejandro Matta Robles ¡Ay, Dios! Recuerdo plenamente ese día en que vino a mi mente el descabellado pensamiento de que la medicina sería mi vocación. Desde ese instante, me permití ser cautivado por las maravillas que tenía este campo. Me emocioné. Por todos los medios posibles intenté involucrarme y participar más de él: conocerlo, compartir tiempo con él. Quería asegurarme que era la opción correcta, porque esta sería mi fiel compañera durante toda la vida. En esta búsqueda de experiencias médicas, me encontré una mañana de sábado realizando pasantías en el Hospital del Municipio de Yotoco (Valle), un pequeño pueblo ubicado a una hora de distancia de la ciudad de Cali. Quién me atendió y orientó en la inducción, estaba explicándome cómo funcionaba el hospital, cuando repentinamente, la tranquilidad del lugar se vio interrumpida de forma abrupta por un hombre que gritaba suplicando auxilio. La doctora y yo corrimos hacia la sala de urgencias, y la imagen que divisé en ese momento, quedó plasmada en mi cerebro para siempre. Un hombre de aproximadamente 50 años de edad había sido atacado con un machete durante una pelea con una persona en alto estado de ebriedad.
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Marcela, la doctora, corrió hacia él. Rápidamente procedió a lavar y a desinfectar la herida para posteriormente suturarla. Es indescriptible la adrenalina que sentí en ese momento; sin duda, pense, esta sería mi vocación. Aquella experiencia me condujo a reflexionar sobre las habilidades, virtudes, responsabilidades y demás cualidades que un médico debe poseer para ejercer de forma adecuada su labor. Este rápido brochazo con la medicina avivó mi deseo y curiosidad por aprender más sobre la ciencia que trata no solo de la vida y la muerte como muchos creen, sino que también posee un gran sentido humano y carismático que por estos días se encuentra un poco extraviado. ¿Cómo es posible sanar a las personas y recobrar su vitalidad? ¿Cómo se hace? Era una quimera para mí tan solo intentar pensar cómo se podía desarrollar este arte. Toda mi atención se enfocó en luchar por conseguir mi ideal de estudiar medicina. Finalmente lo he logrado, y en medio de la emoción, el estrés, las lecturas, parciales y trabajos, el tiempo se ha pasado muy rápido; no obstante, esta es mi pasión. Recuerdo que la Doctora Marcela me dijo tres años atrás, que la medicina era una carrera de dedicación, responsabilidad y paciencia. Efectivamente, no se equivocó, porque ahora puedo afirmar que el pilar de un buen médico se fundamenta en un profundo respeto hacia la vida, una actitud positiva, gran esmero y sensibilidad por el prójimo. Si mencionara las otras experiencias que he tenido con la medicina, necesitaría más que una cuartilla; sin embargo, 30
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
aquella que decidí relatar, la escogí porque fue la primera aproximación a este nuevo estilo de vida, uno al que apenas me estoy adaptando y del que queda mucho por aprender y recorrer. No me arrepiento en absoluto de esta decisión, me enorgullece y me hace muy feliz aprender de esta obra que se ha venido narrando a través de los años. Me fascina cada una de las experiencias vividas, y las que me falta aún por vivir. Sé que el camino es largo, pero en definitiva, vale la pena embarcarse en él. P.D: Nunca mencioné todos los obstáculos que se me han presentado en este viaje. Sin embargo, no dijeron que sería fácil, y para ser exitoso, se debe esmerar en aprender y transmitir. El camino continúa, y yo, sigo firme en él.
La palabra clave Daniela Saa González La graduación, el ICFES, la presión de mi familia y los gritos de la conciencia tenían a mi mente en una profunda tormenta, segundos antes de recibir el diploma. Solo quería escapar y gritar, pero por más que lo hiciera, no dejaba de escuchar aquella voz que me aturdía con sus infames preguntas ¿Qué será de tu vida con apenas 15 años? ¿Y tus papás? ¿Serás la oveja rara quizás? Recuerdo que solía escuchar a mis compañeros, a mis profesores y hasta a mi madre aconsejándome qué estudiar; lo primero que decían era que evaluara mis capacidades y habilidades, y lo segundo, contestar: ¿Qué me llamaba la atención?
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
31
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Cada vez que realizaba auto–evaluaciones, test y hasta esas pruebas de internet, mi futuro estaba orientado hacia los números, el diseño o la arquitectura. Jamás me sentí atraída por ello y por más que estuviera rodeada en su gran mayoría por una familia de ingenieros, aún seguía intentando descifrar la palabra clave con la que construiría mi futuro. Mientras la buscaba, recordaba las palabras de mi profesor de cálculo: Ay, Daniela, deberías estudiar ingeniería en petróleos o geofísica, tienes un gran potencial en mi materia. También escuchaba a mis hermanos: Estudiá una ingeniería y salís de una con trabajo, no vez que te contratamos en la empresa. Cada uno influyó de forma directa en la primera elección de la palabra clave Ingeniería en petróleos. Ahora sí, con palabra clave e inscripción lista, solo me quedaba presentarme y esperar a que llegaran los resultados. Llegó el día y la hora exacta de la entrega, accedí a la página, introduje mi documento y acepté. Una vez cargada la lista, me llevé la grata sorpresa de que fui admitida, y que empezaría dos meses después. Cuando llegué a la casa les di esa gran noticia a mis padres; sin embargo, yo no me sentía bien y la verdad no me quería ir. Tras largas horas de expresarle a mi almohada lo que sentía, decidí decírselo a mi mamá, quien me escuchó con calma y aceptó mi decisión. Durante todo el día pensé que no debería acelerarme y que tomaría las cosas con calma; para ello, decidí salir con mis primas que se encontraban de visita. En ese entonces, cursaban último semestre de medicina, tenían un aspecto un poco cansado y unas ojeras que me aterraban. Mientras comíamos, una de ellas me preguntó: ¿Cuándo entrás a Medicina? Y yo: ¿Cómo así? En ese momento empezaron a contarme que desde 32
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
pequeña les decía que quería estudiar medicina para dejar un legado importante en la sociedad y que no se explicaban cómo había cambiado de parecer. Inmediatamente, tras ese relato, mi mente dejó aquella tormenta y una luz de sabiduría aclaró mis pensamientos. Como por arte de magia, entendí que mi verdadera vocación era ayudar, no exactamente como monja, sino de la manera más sutil y hermosa: como médica. La segunda palabra que encajaría en mi vida había llegado y era medicina. Tenía dos opciones de universidad; la universidad Icesi y la Javeriana. En las dos me presenté, tuve excelentes entrevistas ante el Decano. Sin embargo, no estaban seguros que por tener tan solo 15 años tuviera la madurez suficiente para sobrellevar esa carrera de tan alta exigencia. Yo solo pedía a Dios que me ayudara, yo quería estudiar medicina y no iba a retroceder más. Esos días de espera fueron devastadores, pues el simple hecho de saber que por tu edad no confían en tus capacidades, me llenaba de tristeza porque sabía que sí era capaz. La primera lista de espera llegó. No fui admitida. Me quedaba un intento más. Otra semana de espera, de lágrimas e incertidumbre. Intentaba calmar los nervios con el ejercicio, los paseos y las acogedoras aromáticas de mi mamá. El día 25 de diciembre a las 5:00 p.m. entregaban resultados y yo me encontraba en el gimnasio intentado olvidar todo. Cuando terminé la rutina, tomé mi celular y apenas lo encendí recibí la gran noticia de que había sido admitida. Felicidad, lágrimas y adrenalina recorrían mi cuerpo haciéndome sentir segura y orgullosa de mi misma. Sabía que mi sueño iba a comenzar y sería de la mejor manera, llena de energía, vitalidad y perseverancia. Pero había ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
33
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
algo que me inquietaba y era dejar de vivir al lado de mis padres, en una ciudad nueva y mucho más grande que donde vivía. Tenía miedo, pues no sabía usar el MIO, no sabía de direcciones y mucho menos cocinar. Sin embargo, busqué los métodos y formas necesarias para aprender. Ya casi voy acabar primer semestre y al redactar esta crónica, entiendo que todos los momentos por los que pasé, fueron los que permitieron que llegara a este punto, el punto en el que entiendo que mi verdadera profesión no es más que aquella palabra clave: medicina.
Entre colegas no se cobra Lina Fernanda Alegría Mera Debido a mi cirugía gástrica para bajar de peso he quedado con muchas comorbilidades, sobre todo con una anemia crónica que me tiene con muy poca energía, cansancio, sudoración, ortostatismo, entre otros tantos padecimientos. En la búsqueda de alguien que diera solución a mi problema, un amigo me recomendó un médico internista, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad del Cauca, muy prestigioso por cierto. Aproveché la estancia en mi casa en Popayán para acudir a tan nombrado médico. Preparándome para ahorrarle trabajo, con mis pocos conocimientos, le llevé un cuadro hemático que me tomé previamente con niveles de ferritina y tranferrina. Recogí los exámenes una hora antes de la cita y me dirigí al consultorio. Estaban esperando seis personas. Me 34
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
sentí desconsolada por la futura espera que me aguardaba: La verdad soy una persona impaciente y todo me encanta para “ya”. Pasaban las horas y llegaban aún más pacientes, que como su nombre lo indica deben ser “pacientes” en la espera de la consulta. Este (pensé) era un buen indicio de lo bueno que es el médico. Además, una señora entró al consultorio a llevarle unas fruticas al doctor como forma de agradecimiento. Estaba entretenidísima leyendo una revista de Cromos, cuando la secretaria me llamó para confirmar mis datos y pagar la consulta. En ese momento me di cuenta que estaba en el consultorio de un médico internista subespecialista en Neumología. Me pareció estar en el lugar equivocado, pero mi consuelo estaba en que era un especialista; esperaba que no se le hubiera olvidado la hematología. Después de cuatro largas horas pasé al consultorio, me encontré con un señor de más o menos 70 años, muy bien puesto, con la actitud de un abuelo consentidor, pulcro en su forma de vestir y hablar. Me preguntó cómo me llamaba y a qué me dedicaba. Fue cuando comencé a padecer pues resulta que yo soy enfermera profesional y estudiante de medicina, algo no muy bien visto en el sector salud. Los médicos a veces son muy discriminativos y llegan a pensar que una enfermera no merece superarse y mucho menos aceptan que llegue a saber lo mismo o más que ellos. Pensé que me preguntaría toda la fisiopatología de la anemia, clasificaciones, tratamientos, complicaciones; por mi mente pasó todo el capítulo de Medicina Interna de Harrison que leí y las clases del profe a las cuales no fui. Pero en vez de reprocharme o preguntarme cosas, se dedicó a indagar sobre mi vida y me dijo que le encantaba una paciente que entendiera lo que me iba a decir; posteriormente, ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
35
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
con su espíritu docente empezó a explicarme el por qué de la anemia, la fisiopatología, los laboratorios complementarios que me iba a mandar y el tratamiento que se debía dar en todos los casos de anemia, no sólo en la anemia que yo padecía. Realizó un examen físico impecable y posteriormente me recetó un medicamento. Le dijo a su secretaria que me devolviera el dinero que había pagado argumentando que entre colegas no se cobra. Además, que me diera el medicamento que me había formulado, el cual tenía en el Stuff de muestras médicas. Me sentí extasiada con la forma de tratar, la vocación, el profesionalismo y la ética del Doctor Solarte, un neumólogo reconocido en Popayán que ha practicado la neumología por más de 30 años, y que a pesar de sus 50 años como médico, no ha perdido su vocación. Mantiene su amor por la profesión y sobre todo su ética con el paciente. Cuando llegué a mi casa le conté la agradable experiencia a mi mamá quien me dijo que fue el Doctor Solarte quien atendió a mi abuelita en su Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica durante el tiempo que vivió con ella y quien la consoló cuando no había nada que hacer, hace 28 años. Esta experiencia cambió mi precepción ante el médico y enmarcó en mi vida el ejemplo a seguir. Un modelo de experiencia, pulcritud, conocimiento, enseñanza, academia, ética y vocación, que me motiva a ser la mejor para las personas, con un trato de calidez, humildad y amor por lo que se ha estudiado y lo que se hace a diario en nuestra labor de tratar los enfermos y sus enfermedades.
36
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
A propósito de mi crisis existencial Lina Fernanda Alegría Mera Hace dos semanas exactamente, tuve una crisis existencial de las muchas que siempre me dan, pero esta vez a raíz de las burlas de mis compañeros de rotación de medicina interna. Todo empezó porque me demoré haciendo la historia clínica de mi paciente: Una señora de 92 años, con complicaciones agudas de una diabetes mellitus que venía padeciendo hace 20 años. Se trataba de una viejita que vivía sólo con un nieto de 16 años, ya que su única hija murió hace dos años en un accidente, por lo cual ella se hacía cargo de él desde entonces. Se encontraba sumamente deprimida y agotada de estar hospitalizada, sintiéndose impotente de no poder cuidar a su nieto; pensar que se podía morir la preocupaba aún más, pues no sabía quién se haría cargo de él. Al intentar hacer la entrevista para realizar la historia clínica me conmovió mucho la tristeza de la señora y dejé que me contara su historia, aunque sabía que mi tiempo era limitado y que mis compañeros estaban esperándome para comenzar la revista. Después de casi treinta minutos de estar hablando con ella, empecé a hacer el examen físico y a escribir las anotaciones respectivas, por lo que el tiempo se alargó a una hora. Cuando salí de la habitación, mis compañeros comenzaron a verme con malos ojos y con risas burlonas me dijeron: Te estamos esperando desde hace rato. ¿Estaba muy interesante la conversación? ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
37
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Me molestó la idea de que mis compañeros tuvieran un pensamiento tan mediocre, pero lo que más me afectó, es que no les importara el paciente. No es la primera vez que me pasa. Siempre busco mirar los exámenes (diariamente) de mi paciente, además de leer su evolución durante el tiempo de hospitalización. Pero algunos compañeros en su afán de salir temprano, siempre están criticando mi demora, lo cual me ha puesto a pensar, que si desde chiquitos en medicina nos acostumbramos a la mediocridad ¿Cómo será cuando seamos profesionales, cuando en realidad tengamos la responsabilidad sobre la vida de una persona? ¿Pensaremos en salir temprano de nuestro turno? ¿Y qué pasará si no sabemos la evolución o los paraclínicos de nuestro paciente? No quiero imaginar que alguno de mis familiares le tocara como médico a un prototipo actual de algunos de mis compañeros, personas que sólo piensan en su beneficio. Pareciera que no existe en ellos un indicio de servicio ni de vocación. ¿Será que se perdió el objetivo y la misión del médico? Me duele y molesta enormemente esta actitud porque he conocido grandes médicos, que no sólo son profesionales exitosos, sino personas con una humanidad increíble. Sumado a esto he visto niños desnutridos, que comen papel periódico con agua de panela como único menú del día y siento –con el ejemplo de mis compañeros– que mi trabajo debe ir dirigido a personas que en realidad lo necesitan. A personas que no tienen la capacidad monetaria para elegir su médico de cabecera, a quienes más necesitan un buen profesional por el hecho de ignorar las cosas que por derecho le corresponden.
38
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
Más que una experiencia desagradable, estos son actos de motivación para no ser así, para cada día preocuparme por mi paciente, teniendo la plena conciencia de pecar por exceso y no por defecto, siempre a favor de mi paciente. Estamos ciegos ante la realidad de nuestro país, de nuestra comunidad; el dinero, los lujos y el facilismo nos ha impedido ver esta realidad y qué triste es pensar que podemos convertirnos en malos médicos desde el proceso de aprendizaje, desde la cuna de nuestros principios y conocimientos, porque muchas veces no valoramos la vida y el ser humano desde su esencia, nos quedamos con la superficialidad del día a día, esperando siempre retribuciones que magnifiquen nuestro ego.
En un abrir y cerrar de ojos, todo cambió Iovana María Pérez Montes En un año, mi vida ha cambiado drásticamente. Yo sé. Todos los adolescentes dicen lo mismo, súper exagerados. Pero les aseguro que en mi caso es muy adecuado decir que hace un año nunca imaginé que estaría en Cali estudiando medicina en la Javeriana, a 3897 kilómetros de Culpeper, Virginia, el pueblo en los Estados Unidos en el que viví por 12 años. Para poder explicarles por qué digo esto, tenemos que empezar desde el principio. Bueno no tan al principio, más bien desde hace un año.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
39
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
El primero de junio de 2013, desperté con ansiedad. Era un sábado, una mañana hermosa; era el día de mi grado. También era el día en el que nueve de mis amigos y yo, nos íbamos para la playa por una semana para celebrar nuestro triunfo. Hoy iba a ser perfecto. Tenía mí vestido, bata y gorra colgados detrás de mi puerta, el peinado y maquillaje que me iba a hacer, escogidos. Yo planeaba aprovechar este verano a lo máximo porque cuando se acabara, entraría en plan de universidad. La hermosa Universidad de la Mancomunidad de Virginia (o VCU como se le dice), me había aceptado en su programa de biología e iba a ser parte de su comunidad en Richmond en el semestre de otoño de 2013. Yo me había enamorado de esa universidad desde el momento que fui a visitar su campus el año anterior. Situada en el corazón de Richmond (la capital del estado de Virginia), VCU era diferente a las otras universidades. En vez de tener su campus a un lado como una burbuja universitaria, aislada del resto del mundo, estaba integrada a la misma ciudad, con su cultura diversa y llena de alegría. Yo me sentía identificada, ya quería estar viviendo allá. ¿Lo mejor? Una de mis mejores amigas, Kara, también iba a estudiar en VCU; íbamos a ser compañeras de cuarto. Mi vida no podía haber estado más perfecta. Regresando a lo de mi grado, ya me había bañado, vestido, peinado y maquillado. Me monté en el carro y me fui para el colegio donde me estaban esperando todos mis amigos y compañeros. Al entrar al auditorio en donde todos estaban reunidos, esperando las ordenes de ponernos en fila para marchar hasta la cancha de fútbol (ahí se iba a tener la ceremonia de grado), se sentía la emoción en el aire. Todos estábamos listos para terminar esta etapa de nuestras 40
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
vidas y empezar una nueva. El momento finalmente llegó y marchamos hacia la cancha, la banda del colegio al frente, dirigiéndonos y anunciando nuestra entrada. Entramos y nos sentamos, el sol fuerte y el cielo sin una sola nube para tapar sus fuertes rayos. Yo me estaba asando en esa bata azul oscura, pero no importaba porque por fin había llegado el momento que tanto esperaba. Recuerdo claramente cuando el rector de mi colegio anunció mi nombre y caminé de un lado del escenario al otro, sacudiéndole la mano y recibiendo mi diploma con una sonrisa enorme. Definitivamente había sido el mejor día de mi vida. Después de tomarnos cien mil millones de fotos al final de la ceremonia, mis amigos y yo decidimos irnos cada uno a almorzar con nuestras familias para luego encontrarnos y salir para la playa. Esa semana en la playa fue espectacular, salimos a todos lados: al malecón a comer helado, pizza, pretzels y papitas fritas con vinagre, a comprar camisetas con el nombre de la playa estampada en ella como unos turistas típicos, y por supuesto a echarnos en la arena y asolearnos hasta quedar perfectamente bronceados. Al llegar a mi casa, mi mamá me tenía una sorpresa. Me iba a hacer una fiesta de grado con los amigos de mis papás (que son como familia para mí). Les menciono esto porque fue el día (antes del día) en que mi vida cambió drásticamente. Ese día que tanto odio fue el 23 de junio, un domingo. Desperté y escuché a mis papás decir: ¿Pero cómo así, como es posible? Asustada, bajé las gradas corriendo y preguntando qué había pasado. Mi mamá tenía en su mano, una carta del abogado que nos estaba haciendo los papeles para obtener la residencia o “green card”. Mi papá tenía una mano en la frente y cara de incredulidad. En ese momento escuché siete ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
41
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
palabras que destrozaron mi futuro, mi vida como la conocía, en unos pocos segundos: Mija, nos negaron el permiso de trabajo. Corrí hasta mi pieza, cerré la puerta y enterré mi cara en la almohada. Las lágrimas empapaban su tela… Mi cabeza estaba en caos total, tratando de asimilar estas noticias. Estaba entre triste y furiosa, no con mis papás, pero sí con el gobierno, con el mundo, con Dios. ¿Cómo era posible que le fueran a negar el permiso de trabajo a mis papás? Si ellos son excelentes profesores, queridos por todos los estudiantes y facultades, pagan sus impuestos, tienen casa y carros comprados, son el ejemplo ideal de ciudadanos americanos. ¿Por qué nos estaba castigando de esta manera? No era justo. Sentía un peso en el pecho, como si cien elefantes se me hubieran sentado encima. Para ser más específica, sentía que mi corazón se había partido en mil pedazos, así como lo muestran en las caricaturas. Claro, el gobierno nos había dado hasta octubre del 2014 para salir del país, pero eso ¿qué significaba para mí? Fácil, significaba que yo no podía pagar un año de mi universidad haciendo un préstamo, porque no estaría en el país el año siguiente para pagarlo y por ende tenía dos opciones: venirme a Colombia sin mis papás e inscribirme a una universidad, o quedarme en los Estados Unidos haciendo nada (porque mi visa no era de trabajador) y perder un año de estudio. Yo escogí la opción más lógica, pero más difícil: dejar mi vida atrás y venirme a Colombia a tratar de empezar mis estudios universitarios. En un mes que pasó a la velocidad de la luz, mi mamá averiguó que las inscripciones para medicina en las universidades estaban cerradas, pero que en la Javeriana había 42
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
un curso de pre médico en el que podía fortalecer mis bases y luego aplicar para la carrera de Medicina en el semestre de enero de 2014. Y así fue… me despedí de mis amigos, empaqué mi vida en dos maletas grandes (es más difícil de hacer de lo que piensas) y me vine para Cali. Ahora estoy en primer semestre de Medicina en la Javeriana y todavía se me hace duro adaptarme a mi nueva vida. Nunca dejo de pensar qué tanto estaría haciendo en VCU si todo hubiera salido bien y no les hubieran negado el permiso a mis papás. Pero bueno, al menos estoy haciendo algo que amo y que me apasiona. Eso me motivará por los próximos seis años para lograr mi sueño y graduarme como médica.
Apertura de un solsticio Stephano Betancourt Valencia Era un día maravilloso, como todos los días; había llovido y estaba un poco opaco, como si las emociones ocultaran el sol radiante. Me encontraba en un taller sobre trabajo individual, las personas estaban tensas y preocupadas. Recuerdo que comenzamos hablar sobre el papel del médico en nuestra sociedad. Hablamos de la comunicación médico–paciente. Escuchaba lo que decían mis compañeros y pensaba: Esto es lo que especula la mayoría de la población. Prestaba atención y con paciencia analizaba aquellos sonidos que transformaba en un mapa mental: El médico tiene que comportarse de una manera… el médico tiene que actuar de esta forma… el médico tiene que hablar de esta manera… Todos muy ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
43
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
ciertos; sin embargo, ese “tiene” me retumbaba en la cabeza. Podríamos cambiar la semántica de aquellas frases e incluir nuevas perspectivas sin hacer sesgos. Estoy muy consciente de lo que eso significa. Cuando se crean estereotipos o modelos bajo presión, aparece un telón grande y denso, que no nos permite ver más allá. Y fue el momento en que empecé a hablar, me sentía tranquilo y con ganas de exponer mis ideas. Tal como lo pensé, lo dije: lo más pertinente es dejar fluir de una manera armoniosa la comunicación y en primer instante, estar consigo mismo para poder ayudar a los demás; ser guía en ese camino, de tu par; de lo contrario, nos olvidamos de ese ser interno y no realizamos una buena labor. ¿Y tú, qué opinas lector? Mientras escribo –a propósito, siempre he pensado que hay que estar abierto a las posibilidades y observar de una manera integral, teniendo en cuenta lo científico, lo espiritual y mental, una medicina holística, que es algo que me apasiona mucho, especialmente la medicina oriental– pienso que, la curación se puede lograr, empezando desde tu ser interno y desde cómo interactúas con tu medio. Una de las razones por las que pienso así, tiene que ver con mi formación, porque tuve la oportunidad de acercarme a esta medicina holística y de algún modo, porque lo decidí así. Inmediatamente todos cayeron en cuenta de ese detalle, que muchas veces por la historia personal, no nos enseñan. Hermoso cómo un pétalo se abre y abrimos nuestro corazón en armonía con la mente y el cosmos, a las posibilidades: como un sol en su cúspide, en el mejor tiempo posible.
44
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
La persona encargada del taller compartía aquella idea, otros compañeros también la aceptaban; sentía de algún modo, cómo otros vivían un proceso similar a una catarsis o transmutación frente a lo que se decía; unos miraban con desdén, ya que de alguna manera, solo conocían una medicina meramente académica. Para mi sorpresa, proseguimos a ver una película, que de hecho, tenía como foco central, el camino que se había hecho hasta ese momento. Es decir, el trabajo que se hace desde ti mismo. Recordando esos momentos, pienso en la medicina: aplicar esto mismo a los médicos y pacientes, teniendo presente una medicina preventiva. Todos prestamos atención, como si los péndulos de nuestro rostro se movieran lentamente, solo para contemplar aquella historia. Una vez finalizada la película, dialogamos un momento, esta vez haciendo una retrospección hacia nuestras vidas, observándonos desde adentro. Noté que algunos afloraron aquello que sentían. No obstante, cambiaron su expresión frente a cómo llegaron, algo que se nota a simple vista, porque de alguna manera lo que eres por dentro, se refleja. Un tema importante que tocamos y que logra integrar lo que trabajamos a lo largo de la sesión, es el yo; que tú decides lo que quieres ser y cómo quieres estar, llevándote hacia una integración de cuerpo, mente y espíritu. Mencionaron el estar en el aquí y el ahora; inmediatamente, recordé que ya lo había escuchado. Querido lector, en alguna parte leí algo que llamó mi atención, complementario a lo anterior: se trata de la presencia, es decir, de vivir cada momento siendo consciente de éste. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
45
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Al final de la sesión, se notó el cambio gradual de nuestros pensamientos. En tan solo dos horas, pude sentir, (análogamente) todo lo que pasa en el universo, en un instante y en nuestro ser… como un mundo interactivo, capaz de contextualizar e integrar. Solo hace falta recordar lo que alguna vez supimos. Querido lector, te dejo con un relato corto, que me vino a la mente y corazón a principio de semestre, llamado Cosmos: En el viejo cosmos, aquella nebulosa de amor, ¡se contrae de felicidad!, recordando el instante en donde la vida es tan simple como ser feliz.
Discurso Ceremonia de las Batas Blancas Quinta Cohorte Leidy Tatiana Peña Izquierdo Andrés Kaitzberg Lasso Quisiera extender un saludo muy cordial a la mesa directiva, profesores, familiares, acudientes y estudiantes. Muy buenas noches. Nos encontramos aquí, aproximadamente tres años después de haber iniciado nuestro viaje para convertirnos en médicos javerianos. Un viaje de una dificultad de renombre, lleno de un sinfín de experiencias, conocimientos, sentimientos, simbolismo y anécdotas. ¿Y qué sería un médico sin todas estas? 46
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
Un arte o un oficio como la medicina, no es nada sin la experiencia, así como tampoco sin el conocimiento; y por fortuna, todas las personas que nos han acompañado en este proceso, tienen mucho de ambos, y gracias a ellos, comenzamos a forjar los nuestros. En una medicina como la de hoy, donde los pacientes claman no solo por un médico lleno de conocimientos, se nos ha inculcado que la praxis médica no comprende solamente el saber la fisiopatología de una enfermedad; una silla es una herramienta tan importante como el fonendo, y lo único que cura no son los fármacos pues las palabras adecuadas o un momento de escucha atenta, hacen la diferencia entre un médico común, y uno excelente; en palabras de José de Letamendi, el que sólo sabe medicina, ni medicina sabe. Por otra parte, el simbolismo en la medicina, ha estado desde su inicio. En un principio se entendía la enfermedad como un castigo, y al médico, o chamán en esa época, un mediador entre los dioses, o una constelación desarreglada, para tratar de regresar las cosas a su curso natural. Hoy en día, somos seres humanos, llenos de valores y empatía, para disminuir la carga, de un ser humano que sufre. Para nosotros es un placer poder compartir con todos ustedes este momento tan especial en el que celebramos nuestra ceremonia de las batas blancas, la cual se ha venido celebrando desde hace muchos años en gran variedad de universidades de todo el mundo y que conmemora el paso de las ciencias básicas a las ciencias clínicas, viniendo con este paso nuevas responsabilidades y compromisos hacia los pacientes que veremos desde este momento.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
47
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
El blanco es un color que desde muchos años atrás ha representado a los médicos y aquellos que escogen que una parte de su vida esté al servicio de los demás: parafraseando a Don Manuel, el menos recordado de los hermanos Machado: Nadie más cortesano ni pulido que nuestro buen médico, que Dios guarde, siempre de blanco hasta los pies vestidos.1 Pero la bata no es lo único que hace a un médico; al médico lo hace también su conocimiento, su capacidad de sentir empatía por aquel que necesita de su ayuda, su humildad y sobre todo humanidad. Durante los casi tres años que hemos estado en esta universidad estudiando medicina siempre nos han dicho: ustedes van a tratar a personas no enfermedades. Y qué cosa más humana puede haber que reconocer exactamente eso, que cuando salgamos no vamos a ver enfermedades, vamos a ver a personas iguales a nosotros, que sufren, que lloran, que aman y también sienten, que ponen en las manos de los médicos su salud o la de sus familiares confiando en que ellos harán lo posible por acabar con ese sufrimiento. Y así como decía San Ignacio de Loyola fundador de la Compañía de Jesús y patrón de nuestra universidad: Entramos para aprender, salimos para servir, nosotros entramos a estudiar medicina a aprender fisiología, farmacología, semiología, anatomía, pero aprender todo esto no nos sirve de nada si no lo usamos para servir a los demás.
1
Pedro Rovetto, MD. Se trata del poema de Manuel Machado (1874—1947), titulado Felipe IV “Nadie más cortesano ni pulido que nuestro Rey Felipe, que Dios guarde, siempre de negro hasta los pies vestido”.
48
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
¿Cómo se le puede llamar a un grupo de personas que trasnochan, estudian, se divierten, sufren, lloran, y crecen juntas? Lo más similar, sería una familia, y las anécdotas familiares son las mejores. ¿Qué sería de un médico sin anécdotas? De esta familia que durante estos años a pesar que en número se hizo más pequeña y vimos compañeros quedarse o irse a estudiar a otro país, en corazón seguimos siendo esos 75 aspirantes que llegaron esa semana de enero con las mismas ganas de ser médicos javerianos, junto con esos compañeros que habían iniciado en otra cohorte pero llegaron a hacer parte de esta familia. El paso de las ciencias básicas a las clínicas es lo más similar a pasar de primaria a bachillerato (secundaria). Ese cambio abrupto en donde se pasa de ser el grande a ser otra vez el que menos sabe, el pequeñito, el último eslabón de la cadena alimenticia, así haya pasado por mucho, y sí que lo hemos hecho. Conquistamos a la Célula y a Genética; quizá fue un terror infundado, pues al final encontramos a grandes profesores, los padres de esta cohorte, la descripción gráfica del temor paternal, sin el cual, probablemente no seríamos lo que somos hoy en día. Salimos victoriosos de Embriología e Histología. Aprendimos a clasificar epitelios, saber cuántas blastomeras hay en una mórula, al igual que infinidad de palabras nuevas para descrestar en trabalenguas: “sinsitiotrofoblasto”. Logramos entender lo llamativo de esto de nuestro profesor Camilo en cardio, así como los proverbios del profesor Silverio.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
49
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Completamos un semestre totalmente exigente, junto a la risa del profesor Helberg, así como también el síncope pre– parcial oral de anatomía del profesor Guillermo y la profesora Magda Carolina, en donde con risas recordamos que los nervios te pueden hacer escribir “arteria esplénica izquierda” (como si hubiera una derecha). No desfallecimos ante las infecciosas. Recordamos con afecto las correcciones amorosas de la profesora Sandra frente a esos comentarios que contrariaban por completo la lógica de la inmunología actual, así como también su paciencia frente a esas tandas infinitas de preguntas que a veces parecían de ciencia ficción en vez de inmunología. La patología de Rovetto, una biblia de conocimientos, anécdotas y risas. Un profesor atemporal, de nosotros, de nuestros profesores, algunos de nuestros padres, los padres de nuestros padres, y a lo mejor, algunos de los padres de ellos, así como también a la patología de la doctora Montes, donde aprendimos que no solo la enfermedad, sino todo es un proceso. Superamos la Semiología de Tamura quien no solo nos transmitió conocimientos médicos y cinematográficos, sino que nos reforzó la importancia de la puntualidad japonesa, pues al parecer, por allá tienen adelantados los relojes aproximadamente veinte minutos. Aprovechamos para agradecer a nuestros profesores de rotación de semiología, gracias por todo lo que nos aportaron en este proceso y a quienes nos acompañaron en ese primer contacto con los pacientes.
50
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
Culminamos Fármaco, junto al humor negro e intelectual de la Dra. Natalia, con su primer día de clase de “buenos días, yo soy el policía malo de la farmacología”, para concluir esta novela semestral pasando del miedo al amor farmacológico. Y por último, pero no menos importante, la conducta humana, Castrillón, quien nos enseñó a no encasillar a todo el mundo en el DSM 5, así como también nos dio psicoterapia gratis a todos en el aula de clase. Como vemos, ha sido un camino fructífero, lleno de momentos icónicos y enseñanzas que perdurarán en nuestros pensamientos, por mucho tiempo. Nos faltan palabras de agradecimiento para Dios, nuestros padres, familiares, amigos y profesores. Gracias por darlo todo incondicionalmente, y apoyarnos en los momentos en que más los necesitamos, pues esta noche, este logro es por ustedes.
Cuando romper el protocolo llena el alma Gloria Inés Flórez Villafañe Día 13 de un mes caracterizado por el viento, la tradicional ceremonia de batas blancas de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Pontificia Universidad Javeriana, rompió su tradicional y protocolario guión para dar paso a la sensibilidad y el amor.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
51
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Uno de los presentes quedó anhelando ser llamado para tan hermoso ritual; todos los 39 compañeros habían pasado al escenario y habían recibido su impecable bata blanca y él continuaba sentado sin comprender qué sucedía. Una vez llamaron el último estudiante de la lista, el Decano de la Facultad dice con voz seria pero cálida: “Hoy voy a romper el protocolo, en una universidad humanista y una Facultad con un claro sentido social, me permitiré romper el protocolo”. A este momento el desconcierto fue general, especialmente en los que estábamos en el escenario observando 39 jóvenes luciendo orgullosamente su bata y a uno de ellos sin haber recibido el tan anhelado símbolo de la medicina. Con voz solemne el Dr. Villamizar pide al Dr. Gabriel Ochoa, reconocido médico Javeriano quien fue por muchos años director técnico del América, subir al escenario. Una vez el Dr. Ochoa. Sube al estrado se escuchan como un eco estas palabras: “Dr. Ochoa, le pido le imponga la bata blanca a su nieto Nicolás Ochoa”. El silencio cargado de simbología y emociones inundó el recinto, el joven sube orgulloso al escenario para encontrar frente a si a su ídolo, a quien 52
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA VOCACIÓN MÉDICA
será su colega, al ser que sin dudarlo inspiró su decisión de ser galeno; la escena no podía ser más inspiradora, los asistentes y directivos vibrábamos con la escena. Con todo el protocolo y con la mejor dosis de amor posible, el orgulloso abuelo impone tan reluciente símbolo de la medicina a quien representará una nueva generación médica de los Ochoa; las miradas de los “colegas” se entrelazan y se funden en un sensible abrazo, que termina sellado con la solemne bendición del patriarca. Todos al unísono aplaudimos lo vivido, las cámaras y los cientos de flash inundaron el auditorio y en el corazón de los asistentes, el mejor símbolo de lo que es ser Javeriano.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
53
La medicina narrativa
Importancia de la medicina narrativa en la formación y en la vida profesional Leidy Tatiana Peña Izquierdo La práctica efectiva de la medicina requiere competencia narrativa, que es la habilidad para reconocer, absorber, interpretar, y actuar en las historias y apuros de los demás. La medicina practicada con competencia narrativa, llamada Medicina Narrativa, es el modelo para una práctica médica humana y más efectiva. Adoptar métodos como la lectura de libros y la práctica de la escritura reflexiva permite a la medicina examinar e iluminar cuatro de las situaciones centrales de la medicina narrativa: relación médico y paciente, relación médico consigo mismo, relación médico y colegas, y relación médico y sociedad. Con la competencia narrativa, los médicos pueden alcanzar y acompañar a sus pacientes en la enfermedad, reconocer la afinidad y los deberes hacia otros profesionales de la salud e inaugurar discusiones consecuentes con el público acerca del cuidado de la salud. Al conectar las divisiones que separan a los médicos de los pacientes, a ellos mismos, a colegas y sociedad, la medicina narrativa ofrece oportunidades para un cuidado de la salud respetuoso, empático y fortalecedor.2 2
Rita Charon, MD, PhD. «Narrative Medicine, A Model for Empathy, Reflection, Profession, and Trust.» Journal of American Medical Association, 2001.
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
La Dra. Rita Charon, médica y profesora de la Universidad de Columbia en los Estados Unidos, fundó en el año 2000, el programa de Medicina Narrativa, y además lanzó la Maestría en Medicina Narrativa, en el año 2009. Todo esto lo realizó al pensar que a través de la literatura, se aprende cómo las historias son construidas y contadas; tradujo esto a la necesidad de escuchar y entender mejor a los pacientes ya que esto les permitía contar su propia historia sin interrupciones. Y ante todo, se podía ver cómo las personas describen sus síntomas como parte de la propia historia de su vida.3 A pesar de que la medicina narrativa empezó en los Estados Unidos, ésta se está difundiendo aceleradamente en otros países, como por ejemplo en Italia, donde ya se ha introducido en varias Facultades de Medicina (Milan, Turin, Roma, Florencia, Verona) con distintos cursos obligatorios para los estudiantes bajo el objetivo de enseñar la práctica de la comunicación y la capacidad de escuchar e interpretar las historias de los pacientes.4 La medicina narrativa también ha llegado a Latinoamérica, en Facultades de Medicina de diferentes países como son Argentina en la Universidad Católica de Santa Fé,; en Colombia, en la Pontificia Universidad Javeriana Cali como pionera, que empieza con la publicación de la revista Medicina Narrativa en 2010, como resultado de los textos y narraciones que realizan los estudiantes de medicina de las asignaturas Humanidades I y II. Luego, gracias al éxito de la revista, se abre en el año 2011 la asignatura Medicina Narrativa que ha mostrado ser una importante contribución de la escuela a la 3 4
Carrió, Silvia. Aproximaciones a la medicina narrativa. Educación Médica. Vol26. No1. BAires. Flórez, Gloria Inés. La Medicina Narrativa y la formación de los médicos. Revista Medicina Narrativa. Pontificia Universidad Javeriana Cali.
58
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MEDICINA NARRATIVA
formación de valores y a la exaltación de la narrativa como forma de interacción con los “otros”.5 Recientemente, la Universidad de la Sabana, en Bogotá, inició la electiva de Medicina Narrativa, tomando como ejemplo el desarrollo de esta misma asignatura en la Universidad Javeriana. El movimiento de la medicina narrativa apunta a acercar a la medicina a los estudios humanísticos; puede ayudar a los médicos a ser conscientes de la imposibilidad de relatar lo que pasa, sin una interpretación; a considerar el grado de incertidumbre en que se desarrollan sus prácticas y a aceptar que la perspectiva, el punto de vista propio y del otro, no son un estorbo que se debe eliminar, sino la única manera posible de describir la realidad.6 La medicina narrativa permite contar la historia de la enfermedad desde diferentes puntos de vista, ya sea desde el paciente y la manera como él y su familia viven la enfermedad. También desde el médico para saber cómo es ese proceso de acompañar al paciente y su familia durante su enfermedad y cómo la historia del paciente impacta en la vida del médico, en el campo laboral y personal. Y desde la perspectiva del encuentro médico–paciente, cómo es esa interaccion y las diferentes perspectivas que tienen ambos sobre la enfermedad, sobre los signos y síntomas de los pacientes y cómo la enfermedad influye en sus vidas. (5) Cuando un médico practica la medicina con competencia narrativa, el o ella pueden en forma rápida y adecuadamente, escuchar e interpretar lo que un paciente trata de decir. El Vera Kalitzkus, PhD, and MD, PhD Peter F Matthiessen. «Narrative—Based Medicine: Potential, Pitfalls, and Practice.» The Permanente Journal, 2009. 6 Rita Charon, M.D., Ph.D. «Narrative and Medicine.» The New England Journal of Medicine, 2013. 5
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
59
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
doctor que tiene competencias narrativas usa el tiempo de la interaccion clínica eficientememte, empapando todo el conocimiento médico en lo que el paciente expresa sobre su experiencia de la enfermedad. (6) No solo la historia de la enfermedad sino la enfermedad en sí, se despliega como una narrativa. Una enfermedad tiene un curso de tiempo característico, una mezcla compleja de causalidad y contingencia, diferencias singulares y semejanzas genéricas con enfermedasdes relacionadas; una tradición textual dentro de la cual se puede entender e incluso un sistema metafórico que lo revela. La competencia narrativa le da al doctor, no solo la capacidad para entender al paciente, sino tambien capacidades nuevas para entender la enfermedad por sí sola. (6) Todo esto nos muestra que la medicina y la interacción con el paciente y su enfermedad debe empezarse a ver desde una perspectiva diferente, no solo cómo está el paciente, cúales son sus signos y sintomas y buscar como curarlo, sino ver cómo la enfermedad está afectando su vida en todos los campos que componen a una persona, el personal, familiar, social, laboral, y muchos otros. Esto, para que los médicos podamos entender al paciente y no solo tratarlo a él sino también a su familia, porque una enfermedad no afecta solo al paciente; esta tambien afecta a todos los que lo rodean, a todos aquellos que tienen que vivir con el paciente y están con él durante sus crisis para acompañarlo y ayudarlo en esa etapa, sufrir y llorar cuando su ser querido no se siente bien o cuando la enfermedad es tan avanzada que no hay mucho por hacer.
60
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MEDICINA NARRATIVA
Por eso creo que la medicina narrativa nos ayuda mucho a ponernos en los zapatos de los pacientes, a sentir empatía por ellos, a entender que estamos tratando personas y no enfermedades, a pensar en su bienestar y el de su familia y poner todo nuestro esfuerzo, dedicación y comprensión en ayudar y entender.
Bibliografía Rita Charon, M. P. (2001). Narrative Medicine, A Model for Empathy, Reflection, Profession, and Trust. Journal of American Medical Association. Kolata, G. (2009). Learning to Listen. The New York Times. Carrió, S. Aproximaciones a la medicina narrativa: www.aeten. es/mediapool/103/1038089/data/Aproximaciones_a_la_ medicina_narrativa.pdf
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
61
Prosa diversa
Pelo a pelo en la central Tatiana Berrio Tascón, María José Espinal Vacca y Catalina Rico Cárdenas Son las 9:30 a.m. cuando la plaza y los pasillos intercalados, reposan en bajada bajo la sombra de los árboles ubicados frente al edificio El Samán. Hay un gran bullicio por la cantidad de personas que rodean el lugar; dos en especial, captan nuestra atención. Diremos que se llaman Charlie y Mai. El primero es un hombre de tez clara, camiseta del América de Cali y corte de cabello parecido a la aleta de un tiburón. Tiene cejas gruesas, pantalón blanco y tenis rojos con negro, de suela amarilla. El segundo, tiene piel oscura, lleva una gorra negra y gris en la que esconde su cabello relativamente corto. Viste camiseta negra con rayas que van disminuyendo de abajo hacia arriba, un jean oscuro con líneas naranja en los bolsillos traseros y unos converse de color gris y blanco. En el lugar hay árboles de todos los tamaños y texturas, que dan la sensación de quietud y paz; cabe aclarar que sus movimientos sutiles intentan seguir el ritmo de la multitud que viene y va. El piso por donde caminan los jóvenes nombrados, parece estar pintado de parches gris oscuro y café, por las sombras que se forman con la luz que se filtra entre las hojas de los árboles. Las mesas se encuentran llenas de universitarios que charlan y ríen mientras hacen trabajos, discuten o simplemente esperan la hora para entrar a la siguiente clase.
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Charlie y Mai, hablan emocionadamente sobre cierto partido. Charlie le pregunta: ¿Vas a ir al estadio a ver jugar al América? Mai, responde: Sí, vamos a las sexta norte, las boletas están a ocho mil, parce. Luego, el joven de la aleta de tiburón se para de la mesa y se va a la fotocopiadora que queda a pocos metros del lugar. Mientras camina saluda a varias personas y al llegar, saca varias fotocopias de un libro de matemáticas. Entre tanto murmullo, hay un silencio común que aparece por momentos. Entonces, se logra apreciar el sonido del agua corriendo por la mitad de la plaza, los ruidos de los pajaritos y los pavos reales, que adornan el lugar. La mesa de los jóvenes se siente fría y sola. Uno se ha ido a la fotocopiadora y el otro charla con personas de las mesas vecinas, a la espera de su amigo. Minutos después ambos vuelven a la mesa y Charlie le dice a su compañero: Dame la plata de tu boleta, que yo a las once voy a Unicentro y en Éxodo compro las boletas de todos los que vamos a ir hoy. Mai saca diez mil pesos de su billetera de color negro, se los da, diciéndole: Ojo con los dos mil que sobran que son para el bus de más tarde. El día parece estar calentándose, poco a poco aumenta el movimiento en los pasillos por los que cruza la gente apurada para llegar a tiempo a la clase de las 10:00 a.m. Al tiempo, los dos personajes se notan ansiosos. Charlie juega con sus manos y eleva las cejas. Quizás está hablando de cosas importantes. Por su parte, Mai tiene gestos particulares y hace bastante uso de sus manos al expresarse. Finalmente, deciden pararse. Ambos recogen sus cosas, entre las cuales hay un morral azul con tiras blancas y una paloma blanca sobre puesta en el morral.
66
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Comienzan a sonar las chicharras y su ruido parece opacar los murmullos de las mesas. Mai y Charlie salen de la plaza. Pero minutos después, Charlie vuelve a la mesa muy angustiado buscando algo que al parecer no encuentra. Mai también vuelve al lugar y le pregunta por qué se devolvió. El le contesta: ¡Se me perdió el celular, parce, no sé dónde puede estar! Entonces, Mai se agacha y lo encuentra justo debajo de una de las sillas donde estaban sentados. Charlie le agradece y le devuelve los diez mil pesos diciéndole: Yo pago tu boleta, gracias parce.
La apología del buen cine Pedro Enrique Ramírez Cardona y Pedro José Acero Henao Era un día soleado en la Pontificia Universidad Javeriana. Los rayos del sol golpeaban con fuerza aquel edificio llamado Acacias, donde los estudiantes de Arquitectura se alimentan de conocimiento. Había 17 mesas y solo dos estaban ocupadas: la nuestra y la mesa de al lado donde dos personas estaban hablando. — ¡Si!. Ya te he dicho que se llama Saw… el juego del miedo, exclamo Eddy con notable emoción en su voz. Eddy era un hombre de más o menos 1.70 de estatura, de pelo muy negro y un poco grasoso. Llevaba una camisa negra y unos jeans desteñidos, sus tenis estaban sucios. Tenía un poco de barba y bozo, y unas cicatrices como vestigios de una pubertad probablemente dura. Se sentaba con una postura muy mala… Eddy tenía sus manos sobre aquella mesa ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
67
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
verde ubicada en frente de La locura, sus pies estaban sobre el bloque de cemento que daba soporte a una sombrilla verde que se abría paso a través de un hueco en la mesa que tenía el tamaño de una de las diminutas almojábanas que vendían en caffesabor. — ¿La bomba de tiempo? — ¡No! ¡El juego del miedo! A simple vista parecía ser que Jaime no era la persona más lista entre los de su edad; sin embargo, por la expresión de su rostro se podía predecir que disfrutaba platicar sobre estos temas con su amigo. El acreedor de tan intelectual pregunta (Jaime) era un sujeto de más o menos 1.65 de estatura, hablaba en tono alto. Tenía el pelo rubio y muy corto, llevaba puesta una camiseta con estampados incomprensibles, unos jeans muy oscuros y zapatos Adidas del modelo “Country”. Sí. Esos que todos tuvimos alguna vez. Jaime estaba sentado con la espalda recta, lo cual le hacía parecer más alto que Eddy aunque no lo fuese. — ¿Hablas del muñeco que se movía en el triciclo? — Sí, hubo como cinco películas. — Pero ¿Cómo así lo del cajón? — Sí, es que el viejo tenía encerrado al man en un cajón, en el sótano. — ¿En cuál parte? — Como en la segunda. Ya me acuerdo… El viejo se murió como en la tercera parte y el juego lo siguió la esposa… o unos asistentes. — Es que en la primera eran él y un aprendiz. — Ah… sizas. Pero no, parce. Esa película era buena… pero la primera parte. Las demás, no. 68
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
— ¿Y es que había muchas? — Sí. Ve…me acordé de una de un duende todo satánico…. En este momento el diálogo tomó un rumbo totalmente diferente. Eddy movía las manos de modo expresivo, dando cuenta de lo mucho que disfrutaba conversar sobre este tipo de películas. Jaime sonreía de oreja a oreja, demostrando el interés que los relatos de Eddy le suscitaban. — Creo que me suena… — Que un man se estaba drogando en un baño, fumando tu sabes, y se le apareció el duende pidiéndole porro. Y que luego el man se lo dio… Con el tiempo se acabó y el duende se enojó y le arrancó de un solo mordisco el dedo donde tenía un reluciente anillo de oro. — ¡Huy…no, marica! La expresión de Jaime demostraba desagrado hacía ese tipo de escenas pero igualmente se percibía un poco de gusto al oír estas cosas. En ese momento, un pájaro amarillo pasó a unos cinco metros del lado de ellos. Subió a una mesa de ping—pong, olvidada y empolvada, luego se posó sobre un árbol junto a una banca que miraba hacia el lago de acacias. — Pero nada como lo del espacio. Una en que el asesino Jason, estaba en el espacio, dijo Eddy dándole una gran mordida al pastel de pollo que había comprado en La locura. — ¿Por qué? ¿Cómo así? — Es que ni se sabía cómo Jason llego ahí. Y a lo último, el man se murió por que lo expulsaron al espacio y lo mató la… esta… ¿Cómo se llama? ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
69
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
— ¿La presión? — ¡Eso! Es que estaban en una nave, en el año 3000 algo. — ¿Así todo futurista? — Sí. Entonces había un tipo que fue con unos manes a matarlo con bates, alambre y eso, pero no podían. — ¿Cómo así? ¿Por qué? — No pues… porque él era como que inmortal y les tiraba con colmillos y todo. — ¡Ja ja, ja…! Pero la única que no tiene sentido es la del espacio. — Muy cierto. Porque en todas las demás se conecta todo y todo tiene sentido excepto en esta. Es como rara. — Ve… vamos yendo a los computadores. Se nos hace tarde… — Sí…luego nos los quitan. Ambos se pararon estrepitosamente de sus sillas dejando una bandeja sola con servilletas acribilladas por migajas, y dos vasos de gaseosa, vacíos. Se dirigieron al puente que los conduciría al resto de la universidad, por un camino rodeado por bambú.
Una historia familiar María Carolina Vásquez Narváez Cada vez que hay una reunión familiar, es nuestra costumbre contar las historias raras. Pero al final, siempre van a contar las mismas historias bochornosas de mis primos, de mis hermanos y de mí, sin importar que ya todos nos las sabemos de memoria.
70
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Siempre pasa lo mismo. Todos se ríen de lo que no los involucra porque cuando llegan a la parte donde eres el centro de atención, hay que actuar como si no te importara, para que ellos sepan que no causa ningún efecto en ti. Así sea lo más vergonzoso que te haya sucedido. Porque si te enojas, aunque sea un poquito, das pie para que sigan y sigan molestándote. Creo que mi historia ha sido contada por más de siete años, y es así: Era un domingo en familia. Ese día fuimos a almorzar en Simón Parilla para celebrar el cumpleaños de mi tío. Cuando llegamos allá, mis primos, mis hermanos y yo salimos corriendo a ponernos los vestidos de baño para ir a la piscina y a los diferentes juegos. Había un juego en especial que todo el mundo estaba probando. No recuerdo el nombre, pero sé que tenía dos postes: uno al inicio y otro al final. Ambos estaban conectados por un cable. Yo veía cómo todo el mundo se agarraba del palo, bajaba por la cuerda y antes de llegar a la parte final se soltaba. En realidad, era un juego muy sencillo. No era tan peligroso como para no montarme. Todos estábamos haciendo la fila y a mí me entró en la mente esa duda de si me tiro o no me tiro. Algo me decía que los nervios no me iban a dejar. En fin, ya me tocaba a mí. Nos íbamos a lanzar mi hermano y yo, y muy en el fondo, sentía que alguien me hablaba explicándome qué hacer cuando estuviera cerca del final. Pero no entendía nada. Lo que me decía se me salía por el oído sin antes ser procesado por mi mente.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
71
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Todo fue tan rápido que sin darme cuenta ya estaba volando. Y no puedo mentir. Al principio fue muy chévere. Se sentía una adrenalina bacana, pero cuando ya me estaba acercando al último poste, se me olvidó qué hacer. Solo escuché decir a mi hermano ¡María! ¡Tírate! Pero los nervios no me dejaron reaccionar. No me podía soltar porque yo sentía que eso era muy alto y pensé que me podía lastimar. Mientras pensaba, me estrellé con el poste y la velocidad con la que iba me hizo soltar. Lo último que recuerdo fue haber caído como una arepa en la arena. Me dolía todo. Pero lo peor fue ver a mis hermanos y primos muertos de la risa. En ese momento supe que esta historia iba a ser contada por mucho tiempo y que nunca se iba a superar.
La carrera contra el sueño Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga Posición de carrera. Las manos postradas contra el piso como si fuese a tomar impulso, una rodilla contra el pecho, la otra estirada. Tres… Dos… Uno. Suena el disparo que confirma el inicio de la carrera. Son cuatrocientos metros que tiene que correr en menos de un minuto y diez segundos para obtener un buen récord, o mejor dicho, para ganar. Da una zancada larga, luego otra; sus brazos hacen gala de una técnica de carrera impresionante. Mirada fija en el horizonte. Paso tras paso se cansa más, requiere más oxígeno; sin embargo, no se separa del 72
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
pelotón de carrera. Sus oponentes son fuertes. Esto, en vez de desanimarlo, lo motiva. Oxigena sus pulmones, bracea más fuerte, corre más fuerte. De repente, es el primero del pelotón, él lleva el paso, el mando. Faltan doscientos metros. Cada vez se separa un poco más del pelotón, ahora es una carrera contra él mismo y su estado físico. En la curva que marca los trescientos metros alcanza a divisar al público: gozos, gritos, aplausos de ánimo, personas impresionadas por el nuevo prodigio que nacía aquel día. Jhoan sonríe en signo de triunfo. ... Cincuenta metros. Treinta. Veinte. Está a diez metros de pasar la línea de carrera, corre cada vez más fuerte, nadie lo alcanza. Está a dos metros de ser campeón de la carrera, justo cuando va a dar el último paso, pierde el equilibro y… ¡Tas! Despierta en el piso, al lado de su cama. El sueño le ganó de nuevo la carrera.
Engáñame, aunque sea por amor Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga Mi abuelo solía decir que a las personas se les puede desnudar el alma de dos formas: por su mirada, y por su manera de escribir. Hay letras que engañan, hay miradas que mienten. Lo sé. Sin embargo, hoy me acercaré a ti, y sin mirarte te pediré, mejor dicho, te imploraré, que me escribas un pequeño texto hablándome sobre tu pensamiento acerca de la vida. Ya sé que con esa excelente forma que tienes de escribir –y teniendo en cuenta que eres la mejor en clase de Español–, me enamorarás. Y para nunca perder ese encanto ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
73
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
y siempre permanecer a la merced de tus caprichos, jamás te miraré a los ojos: sé que sí los veo sabré que estás mintiendo, y que solo juegas conmigo. No importa. Lo importante es que yo me crea tus mentiras por medio de las letras. Enamórame con tus palabras falsas niñita aporcelanada, que de encapricharme me encargo yo, al no mirarte nunca a los ojos traicioneros de tu alevosa alma.
En mi memoria Laura Ruiz Londoño Fue el jueves santo diecisiete de Abril. Estaba en vacaciones de semana santa y “descansaba” de exámenes y trabajos. Por ende, me había despertado más o menos a las 10:00 a.m. Me levanté, fui al baño a cepillarme y saludé a mis papás. Después me dirigí a desayunar. Usualmente todas las mañanas prendemos el televisor para ver las noticias o mi papá prende el radio para escucharlas. Sin embargo, ese día no ocurrió. A las doce y media mi mamá me dice que me bañe y me arregle porque vamos a salir a almorzar. En días anteriores había escuchado que el Gabo, uno de mis escritores favoritos y por el cual me había enamorado de la lectura, estaba enfermo y se encontraba hospitalizado; al escuchar la noticia, no presté mucha atención ya que por muy raro que parezca, para mí el Gabo era y es alguien inmortal. Lo seguía viendo como cuando escribió “Crónica de una muerte anunciada”; en fin, me bañé y arreglé, eran casi las dos 74
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
de tarde. Me senté en el computador a buscar nuevamente la información sobre la exposición de Humanidades. Nuestro tema era la historia de la crónica en Colombia y por supuesto, estaba presente Gabito, como lo llamaba su familia. Así que al ver la gran importancia de él en la crónica, empecé a buscar sobre su vida. Sabía que no había tenido una vida sencilla, pero lo que no sabía era todas las cosas por las que había tenido que pasar. Nació en Aracataca en una familia muy pobre. Vivía con sus abuelos Tranquilina y el coronel Nicolás; se podría decir que estos fueron la fuente de su literatura. El toque místico en sus obras era gracias a la influencia de su abuela, y las historias terroríficas entre conservadores y liberales eran de su abuelo Nicolás, quien había participado en la guerra de los mil días. Años más tarde, Gabo se fue a Bogotá a estudiar Derecho. Pero se dio cuenta de que eso no era lo suyo y que lo que en verdad le gustaba era el periodismo. Se casó, conoció muchas personas importantes como el señor Mutis; viajó mucho pero así mismo pasó hambre. Al escribir “Cien años de soledad” se encerró en su habitación 18 meses y no salió hasta el día en que murió el coronel Aureliano Buendía. Abrió la puerta, cruzó la sala y se tendió en la cama matrimonial a llorar como un niño, pues este personaje estaba inspirado en su abuelo Nicolás. Se ganó el Premio Nobel de Literatura en el año 1982 y siguió escribiendo historias inimaginables. A eso de las dos y cuarenta de la tarde, mis papás y mi hermano ya estaban listos. Salimos de la casa y nos dirigimos al parqueadero. En la mitad del camino Daniela me habló por el celular y me dio una noticia que jamás había esperado escuchar: Gabriel García Márquez había muerto. Esa sensación ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
75
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
que pasó por mi cuerpo nunca la voy a olvidar. Cruzaron por mi mente todas las obras que había leído de él y todo lo que había aprendido. Se me encharcaron los ojos. Había muerto una de las personas que más ha influenciado mi vida. Leer cada uno de sus libros es una experiencia que me llevaba y me lleva a esa realidad que el narra. Toda esa semana, en diferentes partes del mundo, le hicieron memoria a este gran escritor, empezando por Colombia donde a pesar de la violencia que escuchamos, leemos o miramos por las diferentes redes de comunicación, nos llena de alegría el saber que nunca olvidaron a este gran “Da Vince” de la literatura, que plasmó en cada uno de sus libros un pedazo de esa Colombia que llevaba en su corazón. Su sencillez, su humildad, el amor hacia su familia y amigos por encima de todo (como pude leer en algunas historias de su vida) y sus obras, son cosas que nunca voy a olvidar. Y por más que pasen los años, siempre tendré a Gabo como punto de referencia; también creo que su país y su amada Aracataca nunca lo olvidarán.
Cotidianidad Laura Isabel Rincón Muñoz y Alexandra Valencia Pérez Jueves 27 de marzo, en la universidad
11:00 a.m. “Genética, risas y la química orgánica del amor”. En una nublosa y fría mañana de jueves, me encontraba en el edifico Almendros, después de haber salido de una clase de Humanidades. El clima era perfecto para retornar a casa y descansar un rato, pero la realidad era otra; debía prepararme 76
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
para el laboratorio de la tarde. Junto con otras dos compañeras de Carrera, Mary y Ceci, caminamos entre risas hasta al edificio Guayacanes, el edificio de inspiración para realizar trabajos o estudiar porque no es cualquier edificio. Ahí están los laboratorios de medicina, biología y artes por lo que nunca hay muchas personas; todo es silencio acompañado de la brisa que baja de las montañas. Esta vez escogimos trabajar en el tercer piso para disfrutar del frío clima del día mientras estudiábamos para el laboratorio. 11.30 a.m. En el edificio “Guayacanes”. Ceci nos está explicando lo contenido en el taller y la verdad es que entre la brisa y la tranquilidad me cuesta más prestar atención: Una sustancia anfótera es la que tiene la capacidad de reaccionar como ácido o base dependiendo de la situación. Es muy fácil chicas, solo piensen en agua. Pensar en agua claro; como es tan fácil, la química nunca ha sido ni será mi fuerte. Siempre gasto más tiempo con este tipo de cosas, simplemente, no las entiendo tan fácil. Entre muchas otros términos que en este momento no son necesarios de mencionar, pasó el tiempo y concluido nuestro tiempo de preparación para el laboratorio, nos dirigimos a la cafetería. 12:15 a.m. En la cafetería central. Una vez en la cafetería, con la sinfonía de aromas propios del almuerzo, empezó la búsqueda de mesa en la parte trasera de la misma, algo casi imposible en esta hora. Nos ubicamos en el lugar deseado y para alegría mía, tenía las gafas puestas para mirar libremente al hombre de mis sueños: Alan, un estudiante de cuarto semestre de artes visuales. Rubio, alto, atlético, simpático, sonrisa encantadora, tatuaje tribal en el bíceps izquierdo y unos hermosos ojos color almendra que me hipnotizan cada ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
77
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
vez que me dirige una mirada. Esa visión dibujó una gran sonrisa en mi rostro. En ese momento solo pensaba en Alan y en la vez que lo conocí, tan encantador, tan guapo, tan gentil, tan inteligente, tan Alan. Es simplemente perfecto. Y sus ojos, esos ojos… cuando me habla es como si estuviera perdida, flotando. Siento un vacío en el estómago y ya no sé nada. Literal. Al final nunca se dé qué estábamos hablando. — Eres muy evidente Georgia, me dijo efusivamente Mary. Yo solo sonreí con cara de tonta mientras seguía mirando a Alan, quien también buscaba una mesa. Mientras tanto, yo pensaba: ¿Por qué no se iba Cesi para poder gritarle que aquí había un espacio? Demasiado mala. Cesi es mi amiga y ella está primero. — No seas exagerada Gertrudis, solo estoy mirando de una manera muy casual hacia el lugar donde coincidencialmente esta Alan. Traté de sonar lo más convencida posible y me eche a reír. Acto seguido, Cesi y Gertrudis también empezaron a reír como locas, lo que nos volvió el centro de atención de muchos, por unos segundos. Mientras tanto, yo estaba soñando con Alan y a la vez sacando mi almuerzo, que casi derramé encima. Ceci no dejaba de mirar a uno de nuestros compañeros de medicina de semestres posteriores, exactamente a sus “tres y cuarto”. Esa es la señal que utilizamos para no ser tan obvias cuando vemos algo importante a nuestro alrededor, como Alan que está a mis “nueve en punto”. Pero nunca funciona. Cesi es
78
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
muy evidente, y bueno, todas somos demasiado evidentes. No somos nada discretas pero qué más da, este mundo es libre. 13:20 p.m. En el edificio “Guayacanes”. Regresamos a Guayacanes. El tiempo previo al ingreso al laboratorio entramos al baño, hablamos con otros compañeros de la Carrera y jugamos trivia. Uno de mis compañeros nos contó que le habían robado los calcetines. Algo sinceramente insólito. Solo pude imaginarlo ser abordado por alguien gritando: “Dame tus calcetas”, saliendo de su clase de Natación. No pude evitar la risa. 14:00 p.m. Laboratorio de Biología, “Guayacanes”. Ingresamos al laboratorio. Revisaron el taller previo y los profesores dieron la respectiva explicación del tema. Estuve bastante atenta, porque vamos, era química. Tenía que poner cuidado o el quiz iba a resultar en un hermoso “cero”. No podía permitirlo. Nunca me había sacado un cero y este día no iba a pasar eso. 17:00 p.m. Por fin salimos del laboratorio. Fuimos a mi casa a realizar un trabajo de Genética junto con Dana, otra de mis compañeras. Mi casa queda a solo seis minutos de la universidad, por lo que me voy en taxi cada vez que lo necesito. 17:10 p.m. En mi casa. Cuando llegué, hice un arroz que me quedó delicioso. Todos en la casa me felicitaron. Nunca cocino pero lo hice con mucho esmero para todos. 23:45 p.m. Por fin terminamos el trabajo. Estoy exhausta. Solo quiero ir a mi cama y dormir. Pero aún debo esperar
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
79
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
a que vengan por Dana. Su hermano siempre la recoge no importa dónde esté o la hora que sea. Es fenomenal. 00:05 a.m. En mi habitación. Ahora puedo descansar. Espero que mañana sea un día lleno de sorpresas y diversión como siempre. No puedo esperar a ir a la Bolera con Mary, Dana y Cesi. Viernes 28 de marzo, en la universidad. 9:00 a.m. En la cafetería Central. Mi grupo de trabajo en Investigación está a punto de disolverse por unas diferencias a mi parecer banales. Y no es que no me importe. Lo que pasa es que se están confundiendo mucho. Nuestro manejo del estrés y la presión, es definitivamente diferente. No suelo dejarme afectar por los demás y he aprendido a controlarme. Es que en una Carrera como la Medicina, no puedes dejar que algo te consuma. Algunas personas no saben cómo controlarlo y lo único que logran es indisponer, como en este momento. Si sigue así voy a explotar con uno de mis comentarios. Y las cosas van a salir peor. Respiro y pienso en azul, eso me tranquilizará. Por un momento creí firmemente que nuestra revisión de proyecto significaría un cero, gracias a que todas estaban como locas y no sabíamos qué esperar de la revisión. Entramos a la sala de juntas de la Facultad y pienso en cuántas personas como nosotras, están estresadas y han perdido el control. La tensión es incontenible. La profesora ha estado leyendo nuestro trabajo por lo que parecen horas. Finalmente levanta la mirada y sonríe. ¡Sonríe!. 80
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Enseguida, dice: — Las felicito chicas, este ha sido el mejor trabajo que he revisado hasta ahora, deben acomodar… Solo soy consciente de que nuestro trabajo está bien. Más que bien está perfecto. Las dudas se disipan y sé que estamos haciendo bien el trabajo. 11:00 a.m. Voy tarde para inglés, lo sé. Debí quedarme con el cuaderno en la maleta y en vez de dejarlo en el locker, caminar desde El Lago hasta El Samán y luego regresar a Educon. No es sencillo si solo tienes cinco minutos para llegar a clase. ¡Llegué! Por fin llegué, un poco agitada, pero no llegué tarde. Por poco me pierdo esta sesión de la película. 13:00 a.m. Cafetería Central. En la cafetería central, solemos comer toda la semana. En esta ocasión no conseguimos lugar en mi sector favorito, por lo que tenemos que comer en el centro de la cafetería, en medio de los aromas, ruido, etc. No puedo evitar sentirme observada por todos las personas que pasan. Definitivamente, hoy no podré pasarla tan bien en el almuerzo, como siempre. Alan no llega. Es extraño porque siempre almuerza a la misma hora que yo. ¿Dónde estará? 13:56 p.m. Nos trasladamos de mesa a nuestra zona de confort y nos quedamos hasta bien entrada la tarde, adelantando algunos trabajos de la próxima semana y por supuesto charlando, sobre la salida a la bolera. 16:45 p.m. En mi habitación. Por primera vez desde que comenzamos el semestre voy a salir con mis amigos. Cesi, Dana y Mary quedamos de ir a una nueva Bolera en la zona de ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
81
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
la universidad. Como todas vivimos cerca podíamos ir a casa y arreglarnos. Tengo que estar en la Bolera a las 20:00, aún no tengo idea qué voy a vestir. 17:30 p.m. Estoy sobre mi cama en ropa interior, cubierta por la toalla. Las gotas de agua que caen de mi cabello caminan por mi piel hasta perderse. Ya salí del baño y aun no sé qué me voy a poner. Porque tengo que estar preparada para todo y sí, ese todo significa encontrarme al chico de mis sueños. 17:35 p.m. Sigo sin saber qué ponerme. Me quedan dos horas para llegar a la bolera. Puedo dedicarme tiempo a mí misma, algo corto pero profundo y no voy a pensar en nada que no sea yo, ni en célula, ni en genética, ni en humanidades, ni en Alan, ni en qué me voy a poner. Solo yo y mi cabello húmedo. 18:30 p.m. ¡Me quedé dormida! Mi tiempo de reflexión fue demasiado profundo. Solo tengo una hora para llegar a la bolera. 18:45 p.m. Estoy corriendo sin sentido por mi habitación. Mi cabello se secó sin el tratamiento y está hecho un desastre. De nuevo voy a la ducha. 19:10 p.m. Tengo el cabello listo. Aún no sé qué ponerme, he sacado toda la ropa de mi armario. 19:20 p.m. Todo sería más sencillo si pudiera ir en uniforme. Desde que empecé a estudiar es un suplicio vestirme diferente. Deberían existir uniformes para todo; para ir a comer, para salir a las citas, para ir a la bolera, para ir al cine.
82
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
¡Ya sé! En “Proyect Runway” siempre menos es más. Eso haré. Un jean, una blusa estampada, una bufanda a juego, tal vez llueva, converses, y mis medias de la suerte. No me maquillo en exceso, nunca lo he hecho. Bella y natural. Solo un poco de rímel y brillo. 20:03 p.m. En La bolera. No hay nadie, mis amigas no están y estoy como un champiñón en una mesa del fondo. Dos meseros han venido a pasarme la carta, si vuelven tendré que pedir algo. Odio a mis amigas, por qué no llegan, cinco minutos más y me voy. 20:05 p.m. Creo ver a Mary en la puerta, pero no la reconozco. No sé por qué. Claro no tengo puestas las gafas, me las quité para descansar un poco de ellas. Revuelvo mi bolso y ahí están. Sí, es Mary. No pienso gritar su nombre a mil metros de distancia, mejor la llamo. — Hola Mary. ¿Ya llegaste? Por fin alguien medianamente puntual. — Si Georgie, estoy en la puerta ¿Y tú? — En las mesas de la cafetería. — Ya voy. 20:30 p.m. Cesi y Dana no pueden venir. Han arruinado el plan perfecto. Para poder jugar tenemos que ser mínimo cuatro. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
83
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
20:34 p.m. Decidimos ir a mi casa a ver una película. Estoy caminando hacia la salida hablando con Mary, totalmente distraída y claro, típico de mí, tenía que chocar con alguien. — Oye, lo siento no te vi, estaba distraída. Soy una tonta ni siquiera sé a quién choque y empiezo a sentir mi rostro tornándose rojo. — No te preocupes Georgie, siempre andas distraída Esa voz. Es Alan… Subo la mirada y la visión de la perfección. Aparece vestido de jeans, una camiseta suelta sin mangas deja ver su tatuaje. Siento que me voy a derretir de vergüenza. ¿Por qué la tierra no se abre en dos y desaparezco? Es evidente que aún no reacciono de la sorpresa. Mary le dice algo a Alan sobre nuestra noche de diversión fracasada. Alan sonríe de lado atontándome más y me dice: — Oye ¿Por qué no se quedan un poco a jugar con nosotros? Nos sobran dos puestos. Ahí es cuando reacciono. ¡Voy a jugar con Alan! Aún no está arruinado el fin de semana. 20:45 p.m. Cambio mis zapatos con ayuda de Mary, que no deja de repetirme que tengo que dejar de ser tan evidente cuando estoy con Alán.
84
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
21:00 p.m. Empieza el juego, somos Mary, Alan, Cristina, Leo, Alejandro y yo. Cristina y Alejandro están saliendo. Son compañeros de Alan; Leo es su mejor amigo creo que estudia Derecho. Jugamos y reímos con los malos tiros de todos. Es mi turno. Me concentro en la pista, está haciendo un poco de frío, debe ser el aire acondicionado, respiro tenso el brazo para tirar; exhalo y lanzo. La bola purpura rueda por la pista y derribo todos los bolos. Grito y doy saltos. 21:40 p.m. Terminamos de jugar. Cristina y Alejandro decidieron quedarse a comer. Leo que vive lejos no se puede quedar, se despide de que cada uno, cambia sus zapatos y se va. — Georgie, tengo que irme. Solo pedí permiso hasta las diez, mira qué hora es. Si llego tarde mi mamá se va a preocupar. Y sin más, Mary desaparece corriendo para tomar un taxi. — Alan, gracias por todo pero Mary acaba de recordarme ya casi son las diez, también tengo que irme, sino se van a preocupar en mi casa. Traté de sonar lo más seria posible y no distraerme. — Si quieres puedo llevarte hasta tu casa, si no tienes problema, me queda en el camino. — ¡Claro que no! Sería genial.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
85
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
22:00 p.m. En el carro de Alan. El carro de Alan es hermoso, ni siquiera sabía que tenía un automóvil. — Georgie, juegas muy bien, deberíamos ir a jugar más seguido. — Si, bueno gracias. Lo que pasa es que no tengo mucho tiempo ¿Sabes? Pero claro, cuando tenga un tiempo libre, podemos ir a jugar bolos. — Claro, avísame siempre que puedas. 22:15 p.m. Acabo de llegar a casa. Alan me invitó a almorzar mañana después de que salga del taller del Medio Universitario. También van a ir Mary y Leo. Creo que no voy a dormir pensando en mañana. El cansancio me vence. Sábado 29 de marzo, en un restaurante 12:20 p.m. Come, me dijo Alan la noche anterior. Después del taller que tengo los sábados en la universidad iríamos a comer con Leo y Mary. Efectivamente a las 12:00 estaba en la entrada de la universidad esperándonos, Leo en la parte delantera del carro, por lo que Mary y yo fuimos en la parte de atrás. Tratamos de no demorarnos mucho porque Mary y yo teníamos que ir a estudiar, simplemente almorzamos. Y Alan en compañía de Leo, de nuevo nos llevó hasta mi casa, para hacer el trabajo de Célula con Mary. 13:00 p.m. En mi casa. Empezamos el trabajo de Célula. Creo que como vamos, podremos terminarlo en una media hora y así Mary se irá a casa, mientras yo sigo estudiando historia, para el parcial que sigue. 86
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Cuéntame algo Betsabé Puentes Huertas Sábado, cinco y media de la tarde. Como es costumbre, después de terminar el almuerzo vamos a la cama a reposar un rato. Del balcón entra una suave brisa que baja desde los farallones. Es como un viento que calma todos mis males. Un atardecer hermoso. A través de las persianas alcanzan a entrar unos pequeños rayos de sol que rozan el rostro de mi papá. Siento que se queda dormido. Escucho ese extraño sonido que hace cuando duerme; no sé de dónde viene ni cómo lo hace, sólo sé que es como si diminutas pompas de jabón explotaran. — Buaahh Me asusta, suelto risas. Me agarra de la cintura y me hace cosquillas. Siempre he sido demasiado cosquillosa. Solo tocarme y me hace reír a carcajadas, no aguanto y caigo al piso. Reímos todos. Subo nuevamente a la cama con cara de digna, como si no hubiera pasado nada. Mi padre hace otro intento de dormir y le digo: — Papi no te duermas, cuéntanos algo. Mis tres hermanos apoyan la idea. No sé si son las historias de mi papá o la forma en que las cuenta, pero siempre nos atrapan de una manera que no podemos explicar. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
87
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
— A ver… 1977, tengo diez años de edad. Como soy el único hombre de la casa me mandan a pagar los servicios. El camino de mi casa al CAI es bastante largo y para colmo, es un día caluroso. Pateo una piedrita hasta llegar. Finalmente llego. Me doy cuenta que hay una fila enorme. No puedo hacer nada, me toca esperar. Mientras hago la eterna fila, volteo hacia la entrada y como siempre, ahí está él. Un señor de 45 años más o menos. Lleva puesto un sombrero que le tapa la cara y no lo alcanzo a distinguir bien. Usa una camisa colorida, llena de flores grandes, un pantalón café claro, de tela fina, como esos que se usan en los pueblos. Y los zapatos son negros de charol, viejos pero bien lustrados. Saca una pequeña banca, de esas que se doblan. Se sienta y en su regazo pone una cajita llena de papelitos con dibujos, y como de costumbre, empieza su discurso. — Estampillas, estampillas, estampillas, dice mientras se mece en su minúscula silla. Cada mes que voy, el hombre siempre está ahí. Muy curioso. Usa lo mismo ¿Por qué? ¿Tendrá familia? ¿Es lo único que hace durante el día? …Niño, niño… ¿En qué te puedo colaborar? Una señorita de tez muy blanca, pecosa, cabello rojizo y ondulado, con un gran moño verde oliva en su cabeza, de ojos color miel que iluminaban su rostro, y muy delgada. Por lo que se puede ver a través de la ventanilla, es una mujer diminuta, muy linda, debo decir que me despierta del ensueño en el que estaba. No había recordado a este hombre en años… ¿Saben por qué lo hago? 88
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Hace dos días tuve que realizar unos pagos y coincidencialmente regresé a aquel CAI. Nuevamente me encontré con una fila enorme, sólo que esta vez no hacía el calor bochornoso de entonces, sino que el aire acondicionado me estaba congelando. Después de media hora de fila, una señora me atiende. Debo confesar que tenía la leve esperanza de que fuera la dulce joven de tiempo atrás. No. Una dama mal encarada, de cabello negro, que aparentemente no peinó, tez blanca y labios color rojo intenso, termina de facturarme y salgo de ese congelador. — Estampillas, estampillas, estampillas… Sorpresa la que me llevo al encontrar al mismo señor sentado en la misma banca meciéndose. Esta vez no con un sombrero sino con una gorra naranja que me deja ver una barba larga blanca. Sigo bajando mi mirada y ahí está esa distinguida camisa colorida de flores grandes y el pantalón color café. Pero hay una diferencia. Lleva unos zapatos distintos; en esta ocasión, son nuevos.
Entre dos amores Gisela Melo Saavedra Aquel viernes 21 de Abril parecía ser un gran día; para nada podía predecirse lo que al transcurrir la tarde sucedería. La Universidad Javeriana tiene grandes recursos para la educación de sus futuros médicos y ese día conocería uno de estos, el muy renombrado Hospital Simulado. Sin tener anomalías en mi horario común de clase, a las 7:00 a.m. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
89
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
me dirigí al auditorio tres de Almendros donde recibiría mi primera clase del día, Comunicación y Salud. Como también es común, llegué tarde. Pero Camilo, el monitor de la asignatura, no llegó; la profesora intentó contactarlo y por ello reiteradamente tuvo que salir del salón. Esto alteró de gran manera el orden de la clase, puesto que Camilo era una ficha clave. Al salir, caminé con un pequeño grupo de compañeros, Laura, Hoover y Mondragón. Íbamos hacia Guayacanes donde veríamos nuestra siguiente clase, y debo decirlo, mi favorita: Célula, en horario de 9:00 a.m. a 11:00 a.m. Al llegar a clase, guardar los maletines, tomamos la misma mesa de siempre justo en frente del tablero en el lado derecho. La clase fue entretenida, nos reímos muchísimo y el tiempo pasó rápido. Faltando 15 minutos para las 11:00 a.m. salimos del laboratorio, y junto con Laura nos fuimos hacia Almendros a buscar una mesa para almorzar pues nuestra siguiente clase no era sino hasta la 1:00 p.m. Llegaron a la mesa otras personas de Medicina. Se sentaron y mientras el tiempo pasó, cada uno iba almorzando ya sea que trajera su almuerzo o que lo comprara en Charlot´s, Mr. Arepa o La Frutería. Entre conversaciones, el tiempo transcurrió y la hora de la siguiente clase se acercaba. Así que Laura, Luisa y yo nos dispusimos a ir hacia el Lago donde veríamos inglés. La clase trascurrió de forma común, no había mucho ambiente de estudio; la verdad es que los viernes nadie quiere ver inglés. No obstante, hicimos las actividades que la profesora pidió hasta que por fin dieron las 3 p.m.
90
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
A las 4:00 p.m. teníamos la citación en el quinto piso de Guayacanes para conocer el hospital simulado. Faltando aproximadamente veinte minutos, un grupo de compañeros y yo subimos por el ascensor. Al llegar, gran parte de los estudiantes estaba allí, en diferentes grupitos, dispersos, esperando a que la actividad comenzara. Una de las ingenieras biomédicas encargadas de la actividad, dio la orden de organizarse en grupos de diez, para empezar a ingresar. Yo quedé en el tercer grupo, así que me dediqué a hablar con mis compañeros mientras era mi turno de ingresar. Por fin me tocó, ingresamos y recorrimos cada una de las habitaciones de hospital donde se encontraban los famosos robots; nos explicaron la tecnología y sus capacidades. Fue sorprendente. No muchos logran concebir la magnitud de poder interactuar con un robot asemejándose a la perfección, como un humano. Al recorrer cada pequeño rincón y apreciar una clase que daba un doctor gastroenterólogo a un grupo de estudiantes de semestres más avanzados se dio por concluido nuestro recorrido. Ahora sí, empezaba mi viernes. Mi cuñado y su novia, que estudian Ingeniería en la Universidad, se habían quedado esperándome para ir por mi novio y salir un rato en la noche. Así que me dirigí con un amigo al ascensor para ir a la central donde me esperaban. Al subir notamos que el ascensor no tenía luz. Yo tenía prisa, y mi amigo, muy cobarde, se bajó del ascensor con la excusa de que bajar por las gradas era más sano. Bajé un piso pero el ascensor se detuvo en el cuarto porque alguien lo había pedido. Era un joven, también
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
91
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
estudiante de medicina. Claramente lo supe porque tenía el pantalón del uniforme. Antes de que subiera lo primero que le dije fue: No tiene luz. Como si nada, respondió: No importa, a menos que a ti te de miedo. Yo solo sonreí y cerré la puerta, quedando en completa oscuridad. La única luz que se veía era la del número que indicaba el piso. De inmediato el joven empezó a hablarme. Dijo que creía saber cómo arreglar el ascensor así que lo intentó, pero no tuvo éxito. Mientras bajábamos, me preguntó: — ¿En qué semestre estás? Respondí: — Jajaja, en primerito, ¿y tú? — En séptimo, pero ¿En serio, estás en primero? No te puedo creer, yo te vi y te hablé pensando que estabas por ahí en quinto” — Súper. Jajaja, no, con ganas. — ¿Y tu maletín? ¿Para dónde vas? — Lo dejé en el carro y ya me voy. Voy para cine ¿Y tú? Bajamos del ascensor e íbamos caminando juntos hacia la central. — Voy para la central a comer alguito, porque acabo de salir de clase y ahora tengo turno en Farallones. — Ay tan rico, súper chévere, yo quiero. — Jajaja, ya casi. Jajaja, mentiras, te falta bastantico, pero vas a ver que lo vas a hacer.
92
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Entretenida en mi conversación olvidé que mi cuñado estaba esperando. Así que cuando iba pasando por la central con el joven, mi cuñado al verme me gritó: — ¡Giseeee, aquí estamos! El muchacho escuchó, así que me miró y dijo: — Bueno, chao. Un gusto, Andrés. Y me extendió la mano. — Yo le di la mía y le dije: Gisela. Y sonreí. Acto seguido me fui con mis amigos (mi cuñado y la novia). Me llevaron a mi casa para que me cambiara, y volvimos a salir para recoger a mi novio. Salimos esa noche con otros cuantos amigos a vernos la película Ninfomanía. Al acabarse, decidimos ir al apartamento de una de nuestras amigas a conversar y escuchar un poco de música. Regresé a mi casa, dormí, y todo mi fin de semana me dediqué a estudiar, cosa que es habitual. Llegó el lunes, el martes, el miércoles; en fin, la semana se pasó volando entre la rutina diaria. En mi día preferido, el viernes, me vería con mi novio en la tarde–noche y aunque no saldríamos, verlo siempre me sube el ánimo. Esa noche pedimos un domicilio. Conversamos mucho y nos reímos; entre tanto, para quemar tiempo prendí el computador para poner algo de música. Y como cosa rara, entré a la red social Facebook, cosa que a veces hago. Revisando notificaciones y mensajes, vi que había una solicitud de amistad, así que me metí, y para mi sorpresa, era de Andrés, el joven que había conocido. Al ver la solicitud y notar que ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
93
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
yo había aceptado, mi novio me preguntó quién era; yo le respondí que era un colega que había conocido hace unos días en la universidad. La verdad, en ese momento, eso era. Al comienzo de la semana él me habló al Facebook y la notificación me llegó al celular. Era solo un Hola. La conversación siguió por un par de horas; claro, era algo muy médico, refiriéndome con ésto a que todos los temas a tratar giraban en torno a cosas de la Carrera. Así conversamos durante varios días, cada vez un tema nuevo, cada vez más interesante. Él me enseñaba mucho; su recorrido le servía para esto. Hasta que un día me dijo que hablar por Facebook era difícil porque la red se caía, que era mejor hablar por otra red de mensajería instantánea, WhatsApp. Tenía razón y compartí su idea. Entonces, le di mi número de celular. Inmediatamente recibí un mensaje con un: Hola, soy Andrés. Agrégame… Ahora sí podremos hablar más seguido. Hablamos un rato y ambos nos fuimos a dormir. Al día siguiente en la mañana recibí un mensaje con un: Hola, estás hermosa. Sorprendida, primero por el mensaje, y segundo, porque no sabía dónde me había visto, le respondí: Gracias, pero ¿dónde me viste? Me dijo que había pasado por su lado pero que iba distraída y que por eso no lo vi. No me imaginaba que después de ese mensaje todo iba a ser diferente. Aquel colega todos los días me hablaba, preguntándome cómo estaba, cómo me sentía, o qué necesitaba. Me decía que quería verme, que me extrañaba, que era lo más lindo de la universidad, que verme lo hacía feliz. Llegó a pedirme que al llegar a mi casa por favor le avisara que le preocupaba mucho que atravesara la ciudad sola y que si me pasaba algo el no sabría qué hacer, en fin. 94
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Cada día una nueva frase surgía y más me confundía. Mi novio era un príncipe. No tenía queja alguna de él, todos los días me levantaba en las mañanas, me preguntaba cómo estaba, y me decía cuánto me quería. Siempre tuve claro el mucho y grande amor que sentía por él. Pero la química que surgía cada que hablaba con Andrés (quien lógicamente sabía de la existencia de mi novio, pues de lo primero que hablo siempre es de él) era rarísima. Podría decirse que pocas veces la había sentido, quizás porque al elegir la misma Carrera teníamos un proyecto de vida similar, y nuestras pasiones estaban tejidas por el mismo hilo. Ahora entre la química, la moral y el amor, vivo en una encrucijada. Lamentando aquel hola aunque a la vez adorando aquel ascensor dañado, y también amando cada milésima de segundo junto a mi novio, pero queriendo solo un hola, o un pequeño tropezón con Andrés. Entre la ternura de mi novio y nuestros recuerdos juntos, se me encaja aquel ascensor en la mente y me cohíbe de pensar claro. Estar con mi novio es una bendición inmensa; cuando estoy con él la tranquilidad me abarca, las sonrisas son miles y la confianza es muy grande. Pero cuando hablo con Andrés las conversaciones son interesantes, apasionantes, él me impulsa, es un ejemplo, él está más cerca de ser lo que yo quiero ser; además, me sorprende todos los días sin jamás recibir nada de mi parte. Esperando actuar correctamente he decidido seguir mi moral y el amor que siento por mi novio, esperando que Dios fortalezca y acompañe mi decisión. Y anhelando que sin ser cruel, Andrés se aleje de mí por el bienestar de los tres, sobre todo el mío. Necesito dejar de sentir que me encuentro entre dos amores que me cortan el aire y me roban la paz.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
95
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
De aquí, para allá Natalia Quintero Serrano A Martín nunca le habían molestado los apodos, por eso en el pueblo le decían Maruja, enano, chiquitín, entre muchos otros. Lo único que no soportaba era que lo llamaran Ferreñique. Sin embargo, en aquel pueblo que parecía congelado en el tiempo, empezaron a llamarle Ferreñique. Ferreñique era un viejito arrugado y pequeñito. Martín era un muchacho, vigoroso, popular, charlatán, mujeriego, aventurero, viajero, amiguero, trabajador y tropelero. Entre sus tantos amigos, había uno especial: el viejo Víctor. El único dato que tengo de Martín es su gran capacidad para romper narices, poner ojos morados y tumbar dientes. Los muchachos del pueblo, temerosos por la fama de tropelero que tenía, se escondían para decirle Ferreñique. Martín no aguantaba y por eso advirtió que quien lo volviera a llamar así se haría acreedor a una tanda de golpes, de los cuales se quejaría toda la vida. En una noche calurosa de esas que solo se ven en Quimbaya (Quindío), al lado de una casa de tres pisos, ubicada frente a la estación del ferrocarril del pueblo –por cierto el lugar de habitación de Martín– se encontraba Víctor. En uno de los abusos de confianza que frecuentemente tienen los quindianos, Víctor llamó a Martín Ferreñique. La consecuencia fue obvia: una pelea como para alquilar balcón. De hecho, Ernesto, el padre de Martín se ubicó en el balcón del tercer piso (el mejor lugar para ver la tanda de trompadas que se iban a dar esos dos muchachos). 96
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
Este par de tropeleros se revolcó por toda la mitad de la calle; no se cansaban de darse en la jeta; incluso, descansaban un poco para volver a iniciar. Martín le hizo a Víctor una llave en el cuello y lo tiró al suelo; estando allí, su cuerpo se abalanzó sobre el de su contrincante, impidiendo que este amigo se defendiera de los ataques. No teniendo otra alternativa, Víctor se pegó con sus dientes del brazo de Martín. El dolor era insoportable. Soltáme tonto, le decía. Soltáme vos, Ferreñique, le contestaba. Esas fueron sus palabras. En ese momento, Ernesto, desde aquel balcón carcomido por el gorgojo, observaba detenidamente la interesante riña. Víctor y Martín ya estaban cansados de darse trompadas, por lo cual, acordaron muy civilizadamente terminar con la pelea. Después, cada quien se fue para su casa. Martín subió las escaleras que lo conducían a la parte superior de su casa; cada escalón chillaba más que una caja de pollos. Hasta que llegó hasta el balcón del tercer piso…Su padre, con mirada sabia, le preguntó: — ¿Por qué “peliabas”, pendejo? — Porque ese bobo de Víctor me dijo Ferreñique y ese viejito me cae al hígado, respondió Martín. — No “sias” bobo, entre más “peliés”, más te joden. Pasados unos cuantos años, Martín, como es costumbre en él, desapareció del pueblo, para llegar hasta sitios desconocidos y conocer gente. Uno de sus muchos destinos fue Medellín; allí montó su vulcanizadora y como solía hacer, empezó a hacerse querer de toda la gente. En una tarde de sábado, después de haber trabajado hasta el cansancio, cerró su negocio y se fue a tomar trago en la tienda de la esquina. Luego de estar solo un rato, como era lo usual, empezaron ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
97
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
a llegar Marcos, Lucio, Carlos, Simón, Capulina, el Chiqui, Alipio, Salomón, Demetrio, Honésimo y José roña. Este último, era un viejito cansón, hablador y burletero; con siete cervezas se emborrachaba, y en ese estado se convertía en un viejo grosero y atarbán. Martín, según él mismo cuenta, no recuerda cuántas cervezas se tomaron en esa ocasión; lo que recuerda muy bien es que amaneció bebiendo con José roña. La mañana del domingo siguiente, recibieron la luz de un sol insoportable (sobre todo para aquellos borrachines a quienes el guayabo los hace jurar que nunca volverán a tomar). Ameritaba una cervecita más…Cuando de la nada, llegó un hombre totalmente desconocido. O no tan desconocido, porque saludó a José roña de una manera muy familiar: — Qué gusto de verlo don José, hace mucho tiempo quería verlo, — ¿Y usted quien es?, preguntó José roña, — Eugenio, yo trabajé con usted. Es más: lo que sé de mi trabajo lo aprendí con vos. — Ah, ya sé quien sos home, qué más ole, pero vos estás muy bien vestido... ¿A quién le estás robando? Eugenio, no venía solo. Lo acompañaba un hombre grande, acuerpado y sudoroso. — Ole home, y vos de dónde te sacaste este hombre tan feo, uy es que es más feo que matar a la mamá a cachetadas y enterrarla a cocachos, agregó el viejo José roña. El hombre no aguantó la ofensa y le dio una trompada al viejito que lo tiró al suelo y lo puso a comer tierra. Martín, 98
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
con muchos tragos en la cabeza, se paró como pudo y le dijo al hombre: — No sia abusivo, cómo le va a pegar al viejito. — Si querés, también hay pa vos, respondió el hombre. Martín, como buen tropelero, se dejó provocar y empezó una nueva pelea, golpe va, golpe viene. El hombre le mandó una patada que donde se la hubiera pegado lo habría dejado de tío; luego se abalanzó sobre Martín y con sus dedos índice y corazón le chuzó repetidamente los ojos. Entonces, Martín recordó aquella pelea con Víctor en la cual éste lo mordió y así pudo controlar la situación. Al no ver otra salida, se prendió con sus dientes de la oreja del hombre. La sangre corría por las mejillas de Martín. El hombre le suplicaba que lo soltara y Martín accedió. Luego corrió, y el hombre hizo lo mismo. Unos metros adelante, Martín se detuvo para recoger del suelo una piedra. Se dio vuelta y le hizo el amague con la piedra; éste se agachó y en ese momento, Martín le tiró la piedra y se la pegó justo en la frente. El hombre se desplomó, como se desplomaron las torres gemelas. Pensar que se veía tan fuerte e indestructible pero una piedra lo tiró al suelo. — ¡Lo mató! ¡Vuélese!, gritaba la mano de desocupados que a raíz de la mala programación de los canales de televisión colombianos se veían obligados a convertirse en testigos de una riña que supuestamente había dejado un muerto. Martín corrió hasta su taller para sacar unos pesos e irse nuevamente sin rumbo fijo. Pero insólitamente, la policía llegó cuando se necesitó (y no como suele pasar, que llegan cuando ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
99
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
no los han llamado... Perdón, sí llegan, para dispersarnos con gases lacrimógenos y bolillo ventiao, pues somos dizque vándalos o hasta terroristas). Inmediatamente vieron a Martín lo arrestaron y se lo llevaron para la estación de policía. Julia 30, la inspectora (la llamaban así porque a todo el mundo amenazaba con mandarlos a la cárcel municipal durante 30 días) culpó a Martín por homicidio y le dijo: — Jmm, papito, en la guandoca si se queda más de treinta días. Pasaron unos días y Julia 30 le ordenó a Martín que empacara sus cosas (pues la gente del barrio le había llevado ropa, sábanas, cobijas, colchón, estera, entre otras cosas) porque lo iban a trasladar a la cárcel. De pronto, soltó una carcajada y le dijo a Martín: — No, mentiras papi, el hombre retiró la demanda, ese man no se murió. Entonces Martín salió de la estación y la gente del barrio se agolpó para recibirlo: — ¡Una cervecita! — ¡Un aguardientico! — ¡Un roncito! Parecía que la gente hubiera olvidado que precisamente el licor fue el culpable (en gran parte) de toda esa situación. Lo primero que hizo Martín, luego de recuperar su libertad, fue preguntarle a José roña qué había pasado con el hombre y con Eugenio.
100
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
PROSA DIVERSA
— La gente que vio eso, dice que Eugenio pagó la cuenta del hospital, del hombre ese, y lo despidió. Y dizque ese hombre le rogaba que no lo echara, que no lo dejara sin camellito, que él tenía familia por la cual responder, que cómo iba a andar sin guardaespaldas en la calle con tanta plata que tenía. Pero Eugenio, sin ninguna consideración, lo trepó en un bus y lo mandó pa lejos. — Y de Eugenio... pues qué te digo home... ¡Ah! La última vez que lo vi, se trepó en un taxi y ni más, dijo José roña. Martín no se comió ese cuento. La semana siguiente fue muy angustiante para él pues a cada instante estaba alerta de la llegada del hombre, cosa que nunca pasó. Dicen que después de algunos meses, no se volvió a saber nada de Martín. Unos dicen haberlo visto en el Puerto, otros afirman que está aquí en Cali. Y un viejo brujo de aquí de Cali, dice que Martín ya está muerto.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
101
Poemas y otros textos
Entonces pienso en vos y me dan ganas de hacer poesía: con tu mirada, tu sonrisa, tu boquita, tu cintura, tu cuerpo entero, tus buenos días, tus ‘¡qué hambre!’, tus ‘lindos sueños’ Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga Y me da por llamarte.
La poesía La poesía es otra forma de hacer el amor: unos hacen poesía con sus letras, otros, más rezagados y más temerosos, hacen poesía con las rimas que encierran el cuerpo de una mujer.
Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
Cuestión ¿Cómo así que usted no es un poema? Entonces ¿por qué rima con mis labios?
Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Viceversa ¿No ha notado usted que la palabra “viceversa” es hermosa cuando hablamos de usted y de mí? Te beso, y viceversa. Me besas, y viceversa. O mejor aún: Nos damos un beso, y viceversa, es decir, matemáticamente, que el proceso se repite n cantidad de veces, infinitas diría yo, hasta que uno de los dos se canse. Así que, besémonos, y viceversa.
Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga
Secretos y verdades Nathalie Yepes Madrid ¿Sabes? Las cosas nunca parecen lo que en verdad son… ¿Por qué? Porque así es la vida. Llena de engaños y desengaños, de verdades y mentiras, de blanco y negro, de maldad y bondad. Así que al final no nos damos cuenta y solo seguimos con un camino del que no entendemos mayor cosa, lleno de secretos. La realidad es solo un algo inalcanzable, de lo que no sabemos mayor cosa. Y lo que creemos “verdadero” es en verdad lo que queremos creer. Eso es fácil de apreciar. Porque por algo nuestros más grandes deseos no se cumplen. Creemos que sí pero al mismo tiempo sentimos que no. La verdad no es nada más que un invento para que sigamos soñando y luego nos arruinen los planes con la realidad. O por lo menos se nos guarda en secreto, y así mismo guardamos para nosotros la verdad de los otros. 106
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
POEMAS Y OTROS TEXTOS
¿Sabes? Los secretos que guardamos nunca son agradables a los oídos de los demás. Por lo mismo, son secretos, esconden la verdad. No deben ser escuchados. Si alguna vez dudaste de esa regla mágica, deberías replanteártelo, pues no solo tú los guardas, también te los guardan y los esconden de ti. Lo mejor de los secretos es guardárselos para uno mismo, ya que no sabes quién escucha. No siempre es bueno contarlos, a veces lo mejor es olvidarlos, y olvidarse de esa linea delgada entre la realidad y la verdad para no dejarse atrapar por los secretos. Los secretos tienen un gran poder y pueden hacer que la relación más mágica se torne amarga. Quizás guardarlos no es lo mejor, lo mejor es olvidarlos. Dejarlos en lo más remoto de nuestras memorias para que no hieran a nadie. Los secretos, la verdad y la realidad no deberían de ser un impedimento, pero lo son. Porque debido a nuestra naturaleza humana, tendemos a decirlos, alterarlos, jugar con ellos, hacerlos a nuestro ideal y luego herirnos. O los guardamos hasta ya no poder y nos perdemos a nosotros mismos, de y/o en la “verdad”. ¿Sabes? Los secretos son armas que aumentan la curiosidad del hombre para conocer la verdad y la realidad en la que están. Para mí no hay nada mejor que evitar esa curiosidad, por ello guardo mis secretos. Pero como todo humano, he caído en la tentación de revelarlos y al hacerlo no me fue bien. Las personas tienden a no aceptar lo que se les dice por eso no se debe decir los secretos. No por miedo a ser burla, sino para proteger al hombre de su propia reacción.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
107
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Los secretos, la verdad y la realidad no deberían de ser revelados a nadie; por eso son guardados con tanto recelo. Por ese mísero secreto que aumentó tu curiosidad, ahora ya no sabes que es en “verdad” la “verdad” ¿O me equivoco?
Ecuación de la vida Rodolfo J. García Nassar — Es igual a la lluvia, producto de un día nublado, frío y mal calcado. Un dibujo mal hecho, un guión mal escrito, un retrato mal pintado. — ¿De qué hablas? — La vida. — La vida no es un retrato. — Es lo que quiero que sea. — Es lo que quieres ver de la vida. Ciego a lo que quieres no significa que sea lo que quieres que sea. — Bien. Pues observa. Haré de ella lo que pueda para que sea lo que quiera. — ¿Y si fallas? — Fallar no es una opción. — Por supuesto que no, es una predeterminada consecuencia. — ¿De qué? ¿De la vida? — Claro que no, de la ecuación de la vida. — La vida no tiene ecuaciones, no es como la matemática, como la aritmética, el álgebra o la geometría. — ¿Quieres apostar? — ¿Qué quieres apostar? — Apostemos algo, el ganador se decide.
108
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
POEMAS Y OTROS TEXTOS
— Hecho. — ¿Cómo planeas demostrar tu ecuación? — Con tu vida. — Explícate. — Observa. Hace años creías que el futuro sería mejor con esfuerzo y dedicación ¿verdad? — Sí. — A pesar del esfuerzo, tu vida es aburrida, aún despiertas en la rutina trabajando por vivir un día más. — Cierto. — Ya tenemos la teoría y la práctica. Y la teoría erró. — ¿Y eso que ver con la ecuación? — Ya tenemos el factor A. Teoría, práctica, error… — Apuesto que amaste algún hombre cuando inocente. — Sí, como toda joven. — Apuesto que tu corazón se dejó llevar más por tus sentimientos que la razón. — Alguna vez… — Apuesto que alguno de tus muchos pesares lo has curado con un brindis alzado de alcohol. — Pero odio su sabor. — Pero lo has hecho, así fuese un escaso y amargo trago. — ¡Sí! ¡Ya basta! ¡No pareciera que formulas una ecuación! — No he sido yo, fue la vida, tu vida, el factor B, corazón, menos cerebro más alcohol. — ¡No pierdas el tiempo, me debes algo! — ¿Aún no te das cuenta? Tu misma planteaste la ecuación de tu vida. — Olvídalo, perdiste, quiero algo. — ¿Qué quieres? Acabas de perder. – ¡No digas tonterías, la vida no es simplemente sumar A más B!
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
109
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
— Todo lo contrario, es exactamente la suma de A y B, el factor A es la teoría, la práctica y el error; el factor B es corazón, menos cerebro más alcohol. — ¡Calla! — ¡No te das cuenta! Tenías una teoría, creías que yo estaba mal, luego en la práctica cometiste el error de no querer ver. Luego, tu corazón se emancipó con toda su fuerza sobre mí, nublando tu cerebro e ignorando la razón. — Aún si fuera así, te equivocaste. No hay la más mínima gota de alcohol. — ¿Y si te pido que bebas conmigo o te arrebato el corazón?
Caminos cruzados Nathalie Méndez Obando y Alejandro Galindo Rojas Desde que se apagaron las luces del salón que inicia su jornada de clase a las once del día Jueves, no ha dejado de estar inquieta. Sujeta las correas de su estropeada maleta, las enrolla y vuelve a desenrollar, cambia la posición de su cuerpo, buscando el ángulo perfecto que le permita prestar atención y captar el cien por ciento de las explicaciones que dicta la profesora. Algo ocurre, algo cambia cuando contesta a una de sus compañeras que se encuentra sentada a su costado izquierdo, alguna pregunta fuera de contexto de lo que habla la profesora y empieza a sonreír. Quizás algo relacionado con los próximos planes que se ejecutarán una vez se haya acabado la clase, o algún otro plan que empieza a forjarse desde ese momento para ser completado durante el fin de semana. 110
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
POEMAS Y OTROS TEXTOS
Del otro lado, un compañero hala un mechón de su pelo en modo de juego, sin lastimarla, tratando de llamar su atención. Quizás busca entablar una conversación, la más irrelevante de todas, y entonces, pareciera que ya no estuviera nerviosa. Como si la compañía que la compacta en la mitad de un jalón de pelo y una conversación amena flanquearan sus inquietudes. Ahora siente confianza. Deja de sujetar las correas de su maleta, que reposan desdobladas sobre el escritorio, se deja ir y se concentra en lo que se proyecta en la pantalla del salón… Aun cuando se siente más confiada de sí misma, no ha dejado de pensar qué podría escribir para su tarea de Humanidades. Empieza una búsqueda interna por ese ¨algo¨ que los escritores con experiencia encuentran en los mínimos detalles de su cotidianidad, y que es relativamente simple. Ahora lo ve, tiene claro qué podría imprimirle en letras ordenadas y con sentido al papel, pero no tiene idea de cómo podrá transmitir todo aquello que muchos otros en pocas palabras logran generar en sus lectores. Por ahora, deja las tribulaciones de su mente a un lado; la distancia que existe entre la fecha de entrega del trabajo y el día que vive actualmente es relativamente larga, ese solo hecho brinda de cierto modo algo de sosiego a su mente y se dispone a presenciar la clase de Inglés. En un nuevo claustro conversa con los compañeros; se arriesga a brindar una respuesta a alguna de las preguntas que la profesora formula, no deja de sonreírle a la vida, a sí misma, de cierto modo mostrándose divertida y jovial con la compañía de quienes la rodean. Cuando tiene dudas sobre qué palabras emplear para generar un párrafo, acude a la esquina derecha del salón; allí, ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
111
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
en un escritorio, se encuentra un invitado que no pertenece propiamente a su clase de Inglés. Está trasladando notas de otras materias a un formato más ordenado; es el mismo compañero que horas antes atrás haló su mechón de pelo, quien acepta ayudarla en su labor. Ya pasada la clase, se dispone junto con sus compañeras a ir a almorzar. Disfruta de una buena conversación, sigue pensando en todo el trabajo que le espera al llegar a casa y de lo tedioso que resultará viajar una vez más en el transporte público, atiborrado de gente que, asumiendo que los últimos también pueden caber al final en un mismo bus, empujan a la multitud que se apeñusca cerca de las puertas de la estación, llegando inclusive a lastimar a muchas personas… Pero ella es hábil y rápida; una vez está dispuesta a enfrentarse al ajetreo público que con mucha resignación debe vivir a diario para poder llegar a la universidad y luego de regreso a casa, no vacila ni un instante en tomar la delantera y asegurar dos puestos, uno para ella y otro para el mismo compañero que jaló su mechón de pelo, el que le ayudó en el salón de inglés. En el transcurso del recorrido no deja de mostrar su sonrisa, la alegría que transmite por el solo hecho de estar viva, un poco agotada, un poco dubitativa frente al futuro de sus planes, pero haciendo a un lado todo para pasar un buen momento. Veinte minutos después, su compañero de viaje llega a la estación de bajada; ella, como siempre, se despide con una sonrisa, él se baja, ella continúa su viaje de regreso a casa, muy seguramente, y a pesar de la lentitud que maneja el transporte público por sus tan concurridas paradas, viendo cómo las imágenes que se reflejan en la ventana pasan de 112
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
POEMAS Y OTROS TEXTOS
manera acelerada, dándole de cierto modo continuidad a los pensamientos y a las tribulaciones, pero muy seguramente, sin dejar de sonreír… *** No hay clase hasta las siete de la mañana los viernes; en general, la hora para levantarse y llegar a tiempo este día es las cinco y veinte. Pero los viernes siempre hace frío, ese frío que termina siendo el precursor de una serie de eventos desafortunados, ese frío que lo obliga a acurrucarse más entre las cobijas, a hundirse entre su almohada, que lo ata de alma y razón a la idea de dormir por diez minutos más, lo tienta, doblega su espíritu, reduce su voluntad; y ese espíritu y esa voluntad son consecuentes con esa “manzana de la discordia” que representa el dormir unos minutos más. Optan por doblegarse: le corresponden. El frío es un monstruo gélido, es nefasto con sus intenciones, es cauteloso a la hora de soplar su invernal compañía, es calculador al haber observado que su nueva adquisición había trasnochado hasta casi tres de la mañana, que la diferencia entre la hora de acostarse a dormir y la de despertar es tan solo de dos horas y veinte minutos, que ese espíritu está debilitado, agotado de tanto trabajar, y que encuentra en el frío por fin, una gota de sosiego, a fin de cuentas, sosiego vetusto que se ha propuesto a generar un letargo perpetuo en aquel espíritu humano. Pero se despierta. La clase de las siete es la que representa mayor desafío este semestre; en otras ocasiones ya ha sido cómplice del frío y ha dejado de llegar a tiempo. Casi siempre esos diez minutos de sueño extra son cobrados con intereses una vez se baja del transporte público y corre a deslizar por las bandas magnéticas ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
113
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
su carnet estudiantil, para poder llegar al cuarto piso del único edificio con ascensor de toda la universidad, solo para darse cuenta que no lo logró…en esta ocasión, y que iba a repetirse la historia. Aún así, no deja de apurarse, de hacer todo lo que se encuentra a su alcance para alistarse y correr a la estación más cercana, abordar uno de esos demorados buses del transporte público, hacer cuentas en la cabeza para asegurarse una posible victoria aún con todo en su contra, algo como “si se demora dos minutos de estación a estación, posiblemente pueda llegar faltando cinco minutos, pero debo contar con los semáforos, que toman casi dos minutos más del tiempo de viaje, eso me deja casi tres minutos para llegar a tiempo”. Se engaña a sí mismo, se cree la mentira de un evento extraordinario, “que el profesor no haya llegado”, “que hoy se suspenda la clase”, “que reconozcan que no soy un mal estudiante, que soy aplicado y que me dejen entrar”. Ninguna ocurre… Pero ¿Qué son diez minutos? En diez minutos la clase no ha llegado a un punto inentendible, muy seguramente apenas se han dicho dos o tres cosas iniciales frente al nuevo tema, quizás ni a eso hayan llegado aún. Según lo que le tratan de inculcar en la carrera “diez minutos pueden llegar a ser los últimos minutos de la vida de un paciente, o es el tiempo que el paciente tiene y que debe ser respetado para continuar con sus otras labores cotidianas, o el tiempo entre una y otra consulta médica (cosa que tiene todo de absurda)”, y en cierto modo, los profesores tienen razón en casi todo, excepto en una cosa: él aún no es médico… Aunque muchas veces no ha estado de acuerdo con las reglas del juego que ha implementado la universidad, 114
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
POEMAS Y OTROS TEXTOS
se resigna. Asume que decidió jugar con esas reglas por un ideal, por unas ganas de aprender, por deseos de ser parte de algo hermoso y magnífico; bajo este criterio las respeta, aun cuando no las comparte, trata en lo posible de no fracturarlas, de llevarlas con rigor hasta donde su voluntad y el sueño de las trasnochadas se lo permiten… Y con esa misma resignación, se dirige a la biblioteca. Saca un libro de Genética y guarda su maleta en alguno de los lockers disponibles. Se dispone a leer mientras las interminables dos horas de clase que viven sus compañeros llegan a extinguirse por otro viernes más y piensa ¿qué otra cosa diferente les dirá a sus compañeros cuando le pregunten por qué no asistió a clase? Total, siempre dice lo mismo: “Llegué diez minutos tarde”. Y una historia que se repite y vuelve a repetirse se torna en cierto punto muy aburrida… En dos horas, cuando hayan salido, va a reunirse con ellos. Podrá presentar junto a algunas compañeras de grupo el trabajo que era para el miércoles pero que fue trasladado para el viernes, va a volver a ser la persona menos seria a la hora de hablar con sus compañeros de todo lo demás que no sea estudio o trabajo, pero volverá a ser el más serio cuando los estudios se reinicien. Y si la oportunidad se lo permite, quizás, entre uno y otro momento, volverá a jalarle algún mechón de pelo a la misma compañera con quien compartió un asiento en el transporte público, solo para llamar su atención y dispersar nuevamente el ambiente de tanta tensión académica… *** Se levanta temprano el sábado y todas sus intenciones se encuentran en hallarse al final del día en un solo lugar: sentada en su escritorio, estudiando para los parciales que se acercan, para la clase del lunes, terminando trabajos para no ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
115
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
sentir la presión de la última hora; aun así, su disposición la lleva a realizar tareas domésticas, a limpiar las camas de sus dos perros, a alimentarlos e inclusive, a bañarlos; tanto empeño pone en cumplir a cabalidad con su apretada agenda que, luego de todas estas tareas, aún no ha desayunado y en medio de todo, olvida su ritual de iniciación del día: encomendarse a Dios. Pasa tiempo junto a su papá, hablan sobre sueños que tuvieron la noche anterior, ríe, como siempre. Es gentil cuando oye su teléfono sonar y empieza a hablar con su mamá. Ella le propone continuar con la tarea de las vacunas que requieren los estudiantes de medicina como requisito para semestres avanzados y que debió haber sido entregada al principio del semestre. Ella afirma su interés en concluir dicha tarea este mismo día, pero es tanta su prisa por cumplir todos sus propósitos del día que hasta se olvida de saludar a su mamá cuando por fin la ve después de dos semanas. Al final, camino al recinto donde iba a recibir la dosis requerida de vacunación, piensa en la falta que le hizo invocar a Dios y sus bendiciones para ese nuevo día que vive. Atribuye a ello la falta de tacto que ha tenido cuando lo único que maneja su día es la necesidad de concluir sus labores de universidad… *** Para él, las ocho de la mañana resultan ideales para despertar: con toda tranquilidad, prepara su desayuno. Se informa un poco de las noticias por el periódico que el novio de su mamá deja cada mañana sobre la mesa. Lava los platos, se dirige a su cuarto, cierra la puerta y se conecta con un libro que ha ojeado desde hace varias semanas pero que no ha concluido por falta tiempo; otros dirían por falta de organización del mismo. 116
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
POEMAS Y OTROS TEXTOS
Cuando se agota de leer, toma su baño diario, ve un poco de televisión con su hermana y se dispone a volver a leer: esta vez va a ojear los capítulos de Historia de la Medicina que debe tener estudiados para el lunes, pues hay parcial. Se asoma a la ventana, algo espera. Ve cómo lentamente los rayos del sol empiezan a esconderse; todavía hay luz pero poco a poco empieza a opacarse el pico de la montaña, que se alcanza a divisar desde su casa y que en ese preciso momento observa. Suena su teléfono, contesta, es su papá; después de algunas risas y cuentos, la despedida se hace inminente. Siempre es duro despedirse de su papá, piensa en lo que fue tenerlo en la casa, y lo que significa después de tantos años no vivir con él. Se desvanece, pero permanece de pie, firme. Termina por cerrar la persiana, se dirige al rincón izquierdo de su cuarto, “desenvaina” sus viejos instrumentos, y se turna canciones entre ellos mientras la noche se aproxima al pico de la montaña y enceguece por otro día las intenciones del sol de querer perpetuar en el cielo…
Y él ¿Cómo estaba? Laura Cabrera Salazar Mentiría si dijera que vi en sus ojos la misma tristeza que yo sentí cuando me despedí de él, aquella tarde clara. Mis ojos, cristalizados, apenas distinguían algunas formas. A pesar de estar toda una vida junto a él, y sentir una confianza infinita, yo sentía vergüenza. Me negaba rotundamente a mostrarle esa pena amarga que me invadía e inundaba los ojos. Hay cosas que no se pueden esconder, y la verdad, ni
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
117
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
aunque tuviese talento para la actuación, hubiera podido cambiar mi expresión. Cuando su maleta y zapatos café estuvieron dentro del taxi, con la mirada todavía sobre el piso, di media vuelta y entré a mi casa, mi nueva casa. Tenía claro que lo último que haría sería mirar atrás. Me habría derrumbado si hubiera visto sus brillantes y expresivos ojos negros, con rasgos de tristeza. Con seguridad, la inevitable despedida se habría postergado y también los sueños de ambos. Por eso, cuando cerré la puerta sentí alivio. Pude expresar abiertamente cómo sentía su ausencia, y cómo lejos de él, mi vida estaba muy mal. Por lo menos, así se sentía. Y él, ¿Cómo estaba? ¿Se sentía tan vacío como lo estaba su hija?
The land where dreams come true Claudia Bibiana Ballesteros Velásquez Dicen por ahí que el que no sueña, no vive. Quizás por esto nos dejamos engañar por una idea, un pensamiento o una frase. La frase que muchos aspirantes y amantes de aventuras y de la vida, escuchan y se enamoran cuando llegan a Estados Unidos: “The land where dreams come true”. Comerciales, vallas, carteleras, anuncios, propagandas… Esta por todos lados. Hasta el aire parece tener algún químico, que produce un éxtasis y promueve la idea.
118
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
POEMAS Y OTROS TEXTOS
¡La tierra donde los sueños se hacen realidad! Desde el momento que pisas suelo americano, el cerebro y el corazón hacen un pacto misterioso. Y enseguida comienza esta obra maleficente, esta traición. Se produce esta idea y empezamos a sentirnos capaces de alcanzar todos los sueños, metas e ideas que alguna vez fueron inalcanzables. ¡Puff! como magia. Ya todo es posible y está al alcance de tus manos. Quizás esto fue lo que pensó y sintió mi madre al tomar la decisión de mudarnos a Estados Unidos, por ese instinto materno creado por su cerebro y corazón de querer lo mejor para sus hijos y hacer lo imposible para brindarle un mejor futuro. Me acuerdo muy bien cuando llegué a esa tierra. Rápidamente la tristeza y el miedo que conmovían mi corazón por dejar a mis amistades y no saber qué me esperaba, fue desapareciendo. Con cada respiro, estos sentimientos se fueron convirtiendo en asombro, en esperanza, en sueños. Todo parecía de película: los edificios, las carreteras luz, la forma de vestir de gente. Hasta el clima era perfecto. Ilusamente pensaba que era imposible que lloviera en un lugar como éste. Año tras año, con las experiencias y dificultades, me fui dando cuenta, que estos sueños no se cumplirían tan fácilmente. No sería un cuento de hadas, con un hada madrina que con un simple movimiento de su barita mágica, iba a desaparecer las tribulaciones y a traer los triunfos. Fue entonces cuando empecé a combatir y a luchar contra mi cerebro y mi corazón; empecé a ser más realista y a pensar que mis sueños se convertían en metas que podía cumplir, si me esforzaba. En la escuela siempre nos hacían énfasis en aquella frase: La tierra donde los sueños se hacen realidad. Es cierto y no ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
119
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
lo puedo negar. Después de 13 años de haber estado en aquel país, viví experiencias inolvidables, momentos agradables y llenos de risas. Tuve oportunidades y me siento afortunada de haber experimentado todo. Querido lector, hago énfasis en esto porque no quiero causar desánimo y tal vez mis palabras desmoronen un poco sus sueños. Quizás con las fases siguientes le pueda explicar mejor: Uno de mis sueños no estaba en los Estados Unidos. Se encontraba aquí, en mi tierra nativa. Hoy, no solamente estoy estudiando Medicina (desde mis juegos de niña me imaginaba con mis pacientes, y con mi bata blanca), sino que he conocido del amor perfecto. Me he acercado a Dios y Él me ha transformado y guiado mi vida, hasta darle rumbo. Y ese asombro, esperanza, y felicidad que algún día sentí por primera vez en Estados Unidos, ahora la tengo en el Señor.
120
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
La muerte de los seres queridos
Un ángel llamado Piedad Diana Lorena Cepeda Riascos Piedad nació hace más de sesenta y cinco años, en una familia de escasos recursos, lejos de aquí, en el municipio de Taminango, Nariño. Es hija de Elvira y Rafael, y hermana de Zoila, Gaby y Mariela. Cuando tenía cuatro años aproximadamente, su padre falleció; desde ahí la vida de todos cambió. Sus hermanas Zoila y Gaby se fueron del municipio, con sus tíos, a otras regiones como Corinto en el Cauca, y la Unión en Nariño. Por ello, su infancia estuvo a cargo de su madre y su hermana mayor Mariela. Cuando Piedad creció, casi a los 11 años, su mamá consiguió la ayuda de sus hermanos, para llevarse a la niña a hacer su bachillerato en un internado, donde convivió con su hermana Zoila, en la Unión, Nariño. Durante esta época, Piedad se caracterizó por ser alegre, llena de vida, a veces conflictiva y con una risa inigualable. Pasaron los años y Piedad se convirtió en docente, en el municipio de Taminango. Luego se desplazó al municipio de Corinto, donde trabajó con sus hermanas Gaby y Zoila, también profesoras. Con el paso de los años ella tomó la decisión de no casarse ni tener hijos, y decidió ser la madrina de todas sus sobrinas. Piedad y su familia se establecieron en la ciudad de Popayán, organizaron e hicieron sus vidas tanto profesional
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
como personalmente. Piedad se dedicaba enteramente al cuidado y bienestar de sus sobrinas. Vivieron muy felices en medio de problemas, dificultades, triunfos, amor, apoyo y sobre todo, fé en Dios. Fueron creciendo como una hermosa familia, cada uno hizo su mundo, pero Piedad, mi tía, como todo ser humano que cumple su ciclo de vida, empezó a envejecer. Comenzó a sentirse muy mal. Su estado de salud sufrió un deterioro sin explicación, tuvo pérdida de peso, ausencia de sueño y depresión, entre otras alteraciones físicas y psicológicas. Pasaron varios meses y su estado de salud se mantenía en declive por lo cual decidió buscar ayuda médica. Todos estuvimos muy pendientes de ella, en especial yo. Sentía a mi tía como a una madre, siempre tan cariñosa, tan generosa, tan caritativa, tan creyente y tan feliz. Dichos sucesos de salud nos parecían inexplicables. Piedad, mi tía, me buscó para que la acompañara a buscar al médico. Fuimos las dos a un especialista en hematología; con su voz gruesa y su mirada fría, nos dijo su diagnóstico: es “mieloma múltiple”. Sentí en ese instante que el mundo se iba a acabar e inmediatamente, lloré. Miré a mi tía y vi sus ojos de desolación, tratando de buscar en mi algún tipo de consuelo. Las dos nos fundimos en un abrazo y nos retiramos del consultorio. Pensamos que el diagnóstico había sido algo apresurado por lo que decidimos consultar a otros especialistas en la ciudad de Cali. Durante quince días habíamos recorrido un sin número de médicos, quiénes ordenaban varios exámenes de laboratorio, procedimientos, arrojando cada uno, un 124
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS
diagnóstico diferente. Hasta que mi prima, una médica consagrada a su profesión, manifestó su inconformidad con lo sucedido, y decidió llevar a mi tía a otro especialista. Le ordenaron la biopsia de un pequeño nodo linfático que crecía apresuradamente en su cuello. Fue entonces cuando el diagnóstico fue sin duda alguna, “linfoma no Hodkin”, un cáncer silencioso, aterrador y progresivo que buscaba llevarse sin autorización, una hermosa vida, una hermosa persona, mi tía Piedad. Desde ahí, empezó el calvario. Luchas incansables contra la enfermedad. Aproximadamente tres años en quimioterapias y fuertes procedimientos, a los cuales mi tía, respondía con una sonrisa, con un mensaje lleno de esperanza y una fé increíble en nuestro Señor. Pero llegó el día en el que mi tía se sintió cansada. Sufría síntomas que progresaban y la hacían sufrir. Desde la última quimioterapia, ella comentó sobre su cansancio y sus sentimientos; se inclinaba cada vez más por la opción de dejar de luchar. Paralelamente apareció posteriormente a la última sesión de quimioterapia, una enfermedad diarreica que no tuvo control. Su malestar y dolor empezó a localizarse a nivel abdominal. Sumado a esto apareció una creciente dificultad respiratoria, por lo que fue internada de inmediato en el Hospital Rafael Uribe en la ciudad de Cali. Pasaron los días, las cosas empeoraban cada vez más, hasta el momento en que su dificultad respiratoria fue tan severa que necesitó la ayuda de un asistente mecánico y su traslado a la unidad de cuidados intensivos. La familia, muy consternada por la situación, empezó a orar con fuerza. Mi tía empeoraba cada vez más. En una ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
125
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
de mis visitas, tuve la oportunidad –mientras se mantenía en condiciones de sedación– de permanecer al lado de su cama. De repente, mi tía despertó, abrió sus dulces ojos, miró hacia donde me encontraba e intentó hablarme. Pudo moverse con desespero y al percatarse que se encontraba intubada la expresión de sus ojos cambio por la angustia y el dolor. Lo único que hice en ese momento fue tomar fuertemente su mano y expresarle cuánto amor y agradecimiento sentía hacia ella. Aunque siempre había intentado demostrarle mi cariño, ese día este gesto cobró más importancia. Rápidamente nos pidieron que saliéramos del cubículo y entraron los médicos y enfermeras, apresuradamente. Pensamos lo peor. Pero mi tía seguía luchando, no se dejaba vencer. Fue así como durante siete días no hubo alguna mejoría. El día octavo cuando celebrábamos una eucaristía en su nombre para su pronta recuperación, falleció. Sí. Un día miércoles a las tres de la tarde “mi ángel Piedad” fue llamada por Dios y su coro celestial para permanecer a su lado en su más hermoso y celestial paraíso. Desde ese instante, sé que mi amada tía permanece en la gloria de Dios, descansando, feliz y rodeada de nuestros seres queridos, convirtiéndose así en nuestro hermoso ángel guardián.
Reminiscencia Isabel Ruiz Ponce De León Ese día estaba sentada recibiendo una extensa y pesada clase de pediatría sobre cómo tratar la diarrea. De repente, tu mejor amigo, tu hermano, salió corriendo desesperadamente. 126
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS
No pude concentrarme más ni estar tranquila en esa clase, sentía que todo el mundo me miraba como queriéndome decir algo, pero era como si nadie se atreviera a hacerlo. El celular vibró y lo miré de reojo: alguien había mandado un mensaje que decía “Tenemos que hablar.”. Mi preocupación aumentaba, mi intuición me decía que algo te había pasado, que lo que me fuera a decir tenía que ver contigo. Cuando la clase terminó, el profesor dijo de una manera fría, que los compañeros que salieron temprano de la clase se ausentaron porque un estudiante de la Javeriana había muerto en la mañana. Volteé a mirar a la persona que me había “texteado” y pronuncié con mis labios, sin usar palabras tu nombre. El lo confirmó con un asentimiento de cabeza. Fue como si me hubieran echado un balde de agua helada encima, sentí un frío intenso recorriendo mi cuerpo, empecé a temblar y a llorar desesperadamente; no podía creer que fuera verdad, que de alguna forma fuera posible que ya no estuvieras con nosotros. Los acontecimientos que siguieron a ese día fueron horribles. No sabía qué hacer con mi corazón, el sentimiento de impotencia me desgarraba por dentro, sentía que todo se me desmoronaba y que nadie podía entenderme, ni siquiera mi familia. Fui hasta tu casa, pero no había nadie que nos dijera más de lo que sabíamos. Vine a mi casa y, tratando de mitigar el dolor, visité tu Facebook y guardé las fotos que más me gustaban; busqué videos que me ayudaran a recordarte en algún momento distante. Puse tu foto como fondo de pantalla de todos mis implementos electrónicos y las miraba y las miraba sin poder aceptar lo que te había pasado. Se me partía el corazón cada vez que veía en las noticias o leía titulares
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
127
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
del periódico referentes a tu accidente y no podía contener el dolor, las lágrimas todo lo que se aglomeraba en mi interior. Después de llorar toda la tarde fuimos al velorio. Todas las personas que te queríamos, las que no te hablaron nunca más de lo necesario y las que jamás te quisieron se reunieron a llorar por ti, porque ya no estabas; nos apoyamos mutuamente en ese momento tan duro para todos. El momento más difícil fue cuando nos dirigimos al ataúd a mirarte, simplemente con la esperanza de que se nos quitara la negación tan marcada que teníamos. Verte ahí acostado con el uniforme de medicina puesto fue lo más doloroso, también confirmar que era cierto que nunca íbamos a escuchar tu risa de hiena de nuevo, tus chistes; tu música, tus peleas en el carro, decir que ibas al gimnasio; ni tus historias que tanto nos divertían. Fue lo más espantoso que he vivido hasta el momento. Verte ahí, fue una noche muy triste y le siguió un día peor. En la tarde, tuvimos la misa de despedida, un momento muy emotivo y triste; seguida por el entierro y la larga fila de carros yendo al cementerio a enterrar a su amigo, hijo, novio, hermano, sobrino o primo. Lo más duro fue cuando empezaron a tirar tierra sobre el cajón que te encerraba, porque supimos que todo se había terminado que, de ahora en adelante, lo único que nos quedaba era los recuerdos buenos o malos que teníamos a tu lado. Viendo todo eso, temblando de dolor, recordé una pregunta que me hiciste semestres atrás, cuando perdiste alguna materia ¿Lo recuerdas? Dijiste: “¿Qué vas a hacer sin mí este semestre?”. Creo que la respuesta a ello, ahora, es extrañarte y recordarte siempre, mí querido amigo, ya no queda más que eso. Ese día, fatídico día de Enero, tú, un nuevo ángel, subiste 128
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS
al cielo mucho antes de lo debido, sin poder consumar tus sueños de ser cardiólogo, pero…en el fondo, se supone que ya habías cumplido la misión que te fue destinada. Ya era hora de que subieras al cielo para ayudarnos y cuidarnos desde allá arriba y lo aceptó, pero no quita el hecho de que te fuiste dejándonos aquí extrañándote, queriéndote y recordándote porque tú eres inmortal para todos los que somos tus amigos. Una parte de nosotros murió contigo ese día, pero una parte tuya siempre va a vivir en nosotros. QEPD JSRO
Un amor de esos que duran Diana Vivas Rodríguez El 16 de enero de 2011 de una mañana lluviosa, en la clínica de pasillos largos que parecieran no tener fin, en la habitación 503 se encuentra José Alirio Rodríguez, un hombre de 64 años que pareciera llegar de una nevada: su cabello es tan blanco y brillante como la nieve, sus mejillas son rosadas y sus ojos reflejan la pureza de su alma. A su lado está la nieta, la cuarta de cinco, todas mujeres. Ella es su preferida: Diana Vivas Rodríguez, la única hija de su hija. Una niña de 15 años que siempre permaneció a su lado, igual de blanca a su abuelo… De repente, José comienza a contar como es costumbre, historias de sus años gloriosos como él los nombraba. Exclama: ¡No te he contado la mejor historia de mi vida! Y así, empieza a hablar como un narrador profesional: ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
129
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Hace ya algunos años, en una época donde todo era muy diferente, en los años 50, en un día tan común de un pueblo muy pequeño, como lo era la Plata, Huila, de calles sin pavimentar, de gente muy amable, estaba yo en la plaza de mercado. Tenía cinco años, trabajaba vendiendo frutas. Estando en la rutina diaria me encontré con una niña. Parecía de mi misma edad, hermosa y con una ternura incomparable. Solo la vi ese día y no volví a saber de ella. A comienzos de 1951, ya con mis seis años, como era común en la mañana, estaba en la plaza con mis hermanos y mi madre, una mujer muy linda, de tez blanca y rubia, de larga cabellera y ojos azules, tan azules como el cielo en un día despejado. A pesar de ser muy joven en su rostro se notaba el desgaste por llevar sobre sus hombros a toda la familia; supongo que no es fácil mantener y criar a sus doce hijos…Esa mañana llegó una mujer desconocida a la plaza. Todos nos conocíamos, y supimos que era la primera vez que esa mujer visitaba el pueblo. Aquella mujer, de estatura baja, tez morena y cabello corto se acercó al puesto de frutas de mi madre. No sé por qué le caí en gracia, tal vez por el hecho que físicamente éramos muy diferentes. Le propuso a mi madre que me llevaría y me criaría como si fuera su propio hijo, que no me faltaría nada; a cambio, le pagaría todo lo que estaba en el puesto de frutas y no se llevaría nada. Estaba asustado sin saber ni entender muy bien lo que pasaba. Aquella señora me cargó y me llevó a un coche que se encontraba afuera. Comenzamos a viajar; el señor que estaba conduciendo me miraba mucho y hacía expresiones raras con su rostro. Pero aquella mujer, llamada Olga, comenzó a hablarme, 130
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS
diciéndome que nos dirigíamos a Popayán que estaba a diez horas de camino, que iba a tener mi propia habitación, que me esperaba un señor que sería como mi padre, y dos niñas las cuales serían mis hermanas. Al transcurrir las horas, seguía sin entender por qué mi madre aceptó… En aquella habitación y con lágrimas en sus ojos José continúa la historia: fueron diez horas muy largas, y al llegar, esa señora exclamó ¡Hemos llegado a tu nuevo hogar!, con mucho entusiasmo en su rostro, como ignorando que yo amaba mi hogar, mi familia, aunque no era la mejor y teníamos muchas necesidades. Precisamente eso era mi familia y quería estar con ellos… No se contuvieron más y las lágrimas comenzaron a recorrer el rostro de José, con inmensa tristeza; luego, respiró profundamente, tomó un poco de agua y continúo diciendo: Al bajarme del coche, en la puerta estaban dos niñas al lado de una señora. Doña Olga me dice: Ellas son tus hermanas Ana y Andrea, y la señora será tu nana. Ella te mostrara tu habitación. Al entrar a la casa, me mostraron una habitación que sería solo para mí. Al transcurrir la noche, no podía dormir, solo pensaba en mi madre y en mis hermanos. En la mañana fui el primero en despertarme, no quise salir de la habitación aunque había salido el sol. No se escuchaban ruidos, solo el latir de unos perros. No sabía qué hacer, no estaba familiarizado con las reglas de esa casa, no sabía qué estaba bien o mal para ellos; al fin y al cabo, era yo quien tendría que adaptarme pues era un extraño. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
131
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Ana y Andrea entraron al cuarto, y me dijeron: Ven, vamos a recorrer la casa. Era increíble, de muchas habitaciones grandes y todas con camas; tenían lotes con siembra de distintas frutas, animales, muchos animales. Nunca había ido a un zoológico pero ese parecía uno, así como en los cuentos que te dan en la escuela, perros, gatos, patos, aridillas, muchísimos… Parecía una mansión, así como cuando uno sueña… Al pasar los meses, me fui adaptando. Todo fue tal cual doña Olga lo prometió. Tenía un cuarto propio, comía todo lo que quería, no me tocaba trabajar, me trató como si fuera su hijo, me daba amor, iba a la escuela, todo lo que en algún momento quise tener; solo me faltaba mi madre y mis hermanos. A pesar de que doña Olga intentaba darme todo su amor y cariño, algo me faltaba. En mis vacaciones, me ponía a sembrar o recolectar las frutas con los trabajadores; supongo que lo hacía porque de esa manera recordaba mi pasado… Cuando tenía siete años, para las vacaciones de fin de año, llegó a la casa un señor alto, de tez morena, algo canoso y con expresión de mal genio en su rostro. Ese se supone que sería mi papá. Ana, Andrea y doña Olga lo recibieron con mucha alegría; pensé que no le iba a gustar que estuviera en su familia, pero no fue así. Se le notó el mismo entusiasmo que tuvo doña Olga cuando llegué por primera vez a la casa. Fueron pasando los años, y ya no me sentía un extraño en la familia, aunque siempre tenía presente a mi familia biológica… 132
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS
Entre el relato fueron pasando las horas en esa fría habitación, con el viene y va de las personas en el pasillo, y el ruido normal de una clínica. Mi abuelo seguía narrando: Para 1962, a mis 17 años, decidí volver a la Plata, a buscar a mi madre biológica, aunque estaba muy a gusto en el hogar que me habían brindado. Quería saber de mi madre y de mis hermanos. Despedirme de todos fue algo difícil pues ya los consideraba como si de verdad fueran mi familia. Al llegar a La Plata, a mediados de octubre del mismo año, noté que había cambiado mucho. Comencé a caminar, esperando encontrarme con alguien a quien le pudiera preguntar por mi madre. Caminando, pasé muy cerca de una panadería. El olor a pan recién horneado me hizo entrar y cuando me senté, observé a la muchacha que estaba en la caja. Era de estatura media, de piel canela, de cabello ondulado y negro. Tenía una bella sonrisa, y sus ojos, esos ojos, esa inigualable mirada… ¿Será que es esa misma niña, aquella niña de la plaza de mercado, la que vi esa mañana hace tantos años? Es esa misma mirada y la misma ternura de su rostro… Se acercó y me dijo: A la orden, ¿Qué se le ofrece? Quedé sin palabras, no sabía que decir, quedé perplejo ante su belleza. Todos los días, siempre a la misma hora, iba a la panadería. Solo para poder ver a María Salazar –era su nombre– así no tuviera el valor de hablarle. Una tarde, como era común a las dos de la tarde, me encontraba en la panadería, sentado cerca de la caja; a mi lado un café negro con poca azúcar y un pan con queso, recién horneado. Ese ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
133
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
día, aquella muchacha se me acercó y me habló unas palabras. Empezamos una conversación como si fuéramos viejos amigos, hablamos por horas. Entre tantas coincidencias, ella me dijo que conocía a mi madre, que hacía algunos años se había ido a vivir a un pueblo cercano. Al siguiente día, muy en la mañana, me di cuenta que podría ser que en el pueblo hubieran cambiado muchas cosas. Pero el amanecer no ha cambiado. Sigue siendo igual de hermoso, con la misma brisa fría a las cuatro de la mañana. Al llegar a ese pueblo, comencé a preguntar por mi madre. Sabía que encontrarla no era fácil, porque tenía pocos recuerdos. Hasta que por fin una señora me dio una pista al decirme: Una señora llegó a este pueblo hace ya unos cuatro años, con diez hijos; padece una enfermedad muy grave. Se le olvidan las cosas. Comencé a correr hacia la casa que me dijo esa señora. Al llegar a la puerta, quedé como congelado. No sabía qué me iba a encontrar. Abrieron la puerta. Era mi hermana mayor, Luz Rodríguez, de estatura alta, de tez blanca y rubia. Cuando me vio, me abrazó muy fuerte, y me dijo: Ya no puedo más, te necesito, pensé que nunca te volvería a ver. Entré a la casa. Mis otros hermanos no se acordaban de mí… Mi madre estaba sentada en el jardín, con una bata blanca y mirando las flores. ¡Sus ojos tan azules como los recordaba…! Sentí una mezcla de amor y rabia… Increíblemente, ella se acordó de mí. Se puso a llorar y me pidió perdón por haberme dado a la señora de plaza de mercado… En ese momento se me olvido todo lo malo que pude llegar a sentir. Ella tuvo sus razones para hacerlo, no era quien para juzgarla. Hablé con mi hermana Luz y decidimos que volvería a vivir con ellos. 134
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS
Estuve en la casa lo que quedaba de esa semana, cuidando a mi madre y buscando trabajo. Pero no podía quitar de mis pensamientos a María, no podía hacer las cosas bien. Me faltaba algo y una parte de mí sabía que era ella. Por eso, en la semana siguiente, volví a la Plata, esta vez buscando a María. La encontré sentada en la banca del parque central, con un vestido rojo que hacía resaltar su belleza tan natural. Me acerqué, y antes que ella pronunciara la primera palabra, le confesé todo lo que por ella sentía. Esperaba cualquier reacción; sin embargo, se quedó callada y me abrazó. Me abrazó fuertemente y no tuvimos la necesidad de pronunciar ninguna palabra, para sentir que nos pertenecíamos… A principios de 1963, con mis hermanos y mi madre volvimos a vivir a la Plata, a construir de nuevo nuestro hogar… Me encontré con mi amada María… no podíamos estar separados… El 30 de Junio de 1963, y ambos con 18 años, tomamos la decisión de casarnos y formar nuestro propio hogar, tener una familia. Fueron pasando los años, y todos los días me daba cuenta que esa fue una de las mejores decisiones que puede tomar para mi vida… José miró fijamente a su nieta, ella con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta no pudo decir nada, solo respirar. Y José continuó diciendo: 45 años después, seguí viendo la misma mirada. Aunque ya no está con nosotros, cuando me despierto al mirar hacia mi derecha y te veo allí acostada, siento algo similar de cuando vi a tu abuela caminando por la plaza de mercado o en aquella panadería. Aunque en ese tiempo no lo supe, hoy sé que desde el primer día, fue un amor al que estábamos destinados. Y aún después de la muerte, querida nieta, yo la sigo amando, más que nada, más que a nadie. Porque juramos amarnos hasta la muerte y ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
135
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
si los muertos aman después de muertos, vamos a amarnos más… Días después, en aquella habitación 503, el 18 de enero del 2011 a las 9:00 p.m., José, mi abuelo, falleció. Cumplió la cita con su eterna y siempre amada María, mi abuela.
136
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
Otros seres vivos
Amor a primera vista. Palomitas de maíz, bigotes y arena para gatos Laura Isabel Rincón Muñoz Estoy en casa, es sábado pero decidimos quedarnos y disfrutar de una maratón de películas en familia. Bueno, solo mamá y yo porque papá está trabajando, y no es que deba ir los fines de semana, pero tenía que hacer una conferencia importante. El clima ha estado bipolar estos días porque cuando desperté, el sol brillaba y se colaba por la ranura que se lo permitía; ahora, ha empezado a llover. La verdad, no me molesta, es el clima perfecto para ver películas. El aire ya huele a crispetas, mamá está en la cocina haciendo té helado y esperando a que explote el último grano de maíz; mientras tanto, voy a buscar la película que vamos a ver en Netflix. Saco dos cobijas del armario, son acolchadas y perfectas para el frío ocasionado por la lluvia. Voy hasta el cuarto de mamá y papá, tomo sus almohadas y las llevo a mi habitación. Tengo todo listo. Cuando voy a buscar a mamá en la cocina, la veo venir por el pasillo con un balde crispetas y dos botellas de té helado. Corro y le ayudo a llevar las botellas de té; ella
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
regresa a la cocina ¿Más comida? Espero y ¡gomitas! Mami sí que me conoce, tarde perfecta. Ya hemos visto las películas, ambas selección de mamá, por lo tanto, han sido comedias románticas. Por una parte, me gustan; aunque la próxima será de aventura, menos mal porque no quiero reír o llorar más. Cuando voy a mirar la selección de películas de acción, suena el teléfono móvil de mamá; ella sale corriendo. El teléfono está en la cocina. Al momento regresa pero se queda en la sala. Logro escuchar la siguiente conversación: — Sí, te entiendo. Luego, hay una pausa larga. Pienso que seguro sucedió algo importante. Tal vez mi primo se metió en un problema muy grave. Me mueve la curiosidad y grito fuerte: — Mami, ¿quién es…? — Es tu padre, Elizabeth. Espera un momento y ya te paso la línea. Pensé que por fin mi primo Andrés había logrado colorear la piscina de mis tíos, de verde lima. Es decepcionante. Ya lo superaré. Y mi mamá sigue en el teléfono. Dice: — ¿Es en serio? No creo que podamos hacernos cargo de dos, uno está bien, voy a hablar con Miriam, ella puede querer el otro.
140
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
OTROS SERES VIVOS
Mientras tanto, pienso: vamos a adoptar…o seguro es alguna pieza de porcelana cara, papá las adora. Cuando me doy cuenta, mi mamá está de regreso a la habitación, ya está lista para ver la otra película. No aguanto las ganas y le pregunto qué quería mi papá. — Oye, mami. ¿Cómo le ha ido a mi papá en la conferencia? Lo hago sutilmente para llegar a lo importante, sin ser obvia. — ¡Oh! No era nada. Quería preguntarme si había espacio para otra figura de porcelana. Ah, bueno. Y enseguida pienso: Nada interesante. Son como las 6:30. Papá llamó hace rato preguntando qué queríamos de cenar. Mi elección fue simple: pasta con la salsa que sea. No acostumbro a comer tan tarde pero hoy ha sido un día por fuera de la rutina. Por fin llegó papá. En una mano tiene una bolsa de mi restaurante favorito de pastas y en la otra…un maletín de cuero color miel, que nunca había visto. Sin embargo, no reparo mucho en ello. Voy a saludarlo y le recibo la comida. Me saluda como siempre, con un sonoro beso en la frente. Luego saluda a mi mamá, como se supone que los padres no se deben besar delante de sus hijos. Incómodo. Coloco la bolsa de la cena en el comedor, empiezo a alistar los platos y un olor a pasta Alfredo invade el comedor. Antes que pueda ir a la cocina por tenedores y cucharas, mi papá grita desde la sala:
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
141
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
— ¡Hija! Ven. Deja en paz la pasta. Ya habrá tiempo para comer. Te traje algo mejor que pasta Alfredo. Enseguida pienso: ¿Algo mejor que la pasta Alfredo? No creo posible. Pero igual, voy. Cuando llego a la sala, mamá está medio feliz, medio histérica, medio encantada: así como son las mamás el 90% del tiempo. Papá tiene una sonrisa de oreja a oreja y yo no tengo idea de lo que pasa. Luego, me fijo en el maletín que ahora sé que es un Gucci, con un diseño retro, de varios juegos de agarraderas y un único compartimiento, muy grande. Está sobre el sofá y es el centro de atención. No puedo dejar de reír y digo: — Me compraste un Gucci de los 70? Típico en mí, pero es un bolso para mi abuelita. — No, Lizzie, dice mi papá. El bolso hay que regresarlo a su dueña. Lo nuestro está adentro pero no quiere salir. — ¡Haberlo dicho antes! Camino o corro hacia el sofá… ¿A quién no le gustan las sorpresas? Ya junto al maletín, busco y no veo nada. Luego, unos ojos azules miran los míos… entre asustados y expectantes. Ambos damos el primer paso. Pongo mis manos sobre el Gucci y él asoma precavidamente sus bigotes por la abertura. Así nos quedamos un rato. Tomo aire, introduzco mis manos en el bolso y sujeto mi regalo. Siento que tiene el pelaje tan suave como el algodón. Lo saco.
142
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
OTROS SERES VIVOS
Han pasado tres horas. Está dormido junto a mí, sobre las almohadas de la maratón de películas, cosa que no le hace mucha gracia a mi mamá, pero la hemos convencido que así será mientras él se acostumbre a su nuevo hogar. Mientras papá cena, nos cuenta la historia de Ikaro. Una de las asistentes a su conferencia, –y cliente suya–, había comprado un par de gatitos, sin saber que era alérgica. Cuando la alergia fue imposible, decidió regalarlos pero nadie los quería. Es ahí donde aparecemos nosotros. Papá quedó encantado cuando los vio y llamó a mi mamá para preguntarle si los quería. Papá escogió a Ikaro pero no tuvo corazón para dejar al otro sin hogar, así que llamó a uno de sus amigos y lo convenció de quedarse con Angelina, su hermana. Ahora Ikaro y Angelina tienen un hogar. Y yo, un nuevo y único amor que durará por siempre. Ikaro está dormido y no quiero despertarlo. Voy a dormir con él. Ya ha llegado la mañana. Ha llovido durante toda la noche y junto a mí, un rollito de pelos me confirma que lo que sucedió ayer, no fue un sueño.
Mi ángel de la guarda Victoria Eugenia Carolina Martínez Cardona Era la navidad del año 2000, cuando la familia atravesaba por una etapa difícil. Pero no una cualquiera, sino una dolorosa y fuerte. Unas células descontroladas se habían
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
143
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
apoderado del ser más lleno de amor, de ser ser comprensivo, tierno y cariñoso: Nuestra madre, esposa e hija. Nadie lo podía creer. Todos pensaban que solo era una pesadilla de la cual despertaríamos. Pero no. La realidad era otra. Mi madre tuvo que tomar una de las decisiones más duras: tener que separarse de sus hijos para poder recuperarse. Pero allí guardaditos en su corazón había dos luces de aliento: Federico Alejandro y Victoria Eugenia Carolina, sus hijos. Nosotros éramos su mayor fortaleza, por quienes y para quienes daría todo de sí misma. Pasaron los días y llegó la separación. Mi madre decidió dejarnos en manos de mi abuelita, quien se convirtió desde entonces, en una segunda mamá pues yo tan solo tenía cinco años y quizás no entendía muy bien aquella situación por la que pasaban mi madre, mi padre y hermano, quien se vio muy afectado pues es siete años mayor que yo: estaba atravesando una de las etapas más difíciles de su vida: La adolescencia. Llegó el año nuevo y con él, vida nueva, ciudad nueva, casa nueva…pero de nada servía pues al levantarme, no estaba mi mamá. ¡Qué duro se siente separarnos de la madre! Sentirla cerca de ti, produce una sensación única e inigualable. Es como si dentro de ti ocurrieran miles de reacciones químicas que hacen que tu corazón se sienta feliz, que tu sangre fluya mejor. Siempre tienes una tranquilidad profunda pues el amor de la madre es el más puro y verdadero que puede existir. El tiempo pasó y yo me fui apegando a mi abuelita. Me sentía como en casa. Ella me cuidaba las 24 horas del día, incluso me llevaba al colegio. Siempre recuerdo con mucha gracia una salida pedagógica hacia el Teatro Municipal en la 144
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
OTROS SERES VIVOS
que el colegio se hacía cargo del transporte. Pues bien. En el momento de ir en camino, me di cuenta que mi abuelita iba detrás del bus en su carro pues temía que sucediera algo malo en el trayecto. Un día, al salir del colegio, vi a mi abuelita con una gran sonrisa en su cara. Salí corriendo a abrazarla y me di cuenta que tenía en sus manos una caja envuelta en papel regalo. Me dijo que la destapara. Al hacerlo, encontré a una hermosa cachorrita blanca, pequeña y frágil. Sus orejas eran amarillas y en su lomo tenía una línea dorada que la hacia parecer un zorrillo. Creo que ella fue mi primer amor. Amor a primera vista que todavía me hace suspirar. La amo como a nada en el mundo, es mi tesoro al igual que mis padres, mi abuela y mi hermano. Los días sin mamá fueron pasando cada vez más rápido. Mientras tanto, la compañía de aquella perrita hacía mi vida feliz. Hasta olvidaba que mamá no estaba para consentirme. Ahora estaba Lupita, una ayuda, una esperanza, como la Virgencita de Guadalupe de la cual soy creyente. Lupita fue creciendo conmigo. Mi madre superó esa etapa difícil, gracias a Dios. Nosotros pudimos regresar a casa. Yo tenía mucho dolor por dejar a mi abuelita pero sabía que mi mamá nos necesitaba. Con gran tristeza abandoné aquella casa que me brindó calor de hogar durante casi ocho meses. Mi gran satisfacción era que volvería cada Diciembre a pasar vacaciones. Lupita y yo, ahora teníamos nueva casa, nuevo colegio y nuevos amigos. Ahora los cuatro, es decir, el núcleo familiar había salido de esa pesadilla. Bogotá era una ciudad muy linda. Hacía frío y ganas de “arruncharse” a ver tele todo el día. Cada domingo salíamos a la Ciclo Vía a montar en bicicleta. Lupita siempre iba conmigo dentro de la canasta. A la gente le daba risa y admiraban el amor que había entre las dos. Para ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
145
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
mí ella no ha sido una mascota. Es una niña, una hermana, un soporte que me alegra. Y aunque no pueda hablar, sé que me escucha pues cuando me mira, me reconforto. En unas vacaciones de verano, el plan era ir a Riohacha a conocer el Cabo de la Vela y Manaure. Estuvimos allí durante ocho días. Como Lupita no podía dormir en hamaca, mi hermano durmió con ella para evitar que se perdiera durante la noche. Meses después, por cuestiones de trabajo de mi padre, nos trasladamos a la República de Costa Rica. No me alegré en absoluto. Estaba feliz con mi colegio, con mis amigos y mi mejor amigo del conjunto, quien hoy lo sigue siendo. Mi única esperanza era que Lupita estaría allí conmigo, como siempre. Al tener los pasajes listos, con mi inocencia pregunté por el de Lupita. Mi padre respondió que ella no iría. Rápidamente fui corriendo hasta mi cuarto, llena de llanto. ¡No lo podía creer! ¿Cómo mi padre me podía hacer algo como eso? Pero no demoré ni un segundo en decir que si ella no viajaba, yo tampoco lo haría. Dadas las circunstancias y al ver la seriedad del asunto, mi padre hizo todos los procedimientos legales para que Lupita viajara. Según recuerdo, el tiquete de Lupita costó 100 dólares, cosa que mi papá recuerda con gracia. Costa Rica fue lo máximo. Conocimos nuevos lugares, tuvimos grandiosas experiencias. Cada vez que íbamos a la playa, Lupita estaba allí presente. Fue hasta el volcán Arenal. Ha sido una perrita viajera, como dice mi abuela, una perrita nacional e internacional, que tuvo mucha suerte.
146
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
OTROS SERES VIVOS
Un año después, al regresar a Colombia, trasladaron a mi padre a la ciudad de Santiago de Cali donde viví mi adolescencia junto a Lupita. Vivió conmigo el significado de mi primer novio, de ese amor de colegio, mi primer beso y mi primera decepción, cuando sientes que el mundo se derrumba y nada vale la pena. Crees que esa persona lo es todo en la vida y después te das cuenta que simplemente ha sido una experiencia. Llegó la época de la universidad, y mi gran compañía ha sido Lupita. Ella está allí cuando tengo que trasnochar, estudiando. Le da ánimos cuando creo que no puedo más o que esto no es lo mío. Nunca me he sentido sola pues aunque mis padres viven en Buga, desde que tengo memoria, Lupita vive conmigo. Ya tengo 19 años y Lupita tiene 13. Ha sido una perrita muy sana y llena de vida. Cada noche, antes de dormir, le doy infinitas gracias a Dios por tener esta bella compañía, por haberme enviado a este ángel que ha sido el amor más grande del planeta. Por último, quiero con estas palabras darte gracias a ti Lupita, por ser mi apoyo incondicional, por consolarme cada vez que lloro, porque tú –aunque a muchos les parezca imposible– has secado mis lágrimas con una ternura indescriptible. Te amo, mil veces te amo, Lupita. Has sido mi mejor regalo. Eres mi ángel de la guarda, mi dulce compañía. No me desamparas ni de noche no de día y tienes esa magia de ponerme en paz y alegría.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
147
Narrar la enfermedad
Mi compañera infalible Isabel Ruiz Ponce de León Hoy es mi primera clase de pediatría. Estoy muy nerviosa por lo que voy a enfrentar este semestre. Empezamos a trabajar el AIEPI. Miré al doctor que dictaba la clase y me pareció conocido. Sin embargo, no sabía dónde lo había visto. Una vez iniciada la clase me miró y me dijo: “Yo te atendí de niña muchas veces en urgencias”. En ese momento vinieron a mi mente los múltiples recuerdos de innumerables visitas a urgencias, siempre por la misma razón: mi compañera infalible durante toda mi niñez, la otitis. Cómo olvidar ese dolor insoportable que calificaría como 10/10, la fiebre altísima con la que se acompañaba y el malestar general que provocaba. Me realizaron múltiples tratamientos. Siempre fui recibida por el mismo médico pediatra en Urgencias, que todas las veces me atendió con una gran dedicación y entrega total. Un día fui llevada a mi otorrino de toda la vida quien decidió operarme y ponerme unos conductos en el oído. Ese día estaba muy nerviosa pues tenía miedo de no volver a despertar. Por ello, recuerdo, me negué a entrar sin la compañía de mi padre. Claro, la cirugía fue un éxito y los conductos salieron de mis oídos a lo largo de los años.
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Hoy en día solo tengo palabras de agradecimiento para mis dos doctores, mi pediatra y mi otorrino por tanto esmero que pusieron en tratar a mi compañera infalible.
No más nebulizaciones David Fernando Lara Santofimio Como todo niño me gustaba jugar. Escondite y policías y ladrones eran mis favoritos. Casi siempre nos reuníamos por las tardes con mis amigos de la unidad y jugábamos varias horas seguidas, no me daba cuenta del tiempo hasta que mi madre bajaba por la noche a decirme que subiera porque ya era muy tarde. En esos juegos lo daba todo, corría como loco para no dejarme coger de los policías, parecía practicando parkour pues cualquier obstáculo lo saltaba o lo escalaba y me escondía en los lugares más difíciles de encontrar. Pero tenía una debilidad, sufría de asma. Siempre que llegaba a la casa me atacaba una tos incontrolable y tenía que usar puf de ventilan para controlarla. Un día jugando policías y ladrones corrí más de lo que mi cuerpo y mis pulmones soportaban, iba sintiendo que cada vez era más difícil respirar, hasta el punto de sentir que me estaba ahogando. Fui a mi casa le dije a mi padre, me dio tres puf de ventilan y nos fuimos a urgencias. Llegué al hospital. Me acuerdo que me entraron rápido y me pusieron ese aparato que odiaba y que me acompañó 152
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
durante todos mis ataques asmáticos, llamado nebulizador. A pesar que eso me ayudaba, nunca pensaba en si me sentía mejor, lo único que tenía en la cabeza era la preocupación de cuánto tiempo más tenía que estar con ese aparato en mi cara. El oxígeno me hacía picar la nariz y cuando exhalaba el aire humedecía mi cara, sentía como estar babeado. Me tenían ahí durante horas eternas hasta que se acabara la nebulización. Así tuve que estar durante varios años de mi niñez hasta que el asma se me quitó y pude seguir jugando ya sin el miedo de tener que ir a nebulizaciones otra vez.
Vacaciones en el quirófano Daniela Rivera Rodríguez Cuando tenía seis años fui a Bogotá con mis padres a visitar a mi familia. Pasamos nuestros días en el apartamento de mi tía Nélida pero mi papá tuvo que devolverse antes para Tuluá que es la ciudad de dónde vengo, así que pasé mis últimos días allá, con mi mamá. Una noche fui con mi tía, con Luisa (mi prima) y mi mamá a visitar a Norberto, mi tío. Cuando llegamos decidimos salir a comer algo, en un lugar contiguo al parque. Salimos caminando pero como yo era pequeña y consentida, iba sentada en los hombros de mi ti. Mientras todos caminaban yo seguía arriba, espalda con espalda, descolgándome, subía y bajaba, es decir, jugaba.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
153
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Cuando llegamos al apartamento de mi tía, descansamos un rato. De repente, en la madrugada, me despertó un dolor horrible en el abdomen bajo. Desperté a Luisa y ella, desesperada, llamó a nuestras mamás quienes preocupadas, me llevaron al médico porque ya no soportaba el dolor. Cuando llegué a la clínica y me hicieron los exámenes de laboratorio, los médicos le dijeron a mi mamá que yo tenía apendicitis y que a las 6 a.m. llegaría el cirujano. Mi papá moría de preocupación en Tuluá. Yo solo lloraba y decía que no me dejaría operar. Pero como estaba a cargo de mi mamá, ella aprobaba lo que los médicos le decían. Moría de los nervios y la hora se acercaba; ya estaba lista para entrar a cirugía hasta que de un momento a otro, la cancelaron. No recuerdo cómo el cirujano descubrió muy a tiempo que mi dolor no era apendicitis sino un desgarre muscular que había sufrido por haber jugado de esa manera con mi tío. Sentí que el alma volvía a mi cuerpo. Pude volver al apartamento, con una receta de medicamentos para calmar el dolor. A los días, regresé a Tuluá para ver a mi papá a quien tanto extrañé en esa clínica. Y es que entre flojos nos apoyamos… pues mi mamá estaba demasiado tranquila para comprenderme. Por eso lo necesité. ¡Ya estaba de nuevo con ambos!. La combinación perfecta para mí rápida y feliz recuperación.
154
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
Mi primera enfermedad Melanie Santrich Sotomayor Tenía tres años cuando nació mi hermana Madeline. Vivíamos en Valledupar. Mi papá era el encargado del hospital militar y nos faltaba un año más para el siguiente traslado. Me cuenta mi mamá, que desde el momento en que nací, yo fui el centro de atención. Pero faltando meses para el nacimiento de mi hermana, comencé a sospechar que algo estaba pasando. Todas las personas se acercaban a la barriga de mi mamá como a la espera de algo. Entonces, opté por hacer lo mismo. Todos los días. Ponía mi cabeza sobre la barriga de mi mamá, esperando obtener alguna respuesta, pero nada pasó. El 14 de Marzo, cuando me levanté, ya no había nadie en casa. Solo Ludis, la empleada, quien cuando me vio, inmediatamente me mando a bañar y me dijo que me iban a llevar a ver una sorpresa. Yo, emocionada, me bañe y me vestí. Ludis me hizo las dos colas y luego, nos recogió mi papá. Al llegar, me di cuenta que era un hospital, lo cual no era sorpresa para mí. La verdadera sorpresa fue ver a mi mamá en una cama, con una niña en sus brazos. Me acerqué acompañada por mi papá y me cuenta él, que durante casi una hora estuve mirándola. Fijamente. No importaba nada más. Pero me devolvieron a casa, donde esperé que volviera mi mamá. Cuando regresó, siguió hacia su cuarto y yo me ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
155
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
quedé sola. Comencé a llorar para llamar su atención. Con los ojos casi cerrados, pude llegar hasta el filo de la pared del cuarto de mi mamá. Fue instantáneo. Comenzó a salirme sangre, indiscriminadamente. Mi mamá se levantó y me llevó junto con mi abuela, al hospital. Cuando llegamos –me cuenta mi mamá–, mi papá no estaba. Ningún enfermero o enfermera era capaz de atender mi herida; tal vez por temor a equivocarse, con la hija del jefe –de momento– del hospital. Una sola persona intentó pero sus manos le temblaban. Justo en ese momento llegó mi papá, quien sin pensarlo, hizo a un lado todas las demás personas, y en dos minutos ya había cocido la herida. Fueron cinco puntos en la frente. Todo, por celos de hermana. Y por supuesto, la cicatriz aún la conservo. Ella es muestra fiel de una historia importante de mi vida y de mi familia.
Un sentimiento de impotencia María del Mar Sánchez Pinilla Sofía nació el 13 de mayo del 2001. Era muy pequeña y rosadita. Desde pequeña fue extrovertida; hablaba y reía todo el día. Sin embargo, esas risas no iban a durar mucho tiempo. Si mal no recuerdo, ella tenía siete años y al parecer, su salud comenzó a deteriorarse. Ni pediatras, ni ortopedistas, ni muchos más médicos especializados entendían el origen de los problemas de Sofía; tarros de sangre, muestras de orina y mil pruebas de laboratorio que uno pueda imaginar… Todo se le hacía. Mis padres, asustados por la salud de mi 156
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
hermana, optaron por viajar a Bogotá para consultar con una reumatóloga, excelente médico quien al parecer nos podía dar una respuesta. La primera consulta y algunos exámenes fueron suficientes para saber que Sofía padecía una enfermedad llamada lupus eritematoso sistemático. Se trata de una enfermedad rara y grave. La doctora le explicó a mi mamá que la enfermedad había tomado ventaja y que si no se empezaba el tratamiento, las consecuencias podrían ser fatales. Tiempo después mi mamá y Sofía regresaron al Valle. Yo las esperé en el aeropuerto. Sofía salió en silla de ruedas, pues ya no aguantaban más dolor. Empujando la silla venía mi mamá. Su cara era de angustia. Este definitivamente ha sido uno de los momentos mas difíciles de mi vida, de esos momentos que nunca vas a olvidar. Durante los días siguientes, Sofía estuvo postrada en cama, recibiendo medicamentos. ¡Sofí ya no se reía más! El dolor, el no poder pararse a jugar, el no entender qué le pasaba a su cuerpo, la estaba hundiendo en una tristeza absoluta. Yo intentaba actuar como si nada pasara. Procuraba no llorar para no ser una angustia más. La impotencia que uno puede llegar a sentir cuando una de las personas que más amas está sufriendo y uno no tiene cómo ayudar, es horrible. En más de una ocasión, esto me rompió el corazón. Año tras año acompañamos a Sofía a superar esta prueba que le había puesto la vida. No fue fácil. Ni fue algo que se lograra de un día para otro, pero aquí estamos. Ella ha recuperado su salud y hoy tiene una vida normal. Lo que ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
157
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
sí debo decir es que la alegría más grande sobrevino cuando Sofía volvió a sonreír.
Benditas adenoides Manuel Alejandro Matta Robles Lo recuerdo vivazmente, era una tarde del 7 de septiembre de 2001 y me preparaban para cirugía en la Clínica Farallones de la Ciudad de Cali. El Dr. Ortiz, para ese entonces mi pediatra, estaba ultimando detalles para la remover mi adenoides. Tenía miedo. Me habían regalado un helicóptero a control remoto que me gustó cuando lo vi, dos semanas antes, en aquél pasillo mágico de juguetes en La 14. Estaba con mis padres en una sala de la clínica jugando con el artefacto mientras el doctor me hacía seguir al quirófano; de un momento a otro, no supe cómo, el helicóptero chocó contra el techo y cayó en pedazos sobre el piso. Lloré mucho, en ese instante, por haber dañado mi juguete favorito, pero mis padres no me regañaron, como sería razonable. Me consolaban diciendo que para cuando saliera de la cirugía iba a estar arreglado, y yo inocentemente les creí y me calmé. Finalmente el Doctor Ortiz llegó por mí, me vistió con un traje azul, un gorro y zapatos quirúrgicos. Era muy amable y atento con nosotros, y por eso le teníamos mucha confianza. Me subió a una camilla, y estando allí recostado, mis padres me abrazaron y se despidieron de mí, afirmando una vez más, que todo estaría perfecto.
158
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
Por los pasillos del hospital, el médico hablaba con una enfermera sobre la operación que parecía bastante compleja. Una vez en la sala de cirugía, me pusieron una mascarilla, y lo último que recuerdo que me dijo el doctor fue: “Al rato nos vemos, campeón”. No sé cuánto tiempo duró la cirugía ni cuánto tiempo estuve en sala de recuperación. Finalmente, cuando desperté, lo primero que vi fue una sombra, al principio borrosa. Luego me percaté que era mi madre. Me sentía raro, pero aliviado de que todo ya hubiese pasado. Estaba desubicado, como elevado de la tierra, flotando; en realidad no sé cómo describirlo. Me dolía y fastidiaba la nariz, por lo que el doctor vino y me aplicó un analgésico. Al cabo de cuatro horas, me dieron de alta. Luego nos pudimos marchar a casa, con una lista de medicamentos y recomendaciones que me había formulado el otorrino. Al llegar a casa, mi mayor sorpresa fue encontrar sobre mi cama un helicóptero nuevo, más grande y llamativo. Me alegré mucho y agradecí a mis padres por el detalle y todo su amor, cuidado y dedicación hacia mí.
Milagro de abril Sindy Johanna Álvarez Sánchez Lunes 5 de abril de 1995, en el frío de una noche nariñense, una de aquellas en las que respirar no es un acto inconsciente, sino que sientes cada molécula viajando por ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
159
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
tu cuerpo, en cada inhalación, y los cuerpos se juntan para compartir calor, para decir que no estamos solos, ni solas en un acto de entrega, de confianza, de complicidad. Son alrededor de las tres de la mañana y los dolores empiezan. Hace casi nueve meses, dos almas se encontraron en el acto más puro y salvaje que pudo darnos la naturaleza, la forma más genuina de cohabitarnos los unos a los otros. Pero hoy, el sudor es distinto. Tras algunos intentos por solucionar todo en el hogar, es momento de emprender camino hacia el hospital y vivir en cámara lenta los desmanes de la incertidumbre. El reloj marca las cuatro de la mañana, esa hora en que tus sentidos se confunden y no sabes si la noche sigue o si el día hace su puesta en escena. Margot y Luis, tras esperar tres o cuatro horas –no lo recuerdo bien– escuchan una noticia que determina el advenimiento de un nuevo ser al mundo. Es de las peores noticias se le pueden dar a unos padres que esperan con tantas ansias la llegada de su pequeña. Casi sin ninguna clase de pudor, el doctor habla de una anomalía en la vida que hasta ahora termina de gestarse. Dice que es un daño congénito, que la niña viene con problemas. Luis, desesperado, escucha la noticia y lo primero que pasa por su cabeza es cómo impedir que su pequeña que ni siquiera ha nacido, pierda la vida. A su derecha se encuentra Margot; ella llora desconsolada mientras suavemente acaricia su barriga y se aferra tanto a la esperanza como en todos esos momentos en que la vida se pone a prueba. Mientras tanto, el doctor respira, baja un poco la cabeza, y de nuevo sube la mirada. Comienza explicando de la manera 160
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
más sencilla posible en qué consiste la patología y empieza a dar las indicaciones con respeto a lo que se deberá hacer. Luis y Margot escuchan atentamente las indicaciones del doctor; los dos están dispuestos hacer todo lo que esté en sus manos, y lo que no. El Dr. Velásquez señala que deberán viajar antes del nacimiento de la niña, para que al nacer se le practique una cirugía; luego, anuncia que ésta será la única posibilidad de hacer algo por su bebé. Remite el caso a otras personas en Bogotá, pues confía que la atención será mejor y estarán los equipos especializados, el personal médico necesario para realizar la cirugía. El procedimiento que se le va a realizar a la niña, será en uno de los recintos fríos y plagados de súplicas y oraciones de la capital colombiana, aquel lugar en donde una vida más o una vida menos y sus complicaciones, casi que pasan desapercibidas entre personas que naufragan en la monotonía de sus cotidianidades. Margot y Luis deberán viajar con urgencia a más tardar el 9 de Abril. 6:00 p.m. Una vez controlada la situación, cuando han cesado los dolores y no las preocupaciones, Margot y Luis se dirigen hacia su casa, en donde son esperados por sus tres hijos y la madre de Luis. No hay nada peor que la excesiva imaginación en momentos de incertidumbre, la imaginación y la crisis son los protagonistas. –Pero, cómo no tener esos pensamientos, si nunca hemos aprendido a pensar en situaciones esperanzadoras y dadoras de vida–. ¿Qué se debe cambiar para que ello sea distinto? ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
161
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Llegan, saludan, y actúan como si nada pasara. Son las 7:30 p.m., y Modesta, la abuela, ha preparado la cena. Ella los invita para que coman algo antes de dormir y cuando todos se encuentran en la mesa disponiéndose a comer, Margot no puede contener las lágrimas y en un intento fallido de ocultar lo que estaba pasando, la noticia escapa del silencio. En vista de las circunstancias, deciden comunicar la noticia, las esperanzas y lo que es necesario hacer para que la pequeña sobreviva. Modesta está desconcertada y no le queda más que unirse al llanto de Margot. Por su parte, Sebastián, el hijo más pequeño, se acerca a su madre y con un gesto de inocencia pregunta qué pasa; y como es habitual en las familias que intentan esconder las noticias que hacen tambalear al núcleo familiar, no obtiene respuesta, pues su madre y su padre no tienen los recursos suficientes para demostrar la realidad. Él es todavía muy pequeño para entender, tan solo tiene cuatro añitos. ¿Estás bien, mami?, pregunta de nuevo y no consigue respuesta. Luis se acerca, toma al niño de la mano y le dice que su madre solo tuvo un mal día, que no pasa nada, que no hay nada de qué preocuparse. Andrea, la hija mayor de esta pareja, observa el momento y decide alejar al pequeño de este momento. Ven Sebastián, vamos arriba a jugar. Las horas pasan rápido, ya se acerca la hora de dormir. Después de conversar por mucho tiempo, deciden ir a descansar o a lo que queda del intento. Martes 6 de abril. Margot pudo conciliar dos o tres horas de sueño en toda la noche. Luis no ha dormido nada. La noche no fue descanso para nadie y el sueño, un intento 162
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
ingenuo por olvidar lo inevitable. Son las 6:00 a.m. Luis y Margot se encuentran en pie, solo tienen dos días antes de viajar y cada uno innumerables tareas por hacer. Como es habitual en la clase media de este país, necesitan dejar todo organizado antes de su viaje, necesitan dar cuenta para dónde y por qué deben abandonar sus obligaciones, casi que rogando por conseguir el permiso de sus superiores. Luis y Margot son padres de tres hijos más. La mayor, Andrea; el del medio, David; y el menor, Sebastián. Andrea, de 20 años, está en capacidad de saber lo que está pasando. Se pone al frente del cuidado de sus hermanos menores. Luis y Margot deciden dejarlos en la supervisión de su hija Andrea junto con la abuela de todos y de todas. El día del viaje se acerca, y no saben cuál será el costo de la cirugía. Luis y Margot, en un acto de amor y entrega absoluta deciden dejar listas las escrituras de la casa, pues si el costo de la cirugía supera lo presupuestado, se deberá proceder a vender la casa con el único fin de salvarle la vida a su niña. Es el juego del todo vale, en el cual, nada distinto a la vida es sagrado, aquel momento en donde podríamos reflexionar como sociedad que detrás de todo lo que acumulamos y las superfluas necesidades que nos crea la cultura, no tienen valor en comparación a la vida. Jueves 9 de Abril. Como es de costumbre, toda la familia se dirige hacia el aeropuerto a despedirlos. El vuelo hacia Bogotá está programado a las 10:00 a.m. Luis y Margot, previniendo cualquier inconveniente, llegan unas horas antes, comen algo y se organizan para viajar, para afrontar lo que la vida les tiene preparado. Siempre va a tratarse de una lección
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
163
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
dispuesta a enseñar lo necesario a cada persona; una nueva experiencia que va a tener sentido una vez llegue a su fin. Ya son las 9:00 a.m. Tienen que embarcar, antes de irse lejos y estar mucho tiempo alejados de sus demás hijos, Luis y Margot se despiden emotivamente, pues para todo hay una primera vez, la primera vez que se alejan del confort, del vínculo, de los apegos. Margot se despide del más pequeño, le dice que mamá no se demora, que su hermanita ya quería verlo y para ello tenían que viajar. Luis hace varias recomendaciones a su hija Andrea y a su madre; se despide de sus hijos David y Sebastián y finalmente embarcan. El viaje es tenso. ¿Qué se puede pensar en un recorrido de 45 minutos naufragando entre las nubes, en la mitad de la nada? Ninguno de los dos cruza palabra, cada uno se encuentra y se vuelve a perder entre sus pensamientos. Luis tiene claro que está haciendo todo lo que se encuentra entre las posibilidades humanas para luchar por su hija. Margot por su parte es una mujer muy creyente… Encomienda a su hija en manos de Dios, el Dios que aparece cuando la ciencia es incierta. Lunes 10 de Abril, 7:30 a.m. Margot se dirige a cumplir la cita que indica el progreso de la pequeña. Los médicos no tienen buenas noticias, la frecuencia cardiaca no es normal. El doctor se levanta, examina los latidos cardiacos de la bebé y le dice a Margot que se le deberá programar una cesárea, acuerda la fecha y finaliza la cita con una condena de espera que más o menos sería de un mes. Cuando Margot sale del consultorio, siente la entre pierna húmeda. La vida te enseña que es cuando a ella se le 164
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
antoje. Preocupada, se regresa al consultorio y le cuenta lo acontecido al médico. Este, inmediatamente le pide que se recueste en la camilla, la examina y se da cuenta que Margot rompió fuente, está dilatada a punto de dar a luz, de honrar la vida con el dolor necesario. El doctor comunica a Margot que el parto deberá ser por cesárea, ya que un parto normal, por las condiciones débiles del corazón de María José, sería muy arriesgado –perdonarán el nombre, da mucho que decir de las creencias de mí familia—. Margot, aterrorizada, llama a su esposo, le pide que traiga consigo la maleta de la bebita. Angustiado, Luis sale de su casa, se dirige a la clínica Cardio Infantil de Bogotá. Luis llega justo a tiempo para el momento del nacimiento. Los médicos dan poca esperanza de que la niña sobreviva, pero a pesar de todos los pronósticos, la bebé tuvo vida… Todavía me pregunto por qué. El parto es por cesárea. Duró apenas el tiempo prudente, la bebé nació con un peso muy bajo (2000 gramos). Apenas sale del líquido que la abrigó durante aproximadamente ocho meses y al hacer contacto con el pecho de su madre, hay un pecho agitado, lleno de emoción indescriptible. Comienzan a llamarla María José. El momento es perfecto, Margot siente que todo está bien, que la fe puede mover montañas. Pero a pocos minutos de sentir a su pequeña viva, las contradicciones se hacen presentes. Sus signos vitales son débiles. Margot, con las pocas fuerzas que puede tener una mujer después de parir, agobiada, llora con el más profundo y honesto sentimiento. Los médicos en su labor, hacen lo posible por mantener en marcha el corazón de la criatura. Después de establecer sus signos vitales, le llevan a la incubadora, avisan a los padres que la operación se debe adelantar; María José no podrá ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
165
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
luchar por mucho tiempo para conservar su vida. Preparan el quirófano, Margot pide ver a su pequeña. No es recomendable, ella acaba de tener una cirugía, pero el amor hacia su hija le gana a cualquier dolor. La llevan hacia la incubadora en una silla de ruedas, Margot la ve tan pequeña y frágil que no puede dejar de llorar. Entre lágrimas le reclama a Dios por su devoción y por como él se lo ha recompensado. La mira a los ojos, traspasa los vidrios y le dice al oído cuanto la ama, un pacto para vivir, un juramento único, que hasta ahora, solamente ellas dos conocen. –Nunca voy a olvidarte mi niña, si resistes no dudes de que eres el amor más puro. Hoy no solo puedo decir que te he parido, todo lo contrario, hoy tú me has parido a mí–. 2:00 p.m. María José entra a cirugía. Todo en aquella sala se podría describir como una orquesta, en la que el personal médico danza con tanto rigor y exactitud para que María José pueda conservar su vida. Después de cinco largas horas, la operación es exitosa. Hoy es el día, un corazón palpitante y miles de sueños encarnados en posibilidades. Una crónica de una vida anunciada.
Gracias, muchas gracias Mariana Quintero Orozco Eran las cinco de la mañana cuando sonó el despertador ese sábado 8 de junio. Mi mamá se levantó sobresaltada como siempre y lo apagó. Mi papá también se despertó. Ya era 166
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
hora. Me bañé yo primero. A esa hora, hace más frío que de costumbre. Bueno, a decir verdad en Manizales a cualquier hora hace un frío terrible. Mientras tanto, mi mamá terminó de empacar mi maleta. Nos habían pedido llevar cosas de aseo personal, una pijama y una muda de ropa. No desayunamos ya que yo no debía así que mis papás se solidarizaron conmigo. Nos estábamos quedando en la casa de mi tío y se ofreció a llevarnos al hospital. Él nos dejó a la entrada y se marchó ya que tenía una cirugía, no sin antes desearme buena suerte. Bienvenido al Hospital de Caldas, el hospital de las manos limpias, decía el letrero de la entrada, que tenía al lado un dispensador con antibacterial. Los tres, mi papá, mi mamá y yo, lo usamos, riéndonos un poco de la campaña del hospital. Antes de que entráramos, llegó mi tía y cuando estaba aparcando su carro, casi se estrella con el de al lado. Ella hubiera podido escoger otro lugar, ya que el parqueadero estaba totalmente vacío. Esperamos a que se bajara y entramos con ella. “Buenos días, doctora”, le dijo el guarda de seguridad. De allí, todos nos dirigimos a la sala de preparación. Las enfermeras me dieron un pijama de cirugía para que me la pusiera. Mientras eso, mi tía se fue a cambiar al vestidor de los médicos. Cuando me miré en el pequeño espejo del baño pensé: Dios, esto de verdad va a pasar. Ahora sí. Salí del baño con un frío que me calaba los huesos. Unos minutos después el cirujano que me iba a operar llegó. — Hola Marianilla, ¿entonces qué? ¿Preparada?
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
167
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
No, para nada, quiero irme a mi casa, tengo miedo, tengo hambre y un frío que no te imaginás. Ah, y además no es que seás mi persona favorita en este momento porque por no atenderme a la hora de mi cita, ayer me perdí el partido de Colombia. Pero bueno, estoy agradecida por todo lo que vas a hacer por mí hoy. Todo eso pasó por mi mente, pero respondí: — Sí, estoy lista doctor. Después de esto, habló un momento con mis papás y luego se fue a terminar de prepararse. Mientras tanto, una de las enfermeras me hizo la canalización de la vena en la mano izquierda. Gracias amiga por suponer que era diestra. Ahora me has inmovilizado mi mano dominante, y pues la derecha no me sirve ni para rascarme la nariz. Pero aún así, gracias por mirarme a los ojos y transmitirme un poco de tranquilidad, pensé. Luego, otra enfermera me trajo un documento que debía firmar. Me sorprendí porque para ninguna de las otras cirugías me habían solicitado firmar nada. “Consentimiento informado” decía el encabezado. Ah, es verdad. Legalmente ya era adulta y tenía que firmar lo que mis papás habían firmado todos estos años. Como pude, hice un garabato parecido a mi firma ya que la canalización comenzaba a estorbarme. A continuación, vino el anestesiólogo. De él no tenía nada que pensar, ya que cuando lo conocí el día anterior, había sido muy amable y cordial. A él también le agradecía el hecho de que se fuera a encargar de monitorear mis signos vitales por las próximas horas. Luego llegó a la sala otra de mis 168
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
tías. Me abrazó y deseó buena suerte. A decir verdad, estaba teniendo un tratamiento especial; normalmente no dejan entrar acompañantes a esa sala. Pero era “la sobrina de los doctores”, les escuché decir varias veces a las enfermeras. Ya solo faltaba esperar a que vinieran por mí. Mientras esperaba, me percaté que en la sala había una señora, también esperando por una cirugía. Por lo que pude escuchar, le iban a retirar la matriz. Estaba sola y se quejaba por el frío. Una de las enfermeras le tendió una manta y le dijo que se acomodara en la camilla, pues aún faltaba un buen rato para que vinieran por ella. Cuando el reloj que había sobre el estante donde se guardaban gasas, jeringas y demás marcó las siete de la mañana, se abrió la puerta que conducía los quirófanos. Venía una enfermera empujando una camilla y me llamó. Su voz resonó en la silenciosa sala y di un pequeño respingo. — Recuéstese en la camilla, por favor, me pidió la enfermera al ver que aún no me movía. Estaba en shock y tenía tanto frío que apenas respiraba. Reaccioné cuando la enfermera empezó a pegar unos stickers a la manilla del hospital. Eran de colores, así que le pregunté para qué eran. — Son para clasificar a los pacientes; así se sabe si pueden ingerir alimentos, o solo líquidos o si están con un medicamento, me respondió. Yo solo asentí con la cabeza. Me subí por fin a la camilla, mi mamá me dio la bendición y un beso en la mejilla, al igual que mi papá. Comenzamos a movernos. Veía como se movía el techo conforme la camilla avanzaba, así que decidí cerrar los ojos porque me estaba ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
169
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
mareando y la verdad, la escena me recordaba un poco a las películas. El viajecito se me hizo eterno hasta que por fin llegamos al quirófano. Allí estaban mi tía, el anestesiólogo y el cirujano esperándome. Con cuidado, las enfermeras me ayudaron a pasarme de la camilla a la mesa de cirugía. Y se acercaba el momento que detestaba: la anestesia. Mi tía me tomó la mano derecha y me pasó una de sus manos por la frente. Escuchaba como detrás de mí, se movían las enfermeras terminando de preparar todo. Entonces vi como se acercaba la máscara. Desde la primera vez que me pusieron anestesia general, no soporto ese olor tan peculiar que tiene. Aparte de eso, siempre he reaccionado muy mal, me despierto muy mareada, vomito y me trae recuerdos de recuperaciones tediosas. Así que también se puede decir que es medio psicológico, pero es el peor olor que pueda existir para mí. Sé que en algún momento tendré que superar esa “fobia” debido a la carrera que escogí, pero aún no puedo. Lentamente y con la cara un poco arrugada inhalé el extraño humo que salía de la máscara. Mientras me iba durmiendo, sentí como algo caliente subía por mi brazo izquierdo. Y poco a poco fui relajando mi expresión, no porque no siguiera asqueada y asustada, sino porque ya el cerebro no me respondía. Hasta que al final, me dejé llevar. Mariana... hola Mariana... ¿cómo estás? Se comportó súper bien, súper juiciosa. Alcancé a reconocer la voz del anestesiólogo al decirle lo último a mi tía. Empezaba a despertarme, quería abrir los ojos, pero ellos simplemente se negaban a afrontar la potente luz de la sala de recuperación. Poco a poco iba recuperando la sensibilidad. 170
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
Tenía la mandíbula totalmente inmovilizada, no podía abrir la boca. Bueno, eso me lo habían advertido. Esperen, también tenía la nariz tapada, no podía respirar. Eso no lo esperaba. De acuerdo, era el tiempo para entrar en pánico. Pero mejor decidí calmarme. Respiraba por las hendiduras de mis dientes. Estaba muy concentrada en lo que hacía. — Hay que calentarla rápido, está muy fría. Sentí como me ponían una cobija de lana encima y una especie de calentador por debajo. Luego escuché una voz familiar. — Ay mamá, como quedó de bien. Hola Tata, “quedaste hermosa”. Era mi prima. Como pude obligué a mi mano derecha a salir de debajo de la cobija y mi prima la sostuvo. No pude evitar que se me escapara una lágrima. Afortunadamente, ella no se percató de ello. La sostuvo solo por un momento, ya que no se permitían visitas muy largas en la sala y tuvo que irse. Antes de eso, me habían puesto un tensiómetro automático, así que cada tanto sentía como me estrangulaba el brazo derecho. Ahora ya me había quedado sola. No sabía ni qué hora era, ni cuanto había estado dormida, ni dónde estaban mis papás. Todo me daba vueltas y comenzaba a dolerme la mandíbula. Por ahora, seguía concentrada en respirar. Hasta que escuché a una de las enfermeras decir la hora. No me lo creí. No podía haber pasado tanto, no podían ser las tres de la tarde. Por Dios, si había entrado a las siete y media ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
171
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
de la mañana a cirugía. Además ya había surtido efecto el calentador que tenía debajo de la cobija y no se veía a nadie cerca. Ok, fue lo primero que me dijeron antes de meterme en esto. Calma. Hasta que apareció una enfermera que venía a monitorearme. Como no podía hablar y estaba muy débil como para levantar los brazos, la miré a los ojos y con eso bastó para que entendiera que necesitaba desesperadamente que apagara el calentador. Ay, muchas gracias, de verdad, pensé. Después de eso, el tiempo se pasó un poco más rápido. Respiré y pensé... y luego vinieron más enfermeras a llevarme con mis papás y a una habitación. A pesar del dolor, del estrés, de la angustia que sentía, me las arreglé para emitir: Gracias, muchas gracias.
Cinco centímetros María Alejandra Torres Hernández Cuando eres niño, suceden cosas y no te explicas por qué aún estás viviendo. No recuerdo el día ni la hora. Mis vagos recuerdos suprimieron ese día, tal vez por el dolor. Mi mamá aún me cuenta y dice que Dios es grande.
172
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
Era un día en que llegué hiperactiva cogiendo los colores y los marcadores, pintando sobre las paredes. Hasta que cogí un lápiz con una punta muy afilada. Ella (mi madre) se asustó y trató de quitármelo. Yo salí corriendo. Mientras corría con el lápiz, tropecé y el lápiz traspasó profundamente mi cara y salió cinco centímetros más abajo de mi ojo derecho. Eso dijo el doctor. Mi mamá salió corriendo sin zapatos por las calles de Bogotá hasta un centro salud. Ella cuenta que no sentía dolor en sus pies mientras corría pues solo quería que me atendieran. Afortunadamente, el lápiz traspasó pero no dañó el hueso. El doctor dijo que eso pasó por que aún era muy pequeña. Tenía cuatro años. Cada vez que mi mamá me cuenta esta historia, me pregunta que cuándo voy a cambiar, que cuándo voy a dejar esa hiperactividad y enseguida besa mi ojo con una hermosa sonrisa. La verdad, yo no me acuerdo. Pero dos bellas cicatrices en mi cara comprueban que fue real.
Prueba de vida Diana Marcela García Chávez Era agosto de 1994 y mi madre se preparaba para ir al médico y confirmar su embarazo. Después de haber llegado al sitio y haberse realizado los exámenes correspondientes finalmente pasó al consultorio, donde las primeras palabras del médico fueron: Señora, muchas felicidades, usted va a tener gemelas, sin embargo lamento decirle que por lo general ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
173
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
estos nacimientos son de alto riesgo y debe cuidarse mucho. La expresión de mi madre fue de total asombro. Su rostro se tornó pálido y sus manos comenzaron a temblar. Sentía temor porque su vida podía estar en peligro, pero por otro lado estaba feliz ya que traería dos seres idénticos al mundo. Debido a la complejidad de la situación, mi madre debía volver dentro de los próximos tres meses. Mientras tanto, tuvo que estar bajo ciertos cuidados: debía usar ropa floja, no podía utilizar zapatos altos, tener una buena alimentación, hacer ejercicio moderado, incluso, dejar de trabajar. Para ella todo esto fue muy difícil debido a que siempre había sido una mujer activa, trabajadora, una mujer con gran vitalidad. Pasaron los tres meses, y consigo más cuidados y complicaciones. Durante la segunda consulta, el médico le advirtió que debía cuidarse, su vida y la de sus hijas al momento del parto podían ser decisivas. Y llegaron los cinco meses, era 5 de Diciembre de 1994 cuando mi madre regresó por su tercer control al Seguro Social. Ella pensó que sólo sería cuestión de chequeos como habían sido los anteriores, pero sucedió algo inesperado: el médico había ordenado que se quedara porque su salud no estaba en las mejores condiciones y esto podía afectar a las bebés. Una vez hospitalizada, no sólo mi madre, sino mi familia empezarían a vivir lo que realmente sería mi nacimiento. Ese mes fue devastador para ella, sentía mucho dolor en todo su cuerpo, náuseas, dolores de cabeza, varios síntomas que juntos provocaron que mi madre llegara a pensar que necesitaría una cura para salvarse. En cuanto a mi padre, su aspecto cambió radicalmente, tanto así que llegó a pesar solo 45 kilos. Mi 174
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
tía, por su parte, estuvo a punto de perder su trabajo por permanecer más tiempo en el hospital que desempeñando su profesión como administradora. Cada día era más complicado para todos. La situación empeoró a tal grado que el médico decidió que lo mejor era entrar en proceso de parto aunque no se hubiera cumplido el tiempo de gestación, tiempo que solo fue seis meses, es decir que los bebés tendrían 24 semanas de estar dentro del vientre. Había llegado el momento del parto; tras dos largas horas de dificultades, sufrimiento y dolor por parte de mi madre, angustia por parte de los médicos, un jueves 5 de Enero de 1995 a las 11:23 a.m nacieron las gemelas, que más tarde tendrían por nombre Diana Marcela y María Camila. Fue el único momento que mi madre las pudo ver. Sus ojos llenos de lágrimas, y su sonrisa reflejaban su felicidad. No podía creer lo que estaba viendo, sus hijas tan frágiles y ella tan débil, habían logrado sobrevivir a tal situación. Desafortunadamente, la historia no acaba ahí. Las gemelas debían ser llevadas al sitio de recien nacidos para hacerles el respectivo control. En estas circustancias fue que mi padre y mi tía por primera vez pudieron verlas y darse cuenta de que habían nacido aunque la expresión de las enfermeras mostraban lo contrario. Durante doce días las gemelas fueron cuidadas y atendidas por las enfermeras del Seguro Social. Ambas debían estar en una incubadora porque al haber nacido prematuras sus órganos no estaban lo suficientemente desarollados, y necesitaban estar el tiempo restante de gestación dentro de ella, es decir, los próximos tres meses, hasta mediados de lo que sería Abril. Durante ese tiempo, las enfermeras notaron que ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
175
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
una de ellas, Diana Marcela, no tenía el mismo progreso que su hermana, su salud empeoró tanto que creyeron que podía morir en cualquier momento; por esta razón, los médicos decidieron trasladarla a la Fundación Valle del Lili, al sur de la ciudad donde recibiría el cuidado necesario para salvar su vida. Por otro lado, en el Seguro Social, la otra gemela estaba en buenas condiciones. Fue el 16 de Enero, cuando la vida de Diana Marcela daría un vuelco repentino. Sorprendentemente, la bebé luchaba por su vida a pesar de que en un principio dijeran que podía fallecer, y por otra parte, María Camila había fallecido por una infección en el estómago. Sin poderlas ver debido a su mal estado de salud después del nacimiento, la única reacción de mi madre fue caer en una profunda tristeza, y llanto que fue propio de varios días. En ese momento ella no se explicaba qué era lo que había pasado, por qué había sucedido, pero ahora después de tantos años, creía que pudo ser descuido de los médicos del Seguro Social. Y así fue como la vida trató a estos dos seres; permitiendo que uno viviera y el otro abandonara este mundo. Durante ese tiempo en la incubadora, Diana Marcela mostró un gran progreso, su salud mejoró tanto que toda su familia tuvo la oportunidad de irla a ver; tía(os), primas(os)... hasta que se cumplió el tiempo de gestación. Para la época de Mayo, finalmente mi madre y la bebé salieron del hospital y regresaron a casa. Las dos pudieron recuperarse del todo, la bebé comenzó a crecer sin ninguna complicación, convirtiéndose en una niña sana; de otra parte, mi madre pudo integrarse a su trabajo tras haber vivido una prueba de vida. 176
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
Un pare en el camino Blanca Isabel Torres Vela Aunque algunas veces quisiéramos controlar el tiempo y tenemos todo programado, llega una tarde que lo cambia todo, los planes son modificados. Es una tarde muy calurosa en la ciudad de Cali, es sábado mi día libre en la semana; el día para realizar de todo un poco, aprovecharlo al máximo. Después de pasar la mañana arreglando cosas en mi apartamento, llegó la tarde y estaba lista. Había decidido ir al centro de la ciudad a comprar algunas telas, llamé a mi hermano y le pregunté que si no estaba ocupado para que me llevara al centro en la moto. Me respondió que después de las cuatro de la tarde llegaría a la casa de trabajar y el sol estaría menos fuerte. Pasadas las cuatro, escuché un pitido afuera en la calle… era mi hermano. Salí, me subí en su moto y partimos con rumbo a nuestro destino; él había decidido que nos iríamos por la carrera 8a que es más cerca y además recordaba un parqueadero para dejar la moto, cerca de los almacenes que visitaríamos. Íbamos por la carrera octava cuando nos encontramos en uno de los semáforos a mi concuñado que iba manejando una camioneta, él también se dirigía hacia el centro de la ciudad. Arrancaron motores cuando el semáforo dio luz verde, y segundos más tarde un gran estruendo se escuchó en la cuadra siguiente. Ese estruendo aterrador fue escuchado por todos, mi hermano, la gente de un carro blanco y yo. ¡Nos había arrollado un carro!
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
177
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Todo fue distorsión y volteretas, hasta que caí y volví a la realidad. Yo estaba tirada en el suelo; me sentía conmocionada, no lo podía creer. Aún estaba viva. Como pude me senté y vi alrededor mío mucha gente que gritaba, ofrecía ayuda y yo apenas estaba asimilando el golpe. Me pareció muy aterrador cuando vi unas mujeres vestidas de blanco con azul; por un momento pensé me morí, hasta que comenzaron a hablarme y a decirme que estuviera tranquila, que ya venía una ambulancia. En ese momento solo pensé en mi hermano, dónde estaba que no lo veía entre tanta gente que se había aglomerado alrededor mío. Cuando quise moverme sentí un dolor terrible en las piernas y dirigí mi mirada hacia estas y ¡Oh! gran terror. Mis piernas estaban sangrando y mis jeans estaban destrozados. Una de mis piernas se había doblado. ¡No, estaba fracturada, parecía una zeta! Como pude me giré la pierna y traté de enderezarla aunque muchos de los que estaban alrededor gritaban que no, aparté mi mano derecha, sangraba mucho y la sentía adormecida. Mis deditos también habían sufrido daños. Yo sabía que entre más rápido la alineara me iba a doler menos. Luego del gran dolor de ese momento, mi pensamiento y mis ojos solo buscaban a mi hermano. ¿Dónde estaba él? ¿Qué había pasado con él? Por momentos, mis pensamientos fueron los peores. Hasta que por fin lo vi, venía hacia mí cojeando y llorando; al igual que yo, nuestras miradas se cruzaron y le dieron un toque de tranquilidad al corazón. Al fin llegó la ambulancia, los paramédicos me subieron a la tablilla y luego a la ambulancia; ese fue otro dolor terrible, pero no más del que me tocó camino a la clínica. Cada que pasábamos por un hueco y la ambulancia saltaba sentía 178
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
que me iba a morir. Todo me dolía. En la clínica comenzó lo duro, quitarse la ropa para poder lavar las heridas lo más pronto posible. Una tijera cortó lo poco que quedaba de los pantalones. Al ver mis piernas a punto de ser lavadas por los auxiliares de enfermería, fue duro ver cómo habían quedado; se puede decir que había piel desgarrada por todo lado y tenía un hueco en la rodilla de la pierna izquierda. De solo acordarme se me eriza la piel. Después del sufrimiento de sacar tierra y piedritas, llegó lo duro. Debían alinear la pierna para poder llevarme a Rayos X. Tomé aliento desde lo más profundo. Y sin anestesia, halaron la pierna para que más o menos quedará recta. Como ya estaba tan tarde y mi última comida había sido en horas de la tarde no me podían operar; así que mi cirugía sería al día siguiente. No puedo describir cuán larga y dolorosa se me hizo esa noche y la mañana del día siguiente, hasta la hora de mi cirugía. Por más que tenía analgésicos todo me dolía. Hasta el momento nadie me había dicho nada de quien nos había arrollado; solo que se trataba de un carro blanco que iba a mucha velocidad y no había tenido en cuenta la señal de tránsito. Para mi sorpresa, ese carro blanco que mis ojos vieron de lejos en el lugar del accidente lo conducía una monja. No lo podía creer. Mi cerebro tardó unos momentos en procesar la noticia, pregunté de nuevo que si eso era verdad, a lo que contestaron que sí. En ese momento entendí, por qué vi tantas mujeres de blanco con azul a mi alrededor. Ese carro iba lleno de monjas. Gracias a Dios mi hermano no sufrió consecuencias terribles en su pierna y cuerpo; por fortuna, si se puede decir así, solo fueron golpes y raspones. Afortunada yo, que en ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
179
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
ese momento tenía el gran apoyo de mi familia, allí estaba mi novio incondicional como siempre a la espera de qué me pasaba o hacían. Siendo ya domingo pasado el mediodía, entraría a cirugía. Unas cuantas horas después, estaba en recuperación. Cuando desperté estaba allí mi madre, como siempre, brindándome su amor. Después de muchos días de estar en el hospital, luchando día a día, llegó el día que anhelaba: Poder ir a casa. Ya estaba cansada de noches en vela por las dolorosas curaciones diarias; aunque la salida era muy condicionada, ya que en casa igual tendría Home Care (hospital en casa). Sin embargo, el solo hecho de pensar que estaría en casa lo cambiaba todo, aunque haciendo maromas en mi casa para que todo fuera lo más práctico. No puedo dejar de recordar la odisea que era la trasladada al baño, a la sala, a la cama. Después de varios meses esperando que mis fracturas sanaran y la piel se regenerara, habían llegado las dolorosas terapias. Otro esfuerzo más que debía hacer mi cuerpo ¡Sí! Quería estar de pie haciendo muchas cosas. Al principio usar las la silla de rueda era incómodo; además, me estrellaba con todo. Hasta que comencé a dominarla. Poco después llegaron las muletas, ya era más rápido desplazarme en ellas, iba de un lugar a otro y ya no dependía tanto de mi familia, que gracias a Dios, en todo momento me dio su apoyo. Después de más de un año de terapias de rehabilitación ya caminaba más o menos bien. Pero como casi en todas las historias había un dilema. Mi cuerpo ya no quería más los “metales” (clavo intramedular) que tenía mi pierna, los dolores diarios me hicieron volver a quirófano, esta vez, para retirar el material de osteosíntesis. 180
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
NARRAR LA ENFERMEDAD
Tomó su tiempo recuperarme, pero al fin estaba mejor, los dolores habían disminuido y mi recuperación estaba en progreso. Algo falta en esta historia: las monjas. ¿Qué pasó con ellas? Puedo decir que las vi un par de veces en mi estadía en la clínica, y una que otra llamada no muy larga preguntado por mi estado de Salud. Días después me contaron que ese desafortunado día del accidente, se dirigían a un retito espiritual, estaban con mucha prisa por llegar a su destino y habían ignorado la señal de tránsito PARE, y continuaron sin ver que en ese momento iban dos hermanos en una moto. Muchas veces me ofrecieron disculpas por lo sucedido aquel sábado de mayo. Cuando la gente se enteraba que había sufrido un accidente de tránsito, no se imaginaban que quien iba conduciendo era una monja; al igual que yo, sus caras revelaban gran sorpresa al escucharlo. Durante este tiempo aprendí a tener más paciencia, comprendí que no todo en la vida es la ligereza del trabajo y estudio, que el amor de familia es lo más importante, porque gracias a ellos y a la gran fuerza de voluntad que he tenido, hoy día puedo caminar. Hubo momentos en que quise renunciar, pero hoy estoy de pie dando la batalla día a día. Ahora mi futuro es correr de salón en salón para ir a clase en una nueva meta que tengo: estudiar Medicina.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
181
Foto de familia
FOTO DE FAMILIA
David Victoria Ernesto Victoria, mi bisabuelo. Cali, 1934. Mi abuelo dice que como tenía siete años, casi no recuerda el contexto de la fotografía. Buscando en internet, supe que por ese año se fundaba la iglesia san Juan Bosco.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
185
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Alfredo Núñez, Norby Núñez, Nayra Núñez y Ferney Núñez (de izq. a der.) 1966. Puente Ortiz, Cra 1 con calle 12
Jessica Núñez Gómez En el fondo se ve el río Cali, el edificio de Avianca (a la derecha). En el puente Ortiz había varios fotógrafos. Era un lugar muy “popular” y la gente se tomaba fotografías. Se les llamaban foto agüitas” —Ferney Núñez. En ese año hubo dos alcaldes Libardo Lozano Guerrero hasta el mes de Agosto y Luis E. Sardi Garcés a partir de septiembre.
186
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
FOTO DE FAMILIA
De pie de izquierda a derecha: Tulia de Celis (Abuela de Elvira), Alejandrina de Celis: (Mamá de Elvira). Sentados de izquierda a derecha: Raúl Contreras Celis (Hermano de Elvira), Elvira Contreras Celis (“Mi abuela”), Adolfo Contreras Celis (Hermano mayor de Elvira).
Josué David Herrrera Monroy Fotografía tomada en un estudio fotográfico en la ciudad de Bucaramanga Santander, en 1949. En aquel entonces solían realizar este tipo de fotografías y se recurría a dichos estudios fotográficos ya que una cámara fotográfica era muy costosa. Se vestía de la misma manera que como en la foto, siempre de manera formal. Los hijos estaban a disposición y sometimiento de las órdenes de los padres y/o abuelos. El modo de vestir de los niños no era elección de ellos, sino de los padres, ellos eran quienes compraban o confeccionaban la ropa (las madres o abuelas). En cuanto al comportamiento, era obligación que dentro de las familias todas manejaran mucha cordura, prudencia y sobriedad en cualquier momento. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
187
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Leidy Tatiana Peña Izquierdo Mi abuela paterna, Marina Cifuentes. Diciembre de 1943. Santander de Quilichao. La foto fue tomada para su cumpleaños número 17, un año antes de su matrimonio con mi abuelo. Ella dice que para esa fecha fue la primera vez que se cortó el cabello y mi abuelo, en ese entonces su novio, se enojó con ella; también recuerda que la fotografía fue tomada por un fotógrafo del estudio Foto Pizarro. Incluso, muchas de las fotos que tiene de su matrimonio e hijos son del mismo fotógrafo ya que era el único que existía en el pueblo en esa época. 188
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
FOTO DE FAMILIA
Valeria Hernández Aguirre Esta fotografía es de mi abuelo paterno, llamado Darío Hernández. Fue en el año 1938 en la ciudad de Bogotá, para ser exactos fue en la Carrera 9 con calle 23. Esta foto fue tomada en su casa paterna cuando tenía apenas 5 años de edad, cerca al parque de la Rebeca y a la iglesia de San Diego. También recuerda que cerca de esa casa estaba el teatro Colintia, el parque de la Independencia y la Biblioteca Nacional. Esa mañana estaba con sus tías Nina y Concepción, quienes lo consentían mucho por ser el menor de los primos. Mi abuelo recuerda que su prima Ligia, su primo Mario y él patinaban por el parque de la Independencia y también comían paletas. También recuerda con gran nostalgia que desde el frente de la casa se observaba la subida del funicular al cerro de Monserrate, se distraía viendo como subía y bajaba. Y se distraía con muchos pajaritos llamados copetones de Bogotá, que ponían sus nidos en unas plantas del patio. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
189
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
María Camila Murcia Piedrahita La persona que aparece en la foto es mi tátara tátara abuelo Don Gregorio Cabal Valdez nacido en 1860 en Buga Valle Del Cauca descendiente del prócer de la independencia el general José María Cabal, uno de los libertadores de nuestra tierra vallecaucana junto con Joaquín Caicedo y Cuero . El señor Gregorio llega a Ecuador por cuestiones amorosas según cuenta mi abuela paterna alrededor del año 1885 a una pequeña población llamada canuto (Malabi) allí se establece, se casa y tiene varios hijos. En la fotografía don Gregorio Cabal Valdez en su onomástica numero 80 representando una sociedad rural con aspiraciones a la modernidad y con rezagos de costumbres familiares arraigadas en su vestimenta y en la pose de gran señor a pesar de su edad y de la sencillez características de esa población por ser un pueblo dedicado a la artesanía y a el turismo. Mi tátara tátara abuelo luce su traje con orgullo al igual que su edad pues esta foto se la manda el a su hijo que vive en Cali diciendo lo siguiente “Allí te mando la sombra de tu padre a los ochenta años”. 190
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
La Facultad de Ciencias de la Salud en pa単ales
FACULTAD EN PAÑALES
Paula Margarita Hurtado Villa, MD. Días de juego en familia.
Valentina Corchuelo Guzmán Ingeniera Biomédica
Cuando apenas tenía nueve meses mi papá estrenaba su primer estudio de fotografía realizándome diversos fotografías. Yo en ese momento no entendía lo que ocurría, pero a través de los años las cámaras se convirtieron en un compañero habitual.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
193
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Marcela Tejada Reyes Ingeniera Biomédica
En esta foto tengo tres años, haciéndome un estudio fotográfico y sonriendo para mi hermosa mamá.
Sheila Andrea Gómez Peñalosa Trabajadora Social
A los cuatro años. Llegando a vivir a Cali. Creo, sospechaba, que este cambio iba a traer grandes Bendiciones a mi vida. Así ocurrió.
194
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
FACULTAD EN PAÑALES
Nohora Helena Riani De la Cruz Llano, MD. Nueve meses. Vestida para festejar la navidad y ya caminaba, creánlo o no. Pañal es lo que hay debajo de tan aparatoso vestido rojo.
Stephanie Ordoñez Medina Ingeniera Biomédica
Esta fotografía fue tomada el día de mi primer año. En el instante de la fotografía estoy sonriendo y señalando cuántos años cumplo. Me gusta mucho esta fotografía porque refleja ternura y alegría. Son lindos recuerdos de mi niñez.
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
195
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Sobre los autores Manuela Montoya Villegas, Alicia Michelle Hobbs, Manuel Alejandro Matta Robles, Daniela Saa González, Lina Fernanda Alegría Mera, Iovana Pérez Montes, Stephano Betancourt Valencia, Leidy Tatiana Peña Izquierdo, Andrés Kaitzberg Lasso, Tatiana Berrío Tascón, María José Espinal Vacca, Catalina Rico Cárdenas, Pedro Enrique Ramírez Cardona, Pedro José Acero Henao, María Carolina Vásquez Narváez, Jhoan Emmanuel Orjuela Quiroga, Laura Ruiz Londoño, Laura Isabel Rincón Muñoz, Alexandra Valencia Pérez, Betsabé Puentes Huertas, Gisela Melo Saavedra, Nathalie Yepes Madrid, Natalia Quintero Serrano, Rodolfo J. García Nassar, Alejandro Galindo Rojas, Nathalie Méndez Obando, Laura Cabrera Salazar, Claudia Bibiana Ballesteros Velásquez, Diana Lorena Cepeda Riascos, Isabel Ruiz Ponce de León, Diana Vivas Rodríguez, Laura Isabel Rincón Muñoz, Victoria Eugenia Carolina Martínez Cardona, Isabel Ruiz Ponce de León, David Fernando Lara Santofimio, Daniela Rivera Rodríguez, Melanie Santrich Sotomayor, María del Mar Sánchez Pinilla, Sindy Johanna Álvarez Sánchez, Mariana Quintero Orozco, María Alejandra Torres Hernández, Diana Marcela García Chávez, Blanca Isabel Torres Vela, María Camila Murcia Piedrahita, David Victoria, Jessica Núñez Gómez, Josué David Herrera Monroy, Valeria Hernández Aguirre Pedro Alejandro Rovetto Villalobos, MD. Médico cirujano, Universidad del Valle. Especialista en Patología Anatómica (Universidad de Miami) Patología Clínica (Universidad de Cincinnati) e Inmunohematología (Universidad de Minnesota). Profesor universitario desde hace 30 años. Investigador del Grupo Historia de la Medicina Colombiana. ESCRITURA CREATIVA MÉDICA
197
REVISTA MEDICINA NARRATIVA
Gloria Inés Flórez Villafañe Trabajadora Social, Universidad del Valle. Especialista en Administración del Talento Humano, Universidad del Valle y Penn State University. Magistra en Administración de Empresas de la Universidad Javeriana Cali. Profesora universitaria. Secretaria Académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Pontificia Universidad Javeriana Cali. Florencia Mora Anto Licenciada en Ciencias Sociales, Licenciada en Literatura, Universidad del Valle. Especialista en Enseñanza de las Ciencias Sociales e Historia de Colombia. Magister en Filosofía, Universidad del Valle. Profesora del Departamento de Humanidades, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Javeriana Cali. Integrante del Grupo de Investigación De Humanitate y del Colectivo Descarrilados.
198
ESCRITURA CREATIVA MÉDICA