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HIPERTENSIÓN

La presión sanguínea es aquella que ejerce la sangre en las paredes de las arterias. Las arterias son los vasos sanguíneos encargados de llevar sangre oxigenada del corazón a los órganos y tejidos de nuestro cuerpo.

La presión sanguínea consta de dos números: la presión sistólica y la diástólica. Esta se mide en milímetros de mercurio ( mmHg ). La presión sistólica ( “la de arriba” ) se refiere a la presión en las arterias cuando el corazón se contrae y la diastólica ( “ la de abajo” ) cuando se relaja.

Es normal que la presión sanguínea varíe durante el día y la noche. La medida normal es menor de 120/80 mmHg. Pre-hipertensión se define como presiones sistólicas entre 120-139 mmHg y/o diastólicas entre 80-89 mmHg.

La hipertensión ó presión sanguínea alta se define como mayor de 130/80 mmHg. Esto es basado en las guías revisadas del Colegio Americano de Cardiología y la Sociedad Americana del Corazón publicadas en el año 2017.

La Hipertensi N Es Una

Condici N M Dica Seria Que

AUMENTA SIGNIFICATIVAMENTE EL RIESGO DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES, CEREBROVASCULARES Y RENALES. ADEMÁS ES UNA CAUSA

MAJOR DE MUERTE PREMATURA ALREDEDOR DEL MUNDO.

Se estima que casi la mitad de los adultos en los Estados Unidos, unos 116 millones, tienen hipertensión. De estos solo el 24%, ó 1 en 4, tienen la condición bajo control.

En el año 2020 más de 670,000 muertes el los Estados Unidos tenían a la hipertensión como diagnóstico contribuyente. Esta enfermedad le cuesta al gobierno americano alrededor de $131 billones cada año.

La hipertensión es mas común en hombres que en mujeres ( 50% vs 44% ) y más común en adultos de raza negra no hispanos. Los factores de riesgo para esta condición son varios incluyendo las dietas altas en sal y en grasas, la vida sedentaria, el sobrepeso, el fumar y el consumo de alcohol. Los factores de riesgo no modificables son la edad ( > 65 años ) y el historial familiar.

La gran mayoría de las personas con presión alta no saben que la tienen ya que no presentan ningún signo ó síntoma. Por esta razón se le llama el “asesino silente”. Muchos de estos pacientes presentan en el hospital con infartos al miocardio, fallo cardiaco y accidente cerebrovascular.

Hector M. Santiago, MD

Cardiólogo

Práctica Privada

Mayagüez/San Germán

Hospital Perea

Miembro Junta Directores da La Sociedad

Puertorriqueña de Cardiología

Presidente Sociedad de Cardiólogos del Noroeste

La hipertensión descontrolada es también causante de fallo renal, infarto cerebral isquémico y hemorrágico, enfermedad periferovascular y aneurisma de aorta abdominal.

La prevención es clave y comienza con mantener un peso adecuado y una dieta saludable. La dieta ideal deberá ser rica en frutas, vegetales y granos integrales. Debemos bajar el consumo de sal y aumentar el de potasio. Se recomienda un consumo óptimo de menos de 1,500 mg a día de sodio y por lo menos 3,500 a 5,000 mg al día de potasio. También se debe reducir el consumo de alcohol y de grasas saturadas y trans.

Cuando ocurren síntomas, estos incluyen:

Dolor de cabeza

Sangrado por la nariz

Palpitaciones

Cambios en la visión

Entre otros...

También pueden ocurrir síntomas serios como lo son: fatiga, falta de aire, nausea, vómito, confusión y ansiedad.

La mejor manera de detectar la presión alta es visitando regularmente a un profesional de la salud como su médico primario, cardiólogo ó nefrólogo.

La importancia de tratar y mantener la presión adecuada es evitar complicaciones cardiovasculares serias. Estas son angina de pecho, infarto, fallo cardiaco, arritmias y muerte súbita.

El ejercicio, el no fumar y la reducción del estrés son también esenciales en la prevención de la hipertensión. Estos cambios terapéuticos nos ayudan a controlar esta enfermedad. Podemos ver una reducción de hasta 5 mmHg en la presión sistólica y de hasta 4 mmHg en la presión diastólica. Cuando sumamos una dieta saludable a la ecuación podríamos ver una reducción de hasta 11 mmHg.

Los cambios terapéuticos son también la primera linea de tratamiento contra la hipertensión pero una gran mayoría de los pacientes requieren también medicamentos. Con esto buscamos la prevención primaria o secundaria de enfermedad cardiovascular.

Para pacientes de bajo riesgo e hipertensión estadio 1 ( 130-139 / 80-89 mmHg ) comenzamos recomendando cambios en el estilo de vida y tratamiento no farmacológico. Estos pacientes se siguen en un periodo de 3 a 6 meses y de su presión sanguínea no estar en meta se comienzan en medicamentos. Usualmente estos pacientes se comienzan en un solo medicamento y luego se combina terapia de ser necesario.

Los pacientes con hipertensión estadio 2 ( ≥ 140 / ≥ 90 ) usualmente son comenzados en terapia de combinación para lograr un control adecuado.

En nuestro armamento de medicamentos contamos con los diuréticos de tipo tiazida, bloqueadores de calcio, los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensin ( ACEi ) y los inhibidores de la angiotensina II ( ARB ). Estos medicamentos son utilizados como la primera linea de tratamiento. Contamos también con otros medicamentos como lo son los los antagonistas de los receptores de mineralocorticoides ( MRA ) y los bloqueadores de los receptores beta ( BB ).

Para los pacientes con diabetes y fallo renal crónico se favorece el uso de ACEi y ARB. En el caso de los pacientes con enfermedad coronaria utilizamos como primera linea los BB, ACEi ó ARB. En los pacientes de fallo cardiaco se prefiere comenzar con BB, ACEi, ARB ó MRA.

EN LOS PACIENTES AFROAMERICANOS DEBEMOS COMENZAR DIURÉTICOS DEL TIPO TIAZIDA Ó BLOQUEADORES DE CALCIO. LA GRAN MAYORÍA DE ESTOS PACIENTES SE BENEFICIAN DE UNA COMBINACIÓN DESDE UN INICIO.

Algunos pacientes pueden presentar hipertensión resistente. Esta se define como aquella que no llega a meta a pesar de realizar tratamiento no farmacológico y farmacológico con tres medicamentos a la máxima dosis tolerada incluyendo un diurético. Estos pacientes estarán mejor servidos visitando a un especialista como cardiólogo o nefrólogo. También existen nuevas alternativas para estos pacientes como la denervación renal que es una intervención percutánea de tratamiento.

Por último, la terapia farmacológica de hipertensión en la mujer embarazada es uno complejo ya que se ven reducidos los medicamentos que podemos utilizar. Las alternativas más comúnmente utilizadas son el labetalol, la metildopa, la hidralazina y la nifedipina.

Estimado lector mantenga un estilo de vida saludable, visite a su médico y mantenga su presión bajo control. De esa manera evitará futuras complicaciones cardiovasculares.

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