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Pablo Cervigni
De entrenador
Foto: Gentileza Lifetime Fitness
a emprendedor
Tras vivir 17 años en Estados Unidos, donde llegó a liderar a 60 entrenadores personales en una sede de la cadena Lifetime Fitness, este profesional argentino vuelve al país para introducir los programas MC2 y RIP60 de Free Motion. En 1994, luego de terminar en Buenos Aires el cuarto año del profesorado de Educación Física en el ISEF Nº1 Dr. Enrique Romero Brest, Pablo Cervigni decidió emigrar a Estados Unidos. Vivió un tiempo en Massachusetts y luego se mudó a Hawái, donde enseñó karate okinawense y meditación zen. Pero después, un nuevo trabajo en Northwest Airlines lo trasladó primero a Minnesota y más tarde a San Antonio, en Texas. Fue allí cuando un día, al volver de su trabajo, vio un cartel que decía: “Próximamente, Lifetime Fitness”. “El gimnasio donde yo entrenaba, en Minnesota, iba a abrir una sede en San Antonio”, recuerda Cervigni. Entonces, decidió postularse y en 2003 se convirtió en el primer entrenador del nuevo gimnasio. “Siempre quise volver al fitness, y además tenía entendido que la profesión de personal trainer podía ser muy redituable”, recuerda. Cervigni se certificó como entrenador personal en la National Association of Sport Medicine (NASM), luego se especializó en alto rendimiento deportivo y en ejercicios correctivos “y mi carrera tomó una dimensión increíble”, relata. En Lifetime Fitness, una importante cadena de gimnasios fundada en 1992 por Bahram Akradi, Cervigni
llegó a dirigir a 60 entrenadores en su función de personal training general manager. Lifetime Fitness tiene actualmente 92 clubes, que están abiertos las 24 horas, en 21 estados norteamericanos. Todas las unidades de la compañía cuentan con piscinas, bar, peluquería, guardería de niños, muros de escalada, canchas de básquet y de tenis, programas de personal training y de fitness grupal, musculación y cardio, y servicios de spa, entre otros. “Cada club tiene en promedio unos 20.000 socios”, asegura Cervigni. Desde el momento en que un cliente ingresa al club “se considera cada detalle y se le ofrecen todos los servicios”, explica. Todo miembro tiene su cita inicial con un entrenador personal, quien le realiza una evaluación de masa muscular, grasa, capacidad cardíaca, fuerza y flexibilidad. Con los resultados, se compara edad corporal versus edad cronológica, y en función a ello se pautan con el cliente los objetivos del programa. Aunque cuentan con un salario básico, los personal trainers trabajan mayormente a comisión. “Hacen una gran diferencia vendiendo sus servicios”, dice Cervigni, al tiempo