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Tiahuanaco: la ciudad del Dios Viracocha y conexión con otras razas/culturas del mundo
from Revista de Antropología y Tradiciones Populares N2
by Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares
TIHUANACO
La Ciudad de los Dioses
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por Miguel Labrador
Soy de la opinión de que sería importante que aquel que vaya a visitar este maravilloso emplazamiento lo último que parece es que nos hallemos ante una ciudad primitiva se documentará de forma adecuada sobre aquello que nos puede proporcionar esta extraordinaria cultura, para que sea consciente de que no se va a encontrar un lugar tan fastuoso como cuando visitamos otra clase de ruinas, como pueden ser la meseta de Giza, Teotihuacan, Machu Picchu, etc.; pero, con los conocimientos necesarios, acabará resultando igual de interesante, si no más.
Este es sin duda uno de mis temas preferidos, puesto que la cultura de Tiahuanaco contribuyó a una mayor apertura de miras, debido a que el tipo de construcción es en algunos casos la misma que podemos encontrar en todo el Perú en mi opinión, mal llamado Inca ; no porque los incas no fueran importantes, que lo fueron, sino porque le resta la increíble importancia que tuvieron sus predecesores, aquellos que en realidad aportaron una tecnología y un mayor conocimiento prácticamente a todos los niveles, de forma similar a como sucede en otros lugares míticos en la historia: cuanto más antiguo, mejor tecnología y mayor tamaño y complejidad.
Tal es así que, en muchas de sus construcciones, el hombre del siglo XXI, con toda la tecnología que nos es propia, se vería en serias dificultades para lograr un resultado semejante a aquel, a pesar de nuestras actuales y flamantes grúas, herramientas, ordenadores, etc.
Llama la atención en esta zona, entre otras construcciones, el muro exterior del Templo de Kalasasaya: por su forma poliangular a base de sillares dispuestos a la perfección, una impresionante unión en íntimo contacto, así como por sus
propiedades antisísmicas. Cuando observo esta construcción milenaria no puedo evitar sonreírme pensando en el famoso juego del Tetris, pues todo parece estar dispuesto con esa misma precisión.
Pero, lo más sorprendente de todo, es que podemos hallar una «extraña» similitud en otros lugares del mundo, tan dispares como Egipto, norte de Italia, Japón
El conjunto de Tiahuanaco está compuesto por varias pirámides, esculturas y un templete semisubterráneo. Esta última edificación a la que acabamos de referirnos al hablar de su muro consiste en una plaza en la que se pueden ver caras de las distintas razas de todo el mundo (175 en total), algunas más extrañas de lo normal.
En el complejo existe también un museo donde se muestran caras aún mejor conservadas, que son testigos y evidencias de visitas
pasadas, llegadas desde diversos puntos del planeta, en una época prohibida, por lo menos para los estudiosos más ortodoxos.
Tiahuanaco está situada en el altiplano boliviano, a casi 4000 metros de altitud, justo en la frontera con Perú (mucha paciencia si se decide pasar desde el país vecino). Es un rincón que siempre ha tenido un halo de misterio, porque algunas de sus construcciones son espléndidas y, además, ciertos historiadores la sitúan como la ciudad más antigua del mundo; claro que aquí entraríamos en otras consideraciones.
Templo de Kalasaya o de las Piedras Paradas
Fotografía: Miguel Labrador
Mapa de situación de Tihuanaco Vistas del templo semisubteráneo
Fotografía de Jimmy Gilles en Wikimedia (Anakin).
Desde el punto de vista más ortodoxo, sabemos que junto con Caral, al norte de Lima, es la ciudad más antigua de toda América. De forma oficial, esta
cultura la situamos entre los años 1.800 y 1.500 antes de Cristo, y colapsó hace unos 1000 años aproximadamente, ya en nuestra era. Aunque ya digo que hay varios autores que la datan de hace 12.000 e incluso 17.000 años.
Esta última hipótesis, tan lejana, se sustentaría en el hecho de que, en ese tiempo, el Sol en los solsticios se ajustaba con precisión a las esquinas del templo de Kalasasaya.
También hallamos otra prueba, como fue el haber encontrado restos óseos de toxodontes junto a huesos humanos en la zona y en el mismo estrato, algo que impresiona, ya que este mamífero se extinguió hace unos 12000 años.
La ciudad anexa, llamada Puma Punku, hacía las veces de puerto, puesto que daba al lago Titicaca en aquella época, aunque ahora se sitúe a nada más y nada menos que a unos 20 Km de distancia.
Otra de las piezas destacadas de esta ciudad ancestral es la conocida como Puerta del Sol, una piedra descomunal de más de 10 toneladas, tallada en un solo bloque de granito andesita, material muy duro, que presenta un desafío tanto en su construcción como en su transporte. Dicho megalito contiene grabados con connotaciones astronómicas y se cree que era un calendario astronómico venusino (muy exacto, por cierto).
En la parte principal de la Puerta del Sol aparece Viracocha, un Dios que no solo podemos hallar en esta cultura, sino que descubriremos más adelante en otras civilizaciones, también impregnadas de misterio y alejadas en espacio y tiempo, con el nombre de Kukulkan o Quetzalcoatl.
Siempre aparece la misma historia, Dios-hombre blanco, barbado, civilizador, alto y robusto, el cual dejó una gran impronta de saber y conocimiento, que ayudó al hombre a desarrollarse. Tanto impacto dejó en el ser humano su visita que las sociedades de la época en la que llegaron los conquistadores lo tenían ya en su folclore; no es de extrañar, pues, que confundieran a su ídolo con los españoles, llamándoles a su llegada Viracocha.
En tiempo de los Incas, Tiahuanaco ya estaba por completo en ruinas, y al llegar el primer español, Pedro Cieza de León, preguntó sorprendido quiénes y cómo habían hecho aquellas construcciones tan asombrosas, ya que consideraban que estaban muy por delante de los que estimaban simples aborígenes salvajes, y sabían que no podían ser capaces de realizar obras semejantes, a pesar de las muchas catedrales y edificios majestuosos que ya se levantaban en buena parte de Europa por esas fechas. Se cuenta, según viene en los archivos, que la respuesta que dieron los precolombinos a dichas preguntas, después por cierto de
Ilustración de toxodonte (animal extinguido hacia el 8000 a.C). En la parte inferior izqda. osamenta de toxodonte del Museo de Ciencias Naturales de Bernardino Rivadavia Bloque de Puma Punku Foto: Miguel Labrador
algunas risas, fue la de que ni ellos ni sus ancestros pudieron haberlo hecho. Su tradición oral contaba que esas increíbles e imposibles construcciones fueron hechas por unos seres en tan solo una noche y mediante los sonidos de unas extrañas trompetas.
Fue tal lo que vieron los españoles que consideraron que semejantes construcciones imposibles eran obra del Maligno, por lo que destrozaron todo lo que pudieron; de hecho, la iglesia que se ve a lo lejos está construida en buena parte con materiales de la antigua ciudad de Tiahuanaco. Por fortuna, los españoles no poseían ni la capacidad ni los instrumentos para destruir tales materiales, y han podido llegar hasta el día de hoy evidencias de esta inusitada civilización.
Un misterio sin duda extraño como civilización es el desconcertante dato de no haber encontrado ni una sola arma de ataque o de defensa, prueba del adelanto que posee una cultura que no arregla con violencia sus problemas y que no abusa de otros pueblos para su propio interés. Algo por desgracia impensable incluso el día de hoy, donde gozamos de avances tecnológicos impensables y, sin embargo, seguimos matándonos los unos a los otros como si no
hubiéramos vivido ya milenios de guerras y conflictos, algunos sin fin y con las excusas más deplorables que se puedan encontrar, como el petróleo, la religión o las posiciones geoestratégicas.
Una de las mayores sorpresas que se encuentran allí son los impresionantes trabajos minuciosos y precisos en el tipo de corte, pulido, huellas de herramientas, ángulos perfectos y construcción en cadena, como las famosas construcciones en H de Puma Punku. Todos y cada uno de forma realmente asombrosa. (Foto 5 el autor con un bloque trabajado
Los famoso bloques en H de Puma Punku, complejo situado a un escaso kilómetro de Tihuanaco.
Autores: Jerrye & Roy Klotz (Wikimedia).
con cortes e incisiones increíblemente precisos) Además, los templos fueron orientados a los puntos cardinales con absoluta precisión.
Puma Punku, el complejo situado apenas a kilómetro y medio de Tiahuanaco, se podría pensar que pertenece a la misma cultura por su aproximación, si bien es cierto que el tipo de construcción parece del todo distinta, lo que también resulta un completo misterio. Lo que sí parece mostrar es que la zona tuvo que soportar un cataclismo de proporciones bíblicas, ya que piedras enormes de varias toneladas aparecen dispersas, como si algo las hubiera empujado con una fuerza sobrecogedora. Se ha llegado a barajar la hipótesis de que se hubiera producido un increíble terremoto o incluso la caída de un meteorito.
Aunque parezca que estamos hablando de una película de Indiana Jones, está claro que Steven Spilberg tomó la idea de hechos verídicos.
No debemos olvidar a uno de los mayores estudiosos del tema, como fue el profesor Ponasky, que
se asoció con el también erudito alemán Edmund Kiss, y fundaron la sociedad arqueológica de Bolivia.
Kiss, con el paso de los años y de la Segunda Guerra Mundial, se unió
nada más y nada menos que con la infame SS del malvado Himmler, y este, al oír lo que Edmund le contó acerca de Tiahuanaco, preparó una expedición nazi para poder demostrar sus teorías de la raza aria, la teoría de la cosmología glaciar o hielo cósmico de Hanns Hörbiger.
De Izqda. a dcha. Hanns Hörbiger y el alto mando alemán, Heinrich Himmler.
La teoría de Hörbiger decía que los atlantes supervivientes del famoso cataclismo que destruyó su continente, se trasladaron a varios sitios, siendo la zona norte de Bolivia una de sus principales localizaciones, construyendo Tiahuanaco hace la friolera de 17000 años.
Los nazis contaron con el beneplácito del gobierno boliviano para poder excavar hasta 20 metros, aunque al final se quedó en proyecto, por fortuna, debido a la derrota nazi, aunque es posible que perdiéramos la oportunidad de oro de descubrir quién, cómo y por qué de la existencia de esta maravillosa construcción.
Otro de los importantes personajes que descubrieron al mundo esta zona del altiplano fue Jacques Cousteau, que fue con su equipo del Calypso para comprobar cómo el cuerpo humano se adapta al submarinismo, pero a nada más y nada menos que en zona de hypoxia, a 4000 metros de altitud. Por supuesto, no tardaron en encontrar maravillosas evidencias de una civilización precolombina y preincaica.
En tiempos recientes se han descubierto, tanto en Perú como en Tiahuanaco, por parte de miembros de diversas universidades, utensilios y objetos (se dice que está excavado un 20% del total) de hace unos 15000 años, demostrando que en esas fechas existía una civilización muy desarrollada y organizada. Por supuesto, cada vez aparecerán más evidencias de que estamos realmente ante una civilización sin parangón a todos los niveles, que rompe con el paradigma, una vez más, de una evolución del hombre lineal, la cual, para mí, no tiene más razón de ser y que habría que cambiar desde el inicio.
Miguel Labrador
Colaborador de Planeta Incógnito, piloto comercial y aficionado a la arqueología.
labratort33@gmail.com
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