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El viaje nocturno de Ra
from Revista de Antropología y Tradiciones Populares N2
by Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares
por Asunción González
a desbordante imaginación egipcia ideó el cielo como un espacio luminoso, lleno de color, cuajado de estrellas, y lo pobló de dioses benéficos, animales parlantes y monstruos salvadores. Pero también creó un mundo subterráneo, donde habitaban poderosos enemigos, guardianes al acecho y seres maléficos. En el Imperio Nuevo, los textos mágicos toman, por una parte, el nombre de Libro de los Muertos . Abarcaba, como anteriormente los Textos de las Pirámides y los Textos de los Sarcófagos (de los que deriva), temas tan variados como retazos de cosmogonías, fórmulas mágicas, ritos litúrgicos funerarios, etc. Tiene la particularidad de que el propio futuro difunto podía confeccionar su Libro, escogía los capítulos que más le interesaban y los organizaba de acuerdo con sus prioridades. Se han encontrado bastantes ejemplares del Libro de los Muertos de la dinastía XVIII. Solo el British Museum posee veintiuna copias. El Libro de los Muertos acompañó a los egipcios difuntos hasta la Epoca Ptolemaica y se popularizó tanto que llegaron a fabricarse en serie por medio de papiros prefabricados a los que se añadía el nombre del difunto y, en su caso, el de la esposa. Cuando el difunto ha pasado ya el Juicio de Osiris y se ha encontrado a Ra (el dios Sol), juntos seguirán un misterioso viaje por el mundo de ultratumba. Para seguir este viaje tendremos como guía otro texto redactado durante la dinastía XVIII, el Libro del Amduat o Libro de lo que hay en el Más Allá . Podemos decir que el Amduat es la siguiente etapa del viaje hacia la eternidad. Así pues, el texto egipcio llamado "Libro de lo que hay en el Más Allá" nos describe el viaje que realiza Ra (el dios Sol) durante las horas de la
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Lnoche, desde que desaparece por el horizonte occidental al atardecer (entonces tiene el nombre de Atum) hasta que aparece de nuevo al amanecer por el oriente (entonces con el nombre de Khepri). A lo largo de este texto se nos comunica un mensaje final de esperanza, de renovación y de revivificación diarias para después de la muerte del cuerpo. El protagonista del viaje es el dios Sol (Ra) acompañado del difunto, cualquier persona fallecida que haya cumplido ya una serie de requisitos. Especialmente, haber pasado con éxito el llamado Juicio de Osiris, por el que ha sido justificado (literalmente, declarado justo de voz ). Lo que le sucedía al Sol durante la noche era algo fascinante para los egipcios y como respuesta a este misterio desarrollaron todo un entramado
teológico para explicarlo. Según éste, el dios Ra realiza cada día un viaje diurno y otro nocturno, siempre a bordo de su barca solar. Durante la noche, su recorrido permite la compañía de todos los difuntos justificados.
Es un viaje mágico y misterioso del que participa el difunto en la vecindad del dios Ra, penetrando con él en un mundo de tinieblas, en el que sólo cuando Ra está presente pasando ante ellos, sus habitantes vuelven a la vida y tienen la posibilidad de ver, gracias a la presencia del dios. Cuando el dios ya ha pasado en su barca, quedan otra vez en la más absoluta oscuridad.
El momento más importante para el difunto será cuando suba a la barca de Ra, pues el Sol y sus acompañantes viajarán para siempre en su circuitodía-noche, en un eterno retorno al mundo de los vivos y al de los muertos.
Como todos los textos religiosos egipcios, seguramente el "Libro de lo que hay en el Más Allá" debió redactarse en la más remota antigüedad, en la época de las Pirámides, pero es en el Imperio Nuevo cuando se representan las escenas de este Libro en algunas tumbas, especialmente en el Valle de los Reyes, sin duda por inspiración de los sacerdotes del dios Amon-Ra. Especialmente podemos verlas en la tumba de Tutmosis III y en la de su hijo Amenofis II (fig. 1).
Este misterioso viaje del dios Sol por el mundo subterráneo, siguiendo el Libro del Amduat, nos resulta a nosotros de difícil comprensión, ya que los textos no son narrativos, no dan una visión continuada de los hechos y son parcos en descripciones. Y hay que tener en cuenta que, para los egipcios, no existía el principio de contradicción, heredado por nosotros, occidentales, de la lógica griega. Por eso vamos a resumir este viaje y a procurar interpretarlo de la manera más fácil posible.
La trayectoria del Sol durante las 12 horas de la noche a través del mundo subterráneo se representa en un ancho valle bordeado de montañas por donde corre, como en Egipto, un gran río. Sobre sus orillas se agita una multitud de monstruos, de genios y de espíritus.
El viaje, según el Amduat, comienza cuando la barca de Ra entra en el mundo subterráneo por la Puerta oeste del Horizonte, la montaña detrás de la cual desaparece el sol al crepúsculo. A partir de este momento se disiparán las tinieblas durante cada una de las 12 horas de la noche y sus habitantes aclamarán al dios Sol que, en su barca divina y con su cortejo, recorrerá una región tenebrosa, cuyas diferentes partes no reciben luz más que cuando son atravesadas por la barca del Sol. Por arriba y por abajo se representan las dos orillas pobladas de personajes más o menos extraordinarios.
Desde allí, el valle del río subterráneo remonta hacia el norte y haciendo un gran circuito vuelve al este, a los confines del mundo habitable, alcanzando a la aurora, al final de las tinieblas, el otro Pilar del Cielo, la montaña del nacimiento sobre la cual el Sol sale al amanecer.
Por encima de cada grupo de personajes corre una leyenda que explica la razón de su presencia y su papel en la región en que se encuentran. La función de la mayor parte de ellos consiste en aclamar a Ra cuando pasa en su barca o en exterminar a los enemigos del dios. Intentaremos explicar, de manera muy resumida, el contenido de las horas.
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1ª hora.- Es la hora del crepúsculo. El Sol ha desaparecido por el horizonte y sólo difunde un débil resplandor sobre la tierra. Ra se transforma en cadáver y es subido a su barca para realizar su viaje por el río inferior. Unos babuinos (mandriles) aclaman al dios al comienzo de su viaje. Y muchos dioses le acompañan también.
2ª hora.- La barca de Ra llega a los dominios de Osiris, el dios de los muertos, que posee inmensos territorios. La región está poblada de dioses de la vegetación, que esperan el paso de Ra para cumplir su misión germinativa y vegetativa. Los fieles de Osiris presentan a Ra espigas de trigo, retoños de palmeras, etc.
3a hora.- La barca llega a la región en que se encuentran los dioses y los genios encargados de exterminar a los enemigos de Ra, que intentan atacarlo e impedir el éxito de su viaje.
4ª hora.- La barca desciende a las profundidades de la tierra por caminos tortuosos y zigzagueantes y se dirige a la Caverna misteriosa de Sokar, Aquel que está sobre la arena . Es un arenal, un desierto por el que reptan monstruosas serpientes de dos o tres cabezas, algunas con alas y otras que caminan sobre piernas humanas.
5ª hora.- Continúa Ra en esta región infernal, centro del reino de Sokar, reino de tinieblas donde reside este dios de los Infiernos, encerrado en una montaña. Sokar, divinidad funeraria, es un dios que tiene como reino las arenas del desierto. Su caverna es un montón de arena, del que saca la cabeza para ver al Sol, cuya barca, al llegar a este punto,para deslizarse por el arenal tendrá que transformarse en serpiente.
Sokar también lleva el epíteto de El Gran Dios con las alas abiertas y así aparece con las alas desplegadas ante su montaña de arena acompañado de Aker, dios ctónico, que bajo su aspecto de los Dos leones del Horizonte , en opuestas direcciones, simboliza la entrada y la salida del Más Allá, el este y el oeste, el ayer y el mañana. Presente ya en los Textos de las Pirámides, Aker es el encargado de abrir las puertas de la tierra para que el Sol pase en su barca, a la que protege y defiende de los peligros que la acosan.
6ª hora.- Siempre viajando hacia el norte, la barca alcanza otra región en el dominio de Osiris, un espacio más tranquilo donde las almas, en paz, cultivan las tierras del dios.
7ª hora.- La travesía de la barca se hace más dificil. Para asegurar su tránsito y facilitar su camino una diosa se encarga de decapitar y atar a los enemigos. Pero no es suficiente. Además, ahora se nos muestra el dramático encuentro de Ra con su peor enemigo: la gran serpiente Apofis, que surge del abismo oscuro en el que habita y se bebe todo el agua del río por el que viaja Ra para impedirle el paso. Se hace la oscuridad porque Ra esconde su ojo radiante para protegerlo del enemigo. Las tinieblas se rompen sólo por el aliento de fuego de la
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De conseguir su objetivo, el Sol no volvería a lucir y el mundo se acabaría. Es decir, existían unos poderes destructivos inherentes a la propia Creación desde su principio y, por lo tanto, Ra tenía un enemigo acechante que amenazaba constantemente con destruirle y acabar con su obra.
Antes de que esto suceda, la diosa Isis, la Grande de Magia , desde la proa de la barca lanza un conjuro mágico que paraliza a Apofis. De esta manera, la Creación es salvada por arte de magia, de la misma manera que fue concebida por la magia de la palabra del dios creador. Apofis escupe el agua que había tragado y Ra prosigue su camino.
8ª hora.- Llega a la región en que se encuentran los muertos bien momificados y enterrados según los rituales. Los muertos están sentados apaciblemente y se animan al paso de la barca. Es una de las regiones más tranquilas del recorrido nocturno.
9ª hora.- La barca deja esta especie de cementerio de dioses y difuntos para entrar en la última región de Osiris.
10ª hora.- El Sol va descendiendo hacia el sur, llevando delante unos genios armados de flechas, arcos y jabalinas para vencer a sus enemigos. Es interesante observar cómo estos textos resuelven un gran problema existencial: nos cuentan que los cuerpos de los que morían en un accidente, ahogados o comidos por un cocodrilo, no podían ser momificados y, por tanto, no debían esperar la resurrección. Como esto no era justo, los egipcios idearon una solución: Sus cuerpos llegaban directamente al Más Allá. Y así los vemos en el agua que los transporta por el mundo de ultratumba.
11ª hora.- Antes de abandonar el mundo inferior, la barca de Ra debe atravesar la región en la que se encuentran los impíos, los condenados a la no existencia , aquellos que no han sido justificados y deben sufrir los tormentos y suplicios del Infierno. Visión infernal, como la concebían los egipcios, con los genios (semejantes a nuestros demonios) provistos de cuchillos vigilando a los condenados.
12ª hora.- Esta última hora corresponde a la aurora, la que ve la belleza de Ra, cuando se produce el milagro del amanecer. Esta hora, que unía el Cielo y el Infierno, es la más importante de todas, pues ve la transformación del viejo Sol y su nacimiento como Khepri, un escarabajo empujando una bola que encierra el huevo. Gran número de devotos de Ra, dioses, diosas y genios acompañan a la barca hasta el final de su carrera. Aun se temía otro ataque de la serpiente Apofis, por lo que ocho dioses armados de ramas están allí para defender a Ra, mientras que diez adoradores se alegran de su nacimiento y cantan sus alabanzas.
Los difuntos, que han viajado con el Sol a través de las tinieblas del mundo inferior, van a renacer con él por el Horizonte del Este, a pasar con él el día navegando por el Cielo diurno, a ponerse al ocaso bajo su protección y a volver a entrar con él en la zona misteriosa de las tinieblas del mundo subterráneo.
Los egipcios aprendieron del ejemplo que la Naturaleza les brindaba: el Sol muere cada noche y resucita al amanecer. Esta sucesión interminable de días y noches era para ellos la prueba inequívoca de la Eternidad. Y este milagro es el que narra este Libro. Aunque no entendamos bien su pensamiento, podemos apreciar el esfuerzo intelectual e imaginativo que realizaron los sacerdotes y sabios egipcios para tratar de explicar lo inexplicable.
Asunción Gónzalez
Miembro de la Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares