Revista Metodista Nº 200 - mayo 2011 Publicación de la Iglesia Metodista en el Uruguay IMU) – Distribución gratuita Comisión de comunicaciones: Oscar Villagrán: redactor responsable, ovillalopez@hotmail.com Diagramación de tapa Luciana Villagrán Colaboradores en este número: Oscar Bolioli, Miguel Brun, Juan Damián, Araceli Ezzatti, Diego Frisch, Rodolfo Míguez, Ademar Olivera, Inés Simeone y Raúl Sosa. Revista Metodista (RM) respeta la opinión de sus colaboradores. Los artículos firmados expresan única y exclusivamente el pensamiento de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando su fuente. Agradecemos el envío de un ejemplar. Oficinas Centrales: Barrios Amorín 1310, teléfonos: 2413-6552, 2413-6554. Correo electrónico: iemu@adinet.com.uy Página web: www.imu.org.uy Revista Metodista Nº 200 - mayo 2011
sumario Editorial
1
Desde la presidencia Raúl Sosa Desde nuestra iglesia hoy a la memoria de los orígenes
3
El Dios que acompaña en nuestras rutas
5
Una espada atravesará tu alma por Ademar Olivera
7
Pentecostés
Venida de Espíritu Santo Diego Frisch
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Metodismo
Ser Iglesia Metodista en el Uruguay de hoy Inés Simeone
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El Espíritu es una brisa multicolor Ademar Olivera
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Admirable Alarma Pastor Oscar Boliol
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Una vida revolucionaria Paginado, impreso y encuadernado en mastergraf srl Gral. Pagola 1823 CP 11800 Tel. 2203 4760* E-mail: mastergraf@netgate.com.uy Depósito legal 339.416 - Comisión del Papel edición amarada al Dec. 218/96
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Iglesia Metodista en el Uruguay
a propósito de la calle Pastor Earl Martin Smith
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Minoridad Pastor Raúl Sosa
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Ser Iglesia en dictadura
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Oraciones por Boby
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l a i r o t Edi
Hoy la REVISTA METODISTA llega a su edición nº 200 y alcanza esa cifra de dos ceros con un esfuerzo sostenido de 50 años.
Los aniversarios redondos ejercen una extraña fascinación. De hecho, al llamarlos coloquialmente así “redondos”, les reconocemos metafóricamente hablando cierta particularidad simbólica. Lo que es redondo, sea un círculo o una esfera, pugna por no aceptar para sí ni un arriba ni un abajo y desconoce a la derecha o la izquierda. En otras palabras, pretende ser-tomado-como un-todo y no fragmentariamente. En una de esas te inquietas descubriendo una inesperada incomodidad en la reposada metáfora y dices: “Pero…una moneda es algo redondo y tiene dos caras.”. Eso también es parte del misterio de aproximarnos a un aniversario redondo. Tal vez tú has escuchado hablar del EL ESTANDARTE EVANGÉLICO. Ese fue nuestro primer órgano de prensa oficial, el que nos representaba y a través del cual nos expresábamos todos los metodistas rioplatenses. Desde el año 1892 (leíste bien: mil ochocientos noventa y dos) esa publicación que se editaba en Buenos Aires, acompañó a los metodistas uruguayos en su continuado compromiso con el Señor Jesús. Pero un día de Julio de 1961 fue editado el primer número del INFORMATIVO METODISTA porque “…hace tiempo se venía sintiendo la necesidad de contar con una publicación que mantuviera a los metodistas uruguayos al corriente de lo que está sucediendo en nuestras congregaciones e instituciones en todas partes del país; de los planes, los sueños y las realizaciones de los distintos integrantes de la familia metodista del Uruguay.”. No es que EL ESTANDARTE EVANGÉLICO desapareciera de nuestras iglesias uruguayas, sino que poco a poco empezó a dejar de ser sentido como algo sustancial para nosotros. Hoy, con 119 años de ininterrumpida historia, EL ESTANDARTE EVANGÉLICO es el órgano oficial de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina. Lo que estamos celebrando es, entonces, el quincuagésimo aniversario del INFORMATIVO METODISTA. Sí, así como lees, porque esa publicación rápidamente cambió de nombre y se llamó BOLETÍN INFORMATIVO, luego desde 1968 fue el BOLETÍN METODISTA hasta que entrados el siglo XXI se convirtió en PUBLICACIÓN METODISTA y finalmente hace bien poco, en la REVISTA METODISTA. Si te digo que al detalle histórico de los cinco nombres distintos convendría anexarle el dato de que esta publicación tuvo diez formatos distintos, en cincuenta años. ¿Qué dirías tú? (Y mira que evito comparaciones con EL ESTANDARTE EVANGÉLICO para no herir susceptibilidades, pero valdrían a nivel de investigación si quisiéramos entender los procesos paralelos entre el metodismo de uno y otro lado del Plata.) ¿Cómo interpretarías esta realidad que es posible ponerla sobre una mesa –grande, eso sí- y encima sorprenderse de que varias
veces el número que le correspondió a la edición era equivocado, generando incertidumbre a la hora de armar la colección histórica? Por un lado estaría poniendo en evidencia un encomiable esfuerzo colectivo de búsqueda de una identidad metodista uruguaya. Pero por otro–la otra cara de la moneda- tal vez podría estarnos hablando de una forma desprolija de caminar institucionalmente, de una deshilachada manera de organizarnos, de una extraña rutina de estar siempre como empezando. ¿Será que esos detalles anecdóticos estarán mostrándonos la punta del iceberg de una carencia mucho más profunda que la imaginable si la circunscribiésemos al tema del área de comunicaciones? ¿Estarán tocando, paradigmáticamente, resortes tan delicados como el manejo que hemos hecho del poder desde la Autonomía? ¿Serán prueba de cierto tic institucional que nos revela con un andar tambaleante, a los bandazos, sin un mínimo de continuidad como para construir proyectos más o menos firmes, coherentes y duraderos? Volviendo a aquel esfuerzo inicial del INFORMATIVO METODISTA permíteme decirte que fue encabezado por el Dr. José Alberto Piquinela Etchebarne, su Redactor Responsable y a la misma vez factotum del proyecto que cristalización con lo que hoy es el Archivo Histórico de la Iglesia Metodista en el Uruguay. Es interesante que el Archivo fue presentado en sociedad –por decirlo así- por primera vez, precisamente en el primer número de este camino que hoy llega al doscientos. Desde Julio de 1961 hasta hoy Marzo del 2011 nuestro boletín devenido en revista es, sin lugar a dudas, invalorable patrimonio para la memoria de la Iglesia Metodista en el Uruguay. Fíjate que, por ejemplo, el 21 de Mayo próximo en el Museo de la Memoria (MU.ME.) se inaugurará una exposición titulada: “Ser Iglesia en Dictadura / Testimonio y Resistencia Solidaria” centrada en el rol que le cupo a nuestra Iglesia durante la Dictadura Militar. Pues bien, en esa exposición de la I.M.U. en el MU.ME. el BOLETÍN METODISTA estará presente como fuente primaria de información. El nº 1 de esta serie de 200, terminaba con una frase del Dr. Rafael Hill hablando sobre el sueño a punto de realizarse. Se refería al Hospital Evangélico. Decía: “Hay una verdadera emulación dentro de las filas evangélicas por hacer algo…todos quieren ser partícipes… desde aquellos que ofrecen su tiempo, sus conocimientos o su dinero, hasta la forma más sencilla de quienes juntan sellos de correo, por decenas de millares, para ser vendidos en beneficio de los demás.”. ¿Tú y yo también queremos hacer algo? ¿Estamos dispuestas y dispuestos a ser partícipes? ¿Qué estamos dando de nosotras y nosotros a la Iglesia para que su Vida y Misión expresen la Gloria de Dios, dando un fruto que permanezca? Rodolfo Míguez rodolfomiguez@adinet.com.uy
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Nº 200
Desde la presidencia
De nuestra iglesia hoy a la memoria de los orígenes Raúl Sosa POR
Cuando las autoridades vieron la valentía con que hablaban Pedro y Juan, y se dieron cuenta de que eran hombres sin estudios ni cultura, se quedaron sorprendidos, y reconocieron que eran discípulos de Jesús. 14 Además, el que había sido sanado estaba allí con ellos, y por eso no podían decir nada en contra. 15 Entonces los mandaron salir de la reunión, y se quedaron discutiendo unos con otros. 16 Decían: --¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Todos los habitantes de Jerusalén saben que han hecho esta señal milagrosa, y no lo podemos negar. 17 Pero a fin de que este asunto no siga corriendo de boca en boca, vamos a amenazarlos, para que de aquí en adelante no hablen del nombre de Jesús a nadie. 18 Así que los llamaron y les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nada acerca del nombre de Jesús. 19Pero Pedro y Juan les contestaron: --Juzguen ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en lugar de obedecerlo a él.20 Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. (Hechos 3:13-20) 13
Nos aprontamos a vivir dos celebraciones que nos conectan con nuestros orígenes y nos marcan un itinerario que debemos recorrer litúrgica y espiritualmente. Una de estas celebraciones es propia, el día del Metodismo; la otra está vinculada a todo el cristianismo, Pentecostés. Ambos acontecimientos le proponen al metodismo uruguayo un recorrido que resulta ineludible y que podría formularse así: un peregrinaje pascual que nos lleve de la comodidad al testimonio. Y tiene que ser pascual para que la esperanza y la alegría sean sus características sobresalientes. Remarco que este recorrido es ineludible porque en él se juega la calidad de nuestro discipulado, de nuestra espiritualidad y la fidelidad a esa vocación misionera que constituye la esencia del ser Iglesia. En síntesis, allí se juega buena parte de nuestra fe, tanto en el nivel personal como congregacional. En la Inglaterra del s. XVIII, ya una porción importante de metodistas de la primera generación vivió un recorrido inverso al peregrinaje pascual que proponemos. En virtud del progreso económico
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y del ascenso social que alcanzaron muchos de los primeros metodistas, comenzó a ganarles un cierto aburguesamiento que los llevó del testimonio vivo y obediente al dulce pero peligroso encanto de la comodidad. Wesley percibió esto con enorme preocupación y en sus últimos años no cesó de hacer urgentes advertencias con respecto a esta situación. Como ejemplo veamos esta predicación en la que responde a los argumentos o justificaciones que seguramente le planteaban: «No podéis negaros a vosotros mismos el pobre placer de echar un sueñito o de una cama blanda, en vez de escuchar la palabra que puede salvar vuestras almas. Por cierto, [dicen ustedes] “Uno no puede salir tan temprano en la mañana, además está oscuro, y hace frío, y hasta lluvioso también; todo junto ¡Ni pensarlo!” No decías eso cuando eras pobre. Entonces no tomabas en cuenta ninguna de estas cosas […]; no eres más que la sombra de lo que fuiste […]
[También me dicen] “Pero no se puede esperar que yo haga lo mismo que hacía antes; ahora he envejecido”. ¿No he envejecido yo tanto como tú? ¿No ando en mis setenta y ocho años? Sin embargo,
por la gracia de Dios no aflojo el paso todavía. Ni tampoco aflojarías tú, si todavía fueses pobre».1 A Wesley no le preocupaba la comodidad en sí misma, tampoco se opuso a que la gente tuviera un mejor pasar; lo que lo angustiaba profundamente eran las consecuencias que esa comodidad y ese aburguesamiento conllevaban. En varios de sus sermones subrayó algunas de ellas de manera particular: - Decrecimiento De de la solidaridad. ad La fe comenzó a desconectarse de las «obras de misericordia», como si los gestos concretos de amor, solidaridad y compromiso con el que sufre no fueran necesariamente constitutivos de la experiencia espiritual, como si el amor a Dios pudiera alcanzarse por un atajo que evite el amor al prójimo, estableciendo una separación que Jesús rechazó categóricamente cuando dijo: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y
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J. Wesley, Obras, Sermón 87, tomo IV p.
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con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo» (Lc. 10:27).2 - U Un progresivo achatamiento perso personal y congregacional. Este achatamiento iba de la mano de una especie de languidez espiritual, de una progresiva frialdad de la fe y de los vínculos comunitarios. Peor aún, produjo una autocomplacencia y un acomodamiento a la situación que indujo a considerar este achatamiento algo normal y natural.3 - Una U blandura de las energías y de las convicciones que volvió al creyente timorato y pusilánime. La vivencia de la fe se distanció de la firmeza espiritual y ética, y de esa enjundia que implica vivir de manera confesante. La fe pasó entonces a ocupar un lugar accesorio, marginal, y se la ponía en práctica en la medida en que las circunstancias de la vida resultaran favorables.4 En este recorrido que nos proponen las dos celebraciones que se avecinan –Día del Metodismo y Pentecostés– valdría la pena preguntarse si no nos cabe algo de esta crítica de Wesley. ¿No te parece que si nos miramos con sinceridad y valentía, dejando de lado las variadas formas de autoindulgencia en las que se suele caer, muchos de nosotros responderíamos «sí»? Tal vez pueda argumentarse que este no es un problema exclusivo de los metodistas, sino que
es una cuestión bastante generalizada que afecta la militancia y el compromiso en organizaciones de diverso orden. Y esto es cierto. En esta cultura donde impera lo light, la distención y la flexibilización de los compromisos y la licuación de los valores éticos resultan moneda corriente. El aflojamiento de la disciplina es algo que se agrega a este panorama, tanto que hablar de disciplina implica, para muchos, ingresar en la peligrosa zona de lo políticamente «incorrecto», ya que asiduamente se la vincula a la ausencia de libertad, a la castración de la creatividad y al sofocamiento de ese impulso, tan enaltecido hoy día, a darnos «permisos» autocomplacientes. A este panorama bien podríamos sumarle un facilismo cada vez más extendido, que suprime la dimensión del sacrificio y del empeño en el logro de los objetivos o en la concreción de los sueños y las esperanzas. Pero el hecho de que los perniciosos efectos de esa comodidad que Wesley criticaba estén hoy generalizados no puede ser para nosotros un justificativo, pues los metodistas –como todos los cristianos y cristianas– no hemos sido llamados por Dios a ser parte de la ola del momento (eso también suele ser signo de comodidad), sino que hemos sido llamados a ser fermento de vida nueva. Por lo cual, seguramente necesitemos recorrer ese camino que nos confronta con
2 «Estáis tan profundamente heridos que habéis perdido vuestro celo por las obras de misericordia así como por las de piedad. Alguna vez avanzaste, a través del frío o de la lluvia, o cualquier obstáculo que hubiera en tu camino, para ver a los pobres, los enfermos, los atribulados […] ¿Andas ahora en los mismos pasos? ¿Qué te lo impide?», Wesley, Obras, Sermón 87, tomo IV, p. 148 y ss. 3 «Siente que su mente está débil y agotada, como si estuviera suspendida entre la vida y la muerte […] Quisieran reprender al prójimo, pero la vergüenza, o a veces el temor, se interponen, porque se pueden exponer no sólo al ridículo, sino a cosas peores aún. Por estos motivos u otros similares, dejan de hacer obras de misericordia y de santidad, primero algunas, luego todas. Por lo tanto su fe no se perfecciona y no pueden crecer en gracia, fundamentalmente, porque no están dispuestos a negarse a sí mismos y tomar su cruz cada día». Wesley, Obras, Sermón 48, tomo III, p. 200 y ss. 4 «[La comodidad] engendra y acrecienta la molicie, tan a menudo objetada en la nación inglesa […] Cría una blandura universal y languidez de espíritu, haciéndonos temerosos de cualquier pequeño inconveniente […]». Wesley, Obras, Sermón 93, tomo IV, p. 174. (Nota: La palabra molicie quiere decir blandura, excesiva comodidad).
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los orígenes de nuestra fe y que entraña una suerte de éxodo que va de la comodidad al testimonio, del encierro y el temor que vivieron los discípulos de Jesús en la hora de la cruz a la actitud arriesgada y militante que mostraron Pedro y Juan ante las autoridades. Pero Pedro y Juan les contestaron: Juzguen ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en lugar de obedecerlo a él. Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. (vv. 19 y 20)
Estos dos versículos definen sintéticamente qué significa ser una iglesia testificante: obediencia y no callarse. Sin obediencia no hay misión, porque en la misión de Dios (missio Dei) la parte que nos corresponde es obedecer a su proyecto. Y si callamos, no hay evangelización integral ni vocación profética, porque nuestra palabra está llamada a ser vehículo de la Palabra y porque nuestro clamor y denuncia debe hacer audible el clamor de los silenciados e ignorados. Como incansablemente lo ha dicho el obispo Frank De Nully Brown, «hay que salir de la zona de comodidad» para poder crecer como iglesia testificante. Ojalá que la exposición «Ser Iglesia en dictadura. Testimonio y resistencia solidaria», en el Museo de la Memoria, y el proyecto «Desachate» en el área de evangelización, así como los demás proyectos de cada una de las Áreas y de cada congregación sean una memoria que proyecta futuro y una fuerza motivadora que nos anime en este peregrinaje pascual de la comodidad al testimonio. Que el Espíritu manifestado en Pentecostés nos aliente y nos impulse en esta caminata que tenemos por delante. Raúl Sosa Nº 200
El Dios que nos acompaña en nuestras rutas L INTERROGACIÓN DE LA JJESÚS Es curioso que Jesús, que nunca fue inquietado por la preservación de su prestigio, haya interrogado -como lo hizo- a sus discípulos sobre la cuestión «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?» Igualmente, que a continuación, les haya cambiado la pregunta interpelándolos ahora personalmente: «y vosotros, ¿quién decís que soy?» (ver Mateo 16.15-16). Pienso que Jesús conocía a fondo la importancia capital de la diferencia entre vivir la vida en un mundo creado por Dios y de vivirla en un mundo huérfano de Creador. Por eso, la identidad de Jesús es importante, porque Él es la imagen encarnada del Creador. Saber que el universo en que vivimos es fruto de una inteligencia fundadora -movida por el amor y por la verdad- es un hecho inspirador y conductor de las acciones, los pensamientos, los sentimientos y los actos. Por el contrario, y como bien lo señaló el filósofo Jean Paul Sartre, «si Dios no existe, todo es posible, y todo está permitido». Tanto la práctica del bien como la del mal. Ahora, retomando las preguntas de Jesús, bueno es Nº 200
constatar que el Señor se ocupó ampliamente durante su ministerio de mostrar que no basta con creer en Dios sino que además es necesario que el Dios en el que creemos sea el auténtico Señor de la Vida y no un ídolo. Si adoptamos un falso Dios podrá ocurrir como en la historia de aquel ciego que guiaba a otro ciego, en la que al final ambos terminan cayendo a un pozo. Es el riesgo que buscan evitar los profetas al luchar contra los ído ídolos, faldioses ciegos, sos modelos de dioses, rdos y m pero además sordos mudos. Si Cristo interroga a los discípulos sobre «¿quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?» –expresión que designaba al Mesías- ello se debe a que Jesús quiere orientarlos hacia una buena elección de Dios, el «Dios de Amor» (I Juan 4.16).
IM IMPORTANCIA DE UNA BBUENA TEOLOGÍA Esta etapa como servidores de Dios, nos conduce a tomar conciencia de lo importante que es manejar una teología pertinente y fiel a las fuentes bíblicas. Pues en ciertas circunstancias, aún creyendo estar en la buena pista, podemos estar siendo desviados
por deformaciones más ideológicas que teológicas. Las ideologías son conjuntos organizados de ideas y maneras de pensar que transmiten formas de concebir la vida con la finalidad de promover y favorecer intereses grupales o sectoriales y de conquistar el poder que sirve a tales intereses. Como la fe es movida por una respetable capacidad de movilizar la razón, la voluntad y los afectos, ella puede ser fácilmente manipuleada por las ideologías como mística movilizadora de tal o cual causa política interesada. Las causas impulsadas por una mística adquieren más fuerza de motivación y más empuje persuasivo que otras causas carentes de mística. Por lo mismo las guerras, de una manera o de otra se apropian del nombre de Dios para pregonar enseguida que ellas defienden su causa. Por eso en los regímenes monarquistas, para ganar respectabilidad los reyes se presentan como «servidores de Dios y representantes suyos». Cristo mismo fue usurpado a través de la historia, como emblema de tal o cual monarquía, junto a la designación –por ejemplo- de «Cristo Rey», la que automáticamente abrió REVISTA METODISTA / 5
la puerta a la falacia inversa del «Rey Cristo», es decir de los múltiples monarcas humanos que se han presentado como sus representantes sobre la tierra.
DDE DONDE VIENE EL DIOS AABSOLUTISTA A partir de la base del Cristo monárquico se han desarrollado imágenes teológicas de una dureza difícil de aceptar, como por ejemplo las que ponen el acento sobre el carácter absoluto de Dios, de su poder y su justicia más colérica y vengativa que misericordiosa. Su inclinación más dispuesta a castigar que a perdonar y sus atributos más impregnados de soberanía absolutista y todopoderosa que de formas razonables de un diálogo auténticamente humano. Es menester sobre este punto establecer claramente la diferencia entre la noción de «soberanía de Dios» de Juan Calvino (1509-1564) teólogo y reformador francés protestante en acuerdo con Martín Lutero- y de las otras formas monarquistas de soberanía imperativa producidas por la arbitrariedad de tantos reyes mundanos. En Calvino se trata de la soberanía del Amor servicial de Dios. En las teologías inspiradas por el extremismo absolutista del falso «dios» monárquico, brilla en cambio por su ausencia la imagen -tan querida a los profetasdel Mesías Siervo Sufriente (ver Isaías en sus caps. 40 al 55) .
EEL HUMILDE DIOS SERVIDOR LLa imagen del Servidor fiel y sufriente con la que fue identificado Cristo de manera reite6 / REV VIS STA MET TODIS STA
rada en el Nuevo Testamento ha sido menos imitada que la del modelo del soberano. Sin embargo, la predicación desarrollada por los Apóstoles afirma que Dios confió a Jesús no la vocación de una realeza augusta, sino la de una de humildad ejemplar y de un fiel servicio. La voz que habla desde lo Alto en ocasión del bautismo de Jesús, repite las palabras del cántico del Servidor Sufriente de Isaías 42.1: «Este es mi Hijo amado en el cual tengo contentamiento», como identificando a Aquel que vino cumpliendo las profesías (Mateo 12.18-21). La realeza de Jesús existe bien en su dominio espiritual, pero ella no es la del monarca unívoco que se hace servir, sino la de quien cumple el ejemplo del Servidor dispuesto a sufrir en favor de su gente. Es fácil reconocer en la persona de Jesús la encarnación del Dios de las más altas cumbres de la Literatura Profética. Tal como lo propuso el moderno mártir pastor alemán, Dietrich Bonhoeffer -ahorcado por orden de Hitler, por sus esbirros«el Dios de Jesucristo no es el todopoderoso modelo de las monarquías absolutas y totalitarias, sino el Dios de Amor que se identifica con la afable debilidad de su pueblo y lo socorre».
E DIOS QUE SE EXILIA CON EL SSU PUEBLO Él es el Dios que marcha junto a su gente hacia el exilio y la cautividad caldea en Babilonia, asumiendo sus sufrimientos, y guiándolos en su marcha, como lo había he-
cho durante el Éxodo conducido por Moisés, como nube durante el día y en forma de columna de fuego durante la noche. El profeta Ezequiel (capítulos 10 y 11) relata la visión por la que el Señor le permite observar el juicio de los culpables de la miseria del pueblo, mostrando como Él preserva la vida de los fieles, y sale del templo de Jerusalem sobre alas de querubines. En las precarias formas de su sueño premoderno, antiguo de dos mil seiscientos años (590 a. de C.), Ezequiel describe la salida de Dios de su templo con el fin de marchar junto a los cautivos exiliados: « La gloria de Yahvé salió junto con los querubines del templo. Me llevó el Espíritu en visión a la tierra de los caldeos en donde estaban los cautivos y allí terminé de ver la visión y hablé con los cautivos contándoles las cosas que había visto». (cf. Ez. 10.19; 11..16-290, 23-25). En Ez. 11.14-25 Dios, pone de manifiesto su sensibilidad, y pronuncia su promesa de restauración a los exiliados dispersos. La noción que la Biblia nos da de Dios, no es la del soberano despótico y arbitrario de la ideología monárquica, sino un Dios de amor, de equidad y de total probidad, al mismo tiempo sensible y compasivo. Este es el Dios que Jesús nos invita a servir y a imitar. Pastor Miguel Angel Brun Iglesia Metodista del Uruguay Église Réformée de France Doctor en Ciencias Humanas y Teología Universidad de Estrasburgo Francia.
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¡Una espada te atravesará el alma! EEl Rito A indagar sobre el origen del Al ser humano, antropólogos y otros científicos lo ubican en la posición del cuerpo erguido, o en el uso de herramientas como instrumento de trabajo o arma. El psicoanalista Marcelo Viñar agrega: “Hoy se admite que es la tumba el rasgo distintivo del comienzo de la hominización como expresión de la devoción al ancestro La reverencia y devoción al ancestro dan cuenta de que simultáneamente se toma conciencia de la finitud y de que hay reconocimiento de una inscripción en una genealogía” (Brecha, 11/03/2005, p.20). Aclaremos que el término “tumba”designa el rito fúnebre como expresión de honra y respeto hacia la persona fallecida. Es parte del proceso del duelo de los familiares, despedida y sello de la memoria del ser querido. Hay, en cada cultura, diferentes formas de realizar el rito: enterrar el cadáver en la tierra; depositarlo en un sarcófago, un sepulcro de piedra o en una urna; incinerar los restos y esparcir la ceniza; etc. En todos los casos, es imprescindible la presencia del cuerpo del difunto.
EEl cuerpo y las cenizas EEn la tradición israelita, dar sepultura a los muertos es un deber sagrado. Ningún cadáver, ni siquiera el de un criminal, debía quedarse sin sepultura. En Génesis 23 se relata el duelo del patriarca Abraham por la muerte de su esposa Sara, y las gestiones que lleva a cabo a fin de adquirir un terreno para darle digna sepultura. En ese trasfondo religiosocultural se produce la muerte de
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o Jesús. El es condenado por desacato a la autoridad religiosa y acusado de presunto subversivo político. Luego de su crucifixión aparece José de Arimatea que, en un gesto de grandeza humanitaria, hace cavar un sepulcro en una roca para sepultar dignamente el cuerpo de Jesús. Es allí donde van María de Magdala, y otras mujeres, a rendirle el tributo de respeto hacia el muerto y cumplir con la costumbre de embalsamar y ungir el cuerpo con esencias aromáticas. En nuestra sociedad, con fuerte incidencia de la tradición judeocristiana, se conserva esa costumbre: velatorio, sepelio, despedida de los restos mortales del difunto. En el rito está presente el acervo cultural. Pero no sólo eso. Es también una necesidad humana que permite elaborar el duelo, afirmar los lazos de identidad familiar, recibir consolación, y es un punto de referencia para la memoria.
por la toma de conciencia sobre lo justo de sus reclamos y por la sensibilidad humana hacia el que sufre. Las mismas madres que eran confundidas por el comentario, lleno de suspicacia, “algo habrán hecho”, comenzaron a vivir un proceso de comprensión de las causas de la lucha de sus hijos. ¿Quién puede conocer mejor lo que late en el corazón de un joven que su propia madre? Entonces, en el largo camino recorrido junto a otras madres y familiares han descubierto que no están solas; que, de alguna manera, ellas retoman los ideales y objetivos que llevaron a sus hijos a asumir un compromiso social, aun arriesgando sus vidas. Porque, ahora lo saben, ellos no eran “delincuentes”, sino luchadores sociales que buscaban una sociedad más justa e igualitaria, sin pobres ni excluidos. Al
BBúsqueda y reclamo si pausa sin Las Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos-Desaparecidos hace ya 40 años (las primeras desapariciones datan de 1971) que buscan a sus seres queridos con ansiedad y dolor acumulado. Reclaman el derecho de todo ciudadano a conocer la verdad de lo sucedido a su familiar y dónde están sus restos. La Comisión para la Paz, designada por el Gobierno del Dr. Jorge Batlle en el 2003, reconoce en su informe: “Los Familiares deben ser amparados en su derecho a tener una tumba donde honrar a sus seres queridos”. A esa lucha se fueron incorporando miles de personas motivadas REVISTA METODISTA / 7
preguntársele de dónde saca fuerzas para seguir luchando durante tantos años, una madre responde: “ son ellos que nos sostienen, que nos conducen, que nos dan ese amor que trasciende del pasado al presente, y al futuro… Ellos, nuestros desaparecidos viven, nos acompañan, nos contemplan desde su verdad sin tiempo, plena de luz y de sabiduría”. Aunque nada ni nadie pueden suplir la ausencia del ser querido, el grupo de Familiares sirve de contención a cada madre y la ayuda a “salir”del dolor personal y entrar en un camino solidario, donde se comparte y amplía el sentido de la lucha. Para ilustrarlo, cito dos testimonios conmovedores.
DDos testimonios de toma ddee conciencia Una madre hace el relato sobre su hijo desaparecido con estas palabras: “Tenemos que tratar de comprender eso, que eran sus ansias de justicia, sus ansias de igualar la sociedad, de luchar por el derecho a una vivienda digna, de tener estudio, salud, de que los niños no pasaran hambre. Esa era su lucha. Por eso dieron lo mejor que tenían: su vida”(Informe de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos- “A todos ellos”, p.33). Nuestra hermana metodista Olga Ramos de García, cuya hija Ileana desapareció en Argentina, junto con su esposo Edmundo, en diciembre de 1977, después de ser detenidos, pudo rescatar a su nieta Soledad, de apenas 8 meses de edad. En una entrevista, Olga afirma lo siguiente: “Ahora entiendo cosas que Ileana me decía. Recién ahora empiezo a entender todo lo que ellos sentían por el prójimo. Los familiares de los desaparecidos no luchamos por el desaparecido propio, sino por todos. Y sobre todo, porque no haya más desaparecidos”(Brecha, 15/11/85, p.32).
DDesafío para los metodistas Y nosotros, los metodistas, ¿dónde estamos? ¿Jugamos un 8 / REV VIS STA MET TODIS STA
rol significativo en este drama? ¿O estamos ausentes bajo el manto de una supuesta “neutralidad”? El pastor Martin Luther King escribió: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Hay ahí un gran desafío que por lo menos debiera hacernos pensar. Y, ojalá, a asumir un claro comp compromiso. Comparto mi opinión. C Creo que tenemos una responsa ponsabilidad histórica, que surge del sentimiento de pertenencia a la Comunidad de la que somos parte. Este tema no es algo ajeno a nosotros. Como ciudadanos estamos ligados con quienes compartimos el mismo tiempo y espacio. Entonces, un primer paso es reconocer la legitimidad del reclamo de Madres y Familiares como un asunto no sólo individual, sino colectivo, que nos afecta a todos. Porque nadie tiene derecho a torturar, asesinar, hacer desaparecer personas. Y mucho menos un representante del Estado. Por eso, se trata de un crimen de lesa humanidad que no caduca. La Maestra Elena Quinteros, desaparecida en 1976, nos dice: “Si estoy en tu memoria, soy parte de es esta historia”. L La ética cristiana que recibimos del evangelio no nos permite ser indiferentes al dolor de alguien que está sufriendo. Más bien nos impulsa a identificarnos con el más desvalido, tener compasión como Jesús la tuvo. Generalmente, entendemos el “cargar la cruz”como el precio por ser coherentes con nuestra condición de discípulos de Jesús, que nos lleva a soportar injusticias, agresiones contra nuestra propia persona. Pero no lo asociamos con el “compartir la cruz de otros”; en este caso, de las Madres y Familiares. Simón de Cirene, que es obligado a llevar la cruz de Jesús (Mateo 27:32), puede ser una figura simbólica que nos invite a compartir otras “cruces”, no por obligación sino por simple solidaridad cristiana. En tal sentido, la profecía de Simeón “Una
espada te atravesará el alma” (Lucas 2:35), no está dirigida sólo a María, La Madre. También nos llega a cada uno de nosotros y a la sociedad en su conjunto. *Acompañamiento y consolación. En ese caminar, a menudo hay frustraciones y sentimientos de impotencia. Quienes trabajamos por los derechos humanos sabemos eso. El esfuerzo por lograr los objetivos desgasta y desanima. Es importante tener recursos para el “mientras tanto”, hasta que no se llegue a la meta. Algunos textos bíblicos pueden ser de ayuda para esas circunstancias: “Los hombres honrados mueren y nadie se preocupa; los hombres buenos desaparecen y nadie entiende que al morir se ven libres de los males y entran en la paz. Habían seguido un camino recto y ahora descansan en sus tumbas”(Isaías 57:1s). “Las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno. A los ojos de los insensatos pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto su salida, y su partida de entre nosotros por completa destrucción; pero ellos están en la paz. Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad”(Sabiduría 3:1-4). “Van a tener que sufrir mucho en este mundo. Pero, ¡sean valientes! ¡Yo he vencido al mundo!”(Juan 16:33). *Involucrarse en la lucha por Verdad y Justicia no significa necesariamente hacer militancia política. En nuestro caso es, simplemente, intentar ser discípulos de Cristo veraces y comprometidos. En la sentencia divina “La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia”(Génesis 4:10), hay un claro llamado a ser “guardianes de nuestros hermanos” y a no permitir que nadie haga desaparecer a su prójimo sin rendir cuentas a Dios, a la justicia y al pueblo. La víctima de ese crimen no es sólo Abel, ni Jesús, en solitario. Son muchos, es toda la Comunidad. Ademar Olivera Nº 200
PENTECOSTÉS
La fiesta del Espíritu Los orígenes de la fiesta de Pentecostés surgen en los comienzos de la historia de Israel. Se trataba de una celebración relacionada con la agricultura: se agradecía a Dios por la cosecha. Después de la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, Dios en su gracia establece el Pacto o sea la Alianza con su pueblo. Pentecostés se convierte en la recordación y celebración de dicho evento. De acuerdo a Lucas fue durante la celebración de Pentecostés que el Espíritu Santo fue dado de un modo nuevo a la comunidad cristiana. Esa irrupción del Espíritu Santo en Pentecostés se convierte en signo visible en la tierra de la Resurrección y exaltación de Jesucristo. La Biblia nos recuerda que el Espíritu de Dios actuó en el mundo, desde el principio, es decir en la historia de la Creación. Y luego se hace referencia a dicha actividad a través de numerosos acontecimientos en la historia de Israel. Es después de la Resurrección que el Espíritu Santo guiará a la Iglesia, y estará presente en el mundo. Hay dos relatos diferentes del Pentecostés en el Nuevo Testamento. Tenemos el relato de Hechos 2, un relato muy elaborado, pero pleno de significado. En segundo lugar el Evangelista Juan afirma que fue en la misma noche del día de la Resurrección que Jesús les da a sus discípulos el don del Espíritu. Si bien en los hechos los dos relatos parecerían contradecirse, no lo hacen en relación al significado de dicho evento. Mas bien, se complementan. Antes de morir Jesús les promete a sus discípulos el don del Espíritu:
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo les he dicho” (Juan 14:26) “Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la Verdad” (Juan 16:13) Nº 200
Resurrección y Espíritu Santo
Se pueden considerar muchos textos del Nuevo Testamento, pero se considerarán brevemente los relatos de la Resurrección en los Evangelios. De acuerdo a Mateo son comisionados para ir a todas las naciones y hacer discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Además han de enseñar a que todos vivan según sus enseñanzas, y se les promete la presencia de Cristo siempre. (28:19ss) En Marcos las mujeres reciben la misión de llevar las buenas nuevas de la resurrección a los discípulos. En Lucas los discípulos son llamados testigos, es decir los que dan testimonio, y se añade una promesa muy importante: recibirán el don del Espíritu Santo, quién les dará poder para la misión. Y finalmente en el evangelio de Juan Jesús les otorga el don de la PAZ, y luego sopla sobre ellos el Espíritu Santo. Resumiendo: el grupo de discípulos, hombres y mujeres, reciben el don del Espíritu Santo, para que puedan compartir el amor de Dios en un mundo sufriente y dividido. EL DON DEL ESPÍRITU SANTO ES COMUNITARIO Todos los relatos mencionados son relatos comunitarios. Los integrantes de estas comunidades son personas diferentes, con dones diversos, pero están unidos en una búsqueda como podemos ver en Hechos 2. El evangelio de Mateo 18:20, nos recuerda que “donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” El Espíritu es libre para manifestarse de variadas maneras, pero es en medio de la comunidad donde se manifiesta plenamente el poder del Espíritu. NOS GUÍA HACIA NUEVAS VERDADES Cristo es la VERDAD. : ¿Qué significa esta afirmación para nosotros en un mundo tan complejo? Es el Espíritu quién guía a la Iglesia para comprender nuevos aspectos de dicha VERDAD, es decir nuevos horizontes en un mundo que cambia.
La buena noticia del Evangelio y la misión es la misma. Pero ¿cómo se realiza en este siglo XXI? Esta es una de las tareas de la Iglesia en todo el mundo, de allí la importancia de reconocer la unidad que Cristo nos da, expresada especialmente en la oración de Jesús en Juan 17. Esto requiere de los cristianos un espíritu de humildad para evitar el peligro de dogmatismos y reconocer que ningún grupo es poseedor de toda la verdad. Es en el diálogo que se van descubriendo nuevos aspectos de la Verdad. El apóstol Pablo en sus cartas constantemente hace referencia al Espíritu. En Gálatas 5:22 menciona alguno de los frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Donde están estos frutos, no se puede dudar que el Espíritu está obrando allí. Efesios 5:18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, antes bien, sed llenos del Espíritu”. I Tesalonicenses 5:19 “No apaguéis el espíritu” Gálatas 5:16 “Andad en el Espíritu” Gálatas 5:25 “Si vivimos por el Espíritu, andemos por el Espíritu.” CELEBRANDO LA FIESTA Festejemos Pentecostés con gozo, dando gracias a Dios por su regalo del Espíritu Santo. Y la celebración es un nuevo llamado a renovar nuestro compromiso en la misión de Cristo, de compartir el mensaje de “gran gozo”, conscientes de la promesa de Cristo “Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20 Diego Frisch Pastor REVISTA METODISTA / 9
METODISMO
Ser Iglesia Metodista en el Uruguay de hoy Inés Simeone MAYO 2011
Uno de los desafíos que nos dejó la ultima Asamblea General de la Iglesia Metodista en el Uruguay el pasado año fue reflexionar sobre el significado de Ser Iglesia, viva, presente, comprometida, consciente, participante, acogedora, siempre al servicio y principalmente verdadera comunidad de fe. Comunidad que expresa su espiritualidad en los cultos comunitarios, en las reuniones de oración, en los estudios, en los encuentros, en el servicio al prójimo, en la denuncia de todo aquello que atenta contra la vida y en los vínculos que se presentan. Para que todo esto sea posible ¡el amor a Dios y al prójimo como a si mismo! es el primer mandamiento a tener en cuenta. 10 / REV VIS STA A METO ODISTA
Para comprender lo que significa “Ser Iglesia Metodista en el Uruguay de hoy” es importante conocer y revisar el origen del movimiento metodista en la Inglaterra del siglo XVIII. Traer a la memoria los pequeños grupos organizados y al servicio, dentro del movimiento y después de la Iglesia. Las comunidades de fe, las sociedades, los grupos de trabajo, las sociedades, las clases, la participación… la “ekklesiola dentro de la ekklesia” tratando de “leerlos y entenderlos” desde nuestro momento – y lugar –histórico. El autor wesleyano, Luke L. Keefer, está convencido de que Juan Wesley (fundador del Movimiento Metodista) tomó la iglesia primitiva como modelo para la iglesia de todos los tiempos: «En los primeros años del avivamiento, Wesley llegó a un nuevo entendimiento acerca de la iglesia… Su eclesiología (doctrina acerca de la iglesia)… Su estudio de la iglesia en Hechos reveló un concepto dinámico de la iglesia… En primer lugar, esto significaba que la verdadera iglesia era una iglesia misionera, como lo era la iglesia primitiva…En segundo lugar, Wesley consideró ahora el gobierno y la práctica de la
iglesia como algo meramente funcional...Wesley hizo muchos cambios en su eclesiología durante la década de los 1740. Abandonó su creencia anterior en la sucesión apostólica, en el triple orden del ministerio (obispos, sacerdotes y diáconos), y en el derecho divino del gobierno episcopal en la iglesia... Según su estimación, la iglesia oficial (que dio suma importancia a estos asuntos eclesiásticos) no estaba ganando almas. De hecho, su misma insistencia en estas estructuras impidió la obra de la evangelización. Por el otro lado, la predicación laica en los campos, y la itinerancia de los metodistas, cumplía con el mandato evangelistico de iglesia.»(Luke L. Keefer, Jr: «John Wesley, Disciple of Early Christianity Muchos autores afirman que las sociedades metodistas funcionaban como una eklesiola dentro de la Eklesia (La Iglesia de Inglaterra). Seguramente que en la medida que las sociedades se fueron multiplicando, ganando “socios y principalmente socias”, fue necesario organizarse mejor provocando reacciones fuertes desde las autoridades anglicanas. ¿Qué eran y cómo se organizaban? Nº 200
Tenían un concepto inclusivo de la salvación; las personas participaban con responsabilidad; Compartían un formato de fraternidad cristiana basada en las realidades del mundo: ‘la reunión de clase. Aunque Juan Wesley pretendía crecer poco a poco, a partir de las sociedades establecidas, estas crecieron rápidamente provocando urgencia en su organización armando sus conexiones casi como una red. Sociedades compuestas por clases y bandas.
Las sociedades, según Heitzenrater (en: “Wesley y el pueblo llamado Metodista”): ...La Sociedad era una expresión para designar a todos los metodistas de un determinado local, que cuando se reunían, buscaban no usar la palabra “iglesia” para no provocar la impresión de competir con la Iglesia parroquial de la localidad. De las personas miembro de la sociedad se exigía obedecer 3 reglas: 1) evitar el mal; 2) practicar el bien; 3) usar los medios de gracia, públicos y particulares.”
La clase, con sus líderes responsables ante el propio Wesley, y su integración a la sociedad local, y luego con sus predicadores itinerantes vinculados a través de circuitos y distritos, y su conferencia anual de predicadores reunidos con Wesley, era la célula de una red de relaciones de mutua responsabilidad, integrada en un cuerpo de fraternidad y supervisión pastoral...(Mortimer Arias en: Nº 200
“Las comunidades de base y la tradición wesleyana”)... la reunión de clase” no es, sin embargo, solamente un instrumento de discipulado y supervisión pastoral: es un instrumento para la misión... Los y las metodistas participantes del Movimiento eran miembros de una clase. En general cada una contaba con doce miembros del mismo sexo con un líder (guía). La clase se reunía una vez a la semana para oración, estudio bíblico y compañerismo, examen de conciencia. Era un grupo de apoyo a las personas arrepentidas y que buscaban la fe personal. (Heitzenrater en: “Wesley y el pueblo llamado Metodista”)
Las bandas eran
pequeños grupos (seis personas de un mismo sexo y un líder). Para participar en ellas era necesario tener experiencia de fe, Para ser miembro era necesaria experiencia personal de fe, pedir admisión, estar de acuerdo en usar siempre la franqueza (tanto para oír como para hablar) en las conversaciones grupales. Buscaban la perfección cristiana, de acuerdo a su frase favorita: “dejémonos conducir para lo que es perfecto. (Heitzenrater en: “Wesley y el pueblo llamado Metodista”): ... Las sociedades (organizadas en clases y bandas) se “conectaban” en circuitos. ¿Qué eran los circuitos? En general, los circuitos abarcaban 25 lugares de predicación. Esto hacía posible la visita del predicador 1 vez al mes en cada lugar. Allí era recibido por los miembros de REVISTA METODISTA / 11
las sociedades locales que se responsabilizaban por el alojamiento y la alimentación. Y a todo esto se llamaba conexión, que era la red primitiva de grupos metodistas, que permitía que las sociedades locales y los circuitos de predicadores, se comunicaran como eslabones conectados entre si .Esto provocó crecimiento en las unidades y también en la cantidad de grupos organizados en sociedades. Como un derivado de esta primera realidad se usa hoy la expresión “conexidad” metodista. (Heitzenrater en Wesley y el pueblo llamado Metodista). En la Conferencia Metodista anual de 1749 (Londres) la preocupación principal fue una unión general de todas las sociedades en toda Inglaterra... firmemente unidas en un espíritu de amor y devoción. Fue en esa ocasión que la Sociedad de Londres pasó a coordinar todos los circuitos. Las reuniones trimestrales de los circuitos se hicieron oficiales. En 1750 solamente en las sociedades de Londres había más de 8.000 miembros. Es en esa época que Juan Wesley escribe lo que se conoce como “Un sencillo relato sobre un pueblo llamado metodista” en el cuál transmite una imagen muy clara del desarrollo de la “conexión wesleyana” en Inglaterra, Gales e Irlanda. Allí describe: la predicación al aire libre el mensaje de fe y perdón ofrecidos el nacimiento de las sociedades 12 / REV VIS STA A METO ODISTA
el desarrollo de la convivencia cristiana en las clases y bandas su preocupación de vivir – más allá de las palabras - el Evangelio En una carta (a su amigo Vincent Perronet –vicario de Shorehan) Wesley documenta: las noches de vigilia las fiestas del amor las reglas para los varios tipos de lideres la fundación de escuelas, asilos, clínicas médicas, sociedad de prestamos Presenta la historia del pueblo llamado metodista en la lucha contra el mal, buscando lo que es bueno y usando los medios de gracia, todo eso en el esfuerzo de difundir el “verdadero cristianismo”. Resumiendo, en 1750 los metodistas tenían una identidad doctrinaria específica (Minutes- Actas de las Asambleas - y Sermones), una red nacional organizada, circuitos de sociedades, finanzas centralizadas, predicadores que se encontraban todos los años para la Asamblea, un característico programa misionero que consistía en instituciones en beneficio de los necesitados y también actividades solidarias. (Heitzenrater en “Wesley y el pueblo llamado Metodista”). Recordemos también que en los primeros grupos metodistas además de los predicadores/as itinerantes, eran los laicos y laicas que llevan adelante muchas de las acciones del movimiento. En sus Nº 200
reglas es importante mencionar que:”… había un control de las entradas y salidas de los miembros. Los que se aceptaban como miembros habían estado en un período probatorio de tres meses antes de ser aceptados. Los líderes de clase eran responsables de evaluar si el candidato o candidata eran personas verdaderamente interesadas en buscar su salvación con temor y temblor. Si usted era miembro, tenía la obligación de asistir con regularidad a menos que tuviera una buena excusa para su ausencia. Las ausencias injustificadas podían hacer que una persona quedara fuera de la clase. Las comunidades de fe – de hoy no mantienen una disciplina de este tipo. Hay una apertura a quienes desean reunirse para oración y alabanza, para estudio de la Biblia y para recibir exhortación. Sobre todo, hay una intención teológica muy distinta a la que se propone Wesley en sus clases. Me parece que la diferencia fundamental está en un cambio de actitud sobre la doctrina de perfección cristiana, de importancia fundamental para Wesley. (palabras de Carmen M. Gaud en Julio de 2001) Todos estos ingredientes arriba y abajo mencionados, el contexto actual y la Constitución de la IMU son parte fundamental en la formación de nuestra identidad. Para “Ser Iglesia Metodista en el Uruguay de hoy” debemos conocerlos, reflexionar sobre ellos, y releerlos desde el aquí y ahora. Entre ellos: 1. Encarnar las palabras de Wesley “Yo considero el Nº 200
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mundo entero como mi parroquia…” actualizado para NUESTRA PARROQUIA. Recordar, pero principalmente entender y asumir el énfasis en el nuevo nacimiento. Darnos cuenta que al aceptar a Cristo verdaderamente nacemos de nuevo y debemos mostrar evidencias de ello en nuestras vidas. Practicar la comunión personal en grupos pequeños, en las casas y con participación de todos, sin distinguir entre «clérigos» y «laicos». Varios pasajes del Nuevo Testamento dan testimonio de esta forma de reunirse: «Y perseveraban... en la comunión unos con otros...» (Hechos 2:42) «... y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez del corazón...» (Hechos 2:46) «¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.» (1 Cor.14:26) Esto fue lo que practicaron los primeros metodistas en sus «sociedades» y «clases». Descubrir dones y ponerlos al servicio Incentivar al desarrollo del don y (la debida formación) de la predicación entre los laicos y laicas. Fortalecer la práctica de conexión entre nuestros grupos y congregaciones. Mantener siempre la preocupación por los/las
pobres… de una manera comunitaria y personal - motivada por el amor cristiano. Esta fue también una marca distintiva de la iglesia primitiva: «Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.» (Hechos 4:34-35). Son muchos los testimonios que se nos presentan desde el Movimiento Metodista del siglo XVIII. El conocerlos y releerlos desde nuestro tiempo y lugar es el gran desafío.
BIBLIOGRAFÍA Arias, Mortimer - Las comunidades de base y la tradición wesleyana, en La Tradición protestante en la teología latinoamericana – Costa Rica 1983 Heitzenrater, Richard - Wesley e o povo chamado metodista - SBC 1996 Simeone, Inés – Wesley, su tiempo y el nacer del movimiento metodista (artículo en 2003) Simeone, Inés – Las extraordinarias hermanas metodistas - disertación de maestría – UMESP 1996 Diario de John Wesley Carmen Gaud (texto en internet) Luke L. Keefer, Jr: «John Wesley, Disciple of Early Christianity REVISTA METODISTA / 13
El Espíritu es Brisa Multicolor
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Introducción
Los metodistas solemos unir, por cercanía de fechas, dos celebraciones: Pentecostés y la conversión de Juan Wesley. El comienzo de la enérgica acción del Espíritu en medio del pueblo del Nuevo Testamento; y el inicio del Movimiento Metodista. Entre nosotros aflora la añoranza por el “corazón ardiente” y el anhelo por lo “milagroso”. Quisiéramos revivir el fuerte impacto emocional que produce la conversión personal; y también ser protagonistas de la aspersión del Espíritu que se derrama gratuitamente sobre mucha gente, como “agua bendita” aun en aquellos que no esperan milagro alguno. Nosotros hoy haremos una lectura diferente. Poniendo el acento no tanto en lo que viene “de arriba” como fuerza que arrebata, que embriaga, que cautiva; sino en lo que sucede aquí abajo, “en la superficie”; en la consecuencia de la acción del Espíritu de Dios en lo cotidiano, en lo sencillo, en la vivencia de la gente. De esa manera, tal vez tomemos conciencia de que la voz del Espíritu se puede percibir no sólo en terremotos, tsunamis, inundaciones y huracanes, sino también en la suave brisa de una mañana de otoño.
1) Vivencia de la fe Algo evidente que descubrimos en el relato de Pentecostés es la vivencia de la fe. No la fe de eruditos, de doctores que dan cátedra sobre leyes y doctrinas; sino la fe sencilla de los creyentes, de 14 / REV VIS STA A METO ODISTA
la comunidad que se atreve a creer aun sin tener todas las respuestas. Una fe que no se basa en agudas elucub raciones de la mente, pero que puede penetrar en las profundidades del alma humana. Es la fe capaz de “mover montañas”; la fe que está dispuesta a dejarse sorprender, que permite ver más allá de lo que percibe nuestra mirada. “Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos” (Hebreos 11:1). Esa fe nos conmueve, nos contagia, nos perturba. Nos empuja hacia nuevos horizontes y a esperar lo que está por asomarse. Nos hace humildes y agradecidos.
2) UUnn acontecimiento popular Pentecostés es un acontecimiento popular. La fiesta nacional judía que convocaba a gente de los lugares más remotos. Es un hecho comunitario. Familias enteras viajaban hasta Jerusalén para celebrar su fe, para afirmar su identidad como pueblo y sus tradiciones. La memoria histórica generaba un sentimiento y una esperanza común. Podemos imaginarnos un gran encuentro en nuestro país, con la presencia de argentinos, brasileños, paraguayos junto a los uruguayos en torno a una celebración festiva. No un Mercosur, ni Unasur, que sólo reúne a gobernantes; ni la Libertadores de América, donde prevalece la competencia por un trofeo. Sino un encuentro con otra motivación; Nº 200
algo así como los 200 años de las luchas por la Independencia de nuestros pueblos. Podemos aprovechar, modestamente, la Celebración de Pentecostés que se realiza en cada congregación como un “aperitivo”, o una pequeña muestra de lo que anhelamos para nuestro pueblo. Cuando todos y todas podamos mirarnos a los ojos, reconocernos como hermanos, fundirnos en un abrazo y compartir la alegría, la esperanza y los sueños. ¡Eso es el milagro!
3) Un Un baño de democracia El don del Espíritu se socializa, se derrama en abundancia sobre mucha gente: “Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. Queda claro que el Espíritu de Dios no es posesión de unos pocos elegidos, sino que está al alcance de todos, sin distinción de rango eclesiástico o de nivel de consagración. En el Antiguo Testamento el Espíritu se manifiesta en particular sobre ciertos líderes, sobre todo profetas. En los evangelios sobresale la acción del Espíritu Santo en la persona de Jesús. A partir de Pentecostés, el Espíritu es “como el viento que sopla por donde quiere …”, a veces donde nadie lo espera. Es completamente libre, no se lo puede atrapar ni manejar. Esto hace la diferencia. Porque no sólo se puede percibir en personas y líderes destacados, sino también en las congregaciones, en comunidades de fe. A partir de ahora se comienza a hablar del Espíritu en plural: “Si Cristo vive en ustedes, el Espíritu vive” (Rom. 8:10); “El Nº 200
Espíritu de Dios vive en ustedes” (I Cor. 3:16); “Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo” (I Cor.12). “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (II Cor. 3:17); “El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apoc. 3:22). Por esa razón impartimos la bendición: “El Espíritu esté con ustedes”. Porque “Dios da el Espíritu en abundancia” (Juan 3:34) no en forma mezquina. Este acento del NT debiera ser recuperado. Porque a menudo esperamos una revelación especial en algún líder de nuestra Iglesia, olvidándonos del rol destacado que tienen los laicos y las congregaciones en la tradición metodista. Puede suceder que el Espíritu esté comunicándonos cosas relevantes, pero que los dirigentes no sabemos interpretar o discernir. (I Cor. 1: 26-29). ¡Qué importante y actual es la exhortación paulina a “renovar nuestra mente, para poder distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto” (Rom. 12:2). Esa es tarea de toda la Iglesia, iluminada y guiada por el Espíritu.
4) Unidad Unidad en la Diversidad En Pentecostés, según Hechos 2, están reunidas personas, familias, comunidades muy diferentes entre sí; pero unidas en un mismo espíritu, en un mismo sentir. Es un ecumenismo que trasciende fronteras: “Todo el mundo habitado”. Eso nos recuerda que Dios no excluye ni por el color de piel, ni por el sexo, ni por las ideas, ni por el estatus económico, ni por la orientación
sexual. Su invitación, su llamado es abierto a todos y a todas. Ser ecuménico es un distintivo metodista: “Nosotros pensamos y dejamos pensar”. Esa postura surge del respeto por la libertad de cada persona y su derecho a ser como es; y de aceptarlo como a un hermano o hermana, como a un ser humano sea cual sea su creencia. Nosotros creemos que la diversidad es intrínseca a la creación de Dios. Es su voluntad que seamos diferentes, pero iguales. ¡Ahí está la gran riqueza! Creo que hoy el Espíritu nos invita a reconocer la diversidad (humana, cultural, social, étnica, religiosa) como un hecho de la realidad; a valorarla y defenderla como expresión de la voluntad divina. Esa convicción nos llevará a luchar contra toda clase de racismo y discriminación, a defender el derecho a ser diferente como un derecho humano. Aprovechemos este tiempo de Pentecostés como una nueva oportunidad para redescubrir su significado más profundo y siempre vigente. Dejemos que el Espíritu se mueva libremente entre nosotros. Que fluya como un manantial de vida nueva, de fuerza contagiosa para llevar adelante juntos la gran misión de Dios. Que se pueda decir de nosotros: “’Qué hermosa es la llegada de los que traen buenas noticias!” (Rom.10:15). Y se cumpla la oración de Jesús: “Te pido que todos ellos estén completamente unidos, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21).
Ademar Olivera Pastor REVISTA METODISTA / 15
Admirable alarma
“Permítame V.S. que llame un momento su consideración sobre esta admirable alarma conque simpatizó la campaña toda, y que para su mayor y eterna gloria, no eran los paisanos sueltos, ni aquellos que debían su existencia a su jornal, los solos que se movían; vecinos establecidos, poseedores de buena suerte.....los que abandonaban sus intereses, sus casas y sus familias...” (Artigas a la Junta Superior Gubernativa del Paraguay Diciembre 7 -1811).
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Este año nuestro país estará envuelto en celebraciones, por el Bicentenario. Que vamos a celebrar? fechas, mitos aprisionados en el bronce, historias sin contexto? El teólogo alemán J:B.Metz decía: “Debemos rescatar la historia y en el mensaje cristiano la peligrosa memoria, los contenidos subversivos, los gritos de esperanza frustrada”. Si queremos trasmitir procesos y desafíos debemos trasmitir la historia con sus glorias y sus miserias. Un pasado hecho con seres humanos de carne y hueso. Quizás pensemos que esto es político y no tiene nada que ver con la fe o la iglesia. Tony Campolo, pastor norteamericano proveniente del mundo conservador; en su libro “Déjame contarte una historia” dice sencillamente: “Leyendo la Biblia encontramos que el cristianismo es la dedicación a un Dios, que trabaja en el mundo. Nuestro Dios desea cambiar este mundo, en el lugar que suponía ser cuando fue creado. Un mundo marcado por la justicia y vida plena para todos”. Es un error el dilema que hacemos entre lo espiritual y la construcción de la sociedad humana. Acaso no afirmamos “ que de Dios es el mundo y los que en el habitan”. Hay posiciones
teológicas que a veces parece que nos quieren hacer extraños en nuestra propia tierra. Dios es un dios que interviene en la historia, que crea hechos políticos. Recordamos Génesis 12:1-3 en que Dios llama a Abraham a dejar su casa paterna, su clan, para formar una nación en la tierra prometida. Así también Dios nos coloca a cada uno, en la historia y en una situación concreta. Dios es el dios de la Iglesia pero también es Dios de la sociedad política. En primer lugar el Grito de Ascencio no fue el único estallido, hubo varios gestos espontáneos desde el mes de febrero en aquel 1811. Enrique Méndez en su libro “ Artigas y la Patria Grande” constata el primer levantamiento en Casablanca (Paysandú) acaudillado por los sacerdotes del lugar. Esto habla de una situación que se volvía incontenible. Estas tierras llamadas Banda Oriental eran consideradas por los españoles como “tierras sin ningún provecho”. Solo algún ganado, pero nada tenia que ver con la riqueza de otras tierras conquistadas como lo que es hoy Perú o Bolivia. Lo que creo que tenemos que rescatar y celebrar es, que Nº 200
de esta tierra sin ningún provecho, surge un proyecto inédito, diferente a los otros procesos emancipadores en América Latina. No es como se da en Buenos Aires, centro del Virreinato, es un desplazamiento de un gobierno español por una clase política criolla, donde se mantiene el centralismo del Virreinato. No es un cambio de dueños, sino el modelo de una Federación de Provincias con iguales derechos. Tenemos que dar gracias a Dios por la mente brillante de José Artigas. No era un intelectual, sino alguien que conoció íntimamente esta tierra y su gente. Independiente, admirado por su coraje. El proyecto político se establece en las Instrucciones del año XIII, y el proyecto social-económico en la Ley de Tierras. Es el único proceso emancipador en la región, que toma en cuenta a los habitantes originarios. En la propuesta de Artigas los indios “eran objetos de primera consideración”, lo que creó una modificación de la estructura social. Pero por encima de todo el proyecto de la Patria Grande. Proyecto inclusivo e integrador. El Éxodo, mezcla de protesta ante el pacto de Buenos Aires con los españoles y el temor a la represalia de éstos, habla del sacrificio de un pueblo entero por un sueño. La larga caravana tenía más de 50 kilómetros de seres humanos de todas condiciones y edades. Llevó 59 días de penurias hasta cruzar el Río Uruguay a la altura de Salto. Allí permanecieron en Ayuí hasta que Nº 200
las condiciones del retorno se dieron casi un año después. A pesar que la propuesta de una sociedad distinta tuvo su punto culminante en 1815, una telaraña de intrigas, ambiciones y traiciones, del Imperio Portugués, la Junta de Buenos Aires y el embajador inglés Lord Strangford, lo transforman en la historia de un sueño robado. Rubén Alves en su libro “ Religión opio o instrumento de liberación” dice: El hombre quiere evitar el futuro que no puede controlar...actúa con el fin de impedir el futuro a través de una afirmación del presente donde se preserva tal cual es. La propuesta de futuro de la Banda Oriental es un enorme desafío para la Junta de Buenos Aires que vive del presente. Es no solo destruir la propuesta sino también quien la encarna. Me hace recordar cuando Caifás en el juicio a Jesús reclama “mejor es que uno muera a que todo el pueblo sea condenado”. Artigas incomoda a los intereses que no quieren cambiar el presente y debe ser destruido. Siempre me ha impactado su destierro. Enrique Méndez trae un relato de Ramón Cáceres poco antes de la entrada de Artigas al Paraguay “ Tal era el prestigio de Artigas entre aquellas gentes que a pesar de verse solo, perseguido incesantemente.....salían los indios a pedirle la bendición y salían tras él como en procesión, con sus familias, abandonando sus casas y sus animales”. Artigas no quiso volver al Uruguay independiente cuando le invitaron. La
Patria Grande había sido destruida, la `propuesta desmantelada. Los últimos indígenas fueron exterminados por uno de sus lugartenientes. La política siempre ambigua nos dejará el vacío y a veces nos tentará a refugiarnos en un apostolado que prescinda de la misma. No podemos dejar a su suerte a un mundo opaco y absurdo. La mejor celebración es que seamos capaces de construir un nuevo proyecto, construyamos en lo pequeño y en lo grande. El filósofo Kierkegaard decía:”Dios se esconde en la miseria y en el abatimiento, a fin de que sólo le encuentre el que le busque con infinita pasión” En la borrosa bruma de la historia Dios nos va dando señales. Pongamos nuestra pasión infinita para volver a soñar y alcanzar, una tierra justa y una vida plena para todos. Pastor Oscar Boliol REVISTA METODISTA / 17
Una vida revolucionaria A propósito de la calle Pastor Earl Martin Smith En el último número de la REVISTA METODISTA fue publicado un artículo que hacía referencia al hecho de que en la ciudad de Trinidad el nombre del Pastor Guillermo Tallon había quedado instalado en la memoria colectiva haciéndolo parte del nomenclator ciudadano. Y ya adelantábamos que si bien esa era la primera vez que en el Interior del Uruguay sucedía algo semejante, sin embargo era la segunda ocasión en la cual, el nombre de un metodista designaba a una calle. La primera había correspondido a la calle “Pastor Earl Smith”
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A través del decreto nº 30.125 del 26 de Noviembre del 2002 la Junta Departamental de Montevideo designó con el nombre de “Pastor Earl Martin Smith” a la vía de tránsito conocida como “proyectada 20 metros”, primera paralela al Este del pasaje de la vía, que nace en la calle Burdeos y se dirige al Norte llegando a Carlos María Ramírez. La resolución final –a partir del decreto de la Junta Departamentalque el Intendente Mariano Arana firmó con fecha 2 de Diciembre del 2002 había comenzado a tramitarse tres años antes por iniciativa de: Zulma L. de Giamoni e Isabel M. de Aparikian, hermanas metodistas que en su juventud habían sido parte de la Iglesia Metodista del Cerro. Otro de los jóvenes metodistas sobre los que el Pastor Smith dejó su impronta es el Dr. Julio de Santa Ana. Gracias al correo electrónico pudimos recibir de él –radicado en Suiza- la respuesta a nuestra pregunta: “¿Qué viene a tu memoria cuando escuchas el nombre de Earl Smith?”. A continuación su testimonio.
EEN PRIMERA PERSONA “L que me mueve a narrar al“Lo gunos hechos de la vida de Smith es que dio señales de haber sido un discípulo fiel de Jesús. Uno de ellos ocurrió en tiempos de la guerra civil española, cuando había pasado más o menos un año desde que hubiera comenzado esa contienda.
Smith tenía convicciones pacifistas radicales. Fue fundador de la rama latinoamericana de la Fraternidad de Reconciliación y Paz: el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ). No es de extrañar entonces que esa guerra civil que sacudió muchas conciencias en Occidente, impactara también en la de Smith entre ellas. Cuando se cumplió el primer año de hostilidades, el Pastor Smith –que ya estaba enraizado en el Cerro de Montevideo- tomó la decisión de ir a España, a enrolarse en filas del ejército republicano como camillero voluntario. Tomado prisionero por los falangistas y enfrentando un juicio sumario que bien pudo costarle la vida, por una eficiente intervención de la Embajada de los EEUU fue liberado. Habiendo regresado al Cerro, en los largos años de cercanías compartidas, jamás le oí hablar de esto. Es pertinente invocar el dicho de Jesús: ‘No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha’, como fundamento para este tipo de silencios a los que nos tuvo acostumbrados. Otros hechos de su vida corroboran de diversa manera su fe. Por ejemplo, el apoyo financiero dado a la Caja Común de la Iglesia Metodista en el Uruguay. En cierta época, cuando los problemas de relaciones internacionales entre la República Argentina y nuestro país conocieron grandes tensiones (durante la segunda presidencia de Perón), e influían negativamente de varias maneras sobre la vida de nuestras Iglesias, la IEMU tuvo serias dificultades. Smith se despren-
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dió de una parte muy importante de su salario para ayudar a esa Caja Común. De ese modo, tan discreta como solidaria contribución contribuyó en ese tiempo a resolver en gran parte la situación.”
SSMITH M EN EL PARALELO 38 “N puedo dejar de mencionar “No por lo menos otro acontecimiento que marcó fuertemente la influencia del Sr. Smith en el proceso de la sociedad uruguaya”, continúa diciéndonos en primera persona Julio de Santa Ana. El suceso tiene que ver con el tiempo en el que la industria de la carne había entrado en profunda crisis mientras que en la esquina más lejana del mundo de entonces, se desataba concomitantemente la guerra de Corea. Conflicto bélico al cual el pueblo coreano le encontraría una salida hacia la paz con la fijación del paralelo 38 como frontera –vigente hasta hoy- entre las dos Coreas. Pues bien, esa disposición internacional fue utilizada irónicamente por la población de la Villa del Cerro para hacer mención a la separación que hacia 1952 y l953 existió entre el Cerro y el resto de nuestra capital, en medio de un clima de creciente confrontación entre las fuerzas sindicales tuvieron que hacer frente a grandes capitales como Swift y Armour. “El Cerro quedó aislado. El puente del Arroyo Pantanoso comenzó a ser comparado con el paralelo 38 de la guerra de Corea. Esta apelación conseguía mofarse de su situación pero no disminuía en nada la dura y explosiva realidad. El ejército podía intervenir en cualquier momento; las ‘medidas prontas de seguridad’ habían sido votadas. Para parte de la opinión, la confrontación entre obreros y fuerzas del orden era cuestión de horas. El Pastor Smith era una persona que tenía una cierta autoridad moral Nº 200
entre los obreros de los frigoríficos, por eso, al incrementarse la tensión entre las partes tomó la decisión de hacer algo. El pacifista radical comenzó a debatir con los dirigentes sindicales la posibilidad de una acción no violenta radical como vía para superar el enfrentamiento. Los obreros, después de muchos debates comenzaron una huelga de hambre que resultó decisiva pues les permitió obtener justicia.” ASÍ COMO ÉL AS
Ea Smith había nacido el 21 Earl de Febrero de 1895 en Nebraska, EE.UU. de Norteamérica. A los 5 años su familia se traslada a Santa Cruz, California, donde tempranamente reparte diarios para costearse sus estudios. Comienza estudiando Ciencias Económicas y más tarde sentirá la inquietud por prepararse para el Ministerio pastoral y entonces se iniciará su formación Teológica. En el año 1924 llega a Montevideo como misionero y es designado para pastorear la novel comunidad metodista (La Casa de la Amistad) de la barriada del Cerro. Y allí, permanecerá 36 años ininterrumpidos de trabajo dedicado, solidario y consagrado. Estaba casado con Bessie Archer, y tuvieron dos hijas: Muriel y Nelba. Su esposa, pedagoga de gran valor, hizo una contribución importantísima al desarrollo de la educación primaria en el país, y juntos, como familia, trascendieron al Cerro, señalando sendas muy claras para el testimonio social de la Iglesia. Si alguien quisiera encontrar la calle “Pastor Earl Martin Smith” no le será fácil pues, entre otras cosas, no es una calle. Tal vez lo será de aquí a muchos años. Por ahora son apenas unos metros de camino vecinal de tierra, con tres viviendas, transitado diariamente un puñadito de gente nada más.
Se me ocurre pensar que Smith debe estar conforme con la “calle” que le tocó, porque se parece a él: simple, humilde, sin pretensiones, así tal como lo recuerda Julio de Santa Ana: “Sin alharacas, siempre discreto, pero siendo un hombre, un pastor, un ser digno.” Si tuviésemos que poner en un párrafo su pensamiento diríamos con sus palabras: “… Debemos orientarnos por Jesús en todas las cosas. En la Iglesia, en el hogar, en los trabajos, en la vida sexual, en el estado, en el arte, en el placer…”. Esa frase la extrajimos de un alegato inusual para un hombre en 1973, en el cual agregaba: “Jesús fue feminista en un ambiente para nada feminista. Y nosotros como seguidores de Él debemos ser feministas también. Debemos apoyar el movimiento de la liberación de la mujer. Es uno de los últimos movimientos cristianos de liberación.” Para el Pastor Earl Smith, en Jesucristo, todo, es decir las palabras del Señor, sus hechos, su compromiso, todo es sinónimo de “revolución”. Por eso Smith no se cansó de predicar hasta su muerte, acaecida en 1990, que los que hemos puesto nuestra fe en Cristo confesándolo Dios Encarnado en la Historia, estamos llamados a vivir vidas revolucionarias. Rodolfo Míguez
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Seguridad y minoridad No cortemos el hilo por lo más delgado delgad
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La preocupación por la seguridad es cada vez mayor en nuestra sociedad, e indudablemente esta demanda no sólo es legítima sino, también, absolutamente necesaria para alcanzar una saludable convivencia social. Pero hay que estar muy atentos para que ese afán por conseguir mayor seguridad no se nos vuelva en contra y acabe generando un círculo perverso de violencia que nos lleve a armarnos para defendernos, que nos enfrente a unos contra otros bajo la lógi-
social, para depositar en ellos las cargas y los sentimientos más negativos presentes en la sociedad. Por esta razón consideramos fundamental preguntarnos: ¿No será parte de esa forma contraproducente de buscar seguridad una iniciativa como la lanzada recientemente para propiciar una reforma de la Constitución que baje a 16 años la edad de imputabilidad? ¿Acaso, por esa vía, no estaremos cayendo en un doble
ca del temor, la sospecha y el prejuicio, o que escoja «chivos expiatorios», que indefectiblemente se encuentran en los lugares de mayor vulnerabilidad
discurso social, en el que al mismo tiempo que colocamos a los niños y adolescentes infractores en el foco de nuestra condena, nos mostramos inNº 200
capaces de superar definitivamente una ley que estableció la caducidad de la pretensión punitiva del Estado ante delitos de lesa humanidad? Señales, como dicha ley de caducidad, de que no siempre todos somos iguales ante la ley y de que la ley se puede violar o no según el lugar de poder que ocupemos, ¿no constituirán parte de una colección de ejemplos negativos que los adultos brindamos a nuestros niños, niñas y adolescentes, que los inducen a pensar que es posible y hasta legítimo infringir la ley y romper el contrato social de respeto mutuo según nuestra conveniencia? Como decíamos al comienzo, es indispensable encontrar soluciones al tema de la seguridad y al de los menores infractores, pero esas soluciones serán verdaderamente eficaces si responden a dos principios rectores que operan de manera complementaria: Por una parte, la seguridad crece cuando se afirman los derechos de quienes constituyen los segmentos más débiles y sufridos del colectivo social, y no cuando esos derechos se ignoran y se recortan. En síntesis, hay más seguridad cuando hay más derechos, no menos. Por otra parte, la seguridad es la consecuencia natural de la responsabilidad personal y social. Responsabilidad y seguridad conforman un círculo virtuoso donde un aspecto potencia al otro. Cuando la responsabilidad se debilita, ineludiblemente también se debilita la seguridad. Nº 200
En conexión con el primer principio consideramos que es fundamental reafirmar la Convención de los Derechos del Niño, que nuestro país suscribiera hace ya más de una década, la cual establece que ningún menor de 18 años puede ser juzgado por la misma justicia que rige para los adultos. También es preciso reafirmar el Código de la Niñez y la Adolescencia en virtud del cual se puede imputar y juzgar a menores, hasta los 13 años de edad, que cometan infracciones graves, de acuerdo con la normativa establecida en dicho Código. Con respecto al principio de responsabilidad, de la misma manera que el Código de la Niñez y la Adolescencia demanda la responsabilidad de los mayores de 13 años sobre sus actos y conductas infractoras, también la sociedad debe demandarse a sí misma una mayor responsabilidad con los niños, niñas y adolescentes. En tal sentido, es preciso enfatizar: La responsabilidad de cada una de las familias en el cuidado, en la formación humana y ética, y en la provisión de una base afectiva sólida para nuestros niños y adolescentes. La responsabilidad del sistema educativo de garantizar que nuestros niños, niñas y adolescentes experimenten una atmósfera que los contenga, los estimule, les ofrezca herramientas que los capaciten para su desarrollo personal, y les permita encontrar docentes que se erijan en modelos
identificatorios de dignidad y p compromiso con los demás. La responsabilidad de las redes sociales (organismos y programas del Estado, centros recreativos y formativos, iglesias, etc.) de conformar un tejido social fuerte que complemente y apoye la tarea de la familia y de la escuela. La responsabilidad de los medios masivos de comunicación de no banalizar la violencia convirtiéndola en un entretenimiento y en un recurso para conseguir más rating y para obtener una mayor rentabilidad económica. Dice la Biblia: “Este niño restaurará tu vida y te sustentará en la vejez…” (Rut 4:15)
Particularmente en este tiempo en que, a la luz del Bicentenario, buscamos reforzar nuestras bases fundacionales, este desafío de la Escritura se vuelve impostergable: restaurar la niñez maltratada y devolverle su condición de niños y niñas, puesto que esa es la mayor fuerza de restauración de una sociedad que aspira a alcanzar mayor justicia, mayor integración e inclusión, y mayor seguridad. Sostener a nuestros niños, especialmente los más sufridos, garantizándoles sus derechos es el mejor camino para asegurar la vida de todas y todos los uruguayos.
Pastor Raúl Sosa Presidente de la Iglesia Metodista en el Uruguay
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Ser Iglesia en dictadura
Testimonio y resistencia solidaria El Museo de la Memoria MUME, es patrocinado por el Departamento de Cultura de la Intendencia Municipal de Montevideo, y cuenta con la gestión de la Asociación de Amigas y Amigos del MUME y la coordinación del Arquitecto Elbio Ferrario. Uno de los objetivos del MUME es recuperar la memoria del pasado reciente y el patrimonio social, cultural y político de la sociedad uruguaya generado durante la dictadura cívico-militar. Se va construyendo con el acervo de las memorias individuales y colectivas. Dice el Arq. Ferra-
rio: “La memoria es un arma poderosa para la identidad de nuestro pueblo, que orienta la lucha para construir una sociedad mejor, con justicia social, democracia, libertad y solidaridad”. El MUME no es un “museo tradicional” donde se guardan y exhiben objetos que tienen legitimidad y autoridad en sí mismos. En el MUME son los sujetos quienes interpretan y dan sentido a esos objetos, incluso reconociendo una diversidad de perspectivas. En esa pluralidad de voces la Iglesia Metodista tiene una palabra para decir sobre ese
Parte del estado en que quedó el Templo de la Iglesia Metodista Central después del atentado sufrido en abril de 1972
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tiempo doloroso. Un equipo de trabajo integrado por los pastores Oscar Bolioli, Rodolfo Miguez, Ademar Olivera y Aníbal Sicardi, y la Lic. Carolina Vallejo, ha elaborado un proyecto que busca aportar su testimonio sobre lo vivido y actuado por la IMU durante los años 70 y 80, por medio de historias y registros visuales y escritos. El trabajo ha sido aprobado por el MUME e incluye una serie de Entrevistas con público y Mesas Redondas (ya realizadas), una Exposición y la publicación de un libro a editarse en los próximos meses. La Exposición se inaugura el sábado 21 de mayo, a las 16 hs., y se podrá visitar hasta el 20 de agosto. Consideramos de suma importancia el apoyo y participación de todos los metodistas y simpatizantes en este evento. La presencia de la membresía refleja el interés por conocer esa parte de la historia de nuestra Iglesia uruguaya y es, además, una forma de testimonio de nuestra identidad como discípulos de Cristo que aceptan el desafío de ser solidarios con los que sufren como una genuina expresión del amor al prójimo. Nº 200
Oraciones por Boby ¿oraciones por Boby? Basada en una novela sobre la historia real del suicidio de Boby; un joven gay de 20 años, que intenta encontrarse a sí mismo y mantener sus vínculos con la familia, nos plantea un drama Si bien, el relato jerarquiza el rol de la madre, que aparece como la generadora del profundo conflicto que vive Boby y que culmina en su autoeliminación, el hecho, que fue real, es mucho más abarcativo. Comencemos por la familia: norteamericana típica de clase media con visos de “familia perfecta”. Una madre obsesiva, apoyada en una lectura literal y muy conservadora de la Biblia, hipercontrola a todos sus integrantes. Vigila sus actividades, el funcionamiento de la casa y el “más allá”; pues teme que alguno de sus seres queridos muera en pecado. El padre aparece débil en su rol y alejado de las interpretaciones bíblicas que su esposa hace constantemente de las conductas de quienes le rodean. Los hermano/as adolescentes de Boby viven con asombro, y, un poco de miedo, las dinámicas que Nº 200
que nos devuelve en espejo imágenes muy conocidas.
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genera la revelación que viene a revolucionar el perfil armonioso de esta familia, que parece fuerte, pero que estaba asentada sobre un terreno movedizo. Boby descubre su homosexualidad cuando toma conciencia de que los comportamientos diferenciales respecto a los hombres de su familia y su entorno, apuntan en una dirección que él, en principio, no quiere aceptar, pero que lo desborda; le atraen los hombres. No logra consumar una relación sexual satisfactoria con una mujer. Se va acercando a su realidad a los tropezones, con mucha angustia, con mecanismos de negación; pero con un imperativo que lo lleva a revelarlo. La crisis familiar se precipita liderada por su madre que busca en las páginas de la Biblia y en la oración: explicaciones, consuelo, pero fundamentalmente argumentos para sostener el rechazo radical que siente por su hijo. La figura del pecado se hace finalmente carne, en este hijo que violenta la biología, la armonía de vida, pero sobre todo, la virtud que conduce a la vida eterna. La guerra que se desata contra Boby incluye a toda la familia por acción u omisión; y, los tenues intentos de ayuda, por parte de sus hermanos y padre, son destruídos por la intransigencia materna. Los recursos para volver a Boby a “la normalidad” son harto conocidos: Psiquiatra, conver24 / REV VIS STA A METO ODISTA
saciones, recriminaciones y una interminable sucesión de pasajes bíblicos; escritos en papelitos que la madre pega en todos los ambientes de la casa para que Boby los encuentre. La idea es cambiar a Boby a través del acoso; que conlleva la negación de él como persona. Ello deriva en la expulsión. Boby se va a vivir un tiempo con una prima. Allí experimenta la libertad que se le negó, pero especialmente el afecto y la aceptación de ese miembro de su familia que lo reintegra. Allí también conoce a su primera pareja estable, un chico adinerado con una familia liberal. Pero ya era tarde para Boby… La misma persona que le había dado la vida, se la fue quitando. El suicidio no fue el comienzo de la tragedia; fue el fin de un proceso de despersonalización, de destrucción de la autoestima, de culpabilización, que quebró finalmente su resistencia. En este proceso toda la familia es protagonista y víctima: de los prejuicios, la falta de información, la idealización de la familia perfecta, y, lamentablemente, de la religión. Esa religiosidad que se vale de su autoridad para sostener valores y normas de vida que excluyen y estigmatizan lo que no se ajusta a un modelo de familia heteronormatizado; en el cual lo diverso se torna conflictivo, pecaminoso. Finalmente, la experiencia de la muerte de su hijo lleva a la madre a una búsqueda de información y a una crítica a sus propias convicciones bíblicas. Es cierto que afronta una transformación de vida, convirtiéndose en militante a favor de la causa de gays y lesbianas. Un final muy al estilo cinematográfico, pero hay un hecho más cierto: Boby se suicidó. ¿Oraciones por Boby? Esto me hace recordar aquel dicho tan terrible que escuché cuando era chica: “María enterró al hijo y luego tapó el aljibe”.
(Este comentario se elaboró luego de un intercambio colectivo en la Diaconía Cristiana en la Diversidad). Pastora Araceli Ezzatti
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En el marco del Culto de Clausura del Proyecto “Joven en Misión”, que tuvo lugar en la Iglesia San Pablo de Montevideo el 3 de Febrero, CIEMAL (Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas Latinoamericana) le rindió un justo homenaje de reconocimiento al pastor Juan Damián. El Proyecto “Joven en Misión” reunió unos 60 jóvenes del Cono Sur de CIEMAL que sesionó en Montevideo, teniendo como sede la hermosa y cómoda Iglesia San Pablo. El culto de Clausura coincidió con el final del ministerio en CIEMAL de Juan Damián. Por eso, como parte de ese evento, las autoridades de CIEMAL, Joyce Torres Placa, Secretaria General y Óscar Bolioli, Vicepresidente, entregaron una placa de reconocimiento con el texto “Gracias Juan Damián, pastor y poeta, por tu palabra dispuesta para vestir de fiesta al Evangelio haciéndolo mirada, canción, abrazo y vuelo con esa sencillez propia del pueblo” El pastor Rodolfo Míguez, a cargo del Área de Historia y Archivo Histórico de la Iglesia Metodista de Uruguay, fue el responsable de las palabras de reconocimiento a Juan Damián. El orador señaló “el largo Ministerio de Juan Damián de punta a punta del continente latinoamericano” en el cual “ha venido sembrando un Evangelio golondrina, un Evangelio hecho de bandadas de palabras parecidas, comunes, simples y sencillas pero que ordenadas a su modo, fueron siempre anuncio de algo nuevo” Rodolfo Míguez se atrevió clasificar las distintas actitudes de los y las integrantes de las iglesias como los que tienen “vocación de árbol” pues “se quedan plantadas allí, donde nacieron, y se dedican a dar fruto”; los de “vocación de pared” quienes “no son fácil entenderlas, aceptarlas y quererlas” pero “son útiles al Reino, salvaguarda de la fe, cimentadas en la verdad”. Además quienes tienen “vocación de ventana: personas que toda su existencia es pura transparencia de Cristo”; “vocación de barrilete, llenas de sueños locos y atrevidos”, “vocación de ola y son constante refresco llegando a las orillas de otras vidas” o “ vocación de puente” pues “a través suyo la Gracia va y viene, cruza, llega, vuelve y no se detiene, porque su señal es el provocar al movimiento, al encuentro de los distintos, al abrazo de los que todavía no se conocen” En esa línea afirmó “que no me quedan dudas” que el pastor Juan Damián es uno de esos “que responde a la vocación de aguja de tejer” pues pensar en él “es ver a un hombre que ha estado yendo y viniendo de aquí para allá, cruzando hilos de vidas ajenas y propias (¡porque vaya si se ha reinventado una y mil veces, renaciendo una y otra vez!), anudando proyectos y bordando planes, uniendo comunidades, culturas, formas de ser y de hacer las cosas” “Juan ha venido ayudando a muchos cristianos y cristianas a tejer iglesia en toda la amplia geografía y en un amplísimo abanico de expresiones propias de toda la Iglesia de América Latina” sostuvo el historiador uruguayo.
En Uruguay CIEMAL homenajeó al Pastor Juan Damián Recordó que “primeramente fue Sacerdote Jesuita y con la semilla del Evangelio sembrada en la Iglesia Católica un día se convirtió en tejedor protestante y ambulante de la fe comenzando un ministerio sin pausas que se inició en la Iglesia Evangélica Metodista en el Uruguay y la Asociación Cristiana de Jóvenes hace ya más de tres décadas” y continuó al servicio del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y del Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina y el Caribe (CIEMAL). El orador avanzó al expresare que referirse a Juan Damián “es hablar de poesía sugestiva y sugerente, es caer en la cuenta de que Dios inspira a los que elige y elige a los que quiere que digan las cosas a Su modo: simple y sencillo, profundo y sereno. Porque la poética de Juan es medida, con sabor a pueblo: incienso para los oídos que gustan de las verdades del Reino” Al interpretar que el homenajeado “nos enseñó a muchas y muchos metodistas que la Teología es Mujer” reclamó que se lo entienda pues “lo que quiero decir es que la teología es una `ella` y digna expresión de su género, es coqueta. Y cuando se siente amada, cuando hay pasión de verdad en las y los que buscan la verdad (eso es teologizar con ganas), digo que cuando ella se ve mirada con interés despierto, se suelta el pelo y…¡uy mi Dios!…cuando la teología cristiana se suelta el pelo en medio de un grupo que se deja seducir por sus misterios la habitación se llena de un perfume arrobador” Por si había quienes dudaban de sus afirmaciones, Míguez recurrió a lo efectuado por Juan Damián, “sus papeles” “algunos en la forma de apuntes mimeografiados (toda una reliquia para estos tiempos del Internet) y otros convertidos en libros, pero todos en la misma clave: textos marcados por un decir poético, preocupados por proclamar el Evangelio con belleza de pueblo, y apostando a una comunicación que se conjugue en plural” Al finalizar, Rodolfo Míguez dirigió su mirada hacia Damián diciéndole “si alguien negase que marcaste un antes y un después en la evangelización del continente a nivel de las grandes estructuras y amplios colectivos protestantes latinoamericanos, demostraría no saber de lo que habla” y volcando una intimidad agregó que “ Te lo dije muchas veces a solas en todos estos años, y ahora te lo repito delante de los demás: enseñas una manera de comunicar el Evangelio que, así tal cual lo haces, antes de ti nadie lo había hecho”.+ (PE)
Lava mis pies y mis manos todo mi cuerpo también las sandalias ya no hablan cuánto dolor en los pies
o i r o t a v La
Heridas y cicatrices callos cortes y durezas cómo cansa el camino cómo pesan las huellas Cruzando a pie fronteras su país ya no es el suyo buscando en tierra ajena hoy corro mañana huyo El aire fresco de vida el polvo ya lo ensució venas parecen cunetas un tacho es el corazón Lavar los pies al hermano y a las hermanas también es un botón del amor a punto de florecer Ni show ni demagogia tampoco es exhibición pies y manos tejidos en lazos de comunión
Ya está puesta la señal del Reino que es al revés el camino al horizonte siempre empieza por los pies Juan Damián