Revista Metodista nº201

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Revista Metodista Nº 201 - octubre 2011 Publicación de la Iglesia Metodista en el Uruguay IMU) – Distribución gratuita Comisión de comunicaciones: Oscar Villagrán: redactor responsable, ovillalopez@hotmail.com Diagramación de tapa y contratapa: Luciana Villagrán Colaboradores en este número: Gloria Belén, Hugo Bervejillo, Oscar Bolioli, Flor de María Campos, Julio de Santana, Adriano Fratinni, Susana Gérez, Rut Míguez, Hugo Rovira y Raúl Sosa Revista Metodista (RM) respeta la opinión de sus colaboradores. Los artículos firmados expresan única y exclusivamente el pensamiento de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando su fuente. Agradecemos el envío de un ejemplar. Oficinas Centrales: Barrios Amorín 1310, teléfonos: 2413-6552, 2413-6554. Correo electrónico: iemu@adinet.com.uy Página web: www.imu.org.uy Revista Metodista Nº 201 - octubre 2011

sumario Editorial

1

Allí estaba Dios

2

Desde la presidencia

Una espiritualidad de ayer y de hoy por Raúl Sosa

3

Una mirada al trabajo de la Iglesia Metodista de ayer y de hoy Susana Gérez

6

Por qué soy protestante Julio de Santana

7

UBUNTU

9

12 DE OCTUBRE “Día de la Resistencia de los pueblos originarios Óscar Villagrán

11

Voces de la consulta

12

Eulalia Gloria Belén

15

Temas del bicentenario Paginado, impreso y encuadernado en mastergraf srl Gral. Pagola 1823 CP 11800 Tel. 2203 4760* E-mail: mastergraf@netgate.com.uy Depósito legal 339.416 - Comisión del Papel edición amarada al Dec. 218/96

iemu@adinet.com.uy www.imu.org.uy

Iglesia Metodista en el Uruguay

Las armas orientales Hugo Alberto Bervejillo Besio

17

La Evangelización

¿Piedra en el zapato o alegría del servicio cristiano?

19

La reforma protestante

21

Análisis Internacional De prejuicios y miedos creados Pastor Óscar Bolioli

23

Todos los jueves a las 21.30


Revista Metodista Nº 201 - octubre 2011 Publicación de la Iglesia Metodista en el Uruguay IMU) – Distribución gratuita Comisión de comunicaciones: Oscar Villagrán: redactor responsable, ovillalopez@hotmail.com Diagramación de tapa y contratapa: Luciana Villagrán Colaboradores en este número: Gloria Belén, Hugo Bervejillo, Oscar Bolioli, Flor de María Campos, Julio de Santana, Adriano Fratinni, Susana Gérez, Rut Míguez, Hugo Rovira y Raúl Sosa Revista Metodista (RM) respeta la opinión de sus colaboradores. Los artículos firmados expresan única y exclusivamente el pensamiento de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando su fuente. Agradecemos el envío de un ejemplar. Oficinas Centrales: Barrios Amorín 1310, teléfonos: 2413-6552, 2413-6554. Correo electrónico: iemu@adinet.com.uy Página web: www.imu.org.uy Revista Metodista Nº 201 - octubre 2011

sumario Editorial

1

Allí estaba Dios

2

Desde la presidencia

Una espiritualidad de ayer y de hoy por Raúl Sosa

3

Una mirada al trabajo de la Iglesia Metodista de ayer y de hoy Susana Gérez

6

Por qué soy protestante Julio de Santana

7

UBUNTU

9

12 DE OCTUBRE “Día de la Resistencia de los pueblos originarios Óscar Villagrán

11

Voces de la consulta

12

Eulalia Gloria Belén

15

Temas del bicentenario Paginado, impreso y encuadernado en mastergraf srl Gral. Pagola 1823 CP 11800 Tel. 2203 4760* E-mail: mastergraf@netgate.com.uy Depósito legal 339.416 - Comisión del Papel edición amarada al Dec. 218/96

iemu@adinet.com.uy www.imu.org.uy

Iglesia Metodista en el Uruguay

Las armas orientales Hugo Alberto Bervejillo Besio

17

La Evangelización

¿Piedra en el zapato o alegría del servicio cristiano?

19

La reforma protestante

21

Análisis Internacional De prejuicios y miedos creados Pastor Óscar Bolioli

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Todos los jueves a las 21.30


l a i r o t Edi Hay hechos en la historia de la humanidad, que dejan un antes y un después en el inmenso colectivo de esta aldea global en que vivimos. Lamentablemente algunos, por no decir muchos poco han servido de aprendizaje para no volverlos a repetirlos. Al genocidio de los pueblos originarios de América, le han seguido el genocidio al pueblo judío, al pueblo armenio y podemos seguir agrandando la lista hasta nuestros días. Pero hay otros hechos menos traumáticos que han aportado grandes beneficios a la humanidad. El 31 de octubre de 1517, el monje agustino Martín Lutero clavaba 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittemberg, en Alemania. Este hecho más tarde fue conocido como el inicio de la Reforma Protestante, aunque en verdad anteriormente hubo varios intentos de personas que quisieron y algunos lo lograron, romper con la hegemonía de la Iglesia Católica Romana, aunque Lutero que amaba su iglesia no quería separarse de ella. Lo único que buscaba era volverla al primer amor. Contra su voluntad se vio obligado a abandonarla. La vieja historia se repite quien molesta a los que están enquistados en el poder, de alguna manera hay que sacarlos, silenciarlos o desaparecerlos. Este número de Revista Metodista quiere rescatar esa fecha como un hecho significativo en la historia de la iglesia, para no seguir pasivamente celebrando ese día como”Hallowen” porque la sociedad de consumo nos ha impuesto. Recordamos también que el 12 de octubre los pueblos Originarios de América celebran el “Día de la Resistencia” contrario a los que les cantan loas a los conquistadores. De prejuicios y miedos creados nos invita a derribar muros y a construir puentes. UBUNTU una experiencia creadora y solidaria de nuestras mujeres metodistas. La reciente “Consulta de Vida y Misión” ha servido para mirarnos y preguntarnos ¿Dónde estamos? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Cómo proyectarnos? El “Desachate veinte once” generó una nueva forma de plantearnos la evangelización. Un nuevo aporte a “Temas del Bicentenario”, y varios artículos más junto a poesía y reflexiones que esperamos sean un aporte variado, ameno y enriquecedor para nuestros lectores. Oscar Villagrán


Allí estaba Dios UN CORREO ELECTRÓNICO DE HUGO ROVIRA

De: Fecha: Para: CC: Asunto:

Hugo Rovira Díaz [hugoroviradiaz@gmail.com] 31/05/2011 02:57 <rodolfomiguez@adinet.com.uy> ALLÍ ESTABA DIOS

No todos los días uno recibe un correo electrónico que sea una carta de Dios. Por eso, apenas hube leído este e-mail que Hugo me escribió le pedí permiso para compartirlo. Sentí que otros debían recibir esta misma carta. Hugo es un artista eje de un cúmulo de actividades vinculadas a la cultura y la promoción social local desde su rol como Director del Taller de Artes Plásticas de Durazno, y por supuesto –lo que explica esta carta- forma parte de nuestra comunidad metodista. R. Míguez

Rodolfo: Yo también los extrañé, pero ese Dios nuestro me tiene siempre ocupado con distintas tareas y no Le importa mucho si coinciden con la hora del culto... Por fortuna siempre Lo encuentro allí donde me espera. El viernes fui a ver a mi madre que estaba en una crisis de salud y también emocional; y aunque no puedo ayudarla con palabras que no entiende, la abracé un rato en silencio mientras ella lloraba y descargaba la impotencia de su personalidad confundida; y allí estaba Él... Luego fui a la cárcel a hacer un horno de leña para cerámica con el profesor y los presos que tienen más interés por cambiar el rumbo...y allí estaba Él... De tardecita fui a escuchar su testimonio de Amor y Perdón y allí estaba Él. Hasta mi compañera lo sintió. -Qué pena que algunos cristianos no acudieron a la cita; y los que fueron creo que no Lo reconocieron... (tal vez porque esta vez vino disfrazado de ex Tupamaro y asaltante de Correos)-. En lugar de preguntarle a Él, lo cuestionaron 2 / REV VIS STA MET TODIS STA

al “Tubiano”... entonces, al ver la dureza de los corazones, Él, silenciosamente se retiró… Suerte que siempre vuelve; no se cansa de darnos otra oportunidad... Lo gracioso es que nunca vuelve con el mismo disfraz; y al próximo ladrón que llame a nuestra casa le vamos a abrir la puerta y le vamos a decir. “pasa, Señor, haz de cuenta que estás en tu casa.” -”Ya me dijo el pastor Rodolfo qué mal que estuve la última vez que viniste disfrazado de Jorge González, y no Te reconocí!”...somos tan dogmáticos... Como el día que venga como magnate de las finanzas de una multinacional...y los cristianos de izquierda, frunciendo la nariz, digamos: “¿éste el Mesías?” El domingo fui al Olimpia de Colón a unas competencias de gimnasia olímpica. Me cansé de seguirlo por todo el estadio. Lo vi en la forma de una instructora que estaba como sin estar, mientras sus pupilos competían. No los apremiaba, ni los presionaba poniéndolos más nerviosos como hacían sus colegas...los dejaba fluir como en un juego, sin poner el

acento en lo competitivo. Lo niños de su equipo se alentaban y asistían unos a otros y ella sólo estaba para el abrazo y el beso para cada uno, ganaran o perdieran. Después Él se posó en una madre... En una abuela... Se subió al podio en un cuerpito de 6 o 7 años, (noté que le faltaba una manito)... Fue gracioso cuando se metió en el cuerpo de un infanto-juvenil de 4 años, (mi sobrino nieto) y le pidió perdón a una niñita a la que había estado atormentando hacía un buen rato, y la invitó a jugar... Bueno, no te robo más tiempo. Yo sé que también estuvo con ustedes en la iglesia de Durazno, pero no me da mucha chance de acompañarlos. Le gusta cambiarme la agenda y sacarme de las rutinas. Sé también que tiene una tarea y una revelación para mí ahí. Pero ni Él ni yo tenemos apuro...todo llega a Su momento. Me alegra que me digan que me extrañan. Ya por eso los quiero mucho. Un abrazo fraterno. Hugo Nº 201


Desde la presidencia

Una espiritualidad de ayer y de hoy POR

U

no de los énfasis más notorios de la reciente Consulta Nacional de Vida y Misión fue la necesidad de profundizar la espiritualidad, tanto en el nivel personal como eclesial. Este desafío surge como una respuesta a la necesidad de fortalecer la fe, el testimonio y el compromiso misionero de las metodistas y los metodistas uruguayos. Pero seguramente también responde a una demanda que es característica de nuestra época. Vivimos un tiempo de gran oferta y demanda de espiritualidad. Tan así es que, a diario, vemos en la televisión y escuchamos en la radio programas enteramente dedicados a este tema o que le dedican alguna de sus secciones. Y ni qué hablar de los escaparates de las librerías, llenos de libros que constituyen una cabal representación de esa “amable espiritualidad”, de esa espiritualidad cálida y complaciente que la escritora Beatriz Sarlo ve como uno de los rasgos de la posmodernidad, o de esa espiritualidad “a la carta”, que es parte del supermercado religioso que la sociedad de consumo ofrece como un producto más, como la designa el teólogo alemán J.B. Metz.

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Raúl Sosa Porque la espiritualidad es una auténtica necesidad y un legítimo desafío que nuestra iglesia debe acometer si pretendemos tener una fe más profunda y renovada, y porque, a la vez, la espiritualidad es un síntoma de la posmodernidad, síntoma muchas veces ambiguo en sus causas y ambivalente en sus resultados, resulta beneficioso dar un vistazo a lo que fue la espiritualidad de la iglesia primitiva, esa iglesia que el libro de los Hechos de los Apóstoles, con tanta honestidad, pinta con sus luces y sus sombras. Acercarnos a esa espiritualidad nos permitirá encontrarnos con las raíces más profundas de la espiritualidad cristiana y nos aportará pistas para ahondar y renovar nuestra propia experiencia espiritual.

UNA PRIMERA DEFINICIÓN El libro de los Hechos nos permite establecer una definición primaria de la espiritualidad cristiana: La espiritualidad desde la perspectiva cristiana es caminar según el Espíritu, dejarse llevar, ser movidos, conducidos por el Espíritu. Quizás esta definición suene demasiado gruesa, y ciertamente lo es, pero también es

fundamental, vale decir, hace a los fundamentos de nuestra fe. La fe cristiana es muchísimo más que un credo o que la adhesión a un cuerpo doctrinal desarrollado por la tradición eclesial; la fe, por sobre todas las cosas, es caminar con Jesús; es el seguimiento que surge en respuesta a esa invitación que Jesús le hizo a Simón y a Andrés, a Santiago y a Juan, y que también nos hace a nosotros: Sígueme. La fe es respuesta obediente a ese llamado a dejar que Jesús sea el camino y el compañero de camino. Es la disposición a recorrer el camino del discipulado, un camino que nos convierte en testigos de la buena nueva del Reino y en obreros de ese evangelio. De manera que una espiritualidad que pretenda estar en consonancia con una fe que es sustancialmente seguimiento, caminar en la vida tras los pasos de Jesús, necesariamente debe ser definida y vivida como “caminar según el Espíritu”.

LA ESPIRITUALIDAD QUE CARACTERIZÓ A LA IGLESIA PRIMITIVA Seguidamente repasaremos cinco características de la espiritualidad de la iglesia de los Hechos. Por supuesto, no son las únicas que revela este li-

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bro que relata cómo nació, creció y se proyectó la iglesia movida por el Espíritu. Tampoco son características exclusivas del libro de los Hechos sino que están presentes, con su sello distintivo, en otros textos bíblicos. La razón por la cual las destacamos es porque indudablemente forman parte del núcleo mismo de la fe cristiana. UNA ESPIRITUALIDAD QUE SE CONJUGA CON LA ACCIÓN

La espiritualidad que vemos en Hechos, tal como el título del libro lo indica, va de la mano de los hechos, de las acciones que el Espíritu animó en los apóstoles y en los primeros hombres y mujeres cristianas. Allí, experiencia espiritual y acción conforman una unidad indisoluble, que pone de manifiesto el caminar según el Espíritu. En este aspecto, la comunidad primitiva fue una fiel seguidora de la forma en que Jesús vivió su relación con Dios, puesto que en los Evangelios encontramos la práctica ministerial de Jesús estrechamente entrelazada con los tiempos que él le dedicó a la oración, a la alabanza y a estar a solas con Dios. En efecto, según el libro de los Hechos y según el resto de la Escritura, la espiritualidad cristiana se caracteriza por ese pequeño pero esencial “y”. La experiencia de Dios (lo espiritual) y la acción misionera (la praxis) constituyen dos momentos de un mismo acto de fe y de obediencia en el seguimiento del Señor. La conjunción de estos dos momentos 4 / REV VIS STA MET TODIS STA

muestra que la espiritualidad es, a la vez, un don y una tarea, una manifestación de la gracia y un compromiso. Cuando este “y” es reemplazado por un “o”, cuando la disyunción ocupa el lugar de la conjunción, la fe se falsea, y con ella también se falsea la experiencia cristiana de Dios. Lamentablemente, la iglesia muchas veces sustituyó el “y” por el “o”. Siempre que esto aconteció, según fuera el polo por el que optó, su experiencia espiritual se volvió pura evasión de la realidad o bien, su accionar fue presa de un voluntarismo y un pragmatismo carentes de un auténtico discernimiento de la voluntad y del llamado de Dios. UNA ESPIRITUALIDAD QUE CREA COMUNIDAD

Basta leer el relato de Pentecostés (Hch. 2:1-11) y las descripciones de la primera comunidad (Hch. 2:41-47 y 4:32-37) para comprobar que la espiritualidad cristiana está íntimamente ligada a la generación de vínculos comunitarios y a la vida en comunidad. La espiritualidad de los Hechos es una espiritualidad en y para la comunidad, y resulta inconcebible sin ese horizonte comunitario. ¿Significa, entonces, que la espiritualidad no es algo personal? Sí que lo es. La vivencia de la fe, la experiencia de Dios mediante Jesucristo, surge y crece a partir del encuentro personal, pero se inscribe en una concepción del ser humano que el individualismo filosófico y práctico ha echado por tierra, con las

nefastas consecuencias que diariamente contemplamos. Esa concepción, que está en la base del libro de los Hechos y de todo el pensamiento bíblico, plantea que sólo podemos ser personas en tanto y en cuanto lo somos en comunión con los demás. Esto ciertamente es así porque el amor es la esencia del ser humano (1 Co. 13:2) y es la sustancia de la relación con Dios (Mt. 22:37-40). Y el amor por naturaleza teje vínculos comunitarios. UNA ESPIRITUALIDAD QUE SE TORNA SOLIDARIDAD

En las dos descripciones de la primera comunidad, los textos de Hechos se preocupan por remarcar la manera solidaria en que se compartían los bienes. En 2:44 leemos: “Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí”, y en 4:32 dice: “Todos los creyentes, que eran muchos, pensaban y sentían de la misma manera. Ninguno decía que sus cosas fueran solamente suyas, sino que eran de todos”. Esta impactante generosidad, voluntaria y espontánea -si no hubiera sido así, hubiera dejado de ser generosidad, es decir, acción basada en la libertad y en la gracia- es consecuencia de dos vivencias que son la base del ser Iglesia de Cristo; una de ellas es la unidad experimentada por aquellos creyentes (“estaban muy unidos”, “pensaban y sentían de la misma manera”) y la otra es la vivencia de la gracia Nº 201


de Dios (4:33: “y abundante gracia era sobre todos ellos”). Pero el Espíritu no sólo suscitó generosidad en la comunidad primitiva sino que convirtió esa generosidad en solidaridad. Se volvió solidaridad porque aquel compartir de bienes apuntó a un objetivo central: que no hubiera necesitados. De manera que caminar según el Espíritu implicó, y continúa implicando, la incesante búsqueda de concretar aquella consigna del Deuteronomio que atraviesa todo el Nuevo Testamento: Entre ustedes no deberá haber pobres (Dt. 15:4). Esta solidaridad que nace del Espíritu actuando en nuestro espíritu, que nos impulsa a vencer esa inclinación del ser humano a pensar primero en sí mismo y a apegarse a las propiedades, solo pudo tener lugar a partir de la intensa comunión con Dios y con la gracia de Dios manifestada en Jesucristo quien “se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos” (2 Co. 8:9). UNA ESPIRITUALIDAD INCLUSIVA

Si la experiencia de Pentecostés fue un momento cumbre para la iglesia primitiva, no lo fue menos ese segundo momento que algunos han llamado el Pentecostés de los gentiles. Esa experiencia relatada en el capítulo 10 de los Hechos constituyó una manifestación del Espíritu tan decisiva como la de Pentecostés. Si en Pentecostés el Espíritu gestó a la Iglesia, en el Pentecostés Nº 201

de los gentiles, el Espíritu la proyectó a lo distinto, a lo diferente, a ese mundo que estaba más allá del mundo conocido del judaísmo, del mundo propio y de los iguales. Esta apertura a lo diferente y a los diferentes está ejemplificada en la conversión que debió atravesar Pedro. Si bien Pedro ya se había convertido al Señor, ahora, el caminar según el Espíritu le demanda y le ofrece la oportunidad de una nueva conversión. La visión de la gran sábana y la manera en que el Espíritu encaminó sus pasos hacia la casa de Cornelio hicieron que Pedro derribara el prejuicio, tan arraigado en los judíos, contra los no judíos y se abriera a aquellos a quienes había rechazado considerándolos impuros. La declaración de Pedro, “Ustedes saben que a un judío le prohíbe su religión tener tratos con los extranjeros o entrar en sus casas. Pero Dios me ha enseñado que no debo llamar profano o impuro a nadie” (10:28), no sólo evidencia un nuevo y gran momento en el incesante proceso de conversión que el Espíritu busca obrar en la vida de todos los creyentes sino que también prueba de manera incuestionable que la espiritualidad cristiana, si es auténtica, convierte a la iglesia en una comunidad inclusiva. UNA ESPIRITUALIDAD QUE FRUCTIFIQUE

Un aspecto que diferencia la espiritualidad que vemos en Hechos de muchas de las espiritualidades de nuestro tiempo es que no es etérea. La espiri-

tualidad de Hechos se verifica, vale decir, se comprueba como verdadera espiritualidad a partir de los frutos que produce. En tal sentido se sustenta en dos premisas que Jesús dejó sentadas con absoluta claridad: por sus frutos se reconoce la fidelidad (Mt. 7:15-20) y no se es más espiritual por decir “Señor, Señor” sino por hacer la voluntad de Dios (Mt. 7:21-23). Las cuatro características precedentes, a la vez que constituyen las marcas de la espiritualidad cristiana, son los frutos que la comprueban como tal. Pero Hechos agrega de manera especial un fruto más: el testimonio. Cuando la Iglesia camina según el Espíritu, puede cumplir ese mandato y esa promesa que condensa el significado y el desarrollo de todo el libro de Hechos: “me seréis testigos” (Hch 1:8).

CONCLUSIÓN Al cabo de este repaso de las principales características de la espiritualidad de la iglesia primitiva, podemos concluir que si anhelamos ser una iglesia comprometida con la misión, tal como lo planteó la Consulta, debemos profundizar nuestra espiritualidad. Pero también tenemos que ser conscientes de que parte de nuestra misión hoy es vivir, de la mano del Espíritu, aquello que distingue a la espiritualidad cristiana: que sea práctica, comunitaria, solidaria, inclusiva y que fructifique en un testimonio vivo del evangelio de Jesucristo. Raúl Sosa REVISTA METODISTA / 5


Una mirada al trabajo de la Iglesia Metodista de ayer y hoy H

ASTA BELLA UNIÓN, hace 32 años atrás, llegó la Iglesia Metodista. ¿Quiénes eran?¿Qué tipo de iglesia sería?¿Que la diferenciaría con la tradicional Iglesia Católica, los Testigos de Jehová o los Pentecostales?. Todos estos interrogantes se fueron contestando con el tiempo. Fuimos conociendo poco a poco el pensamiento metodista y su metodología de trabajo. Los primeros atraídos a la “nueva iglesia”, fueron los niños y los jóvenes, luego fuimos llegando los mayores. Con estudios bíblicos nos fuimos introduciendo al fascinante mundo de la Biblia. ¡Cuántos descubrimientos! Conocimos a un Dios vivo, que nos ama en toda nuestra totalidad, cuerpo y espíritu. Conocimos a una iglesia inclusiva, conforme a las enseñanzas de Jesús, solidaria y comprometida con las causas sociales. Generando espacios de humanización en tiempos difíciles de dictadura. Con silenciosa complicidad, consolando y alentando a aquellos que tenían familiares presos y a la vez a ellos que vivían presos de una gran angustia e incertidumbre por la suerte de sus seres queridos. A pesar de, tuvimos hermosas y significativas celebraciones, viviendo con los niños y mayores momentos muy gratos que acrecentaron nuestra fe y

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que quedaron en el recuerdo de todos. La iglesia frente a la problemática familiar, acompaña la lucha por la dignidad de la mujer desde la Pastoral de la Mujer y la Familia brindándonos talleres sobre violencia doméstica, una triste realidad en nuestro país. También junto al personal de la Comisaría de la mujer e integrantes de los Centros Caif nos informaron sobre la problemática de las drogas, otra realidad angustiante. Nos dieron herramientas para entender y ayudar a las familias que tienen que luchar con esta problemática. Un buen y esclarecedor taller sobre SIDA, dictado por personas altamente calificadas que nos dieron un muy valioso aporte. Durante una Asamblea se trató el tema sobre Salud reproductiva, dejándonos conceptos claros acerca de la sexualidad responsable y la planificación familiar asistida. Acompañando el paso de los tiempos, la iglesia ha fijado su posición acerca de temas muy controversiales tales como: homosexualidad, derribando viejos prejuicios y aceptando a todos y a todas, recordando que Jesús no excluyó a nadie y que dio su vida por todos y todas. Frente a los Desaparecidos por la dictadura, tema de hondo contenido humano, también clamamos: ¿Dónde están? También es muy humano y necesario saber dónde llorar nuestros

muertos. Como iglesia seguimos trabajando por la paz y la justicia. También esta es una forma de vivir nuestra espiritualidad. Desde Bella Unión hemos estado presente frente a distintas emergencias sociales, colaborando junto al Comité de Emergencia durante las inundaciones, frente a la epidemia de hepatitis con alimentos de primera calidad para los niños afectados. Apoyo con importantes partidas de medicamentos para la Policlínica de UTAA (Dr. Gotardo Bianchi) Apenas un esbozo de lo dicho al principio, un acompañamiento inclusivo por parte de nuestra iglesia metodista en Bella Unión. Contrario a un dicho pesimista de que “la iglesia sin pastor se cierra” nosotros continuamos firmes porque Dios es nuestro pastor. (Salmo 23). Somos un grupo comprometido y gozoso de continuar el trabajo de nuestra iglesia de forma comunitaria. Conservamos el templo impecable, nos reunimos para orar, nos mantenemos en comunicación visitando a quienes no vienen, visitamos el hogar de ancianos, tenemos ventas económicas. En el mes de setiembre estaremos cumpliendo 32 años .Por todo esto y por mucho más, tenemos que agradecer a Dios teniendo siempre presente que “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”. Susana Gérez

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Por qué soy protestante D

ENTRO EN NTR TRO O DEE SSEI SEIS EIS A EI AÑOS ÑOS y pocoss meses mesees celebraremos celeebr brar arem ar emos em o cinco cinco siglos desde deesdee que Martín Mar artí tín tí n Lutero Lute Lu tero te ro n laa pu uer e ta del tem empl em plo pl o de dell clavó en puerta templo Castillo d dee Wi Wittem Wittemberg mbe b rg ssus us 9955 Te Tesi Tesis, s s, si dando comi comienzo mien mi e zo al proceso pro eso históriproc histór ó ii co conocido como co o “la “la reforma reffor orma m protestante”. Antes d dee da dar ar cu ccuenta entaa d dee lo que significa en el desarrollo des esar a rollllo o del del cristianismo, vale la pena iindicar ndic nd icar ic ar que hubo varios movimientos de reforma a través del proceso de la historia de los seguidores de Jesús; ellos se caracterizaron por oponerse a la manipulación de la fe por diversos poderes establecidos. Por eso entendemos que el protestantismo forma parte de un proceso en el que, sobre todo desde fines del siglo XII, hubo diversos intentos para que las comunidades cristianas volvieran a dar testimonio de lo que fue el movimiento cristiano según el Nuevo Testamento. Entre esas diversas tentativas de reforma y renovación de las iglesias merecen citarse, entre otras, la orientada por Pedro Valdo, la de Francisco de Asís, la de Juan Huss. Deben ser reconocidas como antecedentes del movimiento que se concretó en la obra de Lutero y de sus continuadores (Melanchton, Escolampadio, Bucero, Calvino, Tomás Münzer, etc.). Lutero fue muy crítico de la acción de la Iglesia de Roma, sobre todo de su interés material que se concretaba en la venta de indulgencias, que llevaba a que se falseara el mensaje. Para él, no era posible llegar a obtener la salvación por nosotros mismos. Ésta no puede ser adquirida, ni con dinero ni con méritos personales. Es

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Dios quien quiien n os la ofrece ofre of rece re ce de d g ra ac acia. Dios nos gracia. La dignidad dig ign ig nida daad humana hum hu manaa es e inseparainssep pa paraLa blle del del amor amor de d Dios. Las Las Tesis Tessis si de ble Lute Lu tero te ro no no dan da a la institución ins nsstitu ución ón n ecleLutero s ás si ásttica tica poder pod der para par ara decidir deecidi dirr quién di siástica p ede recibirr el pu el perdón per erdó ón por sus puede s; ella eellla ll no puede pue p uede de administrar pecados; iin ndu dullgencia lg a alguna. algu al una na. Es Dios, reveindulgencia lado een la p pe er ersona de Jesús, cuyo lado persona amor no n excluyó a nadie, quien nos amor ofrece el don del perdón perdón. Eso no quiere decir que Dios sea indiferente ante lo que hacemos. Fue un seguidor de Lutero, Dietrich Bonhöffer, quien subrayó la diferencia que existe entre la gracia costosa y la gracia barata. Quien es consciente de recibir la gracia divina es responsable por este don, lo que significa que en sus acciones da testimonio de la gracia. Como escribió San Agustín: “Quise amar a Dios y no lo encontré. Amé a mi hermano(a) y nos encontramos los tres”. La gracia costosa es la que nos constriñe. La diferencia con la gracia barata radica en que ésta no nos mueve a una acción responsable, a buscar la justicia de Dios por sobre todo. La gracia divina abre las puertas a la justicia. El protestantismo confiesa que “no hay quien sea justo, ni siquiera uno solo” (Rom. 3.10). La gracia cubre nuestras faltas. Por eso no corresponde vanagloriarnos por la pretendida bondad de nuestras acciones. Por un lado, el amor nos lleva a ser responsables y enfrentar retos que nos superan. Es en esta situación que, teniendo conciencia de nuestras limitaciones, de no tener fuerza suficiente para cumplir con la voluntad de Dios, la fe nos impele a enfrentar las

dificultades. La fe echa fuera el temor. Es Jesús quien lo dio a entender a sus discípulos, que muchas veces no se atrevían a cumplir con lo que les señalaba. Por ejemplo, cuando Jesús –que deseaba estar aislado de la gente- se retiró a orar en el monte y se ausentó por cuatro noches, ocurrió que los discípulos estaban en una barca, que empezó a ser zarandeada por el viento. Jesús vino hacia ellos. El miedo de zozobrar aumentó cuando vieron a Jesús caminando sobre las aguas del lago. Entonces Jesús les dijo: “No tengáis miedo. ¡Ánimo!”. Pedro le respondió: “Señor, si eres tú, mándame ir donde ti sobre las aguas”. “Ven”, le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: “Señor, sálvame!” Al punto, Jesús, tendiendo la mano, lo agarró y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste” (Mt. 14: 22-32). La fe nos mueve a ponernos en juego y a reconocer que no somos justos. El autor de la Epístola a los Hebreos dice algo acerca de la fe que converge con la narrativa que recordamos en el Evangelio de Mateo: “La fe es garantía de lo que se espera: la prueba de las realidades que no se ven.”(Heb. 11.1). No necesita de poder para movilizar a las personas: ni del poder de las instituciones, ni de las armas, ni de los mercados. Es testimonio de gracia. No es nuestra importancia, nuestra fuerza, la que nos justifica. No es la racionalidad del mercado, ni la seguridad que podemos gozar me-

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diante nuestra importancia, lo que produce justicia. Ni siquiera las formas del “Estado de Derecho”. Éstas, y muchas otras cosas de las que nos enorgullecemos los seres humanos, que nos parecen expresiones de nuestra justicia, fueron invalidadas definitivamente porque en el juicio de Jesús mostraron la injusticia que les es propia. No obstante, es Dios quien nos justifica con su gracia. ¿Dónde está la garantía de esta justificación? En la gracia de Dios, que no se gana por nuestros méritos, que viene en nuestra ayuda, y que nos hace comprender que la justicia que queremos llevar a cabo es expresión de la gracia. Hacemos justicia mirando hacia delante, “dejando de lado lo que queda atrás, puestos los ojos en el autor y consumador de la fe”. Esa es la fe que nos justifica. Lutero y los Reformadores fueron conscientes de que la gracia y la fe se tienen que expresar concretamente, tienen que encarnarse en nuestra vida cotidiana. Esta toma de conciencia es motivo de preocupación y de angustia. ¿Cómo hacer lo correcto? ¿Dónde encontrar inspiración para ser fiel a Dios? Ellos señalaron a las Sagradas Escrituras, a la Biblia. Allí se halla la orientación para ser discípulo. Ser protestante significa confesar que sólo la gracia de Dios salva (sola gratia), que sólo la fe justifica (sola fide) y que sólo la Biblia nos enseña la senda para seguir a Jesús (sola Scriptura). Las doctrinas de los hombres y mujeres que se propo8 / REV VIS STA MET TODIS STA

nen guiar a las comunidades cristianas, por muy elevadas que sean, no llegan a darnos la dirección suficiente. Sin embargo, hay que reconocer que en las Escrituras hay varias voces, muchas orientaciones que nos indican el camino para nuestro actuar. Esa riqueza de sentidos nos desafía a profundizar los estudios bíblicos. Las comunidades protestantes entienden que la Biblia, gracias a las diversas orientaciones que nos ofrece, es suficiente como norma de fe y conducta. Hay otros dos principios del protestantismo que desafían mi ser. Uno de ellos es el sacerdocio universal de todos los creyentes y las creyentes. El protestantismo entiende que no hay jerarquías en la iglesia, excepto aquellos elementos que son necesarios para la buena organización de grupos, de colectivos. En las denominaciones protestantes hay personas que desempeñan funciones de autoridad. Sin embargo, no indican diferencias fundamentales. Esto pone de relieve que en las comunidades de los que siguen a Jesús existe un principio democrático que nadie puede ignorar; la narración de la iniciativa de Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, que solicitaron a Jesús que en “el día de gloria” se sentaran al lado del Maestro, termina con una breve sentencia del Señor: “Sabéis que los que figuran como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen, pero no ha de ser así entre vosotros” (Mc. 10: 35-45. Mt. 20: 20-28). En las Epístolas de Pablo se hace referencia a que la comunidad cristiana es un cuerpo: en éste hay muchos órganos, movidos por un solo Espíritu. “Pues bien, vosotros sois cuerpo de Cristo y cada uno por su parte es miembro. En la comunidad, Dios ha establecido a algunos, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como maestros; luego hay milagros, luego dones de curar, asistencias, funciones directivas, diferentes len-

guas. ¿Son todos apóstoles?, ¿son todos profetas?, ¿son todos maestros?, ¿hacen todos milagros?, ¿tienen todos dones de curar?, ¿hablan todos en lenguas?, ¿pueden todos traducirlas?” (1 Cor. 27-30). Pablo reitera esta afirmación en otros escritos (Rom. 12.3-16; Efes. 4: 1-16). En la 1ª Epístola de Pedro se expresa esta imagen del sacerdocio universal de quienes creen: “Vosotros, en cambio, sois linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios, para publicar las proezas del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz” (2:9). La importancia dada en el protestantismo a este principio es fiel a una enseñanza fundamental de las Escrituras, especialmente del Nuevo Testamento, y además contribuye de manera especial al reconocimiento de los derechos humanos. Basándose en este concepto, Paul Tillich ha desarrollado el otro principio, que me hace adherir al protestantismo, que llamó “el principio protestante”: que también puede ser enunciado con las palabras “soli Deo gloria”, con el que afirma de que frente al ser humano y todos sus logros, que desembocan generalmente en la idolatría y la sumisión a los poderes, que significan la alienación de hombres y mujeres, sólo evitamos perdernos por las sendas que nos conducen a adorar falsos dioses si el valor supremo en nuestra existencia es la vida con Dios tal como se revela en Jesús. El Protestantismo dice que allí donde se da a Dios el verdadero lugar, o sea el primero, los seres humanos encuentran el sentido y la alegría de sus vidas, pues la gloria de Dios no es la destrucción, sino la liberación de los oprimidos. Sola gratia, sola fide, sola Scriptura, el sacerdocio universal de quienes creen, soli Deo gloria: por eso soy protestante.

Julio de Santana Nº 201


UBUNTU E

N EL AÑO 2008, algo que merece ser destacado, la elaboración de este estandarte con la cruz y la llama, hecho por mujeres metodistas de Montevideo e interior. La idea fue ofrecerlo especialmente para la Asamblea General de la IMU.

Las mujeres metodistas uruguayas construyen un nuevo proyecto de servicio. En Octubre del 2006 un grupo de ocho mujeres estadounidenses llegaron a Montevideo. Ellas venían de diferentes lugares del país, la mayoría no se conocían entre si. La razón de su venida y su entusiasmo era que estaban comenzando un nuevo programa ideado por la División de Mujeres de la Junta General de Ministerios Globales de la Iglesia Metodista Unida con sede en Nueva York y el programa de Voluntarios en Misión. La idea era comenzar a tejer lazos entre mujeres de Estados Unidos y las de otros países. En ese momento se eligieron dos países para comenzar esta nueva experiencia: uno en África, Zimbabwe y uno en América Latina, Uruguay. Fuimos muy bendecidas ya que de toda América Latina, eligieron nuestro país. Este proyecto se llama UBUNTU - Una palabra africana de la cual tenemos dos versiones sobre su significado, una es Soy Humana porque tú eres humana y la segunda, Tú me enseñas, yo te enseño y juntas enseñamos. La idea era que cada una de las participantes pudiera compartir algo con nuestras mujeres, y que las de aquí compartieran algo con ellas también. Para esto vino Jeanette Augenstein, deseosa de compartir con nosotras sus conocimientos de patchwork. Esto es un trabajo de confección que implica crear todo tipo de prendas uniendo telas de diferentes colores hasta formar un dibujo. Se lo puede aplicar a colchas, delantales, alfombras, toallas de baño, almohadones, manteles, tapices e incluso muñecos y cuadros. Esto no demanda un conocimiento previo de costura y se puede aprender en un plazo relativamente breve. Se utilizan telas de algodón, guata para el relleno de colchas y papel para calcar el patrón. Jeannette ha vuelto en varias oportunidades para seguir compartiendo con nosotras sus conocimientos con mucho amor, invitó a otras mujeres de Estados Unidos a venir con ella para compartir esta tarea voluntaria. Ha traído materiales muy valiosos que se fueron distribuyendo, en los talleres que se han realizado en las iglesias Metodistas de Montevideo y del interior. Esta técnica la llevaron los ingleses a Estados Unidos la tomaron esclavos y trabajaron tapices con distintos significados para ellos. Nº 201

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Surgió por necesidad de la gente cuando no tenía con que abrigarse y cosían colchas con restos de camisas y pantalones. Sin embargo, mas adelante la labor se convirtió en un “acto social” y “artístico” entre las mujeres y actualmente la tradición perdura, haciendo que por ejemplo, las colchas sean parte de la herencia de madres a hijas. En este tiempo las mujeres metodistas uruguayas poco a poco se han ido interesando y se reúnen a trabajar en el espíritu de UBUNTU “Humanidad hacia otros” de esta manera, en los últimos talleres, se aprende haciendo cosas para otras personas, especialmente para quienes más lo necesitan, recordando el anhelo de Jesucristo de ser asistido y visitado en el momento de más necesidad. Se han hecho colchitas con técnicas aprendidas en el patchwork para llevar al Centro de Referencia Nacional Obstétrico Pediátrico VIH Sida Hospital Pereira Rosell – allí se atienden y controlan embarazadas y mamás portadoras, casi siempre jóvenes y adolescentes. Queremos compartir también con ustedes, que este es un trabajo que da lugar a un testimonio evangelizador, porque se han acercado personas a los talleres que no son de la iglesia. También ha existido un compartir ecuménico con otras hermanas que se acercan de diferentes tradiciones de fe, o cuando hicimos campanas, estandartes, coronas y botas, de Navidad con las abuelas del HOME Hospital Británico. Una de las participantes no metodistas manifestó su impresión muy positiva después de haber escuchado los devocionales, en uno de los talleres en el interior. Ella y algunas otras tienen interés en saber algo más sobre nuestra iglesia. Gracias a Dios por esto.

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Esta joven es Jury estudia en la Universidad aquí en Montevideo es de Rocha se acercó a un taller porque uno de sus contactos en facebook lo publicó. Hay mucho para contar en el camino con UBUNTU como esto: María Julia aprendió a coser a máquina por que se entusiasmó con el patchwork y se dio cuenta de lo que podía hacer, compró su máquina y hoy es una de las más entusiastas en los grupos. Alégrense en el Señor. Repito: Alégrense. Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca. Filipenses 4: 4-5 Queremos invitarlas a participar y a difundir los talleres de UBUNTU, a formar grupos para su iglesia y para el barrio donde están, que sean un lugar de testimonio del Amor de Dios y un espacio de creatividad y de servicio. Busquemos estar abiertas y disponibles para los demás, sabiendo que pertenecemos a una gran familia y que aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Fundamentalmente creando espacios donde tod@s tengan un lugar. ¿Como vivenciar el Espíritu en el espíritu? Buscando sentir en nosotros la energía el deseo de vida y de comunicación, la capacidad de crear cosas nuevas…. No tengamos miedo, nuestra singularidad no será destruida, al contrario, será potenciada. Coordinadoras, Stella Frisch-Virginia Campbell- Iris Moreira

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12 DE OCTUBRE “Día de la

Resistencia de los pueblos originarios”

C

UANDO HABLAMOS del 12 de octubre, surge una relación directa con Cristóbal Colón, como comienzo de la conquista del continente americano. Por más que hoy querramos hablar de multiculturalidad y que la conquista europea, principalmente del imperio español, debe entenderse como un fenómeno que involucra procesos complejos, no deja de ser un genocidio. Según nos relatan cronistas de la época los españoles, junto a la iglesia(la cruz y la espada) sometieron a la fuerza a los habitantes originarios de América, no respetando ni su cultura, ni su religión, ni su forma de organización social y política. También es cierto que algunos religiosos se opusieron a la barbarie que desataron los conquistadores, el saqueo de sus templos, tesoros, el oro y la plata. Hoy la mayoría de los pueblos originarios de América siguen siendo despojados de sus tierras, su lengua, sus creencias por elites criollas, muchas de ellas descendientes de aquellos conquistadores. Por eso es que estos pueblos siguen luchando por sus Nº 201

derechos a la tierra, su derecho a la inclusión social y el respeto a sus lenguas y tradiciones. Como cristianos debemos levantar nuestra voz, contra todo aquello que afecta a nuestras comunidades originarias y acompañar sus luchas por la inclusión , la recuperación de la tierra (Pacha Mama) y el derecho a hablar su propia lengua.

Que este 12 de octubre, lo recordemos como el “Día de la Resistencia de los pueblos originarios” y no como lo hemos venido haciendo durante tantos años sin preguntarnos: ¿Qué pasó con nuestros habitantes originarios? ¿Quién llevó a cabo su exterminio? Oscar Villagrán

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Voces de la Consulta El 17 y 18 de julio se llevó a cabo en la iglesia Central la Consulta Nacional de Vida y Misión 2011. Participaron de ella delegados y delegadas de todas nuestras congregaciones e instituciones. Fue un tiempo muy intenso de reflexión, alabanza y de encuentro fraternal en el cual pudimos retomar las propuestas de la Consulta de 2005, evaluar el camino recorrido, renovar los desafíos aun pendientes, más allá del tiempo transcurrido, y descubrir los nuevos retos que el presente nos impone. Si bien la Junta Nacional elaborará, a modo de líneas orientadoras, un documento que sintetizará las consideraciones y propuestas de esta Consulta, aprovechamos este espacio en la Revista Metodista para compartir algunas voces e imágenes de este importante acontecimiento en la vida de la IMU.

1 . Reconocemos que... . las chispas (que la Consulta de 2005 decía que había que encender) ahora están, pero dispersas.

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hay que revisar estructuras, estrategias y formas de trabajo.

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tenemos que fortalecer la disciplina y las formas de acompañamiento en el desarrollo de la tarea.

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debemos aprender a priorizar (más vale poco y bueno).

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se nota nuestra ausencia en diferentes espacios de la sociedad.

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nos falta una relación más íntima con Dios y con su Palabra

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somos demasiado tímidos, tendríamos que ser más osados en el vivir y compartir la fe.

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muchas veces la nostalgia no nos permite caminar hacia un mañana.

2 . Estamos llamados… . a renovar la conciencia de nuestro llamado a cumplir una misión y a preguntarnos con mayor compromiso ¿de qué manera yo puedo ser parte de dicha misión?

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a renovar nuestra espiritualidad para que ella sea más viva y para que refleje un auténtico encuentro con Jesús. 12 / REV VIS STA A METO ODISTA

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. a reafirmar con nuestro testimonio las raíces wesleyanas que marcan nuestra identidad.

. a estimular un sentimiento más fuerte de comunidad, revitalizando el compromiso mutuo y el amor fraternal, apoyándonos y acompañándonos.

. a cuidarnos y cuidar nuestra comunidad. . a discernir en la situación actual del país los desafíos que Dios nos hace, prestando especial atención a los niños, niñas y adolescentes que están en situación de vulnerabilidad.

. a realizar los cambios de estructuras que faciliten mejores respuestas frente a la realidad actual de nuestra iglesia y de la sociedad.

3 . Nos proponemos… . Un cambio real de mentalidad. . Renovar la estrategia misionera de forma práctica y con énfasis en el compromiso de toda la congregación.

. No ser pastor-dependientes. . Salir de nuestros templos. . Abrir nuevas avanzadas. . Hacer un mejor aprovechamiento de las redes sociales para la evangelización.

. Promover la creación de nuevos materiales para la evangelización.

. Descubrir y potencializar dones. . Tener grupos de niños y adolescentes en cada comunidad.

. Capacitar líderes. . Dar continuidad a los planes y proyectos. . Sumar esfuerzos con otros sectores sociales para incidir y transformar la realidad.

. Estar presentes en la sociedad como un eje profético y como voz de alerta.

. Educar para que crezca la conciencia de que somos llamados a ser buenos mayordomos de todos los recursos.

. Ser sustentables. . Recuperar la alegría. 4.

“No necesito decirles que la iglesia Metodista tiene, en esta sociedad, un prestigio especial, no es cualquier iglesia. Tal vez esto los sorprenda porque,

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generalmente, el que está en un colectivo, en una comunidad, tiende a mirarse mucho hacia adentro y muchas veces tiende a cerrarse en un circuito cerrado, entonces, a veces, es bueno ver las opiniones de otros. … Yo les diría que una comunidad como la iglesia Metodista, desde su prestigio, que supo afirmar en los momentos más difíciles, particularmente durante la dictadura –no es que allí empiece, el prestigio metodista viene de atrás, de mucho más atrás, de una historia cargada de valores–. Pero en las pistas se ven los bailarines, es en los momentos de prueba donde se ve la firmeza de las convicciones, y allí, la iglesia Metodista, y puedo dar fe porque lo vi en la peor documentación, que era la documentación de los represores, ahí la iglesia Metodista era un horcón. Pagó su precio, claro que pagó su precio. Entonces, desde esa perspectiva, ¿qué puede hacer una iglesia como la Metodista? En primer lugar, no quedarse hacia adentro, salir hacia afuera. Si Dios existe, está afuera, y si hay que cumplir un rol en términos de valores cristianos, es afuera. Obviamente, afuera con los que más sufren, en primer lugar. Pero no sólo allí, porque a veces para defender a los que más sufren hay que pelear en otros lugares. En segundo lugar, hay que ser una usina de libertad, de pensamiento libre, en donde haya cosas incómodas que decir que hoy no se dicen. Por ejemplo, los partidos políticos se han vuelto poco hospitalarios para los intelectuales. Quedan pocos lugares para pensar con libertad, hay demasiados circuitos cerrados en el Uruguay, particularmente en la política, pero no sólo en la política, también en la redes eclesiásticas, también en las iglesias. [En tercer lugar] creo que en Uruguay hay una disponibilidad en relación a los valores cristianos, que no necesariamente pasa por adherir a una fe, pero sí pasa por compartir valores. Yo creo que esa disponibilidad existe. Y contra lo que opinan muchos, en donde más veo esa disponibilidad es en los jóvenes, que no son esa caricatura que los viejos hacemos. Debería ser una usina junto con otras para despertar a esta sociedad. Para despertarla en relación con los valores. Yo el valor más importante que hoy registro es el valor de la igualdad, porque estamos en el continente más desigual del planeta, porque el Uruguay tiene algo que debiera sentir como una enorme responsabilidad, hace ocho años que crece [la economía], que crece como tal vez nunca creció, y la desigualdad está bajando mínimamente. Faltan políticas de igualdad. Veo poca usina de pensamiento en este sentido. Una comunidad como la Metodista, que tiene ese prestigio que es un patrimonio, puede buscar socios y colaborar para que este país encuentre el rumbo de la igualdad, que es uno de los valores cristianos por excelencia y que hoy el país debiera discutir para discutir el desarrollo.” Extraído de la ponencia del Dr. Gerardo Caetano Pastor Raúl Sosa 14 / REV VIS STA A METO ODISTA

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EUL ALIA La Universidad Abierta de Educación Permanente de Durazno –UNI 3- organizó un certamen literario en adhesión a las celebraciones del Bicentenario de los hechos históricos de 1811. Fue así que sobre la temática “un personaje real o ficticio de 1811” convocó a sus asociados y asociadas de otras UNI 3 del país, a participar en el concurso, con un cuento corto. Se presentó un importante número de obras, y entre todas, el Primer Premio fue otorgado al cuento “Eulalia” escrito por GLORIA BELÉN. Recientemente, en el marco de la V Feria del Libro en Durazno, en la inauguración oficial de dicha muestra, se dió a conocer el fallo del Jurado, el cual había estado integrado por los maestros Luis Cabrera, Elman Sánchez y Alicia Niche. Gloria Belén es Miembro en Plena Comunión de la IMU y actual Presidenta de la Comisión Directiva de nuestra Iglesia en Durazno. Cuando escuchó las últimas órdenes dadas con aspereza por el Ama a todas las esclavas y esclavos que habitaban en la casa, Eulalia, la más joven, corrió ansiosa hacia el rancho que oficiaba de dormitorio para los esclavos varones. Su miedo era no poder hablar con los que se preparaban para huir y juntarse en los montes, con aquellos que integraban las columnas de apoyo a los ya convertidos en matreros, integrantes de un ejército de esperanza y sacrificio, entrenados en plena lucha. Se sentía en el aire un olor a miedo, pero desafío, al mismo tiempo. Un olor a fiera que inquietaba a Eulalia. No quería perderse el momento de despedirse de su amado Toribio quien le quitaba el sueño con sus caricias y sus palabras tan dulces, y de su hermano Tomás, el hijo que su madre le encargó al morir y que ella crió como suyo. La sangre le palpitaba en las sienes. El corazón desbocado parecía

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salírsele por la boca. Quería abrazarlos y guardar el secreto: eso había prometido. Fue educada por su madre en la obediencia y el silencio. Ella sentía la efervescencia de los momentos que se vivían a espalda de los amos, personas duras, acostumbradas a ser obedecidas fuera la orden que fuera, pues nada importaba sino su voluntad. Los esclavos formaban parte de los bienes de los amos. Eran como una herramienta que servía para trabajar la tierra y atender los animales, que formaban la riqueza de sus dueños. Las esclavas atendían las labores domésticas, el cuidado de los niños, acompañaban a sus Señoras a la Iglesia, a hacer visitas, abriendo el camino para que el barro no les ensuciara el calzado, alumbrando la senda cuando había que salir en la noche. Eulalia preparaba pasteles y vendía puerta a puerta, apoyada por el Ama, que así se enteraba al instante de las novedades que ocurrían en la ciudad y sobre todo, de los vaivenes en la casa de los otros vecinos importantes. De lo que vendía, Eulalia guardaba una parte para compartirla con Toribio y Tomás. Había conseguido con otras esclavas, algunas prendas muy gastadas pero que servirían a sus dos amados hombres para el viaje que –ella pensaba- sin retorno por la distancia y los peligros. Nada la preocupaba más que esa despedida cargada de miedos, ansiedades y secretos, pero no podía hablar del viaje con amigas -compañeras de infortunio- porque sería delatarlos y condenarlos a una muerte segura en manos del Amo. Ni siquiera podía decirle a Toribio que guardaba en su vientre el fruto de su amor alimentado de sueños y proyectos locos. La despedida fue un abrazo de tres seres convertidos en un eslabón más, de la cadena de sacrificio,

Gloria Belén entrega, dolor y ausencias definitivas necesarias, para que naciera una patria libre y soberana. Cuando los hombres partieron protegidos por la oscuridad, Eulalia desanduvo el camino hacia las casas, con el corazón hecho pedazos por la pena y el presentimiento de que era un adiós final. En cambio, aquellos dos audaces, rebosaban de alegría, de confianza. Sentían en el hondón del alma, la seguridad de que habían tomado la decisión correcta. La incipiente libertad que gozaban y la determinación tomada, nacían de un sentimiento de patria, desconocido para ellos. Los caballos escondidos en el espeso monte que bordeaba el arroyo, esperaban ansiosos piafando de miedo al sentirse sujetos al tronco de un árbol para que no se extraviaran. Montaron tratando de no asustar a las bestias. Despacio fue el andar al principio, luego, las ganas de encontrar a los que serían sus compañeros de lucha pusieron toda la fuerza, el coraje, en un trote parejo y veloz que sentían en sus piernas arañadas por ramas espinosas. Pero nada era comparable ni importante más que el anhelo de sentirse hombres, iguales en derechos, obligaciones y libertad, con aquellos que los consideraban aptos para acompañarlos. Fueron muchos días de galope tendido por llanuras desconocidas, por caminos hechos a machetes y destreza, sufriendo hambre y sed. Por la falta de costumbre de cabalgar tantas horas, de tanto en tanto tenían que descansar y dejar que los caballos pastaran a gusto y recobraran fuerzas. Ellos sentían que perdían tiempo con estas paradas, pero eran conscientes que no tenían recambio de cabalgadura, por lo tanto debían de tomar esta precaución.

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El desasosiego se apoderaba de sus pensamientos. ¿Irían bien rumbeados? Las noticias que tenían eran que la campaña estaba alzada, los gauchos, indios, gente importante se preparaban y juntaban para luchar por una patria libre con cabida para todos. Se sentían fuertes, inspirados, por la pretensión de ser libres, aunque para alcanzarla, perdieran la vida. Su hermana, a uno, su compañera, al otro, siempre los apoyó y alentó para que a escondidas fueran preparándose y consiguiendo las pocas cosas que necesitaban para el viaje y para la lucha. Carecían de todo. No eran dueños de nada. Sólo sus sueños les pertenecían y alentados por ellos llegaron al lugar donde estaban reunidos muchos como ellos, dispuestos a conseguir a coraje y sangre, un suelo donde todos fueran igual no importando el color de la piel. Eulalia había despedido a sus hombres y volvía a las casas con el alma apagada por la pena, el cuerpo dolorido por la tensión vivida en esos días de zozobra, temiendo que alguien descubriera la fuga y ella fuera castigada sin piedad por cómplice. Parecía una sombra vagando por la casa. No temía por Tomás y Toribio, estarían muy lejos. Temía por ella y por primera vez pensó en el peligro que corría su hijo. ¿Nacería y lo venderían para castigarla? ¿Y si la golpearan sin piedad hasta matarla?

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Ella lo había visto y sufrido, porque amaba mucho a Tití (una esclava cariñosa y emprendedora, dispuesta siempre a dar una mano a los demás). Tití era muy delgada y siempre estaba enferma, lo cual al Ama la molestaba pues no podía contar con ella para casi nada. Hasta que un día, sucedió algo que al Ama la sacó de las casillas y la golpeó con furia acumulada. Tití, no se levantó más. Como todos los días, aquel, Eulalia salió con su canasto a vender pasteles. Caminó mucho y no quería volver. Llegó a los límites de la ciudad y siguió sin mirar atrás. Una carreta se aprontaba a proseguir su marcha. Un hombre viejo y un niño de unos nueve años eran los viajeros. La carreta estaba casi vacía. Ella entonces se acercó tímidamente –al principio- y al ser recibida con simpatía se animó a conversar y expuso al viejo su deseo de acompañarlos en su viaje. Daría una parte de lo ganado en la venta y ayudaría en lo que fuera. Sólo quería alejarse. No aguantaba sentirse vigilada, acosada y poner en peligro la vida de su hijo. El viejo pensó en los riesgos que corría al ayudar a una esclava a huir de sus amos, pero sintió pena de esa muchacha tan desvalida. Las confidencias afloraron ya que Eulalia contó su situación sin esconder nada. El viejo estaba solo en el mundo con ese nieto que era su compañía y consuelo. Subieron los tres a la carreta que, tirada por cuatro bueyes gordos y pachorrientos abrieron un camino de esperanza, paciencia y sacrificio para una promesa de patria grande. Cinco lunas han pasado desde que la soledad, el miedo y las ansias de escapar pusieron a Eulalia en el camino de Don Celedonio y Tiburcio, el nieto. Ya no son desconocidos. La confianza, la amistad, el amor que nace en las desgracias, han unido tres seres sencillos y huérfanos de afectos.

Tiburcio ha encontrado una hermana cariñosa que no grita órdenes destempladas ni castiga por nada, se hace querer con sólo fijar sus ojos querendones y abrazar apretado sin motivo. Eulalia se ha transformado. De endeble y asustadiza, devino en mujer decidida y fuerte, con una familia que la respalda y una necesidad consciente de amar y ser amada. Un poncho abrigado la protege del frío y suecos cómodos, fabricados por el abuelo que se da maña para todo. Lo mismo que Tiburcio: nunca falta la caza a la hora de buscar comida. Cuando se juntan con otros paisanos que viajan por el mismo camino, hay alegría generosidad en el intercambio. Todas las necesidades están resueltas y nadie tiene un gesto de desprecio hacia esa muchacha, esclava fugitiva, que sólo pide palabras de consuelo, respeto y aceptación. El momento esperado llegó una noche de tormenta. Rayos y truenos traspasaban el cielo. La lluvia se descolgó impetuoso sobre el monte de álamos y algarrobos. El ranchito levantado por Celedonio, Tiburcio y la propia Eulalia era un refugio caliente, oloroso y limpio. Los dolores empezaron en la tarde y cuando llegó la noche y la tormenta todo estaba dispuesto en la pobreza. No faltaba nada, y Santos, llegó a grito pelado a las manos del abuelo que lo recibieron con ternura y agradecimiento. Ya no estarían solos y sin propósitos. Había dos niños para criar y hacer de ellos hombres buenos, fuertes en el trabajo, libres en sus decisiones y dispuestos a sacrificarse por esa patria que nacía con ellos. 1810 años atrás nacía un niño en un país lejano, con la promesa de que todos seríamos iguales y nos amaríamos como hermanos. Santos nacía a la vida para proclamar que en esta nación libre y soberana ya nunca más estaríamos arrodillados y en silencio.

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Temas del bicentenario

LAS ARMAS ORIENTALES

S

UELE DECIRSE –incluso en los grandes medios de comunicación-, que el Ejército nacional nació con la batalla de Las Piedras, en 1811 y así se conmemoró el pasado 18 de mayo en acto público, con presencia de autoridades. Pero esto debe entenderse exclusivamente como una expresión de deseos más que como un aserto documentable, por más de una razón. En primer término porque en esa batalla lo que se dirimía era la obediencia a las Cortes de Cádiz o bien a la Junta de Buenos Aires, y cualquiera de las dos versiones rendía obediencia al rey español Fernando VII. El propio don José Artigas, el veinte de mayo de 1811 (dos días después de Las Piedras) en carta al virrey Elío intima la rendición de

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Montevideo, diciendo: “(…) “La causa de los pueblos, Señor, no admite la menor demora.(…) V.S. hará apurar la copa de las desgracias a estos habitantes si no resuelve que sea reconocida la autoridad de la Excma. Junta…para conservar ilesos los dominios de nuestro augusto Soberano el Señor Don Fernando VII”.(*) Nada que estuviera relacionado con un asunto “oriental”. Apenas cinco años después, con la invasión portuguesa, los principales lugartenientes de don José están presos (como Andrés Guacurarí) o rinden las armas (como Manuel Oribe) o se integran al ejército

(*) “Vida, pasión y muerte de don José Gervasio Artigas” Tomo II “El hombre y la revolución. La admirable alarma, de Efraín Núñez Balestra, Ed. Orbe Libros, 2006, pág. 179

HUGO ALBERTO BERVEJILLO BESIO Nacido el 12 de abril de 1948 en el Sanatorio para Obreras y Empleadas “Catalina Parma de Beisso”. A partir de los tres días, ciudadano de Malvín, Montevideo, donde hace la escolaridad en la Escuela Experimental y el Liceo en el Liceo No. 10, “Carlos Vaz Ferreira”. Preparatorios de Medicina en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo, sin terminar. Como dibujante y/o periodista, colaboró en semanario “Asamblea”(1984-85), “La República” (1989), La Hora Popular”(1991), fue responsable de la página cultural del semanario “La Juventud” (1992-93). Cofundador de la revista “Universo” (1970-71), donde publicó sus primeros cuentos; integró el Consejo Editor de la revista “Fundación” (1994), Jurado de Narrativa en el Concurso “OnettiRulfo” (1995). Tercer premio en el concurso “Melvin Jones” (1989) 1992 publica su primera novela (Una cinta ancha de bayeta colorada (desandanzas del Goyo Jeta), editorial Proyección, finalista del premio “Bartolomé Hidalgo. Cuatro ediciones en tres meses. 1994 participa del volumen de cuentos “Contando historia” (Editorial Cal y canto) con el cuento “Sonata al sur”. 1995 edita “Basilio está en la frontera (la chirinada)”, editorial Proyección, también finalista del premio Bartolomé Hidalgo.

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2000 obtiene segunda mención en el Concurso organizado por la Intendencia de Montevideo con la novela “El ángel negro”. 2002 participa del primer volumen de “El cuento Uruguayo”, ediciones La Gotera, con el cuento “El mago”. 2003 publica “Cenizas y un gallo muerto (las siete latas)” editorial Carlos Marchesi. 2004 publica “El ángel negro”, en edición de autor. 2005 publica la quinta edición de “Una cinta ancha de bayeta colorada (desandanzas del Goyo Jeta)” en Rumbo editorial, ya agotada. 2009 publica “Versiones infames y otros cuentos”, con Rumbo editorial. 2010 integra el Jurado en categoría Ensayo, organizado por el Ministerio de Educación y Cultura.

de ocupación (como Fructuoso Rivera) y entonces no queda nada de lo que había. Hay que recordar que Artigas disolvió su escasa tropa de gauchos indigentes, indios y negros antes de internarse en el Paraguay, en 1820. Y recién en 1830 se funda el Estado, con lo cual debería comenzar el concepto de Ejército Nacional. Pero a seis años de fundado, se produce el primer motín y Rivera se alza en armas contra el presidente Oribe. ¿Cuál sería entonces el Ejército nacional? ¿El que defendía la Constitución o el que sostenía el capricho del motinero? En 1836, en la batalla de Carpintería, se definen dos bandos que en un sangriento proceso dividen al país hasta la paz de 1851. Durante ese período 18 / REV VIS STA A METO ODISTA

¿cuál era el Ejército nacional? ¿El que defendía Montevideo con el apoyo de Inglaterra y Francia? ¿El que sitiaba Montevideo con el apoyo de Rosas? Y por citar un último ejemplo: en 1863 se amotina contra el gobierno legalmente electo, el coronel uruguayo (y general argentino) Venancio Flores. Lo hace con el apoyo de la casa Baring Brothers en representación de la corona británica, con el apoyo logístico de Argentina y con tropas brasileñas, y pone sitio a Paysandú, defendida por una exigua dotación al mando de coronel Leandro Gómez. ¿Cuál era el Ejército nacional? ¿el que fue derrotado -que defendía la Constitución-, o el invasor, con ayuda extranjera, que impuso a Flores como presidente? Pero sí hay un origen del Ejército nacional- es decir, el profesional, sin distintivos partidarios, y reconocido en la Constitución y en los Presupuestos-, pero su punto de partida se sitúa a la vuelta de la Guerra del Paraguay, donde Uruguay concurrió en julio de 1865 y volvió en 1866. Véase la opinión de un Profesor: (…) “A raíz de la Guerra del Paraguay surgió una nueva fuerza en la nación: el ejército profesional. Nuestro ejército siempre había sido el brazo armado del partido político. Sus oficiales casi nunca eran de carrera, sino estancieros que conducían a sus peones, puesteros y agrega-

dos a la guerra; o doctores que reunían un grupo de cien activos militantes en la capital (…) Los oficiales y soldados que retornaron del Paraguay eran un cuerpo homogéneo, profesionalizado, que había entrado en contacto con armas modernas y sabía del poder que da la posesión de ellas. Eran colorados, pero anduvieron alejados del país y sus luchas internas demasiado tiempo como para sentir por la divisa el mismo apego de antaño. Se sabían, por primera vez en la historia del país, distintos a los civiles. Tenían “espíritu de cuerpo”, ahora. De esta manera nació un nuevo factor de poder. Por su naturaleza, apreciaba más las virtudes de la disciplina y el orden que las de la libertad irrestricta. Si las viejas banderías no satisfacían los reclamos de la economía y de los dueños de la riqueza, ahí estaba el grupo que podía hacerlo. La alianza entre clases altas, inversores extranjeros y ejército era una lejana posibilidad en 1868. Las guerras civiles acaecidas entre esa fecha y 1875 la convirtieron en un hecho”.

(“Apogeo y crisis del Uruguay pastoril y caudillesco. 1839-1875” José Pedro Barrán, Historia Uruguaya, tomo 4, Ed. De la Banda Oriental, 1982, pág 99)

Hugo Bervejillo Nº 201


La Evangelización

¿Piedra en el zapato o alegría del servicio cristiano? La Evangelización en la Iglesia Metodista, un tema permanente “Noté una declinación sensible en el número de personas alcanzadas por el Evangelio. ¡A esto debemos reaccionar! No estoy interesado en estadísticas sino en personas. Nuestro cometido primero y último es el de enfrentar a hombres y mujeres con Cristo para que le sigan en calidad de discípulos” Obispo Sante U.Barbieri, Año 1967, Conferencias Anuales de Patagonia, Bolivia, Uruguay y Argentina Con estas palabras de nuestro hermano Barbieri que ya tienen casi medio siglo, comenzó el Pr.Hansy Gattinoni, pastor y encargado del Área de Evangelización y Discipulado de la IEMA, el Taller de Evangelización - Jornada de Desachate 2011. La evangelización es un tema perenne en la Historia de la Iglesia, y una preocupación permanente de los cristianos. Nosotros definimos evangelización como un proceso que tiene 4 momentos: El anuncio por hechos y palabras de la Buena Noticia de que Dios nos ama, y quiere vivir en relación con nosotros en esta vida y después de la misma, el encuentro personal con Cristo, la respuesta personal a integrarse a su cuerpo, y la convicción de ser Hijo/a de Dios, lo que trasunta en actitudes cotidianas como el sacerdocio universal, la vida al servicio de Dios y del prójimo y el anuncio de su obra, de su salvación y de su propuesta de Reino. En 1967 el obispo Barbieri continuaba su análisis: “No podemos admitir que un pastor y su congregación pasen un año entero sin añadir a su número a otras personas que por su testimonio hayan sentido en sus vidas el llamado de Cristo. ¿No será el caso de ponerse en oración y de clamar a Dios por direcNº 201

ción, acción e inspiración? ¿Por qué no formar en cada congregación pequeños grupos de oración, testimonio, estudio bíblico serio, con listas de personas a la vista por quienes orar y a quienes deseamos ver convertidas a Cristo?. Debe haber un interés personal, íntimo, constante – diría casi agónico – por individuos específicos dentro de la comunidad” ¿Cuántas de estas recomendaciones seguimos en nuestras comunidades? ¿Hemos sido fieles a la hora de predicar la Buena Noticia? ¿Sentimos la comunicación de la Fe como el más grande acto de amor al prójimo? ¿Cómo concebimos la obediencia a Dios y el discipulado si no cumplimos con el encargo que nos hizo Jesucristo? En una Iglesia como la nuestra que ha decrecido numéricamente en los últimos 50 años, las preguntas anteriores se transforman en interpelaciones urgentes. Pero esta preocupación no puede partir del sentimiento de fracaso organizacional o de la pretensión de aumentar nuestras filas de miembros, sino de una profunda revisión de vida, en la cual comprendamos que si no evangelizamos, no estamos cumpliendo nuestra razón misma de ser, y a fin de cuentas, le estamos fallando a Dios y al mundo. Como dijo William Temple: “La Iglesia es la única sociedad en el mundo que existe por los que están fuera de la membresía. Las iglesias históricas muchas veces existen para sus propios miembros que sienten que nunca tendrán atención suficiente.” Es tiempo de dejar de estar orientados hacia nosotros mismos, y de ver más allá de nuestras necesidades y vicisitudes, y mirar hacia “afuera”. La cuestión pertinente de hoy no es evangelizar o no evangelizar sino ¿cómo compartir la fe en los

tiempos que corren? El testimonio de la vida de los primeros cristianos dice que: “Acudían diariamente al Templo con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y gozando de la simpatía de todo el pueblo. Por lo demás, el Señor agregaba al grupo a los que cada día se iban salvando.” (Hechos 2:46-47). Los primeros cristianos integraron el servicio cotidiano a la vida de fe, poniendo pie firme en su comunidad. ¿Somos relevantes en nuestro barrio? ¿A la comunidad que nos rodea, le da lo mismo que estemos allí o no? Estas preguntas deben ser analizadas en profundidad por nosotros, y es necesario que hagamos los ajustes necesarios para poder cumplir nuestra misión y nuestro servicio.

No hay fórmulas mágicas Más allá de los esfuerzos personales, hay que tener un plan. “Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos?” (Juan 14:28) Este plan debe contemplar estas áreas: 1. Empezar a elaborar un “Plan Estratégico” Decidir con la comunidad si se quiere desarrollar un plan estratégico alcanzando el compromiso de todos. Determinar si se necesita ayuda de un asesor o asesora. Hacer un bosquejo de un proceso de planificación que sea apropiado en su contexto y formar un equipo de planificación. REVISTA METODISTA / 19


2.

Reconocer la vida de nuestra congregación Analizar dónde se encuentra nuestra comunidad frente a la evangelización. Recorrer nuestra historia y situación actual, nuestra misión teniendo en cuenta nuestras oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades. ¿Cuáles son los recursos (humanos, financieros, materiales) que están a nuestra disposición? ¿Cuáles son las limitaciones que tenemos? ¿Por qué asiste la gente a nuestros cultos? ¿A quiénes estamos más inclinados a atender? 3. El desafío de ser una iglesia misional La quietud es el camino más fácil para una comunidad. Toda iglesia -tal como sucede con el cuerpo humano- que opta por la quietud, enferma y comienza a deteriorarse, hasta que finalmente muere. Es necesario hacerse algunas preguntas, y autoanalizarse: ¿Por qué y para qué existimos? ¿Cuáles son las necesidades en la comunidad que no serán alcanzadas sin nuestra presencia? ¿Cómo somos hoy y cómo queremos ser diferentes en el futuro? ¿Qué es lo que hacemos mejor? ¿Cuáles son los principios y valores que más apreciamos? ¿En qué dirección debemos ir para crecer? ¿Cuál es la personalidad/perfil de nuestra iglesia? ¿Cuál es su cultura interna? ¿Cuáles son los sueños y las esperanzas más fervientes de los/las líderes de la iglesia? Esta reflexión es fermental, y puede sorprendernos a todos. 4. La importancia de salir a la calle para conocer el campo de misión No hay recetas, planes armados, ni verdades reveladas. Caminar el barrio, conocer a la gente. Si es necesario, realizar encuestas, organizar información que hay disponible en los medios (INE, IMM, publicaciones zonales). Saber dónde se reúne la gente, sus gustos, sus necesidades. 5. La importancia de tener claridad sobre la misión a la cual Dios nos llama 20 / REV VIS STA A METO ODISTA

Una tentación es ponerse a discutir los medios para cumplir la misión y enfocarnos en los detalles, perdiendo de vista el fin, el sentido. ¿Qué estamos haciendo ahora que debemos dejar de hacer? ¿Qué es lo que no estamos haciendo que debemos comenzar a hacer? La misión de la que hablamos, y para la que fue fundada la Iglesia es clara: ser señal, anticipo e instrumento del Reino de Dios. Ser señal: que dentro de nuestra comunidad reine la unidad y el amor fraterno. Que Dios habite en nosotros y que los vivamos comunitariamente de manera tal que se note. Ser anticipo: señalar y vivir en la conciencia de que esta Historia Humana en la que estamos inmersos no lo es todo. Hay un mundo por venir, y una realidad superior a la que apuntamos. No predicamos a la Iglesia sino al Reino y a Jesucristo como su Señor. Ser instrumento: implica comprometerse, restaurar el mundo. No basta sólo con intentar vivir el Reino en nuestra iglesia (ser señal), o con anunciarlo y predicarlo (ser anticipo), también hay movimientos que tenemos que hacer por el bien nuestra sociedad, de los más necesitados, que son objeto especial del amor de Dios. 6. Recordar nuestra herencia Wesleyana Somos metodistas, y nuestro nombre implica una forma de ser. Detrás de toda acción transformadora, deben estar presentes los medios de gracia instituídos y los medios de gracia prudenciales contenidos en la teología wesleyana: Los medios de gracia instituídos son cinco, y se trata de aquellas disciplinas que se desprenden de las enseñanzas de Jesús: • La oración pública y privada • Tomar la Santa Cena • Leer y meditar las Sagradas Escrituras • El ayuno personal y comunitario • Dar testimonio de lo que Dios ha hecho en nosotros.

Los medios de gracia prudenciales son aquellos que la iglesia debe desarrollar para dar mayor orden y expresión a la vida cristiana. Juntos, ambos medios capacitan a la persona para vivir una vida de devoción y servicio. Muchos de nuestros errores como iglesia, ocurren porque nos falta ejercitarnos en la Fe. Ni siquiera Jesús, ni los apóstoles, o Wesley, osaban cumplir la misión sin profundizar su vida espiritual. La Evangelización empieza por casa Si bien no hay fórmulas mágicas, tal como se titula el párrafo anterior, si tenemos algunas “líneas” sobre las cuales orientar la misión de la iglesia. Debemos tener paciencia, persistencia, mucho trabajo y dedicación. Es importante redescubrir la pasión por compartir con otros lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. El testimonio es fundamental. Si queremos que más y más personas conozcan a Jesús, si queremos que nuestras iglesias crezcan, debemos contar lo que Él ha hecho con nosotros, y así contagiar las ganas a otros que también quieran ver sus vidas transformadas. Cristo no es una idea, la Fe no es ideología, el Cristianismo no es un ideal, sino que nuestra fe en Cristo se basa en una relación personal que mantenemos con Él. Nuestras fallas en evangelización muy posiblemente tengan que ver con que esto no es claro, no lo tenemos claro como iglesia. Solo convence el que está convencido, pero en cuestiones de Fe, solo convence el que está convertido. No alcanza creer que en Dios, sino que necesitamos renovar y profundizar nuestra relación con Él, solo así podremos evangelizar con eficacia. Qué el Señor nos guíe en el camino, y nos de la fuerza para renovar nuestro compromiso con Él, y que estos frutos se vean en nuestra tarea evangelizadora. Adriano Frattini Ana Rut Míguez Nº 201


La Reforma Protestante E

L PENSAMIENTO y la obra de Martín Lutero se inscriben en ese gran movimiento religioso de principios del siglo XVI denominado la Reforma protestante, que finalizó con la supremacía eclesiástica, religiosa y política de la Iglesia de Roma en Europa creando iglesias protestantes de diferentes denominaciones. Aunque la Reforma fue esencialmente un movimiento religioso, produjo importantes cambios en casi todos los aspectos de la vida social, económica y política, con grandes repercusiones en la historia moderna del mundo occidental. Con la disolución de los principios fundamentales del Medioevo y el surgimiento de las nuevas corrientes intelectuales del humanismo y el Renacimiento, se dieron las condiciones propicias para el desarrollo de la Reforma protestante, especialmente en los territorios de habla alemana, en donde el fervor religioso se entremezclaba con el disgusto hacia la Iglesia romana. La Reforma fue denominada “protestante” después de la segunda Dieta de Espira (1529), en la cual los dirigentes luteranos firmaron una enérgica protesta dirigida al Emperador manifestando su disconformidad y reafirmando su fe con ahínco. Las cuatro tradiciones protestantes principales que surgieron de la Reforma fueron la luterana, la calvinista, la anabaptista y la anglicana, cada una con importantes implicaciones en la teoría y la práctica políticas.

LA IGLESIA DE ROMA Después de la caída del Imperio Romano, Europa Occidental se descentraliza en reinos feudales, siendo la Iglesia cristiana la princi-

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pal fuerza que aglutina al continente frente a las diversas invasiones. Esta centralización del poder fue el principal elemento unificador durante la Edad Media. Con la invasión de los vikingos desde el norte y de los húngaros desde el este entre los siglos IX y XI las unidades políticas europeas se fragmentaron, y debido a la necesidad de protección militar se consolidó el feudalismo como sistema basado en vínculos de dependencia establecidos entre un superior feudal y su vasallo. El principio fundamental era la subordinación de una persona a otra, con una estructura social rígidamente jerarquizada en la cual el vasallo intercambiaba independencia por protección. Una de las características de la Edad Media en lo político fue entonces la fragmentación del poder, aunque existió la necesidad de un orden universal, de una justicia suprema que estuviera por encima de los intereses particulares, y la única posibilidad de ello era a través del Papa, la Iglesia de Roma, que pretendió instaurar en Europa un poder político por encima de los relativos poderes de los señores feudales. Se dio simultáneamente una lucha entre la Iglesia y los señores feudales para lograr la dominación política, con papas que eran alternativamente apoyados, dominados o depuestos por los poderes seculares. El Papado, con sus luchas con los Estados italianos y su exilio en Aviñón, el gran cisma que opone hasta tres Papas rivales, la crisis que lo somete a las decisiones de los concilios, y finalmente su injerencia en la política y los conflictos europeos, había perdido su autoridad moral sobre una gran parte de los fieles.

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En la vida medieval lo político y lo religioso se entremezclaban sutilmente, y se daba por sentado que el reino y el sacerdocio formaban jurisdicciones complementarias dentro de la república cristiana. El fin de esta unión entre lo religioso y lo político fue anticipado por Marsilio de Padua en el siglo XIV. Las pretensiones temporales del papado habían perjudicado la efectividad de la autoridad secular, al confundir el poder secular con el espiritual.

ANTECEDENTES El desafío de Lutero a la autoridad de Roma es la culminación de un largo proceso en el cual se combinan una serie de elementos, circunstancias y condiciones que rebasan los aspectos meramente religiosos. La Reforma no comienza con el famoso episodio de las 95 tesis de Lutero (31 de octubre de 1517), sino en una serie de fermentos de reforma religiosa profundamente sentida en la Iglesia ya desde finales del siglo XII. Además, durante siglos hubo una continua lucha por la supremacía del poder político terrenal entre los papas y los poderes seculares. La sumisión a Roma, los impuestos, las extensas posesiones de la Iglesia en toda Europa libres de cargas, la inmoralidad de muchos eclesiásticos en todas las jerarquías del clero, y otras cuestiones relacionadas con el desarrollo de las monarquías nacionales, produjeron una gran animosidad en contra de la Iglesia católica. La denominada “cautividad babilónica” de los papas en Avignon durante el siglo XIV y el consiguiente Gran Cisma provocaron graves daños en la autoridad de la Iglesia, dividiendo a sus partidarios en seguidores de uno u otro Papa. Se reconoció la necesidad de una reforma, y pese a los debates y los programas, no se instituyó ningún cambio en el concilio de Constanza (1414-18). En el siglo XIV el inglés John Wycliff atacó al Papa por las mismas cues22 / REV VIS STA A METO ODISTA

tiones por las cuales Lutero lo haría más adelante. Tradujo la Biblia al inglés y predicaba en esa lengua. Su seguidor en Bohemia, Jan Hus, es ejecutado por herejía en 1415, desatando las guerras husitas reprimidas por las fuerzas combinadas del Papa y el Emperador. Lutero subrayó posteriormente que no luchaba contra los papistas a causa de su licenciosa vida, sino en contra de su doctrina. Hus y Wycliff “han fustigado sólo su conducta, pero cuando se ataca la doctrina es cuando se agarra al ganso por el pescuezo”. El mundo de la cristiandad estaba siendo socavado como resultado de una combinación de factores. Desde lo ideológico, movimientos tan divergentes como el misticismo, con su énfasis en el encuentro directo con lo divino, y el nominalismo, que enfatiza lo concreto, desafiaron sin quererlo la estructura jerárquica y corporativa de la Iglesia de Roma. Los humanistas, con el entusiasmo de sus nuevos descubrimientos en el campo de la cultura clásica, favorecían el estudio de Grecia y Roma más que las sutilezas de los teólogos escolásticos. El descubrimiento de América, las nuevas ideas de Copérnico, y sobre todo la expansión de la información a través de la imprenta, que expuso nuevos horizontes del conocimiento no asequibles anteriormente. En lo político, el Imperio estaba acosado por la conciencia de sentimientos étnicos y nacionales. La consecuencia eran que las agresivas demandas de los grupos nuevos no podían ser satisfechas por los representantes de las tierras alemanas: los príncipes y los nobles. La Reforma suministró una nueva teología de la autoridad política y de la relación entre el hombre cristiano y la autoridad. En cuanto al contexto social, el sistema feudal estaba siendo amenazado por el crecimiento de una nueva clase, la burguesía, interesada en el comercio y el intercambio. Los pequeños pueblos se iban convirtiendo en centros urbanos, y existía un nuevo

sentimiento de independencia de los señores feudales. Los campesinos explotados estaban listos para rebelarse, y así lo hicieron durante la Reforma. La Reforma de Lutero se produce en un período caracterizado por el tránsito del feudalismo al capitalismo, con grandes alteraciones sociales, resistencia de los perjudicados a la nueva coyuntura, difíciles cambios de mentalidad, y descontento del campesinado en una Europa desproporcionadamente rural. Si bien Lutero ayudó a darle forma y dirección a muchas de las nuevas tendencias, gran parte de lo que sucedió posteriormente quedó fuera de su dirección, intención y dominio. Antes de Lutero, muchos cristianos consideraban que la Iglesia de Roma había perdido sus tradiciones espirituales y que se preocupaba excesivamente por el poder temporal. El aumento de la alfabetización y la impresión de libros a fines del siglo XV hicieron que muchos cristianos redescubrieran a los antiguos cristianos comparándolos desfavorablemente con la Iglesia Católica Romana, y sus métodos para financiar las diversas construcciones en las que ésta estaba abocada fueron muy criticados. Dichos métodos incluían las indulgencias (pagos por la remisión que hace la Iglesia de las penas debidas por los pecados), la venta de reliquias, la venta de misas para los muertos, peregrinajes espirituales, y el logro de “méritos” por donaciones .Los reformadores, basados en su interpretación de la Biblia, muestran una postura del cristiano en el mundo diferente de la católica, de la cual surge una visión de la autoridad política con importantes consecuencias futuras tales como su reforzamiento, sin abandonar la explicación teológica de que la autoridad derivaba su poder directamente de Dios.[1] [1] Tomado de “El pensamiento político de Martín Lutero”, por Tomás Várnagy,

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Análisis Internacional

De prejuicios y miedos creados A

PRINCIPIOS DE AGOSTO un amigo, me mandó el contenido de un discurso pronunciado públicamente en Cuba. Un discurso muy singular. Empieza así: “ Ahora me referiré a un doloroso incidente causado por errores en la aplicación de la política de cuadros y en relación hacia la religión, que motivaron la sustitución injusta de una compañera del cargo que desempeñaba con buenos resultados. Al abordar esta cuestión públicamente persigo el objetivo de reparar esa injusticia y de paso presentarles un ejemplo elocuente del daño que ocasionan a las personas y a la propia Revolución conceptos obsoletos, por demás contrarios a la legalidad, todavía enraizados en la mentalidad de no pocos dirigentes en todos los niveles“.... mas adelante agrega “ Más de una vez he expresado que nuestro peor enemigo no es el imperialismo ni mucho menos sus asalariados en suelo patrio, sino nuestros propios errores...” Quien pronunció estas palabras no era ni más ni menos que el Presidente de Cuba Raúl Castro, el 1 de Agosto del 2011. Debemos también tomar en cuenta que este no es un hecho aislado. Está en el contexto de una nueva relación entre el Estado y la Iglesia Católica, del acuerdo entre ambos en la liberación de Nº 201

detenidos. En una clara reafirmación hacia las Iglesias Protestantes en el reciente Aniversario del Consejo de Iglesias de Cuba. Por supuesto que esto no fue noticia, a pesar del contraste que tiene del imaginario que se ha hecho de Cuba y los países socialistas con respecto a la Iglesia. El discurso termina con un homenaje a Frank Pais, joven bautista, hijo del pastor de la Iglesia Bautista de Santiago de Cuba, muerto a tiros por la Policía de Batista. “Frank creía en Dios y practicaba su religión que yo sepa nunca dejó de hacerlo. Que hubieran hecho ustedes con Frank Pais? Cuando terminé de leerlo, sabía que la derecha no lo iba a publicar porque se queda sin un argumento fuerte sobre la persecución a la Iglesia. Supongo tampoco lo hará la izquierda porque habla de reconocer errores estructurales. La historia se ha construido, dividiendo y haciendo enemigos o haciéndonos enemigos. Nos acordamos del alboroto en Tesalónica. Cuando los judíos llevan a Jasón y a otros fieles ante las autoridades y los acusan de “ estos que trastornan el mundo también

nálisis nternacional

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han venido acá (Hechos 17:6) y fueron acusados de enemigos por contravenir los decretos del César. Fuimos los malos en aquellos tiempos. Con Constantino nos volvimos en buenos y terminamos persiguiendo y conquistando a los que pensaban diferente, para preservar la pureza de la fe. Fe que nos llamaba y llama a amar al enemigo, dar posada al extranjero y caminar la segunda milla. Desde antes de la Revolución Bolchevique fuimos sistemáticamente bombardeados de que éramos occidentales, la civilización, la libertad y la democracia. Por supuesto la Iglesia está colocada de este lado. Del otro lado está todo lo contrario. Creamos mitos sobre sistemas y países, los endiosamos .En los últimos años que estuvimos en Estados Unidos nos hicimos muy amigos de una señora de la Iglesia, que tenia un pariente que vivía en Uruguay. Al regresar al país seguimos escribiéndonos. Cuando Tabaré Vázquez fue electo, recibimos una carta muy solidaria, preocupada por nosotros. Su pariente le había escrito que se esperaba una situación muy difícil para las iglesias y que había un acuerdo con Chávez para el cierre de Iglesias como en Venezuela. Ella aceptó automáticamente la lógica no de una teología sino de una ideología recibida por años. No hay sistemas ni sociedades perfectas. Todos tienen defectos y cometen errores, están compuestos por seres humanos El problema es el grado de gravedad de esos errores y peor la incapacidad de reconocerlos. Es lamentable y no importa de 24 / REV VIS STA A METO ODISTA

qué lado estemos, nos sentimos más seguros y nos resulta más fácil construir muros que construir puentes. El teólogo Jurgen Moltmann sostiene que “ a la persona hay que amarla con su contexto, porque esto hace el amar mas profundo y mas auténtico”. Muchas veces somos sorprendidos por hechos que muestran que los estereotípos que hemos creado, no encajan con la realidad. Recuerdo en la segunda mitad de los 90, frente a la complejidad del conflicto interno en Colombia, decidimos acercarnos a algunos actores del conflicto, desde el cargo que teníamos en el Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos. Entre los actores se hizo contacto con el ELN. Segundo grupo guerrillero en importancia en Colombia. Luego de un largo proceso y de un trabajoso viaje hasta las montañas al caer la tarde, en el nor.-este del país. Cuatro (entre ellos un respetado pastor colombiano) fuimos llevados a la casa de un campesino, para reunirnos con el Tercer Comandante encargado de Asuntos Internacionales. El llegó con su custodia tarde en la noche. Conversamos hasta entrada la madrugada y parte de la mañana. Entre los puntos que se puso sobre la mesa, estaban las denuncias de dificultades que tenían congregaciones evangélicas en sus tareas y destrato en las regiones ocupadas por el ELN, eso llevó enseguida al tema de Iglesia y Poder Político. En un momento el Comandante me dice, es posible que Uds.

tengan razón pero la verdad es que nuestras tropas no saben nada de religión ni de Iglesias. Tenían una confusión enorme, todo los que no eran católicos, eran mormones. Tenemos que tomar en cuenta que la imagen mormona es de muy pobre adaptación a nuestras sociedades. Dándose cuenta del error que estaban cometiendo, la propuesta fue que les ayudáramos con un grupo de pastores para que orientaran las tropas a entender que eran los evangélicos. El discurso de Raúl Castro, al reconocer el error es un gesto edificante. Ojala los que están del otro lado también corrijan errores y se empiecen a ver cada uno como seres humanos distintos, pero también con cosas comunes. Podrá ocurrir esto también dentro de la Iglesia, dejando los estereotipos de lado y ver al otro como realmente es. Sabiendo que no estamos entre santos ni modelos morales que nos pueden separar, pero que nos une que estamos entre seres débiles que creen que ni la vida ni la muerte los puede separar del amor de Dios. Como dijera Julio de Santa Ana,” la Iglesia tiene que jugar un rol de unidad en una sociedad quebrada y dividida.” Seamos buscadores de la verdad sobre la mentira, de lo justo sobre lo injusto. Dejémonos de construir muros y pongámonos a construir puentes.

Pastor Oscar Bolioli Nº 201


No hallarás nada Si algún día volvieras a la tierra te recomiendo que sea en primavera cuando los árboles muestren sus retoños y florezcan los jardines por doquiera. No pretendas volver en el invierno con sus fríos y lluvias plañideras, encontrarás los patios anegados y no podrías posar tu alma viajera. Menos deseo que vuelvas en otoño porque el viento, el polvo y la hojarasca desviarán la senda que te guía a la tierra, con rumbo hacia tu casa. Tampoco quiero que regreses en verano bajo el tenaz calor del sol ardiente, faltará el agua fresca y pura para calmar tu sed, de eterno ausente. Prefiero tu retorno en primavera la estación del bullicio mas diverso cantares y risas jubilosas, trino de aves, son de músicas y versos. De los versos que escribía por las noches y los borraba al llegar el nuevo día, tratando de hacerlos más hermosos pero tu, tu no los oías. Hoy si pretendes que yo voy a cantarlos para halagar tu vuelta inesperada, debo decirte que mi alma yace muerta y de mi, de mi, no hallarás nada. Perdí el corazón y sus latidos, el oído, la voz y la mirada y por esa razón es que te digo, que de mi, de mi, no hallarás nada. Flor de María Campos 11/11/1997

Iniciamos este espacio, dedicado a las expresiones poéticas de nuestros lectores. Hoy con una poesía de una trinitaria. Flor de María Campos, escritora y poetisa oriunda de Trinidad, a sus 91 años sigue creando poesía de alto contenido estético.



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