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Las claves para enfrentar los retos de la crisis

Las empresas tendrán que identificar los cambios en los patrones de consumo para poder satisfacer las nuevas necesidades, tener flexibilidad para adaptar sus cadenas de suministro y acelerar las inversiones en transformación digital

Carlos Zegarra

A raíz de la crisis derivada de la pandemia, las empresas y negocios han concentrado sus esfuerzos en reforzar las cadenas de suministro debido al papel fundamental que juegan para su supervivencia, recuperación y adaptación, a mediano y largo plazo. Esta respuesta ha demostrado ir en consonancia con los datos de la última edición local de la CFO Pulse Survey, realizada por PwC, donde el 35% de los CFO mexicanos prevé que la recuperación económica tardará entre 6 y 12 meses.

A lo largo de los últimos meses, han surgido nuevas preocupaciones que podrían afectar la producción y las cadenas de suministro de las compañías. El reporte revela que el 60% de los CFO están preocupados por posibles oleadas nuevas de contagios, así como por el impacto de la recesión económica global. Asimismo, el 98% de los encuestados asegura que podrá brindar un entorno de trabajo seguro, mientras que el 93% considera que podrá hacer frente a una segunda ola de contagios de forma efectiva. El éxito —y el futuro de las empresas— dependerá de su resiliencia y de la adaptabilidad de los diversos actores en el ecosistema de operación,

CARLOS ZEGARRA, SOCIO LÍDER DE MANAGEMENT CONSULTING EN PWC MÉXICO

tales como los proveedores, para garantizar la correcta operación de las cadenas de producción.

Ante esta situación, las cadenas de suministro de diferentes industrias deberán estar mejor preparadas para panoramas similares al actual. En particular, luego de que algunas cadenas de producción demostraron, en varias ocasiones, no ser tan flexibles o adaptables ante los cambios de la demanda que sufrieron sus bienes y servicios.

Para que los negocios logren una mayor adaptabilidad, misma que es esencial para salir

adelante, puede ayudar visualizar esta crisis como un ciclo de cuatro etapas:

implementaron los cambios necesarios. □ Disrupción: se deriva de los repentinos

producción o en el mercado que puedan resultar cambios en la demanda y del cierre de operaciones por la pandemia. Durante esta, las empresas se enfocan en la supervivencia de sus operaciones. Las compañías en México enfrentaron esta etapa principalmente durante las primeras 8-10 semanas de la pandemia. □ Recuperación: contempla implementar acciones sobre las lecciones aprendidas en la

enfocadas en RSE para diferenciarse de sus etapa anterior. Algunos de los aprendizajes han sido enfocarse en la producción de bienes que ofrezcan mayor rentabilidad o presenten mayor demanda, así como trabajar más de cerca con la cadena de proveeduría para identificar algún problema y hacer los ajustes necesarios para garantizar la continuidad de las operaciones.

□ Adopción de Ventajas Competitivas: a partir y de otros aprendizajes sobre la cadena de proveeduría, logística y hábitos de consumo, obtenidos durante las dos etapas anteriores, se podrán desarrollar acciones que nos generen ventajas competitivas para el futuro. Por ejemplo, en la crisis del 2008, aquellas empresas que lograron convertir, los diferentes desafíos que se les presentaron, en ventajas competitivas incorporadas en su estrategia y sus modelos de operación, salieron mucho más fortalecidas, ya que comprendieron rápidamente los puntos a transformar en sus operaciones centrales e

□ Resiliencia: durante esta etapa se hacen permanentes los aprendizajes obtenidos durante la crisis, para diseñar e implementar modelos de decisión que permitan identificar tendencias en el ecosistema del sector para futuras crisis, así como aplicar los cambios en la cadena de beneficiosos a corto, mediano o largo plazo.

En conclusión, las empresas tendrán que identificar los cambios en los patrones de consumo para poder satisfacer las nuevas necesidades, tener flexibilidad para adaptar sus cadenas de suministro, acelerar las inversiones en transformación digital, para superar ésta y futuras crisis, así como liderar acciones del entendimiento de los cambios de hábitos

competidores.

Cualquiera que sea el panorama a futuro, la mejor manera de estar preparados es reforzando la adaptabilidad y resiliencia de las organizaciones. Nuestras empresas deben comprender que cada vez más, los consumidores y usuarios buscan servicios y productos que satisfagan necesidades que consideren esenciales, por lo que es clave alinear nuestra estrategia hacia estas expectativas del mercado.

La realidad que hoy estamos viviendo, sin duda, cambiará la realidad económica a la que estábamos acostumbrados. Así, durante los próximos meses, seguramente observaremos modificaciones en sistemas de transporte y logística. También veremos que proveedores pequeños se van a consolidar con medianas y grandes empresas, al no soportar la presión económica actual. Sin embargo, se presentarán oportunidades como la entrada en vigor del T-MEC, que impulsará el intercambio comercial de diferentes sectores y dará mayor certidumbre económica al país.

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