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MATILDA CRUZ, OPERADORA DE CAMIONES EN RT:
Aunque originalmente estudió Dibujo Técnico en su natal Vallenar, lo suyo era la conducción y el trabajo en terreno. Partió como operadora de camiones CAEX y hoy maneja un aljibe que riega los caminos de la mina para bajar el polvo en suspensión.
“Vivo en Calama hace más de 15 años. Me vine buscando un mejor futuro para mí y mi familia, que en este caso son mis padres y hermanos, ya que no tengo hijos. Acá en RT estoy hace casi 11 años. Llegué orientada por un amigo que me impulsó a entrar al mundo de la minería, pero también para proyectarme en algo que me gustara, y la minería me gusta bastante”, cuenta Matilda Cruz (43), operadora de camiones en la División Radomiro Tomic.
Estudió Dibujo Técnico en un liceo de Vallenar, pero dice que lo suyo siempre fue la conducción. “Hice mi práctica profesional en una empresa de agua potable, donde tenía que hacer planos. No era lo mío, porque no me gustaba estar en una oficina; prefiero siempre estar en terreno y por eso quiero terminar mi carrera acá en RT, donde la inicié”, dice con confianza.
Matilda es la menor de cinco hermanos de un pueblo originario. “Soy parte de la comunidad indígena diaguita de la Región de Atacama, estoy orgullosa de pertenecer a la descendencia de mis abuelos, de mi bisabuela y de muchas generaciones hacia atrás. Así que con orgullo digo que soy una mujer diaguita en la minería”.
También es animalista y vive junto a sus 10 gatos y cuatro perros. “Son mis regalones y los que me esperan día a día en lacasa”, describe animada.
En lo profesional, cuenta que sus aspiraciones personales siempre estuvieron enfocadas a la conducción de camiones, por eso cree que no le costó adaptarse al ambiente laboral de la minería. Al llegar a RT se especializó como operadora de CAEX y actualmente trabaja con los aljibes, específicamente en el riego de los caminos de la mina para disminuir el polvo en suspensión.


“Estoy más que feliz de estar acá. Entré de aprendiz y se lo recomiendo 100% a alguien que quiera ser minero. Es una gran escuela, donde uno aprende muchísimo y se nos da la oportunidad de surgir. Estoy orgullosa de pertenecer a la familia de RT”, describe. “Mi idea es seguir escalando día a día, con esfuerzo y responsabilidad, que es lo importante”, agrega.
¿Qué le parece que hoy cada vez más mujeres sean parte del mundo minero?
Pienso que las mujeres tenemos proyección en todo y podemos hacer el trabajo que hace un hombre sin ningún problema. El tema no es si eres hombre o eres mujer, lo importante es trabajar para nuestro país y generar recursos para Chile. Acá no tenemos puesta la camiseta como hombre como mujer, sino como mineros en general y eso es lo que importa en realidad.

MARO CASTILLO, OPERADOR MAYOR EN RT:
En 2020 comenzó a trabajar en la división, justo el año en que también se casó. Dice que su desarrollo laboral está íntimamente ligado al crecimiento que ha tenido junto a su esposa e hijos. Es un agradecido de la orientación y ayuda de muchos de los compañeros que ha tenido en la división.
Maro Castillo (47) nació en Calama, pero a los ocho meses su madre lo llevó a vivir a La Serena. Allí pasó su infancia y juventud. Estudió en un liceo técnico profesional y comenzó a trabajar. Pero como bien dice, “la tierra llama”, y en su interior quería regresar a Calama a conocer sus raíces y todos los paisajes que le describían: San Pedro, Chuquicamata y Chiu Chiu. Lo hizo cuando cumplió 24 años y se quedó.
Lo mejor de su retorno son las celebraciones cada año, cuenta entre risas. Nació el 23 de marzo, día en que la ciudad conmemora su aniversario, por lo que su cumpleaños inevitablemente es festejado con fuegos artificiales. “Soy uno de los pocos bendecidos con la fecha”, comenta feliz.
Cuenta que llegó a la División Radomiro Tomic a través de la empresa CIMM en septiembre de 1997. Sus tareas eran de apoyo a las operaciones. Después pasó a otra empresa con las mismas funciones, pero al contar con más experiencia ya se desempeñaba como capataz. En 2020 ingresó como trabajador de la división. “Mi ilusión era solamente participar y aprender. Tuve grandes personas a mi lado, que me ayudaron y enseñaron sobre la extracción por solventes y qué significaba trabajar en Radomiro Tomic”, recuerda.
Ese mismo año se casó y hoy su familia la integran sus esposa y dos hijos de 21 y 19 años. “Tengo un especial apego a la división porque me dio la oportunidad como profesional y ha sido un pilar en relación con la salud y la vivienda. Cuando nos casamos, no podíamos tener hijos, lo intentamos por harto tiempo e, incluso, estuvimos pensando en adoptar un bebé. Pero por cosas del destino, en las conversaciones con compañeros me dijeron que en Codelco se podían abrir muchas puertas. Uno, ignorante, a veces desconoce cosas, y me hablaron de los convenios con instituciones, hospitales y clínicas. Gracias a eso mi señora se pudo operar y cumplimos nuestros sueños. Cuando nació mi hija me di cuenta de dónde estaba, que debía aprovechar las oportunidades y dar siempre las gracias”, describe.
Ha sido un crecimiento laboral que ha ido de la mano del personal.


Sí, en conjunto, porque tengo una gran esposa que me ha acompañado y espero que lo siga haciendo hasta que el señor de arriba lo quiera. Han sido muchos momentos de felicidad, de ayuda, hemos surgido tanto en lo laboral como en lo personal, y también como familia. ¿Cuáles son los principales aprendizajes de estas dos décadas en RT? ¿Algo en tema seguridad, por ejemplo?
Tenemos que estar atentos en cada paso que damos. Ver quién está delante y atrás. Siempre hay personas que nos ayudan, que nos facilitan nuestro trabajo, y que guían a otros que vienen detrás de uno. Hay que saber aconsejar, escuchar y guiar, y también agradecer cuando es necesario. Y con la visión de un trabajo seguro en todos los ámbitos.