El mal fundamental

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FUNDAMENTOS BUDISTAS: IKKIO - EL MAL FUNDAMENTAL

SOKA GAKKAI INTERNACIONAL DE CHILE Publicaciรณn no oficial

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EL MAL FUNDAMENTAL

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LAS FUNCIONES DEL MAL

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VENCER EL MAL FUNDAMENTAL

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NO HAY MAL FUNDAMENTAL QUE DURE CIEN AÑOS

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PERO ESE ENEMOGO ¿DONDE ESTÁ?

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NUESTRA PERSONALIDAD ES EN GRAN PARTE INALTERABLE

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LOS APEGOS

33

LOS TRES VENENOS

35

LOS CINCO VENENOS

37

TRES CATEGORÍAS DE ILUSION

41

SOBRE LA QUEJA

44

EL ENOJO

49

LA ARROGANCIA

53

LA ARROGANCIA DEL ESTADO DE IRA

56

LA BATALLA CONTRA LA ARROGANCIA

60

CONVICCIÓN Y SEGURIDAD INTRÉPIDAS: EL CAMINO INVENCIBLE DE MAESTRO Y DISCÍPULO

70

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EL MAL FUNDAMENTAL

cruzados frente al mal, está ayudando y fomentando el mal, y no oponerse es lo mismo que ser su cómplice”. La clave está en no ver la vida como un medio, sino seguir contemplándola como un fin, como un objeto. El rasgo más alarmante de la sociedad de nuestros días es que el poder que brinda la tecnología ha aumentado recientemente hasta una medida sin precedentes y a un ritmo también sin precedentes; en tanto que la escala de la conducta moral —o inmoral— de los hombres que ahora esgrimen ese poder vastamente incrementado permaneció estancada o, tal vez, en realidad, haya declinado. Tenemos conciencia de que es cada vez mayor la brecha que se abre entre el poder y las normas é<cas de conducta. Esa brecha se nos reveló dramá<camente en el descubrimiento de la técnica de la fisión atómica […]. Es di[cil ver de qué manera, en la era atómica, la humanidad podrá evitar el suicidio en masa si no eleva su conducta hasta la que alcanzaron Buda y San Francisco de Asís. El doctor Toynbee sostenía que las normas é<cas —el poder del espíritu totalmente comprome<do con la no violencia

En su propuesta de Paz del año 2000 el Presidente Ikeda expresó: “Desde la perspec<va budista, el verdadero aspecto de la vida se encuentra en su fluir incesante, en la forma en que se generan las experiencias, mediante la interacción entre las tendencias internas y las circunstancias externas. En otras palabras, lo que experimentamos como bien o mal no es algo fijo, sino que depende de nuestras ac<tudes y reacciones. El bien y el mal no son en<dades invariables; el bien con<ene el mal dentro de sí, y lo mismo sucede a la inversa. La comprensión budista de la vida puede ayudarnos a aplicar, en la realidad de la vida co<diana, este ideal que consiste en trascender internamente las diferencias. La clave para generar una cultura de paz d u ra d e ra ya c e e n s u p e ra r l a s modalidades perniciosas del apego a la diferencia (la discriminación) y en propiciar un verdadero florecimiento de la diversidad humana. Y el medio para lograrlo es el diálogo. “El doctor Mar<n Luther King expresó: “Cuando alguien permanece de brazos 3


corporificada por esos exponentes re l i g i o s o s ú n i co s — n o p u e d e n permanecer como inalcanzables “consejos sobre la perfección”, sino que deben ser aplicados para controlar monstruosos productos de la tecnología moderna, como las armas nucleares. […] Debemos tener en cuenta las palabras de este gran erudito, a medida que se agravan las crisis de las armas nucleares y de otras armas de destrucción masiva. He afirmado firmemente que la misión de la Soka Gakkai en la sociedad es emplear el espíritu que surge de las profundidades de la vida para batallar contra esas fuerzas imperantes en el mundo —la violencia, la autoridad, el m ate r i a l i s m o — , q u e co n< n ú a n violando la dignidad humana. En términos concretos, la esencia de dicha batalla espiritual yace en jamás perder la fe en el poder de las palabras, en permanecer comprome<dos con el diálogo, sean cuales fueren las circunstancias. Eso es mucho más di[cil de lo que parece, pues, tarde o temprano, confrontaremos un adversario que prefiere la violencia al diálogo, un mal que rechaza el

lenguaje, que cons<tuye el corazón de nuestra humanidad. Es entonces cuando nuestro compromiso con el diálogo sufre la mayor prueba y demuestra su verdadero valor. […] El mal no necesita que las personas a quienes destruye comprendan la naturaleza que lo anima; contrariamente, la jus<cia no puede funcionar sin comprensión. La jus<cia consta de explicaciones. Implica la necesidad de comprender a las personas malvadas y el mal en sí, para explicar por qué existen. La explicación y la comprensión son posibles a través del poder de las palabras. Sin ellas, la jus<cia y el bien son imposibles de lograr. […] Pero estas dificultades […] no deben lograr que reprimamos nuestra espiritualidad, más allá de la opresiva carga que recaiga sobre nosotros. No debemos callarnos. Permi<r que el bien sea callado facilita la acción del mal. Si, en efecto, somos homo loquens —elevados a la categoría de humanos gracias a la capacidad del habla— no debemos resignar nuestros esfuerzos en bien del diálogo, más allá de la magnitud de la crisis. Con<nuemos la obra de rasgar los velos de la oscuridad, centrándonos 4


siempre en el largo plazo y alzándonos por encima de las emociones en los momentos de angus<a. Debemos esforzarnos con toda nuestra fortaleza de espíritu para con<nuar fomentando el diálogo. Deberíamos hacerlo con la misma convicción que Ernest Hemingway (1899-1961) transmite tan vívidamente en El viejo y el mar: “El hombre no nació para ser vencido. El hombre puede ser destruido, pero no derrotado.

de Satán. Afirma que mientras Satán no sea integrado, el mundo no se curará y el hombre no se salvará. Pero Satán representa el Mal y ¿cómo integrar el Mal? Sólo existe una posibilidad: asimilarlo, es decir, elevarlo a la conciencia, hacerlo consciente. Eso es lo que la alquimia llama «conjunción de dos principios». Porque realmente la alquimia retorna y prolonga el cris<anismo. Según los alquimistas, el cris<anismo ha salvado al hombre, pero no a la naturaleza. El alquimista sueña con curar el mundo en su totalidad: la piedra filosofal es concebida como el Filíus Macrocosmi que cura el mundo. El fin úl<mo de la «obra» alquímica es la apokatastasís, la Salvación cósmica. Jung ha comprendido muy bien que la alquimia, desde sus orígenes hasta su fin, no fue sólo una pre-química, una «ciencia experimental» embrionaria, sino una técnica espiritual. El obje<vo de los alquimistas no era estudiar la Materia, sino liberar al Alma de la materia. Jung llegó a esta conclusión leyendo los textos de los alquimistas clásicos. Se sorprendió ante la s e m e j a n za e n t r e l o s p ro c e s o s alquímicos por los cuales se pensaba

“En Oriente y Occidente, tanto en el pasado como en la actualidad, se han esgrimido argumentos filosóficos acerca del bien y el mal. Sin entrar en esas perspec<vas, la clave está en no ver la vida como un ‘medio’ sino seguir contemplándola como un ‘fin’, como un ‘obje<vo’. Esta es la premisa fundamental. El bien está en hacer brillar y enriquecer la vida tan noble y pura; el mal está en conver<r la vida en un medio y producir su deterioro.”[2] Jung sos<ene que el gran problema de la psicología es la reintegración de los contrarios: eso se encuentra por todas partes y en todos los niveles. Ya en su libro Psicología y alquimia (1944) tuvo ocasión de ocuparse de la integración 5


obtener la piedra filosofal y las imágenes en los sueños de algunos de sus pacientes que, sin darse cuenta, estaban trabajando en la integración de su personalidad. En estudios acerca de la alquimia asiá<ca publicados entre 1935 y 1938, se muestra que las operaciones de los alquimistas chinos e indios perseguían igualmente la liberación del alma y la «perfección de la materia», es decir, la colaboración del hombre en la obra de la naturaleza. Esta convergencia de resultados adquiridos en ámbitos diferentes y por métodos diferentes parece una confirmación manifiesta de la hipótesis de Jung. El misterio de la conjunción, misterio central de la alquimia, persigue justamente la síntesis de los opuestos, la asimilación del «Negro», la integración del Diablo. Para el cris<ano « d e s p i e r to » e s o co n s< t u ye u n acontecimiento psíquico muy grave, pues es la confrontación con su « S o m b ra » : é s t a r e p r e s e n t a l a «negrura» (nigredo), lo que permanece separado, es decir, lo que jamás podrá ser totalmente integrado en la persona humana. Al interpretar la confrontación del cris<ano con su «Sombra» en

términos psicológicos, se descubre el miedo secreto de que el Diablo sea más fuerte, de que Cristo no haya logrado vencerle completamente. De otro modo, ¿por qué se ha creído, y se con<núa creyendo, en el An<cristo? ¿Por qué se ha esperado, y se espera aún, la llegada del An<cristo? Pues sólo después del reino del An<cristo y después de la segunda venida de Cristo, el Mal será vencido defini<vamente en el mundo y en el alma humana. Todos estos símbolos y creencias son solidarias en el plano psicológico: siempre hay que luchar contra el Mal, con Satán, y vencerle, esto es, asimilarlo, integrarlo en la conciencia. En el lenguaje alquímico la materia sufre hasta la desaparición de la nigredo, cuando la «aurora» es anunciada por la cauda pavonis y aparece un día nuevo, la leukosis, albedo. Pero en ese estado de «blancura» no se vive en el sen<do propio del término. De algún modo, es una especie de estado ideal, abstracto; para vivificarle se necesita «sangre» y hay que obtener lo que los textos alquímicos llaman la rubedo, lo rojo de la Vida. Sólo la experiencia total del ser puede transformar ese estado «ideal» 6


del albedo en una existencia humana integral. Sólo la sangre puede reanimar una consciencia gloriosa en la que se ha disuelto el úl<mo rastro de la «negrura» en la que el Diablo ya no <ene una existencia autónoma, sino que se incorpora a la unidad profunda de la psique. Entonces la «obra», el opus magnum de los alquimistas, ha sido realizada: el alma humana está perfectamente integrada... La integración del «Mal» cons<tuye para Jung el gran problema de la consciencia moderna. Algunos le han reprochado su esfuerzo orientado a la Unidad Total, a costa de sacrificar las polaridades, la abolición de contradicciones, la integración de Satán. Pero Jung no pretende hacer ni teología ni filoso[a de la religión. No se ocupa de lo que trasciende el contenido psicológico de la experiencia humana. Ni siquiera se plantea el problema de saber si es posible semejante trascendencia, pues en todos los casos lo transpsicológico ya no es asunto del psicólogo. Ahora bien, en el plano psicológico, se enfrenta con experiencias religiosas que poseen una estructura y un simbolismo suscep<bles de ser interpretados. Jung

considera que la experiencia religiosa es real, es verdadera. Comprueba que semejantes experiencias pueden «salvar» el alma, pueden acelerar su integración e instaurar el equilibrio espiritual. Como psicólogo comprueba que el estado de gracia existe: es la perfecta serenidad del alma, el equilibrio creador, fuente de energía espiritual. Sin dejar de hablar como psicólogo, corrobora que la presencia de Dios se manifiesta en la estructura profunda de la psique como una coinciden<a oppositorum. Y toda la historia de las religiones, todas las teologías están ahí para confirmar que la coinciden<a oppositonim es una de las fórmulas más u<lizadas y más arcaicas para expresar la realidad de Dios. Como decía Rudolf Oxo, la experiencia religiosa es numinosa, y Jung como psicólogo dis<ngue esa experiencia de las otras por el hecho de que trasciende las categorías ordinarias de <empo, espacio y causalidad. Estudia la sincronicidad, la «ruptura del <empo», y comprueba que está muy cerca de la experiencia numinosa: espacio, <empo y causalidad, en el sen<do lineal de esta úl<ma palabra, están abolidos. No 7


pretende Jung establecer ningún juicio de valor acerca de la experiencia religiosa. Comprueba que el conflicto interior es siempre fuente de crisis psicológicas profundas y peligrosas; tan peligrosas que pueden destruir la integridad humana. Psicológicamente, ese conflicto interior se manifiesta por medio de las mismas imágenes y por el mismo simbolismo ates<guado en todas las religiones del mundo y u<lizado también por los alquimistas. De ese modo llega a ocuparse de la religión, de Yahvé, Satanás, Cristo, la Virgen. Comprende muy bien que un creyente vea en esas imágenes algo diferente de lo que él, como psicólogo, puede ver. La fe del creyente es una gran fuerza espiritual y es la garanya de su integridad psíquica. Jung como médico se ocupaba de la curación de sus semejantes. Parya del supuesto de que la fe y sólo ella ya no tenía el poder de curar a ciertos seres. El mundo moderno está desacralizado y por eso está en crisis. El hombre <ene que volver a descubrir una fuente más profunda de su propia vida espiritual. Pero para ello <ene la obligación de luchar contra el Mal, de enfrentarse con su «Sombra», de integrar al

«Diablo». No hay otra salida. Por eso Yahvé, Job, Satanás, representan psicológicamente situaciones ejemplares: son como los paradigmas del eterno drama humano. ¡“La verdadera en<dad de todos los fenómenos (en japones: shoho jisso, eje del Sutra del Loto), nos enseña a ver que todos los fenómenos, en su magnífica diversidad, poseen una en<dad verdadera y equita<va. Es algo fácil de decir, pero muy di[cil de poner en prác<ca. (...) Nuestra filoso[a es una enseñanza de lucha sin límites, donde se gana o se pierde. El verdadero aspecto de la vida y la sociedad puede hallarse en la lucha eterna entre el bien y el mal, entre la naturaleza de la iluminación y la oscuridad, la felicidad y el sufrimiento, la paz y la guerra, la creación y la destrucción, la armonía y el caos. Por ende, el único camino es batallar. La única opción es vencer. De aquí que uno de los ytulos honoríficos del Buda sea ‘El Victorioso’. El bien y el mal no son en<dades absolutas, sino conceptos rela<vos. Por ende, no puede decirse que una persona determinada sea intrínsecamente buena o mala. Makiguchi sensei, fundador de la Soka Gakkai, manifestó: 8


“Aun una persona mala que se opone al gran mal, inmediatamente pasa a ser alguien de gran bondad�. [

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LAS FUNCIONES DEL MAL

dramáticamente. Nuestra vida brillará. Y hasta las tendencias que antes considerábamos como debilidades serán

El presidente Ikeda comenta que todas

iluminadas como fortalezas.

las personas quieren brillar, hacer lo mejor que pueden. ¿Y como

¿Cada uno de ustedes sabe cual es ese

conseguimos esto? Según él, luchando

mal fundamental que le impide ser feliz?

contra el mal fundamental que existe en

Ese es, como el presidente Ikeda

nuestra vida, esta es la cuestión

advierte, un punto fundamental para

fundamental que se encuentra en la raíz

realizar la propia revolución humana.

de nuestros problemas… (…)

Existen muchas perversidades que “nos

Sensei comenta “En nuestra revolución

atacan”y ni siquiera lo percibimos.

humana tenemos también “un mal

Conozca a continuación, las diez fuerzas

fundamental “….una falla básica – que

que intentan impedir nuestra práctica de

impide nuestro crecimiento personal.

la fe. Para vencer al enemigo, primero es

Algunos de ustedes pueden pensar que

preciso conocerlo.

tienen muchas fallas, pero en muchos casos todas esas fallas se originan de

una falla fundamental,-por ejemplo,

Las 10 fuerzas que intentan impedir la prácAca de la fe

cobardía, grosería, sentimentalismo,

temperamento irascible etc..

En “Carta a No Ama Gozen” (Gosho Zenshu, pág. 1.224) Nichiren Daishonin

Debemos tomar conciencia de esa falla

dice que el Demonio del Sexto Cielo irá a

fundamental o mal de nuestra vida, orar

utilizar diez fuerzas para intentar apartar

con toda sinceridad y luchar para

a los practicante del Budismo de Nichiren

superarla. Esta es la practica de la

Daishonin.

revolución humana .No conseguiremos ningún avance en tanto llevemos una

La forma para prevenirnos contra esas

vida sin objetivos. La práctica es lo que

“fuerzas” maléficas es saber identificarlas

importa. Si podemos superar nuestra

rápidamente

falla fundamental, todo se abrirá 10


1. Yakubou: Corresponde a los deseos

de mayor influencia en el practicante,

mundanos. Ella hace que las

como la madre, esposa, el marido o

personas se apeguen a esos deseos

los hijos que se oponen

al punto de apartarse de la práctica

insistentemente a la práctica de la fe.

de la fe. “No voy a hacer esa práctica 5. Suimin: Puede ser interpretada como

porque preciso ganar dinero y para

el sueño, el que surge en el momento

mí, eso es lo más importante”. Por

de la oración. El objetivo del Demonio

medio de pensamientos de ese tipo

del Sexto Cielo es apartar a los

es que actúa esa fuerza, obstruyendo

practicantes de la fe y eliminarlos de

la práctica.

una vez. Entonces, esa fuerza actúa 2. Ushuu: Ella provoca en las personas

causando, por ejemplo, el desgano o

un fuerte desánimo, sin que exista

agotamiento físico; la necesidad de

una causa aparente para eso. Esas

dormir más o simplemente la falta de

personas son tomadas por

atención que provoca accidentes.

pensamientos como “Antes recitaba

Podemos decir que las muertes

de dos o tres horas de Daimoku, mas

causadas por descuidos o por la falta

ahora ni siquiera tengo voluntad de

de atención son acciones de esa

recitar cinco minutos.”. Son

fuerza. Es por ese motivo que el

dominadas por la melancolía y

presidente Ikeda siempre nos orienta

acaban por dejar la práctica por

para tomarnos el máximo cuidado con

completo.

respecto a la falta de descanso y el agotamiento.

3. Kikatsu: Es una fuerza que actúa sobre el cuerpo de las personas

6. Fui: El miedo. Influenciados por esa

causando dolores, incómodos o

fuerza, a pesar de saber que es

deficiencias físicas, impidiéndoles

necesario luchar contra estas

recitar Daimoku o participar en las

perversidades, las personas no tienen

actividades.

coraje para enfrentarlas. Un ejemplo es la persona que no se ubica con

4. Katsuai: Es una fuerza que actúa

respecto al movimiento del Kosen-

sobre las personas más próximas o 11


rufu como practicante del Verdadero

luchar en el presente. “En el pasado

Budismo.

realicé cien Shakubukus!”, hoy, las cosas están “muy raras” por eso no

7. Guike: Ella actúa como la duda,

practico más”. ¡Ah, antes todo era

penetrando en el corazón de las

maravilloso, por eso yo luché!. Así se

personas por medio del pensamiento

vanaglorian del pasado y critican el

como: “Actualmente estoy

modo en que las actividades son

encontrando las orientaciones de la

conducidas en el presente. De las

Soka Gakkai muy extrañas…”,

diez fuerzas, esta puede ser

generando sospechas en relación al

considerada una de las más

camino correcto.

peligrosas.

8. Shinni: Está representada por la ira o

10. Jikou betsujin: Es la arrogancia. Las

por la rebelión. Por ejemplo: todos

personas dominadas por esta fuerza,

sabemos que debemos seguir la Ley

se colocan a sí mismas en un

y no a las personas. Mas, tomadas

pedestal y menosprecian a los

por esas fuerzas, algunas acaban

demás. Hacen creer a los demás que

apartándose de la organización

solamente ellas tienen razón y no

debido a la discordancia con los

aceptan ningún consejo.

compañeros líderes. Esa fuerza también puede manifestarse en forma de envidia. Surgen en la mente de las personas como: “tengo más tiempo de práctica que fulano, mas el fue nombrado para un cargo por encima del mío. Eso es injusto. No voy a practicar mas esa religión!” 9. Riyou Koshou: Ella actúa sobre las personas mas veteranas. Son personas que terminan presas de las glorias del pasado y se olvidan de 12


VENCER EL MAL FUNDAMENTAL

dirigio en silencio a su maestro; “¡sensei! (maestro). El 28 de enero, finalmente, comenzare mi travesía por el kosen-rufu de Asia, una tarea que usted me lego. En su nombre, enviare la luz de la felicidad al pueblo de Asia…”

La nueva revolución humana por Daisaku Ikeda

1961. con este nuevo programa, unas seis mil personas visitarían cada día el taiseki-ji; algunas lo harían durante una sola jornada, y otras, deberían hospedarse por la noche en el templo. Esto incluía a miembros que viajaban desde regiones distantes, como Hokkaido, en el norte, y Kyushu, en el sur.

El rostro del maestro, que tanto había querido el bienestar del pueblo asiá<co, apareció claramente en su memoria. ¬ El 2 de enero, al atardecer, se reunió la junta direc<va de la Soka Gakkai y, por unanimidad, dispuso a designar, como nuevos integrantes, a dos responsables de la división de jóvenes: eisuke akizuki y Yusuke Yo s h i k a w a . L u e g o , h u b o u n a conferencia sobre el gosho y un encuentro de orientación para los jóvenes. Al día siguiente, en la reunión nacional de responsables del cabildo, en el Templo principal, el presidente Yamamoto anuncio la decisión que se había adoptado.

La noche anterior a su par<da, Shin’ichi tuvo dificultades para dormir. Su mente estaba llena de pensamientos sobre los miembros que viajarían largas horas en trenes y ómnibus para llegar al Taisekiji. Por momentos, lo vencía el cansancio, pero su dueño era ligero. Cada vez que se despertaba, invocaba daimoku en el corazón para que no hubiera accidentes. Llego al templo principal poco antes del mediodía del 2 de enero. Oro ante el Dai-gohonzon, vibrando de emoción; luego, se dirigio a presentar sus respetos ante la tumba de Josei Toda. De pie, con las palmas de las manos unidas y hondamente conmovido, se

De ese modo, los integrantes del cuerpo de directores, incluyendo al presidente, sumaban vein<trés. Shin’ichi había recomendado a Akizuki y a Yoshikawa para ocupar ese puesto.

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Para que la organización se desarrolle, es esencial tener siempre energía nueva y fresca e ideas innovadoras, que rompan los muros de la monotonía y las formas an<cuadas. Para ello, es fundamental contar con la vitalidad y la fortaleza de la juventud.

A los tres años, Nakagawa había sido atacada por una enfermedad llamada erisipela, por lo que le habían tenido que amputar la pierna derecha a la altura de la rodilla. En el sep<embre anterior (1960), al establecerse el cabildo Mito, Shin’ichi había sen<do la ac<tud sincera y el compromiso con la fe de Nakagawa y la había designado responsable de cabildo de la división juvenil femenina. También había considerado el hecho de que tenía una hermana menor que la apoyaba y que siempre estaba a su lado para ayudarla en todo.

Shin’ichi oro para que los miembros de la división de jóvenes asumieran la plena responsabilidad de la Soka Gakkai tan pronto como fuera posible, de modo que pudieran dar origen a una nueva época. Incluso durante su visita al Templo principal, se hizo el <empo para conversar con sus integrantes, y brindo todo de sí para entrenarlos y desarrollarlos.

En oportunidad de entrevistarla para el nombramiento, Shin’ichi le había dicho:

Durante uno de esos diálogos, Masako Nakagawa, una responsable de la división juvenil femenina (DJF) de mito, prefectura de Ibaraki. Quien había pedido una pierna, le dijo con expresión angus<ada:

-jamás debes retroceder u<lizando tu invalidez como excusa. La fuerza de la victoria yace en una decisión firme. También debes u<lizar tu sabiduría y tu ingenio. Pide el apoyo de tu hermana. Me gustaría que ambas unieran su energía y trabajaran juntas, como las dos ruedas de un carro.

Sensei, simplemente no puedo hacer ac<vidades como los demás. He hecho lo mejor que pude, en verdad. Pero no eh podido obtener los resultados que esperaba. Pienso que ser responsables de cabildo de la DJF está más allá de mis posibilidades.

Habían transcurrido solo tres meses desde que le había dicho esas palabras. Shin’ichi era bien consciente de cuán di[cil debía de ser la tarea para Nakagawa. Por un momento, se sin<ó 14


inclinado a ensalzarla, a protegerla de ulteriores dificultades y permi<rle renunciar a su posición. En cambio, hizo un esfuerzo, y le dijo en tono firme:

gente. Siempre había una pizca de desdén en las miradas de las personas que la veían pasar. De algún modo, esa ac<tud le había hecho sen<r que su presencia, como responsable de Gakkai, actuaba en desmedro de la organización.

-¡hablas como si yo fuera el culpable, por haberte asignado un cargo en la primera línea!

Pero la orientación de Shin’ichi había sido inesperadamente dura.

¬ Shin’ichi observo a Masako Nakagawa con mirada penetrante.

Nakagawa no sabía en que se había equivocado. La palabra “cobarde” le había atravesado el corazón y resonaba con insistencia en sus oídos.

-tu ac<tud como responsable de la división juvenil femenina es lamentable. ¡No me agradan los cobardes!

Shin’ichi sabía muy bien lo que ella estaba sin<endo. Pero también sabía que su conmiseración no la beneficiaria. Nakagawa necesitaba a d q u i r i r f o r t a l e z a i n t e r i o r. Probablemente, en el futuro, volvería a ser discriminada debido a su invalidez. La realidad no era ciertamente un lecho de rosas. Si ella permiya que cada incidente la hiriera y la paralizara, no podría ser una vencedora en la vida. La prác<ca budista consiste en desarrollarnos y fortalecernos, para así vencer las debilidades.

Sin decir más, con<núo con la siguiente pregunta de la audiencia. Nakagawa estaba atónita. Había manifestado sus sen<mientos, luego de un profundo y doloroso examen de conciencia. Constantemente la asaltaban dudas sobre su capacidad como responsable de la FJF. Por ejemplo, cuando tenía que visitar a los miembros, solo podía llegar a uno o dos hogares en el día, mientras que otras responsables visitaban varios más. Cuando iba a apoyar las ac<vidades de propagación, con frecuencia senya la indiferencia de la

La ley de nam-myoho-renge-kyo es imparcial. La incapacidad [sica no es obstáculo para que una persona 15


resplandezca como ser alcance la condición felicidad suprema. Para desa[o estaba en precisamente eso.

humano y al de vida de Nakagawa, el demostrar

estrictas. Su propósito era forjarlos, fortalecerlos y conducirlos hacia un estado de felicidad indestruc<ble. Su severidad nacía de una misericordia y un amor profundos, producto de su preocupación por la dicha y el bienestar del individuo. Cuanto más estrictas eran sus palabras, más amargas eran las lágrimas que inundaban su corazón.

Shin’ichi había adoptado, deliberadamente, una ac<tud estricta, co n l a e s p e ra n za d e q u e e l l a construyera una personalidad sólida, que no pudiera ser derrotada por nada. El propósito del entrenamiento era no solo extraer el potencial de la persona, sino también ex<rpar, a través de una rigurosa lucha espiritual, el “único mal” – la falta fundamental – que está latente en la vida de cada uno y que es la causa de todo sufrimiento.

Los jóvenes comprendían esto muy bien. Así pues, las reprimendas no los alejaban ni los cohibían; por el contrario, se acercaban a Shin’ichi sin temor y buscaban su guía con mayor decisión. Esa era la fortaleza de una unión basada en el lazo de confianza entre maestros y discípulo.

Se quedó pensando en Nakagawa, incluso después de finalizada la reunión. Esperaba que ella entendiera la impotencia de su orientación y que, sin falta, se desafiara nuevamente. Shin’ichi había adoptado esa severa ac<tud porque sabía que exisya un lazo de confianza que lo respaldaba.

Después de la reunión, Shin’ichi hablo con Minoru Suzumoto, el director de la Soka Gakkai encargado de la prefectura de Ibaraki. Aunque hoy reprendí a la responsable de la división juvenil femenina de Mito, sé que no es cobarde. Está haciendo realmente un trabajo maravilloso. Si tan solo pudiese impulsarse un poco más y romper su caparazón, estaría en el camino hacia la verdadera felicidad. Tal vez, en este

¬ Los jóvenes de la Soka Gakkai respetaban al presidente Yamamoto como maestro en el budismo y en la vida. Por eso, muchas veces las orientaciones que este les daba eran 16


momento, este triste y desalentada, pero tengo plena confianza en que, tan pronto regrese a su casa, comenzara a esforzarse con una nueva decisión.

pensamiento era más de lo que podía soportar. En ese preciso instante, llego el director Suzumoto. Para darle ánimo, le conto lo que Shin’ichi le había dicho:

“Está lidiando muy duro con su karma y, p o r e l l o , e x p e r i m e n t a m a s dificultades que nadie. Con seguridad, esta lucha hará de ella una responsable maravilla, que comprenderá verdaderamente el sufrimiento y el dolor de otros. Ella es un valioso tesoro. Por favor, aliéntela por mí”.

Sensei me dijo que él sabe que no eres cobarde, y <ene la esperanza de que saldrás adelante. Te hablo como lo hizo porque quería que reaccionaras y te pusieras de pie. Nakagawa sin<ó que un haz de luz iluminaba la desolada oscuridad de su corazón. Una diáfana sonrisa apareció en su rostro y lloro otra vez, pero esta vez con lágrimas que expresaban su compromiso y una sana alegría. Desde aquel día, se levantó resueltamente, y volvió la espalda al abismo de la “autocompasión” donde había estado.

Entretanto, Masako Nakagawa había regresado al templo-albergue en el que se alojaba su grupo. Se puso a invocar daimoku, y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Entonces, recordó las palabras que Shin’ichi le había dicho en la entrevista para su nombramiento, un año atrás: “¡jamás debes retroceder!”. ¡Y allí estaba, p e n s a n d o e n re n u n c i a r ! To m o conciencia de su flaqueza, de su innegable cobardía.

Así, desde el inicio del nuevo año, Shin’ichi no desperdicio un instante: alentó a los jóvenes con el mayor ahínco.

Pensó: “¡Que pusilánime soy! Cedi ante mis temores y mi debilidad. Me volví < m o rata . S e n s e i l o p e rc i b i ó y desenmascaro mi cobardía… ¡cuán molesto debe estar conmigo! Ese

¬ Todas las cosas, incluidas nuestros desa[os en la vida y las a c < v i d a d e s p o r e l ko s e n - r u f u , dependen del poder y la firmeza de la determinación. La causa de la derrota no se encuentra en los obstáculos que 17


enfrentamos o en la gravedad de las circunstancias, sino únicamente en la mengua o en el colapso de nuestra decisión. Desde que había asumido la presidencia, Shin’ichi Yamamoto había logrado resultados sin precedentes en la propagación, gracias a su firme voluntad, su orgullo y su constante compromiso como discípulo de Josei Toda. El motor que lo impulsaba, lo que yacía en el centro de cada pensamiento, era su promesa: ¡sin falta, concretare el sueño de Sensei!”.

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NO HAY MAL FUNDAMENTAL QUE DURE CIEN AÑOS

-pero, ¿usted esta seguro de que se le cayeron aquí? El otro respondió parcamente:

El farol y las llaves

-no, en realidad, las perdí varios metros mas alla, pero busco acá porque hay mas luz.

Una anécdota popular cuenta la historia de un hombre que, una noche buscaba algo arrodillado sobre la vereda de una calle perdida, justo debajo de un farol. Con mucho ahinco, aquel hombre revisaba toda la superficie, miraba aquí y allá, aunque al parecer, sin mucha suerte. Ocurrió entonces que otro hombre que pasaba por allí, al verlo, le dijo amigablemente:

Esta historia parece mas bien una anécdota jocosa que algo cierto. Sin embargo por mas tonto que paresca el razonamiento de aquel hombre, no debería llamarnos la atención que, en muchas ocasiones, los seres humanos actuemos de ñla misma manera. Obviamente, eso ocurre de forma mas su<l, pero lo cierto es que ocurre.

-buenas noches, ¿ha perdido usted algo?

“El” problema

El hombre arrodillado le respondió El budismo habla de “mal fundamental”, para designar la debilidad que reside dentro de cada uno y que; generalmente es, la responsable de muchas de las situaciones que nos molestan o de los sufrimientos que nos aquejan. Por eso es tan importante reconocerlo tal cual es y atacarlo. Cuando, en lugar de hacerlo asi, lo negamos, ponemos excusas o buscamos soluciones

-si, perdí las llaves de mi casa y no las puedo encontrar. El transeúnte se quedo mirando el suelo un instante, tratando de “dar una mano”; repaso la vereda con la vista, pero tampoco dio con el manojo de llaves, hasta que finalmente volvió a interrogar al que estaba de rodillas en el piso:

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alterna<vas, nos estamos comportando como aquel hombre debajo del farol.

lejos de reprobarlo, quien ayudaba a nuestro protagonista se haya unido a el para buscar la llave en ese lugar mas iluminado. Aunque absurdo, quizás ese sea el desenlace mas probable. La historia colec<va del ser humano y la individual de cada uno demuestran que, usualmente, tal es la ac<tud que asumimos cuando se presentan los “problemas gordos” o cuando surge la “tendencia fundamental” de nuestra vida

En uno de sus escritos, el buda Nichiren Daishonin se refiere al mal fundamental de una manera contundente: “en lugar de ofrendar diez mil oraciones para remediar la situación, lo que hay que hacer es erradicar la situación, lo que hay que hacer es erradicar esta única doctrina nefasto, que es la causa fundamental de todos los problemas”.

El budismo no es una doctrina complaciente con las debilidades del hombre. La fe explicada en El Sutra del Loto no lleva a esconder la cabeza ante las dificultades que presenta la vida humana. De hecho, esta doctrina rechaza las respuestas fáciles y cómodas.

Esa expresión estaba des<nada a poner en evidencia a quienes, bajo el manto de una enseñanza, escondían su verdadero rostro y sojuzgaban a la población de ese entonces. En la actualidad, la sociedad también posee su “mal fundamental”, en sen<do especifico. Y si tal cosa sucede con la totalidad de los seres humanos es porque, individualmente, cada uno de nosotros <ene su cuota de ese mal que se hace imprescindible erradicar para lograr una vida mas plena, tal como nos gustaría vivirla.

El budismo nos dice que la vida es cues<ón de vencer o de fracasar. Cuando uno libra batalla contra un enemigo poderoso, o triunfa o sale vencido; no hay mas <ntas. Luchar contra nuestras propias funciones nega<vas es un aspecto inevitable en el b u d i s m o . D e a c u e rd o co n s u s enseñanzas, uno llega a manifestarse como un buda cuando consigue ganar

Volviendo al cuento del farol y de las llaves, nada nos dice el relato acerca de como siguió ese encuentro. Quizás, 20


esa batalla. Asi pues, no queda otra alterna<va que vencer. Justamente, porque la enseñanza budista sos<ene que es posible triunfar en la con<enda contra nuestro propio mal fundamental.

sufrimiento, que significa no estar jamas en condiciones de resolver nada…por muchas tác<cas o estrategias que se nos ocurran. Al respecto, Daisaku Ikeda señala: En nuestra revolución humana, cada uno de nosotros posee un “mal fundamental” , una debilidad profunda, que se interpone en el camino de su desarrollo personal. Algunos pensaran que están llenos de defectos, pero en la mayoría de los casos, todas las limitaciones suelen derivar de una sola debilidad fundamental. Por ejemplo, la cobardía, la grosería el temperamento excesivamente emocional, el mal carácter o cualquier otro defecto.

No se trata de tener muchos defectos, sino uno, pero importante. Si hasta este tramo de la nota uno todavía siente fuerzas para con<nuar, lo invitamos a que reflexione y saque sus conclusiones, ya dispuesto a destruir el “maldito mal fundamental” y a empezar a buscar las llaves donde realmente deben de haberse caído.

Hay que tomar conciencia de cual es nuestro defecto básico, nuestro mal primordial; invocar daimoku con todo el corazón y no esca<mar ninguna acción para erradicarlo totalmente. Esa es la prac<ca de la revolución humana. No lograremos ningún progreso mientras andemos por la vida flotando sin rumbo fijo. La prac<ca es lo que cuenta. Si uno logra superar su mal fundamental vera que la realidad se habre insospechadamente. Y su vida

En el mundo en que vivimos, todo parece resolverse con argucias, engaños y tác<cas hábiles. Pero, en la guerra contra la nega<vidad, no hay como “zafarse”; es una con<enda esencial, donde las estratagemas resultan inservibles, porque la lucha se basa en la estricta ley de causa y efecto que opera en el interior de la vida. No luchar contra “ese único” mal que menciona el Daishonin, es decir; contra la causa fundamental de todo 21


comenzara a resplandecer. Hasta las tendencias que antes veíamos como fallas, cambiaran de polaridad y de iluminaran con la fuerza de un elemento a favor.

Nichiren Daishonin señala: “la creencia corresponde a la verdad eterna e invariable[…] la comprensión corresponde a sus funciones, de acuerdo con las circunstancias variables.

¿Qué tal? Seguro que después de estas palabras, mas de uno habrá respirado un poco mas aliviado y habrá cobrado las ganas de con<nuar esta inves<gación sobre el mal fundamental…¿pero donde estarán las llaves?

Y, en otro pasaje menciona: “la creencia representa el valor o el precio que adjudicamos a una joya o a un tesoro; la comprensión representa la joya en si. A través de la creencia, podemos adquirir la sabiduría de los budas del pasado, el presente y el futuro”

Otro de los principios fundamentales de nuestra búsqueda es reconocer que “el budismo es acción”. Es inadecuada la visión que lo describe como una filoso[a pasiva, de contemplación inac<va. ¡nada que ver: acción! Y actuar lleva a la reflexión interior. En verdad, en la esencia mas genuina del budismo se encuentra la conjunción de acción y reflexión.

La fe que hay que desarrollar para erradicar el mal fundamental no es una fe ciega. La creencia y la comprensión distan de ser opuestos, ambas expresiones son inseparables e interac<vas. La creencia conduce a la comprensión, y la comprensión consolida la creencia.

Creer o reventar

A través de ese ciclo interminable, uno consigue cul<varse a si mismo y superarse constantemente. Tal es el re s u l ta d o d e l a c re e n c i a y l a comprensión.

Del mismo modo, lo que permite eliminar la raíz de nuestro mal fundamental es la fe que conjuga “creencia” y “comprensión”, tal como lo explica el Sutra del loto. Al respecto, 22


Oscuridad fundamental vs. Iluminación esencial

Cuantos mayores son las adversidades que caen sobre él, mayor es su deleite, debido a que posee una fe inquebrantable. ¿Acaso el fuego no arde con mas brío cuando se le agrega leña? Todos los ríos confluyen en el océano, pero ¡acaso este les devuelve sus aguas? Las corrientes de la gran adversidad se precipitan en el océano del devoto del Sutra del Loto, pero este no las rechaza ni las cues<ona, tal como el océano tampoco rechaza los ríos. Si no fuera por las aguas que fluyen, no habría océano. De la misma forma, sin sufrir grandes obstáculos uno no podría ser de voto del Sutra del Loto.

En defini<va, se trata de una batalla contra uno mismo. En cada ámbito de nuestra vida, es una con<enda entre nuestras debilidades y nuestras fortalezas. El budismo lo llama e n c r u c i j a d a e nt re e r ra d i ca r l a “oscuridad fundamental” y hacer que los seres humanos tomen conciencia de su “iluminación esencial”. Tal iluminación existe en un nivel profundo de nuestro ser, que el intelecto o la razón por si solos no consiguen revelar, pues operan en un nivel más superficial de la vida.

Lo que dice el Daishonin es que las dificultades son una oportunidad para que logremos la budeidad. Siguiendo dicho razonamiento, cuando enfrentamos problemas, deberíamos regocijarnos, pues esa es una oportunidad de oro para pulverizar nuestro “mal fundamental”.

Por ello, la oración en el budismo no es un ejercicio intelectual; es un acto que involucra toda la vida. Es la vida en sí misma. El budismo enseña que la oración que irrumpe desde lo más hondo de nuestro ser jamás deja de generar un efecto como respuesta En otro de sus escritos, el Daishonin instruye que los prac<cantes del budismo deben tener un “espíritu oceánico”, capaz de afrontar con bravura toda suerte de obstáculos y de sufrimientos:

Orar con toda la vida La oración nos permite también empeñarnos para que los demás puedan enfrentar su propia debilidad 23


fundamental. La postura de basarnos en el daimoku como factor primordial en toda circunstancia, es decir, orar sinceramente antes de llevar acabo una acción, representa en si misma la suprema sabiduría y la fuente de mayor potencial que podemos extraer de nuestro interior.

sufrimiento, sin permi<r que el miedo a enfrentarlo nos haga jus<ficarnos. A propósito: al final aparecieron las llaves!

Para finalizar, y luego de tantos conceptos teóricos, estamos en condiciones de hacer un ejercicio de tres pasos: 1) Reconocer que todos tenemos “un manojo de llaves perdidas”: pensar en alguno de esos problemas o sufrimientos que siempre rondan en nuestra vida, por mas duro que sea reconocer que existen. 2) Deja de buscar debajo del farol; reflexiona acerca de las excusas que siempre nos ponemos al respecto, como por ejemplo “yo soy asi” o “a esta altura de mi vida, no me pidas que cambie” o “al menos, ta me acostumbre”… 3) Correr el farol hacia donde están las llaves: orar y hacer ac<vidades con la decisión de cambiar, de una vez y para siempre, eso que nos causa 24


PERO ESE ENEMOGO ¿DONDE ESTÁ?

Justificaciones En el relato del ermitaño y su asistente, este úl<mo pretende explicar su fracaso recurriendo a una larga serie de jus<ficaciones y explicaciones. Pero nada de esto alcanza para disolver su sensación de amarga derrota y arrepen<miento. “fue tan grande la aflicción de hombre por haber defraudado a su maestro en el cumplimiento del deber, que paso el resto de su vida atormentado y falleció embargado de sufrimiento”, dice el Daishonin.

Pero ese enemigo, ¿Dónde está? En nuestro propio ser. Lo que nos aleja de nuestro punto de fortaleza, lo que distorsiona el inchinen de nuestra budeidad, es la inercia o la negligencia en la lucha contra el propio mal.

Por eso es tan importante el dialogo estricto y sincero, que nos ayuda a monitorear nuestro corazón, hasta esos rincones que nuestra propia cobardía no nos deja mirar de frente. Solas, nos exponemos a ser manipuladas por la mente, atribuirle al gohonzon lo que nuestra propia ilusión nos dicta al oído. Pero si poseemos buenos amigos de la fe y tenemos espíritu de búsqueda, podemos reconocer más fácilmente las trampas de nuestro frágil yo.

La debilidad suele recurrir a un arsenal de jus<ficaciones. También jus<ficamos nuestros sen<mientos de rechazo y antagonismo hacia otras personas. Pero el gosho dice que las cosas son lo que son, no lo que decimos que son. Cuando uno fracasa, más allá de todas las explicaciones que pueda dar, lo cierto es que ha sido vencido por su propia debilidad. Por eso, el Daishonin afirma en un escrito: “el principal criterio que <ene en cuenta el budismo se refiere a la victoria o la derrota”.

De hecho, los dos factores que dis<nguen al verdadero discípulo, según el presidente Ikeda, son el “juramento ardiente” y el “espíritu de búsqueda ilimitado”.

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Fe para vencer la propia negatividad

Otro punto interesante que pone de relieve está escrito es la relación de compromiso mutuo entre un maestro y sus discípulos.

¿Estamos siendo vencidas por nuestras flaquezas? ¿Nos está ganando la par<da nuestra inclinación destruc<va? ¿Nuestra fe y nuestra ac<vidad por el kosen-rufu se están llenando de impurezas, enfrentamientos, sen<mientos indignos?

En el budismo de Nichiren Daishonin, se plantea un vínculo llamado “inseparabilidad”. Lejos de ser un lazo donde predomina la admiración pasiva, la idolatría, la observación lejana de lo mucho que lucha el maestro, aquí se habla de otra cosa.

¿ O, p o r e l co nt ra r i o, e sta m o s enfocando la mirada en nuestro propio terreno por resolver?

Un verdadero maestro construye un ideal, una visión, junto a discípulos que arden con su mismo deseo, que se basan en un mismo juramento y que asumen el mismo grado de compromiso o responsabilidad por el kosen-rufu.

La fe existe, más que nada, para que cada uno luche contra las funciones nega<vas, y a par<r de esta victoria co<diana, despliegue los recursos luminosos de su Budeidad.

Fuera de la acción comprome<da, fuera de la seriedad en la lucha, es inú<l plantearse esta inseparabilidad.

Pero si uno no está detectando el mal en su propio corazón, di[cilmente lo descubrirá en su medio ambiente. Así seguramente terminara enredado en una trama confusa e insa<sfactoria. Y, en el instante decisivo, como los personajes que cita el gosho, arruinara muchos años de esfuerzo correcto.

El maestro propone una visión, y los discípulos, haciéndose cargo de ella como si fuera su propia vida, encuentran su propia manera de construirla. Se consideran a sí mismo interlocutores permanentes de las orientaciones y enseñanzas que brinda su mentor. En este sen<do, maestro y

Mi derrota es la derrota de mi maestro.

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discípulo se plantean como compañeros de ruta, unidos por un lazo que va más allá de la vida y la muerte. Y es así porque el kosen-rufu, la paz mundial, es una empresa que necesita con<nuidad a lo largo de las generaciones. Ningún hombre, por excelso que sea, puede concretar este ideal por sí solo.

“En este momento”

En el texto, se ve claramente que el fracaso del discípulo determinara la derrota del maestro. Este dice: “tú y yo hemos sido engañados por una función demoniaca. Nuestra tarea ha fracasado”

Nuestra ac<tud de hoy define la victoria de toda nuestra vida. Vivir centradas en el “ahora” es un punto decisivo dentro de la prác<ca de este budismo. De hecho, la negligencia se instala cuando abandonamos esta ac<tud atenta y alerta, cuando descuidamos nuestro foco y pensamos que la felicidad está “en algún momento futuro” o “en algún otro lugar”.

Los dos capítulos del Sutra del loto que leemos diariamente los miembros de la SGI en nuestra liturgia - el segundo y el décimo - sexto comienzan con la misma frase: niji, que significa “en este momento”. El instante actual encierra la eternidad.

¿Por qué Nichiren Daishonin menciona esta anécdota a los hermanos Ikegami? Porque la lucha del maestro y la herencia de la ley se cristalizan en la fe de cada uno de los discípulos. Cada persona es fundamental. El que se deja vencer por su nega<vidad (función demoniaca) cierra en su propia vida la dimensión de “maestro-discípulo” y corta la transmisión de la ley en su propio corazón. El budismo de Nichiren Daishonin es así de estricto.

“maestro y discípulo se plantean como compañeros de ruta, unidos por un lazo que va más allá de la vida y la muerte…” En su propuesta de paz del año 2002, el presidente Ikeda formulo una aguda observación sobre la nega<vidad que abunda en el mundo actual entre las personas. Allí dijo: “la persona que vive 27


en un estado de laxitud mental, con una ac<tud pasiva y carente de propósito, acaba consumida por pasiones perniciosas como el miedo, el odio, la envidia y la cobardía”

también, la victoria de aquel cuyas enseñanzas elegimos prac<car. Dicho en otras palabras: a cada instante tenemos el potencial de cambiar. A cada instante, podemos poner a raya nuestras tendencias destruc<vas. A cada instante, podemos concretar una victoria interior. Hoy es el momento de refutar nuestros sen<mientos nega<vos. Hoy es el momento de influir posi<vamente en nuestro ambiente. Ese “instante” se abre para la persona de fe, que puede vivir en la lucha por su budeidad.

La vida, para el budismo, es “una manifestación o despliegue espontaneo que transcurre a cada instante, momento a momento”. La fuerza vital que todos llevamos dentro, ¿De manera libre e irrestricta, enfocada en nuestra bondad inherente? ¿O de manera parcial y limitada por nuestras debilidades que nos exponen a fracasar; tarde o temprano? ¿Cómo voy a emplear mi valioso <empo de vida? Esa mo<vación interna debe estar potente orientada a ser felices. ¡Los años son tan escasos! ¡La vida pasa tan deprisa! ¿Puede exis<r la dicha de la Budeidad en un corazón que con<nuamente escoge la desconfianza, el recelo, la envidia? Sabemos que no. En cambio, ¡es hermoso que nuestra victoria humana- nuestra felicidad ardiente- genere a nuestro alrededor un oleaje de superación, apoyo mutuo y unión sincera! Y esta victoria será, 28


NUESTRA PERSONALIDAD ES EN GRAN PARTE INALTERABLE

¿Cómo podemos hacerlo? Invocando daimoku vigorosamente y trabajando con ahínco por la felicidad y el bienestar de las personas. Esto es lo que, enseñaba el señor Toda. Porque solo trabajando por el bien más elevado, el impetuoso rio de nuestra vida puede purificar sus aguas y conver<rse en un caudal de inagotable riqueza.

Reflexiones sobre La nueva revolución humana (93)

La proximidad del septuagésimo aniversario de la fundación de la Soka Gakkai despierta en mí el deseo de compar<r algunas ideas más sobre el pensamiento de mi mentor, el señor Toda, acerca de la humanidad y de la vida.

Cuando trabajamos de todo corazón para lograr la insuperable meta del kosen-rufu, naturalmente, los aspectos nega<vos de nuestra personalidad se empequeñecen y dan paso a los aspectos posi<vos. La persona de mal genio dirige su ira contra el mal y la injus<cia. La introver<da transforma su <midez en atención y consideración hacia los demás. Quien es impaciente puede usar su rapidez y eficiencia para acelerar el progreso del bien.

Estas fueron sus palabras con respecto al tema del carácter: Nuestra personalidad es en gran parte inalterable. Así como el curso de un rio no cambia mucho, nuestra personalidad esencial es algo que tampoco cambia radicalmente. Nuestro temperamento está marcado por el des<no. Sin embargo así como las aguas de un rio fangoso pueden llegar a ser puras y límpidas, tenemos la capacidad de liberarnos del lodo y las maculas que ensombrecen nuestra personalidad.

Cada uno de nosotros se esfuerza para realizar la propia transformación –esa grandiosa revolución humana- , permaneciendo fiel a sí mismo y manifestando sus cualidades y talentos. Esta es la forma de vida basada en el principio budista de “las flores del cerezo, el ciruelo, el melocotón y el 29


albaricoquero”, que expone la belleza y la misión únicas de cada persona.

modo construc<vo. ¡Y cuanto más valioso es el reto ocasional del mentor, a quien le importa, más que nada, el progreso y el crecimiento de sus discípulos!

El señor Toda también expresaba con franqueza: Está en la naturaleza humana querer parecer bueno a los ojos de los demás. Todos tenemos esta tendencia. Pero los insto a ser ustedes mismos. Yo también me he esforzado mucho para vencer la falta de autoes<ma que me llevaba a desmerecerme.

Un verdadero líder sabe ver la esencia de la personalidad de su seguidor y se esfuerza por guiarlo en una dirección posi<va, a la par que respeta su individualidad. El señor Toda describía el arte del liderazgo del siguiente modo:

Estas palabras nos permiten vislumbrar a un educador honesto, sencillo, en total contraste con los líderes religiosos hipócritas que tratan de oprimir a las personas dentro de moldes rígidos y sofocantes.

Incluso la persona más extraordinaria <ene defectos. Así como el individuo de peor carácter <ene virtudes. Si los ayudan para que hagan prevalecer sus aspectos posi<vos, todos, sin excepción, podrán par<cipar plenamente en las ac<vidades como valores humanos.

Cualquiera –gracias a quienes lo regañan y que le señalan sus errores, una y otra vez- puede perder su aristas rudas y mejorar con el <empo, y, finalmente, encontrar el lugar justo para el

Es vital que observaremos a cada persona y que encontremos el lugar donde puede ser más efec<va.

Esta era su visión de la vida por eso, es extremadamente importante tener antecesores y amigos que puedan provocar esta clase de reacción y señalar nuestras deficiencias de un

El matrimonio y la familia fueron objeto de sus sabios consejos. Aunque el marido merezca cien puntos en cuanto a carácter y confiabilidad, si la esposa es necia e ignorante ese 30


puntaje desciende a cincuenta al contrario, cuando el esposo solo merece cincuenta puntos, pero <ene el apoyo de una mujer sabia y prudente. Puede brillar hasta alcanzar ochenta o noventa puntos. Por lo tanto, es importante que la esposa sea sabia y sincera, tanto en la relación con su marido como en su comportamiento social. Y es la fe y la orientación de la Soka Gakkai lo que le permite a la esposa obtener el puntaje perfecto: cien. Lo mismo se aplica al marido.

los años, esas libretas se han conver<do en tesoros familiares”. Un día, el señor todo fue el portavoz de los sen<mientos ín<mos de los hombres. Está bien que discuyan con sus maridos por la noche. Pero a la mañana, me gustaría que siempre los despidieran con una sonrisa amable, porque a ellos les espera otro día de lucha en una sociedad exigente. No se enojen a la mañana. Jamás discutan justo antes de que sus esposos partan hacia el trabajo.

También instruyo severamente a las integrantes de la división de damas.

La orientación del señor Toda siempre reflejaba una aguda sensibilidad frente a los complejos sen<mientos humanos.

“Si son descuidadas en el manejo de las finanzas, no podrán administrar bien un hogar. No <ene sen<do quejarse todo el <empo porque el ingreso mensual es escaso. Les pido que lleven un registro cuidadoso de los gastos co<dianos. Un control diario permite ver donde se malgasta el dinero y encontrar el modo de economizar; así se adquiere la habilidad para planear y vivir de un modo más prác<co y frugal. Mi esposa todavía lleva una libreta con las cuentas de la casa, tal como insto a hacerlo nuestro mentor. A lo largo de

La fe de los hijos esta, determinada por la madre. El amor por los hijos es una cualidad esencial de las madres. Por eso, aun cuando son reprendidos, ellos pueden sen<r el cariño que las mo<va, pero si el padre los reta o los regaña por la prác<ca del budismo, se rebelan. En el caso del padre, sienten una cierta clase de dureza que está ausente en el sen<miento que los une a la madre.

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Al imaginar el establecimiento de las escuelas Soka y de las universidades Soka, dijo:

Un día pensando en un <empo distante, comento: “en el futuro, muchos de nuestros miembros viajaran a ultramar a trabajar por la paz del mundo y el kosen-rufu. Cuando esto ocurra no debemos forzar conversaciones sobre el budismo y la Soka Gakkai, provocando así mala voluntad o dudas sobre nuestros mo<vos e intenciones.

No necesitamos incluir la educación religiosa en el curriculum. Si imponemos la religión a los estudiantes, su perspec<va se volverá limitada. Sin embargo, la labor educa<va no puede ignorar la formación espiritual, cuya presencia es indispensable. Si solo se pone énfasis en el conocimiento y en la ciencia, sin atender al aspecto espiritual, no se pondrá impar<r una buena educación. Que sus hijos decidan prac<car o no el budismo, o que y ustedes, como padres, insistan en cualquier sen<do, es una cues<ón que, en úl<ma instancia, debe ser considerada por el individuo o por la familia. Sin embargo, ciertas enseñanzas, como la san<dad de la vida, el respeto por el individuo y el rechazo a la violencia, son un alimento vital para la sociedad en su conjunto. En tal sen<do, pienso que el ámbito educa<vo del Japón de hoy demanda con urgencia esta clase de sana espiritualidad. 32


mostro siempre escaso interés por las divisiones que solía imponer lo que en su <empo se tendía por patrio<smo. Lealtad, bondad, un estado de vida que les permi<ese observar todas las cosas sin apegos.

LOS APEGOS

Leonardo Da Vinci siempre dio que hablar. Ya sea por su genialidad en las artes, por haber diseñado inventos inconcebibles para su época o por los aportes que hizo a la esencia. Este hombre-símbolo del Renacimiento tuvo, entre varias, una caracterís<ca tal vez poco conocida de su personalidad: su desapego de todo lo que tenía que ver con lo mundano”. Y así lo comento el maestro Ikeda: “Leonardo fue un individuo totalmente libre e independiente, el solo se había liberado de las ataduras de la religión y de la é<ca, sino también, emancipado de lazos que lo ataran a una nación, familia, amigos y conocidos. Fue un ciudadano del mundo, sereno y sin par”. Y con<nua diciendo: “Leonardo no fue una persona desprovista de emociones y de virtudes, su vida estuvo signada por la trascendencia de lo mundano, ya que vivió siempre consagrado a sus propias metas. Con toda fidelidad”. Cualesquiera hayan todas sus circunstancias, Leonardo

Es muy vasto el universo de posibilidades de apego, pero lo curioso es que, en la mayoría de las veces, no somos totalmente conscientes de ello. Un apego, así como suena, es una sujeción que nos man<ene “atados”, en algún aspecto de nuestro corazón. ¿es el apego o desapego algo racional o voluntario? Obviamente, no siempre y, en el caso de Leonardo Da Vinci, el desapego era algo natural en él. El pintor de la “mona lisa”, entre tanto, nos enseñó a vivir siendo amo de sí mismo, Leonardo escribió: “no puede haber dominio más grande ni más pequeño que el que se <ene sobre uno mismo”. Es claro que, para él, el dominio de la propia vida era el principio primigenio del cual derivaban todos los demás. Par<endo de esa maestría sobre sí mismo, podía responder a cualquier realidad. Entonces, pretendiendo emular a Leonardo, ¿Cómo nos manejamos con 33


los apegos? Lo cierto es que, en verdad, no podríamos erradicar nuestros apegos ni aunque quisiéramos. Y aunque ello fuese posible de alguna forma diríamos que lograrlo seria imposible en la vida real, concreta y co<diana. Quizá lo importante es que hagamos pleno uso de los apegos, en vez de dejar que ellos nos controlen; y para conseguirlo, se toma necesario reconocerlos claramente tal y como son. Ya lo señalaba Josei Toda: “nuestra fe en el Gohonzon nos permite percibir nuestros apegos tal como son y mantenerlos en un plano en el que no nos causen sufrimiento”. El principio budista que nos invita a “transformar el veneno en medicina” es perfectamente aplicable ante el “acoso” de los apegos y, según con<nuaba diciendo Toda: “es importante que siempre consideramos el propósito de nuestras acciones. Cuando establecemos claramente un obje<vo fundamental para nuestra existencia, podemos u<lizar nuestros apegos al máximo y de un modo beneficioso”. Por eso, somos capaces de conver<r esos deseos mundanos en un viento de cola. Que nos impulsa a la felicidad.
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LOS TRES VENENOS

La estupidez engendra codicia y odio. En el budismo, "estupidez" se refiere a la ignorancia (pasiva o consciente) de la verdadera naturaleza de la vida. Se refiere al ofuscamiento del entendimiento de la realidad sobre la estrecha conexión del individuo con su entorno, de la interdependencia entre todos los seres y de la unidad entre el sujeto con la vida cósmica y todos los entes vivientes del universo. En otras palabras, se trata de la condición en que la persona está privada de la visión de que cada uno es un componente de la vida misma, que posee infinitas posibilidades. En relación a ello, la incomprensión de la verdadera naturaleza de la vida y la propia iluminación latente es denominada en el budismo "oscuridad fundamental". Cuando el ser humano está atado a este <po de ignorancia, <ende a buscar su realización en la posesión material, la reputación, el poder, etcétera. La codicia se torna la búsqueda impulsiva, descontrolada y frustrante centrada en la sa<sfacción de los deseos propios, incluso a costa de la felicidad ajena. El odio se refiere a los impulsos violentos que emergen del egoísmo, en l o s c u a l e s e stá n i n c l u i d o s l a s explosiones de ira, el resen<miento, la

La cues<ón de cómo enfrentar el sufrimiento es una de las razones principales por las cuales surgió el budismo. Dicho de otro modo, el punto de par<da de la filoso[a budista es la búsqueda del esclarecimiento de las causas del sufrimiento, la infelicidad y la miseria. La visión budista insta a la persona a luchar para salir adelante en la vida y en la sociedad con la luz de la sabiduría, en lugar de buscar la forma de evadir o escapar de los desa[os y las contradicciones que presenta la vida. Nichiren señala: "Se llama buda al que ha tomado conciencia de la naturaleza del bien y del mal, desde la raíz hasta las ramas y hojas". (NICHIREN: Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio, Soka Gakkai, 2008, pág. 1167.) De acuerdo al budismo, existen tres <pos de impulsos destruc<vos que cons<tuyen la causa fundamental de todo sufrimiento: la codicia, el odio y la estupidez. Estos tres elementos son denominados los "tres venenos". Los tres venenos son la esencia de todas las ilusiones y causas nega<vas que impiden la realización de nuestro potencial para lograr una vida feliz y crea<va. 35


envidia y todos aquellos sen<mientos insidiosos que llevan a las personas a la autodestrucción. En el nivel individual, los tres venenos socavan la felicidad, dificultan el mantenimiento de relaciones interpersonales posi<vas y obstaculizan el desarrollo de la crea<vidad. En el plano social, se convierten, por ejemplo, en los causantes del conflicto, la opresión, la destrucción ambiental y la desigualdad. En Palabras y frases del Sutra del loto de T'ient-t'ai se lee: "Como la furia cobra intensidad, se producen enfrentamientos armados. Como la codicia cobra intensidad, surge el hambre. Como la estupidez cobra intensidad, estallan pestes. Y como se producen estas tres calamidades, los deseos mundanos se tornan más numerosos y potentes que nunca, y las ideas equivocadas proliferan cada vez más". (NICHIREN: Gosho zenshu, pág. 718) Desde la perspec<va del budismo expuesto por Nichiren, los tres venenos son un aspecto inherente de la vida y no pueden ser erradicados completamente. Por lo tanto, el budismo propone un proceso de transformación constante de la energía de tales impulsos en la de la creación

de valor; el esfuerzo con<nuo de cambiar las tendencias de nuestra vida en dirección del respeto hacia los demás, de contribuir al beneficio de la sociedad, por ejemplo, es lo que permite transcender los tres venenos. En dicho proceso, la energía destruc<va de la ira puede ser transformada en un sen<miento que nos permita luchar contra la injus<cia o contra agentes externos que pretendan sacar ventaja de las personas con intenciones nega<vas. Por tanto, la consolidación de la paz y la seguridad de la humanidad dependen de la transformación interna de las personas. En la Cons<tución de la UNESCO rezan las siguientes palabras: "Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz". El sen<do de responsabilidad de buscar permanentemente el desarrollo del potencial crea<vo es crucial en el fortalecimiento de las personas y en el cambio del género humano.

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LOS CINCO VENENOS

la ira, la codicia y la estupidez. A veces se les dice furia, avaricia e ignorancia, también.

La palabra "veneno", que evoca tantas imágenes terribles en nuestra mente occidental, también se encuentra presente en la terminología budista, con connotaciones muy específicas.

Son los males fundamentales inherentes a la vida, que provocan el sufrimiento humano. Se los encuentra en numerosos sutras. Por ejemplo, en el Daichido Ron se afirma que los tres venenos son la fuente de todas las ilusiones y deseos mundanos. Y se los llama venenos o impurezas porque contaminan la vida de las personas: si no existe una prác<ca que no permita controlarlos, van extendiéndose en las palabras, pensamientos y acciones, sembrando de fricciones y desarmonía todos los campos de la vida humana.

Los sutras afirman: "El veneno ha penetrado profundamente...", para referirse al estado de incredulidad incorregible, en que se manifiestan arraigados actos contra la ley. Otro término que se encuentra en el Rissho Ankoku Ron es "veneno” que se interpreta como "causa fundamental de todos los sufrimientos Y en esta ocasión nos referimos a dos términos budistas que uno suele hallar a menudo, tanto en las escrituras como en las orientaciones del presidente Ikeda. Se trata de 1los tres venenos" y los "cinco venenosf. Otra forma de designarlos es "tres impurezas" y “cinco pasiones ilusorias

Por ira o furia, se en<ende el estado de total destruc<vidad y descontrol, que busca el oscurecimiento absoluto de la vida. Como se desprende de estas mismas caracterís<cas, el veneno de la ira se vincula estrechamente con el estado de infierno, el más bajo de los Diez Estados.

El primero de ellos, “tres venenos”, se dice sandoku en japonés. Abarca 37


Por codicia o avaricia, se en<ende el hambre o ansia incontrolable de acumular, poseer o acaparar, sin ningún control sobre el deseo. Cuando este veneno impregra la vida, la persona exhibe una ac<tud fundamentalmente especula<va y codiciosa frente a lo material, pero también frente a los sen<mientos y las relaciones humanas. Y, claro, este veneno nos recuerda es Estado de Hambre, caracterizado por el deseo insaciable que gobierna la vida.

caminos (estado de infierno, Hambre y Animalidad), a su vez se asocian con lo que el Budismo llama las tres calamidades, guerra, inflación y epidemias. La guerra es la manifestación pura del veneno de la Ira y del Estado de Infierno: la destrucción ciega como único fin. La Inflación o escasez es el resultado del acaparamiento y la especulación, ambos productos del egoísmo y el deseo, rompe una estructura armoniosa de producción y distribución. Las Epidemias son el reflejo más claro de la estupidez humana, que destruye el ambiente humano, no adopta hábitos de higiene y salubridad, y tantas otras co n d u c ta s a s o c i a d a s co n l a s enfermedades masivas. Para entender bien el lugar que ocupan tradicionalmente en el Budismo, expliquemos primero otro término relacionado: las tres categorías de ilusión. Estas tres categorías fueron determinadas por el gran sistema<zador del Budismo: el gran maestro Ticn-t’ai. Son: 1.- las ilusiones del pensamiento y el deseo. 2.- las ilusiones innumerables

Por ignorancia o estupidez, se habla de un total empobrecimiento y estancamiento: este veneno hace que los hombres cortemos vínculos con lo que poseemos de humano y nos comportemos de un modo brutal, ins<n<vo y animal. Se caracteriza por la falta de espíritu de búsqueda y la ausencia de todo afán de superación. Uno actúa degemente, por ins<nto, siguiendo los movimientos de la mayoría, sin autodeterminación ni horizonte humano. Es una postura muy a[n con el Estado de Animalidad, con lo cual se iden<fica.Estos tres venenos, vinculados con los tres malos 38


como las paryculas do arena (que impiden a un bodhisaxva actuar por la salvación do los demás) y 3.- las ilusiones sobre la verdadera naturaleza de la existencia.

respeto entre las personas e impiden establecer vínculos de corazón a corazón, sobre la base de la dignidad recíproca y de la igualdad. Con respecto a la duda, en números anteriores habíamos analizado el tema (Esa duda que me carcome...Argen<na Seikyo N® 850). Y sobre la arrogancia, con<nuaremos hablando en próximos números, ya que es un veneno muy frecuente en nuestra sociedad.

Dentro de la primera categoría ilusiones del pensamiento y el del deseo- están las que llevan a la gente a sufrir en los seis estados inferiores. Y aquí, encontramos, entonces, las cinco pasiones ilusorias. Como lo dice su nombre, son pasiones, es decir, que serían ilusiones del deseo, más que del p e n s a m i e nto . S o n d e í n d o l e emocional e ins<n<va, más que racional o analí<ca.

Es muy importante destacar que ninguna de estas cinco pasiones pueden ser totalmente erradicadas de la vida humana. Para el Budismo de Nichiren Daishonin, el obje<vo de la prác<ca no es eliminar pasiones que son inherentes a nuestra condición humana, sino armonizar y elevar el corazón, que es la madre de todas las emociones. Al no actuar sobre lo par<cular, sino sobre (o esencial, el Budismo de Nichiren Daishonin busca dejar latente los aspectos nega<vos y extraer el uso posi<vo de todas estas pasiones impuras.

Si observamos la vida diaria a la luz d e n u e s t ra p rá c < c a a n t e e l Gohonzon, veremos que en toda situación de desarmonía o conflicto en las relaciones humanas, alguna de estas cinco pasiones ilusorias ha intervenido para desencadenar la fricción. L a a r ro ga n c i a y l a d u d a s e manifiestan como egocentrismo, menosprecio, despo<smo y recelo o desconfianza. Distorsionan el

La prác<ca de jigyo keta (para uno y para los demás) centrada en el 39


Gohonzon y en la relación de m a e st ro y d i s c í p u l o p e r m i te reformular estos sen<mientos y encauzarlos para nuestro avance, en el contexto de una revolución humana integrada con la sociedad. En tal sen<do, no se trata de reprimir ninguna pasión, sino de hallar un autocontrol desde la mo<vación interna, basados en la fuerza y la sabiduría que brotan cuando uno prac<ca Nam Myoho Rengue Kyo y actúa para la felicidad de los demás. (extraído deI Argentina Seikyo N* 657.)

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TRES CATEGORÍAS DE ILUSION

de la muerte en una forma eternamente inalterable como el alma. (3) Uno no reconoce la ley de causa y efecto. (4) Uno se aferra a los conceptos erróneos de uno mismo con tal perjuicio que considera las cosas inferiores como superiores. (5) Uno ve preceptos o prác<cas erróneas como el camino correcto a la iluminación. Las cinco pasiones ilusorias son: avaricia, ira, estupidez, arrogancia y duda que acompañan a las cinco falsas perspec<vas. A diferencia de las ilusiones principalmente mentales del pensamiento, las ilusiones del deseo son emocionales e ins<n<vas. Incluyen inclinaciones base como la avaricia, ira, estupidez y arrogancia que surgen en relación a los objetos específicos o fenómenos.

También llamadas las tres Ilusiones. Una clasificación de las ilusiones establecida por T’ien-t’ai: (1) ilusiones del pensamiento y del deseo, (2) ilusiones innumerables como paryculas de polvo y arena, y (3) ilusiones sobre la verdadera naturaleza de la existencia. Las ilusiones del pensamiento y del deseo son ilusiones que deben ser erradicadas tanto por el hombre de los dos vehículos como por los bodhisaxvas. Las otras dos categorías de ilusiones son aquellas que los bodhisaxvas, en par<cular, deben eliminar. Las ilusiones del pensamiento y del deseo (kenjiwaku) provocan que la gente sufra en los seis caminos y en los tres mundos. Además están subdivididas en ilusiones del pensamiento (kenwaku) e ilusiones del deseo (shiwaku). Las ilusiones del pensamiento son falsas percepciones de la verdad y se consideran, principalmente mentales y aprendidas. Constan de las cinco falsas perspec<vas (gorishi) y las cinco pasiones ilusorias (godonshi). Las cinco falsas perspec<vas son: (1) pensar que el cuerpo está formado por una unión temporal de los cinco componentes, uno erróneamente se considera a sí mismo como absoluto, y pensar que nada en el universo puede pertenecer a un individuo, uno erróneamente ve todo a su alrededor como su propia posesión. (2) Uno erróneamente cree que la vida es totalmente aniquilada por la muerte sin supervivencia de ninguna forma o que la vida persiste después

Las ilusiones innumerables como paryculas de polvo y arena son las ilusiones que impiden que los bodhisaxvas salven a otros. Para salvar a otros, los bodhisaxvas <enen que ser expertos en innumerables enseñanzas que incluyen religiones y asuntos laicos. Esta segunda categoría incluye las ilusiones que surgen cuando tratan de dominar estas enseñanzas. Las ilusiones acerca de la verdadera naturaleza de la vida son las ilusiones que impiden a los bodhisaxvas que alcancen la iluminación, es decir, que despierten a la verdad del Camino del Medio. En la enseñanza específica (bekkyo), estas ilusiones están divididas en doce. En la enseñanza perfecta (engyo), están divididas en cuarenta y dos. La úl<ma y la más profundamente 41


arraigada de las cuarenta y dos se llama oscuridad fundamental (gampon no mumyo). Eliminando esta oscuridad fundamental uno logra la Budeidad.

tres grandes categorías: 1) ilusiones del pensamiento y del deseo. Las primeras son enfoques distorsionados de la vida, de los cuales T'ien-t'ai dijo que exisyan ochenta y ocho clases. Las segundas incluyen inclinaciones ruines, como codicia, furia, ignorancia y arrogancia. Estas ilusiones, dijo, eran la causa de que las personas sufrieran en los seis senderos; 2) ilusiones que impiden a los bodhisaxvas salvar a los demás. Éstas se generan cuando un bodhisaxva en<ende mal las enseñanzas que debe aprender para salvar a todos los hombres; 3) cuarenta y dos ilusiones fundamentales que impiden al bodhisaxva lograr la iluminación; la úl<ma y más seria es la oscuridad fundamental (gampon no mumyo). (“Los Principales escritos de Nichiren Daishonin” Glosario Vol. I – II 1995 – 1998 SGIAR)

En Maka Shikan, T’ien-t’ai señala que las tres categorías de ilusión <enen que ser eliminadas mediante la meditación para percibir la unificación de las tres verdades en una mente única (en’vu no sangan). Específicamente, las ilusiones del pensamiento y del deseo son eliminadas por la percepción de la verdad de la no s u sta n c i a l i d a d ( ku ta i ) , l a s i l u s i o n e s innumerables como paryculas de polvo y arena son eliminadas por la percepción de la verdad de la existencia temporal (ketai), y las ilusiones sobre la verdadera naturaleza de la vida, por la percepción de la verdad del Camino del Medio (chutai). Nichiren Daishonin interpreta la enseñanza de T’ient ’a i q u e d i c e q u e u n o e r r a d i c a simultáneamente los tres <pos de ilusión a través de la percepción de las tres verdades perfectamente integradas en un momento de vida único como que al invocar Nam-myohorenge-kyo de las Tres Leyes del Gran Secreto, uno manifiesta la Budeidad en su vida. Al invocar Nam-myoho-renge-kyo, él enseña, que uno logra el estado en el cual las ilusiones o deseos mundanos son iluminación (bonno soku bodai), transformando las tres categorías de ilusión en los tres <pos de sabiduría.

Seis caminos: Primeros seis de los Diez Estados: Infierno, Hambre, Animalidad, Ira, Tranquilidad y Éxtasis. Indican un estado de ilusión o de sufrimiento. Contrastan con los cuatro estados nobles: Aprendizaje, Comprensión Intui<va, Bodhisaxva y Budeidad.(“Los Principales escritos de Nichiren Daishonin” Glosario Vol. I – II 1995 – 1998 SGIAR) Tres mundos (o Mundo triple): Condición de los hombres no iluminados que viven en los seis caminos o estados inferiores. Según el Kusha Ron de Vasuvandhu, este estado puede verse de tres maneras: 1) el mundo de los deseos; 2) el mundo de la materia, cuyos habitantes están libres de los deseos, pero

Glosario Tres ilusiones: T'ien-t'ai dividió las ilusiones en 42


todavía sujetos a alguna clase de restricción material; 3) el mundo del espíritu, donde uno está más allá de las restricciones del deseo y de la materia. (“Los Principales escritos de Nichiren Daishonin” Glosario Vol. I – II 1995 – 1998 SGIAR) Camino esencial: (En jap.: chudo.) Realidad úl<ma que da lugar al surgimiento de todos los fenómenos; Ley de Nam-myoho-rengekyo. (“Los Principales escritos de Nichiren Daishonin” Glosario Vol. I – II 1995 – 1998 SGIAR) Tr e s v e r d a d e s : Ve r d a d e s d e l a n o sustancialidad, la existencia temporaria y el Camino Esencial: tres fases de la verdad formuladas por T'ien-t'ai. La verdad de la no sustancialidad significa que los fenómenos carecen de sustancia y están en un estado potencial que trasciende los conceptos de existencia y de no existencia. La verdad de la existencia temporaria significa que todas las cosas, aunque por naturaleza carecen de sustancia, poseen una realidad temporaria que está some<da a un flujo constante. La verdad del Camino Esencial significa que todos los fenómenos son, a la vez, no sustanciales y temporarios, pero que, sin embargo, en esencia, no son ni una cosa ni la otra. (“Los Principales escritos de Nichiren Daishonin” Glosario Vol. I – II 1995 – 1998 SGIAR)

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SOBRE LA QUEJA

cues<ona una determinada ac<tud para mejorarla o potenciarla) sino en el sen<do de juzgar lo que el otro esta haciendo sin adoptar uno un compromiso, una acción concreta al respecto.

Argen@na Seikyo Nº801 Existe una ac<tud que viene incorporada en el ser humano: La queja.

A su vez, esto produce una reacción en cadena: la falta de compromiso va de la mano con la falta de acción, eso genera una creciente sensación de impotencia por dejar que las cosas sigan adelante sin que uno tome par<do, y, finalmente uno manifiesta una cualidad sombría y apagada, vive sumido en la insa<sfacción y en la soledad.

Si bien nos desagrada cuando vemos que se manifiesta en otra persona, muchas veces nos olvidamos de observarla en nosotros mismos, nadie está exento de queja. Sin embargo podemos esforzarnos por controlarla y transformarla. 
 Como es natural, para lograrlo debemos ver un poco mas allá y dilucidar la causa que la provoca.

Las personas que rodean a una persona así, comienzan a dejarla sola, hasta que esta se encuentra como un naufrago en medio del océano.

Siguiendo esta línea de pensamiento, podríamos decir que la ac<tud de queja se encuentra en el otro extremo de la ac<tud del compromiso (Queja <====> compromiso)

Resumiendo
 1) Falta de compromiso
 2) Falta de acción
 3) Sensación de impotencia 
 4) No tomar par<do o involucrarse
 5) Insa<sfacción 
 6) Soledad

Desarrollemos ahora esta idea: si miramos obje<vamente a una persona "quejosa", nos daremos cuenta de que siempre está "en la vereda de enfrente de los hechos". Siempre <ene una ac<tud de crí<ca, pero no en el sen<do posi<vo de la palabra (cuando uno se

Por el contrario, quien asume un compromiso es alguien que toma 44


par<do, es ac<vo y no delega la responsabilidad de los cambios en otro: comparte los riesgos y los resultados. Al ser parycipe, no siente arrepen<miento ni menosprecia la acción de los demás porque está en el mismo "campo de batalla" y sabe en carne propia, lo que es estar ahí.

caracterice dependerá de que decisión tomemos y de que clase de vida hemos de vivir. Cada uno es libre de elegir el camino que quiera, pero lo importante es saber, que, tanto el trayecto como el final serán totalmente dis<ntos. Los 6 puntos que nos permiten desarrollarnos :

Tal persona es querida porque se o b s e r va e n e l l a u n ve rd a d e ro compromiso que la llena de alegría y sa<sfacción; no pretende juzgar lo que otro hace; por el contrario, pone todo su empeño en ir hacia adelante.

1 - No se queje de las demás personas, ni de las influencias externas: 
 Uno de los principios mas importantes del budismo de Nichiren Daishonin, es responsabilizarnos de nuestras vidas.

Es algo que a muchas personas les es di[cil hacer; fácilmente culpamos a las circunstancias externas, tales como nuestra familia, o al gobierno, por nuestro sufrimiento.

Resumiendo
 1) Tomar par<do o asumir un compromiso ac<vo
 2) No delegar responsabilidades en otros ante los obstáculos o fracasos
 3) Compar<r los riesgos y resultados
 4) Desaparece el arrepen<miento
 5) Desaparece la soledad
 6) Se empeña en avanzar

Por ello, debemos mirar nuestras vidas internamente para ver que nos está haciendo sufrir, porque solo así podemos cambiar la causa fundamental de nuestro sufrimiento. Gradualmente aprendemos a no culpar a la gente, ni a las circunstancias externas. 
 2 - L o s p ro b l e m a s n o s h a c e n profundizar el entendimiento:

Hemos hablado de dos ac<tudes que, aunque diferentes, existen dentro de una misma persona. Aquella que nos 45


El Buda, Nichiren Daishonin dice en m u c h a s ca r ta s e nv i a d a s a s u s discípulos, que la vida esta llena de dificultades y las debemos esperar y afrontar. De no ser por las dificultades, no habría forma de saber que cual es el verdadero camino de la vida.

Es de vital importancia, primero que todo, sen<rnos agradecidos por todo lo que tenemos, aún si es poco, y construir nuestras aspiraciones sobre ello. La queja es de por si, causa para el sufrimiento, mientras que el agradecimiento, es causa de beneficios para el logro de la felicidad.

A través de los problemas, profundizamos nuestro entendimiento de lo que es la prác<ca para cambiar nuestras vidas.

3 - Agradecer antes de quejarse: 
 El agradecimiento es algo que a menudo no se da de manera natural; es algo por lo que debemos luchar.

El síndrome del "pero", nos describe como el quejarse contamina nuestras vidas.

Debemos ser tenaces y perseverantes por mucho <empo hasta que se implante esta ac<tud en todas las áreas de nuestra vida.

Por ejemplo, si alguien le ofrece una taza de te y usted dice "gracias por la taza de té, pero donde están las galle<tas?" , no esta siendo agradecido sino mas bien se esta quejando.

Si siente enojo por una persona, lo mejor que puede hacer es mostrar agradecimiento por lo que le está mostrando sobre usted mismo, y por el hecho de que la necesita para ayudarle a lograr su propia revolución humana.

Esta ac<tud nos lleva a analizar la importancia de separar el agradecimiento de los deseos y aspiraciones.

4 - Usted es responsable de todo lo que le sucede: 
 El des<no "nada" te depara. El budismo de Nichiren Daishonin, enseña que uno mismo ha come<do todas las causas por las cosas que le suceden. Esto

De modo que si usted puede cambiar su respuesta a "gracias por la taza de té. Por favor, <ene usted galle<tas?" Usted <ene una ac<tud diferente. 46


quiere decir que con la prác<ca uno puede retar su vida verdaderamente y comprender lo que le está pasando.

debemos aceptar la crí<ca o hablarle a la persona sobre como cambiar alguna cosa.

Si algo que a usted no le guste le sucede, estudie la situación y busque orientación, para cambiar aquello que lo está haciendo sufrir. Usted debe u<lizar cualquier cosa que le suceda para cambiar su vida a una mejor.

Quejarse es pensar que la otra persona no está haciendo las cosas bien y no decírselo, mientras que la cri<ca construc<va es decir que Usted <ene algunas ideas de como pueden cambiarse las cosas.

A menudo los buenos amigos nos alientan hasta que nos sintamos sa<sfechos. Esto es importante porque si logramos elevar nuestro estado de vida hasta el punto en que sen<mos jubilo y cuando se presenta un problema podemos decir "si puedo cambiar esto y hacer que mi vida sea mas grandiosa", en vez de quejarme por lo que está sucediendo.

Si, con[a en que <ene algo valioso que decir y <ene el valor de decirlo y de escuchar lo que le digan los demás, tal vez no todos estén de acuerdo con usted, pero a través del diálogo se podrá dar cuenta de que es responsable de lo que está sucediendo. Entonces, en lugar de culpar a otras personas, también formará parte del problema y de su solución.

5 - Queja o Cri<ca construc<va? : 
 A veces es di[cil decir cual es la diferencia. Una respuesta emo<va a algo, conlleva una crí<ca jus<ficada.

6 - Cuando no se queje saldrá lo posi<vo: 
 Debemos desarrollar sabiduría de manera que podamos ver el lado posi<vo de la situación que no podemos ver de una vez, o porque solamente nos estamos quejando.

Algunas veces aprendemos muchísimo de las crí<cas si se les presta atención. Aparentemente son algo emocional y poco construc<vo, pero u<lizando nuestra sabiduría para decidir si 47


Es cues<ón de tener confianza y confiar en que algo posi<vo emergerá de una situación nega<va. Es una ac<tud grandiosa y profunda ver que podemos cambiar cualquier situación a nuestro alrededor.

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EL ENOJO

En cambio, nos referimos a otra clase de enojo: esa emoción oscura y destruc<va que bloquea nuestras respuestas adecuadas, nos vuelve suscep<bles a la nega<vidad y nos hace poner “afuera” la causa de nuestros sufrimientos. Si…tal como están pensando, se trata de un sen<miento de profunda inmadurez. Cuando nos enojamos, estamos siendo inmaduros.

(esa minúscula puerta trasera por donde se filtra nuestra función nega@va)

Mi enojo me mima.

Si hay una función que nos vulnera y suele hacer su trabajo sin que nos demos cuenta es el mentado enojo, algo así como el mejor amigo de nuestro peor enemigo.

Visible e invisible El enojo por antonomasia suele ser una respuesta airada hacia otra persona o situación, generalmente imbuida de furia, descalificación o censura, y que implica una incapacidad de “incluir o abrazar“ por dentro. Más común es quizá el deseo de “demostrar que uno <ene razón” y el afán reivindicatorio frente a otra persona que es la depositaria de nuestra encendida crí<ca y rechazo.

Tan su<l y omnipresente es la función del enojo, que incluso cuando, muy a regañadientes, terminamos por iden<ficarlo, la respuesta más común que tenemos es legi<marlo y adornárnoslo de jus<ficaciones. No solo nos enojamos, sino que ¡amamos nuestro enojo!, y nos resis<mos a soltarlo. A grandes rasgos, se suele hablar de enojo como sinónimo de ira. Pero aquí no nos referimos a la” ira legi<ma”, que es la que nos permite, por ejemplo, rebelarnos frente a las injus<cias y los actos que denigran la dignidad de la vida.

No siempre la magnitud de las situaciones se condice con el voltaje de nuestras reacciones. A veces un hecho anecdó<co dispara una respuesta de tanto enojo, que cuando tenemos que contar a otros 49


“No estoy enojado, pero …”

por que sen<mos así hacia cierta persona…simplemente meneamos la cabeza y decimos: “son muchas cosas…”. No encontramos una causa visible que este a la par de nuestra respuesta.

A veces el enojo se disfraza su<lmente de “dolor”. “No estoy enojado nos, estoy dolido por toda la situación…”. Esta frase es un lugar tan común entre las mujeres, un libro de humor femenino lleva por ytulo, precisamente:” No sabes lo que me hizo”. (la q no lo dijo alguna vez… ¡miente!)

A merced de este enojo, nos cerramos al otro, es imposible empa<zar o ver las cosas desde el punto de vista de otra persona. Nuestra subje<vidad copa el escenario y es la directora autocrá<ca de nuestra vida y nosotros los yteres.

“Heridos” nos parece más aceptable o más virtuoso que “enojados”. Pero atrás de ese sen<miento mor<ficado, el enojo hace estragos, sin que podamos verlo.

Somos como un náufrago sin balsa, en el océano de nuestras emociones y reacciones torrentosas, bajo la tormenta de nuestra mente todopoderosa.

¿Cuál es la causa principal que nos lleva a ese estado? El foco ilusorio de pensar que lo que nos ocurre es culpa de los demás. En el instante en que decidimos que nuestra desgracia <ene que ver con el otro, quedamos a merced de nuestra propia oscuridad fundamental que nos gobierna <ránicamente. Todos los pensamientos, palabras y acciones se ven teñidos por el rencor.

Los dis<ntos grados de desmesura, el deseo de herir o de aplastar al otro nos atrapa, confunde y debilita. Terminamos dejando una marca indeleble en la vida de nuestros semejantes, y en general descubrimos que no se puede ir para atrás con las cosas que le hemos dicho al otro, en el “libre ejercicio de nuestras razones”; son ar<llería pesada que deja las<maduras permanentes en la relación.

Y hay todavía otro enojo mucho más peligroso que es el enojo encubierto, al cual nos referiremos más adelante.

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Sea como fuere, encubierto o explicito, la verdad es q el enojo inhibe en nosotros la capacidad de transformación y no deja aflorar la verdadera naturaleza de nuestra vida la BUDEIDAD.

Solo cuando declaramos el “cese de fuego” en nuestro interior, somos capaces de descartar el enojo, el deseo de herir y la queja. Otro puede describirme su tremendo dolor de muelas, y yo puedo imaginar su dolor, pero no puedo sen<rlo en carne viva. ¿Por que? Por qué la muela es suya, no es mía. Sin embargo, cuando me muero de dolor de dientes, pienso que es por las caries, por la infección, por el conducto…Pero la primera causa por la cual me duele el diente es… ¡porque es mío y me pertenece!!

Pero ademas se auto replica con mucha facilidad. Cuando en un medioambiente las personas relevantes sucumben al enojo, enseguida las demás reproducen ese mecanismo y todas las interacciones se <ñen de animosidad, desconfianza, suscep<bilidades…Así los proyectos y obje<vos vitales quedan en segundo plano, y toda la energía de la construcción se desvía como una noria girando alrededor de problemas triviales entre las personas.

Con el sufrimiento y con sus causas pasa algo semejante: si estoy sufriendo por algo…es por qué es mío, si realmente no me perteneciera y estuviera afuera de mí, no me dolería de una manera tan viva y real.

Mi muela no duele igual a la muela del otro Descartar ese <po de comportamiento implica sostener un esfuerzo espiritual que es parte de lo que nos define como seres humanos. Ese esfuerzo es el primer paso para conver<r algo tan estéril como el enojo, en una emoción construc<va.

Allí donde nuestra ilusión busca poner afuera la causa del sufrimiento, debemos hacernos cargo de ella y comprender que solo puede operar por qué esta adentro. Entonces, damos el primer paso necesario para realizar nuestra revolución humana.

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“La verdadera en<dad de todos los fenómenos de mi vida -nos diría el buda-se encuentra en mi corazón”. Cuando comprendemos este punto, abrimos de par en par las puertas de la independencia: somos libres de construir la vida que queremos vivir. Toda la energía que dispersábamos en el enojo pasa a enfocarse en la propia transformación, este el atajo para liberarnos de una respuesta emocional tan devastadora.

de nuestra sabiduría e independencia, a través de alinear nuestra vida con la ley primigenia de la vida (NAM MIOHO RENGUE KIO) Pero si hemos decidido adoptar una filoso[a para ser libres y escribir el guion de nuestra propia vida, como maestros de nuestra propia mente. Construir la fe no es más que profundizar la libertad interior, y hacernos responsables del mundo que generamos como sujetos.

Somos libres cuando dejamos de excusarnos y jus<ficarnos, cuando d e c i d i m o s q u e e l ca m b i o m á s definitorio para transformar lo que nos duele o molesta se encuentra en nuestra postura subje<va. El cambio real no necesariamente es que el otro “desaparezca de mi vida”, lo que debe desaparecer es la reacción que esa persona provoca en mí. Esto <ene que ver con mi propio debilitamiento.

¡Por eso, a par<r de hoy, aprendamos a reconocer nuestro enojo, y desmontemos esta emoción estéril, como personas sabias e independientes!

Vivir en estado de enojo es vivir en estado de dependencia

Por eso, el esfuerzo espiritual del que hablamos no es otra cosa que la fuerza 52


El enemigo más acérrimo que tenemos en nuestra prác<ca de la fe es nuestra arrogancia inherente. La arrogancia surge de la ilusión que tenemos de que aun cuando todavía no hemos logrado la iluminación o adquirido el camino verdadero, sen<mos que lo hemos logrado. De las siete clases de arrogancia expuestas en el budismo, la quinta es llamada Zojo-man. Ser un Zojo-man significa que aun cuando uno no ha dominado una enseñanza superior, uno cree arrogantemente que la ha dominado y se siente superior a los demás, cuando perdernos el entusiasmo de desafiarnos, puede decirse que prevalece la arrogancia.

LA ARROGANCIA Para estudiar lo que es la arrogancia es importante destacar lo que pensaba el Señor Toda respecto a este tema. El invitaba a los cobardes a irse de La Soka Gakkai. Y nos decía que apartáramos de la organización a la gente arrogante y engreída, que sólo buscaba explotar a la organización y a sus miembros en beneficio propio y egoísta. También agregaba "No sean gente cobarde, ni representen una carga para los demás. Par<cipar en las ac<vidades sólo cuando los demás los elogian y alaban no es devoción altruista a la propagación de la Ley. Es importante atesorar y protegerá la Soka Gakkai por sobre todas las cosas, que es la organización que promueve el Kosen-Rufo. Este es el espíritu de los Bodhisaxvas de la Tierra. Me gustaría que los responsables que no <enen esta postura se marcharan dé la Soka Gakkai."

Inherente en nuestras vidas, existe el potencial para ampliar infinitamente nuestra condición de vida. Sin embargo, algunas veces tenemos la tendencia de sen<rnos auto-suficientes bajo las circunstancias por las cuales atravesarnos o nos dejamos ahogar por nuestro pequeño ego. Debido a que tenemos la tendencia fundamental para desviarnos del curso correcto de la vida, debemos buscar con humildad el camino verdadero.

Esta era la advertencia estricta del señor Toda. Jamás olvidemos este grandioso espíritu de la Soka Gakkai.

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El gran filósofo Kant dijo. "Cuando una cabeza vacía y afectada por la arrogancia se llena de terca ignorancia o de necia frivolidad, lo que se ob<ene es un idiota, que a veces actúa con soberbia y, a veces con puerilidad". Tanto Kant como el señor Makiguchi desafiaron de frente a los arrogantes, ya fuesen polí<cos, sacerdotes o intelectuales. Ambos hombres creían que los polí<cos, debían estar al servicio de la gente y los educadores, al servicio de los estudiantes. Por lo tanto, no perdonaban a los que, desdeñando su obligación, adoptaban aires de grandeza y se creían mejores que los demás.

la persona perciba la verdadera naturaleza de su vida. El budismo nos enseña que para ser triunfador en la vida no se necesitan caracterís<cas arrogantes como la soberbia y el egoísmo, al contrario, debemos desarrollar una mente sincera y para tener una mente sincera no quiere decir ser obsequioso hacia otra persona. Más bien, es la mente que busca captar la verdad y una acción adecuada que surge de una visual profunda y un juicio sabio. Para crear una sociedad rica en humanismo y revitalizar estos <empos modernos sólo se puede lograr haciendo emerger y nutriendo las cualidades humanas inherentes de pureza y verdad.

Las personas arrogantes no <enen corazón transparente y viven en un constante estado de ira, deseando todo para ellos, no son capaz de saciarse con nada, viven en el sufrimiento debido a que su verdadera naturaleza es la cobardía y sienten pánico que se conozca su verdadera realidad.

El budismo señala que una mente sincera y buscadora es fundamental para el logro de la Budeidad. En otras palabras, el Gosho nos explica que una mente sincera, inocente y sin manchas es la esencia de nuestra fe, Nichiren Daishonin nos instruye que la sinceridad, humildad o la franqueza son ac<tudes fundamentales, que debemos luchar por adquirir.

Estas personas se encuentran según el budismo en la "Oscuridad Fundamental", que da lugar a todas las demás ilusiones y deseos, evitando que

En resumen, la arrogancia es un estado de vida complicado, pero 54


profundamente infeliz. No sólo daña por fuera a la felicidad que proviene de retarse o desafiarse para revelar su Budeidad, sino por su insistencia nociva de que uno está bien, como se encuentra actualmente, también excluye a toda la gente que <ene el deseo de ayudarlo. Es un estancamiento y no atrae la protección del Universo, porque no la desea.

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LA ARROGANCIA DEL ESTADO DE IRA

cree ser más grande que el resto de las cosas. Exteriormente la gente así muestra benevolencia, rec<tud, disciplina, sabiduría y fe, y cul<va una disposición hacia el pequeño bien. Todo esto mientras pone en prác<ca la forma de ser de ashura.

Orientación del presidente Daisaku Ikeda Quisiera hablar sobre el estado de ira, condición que impide el avance del Kosen Rufu. Desde el punto de vista de los 10 estados, la ira es el cuarto, comenzando desde abajo. Junto con el infierno, el hambre y la animalidad, abarca los “Cuatro malos caminos”. Las principales caracterís<cas de la gente en estado de ira son la envidia hacia las personas superiores en cualquier aspecto y el deseo de ser más que los otros, de impedir el crecimiento ajeno, sumado a un sen<miento de desdén.

En síntesis, los individuos en el estado de ira se creen superiores aunque por fuera fingen ser personas de virtud y noble personalidad. Son muy hábiles en el arte de simulación. Lo que yace en la raíz de la ira es la vanidad, el deseo de mostrar una buena cara ante los ojos de los demás. Y también la arrogancia, que es la tendencia a denigrar y desdeñar a la gente. Las personas dominadas por este estado de vida no pueden creer en el Sutra del Loto, enseñanza según la cual todos los seres humanos pueden lograr la iluminación. Los que viven en estado de ira sólo se dan por sa<sfechos cuando están encima de todos. Hasta se engañan a sí mismos creyendo que están por sobre la mismísima Ley Mís<ca. Así de arrogantes son. Esta es la esencia de las personas interesadas y egoístas que obstruyen el avance del Kosen Rufu. ¿Cómo podría gente así

En su Maka Shikan (Gran concentración e introspección), el gran maestro Tíen tái de la China describe del siguiente modo la naturaleza mezquina de la ira. Ya que la mente de la persona en estado de ira desea a cada momento, ser superior a los demás y no puede s o p o r t a r s e r i n fe r i o r a n a d i e menosprecia y rebaja a los otros mientras se elogia a sí mismo, tal como un milano sube a las alturas y desde ahí 56


comprender el corazón de los devotos del Sutra del Loto, que se están esforzando tan seriamente por la felicidad de los demás y de sí mismos?.

combate con Bonten, Taishaku y los Cuatro Reyes celes<ales. Se ha introducido en la mente de los líderes de escuelas budistas tales como el Zen, el Nembutsu y el Ritsu, y desde allí se ha filtrado en la mete de los gobernantes y del pueblo, provocando la desaparición de los sabios. Aun a Boten y a Taishaku les resulta extremadamente di[cil impedir que se produzca este mal. Cuando más ineficaces serán entonces, las deidades tutoras del Japón con su poder. Esta perversidad solo se puede evitar mediante la protección de Shakyamuni El que Así llega, de Taho (Muchos Tesoros) El que Así llega, de todos los budas del universo y de los grandes Bodhisaxvas de la Tierra, que aparecieron en números incontables, como las paryculas de polvo que hay en mil mundos.”

El gosho “El verdadero objeto de veneración “, el Daishonin escribe que la caracterís<ca del estado de ira es la per versidad. Aquí “per versidad “específicamente se refiere al corazón perverso y servil. Los que adulan servilmente a los demás siempre se están comparando a sí mismos con el prójimo y adecuando sus reacciones a la forma en que los demás los van conceptuando.

Fingen ser obedientes y voluntariosos, y ocultan lo que en realidad anida en su corazón. Y como las personas en estado de ira <ene sen<mientos perversos y retorcidos, no pueden juzgar a los semejantes correctamente, y caen en la ilusión de pensar que valen más que cualquier otro.

En otras palabras, sólo el poder de los Bodhisaxvas de la Tierra y de los budas puede triunfar sobre las conspiraciones y las maniobras del clero corrupto y de los líderes polí<cos rapaces, gobernados por el estado de ira, que exhiben la misma conducta de un asura (demonios pendencieros que describe

Vencer la ira con la fuerza de la budeidad El Daishonin escribe: Existe un poderoso rey asura capaz de ba<rse en 57


la mitología india.)Exactamente de acuerdo con este fragmento del gosho, la SGI, cónclave de Bodhisaxvas de la <erra, ha podido escribir una magnifica historia triunfal. Es de verdad un logro extraordinario.

Esta naturaleza de los asura también queda esclarecida por el Daishonin en el gosho “Carta desde sado”. Cuando los asuras son amonestados por alguien de fortaleza superior, enseguida revelan su verdadera naturaleza insignificante. [En “Carta desde Sado”,

En su tratado Sanju Sho (La triple enseñanza secreta), el vigésimo sexto sumo prelado Nichikan Shonin describe a los asuras como seres gigantescos. Cuando un asura camina en el océano, las aguas apenas les llegan a las rodillas. De esta misma forma aparecen descritos en varios sutras.

Nichiren Adición escribe: “El hombre arrogante se deja invadir por el pánico cuando encuentra un enemigo poderoso, tal como el asura presuntuoso, que se encogió hasta esconderse en un loto que florecía en el lago Munetchi cuando Taishaku lo amonestó”.]

[Según diversas escrituras, los asuras <enen, “ochenta y cuatro mil yojanas de altura. Las aguas de los cuatro grandes océanos no superan el nivel de sus rodillas.]

Los humildes vencen por partida doble

Así andan por la vida, inflados de vanidad y de megalomanía. No pueden ver la medida exacta de su valor. Pero cuando a estas personas arrogantes las confronta alguien más fuerte, se encogen hasta adquirir su autén<co tamaño diminuto y huyen invariablemente.

Por úl<mo quisiera compar<r con ustedes palabras de los sabios de la an<güedad. En primer lugar el Mahatma Gandhi dijo: “Es digno de notar que todas las civilizaciones han tenido que pasar su prueba. La civilización duradera es la que logra

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superarla. La SGI también ha campeado temporales con<nuos. Ahora, quiero mencionar algunos proverbios filipinos: “Avanza en la vida con fortaleza y valenya” “La unión hace la fuerza” “Cuanto mayores son los sufrimientos, más brillante es la victoria” “Quien no conoce el sacrificio o el sufrimiento, no puede conocer el éxito” “La lengua es el arma más poderosa” “Nada <ene más fuerza que la palabra veraz” “La riqueza se agota mas la sabiduría siempre perdura" “Si quieres cambiar el mundo, comienza por cambiar tú" Oro sinceramente por su salud, longevidad y buena fortuna ilimitada en la vida. Sepan que seguiré haciéndolo mientras viva. Gracias por haber estado escuchando tanto <empo.

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LA BATALLA CONTRA LA ARROGANCIA

profundas, y porque la joya de la convicción valerosa resplandece en su corazón.

(A con<nuación, se transcribe el discurso pronunciado por el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, durante una reunión de representantes en conmemoración del Día de la SGI, 26 de enero, realizada en Shinjuku, Tokio, el 27 de enero de 1999)

¡Qué admirable y digno de respeto!1 Todos los que hoy están par<cipando en esta reunión, conmemora<va del Día de la SGI, son personas unidas por lazos kármicosN realmente profundos, dueñas de una misión sublime.

Voy a referirme a una mujer común, que no tenía ninguna fama o pres<gio s i n g u l a re s . E l D a i s h o n i n to m ó especialmente el pincel y le escribió la siguiente carta de aliento:

Cité este fragmento de gosho como expresión de mi admiración y de mí agradecimiento más inmenso hacia el esfuerzo incesante de los grupos de capacitación pertenecientes a la División de Damas -Kobai-kai, Tokiwakai y Kojo-no-tsuki—; a los re p re s e n t a n t e s d e l c u e r p o d e intérpretes y traductores; a los representantes del Grupo de Enfermeros, Shirakaba-kai y Grupo Shirakaba, y de la División de Médicos.

En este mundo turbulento [donde abundan las persecuciones], en este mundo que nos hace pensar en el viento que ulula y sacude las hierbas o en el rayo que pasma de t e r r o r a l o s h o m b r e s , e s sorprendente que usted haya mantenido la confianza en mí. Se dice que si las raíces son profundas, las hojas no se marchitarán; si en el fondo de la ver@ente hay una piedra preciosa, el cauce jamás se secará. De la misma manera, su fe siempre es joven y resuelta, probablemente porque las raíces de su fe son

La sencillez refrescante de la "Madre del pueblo" chino Muy pronto, la editorial Ushio va a lanzar una nueva biogra[a de la "madre del pueblo" chino, la señora Deng Yingchao (1904 1992), esposa del primer ministro Zhou Enlai. El libro se 60


<tula Tou Eicho—Tsuma toshite, Doshi toshite (Deng Yingchao—como esposa y camarada). El autor, Kazuteru Saionji, me envió un ejemplar recién salido de la imprenta, y me senté a leerlo apenas lo recibí. Es un libro impactante.

discreto de la mujer. Ves<da sin lujos ni afectación, estaba más allá de toda vanidad o altanería. A decir verdad, decía el autor, su aspecto era el mismo de cualquier señora china de mediana edad.

Me siento honrado de que, en su p ró l o g o, h ay a m e n c i o n a d o m i encuentro con el primer ministro Zhou [acaecido el 5 de diciembre de 1974], y la plantación del Cerezo Zhou Enlai en la Universidad Soka. En ello, puedo ver una notable cuota de calidez y perspicacia.

Esta era una de las cosas más grandiosas de la señora Deng. La verdadera personalidad siempre lleva consigo un aura refrescante. Nadie es mejor que nadie. La gente arrogante que se cree especial ha perdido la integridad humana; van por la pendiente corrupta de la declinación.

El señor Saionji fue muy amigo del primer ministro Zhou y de la señora Deng. Hace más de cuarenta años, la pareja le había dado una grata bienvenida a su familia, emigrada a la China. En ese entonces, el señor Saionji cursaba los primeros años de la escuela secundaria. La primera vez que visitó la residencia del dignatario, una mujer de cabello corto le sirvió una taza de té. Supuso que debía ser la criada, hasta que apareció el primer ministro Zhou y se la presentó como su esposa. El señor Saioinji se quedó impresionado por la sencillez y el comportamiento

Un líder <ene que ser humilde Hubo algo que la señora Deng siguió proclamando con pasión inquebrantable, en los úl<mos años de su larga y heroica vida. Y fue que los líderes se ganaran legí<mamente sus laureles. Aprovechaba cada oportunidad para enseñar con rigor, a los jóvenes líderes del futuro, el camino correcto del liderazgo. Permítanme compar<r con ustedes algunas de sus palabras: 61


El orgullo y la arrogancia: dos enemigos gemelos

La contribución de un revolucionario debe ser ilimitada. Deben ser modestos y humildes. H a g a n b i e n s u t r a b a j o , s i n impaciencia ni superioridad.

En el budismo, los enemigos más grandes de una persona son eI orgullo y l a a r ro ga n c i a . H o y, q u i s i e ra mencionar citas del Gosho para adver<r sobre estos peligros.

El deber de oponerse a los privilegios debe ser acome@do por nuestros direc@vos. Para que eso suceda, es n e c e s a r i o t e n e r e s p í r i t u revolucionario.

Nichiren Daishonin dice sobre el mundo del Ul<mo Día de la Ley: "Estamos viviendo en el Ul<mo Día; la sabiduría de la gente es superficial, y su ac<tud está impregnada de orgullo”.

El pueblo es el protagonista; el pueblo es el maestro. Jamás tengamos hacia el pueblo el menor sen@miento de soberbia.

También dice que, en esta época, los pensamientos del pueblo están "colmados de envidia y celos”.

El punto de par@da de nuestra con@enda es relacionarnos con el pueblo, basarnos en el pueblo, unirnos con todo aquel con quien sea posible unirnos.

Tal como enseña este pasaje, en el Ul<mo Día en que vivimos, la sociedad humana es una ciénaga da orgullo y de envidia. No nos dejemos arrastrar por este torbellino fé<do, que nos conducirá a la pérdida de la fe.

De esta forma, luchó tenazmente para evitar que los líderes fuesen vencidos por la jactancia y la altanería.

El Daishonin lo reiteró muchas veces. Por ejemplo, dijo:

62


“En el camino hacia el logro de la Budeidad, [usted debe] invocar Nam- myoho-renge-kyo sin arrogancia ni apego a ideas distorsionadas”

ac<vamente destruir el mundo puro de la SGI. Embriagados por la intrascendencia de los "tesoros del cuerpo" y los "tesoros del cofre", se olvidaron del "tesoro del corazón" y más importante: la fe. Por eso, no pudieron respetar a los miembros de fe pura ni con<nuar dentro de la SGI, un mundo inspirado en la devoción sería y sincera de los creyentes, y dedicado a propagar las enseñanzas del Daishonin. Es esencial que desenmascaremos a las personas así y no nos dejemos engañar.

Es Importante que siempre mantengamos el espíritu de búsqueda hacia el budismo, con el deseo de mejorar constantemente, para no arribar a callejones sin salida ni estancarnos en nuestra situación actual. También es absolutamente esencial que actuemos para comba<r a las malas personas, mo<vadas por la envidia y la arrogancia.

La persecución originada por la arrogancia

Los que olvidan que el "tesoro del corazón" es el más Importante

El Sutra del Loto detalla claramente la clase de gente que persigue y oprime a sus prac<cantes. Me refiero a los "tres enemigos poderosos", mencionados en el capítulo "El aliento a la devoción", y a las "cuatro clases de creyentes arrogantes", citados en el capítulo "El bodhisaxva Jamás Despreciar". Todos ellos <enen algo en común, y es su soberbia.

En el pasado, desafortunadamente, hubo personas en nuestra organización que incurrieron en sen<mientos de vanidad o de celos, por cosas como la capacidad intelectual, la posición organiza<va, la profesión, la formación académica, el poder o la riqueza. Este descuido las llevó a perder la fe. También hubo traidores que no sólo abandonaron la fe, sino que buscaron

En la raíz de los actos de persecución que estas personas cometen, invariablemente anida la arrogancia. El 63


sutra dice que "creerán haber logrado lo que en realidad no poseen". En otras palabras, creen equivocadamente que ya han llegado al nivel más alto de iluminación. También nota que “se conducirán con soberbia y con jactancia”.

importa es quedar bien, no <enen respeto alguno por los demás. En síntesis, la soberbia deforma y paraliza el corazón de las personas arrogantes, incapaces de mirarse a sí mismos con hones<dad o de reflexionar sobre su conducta. Son una verdadera vergüenza.

El tercero de los enemigos poderosos corresponde a los "falsos venerables”: personas que se postulan como modelos de virtud, pero en realidad no <enen ninguna virtud encomiable. Desprecian al pueblo y albergan animosidad hacia los devotos del Sutra del Loto, que luchan en defensa de la gente. Viven a merced de su propia soberbia. Y también es la soberbia lo que convierte a las personas que se alejan de la fe en destructores de la fe.

El desprecio a los demás El Sutra del Loto menciona otra caracterís<ca de los falsos santos: "despreciarán a todos los hombres con franco desdén". En otras palabras, la gente les inspira desprecio. La causa de este menoscabo está en la negrura de su propio corazón. Como son tan feos por dentro, no pueden respetar a los demás. En consecuencia, aunque de su boca salgan palabras impactantes, ín<mamente no creen en que todas las personas puedan lograr la iluminación, como enseña el Sutra del Loto. Si así son las cosas, ¿cómo van a comprender el corazón sincero de los que se esfuerzan por propagar el budismo de Nichiren Daishonin, en su propio bien y en bien de los demás? Lo único en lo que creen estos individuos arrogantes

El corazón de los falsos venerables es muy ruin; sin embargo, fingen ser personas de integridad intachable. No hacen el gongyo seriamente, pero fingen tener fe. No ponen en prác<ca las enseñanzas del Daishonin, pero ordenan a los demás que lo hagan. No <enen capacidad, pero se aprovechan de su cargo para pavonearse y darse aires de importancia. Lo único que les 64


es en la fama y en la riqueza. Para ellos, la religión y la gente son simples instrumentos. El Sutra del Loto advierte sobre los falsos santos, cuando dice:

personas son vanidosas e hipócritas. Lo que es más, ni siquiera se avergüenzan de su engaño; no <enen el menor remordimiento o cargo de conciencia.

Ávidos de provecho y de respaldo, predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas y serán respetados y venerados por el mundo, como si fueran arhats d u e ñ o s d e l o s s e i s p o d e r e s trascendentales.

Expertos en tergiversar la verdad Las personas soberbias también son muy hábiles para distorsionar la verdad; vacían su propia basura en la puerta de los devotos del Sutra del Loto. Por ejemplo, los falsos sacerdotes s e a p ro v e c h a n d e l a re l i g i ó n ; ambicionan dinero y pres<gio personal. En lugar de reflexionar sobre su propia mezquindad, cri<can las ac<vidades de los prac<cantes de la Ley y los acusan de estar "mo<vados en un deseo de fama y de riqueza", es decir, lo mismo de lo que ellos son culpables. Repiten sus calumnias maliciosas a todo el mundo, Inclusive a los funcionarios y autoridades del gobierno. Incapaces de mirar con rigor su propia naturaleza retorcida, atacan a los demás. Incapaces de destruir el mal de su propio corazón, lo que buscan es destruir a sus semejantes. Así actúa la gente arrogante.

Mentir, para ocultar los defectos Otra caracterís<ca de los arrogantes es su predilección por la men<ra. En el "Ongi Kuden" (Registro de las enseñanzas transmi<das oralmente), el Daishonin cita las palabras del gran maestro Miao-lo: "La arrogancia se define por la tendencia a ocultar los defectos y a jactarse de las virtudes". La gente consumida por el orgullo no <ene escrúpulos a la hora de ocultar sus falencias y de publicitar virtudes que, en realidad, no posee. Estas 65


Es absolutamente esencial que pongamos límite rotundo a estas funciones demoníacas. Luchemos contra ellas con energía, y venzamos. Si cedemos un poquito, se desmoronará el cimiento del kosen-rufu. Y si eso sucede, el futuro de la humanidad perderá su única esperanza brillante. Debemos comba<r el mal hasta su raíz. Así es el budismo y así es la fe. Uno podrá asegurar el desarrollo eterno del movimiento por el kosen-rufu sólo cuando prac<que el budismo con la determinación de librar una con<enda determinante contra el mal.

shikan (Gran concentración e introspección): Ya que la mente de la persona en estado de Irá desea, en todo momento, ser superior a los demás, y no puede soportar ser inferior a nadie, menosprecia y rebaja a los otros mientras se elogia a sí mismo, tal como un milano sube a las alturas y desde allí cree ser más grande que el resto de las cosas. Exteriormente, l a g e n t e a s í m u e s t r a benevolencia, rec@tud, disciplina, sabiduría y fe, y cul@va una disposición hacia el pequeño bien. Todo esto mientras pone en prác@ca la forma de ser de asura.

El deseo de superioridad absoluto Desde el punto de vista de los Diez Estados, el estado de vida de una persona arrogante corresponde a la Ira [<pificada, en la figura de los asura, demonios pendencieros de la mitología india]. Las personas arrogantes viven mo<vadas por el deseo de superar a los demás. Tienen el deseo perverso de ser mejores que cualquiera, a toda costa, y se sienten superiores a todos.

L a s p e rs o n a s a r ro ga nte s v i ve n controladas por el deseo de medirse con los demás y salir vencedoras en la pugna. No pueden emprender la con<enda espiritual de triunfar sobre si mismos, y sobre sus propias miserias. Por eso su condición de vida no experimenta ninguna mejoría. Cuanto mas conspiran y traman para eclipsar a los demás, mas defienden cuesta abajo su propio estado de vida.

Con respecto al estado de Ira, el gran maestro T'ien-t'ai escribió en el Maka 66


Sin embargo, en el Gosho vemos un asura que, enfrentado a la posibilidad de luchar contra un oponente superior (el gran Taishaku, una de las deidades tutelares del budismo), se encoge hasta adquirir un tamaño diminuto. Tan pequeño, que puede ocultarse en una flor de loto que hay en un estanque cercano. Ese yo insignificante es la realidad de todos los asuras. El Daishonin declaró que las personas arrogantes siempre <emblan cuando están frente a un enemigo poderoso. Nichiren Daishonin escribió:

Las personas arrogantes siempre andan muy ocupadas con sus dudosos planes; <enen mucho que hacer, como por ejemplo, contar las men<ras más inconcebibles, pregonar a cuatro vientos sus supuestas virtudes, orquestar maniobras para perseguir a los que propagan el Sutra del Loto, etcétera, etcétera... Todos estos esfuerzos no les sirven de nada. Estas personas no consiguen transformar su estado de vida, las<man a los demás y caen derecho en el estado de Infierno. Y junto con ellos, caen también todos los que los han seguido en sus conspiraciones y men<ras.

"El hombre arrogante se deja invadir por el pánico cuando encuentra un enemigo poderoso, tal como el asura presuntuoso, que se encogió hasta esconderse en un loto que florecía en el lago Munetchi, cuando Taishaku lo amonestó.”

Por favor, jamás nos dejemos engañar por la gente así. No nos dejemos embaucar. El miedo a ser desenmascarados Otro rasgo natural de los arrogantes es la cobardía. Como viven inflados de orgullo, creen ser grandiosos. Se dice que los asuras medían ochenta y cuatro mil yojanas de altura; las aguas de los cuatro grandes océanos no les llegaban siquiera a las rodillas.

Cuando un autén<co devoto del Sutra del Loto aparece en escena, los arrogantes sienten temor de quedar en evidencia, de ser desenmascarados. Los aterroriza pensar que pueda caer su elaborada máscara de san<dad, integridad y devoción piadosa a la fe. 67


Por eso dirigen toda su hos<lidad al devoto del Sutra del Loto y buscan destruirlo.

rey. Sólo pueden lograr la iluminación las personas que luchan con el corazón de un león rey. Los que no lo hagan, aunque tengan mucho <empo de prác<ca, verán que la iluminación se les escapa. Nichiren Daishonin declara que

El mal esta destinado a caer En el mundo de hoy abundan personas así. Pero, finalmente, la jus<cia triunfa sin falta. Nichiren Daishonin lo dice con claridad:

“las personas que realmente logran manifestar su Budeidad son más pocas que el número de granos de arena que uno puede capturar sobre las uñas”.

"Los regentes y las personas que despreciaron a los devotos del Sutra del Loto, al principio, p a r e c i e r o n e sta r l i b r e s d e retribución nega@va. Pero, con el @ e m p o , t o d o s s e v i e r o n condenados a caer".

Una fuente de optimismo inquebrantable Volvamos a la biogra[a del señor Saionji sobre la señora Deng Yingchao. Quisiera contarles una anécdota que aparece en sus páginas.

El Daishonin está declarando que las personas arrogantes, de corazón perverso, que desprecian a los creyentes y buscan destruir el kosenrufu, sin falta caerán en la ruina. Es más, estas palabras revelan toda su veracidad cuando examinamos lo que les sucedió a las personas que intentaron destruir la SGI.

Cuando Zhou Enlai era joven, le dijo a Deng Yingchao, a quien todos conocían, en aquel entonces, como la 'camarada Xiaochao (La Pequeña Chao): “Todos quieren saber cómo haces para estar siempre radiante y alegre, en cualquier ocasión. No saben cuál es tu secreto.”

La jus<cia y la verdad triunfan sólo cuando uno <ene el corazón de un león 68


Deng Yingchao respondió jubilosamente:

Por favor, consoliden un estado de vida muy elevado en esta existencia, para disfrutar, eternamente, el camino de las cuatro virtudes: eternidad, felicidad, verdadero yo y pureza.

“Verás; soy op@mista de corazón. Sé que si caemos en la melancolía, contagiaremos ese sen@miento a los demás. Son épocas muy digciles, así que creo que nuestra misma ac@tud debe enseñar al pueblo que la revolución nos llevará hacia un futuro brillante. Q u i e r o q u e t o d o s t e n g a n convicción en nuestra victoria.”

Una vez que logren manifestar la Budeidad, podrán, en existencia tras existencia, renacer libremente, donde quieran, y allí cumplir la misión que su corazón haya escogido. Quiero dar por terminadas mis palabras con esta proclamación absoluta.

Zhou Enlai y Deng Yingchao siempre pensaban en el bienestar de todos. Siempre lucharon por inspirar y alentar a los demás.

Les agradezco que hayan venido hasta aquí desde lejos, con el frío que hace, para par<cipar en la reunión de hoy. (publicado el 30 de enero de 1999 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai de Japon).

Construir en esta vida la base de la felicidad eterna El lema de esta pareja altruista era "Allí donde esté, aunque sea como soldado raso, daré lo mejor de mí". Oro para que todos ustedes mantengan este noble espíritu en su comunidad. Espero que trabajen con alegría y vitalidad, para asegurar la victoria de sus compañeros de fe.

69


CONVICCIÓN Y SEGURIDAD INTRÉPIDAS: EL CAMINO INVENCIBLE DE MAESTRO Y DISCÍPULO

la deshonra es rendimos ante la situación y ser vencidos por nosotros mismos.

“Jamás deshonre al Sutra del loto”

Los prac<cantes también terminan denigrando la Ley cuando pierden de vista el cimiento esencial de la fe, se rinden a la cobardía porque <enen miedo de la opinión ajena o se vuelven arrogantes porque se dejan embriagar con una popularidad aparente y mundana.

El Daishonin le enseña a Shijo Kingo un aspecto crucial de la fe cuando le expresa: “Jamás deshonre el Sutra del loto, ni aun siendo el más desgraciado de los mendigos”.21 Esta frase expresa la esencia de la fe; son muchos los miembros que la han grabado en lo más hondo de su alma. No me parece exagerado decir que esta postura, hoy en día, sólo se encuentra viva en la prác<ca de la Soka Gakkai.

Todas las personas desagradecidas y traidoras que “deshonraron el Sutra del loto” tanto en el pasado como en la época actual, tuvieron algo en común, y es que perdieron la fe y sucumbieron a su ambición de popularidad o de riqueza. Demostraron ser las<mosos perdedores espirituales que dejaron destruir su propia fe a manos de la nega<vidad y la oscuridad de su propia vida. Perdieron hasta la capacidad de avergonzarse o arrepen<rse de su mala postura. Así de temible puede llegar a ser la oscuridad fundamental inherente a la vida.

Desde el punto de vista de los valores del budismo de Nichiren Daishonin, “deshonrar el Sutra del loto” no es otra cosa que la derrota de la fe y de la prác<ca budista. Por penosas que sean nuestras circunstancias, ya sea que estemos batallando contra la enfermedad o contra los problemas económicos, mientras perseveremos en la fe sin dejamos influenciar, no estaremos deshonrando nunca el Sutra del loto. En todo caso, lo que ocasiona

Ya que el interés egoísta, la vanidad y la arrogancia nos hunden de cabeza en 70


esta oscuridad, por favor estemos siempre en guardia contra tales tendencias.

inferior es una fuente de sufrimiento, en la medida en que vamos en pos de fenómenos cambiantes y transitorios, manipulados por los deseos mundanos. Por lo tanto, el budismo enseña que debemos descartar nuestro yo pequeño, impulsado por el egoísmo. Esto, con todo, no significa descartar la vida que hemos vivido, ni renunciar a todas las posiciones o funciones que cumplimos en la sociedad para vivir como ermitaños.

El propósito de la fe en el budismo del Daishonin es cul<var un estado de vida inmenso e indestruc<ble, tan enorme como el universo, basados en nuestra convicción en la eternidad de la vida, pero sin dejarnos influir por la alabanza o la censura que recibamos en esta existencia. La verdadera misión de la religión es forjar excelentes vencedores espirituales.

El budismo de Nichiren Daishonin, que discierne la naturaleza esencial de la existencia, nos enseña a vivir basados en nuestro yo superior para que nuestras acciones concuerden con la Ley eterna e invariable que abarca todo en este mundo transitorio.

No basarnos en el yo inferior, sino en el Yo esencial o superior El budismo enseña que uno debería basarse en su yo superior o verdadero

Vivir basados en nuestro yo superior significa trascender nuestro apego al yo inferior y orientar correctamente nuestra vida co<diana, sin dejamos i n fl u e n c i a r p o r l o s fe n ó m e n o s cambiantes, con una sólida autonomía y fuerza vital inseparables de la Ley eterna e invariable.

La verdadera misión de la religión es forjar excelentes vencedores espirituales. Antes que estar sujeto a su yo pequeño o inferior. En sen<do general, el budismo suele hacer énfasis en la transitoriedad. Es cierto que vivir basados en nuestro yo 71


En consecuencia, cuando el Daishonin dice: “Ni aun siendo el más desgraciado de los mendigos”, no está diciendo que no importan los feudos de Shijo Kingo ni otras cues<ones de la vida; en cambio le dice que, cuando en el curso de la vida uno se ve enfrentado a una elección decisiva o trascendental y <ene que resolver una encrucijada, siempre debe elegir serenamente el camino del yo superior; es decir, el camino eterno e invariable de la fe. M i e n t ra s t e n ga m o s c l a ra e s t a dirección, es natural que vivamos con el deseo de ser triunfadores en la sociedad.

Aun cuando enfrentemos tempestades de obstáculos o un karma muy adverso, quienes resueltamente sostengan la Ley Mís<ca, no se aparten del camino de maestro y discípulo, apoyen a la Soka Gakkai y trabajen para construir una comunidad armoniosa de prac<cantes, ya en ese mismo momento son triunfadores en la dimensión esencial de la vida. Pues cuando nos basamos en nuestro yo superior obtenemos la fortaleza y el vigor de repeler cualquier adversidad. La victoria suprema en el nivel espiritual abrirá sin falta el camino hacia nuestra victoria suprema en la vida.

El budismo se enfoca en la victoria. Aun cuando tengamos reveses temporales en nuestras ac<vidades sociales, sin falta podremos triunfar en la vida, mientras sigamos esforzándonos seriamente hasta el final, basados en la fe. Como dice uno de los poemas del señor Toda, con la postura de “orar al Buda por la victoria final”. Desde el punto de vista de las enseñanzas del Daishonin, nuestra victoria está totalmente asegurada.

También por esa razón necesitamos templar y perfeccionar nuestra vida, y avanzar en la revolución humana cada día, mediante una prác<ca budista coherente, pues si lo hacemos, si fortalecemos nuestra vida exhaus<vamente, seremos capaces de comba<r la oscuridad o ignorancia — que puede ser un enemigo formidable — e impedir que las fuerzas destruc<vas se ac<ven en un momento crucial. 72


Daishonin, el budismo de maestro y discípulo.

Todo se reduce a cuál camino escogemos cuando nos encontramos en las grandes encrucijadas de nuestra vida. ¿Elegimos el sabio sendero que conduce a nuestro mayor crecimiento y desarrollo como seres humanos? ¿O adoptamos el camino necio |que nos pone constantemente a merced de las opiniones ajenas y nos hace vivir en función de ellas? En cierto sen<do, podría decirse que cada paso en la vida representa una encrucijada así. Por tal mo<vo es vital que tengamos un criterio infalible para escoger en cada ocasión el rumbo correcto. Para nosotros ese criterio integral es avanzar siempre junto a nuestro maestro tal como escogio hacer Shijo Kingo con el Daishonin. Los que avanzan con la misma postura de su mentor enfrentados a una encrucijada decisiva, sin falta, recorrerán el camino hacia el éxito. Una vida de profundo compromiso a la inseparabilidad de maestro y discípulo crea un gran camino hacia la victoria en la vida. Esto es, precisamente, lo que enseña el budismo de Nichiren 73


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