Teoría y práctica 07

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Revista de teoría y política del Partido Popular Socialista de México

Tercer época. año 1 Enero-marzo de 2013

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Juan Campos Vega/Las nefastas consecuencias del mal llamado Pacto por México las reformas neoliberales de Peña Nieto y sus secuaces Omar Pereira Hernández/El programa neoliberal 2012-2018 para México y el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, PPT Cuauhtémoc Amezcua Dromundo/Otra vez a discusión los instrumentos, los objetivos y la vía de la lucha revolucionaria urgente en México José Santos Cervantes/La clase obrera en la nacionalización de la industria petrolera mexicana, y la dupla imperialismo-burguesía apátrida en el camino a profundizar y consolidar su privatización Tesis para el II Congreso de la Internacional Comunista Expropiación, nacionalización y socialización

¡Sin teoría revolucionaria no hay acción revolucionaria!


Indice

LAS NEFASTAS CONSECUENCIAS DEL MAL LLAMADO PACTO POR MÉXICO LAS REFORMAS NEOLIBERALES DE PEÑA NIETO Y SUS SECUACES Por Juan Campos Vega*

EL PROGRAMA NEOLIBERAL 2012-2018 PARA MÉXICO Y EL ACUERDO ESTRATÉGICO TRANSPACÍFICO DE ASOCIACIÓN ECONÓMICA, PPT Por Omar Pereira Hernández OTRA VEZ A DISCUSIÓN LOS INSTRUMENTOS, LOS OBJETIVOS Y LA VÍA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA URGENTE EN MÉXICO. Por Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.

LA CLASE OBRERA EN LA NACIONALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA PETROLERA MEXICANA, Y LA DUPLA IMPERIALISMO-BURGUESÍA APÁTRIDA EN EL CAMINO A PROFUNDIZAR Y CONSOLIDAR SU PRIVATIZACIÓN José Santos Cervantes. TESIS PARA EL II CONGRESO DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA EXPROPIACIÓN, NACIONALIZACIÓN Y SOCIALIZACIÓN

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Revista de teoría y política

del Partido Popular Socialista de México

Tercer época. año 1, núm. 1, Marzo abril de 2013


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LAS NEFASTAS CONSECUENCIAS DEL MAL LLAMADO PACTO POR MÉXICO LAS REFORMAS NEOLIBERALES DE PEÑA NIETO Y SUS SECUACES

Por Juan Campos Vega*

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a publicidad gubernamental pretende hacernos creer que las políticas diseñadas por el nuevo gobierno e incluidas en el mal llamado Pacto por México, suscrito por Enrique Peña Nieto y los dirigentes de los partidos: Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), darán solución a viejos y nuevos problemas que enfrentan el pueblo y la nación. Nada más alejado de la realidad. Haciendo a un lado las políticas asistencialistas y de obras públicas que todos los gobiernos realizan en menor o mayor medida, en los aspectos esenciales, el neoliberalismo sigue presidiendo la conducción de la administración pública. Todo parece indicar, que los ofrecimientos incluidos en el primer punto del Pacto por México, en especial los de proporcionar acceso universal a los servicios de salud, seguro de desempleo, seguro de vida para jefas de familia y una pensión a todos los mexicanos mayores de 65 años que no cuenten con un sistema de ahorro para el retiro o pensión del IMSS o del ISSSTE, así como más y mejores empleos —promesa incumplida por los gobiernos neoliberales de *Miembro de la Dirección Política del PPS de M

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Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, lo que se constata con el desmedido crecimiento del empleo informal1 y de la miseria2—, tienen su contrapartida en el segundo punto del mismo pacto, que incorpora medidas económicas favorables a los intereses del gran capital, así como el pretendido impulso al crecimiento económico, por la vía de intensificar la competencia en todos los sectores, especialmente en telecomunicaciones, transporte, servicios financieros y energía, por medio de una mayor inversión de capital privado, particularmente extranjero. Para lograr lo anterior, el gobierno se propone impulsar reformas como la energética para convertir a ese sector en un poderoso motor del

1 INEGI, “Indicadores oportunos de ocupación y empleo. Cifras preliminares durante noviembre de 2012”, Tasa de Ocupación en el Sector Informal 1, 27.65% de la población ocupada; Tasa de Informalidad Laboral 1 —que incluye, además, a los ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a trabajadores que laboran sin seguridad social—, 59.82% de la población ocupada.

2 CONAPO, México cuenta con 53 millones de pobres. De 2010 a 2012, un millón 300 mil mexicanos se sumaron a la población en pobreza extrema, de 11.7 millones, pasaron a 13 millones.


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crecimiento económico por medio de la atracción de inversión —extranjera desde luego— y realizar los cambios que permitan crear un entorno de competencia; además, incrementar la productividad agropecuaria por medio del otorgamiento de crédito oportuno y a tasas preferenciales a pequeños y medianos productores —a ejidatarios y comuneros no, desde luego—; asimismo, realizar una reforma fiscal para reducir el sector informal de la economía y revisar el diseño y la ejecución de los impuestos directos e indirectos —incluye la amenaza de gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) a medicinas y alimentos—, es decir, realizar las llamadas reformas estructurales en materia de energía y en el ámbito fiscal, principalmente.

Lo primero que es necesario aclarar es que el crecimiento económico, tan ofrecido desde 1982 y tan ausente de la economía mexicana en estas tres décadas —apenas mayor de 2%, porcentaje cercano al crecimiento poblacional— no sería la panacea a nuestros problemas, porque el crecimiento económico consiste solamente en cambios cuantitativos, en el incremento del producto interno bruto (PIB), es decir, en el aumento de la producción de bienes y servicios en un periodo determinado, sin que implique, necesariamente, mejoría alguna en el nivel de vida de la población. La sociedad mexicana, que se caracteriza por ser una de las más injustas de nuestro planeta en cuanto a distribución del ingreso se refiere, impide que el crecimiento económico —si lo hubiera— pudiera contribuir a la solución de los problemas que enfrenta la mayoría de la población. Los indicadores de incremento del ingreso per cápita no reflejan el problema es su magnitud real; en este terreno, no importa que el promedio de ingreso en México crezca, si la distribución se va haciendo cada vez más injusta, si un pequeño número de oligarcas y capitalistas extranjeros se hacen cada vez más ricos a expensas de la pobreza y miseria de la mayoría de los mexicanos. Lo que interesa es garantizar el desarrollo económico, porque éste adiciona a los cambios cuantitativos, los cualitativos, es decir, asegura que

la riqueza creada esté orientada a mejorar el bienestar económico y social de sus habitantes. Lo que México requiere es una política que tenga como finalidad garantizar el desarrollo económico.

Para lograr ese objetivo, la nación mexicana no debe depender del exterior. La dependencia del capital financiero internacional impide la solución de los problemas esenciales: la ampliación y fortalecimiento de las industrias de las áreas estratégicas y de los servicios públicos fundamentales, que deben permanecer en manos del Estado; así como el mejoramiento de la agricultura, particularmente ejidal y comunal, y la que se encuentra en manos de auténticos pequeños propietarios, que debe contar, entre otros apoyos, con crédito oportuno y barato por parte de las dependencias e instituciones del gobierno. La experiencia demuestra que la exportación de capitales de las naciones industrializadas hacia los países atrasados —en el caso de México particularmente de los capitales estadounidenses— tiene como finalidad el control, directo o indirecto, de todas las ramas de su economía, en particular de la electricidad y del petróleo, por su importancia fundamental para el desarrollo económico; también para impedir la creación de industrias nacionales, hacer imposible la formación de capitales nacionales, y obligar a México a depender en mayor medida de los Estados Unidos en el ámbito comercial; mantenernos como país atrasado, llevarse la plusvalía generada por el trabajo de nuestro pueblo, y hacer de México un país de inmigrantes que proporcionan mano de obra barata a la economía estadounidense. Ello explica la nula contribución del capital extranjero para superar el subdesarrollo, mucho menos para conquistar la independencia económica de un país; porque cuando se desarrollan las fuerzas productivas debido a la presencia de capital extranjero, para el país que lo recibe sólo quedan bajos salarios e impuestos reducidos.

De la misma manera, sin el desarrollo económico independiente del exterior, no se puede resolver el del acceso de las mayorías a una educación básica de calidad ni se pueden formar los cuadros

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técnicos para el rápido crecimiento de las fuerzas productivas ni preparar los profesionales de las distintas ramas de las ciencias, las humanidades y del arte, porque la orientación de los diversos niveles de la educación pública se define en función de las directivas de los organismos internacionales al servicio de los países imperialistas: la educación básica por las orientaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y las de la educación media y superior por las exigencias del Banco Mundial (BM). Lo mismo se puede afirmar del problema de la conservación de la salud; del derecho al trabajo —ahora cada vez más lejano por las recientes reformas regresivas a la Ley Federal del Trabajo, que atentan contra las conquistas y los intereses de los trabajadores— y de otros aspectos sociales importantes para el bienestar de los mexicanos.

De todas las políticas contrarias al interés nacional y popular incluidas en los discursos de Enrique Peña Nieto, e incorporadas al Pacto por México, conviene destacar tres de suma importancia:

En el aspecto de la cobertura educativa, los datos estadísticos elaborados por el propio gobierno a lo largo del siglo pasado y en lo que va del presente, confirman que la cobertura educativa de nivel básico ha avanzado siempre, de manera sistemática; pero tratándose del nivel medio y superior la afirmación es falsa, lo confirman los propios datos gubernamentales que certifican que millones de jóvenes no tienen acceso a estos niveles educativos, a menos que los que suscriben el Pacto por México se estén refiriendo al incremento del número de escuelas particulares que han proliferado sin garantizar calidad alguna en la enseñanza como lo reconoce la propia Secretaría de Educación Pública, que al referirse a este tema asegura que: El grupo líder en la acreditación de los programas certificados por su buena calidad está integrado por las universidades públicas federales, estatales y las universidades tecnológicas [...] siguen las universidades públicas estatales de apoyo solidario, los institutos tecnológicos y las universidades politécnicas, [...] En el último grupo se encuentran las universidades privadas”.4

PRIMERA. Educación de Calidad y con Equidad. Establece que en los últimos años se ha avanzado de manera importante en la cobertura educativa. Que los nuevos retos consisten en culminar esta expansión, pero sobre todo en elevar la calidad de la educación de los mexicanos para prepararlos mejor como ciudadanos y personas productivas. Que para ello, se impulsará una reforma legal y administrativa con tres objetivos complementarios entre sí: aumentar la calidad de la educación básica que se refleje en mejores resultados en las evaluaciones internacionales como PISA; aumentar la matrícula y mejorar la calidad en los sistemas de educación media superior y superior; recuperar para el Estado la rectoría del sistema educativo nacional, manteniendo el principio de laicidad.3

Respecto de la calidad de la enseñanza que se ofrece en la educación básica, ésta está supeditada a los resultados que se obtengan del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) que se realiza en forma trienal a estudiantes de 15 años de edad, independientemente del nivel escolar en el que se encuentren, por encargo de los gobiernos y sus instituciones educativas, para examinar tres áreas: habilidad lectora, matemáticas y ciencias naturales.

3 Véase “Pacto por México”, p. 4, en http://pactopormexico.org/acuerdos/

4 Karina Avilés, “Universidades privadas y normales, ajenas a certificación de excelencia”, La Jornada, México, D. F., 7 de enero de 2013, p. 36.

Comentario. Lo primero que resalta en este

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tema es que destaca los aspectos esenciales del problema educativo: la ampliación de la cobertura, la elevación de la calidad, y la orientación de la educación que define el tipo de mexicano que se desea formar: un ente productivo; ni más, ni menos.

PISA no mide el conocimiento como tal, sino


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la capacidad —conocimientos, aptitudes y competencias— de los estudiantes para entender y resolver problemas auténticos: habilidad lectora para entender los manuales con los que se operan las máquinas y no para estudiar la historia, conocer el presente y disfrutar de la literatura y el arte; conocimiento básico de matemáticas y ciencias para la misma finalidad, y no para aprender a razonar; es decir, se trata de una educación utilitaria al servicio de los monopolios y del capital financiero internacional. PISA tampoco analiza los planes y programas escolares nacionales, lo que le interesa es que la educación que se imparta sirva a los fines establecidos.

En la prueba de 2009, de 61 participantes, México se ubicó en cada área de la siguiente manera: Habilidad lectora, lugar 44, con 425 puntos, por debajo del promedio de la OCDE, de 493 puntos; en Matemáticas en el lugar 46, con 419 puntos, por debajo del promedio de la OCDE, de 496 puntos; en Ciencias en el lugar 46, con 416 puntos, por debajo del promedio de la OCDE, de 493 puntos, y en todos los casos superado por escaso margen por Chile y Uruguay. Pero la finalidad de PISA, que es un instrumento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), no consiste solamente en describir la situación de la educación escolar de los países participantes, sino también en promover cambios en la misma, ya que donde se fijan las normas para la reforma educativa mexicana es en: El “Acuerdo de Cooperación México–OCDE para mejorar la calidad de las escuelas mexicanas” firmado en 2010. Mediante éste se asigna a las autoridades un conjunto de estrategias para la acción, así como el establecimiento de un marco para la evaluación e incentivos para los docentes. Ahí se encuentran en esencia las orientaciones que han dado paso a las reformas de la ACE, de las que se derivan las reformas curriculares y de gestión establecidas en el Acuerdo Secretarial 592

de la SEP y los nuevos lineamientos de carrera magisterial.5

En el caso de la educación media y superior, hace tiempo que el Banco Mundial ha venido insistiendo en la necesidad de que no haya diferencia entre la educación pública y la privada, pero esa diferencia no se refiere a la calidad sino a los contenidos. Lo que el BM desea es que se destinen menores recursos a las ciencias sociales y a las humanidades, que incluso se reduzcan a las ciencias naturales, y que el mayor flujo de recursos se destine a las carreras vinculadas a la producción, para crear los cuadros medios que requiere la industria extranjera que se apropia, cada vez en mayor medida, de los recursos naturales, de la industria, la banca y el comercio que antes se encontraban en manos del Estado o de empresarios nacionales. De lo que no habla el Pacto por México, es de la orientación que debe presidir la educación nacional, del tipo de mexicano que se pretende formar con el modelo educativo impuesto por los instrumentos internacionales al servicio de los intereses imperialistas y contrarios a los de la nación y el pueblo de México. En estas condiciones, se puede avanzar significativamente en la cobertura educativa, incluso se puede mejorar la “calidad” de la enseñanza; pero los resultados de ese esfuerzo no contribuirán a mejorar las condiciones de vida y existencia del pueblo mexicano, particularmente de los trabajadores, sino a engrosar la ya enormes ganancias del gran capital nacional y extranjero. El daño para las nuevas generaciones de mexicanos, que generará la reforma educativa, promovida y aprobada por Enrique Peña Nieto y cómplices, es incalculable. SEGUNDA. Reforma energética. Convertir al sector en uno de los más poderosos motores del crecimiento económico por medio de la atracción de inversión. Mantener en manos de la nación, la propiedad y el control de los hidrocarburos, así

5 Armando Azpeitia Díaz, “El impacto de la reforma al artículo 3° sobre las condiciones laborales del magisterio y la educación pública”, en proceso de publicación, 2013.

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como ampliar la capacidad de exploración y producción de los mismos, y realizar reformas para crear un entorno de competencia en los procesos económicos de refinación, petroquímica y transporte de hidrocarburos. Realizar las reformas necesarias, para transformar a PEMEX en una empresa pública que tenga la capacidad de competir hasta convertirse en una empresa de clase mundial, para lo que será necesario dotarla de reglas de gobierno corporativo.6

Comentario. Los aspectos importantes que se derivan de la lectura de los anteriores enunciados nos lleva a considerar:

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2.

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Que implica la decisión de incluir la participación de capital privado en las operaciones de PEMEX, o sea, de continuar y profundizar el proceso de privatización de la paraestatal.

Que a la vez que mantiene en manos de la nación la extracción y venta de hidrocarburos, propicia la competencia mediante la participación del capital privado en la refinación, la petroquímica y el transporte de hidrocarburos.

Que los aspectos anteriores y otros más de semejante naturaleza, forman parte de los “Principios de Gobierno Corporativo”, diseñados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 1999, y revisados en 2004, y que son los siguientes: I. Garantizar la Base de un Marco Eficaz para el Gobierno Corporativo

El marco para el gobierno corporativo deberá promover la transparencia y eficacia de los mercados, ser coherente con el régimen legal y articular de forma clara el reparto de responsabilidades entre las distintas autoridades supervisoras, reguladoras y ejecutoras.

6 Véase “Pacto por México, pp. 13-14, en http:// pactopormexico.org/acuerdos/

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II. Los Derechos de los Accionistas y Funciones Clave en el Ámbito de la Propiedad El marco para el gobierno corporativo deberá amparar y facilitar el ejercicio de los derechos de los accionistas. III. Tratamiento Accionistas

Equitativo

de

los

El marco para el gobierno corporativo deberá garantizar un trato equitativo a todos los accionistas, incluidos los minoritarios y los extranjeros. IV. El Papel de las Partes Interesadas en el Ámbito del Gobierno Corporativo

El marco para el gobierno corporativo deberá reconocer los derechos de las partes interesadas establecidos por ley o a través de acuerdos mutuos, y fomentar la cooperación activa entre sociedades y las partes interesadas con vistas a la creación de riqueza y empleo, y a facilitar la sostenibilidad de empresas sanas desde el punto de vista financiero. Todos los accionistas deben tener la oportunidad de realizar un recurso efectivo en caso de violación de sus derechos. V. Divulgación de Datos y Transparencia

El marco para el gobierno corporativo deberá garantizar la revelación oportuna y precisa de todas las cuestiones materiales relativas a la sociedad, incluida la situación financiera, los resultados, la titularidad y el gobierno de la empresa. VI. Las Responsabilidades del Consejo

El marco para el gobierno corporativo deberá garantizar la orientación estratégica de la empresa, el control efectivo de la di-


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rección ejecutiva por parte del Consejo y la responsabilidad de éste frente a la empresa y los accionistas.7

No debe quedar duda alguna, de que ésta es una de las decisiones más graves contra el patrimonio del pueblo y de la nación. De aprobarse en el próximo semestre la reforma energética, como han anunciado los neoliberales que suscriben el pacto, se estará regresando, en materia de petróleo, a condiciones cercanas a las prevalecientes en 1938, antes de que la lucha organizada de la clase trabajadora mexicana, agrupada en la Confederación de Trabajadores de México (CTM), dirigida por Vicente lombardo Toledano, y la decisión patriótica del presidente Lázaro Cárdenas, hicieran posible la expropiación y nacionalización del petróleo. TERCERA. Reforma hacendaria eficiente y equitativa que sea palanca de desarrollo. Para fortalecer la capacidad recaudatoria del Estado se requieren los siguientes aspectos: mejorar y simplificar el cobro de los impuestos; incrementar la base de contribuyentes y combatir la elusión y la evasión fiscales; eliminar los privilegios fiscales, en particular, el régimen de consolidación fiscal; reducir el sector informal de la economía, y revisar el diseño y la ejecución de los impuestos directos e indirectos, así como revisar y suprimir subsidios regresivos en el sector energético y en el campo.8

Comentario. La exigencia de realizar las llamadas reformas estructurales, entre ellas una reforma fiscal con las orientaciones señaladas en el párrafo anterior, también proviene del exterior, en el foro “México 2013: Políticas públicas para un desarrollo incluyente” organizado por la OCDE, el BM, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Gurría dijo que la reforma ‘más

7 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE, París, 2004, pp. 17-24, en http://www.oecd.org/daf/ corporateaffairs/corporategovernanceprinciples/37191543. pdf 8 Véase “Pacto por México, pp. 16-17, en http:// pactopormexico.org/acuerdos/

urgente’ en México es la fiscal, para ampliar la recaudación, porque eso le dará viabilidad a todas las demás reformas, en particular a los esfuerzos para reducir la desigualdad en un país donde, dijo, la diferencia de ingresos entre los más ricos y los más pobres es de 27 veces”.9 En el mismo evento, la OCDE y el BM “indicaron que México puede crecer 6% en su producto interno bruto (PIB) si el nuevo gobierno aprueba un paquete de reformas estructurales, con el que buscará aumentar el promedio anual de 2% de la última década.10

En el aspecto fiscal, tratándose de los impuestos, los neoliberales en lugar de establecer “un límite a las utilidades del capital invertido, que obligue a pagar a los empresarios de acuerdo con el capital de que disponen, que libere de impuestos a los pequeños productores, que estimule las actividades necesarias y las útiles, que restrinja las nocivas o superfluas”11, han optado por “ampliar la base gravable”, es decir, someter a un mayor número de mexicanos, por ejemplo: incluir a los que trabajan en la economía informal y que apenas sobreviven con sus ingresos; imponer tasas más altas a los impuestos al consumo, o incluir alimentos y medicinas, medidas que afectan a los mexicanos de menores ingresos, y otras medidas con la misma orientación, todo lo cual no resuelve, sino agudiza, otro de los grandes problemas nacionales: la excesivamente injusta distribución de la riqueza pública. ¿Cuáles serán las consecuencias principales de

9 Instan OCDE, CEPAL, BM y BID a México a mejorar la calidad del empleo, La Jornada en línea, 09 de enero de 2013, en http://www.jornada.unam.mx/ ultimas/2013/01/09/112521316-ocde-bm-cepal-y-bidinstan-a-mexico-a-mejorar-calidad-del-empleo

Víctor Cardoso y Juan Carlos Miranda “Apremian 10 OCDE y BM a México a concretar reformas estructurales”, La Jornada, México, D. F. 12 de enero de 2013, p. 24. Vicente Lombardo Toledano, “Analisis de los obs11 táculos para nuestro desasrrollo”, Nacionalizar el Estado, vol. 3, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano, 1998, p. 1120.

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todas estas decisiones antinacionales y antipopulares, incluidas en el mal llamado Pacto por México, redactado con las orientaciones neoliberales que caracterizan a los últimos cinco gobiernos y al actual? Que la economía nacional seguirá orientada a servir a los intereses del exterior. Que el Estado seguirá impedido de asumir su responsabilidad de promotor directo de la producción e impulsor de la economía para multiplicar las fuerzas productivas, dejando esa tarea al sector privado, particularmente extranjero, cuya única motivación es obtener el mayor lucro posible. Que, en consecuencia, el mercado interno, por la falta de empleos y los bajos salarios, seguirá deprimiéndose. Que privatizar las empresas estatales, entregar a los monopolios las riquezas del subsuelo y propiciar la presencia del capital privado en las empresas de las áreas estratégicas de la economía del país, en manos del Estado, hace que México transite peligrosamente por el camino de convertirse en una colonia absoluta del capital financiero internacional. Ante las pretensiones del gobierno de Peña Nieto y de los partidos neoliberales que suscriben el Pacto por México, los sectores progresistas y revolucionarios deben reivindicar la política de nacionalizaciones, porque continúa siendo la vía eficaz para enfrentar las pretensiones imperialistas, el camino adecuado para hacer progresar a México en el orden económico, y para liberarlo de los monopolios extranjeros; de igual forma, deben defender la necesidad de fortalecer el papel del Estado en la economía, como productor directo de bienes y servicios, porque solamente de esta manera será posible mejorar la distribución de la riqueza pública, producto del esfuerzo cotidiano del pueblo trabajador. Frente a las políticas neoliberales, urge levantar un proyecto económico, político, social y cultural antimperialista, democrático y popular, avalado por todos los sectores antineoliberales. Porque, como afirmaba Vicente Lombardo Toledano, en resolver estos grandes problemas: “en favor de la mayoría y no de la minoría, estriba el desarrollo 8

progresivo de México”.12 12 Vicente Lombardo Toledano, “¿Moscú o Pekín? La vía mexicana hacia el socialismo”, Obra histórico-cronológica, tomo VI, volumen 11, México, Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano, 2011, p. 109.


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EL PROGRAMA NEOLIBERAL 2012-2018 PARA MÉXICO Y EL ACUERDO ESTRATÉGICO TRANSPACÍFICO DE ASOCIACIÓN ECONÓMICA, PPT Peña responde a los intereses de Estados Unidos, no a los de nuestro país.

Presentación

E

l Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) constituye una nueva etapa, más acentuada, del proceso de integración económica internacional y “liberación” del comercio que impulsan el capital financiero y los monopolios trasnacionales en la etapa neoliberal, en este caso sobre todo los estadounidenses.

Se trata de una de las formas de adaptación y sobrevivencia que ese grupo todavía poderoso del gran capital pone en marcha, frente a la amenaza mortal que le significa la crisis general del sistema capitalista mundial y su histórica tendencia a la baja de la tasa de ganancia, pero tiene otras características: es también una estrategia para obtener ventajas frente a otros competidores –como los de la Unión Europea-- en la aguda lucha interimperialista, y una acción enderezada de manera concreta contra China, el país que de entre todos ha alcanzado las más altas y continuadas tasas de crecimiento de su producto y que, de continuarse la tendencia de las últimas décadas, en breve pasará a ser la primera potencia económica mundial, por lo que Estados Unidos la ve como un enemigo al que es urgente detener.

La incorporación de México al TPP, iniciada en el gobierno de Calderón y acelerada por el de Peña, profundizaría la dependencia de la nación respecto del capital imperialista, sobre todo el norteamericano, y la explotación y saqueo de nuestras riquezas para beneficio ajeno. Además, como ocurrió hace dos décadas con el TLCAN, hoy de nueva cuenta, las “reformas estructurales” que Peña se compromete a acelerar y que en su caso aparecerían formalmente como decisiones surgidas de las instituciones nacionales, como el Congreso de la Unión y la Presidencia de la República, en verdad forman parte de las condiciones ya preestablecidas en el TPP, desde fuera de los ámbitos de la soberanía nacional. Allí, en el TPP están pactadas, por ejemplo, la privatización de la industria petrolera, la reforma laboral, la reforma “educativa” y la fiscal, entre otras. Todo esto queda a la vista en el estudio que Omar Pereira Hernández, experto en este asunto, escribió con un sentido puramente académico y sin tomar partido desde el punto de vista de la contradicción imperialismo-liberación nacional, para Teoría y Práctica con el título de “El TPP y México”, que se publica textual a continuación. La redacción de Teoría y Práctica.

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EL TPP Y MÉXICO Por Omar Pereira Hernández Desde la entrada de Estados Unidos al Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) en el 2008, se ha hablado y escrito mucho acerca de los alcances y objetivos estratégicos y geopolíticos de esta negociación comercial internacional. En el caso de México, desde que se anunciará oficialmente la intención de incorporación en noviembre de 2011, se ha comenzado, sobre todo, desde el gobierno y el sector académico y empresarial, ha dibujar los contornos de lo que éste podría significar para el país. Pero con todo, para el gran público, sigue siendo una incógnita que es el TPP, que objetivos persigue y cuales pueden ser los beneficios y potenciales perjuicios para México. Este trabajo trata de dar respuesta a todas esas interrogantes.

Orígenes del TPP y membresía actual El TPP, es una iniciativa lanzada de manera conjunta por el entonces presidente Ricardo Lagos, de Chile, el primer ministro de Singapur, Goh Chok Tong y la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, en el año 2002, en el marco de la reunión de la APEC en Los Cabos, México. Conocido originalmente como P4, se subscribió el 3 de junio de 2005 por Chile, Singapur, Nueva Zelanda y Brunei Darussalam, entrando en vigencia oficialmente desde el 28 de mayo de 2006. Algunos países, como México, fueron invitados desde el principio a participar en la iniciativa, que buscaba entonces la creación de un área de libre comercio que conectara a ambas orillas del pacífico, pero para la entonces administración de Fox, cuya única prioridad en política económica exterior era la relación con EE.UU, no se le vio interés y la invitación se diluyó con el tiempo. 10

Con la incorporación formal, en octubre de

2012, de los últimos países a las negociaciones, la membresía del TPP queda conformada de la siguiente manera: Chile, Singapur, Nueva Zelanda, Brunei Darussalam (todos en 6/2005); Estados Unidos (02/2008); Australia; Perú; Vietnam (todos en 11/2008); Malasia (10/2010), México y Canadá (06/2012). Japón (11/2011) y Costa Rica 02/2012), han oficializado su intención de incorporarse a las negociaciones, sin que hasta ahora se haya adoptado una decisión favorable al respecto. La incorporación de Japón pasa por el compromiso de Tokio a abrir su mercado agrícola, a lo cual se ha venido negando desde las negociaciones de Doha. No obstante, el actual gobierno del Primer Ministro, Noda, ha reiterado su voluntad de implementar reformas estructurales que hagan más abierto al país, a pesar de la oposición del sector agrícola nipón. Sin embargo, el interés político y económico de EE.UU en la incorporación de Tokio sin dudas favorecerá su inclusión, más temprano que tarde.

Por otra parte, llama poderosamente la atención la ausencia de importantes economías emergentes asiáticas como China, India, Sur Corea, Indonesia, Filipinas y Tailandia, por solo mencionar algunas. Lo más relevante es que la ausencia se da, incluso, a pesar de la insistencia de Washington sobre algunos países de la región para su inclusión, especialmente notable en los casos de Corea del Sur y el resto de los miembros de la ASEAN1, en espe-

1 La ASEAN, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, esta compuesta por 10 países: Indonesia, Tailandia, Malasia, Singapur, Filipinas, Vietnam, Laos, Camboya, Brunei Darussalam y Myanmar. Organización fundada originalmente en 1967 por los primeros 5 países mencionados con anterioridad, y conformada como hoy la conocemos desde 1999. Representa el 8.61% de la población mundial, con un estimado para mediados de este año 2012 de mas de 605 millones de personas y en el 2011 representó el 3.25% del producto interno bruto (PIB) nominal mundial. Su participación en la economía global es aun más significativa si tenemos en cuenta el PIB de acuerdo a la paridad del poder adquisitivo de las monedas regionales, ya que su participación sería del 4.5% en el PIB PPA mundial, con un total superior a los 3,5 billones de USD. En comparación, México representa el 1.65% de la población mundial, así como el 1.7% y el 2.2% del PIB mundial nominal y PPA,


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cial Tailandia, Indonesia y Filipinas. El más reciente fracaso en las gestiones norteamericanas, acaba de tener lugar durante la gira de Obama por Tailandia y su encuentro con los países de la ASEAN en Phnom Penh, Camboya, en el marco de la 21 Cumbre de dicha organización.

¿Que es el TPP? Para algunos, el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, es actualmente la negociación comercial plurilateral más relevante y ambiciosa a nivel internacional por la cobertura de productos y disciplinas que incluye. Desde los inicios sus defensores resaltaron como sus principales beneficios el hecho de que es un amplio e incluyente acuerdo, tanto en términos de estar abierto a la participación de otros países, así como que puede coexistir “cómodamente” junto a otras iniciativas de integración comercial en la región. El TPP, prevé la negociación y adopción, siempre desde la perspectiva de lograr los estándares más altos en una negociación comercial liberalizadora, de los siguientes capítulos (entre otros): regulación y controles fronterizos, aduanas, coherencia regulatoria, competitividad, medio ambiente, desarrollo de Pymes, propiedad intelectual, mercado laboral, limitaciones al sector estatal de la economía, comercio de bienes, inversiones, acceso a mercados, reglas de origen, medidas sanitarias-fitosanitarias y barreras técnicas al comercio, servicios, compras de gobierno y solución de controversias.

Pretende ser inclusivo y de alta calidad, que siente las bases para el crecimiento económico, el desarrollo y la generación de empleo de los países miembros, y que a su vez, se convierta en el fundamento para un futuro Acuerdo de Libre Comercio del Asia-Pacífico (FTAAP, por sus siglas en inglés). En esencia, el TPP es un acuerdo de liberalización económica, sin exclusiones de productos

respectivamente.

(excepto unos cuantos para Brunei), que busca establecer una asociación estratégica que trascienda lo puramente comercial, incorporando también los ámbitos económico, financiero, científico-tecnológico, regulatorios y de cooperación.

La incorporación de nuevos miembros es posible, tanto de países integrantes como para no integrantes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacifico2 (APEC, por sus siglas en ingles), pero sólo sí se logra el consenso de todos los miembros y sí las nuevas incorporaciones aceptan las condiciones ya negociadas en su ausencia, tal y como quedaron redactadas.

Las negociaciones, de cada capitulo y del acuerdo en general son secretas, y se desarrollan sin la participación de la sociedad civil de los países miembros. Este es uno de los factores que más revuelo ha causado en algunos de los países miembros, ya que es percibido como altamente conflictivo. Es obvio, que para temas tan espinosos y que en no pocos casos tienen que ver con la soberanía nacional, como propiedad intelectual, reforma laboral, acuerdos medioambientales, coherencia regulatoria etc., la transparencia debería ser uno de los principios más importantes a la hora de realizar el control de la negociación de acuerdos

2 Foro multilateral creado en 1989, con el fin de consolidar el crecimiento y la prosperidad de los países del Pacífico, que trata temas relacionados con el intercambio comercial, coordinación económica y cooperación entre sus integrantes. Como mecanismo de cooperación y concertación económica, está orientado a la promoción y facilitación del comercio, las inversiones, la cooperación económica y técnica y al desarrollo económico regional de los países y territorios de la cuenca del océano Pacífico. La suma del Producto Nacional Bruto de las 21 economías que conforman el APEC equivale al 56% de la producción mundial, en tanto que en su conjunto representan el 46% del comercio global. APEC, se basa en dos principios claves que son relevantes: Voluntarismo (acuerdos no vinculantes las decisiones se basan en la firme creencia colectiva que las mayores oportunidades se generarán con la aplicación de modelos que cumplan con las metas establecidas en Bogor) y Regionalismo Abierto (principio no discriminatorio que establece que las medidas de liberalización y facilitación que se desarrollen dentro de APEC deben extenderse a todos sus miembros y a terceros países)

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de esta magnitud, que le permita a la sociedad civil en su conjunto, desde una posición critica, entender el alcance de lo que se negocia.

El secretismo, ha levantado suspicacias y una creciente oposición en países como Chile, Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda. De hecho, no resultaría exagerado describir al TPP como la negociación “comercial” más secreta y menos transparente de la historia, como ya lo hiciera, el investigador independiente, Andrew Gavin Marshall3. Otra característica, que los ideólogos del TPP destacan es que tiene la meta explícita de apoyar el proceso para alcanzar el libre comercio de bienes, servicios e inversiones dentro del APEC en 2020, según lo acordado por los líderes de este foro en 1994, en Bogor, Indonesia4 (las llamadas Metas de Bogor). No obstante, aun de concretarse el TPP su incidencia real sobre las Metas de Bogor (libre inversión y libre comercio) serán exclusivamente para los miembros, porque a diferencia de APEC, el TPP es un acuerdo comercial preferencial, es decir, discrimina en favor de sus miembros y en detrimento de los no miembros.

Resulta evidente, por los temas tratados que se trata de un acuerdo que va mucho más allá de lo puramente comercial, de ahí que algunos ya lo hayan bautizado, sobre todo desde la entrada de México, como un TLCAN con esteroides o golpe 3 Andrew Gavin Marshall, es un investigador y escritor independiente basado en Montreal, Canadá, que escribe sobre una serie de temas sociales, políticos, económicos e históricos. También es Project Manager de The People’s Book Project. Para más información ver el articulo “Why So Secretive? The Trans-Pacific Partnership as Global Coup”, publicado el 25 de noviembre de 2012, en la Página Web de TRUTH-OUT.ORG. Versión en español disponible en: http://hilodirecto.com.mx/tpp-gran-misterio-el-golpe-global

4 La visión de APEC es conocida como los Objetivos o las Metas de Bogor y consiste en alcanzar la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión al 2010 para las economías desarrolladas y al 2020 para las economías en desarrollo. Evidentemente no se han logrado aun.

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corporativo. Básicamente, los negociadores norteamericanos han basado sus propuestas de capítulos sobre la base de algunos de los componentes más polémicos del TLCAN, pero ahora yendo incluso más allá en el poder que se les quiere dar a las corporaciones.

Los detractores del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, llaman la atención de que éste supone nuevos derechos y privilegios para las corporaciones y restricciones permanentes a la regulación gubernamental, ya que se incluyen nuevas garantías para que los inversores faciliten la deslocalización de empleos y ejerzan control sobre los recursos naturales, y limiten severamente la regulación de los servicios financieros, del uso de la tierra, la seguridad alimentaria y los recursos naturales, la energía, el tabaco, la salud y otros (Wallach, 2012). El capítulo de inversiones que se filtró a la prensa también muestra que bajo el TPP se ampliaría el sistema legal paralelo incluido en el TLCAN. Llamado Investor-State Dispute Resolution, que faculta a las corporaciones a demandar a los gobiernos –fuera de sus sistemas judiciales internos– por cualquier acción que las corporaciones consideren que socavan sus beneficios esperados futuros o sus derechos en el marco del pacto5.

Ciertamente, resulta difícil tener certezas sobre el tamaño del impacto negativo o positivo que pueda traer el TPP sobre los países firmantes y sobre la economía global en su conjunto, dado el secretismo y la poca transparencia que han caracterizado las negociaciones, pero obviamente, el acuerdo busca cambiar los estándares de lo que conocíamos hasta hoy como libre comercio.

5 Estos tribunales internacionales estarían presididos por tres abogados del sector privado que rotarían como “jueces” facultados para ordenar a los gobiernos a pagar a las corporaciones cantidades ilimitadas en multas. La versión del TLCAN de este sistema judicial ha obligado a los gobiernos a pagar más de 350 millones de dólares a empresas después de que éstas entablaran demandas en contra de la prohibición de productos tóxicos, políticas de uso del suelo, normas forestales y otras.


Primer trimestre de 2013

Las economías que forman parte del TPP hoy, representan el 30% del PIB mundial, el 19% de las exportaciones y el 22% de las importaciones, a nivel global. Estas cifras, por si solas demuestran la importancia que para la nueva arquitectura económica y política mundial, podría jugar el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica una vez concretado.

El estado actual de las negociaciones, se puede calificar como de avanzado. Hoy, ya hay consenso generalizado en la mayoría de los tópicos, mismos que por ende están cerrados a la negociación de los nuevos miembros (incluyendo México y Canadá), que deben aceptar lo ya acordado y adaptar sus marcos regulatorios a lo especificado en el TPP. Sin embargo, las discusiones en los temas de propiedad intelectual, cambio climático, el acceso al mercado farmacéutico, y las reformas en el marcado laboral, entre otros, han sido de los más conflictivos en su negociación y han dado al traste con el interés norteamericano de concluir las negociaciones en un tiempo relativamente corto6. Inicialmente, se pensaba que podía anunciarse su firma definitiva en la Cumbre de APEC, en Vladivostok, Rusia, en septiembre de este año, pero en julio los norteamericanos anunciaron la necesidad de nuevas rondas de negociación y aseguraron que estaría listo para su implementación hacia mediados o finales del 2013.

6 De acuerdo con Lori Wallach, Directora de la división de Public Citizen‘s Global Trade Watch, “Australia ha anunciado que no se someterá a los tribunales corporativos paralelos, y ella y Nueva Zelanda han rechazado una propuesta de EE.UU. para permitir que las compañías farmacéuticas impugnen las decisiones sobre los precios de las medicinas, que han permitido que las medicinas en esos países cueste mucho menos que en los Estados Unidos. Todos los países han rechazado la propuesta de EE.UU. de extender los monopolios de las patentes a los medicamentos. Asimismo, muchos países han rechazado una propuesta de EE.UU. que prohíbe a los países utilizar controles al capital, impuestos y otras medidas macro-prudenciales para limitar el poder destructivo de los especuladores financieros”.

Evolución del TPP: el reacomodo de la geopolítica asiática y mundial En sus inicios, dada la magnitud de las economías de los países firmantes, el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica fue percibido como un nuevo intento liberalizador por conectar dos regiones con potencialidades crecientes, Asia y América Latina, a través del Pacífico, pero con una incidencia general muy baja sobre la economía global y, por tanto, su importancia fue relativa e incluso países como México, desestimaron entonces su incorporación. El TPP, va a tomar relevancia real desde que Estados Unidos decide incorporarse en el año 2008 y, sobre todo, desde la declaración pública de Obama, un año después, destacando la importancia del acuerdo transpacífico como mecanismo para lograr una zona de libre comercio de Asia-Pacífico. Desde entonces, se hizo evidente que el objetivo de Estados Unidos era convertir al TPP en un ente económico, pero sobre todo geopolítico que le permitiese a la vez que la reinserción en la región con un rol protagónico, la contención de China.

No es ocioso destacar, que la incorporación de EE.UU al TPP y la decisión de convertir a este mecanismo en la punta de lanza de su nueva política asiática, se da justamente en momentos de avances en las diversas iniciativas regionales encabezadas principalmente por la ASEAN, China, Japón y Corea del Sur, orientadas a lograr una convergencia entre la compleja red de acuerdos comerciales preferenciales que se venían desarrollando entonces, destacándose por su relevancia económica los mecanismos de ASEAN + 37; ASEAN + 68 y la Cumbre

7 Conformado por los 10 países miembros de la ASEAN más China, Japón y Corea del Sur. En el marco del cual se viene estudiando desde 2002 la posibilidad de establecer un Área de Libre Comercio de Asia Oriental -EAFTA, por sus siglas en inglés- que comprenda a todas las economías involucradas. Hoy la ASEAN tienen tratados de libre comercio (TLC) firmados y en vigor con China, Japón y Corea del Sur, pero no ha terminado de cuajar la concertación de un acuerdo que englobe a las 13 economías. 8

Conformado por los 10 países ASEAN más Chi-

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Trilateral Japón-China-Corea del Sur9. Iniciativas todas, que buscaban y buscan reforzar el papel y significado de la región en la economía global, pero también en la geopolítica y donde China, por su papel creciente en la economía y la política mundial, jugaba y juega, un rol protagónico indiscutible y reconocido por el resto de la región. En ese contexto general, y aun cuando para el 2008, la materialización de una zona de libre comercio asiática sólida y robusta no parecía cercana en el corto plazo, el solo hecho de que estuviera en negociación una arquitectura regional que “dividía a Asia-Pacífico por el medio” era vista con gran preocupación en EE.UU., en tanto, suponía la creación de un bloque exclusivamente asiático, promovido y liderado por China, y que dejaba a EE.UU. en una situación desventajosa en la región económica más dinámica del mundo, y debilitaba los vínculos de seguridad que ha mantenido históricamente Washington con Asia Oriental, desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

En este escenario, las autoridades de EE.UU. concluyeron que la expansión gradual del TPP era vitar e imprescindible para construir una “comunidad na, Corea del Sur, Japón, Australia, Nueva Zelanda e India. Apenas, el pasado 21 de noviembre 2012, en el marco de la 21 Cumbre de la ASEAN, se acordó comenzar las negociaciones para lo que podría ser el área de libre comercio mas grande y significativa del mundo, tanto por el numero de personas que abarca, como el aporte de las economías involucradas al PIB y al comercio global. Cubrirá más de 3 mil millones de personas y generara un PIB combinado de unos 17.23 billones de USD. Se espera quede listo para el 2015.

9 Cumbre Trilateral China-Japón-Corea del Sur, iniciada formalmente en noviembre de 1999, en el marco de la Cumbre ASEAN+3, en Filipinas. Desde el 2008, se reúnen de manera independiente a cualquier otra reunión, dando paso a la llamada Cumbre trilateral, que desde entonces ha celebrado 5 reuniones al más alto nivel, siendo la ultima la de junio de 2012, en China. Su objetivo crear una zona de libre comercio que se convertiría en la 4 fuerza económica mundial, por detrás del ASEAN+6, Nafta y la Unión Europea. En noviembre de 2012, los ministros de comercio anunciaron oficialmente el inicio de las negociaciones para el TLC trilateral, que se espera este listo para el 2015.

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transpacífica” que contrarrestara las tendencias centrípetas que se observan en Asia Oriental. La premura norteamericana por cerrar las negociaciones y su decisión de bilateralizar la aceptación de las nuevas incorporaciones, sin importar la opinión de los restantes miembros, evidencia que buscan sacar ventajas, imponer criterios, que serían cuando menos difíciles de cumplir por países como China, Indonesia o la India, por solo citar 3 ejemplos.

A diferencia del resto de los miembros y aún en contra de ellos, EE.UU ha defendido su postura de que cada nuevo miembro debe ser aceptado previamente por el Congreso norteamericano, sólo así EE.UU daría su consentimiento para la nueva incorporación. La postura norteamericana hace indicar que prefieren que el TPP termine siendo un conjunto de acuerdos bilaterales, lo que significa que potencialmente China, Indonesia e India o cualquier otro nuevo miembro tendrían que negociar bilateralmente con los EE.UU, sin importar los deseos y el consenso entre los otros miembros. Eso es justamente lo que se considera como el principal obstáculo para la adhesión de otros miembros y lo que lleva a muchos a pensar que se hace con toda la intencionalidad de mantener a China y a otros países de la región fuera del acuerdo, aislados, al menos durante el proceso de negociación final del TPP, lo que obligaría a los futuros miembros a adoptar el acuerdo en su totalidad.

Si el TPP quiere ser realmente significativo, debería cumplir con su objetivo declarado de la creación de un importante acuerdo de toda la región; y para ello se requiere un calendario claro y realista para abordar cuestiones pendientes en las negociaciones y potencialmente aceptables por todos. Se supone que el TPP busca unificar la zona de Asia-Pacifico, hacer frente a las necesidades del siglo XXI que otros acuerdos de libre comercio no satisfacen, pero sin una cuidadosa consideración de diseño, y un marco regulatorio manejable, es probable que el resultado sea el inverso y se termine por excluir la participación de socios claves para el dinamismo regional.


Primer trimestre de 2013

Los negociadores estadounidenses a pesar de la retorica, están más enfocados en definir los contornos en que se deben aceptar las regulaciones laborales, medioambientales y los derechos de propiedad intelectual que siendo importantes, no son temas prioritarios para definir la eficacia y la competitividad regional. Todo ello hace percibir, en no pocos sectores de los países de la región AsiaPacífico, al TPP como un impulso al libre comercio pero desde la perspectiva y bajo las reglas norteamericanas, no necesariamente aceptadas por la zona en su conjunto. Hoy queda claro que el TPP, es la piedra angular de la nueva política norteamericana para Asia Pacífico. En otras palabras, si el objetivo estratégico general de la Casa Blanca es hacer de esa región el pivote de la política exterior norteamericana, el TPP es concebido como el instrumento central para el logro de dicho objetivo estratégico.

El acuerdo, es percibido en algunos países asiáticos no solo como un mecanismo de contención que busca entorpecer los esfuerzos de concertación regional impulsado a través de los mecanismos ya mencionados de ASEAN+3, ASEAN+6 y la Cumbre trilateral, sino también como un ente que puede provocar la fractura estratégica de la región entre miembros y no miembros del TPP.

Dado que existe el peligro real de una escisión de la región y que también existe la apreciación de que el TPP es un mecanismo de contención y en cierta manera de aislamiento a China, y como quiera que ésta es un actor clave en el escenario asiático y contendiente en la geopolítica mundial, es indispensable, hacer referencia, aunque sea brevemente, a la posición China, respecto al acuerdo transpacífico. Beijing, no ha sido invitado a unirse al TPP, ni tampoco ha mostrado interés oficial en participar. Partiendo de la percepción China y de lo que ha sido hasta ahora la práctica seguida por EE.UU en las negociaciones del TPP, se desprenden dos posibles escenarios en la vinculación de China al

Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica:

• Escenario 1: Un TPP, sin la incorporación de China y otras economías emergentes de Asia. En efecto, si el TPP progresa en los términos en que a Estados Unidos le interesa, sobre todo en temas de propiedad intelectual, reforma laboral y liberalización de mercados, entonces ciertamente sería muy posible vislumbrar un escenario futuro sin la incorporación de Beijing y, por ende, acrecentaría el peligro de la división geoestratégica, política y económica de la región. En estas circunstancias la prioridad para Estados Unidos y para el éxito mismo del TPP, estaría en la incorporación de Japón y Sur-Corea y el fortalecimiento de la alianza con ellos para equilibrar y contener la influencia China. • Escenario 2: Un TPP, que cumple su objetivo original, de servir de base para en gran acuerdo de Libre Comercio de la región. Beijing ante el peligro de quedar aislado decide incorporarse al TPP, en definitiva el acuerdo recoge la esencia de lo que ha sido la política económica china en los últimos años, y puede ser vista como una oportunidad para profundizar la liberalización e internacionalización (en lo que se refiere a estándares de regulación, acceso, reforma laboral etc.) de la economía nacional. Beijing podría tratar este acuerdo comercial como ya lo hizo con su adhesión a la OMC, con una actitud activa pero prudente y flexible, tomando las decisiones estrictamente basadas en los mejores intereses del país.

Si bien el escenario 2 no es descartable, parece el más difícil de concretar. Si China va a ser capaz de adherirse al TPP después de que el acuerdo ha sido negociado, ese acuerdo tendría que ser diseñado para permitir una adhesión abierta y ese no parece ser el objetivo de EE.UU. Esto no quiere decir, que China no debería estar sujeto a las reglas del TPP: es que las reglas deben ser estructuradas de manera que China y el resto de las otras eco15


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nomías emergentes, como Indonesia y la India, se puedan mover a su entero cumplimiento de manera progresiva a lo largo del tiempo, de acuerdo con sus propios programas de reforma y los intereses de toda la región.

Hablando desde la objetividad, no parece viable, que países como China, India e Indonesia, donde principios como soberanía, nacionalismo e interés nacional, se mezclan y juegan un papel clave en el diseño de sus políticas, terminen ajustándose a determinadas normas de Estados Unidos y menos que lo puedan hacer de inmediato. El hecho de que tengan, además, que negociar bilateralmente su incorporación con EE.UU y que ésta en última instancia dependa del Congreso, hacen prácticamente inviable el primer escenario. ¿Quien perdería más, el TPP sin la incorporación de China o China fuera del TPP? Es una pregunta común hoy y que tiene una respuesta más o menos exacta a partir de las simulaciones económicas realizadas por Li y Whalley, del National Bureau of Economic Research (NBER)10,

Si bajo el TPP se desgravara por completo el comercio entre sus miembros para 2015, el impacto en las utilidades del comercio de China se ha estimado en -0.011%. Por el contrario, si China ingresara al TPP las utilidades de su comercio aumentarían 1.125%. El beneficio o las perdidas (según sea el escenario) para el comercio intra TPP serían mayores si China es marginada del acuerdo. China, es el primer o segundo socio comercial para la mayoría de los países miembros del TPP y tiene acuerdos de Libre Comercio con 7 de ellos (Nueva Zelanda, Perú, Chile, Brunei, Singapur, Malasia y Vietnam) y está en negociaciones para la firma de un TLC con Australia, lo que evidencia la importancia del gigante asiático para las economías miembros del TPP, importancia, que dicho sea de paso, no cam-

10 El NBER es una organización apartidista y sin fines de lucro con sede en Boston. El artículo a que hacemos referencia es: Li, Chunding and Whalley, John, China and the Tpp: A Numerical Simulation Assessment of the Effects Involved (May 2012). NBER Working Paper No. w18090. Available at SSRN: http://ssrn.com/abstract=2062723

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biará por el hecho de permanecer Beijing, fuera del acuerdo. En otras palabras, el impacto de que el TPP avanzara sin China tendría cierto matiz negativo, pero en una escala, abrumadoramente, menor.

Por el contrario, está claro que el TPP, tendría un mayor éxito, mayor representatividad e impacto global, si la economía china es incorporada, así como también si se logra la entrada de otras economías emergentes regionales como India, Indonesia, Corea del Sur, Filipinas, Taiwán, Hong Kong etc. Desde mi perspectiva, Washington, apuesta más que a la prohibición de la entrada de China, a aumentar el costo de su adherencia al TPP.

Confrontado con esta situación, Beijing ha reforzado sus esfuerzos para hacer avanzar los procesos de integración asiáticos, poniendo ahora especial atención en el mecanismo ASEAN+6, que acaba de anunciar formalmente el inicio de negociaciones para la creación de una zona de libre comercio para el año 2015 y la instauración de un área de libre comercio con Japón y Corea del Sur, que también anunció recientemente el inicio de las negociaciones formales.

Sin dudas, en la implementación y posterior evolución del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, estará no solo el pulso del principal conflicto geoestratégico de los próximos años, sino el reacomodo de la geopolítica mundial.

México y el TPP México, expresó formalmente su intención de participar en el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica en el marco de la Cumbre de APEC, en Honolulu, Estados Unidos, en noviembre de 2011. Tras una serie de gestiones con los países miembros y la aprobación formal del Congreso norteamericano, fue invitada oficialmente a participar en junio del 2012. El entonces Secretario de Economía, Bruno Ferrari, participó en septiembre, en el marco de la Cumbre de APEC en Vladivostok, en la primera re-


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unión de Ministros del TPP como miembro formal del grupo (06/09/2012) y los negociadores mexicanos se unieron formalmente a las negociaciones en noviembre. Como ya se había mencionado, México fue invitado a participar en el TPP, incluso antes de la adherencia de EE.UU, pero la administración del entonces Presidente Fox, desentendió la solicitud, pues al no estar EE.UU, evidentemente y desde la perspectiva cortoplacista y la limitada proyección estratégica de la economía y de las relaciones internacionales, el TPP era poco significativo. El comercio total de México con los países miembros del TPP (restantes 10 miembros) paso de poco más de 135 mil millones de dólares norteamericanos (USD por sus siglas en ingles) en el año 2000 a los 495.514 millones 456 mil USD al cierre del 2011, lo que supone un crecimiento del 76%.

En el 2011, México registro un superávit en el comercio con el resto de los miembros del TPP por valor de más de 106,439 millones de USD, pero que se concentró solo en el comercio con 5 países EE.UU, Canadá, Australia, Perú y Brunéi, ya que con el resto tiene déficit, especialmente significativos con Malasia, Vietnam y Singapur. Las exportaciones mexicanas hacia el resto de los miembros del TPP han venido creciendo de manera vertiginosa, durante la ultima década, pero otra vez de manera focalizada y concentrada en unos pocos países: EE.UU, Canadá y, en menor medida, hacia Chile, Australia y Perú; para el resto el valor de las exportaciones no sobrepasa, en ningún caso, los 600 millones de USD.

Para quien se pregunte si México debe estar en el TPP, una respuesta desde el sentido común y desde la lógica político-económica obligan a un rotundo sí. Para México, la participación en este mecanismo comercial multilateral tiene importantes connotaciones estratégicas, desde la perspectiva asiática, pero, sobre todo, desde la perspectiva norteamericana. No debemos engañarnos, es cierto que el

TPP puede y debe incrementar y mejorar la interacción económica con Asia, pero lo que determinó la inclusión mexicana en el acuerdo es el temor a perder competitividad y espacios en el mercado norteamericano frente a otros países miembros, principalmente los asiáticos.

Ventajas y Desventajas de la entrada de México al TPP Es obvio, que la importancia del TPP para México pasa necesariamente por la relevancia que en la estrategia económica estadounidense juega el TPP y por la preminencia del mercado norteamericano para la economía mexicana.

Para México, no es coherente desde el punto de vista económico, ni político quedar fuera de la negociación, en tanto esta engloba a su primer y tercer socio económico y las perspectivas futuras del mercado de América del Norte. Del comercio total con los países miembros del TPP, el 90.6% corresponde al comercio bilateral con EE.UU, proporción que sube hasta el 94.7%, si sumamos también a Canadá. Estos números explican y justifican por si solos la necesidad de incorporación de México al TPP. A priori, la principal ventaja de entrar al acuerdo ahora, cuando aún las negociaciones no terminan del todo, es que da a México la capacidad de poder incidir en el diseño de un acuerdo que afectaría al país de cualquier forma, aun en el caso de haber decidido no entrar. Es cierto, que el alcance de esta ventaja es limitado, porque una parte considerable del acuerdo ya esta consensuado y no se abrirá a nuevas negociaciones, pero al menos, queda la posibilidad de incluir los intereses de México en aquellos capítulos aun abiertos a la negociación. El acuerdo también ofrece otras ventajas para nada desdeñables en el corto y mediano plazo, si tenemos en cuenta que Estados Unidos continuará siendo la principal prioridad económica, esperemos que no la única, para el gobierno de Enrique

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Peña Nieto, entre las que podemos señalar las siguientes:

• Continuar y catalizar el proceso de incorporación de la producción mexicana a las cadenas de exportación norteamericanas y en sentido general a las de América del Norte;

• Abre una oportunidad para incidir en el diseño de reglas de origen para competir en el mercado norteamericano en sectores de interés de México, • Incrementa el atractivo de México como destino de inversión y evita quedar en desventaja frente a EE.UU. y Canadá en este concepto;

• Nos permite obtener reciprocidad por el acceso de otros al mercado de EE.UU.; • Ciertamente, abre posibilidades para la diversificación económico-comercial de México, pero su aprovechamiento dependerá, en buena medida, de la capacidad del ejecutivo nacional para apoyar el potencial exportador de las PYMES.

Ahora bien, algunas de estas ventajas, podrían convertirse en desventajas si el ejecutivo mexicano no termina de entender la necesidad y urgencia de implementar un modelo de desarrollo económico independiente y diversificado. Si la entrada al TPP, al final sólo sirve para “actualizar” y “mejorar” el NAFTA, como ya prevén algunos académicos, el incremento de la dependencia a las cadenas productivas y exportadoras de EE.UU, terminará beneficiando, como hasta ahora, a unas cuantas familias del país, y hará más evidente, en el largo plazo, la incapacidad estructural del actual modelo de desarrollo de acumular capital y generar rentas que puedan ser utilizadas en la creación de empleos bien remunerados y en el bienestar de una parte sustancial de la población mexicana, hoy marginada del proceso de desarrollo del país.

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La entrada al TPP, no significa que de manera automática el país incrementara su canasta

exportadora y mucho menos que aumentará notablemente sus exportaciones hacia los países asiáticos miembros del TPP, con los cuales México tiene un claro y abultado déficit (con la excepción de Brunei Darussalam, con quien se mantiene un comercio bilateral de un nivel muy poco relevante), o incluso que incremente sus exportaciones significativamente a países como Chile, Perú o Canadá, con quienes además ya tiene firmado tratados de libre comercio. En otras palabras, no hay una relación directamente proporcional entre entrada al TPP y diversificación de los mercados exportables, ello pasa necesariamente por un apoyo sustancial del gobierno con planes de fomento a la exportación (organización de giras empresariales, creación de un fondo estatal de ayuda a la exportación, régimen fiscal flexible, etc.), pero también de un cambio de actitud del sector empresarial, que debe conjugar una visión de largo plazo con una aptitud más proactiva y audaz en el posicionamiento de los productos mexicanos en otros mercados distintos al estadounidense. Si no se dan estos cambios, el TPP no solo no tendría una incidencia económica y comercial en la diversificación de los mercados exportables de México, sino que incluso el país podría ampliar aun más su déficit comercial con estos países asiáticos, los cuales estarían aprovechando el tamaño del mercado mexicano y las ventajas de acceso que prevé el acuerdo, para aumentar considerablemente sus exportaciones.

Resulta llamativo, el cambio de actitud norteamericana, de no querer nuevos miembros hasta finalizada las negociaciones a favorecer y catalizar la entrada de Canadá y México. Una lectura lógica, indica que las trabas que ha encontrado Estados Unidos para aprobar algunas de sus propuestas por parte de otros miembros del TPP, favoreció la entrada de ambos países que ya aceptaron muchas de estas ideas en el TLCAN y, por ende, Washington espera que las nuevas incorporaciones refuercen sus posiciones y puntos de vistas en las negociaciones. Ojala, y en este proceso, México logre mantener la independencia y los intereses nacionales, por encima del comprometimiento en la relación con


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Estados Unidos.

Por otra parte, la entrada tardía al TPP, implica, de hecho, una limitada capacidad de maniobra e influencia sobre el alcance total del acuerdo. En sentido general, las asociaciones empresariales y comerciales de México, apoyan la incorporación del país al esquema del TPP, porque entienden que es una oportunidad para replantearse las bases de la asociación con Estados Unidos. No obstante, la poca transparencia y el secretismo que acompañan las negociaciones y el hecho cierto de que no se conoce la letra de lo ya acordado, abre una incertidumbre preocupante acerca de los potenciales beneficios y perjuicios que éste trae para los diferentes sectores de la economía nacional. Para responder a la cuestión de como y cuando se atenderán las sensibilidades, es necesario que el gobierno elabore un programa de conjunto con la comunidad empresarial, sindical, académica y la sociedad civil para determinar si lo negociado resulta favorable y diseñar un plan de acción para responder oportunamente a los sectores que se vean perjudicados en la negociación. Desafortunadamente, hasta hoy nada indica que ese sea el camino que se seguirá. Como ya he mencionado en otras partes de este trabajo, la incorporación al TPP no es abierta, lo cual implica una aceptación total de lo ya consensuado en nuestra ausencia y, por ende, ello implica un análisis detallado de cada acción para evitar complicaciones futuras. Es imprescindible prestar especial atención a la letra pequeña de lo ya acordado y con las decisiones que se adopten en el proceso de negociación en lo adelante, para que éstas no terminen por lesionar la soberanía nacional. En tal sentido, y teniendo en cuenta el carácter secreto de las negociaciones, urge a la sociedad civil un monitoreo constante de lo poco que se va filtrando de las negociaciones para alertar e intentar frenar a tiempo cualquier medida o decisión que se encamine en esa dirección. Es tal sentido, es necesario destacar que en el Senado mexicano, a través de la Comisión de

Relaciones Exteriores, la senadora Iris Vianey Mendoza, emitió a finales de noviembre un exordio para recibir un informe sobre las implicaciones del acuerdo en “[el] uso de Internet, nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y el mercado de medicamentos”. Se trata de apenas un primer paso, que aunque positivo para nada interfiere en el avance de las negociaciones, ya que el exordio no es vinculante, las preguntas giran sólo en torno del capítulo de propiedad intelectual, apenas uno de los más de 25 que componen al TPP, y que ciertamente llega tarde y en un momento inoportuno, pues coincidió con el cambio de gobierno, justificación más que apropiada para demorar la respuesta. Dado que lo que esta en juego es, en buena medida, el futuro de la economía mexicana; el tipo de relacionamiento que tendremos con Estados Unidos y el capital corporativo nacional e internacional; y que ciertamente las propuestas que se negocian en torno al TPP abarcan temas tan disimiles como acceso a mercados, regulación mercado farmacéutico, control de fronteras, libertad en el uso del internet, propiedad intelectual, medioambiente y un largo etc., todas con una directa incidencia sobre la población nacional, el Senado, el Congreso de la República y la sociedad civil de conjunto, deberían exigir el acceso publico a los documentos en negociación, o al menos, una mayor interacción entre los entes gubernamentales que llevan el acuerdo y el público en general.

Por ultimo, ante el peligro evidente y creciente de que el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica se convierta en centro de una disputa geoestratégica entre EE.UU y otras potencias asiáticas, resulta apremiante evitar que lo acordado termine interfiriendo en las relaciones de México con otros países, especialmente con China. Para México, que es miembro de APEC e integra el TPP y la Alianza del Pacífico, desde luego, éste es un desafío que debe encarar desde ya, con altura de miras y con una prospectiva que le permita avanzar, sin quedar entrapado en el juego norteamericano de contención a China, en un escenario que puede volverse cada vez más incontrolable. Hacerle simplemente el juego a Estados Unidos, podría dejar a

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México es una posición desfavorable para insertarse de manera directa y real en la región del mundo que es y continuará siendo el motor de la economía global y a donde se traslada, de manera vertiginosa, el epicentro de la geopolítica mundial.

Bibliografía Básica • Baker, Juan Carlos, “Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica – TPP, Implicaciones para México”, (febrero 2012). Secretaria de Economía. • Cai Penghong, “The Trans-Pacific Partnership: A Chinese Perspective” (2011)

• Gavin Marshall, Andrew, “Why So Secretive? The Trans-Pacific Partnership as Global Coup”, (25 de noviembre de 2012). Página Web de TRUTH-OUT.ORG. Versión en español disponible en: http://hilodirecto.com.mx/ tpp-gran-misterio-el-golpe-global • Li, Chunding and Whalley, John, “China and the Tpp: A Numerical Simulation Assessment of the Effects Involved”. (May 2012). NBER Working Paper No. w18090. Available at SSRN: http:// ssrn.com/abstract=2062723

• Scollay, Robert y Gonzales-Vigíl, Fernando: “Los acuerdo comerciales en Asia-Pacifico de cara a los objetivos de APEC”. (2003) • Artículos de Prensa mexicana e internacional.

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Para enfrentar y derrotar el programa neoliberal de Peña:

OTRA VEZ A DISCUSIÓN LOS INSTRUMENTOS, LOS OBJETIVOS Y LA VÍA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA URGENTE EN MÉXICO.

Por Cuauhtémoc Amezcua Dromundo*

1. El reciente proceso electoral, la lucha contra Peña y el momento actual.

E

nrique Peña Nieto, lacayo del imperialismo, llegó a la presidencia de la República luego de atropellar la voluntad del pueblo. De inmediato se dio a la tarea de demostrar su subordinación a sus amos para lo que desplegó una serie de medidas orientadas a profundizar el camino neoliberal por el que sus antecesores, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa han venido hundiendo al país.

Un “pacto por México” celebrado con sus comparsas, el Partido de Acción Nacional, PAN, y el Partido de la Revolución Democrática, PRD, le fue útil para aparentar que su gobierno cuenta con un amplio consenso democrático y así tratar de lavarse el rostro sucio por la compra del voto, en*Presidente del Partido Popular Socialista de México.

tre otras modalidades del fraude; y fue, a la vez, el compromiso de complicidad de esos dos partidos para implementar, junto con el gobierno y el PRI, las medidas neoliberales de tercera generación. Y vino enseguida la ofensiva relámpago contra la clase trabajadora y el pueblo de México y contra la independencia y la soberanía de la nación: reforma laboral en los términos que ha venido exigiendo el capital corporativo internacional y local, para precarizar las condiciones de trabajo e incrementar la tasa de ganancia de los patrones, a costa de incrementar la explotación de los trabajadores y arrebatarles derechos sociales conquistados tras décadas de abnegadas luchas.

Reforma “educativa” que camina en paralelo a la laboral. Destaca el hecho de que, bajo el demagógico argumento de que “el magisterio tiene características que le brindan identidad propia y la distinguen del resto de los servidores públicos”,1 genera un régimen laboral especial para los trabajadores de la educación, a partir de una “legislación diferenciada” que indebida e injustamente los separa del resto de los trabajadores del país, es decir, los retira del Artículo 123 constitucional, para incorporarlos a un régimen distinto, creado para ellos en el Artículo 3º, y en el que estarán sujetos

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a una relación laboral cuyas condiciones las decide el patrón-gobierno de manera unilateral. Se trata de un acción que fragmenta todavía más la normatividad a que está sujeta la clase trabajadora, lo que promueve su dispersión como clase social en beneficio de la clase explotadora; atenta contra los derechos laborales de los trabajadores del magisterio, disminuyéndolos en comparación con los que pueden disponer los trabajadores de otras ramas, y les crea inestabilidad en el trabajo, con el pretexto de mejorar su preparación académica y los resultados de la educación. Otros pasos posteriores de esta reforma irán en tres sentidos: a) supeditar cabalmente la formación de las nuevas generaciones de mexicanos a la función que el “mercado internacional” contemporáneo asigna a nuestra fuerza de trabajo, sólo como subordinada y complementaria; b) generar en nuestros hijos y nietos una mentalidad manipulable y dócil, no dispuesta a luchar por su liberación, la equidad y la justicia social; y c) convertir de manera plena la educación en una mercancía con la que puedan lucrar, a sus anchas, los capitalistas que así lo deseen.

Reforma fiscal y hacendaria, en cuyo centro está la aplicación del IVA generalizado a todo tipo de mercancías, incluidos los medicamentos y los alimentos de consumo popular, que por hoy están exentos, y otras medidas igualmente orientadas a aumentar aún en mayor grado la carga fiscal sobre las espaldas del pueblo pobre, y descargarla de los bolsillos de los magnates. Y viene la privatización de Pemex…

¿Qué nos toca hacer ante su feroz ofensiva? Luchar por todos los medios contra todas y cada una de esas políticas que nos golpean directamente, en tanto que benefician aún más al capital imperialista y a la clase social que nos explota, esto parece claro, pero el hecho es que en este marco se han puesto a discusión de nueva cuenta los temas de los objetivos, los instrumentos y las vías adecuadas para el combate.

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Ahora bien, para valorar con acierto el momento actual de la lucha contra Peña y su programa

neoliberal y profundamente proimperialista, y tomar las decisiones adecuadas, hay que partir del examen de la batalla electoral, desde el punto de vista de la participación que la clase trabajadora y el pueblo tuvieron en ella, más allá de los políticos profesionales y los partidos registrados1, que hoy en día, más que partidos, son simples empresas dedicadas al lucro, incluso los que se dicen “de izquierda”.

Lo que más destacó, en ese sentido, fue la intervención en la lucha electoral de una amplia gama de fuerzas populares y obreras que sumaron su esfuerzo al de las otras, diversas, que apoyaron a Andrés Manuel López Obrador –la única opción antineoliberal-- con lo que enfrentaron a Peña y a todo el entramado neoliberal. De esta manera, en torno a dicho candidato se formó un frente pluriclasista y pluriideológico, en el que se pueden localizar tres segmentos:

Uno, que podemos calificar como institucional y políticamente oportunista, se formó con el grupo de tres partidos registrados que inscribieron la candidatura de López Obrador: el PRD, el Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, cada uno por cálculos convenencieros, aunque aparentaron estar guiados por principios y convicciones. Este segmento, como es natural, en la etapa postelectoral seguirá siendo oportunista y estará al margen de la lucha contra Peña y el neoliberalismo.

Otro segmento lo integró el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, que fue la base electoral propia de AMLO; el contingente compuesto por cientos de miles de mexicanos del pueblo con los que pudo dialogar en reuniones pequeñas, por el número de asistentes, durante un largo peregrinar por el territorio nacional, de 1 La legislación vigente reserva a los partidos políticos con registro oficial el derecho de postular candidatos a los puestos de elección popular, de manera que nadie puede presentar su candidatura sin el apoyo de alguno de estos aparatos. De igual manera exige una serie de requisitos, no son fáciles de satisfacer para las organizaciones populares, para obtener ese “registro”.


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los que recogió su experiencia y su sentir respecto a los problemas que sufren y a la incidencia del neoliberalismo como factor que vino a agravar dichos problemas de manera infinita. Ese dialogar con el pueblo sin duda influyó decisivamente en la mutación que López Obrador registró hacia una posición antineoliberal definida, muy superior a la que tuvo en su candidatura de 2006, cuando sólo quería “limar las aristas más filosas” del neoliberalismo, pero sin rechazarlo, como ya lo hace en su libro La mafia que se adueñó de México... y el 20122. A esos mismos grupos del pueblo, a la vez los convenció con sus opiniones y puntos de vista sobre qué habría que hacer y cómo hacerlo para cambiar las cosas; en concreto, librar una lucha pacífica tenaz por la vía electoral, y ganó su confianza convirtiéndose en su líder indiscutible. Quien haya seguido todo ese período con atención compartirá el juicio de que ese contingente se hubiera formalizado como partido político desde antes de las pasadas elecciones y hubiera participado en ellas como tal, si no hubieran existido los obstáculos de procedimiento que los enemigos de López Obrador y su proyecto crearon expresamente para impedirlo. Este segmento, por cuanto a su composición social, es francamente popular; y en lo político, por lo que se refiere a su base multitudinaria y su principal dirigente, se puede definir como antineoliberal, lo que no implica que compartan esa posición los numerosos políticos profesionales oportunistas formados en las filas del PRD y partidos afines que aparecieron en las filas del MORENA, llevando con ellos sus viejos vicios. Por esto último –y también por los vínculos que López Obrador tuvo con el PRD en otros momentos—algunos observadores confunden al MORENA con el segmento oportunista, pero la confusión se sustenta sobre todo en la ausencia de un análisis político cuidadoso. Este segmento, a diferencia del anterior, no cabe duda que en la etapa postelectoral estará del lado de las fuerzas populares en la pelea contra el neoliberalismo. 2 En mi artículo “El libro de López Obrador, nuevos elementos de juicio para 2012”, publicado en Teoría y Práctica No. 3, se analiza el pensamiento antineoliberal de AMLO que se refleja en dicho libro.

El tercer segmento lo formaron decenas, centenares tal vez, de agrupaciones, partidos, movimientos y frentes de carácter nacional, regional y local, ajenos a los partidos mencionados y a MORENA, unos numéricamente pequeños y otros más numerosos. Su composición social popular y de trabajadores; aunque heterogéneo desde el punto de vista ideológico, contó con la militancia de varios destacamentos organizados, estos sí de izquierda. Entre otros partidos y grupos revolucionarios y progresistas, formaron parte de este segmento la Organización Política de los Trabajadores y el Pueblo, OPT, y el Partido Popular Socialista de México, así como amplios conjuntos de trabajadores electricistas, mineros, docentes y de muchas otras ramas de la producción; numerosos jóvenes y mujeres e inclusive grupos de la burguesía pequeña y mediana.

Sobre este segmento hay que precisar que, en términos generales, su integración al frente obradorista acaeció de facto, pues se fue dando sin que la mayoría de los grupos citados sostuvieran discusiones previas con el candidato ni entre ellos; sin que firmaran compromisos programáticos ni pactos de tipo alguno; sin que los proyectos diversos que unas y otras agrupaciones sostenían, fueran expresamente compartidos por los demás, aunque es obvio que existían puntos de coincidencia en aspectos medulares. Lo cierto es que cada grupo se unió a la lucha por decisión propia y sólo en unos pocos casos hubo algunas formalidades, como con la OPT. Este amplio segmento del frente, entre sus características, tuvo una autonomía notoria que se reflejó, entre otras cuestiones, en que no todos sus concurrentes aceptaron las decisiones tácticas del candidato –sólo algunas-- y menos asumieron las de los partidos con registro. Tampoco respaldaron a todos los que aspiraban a otros puestos de elección, como diputados y senadores, aunque los apoyara el propio López Obrador; es más: varias organizaciones repudiaron públicamente a ciertos aspirantes, casi siempre con justeza, dada su trayectoria en la vida política y social, endeble y sin ética. No obstante estas peculiaridades, este segmento hizo aportes valiosos a la campaña electoral y está llamado a desempeñar un papel medular en

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la lucha postelectoral.

Para concluir la valoración que se viene haciendo, es útil destacar que la dimensión y la amplitud del frente obradorista –y en particular del tercer segmento-- fue tal que muy pocas fuerzas populares y de izquierda quedaron al margen del mismo, si bien entre ellas hubo distintos grados de compromiso y apoyo a la lucha: unas respaldaron la candidatura de López Obrador con decisión, convencidas de que su factible victoria significaría que en su mandato el poder ejecutivo ya no sería el principal promotor y ejecutor de las políticas neoliberales, como ha sido por treinta años, y que, de ser impulsado por una activa movilización popular, incluso llegaría a contribuir a la gradual destrucción de todo el entramado que el imperialismo y la burguesía títere han tejido con el propósito de consolidar su dominio y explotación. Así lo vio el PPS de México y se esforzó en difundir su punto de vista, con el fin de elevar la conciencia de la clase trabajadora. Además, sustentó el criterio de que la actual correlación de fuerzas en el continente, donde Estados Unidos ha perdido su hegemonía frente a la decisión emancipadora y unitaria de la mayoría de los países latinoamericanos –con Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador a la cabeza, pero también con Brasil, Argentina y otros más que asumen actitudes que ya no son sumisas ante el imperio—, crearía las condiciones para que un gobierno no neoliberal en México entrara en la dinámica liberadora que prevalece en la región, de manera paulatina pero inexorable, a pesar de que López Obrador empezaría siendo moderado en comparación con varios de los aludidos. Otras fuerzas de este segmento tuvieron titubeos, pero ayudaron en la batalla, por lo que sólo un puñado de individuos y grupos, con sectarismo agudo y poca incidencia en la vida nacional, quedaron al margen o de plano rechazaron esa candidatura argumentado “su carácter burgués”.

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Pero al terminarse la etapa electoral, en la que se crearon las condiciones para el surgimiento del frente amplio ya analizado, sus integrantes volvieron a su dispersión previa, como era de esperarse. Los del primer segmento, que acudieron

al frente obradorista por cálculos y conveniencias, en la nueva situación, con Peña en la presidencia, percibieron otras posibilidades. El PRD acudió presuroso a firmar el ya citado “Pacto por México”, junto con el gobierno, el PRI y el PAN. Además, se encamina hacia la alianza con el PAN para postular candidatos en las próximas elecciones locales en varias entidades del país, senda que ya ha recorrido en otras ocasiones con la mayor desvergüenza. Por lo que hace al PT, ha anunciado su intención de ir en alianza con el PRI en Baja California, y tampoco sería la primera vez que se aliara con ese partido y/o con el PAN, según convenga a sus dirigentes. No es de sorprender que estos partidos actúen así; hubiera sido ingenuo esperar otra conducta de quienes hacen de la política un simple negocio. Por su parte, el Movimiento de Regeneración Nacional, superada la fecha que los enemigos de López Obrador pusieron como límite de la artificiosa imposibilidad que impusieron para formalizar un nuevo partido, se ha lanzado de lleno a cumplir con todos los requisitos para ese fin. Es claro que se trata de un contingente que actúa conforme a la concepción de AMLO de que para cambiar las cosas lo que hace falta es librar una lucha pacífica tenaz por la vía electoral; y también conforme a la ideología antineoliberal de su dirigente, que persevera en la lucha contra la reforma laboral y la fiscal, la privatización de Pemex y otras medidas medulares del programa de Peña y de la dupla imperialismoburguesía apátrida.

Por lo que hace a la gran diversidad de otros integrantes del frente obradorista que referimos como el tercer segmento, varios de los cuales en la campaña habían dejado de lado temporalmente los puntos de vista que han sostenido de manera tradicional sobre los objetivos, los instrumentos y la vía de la lucha, al quedar atrás la coyuntura electoral retomaron sus ideas previas –idénticas o con variaciones —con lo que se reavivó un debate que ya existía. Procede analizar este debate, con el ánimo de avanzar de nueva cuenta hacia la unidad en la acción, que es un requisito indispensable para librar la batalla contra Peña y el neoliberalismo, con posibilidades de victoria.


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2. Sobre la necesidad de revisar y acordar los objetivos de la lucha, desde el punto de vista de los contingentes populares y antineoliberales. Hay que reconocer que entre quienes estuvimos en el gran frente obradorista existe una diversidad de concepciones sobre el objetivo histórico de la lucha, que tienen que ver con conceptos propios de una u otra clase social y también con las tesis que unas u otras corrientes han sostenido a lo largo del tiempo.

Por ejemplo, las corrientes burguesas, aunque algunas, en América Latina y en México, estén dispuestas a luchar contra el neoliberalismo y hasta por la liberación nacional, como en efecto lo están, no conciben la desaparición de la sociedad capitalista ni a corto ni a largo plazo; creen que bastarán ciertos cambios en algunas sobreestructuras, como el sistema político-democrático, la educación y otras, para resolver los problemas sociales y acabar con las injusticias. Por tanto, con algunas de estas corrientes podemos y debemos compartir la lucha para echar a los neoliberales y para conquistar nuestra segunda y definitiva independencia, pero debemos tener claridad de que no compartiremos la lucha por el socialismo, puesto que, en cuanto a ese objetivo, sus intereses de clase son contrarios a los nuestros. Los socialdemócratas, que son una variante del pensamiento burgués, en su mayoría apoyan hoy en día al neoliberalismo, así sucede con la mayoría de los partidos de tipo que se agrupan en la llamada Internacional Socialista, y desde luego también con los grupos cupulares de los dos partidos mexicanos miembros de la misma, el PRD y en el PRI. Por tanto, están del lado contrario de la trinchera, de modo que sería absurdo concebirlos como aliados nuestros. Existe una variante entre los socialdemócratas que aún incluyen en su habla la palabra “socialismo”, pero lo plantean como una consecuencia de una serie de pequeños cambios por los que el sistema capitalista se iría “reformando”, sin cambios radicales, rupturas, ni mutaciones de carácter cualitativo en la sociedad. Según ellos,

el “socialismo” acabaría siendo una especie de capitalismo “con rostro humano”. No son éstas, sin embargo, posiciones de carácter popular.

En otro extremo, los anarquistas tienen la opinión de que toda forma de estado y todo tipo de autoridad debe desaparecer de inmediato; ni siquiera conciben un estado proletario. Es decir, rechazan el pensamiento revolucionario de Marx.

Ahora, dentro de la línea revolucionaria que se acoge a Marx, también hay varias opiniones respecto del objetivo histórico: unos suponen que nuestra sociedad está madura para realizar una revolución socialista que tome el poder, establezca la dictadura del proletariado e instituya el socialismo de inmediato. Otras corrientes al revés, rechazan “por obsoleta” la idea de la toma del poder por el proletariado y estiman que el poder se debe construir desde abajo en un lento proceso. Por nuestra parte, procurando apegarnos al pensamiento marxista de manera rigurosa pero jamás dogmática, afirmamos que el objetivo histórico de la clase trabajadora es la desaparición de la propiedad privada de los medios de producción y cambio y, con ello, la del capitalismo y la de todo tipo de explotación de unos humanos por otros, y la construcción de una sociedad superior en todos los órdenes: el ético, el democrático, el humanístico, el de la valoración y protección del medio ambiente, entre otros. Pero sabemos que el proceso de transición de la sociedad actual a ésa, de nuevo tipo, es complejo y no obedece a urgencias desesperadas ni voluntarismos que según Lenin reflejan mentalidades pequeñoburguesas, sino que requiere de grandes transformaciones revolucionarias en la base económica de la sociedad y en sus sobreestructuras, que han de ser resultado de un tenaz esfuerzo y de un trabajo que no es lineal, sino, como ya se dijo, complejo. Coincidimos, entre otros, con el experimentado dirigente de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien ha dicho que “para llegar al socialismo… Es necesario, es imprescindible que el pueblo conozca qué es el socialismo, en qué consiste el socialismo, y cómo se llega a esa sociedad, y que a esa sociedad no se llega en veinticuatro horas, ni en un mes, ni en dos años, que a esa sociedad más

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justa no se llega si no es sobre la base del trabajo y sobre la base del desarrollo económico de la nación, y sobre la base del desarrollo de nuestras riquezas, porque es imposible establecer esa sociedad más justa sin un aumento extraordinario en la producción de bienes, que permita a todos los ciudadanos de un país la satisfacción de todas sus necesidades”2. Asimismo, concebimos que puesto que América Latina y México forman parte del subsistema subyugado dentro del sistema capitalista mundial contemporáneo, el primer paso en nuestro tránsito hacia una sociedad socialista consiste en nuestra liberación respecto del imperialismo. Como se ve, las diferencias sobre el objetivo histórico son profundas y no fáciles de zanjar. Mas por fortuna hay además otros objetivos: los de mediano plazo y los de inmediata realización. Los objetivos de mediano plazo están en el camino entre los que nos proponemos como finalidad histórica y los que queremos alcanzar con urgencia; pero son éstos últimos los que debemos discutir en primer término, por su premura y porque son los que ofrecen menos dificultades para construir ideas comunes. Además, porque a las fuerzas populares, antineoliberales y revolucionarias nos conviene abordarlos pronto para llegar a acuerdos en este tema y sobre esa base combatir juntos al enemigo común, multiplicando las posibilidades de obtener la victoria, dejando para después las discrepancias que tenemos y cuyo debate no es urgente.

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Si así procedemos, nos será fácil comprender que, puesto que la disyuntiva que presidió el periodo electoral no se limitó a ese corto lapso y sigue presente hoy en día, los mismos objetivos que hicieron posible el amplio frente unitario de facto en torno a López Obrador, también siguen vigentes. En efecto, el dilema sigue estando entre la ambición del capital imperialista y la burguesía apátrida de mantener y profundizar la explotación despiadada de los trabajadores y el saqueo descomunal de nuestros recursos, y nuestra necesidad de detener y revertir ese proceso injusto, para lo que es indispensable echar a los neoliberales y a sus amos de dentro y fuera del país.

Nuestro objetivo urgente en esta etapa postelectoral, exactamente como lo fue en la etapa electoral, debe ser echar a los neoliberales. Aunque con una complicación: como parte de esta misma lucha, hoy debemos enfrentar todas las acciones de Peña que, tal y como lo previmos, tan pronto se instaló en la presidencia y aun desde antes desató la ofensiva neoliberal que ya referimos, pues está apurado en demostrar a sus amos imperialistas y de la gran burguesía local, que él y el PRI son sus servidores fieles y eficaces, por encima de los panistas que estuvieron a cargo durante los doce años pasados; porque a esto se reduce la “rivalidad” entre el PAN y el PRI de nuestros días, a una lucha por ganar la confianza y el favor de los dueños del capital imperialista, a quienes uno y otro sirven de rodillas. Procede, por tanto, que convoquemos a todas las clases y sectores de la población que el neoliberalismo convierte en sus víctimas, a luchar de manera conjunta con este doble objetivo inmediato: resistir y frenar la avalancha neoliberal que Peña nos echa encima, y arrojar al propio Peña y a todos los neoliberales de la dirección de la vida pública. No convocaremos a los detentadores del capital imperialista ni a la gran burguesía a esta lucha nuestra, claro está; ni a sus siervos, los neoliberales del PRI y el PAN; sería ingenuo: todos ellos están al otro lado de la trinchera y son el enemigo al que combatiremos y queremos derrotar. Tampoco perderemos el tiempo con los mercaderes de la política, porque ellos están muy a gusto en el papel que han escogido, de aliados por conveniencia de los neoliberales y de los amos de éstos.

3. Sobre la necesidad de revisar el tema de las vías idóneas para la lucha.

Como ya hemos dicho, Lenin aportó mucho al acervo del pensamiento marxista en el tema de las vías, la estrategia y la táctica, entre otros. Precisó su opinión de que “el marxismo admite las más diversas formas de lucha”3, e hizo hincapié en que “no rechaza categóricamente ninguna”4. Dejó en claro


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que para decidir cuál de todas es en cierto momento la más conveniente, es necesario recurrir al análisis concreto de la situación concreta, no a las generalidades ni a las similitudes, porque formas que son inconvenientes en cierto momento histórico, en otro pasan a ser útiles, y viceversa. El genial dirigente de la Revolución de Octubre reiteró que “el marxismo se distingue de todas las formas primitivas del socialismo”, entre otras razones, porque “no liga el movimiento a una sola forma de lucha”, de modo que “plantear esta cuestión fuera de la situación histórica concreta, significa no comprender el abecé del materialismo dialéctico”.5 Entre otras vías que Lenin ejerció en ciertos momentos y condiciones, y desechó en otras circunstancias –a veces con mínima separación de tiempo entre uno y otro caso— están la huelga general, la insurrección armada, la guerra de guerrillas, el parlamentarismo, la lucha de barricadas, la lucha sindical y la lucha electoral. No hay una que sea despreciable ni otra que constituya la panacea de por sí; solamente el análisis concreto de la situación concreta, reiteramos, permite resolver esa cuestión.

En nuestro caso, López Obrador, por ejemplo, se pronuncia enfáticamente por las vías pacíficas, a las que convoca con frecuencia: a la movilización popular, al mitin, la marcha pública, a la desobediencia civil y a la lucha electoral. También declara que respeta otras formas de lucha, pero no las comparte; no las supone idóneas. Desde luego que ésta es también la posición de MORENA. Hay otras agrupaciones que coinciden con esos planteamientos, pero muchas otras prefieren otros tipos de movilización popular más enérgica, como una huelga general. Hay partidarios de la lucha armada, sea en forma de guerra de guerrillas o de insurrección general. De las distintas vías, las que se observan como antagónicas son la electoral, por un lado, y la armada, con sus distintas modalidades, por otro. Por eso, los partidarios de una y otra suelen enzarzarse en discusiones que perecieran ser irreconciliables. Ahora bien, ¿en verdad son inconciliables? Veamos:

Desechar la lucha electoral no parece tener sustento. Es cierto que la “democracia” tal y como se

practica en México hoy, está desprestigiada, y con justa razón. Se debe a que, a partir de que los neoliberales se apoderaron del gobierno de México, durante la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado, entre los muchos cambios negativos de orden económico, político y social que introdujeron, transformaron también, en poco tiempo y de manera profunda, la vida política, convirtiendo la democracia en una mentira y los procesos electorales en una farsa consistente en reducir la participación popular a la posibilidad de elegir a sus verdugos en turno, de entre dos o más opciones igualmente negativas.

Para conseguir su propósito realizaron, a) varias modificaciones a la Constitución y las leyes en materia político-electoral, y b) una mutación del sistema de partidos que, de pluriclasista que era, pasó a ser monoclasista, excluyendo la presencia política de la clase trabajadora y, por tanto, proscribiendo, en los hechos, el uso de ese espacio para la lucha de clases3. Además, c) propiciaron la más descarada mercantilización de los procesos, la conversión de los partidos, los candidatos y el voto en mercancías objeto de compra-venta y, junto con ello, d) la más descarada y generalizada corrupción de los políticos profesionales, su alejamiento de la ética y abandono de principios; con eso aseguraron tenerlos, casi sin excepciones, al servicio permanente del imperialismo y la burguesía entregada a éste, sin que afecte el que se les etiquetara -como individuos o agrupaciones- como de derecha, de centro y hasta de “izquierda”, porque esto se hace sólo para aparentar que hay variedad de donde escoger, aunque en el fondo las diferencias no existan o carezcan de significación. Los neoliberales, cínicos como son, y los académicos a su servicio, llamaron a todo esto la “transición de 3 A partir de que una decisión política de Carlos Salinas de Gortari arrebató su registro electoral al entonces Partido Popular Socialista, hoy Partido Popular Socialista de México, en un acto violatorio de la Constitución, en el año de 1994, ningún partido de la clase trabajadora, marxista-leninista, ha participado en los procesos electorales en México, dado que el sistema de partidos quedó integrado únicamente por organizaciones que declaran representar a todas las clases sociales, tal como lo hacen todos los partidos burgueses del mundo.

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México a la democracia desde un régimen autoritario”, esforzándose por hacer un paralelo con el proceso que se vivió en España cuando –a la muerte de Francisco Franco- pasó de una dictadura fascista a una “democracia” monárquica y neoliberal, que tampoco puede ser un modelo a seguir para pueblo alguno del mundo. Por eso hemos dicho que los neoliberales, en México, convirtieron las elecciones en ejercicios útiles para que una burguesía que es títere del imperialismo, rote a sus empleados y servidores –que formalmente ostentan el título de “gobernantes”-y, a la vez, las convirtieron en prácticas inútiles para el pueblo, a quien se engaña con el espejismo de que por ese medio puede cambiar las cosas, alcanzar mejores condiciones de vida y acabar con las injusticias que padece, sin que, por lo general, haya la posibilidad de que tales cambios puedan darse. Ahora bien, a pesar de esas condiciones adversas creadas por los neoliberales para perpetuarse, es posible echarlos por medio del voto siempre y cuando se cuente, entre otros, con estos elementos: a) un candidato públicamente comprometido a gobernar con un sentido contrario al neoliberalismo y que tenga fuerza, arrastre popular, cuestión que no siempre se da, sino en ciertas ocasiones; b) un movimiento popular con experiencia en la lucha contra el neoliberalismo y sus consecuencias, que reúna una fuerza numérica grande y se organice de manera adecuada; c) la participación de una fuerza político-ideológica revolucionaria, firme, antineoliberal y antiimperialista, que aporte su esfuerzo a todo el conjunto, sobre todo en materia de análisis y batalla de las ideas; una fuerza que no sea sectaria y que sea capaz de mantener la brújula bien orientada en medio de las múltiples presiones y contradicciones que se dan a cada momento durante una campaña electoral en la que chocan intereses tan opuestos, y d) la existencia de uno o varios partidos que, a pesar de todas las fallas y limitaciones que puedan tener, posean sin embargo, capacidad jurídica y voluntad política para registrar al candidato. 28

Sobre este particular existe la experiencia del Frente Democrático Nacional, FDN, de 1988. Hubo los cuatro elementos: el candidato, que fue Cuauhtémoc Cárdenas; el movimiento, en este caso el propio FDN; la fuerza ideológica en cuyo núcleo estuvo nuestro partido, todavía entonces como PPS4, y también la existencia de otros dos partidos, el PARM y el PST –convertido en esa coyuntura en PFCRN- que a pesar de sus graves inconsistencias tenían capacidad jurídica y tuvieron la voluntad política para registrar la candidatura de Cárdenas. 4 En el marco de la Globalización neoliberal, en la década de los noventas, en el seno del entonces Partido Popular Socialista se agudizaron contradicciones internas que se venían gestando de tiempo atrás, y que implicaron ingredientes de varios tipos: hubo problemas ideológicos y políticos diversos: afloró el revisionismo por parte de algunos, el sectarismo, en otros casos; también hubo dogmatismo y oportunismo. Grupos de camaradas se alinearon al lado de las concepciones de la socialdemocracia y otros se fueron a posiciones de infantilismo de izquierda. Lo más lamentable es que también se conocieron penosos asuntos de falta de honestidad y de ética, en que incurrieron antiguos compañeros, que se apropiaron bienes del partido, y de otros que recibieron favores y recursos económicos y materiales por parte de la burguesía neoliberal y proimperialista, a cambio de vender su conciencia. Todo esto hizo imposible mantener la unidad en partido, que se desmembró en varios fragmentos; algunos subsisten hasta hoy, con el antiguo nombre del PPS; otros tomaron nombres diferentes y posiciones ideológicas y políticas distintas. En varios casos, antiguos cuadros y militantes se alejaron de la lucha. Frente a toda la desbandada que se produjo y ante los retrocesos en que incurrieron algunos grupos de antiguos camaradas, la Reposición del XVIII Congreso de nuestro Partido, que celebramos en 1997, resolvió tomar con nueva fuerza y fidelidad los ideales y los principios del marxismo leninismo, y enarbolar de nueva cuenta los aportes del lombardismo de manera creadora, no dogmática ni oportunista, como lo hicieron otros, caricaturizando los aportes de Lombardo. También resolvió reconstruir al partido de la clase obrera de México, recogiendo los principios formulados por Marx, Engels, Lenin y Lombardo, y poner al partido al día, interpretando la época actual y sus características. Y con el fin de evitar confusiones respecto de los grupos que de manera indebida se han ostentado como PPS, disputándoselo varias facciones con violencia, resolvimos cambiar nuestro nombre a Partido Popular Socialista de México, reiterando que somos la misma organización que nació en 1948 como Partido Popular y que evolucionó en 1960 a Partido Popular Socialista.


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¿Qué hizo falta para que después del tropiezo inmediato –constituido por el fraude-- se pudiera solidificar una fuerza capaz de echar a los neoliberales en un segundo intento? Faltó capacidad para consolidar un frente amplio, como lo fue el FDN, con respeto a sus diversos componentes, lo que se podría haber logrado si no se hubiera impuesto la tesis errónea de que lo procedente era construir un solo partido a partir de una mezcla de diversas ideas, prácticas, tradiciones y proyectos de lo más diverso; fue así como surgió el PRD como un partido socialdemócrata, es decir, proclive a asumir como propias las banderas del neoliberalismo y enemigo de la concepción marxista del socialismo, como son en su mayoría los integrantes de la Internacional Socialista; un partido que sería presa fácil de la corrupción promovida por la dupla imperialismo-burguesía; un buen receptáculo para las ambiciones personales y de grupo más desbocadas que pronto se estructuraron formando “tribus” de oportunistas desideologizados y sin principios, dedicadas a reñir con fiereza entre unas y otras, por los dineros y los cargos. Por eso, aunque de momento fue visto con esperanza por sectores importantes de nuestro pueblo, por hombres y mujeres honrados y dispuestos a luchar no por satisfacer intereses personales, sino por cambios económicos y sociales, el surgimiento de ese partido no significó un avance en materia de organización, respecto del FDN, sino un retroceso, y vino a fortalecer a los neoliberales en sus objetivos, contribuyendo, entre otros aspectos, a la conversión de la democracia electoral en lo que es hoy: una farsa. Este retroceso dio espacio para que los neoliberales se consolidaran al frente del gobierno, y no vino a ser sino hasta 2012, veinticuatro años después del FDN, cuando la clase trabajadora y el pueblo pudieron de nueva cuenta contar con los cuatro elementos citados, para disputar la presidencia de México a los neoliberales. Andrés Manuel López Obrador fue un candidato con el perfil indispensable para esa batalla. Se contó también con un movimiento popular antineoliberal con experiencia y combatividad. El PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano pusieron su registro. El PPS de México

y otras fuerzas y personalidades no sectarias ni oportunistas aportaron firmeza ideológica en el contexto de un amplio frente en torno a López Obrador. Todo esto abrió una perspectiva de gran aliento que animó a numerosas fuerzas populares y de trabajadores a lanzarse a la lucha, como ya vimos, formando un gran frente por la primera vez desde 1988, e igual que en aquella ocasión, otra vez la participación de este poderoso conjunto se tradujo en un giro de fondo: la elección de 2012, igual que en 1988, dejó de ser una farsa y pasó a ser un combate con grandes posibilidades de victoria que abriera la puerta a cambios profundos. Este es un hecho que no se debe soslayar: luego de 24 años, la vía electoral volvió a ser una opción, gracias a que otra vez fue posible conjuntar los factores ya mencionados. El desenlace de esa batalla concreta no fue favorable a la clase trabajadora y el pueblo. La imposición de Peña no puede asombrarnos puesto que sirve a fuerzas que siempre que se ven bajo la amenaza de perder su predominio, lo atropellan todo. Y más en esta época de aguda crisis del sistema capitalista mundial que las apremia a ir más allá en sus acciones depredadoras, sin detenerse ante escrúpulo o consideración alguna. En este caso recurrieron hasta a lo más ruin, para hacer prevalecer sus intereses atropellando la voluntad popular.

Pero poniendo nuestra atención en las batallas que siguen, si se considera todo el proceso aquí reseñado y analizado, queda a la vista que rechazar la vía electoral precisamente ahora, cuando se han vivido dos experiencias valiosas en las que la victoria frente a los neoliberales estuvo cercana, y sobre todo la más reciente, que deja saldos favorables, es improcedente. En este sentido, también se evidencia la improcedencia de rechazar la decisión de López Obrador y el contingente que encabeza, el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, de completar el proceso de construcción y formalización de su partido político, ahora que pueden hacerlo. Si lo logran, como es de esperarse, esto en sí será un paso positivo para todos quienes nos hemos propuesto no sólo combatir a Peña, sino echar a todos los neoliberales, porque por primera vez desde 1994 tendremos dentro del sistema

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de partidos uno que no sea neoliberal ni esté inclinado a las componendas con el neoliberalismo; a las alianzas con el PRI y el PAN ni a asociarse en “pactos por México”; esa modificación cualitativa en el sistema de partidos será sin duda un paso adelante que todos los antineoliberales debiéramos saludar.

Ahora, respecto a las vías armadas, sin duda debemos condenar con energía la conducta de la clase social dominante, que las anatematiza y trata de equiparar con el terrorismo, de manera injustificada. Por otra parte, es de recordar que en décadas recientes, en México, han existido movimientos guerrilleros importantes, y destacar que algunos de estos grupos subsisten y siguen reivindicando esta forma de lucha, pero no la ejercen activamente, sino que han preferido practicar por ahora formas pacíficas de lucha política, sin que eso signifique que renuncian a volver a tomar las armas si, como dicen, las condiciones así lo aconsejan. Muchos de sus integrantes incluso formaron parte del gran frente amplio que apoyó a López Obrador. Este antecedente concreto nos permite corroborar que las opiniones a favor de la lucha armada no son irreconciliables con las que ponderan la lucha electoral. Lo cierto es que una y otra vía requiere preparativos no exentos de dificultades y que ninguna se puede acometer de manera improvisada. Quienes están dedicados a la edificación y registro de su partido, MORENA, van avanzando en su preparación, lo que debemos saludar. Los compañeros que reivindican la lucha con las armas en la mano, por su parte, bien pueden prepararse de igual manera para desatarla cuando sustenten que ese momento haya llegado y, en tanto, nada les impide seguir participando en la lucha política pacífica como lo han venido haciendo.

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Por nuestra parte, consideramos que el análisis concreto de la situación concreta nos aconseja en primer término, no desestimar y menos condenar ninguna de las formas de lucha que reivindican diversos sectores de nuestro pueblo, y reexaminar este tema de manera muy ligada al tema de los instrumentos idóneos.

Pensamos que debemos ejercer la vía electoral por cuanto a la lucha por el poder ejecutivo de la federación, entre otras razones, porque mientras los neoliberales sigan detentando el poder ejecutivo, la clase trabajadora y el pueblo seguiremos a la defensiva, tratando de frenar sus acciones agresivas y depredadoras, y sólo podremos pasar a la ofensiva si logramos echarlos y poner el ejecutivo en manos de un bloque social distinto, en que no tenga cabida la burguesía proimperialista, como se ha logrado ya en varios países de América Latina. Daríamos así un paso estratégico que nos permitiría empezar a desmontar todo el entramado neoliberal e iniciar la construcción de un México independiente del imperialismo, y desde ahí desarrollar la base económica y, mediante la lucha de clases, generar la correlación de fuerzas adecuadas para avanzar hacia la construcción de una sociedad socialista, sin propiedad privada de los medios de producción y cambio y sin explotación del hombre por el hombre. Hablamos de ir a la lucha electoral exclusivamente por lo que hace al poder ejecutivo de la federación, reiteramos, lo que no implica necesariamente ejercerla a otros niveles en los que puede ser estéril y hasta contraproducente.

Ahora bien, el camino para instalar el ejecutivo en manos de un bloque social antineoliberal, a su vez nos exige modificar el sistema de partidos porque el actual no sirve, ya que los que se dicen de “izquierda” son colaboracionistas con los neoliberales, como sus acciones lo prueban a diario. Por eso, el Partido Popular Socialista de México ha saludado la decisión de los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, de buscar el registro como partido político nacional, y ha expresado su voluntad de ayudarlos fraternalmente a que alcancen su propósito, sin fundirnos ni militar en esa organización pero viéndola con respeto y afecto, como aliada y amiga. Además, el PPS de México mantiene su esfuerzo por contribuir a la construcción de la Organización Política de los Trabajadores y el Pueblo, OPT, de la que forma parte, misma que también ha decidido buscar el registro electoral. La OPT, se ha definido como una organización de los trabajadores y el


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pueblo, con lo que desde el punto de vista de las clases sociales debe estar más a la izquierda de MORENA y levantar banderas más avanzadas, pero ambos deben compartir la lucha contra los neoliberales, que por hoy es la fundamental.

De igual manera consideramos que todas las formas de la movilización popular tienen plena vigencia, en tanto ayuden a elevar la conciencia de clase de los trabajadores; a desarrollar la educación política de otras clases y sectores de la sociedad que sean susceptibles de luchar contra el neoliberalismo; a organizar a quienes están desorganizados, y a construir unidad en sus diversos niveles: unidad en la acción, respetando la autonomía de cada quien, que es lo más flexible y viable en la lucha frentista; unidad orgánica, que es más avanzada, pero exige condiciones previas que deben satisfacerse sin voluntarismo ni simulación; unidad política y unidad ideológica, en la medida de lo posible.

Lo fundamental, recomponer el frente popular y antineoliberal que se dio durante la campaña electoral y acrecentarlo aún más. Como ya hemos analizado en otros momentos, las transformaciones ocurridas en el mundo en las dos últimas décadas del siglo XX como resultado de la ofensiva neoliberal de carácter global, entre otros de sus efectos negativos en América Latina afectaron a las organizaciones antiimperialistas, democráticas y populares, y a los partidos revolucionarios, sin que México sea excepción. En nuestro país, la división de la izquierda, que ya era proverbial, creció hasta sumar hoy decenas de partidos y agrupaciones, en una franca pulverización. Por eso, al no existir partido de izquierda ni agrupación popular alguna que por sí sola conjugue las características cuantitativas y cualitativas para responder con éxito a los desafíos de la lucha para echar a los neoliberales, con mayor razón se justifica el carácter frentista de esta actividad, máxime que las políticas neoliberales, como todas las ac-

ciones imperialistas, dañan a la clase trabajadora, pero no sólo a ella, sino a amplios segmentos de otras clases y sectores sociales que están llamados, por tanto, a combatirlo hasta por razones de legítima defensa.

Por eso, resulta indispensable y urgente recomponer el frente que se dio durante la campaña electoral y acrecentarlo aún más. No se trata de un frente que haya empezado a existir durante ese proceso, ya venía de atrás, en concreto por lo que hace a lo que hemos definido como su tercer segmento. Ya había tenido variadas concreciones desde la lucha contra la privatización de la industria eléctrica, en tiempos de Zedillo, y había registrado valiosas experiencias. Pero el referente más cercano lo es el del proceso electoral citado, y también es el que ha alcanzado mayor amplitud, hasta ahora.

Un frente, amplio y combativo, es el instrumento idóneo para combatir a Peña y a los neoliberales en su conjunto. Un frente en el que dos de sus componentes principales deben serlo los segmentos de carácter popular y antineoliberal que a su vez formaron parte del que se dio en torno a López Obrador: el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, y el otro, formado por decenas o centenares de agrupaciones, partidos, movimientos y frentes de carácter nacional, regional y local, ajenos a los partidos oportunistas y a MORENA.

Es imprescindible, por tanto, trabajar de manera intensa y consciente en ese sentido, anteponiendo este esfuerzo a cualquier otra consideración. ¿Qué hacer al respecto? En primer lugar, suprimir toda acción que estorbe ese propósito. Criticar sin tacto y sin solidez a MORENA o a cualesquiera de los otros componentes potenciales del frente, como a veces lo hacen algunos teóricos y/o militantes de algunos grupos que comparten esta trinchera, no es útil y, por el contrario, atenta contra el esfuerzo unitario y favorece tanto a Peña como a la dupla imperialismo-burguesía apátrida, que es la fuerza principal que impulsa al neoliberalismo. Es válido ventilar las diferencias, desde luego, en modo alguno lo objeto, pero hay que hacerlo con el respeto que nos debemos entre quienes estamos del

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mismo lado en esta lucha; y hay que debatir en concreto lo que venga al caso en este momento para efectos de la lucha contra el enemigo común, y no otras cuestiones ajenas a ese propósito, que pueden tener otros momentos más apropiados para su discusión. Destacar en todos los casos lo que nos une, que son muchas cosas de fondo, dejando de lado las discrepancias, en especial las que no sea indispensable controvertir ahora mismo. Evitar disputas estériles, que suelen darse. En fin, trabajar con esmero por la unidad en la acción, que es la propia del trabajo frentista, respetando la autonomía de los demás concurrentes al frente. Febrero de 2013.

Notas 1 2

3

Exposición de motivos de la Iniciativa de la reforma al 3º. constitucional. Fidel Castro, el 26 de julio de 1961.

V. I. Lenin, La guerra de guerrillas, en http://www.marxists.org/espanol/lenin/ obras/1900s/30-ix-06.htm.

4 Ibídem. 5

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Ibídem.


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LA CLASE OBRERA EN LA NACIONALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA PETROLERA MEXICANA, Y LA DUPLA IMPERIALISMO-BURGUESÍA APÁTRIDA EN EL CAMINO A PROFUNDIZAR Y CONSOLIDAR SU PRIVATIZACIÓN

José Santos Cervantes.*

Antecedentes

V

icente Lombardo Toledano, fue uno de los mexicanos más destacados en la defensa de los recursos naturales de la nación y también el más firme defensor de los derechos laborales y sociales de la clase trabajadora y del pueblo mexicano en su conjunto.

En la expropiación y nacionalización del petróleo cristalizó esta lucha en la que supo combinar de manera magistral la defensa de la soberanía nacional y de la clase trabajadora, ante el imperialismo de la época. Una lucha paradigmática para los pueblos dependientes y semicoloniales del mundo entero, que luchan por su segunda independencia.

La estrategia y táctica utilizada para coronar exitosamente esta epopeya, se basó en la experiencia histórica de la lucha secular del pueblo mexicano, frente a la dominación extranjera, que es la del Frente Nacional Democrático, Patriótico y Antiimperialista. *Secretario General del Partido Popular Socialista de México.

Concretamente, desde su juventud exigió la aplicación del artículo 27 constitucional, que establece con toda claridad que la nación es propietaria originaria de las tierras y aguas comprendidas dentro del territorio nacional y que es la nación la que ha tenido y tiene el derecho de otorgar en concesión a los particulares el dominio de ellas, para constituir la propiedad privada; y el mismo artículo establece que es la nación la que tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, es decir, retirar la concesión cuando así lo determine el interés nacional y colectivo. Ya siendo secretario general de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM Depurada, 1933), redacta en el Programa Mínimo de Acción para esta central obrera, la exigencia para que la propiedad por tanto cumpla su función social y que la clase obrera participe en la dirección y desarrollo de la economía del país.

Así también que prohíba al capital extranjero adueñarse de la tierra, del petróleo, del carbón de piedra, de las minas de hierro, de la energía eléctrica, de los ferrocarriles y de todos los transportes, de los telégrafos, de los teléfonos y de los medios de comunicación en general. Y sobre todo evitar que el capital privado nacional o extranjero pudiera

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controlar mediante monopolios estas ramas fundamentales para el desarrollo económico del país.

Como es lógico, esto fue reiterado en el transcurso de la lucha de Lombardo Toledano para lograr la unidad de la clase trabajadora de nuestro país, y posteriormente desde la dirección del Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM, 1933) y planteó que la soberanía en independencia económica nacional, solamente podría alcanzarse en la medida en que se lograra conformar un gran frente nacional con todas las fuerzas progresistas, patrióticas y por lo tanto antiimperialistas para alcanzar objetivos comunes y concretos, con esta elevada finalidad. Posteriormente cuando creó la Confederación de Trabajadores de México (CTM, 1936) abanderó los mismos objetivos, sin embargo, las condiciones objetivas y subjetivas estaban dadas para concretizar la aplicación de distintas medidas: profundización de la Reforma Agraria, nacionalización de los ferrocarriles, ampliación de los derechos sociales y laborales y la nacionalización de la industria petrolera, entre las más importantes, para avanzar en el camino de la segunda independencia, la económica, para nuestra nación.

1) La soberanía nacional y la defensa de petróleo

El petróleo, el más importante recurso energético de nuestro país, históricamente ha sido un elemento indispensable para el desarrollo económico, desde el surgimiento del capitalismo hasta hoy. Por eso, su control y aprovechamiento ha estado en el centro del interés de todos los países del orbe.

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El régimen capitalista, visto como fenómeno global, tiene y ha tenido siempre dos expresiones mutuamente complementarias: países desarrollados y dependientes; los primeros no podrían existir sin los segundos. Entre ellos se da una relación perversa de dominación, explotación y saqueo ejercido por los primeros sobre los segundos, en

este contexto, el hidrocarburo ha desempeñado a lo largo de la historia la función de instrumento, ya sea de sometimiento o de liberación, según se trate de quienes lo usen para su beneficio; ya sean los países imperialistas o de los que aspiran a romper el yugo de la dependencia. Porque sin soberanía energética no puede lograrse la soberanía plena de ningún Estado ni ejercer su independencia más allá de la simple formalidad declarativa. Desde el siglo XIX, las grandes potencias, como Gran Bretaña, Holanda y Estados Unidos, han desplegado su poderío para posesionarse de las fuentes y controlar la producción y distribución del petróleo. Para tales fines corrompen funcionarios; alteran procesos electorales; provocan crisis políticas; promueven insurrecciones y golpes de Estado; derrocan gobiernos e imponen otros, subordinados; cometen magnicidios; bloquean países; promueven guerras y masacran pueblos. La historia de los países dependientes productores de petróleo, sin excepción, está llena de todo ese tipo de casos. La invasión a Irak se inscribe en ese contexto. Para ellos, los imperialistas, todo se vale, sin limitación ética o moral. Los países productores del hidrocarburo que son dependientes en su mayoría, han escrito páginas llenas de heroísmo y abnegación en la lucha por recobrar el dominio sobre este recurso natural y no renovable, y, en ejercicio de su soberanía, convertirlo en palanca para su propio desarrollo y liberación, y para el bienestar de sus pueblos.

2) Diversas versiones sobre la epopeya nacionalizadora

Hoy entre las fuerzas que luchan contra la privatización y consecuente desnacionalización de Petróleos Mexicanos (PEMEX), están en boga las más diversas versiones sobre la expropiación y nacionalización del petróleo, y muchas de ellas carecen de veracidad, al achacar a factores ajenos, el resultado de esta determinación del gobierno mexicano tomada el 18 de marzo de 1938. Se difunden incluso versiones en las que seña-


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lan que fueron factores externos –los umbrales de la Segunda Guerra Mundial o la presencia en el gobierno norteamericano de Franklin Delano Roosevelt- los que favorecieron la toma de ésta decisión histórica. Indudablemente que los factores externos en un proceso social influyen pero no son determinantes. En cambio los factores internos: la existencia de una poderosa organización de la clase trabajadora como lo fue la CTM durante los primeros cinco años de vida; con una dirigencia encabezada y dirigida por Lombardo Toledano con una formación marxista bien cimentada; y un gobierno federal de carácter patriótico encabezado por Lázaro Cárdenas, fueron los que hicieron posible no sólo la expropiación sino la nacionalización petrolera.

La expropiación petrolera fue obra de la clase obrera mexicana y de nadie más, porque con la audacia y la inteligencia de Lombardo Toledano lograron crear un Frente Nacional de las fuerzas democráticas y patrióticas, para recuperar la riqueza petrolera e iniciar la liberación de México respecto del imperialismo. Lázaro Cárdenas tiene el enorme mérito de haber tomado la decisión a favor de la nación, cuando la clase obrera ya había convertido el conflicto laboral en un conflicto entre la nación y el imperialismo, es decir, no fue obra de la casualidad sino producto de la aplicación certera del marxismo-leninismo en el terreno de la lucha de clases. Fue la aplicación de la teoría del materialismo y el método de la dialéctica a la lucha de clases en el terreno económico, político e ideológico. En el primero al unificar a todos los trabajadores petroleros en torno a la demanda de un solo contrato colectivo que imperara para todos y en todas las empresas extranjeras, en el terreno político al enfrentar a las empresas del imperialismo petrolero en conjunto con las demás fuerzas patrióticas exigiendo la aplicación de la legislación laboral y el respeto a la Constitución General de la República por parte del extranjero. En lo ideológico al desenmascarar ante el pueblo y la nación el carácter imperialista de las empresas a las que se enfrentaba.

3) La estrategia y táctica del Frente Nacional contra el imperialismo petrolero Precisamente, el conflicto, sin duda el más importante en la historia del movimiento obrero mexicano y de las luchas de nuestro pueblo por salvaguardar la soberanía nacional, fue el que protagonizaron los dirigentes del Sindicato Petrolero y de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), entre 1936 y 1938 en contra de las compañías petroleras extranjeras, porque sigue siendo ejemplo de la eficacia de la línea estratégica y táctica de la alianza de las fuerzas democráticas y patrióticas para derrotar al imperialismo.

Todos los mexicanos, no sólo los trabajadores de nuestro país, sabemos que las empresas petroleras son representativas del imperialismo extranjero, particularmente por su desbordado afán de explotación del petróleo ajeno, al menor costo posible. Por eso, antes de la expropiación, primero, trataron de impedir que sus trabajadores formaran sindicatos. Después simularon agrupaciones, en algunos casos enfrentando sindicatos blancos a los sindicatos independientes. En una tercera etapa, dentro de su misma táctica, enfrentaron sindicatos entre sí mismos, con el objeto de impedir que se asociaran en una sola agrupación. Las empresas petroleras fueron derrotadas en esta táctica perversa y de la conciencia de la masa ya evolucionada, surgió la idea de formar un solo organismo que representara los intereses de los trabajadores petroleros. Sin embargo como también algunas autoridades locales se opusieron a este anhelo, fue necesario que las organizaciones obreras de entonces hicieran presión ante la autoridad laboral para que los sindicatos fueran registrados. Conseguido este objetivo: la creación de un solo sindicato de los trabajadores del petróleo, implicaba un sólo contrato para estandarizar las condiciones contractuales y salarios iguales para trabajo igual, al mismo tiempo que elevarlos y

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otras prestaciones. Las empresas pusieron nuevos obstáculos; largos meses transcurrieron de conversaciones privadas entre el sindicato y las empresas, hasta que fue preciso emplazarlas a una huelga.

Cuando se emplazó a las empresas para la huelga, intervino el gobierno federal, encabezado por el General Lázaro Cárdenas del Río, en ese momento se hallaba en la región lagunera repartiendo las tierras; una comisión del sindicato petrolero y de la CTM se entrevistaron con él, y éste les sugirió que no fueran a la huelga en vista de que traería un gran trastorno en los momentos mismos en que él estaba empeñado en repartir las haciendas de La Laguna. Los trabajadores dispuestos a cooperar, aun con sacrificio de sus intereses, con el General Cárdenas, porque la propia CTM estaba exigiendo el reparto de tierras de la comarca lagunera, se desistieron en ese momento de ir a la huelga, y aceptaron un plazo bastante amplio para que el Gobierno de la República obligara a las empresas petroleras que discutieran y llegaran a la firma del contrato único. El plazo transcurrió sin que se hubiera llegado a la firma del contrato debido a los subterfugios y evasivas de los representantes de las compañías petroleras para no discutir un proyecto de contrato. Entonces se emplazó a huelga, que estalló el 28 de mayo de 1937. El propósito principal de la paralización de las labores era saber hasta qué punto aceptaban las empresas las demandas de los trabajadores petroleros. Hubo un ofrecimiento que no satisfizo, ni al sindicato petrolero ni a la CTM.

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Aquí es donde conviene recordar ciertos aspectos y tácticas de lucha, para valorar plenamente la actitud del sindicato petrolero y del Comité Nacional de la CTM en el sentido de que se aplicó una táctica adecuada. Algunos sugerían: la huelga debe continuar indefinidamente, y debe apoyarse con otras huelgas parciales, para hacer coacción sobre las empresas petroleras, obligándolas a ceder, se rechazó esa propuesta. Se planteaba otra propuesta: que continúe la huelga, pero para que no sufra el pueblo de México y no se vuelva la huelga impopular, que se importen los productos del

petróleo del extranjero. Se rechazó por los inconvenientes que saltan a la vista. Otra sugestión más: que continúe la huelga, pero que los huelguistas permitan que se explote el petróleo necesario para las actividades fundamentales del país. También se rechazó.

¿Cuál camino, en consecuencia, era el mejor? Después de deliberar largamente los dos Comités, el del sindicato petrolero y el de la CTM, resolvieron: frente a la lucha imperialista, la única táctica es la de un Frente Nacional. ¿Cómo realizar la táctica del Frente Nacional ante la soberbia y prepotente actitud de las empresas imperialistas del petróleo? Ligando los intereses del movimiento obrero y del pueblo de México, junto con los intereses del Gobierno Nacional; hacer un frente común el sector proletario y el pueblo, frente a las empresas imperialistas. Y ese fue el camino elegido. El siguiente paso lógico, fue el levantamiento de la huelga por los trabajadores, para plantear, siguiendo el procedimiento que señala la ley de la materia, un “conflicto de orden económico” ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. El propósito de esta medida era el de permitirle al gobierno el examen del estado financiero de las empresas, revisando sus libros y documentos privados, que serviría de base para el fallo del tribunal del trabajo.

La investigación se realizó de un modo minucioso. En el mes de agosto la comisión de peritos informa que las empresas están perfectamente capacitadas para acceder a las demandas del Sindicato. El 11 de noviembre las compañías declaran a la prensa: “Nos rehusamos aceptar la decisión del tribunal del trabajo si está concebida en los términos que señalan los peritos nombrados por el gobierno o se nos impone algo más de lo que hemos ofrecido conceder”.

La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje dicta su laudo el 18 de diciembre, fundándose en el dictamen rendido por los peritos. Contra la determinación de la Junta las empresas recurren al Amparo de la justicia federal. El día 1° de marzo de 1938, la Suprema Corte de Justicia de la Nación


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niega el Amparo a las empresas y confirma la validez del laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

Las empresas petroleras se niegan a obedecer la sentencia de la Corte que, de acuerdo con la Constitución, es un fallo inapelable para todas las personas que habitan o tienen intereses en el territorio nacional. Llegando el conflicto a este punto, la CTM y el sindicato petrolero resuelven acudir a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para dar por rescindidos los contratos de trabajo, de acuerdo con el derecho que la ley les otorga, con el fin de que el gobierno expropie los bienes de las empresas y nacionalice la industria del petróleo. Como lo señalábamos al principio, la decisión histórica la toma el Presidente Lázaro Cárdenas el 18 de marzo de 1938.

4) La etapa neoliberal

Los neoliberales sostienen que la vía de desarrollo de la intervención del Estado en la economía fracasó, y que, en todo caso, corresponde a una etapa superada. Que en estos tiempos, de la globalización, sólo a los nostálgicos se les ocurre seguir planteándola, pero sin perspectiva real alguna. Que ahora lo fundamental es “abrir las economías” al libre flujo de los capitales. Y que el país que no lo haga pronto y a fondo, sin limitaciones ni reticencias, quedará rezagado de manera irremediable. Y de acuerdo con esa lógica proponen “abrir” a los capitales privados nuestro petróleo e industria eléctrica aunque, tramposos, dicen que eso no es privatizar. Recurren a tales engaños para contrarrestar la resistencia del pueblo, para confundirlo e inmovilizarlo. Permitir la participación del capital privado en una empresa pública, es privatizar, y es lo que pretenden todos ellos, con distintas variantes.

Lo cierto es que México, igual que cualquier otro país dependiente, puede modernizar su economía transformándola en una de tipo industrial, incluso con tecnologías avanzadas, por cualquiera de

dos caminos: uno es ciertamente el de privatizarlo todo, entregar todas las fuentes económicas, todos los recursos naturales y la fuerza de trabajo al capital privado, lo que implica entregarlo, como la ha demostrado la experiencia al capital transnacional. Y no se trata de un camino nuevo, ni mucho menos. Este camino implica la pérdida total de la soberanía nacional, es decir, la recolonización del país. México dejaría de ser Patria y pasaría a ser colonia. E implica también la renuncia a una distribución justa del producto social, que por la vía privatizadora se concentra de manera acelerada en pocas manos, condenando a la mayoría a la pobreza creciente y a la marginación. Pero México puede seguir el otro camino. Desarrollar su economía con soberanía y equidad en la distribución y convertirse en un país cabalmente independiente. Pero esto exige de la intervención vigorosa y decidida del Estado en la economía, no como mero rector, porque eso no resuelve nada, sino como agente directo, productor y distribuidor de los bienes estratégicos y prioritarios para el interés nacional. “Nacionalizar es descolonizar”, como decía Lombardo Toledano, y para él nacionalizar era un concepto que en su sentido profundo iba más allá de que la propiedad de los recursos sea de connacionales y no de extranjeros. Para él, nacionalizar equivalía a poner la industria al servicio de los intereses económicos del país, por encima de los intereses particulares.

5) La dupla imperialismo-burguesía apátrida en el camino a profundizar y consolidar su privatización

Sería largo enumerar, las acciones abiertas y encubiertas que los neoliberales han llevado a cabo para desmantelar a PEMEX con el fin premeditado de llevar a esta empresa a la quiebra y rematarla al capital transnacional. Ahora con la imposición de Enrique Peña Nieto en la presidencia de la república y con la mayo-

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ría de legisladores neoliberales en el Congreso de la Unión, las fuerzas progresistas se enfrentarán en una lucha sin cuartel a fin de que impedir que se cumplan los aviesos fines privatizadores tal como lo hicieron con Felipe Calderón Hinojosa. Indudablemente que ahora el dictamen sobre la iniciativa que presentará Peña Nieto, será aprobada de manera inmediata como lo hicieron con la contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo.

Además de esta enorme ventaja en el terreno legislativo que les dio el fraude electoral y con el respaldo del imperialismo yanqui, cuentan con la complicidad de los dueños de las grandes empresas nacionales y extranjeras, caracterizadas además por todo tipo de abusos y corruptelas, por el enorme fraude fiscal que año tras año cometen con toda impunidad: Cemex, Telcel, Telmex, Grupo Carso, Kimberly Clark, Coca Cola-Femsa, Bimbo, Soriana, Grupo México, Wal Mart, Grupo Saba y Televisa. Instituciones bancarias como, BBVABancomer, Banamex, HSBC, Santander e Inbursa, y los grupos aeroportuarios ASUR, GAP y OMA, que en promedio han pagado cuatro centavos de impuestos por cada peso de sus ventas, es decir, nada. Pero además de que pagan una miseria difieren el pago, y después de diferir el pago exigen por medio de diversos mecanismos que se les devuelvan, y resulta que en lugar de que la Secretaría de Hacienda reciba ingresos por impuestos de estos poderosos grupos empresariales, les sale debiendo.

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Quién paga este robo descarado cometido por los Slim, los Azcárraga, los Salinas Pliego, los Larrea, los Zambrano, etc. nada más ni nada menos que PEMEX y el pueblo. Se calcula en 680 mil millones de pesos tan sólo lo que el gobierno de Vicente Fox devolvió a grandes corporativos del país por la existencia de tratamientos fiscales especiales, lo que representan 2 mil 600 veces más el presupuesto de PEMEX de 2008 destinado a proyectos de inversión física. Esa cantidad serviría para construir nueve refinerías, si se toma en cuenta que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa aseguraba que se requieren 75 mil millones para edificar una, aunque para especialistas del sector energético el gasto podría ser de la mitad.

Los fondos devueltos superan además en 9 por ciento los ingresos extraordinarios que PEMEX obtuvo entre el año 2000 y 2007, que ascendieron a 623.3 mil millones de pesos, triplican el subsidio para gasolinas y representan casi 10 veces más los 72 mil millones destinados para amortizar la deuda contratada con particulares mediante el esquema de Pidiregas. Otra desproporción salta a la vista respecto de la carga fiscal impuesta a PEMEX: en el primer cuatrimestre de 2008 la paraestatal tuvo que pagar 93 por ciento de sus ingresos brutos, de acuerdo con datos de la SHCP, lo que representó 349.6 mil millones de pesos, pero esa cifra equivale a la mitad del dinero devuelto a la gran burguesía. Si se considera que anualmente se importan 200 mil millones de pesos en gasolinas y 180 mil millones en petroquímicos entonces bastarían 300 mil millones para fabricar dichos productos en México, es decir, menos de la mitad de lo regresado por la Secretaría de Hacienda a los grandes corporativos en el sexenio de Vicente Fox.

Este saqueo, esta corrupción, este maridaje entre el poder político y el poder económico, de que hacen víctima a nuestra nación y al pueblo, pretenden que una vez privatizado PEMEX sea el pueblo el que lo pague, así de simple, por lo que Peña Nieto propondrá al parejo una Reforma Fiscal. No hay que quebrarse la cabeza para saber cuál será el contenido de la iniciativa de Peña Nieto, porque sin duda es un refrito de la que el PRI presentó en el sexenio de Felipe Calderón ¿O qué confianza nos pueden merecer los beltrones, los gamboas, etc.?.

6) La derecha perderá nuevamente en el debate, pero ¿conseguirá sus objetivos privatizadores? En el año 2008, el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo (MNDP) promovido y encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ahora fundador y dirigente del Movimiento Regeneración Nacional, impidió la privatización abierta de


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PEMEX, aunque como es lógico no pudo impedir todas las acciones criminales y de diferente tipo que siguieron cometiendo los neoliberales, pasando por encima de nuestra Carta Magna, contra esta empresa. Hoy las condiciones son distintas, y habría que hacer una balance muy cuidadoso de la correlación de fuerzas, sin embargo, la estrategia sigue siendo válida, es decir, tal como se logró que el MNDP se convirtiera en un gran Frente Nacional Patriótico y Antiimperialista, este debe conformarse de manera muy rápida, para lograr que la defensa del petróleo sea asumida de manera consciente por nuestro pueblo.

Recordarle que otras riquezas fueron entregadas al gran capital con las mismas trampas y mentiras: la Banca, TELMEX, las riquísimas minas de oro, plata, cobre, zinc; los ferrocarriles, la industria siderúrgica, las aerolíneas, los puertos, los aeropuertos, los fondos de pensiones, etc. También la privatización del ejido, al firma del anexionista Tratado de Libre Comercio de América del Norte, etc. Despertar el coraje y llamar a la rebelión popular contra el gobierno de Peña Nieto, hacerle saber que él representa la suma de todos los males que ha padecido con los otros gobiernos antipopulares, corruptos y vendepatrias que le precedieron: Calderón, Fox, Zedillo, Salinas y De la Madrid.

7) “El triunfo de la reacción es moralmente imposible”, lo demostró Juárez.

El pueblo mexicano jamás debe olvidar que la expropiación y nacionalización de la industria petrolera se logró fundamentalmente gracias a la lucha y sacrificios de los trabajadores de este ramo, respaldados y dirigidos por la entonces combativa y revolucionaria central obrera, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), dirigida por Vicente Lombardo Toledano, que poco después el proletariado de nuestro continente lo hizo dirigen-

te de la Central de Trabajadores de América Latina (CTAL) y más tarde, al término de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los trabajadores del planeta lo eligieron vicepresidente de la Federación Sindical Mundial (FSM).

Nuestro pueblo nunca debe olvidar que la decisión que tomó el general Lázaro Cárdenas no fue nada fácil, ya que hubo otros como Plutarco Elías Calles que quisieron, no expropiar, sino obligar a las empresas petroleras a pagar impuestos, porque además en los territorios donde estaban asentadas eran dueñas y señoras, incluso tenían sus ejércitos particulares y quitaban y ponían autoridades a su antojo, pero no pudo frente a la enorme presión de las mismas y “se le doblaron las corvas”. Al general Cárdenas no. Tuvo el patriotismo suficiente para expropiar y nacionalizar. Recordar que de todos los sectores sociales surgió el apoyo económico para el gobierno revolucionario en dinero o en especie, aportando no lo que les sobraba sino incluso recursos indispensables para la subsistencia, a fin de indemnizar a las empresas petroleras extranjeras y de que no tuvieran pretexto para invadir el país o derrocar al gobierno. Cómo permitir que a nuestro pueblo se le olvide que el Partido Acción Nacional (PAN) nació en 1939 precisamente como una reacción en contra de la expropiación y nacionalización petrolera y para combatir al general Cárdenas y todas sus medidas a favor del pueblo y la nación.

En fin tenemos memoria histórica, y aunque no quieran, es en el pueblo, en la chusma, en las clases menesterosas en donde radica la soberanía popular como lo dice el artículo 39 de nuestra Carta Magna y lo tenemos que hacer valer, nuevamente a través de la aplicación certera de la estrategia del gran Frente Nacional Democrático, Patriótico y Antiimperialista, para impedir no sólo la privatización de PEMEX, sino para echar del gobierno a los neoliberales sean del partido que sean. 39


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Notas: 1

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Nuevo Programa del Sector Revolucionario de México. Edit. UOM. Folleto, México., D.F., 1944. Ver Obra histórico-cronológica, IV vol. 15, pag. 25. Ediciones del CEFPSVLT. México, D. F., 2000.

Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ver Obra histórico-cronológica II, vol. 4, pag. 78. Ediciones del CEFPSVLT. México, D. F., 1995. Ver Obra histórico-cronológica III, vol. 7, pag. 85. Ediciones del CEFPSVLT. México, D. F., 1996.

Ver CTM 1936-1941. pp. 536-537. México, D. F., 1941. CEFPSVLT. México, D. F. 1996.

Ver “La CTM y la Expropiación Petrolera”. Francie R. Chassen, en Memoria del Primer Coloquio Regional de Historia Obrera, organizado por el CEHMO en 1977. p. 107. Ver CTM 1936-1941. pp. 501-502. México, D. F., 1941. Ver Obra histórico-cronológica III vol. 7, pag. 125. Ediciones del Ver Obra histórico-cronológica IV, vol. 16, pp. 201. Ediciones del CEFPSVLT. México, D. F., 2000 Ibid

10 “La Sucesión Presidencial de 1958”. Revista Siempre! num. 213, México, D.F., 24 de julio de 1957. Ver Escritos en Siempre! Tomo IV, vol. 1, pag. 139. Ediciones del CEFPSVLT. México, D. F., 1995. 11. Artículos del autor, sobre el tema, publicados en el periodo febrero-julio de 2008, en El Sol de Zacatecas. 40

12. Páginas electrónicas: www.unidad.org.mx; www.ppsm.org.mx; www.ppsm.org.mx/ lombardo


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TESIS PARA EL II CONGRESO DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA l

ESBOZO INICIAL DE LAS TESIS SOBRE LOS PROBLEMAS NACIONAL Y COLONIAL (Para el ii congreso de la Internacional Comunista)

A

l someter a examen de los camaradas el siguiente proyecto de tesis sobre los problemas nacional y colonial para el II Congreso de la Internacional Comunista, ruego a todos, y en particular a los que tienen un conocimiento concreto de uno u otro de estos complejísimos problemas, que den su opinión o presenten sus enmiendas, adiciones o aclaraciones concretas en la forma más concisa (dos o tres páginas, a lo sumo), principalmente en lo que respecta a las cuestiones siguientes: • • • • •

Experiencia de Austria. Experiencia polaco-judía y ucraniana. Alsacia-Lorena y Bélgica. Irlanda. Relaciones germano-danesas. Ítalo-francesas e ítalo-eslavas.

• • • • • • • • • •

Experiencia balcánica. Pueblos de Oriente. Lucha contra el panislamismo. Relaciones en el Cáucaso. Repúblicas de Baskiria y Tartaria. Kirguizistán. Turquestán, su experiencia. Negros en Norteamérica. Colonias. China-Corea-Japón. 5. VI.1920. N. Lenin

1. A la democracia burguesa le es propio, por su naturaleza misma, un modo abstracto o formal de plantear el problema de la igualdad en general, incluida la igualdad nacional. La democracia burguesa proclama, a título de igualdad del individuo en general, la igualdad formal o jurídica entre el propietario y el proletario, entre el explotador y el explotado, con lo que hace víctimas del mayor engaño a las clases oprimidas. La idea de la igualdad, que es de por sí un reflejo de las relaciones de la producción mercantil, es transformada por la burguesía en una arma de lucha contra la supresión de las clases, so pretexto de una pretendida igualdad absoluta de las personas. El verdadero sentido de la reivindicación de igualdad no consiste sino en exigir la supresión de las clases. 41


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2. De acuerdo con su tarea fundamental de luchar contra la democracia burguesa y denunciar su falsedad e hipocresía, el Partido Comunista, intérprete consciente de la lucha del proletariado por derrocar el yugo de la burguesía, debe considerar también fundamental, en lo que respecta al problema nacional, no principios abstractos o formales, sino: 1) apreciar con exactitud la situación histórica concreta y, ante todo, la situación económica; 2) destacar los intereses de las clases oprimidas, de los trabajadores, de los explotados, distinguiéndolos con absoluta claridad del concepto general de intereses de toda la nación en su conjunto, que significa los intereses de la clase dominante; 3) establecer asimismo una neta diferencia entre naciones oprimidas, dependientes, carentes de igualdad de derechos, y naciones opresoras, explotadoras, soberanas, en oposición a la mentira democrática burguesa que encubre la esclavización colonial y financiera —propia de la época del capital financiero y del imperialismo— de la inmensa mayoría de la población de la Tierra por una insignificante minoría de países capitalistas adelantados y muy ricos. 3. La guerra imperialista de 1914-1918 ha puesto de relieve con particular claridad ante todas las naciones y ante las clases oprimidas del mundo entero la mendacidad de la fraseología democrática burguesa, demostrando en la práctica que el Tratado de Versalles, dictado por las decantadas “democracias occidentales”, constituye una violencia aún más feroz e infame sobre las naciones débiles que el Tratado de Brest-Litovsk, impuesto por los junkers alemanes y el kaiser. La Sociedad de Naciones, así como toda la política de posguerra de la Entente, revela con mayor evidencia y de un nodo más tajante aún esta verdad, intensificando por doquier la lucha revolucionaria, tanto del proletariado de los países avanzados como de todas las masas trabajadoras de las colonias y de los países dependientes, y acelerando el desvanecimiento de las ilusiones nacionales pequeñoburguesas sobre la posibilidad de la convivencia pacífica y la igualdad de las Inficiones en el capitalismo.

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4. De los principios básicos expuestos más arriba se deduce que la piedra angular de toda la política de la Internacional Comunista, en lo que al problema nacional y colonial se refiere, debe consistir en acercar a los proletarios y a las masas trabajadoras de todas las naciones y de todos los países para la lucha revolucionaria conjunta por el derrocamiento de los terratenientes y de la burguesía. Porque sólo un acercamiento de este tipo garantiza el triunfo sobre el capitalismo, sin el cual es imposible suprimir la opresión y la desigualdad nacionales. 5. La situación política mundial ha puesto ahora a la orden del día la dictadura del proletariado, y todos los hechos de la política internacional convergen de modo inevitable en un punto central, a saber: la lucha de la burguesía mundial contra la República Soviética de Rusia, que agrupa necesariamente a su alrededor, de una parte, los movimientos de los obreros de vanguardia de todos los países en pro del régimen soviético y, de otra parte, todos los movimientos de liberación nacional de las colonias y de los pueblos oprimidos, los cuales se convencen por amarga experiencia de que para ellos no existe otra salvación que la victoria del Poder de los Soviets sobre el imperialismo mundial. 6. Por lo tanto, en la actualidad no hay que limitarse a reconocer o proclamar simplemente el acercamiento entre los trabajadores de las distintas naciones, sino que es preciso aplicar una política que convierta en realidad la unión más estrecha de todos los movimientos de liberación nacional y colonial con la Rusia Soviética, haciendo que las formas de esta unión estén en consonancia con el grado de desarrollo del movimiento comunista en el seno del proletariado de cada país o del movimiento democrático burgués de liberación de los obreros y campesinos en los países atrasados o entre las naciones atrasadas. 7. La federación es la forma de transición a la unidad completa de los trabajadores de las diversas naciones. Ha revelado ya en la práctica su conveniencia tanto en las relaciones entre la


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militar; segundo, que es imprescindible una estrecha alianza económica de las repúblicas soviéticas, sin lo cual no es posible restablecer las fuerzas productivas destruidas por el imperialismo ni asegurar el bienestar de los trabajadores, y tercero, que la tendencia a crear una economía mundial única, regulada de acuerdo con un plan general por el proletariado de todas las naciones, se ha revelado ya con plena nitidez en el capitalismo y deberá desarrollarse, sin duda alguna, hasta realizarse por completo en el socialismo.

República Socialista Federativa Soviética de Rusia y las otras repúblicas soviéticas (de Hungría, de Finlandia1 y de Letonia,2 en el pasado, y de Azerbaiyán y de Ucrania, en el presente) como dentro de la misma RSFSR, en lo referente a las naciones que antes carecían de Estado propio y de autonomía (por ejemplo, las repúblicas autónomas de Bashkiria y de Tartaria en la RSFSR, fundadas en 1919 y 1920, respectivamente). 8. En este sentido, la tarea de la Internacional Comunista consiste en seguir desarrollando estas nuevas federaciones, que surgen sobre la base del régimen soviético y del movimiento soviético, y en estudiar y comprobar su experiencia.

Al reconocer la federación como forma de transición a la unidad completa, es necesario tender a estrechar cada vez más la unión federativa, teniendo presente, primero, que sin la alianza más estrecha de las repúblicas soviéticas es imposible salvaguardar su existencia, cercadas por las potencias imperialistas del mundo entero, incomparablemente más poderosas en el sentido

9. En el terreno de las relaciones dentro del Estado, la política nacional de la Internacional Comunista no puede circunscribirse a un simple reconocimiento formal —puramente declarativo y que, en la práctica, no obliga a nada— de la igualdad de las naciones, cosa que hacen los demócratas burgueses, ya se presenten sin rebozo como tales o se encubran con .el título de socialistas, a semejanza de los socialistas de la II Internacional.

No basta con que en toda la labor de agitación y propaganda de los partidos comunistas — tanto .desde la tribuna parlamentaria como fuera de ella— se denuncien implacablemente las continuas violaciones de la igualdad de las naciones y de las garantías de los derechos de las minorías nacionales en todos los Estados capitalistas, a despecho de sus constituciones “democráticas”. Además de eso, es preciso: 1) explicar de manera constante que sólo el régimen soviético puede proporcionar realmente la igualdad de derechos de las naciones, uniendo primero a los proletarios, y luego a toda la masa de los trabajadores, en la lucha contra la burguesía, y 2) que todos los partidos comunistas presten una ayuda directa al movimiento revolucionario en las naciones dependientes o que no gozan de igualdad de derechos (por ejemplo, en Irlanda, entre los negros de EE.UU., etc.) y en las colonias.

Sin esta última condición, de suma importancia, la lucha contra la opresión de las naciones dependientes y de las colonias, lo mismo que el

1 Lenin alude a la República Obrera Socialista Finlandesa, proclamada al pasar el poder a los obreros a fines de enero de 1918. El 1 de marzo de 1918 se firmó en Petrogrado un tratado entre la República Obrera Socialista Finlandesa y la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Este tratado, que se basaba en la plena igualdad de derechos y el respeto de la soberanía de ambas partes, fue el primero en la historia suscrito entre dos Estados socialistas. En mayo de 1918, a consecuencia de la intervención de las fuerzas armadas de Alemania, la revolución en Finlandia fue sofocada tras una encarnizada guerra civil. La República Obrera Socialista Finlandesa existió desde enero hasta mayo de 1918. 2 El 17 de diciembre de 1918, como resultado de las acciones masivas del proletariado y el campesinado letones contra los invasores alemanes y el gobierno contrarrevolucionario de Ulmanis, en Letonia se formó el Gobierno Provisional soviético, que publicó un manifiesto anunciando el paso del poder a los Soviets. En marzo de 1919, las unidades alemanas y de guardias blancos, pertrechadas y equipadas por los imperialistas de los EE.UU. y de la Entente, emprendieron una vasta ofensiva contra la Letonia Soviética. A comienzos de enero de 1920, después de encarnizados combates, la burguesía contrarrevolucionaria implantó en el país un régimen de terror sangriento.

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reconocimiento de su derecho a separarse y formar un Estado aparte, siguen siendo un rótulo falaz, como vemos en los partidos de la II Internacional. 10. El reconocimiento verbal del internacionalismo y su sustitución efectiva, en toda la propaganda, la agitación y la labor práctica, por el nacionalismo y el pacifismo pequeñoburgueses es el fenómeno más común no sólo entre los partidos de la II Internacional, sino también entre los que abandonaron esta organización y, con frecuencia, incluso entre los que ahora se llaman comunistas. La lucha contra este mal, contra los prejuicios nacionales pequeñoburgueses más arraigados, pasa tanto más al primer plano cuanto mayor es la actualidad de la tarea de transformar la dictadura del proletariado, convirtiéndola de nacional (es decir, existente en un solo país e incapaz de determinar la política mundial) en internacional (es decir, en dictadura del proletariado existente, por lo menos, en varios países avanzados y capaz de influir de manera decisiva en toda la política mundial). El nacionalismo pequeñoburgués llama internacionalismo al mero reconocimiento de la igualdad de derechos de las naciones (que tiene un carácter puramente verbal), manteniendo intacto el egoísmo nacional, en tanto que el internacionalismo proletario exige: 1) que los intereses de la lucha proletaria en un país sean subordinados a los intereses de esta lucha a escala mundial; 2) que la nación que ha triunfado sobre la burguesía sea capaz y esté dispuesta a hacer los mayores sacrificios nacionales en aras del derrocamiento del capital internacional.

Así pues, en los Estados ya completamente capitalistas, en los que actúan partidos obreros que son la verdadera vanguardia del proletariado, la tarea esencial y primordial consiste en combatir las deformaciones oportunistas y pacifistas pequeñoburguesas de la concepción y la política del internacionalismo.

11. En lo que respecta a los Estados y las naciones más atrasados, donde predominan las relaciones feudales o patriarcales y patriarcal-campesinas, es preciso tener presente, en particular: 44

1) la necesidad de que todos los partidos comunistas ayuden al movimiento democrático burgués de liberación en dichos países; el deber de prestar la ayuda más activa incumbe, en primer término, a los obreros del país del que la nación atrasada depende en el aspecto financiero o como colonia; 2) la necesidad de luchar contra el clero y demás elementos reaccionarios y medievales, que tienen influencia en los países atrasados; 3) la necesidad de luchar contra el panislamismo y otras corrientes semejantes, que tratan de combinar el movimiento de liberación contra el imperialismo europeo y norteamericano con el fortalecimiento de las posiciones de los kanes, de los latifundistas, de los mulahs, etc.;3 4) la necesidad de apoyar especialmente en los países atrasados el movimiento campesino contra los terratenientes, contra la gran propiedad agraria, contra toda manifestación o reminiscencia del feudalismo, y esforzarse por dar al movimiento campesino el carácter más revolucionario, estableciendo la alianza más estrecha posible entre el proletariado comunista de Europa Occidental y el movimiento revolucionario de los campesinos en Oriente, en las colonias y en los países atrasados en general; es preciso, en particular, orientar todos los esfuerzos a aplicar los postulados fundamentales del régimen soviético en los países en que predominan las relaciones precapitalistas, creando “Soviets de trabajadores”, etc.; 5) la necesidad de combatir con decisión la tendencia a teñir de color comunista las corrientes liberadoras democráticas burguesas en los países atrasados; la Internacional Comunista

3 * En las galeradas de corrección, Lenin trazó una llave frente a los puntos 2 y 3 y escribió: “Unir 2 y 3”. (N. de la Edit.)


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debe apoyar los movimientos nacionales democráticos burgueses en las colonias y en los países atrasados sólo a condición de que los elementos de los futuros partidos proletarios —comunistas no sólo de nombre— se agrupen y eduquen en todos los países atrasados para adquirir plena conciencia de la misión especial que les incumbe: luchar contra los movimientos democráticos burgueses dentro de sus respectivas naciones; la Internacional Comunista debe Concluir una alianza temporal con la democracia burguesa de las colonias y de los países atrasados, pero no fusionarse con ella, sino proteger a toda costa la independencia del movimiento proletario, incluso en sus formas más rudimentarias;

6) la necesidad de explicar y denunciar inflexiblemente ante las grandes masas trabajadoras de todos los países, y en particular de los atrasados, el engaño a que recurren de modo sistemático las potencias imperialistas, las cuales crean, bajo el aspecto de Estados independientes en el terreno político, Estados que dependen de ellos por completo en el sentido económico, financiero y militar; en la presente situación internacional, las naciones dependientes y débiles no tienen otra salvación que la unión de repúblicas soviéticas.

12. La opresión secular de las colonias y de los pueblos débiles por las potencias imperialistas ha despertado en las masas trabajadoras de los países oprimidos tanto rencor como desconfianza hacia las naciones opresoras en general, incluido también el proletariado de estas naciones. La vil traición al socialismo por la mayoría de los líderes oficiales de este proletariado durante los años de 1914 a 1919, cuando, invocando “la defensa de la patria”, encubrían al estilo social-chovinista la defensa del “derecho” de “su propia” burguesía a oprimir a las colonias y expoliar a los países

dependientes en el sentido financiero, no ha podido menos de acentuar esta desconfianza, legítima en extremo. Por otra parte, cuanto más atrasado es un país, tanto más fuertes son en él la pequeña producción agrícola, el estado patriarcal y el aislamiento, que infunden de manera inevitable un vigor y una firmeza singulares a los más profundos prejuicios pequeñoburgueses, a saber: los prejuicios del egoísmo nacional y de la limitación nacional. La extinción de esos prejuicios es sin falta un proceso muy lento, pues sólo pueden desaparecer cuando desaparezcan el imperialismo y el capitalismo en los países avanzados y cuando cambie radicalmente toda la base de la vida económica de los países atrasados. De ahí el deber del proletariado comunista consciente de todos los países de mostrar particular cuidado y atención respecto a las supervivencias de los sentimientos nacionales en los países y en las naciones que han sufrido una opresión más prolongada; deberá asimismo hacer ciertas concesiones, a fin de lograr que desaparezcan con mayor rapidez la desconfianza y los prejuicios indicados. La victoria sobre el Capitalismo no puede ser conquistada, si el proletariado, y luego todas las masas trabajadoras de todos los países y naciones del mundo entero, no demuestran una aspiración voluntaria a la alianza y a la unidad.

Publicado el 14 de julio de 1920 en el núm. 11 de la revista La Internacional Comunista.

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EXPROPIACIÓN, NACIONALIZACIÓN Y SOCIALIZACIÓN1*

E

n un país como el nuestro, de bajo nivel político, se usan con frecuencia palabras que tienen una connotación precisa en las diferentes ramas del conocimiento con una ligereza tal que lleva la confusión a muchos y que cultivan esmeradamente quienes tienen interés en que México se aparte del único camino que puede llevarlo a su independencia económica y al disfrute pleno de su libertad política. Eso ocurre con los términos expropiación, nacionalización y socialización. El común de las gentes cree que expropiar la propiedad privada equivale a nacionalizarla. Este es un error que produce otros errores. Expropiar significa, desde el punto de vista legal y económico, privar a un individuo o a una empresa particular de su propiedad, mediante el pago de una indemnización. Sin embargo, no puede haber expropiación de un particular en beneficio de otro particular.

El gobierno, en nombre del Estado, es el único que puede expropiar la propiedad privada, siempre que el acto produzca beneficios de tipo general, económicos, sociales o políticos. Esto quiere 1* Artículo de Vicente Lombardo Toledano, publicado en la revista Siempre!, núm. 361, México, D.F., 25 de mayo de 1960.

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decir que la expropiación procede cuando, con relativo perjuicio de particulares, se beneficia a la colectividad con el acto expropiatorio. Pero las expropiaciones no implican por sí mismas la nacionalización de las cosas expropiadas, porque el gobierno no está obligado a hacer con ellas un servicio público o una corporación dependiente del Estado. Ejemplo: cuando, según lo dispone el artículo 27 de la Constitución, se aplica la reforma agraria a una propiedad particular, se expropia la parte necesaria para satisfacer las necesidades de tierra de una comunidad campesina o de un grupo de trabajadores agrícolas. No obstante, al formarse el ejido no se crea ninguna corporación del Estado, sino un centro de producción particular, constituido por campesinos, con la única limitación de que éstos no tienen el derecho de vender la tierra, sino el de usufructuarla y de transferir a sus descendientes la facultad de seguirla trabajando.

La nacionalización consiste en establecer el dominio y el manejo de la propiedad por parte del Estado, que es la nación organizada jurídicamente, por conducto del gobierno, representante legítimo del Estado. Hay cosas que no se nacionalizan porque ya lo están. En nuestro régimen jurídico, la propiedad de las tierras y las aguas del territorio de la república pertenecen a la nación. El Estado


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puede transmitir el dominio de ellas, creando la propiedad privada, lo cual quiere decir que la propiedad de las tierras y las aguas en México no es un derecho inherente a la persona humana, como en el derecho tradicional, desde el romano hasta el creado por la revolución democrático-burguesa de 1789, sino un derecho originario de la nación. En cuanto a las riquezas naturales más valiosas, el dominio de la nación es directo, inalienable e imprescriptible, y el gobierno sólo puede otorgar concesiones a los particulares para que las exploten, con condiciones muy precisas, exceptuando el petróleo y los hidrocarburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, cuya explotación es facultad exclusiva del Estado. Dentro de este marco legal es como hay que considerar el proceso de la nacionalización de la propiedad.

A la nacionalización de la propiedad se puede llegar por diversos caminos: por compra, por expropiación o mediante la creación de centros productivos o de servicios por parte del Estado. Nacionalizar significa, en consecuencia, poner al servicio de los intereses nacionales una fuente de producción o un servicio, aunque los particulares participen, por su propia iniciativa y con sus recursos, en esas actividades. Cuando toda una rama de la producción o de los servicios se encuentra en manos del Estado, la nacionalización es completa. En caso contrario, la nacionalización es parcial.

Algunos ejemplos servirán para precisar los conceptos. La compra reciente de las veinticuatro plantas de electricidad que pertenecían al monopolio extranjero denominado Electric Bond and Share Company, contribuye a la nacionalización de la industria eléctrica, porque la producción de la energía adquirida, que representa alrededor de 15% del total en el país, unida al 52% que producen las plantas de la Comisión Federal de Electricidad, aumenta de un modo importante la influencia del Estado en esa rama fundamental de la economía nacional. Este es un caso típico de nacionalización por compra, que apresurará en plazo breve la completa nacionalización de toda la energía eléctrica. Otro más importante todavía, aunque se trata de un proceso complicado de largos años, es el de la

nacionalización de los ferrocarriles, adquiridos en su mayor parte con el procedimiento de comprar las acciones de las empresas o directamente los bienes representados por las inversiones hechas en ese servicio público.

En cuanto a la nacionalización por expropiación, el caso más importante es el de las empresas del petróleo, realizada en 1938, con el fin de convertir el aprovechamiento de esa riqueza en un monopolio del Estado. La nacionalización por creación directa de nuevos centros productivos o de servicios por parte del Estado ofrece numerosos ejemplos. Pero basta con señalar, además de la electricidad, las plantas siderúrgicas, los grandes sistemas de riego para la agricultura, los bancos de crédito para el desarrollo económico del país, las carreteras modernas, la construcción de carros de ferrocarril, las líneas aéreas comerciales, las fábricas de abonos y fertilizantes, las fábricas de papel y otras empresas organizadas con el propósito de aumentar la producción y los servicios, en aquellos aspectos de la economía en que sólo las fuerzas económicas y políticas de la nación pueden impulsarlos para atender preferentemente al interés colectivo.

Nacionalizar significa también, en algunos casos, el monopolio del Estado en determinados aspectos de la vida económica. Además del petróleo es el caso de las diferentes ramas de la petroquímica que, de acuerdo con una ley reciente, constituyen una actividad exclusiva del gobierno. En este sentido, la Carta Magna señala como actividades propias del Estado, sin concurrencia de particulares, la acuñación de moneda, los correos y telégrafos, y la emisión de billetes de banco. Nacionalizar los medios de la producción económica o del cambio en un país capitalista como el nuestro, por el camino de la expropiación, de la compra o de la intervención directa del Estado, es un paso progresivo muy valioso; pero no se debe confundir con la socialización de los instrumentos de la producción o del crédito. Porque, como lo he afirmado muchas veces, socializar la economía

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quiere decir no sólo suprimir la propiedad privada, sino también cambiar las relaciones de producción, distribuir entre toda la población el producto logrado con el trabajo de la sociedad, al desaparecer la clase de propietarios de las fuentes de la economía nacional y, por tanto, al liquidarse la lucha de clases y las ganancias de las inversiones para su disfrute por una minoría.

La nacionalización es un paso progresivo muy valioso, porque transforma el carácter originario del régimen capitalista, basado en la actividad irrestricta de los particulares, que engendra la acumulación y después la concentración del capital para provecho de un grupo de individuos. En la medida en que el capitalismo se desarrolla, crea formas embrionarias del régimen social futuro, aunque las utilice durante poco o mucho tiempo para aumentar su poder, como las grandes fábricas, centros de producción, de discusión y educación del proletariado, las cooperativas de producción, agrícolas o industriales, las sociedades por acciones que descubren el mecanismo central del sistema capitalista de producción y sus resultados, y las empresas estatales especialmente en los países subdesarrollados como el nuestro. Lo importante en la evolución política de un pueblo es avanzar, y no retroceder. Cuando el proceso histórico da saltos, a causa de un movimiento revolucionario, la norma es también saber seguir adelante, no estorbar la aparición y el desarrollo de las formas en las que la clase y los sectores sociales progresivos, aunque no sean siempre consecuentes con sus metas, reflejan sus intereses, sino aprovecharlas, oponiéndose a toda medida que las desnaturalice y las convierta en nugatorias. Porque cada régimen social produce los elementos, materiales e ideológicos, que al llegar a su madurez remplazan inevitablemente a los anteriores.

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La meta principal de la revolución mexicana en la etapa histórica que estamos viviendo es la industrialización de nuestro país con independencia del extranjero. Para lograrla, corresponde al Estado tomar en sus manos la industria básica. Sin ésta, seguiremos atados al exterior. Todas las

leyes, las medidas y los actos concretos que se realicen con tal fin, deben ser respaldados por todos los patriotas.



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