Unidad numero 10, julio 2009

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Publicación del Comité Central del Partido Popular Socialista de México, Año 1, Número 10, Junio de 2009, 5.00

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo*

momento a otro. Otras, igualmente grandes, las absorben o las “truenan”. Pero por cada gran empresa, desaparecen miles de medianas y decenas de miles de pequeñas. Y por cada puñado de dólares que pierden los grandes capitalistas, millones de mujeres y hombres del mundo, trabajadores, son sumidos en la miseria. El sistema capitalista es así, en él impera la ley de la selva, y esa, su característica consubstancial, se magnifica cuando se desata una crisis profunda como la actual. Desde luego que los capitales dominantes en el mundo, se vuelcan sobre todo y más que nunca, sobre las economías subordinadas. Sus voceros están exigiendo ya acciones más drásticas contra la clase trabajadora de nuestro país, y contra sus recursos na-

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a crisis del sistema capitalista mundial es una realidad, y el hecho de que nuestra economía sea profundamente dependiente respecto de ese sistema en bancarrota, nos vuelve en extremo vulnerables. Peor todavía, porque dependemos sobre todo de Estados Unidos, epicentro de la crisis. Nuestra expectativa es la peor de todo el continente, y una de las más negativas del mundo. La crisis conlleva una lucha despiadada en el seno del sistema capitalista, de todos contra todos. Los “pesos pesados” del capitalismo mundial, aprovechan el caos para acumular, a costa de otros, los que sean y como sea. Gigantescas empresas monopólicas que han sido símbolo del poderío del dinero, quiebran y desaparecen, de un

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Juan Campos

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a política neoliberal que impulsan los organismos financieros del imperialismo es la causante de la primera gran crisis del capitalismo mundial en el siglo XXI. La Organización Internacional del Trabajo advierte que el desempleo puede llegar, en 2009, a 239 millones de los cuales 2.5 millones pueden corresponder a nuestro país, Pero los efectos no se limitan a los desempleados, sino que afectan también a los que trabajan.

En México, de los 42 millones 915 mil 615 mexicanos que integraban la población ocupada en el primer trimestre de 2009, 67.06% eran remunerados: recibían un asalario u otra forma de retribución como honorarios, comisiones, destajo, propinas, etcétera; 6.10% no recibían pago alguno, y 22.49% trabajaban por cuenta propia. El 4.55% restante correspondía a los patrones. (véase tabla 1). sigue en la página 2


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turales y económicos nacionales: nuevas y más profundas “reformas estructurales”, más privatizaciones; menores salarios; menos prestaciones; menos para los explotados y más, mucho más, para los explotadores. Y todo eso se nos viene encima luego del proceso electoral, que termina en seis semanas. Ni siquiera tendrán que esperar a que se instale la nueva legislatura para que les apruebe lo que pretenden, no dependen de eso. Tampoco de cómo hayan quedado los números, cuántos diputados tenga el PAN, el PRI, el PRD u otros. Con los diputados que hay ahora y/o con los que haya después, los que sean, tendrán los votos más que suficientes

para lo que quieran. ¿Por qué no lo han hecho, en estos días? Sólo porque están absortos en la esfera electorera, enfrascados en la lucha por conseguir mayor número de posiciones en los comicios próximos, unos y otros, en una lucha de camarillas. Buscando posiciones, postergan acciones que les puedan significar pérdida de votos. Pero eso termina empezando julio, y ya no les importará. Y hagamos cuentas, ¿cuántos diputados actuales y/o futuros se opondrán a los intereses del eufemísticamente llamado “mercado mundial”? Las plataformas electorales de los tres partidos “grandes” y los más de los “chiquitos”, se declaran a favor de la “economía de mercado”... Es cierto, entre los candidatos hay individualidades que se salvan, personas honestas, respetables, pero sólo son las excepciones y en nada alteran las cifras. López Obrador, que

defendió el petróleo y se pronuncia en defensa de la soberanía, apenas aspira a contar con treinta, de quinientos... entre los que pudo colocar en uno u otro partido, como gente de su confianza. Y todavía, entre éstos, tan poquitos, se colaron varios que a lo largo de su vida sólo han mostrado su desvergüenza, como Muñoz Ledo y varios más. Tampoco existe ya en el Congreso una fuerza mayoritaria que pudiera, en algunos casos, ser receptiva a los alegatos fundamentados en principios e ideas, eso es cosa del pasado. Por eso, lo cierto es que la lucha de clases no está presente en estas elecciones. Por una sencilla razón: no hay opciones. El voto esta vez no incidirá en la correlación de fuerzas. Las votaciones en ambas cámaras, quede como quede la de diputados, que se va a “renovar”, podrán ser todas a favor del imperialismo y la reac-

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25 años de neoliberalismo merecen respuesta Tabla 1 PEA, población ocupada y desocupada. I Trimestre de 2009 Concepto

I -2009

Población Económicamente Activa

45,204,274

Población Ocupada

42,915,615

Remunerados

28,779,312

Sin pago

2,616,582

Por cuenta propia

9,652,731

Patrones

1,866,990

Población Desocupada

2,288,659

Fuente: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, STPSINEGI.

Si complementamos esa información con la relativa a sus ingresos, tendremos que no reciben pago alguno 7.66%; perciben hasta un salario mínimo 12.64%; más de uno y hasta dos 23.19%; más de dos y hasta tres 20.55%; más de tres y hasta cinco 17.65%; más de cinco salarios mínimos 10.40%, y sin especificar 7.92% (véase tabla 2). Significa que en nuestro país 64.04% de la población ocupada percibe hasta tres salarios mínimos y 81.69% hasta cinco. O sea, que cuatro de cada cinco trabajadores tienen un ingreso que es insuficiente para solventar los gastos básicos que re-

Tabla 2 Nivel de ingresos de la población ocupada. I Trimestre de 2009 Concepto

I Trim, 2009

Población Ocupada

42,915,615

No recibe ingresos

3,288,102

Hasta un salario mínimo

5,422,647

Más de 1 hasta 2 salarios mínimos

9,950,596

Más de 2 hasta 3 salarios mínimos

8,817,816

Más de 3 hasta 5 salarios mínimos

7,575,164

Más de 5 salarios mínimos

4,462,030

No especificado

3,399,260

Fuente: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, STPSINEGI.

quiere para vivir una familia promedio. Pero como la pobreza no se mide por el ingreso de un solo individuo sino por familia —en una familia pueden trabajar varios de sus integrantes, que en conjunto pueden aportar los recursos necesarios— requerimos de los datos proporcionados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en 2006, cuando en México había 104 millones 280 mil habitantes. La dependencia gubernamental informa que se encontraba en condiciones de pobreza alimentaria 24.49% de la población, es decir, que 25.5 millones eran

ción, salvo que el movimiento de masas lo impida. El movimiento de masas, combativo, enérgico –y no los “representantes del pueblo” impidió la reforma constitucional que propuso Zedillo para privatizar del todo la industria eléctrica, ésta fue su primera gran victoria; otras han venido y vendrán después. La lucha de clases hoy, en las actuales circunstancias, se da sobre todo en la calle, en la plaza pública, en los bloqueos carreteros. ¡Ah!, y desde luego, en la batalla de las ideas. Ya, en otras condiciones, el movimiento de masas tal vez pueda organizar su propio partido, entonces habría opciones... pero eso es problema del porvenir. Por ahora, toda nuestra atención debemos concentrarla en las batallas que están a la puerta. *Presidente del Partido Popular Socialista de México.

miserables, que ni siquiera obtenían los recursos necesarios para cubrir las necesidades correspondientes a los requerimientos establecidos en la canasta alimentaria, y que vivía en condiciones de pobreza de capacidades 32.74% de la población, que 34.1 millones carecían de los ingresos necesarios para cubrir el patrón de consumo básico de alimentación, salud y educación —incluye a los 25.5 millones en pobreza alimentaria. Además, que se encontraban en condiciones de pobreza de patrimonio 54.65% de los habitantes del país, o sea, que 57 millones carecían de los recursos monetarios para cubrir el patrón de consumo básico de alimentación, vestido y calzado, vivienda, salud, transporte público y educación —incluye a los 25.5 millones en pobreza alimentaria y a los 8.6 millones en pobreza de capacidades. Frente a esta dura realidad, una de las salidas que los mexicanos vislumbraron durante años, como posible solución a sus problemas de desempleo y pobreza, fue la migración hacia las grandes ciudades del país y hacia diversas ciudades de Estados Unidos. Pero la migración interna sólo convierte la miseria rural en miseria urbana, con su carga de secuelas sociales vinculadas a la delincuencia, al alcoholismo, la prostitución y el consumo de estupefa-


Por la liberación nacional y el socialismo cientes, y la externa separa a las familias muchas veces para siempre. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 28 millones de mexicanos viven en Estados Unidos, cerca de 50% son indocumentados; 70% tiene entre 15 y 44 años de edad, y solamente 5.3% cuenta con formación profesional. Esos migrantes generan un caudal que se distribuye, principalmente, en las entidades y regiones que mayor rezago social tienen. Seis entidades, en azul, concentran más de 50 % de las remesas: Michoacán, 13.2 %; Guanajuato, 9.2%; Jalisco, 8.5%; México, 8.3%; Puebla, 5.8; DF, 5.7%; con otras seis (en rojo): Veracruz, 5.7%; Guerrero, 5.0%; Oaxaca 4.8%; Hidalgo, 3.7%; Chiapas, 3.0% y Zacatecas 2.5%, la concentración se eleva a 75 % del total (véase figura 1). Figura 1 Entidades federativas que reciben 75% de las remesas 2008

¡en los fines de semana o ratos libres! Fuente: con datos de INEGI, www.inegi.org.mx consultado el 28 de mayo de 2009

De acuerdo con los informes del Banco de México (Banxico), el flujo de remesas a México que se habían incrementó de 3 mil 673 millones de dólares en 1995 a 25 mil 145 en 2008, bajarán considerablemente en 2009 y 2010. Los envíos de los mexicanos radicados en EE.UU., constituyen el factor fundamental para mitigar la pobreza y miseria de los mexicanos y no las limitadas y electoreras políticas “sociales” de los sucesivos gobiernos neoliberales que para 2007 representaron poco más de 14.8 mil millones de dólares, es decir, un poco menos del 60% de lo que representan las remesas. Ahora que EE.UU. tampoco constituye una alternativa para la búsqueda de mejores condiciones de vida, habrá que esperar los datos correspondientes al gobierno de Calderón, para saber los porcentajes de desempleo, de las tres categorías de pobreza y miseria, incrementadas por la crisis económica y la insistencia en aplicar políticas que en más de 25 años solamente han agudizado la ya injusta distribución del ingreso. Que los que voten, se los cobren el próximo 5 de julio. Los 25 años de neoliberalismo merecen una respuesta del pueblo, de los trabajadores.

José Santos Cervantes

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l movimiento social revolucionario empezó a levantar cabeza en nuestro país en la etapa neoliberal no hace más de una década, oponiéndose a que el vendepatrias y corrupto Ernesto Zedillo, modificara el artículo 27 constitucional para así poder privatizar la industria eléctrica, logrando detener la contrarreforma. De entonces acá ha habido movilizaciones extraordinarias y victorias totales o parciales, también duros y dolorosos golpes como los inflingidos a los compañeros del Frente de Pueblos en Defensa de Tierra de San Salvador Atenco y a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, al reprimirlos brutalmente y encarcelar a sus dirigentes entre ellos al compañero Ignacio del Valle. Todas las movilizaciones (de electricistas, trabajadores de la educación, mineros, campesinos, indígenas, exbraceros, etc.) han ido elevando la conciencia del pueblo, pero sin llegar al nivel que requiere la etapa actual en que las condiciones objetivas están dadas para el cambio revolucionario. Pero las condiciones subjetivas para lanzarse a la revolución de liberación nacional y para alcanzar la victoria por cualquiera de las vías que las condiciones concretas nos impongan, no están dadas, urge crearlas. Se ha avanzado, pero

no al grado de que podamos plantearnos ya, echar abajo a la clase social que actualmente detenta el poder, por cualquiera de las vías, sea electoral, armada, o insurreccional (plantones, paros, bloqueos, huelga general, etc.) o una combinación de las tres. La conciencia de clase y la organización de las masas movilizadas en el país no dan para eso, por ahora. La ley de necesaria correspondencia entre el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, se ha alterado de forma permanente, ha llegado a una fase de su desarrollo, en que las fuerzas productivas han entrado en contradicción con las relaciones de producción existentes, (la cual es insoluble en los marcos del mismo sistema socioeconómico). Es la presencia de esta contradicción dialéctica, insoluble, lo que hace necesario y por tanto posible una transformación en la base del sistema económico-social dado, conformando así las condiciones objetivas que indican la apertura de una época revolucionaria. En nuestro país las masas populares que se movilizan por sus demandas concretas, cada vez en mayor medida elevan su conciencia y pasan de luchas de carácter gremial a un nivel superior, al de la lucha política e ideológica y por lo tanto se dan sigue en la página 4


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cuenta de que la contradicción fundamental que debe superarse –para poder resolver los problemas económicos, políticos y sociales- es la que se da entre nuestra nación y el imperialismo, erigiéndose entonces como sujeto del desarrollo social. Es decir, todos estos sectores y clases sociales están conformando el sujeto social que está actuando sobre las condiciones objetivas. Este sujeto social no es homogéneo ni en su composición social ni en el nivel de conciencia. Entre las masas movilizadas se diferencia cada vez en mayor medida la parte compuesta por hombres y mujeres conscientes de la actividad que desarrollan, que le imprimen los rasgos y niveles de su conciencia a todo el sujeto social en mediante la actividad social transformadora y mediante ella, cuya máxima expresión es la práctica revolucionaria. Estas fuerzas constituyen en cada periodo histórico el factor subjetivo del desarrollo social. Sin embargo este factor subjetivo está representado todavía por una breve minoría, dentro del movimiento social y gran parte de este carece de la debida disciplina para dedicarse de lleno a las tareas revolucionarias, arrastra también vicios de la etapa anterior al neoliberalismo, del periodo de la relativa comodidad, en que el proceso revolucionario en nuestro país con zigzagueos y tropiezos iba avanzando en sentido progresivo. Envidias, celos, ambiciones, oportunismos, zancadillas, etc., vicios y deformaciones que todavía no superan incluso dirigentes de organizaciones sindicales y sociales importantes, que no les permiten ver que las condiciones objetivas para el cambio revolucionario, están dadas, por esto afirmamos que urge crear las condiciones subjetivas. Porque en la conciencia de las masas movilizadas domina la idea de que aun no es tiempo para entrar de manera decidida a la lucha revolucionaria, que no es necesario dedicar mayor tiempo, que es más que suficiente un fin de semana, o asistir (para cumplir con la formalidad) a una reunión, una marcha, cada dos o tres meses,¡y ya!, realizar alguna una tarea “¡nomás pa´que no digan!”, porque “¡tengo mucho trabajo!”, o dedicar el rato libre, que pocas veces tienen, o porque siem-

pre están muy ocupados, no hay dinero, no les queda tiempo porque hay que atender primero que nada “¡el trabajo, si no de qué vivo!”, o las reuniones familiares, o los fines de semana con los compadres, ir al tianguis, la tele, no perderse el partido de fútbol, el básquet, etc., lo demás puede esperar, que lo hagan los que tienen po$ibilidade$, los que tienen tiempo, los que no tienen que trabajar, los que no les gusta estar con su familia, los que no tienen problemas, los que no les gusta el deporte, etc. Y pretextos no faltan, incluso en compañeros del Partido muy preparados políticamente, pero para justificar su inacción dicen: “¡Pos…sí pero aquí no hay condiciones!”, “¡aquí la cosa está #$%&, no como (en tal estado o sindicato) donde todo se les facilita!”, “¡aquí la gente está muy apática!”, “¡yo fui a una reunión y no jalaron!”, etc. infinidad de pretextos. ¿Podremos con un movimiento así organizar y hacer la revolución de liberación nacional, que está a la orden del día, así, dedicando un fin de semana o en los ratos libres, autojustificando nuestra flojera, nuestra comodidad? Jamás. En ninguna parte del mundo se ha hecho ni se hará, y quienes no comprendamos esto estamos equivocados. O ¿somos tan ingenuos como para creer que los yanquis, los Slim, Azcárraga, Larrea, el Calderón y sus secuaces, los mafiosos del PRI, PAN, PRD etc., nos van a dar "chance", de hacer "cómodamente", sin ningún sacrificio, sin recurrir a la odiosa lucha de clases ¿la revolución?. El factor subjetivo, la vanguardia está representada, por ahora, por pocos compañeros que son los que están dando su vida por la revolución, sin esperar reconocimiento alguno, y están presentes en luchas grandes y pequeñas, no se arredran frente a las dificultades, no se desalientan ante las adversidades, no se quejan de su precaria situación económica, ni de sus problemas familiares. Estos son los que llevan sobre sus hombros la dirección, los que orientan sin afanes protagónicos, los primeros que se autoproponen para las tareas que dentro del movimiento social nadie acepta y que las cumplen escrupulosamente. Hay que multiplicar su número por miles, esa es la tarea más urgente, sólo así podremos liberar a nuestra patria.

Parte II

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n el artículo anterior (Unidad No. 8) se explica que el Materialismo dialéctico (marxismo) cuando se aplica al estudio del origen y desarrollo de la sociedad humana se le llama Materialismo histórico, cuya tesis fundamental es el ser social determina la conciencia social, o bien, la producción material es la base de la vida social Pero esta explicación materialista de los fenómenos sociales en nada niega el papel activo de la conciencia social. Por el contrario, el Materialismo histórico plantea que la conciencia social no solamente es reflejo del mundo material, sino que al mismo tiempo también influye sobre el ser social. Cabe enfatizar, para evitar una idea simplista sobre el Materialismo histórico, que éste descubre las fuerzas motrices económicas, políticas e ideológicas del desarrollo de la sociedad. En el presente artículo se expondrán algunas ideas básicas sobre esta ciencia del marxismo. Siendo la sociedad humana el objeto de estudio del Materialismo histórico, partimos, de la base de que a ésta también la estudian otras ciencias, no sólo el Materialismo histórico, sino todas y cada una de las llamadas ciencias sociales: Historia, Economía, Política, Derecho, Ética, Estética, Pedagogía, etc. Cada una de estas ciencias estudia los hechos, fenómenos y leyes de un campo o una esfera específica de la vida social. Pero ¿cuál de estas ciencias sociales investiga las leyes más generales del proceso histórico de la humanidad? Es decir, ¿Qué ciencia estudia no sólo leyes particulares ni las relaciones del devenir


Por la liberación nacional y el socialismo

Martha Elvia García

cronológico de la sociedad, sino las complejas relaciones recíprocas, simultáneas y en constante movimiento ---de efecto y causa, de causa y efecto, a la vez--- entre los fenómenos de cada esfera concreta de la vida social, entre los fenómenos de las diferentes esferas de la vida social y, al mismo tiempo, entre todos éstos fenómenos y el medio geográfico? Esta ciencia es el Materialismo histórico. ¿Cómo es, entonces, la relación del Materialismo histórico con otras ciencias sociales concretas? Es una relación recíproca donde ambas partes se suministran solidez y utilidad. El materialismo histórico puede impulsar el desarrollo de las ciencias sociales, lo cual a la vez enriquece al Materialismo Histórico, de manera que éste va creando y renovando sus tesis, así como desechando otras de etapas históricas ya superadas. De acuerdo a lo planteado en la primera parte, la naturaleza o factor geográfico y el crecimiento de la población o factor demográfico, solamente son condiciones del desarrollo de la sociedad. La causa fundamental y de última instancia de los cambios operados en la vida social es el proceso de producción o factor económico. Dentro de este factor tenemos dos aspectos: las fuerzas productivas, cuyos componentes son, los medios de producción (instrumentos, máquinas, aparatos, técnicas, recursos naturales, tierra, etc) así como los trabajadores; y las relaciones de producción, que son las relaciones mutuas de los hombres en el proceso productivo. Las fuerzas productivas y las relaciones de producción, consideradas en su unidad, constituyen el modo de producción. 1 Entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción existen rasgos comunes y también diferencias. Las fuerzas productivas son nexos de los hombres con la naturaleza, en el proceso de la producción. Las relaciones de producción son las relaciones de los hombres entre sí en el mismo proceso. Las fuerzas productivas son la base de la producción, el nivel de su 1 p 387, Enciclopedia de Filosofía. Fundamentos de Filosofía Marxista.. F. V. Konstantinov. Grijalbo, México. D.F. 1965

desarrollo determina el carácter de las relaciones de producción. Comprender el concepto fuerzas productivas es fácil, pero el de relaciones de producción tiene cierta dificultad por ser más abstracto, así que le pondremos mayor atención: la producción es un proceso social, siempre es realizada por algún colectivo o alguna sociedad. Lo esencial, lo determinante en el conjunto de las relaciones de producción es la forma de vinculación de los hombres con los medios de producción o, lo que es lo mismo, las formas de la propiedad de dichos medios. La esencia de cualquier tipo de relaciones de producción se halla determinada, ante todo, por la forma de la propiedad sobre los medios de producción; es decir, depende de quién posee los medios de producción (la tierra y el subsuelo, los bosques, las materias primas, los energéticos, los instrumentos de la producción, etc) 2 Dos son las formas fundamentales de la propiedad de los medios de la producción: la propiedad privada y la propiedad social. Cuando la propiedad de los medios de producción es de determinados individuos, grupos o clases, se trata de la propiedad privada; cuando la propiedad de los medios de producción corresponde a toda la sociedad, se trata de la propiedad social. Si los medios de producción se hallan en manos de una parte de la sociedad ---propiedad privada--- en tanto que la parte restante se halla desposeída de ellos, las relaciones humanas son de dominación y sometimiento, son relaciones entre explotadores y explotados. Si los medios de producción son de toda la sociedad --- propiedad social--- las relaciones entre los hombres son de cooperación y ayuda mutua. La propiedad privada de los medios de producción da lugar a sociedades clasistas, es decir, divididas en clase sociales, las cuales son fundamentalmente dos: la propietaria de los medios de producción: la clase explotadora; y la población restante, en la que se encuentran los trabajadores, el componente humano y principal de las fuerzas productivas: la clase explotada. La propiedad social de los medios de la 2 p. 389 Ibidem

producción no da lugar a la formación de clases sociales, puesto que toda la sociedad es la propietaria de éstos, pero a la vez y en consecuencia, también toda la sociedad se conforma de trabajadores, es decir, de trabajadores no explotados. Esta sociedad sin clases, sin explotadores y explotados, constituye el modo de producción socialista, el que crea las condiciones necesarias, para todos los seres humanos, hacia la plenitud de la justicia. Las relaciones de producción no pueden ser establecidas arbitrariamente; son relaciones objetivas, materiales, que no dependen de la voluntad humana. Los hombres no pueden escoger libremente sus fuerzas productivas, sino que sus propias relaciones de producción dependen del nivel alcanzado por ellas. Por ejemplo, con los medios de producción actuales el propietario no puede lograr que se vuelva a un régimen económico de servidumbre. Igual que el señor feudal no podía implantar, a su voluntad, el régimen de producción capitalista.3 El estudio del desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción nos da la clave para explicar la estructura de la sociedad y para comprender las causas del desplazamiento de un modo de producción a otro, de una formación económico-social a otra4, como ha sucedido a través de la historia: comunismo primitivo, esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo (primera fase de la sociedad comunista) Bajo el régimen del comunismo primitivo, en el que imperaba la propiedad social sobre los entonces rudimentarios medios de producción, no existía la división de clases ni la explotación del hombre por el hombre. Al aparecer la producción y la propiedad privadas sobre los medios de producción, la sociedad se dividió en clases y entre los hombres se crearon relaciones de explotación, de dominio y sometimiento. Tales son las relaciones características del régimen esclavista, de la sociedad feudal y del capitalismo…Solamente cuando desaparecen los modos de producción basados en la propiedad privada sobre estos medios, cuando surge y se consolida el modo socialista de producción, se transforma radicalmente todo el régimen de vida social, se suprimen las clases explotadoras, llega a su fin la explotación del hombre por el hombre y, por último, se afianzan las nuevas ideas políticas y jurídicas5.que expresan los intereses de todos, es decir, de los trabajadores. 3 p. 390, Enciclopedia de Filosofía. Fundamentos de Filosofía Marxista.. F. V. Konstantinov. Grijalbo, México. D.F. 1965 4 ibídem 5 p, 392, Ibidem


PARTIDO POPULAR SOCIALISTA DE MÉXICO

¡Es hora de elevar y dinamizar la lucha de clases!

Mensaje del Partido Popular Socialista de México a la Plenaria de la Comisión Coordinadora del Diálogo Nacional. Ciudad de México, mayo 30 de 2009. Estimados compañeros: aludamos la convocatoria a esta Asamblea Plenaria, su realización era necesaria y urgente. Saludamos con respeto fraternal a todas las diversas y diferentes organizaciones y personas que conforman el Diálogo Nacional. Les ofrecemos de manera breve nuestras reflexiones, con el interés de contribuir a la construcción de la opinión colectiva de este Diálogo Nacional: El balance de la situación local, nacional e internacional es un instrumento valioso para determinar en qué momento estamos y, por lo tanto, cómo debemos actuar: si debemos continuar por el camino antes trazado, acelerar el paso, moderarlo o hacer una pausa; si debemos introducir variantes; si debemos dar un giro y tomar un camino distinto. Por cuanto a la arena nacional, que es la determinante, el balance ha de ponernos a la vista cómo están en este momento,

S

a) las condiciones objetivas y b) las subjetivas; c) Cuál es la correlación de fuerzas en la lucha de clases; d) Respecto a nuestros adversarios, ha de decirnos cómo están sus debilidades y sus fortalezas, y cuáles son unas y otras, en concreto; d) Así también, cómo están las nuestras, y cuáles son; e) Ha de precisarnos en qué sentido se están moviendo unas y otras fuerzas, las que pesan en los acontecimientos, y prever en qué sentido se van a mover en el futuro, de acuerdo con las circunstancias; f) Un recuento a detalle de los hechos no es útil, sino que debe ser un análisis de esencias; g) No ha de partir de cero, como si en cada momento la lucha volviera a empezar desde la nada; debe tomar en cuenta los antecedentes, puesto que la lucha de clases es una sucesión de acciones e interacciones dialécticamente enlazadas; h) Debe distinguir entre los fenómenos propiamente coyunturales que pueden ser llamativos y hasta escandalosos, sin que por ello modifiquen las ten-

dencias, y los hechos nuevos, trascendentes, que sí incidan en las tendencias y tal vez hasta en la correlación de las fuerzas; i) Debe evitar los errores de exagerar los hechos, dar por realidades las que sean meras especulaciones, por agresivas que éstas puedan ser o parecer contra nuestros adversarios; el análisis revolucionario requiere de un verdadero rigor científico, sólo en esas condiciones será verdaderamente revolucionario y válido para basar nuestras decisiones. El panorama internacional, estudiado en términos semejantes a los ya expresados, nos aporta elementos de circunstancia que puede ser propicia o desfavorable para unas u otras fuerzas en la lucha nacional y que pueden incidir de manera poderosa en la misma. Así las cosas, el balance de la situación nacional, a nuestro juicio, nos indica que a) Las condiciones objetivas para derrotar a nuestros adversarios y lograr un cambio profundo a favor de la clase trabajadora y el pueblo, están maduras; ya lo estaban antes de que estallara la reciente fase de la crisis del sistema capitalista mundial, y ésta vino a incidir en que dichas condiciones se expresaran todavía con mayor nitidez; los hechos más recientes en nada cambian esa tendencia; b) Estamos en el proceso de construir las condiciones subjetivas, a lo que contribuye de manera importante este Diálogo Nacional con sus trabajos y actividades; c) Avanzamos en el proceso de construcción de una fuerza popular de magnitud suficiente para cambiar la correlación, a nuestro favor; ¿qué tanto? Los informes de trabajo y actividades por entidad, región u organización, son un buen indicador, en tanto sus datos sean significativos; de ellos, hay que distinguir entre lo cuantitativo y lo cualitativo, determinado por su impacto en el objetivo de construir un movimiento de gran magnitud, firme, combativo, plural –y por ello diverso- pero unido en lo esencial y


Por la liberación nacional y el socialismo bien articulado. Ésta y no otra es, a nuestro juicio, la actividad central, fundamental del Diálogo Nacional y de otros frentes de masas en proceso de edificación. Nuestros adversarios, desde los llamados “poderes de la Unión”, están absortos en la esfera electorera –no hay que confundirla con la lucha política y ni siquiera con la lucha electoral, que tienen otras implicaciones-, enfrascados en la batalla por conseguir el mayor número de posiciones en los comicios próximos, unos y otros, que se traducirán en cuotas de poder grupal y en recursos dinerarios significativos, ésa es una debilidad transitoria de nuestros enemigos, porque postergan acciones –contra la clase obrera y el puebloque les puedan significar pérdida de votos.

sitan. Los tres poderes están en manos de la burocracia gubernamental, subclase menor dentro de la burguesía subordinada al imperialismo. Con los diputados y senadores que hay ahora y con los diputados que haya después, tendrán los votos más que suficientes para aprobar lo que les venga en gana. Si somos rigurosos en nuestro análisis nos quedará claro que los trabajadores no podemos abrigar ninguna esperanza de cambio a nuestro favor, respecto de la conformación de la siguiente legislatura, a la vista de quiénes son los candidatos internos y externos de los partidos políticos que participan en la elección; cuáles son sus antecedentes políticos y sociales; cuáles son y han sido sus compromisos de clase y con respecto del

Pero la crisis del sistema capitalista mundial es una realidad, un dato duro, y otro dato de igual naturaleza lo es el carácter profundamente dependiente de nuestra economía respecto de ese sistema capitalista mundial en bancarrota, y peor aun, nuestra dependencia en particular es respecto del epicentro de la crisis, Estados Unidos. Nuestra economía es la más vulnerable de todo el continente y una de las más vulnerables del mundo y la crisis ya la está golpeando con rudeza, pero lo más fuerte está por llegar. Será en cuanto haya pasado el día de las elecciones, dentro de cinco semanas, cuando se desatarán las acciones más drásticas contra la clase trabajadora de nuestro país, y contra sus recursos naturales y económicos nacionales; vendrá una nueva oleada de “reformas estructurales”, privatizaciones, etcétera, desde el Ejecutivo, el Judicial y también desde el Legislativo. Ni siquiera esperarán a que se instale la nueva legislatura, no lo nece-

capital financiero y corporativo internacional y local; qué grado de coherencia se desprende de su conducta, y cuál es el contenido de las plataformas que enarbolan los partidos que los postulan. Nos debe quedar muy claro: Se viene una ofensiva feroz contra los trabajadores y la nación, y sólo el movimiento de masas la puede contrarrestar. Así ha sido desde el intento para reformar la Constitución para privatizar de manera total la industria eléctrica, durante el gobierno de Zedillo, en adelante. Y así será esta vez. Porque la lucha de clases, en las actuales circunstancias, se da sobre todo en la calle, en la plaza pública, en los bloqueos carreteros. ¡Ah!, y desde luego, en la batalla de las ideas, pero no en los procesos electorales ni en los recintos parlamentarios, por más que en ellos existan, como en verdad existen, apenas un puñado de voces dignas y consecuentes, pero sin una correlación de fuerzas favorable y sin eco en otras corrientes.

Por eso, sólo el movimiento de masas más combativo y enérgico, podrá detener la ofensiva feroz que se vendrá en pocas semanas más. Y, como sabemos, el movimiento de masas más combativo sigue formando filas en este Diálogo Nacional y en otros agrupamientos valiosos, de lucha sin vacilaciones ni oportunismos, como éste mismo lo es. Por eso, estimados compañeros, de las diversas y diferentes organizaciones y personas que conforman el Diálogo Nacional, como bien se dice en la convocatoria, “nuestra línea estratégica fundamental, es organizar la lucha de clases, dirigir esa lucha, para ganar una correlación de fuerzas que nos permita terminar con el actual régimen político antidemocrático, autoritario y excluyente.” Es hora de elevar y dinamizar la lucha de clases. De dinamizar nuestra actividad, sobre todo la que se orienta a la construcción y fortalecimiento del movimiento de masas. Tenemos necesidad de crear e instrumentar mecanismos para afinar la batalla interna de las ideas, aquí mismo, entre nosotros –ésta es una necesidad esencial e impostergable- con el fin de que, como colectivo, produzcamos las más sensatas, las mejor fundamentadas, las más firmes y con ellas salgamos a la lucha. Tenemos que avanzar en los trabajos organizativos y políticos, para la celebración de un encuentro nacional, a fin de construir un gran frente para la lucha contra el imperialismo y por la independencia nacional, sin abatir nuestras banderas, en aras sumar otras fuerzas, porque si pretendemos acrecentar el número de aliados sin cuidar de que los convocados coincidan en los aspectos medulares de nuestra lucha, corremos el riesgo de entregar la conducción de la misma a las manos de los enemigos de clase y de ideales y aspiraciones. Muy grave el peligro del sectarismo, que nos conduciría al aislamiento y, con ello, a la incapacidad de cambiar la correlación de fuerzas a nuestro favor; pero igualmente peligroso el otro extremo, de acabar sumándonos a los neoliberales que por oportunismo dicen no serlo; a los servidores del capitalismo mundial y local. Crecer en cantidad, al costo de abandonar banderas fundamentales, no es sano ni deseable porque podríamos no cambiar la correlación de fuerzas a favor de la clase obrera ni el pueblo, sino consolidar la ya existente, que nos es adversa. Por la Dirección Política del Comité Central. Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Presidente.



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