Publicación del Comité Central del Partido Popular Socialista de México,
Número 10, Octubre 2017
HACIA 2018, LA BATALLA SE CALDEA
CIAUHTÉMOC AMEZCUA DROMUNDO
E
n 2018 no se dirime ninguna cuestión menor, ya lo hemos dicho. Lo que está en juego es resolver si seguiremos hundiéndonos más en la corrupción y la miseria, como ha sido durante todo el periodo de dominación de la corriente neoliberal. Si su entreguismo seguirá cediendo lo que queda de nuestra soberanía nacional a los principales centros del imperialismo contemporáneo, con Estados Unidos a la cabeza. Si la riqueza relativa y absoluta de un puñado de sinvergüenzas seguirá creciendo a costa de la profundización de las carencias de la gran mayoría de los mexicanos. Si seguirá empeorando el nivel cultural e intelectual de los individuos que despachan en la residencia presidencial de Los Pinos, donde hemos tenido elementos que dan pena ajena, con Fox, Calderón y Peña. O si, por el contrario, damos el primer paso para deshacernos por fin de tantas calamidades, echando por fin a los neoliberales de la presidencia. Eso es lo que está en juego. Echar a los neoliberales no será una tarea sencilla. Los recursos que tienen a su alcance, para tratar de impedirlo, son enormes y muy variados. Ya los están poniendo en uso, cada vez más en la medida en que se acerca la fecha de la elección y, por lo mismo, la batalla se caldea. Ya vamos siendo testigos de sus farsas, sus engaños y triquiñuelas de todo tipo. La farsa de los “candidatos independientes”, es difícil decidir si es para reír o llorar. Salvo un caso solamente, el de María de Jesús Patricio, Marichuy, que por varias razones se cuece aparte, todos los demás aspirantes, que suman varias decenas,
ninguno es independiente respecto a lo que en verdad importa, los enemigos del pueblo y de la nación, los neoliberales. Unos son neoliberales por sí mismo y con larga experiencia ejerciéndolo. Otros son aprendices de neoliberales, y otros, los menos malos —pero malos, al fin— son ingenuos que se prestan al juego de la clase social dominante para generar confusión entre los electores y pulverizar el sufragio popular. ¡Ah!, y por lo que hace a María de Jesús Patricio, Marichuy, persona respetable, su candidatura se justifica por un propósito justo, pero parcial. Como ella misma lo ha explicado, lo que persigue no es ganar la presidencia ni puesto alguno, sino hacer una campaña en la que de la mayor difusión posible a los gravísimos problemas que afectan a esa valiosa parte del pueblo mexicano que forman los indígenas, sin duda uno de los sectores más explotados y victimizados por los neoliberales, y antes, por otros muchos sinvergüen-
zas. Pero su lado negativo consiste en que también podrá ser utilizada por los neoliberales, su candidatura, para restarle votos al único candidato que, de llegar a la presidencia, puede contribuir a resolver los problemas de ese sector de la población, y de todos los demás sectores que formamos este súper-explotado pueblo. Paradoja de la vida política y social, que podría ser resuelta, si Marichuy, además de cumplir su propósito concreto de dar visibilidad a los problemas de la población indígena, también llamara a votar por López Obrador, ojalá así lo comprenda. La creación del llamado Frente Ciudadano por México integrado por el PAN, el PRD y el Movimiento Ciudadano, es, a la vez, una farsa y un engaño. Todos quienes concurren al mazacote lo hacen sólo movidos por la ambición de seguir acumulando riqueza y poder personal a costa de prologar adversidades y las desgracias que se han cernido sobre el 99% de los mexicanos durante la etapa neoliberal. Ni Sigue en la página 2