Unidadppsm 32 2017

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Publicación del Comité Central del Partido Popular Socialista de México,

Número 32, Abril 2017

CON ELECCIONES DE 2018,

CARMEN CHINAS

E

l gran reto. El INE anticipa que la elección de 2018 será la más complicada de la historia por su magnitud y por el desencanto con la democracia y la falta de credibilidad en las instituciones. De manera formal, la legislación electoral que se ha construido a partir de los 90, después de que en 1988 por primera vez hubiera una disputa real entre diversos actores a la Presidencia de la República, permitiría que cualquier grupo político con respaldo popular pudiera aspirar a gobernar al país. Sin embargo, a pesar del marco jurídico cada vez más complejo, los procesos político electorales de México siguen siendo fuertemente cuestionados, como el señalamiento de fraude en 2006 o la compra de voto en 2012. Aún así, y a pesar de todos los elementos que distorsionan el derecho de los ciudadanos al ejercicio libre del sufragio, la vía electoral sigue siendo un instrumento político para ejercer la democracia.

En América Latina, durante los años 90 y hacia el siglo 21, fuertes movilizaciones populares y movimiento sociales acompañaron y empujaron los procesos electorales con candidaturas progresistas, naciona-

listas o de corte antineoliberal. La llegada de personajes como Evo Morales, en Bolivia; los Kirchner, en Argentina; Lula y Dilma, en Brasil; Rafael Correa en Ecuador y, en su momento, Hugo Chávez, en Venezuesigue en la página 2

Los neoliberales acusan a López Obrador de “populista” ¿Por qué y para qué?

¿RENEGOCIAR EL TLCAN? CUAUHTÉMOC AMEZCUA

JOSÉ SANTOS CERVANTES

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opulismo no es un término nuevo, Lenin lo utilizó para polemizar contra quienes desvirtuaban el carácter científico del marxismo en su aplicación práctica alejada de la realidad rusa, por parte de “liberales y populistas”, de esa éposigue en la página 3

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n 1994 arreció la ofensiva del imperialismo yanqui e impuso a México el Tratado de libre comercio de América del Norte, TLCAN. Salinas fue su títere y operador. Hoy nos es necesario precisar una sigue en la página 7


EDITORIAL TRUMP Y OBAMA, ¿DIFERENTES?

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sta es una de las muchas preguntas a las que se debe contestar con un sí y no; porque se refieren a una cuestión que no es absoluta, sino relativa. Veamos: Trump es el rostro actual del imperialismo yanqui, su figura más representativa y más visible, y éste es el enemigo fundamental de todos los pueblos del mundo. Pero Obama también lo fue en su momento. En eso son iguales. Pero todo cambia, todo se mueve, el imperialismo no es la excepción. Siendo el imperialismo la etapa en que el modo capitalista de producción envejece y pierde sus cualidades positivas que Marx develó, y

Con elecciones de 2018, ¿cambio o continuidad? viene de la página 1

la, fue posible gracias al voto ciudadano en los procesos electorales pero precedidos, en todos los casos, de fuertes movilizaciones sociales. En el caso de México, en la disputa por el gobierno rumbo a 2018 y más allá de las fuerzas políticas o siglas de los actores que se encuentra aspirando a la Presidencia, la disputa de fondo de la contienda electoral es la posibilidad de cambiar el rumbo económico, político y social del país o mantener el viejo modelo que conocemos como neoliberalismo, cuya implementación cambió el rumbo económico y político definido por el México posrevolucionario, para apegarse al modelo de desarrollo impuesto desde el exterior. La continuidad en 2018 la representan aquellas fuerzas y actores políticos dispuestos a mantener el modelo económico establecido, aún con la entrega de los recursos naturales y humanos al capital trasnacional, sosteniendo el sistema

agrava las negativas, tampoco es estático: en su fase imperialista el capitalismo se sigue pudriendo cada vez más. El de hoy, que Trump representa, es más amenazante y más agresivo que cuando estaba Obama, más que en cualquier otro momento. Sus ideas sobre las cuestiones racial y de género, y su práctica en cuanto a las clases sociales, lo revelan como un auténtico fascista, un émulo de Hitler, más allá de los peores que ya habían despachado en Washington, como Reagan y los Bush, padre e hijo. Sus acciones de gobierno van orientadas más profundamente que nunca en favor del capital financiero especulativo y parasitario, al que sirve incondicionalmente; por eso busca revertir los limitados límites que en la etapa de Obama le habían sido impuestos. También a favor del temible Complejo Militar Industrial: las sumas que destina al armamentismo en el presupuesto son estratosféricas, muy por encima de las

anteriores. Su decisión de reiniciar la carrera armamentista en el ámbito nuclear es temible. Su gabinete, como nunca antes, quedó integrado por la crema y nata de los más ricos del mundo; por representantes del capital financiero; por generales de alto rango, destacados genocidas; por ejecutivos y dueños de las empresas petroleras y mineras, más saqueadoras y destructivas. Sus posiciones respecto a la contaminación ambiental y el cambio climático son terriblemente retrógradas. Confirman a Estado Unidos como el peor enemigo de la humanidad entera y la más seria amenaza para su subsistencia. Como se ve, Obama, el representante en turno del imperialismo yanqui, fue malo para todos los pueblos del mundo, pero Trump es todavía peor. Habrá que denunciarlo y combatirlo con toda energía y sin contemplaciones. Esto es parte de la lucha de clases, en este caso en el ámbito de las ideas.

exclusión, pobreza y desigualdad social; un modelo que cobija la impunidad, la corrupción y recurrentes violaciones a los derechos humanos; un sistema económico en el que los derechos de los trabajadores se constriñen al máximo dando pie a la flexibilización laboral, los contratos temporales y el nulo acceso a la seguridad social y sistemas de pensiones. Las administraciones públicas, desde Miguel de la Madrid a la fecha, han continuado y profundizado el modelo, con la acusación de que las llamadas reformas estructurales no son sino la materialización más reciente del Consenso de Washington propuesto por los organismos financieros internacionales. La posibilidad de cambio estaría representada por aquellos actores y grupos políticos que cuestionan al sistema establecido, que no comparten el ideal neoliberal y que estarían trabajando por un proyecto de nación en el que se ponga el bienestar social por encima del interés de las trasnacionales y las élites políticas ligadas al capital extranjero. La situación no es sencilla, la maquinaria institucional puesta al servicio de la continuidad se vale de todos los mecanismos posibles; ya lo vimos con la llamada guerra sucia

en la que la propaganda contra la opción de cambio se vuelve permanente y ante la posibilidad real de quedar desplazados del poder la ponen en marcha sin el menor recato. Los grupos que representan el poder económico del régimen neoliberal harán todo lo que esté a su alcance para preservarlo. Para lograr el cambio de rumbo, los actores que son críticos del sistema deberían establecer un programa común, una agenda de trabajo que permita construir el modelo de nación necesario para rescatar a México del desastre neoliberal; un programa de gobierno que sea acorde a las necesidades de la gente, que ponga fin a la corrupción e impunidad, que vea por el interés de la nación y no por las élites económicas ligadas al capital extranjero; lo que no será fácil, porque hay una gran dispersión y diversidad de voces críticas que aún no encuentran un mecanismo de acción para articularse y formar el gran referente que lleve a un cambio de fondo y no de siglas en la política mexicana. Las condiciones objetivas para el cambio están dadas, ahora sólo falta la más amplia correlación de fuerzas que de forma unitaria lo hagan posible.


Por la liberación nacional y el socialismo

Los neoliberales acusan a López Obrador de “populista” ¿Por qué y para qué? viene de la página 1

ca. Sin embargo, este debate teórico, nada tiene que ver con la campaña mediática de la mafia neoliberal contra AMLO. En México, así como crearon el término “liberalismo social” en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari para tratar de ponerle una piel de oveja al “neoliberalismo”, ahora nuevamente y con toda seguridad, es él, ya que sigue siendo el jefe y “think tank” de huarache, para la mafia política neoliberal, quien seguramente haya propuesto utilizar el término “populista” de manera peyorativa como ariete en contra de Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza todas las encuestas para la elección del poder ejecutivo, en el cada vez más cercano proceso electoral de 2018. Aquí y ahora la mafia política, y sus “intelectuales”, que están aterrorizados ante la inminencia de ser desalojados del gobierno, utilizan el término “populista” sin definir, exactamente que entienden por ello. Sus “intelectuales” tienen diferentes opiniones y cada uno desde su óptica puede meter en el mismo “saco populista”, tanto a Evo Morales como a Carlos Menen; y, Peña Nieto que ni a populista llega, sólo repite como

…Lo que los neoliberales, no saben es que los cambios los hacen los pueblos, y que los grandes hombres sólo son intérpretes de sus anhelos de justicia, democracia y libertad, si no cumplen, el pueblo pasa por encima de ellos, esas son las lecciones de la historia… loro, lo que le ordenan. ¿Por qué y para qué esta campaña mediática neoliberal sobre el “populismo”? Esta campaña tiene dos objetivos: el primero, es tratar de desorientar e infundir temor entre nuestro pueblo, y mantener viva la consigna mercadotécnica “es un peligro para México”, aprovechando la despolitización de la mayoría de nuestro pueblo y la enorme influencia que los medios de comunicación masiva tienen sobre él; y, en segundo lugar, va dirigida contra el propio AMLO, con el fin de que este haga a un lado sus posiciones “radicales” (antineoliberales), es decir, que renuncie a sus propuestas nacionalistas y progresistas, que haga a un lado también la historia de México, para que no hable de la Cuarta Transformación que México necesita.

La mafia política y la gran burguesía que ha sido la única beneficiada de la privatización de la economía nacional y de todas las contrarreformas neoliberales, por medio de la presión mediática, quieren obligar a AMLO a que si llega a la presidencia de la república no pase de ser un Ricardo Lagos, Michelle Bachelet, u Oyanta Humala, es decir, que sólo cambie algo, que maquille las cosas para que todo siga igual. Por tanto, presionan para que desde ahora se comprometa a no ser un Chávez, un Correa, un Evo Morales. Lo que los neoliberales, no saben es que los cambios los hacen los pueblos, y que los grandes hombres sólo son intérpretes de sus anhelos de justicia, democracia y libertad, si no cumplen, el pueblo pasa por encima de ellos, esas son las lecciones de la historia, López Obrador no es un comunista ni aspira a serlo, hasta ahora. Ha evolucionado y avanzado mucho en su pensamiento, en sus ideas patrióticas, nacionalistas y progresistas, y cada vez son más firmes, gracias al contacto permanente y directo que mantiene con el pueblo, por esto, es el dirigente que necesitamos en esta etapa de nuestro desarrollo histórico, por tanto, si López Obrador es “populista”, que me anoten en la lista.


AMLO Y EL FRENTE NACIONAL DEMOCRATICO Y PATRIOTICO

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ROBERTO PRADO AYALA

l neoliberalismo se inició en el poder público de México desde el período presidencial se Miguel de la Madrid Hurtado y se consolidó en el siguiente sexenio con Carlos Salinas de Gortari; desde entonces la Patria y el pueblo de México han tenido que resistir una serie de medidas antinacionales y antipopulares que poco a poco han mermado la soberanía nacional y arrastrado a la inmensa mayoría del pueblo a la pobreza y a una gran parte de la población a una vida miserable de la que parece no haber salida, todo en aras de favorecer los intereses de las transnacionales, La misma política de entreguismo y de pauperización, que se ha distinguido además por la enorme corrupción generada en todos

…El objetivo común de este momento es el echar del gobierno a los neoliberales, que no es otra cosa que recuperar los recursos petroleros, la electricidad, las minas, poner la agricultura al servicio del pueblo, terminar con el régimen corrupto y luchar contra la pobreza en la que han sumido a la población…

los órganos del aparato estatal e incluso de las empresas privadas se ha mantenido desde entonces tanto por las administraciones del PRI, como por las panistas, Desde el mismo momento en que el neoliberalismo arribó al poder diferentes fuerzas económicas, políticas y sociales iniciaron su organización para hacerle frente de tal forma que hoy día pocos son los que dudan que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganará las elecciones del 2018 y se convertirá en el próximo presidente de México, con un programa de gobierno opuesto en lo fundamental al neoliberalismo. Así se puede observar en todos los estudios políticos y en las diferentes encuestas que se realizan, tanto en México como en el Extranjero. Estas


Por la liberación nacional y el socialismo encuestas sitúan al líder de MORENA desde 4 hasta 22 puntos por encima de sus más cercanos adversarios. Ante el posible éxito electoral, que cada vez se ve más cercano, MORENA cada vez acrecienta su influencia en la sociedad y eleva el número de sus militantes, pero también cada vez son más las organizaciones y personalidades, que sin afiliarse al partido de López Obrador se organizan para apoyarlo. Incluso, personajes que en el pasado reciente han ocupado puestos en la trinchera de los neoliberales, como muchos empresarios, como diputados, senadores y funcionarios públicos de otros partidos han manifestado su alejamiento del PRD principalmente, pero también del PRI y del PAN para sumarse al proyecto de AMLO. En otros tiempos se diría que toda la cargada está con el candidato de la izquierda, El fenómeno ha levantado no injustificada preocupación entre los más consecuentes militantes de MORENA y de otras organizaciones de izquierda, como la nuestra, el Partido Popular Socialista de México, por lo que es necesario recordar algunos aspectos de nuestra línea estratégica y táctica del frente nacional, democrático, patriótico y antimperialista.

Primero. No es organización estructurada, sino un movimiento de diferentes fuerzas políticas, económicas y sociales -por lo que no es homogéneo en cuanto a su composición clasista- que confluyen ante un objetivo común y luchan por alcanzarlo. Esta línea estratégica y táctica es la que permitió al pueblo de México consumar su independencia respecto de España, el triunfo ante la invasión de las tropas francesas al territorio nacional, el triunfo de la Revolución Mexicana y también la expropiación del petróleo, mantener nuestra soberanía durante la II Guerra Mundial, la nacionalización de industria eléctrica y los ferrocarriles. Segundo. El objetivo común de este momento es el echar del gobierno a los neoliberales, que no es otra cosa que recuperar los recursos petroleros, la electricidad, las minas, poner la agricultura al servicio del pueblo, terminar con el régimen corrupto y luchar contra la pobreza en la que han sumido a la población. Esto no es un asunto de una sola clase social, sino de la clase trabajadora, pero también de los intelectuales, de los maestros, los campesinos e incluso de la burguesía nacional. Tercero. Este frente nacional democrático, patriótico y

antimperialista no necesariamente tiene que ser convocado; en él confluimos todos los que nos proponemos los objetivos enmarcados anteriormente, pero hoy en día se materializa con la candidatura –no oficial aún- de López Obrador. Cuarto. Como el frente nacional democrático no es una organización, sino que puede hacerse y deshacerse cada día, una vez alcanzado y consolidado el objetivo que lo originó cada uno de sus integrantes tiene la libertad de plantearse nuevos objetivos, en los que puede coincidir o no con los demás integrantes del frente. Entonces, visto desde el frente nacional democrático, la suma de fuerzas en torno a AMLO es positiva porque contribuirá a echar del poder a los neoliberales, aun cuando muchos individuos se acerquen a MORENA por intereses personales e incluso mezquinos, como los que tuvo Iturbide cuando pacto con Guerrero para consumar la Independencia. Logrado el objetivo, las fuerzas más consecuentes, entre las que se encuentra el Partido Popular Socialista de México, tendrán la obligación de vigilar para que el rumbo del país no se desvíe y que continúe hacia formas superiores de la organización social.


“ECUADOR:

El Pueblo Dijo Ni Un Paso Atrás”

ATILIO ALBERTO BORON/ PUBLICADA /03/04/17 EN PÁGINA/12

L

a victoria obtenida por Alianza País en el balotaje del 2 de Abril confirma que el pueblo ecuatoriano supo discernir lo que estaba en juego: la continuidad de un gobierno que marcó un antes y un después en la historia contemporánea del Ecuador o el suicida salto al vacío, emulando la tragedia argentina. Lenin Moreno y Jorge Glas representan la consolidación de los avances logrados en numerosos campos de la vida social durante diez años bajo el liderazgo de Rafael Correa; su adversario, Guillermo Lasso, personificaba el retorno de la alianza social que tradicionalmente había gobernado al Ecuador con las desastrosas consecuencias por todos conocidas. Un país con grandes mayorías nacionales secularmente sumidas en la pobreza, con índices de desigualdad y exclusión económica, social y cultural aberrantes. Una nación víctima de la insaciable voracidad de banqueros y latifundistas que saqueaban impunemente a una población que tenían como rehén y que, en su desenfreno, provocaron la megacrisis económica y financiera de 1999.

En un alarde de falsificación de los hecho históricos a esa tremenda crisis la denominaron, amablemente, “feriado bancario”, a pesar de que en su vorágine acabó con la moneda ecuatoriana, que fue reemplazada por el dólar estadounidense, y provocó la estampida de unos dos millones de ecuatorianos que huyeron al exterior para ponerse a salvo de la hecatombe. Son varios los factores que explican este alentador resultado, para Ecuador y para toda América Latina. Uno: los traumáticos recuerdos del 1999 y el descaro con que los agentes sociales y las fuerzas políticas de aquella crisis –antes que nadie Guillermo Lasso- proponían la adopción de las mismas políticas que la habían originado. La candidatura de la derecha manifestó que ampliaría los márgenes de autonomía de las fuerzas del mercado, reduciría el gasto público, privatizaría la salud y la educación, bajaría los impuestos y acabaría con la hidra de siete cabezas del supuesto “populismo económico”. La política social sería recortada porque sin decir cómo, Lasso aseguraba que crearía un millón de nuevos empleos en cuatro años,

pero se cuidó muy bien de notarizar esta promesa en el programa de gobierno que, tal como lo prescribe la legislación electoral, inscribió ante un escribano público. En el terreno internacional, Lasso declaró que cerraría la sede de la UNASUR, entregaría a Julian Assange a las autoridades británicas y se alejaría de todos los acuerdos y organismos regionales como la UNASUR, la CELAC y el ALBA. Dos, el intenso trabajo de campaña hecho por el binomio MorenoGlas, que le permitió establecer un profundo vínculo con la base social del correísmo y de llevar a cabo, de nueva cuenta, una extenuante recorrida por las 24 provincias del país, afianzando una presencia territorial y organizacional cuyos réditos fueron evidentes a la hora de abrir las urnas. Otro factor explicativo, el tercero, fue el apoyo de Correa y su denodado esfuerzo por apuntalar con una vertiginosa dinámica gubernamental, la campaña de la fórmula oficialista. Si algo hacía falta para ratificar el carácter excepcional de su liderazgo era esto: una victoria inédita en la historia ecuatoriana porque nunca antes un gobierno se había re-elegido al cambiar la candidatura presidencial. En línea con esto hay que recordar que en la primera vuelta Alianza País había obtenido la mayoría absoluta de los diputados a la Asamblea Nacional y que un 55 por ciento de la ciudadanía votó a favor de la propuesta del gobierno de prohibir que los altos funcionarios y gobernantes pudieran tener sus dineros invertidos en paraísos fiscales. En otras palabras, apoyo interno en lo institucional y en el plano de la sociedad civil no le faltará al nuevo presidente. En los días previos predominaba en los ambientes de la Alianza País una profunda preocupación. Las encuestas no estaban arrojando los resultados que se esperaba y ponían en cuestión el entusiasmo militante con que Moreno y Glas eran recibidos en todo el país. La campaña


Por la liberación nacional y el socialismo de terrorismo mediático fue de tal magnitud y bajeza moral, y este es el tercer factor que hay que tomar en cuento, que hizo que el votante aliancista temiese manifestarse ante las preguntas de los encuestadores. Las acusaciones lanzadas en contra de Correa y Glas eran tan tremendas como carentes por completo de sustancia. Lo significativo del caso es que la derecha acusaba en los medios pero se abstenía de hacer una denuncia en los tribunales. Como dijo uno de los observadores en la reunión con la gente de CREO-SUMA: “no queremos chismes, aporten datos concretos”. Nunca lo hicieron. Pero, abrumada e intimada por esta artillería mediática (que contó con la activa colaboración de algunos “dizque periodistas” argentinos, en realidad agentes de propaganda al servicio de las peores causas) y por las veladas amenazas de los profetas de la restauración una parte significativa de los encuestados se definían como “indecisos” cuando en realidad no lo estaban. La verdad salió a la luz a partir del escrutinio. En una nota anterior decíamos que esta elección sería la “batalla de Stalingrado”, porque de su desenlace dependería el futuro del Ecuador y de América Latina. Una derrota daría pábulos a la derecha regional y aceleraría la modificación regresiva del mapa sociopolítico sudamericano, fortaleciendo a los tambaleantes gobiernos de Argentina y Brasil, protagonistas fundamentales del actual retroceso político, y refutando la tesis de algunos analistas agoreros que se apresuraron a decretar el “fin del ciclo progresista” mientras el finado seguía respirando. La victoria de Alianza País confirma que la lucha continúa, que los traspiés experimentados en fechas recientes son sólo eso, que el viejo topo de la historia continúa su labor y que aquí, en la mitad del mundo, un pueblo consciente tomó el futuro en sus manos y dijo “ni un paso atrás”. Como lo afirmara Correa, hicimos mucho pero queda mucho más por hacer. Haber ganado esta batalla crucial es una gran noticia no sólo para los latinoamericanos sino para todos quienes, en el resto del mundo, pugnan por poner fin a la barbarie neoliberal. ¡Salud Ecuador!

viene de la página 1

vez más qué fue ese tratado, no tanto en lo formal ni en sus múltiples detalles y cifras, sino en lo que importa, esto es, en lo que se refiere a sus consecuencias para México como nación. El TLCAN fue sobre todo un instrumento para logar ciertos fines, al margen de lo que la propaganda de sus autores difundió para engañar. Su propósito medular fue el de acelerar la destrucción de la soberanía de nuestro pueblo en todos los órdenes, soberanía económica, alimentaria, energética y política, para someterlo más a los designios del imperialismo. Despojar al pueblo de México de la potestad de decidir en todos esos aspectos, y transferirla a entidades ajenas a su voluntad y ajenas a la nación. Y, al mismo tiempo, modificar la distribución del ingreso entre las clases sociales y capas de la población, reduciendo las porciones destinadas a los trabajadores del campo y la ciudad y acrecentando las que van a los bolsillos de los grandes capitalistas de dentro y fuera de nuestras fronteras. En otras colaboraciones se pueden analizar sus efectos en cada una de las materias señaladas. Pero todo se mueve y el TLCAN vuelve a la mesa de discusiones. Por ahora no por la lucha de los mexicanos por liberarnos, sino por el deterioro del modo de producción capitalista en su etapa actual, imperialista y neoliberal, que agudizó las contradicciones dentro de la elite imperialista. Tomó las riendas en Washington una fracción, con

Trump al frente, a la que no le satisface todo el despojo que el imperialismo nos ha impuesto, y quiere más. Y piensa que puede sacar mayores ventajas si renegocia por separado con Canadá y con México todos los renglones que se incluyeron antes en el tratado trilateral: producción, inversiones, comercio, etc. Quiere ir más a fondo que en 1994 y juzga que el TLCAN como instrumento ya no es suficiente, aunque tampoco desecha mejorarlo. A los gobernantes de México desde Salinas hasta Peña, siervos del imperialismo, como al pintor del chiste, el conflicto de la elite imperialista les quitó la escalera y los dejó colgando de la brocha. Hoy no saben qué hacer al respecto. Presentaron el TLCAN como signo de una globalización que nos traería progreso, a sabiendas que mentían. Y hoy, el cambio de giro de sus amos los desconcierta, y hablan de defender el tratado como si fuera una cuestión de principios. No lo es. Siempre fue un instrumento perverso. Pero ni renegociar el TLCAN ni pasar a los acuerdos bilaterales entre un gobierno títere y el imperialismo nos traerá beneficio alguno. Es decir, ese nuestro asunto, sólo es entre ellos, amos y siervos. A nosotros, el pueblo, nos convendría derogar el TLCAN, pero cuando tengamos un gobierno patriota, no neoliberal, y que cuente con el respaldo militante de un pueblo movilizado. Sólo un gobierno así con un pueblo así pueden negociar con el imperialismo en condiciones dignas, y recuperar nuestra soberanía en todos los órdenes. La consigna, por tanto, es: ¡ni un gobierno neoliberal más! “Ecuador: El Pueblo Dijo Ni Un Paso Atrás”


A 80 años de la creación del IPN el pueblo de México debe salir en su defensa

80

años han transcurrido desde que en 1936 viera la luz el Instituto Politécnico Nacional, nació en respuesta del gran proyecto de país que se estaba consolidando como resultado de la revolución mexicana ya que era apremiante desarrollar las fuerzas productivas para el desarrollo industrial de la nación con independencia del extranjero. Del Politécnico han egresado cientos de miles de profesionistas que mucho han aportado al país en ámbitos de la mayor relevancia social y económica. Difícilmente puede pensarse en la industria petrolera de México, en la industria química, en la biotecnología, la medicina, la administración pública y en las muy variadas ramas de la ingeniería, sin la presencia de egresados del Politécnico y sin el arduo trabajo de investigadores y profesores de esta gran institución. El artículo primero de su ley orgánica define con claridad el sentido ideológico y filosófico que lo guía: “ARTICULO 1.- El Instituto Politécnico Nacional es la institución educativa del Estado creada para consolidar, a través de la educación, la Independencia Económica, Científica, Tecnológica, Cultural y Política para alcanzar el progreso social de la Nación, de acuerdo con los objetivos Históricos de la Revolución Mexicana, contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.” Pero así como el IPN nació con el apoyo de importantes precurso-

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…La tarea es pues difundir con claridad a la comunidad politécnica y al pueblo de México, que defender al Instituto Politécnico Nacional es defender a México… res entre ellos el Maestro Lombardo quién tenía la claridad de entender que en las condiciones económicas, políticas y sociales en que se encontraba el país se hacia urgente la completa reconstrucción nacional, para ello era necesario dar un impulso decisivo al proceso de industrialización del país. Para llevar a cabo dicha tarea, el país requería de técnicos capacitados, mismos que no existían, por lo que, la tarea de crear escuelas con esa orientación adquiría una prioridad absoluta y por lo tanto, la necesidad de una planificación global del proyecto de nación y con ello de la educación. Asimismo plantaba que la reestructuración del aparato productivo, se hacía necesaria también la reestructuración completa del sistema de educación, nacional en el sentido de una vinculación total entre la escuela y la producción económica, acorde con las necesidades del país. También desde su nacimiento conto con enemigos que han actuado con diferente mascara pero siempre han sido los mismos: los enemigos

del progreso con independencia del exterior, los enemigos de la escuela pública, los retrogradas, la derecha. Mismos enemigos que en la actual etapa neoliberal encuentran las condiciones (ahora desde el gobierno) para seguir golpeando al poli por el simple hecho de ser una institución pública hija de la Revolución Mexicana donde reciben educación principalmente hijos de los clase trabajadores del campo y la ciudad. Para ello solo unos datos: en la época de Salinas de Gortari, se hace una contrareforma al artículo tercero constitucional en donde el estado deja de responsabilizarse de la educación media superior y superior y solo la “promoverá y atenderá”. Dejando claro cuál es el compromiso del estado para estos niveles educativos. Con el apoyo de la ANUIES y su instrumento el CENEVAL han venido diseñando medidas a modo de la política neoliberal por instrucciones de los organismos financieros; de tal forma que las escuelas de nivel superior como el Poli, modifiquen programas de estudio para que los estudiantes obtengan un perfil a modo de los organismos internacionales como el BM y el FMI; es decir, con un perfil técnico, para después ser explotados por las grandes transnacionales asentadas en nuestro país. En la época de Fox, este propuso la autonomía del IPN, obteniendo el rechazo de su comunidad, que en ese momento comprendió que un paso así significaba alejarlo de sus características democráticas, nacionalistas y populares. En este tema los neoliberales no han cejado en su intento, pero su comunidad consiente del papel que debe jugar está dando la batalla para no permitir desviaciones en cuanto al papel que el IPN debe desempeñar en la vida nacional como rector de la educación tecnológica en México. El camino no es fácil, en el mismo movimiento en defensa del poli actúan grupos que de forma consciente o inconsciente le abonan a los neoliberales. La tarea es pues difundir con claridad a la comunidad politécnica y al pueblo de México, que defender al Instituto Politécnico Nacional es defender a México.


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