Publicación de la Comisión Ejecutiva Nacional del Partido Popular Socialista de México, Año 1, Número 8, Mayo de 2009, 5.00
Fidel, Calderón, la influenza Cuauhtémoc Amezcua Dromundo*
F
idel escribió en una de sus reflexiones1 citando a Felipe Calderón: “Iba a ir a Cuba efectivamente en estos días o semanas pero como Cuba ha impedido los vuelos a México a lo mejor no voy a poder...” Calderón, cuando dijo eso, torcía las cosas de manera deshonesta para maltratar a Cuba. ¿Acaso el presidente de México vuela en avión de línea comercial? ¿Las relaciones internacionales de alto nivel, acaso se rigen por los protocolos de sanidad de uso común? No, nada de eso. Lo que sucede es que a Calderón, urgido de que lo vean aquí, falsamente, como el salvador de los mexicanos y del mundo entero –así se autoproclama a diario frente a la televisión, cuando estamos a siete semanas de las elecciones- le molestó que Cuba y otros paí-
ses, en uso de su soberanía, tomaran medidas de protección para sus pueblos frente al virus A/H1N1, sólo porque contrariaban su mentirosa autoproclama, por eso ha disparatado contra esos países y los ha acu-
LOS CAUSANTES DEL DESEMPLEO Juan Campos
E
l creciente desempleo en nuestro país es resultado de la dependencia de México respecto de Estados Unidos y del modelo neoliberal que promueven el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y todos los organismos que están al servicio del capital financiero internacional.
El empleo depende del crecimiento económico. Si la economía decrece, como actualmente sucede en nuestro país —instituciones del sector privado calculan que descendió 8% en el primer trimestre de 2009— el desempleo se incrementa. La economía de México cayó, en parte, porque la masigue en la página 3
sado hasta de “discriminar” a los mexicanos por “xenofobia”. También escribió Fidel: “Las autoridades mexicanas no le informaron al mundo la presencia de la misma esperando la visita de Obama...”, y eso ha moles-
tado más todavía a Calderón; y los medios de manipulación social en manos de la más proimperialista burguesía, han desatado un escándalo contra Fidel. Sólo que esa manipulación de Calderón ya había sido denunciada abundantemente, por lo que nadie puede acusar a Fidel de iniciar el cargo. Léase por ejemplo a Iván Restrepo “Una alerta que se dio demasiado tarde”2, trabajo que sustenta en numerosas fuentes de Francia, Brasil, estados Unidos y otros países. “¿De qué se quejaba el Presidente mexicano, con relación a las medidas que Cuba adoptó, de acuerdo a las normas establecidas y sin la menor intención de afectar al hermano pueblo de México?”, siguió escribiendo Fidel; “ahora nos amenazan con suspender la (visigue en la página 2