PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK
21 de Mayo de 2023
“La tribulación de Pablo "
Prédica dominical del pastor Ock Soo Park
"La tribulación de Pablo ”
¿Cómo están? ¿Se ve bien mi rostro? Si hay alguien que no puede ver, puede irse hacia allá, sí. Vamos a leer la palabra de la Biblia, la palabra de Hechos 20:7. Vamos a leer si lo han encontrado.
7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.
8 Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos;
9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.
10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.
11 Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió.
Yo me había internado la semana pasada en el hospital. Vine a Seúl porque en la campaña de Daegu como que estaba un poco enfermo. Parecía que mejoré y quería irme de nuevo a Daegu. Llamé al doctor Hwang. “¿Puedo ir a Daegu?” El anciano me dijo que no vaya, me dijo que sería bueno que me opere. Antes no era así pero ya cumpliendo edad me di cuenta de que tenía que oír a otros. Si es posible yo oigo a todos. Entonces me interné en el hospital; me operaron. Por la gracia de Dios anteayer me dieron de alta pero aunque esté un poco débil puedo predicar y estoy agradecido ante Dios. Tengo 80 años. He tenido mucha salud. En el hospital también se asustaron porque dijeron que no parecía que tenía 80. Viviendo la vida ante el Señor, Dios me guardó, me ayudó en todo y me sentí muy agradecido. Dios se enseñorea en todo de nosotros y estaba agradecido. Algo más importante: la gran campaña de mañana en Jamsil es una gran campaña pero el jueves acabó la cirugía y pude descansar viernes, sábado. Pensé que mañana podía predicar
entonces. Viví 80 años; no me imaginé que me iba a operar y con certeza entendí que ya era viejito. Hablamos acerca de Hechos hoy. El apóstol Pablo predica el evangelio. Este lugar hoy en día viene a ser Turquía. En esa región de Turquía predicó en el primer y el segundo viaje evangelístico. En la tercera ocasión cuando predicó el evangelio ¿qué plan tenía? Quería volver, ir a Jerusalén y luego ir hacia Roma. Si va a Roma ya casi no va a poder venir a esa región. El apóstol Pablo pensaba que allí iba a ser el último lugar. Había muchas cosas que quería decir. Continuó predicando la palabra. Bueno, no aparece la hora de inicio pero predicó, parece, hasta la madrugada. ¿Por qué les digo esto? Quiero acentuar que el sermón del pastor Ock Soo Park no es largo.
El apóstol Pablo, vemos que esto no es ni siquiera un problema para él pero había un muchacho llamado Eutico. Estaba sobre la ventana dormitando pero creo que era hasta la madrugada. El apóstol Pablo, realmente había muchísimas cosas que él quería decir. Yendo hacia Jerusalén, iba hacia Roma. No había probabilidad para volver a Roma. Aunque había predicado el evangelio, Pablo: “¿Cómo deben crecer ustedes? ¿Qué deben hacer cuando caen en prueba?” Había tantas cosas que él quería decir. En ese momento no habrá tenido reloj. “Voy a decir solo esto, aquello”. Entonces llegó hasta la madrugada. Casi la mayoría de las personas había echado todo el corazón y estaba oyendo de esa manera.
Un muchacho llamado Eutico estaba dormitando en la ventana. Dormitando, cabeceando. Nos da una gran enseñanza esto a nosotros. ¿Por qué? Llevando la vida de fe, si nos caemos hacia adelante, hacia adentro, no importa. Imagínense, desde el tercer piso si se cae hacia afuera, es muy peligroso. Cuando cayó hacia afuera él murió. Pablo cuando abrazó a Eutico ¿qué habrá pensado? Al comienzo habrá dicho: “Ay, prediqué demasiado largo. Ay, me hubiese abstenido un poquito. ¿Cómo voy a predicar hasta que muera alguien? ¿Es posible?” Pablo, él no es el único que predica; miles de barbaridades Pablo habrá oído seguramente. Ya viene a ser el último momento en esta ciudad. El apóstol Pablo experimentando esto realmente estaba muy asustado. Abrazó al muchacho que murió y luego (bueno, yo voy un poquito suponiendo lo que va diciendo la Biblia), si deja al muchacho muerto, será un problema en la iglesia, un problema el hecho de que haya
predicado mucho; habrá varios problemas. “Señor, usted también bien lo sabe: yo solamente quería predicar la palabra de Dios, solamente quería enseñar a ellos. ¿Tengo que ser avergonzado por este motivo?”
A Pablo le habrán llegado muchos pensamientos. El hombre es un animal que piensa, sin pensar está feliz pero cuando le llega realmente un pensamiento, un problema, empieza a pensar. Si deja al muchacho Eutico muerto y él se va, ah, la gente dirá “que nunca más vuelva apóstol Pablo”. Ah, está bien que vaya a Roma. Él sentía así esto. Pablo realmente habrá estado bien asustado. “¿Qué hago?” En ese momento en el corazón de Pablo: “Dios está conmigo cuando tengo esta dificultad, Dios hace que reviva una persona que se ha corrompido. ¿Por qué no va a poder salvar a un hombre que murió recién?” Así cuando hacia ese lado él se dirigía empezó a tener la fe.
Mientras que yo estaba en Seúl no se imaginan lo cómodo que he vivido. Cómo que puede haber un pastor tan cómodo. A menudo, claro, voy al exterior pero con Pablo era distinto. Él pasaba por dificultad, él también iba a la cárcel, él había pasado por mucha persecución. “Desde hoy ya voy a dejar y ya”. Si él dice eso, ya acabará todo pero apóstol Pablo fue predicando el evangelio continuamente. Esta ocasión el problema era grande. Realmente el muchacho murió. ¿Por qué? Porque estaba predicando muy largo. Ya en esa iglesia seguramente habrán puesto un letrero que diga “Hasta tal hora uno debe predicar”. Con esta cuestión, con este problema, cuando Pablo se puso a pensar ante Dios, creo que en Pablo no habrá tenido desde un inicio la fe para salvar a Eutico. “Señor, a este muchacho muerto, ¿yo tengo que dejar? ¿Tengo que marcharme dejando esto? ¿Qué pasa si no voy? Iré a Jerusalén luego a Roma y quisiera predicar el evangelio a Roma. En Roma muchos ciudadanos deben recibir la salvación”. En ese momento decían que Roma era la capital del mundo. Mucha gente recibiendo la salvación, el evangelio debería ser anunciado por todo el mundo. “Señor, no puedo dejar al cadáver muerto. Señor, ayúdeme”. Ahora, desde un inicio Pablo creo que no tenía la fe para salvar a Eutico pero experimentando aquellos problemas, cuando aquellos problemas le llegaban, en ese momento la gracia de Dios permaneció en él. “En ese momento si Dios me ayuda, ¿cómo me ayudará a mí? La única manera para que Dios me ayude es que Eutico sea salvo”. Entonces empezó a tener la fe de que Eutico sobreviviría.
Durante años, mientras que estuve en Seúl, yo siento que viví de manera muy cómoda. No puedo cavar la tierra por ese motivo, no puedo ahora cavar el árbol que está atrás y trasladarlo. La gente en Seúl realmente vivía de manera cómoda. Anteriormente cuando yo iba a Apgokdong la vida era difícil pero había varias cosas que me iban amenazando. Cuando iba experimentando eso me encontré con Dios y en muchísimas ocasiones he visto cómo Dios trabajaba dentro de mí. Acababa el alimento; cómo Dios me dio el alimento. Esos testimonios son maravillosos. Cuando predicaba, cuando tenía dificultad había muchas cosas, muchas dificultades que me llegaban pero Dios es nuestro Dios, nos guía Dios; claramente me conduce y eso podía ver. Cuando permanecemos en Dios, la dificultad, la paz, casi no hay diferencia con ello. Cuando viene la dificultad, en cada momento que viene la dificultad, la mano del Señor nos guía, nos ayuda. En el caso de Eutico, si no hubiese ocurrido este hecho en el que muera, si Eutico no hubiese dormitado, si Pablo no hubiese predicado largo, simplemente: “bueno, ah, que vaya bien a Roma. Vamos a orar”; así se iban a separar y ya, punto, pero Pablo cuando fue a Jerusalén y cuando planificaba ir a Roma, cuando vemos en Hechos, al comienzo: Yo deseo predicar a ustedes que están en Roma”. Al inicio de Romanos aparece ello. Sin ir a Roma, apóstol Pablo predicó a los romanos por la carta, eso es el libro de Romanos. Verdaderamente se había terminado ir a Roma y predicar allá; se preparaba para ir a Roma y en la última ocasión hacia Asia menor: Turquía. Él se preparaba para ir allá y en esa región predicó la palabra. Predicó allí y Eutico se murió allá. Cuando leemos este tipo de palabra ¿por qué Dios nos dice algo así? Podemos lograr ver. Cuando estamos en paz, cuando no tenemos problemas, sin dificultad agradecemos a Dios.
Anteriormente cuando estaba en Apgokdong, enviando a misioneros al exterior, teniendo una escuela misionera, tanto quería incluir el programa llamado Apgokdong pero no sé cómo incluir ese programa. En el pueblo llamado Apgokdong había un misionero mecapi en Geochang. A menudo llamaba a la escuela misionera de Daegu. Íbamos a Geochang para predicar nosotros y de Geochang hacia Daegu, cuando nosotros íbamos por la carretera en carro, de ida cuando estábamos cerca de Apgokdong, ¿qué dijo el misionero? “Alrededor de esta región no se ve ninguna iglesia. Vamos con el carro. En otros barrios hay siempre una iglesia pero aquí no hay iglesia”. Paramos el carro, fuimos a ese barrio y tres, cuatro horas predicamos el evangelio en ese barrio y por eso llegamos a conocer ese pueblo.
Terminando la escuela misionera, yo era muy joven en la escuela misionera. Otros tenían cuatro, cinco o diez años más que yo porque no tenían un criterio para la edad de la escuela misionera. Yo no era un estudiante, yo era como aquellos niños en la primaria que suelen llevar a sus hermanitos menores. A todos les llamaban de la escuela misionera pero a mí nadie me llamó entonces solito fui a Apgokdong. Los nueve meses que pasé en Apgokdong son momentos inolvidables para mí. Yo creo que tuve alimento para tres, cuatro días, por ahí. Un adulto de ese barrio me dijo a mí: “Ustedes, perfecto. Es bueno que prediquen, está bien, yo no les impediré pero en la hora de la comida no vayan para predicar porque mientras que ellos coman nadie les invitará para que coman. Si por si acaso alguien les invita y ustedes comen una cucharada, ustedes deben ser echados de este pueblo”.
A ese pueblo yo fui y viví durante nueve meses; los nueve meses fueron nueve meses inolvidables para mí. Realmente podía sentir que Dios estaba vivo. Ese pueblo era realmente un pico del monte. No hay realmente campo, había dos, tres campos pero realmente no tenían campo; realmente era un pueblo difícil de vivir. Viví nueve meses y el día que salí de ese pueblo ¿qué pensé? Durante los nueve meses nunca pensé que moriría de hambre. Ah, qué increíble, si me hubiese llegado el temor de que moriría de hambre, no iba a poder estar aquí, iba a ir a casa. Desde ese momento amo el monte. En el monte hay muchas cosas que comer. A menudo, sí, cuando conseguimos como raíz de ginseng, ah, parece una gran suerte. Estando en el monte yo vivía como un primitivo allá. Algo muy importante: Dios me dio de comer, me vistió, me permitió vivir nueve meses allá.
Pasando los nueve meses me dijeron que vaya a la iglesia de Geochang en donde estaba el misionero. Saliendo de Apgokdong: “realmente Dios está vivo”, dije. El que yo esté aquí, estaba tan agradecido porque no tuve miedo de morir de hambre y no me fui a mi casa. Viviendo la vida, la gente vive casi dentro de su límite. Dentro de nosotros, cuando me llega una dificultad que ya uno no puede soportar, si son cristianos, cómo Dios les hará vencer esa dificultad, exactamente ustedes lograrán ver eso. Luego fui a Jangpalli, fui al cuartel y luego cuando terminé el servicio militar y prediqué el evangelio en Kimcheon, pensaba “¿qué tengo que hacer?”
En primer lugar la revista La vida victoriosa, yo visité la editorial. Yo quería predicar el evangelio. El director de la editorial era bien conocido conmigo. Le pedí una propaganda: “Vamos a enviarle maestros para la escuela dominical de verano; que ellos se suscriban para ello”. Era la única revista cristiana de Corea, se llamaba La vida victoriosa. Hicimos el anuncio y teníamos el salón de culto en Apgokdong; estábamos en Apgokdong en ese entonces. De 25 iglesias nos pidieron que les enviemos maestros. Nosotros durante un mes para que sean entrenados convocamos a maestros para que puedan predicar en la evangelización de los niños. 20 personas por ahí vinieron. Durante un mes les entrenamos y los dividimos en 25 iglesias; los enviamos. En un grupo había como tres, cuatro personas.
Cuando uno iba no teníamos pasaje, teníamos que hacer dedo para ir. La gente estaba muy feliz. Pusimos el nombre “Asociación cristiana del evangelio Geukttong”. Cuando lo hicimos en 25 iglesias yo no fui; yo era el director general. La gente no sabía cuánta edad tenía yo; apenas tenía 22 años. La gente no conocía mi edad y me invitaron a una campaña común a mí. En ese entonces en cuatro o cinco iglesias fui para realizar un seminario en la iglesia presbiteriana de Boeun, la iglesia de Jincheon, la iglesia Saengcho y la iglesia Seongju Yigok, varias iglesias. Todos los miembros recibían la salvación y se asombraban por la palabra; estábamos muy agradecidos.
En Boeun había gente que recibía la salvación y yo iba a menudo para tener comunión con ellos. Ellos habían recibido la salvación con toda convicción pero cuando yo iba a tener comunión con ellos, veía que ellos no mejoraban. Había un problema allí. Un pastor salvo, realmente el sermón de él se enfoca en Dios pero un pastor que no es salvo continuamente les hace levantar el corazón de que el hombre debe de esforzarse, de que el hombre debe empeñarse, el hombre debe trabajar. Yo varias veces dije: “¿Qué pasa? ¿Qué pasa? El salvo si no recibe la guía de un pastor salvo, va de nuevo hacia la manera carnal”. Ahora, lo importante no es que yo predique el evangelio, lo importante es que yo tengo que formar a los misioneros.
Yo en el año 71 me casé. En el año 72 nació mi hija. El 25 de enero del 73 era el primer cumpleaños de mi hija. Pasó el primer cumpleaños, luego el día 26 me mudé a Daegu y me decidí: “Tengo que enviar a misioneros”. En Daegu había un barrio pequeño
de Padong y empezamos allá. Venían veintitantos misioneros a la iglesia y yo dije delante de los hermanos:
—Queremos formar a los misioneros. Queremos empezar una escuela misionera.
Pero todos se asustaron en la iglesia.
—¿Qué es la escuela misionera? ¿Cómo harán? ¿Qué se hará allí? ¿En dónde lo hará?
—En la iglesia, en un salón de culto pequeño.
—¿Dónde dormirán?
—En la iglesia.
—¿Qué comerán?
—Comida.
—¿Dónde tienen comida?
En fin, de esa manera empezamos. Eran cinco, dos muchachas, tres muchachos. Entre cinco empezamos. En nuestra Misión los misioneros que crecieron en la Misión ahora están liderando el mundo entero. En ese entonces parecía todavía muy remoto pero la obra de Dios es maravillosa. Ahora este evangelio fuertemente se anuncia en el mundo entero. En nosotros que parecemos los más carentes, Dios va trabajando; es maravilloso.
Pablo, antes de ir a Roma, predicaba el evangelio aquí. Dios dentro de Pablo, trabajando en este lugar, si predica el evangelio y si predica la palabra, ya no habrá una próxima ocasión. Mientras que habla, ya él había predicado hasta la madrugada, por lo cual Eutico, cuando cae y muere ¿el Señor no habrá sabido? Esto es muy importante. Ustedes si son hijos de Dios que han obtenido el perdón del pecado, que han renacido, dificultad, dolor, sufrimiento, cuando les llega no tengan miedo simplemente. Esto que yo estoy pasando ¿el Señor no lo estará sabiendo? Si el Señor, sea cual fuera la dificultad que tengan, sin excepción, el Señor si no lo sabe, si el Señor no se acuerda de ello, es un gran problema pero sea cual fuera la dificultad, el problema que ustedes tengan, sin excepción, sea lo que fuera: “Tengo esta dificultad. ¿Será que el Señor lo sabe? ¿El Señor no está
durmiendo en esta hora? ¿El Señor no estará pensando en otra cosa?” Entonces no va a ser Dios. Sea cual fuera la dificultad que tengan, el problema que tengan, sin excepción, el Señor también sabe esto.
En la segunda ocasión yo soy el hombre de Dios salvo. Cuando en ustedes estas dos cosas se conectan en su corazón, no hay nada por lo que ustedes tengan que preocuparse. Pablo predicó toda la noche. ¿Sabía sí o no que Eutico moriría? ¿Sí o no? Eutico debería de despertarse. “Ah, puede que me caiga hacia atrás”. “¿Por qué está ahí colgado por la ventana? Él debería bajar de la ventana” pero en fin, bueno, ocurrió este suceso. Dios habrá sabido esto ¿sí o no? Dios lo sabe. Es dificultad, problema, cuando se ve ahora en estos momentos pero esto es algo que Dios permitió. Si hubiese caído para enfrente no iba a morir pero cayó para atrás y si no dormitaba, tampoco iba a morir pero dormitó y cayó para atrás y murió. Entonces Dios nos va a ayudar en este problema. Si uno piensa así en medio de ustedes, grandes problemas que le surgen; cuando lloran, cuando se preocupan, surgirá un corazón que se va a inclinar hacia Dios.
Pablo predicando el evangelio a ellos: “Ya no voy a poder volver a esta ciudad”. Realmente en medio de la ayuda de Dios para tener la fe fuertemente habló a la noche pero algo bien importante: murió el joven. Pablo cuando vemos en el versículo 10 ¿qué dice? “Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo”. Aquí dice “abrazándole”, ¿verdad? Abrazó, no es que lo estiró sino que aquí dice que se echó sobre él, no lo estiró. ¿Qué dice luego? Se echó sobre él, lo abrazó. ¿Qué dice de la palabra de Pablo? “Yo no vine aquí para hacer turismo. Ocurrió esto cuando iba predicando el evangelio del Señor. Prediqué largo tiempo y ocurrió esto. Esto que sucedió, Dios lo permitió, Dios se debe de responsabilizar”. Ese corazón sentía entonces no sé si tenía fe sí o no en el corazón, Pablo. Pero en Pablo ¿qué corazón le surgió en él? “Esto no es dificultad. Predica el evangelio de Dios. ¿Qué va a ocurrir? Para Dios no es para nada difícil salvar a Eutico. Dios va a salvar a Eutico”. Esto surgió en Pablo. ¿Qué dice Pablo? Ahora se echó sobre él y abrazándole dice: “‘No os alarméis, pues está vivo’. Esto es una cuestión que Dios debe de responsabilizarse. Porque yo haya predicado largo, eso no es mi error. Dios me va a ayudar, Dios va a trabajar. Si Dios trabaja, ¿cómo va a trabajar? ¿Será que nos va a ayudar para sepultar al joven? No, Dios no va a hacer eso, debe hacerle vivir”. Ese corazón llegó al corazón de Pablo.
La gente salva mientras que vive la vida, a menudo titubea en medio de lo carnal y espiritual. Cuando Pablo llega a estos tipos de problemas, si piensa carnalmente: “¿Por qué predicaste largo? ¿Por qué ahora está dormitando en la ventana? Si has visto que cabecea ¿por qué no le hiciste bajar?” Hay varios pretextos, causas, razones pero Dios hace que todo eso en nosotros se acalle. Después de recibir la salvación, después de que me operé, el doctor me decía cosas que debía evitar, que debía cuidarme. Estaba dos días en el hospital. Ayer me dieron de alta y vine. Verdaderamente estoy muy agradecido a Dios. Yo decía: “¿Será que podré predicar? Tenemos que rehacer la campaña de Jamsil desde el lunes”. Estaba enfermo; había ido al hospital. Al comienzo, bueno, me dolió; vine. Le llamé al anciano y quería volver de nuevo porque estaba bien. El carro se estaba yendo pero pensé que debía de hacerle conocer al anciano y le llamé al anciano Hwang. Voy a ir para realizar la campaña en Daegu. El anciano dijo: “Pastor, no vaya. En este periodo será bueno que usted sea tratado y que sea operado”.
Tengo bastante edad. Me di cuenta de que tengo que oír la palabra de otros. Ustedes se ríen. ¿Verdad que me hice muy buenito? ¿Que me volví buenito? No hay muchas cosas por las que me haya encaprichado pero está el anciano Hwang, también el anciano Lee. Él dijo que conocía bien un hospital. Los dos ancianos me llevaron al hospital y el doctor se asustó porque los dos doctores me llevaron a mí. Me operé y acabó muy bien, todo terminó muy bien. Me dieron de alta anteayer y hoy puedo tener culto; estoy muy agradecido. Yo sentía como que Dios había programado todo y se aligeró bastante mi cuerpo. Hay algunos problemas pero toda la vida que vivimos, si nosotros lo calculamos, es bien complicado pero Dios lo calcula por nosotros. Estamos agradecidos por ello. En esta mañana puedo predicar la palabra, mañana podré estar en el púlpito y me siento muy agradecido por ello. Además, Dios se enseñorea de toda nuestra vida, Dios nos guía y esa realidad me sorprende a mí.
A la manera que hemos vivido hasta ahora estamos muy acostumbrados. Resolvemos por la manera del hombre, lo resolvemos por el dinero. Aunque el Señor lo pueda hacer, realmente el Señor suficientemente lo puede hacer pero nosotros lo resolvemos con la manera del hombre. A veces el Señor nos permite cosas difíciles que ni nos imaginamos. Dios nos va guiando. “Ah, Dios me está guiando a mí, Dios se está enseñoreando, Dios está
calculando el programa, el tiempo”. Yo podía pensar que desde mañana suficientemente podría realizar la campaña. Me sentía muy agradecido ante el Señor.
Ahora Pablo predica el evangelio allá, va hasta Jerusalén y luego empieza el viaje que se dirige a Roma. Va a Roma. No va simplemente así sino que se convierte en un prisionero. Cuando la gente quiere matar a Pablo, ahora los soldados lo están aguardando. “Yo iré a Roma y recibiré el juicio ante el emperador”. Cuando iba a Roma Pablo, había gente que lo vigilaba. Él va de manera gratuita sin pagar el viaje; va a Roma, predica el evangelio y entró el evangelio a la ciudad de Roma. En ese momento la gente va calculando cuánto porcentaje de los ciudadanos de Roma se convirtieron en cristianos. Hasta era el punto de que no había tantos cristianos como en Roma en comparación a otras regiones. Pablo se entregó a sí mismo, se propagó la voluntad del Señor y predicó el evangelio en Roma. Aceleradamente el evangelio fue anunciado en las regiones europeas y se descubrió el nuevo continente en Estados Unidos; Estados Unidos se convirtió en un país cristiano. El evangelio fue anunciado en el mundo entero y hubo una manifestación preciosa.
Uno por uno cuando vemos, como la hermana que testificó. Un hermano, una hermana recibieron la salvación. El anciano Moon Taek Park recibió la salvación mediante su hermana. Esto que se propaga de esta manera Dios va trabajando así. Ahora una cosa que ustedes deben saber: “Bueno, cayó la piedra, bueno estaba dormitando y cayó afuera, murió sin razón”. Cuando uno piensa de esa manera no es un hombre que cree en Dios. Aquí en todas las cosas la voluntad de Dios nos acompaña. Si ustedes conocen exactamente esta verdad, puede que lo resuelvan con el dinero, con la palabra pero yo no quisiera hacerlo así, yo quiero resolver este punto por Dios. Si Dios me ayuda, ¿no podrá ayudarme en ello?
Claro, Dios a veces nos permite cosas que uno no puede soportar. Yo también viviendo la vida yo había ido al cuartel. Cuando fui al cuartel había tanta gente que se escapaba. La gente no podía aguantar el cuartel; a mí me encantó el cuartel, no se imaginan cuánto. Recibía el entrenamiento en Daegu. Yo estaba en el área de comunicaciones. Era ROC, el curso de operaciones de radio. Yo había recibido entrenamiento allí; durante 16 semanas recibí el entrenamiento allí. Dios trabaja de manera maravillosa. El colegio de
comunicaciones está en Daejeon, debíamos ir a Daejeon pero era tan complicado en Daejeon y en Wonju se hizo otra sucursal y fuimos de la primera promoción de Wonju. A ver, hermanos, pasó el primer día en Wonju y ya era domingo; llegábamos el sábado y el día siguiente era domingo.
Juntamos a la gente que iba a la iglesia. En el pico del monte hacía mucho frío. Teníamos culto allá. Aquí estaba la base, lugar para dormir y hacia este lado estaba la escuela, el lugar donde uno recibía la formación. Habíamos ido hacia la región de los profesores y había un anuncio. “Promoción 311, venga a la sala de maestros”. “¿Por qué me llaman?” Cuando en el cuartel le llaman a uno no es bueno. Yo fui. Cuando fui, realmente era el teniente, el oficial de entrenamiento.
—Ey, soldado Park, siéntese aquí.
En el cuartel le dicen: “Ey, tú, ey, animal”; le llaman así pero él me dijo:
—Siéntese. Soldado Park, ¿a qué se dedicaba usted antes de venir aquí?
—Era, sí, ministro en la iglesia.
Así uno tiene que responder en el cuartel. Este oficial dijo: —Ah, usted, con razón –dijo él.
Me hablaba sobre él, que él era un cristiano muy, muy sincero que hasta que se convirtió en teniente tuvo que tomar, fumar y que se corrompió por completo. Ayer, viendo que yo tenía culto, se quebrantó cuando me vio. No podía dormir, me dijo.
–Soldado Park, ¿no hay algo en que yo le pueda ayudar?
–Sí, oficial, présteme una clase, hace mucho frío allá, no podemos tener culto.
–Claro, cuanto fuese, podemos ayudarle en ello. ¿Qué clase desea?
–El 16; quisiera que nos dé esa clase. Es grande, no hay nada de equipamientos y no hay peligro.
–Soldado, ayúdale al soldado Park para que cuanto quiera, cuando él desee pueda usar la sala 16.
Había tantos compañeros que nos seguían realmente, nos acompañaban: ROC, SOS, todos venían pero era un montón de gente que venía. En el área de comunicaciones de Wonju yo era el de la primera promoción. No se imaginan lo terrible que es cuando le antecede un día a otro. Venían cada sábado de cada cuartel. No se imaginan, llovía de gente. Era una diferencia de una semana pero la gente me temía.
–¿Han dormido bien ustedes anoche en el tren?
–¡Sí, dormimos bien!
–Silencio, no importa. Tranquilo, tranquilo. No tengan miedo.
Yo les explicaba acerca del cuartel. “Por si acaso, entre ustedes, alce la mano el que cree en Jesús”. Ochenta por ciento alzaron la mano. Teníamos culto y así lo hacíamos. Era de la promoción 311 el número 18, 19 era Song Seung Jo, 20 era Kim Chang Wan. Ambos eran personas de Gwangju. Después dos personas recibimos la salvación. Ellos me patrocinaron en todo para predicar el evangelio. No había un lugar tan bueno para predicar el evangelio como allí. En el cuartel los soldados se escapan tanto. En la sede comenzaron a investigar. ¿Por qué tantos se escapan? Ellos investigaron: cuando ellos extrañan la tierra natal, se escapan. Si a los soldados les dejan simplemente, ellos piensan en la tierra natal. Ellos piensan en la señorita de la tierra natal; se escapan. En el cuartel se dieron cuenta de eso y cuando no hay nada que hacer el sábado les dicen “cava esto” y cuando cavan todo “ah, bueno, rellena eso” y cavan en otro lugar. En la base del cuartel, el capitán es el que predica. Apenas se reúnen 30 soldados. En nuestra iglesia de la base de comunicaciones no tenemos ni salón de culto, soy un soldado de segundo nivel y 200 soldados se reunían en mi iglesia. Venían, teníamos comunión y cuando acababa todo, ellos no se regresan, ellos no van porque sería muy difícil que vayan a cavar tierra; se quedan, entonces se van hasta la hora del almuerzo. Verdaderamente el oficial que me ayudó, me permitió tener culto. Un día estaba predicando yo, se abre la puerta y vino el oficial del cargo más alto de nuestra base, el capitán. Como que yo titubeé.
—Continúa con la religión.
Continuamos con la religión. No se imaginan lo difícil que era predicar delante de un coronel. Él estaba sentado allá. Se acercó.
—¿Desde cuándo ustedes empezaron a tener este culto? Bien yo no sé. Yo por primera vez me entero de esta reunión.
Este coronel se encargaba de la guerra del 25 de junio. En las alturas de Baengma él se encargaba de la guerra. Ya que en ambos extremos era planicie, ese lugar era bien importante. En un mes el dueño de esa tierra cambiaba más de 20 ocasiones porque Corea del Norte no quería que le despojen de ello, tampoco Corea del Sur pero de día Corea del Sur tenía más poder: ellos tomaban el puesto pero a la noche los de Corea del Norte eran mejores y ellos tomaban el mando. En las alturas de Baengma, dicen que cuando juntan los cadáveres de Corea del Norte y Corea del Sur, la altura de los cadáveres llega hasta esa altura de Baengma. Este capitán se encargó de esta lucha. Estaban de noche. Él iba visitando a cada uno de los soldados. Ya cuando van a esa lucha de las alturas de Baengma, todos mueren. Piensan en la tierra natal. Los soldados iban llorando y al oficial le dolía el corazón pero había un soldado que murmuraba estando arrodillado. Él dijo:
—¿Qué estás haciendo tú?
—Ah, saludo, oficial. Estoy orando.
El corazón del oficial se conmovió.
—No supe esto. Tú, ¿en qué crees? ¿En el dios del agua o en Buda? ¿En Dios? Sea lo que fuera, ora.
Toda la noche, todos los soldados empezaron a orar. Al día siguiente cuando él dijo “ataque”, no hubo soldados tan valientes como ellos. Esto es la fuerza de la vida de fe. Desde ese momento este oficial creyó en el poder de la religión. No había pastor ni salón de culto en la base. Él, cuando vio que yo predicaba, estaba bien contento. Yo era apenas un soldado de segunda categoría. Este oficial, ahora hablando conmigo, construimos un salón de culto. Había tantos soldados del área de comunicaciones que murieron en Vietnam.
Siempre los de Vietnam decían: “Maten al área de comunicaciones” porque si él muere, se pierde en la jungla. Muchísimos soldados de la comunicación morían. Yo fui elegido para ir a Vietnam. Fui para saludarlo.
—Saludo. He recibido el mandato para ir a Vietnam.
—¿Tú vas a Vietnam?
—Sí, es así.
—Ey, administración, tú vas a sacar a él.
Salí de la lista y fui de nuevo al oficial; me dice que no vaya.
—El capitán y tú, ¿qué relación tienen?
—Él es oficial, yo soy soldado. Solamente esa relación tenemos.
El teniente veía como que yo tenía una relación muy cercana con el capitán. Después de ello como que siempre se cuidaba delante de mí cuando salía del cuartel. Si este Dios está conmigo, aunque vaya al desierto de Sahara, cuanto fuese yo viviré. Cuando vaya al Polo Sur, cuanto fuese sobreviviré. A Apgokdong y Jangpalli fui. Realmente era bien difícil la vida allá, eso es cierto. Sea cual fuere la situación que me llegue en el mundo, no importa, siempre Dios estaba conmigo, me ayudaba y en cada momento me dio fuerza para poder vencer eso.
El apóstol Pablo no temía a la muerte cuando iba a Roma. Jamás iba a poder ir a Roma si tenía miedo a la muerte. Dios nos va guiando. Hemos vivido de la misma manera toda nuestra vida. En ese entonces Roma era la capital del mundo. Pablo, yendo a Roma, surgió la gran manifestación de Roma. En ese entonces la capital del mundo era Roma. Desde Roma hacia Europa se iba propagando la vida de fe para creer en Dios. Bueno, la última ocasión en que el apóstol Pablo estuvo en Roma fue lo que aparece, en Troas. En el 7 dice: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. 8 Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; 9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo
disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto”.
Una cosa que yo quiero decir es esto: los cristianos también padecen dificultad pero si permanecemos en la fe, sin lugar a duda Dios resuelve eso. El que Eutico muera, señores, esto no es un problema pequeño. Si Dios está con nosotros, esto viene a ser absolutamente nada. ¿Eutico murió y ellos estuvieron tristes? No, al contrario, estuvieron más felices: “¡Ah, Eutico revivió! Wow, ¿por qué dormitaste? Wow, volviste vivo”. Así habrán dicho. “Yo también, ah, quiero morir y resucitar como tú, uuh”. Vemos cómo va dejando las pisadas de Dios en la vida de Pablo.
A menudo me pongo a pensar: vivo en Seúl de manera muy cómoda. No me imaginé que pase esto pero sin darme cuenta he vivido en la comodidad. Cuando tenemos dificultad, Dios nos ayuda y es maravilloso eso. Cuando somos pobres, señores, cuando no tenemos dinero, hubo momentos difíciles. Había ocasiones que nadie me ayudaba y largo tiempo trabajamos en la obra del evangelio. En cada momento Dios me ayuda, Dios me cuida. Ahora, señores, cuando ustedes padecen esta dificultad, escándalo. “Ah, ¿cómo voy a vivir en medio de ello?” Si ustedes son cristianos: “Ah, Dios me va a otorgar de su gracia”. ¿Amén? Así debemos vivir nosotros. Porque uno tiene miedo, hay mucha gente que por el miedo no puede hacer absolutamente nada. Ustedes viven simplemente en esa vida que continúan viviendo, a veces experimentando dificultad, problema por el evangelio.
Predicando el evangelio toda la madrugada ¿será que va a permitir que Pablo se vaya a Roma con preocupación y angustia? Es absurdo, no tiene sentido. Con agradecimiento se marchó Pablo. “Sí, gracias, Dios, por salvar a Eutico. Es maravilloso, estamos felices”. Pablo cuán feliz habrá estado. Yendo a otra ciudad: “Sí, la vez pasada fui a Troas. Eutico murió pero Dios lo salvó, ¡wow!”; habrá querido decir eso. Claro, en medio del sermón de la Biblia no aparece acerca de Eutico. A donde vaya, si fuese yo, iba a querer empezar hablando de Eutico. Dios está conmigo. Si experimento a este Dios, quisiera vivir la vida para dar gozo únicamente a Dios. Entonces Dios, dentro de nosotros, con poder está trabajando.
Algo que yo quisiera decir: Dios está vivo en este momento también, Dios nos conoce. Sea cual fuera el problema, el que lo puede resolver es Dios. No hay razón para que el cristiano tema. Dios está vivo, Dios nos conoce. El que puede resolver esto es Dios. Hay veces que tuve dificultad; jamás Dios lo dejó simplemente así. Señores, apoyándonos en este Dios, como Pablo, queremos que ustedes vivan con convicción.
Gracias. Vamos a orar. Dios Padre, amado, Santo, le agradecemos a usted. Dios en quien Pablo está creyendo, ese Dios en quien nosotros creemos. Señor, ese Dios que salva a Pablo nos ha salvado a nosotros, ese Dios que trabaja mediante Pablo confiamos que trabajará mediante nosotros. Muchas veces vivimos de manera humana. Desde hoy realizaremos una gran campaña nosotros en Seúl. Señor, queremos que usted envíe almas que usted ama. Oyendo este evangelio, siendo una familia con nosotros, queremos que sea un amigo con nosotros. Señor, bendiga a Seúl. No permita que la ciudadanía de Seúl sufra de esta manera. Señor, que viva en medio de la gloria dentro de Jesús. Le agradecemos. Oramos en el nombre del Señor Jesús. Amén.