Cinco panes de cebada | San Juan 6:1-15

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PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK

23 de Junio de 2024

“Cinco

panes de cebada”

Prédica dominical del pastor Ock Soo Park

“Cinco

panes de cebada”

Mucho gusto. San Juan, capítulo 6, vamos a ver, vamos a buscar. Si han encontrado, desde el 1 yo voy a leer.

1 Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias.

2 Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos.

3 Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.

4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.

5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos?

6 Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.

7 Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.

8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:

9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?

10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones.

11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.

12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.

13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos…

Hasta aquí vamos a leer. Leemos la Palabra y cuando vemos la Palabra de Dios, hay mucha diferencia entre lo que pensamos y el pensamiento de Dios. Sea quien fuera,

cuando oye la Palabra de Jesús y cuando entiende eso y cuando tiene un mismo corazón que él, a ustedes les llegará la misma bendición, la misma gracia, sobreabundará ello en ustedes. Verdaderamente, no hay nadie que no cometa pecado.

Yo desde pequeño iba a la iglesia, aprendí que era pecador. Muchos, llorando, se arrepentían, confesaban sus pecados, yo he visto eso pero verdaderamente el poder para ser perdonado de su pecado está en Jesucristo. Simplemente Jesús, cuando murió derramando la sangre en la cruz, murió por nuestros pecados pero Jesús murió por nuestros pecados. El que seamos pecadores…

Esto, cuando lo leemos y cuando lo escuchamos, verdaderamente: “Ah, ¿cómo será que eso es posible?” Jesús por nuestro pecado murió crucificado y murió para perdonar nuestros pecados. Si somos pecadores, murió de que murió en la cruz; ¿significa que no pudo perdonar nuestros pecados? Si nos perdonó, nuestro pecado hubiera sido lavado y tenemos que vivir de manera bendita, radiante. Cuando pensamos en eso, tenemos muchos problemas, nos cuestionamos mucho.

Yo también desde pequeño iba a la iglesia. Cuando más iba cumpliendo la edad, hacía lo malo con los amigos. Yo recogía el caqui, los duraznos. Me quebrantaba por el pecado, pedía el perdón de los pecados, oraba mucho.

Cuando yo iba leyendo la Biblia, sobre la redención de nuestros pecados, no es que haciendo algo se nos perdona el pecado sino que de antemano Jesús lavó nuestros pecados; eso debemos de aceptarlo con fe, ese punto es lo importante. Jesús no nos dice simplemente: “Cree en mí”, no, no es así.

El castigo que nos merecíamos, todo pasó a Jesús, el castigo por el pecado que nos merecíamos, Jesús murió crucificado por ello, ya recibió todo castigo, por lo cual, las personas que creen en Jesús: “Oh, Señor, soy pecador”.

No es que deben decir de esa forma sino que Jesús por nuestros pecados murió crucificado; “le agradecemos, Señor, por ello; Señor, usted murió por nuestros pecados y usted perdonó todos nuestros pecados; Señor, aunque yo cometí pecado, verdaderamente no tengo pecado. Muchas gracias. Únicamente creyendo en Jesús viviré”. Este corazón, verdaderamente esto es el corazón que la Biblia menciona pero mucha gente no piensa así.

Diez, veinte años, treinta años cree y dice: “Señor, perdone este pecador”, “Señor, soy pecador”. Alguno llorando se quebranta. Esas personas lloran, lamentándose de que son pecadoras. Al comienzo, bueno, pensé que eso era muy normal, yo congregando a la iglesia pensaba así pero leía, leía y volvía a leer la Biblia. Me puse a pensar: “Jesús murió crucificado, Él murió por nuestros pecados”. Entonces lo último que Él dijo crucificándose: “Consumado es”.

Cuando Él dice: “Consumado es…” Jesús, delante de Dios, Él perdona el pecado de toda la multitud, eso es el propósito de Jesús. Jesús cuando muere en la cruz, el castigo del pecado que nos merecíamos se acabó, nuestro pecado fue lavado y eso se había llevado a cabo. Entonces, cuando vamos a la iglesia, no es que debemos de ser pecadores.

Jesús, con gozo, sonriendo. “¡Yo era un pecador sucio pero usted ha lavado todos mis pecados y le agradezco, Señor! Yo ahora puedo ir al cielo, yo ahora en más no soy pecador. Señor, yo ahora soy limpio; Señor, esto es la gracia suya; Señor, no es que no cometí pecado: cometí pecado hasta para no poder contar pero usted lavó todos esos pecados, le agradecemos por ello”.

Esto es la correcta posición de cómo deben orar los cristianos pero la gente no ora así. Disculpen que les comente esto pero en Corea dicen que soy secta. Bueno, soy bien famoso para que me digan eso. Empecé a leer la Biblia. Desde pequeño, sin saber nada, yo pedía el perdón de mis pecados, lo hacía mucho. Cuando iba cumpliendo la edad, yo cometía más pecado.

Iba a la casa de otros a robar manzana, caqui, en los árboles. Sí, siempre vivía cometiendo pecado pero un día yo leía la Biblia. Leí Génesis, Éxodo, Levítico. En fin, desde pequeño he leído bastante la Biblia. Leía el libro de Levítico. Vamos a hablar, abriendo un poquito. Fui a leer Levítico, capítulo 4. Aquí hay algo increíble.

“Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguna persona pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová sobre cosas que no se han de hacer…” Aparece cómo cuando el sacerdote comete pecado, debe ser perdonado. Es tan interesante este libro porque cuando vamos leyendo… En el 13 dice, cuando toda la congregación de Israel comete pecado, cómo debe ser perdonada.

En el 22 dice, cuando un jefe comete pecado, cómo es perdonado. Algo más importante es el 27. Aquí dice: “Si alguna persona del pueblo pecare por yerro”. Yo soy una persona común, no soy sacerdote ni jefe, yo soy un hombre común pero dice: “Pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere”.

El cómo obtener el perdón del pecado, exactamente en la Biblia aparece. “Luego que conociere su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió. Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación, y la degollará en el lugar del holocausto”.

Antes de que Jesús muera, en el Antiguo Testamento también había un sacrificio que se daba mediante la oveja y la cabra. Jesús vino. En aquella ocasión mediante la cabra y la oveja ellos obtenían el perdón pero esto viene a ser la sombra de que Jesucristo vendría y moriría por nuestro pecado en la cruz; nos va mostrando de antemano.

Cuando vemos la Biblia… Jesús, el hecho de que murió crucificado… Mata a la oveja, la cabra; eso es la sombra en la que nos dice que Jesús en adelante morirá por nuestros pecados pero en realidad Jesús vino en esta tierra por nuestros pecados. Cuando nosotros

pensamos, la Palabra es maravillosa. Leemos el Antiguo y Nuevo Testamento sobre la expiación, lo he leído a menudo.

Ahora, en Levítico 4, cuando el sacerdote comete pecado, cómo obtiene el perdón; cuando toda la congregación de Israel comete pecado; cuando el jefe comete pecado. En la cuarta ocasión, si alguna persona del pueblo comete, cómo obtiene el perdón. Yo soy un hombre común, no soy un hombre común por ser común sino que soy simplemente uno del pueblo. “Ah, se refiere a mí”.

“Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere”. Cuando iba leyendo eso… “Luego que conociere su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió”. Cuando vemos en Levítico, el sacerdote comete pecado con toda la congregación de Israel; cuando el jefe comete pecado…

Por último aparece el hombre común. “Ah, la manera de cómo perdonar el pecado aparece en este lugar” pero aparece desde el 27: “Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere”. Dice que “traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió”. Cuando uno comete pecado y una cabra debe morir en lugar de mi pecado, esto ¿a qué se refiere? Jesucristo en adelante vendría para morir y perdonar nuestro pecado y como sombra nos lo muestra. Yo, en Levítico 4:27, detalladamente me puse a leer esto que dice:

“Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere; luego que conociere su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió”. Luego: “Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación”.

El poner la mano es pasar el pecado a la cabra. Cuando esto se había resuelto, Jesús va al Jordán y le dice a Juan el Bautista para ser bautizado. Juan el Bautista se asusta.

—Yo tengo que ser bautizado. ¿Por qué usted viene a mí?

Jesús le dice:

—Deja ahora, porque tenemos que hacer así para cumplir toda justicia.

“Para cumplir toda justicia”. ¿A qué se refiere? Significa: para perdonar todos los pecados. Como ello, Juan el Bautista pone la mano en la cabeza de Jesús. Jesús es el Cordero de Dios. Juan el Bautista pone la mano en Jesús y todo el pecado de la humanidad pasa a Jesús y detalladamente cuando Jesús muere siendo la ofrenda…

Por último en la cruz Jesús dice: “Consumado es”. ¿Qué quiere decir? ¿Cuál era su misión? Dios le encargó que muera por el pecado del hombre; Él había consumado la obra de perdonar todo el pecado de los hombres, Él fue crucificado y murió. Cuando leemos ese proceso, sea oveja, cabra, cuando la matan, el pecado era perdonado.

Jesús cuando moría por nuestro pecado era como el mismo sacrificio que se hacía con la oveja y la cabra. En el Antiguo Testamento nosotros hemos sido perdonados pero en un sentido más profundo Jesús vino como sumo sacerdote de los bienes venideros, no es mediante lo que pertenece a esta creación sino que, es decir:

“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación”. ¿Qué quiere decir? En esta tierra todo salón de culto, todo templo fue hecho con la mano del hombre, no hay ningún templo, ninguna casa, ningún tabernáculo, ninguna tienda que no haya sido hecha mediante la mano del hombre.

Pero ¿qué es el tabernáculo no hecho de manos? Es el templo del cielo. Jesús con su sangre fue al cielo, no fue por la sangre de las cabras y las ovejas sino por su propia sangre había obtenido la eterna redención, fue al templo del cielo y derramó la sangre allí. ¿Qué es eso? En el cielo hay algo diferente.

Aquí tenemos lo que se llama el espacio y el tiempo. En este mundo existe pasado, existe presente y hay un futuro que va a llegar, es un fenómeno que ocurre en este espacio y tiempo pero cuando vamos a la eternidad no existe pasado, no existe futuro, solamente existe el futuro que es para siempre.

Jesús, con su sangre, Él no derramó en el altar de la tierra sino que Él fue para derramar en el altar del cielo. No es por la sangre de la cabra o becerro: “Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”.

Él fue a derramar su sangre. En esta tierra tenemos pasado, presente, futuro. Tal año, millonésimos, millones de años pero el cielo es eterno. Él, para obtener la eterna redención, Él entró una vez para siempre al Lugar Santísimo, así dice en la Biblia, ¿verdad?

“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”. Una vez para siempre entró en el Lugar Santísimo.

Jesucristo, la muerte que sufrió en la cruz… Cuando Jesús le pidió a Juan el Bautista para ser bautizado:

—¿Por qué usted viene? Yo tengo que ser bautizado.

—Deja ahora.

Juan el Bautista lo bautiza en la cabeza a Jesús. El bautismo de Juan el Bautista en Jesús ¿qué era sino que era un proceso en el que todo el pecado de la humanidad pasaba a Jesús. ¿Amén? Por lo cual Jesús, cargando el pecado de toda la humanidad, Él muere crucificado. ¿Cómo es que podemos obtener el perdón de nuestros pecados?

Jesús murió crucificado por nuestros pecados y ustedes deben aceptar eso con fe en su corazón. Amén. Yo ahora de ninguna manera… Porque uno muera por su pecado, yendo al infierno, no es que podrá ir al cielo. Jesús murió y nuestro pecado fue perdonado para siempre, por lo cual hoy en día cuando nosotros nos ponemos a pensar, cometemos pecado. Parece muy obvio decir que somos pecadores porque cometemos pecado.

En el Antiguo Testamento uno mata cabra, becerro, oveja y desaparece el pecado. Cuando comete pecado, mataron de nuevo a la oveja pero Jesús, Él había obtenido la eterna redención, con una sola muerte había dejado el pecado de toda la humanidad como una blanca nieve. ¿Amén? Por lo cual cuando ustedes oran, ustedes lloran y sienten algo caliente en el cuerpo. No, no es que eso signifique el perdón del pecado, no es que tienen que sufrir, llorar, derramar lágrimas para cuando oran, no, únicamente existe la sangre de Jesús para el perdón de los pecados, para lavar mi pecado, únicamente la sangre de Jesús, por lo cual en el Antiguo Testamento tenemos la ofrenda de la expiación, mediante la oveja, la cabra y obtenemos el perdón. Significa que Jesús en adelante vendrá por nosotros y derramará la sangre como la oveja; como sombra nos lo muestra. Verdaderamente en esta tierra, viniendo el Señor Jesús, Él vivió 34 años y murió crucificado. En ese momento todo el pecado de la humanidad Él lo había lavado, dejándolo como una blanca nieve. Entonces, el que vayamos a creer en Jesús… ¿En qué es lo que creemos?

Yo recibo la maldición, la destrucción, yo debo morir para encargarme de mis pecados. Jesús, cuando murió derramando la sangre en la cruz, claramente Él murió por nuestros pecados, eso es para agradecer en gran manera. Yo, recorriendo el mundo entero, me he encontrado con muchos pastores, como también me encontré con muchas personas. Como ellas, yendo al exterior, fui a Esuatini. Creo que les conté esto la vez pasada.

Yo en Esuatini… Había dos estudiantes que se dedicaban a la música. Un día había una graduación de la universidad nacional. Ya que ellas cantaban muy bien, fueron para cantar allá.

—Hola. ¿Cómo está?

—¿Cómo está? Hemos venido de Corea, cantamos demasiado bien. Nosotras vinimos para cantarles a ustedes en la graduación.

El empleado dijo:

—Perdón, no pueden ustedes hacerlo.

—¿Por qué?

—Hoy vendrá el Rey. Antes de que venga el Rey, nosotros hemos hecho un programa y nadie lo puede cambiar. Discúlpenme, no se puede.

—Está bien. Vamos a participar y después nos vamos a marchar.

Pasó un poquito de tiempo. El organizador dijo:

—Ahora, todavía no llegó el Rey y ya está reunido el público. ¿Ustedes quieren cantar?

—Sí, está bien. ¿Cuántas canciones desea que cantemos?

La joven fue y delante del público ellas empezaron a cantar. Son ellas. Ellas cantaron; cantando largo tiempo, mientras que estaban cantando, vino el Rey. El Rey no dijo absolutamente nada, se sentó. Luego acabó toda la graduación. Después de que acabó, el Rey dijo a las niñas que se acerquen.

—¿De dónde vinieron?

—Nosotras hemos venido de Corea.

Ellas están levantando la mano con el Rey. El Rey estaba muy, muy feliz, luego estas jóvenes ¿qué dijeron?

—Después de diez días vendrá el pastor Ock Soo Park, que es el fundador de la iglesia.

Envió al secretario. Había dicho la hora que llegaría. Él había dicho que prepare el encuentro. Cuando me bajé del avión, una persona se acercó y dijo: “¿Usted es Ock Soo Park? El Rey le llama”. Yo le seguí. Adelante estaba el Rey, yo estaba aquí. Todos se iban agachados, gateando.

Yo también me preparé para gatear porque en el servicio había hecho bastante eso, en el servicio militar, pero me dijeron que el extranjero debía caminar. Yo, caminando, me fui y le saludé. Después de que le saludé al Rey, ¿qué le dije? Yo siempre predico el Evangelio. Allí yo, mediante la traducción, hablo sobre el perdón del pecado. Durante treinta minutos yo le hablé, treinta minutos largos, entonces yo terminé. El Rey me dijo:

—Pastor, discúlpeme, ¿usted no me podría hablar un poquito más?

—¿Por qué no? ¡Claro que sí!

Yo hablé treinta minutos más. Miren, usé gestos, me paré; miren, él no movía su vista y yo no podía mirarle de frente. Yo le prediqué el Evangelio. Pasaron treinta minutos. El Rey de nuevo me dijo: “Pastor, ¿no podría hacer una sesión más?” Hice tres sesiones de treinta minutos, una hora y media. Cuando pasó una hora y media, podía decir todo lo que quería. Ese día el Rey obtuvo la salvación. Estaba feliz, feliz pero muy feliz. Se convirtió en un amigo muy íntimo. A veces yo, cuando voy a Esuatini me dice… Una vez me dijo: “Pastor, quiero que usted prepare un hospital porque no hay hospital”. Dice que cuando alguien se enferma tiene que ir al exterior.

Los presidentes pueden ir en avión pero otros no pueden ir a los hospitales, por lo cual quería que edifiquemos un hospital. “Ah, ¿cómo voy a hacer un hospital? ¿Cómo voy a ser un doctor?” Una vez fui junto a un misionero de la Misión. Él tenía una hija.

—Tú ¿a qué te dedicas?

—Estoy descansando.

—¿Por qué?

—Yo soy doctora –me dijo.

—Estás descansando, ¿por qué?

—Ah, porque es muy difícil.

—Ey, ¿por qué es difícil? Tú, ¿no quieres ir como doctor personal del presidente?

Estaba feliz por ir como doctora especialista del Rey. Le llevé junto al Rey y le dije que esta persona vendría después de un año y medio. Después de un año, si construimos un edificio, diremos que esto es un hospital. Trajimos a la jovencita a Corea. Tiene edad, todavía no se casó, por eso le digo señorita. Creo que le tengo que hacer casar también.

Le pedí a los doctores de Seúl, cirujanos de cada carrera. Hice que reciba la formación en cada ámbito. Con solo enviar, luego vino. La vez pasada vino el Rey y se encontró con el Presidente. El Presidente le había dicho que mire varias empresas. Yo me encontré en Busan con él. Este Rey estaba tan contento. En otoño vamos a edificar un hospital.

Esta señorita… Ya todo se había preparado. Ahora tiene que recibir una educación en pediatría. El doctor en pediatría está en Name, tiene que ir allá para recibir la formación, dentro de poquito tiene que ir. Con solo pensar que haremos un hospital allí, estoy tan feliz. Yo soy un don nadie pero esta persona se encontró con esta señorita, esta doctora.

Realmente él estuvo feliz cuando le dije que le enviaría a ella como doctora del palacio. Él se puso contento, el rey estuvo feliz, se encontró con el Presidente y al día siguiente me encontré con él en Busan, largo tiempo hablé y oramos.

Cuando vivimos la vida, el ser llamado “yo”… El que aceptemos el corazón de Jesús tal como es… ¿Saben lo que ocurre? Ustedes se convierten en un Jesús pequeñito. ¿Verdad que no tiene sentido? Pero es así. Bueno, tendríamos que hablar bien: no es pequeñito Jesús, ustedes son Jesús pequeñito, ¿sí?

Ustedes con la fe de creer en Jesús, cuando aceptan la Palabra de Jesús y cuando ustedes obtienen el perdón de los pecados, el pecado de ustedes, sea cual fuera el pecado, mediante la sangre de Jesús es lavado. También el hurto a la manzana, la estafa, sea lo que fuera, el pecado es lavado. Entonces, ustedes llegan a ser de la misma especie que Jesús.

No me refiero a que seamos Jesús pero somos de la misma especie. Jesús, cuando manifiesta su obra en nosotros, oyendo la Palabra de Jesús, cuando hay muchos que obteniendo el perdón del pecado, del infierno se dirigen al cielo… De la misma manera ustedes, cuando aceptan esta Palabra dentro de ustedes, ya que la expiación en Jesucristo se encuentra en ustedes, mediante ustedes habrá gente que obtenga el perdón de los pecados.

Yo, discúlpenme que les comente esto. Yo obtuve el perdón del pecado pero no había nadie que obtenga el perdón del pecado por mí. Cuando… Ah, no se imaginan lo que hice para que la gente obtenga el perdón del pecado por mí: pataleaba yo y no me salía bien.

Yo fui a un pueblo llamado Apgokdong. En Apgokdong, allí, era un campo pequeño. Alquilé una habitación. Yo predicaba el Evangelio allí. La señora de nuestra casa ¿es posible? Cómo fumaba, tanto. Ella con la planta del tabaco, ella había envuelto con el periódico y así ella fumaba.

—Señora, ¿por qué usted fuma tanto? Además, el periódico tiene un poco de bronce y usted será perjudicada si se contamina.

—¡Usted dice porque no sabe! Yo no puedo dejar de fumar [escupe].

Esta señora, yo me siento tan agradecido junto a ella pero ella fumaba tanto. Un día a la mañana leía la Biblia. Ella sola estaba fumando; continuamente fumaba así, continuaba sin parar. Dice que tenía dolor de cabeza si no lo hacía así. De repente vino una señora. Yo lo escuchaba todo.

—¿Cómo está? ¿Vende bien?

Largo tiempo ellas hablaban. Claro, obviamente se oye todo lo que ellas dicen. De repente, esta señora vio la cacerola que estaba delante de la habitación.

—Ah, ¿tú has dado en alquiler tu habitación?

—Sí, vino un ministro de la iglesia.

La señora que vino dijo:

—¿Ministro? ¿Por qué? ¿De dónde vino él?

—¡Vino de Daegu!

—¿Aquí se reúnen muchos?

—No, vienen entre tres y cuatro niños.

Cuando oía eso, sin lugar a duda la señora era una señora que iba a la iglesia. Yo salí y le dije:

—Señora, ¿cómo está? ¿Usted va a la iglesia?

—No, no, no voy.

Me di cuenta de que luego ella había negado que iba a la iglesia porque vivía en medio de tanta pobreza y sentía que le humillaría; a propósito dijo que no congregaba a la iglesia. Ese día, toda la tarde le prediqué el Evangelio. ¿Es posible? Esta señora obtuvo la salvación,

el perdón de los pecados. Ha sido una persona inolvidable, no puedo olvidarla a ella toda mi vida. Ella obtuvo el perdón del pecado, ella cambió demasiado. Todo el día vendiendo; venía por el estudio bíblico a casa. Estaba bastante lejos. Al día siguiente venía corriendo con los bocaditos; escándalo porque alguien se había encontrado con el zorro. Había muchos animales en aquel entonces. La hermana, después de que obtuvo el perdón del pecado, luego su hermana… ¿Ustedes conocen al pastor Park Yi Jin?

El pastor Park Yi Jin vivía en un barrio de Banpo. La hermana de ella también obtuvo el perdón del pecado. Se conectó con la hermana y el pastor Park Yi Jin obtuvo el perdón de los pecados. Pero qué increíble: cuando yo le prediqué el Evangelio, yo decía: “¿Será que alguien va a recibir el perdón del pecado?” Me parecía que sería imposible. Fácilmente hablando… No se imaginan, tanto iba pero forcejeaba para que obtengan el perdón del pecado pero esta señora, después de que obtuvo el perdón del pecado, continuamente había manifestación de la salvación. Esta señora tenía veintitantos años más que yo. Hace poco ella falleció y su hijo me contó. “¿Por qué no me contaste?” Dice que yo no estaba en Corea en ese entonces. Después de que ella falleció, me enteré de que ella murió. Su madre recibió el perdón del pecado, su marido. En ese pueblo iba aumentando la gente que recibía el perdón del pecado. Era increíble porque un don nadie como yo predicaba el Evangelio pero había gente que obtenía la salvación mediante ello. A veces me convertía en labios de Jesús porque yo predicaba y recibía la salvación.

Al comienzo yo predicaba y no me salía. En el seminario no hay clase los sábados. Había un joven bien, bien calmado que venía a la iglesia. Le llamé y toda la tarde yo le prediqué el Evangelio a él pero qué pena, qué cruel. Él se fue sin recibir la salvación. Al día

siguiente… Pasaron como tres días. Era la hora del culto en domingo. Vino ese joven para testificar.

Por eso yo dije: “Wow, yo le prediqué el Evangelio y mientras que él se iba, no entendía pero recibió la salvación, con razón”. Estaba feliz yo, imaginándome eso pero ¿qué dijo él? “Cuando el hermano Ock Soo Park predicaba, no entendí nada, solo tenía dolor de cabeza. Mientras que iba a la casa no podía seguir así.

Busqué a otro hermano, el hermano me predicó y en cinco minutos recibí el perdón del pecado”. “Aaaaaaah”. Tanto me quejé, tanto me dio rabia. De esa manera, yo así predicaba el perdón de los pecados. “Ah, sería bueno que la gente acepte” pero no me aceptaban. Lo hacía una vez, lo hacía dos veces, tres veces; había gente que recibía la salvación; me encantaba eso.

Predicaba el Evangelio y una señorita había recibido la salvación. Esta señorita vivía en Boeun. En ese entonces yo conocía a una maestra de la universidad de enfermería. Mediante esa persona, cada sábado yo iba a la universidad de Chungnam para predicar el Evangelio en ese internado. Había una señorita pero tan buena. Ella tenía una relación muy estrecha conmigo. No era algo así del sexo opuesto, no.

Me dijo que ella tenía su casa en Boeun y que su papá era anciano porque en la iglesia el ser anciano es lo mejor. Ella me preguntó: “¿No quiere venir a nuestra iglesia a realizar una campaña?” Para mí eso era pero lo mejor; estaba feliz. En ese entonces no tenía una ropa para ponerme; me puse cualquier cosa.

El hermano que fue conmigo tenía un año menos que yo, se había casado antes que yo; él tenía su traje. Fui a Boeun y cuando llegamos a la parada, los jóvenes vinieron para recibirnos, ellos vinieron pero guapos. Nosotros realmente nos pusimos cualquier cosa, vinimos a la habitación. El hermano me dijo:

—Cámbiese de ropa, póngase mi ropa.

—¡La ropa no es importante, no importa qué me ponga!

—¡Por favor, no vaya a terquear! –me dijo.

Ese hermano era mucho más grande, entonces su ropa me quedaba más grande. Él no podía realmente ponerse mi ropa. Toda la gente de esa iglesia reía; en la iglesia de Boeun por primera vez en mi vida hice durante una semana la campaña. Yo todavía no entiendo por qué ustedes no son todos pastores.

Cuando empezaba a entrar la Palabra, wow, todos decían: “¡Hemos vivido de manera equivocada hasta ahora! ¡Todo lo hicimos mal!” Pero qué raro, los ancianos, nadie recibía la salvación pero aparte de ellos todos recibieron la salvación. En ese momento, las veces que tenía tiempo iba a Boeun, mínimo iba una vez al mes para predicar, juntaba a los hermanos para enseñar la Biblia; era muy bueno.

Pasó mucho tiempo, no sé a dónde fue aquella hermana pero en fin. Me olvidé de todos sus nombres. Predicando este Evangelio, yo era torpe, no podía predicar pero luego prediqué. A la iglesia del campo iba, a la iglesia en donde se reunían cien, doscientos. Yo, cuando predicaba durante una semana la Palabra, yo me conmoví en gran manera. “Un pecador como yo, habiendo obtenido el perdón…”

Siendo una persona recta ante el Señor… ¡Yo, un don nadie como yo! Yo he predicado el Evangelio. Un ser como yo ha predicado el Evangelio y esa persona recibe la salvación. Hace poco muchos presidentes recibieron la salvación. Nos encontramos con los presidentes también en el musical. Les prediqué, sí. Nosotros, cuando nos encontramos con los presidentes, nos dan un tiempo de cuarenta minutos.

Cuando pasan treinta minutos, paramos porque es muy largo. El Rey dijo la vez pasada: “Pastor, ¿no podría alargarlo más?” Yo lo había alargado treinta minutos. El Presidente, en la segunda ocasión dijo: “Pastor, ¿no podría anunciarme una vez más…?”

Lo hicimos tres veces, tres sesiones de treinta minutos. Este Presidente obtuvo el perdón del pecado y estaba feliz. Nos convertimos en dos íntimos amigos.

No es con uno, dos que tenemos esa relación. Miles de presidentes, cuando han obtenido el perdón del pecado… Un hombre como yo ¿qué es? Hasta ahora voy al exterior. Hay mucha gente con edad que oye el Evangelio. Fui a Sudamérica hace poco. El sacerdote católico… Llevamos a tres y tantos de los miembros del coro. Él me llamó y me dijo:

“El coro, que realice una presentación de cincuenta minutos, que usted predique treinta minutos”. Yo lo fui a hacer. Prediqué treinta minutos y toda la tarde yo le prediqué el Evangelio a ese sacerdote. Él estaba muy feliz. Luego, él me envió una carta a Corea. Que él era católico y que no podía escuchar la palabra de un pastor protestante pero él llamó al Vaticano.

“Hay un pastor llamado pastor Ock Soo Park. Queremos volver a encontrarnos con él”. Dice que le dio permiso el Vaticano. Cuando fui a ese país yo pensé que vinieron solamente los pastores pero se llenó el templo y prediqué el Evangelio. Había bastantes pastores. Ellos también obtuvieron el perdón del pecado y estaban felices. Yo voy a predicar el Evangelio a muchos países del mundo.

Los pastores, después de que reciben la salvación… En cada verano tenemos un campamento llamado Campamento de verano. Muchos vienen. En aquel entonces más de cientos de pastores vinieron; este año también será así. Cuando anunciamos este Evangelio, lo interesante ¿qué es? Algunos detalladamente, cuando oyen que Jesús murió por nuestros pecados y que fuimos lavados, ellos obtienen el perdón del pecado.

Ellos saben cómo ha sido perdonado el pecado ¿sí o no? Claro que saben. Cuando lo enseñamos de esa manera, mediante aquella persona también surge gente que obtenga el perdón del pecado. Nosotros, hermanos de la iglesia de Gangnam, bien no sé pero yo tengo

bien entendido que todos habrán obtenido el perdón del pecado, aunque no he analizado de manera detallada a cada uno de ustedes.

Entonces ustedes también, cuando prediquen el Evangelio, de la misma manera el Señor obrará y habrá una manifestación del perdón del pecado. Ustedes, dejando todo a un lado, cuando ustedes predican el Evangelio y cuando un alma recibe el perdón del pecado mediante ello, es glorioso en gran manera. El que esa persona predique o el que el pastor Ock Soo Park predique es lo mismo. ¿Amén?

Leo la Biblia y lo que yo entiendo vuelvo a predicar, es lo mismo. De la misma manera Jesús, estando vivo, trabaja. Ahora, a veces estoy feliz viendo a los hermanos de Gangnam pero a veces me enojan porque si los hermanos de Gangnam fuesen como yo, habría cientos de pastores en la iglesia de Gangnam y qué bueno sería.

Ahora, señores, en esta mañana tuvimos la reunión de pastores. Les dije a todos que lo hagan así. Verdaderamente, si han obtenido con toda firmeza el perdón del pecado, ustedes conocen la manera de cómo obtener el perdón del pecado; cuéntenle eso a otra persona tal como es. El camino para obtener el perdón del pecado es lo mismo para un hombre común, para un presidente.

A ver, obtengan el perdón del pecado. Al comienzo es tan bueno. Yo también obtuve el perdón del pecado, luego el que uno predique y el que obtenga el perdón del pecado…; realmente con ese joven no pude lograrlo la vez pasada. Luego el domingo próximo él vino a testificar. Parece que en el camino se acordó de lo que le dije y obtuvo el perdón del pecado, así me imaginé.

“Pero cuando el hermano Ock Soo Park me hablaba, solamente tenía dolor de cabeza pero mientras que iba me daba rabia, fui a buscar a otro hermano y en cinco minutos recibí la salvación. “Aaaaaaah”, no se imaginan cuánto me quemó, cuánto me quebrantó. “Nunca más voy a hablar contigo”, dije dentro mío.

Hay muchos episodios que son así, asá pero cuando uno acepta esta palabra con toda convicción, sea quien fuera, el Espíritu Santo trabaja en él y se convierte en un hombre renacido. Dentro de aquella vida Jesús, estando vivo, trabaja. Ahora predicando, surgiendo mucha gente que ha obtenido el perdón del pecado, enseñando a ellos, ahora erigiéndole como ministro, continuamente estamos realizando esa obra; estamos muy, muy agradecidos.

¿Por qué? Porque con edad… No se imaginan, estoy agradecido ante Dios porque con edad me permite caminar, andar y predicar. Cuando envejezca, claro, puede que yo no pueda ir a las campañas pero aunque no lo pueda hacer cien veces al día, cuanto fuese lo puedo hacer. Agradezco al Señor que me haya dado un cuerpo saludable. Todos mis compañeros están ancianos pero parece que soy el único que no envejece.

Mi esposa, ¿será que preparó una comida especial por mí? No sé si por eso pero todavía puedo predicar el Evangelio, a donde fuese puedo ir a predicar; me siento muy agradecido. Jesús, mediante la sangre en la cruz, no solamente nos rescató sino que hizo para que mediante nosotros… Nos convirtió en un Jesús pequeñito. Jesús… Ese Evangelio, de la misma manera cuando nosotros predicamos…

Cuando el pastor Ock Soo Park habla, la gente obtiene el mismo perdón del pecado de Jesús, ¿verdad que sí? Si predica el hermano Park Moon Taek, pasa lo mismo ¿sí o no? Claro que sí pasa lo mismo. Si una persona es salva, sea quien fuera quien predique surge la manifestación de la salvación. Al comienzo una vez, dos veces, tres veces.

Mientras que lo va haciendo: “Ay, ¿qué es lo que dice?” Sí, ah, pero cuando pasa la cuarta y la quinta vez, continuamente todos no ceden, todos quieren hablar, es difícil pero cuando lo hace tres y cuatro veces no se imagina, automáticamente sale el perdón del pecado y al oírlo… Creo que ahora no sé cuántos miles de personas habrán sido quienes hayan obtenido el perdón del pecado por mí.

Mil… Deberían de ir al infierno eterno. Sin ser sobresaliente ni inteligente pero mediante mi ser el que haya obtenido el perdón del pecado es demasiado glorioso, es precioso; nos sentimos agradecidos. Especialmente mi padre, tres días antes de fallecer obtuvo el perdón del pecado. Yo me convertí en pastor y lo más precioso es que mi padre haya recibido la salvación.

Mi padre, cuando le sugerí que crea en Jesús, él siempre decía “la próxima”. Mi padre tenía una buena relación con los amigos, él consideraba más preciosos a sus amigos que su familia. Para que los amigos no estén tristes, para dar gozo a sus amigos, siempre él trataba. Entonces, mi padre, si él obtenía el perdón del pecado, no podía tomar; eso era lo primero que le llegaba.

Él decía: “Primeramente tengo que dejar y después voy a creer. No puedo creer en Jesús tomando a la vez”. Sí, así pasó muchísimo el tiempo. Por último me encontré con mi padre en la última ocasión. En ese momento, justamente, mi hermano tenía que ir durante meses a Japón. Él me dijo:

—Tú, ¿qué tal si le sirves a nuestro padre mientras que yo estoy en Japón?

—Claro. Yo quería servir a nuestro padre. Teníamos iglesia en Daegu. En una habitación vacía nosotros recibimos a nuestro padre. A la mañana, de repente mi padre:

—Papá de Eun Sook, ¿estás afuera?

—Sí –le dije.

—Entra.

Fui con mi esposa. Mi padre se levantó para sentarse. Había una hemorragia en su estómago. Él vomitó la sangre. Viendo eso nos asustamos. Mi esposa había llorado fuertemente. Mi papá también se asustó en gran manera. Limpiamos todo.

—Padre, ¿está bien?

—Sí, estoy bien.

Yo le dije:

—Si usted fallece, ¿podrá ir al cielo?

Claro, él no puede ir. Ese día durante una hora, descansando, grabando, le hablé sobre el perdón del pecado a mi padre. Cuando había oído aquella palabra, mi padre obtuvo el perdón del pecado. Porque mi padre amaba a sus amigos, de ninguna manera podía entristecer a sus amigos; porque tenía que tomar con sus amigos, tomaba. Ese día mi padre obtuvo el perdón de los pecados.

Él me iba hablando, me iba contando. Después de que papá había vomitado sangre, pensó en la muerte.

—Cuando yo muera, me vas a sepultar en ese sepulcro de tu madre que es muy bueno, ahí al lado me vas a sepultar.

—Padre, cuando usted llegue a fallecer, lo vamos a poner al lado de nuestra madre. Su cuerpo irá allí, su alma ¿dónde irá? Él temblando, con una voz que temblaba, dijo:

—Yo quiero ir al cielo pero para mí es muy tarde. Yo no tengo nada de lo que haya hecho.

Entonces le dije:

—Padre, por más que tratemos, no podemos ir al cielo. Jesús tiene que ayudarnos. Jesús ya hizo todo.

Así le prediqué todo el Evangelio y mi padre recibió la salvación. Hermanos, yo… Mi padre, cuando tenía 47 años, falleció nuestra madre. Mi padre amaba tanto a mi madre. Siempre solo, él lloraba, él estaba triste pero mi padre ¿qué es lo que nos dijo?

“Aunque sea ahora, algunos me dicen que me case pero si hubiese una mujer como tu madre, al momento me casaría pero no es fácil para que uno se encuentre con una buena

persona. Yo me determiné en vivir solo”. Papá vivió solo hasta los 70 con nosotros porque había muchos niños que sufrían con la madrastra, entonces mi padre aguantó. Mi papá piensa de manera muy profunda.

Largo tiempo uno tiene que ponerse a pensar para entenderle. Siempre papá me decía: “¿Cómo puedes vivir así la vida con esa mente?” Ah, es que yo por más que pensaba, no podía lograr… Cuando leía la Biblia: nos salvó del pecado y todas las condiciones para poder ir al cielo, Jesús paso a paso Él las cumplió. Por último ¿qué es lo que Jesús hizo? Él murió crucificado por nuestros pecados.

Yo, comer la manzana, el caqui… Yo, a pesar de que iba a la iglesia, me juntaba con los amigos y hacía lo mismo. Iba a la hora piadosa a la madrugada, ahí le pedía “perdón, perdón, perdón, así vivía. Génesis, Éxodo, Levítico, varios libros leí. Cuando entré en el libro de Levítico:

Cuando el sacerdote cometía pecado, cuando toda la congregación cometía pecado, cuando el jefe cometía pecado, cuando un hombre común cometía pecado, cómo debían obtener el perdón. Ah, cuando uno se arrepiente, aquí está la manera de cómo obtener el perdón. En Levítico 4:27:

“Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere; luego que conociere su pecado que cometió…” Ahora por mi pecado entregamos la cabra y la cabra cuando muere derramando la sangre, mi pecado es perdonado; eso… Jesús, siendo la oveja, es crucificado y como sombra nos lo muestra.

La palabra del Antiguo Testamento, tal como es: como la cabra muere y uno es perdonado, cuando Jesús muere en la cruz, lo último que dijo en la cruz fue “Consumado es” y la misión que Dios le había dado Él la cumplió, Él vino a esta tierra para morir por nuestros pecados; era la misión que Dios le encomendó y perfectamente la cumplió.

Jesús, siendo crucificado, perdonó el pecado y perfectamente cumplió aquella obra. Ante el Señor todos nuestros pecados han sido perdonados, es una realidad. Cuando uno lo acepta, con el corazón, con la fe, estamos muy, muy agradecidos. Luego, la próxima, cuando yo leía, oraba, un corazón que no era yo iba arrastrando mi ser. Esto viene a ser el Espíritu Santo. Yo no había pensado hasta tal punto.

No era mi corazón pero cuando yo leía la Biblia, no podía entender bien… Rápidamente podía entender, el Espíritu Santo trabajaba en mí y era muy fácil, muy increíble la Palabra. “Ah, de esta manera mi pecado fue lavado, Jesús así derramó su sangre, así lavó mis pecados. Él dijo: ‘Consumado es’, él consumó la obra de perdonar todos mis pecados”; estaba muy, muy agradecido.

Hermanos amados, nosotros mediante la sangre de Jesús, si obtenemos el perdón de los pecados, el Espíritu Santo de Dios permanece en nosotros, en adelante el Espíritu Santo nos guía. Cuando un poquito leemos la Biblia, podemos entender fácilmente la Biblia y ustedes también, no solamente el pastor Ock Soo Park sino que yo, por el Evangelio…

Miles de presidentes obtuvieron la salvación, el perdón del pecado, miles de ministros obtuvieron el perdón del pecado, muchas personas obtuvieron el perdón del pecado; yo estoy muy, muy agradecido. En la universidad de Gimcheon hay una persona de un cargo alto. Él vino a nuestra casa. Empezamos a hablar sobre la universidad. Yo no le dije nada; le conté sobre el perdón del pecado a él.

Él obtuvo el perdón de los pecados. Ahora una cosa que ustedes deben saber. Si por la sangre de Jesús obtuvieron el perdón de los pecados, mínimo al lado de ustedes, ustedes no deben cerrar la boca para que esa persona vaya al infierno sino que deben contarle a esa persona cómo obtener el perdón de los pecados.

Yo también tenía mucho pecado, yo también hice lo malo, yo también mentí, yo también era un mentiroso pecador pero Jesús, siendo crucificado, perdonó todos mis pecados. Jesús, si perdonó mi pecado, lo perdonará. No es que perdona al uno, perdona al tres y al cuatro y al uno, dos, no; no, no es así, perfectamente nos perdona.

Ustedes si lavan toda la camisa, aparte de la manga ¿es lavar todo? No. Cuando lavamos, lavamos todo; nosotros lavamos poniendo todo en agua, ¿verdad? Sea como fuese, si frota uno, hasta la camisa la lavamos así. El pecado ¿solamente lo lavará una parte? No, Jesús lo hizo perfectamente, perdonó nuestros pecados perfectamente.

Cuando aceptan la Palabra en su corazón y cuando van leyendo la Palabra, exactamente el pecado es perdonado y ustedes lo pueden creer con toda convicción eso. Hay mucha gente que obtuvo el perdón del pecado por la sangre de Jesús pero pasan de largo. Cuando vean a alguien que no obtuvo el perdón de los pecados, ¿verdad que queremos hablar con él?

Pero a veces decimos: “¿Qué pasa si no lo hago bien?” A veces tenemos vergüenza también pero todo dejando a un lado, tal como obtuvimos el perdón del pecado, si lo contamos abriendo la Biblia, el Espíritu Santo de Dios, ustedes verán cómo trabaja. Mediante ustedes uno, dos, tres, sí, hasta el tres es un poco torpe pero cuando llegan al cuatro y el cinco, ustedes no aguantan por querer hacerlo.

“Ah, ¿por qué no viene nadie?” Quieren sujetar a cualquier persona y hablar pero cuando quieren empezar, ah, ustedes piensan: “¿Qué pasa si me equivoco? ¿Qué pasa si es carente?” Pero cuando lo hacen en una, dos ocasiones, la gente obtiene el perdón de los pecados. Señores, es porque no han experimentado.

Mediante ustedes cuando una persona obtiene el perdón del pecado y del infierno va al cielo eterno, es algo tan glorioso, no se imaginan cuánto. Con toda convicción, si obtuvieron el perdón del pecado, por más que ustedes lo hagan, surge gente que recibe el perdón del pecado, por lo cual yo personalmente a mucha gente le he hablado.

En Apgokdong, cuando me encontraba allí a esa señora que siempre fumaba… Ella obtuvo el perdón del pecado; ese señor también obtuvo el perdón de los pecados y así. La relación humana no viene a ser eso sino que más todavía hemos llegado a ser uno con el corazón, tuvimos una relación más estrecha y viene a haber algo más bello; cuando vivimos en la iglesia con todo ello viene a ser tan glorioso, bendito.

Dios verdaderamente nos amó a nosotros, Dios nos amó y Jesús siendo crucificado había perdonado nuestros pecados. Dentro de la Biblia, cuando aceptamos aquello en nuestro corazón con fe, Jesús entra en nosotros y vemos cómo se enseñorea. Yo, el hecho de que Jesús viva dentro de mí…

Algo maravilloso: hasta ahora he padecido mucha dificultad, ha habido muchas cosas difíciles pero Jesús, ya que va cumpliendo lo mío, es glorioso; hemos vivido una vida bendita. Con la edad tengo canas y estoy bastante viejo pero todavía el Señor me ha dado la salud, puedo venir a este escenario para predicar y puedo pararme durante una hora; esto es algo maravilloso, estoy agradecido porque Dios me ha permitido ello.

Hasta los 115 años quisiera vivir. Amén. Gracias por decir amén. Es una broma pero hasta ese día yo quisiera morir predicando este Evangelio. Ustedes también ahora, no importa: 50, 60, 70, 80, empiecen. Los que no han podido obtener el perdón del pecado, obtengan el perdón del pecado y los que obtuvieron, si empiezan a testificar, tanta fuerza tendrán.

“Ah, mediante un hombre como yo, esa persona obtuvo la salvación”; “Mediante un ser como yo, obtuvo el perdón del pecado”; “Ah, esa alma preciosa recibió la salvación”; uno se conmueve. Mediante ustedes también, no es otra cosa sino que viniendo a la iglesia, hallando la gracia, mediante ustedes cuando hay gente que recibe la salvación… Desde hoy empiecen.

Cuando se encuentren no quieran hacerlo bien. Cómo Jesús murió en la cruz por nuestros pecados y cómo esa muerte perdonó a nosotros nuestros pecados. Ustedes llegan a abrir la Biblia, empiezan a leer y eso automáticamente entra en ustedes y vienen a ser personas quienes predican el Evangelio. De manera incontable he predicado a tanta gente.

A veces yo delante de miles de personas, millones de personas he hablado, no puedo recordar a todos. Mediante mi ser hubo mucha gente que obtuvo el perdón del pecado y cuando me encuentre con ellos al morir, creo que será mucho más interesante. Todavía no me fui al cielo pero tengo mucha edad.

Es cierto que se está acercando bastante pero igual soy feliz, estoy contento. Hay dificultades, no deja de haber problemas pero Dios está vivo en mí y hay gente que recibe el perdón del pecado por mí y es maravilloso.

Ustedes también, como pastor Ock Soo Park, espero que mediante ustedes haya gente que reciba la salvación y aunque no prediquen bien lo hacen en una ocasión, dos ocasiones, tres ocasiones. Cuando surge gente que recibe la salvación, se gozarán. Espero que sean personas preciosas que guíen a muchas almas al cielo. Vamos a compartir hasta aquí. Muchas gracias.

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