PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK
02 de Junio de 2024
PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK
02 de Junio de 2024
Prédica dominical del pastor Ock Soo Park
“La
Vamos a leer la palabra. Es 1 Samuel 17. Si han encontrado, yo voy a leer.
41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él.
42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer.
43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.
44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.
45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.
46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.
47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.
49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.
50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.
51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
52 Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón.
Hasta aquí hemos leído. ¿Cómo están? En Jesucristo podemos encontrarnos y podemos compartir la palabra, tener culto; estamos tan agradecidos. Dios dentro de nosotros ha hecho grandes y pequeñas cosas. Nosotros simplemente cuando vivimos no nos damos cuenta pero cuando detalladamente pensamos en nuestra vida, a veces viene la dificultad, el sufrimiento, la angustia. Tenemos varios problemas pero Dios, cuando vemos cómo trabaja en nosotros, obtenemos la fuerza, la vida de fe.
Claro, no podemos ver a Dios en nuestros ojos, tampoco nos responde, es tal Dios pero puede que no podamos platicar de tal manera pero cuando nosotros seguimos el camino tras la Palabra de Dios, Dios nos guarda, nos ayuda, Dios trabaja, claramente podemos sentir y experimentar, por lo cual la gente que no conoce ello…
Hay gente que no quiere saber sobre la existencia de Dios pero los que saben con seriedad buscan a Dios, piden a Dios y cuando tienen dificultad, oran a Dios y hablan sobre Dios, hablan con Dios. Hoy hemos leído sobre el rey David.
David, antes de ser rey, era un muchacho; él era pequeñito, apenas un muchacho pero en ese momento un general llamado Goliat, muy alto, no podemos ni imaginarnos: era grande, era un soldado muy grande. El pueblo de Israel, mirando a ese general… Todos se asustaron y todos, temblando, se escaparon. De la misma manera David era una misma persona que ellos pero no actuó de la misma manera. “Dios está conmigo”.
Dentro de su corazón: Ese general ¿qué se cree para que él insulte, para que se ponga en contra de Dios a quien servimos? David dijo: No puedo pelear con él. Los soldados habían dicho eso al rey. David fue al rey y dijo: Señor, mi rey, yo a aquellos filisteos incircuncisos no les voy a dejar así. El rey se asustó.
¿Cómo todos los generales de nuestro país han muerto? Alto, bien alto y era grande, él iba con una gran espada pero sea quien fuera el que lo vea, realmente no podía luchar entre David y ese general pero David ¿cómo pensaba? Yo, cierto, no tengo fuerza como él, soy pequeño, pero Jehová Dios está conmigo. Bueno, no querían reconocer ellos pero David decía:
Cuando yo cuidaba de las ovejas de mi padre, había veces que venía el león y el oso. Yo les maté a todos. Dios me rescató de los leones y osos. ¿No me va a poder salvar de ese filisteo? Realmente es así. Llevando la vida de fe hay vacíos, hay dificultades, hay cosas que no podemos aguantar con nuestra fuerza. “Entonces ¿cómo voy a poder soportar esto que es imposible?”
La gente piensa así pero verdaderamente cuando padecemos dificultades no hay ni realmente un lugar en donde me escape, he fracasado y uno ora ante el Señor y cuando uno ora, siente que el Señor le va a ayudar.
De tal manera, aunque son los mismos miembros, hay gente que se escapa de la dificultad, hay gente que se escapa del dolor pero los que creen en Dios no son así, ellos se enfrentan ante ello; es muy distinto. En fin, David con toda convicción habla: Aquel general incircunciso ¿quién se cree para insultar el nombre de Dios? Cuando quería matarlo, el rey le llama a él, claro.
Era un pequeño muchacho. Cuando dijeron que iba a matar a Goliat, le trajeron. Era chiquitito. Ah, todos los generales de nuestro país han muerto. ¿Qué? El rey dijo:
—Tú no puedes con él, tú eres un muchachito. Él era un general, desde muy pequeño conocemos bien a él.
David dice:
—Señor, mi rey, yo cuando cuidaba a la oveja, el oso o león venían para dañarme. Yo los maté. Dios me ha rescatado de las garras del oso y león. Es apenas un incircunciso.
Esto nos habla sobre el mundo de la fe. Amados, habiendo nacido, cuando servimos al Señor, mientras que vivimos recibiendo la salvación, las personas que no han podido experimentar al Señor consideran muy poca cosa a Dios pero sea un hermano o una hermana, uno, cuando padece dificultad: “Yo de ninguna manera puedo con esto.
Yo si caigo aquí…” Si sabe que va a fracasar en ese momento su vida, orará con este problema ante el Señor y si ora y si vuelve a orar, cuanto más ora ¿qué corazón tiene? No, al comienzo dice: “No, no puedo, volaré con su puño. ¿Cómo voy a ganar a ese?” Pero cuando va orando y cuando va orando, cambia en gran manera.
Yo a los estudiantes de la escuela misionera… Teníamos una escuela misionera en Estados Unidos. Yo había hecho un programa para ellos. “Alcen la mano los que quieran solicitarse”, les dije a ellos. Todos se miraban. Una persona se solicitó y otra persona de nuevo y así se solicitaron como más o menos diez personas.
Yo les dije a ellos: “Compren el ticket de Greyhound y con su esposa de aquí a allá comprarán el ticket de ida y el ticket de vuelta no comprarán. Durante diez días ustedes van a recorrer casa por casa”. Los hermanos se asustaron en gran manera. Bueno, ellos ya que se solicitaron yo volví a Corea. Después de meses juntamos a los hermanos y empezamos a escucharlos.
Ellos verdaderamente compraron el ticket de ida, mínimo. Bueno, en Corea es 20 o 30 kilómetros pero allá son cientos de kilómetros. Con su esposa fue y mientras que estuvieron, durante un mes allá, cómo Dios les dio de comer, cómo Dios les guardó, cómo les ayudó, habían experimentado eso. Verdaderamente Dios estando vivo trabaja en medio de nosotros; me sentí muy agradecido.
Señores, en nuestra iglesia el hermano Oh Yeong Shin también, cuando su hermano de Estados Unidos fue al viaje evangelístico y él tenía tres hijas. Una era de siete años, otra de cinco, otra de tres. No había nadie quien cuide de sus hijas, entonces llevó a sus tres hijas al viaje evangelístico pero había podido sentir cómo Dios las ayudó, a las niñas.
El padre cuando llegaba a una ciudad se preocupaba: “¿Dónde dormimos? ¿Dónde comemos?” Pero las niñas siempre jugaban en esa ciudad. “Vamos”; siempre le seguían. Pasó durante un mes así. Primeramente iba el papá, luego las tres niñas y luego la mamá.
Ellas estaban felices, ellas alzaban la mano, hacían el dedo y ya que las niñas hacían el dedo, todos paraban el carro.
Una vez la niña alzó la mano y el carro paró.
—¿Hasta dónde van?
—Disculpe, ella simplemente alzó la mano. Podemos caminar nada más.
Durante un mes las niñas habían cambiado en gran manera. Dios estaba vivo y Dios les ayudaba, habían experimentado eso en gran manera: verdaderamente Dios está vivo. Hoy cuando vemos el libro, aquí están los israelitas que creen en Dios. Vino un gran general llamado Goliat, un general filisteo. Seis codos, es decir es como de tres metros, un soldado. En fin, con solo verlo era temible.
Dios para darle la fe a David quería chocar con este Goliat. Otros se escapaban pero David había gritado y había sido transmitida su voz al rey.
—Señor, mi rey, un joven dice que va a matar a Goliat.
—Tráelo.
Era un muchacho. El rey dice:
—Él era un general desde pequeño. Contigo no se puede.
¿Qué le dice David?
—Yo cuando había cuidado de las ovejas de mi padre, venía el oso, el león y yo tomaba de las garras de ellos y los mataba. De las garras de la boca del león Dios me rescató. ¿Cómo no voy a ganar a ese incircunciso filisteo?
Cuando el rey le iba oyendo, realmente tenía convicción y ya que era un muchacho, cuando se puso la ropa del rey, bueno, no, no le quedaba. Era pequeñita y se sacó y se fue con su ropa. Goliat, el general del ejército, cuando vio a David le dijo:
—¿Tú me consideras un perro, por eso traes un palo?
¿Qué le dice David?
—Tú vienes con espada, lanza y jabalina mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel. Jehová te entregará hoy en mi mano y yo te venceré y haré que seas comida de bestias.
Cuando David, un hombre pequeñito, vino a decirle eso, se burlaba Goliat. Venía corriendo y él había tomado la piedra y tiró y esa piedra hirió el frente de Goliat. Los filisteos corrieron confiando en el general. Cuando el general desmaya, todos los filisteos se escaparon. Esto hace miles de años ocurrió en la época de David.
Hoy también a los cristianos, para que trabajemos con convicción, ahora nos hace chocar con la dificultad. Yo antes de que empiece la Misión, cuando vivía en Gimcheon, tuvimos mucha dificultad. Dios estaba con nosotros pero nosotros jamás extendimos la mano al hombre. Jamás nos permiten eso. Un día acabó la comida y con mi esposa fui a un orfanatorio de ese lugar. “Quiero encontrarme con el director, quiero verlo”.
Vino el director. “Nosotros enseñamos muy bien la Biblia a aquellos huérfanos”. Cuando uno cumplía 18 años, tenía que salir del orfanatorio. Imagínese si no tiene fe, cuando salga del orfanatorio, qué sufrimiento tendrá. Yo no le pediré nada, simplemente yo le voy a enseñar la Biblia a ese huérfano”. Me miró el director y me permitió y me dijo que sí lo haga. Mi esposa enseñaba el himno a los niños: “El Señor me ama, el Señor me ama. Por mi pecado Él cargó la cruz”. Había enseñado la Biblia a los huérfanos y desde allá, desde muy lejos, el director anotaba y escuchaba. Luego era la tarde, acabó y feliz se acercó a mí. Él puso la mesa, puso arroz y había puesto pero una comida tan buena y yo comí con mi esposa.
Después de comer yo le volví a enseñar la Biblia. Los huérfanos, oyendo la Palabra, estaban felices, volvieron a comer y volvimos a comer, les enseñamos la Biblia y volvimos a la casa con mi esposa. Durante seis días enseñamos a aquellos huérfanos. ¿Verdad que les falta el cariño? Ellos abrazaron a nuestra esposa, lloraban con mi esposa. Pasamos un buenísimo momento. Durante seis días con solo comer el almuerzo y la cena realmente era tan bueno y podíamos aguantar el hambre. En ese momento cuando veíamos cómo Dios nos ayudaba, era increíble. Nosotros nunca extendimos la mano ni hemos hecho notar que no teníamos, nunca hemos pedido limosna, estábamos agradecidos viendo cómo Dios nos ayudaba.
Recibiendo la salvación jamás le dije a alguien que me falta algo o que no tengo dinero o que tengo carencia, jamás. Cuando se me acaba el dinero, oro a Dios. Claro, había veces que tenía dificultad, problemas, pero claramente si el Señor me ayudaba, el Señor me guardaba.
Bueno, Goliat es un general alto. Este general ¿por qué fue enviado a Israel? Simplemente uno no sabe. David cuando había visto a Goliat, David era un muchacho. ¿Quién es él para que insulte al pueblo de Dios? Yo voy a matarlo a él. Entonces la gente que lo rodea: Ese muchacho está loco por morir porque tenía mucha convicción.
Le dicen al rey. El rey se fijó: era apenas un muchachito muy pequeño.
—¿Todos los generales de nuestro país han desaparecido? –entonces el rey dice–: Tú eres muy niño, muy pequeño. Él desde muy pequeño era general. Tú no puedes ganarle a él.
David con toda convicción le dice:
—Cuando yo cuidaba de la oveja de mi padre y venía el oso o el león, yo los mataba. Dios me ha salvado de las garras de los leones y osos. ¿Qué es ese filisteo?
Él gritó en voz alta. El rey le dijo que vaya, le puso la armadura del rey, no le quedaba y se fue simplemente así como estaba. Él tomó cinco piedras del arroyo y las puso en su bolsillo y se fue. El general Goliat lo vio y era simpático.
—¿Tú me consideras un perro para venir con ese palo? Yo te voy a matar a ti.
—Tú vienes con lanza y jabalina pero yo vengo en nombre de Jehová de los ejércitos a quien tú insultas. ¡Jehová te pondrá en mis manos hoy!
David cuando ellos venían había ahora girado la piedra en la onda y le tiró, eso hirió la frente de Goliat y al momento él se desmayó. David no tenía ni espada, entonces con la espada de Goliat sacó la espada de Goliat y le decapitó y todos los filisteos se escaparon. Esto es solamente una parte del Antiguo Testamento.
Dios ¿por qué hizo esto con Goliat? Para levantar la fe hacia Dios en David. Cuando cuidaba las ovejas de su padre y venía el oso, el león, hallando la ayuda de Dios había matado a ellos. ¿Cómo va a matar al oso, al león? No sabemos pero en la Biblia está escrito. Algo importante ¿qué es? Dios nos entrena.
Yo, al comienzo, cuando terminamos la escuela misionera, no fuimos al exterior. Prediqué en Corea. Empezamos en Gimcheon. En la ciudad de Gimcheon no había nadie que nos ayude. Ese día nosotros en Gimcheon, cuando acabamos de trabajar y recorrimos dónde sería bueno que prediquemos, dónde sería bueno que consigamos casa, dentro del bus me encontré con un misionero inglés y platicamos.
Yo no tenía ni capacidad de hablar inglés, él tampoco no era bueno en el coreano. Con un inglés torpe empecé a hablar con él.
—Usted ¿de dónde vino?
—Vine de Inglaterra, yo soy misionero.
—Ah. ¿A dónde va?
—Voy a un viaje de turismo.
—¿Es viaje evangelístico?
—No, simplemente viaje.
El misionero debería predicar el evangelio. Sería diferente si predica viajando pero él hacía turismo. Yo le exhorte a él. Los ingleses pero qué caballerosos. Si nosotros le decimos eso a alguien: “A ti ¿qué te importa? Tú no me pagaste”; nosotros diríamos eso pero él simplemente me escuchaba. Llegamos a Geochang y yo quería tomar otro bus y estaba formando fila.
Él se acercó.
—Señor Park.
—¿Qué?
—Disculpe, ¿podría dormir en su casa esta noche?
—Venga, venga, no importa.
Entonces yo junto con él fui a Apgokdong. Estaba en lo profundo del monte. ¿Cuál era el problema? En Apgokdong obviamente no había ni canilla. Teníamos pozo pero el pozo estaba allá, muy lejos. Sobre el monte había agua limpia, entonces yo siempre tomaba esa agua que estaba en el monte. Ah, allí entendí que el estómago coreano era muy bueno.
Por más que tomaba aquella agua, no me hacía nada pero, ah, él realmente tuvo indigestión; durante cuatro días estuvo acostado.
—Señor Anderson, disculpe.
Luego yo le herví… Pasaron cuatro días. Él quería marcharse.
—Disculpe –le dije a él. Él ¿qué me dijo a mí?
—Hay algo que quiero decirle.
—¿Qué cosa?
—Yo me encontré con mucha gente hasta ahora pero es la primera vez que veo a un hombre como usted.
—¿Cómo que, ah, cómo que puede un hombre como yo…?
—Yo quiero vivir con usted solamente un año.
—¿Por qué? –le dije.
—Quiero aprender su vida.
—No hay nada que aprender. No me brome, no, no, no, no, no, usted.
—Yo he visto por primera vez una persona que vive como usted. Me encontré muchos pastores, ancianos. Es la primera vez que veo a una persona que vive como usted.
Le dije:
—A usted le envían dinero de la sede, ¿verdad? Pero discúlpeme, no hay nadie que me ayude a mí. Yo paso hambre a menudo. En su casa hay mucho pan y si yo no tengo nada, continuamente voy a mirar hacia usted y, ah, yo voy a tener que comer su pan; no, no me gusta eso.
—Entonces ¿qué quiere hacer? –me dijo.
—Por más que pase hambre no me dé; por más que usted pase hambre no le voy a dar. ¿Podemos hacer eso?
—Fácil –me dijo.
—Sí, que venga consiguiendo casa.
Él se acercó y de la sede de Inglaterra le había dado mucho dinero. Él consiguió una buena casa.
—Vivamos juntos –me dijo.
Yo entré en la casa ajena. Él vivía en una habitación, yo en la otra habitación. Dios, en donde no tenía nada, yo empecé con los puños vacíos, con las manos vacías. Dios a quien
creíamos realmente está vivo y bien sabe qué me falta, qué dificultad tengo, él sabe exactamente muy bien, él lo sabe muy bien.
Dios… Estaba el muchacho David. ¿Por qué quería manifestar a Goliat? Cuando Goliat no estaba bueno, él lo había hecho muy bien y cuando vino Goliat, obviamente David tenía que pelear con Goliat. Era de seis codos y una palma; era así de grande, más que yo. Viene ese general y es absurdo que venga a enfrentar a él pero David tenía la fe de creer en Dios.
Conclusión: David ¿ganó o perdió? Ganó. Yo cuando fui al cuartel no llevé ni un centavo. Yendo al cuartel me dijeron que pague porque teníamos que comer afuera. Yo le dije:
—Cuando yo reciba mi sueldo, lleven todo –yo, realmente–: Mi padre es muy pobre, no puedo recibir dinero de él.
—Bueno, hazlo así –me dijo.
Yo era soldado de segunda categoría, tenía mensualidad y le di todo. Jamás sucede eso. Estaba durante 3 años en el cuartel. Cómo el Señor me ayudaba, me guardaba y me daba mis necesidades, yo experimenté en la piel eso pero este Goliat ¿por qué tiene que venir en contra de los israelitas? Para crecer la fe de David. Viene el general Goliat, no puede dejar de pelear. Yo soy frágil. ¿Cómo voy a ganar a ese Goliat? Tiene miedo, ¿verdad? Tiene que pelear y va con las piedras, por lo cual lo experimenta una ocasión, dos ocasiones, tres ocasiones. Cuando lo va experimentando: Ah, Dios me ayuda a mí. Hace años, porque supuestamente yo estafé, largo tiempo tuve que recibir juicio. Era inocente pero el fiscal me había dado nueve años de sentencia. Al momento era inocente. Ese fiscal tuvo que renunciar a su puesto, ese fiscal que quería encarcelarme; realmente en esta ocasión él había inventado pruebas. Le dio dos mil
dólares de multa a ese fiscal. Yo me quedé quieto, no quería decir nada. A ese hombre no traté ni de ponerme, de enfrentarme a él. Ellos hicieron todo. Cuando yo pasaba aquella dificultad ¿qué experimento?
Mediante esta dificultad Dios, que está vivo, cómo me guía, puedo ver eso. Al comienzo cuando padezco dificultad, cuando se me acaba la comida o cuando se me acaba el dinero, así, así se hace. Señores, Nosotros creemos en Dios que está vivo, por lo cual no es que simplemente pasan la dificultad sino que poco a poco Dios le da la dificultad y vemos cómo Dios trabaja. Se nos acaba el dinero pero seguimos teniendo dificultad; no tenemos dinero. ¿Qué haremos? No podemos menos que orar a Dios. Si no oramos porque tenemos buena fe, oramos toda la madrugada. Algo maravilloso es que al día siguiente el Señor nos da el sí, nos permite. Cuando experimentamos en una, dos ocasiones esto, vemos cómo Dios nos guarda, experimentamos eso; estamos muy agradecidos.
El Señor, estamos agradecidos por las cosas que realiza ayudándonos. Yo en Estados Unidos le prediqué a muchos pastores de Estados Unidos. Ellos obtuvieron el perdón de los pecados. Disculpen que les diga esto. Sí, no había un desarrollo. Sería bueno que aprenda más la Biblia, que evolucione más y a ellos los que, bueno, los que no han recibido la formación quieren descansar. Cuando no hay comida, oramos; cuando no tenemos pasaje, oramos; cuando tenemos algo, oramos. Hoy en día tenemos iglesia. Hoy a la mañana me dio un sobre así. “Yo no sé ni el horario pero que use como pasaje ese dinero”. Ah, cierto, yo voy al exterior.
Mientras que estoy en la iglesia yo no tengo incomodidad, no necesito dinero pero a veces se me acaba, no tengo ni dinero para el pasaje ni para la comida. ¿Por qué? Porque experimento cómo el Señor me ayuda en esos momentos. Hasta ahora, habiendo obtenido el perdón del pecado, yo nunca extendí la mano para decirle que necesito algo, que me falta tanto, no, jamás.
Viniendo a la iglesia, lo mismo. Dios, estando con nosotros, nos ayuda; esto es increíble, esto es maravilloso. David era el rey utilizado por Dios. Dios planifica usar a David. ¿Por qué? David cuando era pequeño tenía que padecer esto porque Dios lo va haciendo general a él. Tú apóyate en mí y pelea con Goliat. Yo te voy a ayudar a ti. Fue junto a Goliat.
Al comienzo tenía miedo pero así se pone delante de Goliat. Ah, tú vienes con la lanza y la espada, ¡yo voy en nombre de Jehová de los ejércitos ante ti! ¿Qué pasó? Sí, él había tirado las piedras y le hirió. Exactamente cayó en su frente, lo hirió y desmayó. No es fácil de acertar con la piedra. Él giró, él giró, él giró, le tiró y cayó.
David con la espada de Goliat la saca y le corta la cabeza. Señores, nosotros, como David fue hecho un gran hombre de fe, a todos los miembros como hombres de fe que crean en Dios así los va formando. A veces cuando se les acaba la comida o se les acaba el dinero, se le acaba el dinero para el colegio o el zapato del niño; les viene esa dificultad.
Dios mediante ello hace para que ustedes experimenten a Dios. No quieran prestar dinero o comprar en garantía. Sí, aguanten hasta que Dios les de, hasta que… Aunque los niños anden descalzos. He visto cómo Dios trabaja en mi vida. Disculpen. En el año 1962 después de recibir la salvación, jamás extendí mi mano para pedirle dinero a alguien. “Dame tanto”, “haz algo por mí”, no, jamás.
Una vez cuando estábamos en Gimcheon tuvimos problemas de la casa, nos faltaba dinero. Mi amigo me llamó.
—Ey, escuché que tenías dificultad.
—Sí, lo has escuchado muy bien.
—Sí, me contaron. Yo empecé mi negocio, no tengo dinero pero 200 dólares yo tengo. No te puedo dar pero te voy a prestar. Usa este dinero y cuando tú puedas págame.
Ah, no hay amigo como él. Yo no tenía ni dinero para volver a pagarle a él; luego, después, le pagué. Aquella dificultad tenía tanto. Había momentos de hambre. Las veces que padecía eso verdaderamente Dios, estando vivo, nos iba guiando. Aquí en el 17:41: “Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él.
Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.
Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”.
David con toda convicción habló. Los filisteos vinieron y había girado la piedra y la tiró. Por más que uno use pistola no es fácil realmente pegar la frente pero le tiró con la piedra, hirió la frente y desmayó Goliat. Esto no se trata solamente de David. Nosotros también aunque no es Goliat o filisteos, tenemos estas y aquellas dificultades, grandes y pequeñas dificultades que vienen hacia nosotros.
Ustedes si creen en Dios, en estos momentos si Dios no me ayuda, quién me ayudará. Por más que tengamos una manera de resolver mediante el hombre, por favor apóyense en Dios dejando a un lado aquello. Cuando necesitaba algo: Préstame diez centavos, ayúdame. La
próxima vez te voy a ayudar si me ayudas; jamás actué así. Siempre Dios estaba de mi parte, me dio las necesidades y estoy agradecido.
A propósito Dios a David le puso a Goliat. Si no tiene otro camino, no puede menos que pelear ante los hombres. Cuando prestamos y pedimos, no, no se trata de ello. Dios está vivo junto con nosotros y bien sabemos que Dios trabajará en nosotros con la fe de creer en Dios para que podamos marchar; eso es lo que desea.
El misionero Oh Yeong Shin fue al viaje evangelístico, tenía tres hijitas de cuatro, siete, nueve, algo así; tenía tres hijas que habían nacido de seguido. No tenía a nadie que cuide de ellas. Fue al interior, muy lejos. Las niñas estaban felices. Sea cual fuera a donde iban, ahora iban con felicidad. Un día no había donde dormir. Había un carro vacío. Parecía que podían dormir ahí y entraron ahí.
Alguien vino. “¿Por qué usted duerme allí? No, no se puede en el exterior”. ¿Cómo es la ley? Si uno muere en su casa, por más que haya muerto en esa casa, realmente la responsabilidad es del dueño de la casa. En Corea no es así pero le dijeron que no se puede. Ya entraba el sol. Estaba en aprietos y salía de ese lugar del estacionamiento.
Una persona lo vio y dijo:
—¿Qué le pasa a él?
—Él quiere dormir en este estacionamiento.
—¿Por qué quiere dormir aquí? ¿Por qué no duerme en su casa?
—No tengo casa, mi casa está en lo lejos.
—¿Por qué vinieron aquí?
—Estamos en un viaje evangelístico.
—Entonces vengan a mi casa a dormir. Vamos a preparar su casa. ¿Quieres dormir allí?
—Ah, claro no importa.
Fue allí a dormir, desayunó allí y con un corazón de agradecimiento salieron. Las niñas estaban felices. Ah, siempre alzaban la mano y le paraba el carro, así en broma lo hacía. “Disculpe, mi niña en broma lo hizo; disculpe, vaya”. Así el carro le paraba. Junto con las niñas, ahora las niñas vieron cómo el Señor los ayudaba.
Verdaderamente andaban en carro, no habían pasado hambre, experimentaban eso. Yo también recorrí mucho en el viaje evangelístico. En Yeongcheon de Daegu… Yo venía caminando hasta Daegu. Fuimos entre dos, no cenamos; en fin, tuvimos que ir así. Casa por casa tocábamos, evangelizábamos y a la noche era muy de noche, entonces nos sentíamos apenados para tocar la puerta.
Simplemente caminamos largo tiempo. No había carro, era un asfalto pero alguien estaba acostado. Nos detuvimos a ver. Era un abuelo borracho y no podíamos dejarlo así simplemente. Con el compañero le alzamos y le llevamos. Largo tiempo fuimos. El abuelo dijo… Se despertó, como que se despertaba.
—¿Dónde vive?
—Yeongcheon –dijo él.
Le llevamos a Yeongcheon. Llegamos. Eran las 11. En el pueblo de Yeongcheon había una columna, un faro y había un pueblo. Había un muchacho y se acercó: “Padre, ¿por qué está aquí?” Es que el padre fue al mercado, tomó mucho, estaba borracho y se desmayó. Le hablamos y él nos agradeció, nos dio su habitación, dormimos muy bien y cenamos juntos.
Al día siguiente, a la mañana, cuando nos despertamos, nos prepararon el desayuno y nos agradecieron. Él compró dos tickets que nos llevaban a Daegu. Dios, las veces que
tenemos dificultad, siempre nos ha ayudado a nosotros, por lo cual ya que Dios quiere acercarse a ustedes, a veces le da la aflicción, la dificultad hace para que acabe su dinero, para que acabe el arroz.
Dios sabe todo. Ustedes son personas que creen en Jesús. Ah, no traten de prestar dinero, prestar arroz. Orando: “¡Señor, dame arroz!” A ver, digan así y así nuestra fe va creciendo. No es que simplemente le permite a Goliat para que pelee, no, para que sea rey. Era un muchacho, no podía hacer eso cuando se encuentra con Goliat. Si por Goliat, todo el reino era destruido. Él tiró la piedra. El Señor le ayudó. Se desmayó. Cuando vio a ver quién era, era Goliat. Nosotros mediante todo ello creemos a Dios en nuestra vida, por lo cual no es que simplemente le da el dolor de estómago. Mediante este dolor ¿qué harás tú? “Señor, me duele el estómago. Vamos rápido al hospital”. ¿Verdad? La mayoría hace ello. No estoy diciendo que no vayan.
Vayan, vayan pero primeramente a ver, pidan a Dios en primer lugar, entonces sin lugar a duda Dios está vivo. ¡En medio de nosotros, estando vivo, trabaja él! ¡Él trabaja! Gente mala me había dicho que yo estafé. Tres meses no me habían dejado ir. Yo no estafé. El juez dijo que yo era inocente; era conmovedor. Dios dentro de nosotros, es maravilloso las cosas que Él hace…
Verdaderamente mientras que yo recibía el juicio me avergoncé porque yo era pastor. “Pero ¿qué hago?” Al final dijeron que yo era inocente. ¿Para qué voy a estafar dinero de otros? ¿Para qué? Absurdo. En la vida que vivimos, señores, ustedes han preparado tan bien las cosas para ustedes y no le dan cabida para que Dios trabaje. Lo que Dios prepara por ustedes, incomparable a lo que ustedes preparan por sí.
Yo a menudo cuento. Mi padre antes de fallecer… Yo quería que mi padre vaya al cielo. A los 47 mi madre falleció y mi padre después de días me llamó. Padre estaba muy triste porque realmente amaba mucho a mi madre. “Alrededor la gente dice que me case.
Sea diez veces, me casaré si es una mujer como tu madre pero mientras que yo voy viviendo la vida, no es fácil encontrarme con una buena persona. Bueno, como fuese, yo puedo vivir pero si pienso cómo ustedes vivirán junto a la madrastra, yo me he determinado vivir solo”.
En ese momento yo era inmaduro, no sabía pero ahora cuando me pongo a pensar, con la edad, cuando mi padre tenía sesenta años iba a ser bueno que realmente le vayamos a traer una madre. Ahora sí, claro, por más que era cálido con nuestra familia, me arrepiento ahora. Hay veces que tenemos dificultad, dolor, sufrimiento pero ¿por qué? Para que experimentemos a Dios. Humanamente esto y aquello. ¿Verdad que nosotros usamos miles de maneras? Pero yo te voy a ayudar. A ver, encarga esto a Dios. Yo soy tu Dios, yo te voy a ayudar a ti; sobre ello se trata. Entonces cuando experimenta una ocasión: “Ah, sí, un hombre como yo… Oré y el Señor me escuchó”. Estaban felices.
Cuando ocurre ello, crece la fe de ustedes pero crece rápidamente, no es poquito a poquito sino que rápidamente en gran manera crece la fe de ustedes. Dentro de nuestra vida Dios, estando vivo, trabaja; eso podemos llegar a ver. David ¿por qué Dios permitió que se encuentre con Goliat? Es importante que ahora le gane a Goliat pero cuando sea rey tendrá tantos enemigos, tantas dificultades, cuando se convierta en rey. Dios había puesto a David como rey y para que se apoye en Dios y pueda aprender la fe.
—¿Tú me consideras un perro y has traído un palo?
—Tú vienes con la espada, la lanza y la jabalina pero yo voy en nombre de Jehová de los ejércitos a quien tú insultas. Dios te puso en mi mano. Voy a cortar tu cabeza y voy a hacer que seas pan de bestias y aves.
Tenía convicción porque sabía que Dios estaba con él y David sabía: Dios no iba a dejar que muera con Goliat. Goliat se acercó y él comenzó a girar la piedra. “Acércate, mucho mejor para mí” y le tiró. ¿Verdad que sí? Claro, mucho mejor. Hirió la frente y cómo no va a caer, ¿verdad? Había ocurrido mucho ello. Hasta ahora ocurre eso.
A veces hay gente que nos critica, hay gente que nos insulta con mentira. Todo es mentira. Todos los miembros bien saben. Ellos dicen que yo hice malversación de fondos. ¿Por qué? ¿Para qué voy a malversar fondos? ¿Qué me falta? Ah, yo fui muchas veces a la cárcel. ¿Por qué? Para hacer estudio bíblico. Sí, le puse a los prisioneros…
Estudiamos la Biblia, sí, hicimos muchos estudios bíblicos. Ese Dios, aunque decimos creer en Dios, sí, si ustedes hacen todo por si Dios esté cansado… Pero cuando nos apoyamos en Dios, cuando esperamos la ayuda de Dios, Dios eso es lo que desea. Al comienzo, después de obtener el perdón del pecado, cuando nosotros oramos en nombre de Dios, al momento el Señor nos ayuda.
Señores, si no creemos en ese Dios, de nuevo lo hacemos con nuestra manera, de nuevo no podemos menos que vivir así. David tendría que ser rey pero Goliat aparece de nuevo en segunda ocasión y en varias ocasiones así. Por más que sea rey y venga el enemigo, con toda convicción obtendrá la victoria y eso podemos llegar a ver.
Viviendo en esta vida hay dolor, sufrimiento, hambre, pobreza. Más que resolver eso con la manera del hombre, cuando se apoya en Dios, el Señor lo oirá y la fe en ustedes crecerá. “Ah, Dios oye la oración de un ser como yo. Oré y nos dio arroz. Sí, hace dos días que se nos acabó el arroz pero, ah, qué agradecidos nos sentimos”.
Va surgiendo el agradecimiento en su corazón, sobreabunda el agradecimiento en su corazón. Mi esposa después de casarse conmigo, ella experimentó mucho ello. Al comienzo no era así pero hemos visto en gran manera cómo el Señor nos ayuda. Ahora también Dios
desea ayudar a ustedes y cuando tienen dificultad desea que ustedes clamen a Dios. Dios desea darles la gracia a ustedes.
Ustedes cuando experimentan una ocasión, dos ocasiones, al comienzo no pueden pero es interesante. De nuevo: “Ah, el Señor nos va a ayudar, el Señor me guardará”. Es maravilloso y podemos experimentar eso; estamos agradecidos. Amados, viviendo la vida, mientras que vivimos la vida con Dios, verdaderamente Dios trabaja en gran manera en nosotros, por lo cual, señores, si no hay ninguna manera, tienen alguna enfermedad y es incurable y no pueden curarse…
¿Qué haremos? Tenemos la única manera: es la de apoyarnos en Dios. Apoyándose en Dios, si ustedes van hacia Él, hacia el frente, les ayuda en una ocasión, dos ocasiones, tres ocasiones y la fe crece en ustedes. “Ah, no hay necesidad de que me preocupe: el Señor ahora me va a escuchar si oro”.
Si ustedes oran, el Señor les va a ayudar y de tal manera se acercarán a Dios y la fe de creer en el Señor crecerá. Nosotros cuando vivimos en Cristo tenemos dificultades, angustias. Las veces que ocurre ello, si nosotros nos apoyamos en Dios, especialmente los coreanos, sí, son bien… a veces…
“Yo te voy a ayudar. Pídeme, pídeme, yo te voy a ayudar, te daré como herencia las naciones. Sí, pídeme a mí”, así lo hacen. Señores, están felices porque el marido les trae el sueldo. No, no estén así sino que si tienen dinero, ayuden a personas pobres con ese dinero, ofrenden en la iglesia, también ayuden a gente pobre y cuando se les acaba el dinero, apóyense en Dios, oren en Dios.
Para hacer eso, si el hombre cree, es bueno que discutan con el marido y hablen para hacer ello. Si en dos o tres ocasiones lo hacen, ah, sentirán que Dios está vivo en ustedes. Sea cual fuera el problema, ustedes estarán en paz. “El Señor que me ha ayudado, ah, el Señor me ayudará con gozo en medio de la paz”; estarán felices.
Señores, Dios desea que nosotros vayamos a creer en Dios. No importa, bueno, que resuelvan con la manera del hombre pero cuando resuelven esto mediante Dios, digamos que uno pasa hambre porque se le acaba el alimento durante tres días. No hay nadie que le ayude. A ver, con todo el corazón oren a Dios: “Señor, yo quiero apoyarme únicamente en Dios, no quiero esperar de otros”.
Verdaderamente si ustedes oran, el Señor les ayuda. Ocurre en dos, en tres ocasiones. Sí, no importa que crean. Yo después de obtener el perdón del pecado, durante años nunca pedí dinero a otros por la dificultad. Las veces que ocurría ello, el Señor nos ayudaba. “Si no me ayuda, no uso. ¿Qué tanto?” Había momento en el que realmente necesitaba dinero. Yo de nuevo oraba. El Señor abría el camino, me daba su gracia. Yo experimentaba aquello. Esto es ser cristiano. Dios es nuestro Dios. No es que estarán así en paz, en la comodidad. Realmente en la dificultad cuando dejan todos los otros caminos y oran en el Señor, se levantará la fe. “Dios está conmigo, me da la bendición, me da su gracia”.
Con ese corazón vivirá una vida pero tan gozosa, tan bendita, por lo cual Dios… ¿Por qué David está como pastor? ¿Cómo hace para que se encuentre con Goliat? Para hacerlo rey, eso lo experimenta en muchas ocasiones y se apoya en Dios. Qué bueno será para que sea rey. Por más que sea rey, sentirá una inestabilidad. Ay, el general tiene tanta fuerza.
Tendrá miedo pero cuando tiene la fe de creer en el Señor Jesús… El Señor siempre está con nosotros. Hay mucha gente que se pone en contra de mí. Cuando hacemos un bien, hay siempre gente que se pone en contra, que se opone, hay gente que me insulta en mis espaldas pero no me importa porque Dios se goza.
Verdaderamente anunciando este evangelio del perdón del pecado, el pecado es lavado y quedamos como una blanca nieve. Los hermanos felices vuelven a la casa y estoy feliz de
ver ello. No hay nadie que deje de cometer pecado pero por la gracia de Jesús obtiene el perdón del pecado, con gozo se regresa; estoy muy feliz.
Ustedes también con la fe de creer en el Señor, con un corazón contento espero que puedan vivir. Porque tienen dinero: “Sí, a ver, voy a hacer esto con fe. Este dinero quisiera usar para otra cosa, quisiera ayudar a los pobres, a los que tengan dificultad porque hubo veces, hubo ocasiones que yo también tenía dificultad. A los abuelos que padecen dificultad les voy a ayudar un poquito a ellos”.
Si tienen ese corazón, ustedes podrán sentir más gracia en la vida de ustedes, podrán ver que cuando ayudan a otros o cuando nunca han ayudado a otros, siempre están en las mismas, siempre es igual porque Dios les guarda. Cuando verdaderamente experimentan ello, ustedes realmente viven por el prójimo, viven por Dios, reciben la bendición y esa vida de gracia llegan a hallar.
Dios ha hecho que se encuentre con el general Goliat. Qué agradecidos nos sentimos. En esta ocasión el presidente de Corea ha invitado a muchos presidentes del exterior. Varios presidentes me han llamado, que después de encontrarse con el presidente de Corea, él quería encontrarse conmigo. “Venga”. Yo los extrañé. Ayer también sus secretarios, mucha gente vino para discutir el tema. Desde mañana nos encontraremos con ellos.
Viéndome, había presidentes que me pedían ir allá o algunos me pedían para venir aquí. No sé cuántos vendrán. Vendrán varias personas, se han comprometido; estamos agradecidos ante el Señor. Hemos puesto el pasacalles para recibirlos, para preparar. Ayer los hermanos hicieron una remodelación del segundo piso.
—¿Qué pasa? –le dije.
—Es para allí, ese lugar donde el presidente comerá, entonces estamos haciendo una remodelación.
Ya ayer a la noche estaba terminando. No se sabía muy bien. Los hermanos estaban preparando las cosas porque venía el presidente; me sentía agradecido. Viendo ello: “Cuando vean al presidente, denle la bienvenida, salúdenlo”. Vendrán muchos presidentes, así suponemos. Muchos secretarios vinieron ayer y los asesores también vinieron. Todo el día discutimos sobre ello. Sí, los presidentes desean oír la Palabra, es lo que más desean; estamos muy agradecidos.
Yo también predicándole al presidente… A menudo sería bueno que tengamos comunión; me siento agradecido ante Dios. Vamos a orar. Dios, Padre amado, santo, le agradecemos. Jesús ha venido, ha muerto por nuestros pecados, por nosotros ha dado la vida, nos ha ayudado en todo pero por no poder creer en el Señor, a veces nos apoyamos solamente en nuestra fuerza.
Jesús que no podemos ver, nos va guiando. Queremos vivir la vida que nos queda mediante el Señor. Cuando tenemos dificultad, que no sea simplemente dificultad. Eso es una experiencia para que podamos apoyarnos en el Señor y usted nos da la fe en ese momento.
Señor, ayúdanos para que vivamos una vida resplandeciente, gloriosa. Hay mucha gente prestigiosa que viene a Corea. Bendiga a ellos mientras que estén aquí. Queremos que hallen la gracia, la bendición. Muchas gracias. Oramos en nombre del Señor Jesús. Amén. Muchas gracias, señores.