Las personas que se han encontrado con Jesucristo | San Juan 1:35-51

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PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK

07 de Julio de 2024

“Las personas que se han encontrado con Jesucristo”

Prédica dominical del pastor Ock Soo Park

“Las personas que se han encontrado con Jesucristo”

¿Cómo están? Vamos a leer la palabra de San Juan, capítulo 1:35. Vamos a leer.

35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.

36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.

37 Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús.

38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?

39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.

40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.

41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).

42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).

43 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.

44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.

45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.

47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.

48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.

49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.

50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.

51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben…

Hasta aquí hemos leído. Dentro del mundo de nuestro corazón somos los mismos. A veces cuando nos pasa algo injusto sufrimos, nos da rabia. Cuando hay algo gozoso es el mismo pero mientras que va pensando en ello está feliz, contento. Mientras que vivimos la vida no siempre tenemos paz, felicidad. Hay dificultad, hay problema, eso es cierto pero nosotros, nuestro corazón, dependiendo con qué se encuentra…

¿Por qué han venido a la iglesia? Ustedes pueden estar en su casa, sentados. Han venido para tener servicio. Estando en la casa, claro, ustedes pueden tenerlo, el servicio online, claro, lo pueden pero reunidos, alabando al Señor, tenemos servicio. Como ello, en nuestro corazón hay muchos mundos.

En nuestro corazón tenemos muchos pensamientos y dependiendo en dónde permanecemos, podemos permanecer en Jesús, podemos estar en el lado contrario de Jesús o si no, podemos estar en medio de la angustia, en medio de la tristeza, por lo cual mientras que vivimos la vida, lo que es el corazón, como ustedes saben, no podemos ver todo pero paso a paso la tristeza de nuestro corazón aprendemos la manera de cómo eliminar ello.

También nosotros, cuando levantamos más el gozo, ponemos delante de todo el gozo, podemos vivir felices nosotros… Cuando va al colegio, el niño no puede ver el rostro de la madre pero cuando viene a la casa puede ver fácilmente a la mamá; es igual. Cuando vamos al campo, la gente que cultiva… Podemos ir al campo y ver al padre pero cuando estamos en casa podemos ver el rostro de mamá.

De esta manera el hombre está hecho. Nosotros dependiendo a lo que vemos ante los ojos es distinto. Por más que nos encontramos con el mismo Jesús ¿qué lado de Jesús, qué palabra hemos oído? Dependiendo a ello todo difiere. Hay varias cosas. Tenemos pensamientos complicados y si pensamos en la infelicidad, la tristeza se enseñorea. Nos preocupamos, nos angustiamos.

Contrariamente, cuando Jesús está vivo en nosotros y tenemos la fe de que resuelve todo: “Ah, Jesús me ayuda, no habría problema entonces”. Mediante aquella manera nosotros vamos adelante. Verdaderamente la vida del hombre es solamente una. Hacia qué lado vemos, la palabra de quién vamos oyendo y las cosas de quién aceptamos. Pueden aceptar el gozo, pueden aceptar la oscuridad, pueden aceptar a Jesucristo.

Entre una de las cosas que hay en la Biblia ¿qué hay? En San Juan 1, en el 35: “El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios”. Aquí Juan, mientras que va andando, había visto a Jesús pero ¿qué había visto? Veía que Jesús estaba andando, no estaba sentado.

Jesús ¿por qué estaba andando? Porque no puede encontrarse solamente con una persona, se encuentra con esta, aquella persona, ¿entienden? Se encuentra con pastor Ock Soo Park, con el anciano, con ustedes. Jesús va en busca de nosotros y el corazón de Jesús y nuestro corazón se encuentran.

Cuando oímos la Palabra, Jesús, encontrándonos con Él, el mundo del corazón de Jesús, cuando llegamos a creerlo, el mismo corazón que Jesús tiene llegamos a tener, ¿entienden? De nuevo leemos la Biblia, meditamos, pensamos, entonces eso se va ampliando más en nuestro corazón, va ampliándose más la capacidad en donde Jesús puede trabajar. “Ah, voy a ver película, ¿qué tanto?” Entonces hacia otro lado puede ir nuestro corazón.

De esa manera, cada domingo sin venir a la iglesia, estando en la casa, mediante la televisión, mediante el internet, podemos oír el sermón pero viniendo aquí directamente podemos ver al pastor Ock Soo Park, a los hermanos; podemos cantar, podemos orar, podemos oír la Palabra. De esa manera nuestro corazón puede acercarse más a Jesús pero la gente piensa…

No es que puede pensar porque quiere pensar pero a veces uno le llega el pensamiento. Dentro del corazón de ustedes, Jesús, cuando está vivo en el corazón de ustedes y cuanto más eso se alarga, puede recibir más influencia de Jesús pero la tristeza, la angustia, el dolor… Si ustedes hasta la muerte piensan en ello, están en medio del sufrimiento. “Ay, qué maldito. Me muero”.

De esa manera puede que el corazón de ustedes cambie, de esa manera cuando van leyendo la Biblia ¿qué es lo que ustedes aprenden? De por sí venciendo el pecado, la tentación, la maldad, no tenemos la capacidad para ello. Mientras que uno va tratando: “Ah, yo no debo hacer ello” y así.

Hay veces que uno realmente puede recibir la tentación y puede ir a la mentira pero cuando uno se encuentra con Jesús y cuando lee la Biblia o mediante el servicio cuando oye sobre Jesús, cuando ese Jesús está dentro de nuestro corazón recibimos la guía de Jesús en ese momento. En la casa de ustedes realmente digamos que tienen un gran pedazo de oro y por un lado tienen serpientes malas, bichos, insectos, enfermedad.

El corazón de ustedes es bien diferente dependiendo a qué lado ustedes se inclinan. La serpiente está encerrada. Si no abren la puerta, no podrán ver pero si entran, deben vivir dentro de la serpiente; qué sufrimiento, ¿verdad? Es lo mismo en el mundo de nuestro corazón. Ustedes mientras que viven la vida deben comer, deben subirse al carro, deben ganar dinero, también deben criar a los niños y también deben tener hijos.

Mientras que ustedes van experimentando varias etapas, digamos que si el corazón de ustedes vive en medio de la angustia y desesperación, continuamente se acordarán de la

desesperación y tristeza. “Ay, esta vida maldita”; así se van a dirigir pero si ustedes viven en medio de la oscuridad, Jesús está en medio de nosotros. Cuando ustedes experimentan a Jesús, experimentan a Jesús que les ha ayudado.

“Ah, si está este Jesús conmigo, por más pobre, por más que no tenga dinero, podré vivir en medio del resplandor, en medio de la bendición de Jesús. Jesús tiene más sabiduría, tiene realmente la sabiduría para resolver el problema, puede resolver mi problema, puede dejarme en medio de la felicidad, en medio de la infelicidad. Está el ser.

En la misma situación, cuando estamos con Jesús, durante un tiempo más largo si oímos el sermón, si volvemos a oír después de desayunar, después de comer, si aquel pensamiento me domina, podremos tener una vida afirmativa, positiva y de esa manera podremos tener la fe de creer en Jesús.

Vamos a estar más afianzados y si tenemos la fe de que el Señor Jesús me curará de una enfermedad, el poder de Jesús vendrá en mí y me curará pero de la misma manera, por más que Jesús está a mi lado: “Ah, ¿será que Jesús me va a curar? No, yo no voy a poder; no, no podré”.

Entonces no se podrá y punto, por lo cual, para ordenar el corazón de ustedes: ustedes si leen la Biblia, si oran, Dios lo que ha preparado por nosotros, cuando vamos pensando en ello es grandioso, maravilloso pero en medio de ello, ya que la gente no sabe, criticando a otros, estando en contra de otros, hay mucha gente que hace eso.

Aquellas personas, sin saber, son arrastradas; viniendo a la iglesia tienen culto y esos hermanos que tenían culto y estaban felices con nosotros, un día se apartan y oyen lo que otros dicen, nos critican, hablan mal de nosotros y dicen cosas que no tienen sentido. En nuestra iglesia… Es una iglesia tan buena.

Aquí uno puede oír la Palabra, puede crecer la fe, puede recibir el cambio aquí y puede hallar la gracia de Dios; la iglesia le enseña esto mediante la Biblia, ¿entienden? Cuando esta Palabra está en el corazón de ustedes, por más que venga la desesperación, realmente el corazón no se divide hacia dos lados.

No vemos la desesperación, viene la tristeza; no vemos la tristeza por más que viene el sufrimiento; no viene el sufrimiento… El Señor trabaja por mí, estoy agradecido. “Señor, muchas gracias. Señor, usted, ¿qué hará por mí? Señor, tenemos dificultad; ayúdenos, Señor, queremos tener un corazón resplandeciente, queremos vivir en medio de la felicidad”. Si tienen ese corazón, así uno llega a vivir.

Hay gente que se aparta de la iglesia. Cuando vamos oyéndolo, dicen cosas tan absurdas, ellos mezclan mentiras y dicen: “Esto asá y asá de la iglesia”. ¿Por qué? ¿Eso es hacerlo bien? ¿Es algo por lo que el Señor se goza? Sin saber, sin darse cuenta se cautivan en ello. Cuando oímos eso, hay muchos que se apartan.

El espíritu maligno va trabajando en ustedes por más que tengan la vida de fe. Ustedes tienen un corazón torcido. Yo cuando estaba en Daejeon, yo recibí durante tres años un juicio en donde la gente me decía que yo estafé. Yo le pregunté al fiscal:

—Señor fiscal, ¿usted cree que yo estafé?

—Yo creo con toda convicción que usted estafó.

—Si no lo he hecho, ¿qué hará usted?

—Yo me arrodillaré y le pediré perdón.

Empezó el juicio. Después, en medio del juicio ellos tanto quisieron realmente sacar… ellos quisieron realmente criticarme por las faltas. Una vez, discúlpenme, una persona llevó mi sello, hizo una cuenta corriente con mi sello. ¿Es posible? Un día dijeron que yo robé el

dinero que estaba en la cuenta corriente, hablaron de esa manera. Realmente no sabía qué hacer yo pero el hermano Moon Yun Jun estaba como mi secretario.

Ese día que dijeron que yo saqué el dinero de la cuenta, desde la mañana tenía campaña en la iglesia de Hambak; eso estaba registrado. Si yo no tenía ese registro, realmente iba a caer en dificultad. Gracias a ese registro, como también estaba en la iglesia de Hambak, ¿en qué momento yo iría al banco de Cheongdam para sacar el dinero?

Yo no sabía ni el número de la cuenta corriente, entonces me dieron inocencia. Entre las personas, cuando caen en medio de la maldad: un hermano precioso ahora quiere hablar mal de mí y para nada es difícil porque cuando uno se contacta con el diablo, sea quien fuera, lo hace; si se contacta con Jesús, no logra hacer ello. Van inventando como si fuera una realidad. Yo obtuve la inocencia y le dije al fiscal:

—¿Realmente usted cree que yo estafé?

—Yo lo creo.

—¿Qué pasa si no lo habré hecho?

—Yo me voy a arrodillar y le voy a pedir perdón.

Pero en fin, todas estas cosas… ¿Cómo puede ocurrir esto dentro de la iglesia? Anuncio el Evangelio y la gente se goza, son hermanos, mediante la sangre de Jesús obtuvieron el perdón del pecado, estuvieron felices pero la sabiduría de Satanás… No es difícil para Satanás cambiarlos de parecer a ustedes. Ustedes pueden ir hacia el lado malo; no solamente eso es malo.

Contrariamente, cuanto fuese un hombre malo puede dirigirse a un camino bueno. En esta mañana ustedes han venido para tener culto aquí, no han venido así por venir, el Señor les ha traído y el Señor ha hecho que yo pueda predicar esta Palabra. Cuando entra

en ustedes y cuando ustedes llegan a creer en la Palabra, llegan a ser personas que tienen la Palabra. Me duele mucho el corazón. Personas que se apartaron de la iglesia dijeron que yo estafé, algunos dijeron que yo estafé. Aquella iglesia, 50 hermanos se fueron, se apartaron de la iglesia; me dolió mucho mi corazón. A un alma yo le llamé y le dije: “Pastor, tengo escalofrío por usted. Yo iré a la iglesia pública”…; me dolió el corazón. Personas llamadas ministros criticaban la iglesia.

Entre los 12 discípulos, cuando Pedro cayó en prueba, fue lo mismo. Así ustedes no podrán decir que no caen en medio del pecado, ustedes no pueden decir que no caen en la maldad, en medio de la tentación pero cuando se ponen a pensar realmente: “Es la voz de Jesús, es la voz de Satanás”; llegan a entender.

Nuestra Misión realmente es una misión muy buena, es reconocida a nivel del mundo entero pero solo en Corea nos dicen que somos secta, en Corea nadie se ha encontrado con nosotros pero ellos hablan de esa manera. Varios hermanos fueron en esa denominación. “No vamos a oír palabra de secta”, dijeron pero solo en Corea nos dicen que somos secta.

A nivel del mundo entero, aparte de Corea, me quieren, quieren oír mi sermón. Hace poco, en Houston de Estados Unidos, 1 600 personas, 1 300 personas se han acercado, durante tres días oyeron mi sermón y se conmovieron. Cuando sea el campamento de verano muchos vendrán para oír el sermón, del exterior. La gente…

Ya que el hombre ha sido hecho de esta manera, por más santo que es, si el corazón no es recto, podemos ser guiados mediante la voz que está desviada. Viniendo a la iglesia, cuando uno obtiene el perdón del pecado, se goza. Hay gente que llora, testificando. Un día está hacia el lado en el que critica a la iglesia.

Mirando ello: “El diablo es el diablo. ¿Cómo es que ese hermano ha cambiado de esa manera? Con toda convicción ese hermano decía que nuestra iglesia era mala”. Somos seres humanos, verdaderamente amamos, realmente somos personas que vivimos por el Evangelio. Yo no puedo creer que suceda ello pero cuanto fuese el diablo, de tan sabio que es, les puede cambiar a ustedes, puede hacer que ustedes se pongan en contra de la iglesia, se pongan en contra de Jesús. Entre los discípulos de Jesús tanta gente había dejado a Jesús.

Después de encontrarse con Jesús, había gente que había dejado a Jesús, por lo cual, verdaderamente, si nosotros no nos preocupamos por nuestro pensamiento, nos conectamos con Satanás, nuestro pensamiento es dirigido por Satanás y sea quien fuera recibe la guía de Satanás.

En medio del pecado hay gente que se pone en contra de la iglesia, no puede menos que dirigirse de esa manera y es una realidad en la que nos hace sentir tanta pena. Leyendo la Biblia con el corazón que Dios nos da a nosotros, deberíamos vivir la vida de fe.

Pero cuando nos inclinamos a pensar la Palabra de Jesús y la palabra de Satanás, es distinto y nos hace sentir como que la iglesia es algo negativo. Ahora también, buenos hermanos que trabajaban con nosotros de repente han dicho que yo estafé, ellos públicamente dicen que yo estafé, los hermanos habían oído eso y 50 hermanos se apartaron de la iglesia; no era realidad pero ellos dijeron ello.

Discúlpenme, nunca, nunca hice eso y jamás eso… Realmente me habían acusado legalmente pero sin confirmar. Ah, se ha corrompido la iglesia y se apartan; cuanto fuese le puede ocurrir lo mismo a ustedes. Cuando leemos la Biblia, gente que seguía a Jesús… Jesús fue crucificado y siguiendo… Ah, ¿qué habrá dicho? “No se puede realmente con Jesús, tampoco no se puede hacer nada. ¿Cómo voy a confiar a ese Jesús?”

Cuanto fuese lo habrán podido decir pero, señores, nosotros abriendo la Biblia, oyendo la Palabra de Dios, cuando seguimos al Señor uno, dos días, tres días, un mes, dos años, tres años, cuando va pasando el tiempo, la Biblia se establece en nuestro corazón y aquellas personas cuando se ponen en contra de la iglesia, realmente no es fácil que ellos se inclinen a la carne. Sea en la posición que se encuentren, los hermanos se acercan y obtienen el perdón del pecado. Hay tantos hermanos entre ellos, aquellas personas… Yo decía que era muy bueno pero hay gente que nos critica. Realmente, si empezamos a pelearnos, eso durará un año, entonces desde un comienzo ni podemos hablar porque no podremos ni platicar con ellos. ¿Qué es lo que intento decir a ustedes?

Sea quien fuera entre ustedes, sin excepción, Satanás tiene totalmente el derecho de hablarles a ustedes. Hay veces que les viene a ustedes la voz de Satanás y ya no quieren encontrarse con la gente de la iglesia, no son ni amables en la iglesia y empiezan a quejarse, así los convierte y el alma de ustedes los lleva hacia el lado en el que ustedes se corrompen.

Entre los ministros, en medio de la dificultad predican la Palabra. Verdaderamente vienen los seminaristas, ellos no pagan, verdaderamente yo les enseño la Biblia y realmente era tan bueno, estábamos felices pero el corazón del hombre no es constante, en ese corazón no siempre tiene felicidad, es casi imposible que siempre viva con esa felicidad.

Pero ustedes a pesar de que hayan hallado una gran gracia, Satanás puede darles la incomodidad, puede darles el odio a ustedes, así los puede convertir, ¿entienden? De esa manera: “Ah, este es el pensamiento que Satanás me da, no es la voluntad del Señor”. Ah, ustedes, toda la vida pueden vivir en contra de la iglesia.

La iglesia Misión Buenas Nuevas. Hay muchos que dicen que es muy buena, especialmente en Corea, la iglesia pública. Sin saber cómo es la Misión Buenas Nuevas, dicen que es secta, sin averiguarlo ellos lo dicen. Hoy en día una persona dijo: “En la iglesia

de Corea hay muchos que dicen que nos imitan el sermón”. Hay muchos que dicen ello, yo he oído. ¿Qué es lo importante?

El ser llamado El yo… Por más que estamos en el mismo lugar no tenemos el mismo corazón. No siempre tenemos la gracia. Pueden enfermarse, puede que las cosas no les salgan bien o a veces puede que pierdan el tren, puede que el matrimonio se pelee; a pesar de que se aman, a pesar de que se quieren, se pueden pelear pero ¿ustedes son enemigos y nunca se verán? No, no es eso, ¿verdad que sí? Profundamente si ustedes no se ponen a pensar, Satanás les puede tentar y estando en medio de la iglesia les da otro pensamiento para que se aparten de la iglesia. No se apartan simplemente, ustedes quieren cómo justificar cómo se aparten; para justificarlo, tienen que decir que pastor Ock Soo Park está equivocado.

Dicen cosas absurdas fulano, fulano, fulano. Yo no puedo mencionar el nombre de las personas aquí pero Satanás es de esa manera muy sabia. La gracia infinita, la bendición infinita del Señor a pesar de que ustedes la hallan, no siempre están en medio de la felicidad, no siempre sirven al Señor. “Ah, ya estoy fastidiado, Jesús, uy. Ay, no voy a ir a la iglesia, estoy cansado”.

Puede que le ocurra ello. “Ay, yo, por más que ofrendo, parece que no me va ni bien”. Miles de pensamientos les pueden llegar a ustedes, ¿entienden? Pero ustedes… Exactamente ¿qué es lo que yo intento decir a ustedes?

Puede que le ocurra eso al pastor Ock Soo Park, puede que así sea pastor Ock Soo Park pero la Biblia no es así; puede que pastor Ock Soo Park sea así pero la Biblia, la Palabra, no es así. ¿Amén? En ese momento no digan: “Alguien me dijo, alguien me dijo así”. No, abran la Biblia, la Biblia dice así.

A ver, ustedes comprueben, si ustedes se dirigen a la misma dirección que la Biblia. Si estoy yendo en contra de la Biblia, rápidamente van a poder discernir eso, ¿entienden? Yo, predicando el Evangelio, ha habido mucha gente que ha recibido la salvación. Una vez había una hermana, señorita joven. Se acercó junto a mí y me dijo:

—Pastor, vivo en Boeun. En nuestra iglesia nuestro padre es anciano, mi madre es diaconisa y mi hermano es líder de los jóvenes. Pastor, durante una semana ¿podría realizar una campaña?

—Ay, ¿has pedido permiso?

—Sí. Yo fui. En ese momento recién terminé el servicio militar, no tenía ni ropa, me fui con una ropa así medio ajada y me fui con un hermano a quien yo había predicado; recibió la salvación. Él tenía un año menos, él se había casado hace poco y se puso traje. Estábamos en el campo de Apgokdong. Obviamente yo fui así con la ropa ajada y vinieron los hermanos.

Claro, Boeun es campo, es ciudad en comparación a Apgokdong. Los jóvenes de ese lugar vinieron pero muy bien vestidos, trajeados. Yo llegué al dormitorio y el hermano que fue conmigo me dijo:

—Vamos a cambiarnos.

—¿Por qué?

—Usted es expositor. ¿Cómo usted se va a poner esa ropa?

—Por favor, la ropa no es la que predica, no importa.

—No sea terco. Vamos a cambiarnos –me dijo.

Nos cambiamos. Ese hermano era más pequeño y como que bailaba la ropa en él. Yo me puse su ropa y no me podía ni abrochar. Así tuvimos la campaña. En realidad no puedo

olvidar algo. Ese día en esa iglesia, durante una semana muchas personas obtuvieron el perdón del pecado; era muy, muy bueno, verdaderamente era muy bueno, no puedo olvidar.

Desde aquel momento, las veces que tenía oportunidad, yo cuando iba a Daejeon, iba a Boeun, juntaba a los hermanos y predicaba la Palabra. Pasaron como seis meses y en mi corazón surgió un problema. “Estas personas claramente obtuvieron el perdón del pecado, son personas salvas. ¿Qué está pasando? Porque ellos eran bastante buenos”. Pensaba en esto, aquello y dije: “El pastor expositor de ese lugar no recibió el perdón del pecado, entonces insistía en la obra”.

Yo obtuve el perdón del pecado y yo hablaba sobre la fe, entonces yo, anunciando el Evangelio, yo quería ser ministro, quería hacer que muchos se despojen del pecado, yo me determiné para hacer eso. “Es importante que yo predique el Evangelio pero miembros salvos, para que puedan vivir con fe, es bien importante que yo me dedique a la formación de ellos”.

Entonces mi hija Eun Sook nació y cuando ella cumplió un año, nos fuimos de Gimcheon a Daegu. En el 2006, por primera vez, cuando llegamos a Daegu, había como cincuenta y tantos hermanos. Yo dije que haría un seminario. Los hermanos se asustaron.

—¿Que es seminario?

—Ahora necesitamos misioneros que lleven este Evangelio; queremos entrenarlos.

—¿Dónde lo hará?

—En el salón de culto.

—¿Qué comerán?

—Comida.

—Usted pasa hambre. ¿Qué comerá? ¿Dónde hay comida?

—No se preocupe.

Empezó el seminario. Cuando empezó el seminario, de esa manera pasó un año, dos años. Entre los seminaristas no solo van al exterior porque termina el seminario, algunos se quedan a aprender más y así. En casi la mayoría de los países del mundo entero enviamos misioneros, también cuando voy a ese país para realizar la campaña es muy, muy bueno ese país.

Especialmente la vez pasada, cuando fui a Sudamérica; era muy, muy bueno. Aparte de ello, a veces voy a algunos países. A veces en algunos países se reúnen como miles, durante días yo predico la Palabra, todos reciben la salvación y así va cambiando el corazón de la gente del mundo. Pero qué pena, cantamos el himno:

“No obtuvimos la redención como el oro y la plata que desaparece. Mediante el Cordero de Dios, por su sangre preciosa obtuvimos la redención”, así cantan pero cuando oran: “Señor, perdone a este pecador”. Esto es la realidad de la vida de fe en las iglesias de Corea. Cuando nacen en este mundo y creen en Jesús, se convierten en ancianos, los ancianos predican mucho y la gente dice: “Ay, nuestro anciano ofrendó”.

Cuando mueren por no poder obtener el perdón del pecado, tienen pecado. “¿Qué hago por el pecado que tengo?” Muchos mueren pataleando. Cuando nosotros predicamos el Evangelio con la sangre de Jesús, con toda convicción, cuando obtenemos el perdón del pecado, nuestro corazón se despoja del pecado, ¿entienden?

Entonces todas las personas, por cuanto todos han pecado y no pueden llegar a la gloria de Dios, mediante la redención que es en Cristo Jesús, gratuitamente ha sido justo, entonces Dios no es que no haya cometido pecado, no es que no haya cometido la maldad. Yo cometí el pecado pero por la redención en Cristo Jesús, el Señor Jesús, ya que me salvó sin ninguna paga, el Señor nos dice justos. Somos justos, justificados.

Si vamos hasta allí, vayamos a morir por joven o por viejo, por lo que sea, vamos al cielo porque si allí está nuestro corazón… Pero a pesar de que obtiene el perdón del pecado: “Ah, parece que este pecado no fue lavado. Ah, parece que sí; esto no, esto sí”; piensan de esa manera.

Dentro de la iglesia, cuando uno lleva la vida de fe, paso a paso cuando uno aprende la Palabra y cuando con toda convicción se despoja del pecado por la sangre del Señor Jesús: “Yo soy justo”. Si tienen esa fe, en la vida de ustedes Jesús, estando vivo, con poder trabaja. Ahora yo también voy a anunciar este Evangelio.

Yo, cuando estaba en el seminario, ocurrió un problema. Todos predicaban y la gente obtenía el perdón del pecado. Por más que yo predicaba, la gente no obtenía el perdón del pecado. En ese momento había un joven que venía a la iglesia, era muy bueno. Desde la mañana yo le prediqué el Evangelio pero no recibía la salvación, luego le envié a la casa y luego era domingo.

En la hora del culto el hermano salió porque quería testificar. Yo como que, ah, estaba como que ansioso. “Parece que él escuchó la Palabra y mientras que iba entendió, recibió el perdón del pecado”. Él testificó y dijo:

“El hermano pastor Ock Soo Park cuando hablaba, no entendía, me dolía la cabeza y mientras que yo me iba a mi casa, ah, no estaba tranquilo, volví y mediante otro hermano en 10 minutos recibí el perdón del pecado”. Ay, tanto le odié. ¿Cómo es que puede pisotear el corazón de una persona hasta el colmo? Sí, también me ocurrió algo así.

Pasó el tiempo. Había dificultades, había buenas cosas, había momentos en que pasaba hambre, a veces comía; a veces pasaba por la dificultad, a veces había momentos que se me acababa el dinero y mientras que vivía así la vida: “Yo no robo; si no tengo, tengo que orar”. Yo oro y cuando yo oro verdaderamente Dios, yo podía sentir cómo me ayudaba, yo podía sentir cómo Él oía mi oración, fuertemente podía sentir eso.

Ahora no me apoyo en el hombre sino que me determiné en vivir en la fe de Dios. Muchos me ayudan, también la iglesia me ayuda. Yo como muy bien, yo vivo satisfecho; eso es una realidad. Ahora dentro de ustedes ese Jesús y el corazón de ustedes está en ustedes y está el corazón de Jesús pero cuando entra algo distinto, ustedes se inclinan y ustedes aceptan eso que no es la Biblia.

Personas que a pesar de que recibieron la salvación… muchos por Satanás son engañados. Jesús también siempre dijo que estaría con nosotros hasta el fin del mundo. A pesar de que Jesús está presente, si no pensamos en Jesús y pensamos otra cosa, nos apartamos de Jesús pero de nuevo si pensamos en Jesús, podemos acordarnos y ahí está. Sí, no podemos siempre ser influenciados por Jesús, a veces nos apartamos.

Si no leemos, si no oramos, si estamos ocupados o si estamos internados en el hospital, en ese momento podemos apartarnos de Jesús. Si nos apartamos, ah, bueno, es así pero poco a poco nos apartamos más y más y así vivimos, así, por vivir y así uno muere pero algo claro es que Jesús, Hijo de Dios, está vivo.

Ustedes cuando leen la Biblia y cuando descubren el corazón de Jesús: “Ah, Jesús tuvo este corazón. Yo también voy a aceptar este corazón”, entonces tienen el mismo corazón que Jesús. Cuando se acercan a ello, el corazón de ustedes cuando se acerca a Jesús, por más que vivan la vida en la iglesia es maravilloso. “Ese hermano está en dificultad, no tiene dinero, está sufriendo mucho”.

Ese hermano:

—Tengo que tener comunión, no tengo dinero.

No puedo ayudarle con el dinero y le llamo.

—Hermano, yo también antes, cuando recibí la salvación, al comienzo no tenía, sí, dinero porque tenía que ir al retiro y tuve dificultad.

Cuando le explican eso: “Sí, sí, cierto, nunca es constante”. Hay veces que no tiene ni un centavo, ¿verdad?, no tienen ni dinero ni para hacer algo pequeño, hay veces que tienen mucho dinero; es lo mismo. Nuestro corazón lo mismo, cuando hay veces que estamos llenos con el corazón de Jesús…

Pero dentro del Señor, cuando viven la vida de fe, cuando ustedes oyen la Palabra, cuando nos acercamos al corazón de Jesús, en el corazón de ustedes, cuando entra al corazón, la Palabra de Jesús hace que sea bueno vivir con fe y así va cambiando. No todos viven con fe porque hayan recibido la salvación. En una o en dos ocasiones experimentó la fe, de nuevo lo experimentan. Verdaderamente, ah, Jesús oye nuestra oración, Jesús realmente está vivo en nosotros, Jesús es quien ha trabajado; exactamente ustedes lo pueden decir. Yo he experimentado mucho de ello. A veces… Yo casi no viví en medio de la carencia por la falta de dinero, a veces puede que ocurra ello pero el Señor sabe mi situación. A veces ¿qué tanto si paso hambre? Una ración, dos raciones.

“Si paso hambre una semana, puedo decir que ayuné. Ah, deja pasar hambre. Ah, bueno, una semana voy a decir que ayuné, me puede pasar; nunca pasé hambre durante una semana, siempre el Señor, estando conmigo, me va guiando y la Palabra renueva mi corazón, hace que viva en medio del resplandor, me da la fuerza, me da el gozo, la esperanza.

Estando en el escenario hay muchas cosas que quiero decir y a veces hablo sin orden pero los hermanos que han oído aquella Palabra, cuando cambian: “Ah, pastor, ya aprendí la fe, yo oré y me curé”. A veces estando en medio de una enfermedad, no hay camino, oran y cuando oran y vuelven a orar y van orando con empeño, Señor va oyendo mi oración: “Me curaré”; hay veces que llegan a sentir ello.

Con ese corazón a veces la gente se cura. Dentro de ustedes el espíritu maligno puede trabajar pero ya que el corazón de ustedes está abierto, Jesús tiene el poder para trabajar dentro de ustedes. La Palabra de Jesús, cuando entra en nosotros, cuando nuestro corazón es guiado por Jesús, de esa manera tendrá el mismo corazón que Jesús y vivirá en medio de la felicidad, en medio de la bendición.

Por más que sea el mismo pensamiento, si son guiados por Satanás, Satanás hace que nos apartemos de la iglesia, por eso a veces viniendo a la iglesia algunos obtienen el perdón del pecado, lloran de gozo pero claro, no sé si se han entristecido por la iglesia; se apartan de la iglesia, hablan mal de la iglesia, critican y se ponen en contra; sí, el hombre es así.

Por más que crean en Jesús obteniendo el perdón del pecado no es que siempre tienen gozo. Hay veces que hay dificultad, hay veces que tienen dificultad, hay veces que tienen sufrimiento pero las veces que ocurre ello, cuando nos apoyamos en Jesús esa dificultad sí, es de Jesús; yo también, sí, estoy en dificultad. Jesús cuando está en nosotros y nos lleva hacia un camino, es muy bueno.

He leído mucho la Biblia, leí, volví a leer y leí la Biblia. “Yo seré ministro del Evangelio”. Fui al seminario, recibí la formación y ahora voy trabajando como ministro del Evangelio. Especialmente los coreanos, todos dicen que son pecadores pero cuando leemos la Biblia: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

Aquí dice: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” pero a pesar de que han cometido pecado, en el 24: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Claramente ha cometido pecado, es pecador pero es justificado. ¿Por qué? Porque Jesús murió por nuestro pecado y nos ha perdonado. Algo importante ¿qué es?

En esta mañana ustedes, puede que no todos tengan el mismo corazón pero sea quien fuera, el Señor Jesús murió derramando la sangre por ustedes. ¿Amén? Entonces, si Jesús,

cuando murió derramando la sangre, todo el castigo del pecado que nos merecíamos Él lo padeció, el pecado de ustedes… Por más que no hagan nada, mediante Jesús ya fueron lavados. ¿Amén?

Cuando uno cree en eso, uno vive en medio del resplandor porque ha sido lavado su pecado, ¿entienden? Jesús, ustedes saben que murió por su pecado: “Pero yo cometí pecado, yo robé, yo mentí; no debo tener este pecado”. Entonces son presionados, oprimidos por ese pecado, son influenciados. Nosotros, es cierto que hemos cometido pecado pero ¿qué es lo que dice la Biblia?

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. El 24 vamos a leer todos: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Esto ¿qué quiere decir? A pesar de que han cometido pecado, Jesús murió por ustedes, Jesús les dice a ustedes: “Eres justo”, Dios.

¿Entienden? “Tú no tienes pecado; tú has robado, te acuerdas de ese pecado pero yo morí en la cruz y todo ese pecado se resolvió. Eres limpio, eres santo”, así está diciendo la Biblia. ¿Amén? Entonces nosotros no es que tenemos que tratar de hacer algo bueno sino que el Señor Jesús si me dice justo, si Dios me dice justo, somos justos “mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

Ahora nos perdonó y somos justificados gratuitamente pero los que creen ello son justos, dicen: “Yo soy justo” y obtienen la libertad en el corazón pero los que no creen ello… Nadie dejó de cometer… ahora nunca dejó de aborrecer a alguien, nunca nadie dejó de hacer la maldad o la mentira. Todos viven en medio de la mentira, dicen que son mentirosos. “Cierto, yo cometí pecado pero por la redención en Cristo Jesús, el Señor Jesús murió crucificado, perdonó mi pecado y yo fui redimido por el pecado”; entonces, por la gracia de Dios, gratuitamente yo he sido justificado. ¿Amén? Señores, ¿todos ustedes son justos? Sí.

Por favor no malinterpreten: no son justos porque no hayan cometido sino que ustedes han cometido pecado pero el Señor Jesús murió en la cruz derramando la sangre, ha recibido todo castigo y ustedes han sido lavados, por lo cual somos justos. ¿Amén? ¿Correcto? Por lo cual Dios, a todos ustedes que están vivos aquí, están sentados, a todos ustedes les dice que son justos.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Dios les dice: “Tú eres justo. Hermana, Dios te dice justa. Hermano, tú tienes pecado pero Dios te dice justo; no es que no cometiste pecado: ya ha sido lavado por Jesús. Eres santo”.

Son personas que creen en Jesús pero es un poco remoto. “Entonces ¿no importa que todos los días cometas pecado?”; así nos dicen. ¿Qué dicen que hago? Pero ¿quién? Ustedes tienen que decir: “¿Hay alguien que nunca comete pecado? ¿Hay alguien que no cometa pecado? Pero Dios nos justificó. “No me ha justificado porque no cometa pecado: por la sangre del Señor Jesús yo fui lavado y yo soy justo, no soy pecador”.

Creer de tal manera es creer verdaderamente en Jesús. En la Biblia ¿qué dice? Dice que somos justos. Si nos dice que somos justos, somos justos; delante del Señor nos sentimos muy agradecidos porque detalladamente nos lo escribe. Yendo a la iglesia presbiteriana 15, 16, 17 años tenía. Junto con los amigos no había ni que comer. Íbamos al huerto de las manzanas para comer manzana.

El árbol de la manzana nosotros mediante un tronco que tiene espina… Ellos ponen la cerca. Tenemos un cuchillo y con ese cuchillo cortamos nosotros la madera que tiene espina y cuando lo cortamos como si fuera que cortamos la punta de un lápiz hacemos un espacio para entrar y clavamos otra vez al entrar y al salir. Un día clavamos, vino el dueño.

No, no sabíamos ni dónde habíamos roto la cerca. Casi nos atrapan; así jugábamos con los amigos. Yo cuando me escapaba, el dueño del campo dijo: “¡Ese fulano, ¿no es hijo de mengano, eh?!” Ay, Dios. Mi padre, las veces que me veía, decía: “Ya no puedo seguir viviendo aquí por vergüenza”; siempre me decía eso, siempre me decía que se va a mudar aunque jamás se mudaba.

Yo era exhortado por mi padre; yo iba a la iglesia; porque iba a la iglesia era buenito. Cuando yo comía manzana los otros comían un mordisco y tiraban. Yo olía, traía; así una, dos. Cuando iba a los campos de melones con uno bastaba pero yo… Cuando uno pisa las ramas, fracasa el cultivo. Yo era muy buenito porque iba a la iglesia.

Trataba para no pisar la rama. Yo olía solamente dos frutos y los que tenían buen aroma yo traía; robaba pero como un buenito. Parece muy simpático lo que les digo; a todos nosotros nos ocurre eso pero qué increíble una cosa: la sangre del Señor Jesús nos ha hecho santos. Eso deben creerlo ustedes, eso es creer en Jesús.

Jesús sin decir nada… Por cuanto todos pecaron, ellos están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. “Ah, dicen que no tenemos pecado. Somos pecadores que hemos cometido pecado pero no podemos llevar la gloria a Dios porque todos pecaron” pero en el 24: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”, dice.

Ustedes, lo mismo. No hay nadie que no cometa pecado entre ustedes y cuando cometen pecado no hay nadie que no haya sido perdonado, a todos les perdonó pero con la fe si lo aceptamos, uno miente, uno roba, sí, pero cuando Jesús muere crucificado, en la cruz murió crucificado por mis pecados, mediante su sangre fui perdonado por entero y me dice que soy justo. ¡He cometido pecado, hemos cometido pecado! pero las personas que dicen que son justas son personas que creen en Jesús. Hay gente que dice: “No puedo decir que soy justo”. Son gente que confía en sí. Por más que hayan cometido pecado, Jesús murió en la

cruz y por su sangre si dicen que fueron lavados, creer ello es simple, muy fácil. ¿Es difícil? No, no es difícil.

El Señor Jesús murió en la cruz, claramente murió por nuestros pecados y perdonó nuestros pecados, ¿correcto? “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. 24: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Jesús murió por nosotros para perdonarnos nuestro pecado.

Siendo justificado gratuitamente por su gracia. ¿Qué quiere decir? Esto es para todas las personas, incumbe para todos: coreano, griego, judío. Jesús murió por el pecado de todos nosotros y Él se encargó de todo el pecado que nos merecíamos. Ahora en más no somos pecadores. En el himno dice: “No hemos obtenido la redención como la plata y el oro que desaparecen. Dios santo. Por su sangre obtuvimos la redención, redención, redención. El Señor Jesucristo, por su sangre fui redimido. Unidos vamos a cantar: por su sangre obtuvimos redención”. De esa manera hay himno y uno así menciona. Jesús murió en la cruz por nuestros pecados y fuimos perdonados. Algunos dicen que cuando son perdonados no tienen que acordarse del pecado. ¿Qué quiere decir? Si quitan la placa de la memoria, no se acordarán. “¿Cómo no se van a acordar de esos pecados? ¿Es posible?” Cuando uno comete pecado, cuando hacen lo malo ¿verdad que durante largo tiempo nos acordamos? Uno llora y pide perdón por el pecado, ¿verdad? No es que nosotros lloramos sino que por la sangre del Señor Jesús, nosotros en la Biblia dice que fuimos perdonados, por eso en la Biblia dice: “No fuimos redimidos mediante el oro y la plata que desaparecen. Por Dios santo, por su sangre, obtuvimos redención”. Esto es el himno. La sangre de Jesucristo ha perdonado el pecado de todos ustedes, por eso nosotros creyendo en la sangre de Jesús nos despojamos del pecado.

El Señor Jesús murió por nosotros en la cruz y por su muerte ahora hemos sido lavados y hemos quedado más blancos que la nieve, la Biblia dice eso. Escándalo si entra la emoción nuestra. Tenemos que dejar a un lado la emoción nuestra. Por más que hayamos vivido de manera pero… pero el colmo… Por su sangre hemos obtenido la redención; creer en ello es creer en Jesús.

¿Amén? Amados, en medio de nosotros ¿quién es bueno? No hay nadie que no haya cometido pecado. Somos malos, somos sucios pecadores. El Señor Jesús para guiarnos al reino de Dios envió al Señor Jesús, murió en la cruz y ha perdonado todos nuestros pecados, por lo cual somos limpios y nosotros hemos sido santos. ¿Amén?

Por lo cual es maravilloso cuando leemos esta Biblia porque aquella promesa de Dios de manera bella ha trabajado en nosotros y nos ha dejado blancos como la nieve. Todos los que van a la iglesia dicen: “No hemos obtenido la redención como el oro y la plata que desaparecen. Mediante Dios santo, mediante su sangre, obtuvimos la redención”.

Cuando oran dicen: “Señor, soy pecador”. No concuerda atrás y adelante. El Señor Jesús por su sangre nos ha dejado blancos como la nieve; creer en ello es creer en Jesús. ¿Amén? Sea cual fuera el pecado, sea el pecado lujurioso, de odio, de engaño, sea cual fuera sin excepción, Jesús cuando muere crucificado por ese pecado, se ha encargado del castigo de usted, en lugar de ustedes.

Mediante su sangre hemos obtenido el perdón del pecado; creer en ello es creer en ello. Jesús ha muerto por nuestro pecado y ya que nos perdonó, ya no somos pecadores. Jesús recibió el castigo por nosotros, fuimos perdonados y por su sangre obtuvimos el perdón del pecado. En varios lados de la Biblia de esa manera dice:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Obteniendo el

perdón del pecado uno va marchando de maravilla pero cae en medio del pecado, comete pecado, toma, de nuevo piensa que es pecador y el diablo de nuevo le va molestando; hay muchos. Sin mirar la situación es cierto que hemos cometido pecado pero el Señor Jesús ha muerto por nuestro pecado y el castigo ya ha acabado para siempre, ¿entienden? Por último lo que dice: “Consumado es”. ¿Qué cosa? Envió al Señor Jesús para que perdone nuestro pecado; la Palabra de Dios por completo la ha cumplido y no ha quedado ni una pizca de nuestro pecado.

Hemos sido lavados y aquella realidad la aceptamos en nuestro corazón, por lo cual ustedes, ese testimonio cuando lo tienen es muy bueno, esa comunión. Las personas que reciben el perdón del pecado:

—¿Cierto que usted obtuvo el perdón del pecado?

—Sí, sí.

—Yo también hace tres años obtuve el perdón del pecado.

Así van platicando. Al comienzo pensé que tenía pecado pero la conclusión a la que llegué: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Entonces Dios le dice justo a usted y usted es justo, ¿entiende? ¿Por qué le dice justo? Porque Jesús murió crucificado por nuestro pecado y somos justos. ¿Amén? En medio de ustedes alce la mano el que es pecador.

Ah, ustedes han mentido mucho y dicen que no tienen pecado. Alce la mano quien nunca nadie cometió pecado. ¿Verdad que no hay nadie? Ustedes alzaban, bajaban, sí. Somos malos, hemos cometido pecado pero enviando al Señor Jesús, cuando ha muerto en la cruz, todo el castigo por el pecado Él lo recibió.

“Más blanco que la nieve, más blanco que la nieve, por la sangre que el Señor derramó, me ha redimido”. ¿Verdad que sí? Señores, ahora no se amarren. Es cierto que hemos cometido pecado pero por la sangre del Señor Jesús, ya que Él murió, hemos sido perdonados, somos justos. Cuando vayamos a morir, no estén en el infierno y en el cielo, de aquí para allá, no: directamente vayan al cielo.

No cometió pecado. “Ay, Jesús me perdonó otra vez. ¿Para qué así me pregunta, eh?” Deben tener convicción. Jesús murió en la cruz y toda la paga del pecado que ustedes se merecían, Él la recibió, para salvarnos del pecado murió en la cruz y aquella muerte de Jesús en la cruz nos ha dejado limpios para que seamos dignos de ir al cielo.

Al comienzo, después de obtener el perdón del pecado, era una iglesia presbiteriana la iglesia donde yo iba. Yo dije que obtuve el perdón del pecado y la iglesia se asustó en gran manera. El pastor, el anciano decían que eran pecadores. Ocurrió algo que no me puedo ni olvidar. Me acordé de una joven.

—Ey, señorita Kim, tiene que obtener el perdón del pecado.

Ella me miró fuerte y me dijo:

—Señor Park, despiértese. ¡¿Usted es mejor que el pastor? El pastor dice que pecador!

Luego me di cuenta de que todos hablaron de mí, dijeron que ya no me oigan y me hicieron bullying. Después, la próxima: “Es simpático, él dice que no tiene pecado. Yo bien le conozco a él”. Es que sí, realmente juntos hicimos lo malo y era absurdo que yo diga que no tenía pecado pero yo no decía que no tenía pecado porque no haya cometido sino que yo decía que no tenía pecado porque el Señor Jesús me perdonó. Así, en la iglesia me hicieron bullying y luego algo maravilloso ocurrió.

Dentro de la iglesia había un señor llamado Shim Nam Seop. Él hablaba de maravilla el inglés. En Seonsan, por más que hable bien el inglés no hay nadie que entienda el inglés, no hay nadie que escuche. Él solamente hablaba solo, solo. Un día… Cuando uno va a Daegu allí hay misioneros. Había una asociación de cristianos. Había muchos misioneros, en aquel entonces había como 300, 400 misioneros.

Uno en la calle fácilmente podía ver a misioneros. El misionero Dick vino solo sin misión. Verdaderamente vivía en medio de la pobreza, no tenía carro. Otros íbamos a la misión Dongsan y tenían heladera, lavarropa estadounidense; tenía todo. El misionero Dick era presidente pero vino en dificultad a Corea. Se reunieron misioneros salvos en aquel entonces.

Todos veían que el problema de Corea era que las iglesias no habían obtenido el perdón del pecado pero escándalo si ellos decían que no obtuvieron el perdón del pecado; no podían mencionar ese punto. En medio de ellos había como siete misioneros salvos, ellos se reunieron y durante dos semanas ayunaron. Por último dijeron: “Vamos a empezar un seminario”. Yo llegué hasta allí y recibí el entrenamiento, recibí la formación para ser misionero. Yo mientras que iba predicando el Evangelio fui a Apgokdong, a Jangpalli para predicar el Evangelio. Tenía dificultad porque no podía predicar bien. Pasó como un año en Apgokdong. Fui de Jangpalli al cuartel. Cincuenta personas venían a la iglesia. Estaba feliz, luego yo predicaba el Evangelio.

Un hombre como yo predicaba y había gente que recibía la salvación. Yo era un don nadie y era increíble para mí. Toda la vida pensé que yo predicaría y que nadie recibiría la salvación; no es así.

Todos dentro de ustedes tienen a Jesús y si tienen la fe de que Jesús les salvó, de tal manera, si les hablan a otros, otros también de tal manera pueden creer que obtuvieron el perdón del pecado. Así empezamos la iglesia, poco a poco la iglesia crecía más y más.

Hemos enviado misioneros en todo el mundo. Cuando vamos al exterior, sea cual fuera la misión, están felices cuando me ven.

En Corea, sin averiguar dicen que somos secta pero no hay problema, dentro de la vida que vivimos no hay problema, por más que digan que somos secta porque este Evangelio… Realmente no hay muchos cristianos, mucha gente que con la formalidad… Van a la iglesia, hay muchos pero obteniendo el perdón del pecado no hay muchos que pueden ir al cielo.

Todos, señores, siendo ministros de este Evangelio, quisiera que anuncien este Evangelio, hasta los confines de la tierra quisiera que este Evangelio se vaya anunciando; todos ustedes, quisiera que sean misioneros, no importa que vayan de viaje al exterior. Yendo al exterior, sea primo, sobrino, tío, si está en el exterior, vayan al exterior.

Durante una semana, durante dos semanas, si están allí, a ver, prediquen el Evangelio; si predican el Evangelio, al comienzo parece que no habrá gente que reciba la salvación cuando ustedes predican, no es que ustedes tienen que hacer bien. Es realidad que Jesús murió por nuestro pecado, es una realidad; Jesús murió en la cruz y es una realidad, Jesús murió por el pecado de ustedes. El pecado de ustedes fue lavado.

¿Por qué no pueden creer en esto? No es para nada difícil, ¿verdad? Hasta ahora sí, si han dicho que eran pecadores, ya no digan eso. Nosotros no dejamos de ser pecadores porque no hayamos cometido pecado sino que hemos cometido pecado pero Jesús nos lavó en la cruz, por eso no somos pecadores y somos justos.

Con esa fe ustedes si van hacia adelante ante Dios, viviendo el Señor en ustedes, con poder Él trabajará, por lo cual ustedes desde ahora, por favor, no titubeen porque sientan peso, paso a paso empiecen. A los niños de la casa, sentándolos, a ver, predíquenles poco a poco, con profundidad, predicándoles: “Jesús perdonó nuestro pecado”, díganles eso.

El Señor Jesús, si ha muerto por nuestro pecado, nuestro pecado ha sido perdonado, entonces crecerá la fe en ustedes y si tienen esa fe, el Espíritu Santo permanece en ustedes; estando para siempre con ustedes, hallarán la gracia de Dios. Nosotros debemos predicar este Evangelio en todos los rincones.

Qué pena, la iglesia de Corea, todos dicen que son pecadores; por más que crean 10, 20, 30 años, siguen diciendo que son pecadores y cuando mueren van al infierno; están felices pero cuando mueren dicen: “Tengo pecado, no puedo obtener el perdón del pecado”; van llorando pero qué pena y así es porque dicen: “Silencio, no comenten”. No, Jesús mediante Él fuimos perdonados.

Cuando mueren, no mueran con esa inestabilidad. Jesús ya pagó por la paga de nuestro pecado; no tenemos pecado. Si usted les enseña… No hace falta que sea espléndido, no hace falta que esté ordenado sino abriendo la Biblia, si van leyendo paso a paso, cuando obtengan el perdón del pecado, el Espíritu Santo trabajará. Mediante ustedes también…

Todos los que están aquí si predican a una persona por semana, ah, será bien complicada la iglesia, ¿verdad? Pero verdaderamente si predican personalmente aunque no lo hagan bien, algo claro es que es cierto que nuestro pecado ha sido perdonado por la sangre del Señor Jesús. Lo hace una vez, dos veces, tres veces; será mucho más bendito, vivirán una vida gloriosa.

Entonces, lo más feliz. Imagínense que mediante ustedes obtengan el perdón del pecado; será gozoso para agradecer. Por más que yo predicaba, pensaba que la gente no recibía la salvación y tanto, tanto pataleé para que una persona reciba la salvación pero luego pasó el tiempo, ahora mucha gente recibe la salvación, hasta los ministros, presidentes, mucha gente famosa, muchos profesores de la universidad. Una vida muy bendita voy viviendo.

Señores, ahora nosotros somos nuevas criaturas. Sea quien fuera, si está en Cristo, es nueva criatura. Ahora en más, despojándonos de esa vida nos hacemos nuevas personas; somos santos. Si vivimos esa vida, el Señor se manifestará con poder y tendrán una vida preciosa. Muchas gracias.

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