BIENESTAR

Rutina fácil y efectiva para cuidar tus manos

NURIA FONTOVA Periodista especializada en belleza y salud

Están permanentemente expuestas: al frío, al sol, al viento… y en esta época del año se irritan y resecan con facilidad, pudiendo incluso agrietarse. Las cremas de manos ecológicas y naturales restauran la barrera cutánea gracias a sus potentes activos, dejándolas nutridas e hidratadas.

Las fluctuaciones de temperatura entre el interior y el exterior propias de la temporada de frío –junto con el ambiente seco de las calefacciones y la falta de humedad– hacen que notes las manos ásperas y secas. Recuperar su tersura natural es facilísimo, solo tienes que seguir una sencilla rutina y obtendrás resultados positivos en poco tiempo.

Usa crema a diario

Para devolverles la hidratación y flexibilidad, es conveniente usar una crema nutritiva al menos una vez al día y otra más ligera y de rápida absorción tras cada lavado. Las cremas de manos no ecológicas no son la mejor idea para tratar la sequedad y las irritaciones: la mayoría contienen aceites minerales derivados del petróleo que, lejos de hidratar, impiden que la piel se regenere y al poco de aplicarlas vuelve la sensación de sequedad. Y también pueden causar irritaciones debido a las fragancias sintéticas y otros químicos utilizados.

Elige ingredientes hidratantes y nutritivos

La cosmética certificada natural o ecológica está libre de libre de conservantes, colorantes, aromas de síntesis, parafinas, parabenos, siliconas y otros derivados del petróleo; y basa sus fórmulas en aceites vegetales y esenciales tónicos y balsámicos y mantecas emolientes, que brindan un alivio inmediato y duradero, además de tratar y proteger tus manos y uñas. Por ejemplo, los aceites de almendra, de rosa mosqueta, de uva, de macadamia y de jojoba son una potente fuente de antioxidantes, proteínas vegetales y vitaminas; los aceites de coco, de oliva y de soja nutren intensamente; el extracto de limón restaura y protege el manto hidrolipídico; el aloe vera pose propiedades calmantes y repara; y la manteca de karité ayuda a reducir la inflamación e incrementa la hidratación subcutánea previniendo la sequedad.

Prepara un “baño” relajante

Concede a tus manos un momento spa antes de acostarte y prepara un baño de agua tibia –recuerda que si está demasiado caliente puede acentuar el desecamiento– con un jabón ecológico, al que puedes añadir unas gotas de aceite esencial de lavanda (un gran regenerador cutáneo con propiedades calmantes) y de limón, que aclara y unifica el tono. Sumérgelas durante unos minutos y, antes de hidratarlas a conciencia, sécalas bien insistiendo entre los dedos.

PARA DEVOLVERLES LA HIDRATACIÓN Y FLEXIBILIDAD, ES CONVENIENTE USAR UNA CREMA NUTRITIVA AL MENOS UNA VEZ AL DÍA Y OTRA MÁS LIGERA Y DE RÁPIDA ABSORCIÓN TRAS CADA LAVADO.

Hazte un masaje tonificante

La piel del dorso se distingue de la de la palma por su alta porosidad, razón por la cual se reseca mucho más, pero también por la que absorbe mejor la crema. Por eso debes poner siempre la crema en el dorso de las manos y frotar ambos dorsos suavemente, para después extender el producto hacia las palmas dibujando círculos en las mismas con el pulgar, estirando los dedos y masajeando con movimientos circulares las uñas, las cutículas y las muñecas.

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