Egiptología 2 0 nº9 (octubre 2017)

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Nº9 - Octubre de 2017 / Revista online gratuita.

www.egiptologia20.es

El concepto de equilibrio y verdad a través de Maat

El reino de Yam y su relación con el Egipto antiguo

Una momia en Montevideo

Alejandría y la Gran Biblioteca

El extraodinario descubrimiento del faraón Amenofis II

EL TEMPLO DE HORUS EN EDFU Egiptología 2.0 | 1


Editorial Os presentamos la novena entrega de la Revista Egiptología 2.0, correspondiente al mes de octubre de 2017.

Dirección Moisés González Sucías moibcn@hotmail.com Edición Moisés González Sucías (Barcelona). Diseño gráfico y maquetación David Claros Lozano Jordi Romera Sevillano Documentación Sara López Caiz Colaboradores Marian Romero Gil Sandra Pajares Sotillo Verónica Reyes Barrios Julio López Saco Miguel Albarenga Marta Pérez Torres Heródoto de Halicarnaso Alexandra Bast Luis Martín Secades Hipólito Pecci Tenrero María Isabel Cubas Contreras Lucía Inés Merino Bartomeu Egea Resino Gerardo P. Taber ISSN: 2444-6254 www.egiptologia20.es https://www.facebook.com/egiptologia20 https://twitter.com/egiptologia20 Egiptología 2.0 es una marca registrada. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni total ni parcialmente ni registrada o tramitada en ninguna forma ni por ningún medio sin permiso previo por escrito de la editorial. Egiptología 2.0 no se hace responsable de los juicios, críticas y opiniones expresadas en los artículos publicados. Egiptología 2.0 ha hecho lo posible por localizar los derechos de autor de todas las imágenes. Cualquier posible omisión no es intencionada y se agradecerá culaquier información sobre los mismos. Contacto: egiptologia2.0@hotmail.com 2 | Egiptología 2.0

Abrimos este nuevo número, con un artículo de Sandra Pajares Sotillo: ‘‘El templo de Horus en Edfu’’. El Templo es el segundo más grande de Egipto después de Karnak y uno de los mejor conservados. Dedicado al dios halcón Horus, fue construido durante el periodo helenístico entre 237 y 57 a.C. Las inscripciones en sus paredes proporcionan información importante sobre el lenguaje, la mitología y la religión durante el periodo grecorromano. En particular, sus textos inscritos sobre la construcción del templo, proveen detalles de su construcción y también conservan información sobre la interpretación mítica de éste y otros templos como la Isla de la Creación. También existen escenarios e inscripciones importantes del Drama Sagrado que relacionaron el conflicto antiquísimo entre Horus y Seth. Su construcción empezó el 23 de agosto de 237 a.C., durante el reinado de Ptolomeo III, e inicialmente fue compuesto de un vestíbulo con pilares, dos vestíbulos transversales y un santuario rodeado por capillas. Su construcción finalizó en 57 a.C. durante el reinado de Ptolomeo XII. Se construyó el templo en el emplazamiento de un templo más antiguo y pequeño, también dedicado a Horus, aunque la estructura previa estaba orientada este-oeste en vez de norte-sur como la actual. En la sección de entrevistas, hablaremos con los profesores: Miquel Carceller y José Lull. En este nuevo número de Egiptología 2.0 hemos pensado que, en vez de traeros una entrevista, ¿por qué no atrevernos con un doblete? Y es que francamente era necesario, no podíamos entrevistar a uno de ellos y dejar al otro de lado. Verónica Reyes nos hablará del concepto de equilibrio y verdad a través de Maat, de la mano de Julio López Saco, nos adentraremos en el reino de Yam y conoceremos su relación con el Egipto antiguo, Miguel Albarenga nos mostrará la momia de Esoeris, conservada en el Museo de Historia del Arte de Montevideo, Marta Pérez nos desvelará todos los secretos de Tutankhamón, conoceremos todos los rincones de la Gran Biblioteca de Alejandría, Alexandra Bast nos explicará como se alimentaban los antiguos egipcios, Luis Martín Secades nos desvelará todos los entresijos de la Dinastía Lágida y sus faraones, Hipólito Pecci nos hablará del poblamiento del Valle, conoceremos otra de las grandes mujeres que ostentó el poder, la reina Merneith, Lucía Inés Merino nos hablará del Ankh, Gerardo P. Taber nos explicará todo lo relacionado con la fayenza egipcia, conoceremos las dos estatuas gemelas de Tutankhamón, conservadas en Chicago y el Museo egipcio de El Cairo, pasearemos por las salas del Museo de Montserrat, visitaremos la exposición: El extraordinario descubrimiento del faraón Amenofis II en Milán, y finalizaremos viajando a Los Qasr’s de Ghweita y Zayan, en el oasis de Kharga, donde Bartomeu Egea nos mostrará todos sus rincones. Todo ello, junto con nuestros contenidos habituales y un artículo especial de Sara López Caiz: Obeliscos. Imagen de portada: Detalle de una columna de la primera sala hipóstila del templo de Horus en Edfu. | Haw Yu.


Sumario 6. Entrevistas - Miquel Carceller y José Lull. 11. Testimonios del pasado - La Estela de Taeshert.

Entrevistas - Miquel Carceller y José Lull.

15. Arquitectura - El templo de Horus en Edfu. 24. Mitología - El concepto de equilibro y verdad a través de Maat. 28. Historia - El reino de Yam y su relación con el Egipto antiguo. 32. Momificación - Una momia en Montevideo.

Mitología - El concepto de equilibro y verdad a través de Maat.

36. Faraones - Tutankhamón, vida y muerte de un rey. 42. Vida cotidiana - Alejandría y la Gran Biblioteca. 50. Sociedad - La alimentación en el Antiguo Egipto. 53. Estado - La Dinastía Lágida. 58. Historia - El poblamiento del Valle.

Historia - El reino de Yam y su relación con el Egipto antiguo.

66. Mujer en el Antiguo Egipto - La reina Merneith, una mujer en el poder. 69. Amuletos - El Ankh. 72. Egiptología - La fayenza del Egipto faraónico. Una mirada desde la arqueología experimental. 79. Colecciones - Dos estatuas gemelas de Tutankhamón. Chicago / El Cairo.

Momificación - Una momia en Montevideo.

82. Museos - El Museo de Montserrat. 92. Exposiciones - Egipto. El extraordinario descubrimiento del faraón Amenofis II. 97. Hoy viajamos a... - Los Qasr’s de Ghweita y Zayan, en el oasis de Kharga.

Faraones - Tutankhamón, vida y muerte de un rey.

101. Especiales - Obeliscos. 117. Egiptología en la red - Historiae. 120. Novedades editoriales - Tutankhamón en España / Proyecto Visir Amen-Hotep Huy. 121. Noticias - Noticias destacadas del trimestre.

Faraones - La Dinastía Lágida.

Historia - El poblamiento del Valle.

Vida cotidiana - Alejandría y la Gran Biblioteca.

Sociedad - La alimentación en el Antiguo |3 Egiptología 2.0 Egipto.


En portada

Mitos y leyendas pueblan la Historia del antiguo Egipto…Una de las más conocidas por todos los amantes de su historia es la lucha entre dos dioses, Horus, hijo de Isis y Osiris, y su tío Seth. Los antiguos egipcios situaron esta batalla, ganada por el poderoso Horus, en Edfu, ciudad situada en la orilla oeste del Nilo y a unos 100 km al sur de Tebas (Luxor). El nombre actual con el que conocemos la ciudad viene de su antiguo nombre Djeba (Etbo en copto) que significa ‘‘El lugar del castigo’’, ya que los enemigos del dios Horus eran conducidos a este lugar y allí eran castigados. En este emplazamiento se edificó, en época ptolemaica, un templo dedicado al dios Horus de Behedet, deidad a la que se adoraba en este lugar desde el predinástico. Construido en piedra arenisca, y edificado sobre un montículo natural de arena y rocas en medio de la llanura aluvial, es el templo más completo y mejor conservado de Egipto, y uno de los más grandes con 137 metros de longitud y 79 de anchura. Alrededor del templo ptolemaico aún quedan restos de edificaciones, e incluso necrópolis, que datan del Reino Antiguo y del Primer Período Intermedio, no es esto lo único que conservamos en el lugar…Antes del templo actual existía en el mismo emplazamiento un templo del Reino Nuevo, del cual aún permanece el pilono del mismo empotrado en uno de los laterales del patio del templo ptolemaico.

Detalle de las columnas de la primera sala hipóstila del templo de horus en Edfu. | Lars Kjølhede Christensen. 4 | Egiptología 2.0

Además de su buen estado de conservación, los muros del templo son una excelente fuente de información para los egiptólogos, ya que en ellos se grabaron tanto las típicas escenas cosmogónicas, como otras menos conocidas, como son el funcionamiento del templo y los distintos papeles que desempeñaban en él los sacerdotes...


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Entrevistas Marian Romero Gil

Miquel Carceller y José Lull

En este número de Egiptología 2.0 hemos

pensado que, en vez de traeros una entrevista, ¿por qué no atrevernos con un doblete? Y es que francamente era necesario, no podíamos entrevistar a uno de ellos y dejar al otro de lado. Os presentamos a dos hombres, uno catalán, otro valenciano.

Miquel Carceller Sindreu. | Miquel Carceller Sindreu.

Empecemos con el primero, su nombre es Miquel Carceller Sindreu, profesor de secundaria y bachillerato en el European Internacional School of Barcelona desde 2013, profesor del Institut d’Estudis del Pròxim Orient Antic (IEPOA) desde 2004, como profesor en los diversos programas de Egiptología especializado en el estudio de la imagen egipcia. Profesor asociado del departamento de arte y musicología (UAB) de 2002 a 2012, profesor monitor y guía de

Arqueonet y cultura S.L de 2010 a 2012, y profesor monitor y guía de viajes especializados en el Museu Egipci de Barcelona de 1999 a 2007. Bienvenido profesor Carceller. MC.- Muy buenas tardes y encantado de estar aquí. Nuestro segundo invitado es José Lull. En 2002 obtuvo el doctorado, cum laude por unanimidad, con una investigación que llevó por título ‘‘Las tumbas reales egipcias del Tercer Período Intermedio y Época Tardía (dinastías XXI-XXX): tradición y cambios’’. Ese mismo año fue publicada en Oxford, como monografía de la British Archaeological Reports. Licenciado en Egiptología por la Universidad de Tübin-

José Lull. | José Lull.

gen (Alemania) y licenciado en Geografía e Historia, en la especialidad de Arqueología, por la Universidad de Valencia. De 1998 a 2005 trabajó como auxiliar científico e investigador en el departamento de Egiptología de la Universidad de Tübingen (Eberhard Karls Universität Tübingen), donde se licenció y efectuó sus investigaciones doctorales y postdoctorales con becas del DAAD y del Ministerio de Educación y Ciencia. En estos años se formó como egiptólogo, especializándose en el Tercer Período Intermedio egipcio. Desde 2008 es profesor en el Máster Universitario Oficial de Egiptología de la Universitat Autònoma de Barce6 | Egiptología 2.0


Desde 2008 es profesor en el Máster Universitario Oficial de Egiptología de la Universitat Autònoma de Barcelona, único oficial que existe en España y en todo el ámbito iberoamericano. En él imparte las asignaturas de “Arqueología egipcia”, “Historia de Egipto del Reino Nuevo”, e “Historia del Tercer Período Intermedio y Época Saíta”. Igualmente, desde 2015, es coordinador de la programación online del (IEPOA) y profesor del Diploma online de Egiptología del (IEPOA-UAB), donde imparte las asignaturas de “Astronomía egipcia”, “Geología, Materias primas y rutas comerciales del antiguo Egipto” y “Egipto y la Biblia”. Desde 2013 es profesor del Diploma de Egiptología de la Universitat de València, en el que imparte las asignaturas de “Historia de Egipto I y II”. Desde 2012 hasta 2013 fue investigador postdoctoral del departamento de Ciencias de la Antigüedad y Edad Media de la Universitat Autònoma de Barcelona, donde actualmente es Profesor Asociado. Igualmente, desde 2015 es Técnico Superior de Investigación del Instituto de Estudios del Próximo Oriente Antiguo (IEPOA) de la (UAB). Junto al profesor Josep Cervelló impartió en 2013 la primera edición del curso online “Egiptología” de la (UAB) a través de la plataforma internacional Coursera. Desde ese año llevan acumulados más de 100.000 alumnos inscritos, procedentes principalmente de todos los países de habla hispana. Este curso, ha servido para colaborar en una mayor difusión de la egiptología académica y en la relación entre interesados de toda Hispanoamérica. Y este año nos han sorprendido con un nuevo curso, El valle de los Reyes. Bienvenido profesor Lull. JL.- Hola Marian, encantado. ¿En primer lugar esta pregunta es para los dos, como les llegó a ustedes a picar el gusanillo de la egiptología? MC.- Mi interés por las culturas antiguas, su mitología y lo “exótico” -para mí al menos- de sus entornos se remonta a mi infancia, cuando leía las Aventuras de Tintin, los cómics de Astérix o los casos de Blake y Mortimer… pero el momento en el que supe que realmente querría adentrarme seriamente en este mundo fue cuando a primera hora del primer día de Universidad, recién matriculado a Historia del Arte en la UAB, entré en el aula y ví como en la pizarra estaban escritos algunos signos jeroglíficos y algunas anotaciones bibliográficas referentes al estudio de la Lengua y la Escritura Egipcia… ahí pensé “¿cómo? ¿Que alguien en esta misma Universidad puede enseñarme a leer jeroglíficos? Y si, así era. Se trataba del Postgrado que por aquél entonces impartía el Dr. Cervelló por las tardes en la UAB.

José Lull. | José Lull.

JL.- El gusto por las culturas antiguas, en general, y especialmente por las del Próximo Oriente y la América precolombina, nació en mi muy pronto, de niño (¡de igual modo que mi afición por la astronomía!). Mis padres tenían una buena biblioteca

con numerosos volúmenes de arte y arqueología, con lo que teniendo todo ello a mano sólo me faltaba tener también curiosidad. Ver aquellos libros, las imágenes de los grandes monumentos y el legado material de los antiguos, era algo que me encantaba. De muy niño me contentaba con ver dichas fotografías y leer un poco sobre los lugares donde estaban aquellas formidables estructuras, sobre cómo fueron descubiertas, etc. Esa curiosidad inicial fue creciendo, con lo que para saciarla fui leyendo cada vez más, al tiempo que también iba centrándome en dos culturas en particular, la egipcia y la maya. De modo que llegado a la edad universitaria tanto interés tenía en el mundo egipcio como en el mundo maya. Sin embargo, a la hora de decidir hacia cuál Egiptología 2.0 | 7


de las dos quería destinar mi vida profesional mi elección me llevó a la egiptología (sin que ello me haya restado interés por el mundo maya, que si bien no a nivel profesional sigue apasionándome igualmente). Profesor Lull después de la experiencia vivida con el curso de Egiptología, sabiendo lo trabajoso que fue de montar, ¿cómo se ha atrevido con este curso del Valle de los Reyes? JL.- El curso MOOC “Egiptología” fue especialmente costoso no sólo por que implicaba familiarizarse con una serie de cuestiones técnicas que nunca antes habíamos empleado, sino también porque éramos los primeros que en la UAB íbamos a participar en un curso de estas características en Coursera. Y en mi caso particular, además, hice de “conejillo de indias” dado que mis vídeos fueron los primeros en grabarse y editarse… con lo que inevitablemente sufrí muchos problemas técnicos y pruebas que, aunque a la larga sirvieron para mejorar, hicieron que realizar el curso fuera mucho más tedioso de lo esperado. ¡Ciertamente, por momentos, pensé que nunca más volviera a meterme en un tinglado como ese! Sin embargo, el ver cómo decenas de miles de personas se sintieron atraídas por nuestro curso, el ver cómo ese curso se convirtió para muchos en un resorte que les sirvió para incrementar el gusto e interés por la egiptología o para establecer contacto con muchos otros interesados creando bonitos lazos de unión entre participantes de todo el ámbito iberoamericano y, cómo no, el recibir constantemente muestras de cariño y agradecimiento… todo ello hizo que, una vez finalizada la primera edición de “Egiptología”, ya pensáramos en volver a repetir la experiencia en un futuro. Y así fue como llegamos al “Valle de los Reyes”, si bien con una gran ventaja, y es que a toda la experiencia anterior que nos proporcionó el MOOC “Egiptología”, se sumaba también la experiencia de haber realizado más cursos totalmente on-line de formato similar (en mi caso los cursos “Astronomía y medida del tiempo en el antiguo Egipto”, “Geología, materias primas y rutas comerciales en el antiguo Egipto”, y “Egipto y la Biblia” que desde el IEPOA-UAB imparto desde 2015). Esa experiencia ha sido fundamental. ¿Profesor Carceller quien le ha metido a usted en este “lio” del curso? MC.- Haha.. la verdad es que el impulsor fué mi compañero de curso, el Dr. José Lull, aunque he de reconocer que no le costó mucho esfuerzo convencerme, hahaha. La verdad es que hacía poco tiempo me había pedido realizar otro curso online y la experiencia 8 | Egiptología 2.0

-aunque realmente laboriosa- me encantó… así que ¡rápidamente recogí el guante! Esta es para los dos, ¿por qué el valle de los reyes y no decantarse por ejemplo por una de las dinastías? MC.- Desde el punto de vista iconográfico la imaginería que orna las paredes del Valle es impresionante, puesto que, aunque sigue los principios fundamentales de la imagen egipcia, la necesaria transmisión gráfica de su fascinante mundo trascendente provoca un grado de codificación mucho más complejo… y eso es todo un desafío a la hora de comprenderlo… y toda una recompensa cuando finalmente lo logras. Además, el propio entorno geográfico le confiere un aurea solemne que, a mi particularmente, me enamora. JL.- Un día nos reunimos el Prof. Cervelló y yo pensando qué curso podría resultar interesante para un nuevo MOOC en Coursera. Habiendo realizado previamente “Egiptología”, que sirve como introducción para cualquier interesado, lo que buscábamos ahora era un tema concreto que de algún modo pudiera tener todos los ingredientes para ser atractivo al mayor número de interesados. Y decidimos que este tema podía ser el Valle de los Reyes, pues implicaba conjugar la historia, la arqueología, la aventura de la exploración, etc. Profesor Lull, ¿este curso está obteniendo los mismos resultados que obtuvo el curso de Egiptología? JL.- De 2013 a 2017 el curso “Egiptología” ha sumado 100.000 inscritos, una cifra que jamás hubiéramos podido imaginar. El Valle de los Reyes, no llegará a esas cifras por una razón muy simple, y es que se trata de un curso más específico. No obstante, aun habiéndose realizado sólo una sesión completa del curso ya son varios los miles de alumnos inscritos, y como el nuevo formato de Coursera es “sesión continua” cada día se van sumando más interesados. Profesor Carceller, ¿ha quedado usted contento con los resultados del curso como para participar en otro? MC.- Me encantaría participar en otro curso… y seguro que corregiría algunos aspectos -principalmente logísticos- que podría mejorar…. ¡Es que hay mucho que decir y poco tiempo! ¿Tendremos otro curso de especialización como este? JL.- Realizar un curso en Coursera no es fácil. El


número de nuevos cursos que la UAB otorga para Coursera es limitado. Debe tenerse en cuenta que supone un gasto por parte de la UAB (pues se necesita apoyo técnico) y del propio IEPOA (pues debemos financiar parte del proyecto), a pesar de que los profesores no cobramos por nuestro trabajo en Coursera. Consideremos también que la UAB realiza una convocatoria y de todas las propuestas recibidas sólo unas pocas son seleccionadas. Por lo tanto, el que lancemos un nuevo curso en Coursera no depende sólo de nuestro interés. Nuestro objetivo, en lo que a la docencia on-line se refiere, es seguir ofreciendo a los interesados nuevos cursos de calidad, realizados por profesores especialistas en la materia. Desde el IEPOA, más allá de los dos cursos que tenemos en Coursera (“Egiptología” y “Valle de los Reyes”) ofrecemos, además, siete cursos de especialización on-line muy recomendables (http://pagines.uab.cat/iepoa/es/ cursos-de-egiptologia-online), así como el Diploma de Postgrado on-line Antiguo Egipto. Por lo tanto, si alguien tiene interés real en seguir adentrándose en distintos campos de la egiptología, estamos ofreciendo esa posibilidad on-line con cursos muy trabajados y para un número reducido de alumnos (con lo que el contacto con el profesor es efectivo y directo). Por supuesto, nos gustaría poder volver a participar de la mano de la UAB en Coursera. Pero, de momento, aún no podemos confirmar nada pues, como decía, cualquier proyecto que presentemos a una nueva convocatoria de cursos MOOC debe ser aprobado por la UAB por delante de muchas otras propuestas. MC.- Ante aquellos más experimentados, los “nuevos” debemos mantenernos a la espera (hahaha). ¡Seguro que en el futuro sí! Profesor Carceller, ¿Qué tal se le daba a la hora de grabar los vídeos, se ponía muy nervioso delante de la cámara? MC.- No, yo no definiría como nervioso… pero si que resulta “extraño” ... llevo unos 20 años impartiendo clases a todo tipo de alumnos -desde chicos de 12 años a personas ya jubiladas- pero hasta este año nunca antes había dado una clase a…. mi pantalla de ordenador! Se me hace raro no recibir preguntas en ese mismo momento, poder observar los rostros y descubrir si algo no ha quedado claro para poder esclarecerlo. Reconozco que soy muy proclive a “abrir paréntesis -en ocasiones de muchos minutos- para relacionar o especificar algún tema… y eso sin auditorio delante no puede suceder... MR.- ¿Y usted profesor Lull, ya le ha tomado confianza a la cámara?, le he visto muy suelto sobre

todo en las tomas en Egipto. JL.- Uno no se siente igual si habla a una cámara que si está ante los alumnos en un aula o ante un público más numeroso en una sala de conferencias. Hablar a la cámara es muy distinto, pues no sientes esa conexión directa con quien te escucha. No obstante, a base de hacerlo muchas veces te vas acostumbrando, claro. Con el Valle de los Reyes, una vez preparado todo el material en power point (que es lo que más trabajo lleva), la filmación la hice muy rápidamente, pues grababa los vídeos de un tirón, muchos en un solo día. Sin incidencias técnicas (como sí ocurrió repetidas veces con el curso “Egiptología”) ahora ha sido mucho más fácil, si bien en Coursera son muy estrictos con los tiempos de entrega del material y con todas las ocupaciones que uno lleva encima entre unas cosas y otras también ha sido un esfuerzo grande compaginarlo todo y cumplir con los plazos de entrega. Profesores, ¿Cuál ha sido la parte del curso que piensan que ha podido ser más difícil? MC.- La de José! Hahaha No, seriamente, reconozco que los aspectos teóricos sobre el tratamiento de la imagen egipcia, con sus términos técnicos y un lenguaje más propio de la teoría de la lingüística que de la historia del arte… puede haber sacado de quicio a más de un alumno… y pido disculpas por ello... pero el enfoque que he adoptado para tratar de comprender la imagen egipcia así lo requiere. El problema es, precisamente, el comentado anteriormente… la falta de tiempo para especificar dichas reflexiones... JL.- El curso debe valorarse en su conjunto, pues sólo así tiene sentido. El Valle de los Reyes no sólo es la tumba de Tutankhamón o la de Seti I… como hemos visto, el Valle está lleno de tumbas, muchas de ellas anónimas, de las que poca información tenemos. Y probablemente eso, el familiarizarse un poco con esas tumbas, puede haber sido lo más complejo, sobre todo para aquellos que se han introducido en el Valle sin conocimientos previos. ¿Y qué creen que ha aportado el curso al alumnado? MC.- Por mi parte espero que curiosidad. Me encantaría haber alimentado esas ansias de conocer y profundizar en el antiguo Egipto y, específicamente en la decodificación de su imagen. JL.- El objetivo del curso era ofrecer al alumnado la posibilidad de conocer, en su conjunto y desde diversas perspectivas, una gran necrópolis egipcia vinculada a una de las épocas más importantes de la civilización egipcia. El alumno ha podido seguir Egiptología 2.0 | 9


su evolución, uso, declive y abandono, se ha introducido en los tipos de tumbas, los tipos de enterramientos, en parte de los materiales hallados en ella y el significado simbólico asociado. Tras el curso, el alumno debe haber adquirido, con más claridad, esa imagen de conjunto del Valle de los Reyes. Lo recomendable, de igual modo que con el curso “Egiptología” (que aconsejamos hacer antes que el del Valle), es realizarlo al menos en dos ocasiones, pues es a partir de la segunda vez cuando realmente cobran sentido muchas de las explicaciones, una vez hemos ido sedimentado parte del conocimiento adquirido. Profesor Carceller, ahora se puede decir que es usted famoso, le conocemos muchas personas por el curso, ¿ le ha influido cuando ha ido a dar clase físicamente? MC.- Uyyy famoso! ¡¡Espero que no sea así!! La verdad es que adoro dar clase presencial, por lo que cuando arranco no tengo espacio en mi cabeza para pensar en si alguien me ha visto o no. Si tiene que “saldar cuentas conmigo” ya lo hará al finalizar… ¡espero! (Hahaha) Profesor Lull, muchos alumnos nos hemos preguntado, ¿por qué no ha intervenido el profesor Cervelló en los vídeos?

Carceller y el mío. Eso no quita para que en futuras sesiones (igual que hemos ido haciendo con el curso “Egiptología”) introduzcamos algún material nuevo. ¿El próximo curso de qué será? ¿Porque habrá próxima verdad? JL.- Nuestro objetivo es seguir ampliando la oferta de cursos de especialización on-line desde el IEPOA-UAB y en ello estamos. Respecto a Coursera, de momento no puedo asegurar que vayamos a ofrecer un nuevo curso, pues como dije anteriormente no sólo depende de nosotros. Pero tenemos ideas…. Profesor Carceller, ¿le esperamos a usted también para el próximo curso? MC.- Si me invitan, participaré encantado. MR.- Pues muchas gracias por haber contado todo esto a nuestros lectores de Egiptología 2.0 y sobre todo muchísimas gracias por el esfuerzo que han hecho por traernos este maravilloso curso en el que hemos aprendido tanto sobre ese sitio que adoramos los enamorados del Antiguo Egipto, El valle de los Reyes.

JL.- Problemas personales han impedido al Prof. Josep Cervelló realizar su material y sus vídeos. Pensábamos que, yendo mejor las cosas, si bien no en el estreno del curso, sí podría haber presentado su material algo más tarde…. pero, por desgracia, no ha podido ser así. De modo que, finalmente, hemos decidido cerrar el curso con el material que ha salido en la primera sesión, es decir, el del profesor

Sobre el autor Marian Romero Gil, Directora, productora y presentadora durante cuatro años del programa de radio online: ‘’Las enseñanzas de Maat’’, donde podrás encontrar todo tipo de temas relacionados con el antiguo Egipto y la Egiptología. Desde el año 2014 dirige el proyecto web, ‘‘Las enseñanzas de Maat’’, donde podrás encontrar: noticias, novedades editoriales relacionadas con el Antiguo Egipto, información sobre conferencias y cursos y artículos especializados. Enlaza con el autor

Miquel Carceller Sindreu. | Miquel Carceller Sindreu. 10 | Egiptología 2.0


Testimonios del pasado Sara López Caiz

La Estela de Taeshert Localización actual: Museo Arqueológico Nacional (Madrid). Nº inventario: 3519. Objeto: Estela. Materia / soporte: Madera (recubierta con una capa de estuco sobre la que se han pintado los personajes y las inscripciones). Técnica: Pintado sobre estuco. Dimensiones: 42,80 x 20 cm. Datación: 975 - 875 a.C. Dinastía XXI - XXII. Tercer Periodo Intermedio. Procedencia: Necrópolis de Tebas (Luxor, Egipto). Historia del Objeto: Colección Asensi. Comprada a Rosario Laiglesia, viuda de Asensi. Estela de Taeshert. | Museo Arqueológico Nacional, Madrid.

La estela de madera de la dama de Taeshert se

puede fechar entre 975 y 875 a.C., es decir, a finales de la dinastía XXI y comienzos de la XXII. El contexto original de este tipo de estelas se conoce mal, si bien parece que tuvo un uso funerario. Su utilidad en la tumba tendría una doble dimensión: por un lado, dejar constancia de la identidad del difunto; por otro, favorecer la perpetuación de esa identidad con el mismo estatus social que tuvo en vida y asegurar los favores de la divinidad o el suministro de los víveres necesarios en la otra vida. La consecución de estos objetivos ultraterrenos era posible para los egipcios gracias a su concepción mágica de los espacios sagrados, en este caso la tumba, y del poder que concedían a las imágenes que, en este tipo de estelas, obedecían a un programa iconográfico establecido. En el ‘‘arte’’ egipcio, imágenes y textos forman una sola realidad regida por un lenguaje que se puede decodificar y leer.

Catalogador: Antigüedades Egipcias y Próximo Oriente. Es, por tanto, un ‘‘arte’’ jeroglífico, generador de signos icónicos que representan el referente o parte de él. En el Antiguo Egipto, la situación de los personajes y sus relaciones obedecen a un orden de lectura de derecha a izquierda, orden preferente en la lectura de la escritura jeroglífica. Así, en cualquier escena, el personaje más importante según el orden dios, hombre, mujer, aparecerá orientado hacia la derecha, en posición superior, sentado y recibiendo un homenaje u ofrenda del donante, que permanecerá de pie. No es casual, por tanto, que el dios ocupe la izquierda de esta escena, mire hacia la derecha y esté sentado en un trono sobre una plataforma, más elevado que la mujer, de quien recibe una ofrenda. Además, hay un texto jeroglífico que alude a ambos, participando, a la vez, de la parte visual de la escena y de su mensaje. La divinidad Ra-Horajty-Atum, Señor de las Dos TieEgiptología 2.0 | 11


rras, El de Heliópolis, Ptah-Sokar-Osiris aglutina diferentes personalidades divinas: Horajty, el nuevo Sol que amanece; Atum, el Sol viejo que atardece (ambas formas de Ra eran adoradas en Heliópolis); Ptah, dios artesano y encarnación de la tierra de Egipto; Sokar, dios halcón que favorece la regeneración de los difuntos y Osiris dios de los muertos y garante de su inmortalidad. Así, el dios es definido mediante sus dos naturalezas principales, descritas en el texto jeroglífico y con correlato en su propia figura. La de naturaleza celeste, aérea y luminosa es Ra-Horajty-Atum, con cabeza de halcón coronada por un disco solar, sobre un trono con cojinete lumbar situado sobre una plataforma. La de naturaleza terrestre, nocturna y funeraria es Ptah-Sokar-Osiris, con sudario de momia y sosteniendo un cayado heqa y un flagelo nejej cruzados sobre el pecho. Ambas naturalezas simbolizan la eterna combinación regeneradora dia-noche, ya que el dios es capaz de regenerarse en el oscuro y terrestre reino de los muertos (Ptah-Sokar-Osiris) y de amanecer triunfante y luminoso en el cielo, es un eterno renacimiento (Ra-Horajty-Atum). Frente al dios, la difunta, ataviada con vestido de transparencias, collar verde y peluca larga, realiza el gesto de adoración dua, expresado por su signo jeroglífico, al dios Sol que amanece para renacer con él después de la muerte. Adornan su cabeza una flor de loto abierta, la misma que ofrece a la divinidad en un pequeño altar, y un ‘‘cono ungüento’’. Tanto éste, que remite la idea de espíritu luminoso que ha superado la muerte, como el collar

Detalle del dios Ra-Horajty-Atum / Ptah-Sokar-Osiris y Taeshert. | Santiago López-Pastor.

verde, color de la regeneración del universo vegetal, y el loto, vinculado al cielo de renacimiento solar por su peculiaridad de renacer con su salida y cerrarse con su ocaso, representan una promesa de regeneración y eternidad para la difunta. La misma idea de ciclo interrumpido entre el ocaso y el amanecer, la muerte y la vida, aparece evocada por los ojos sagrados, udyat, situados en posición elevada: el derecho, a la izquierda, es el Sol; el izquierdo, a la derecha, la Luna. Con ellos, la difunta puede ver lo que sucede delante de la estela e insertarse en el ciclo luminoso que, ininterrumpidamente, convierte la nocturna oscuridad de la muerte, representada aquí por la Luna, en tiempo de gestación y de preparación para el nacimiento, representado por el Sol. También incide sobre esta idea la alusión al mito del origen del mundo. Para

Detalle de Taeshert. | Santiago López-Pastor. 12 | Egiptología 2.0

los antiguos egipcios, éste comenzó cuando el Sol, el Creador, inmerso en una masa de agua y oscuridad, hizo emerger un montículo de tierra, la ‘‘colina primigenia’’, adonde subió irradiando la luz del primer amanecer. Sobre ese montículo se ha dispuesto al dios de la estela, simbolizando así la

Detalle de los ojos sagrados udyat. | Santiago López-Pastor.


Estela de Taeshert. | Santiago López-Pastor.

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idea de su surgimiento desde las aguas primordiales, figuradas aquí por el color azul del suelo. Otro elemento que refuerza la idea de regeneración es la propia forma de la estela: la corona de pluma doble y disco solar, Shuty, representa la atmósfera de la luz que permite la vida, representada por la banda celeste, el suelo y los personajes. Pero no sólo eso. La unión de ambos elementos conforma otro signo jeroglífico, el estandarte tawer, que hacía referencia tanto a la cabeza de Osiris, con quien la difunta podría identificarse y participar de su resurrección, como a la ‘‘colina primigenia’’, desde la cual la difunta se elevará como ese sol lleno de vida del que emanan plumas irradiantes de luz. En definitiva, el renacimiento o la regeneración es la idea recurrente en la que convergen todos los signos iconográficos o simbólicos de la escena; con ellos Taeshert consigue insertarse en los ciclos cósmicos para renacer en una vida eterna siguiendo el mismo compás que la naturaleza y en armonía con el universo. La imagen egipcia antigua no tuvo una función estética o decorativa. Aunque el artesano egipcio persiguió siempre la calidad, se interesó más por lograr

Detalle de Taeshert. | Santiago López-Pastor.

que las imágenes fueran vehículo para expresar ideas y convertirlas en realidad, es decir, concibió las imágenes como entes y cosas reales, que vivían por sí mismos y hacían real el mensaje que vehiculaban. Esta concepción de las imágenes se potenciaba en los espacios, de los que formaban parte los templos y las tumbas. En ellos se podía contactar con realidades que estaban más allá de la naturaleza humana, como los difuntos o los dioses. Se trataba de lugares donde el espacio y el tiempo son distintos y donde la atmósfera se llenaba de magia. Ésa era, para el egipcio antiguo, un instrumento que permitía trascender lo cotidiano, y materializar y dotar de realidad lo que no existe o carece de vida. Así, todo aquello que se realizaba o formaba parte de esos lugares sagrados no podía ser dejado al azar, pues allí cobraba vida, era real. Por esta razón, el egipcio puso especial cuidado en qué representaban las imágenes y en cómo se realizaban. En definitiva, el egipcio buscaba representar seres y objetos tal y como eran, su esencia misma, y es precisamente esa esencia la que conforma la apariencia, lo que se ve. Dado que la percepción de la realidad puede verse distorsionada según el punto de vista, la luz, la distancia, etc., el egipcio, buscando las esencias del mundo, concibió un sistema de representación que careciera de esos condicionantes y creó imágenes inequívocas, libres de ambigüedad, que aunaran armónicamente varios puntos de vista simultáneos.

Detalle del dios Ra-Horajty-Atum / PtahSokar-Osiris. | Santiago López-Pastor. 14 | Egiptología 2.0

Son, pues, imágenes mentales, compuestas por elementos con un significado preciso. Al tratarse, por tanto, de conceptos expresados plásticamente, las imágenes obedecían en el Egipto antiguo al mismo principio que regía el enunciado de ideas mediante los signos jeroglíficos, puesto que imágenes y textos formaban parte de una sola realidad.


Arquitectura Sandra Pajares Sotillo

El templo de Horus en Edfu

Templo de Horus en Edfu. | Malik Alayli.

Mitos y leyendas pueblan la Historia del antiguo

Egipto…Una de las más conocidas por todos los amantes de su historia es la lucha entre dos dioses, Horus, hijo de Isis y Osiris, y su tío Seth. Los antiguos egipcios situaron esta batalla, ganada por el poderoso Horus, en Edfu, ciudad situada en la orilla oeste del Nilo y a unos 100 km al sur de Tebas (Luxor). El nombre actual con el que conocemos la ciudad viene de su antiguo nombre Djeba (Etbo en copto) que significa ‘‘El lugar del castigo’’, ya que los enemigos del dios Horus eran conducidos a este lugar y allí eran castigados. En este emplazamiento se edificó, en época ptolemaica, un templo dedicado al dios Horus de Behedet, deidad a la que se adoraba en este lugar desde el predinástico. Construido en piedra arenisca, y edificado sobre un montículo natural de arena y rocas en medio de la llanura aluvial (lo que provocaba que durante la crecida se transformara en una isla en medio de las aguas de la inundación), es el templo más completo y mejor conservado de Egipto, y uno de los más grandes con 137 m de longitud y 79 de

Mapa de Egipto. | Sandra Pajares Sotillo. Egiptología 2.0 | 15


Vista general del templo de Edfu, 1859. | Théodule Devéria.

anchura. Alrededor del templo ptolemaico aún quedan restos de edificaciones, e incluso necrópolis, que datan del Reino Antiguo y del Primer Período Intermedio, pero no es esto lo único que conservamos en el lugar… Antes del templo actual existía en el mismo emplazamiento un templo del Reino Nuevo, del cual aún permanece el pilono del mismo empotrado en uno de los laterales del patio del templo ptolemaico. Este templo, más pequeño que el actual, tenía orientación este-oeste; para el templo ptolemaico, sin embargo, realizan un giro en la construcción y colocan el templo paralelo al Nilo, orientado de norte a sur. Además de su buen estado de conservación, lo que nos permite hacernos una idea de cómo eran otros templos egipcios, los muros del templo de Horus en Edfu son una excelente fuente de información para los egiptólogos, ya que en ellos se grabaron tanto las típicas escenas cosmogónicas, como otras menos conocidas, como son el funcionamiento del templo y los distintos papeles que desempeñaban en él los sacerdotes, así como el momento y el lugar de cada ceremonia en su interior. También en sus paredes aparecen las fechas exactas del comienzo de su construcción y de su inauguración; las obras dieron comienzo el 23 de agosto de 237 a.C., bajo el gobierno de Ptolomeo III, y el 5 de diciembre de 57 a.C., bajo el mandato de Ptolomeo XII (padre de la famosa Cleopatra VII) se inaugura el templo. Sabiendo el año del comienzo de las obras llama la 16 | Egiptología 2.0

La barca sagrada de la diosa Hathor. | I. Rémih.

atención una de las inscripciones que aparecen en sus muros, y es que en ella se relata cómo el diseño fue obra del arquitecto Imhotep, responsable de la pirámide escalonada de Djoser (realizada unos 2.350 años antes de la construcción del templo de Edfu) y quien en esta época había sido elevado a la categoría de dios. La ‘‘Fiesta del Bello Encuentro’’ Los muros del templo de Edfu no sólo servían de morada para el dios Horus, sino que entre sus paredes tenía lugar la ‘‘Fiesta del Bello Encuentro’’. El dios Horus de Edfu formaba pareja con la diosa Hathor de Dendera (emplazamiento situado a unos 130 km al norte). Una gran distancia los separaba, por lo que, para permitir a los dioses estar juntos, se creó


EgiptologĂ­a 2.0 | 17 Primera sala hipĂłstila. | Instigator1.


una festividad durante la cual, una vez al año, la diosa Hathor visitaba al dios Horus en su santuario. En esta festividad la diosa era llevada en un barco ceremonial hasta Edfu, donde la figura del dios Horus la esperaba en el embarcadero del templo. Una vez arribaba, ambos dioses eran llevamos en procesión, acompañados con bailes y música de sistros, al interior del templo donde la diosa permanecería junto al dios durante unos 14 días.

Planta del templo de Edfu. | Sandra Pajares Sotillo.

El templo de Edfu Pilono Con más de 34 m de alto, el pilono del templo de Edfu nos muestra al monarca Ptolomeo XIII golpeando a los enemigos de Egipto ante el dios Horus. En su fachada aún se pueden ver los 4 nichos que servían para albergar los mástiles con las banderas que decoraban los pilonos egipcios. Dos estatuas del dios Horus, con forma falconiforme, flanquean la entrada al patio. Patio 32 columnas con capiteles florales rodean tres de los lados del patio. En sus muros vemos escenas que 18 | Egiptología 2.0

relatan la ‘‘Fiesta del Bello Encuentro’’, además de mostrar al monarca haciendo ofrendas a los protagonistas, Horus y Hathor, además de otras divinidades, así como desfiles de músicos y bailarinas. Frente a la entrada al patio está la fachada que cierra la sala hipóstila. Ésta presenta un cerramiento típico de la época; columnas con muros intercolumnares que cierran esta fachada sólo hasta media altura, permitiendo la entrada de luz y aire en la siguiente estancia (la primera sala hipóstila). En ella nos encontramos la famosa estatua del dios Horus, en forma de halcón y con la doble corona de Egipto, además de dos accesos al corredor a cielo abierto que rodea el templo, situados a ambos lados de la fachada.


Pilono del templo de Edfu. | Alan Teo.

Primera sala hipóstila

El pilono del templo visto desde el patio. | A. Parrot.

Además de las 6 columnas presentes en la fachada que da al patio, en su interior existen otras 12 columnas con capiteles florales. Las escenas que decoran la sala muestran al rey ofreciendo el templo al dios Horus, y también escenas de la construcción del edificio. En el techo aún podemos ver las estrellas que lo decoran. Todo el templo conserva aún su cubierta, lo que hace que entrar en él sea un auténtico viaje en el tiempo a la época de los faraones, ya que gracias a esto se puede percibir cómo la iluminación va disminuyendo según nos adentramos en su interior. Adosadas al muro de entrada a la sala existen dos pequeñas cámaras: una biblioteca al este (derecha), en cuyas paredes figura una lista con los volúmenes que esta contuvo en su momento; y al oeste el vestidor (izquierda), donde se habría guardado la ropa de los principales sacerdotes del templo. Segunda sala hipóstila

Entrada a la primera sala hipóstila. | Olaf Tausch.

Con otras 12 columnas y a continuación de la primera, esta segunda sala hipóstila es algo más pequeña que la anterior y en sus muros las escenas relatan el Egiptología 2.0 | 19


proceso de fundación del templo. En su lado este existe una cámara destinada a almacenar las ofrendas líquidas, además de una escalera que conduce al tejado del templo, mientras que las ofrendas sólidas se almacenaban en el lado oeste, donde también existía un laboratorio en el que se guardaba y preparaba el incienso para los rituales. Los muros del laboratorio muestran el proceso mediante el cual se preparaba el incienso. Sala de ofrendas La decoración muestra al monarca realizando ofrendas a Horus. A derecha e izquierda de la sala otras dos escaleras conducen al tejado del templo, las cuales se encuentran decoradas con procesiones de dioses y sacerdotes; una de ellas servía para subir la estatua del dios al tejado (para que fuese recargada con los rayos del Sol en la festividad del Año Nuevo), y la otra sería por la que se bajase terminadas las ceremonias. Vestíbulo Construido por Ptolomeo IV, esta zona era conocida como la ‘‘Sala de reposo de los dioses’’, y en sus paredes las escenas nos muestran a este monarca haciendo ofrendas ante varias divinida-

Primera sala hipóstila. | Karen Green.

des. A la derecha una puerta conduce a un patio a cielo abierto desde el que se accede a «El lugar puro», un altar en cuyo techo vemos representada a la diosa Nut.

‘‘El Lugar Puro’’. | Olaf Tausch. 20 | Egiptología 2.0

Capiteles de la primera sala hipóstila. | Dennis Jarvis.


Horus. Templo de Edfu. Egiptología 2.0 | 21 | David J. Julián.


Santuario Construido como un volumen independiente dentro del templo, en su interior aún se conserva una naos de granito de Nectanebo I, XXX dinastía, la cual es una de las partes más antiguas del templo (es probable que esta naos proceda de un templo anterior situado en este mismo emplazamiento). Delante de la naos nos encontramos una reproducción moderna de lo que habría sido la barca del dios. En sus muros aparecen textos con los himnos que cada mañana los sacerdotes cantaban cuando iban a atender a la estatua del dios Horus (al despertarla, purificarla, vestirla y alimentarla). Rodeando el santuario nos encontramos 10 capillas dedicadas a diferentes divinidades, como Min, Osiris, Hathor, Ra, Khonsu…, así como una ‘‘cámara del lino’’ y una del ‘‘trono de los dioses’’.

Santuario del dios Horus. | Olaf Tausch.

Corredor Como ya se ha comentado, a través del patio se accede a un corredor a cielo abierto. Éste bordea completamente el templo, y en él podemos ver al rey derrotando a los enemigos de Egipto, así como las escenas míticas del dios Horus acabando con Seth (quien aparece representado como diversos animales: un burro, un cocodrilo, un hipopótamo…).

Corredor del templo de Edfu y escena del dios Horus derrotando a Seth. | Olaf Tausch. 22 | Egiptología 2.0


Mammisi Situado a unos 100 m al sur del templo, completamente independiente del mismo, tanto el mammisi (‘‘casa del nacimiento’’) del templo de Edfu como el de Dendera, servían para celebrar el nacimiento de Harsomtus, hijo de los dioses Hathor y Horus. El núcleo central del mammisi se rodeó con un deambulatorio de columnas unidas, una vez más, con muros intercolumnares. Sus relieves nos muestran la historia del nacimiento del dios Harsomtus, denominado ‘‘Horus el Unificador’’, imágenes del dios Bes, ofrendas del monarca Ptolomeo VIII, así como escenas de la ‘‘Fiesta del Bello Encuentro’’.

Mammisi del templo de Edfu. | Olaf Tausch.

Bibliografía

Sobre el autor

WEEKS, K. R. (2006). Los tesoros de Luxor y el Valle de los Reyes. Libsa. Madrid. WILDUNG, D. (2001). Egipto. De la prehistoria a los romanos. Taschen. Colonia.

Sandra Pajares se licenció en Arquitectura Superior mostrando especial interés por la Historia de la Arquitectura. El antiguo Egipto es su mayor pasión, lo que le ha llevado a realizar diversos cursos sobre el mundo faraónico (especialmente sobre su arte).

WILKINSON, R. H. (2002). Los templos del antiguo Egipto. Destino. Barcelona.

Creadora del blog “Bajo las arenas de Kemet” donde analiza y estudia la Arquitectura del antiguo Egipto. Especializarse en esta materia y un futuro Máster en Egiptología son dos de sus grandes metas. Enlaza con el autor

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Mitología Verónica Reyes Barrios

El concepto de equilibro y verdad a través de Maat Maat: Origen y características.

Para los antiguos egipcios la diosa Maat suponía la personificación de las leyes, la verdad y el orden cósmico. La bibliografía coincide en considerar que Maat constituyó una manifestación visual que se dio a un concepto filosófico (Armour, 2014:211). En un principio, y de una manera simplificada, se la representó como un jeroglífico de líneas sosteniendo el trono del rey; por lo que, podía significar “lo correcto”. Este jeroglífico también se puede interpretar como una especie de plinto -pedestalque aparecía en las representaciones de los tronos; lo que significaba que Maat era la base donde se asentaba la sociedad egipcia. Maat era representada como una figura femenina y joven, llevando un ankh (símbolo de la vida), un cetro y con un tocado formado por una larga pluma y recta (sinónimo de rectitud) de avestruz (símbolo de lujo) enganchada en una cinta. La vinculación entre la pluma y Maat fue tan importante que también podía aparecer ésta exclusivamente como símbolo de la presencia de la diosa. Su origen se remonta al Imperio Antiguo, mencionada en los Textos de las Pirámides, donde era asociada con el dios Ra: “Que brilles como Ra; sofoca la maldad, haz que Maat permanezca detrás de Ra, brilla cada día para el que está en el horizonte del cielo. Abre las puertas que están en el abismo”. Representación de la diosa Maat. | Wilkinson, R. H., 2003:151.

(TP 586).

De hecho, en el Imperio Nuevo fue denominada “hija de Ra”: “Cuando los cielos dormían yo vivía con mi hija Maat, la una en mía, la otra a mi alrededor” (Baring, 2005:206). Por lo tanto, Maat era hermana del faraón ya que éste era “hijo de Ra”, por lo que a veces se la representa infundiendo vida a éste: “Nun dijo a Atum: respira en hija Maat, acércala a tu nariz para que tu corazón viva. Que ella no se aparte de ti, que tu hija Maat esté con tu hijo Shu cuyo nombre es vida”. (Baring, 2005:206). Para entender la relación con Ra debemos remontarnos al origen mitológico de la creación del mundo ya que, 24 | Egiptología 2.0


según la cosmogonía solar, antes de la creación existía Nun, es decir el Caos Primordial. Este caos se caracterizaba por constituir un universo en tinieblas, acuosos y en silencio al que el demiurgo Atum dio luz. Atum tenía tres aspectos según la posición solar; así podía aparecer como Khepri (el amanecer), Re (el mediodía) y Atum (el atardecer). El papel de Maat en este contexto fue poner orden sobre el cosmos creado por el dios solar; la diosa, frente a ese caos primigenio y oscuro, creó el equilibrio y el orden. Este orden cósmico constituía una de las funciones de la diosa; pero ésta además, albergaba otras funciones ya que, por otro lado, también estaba asociada con todo lo que suponía cargos de autoridad; por ejemplo, las leyes hacían que los jueces fueran considerados sacerdotes de Maat. Éstos portaban en el pecho un emblema que hacía alusión a la diosa, siendo Maat la patrona de éstos. Pero, además, también era la patrona de los jueces en el mundo de los difuntos. Una vez muerto, el individuo era juzgado por los actos cometidos en vida. El juicio suponía un proceso complejo. Tenía lugar en la denominada “Sala de las dos verdades”; donde se llevaba a cabo la psicostasis, presidida por Osiris. Durante la ceremonia, el dios cánido Anubis tomaba el corazón del difunto y lo pesaba en una balanza, en contrapeso de la pluma de Maat. Para que el difunto saliera favorecido, la balanza debía quedar equilibrada; sino, el destino del difunto suponía una segunda “muerte”, y su corazón era devorado por Ammyt “la devoradora de corazones”. Esta diosa se caracterizaba por su cabeza de cocodrilo, cuerpo de león y parte inferior de hipopótamo. Para que el corazón quedara en equilibrio con la pluma, el difunto debía haber sido justo en la tierra. Luego, éste debía ir a la Sala de Maat -las dos Maat- o Sala de la Justicia, donde debía negar cuarenta y dos pecados, frente a un tribunal divino -denominado el consejo de Maat- e identificar los nombres de las partes de la puerta. En el mundo funerario Maat también estaba relacionada con el dios Osiris, al que se le denominaba “señor de Maat”. Otra de las asociaciones es con el dios

Relieve de Maat en el templo de Deir el-Medina. | Wikimedia Commons.

Anubis pesando el corazón del difunto en contrapeso de la pluma de Maat. Libro de los Muertos del papiro de Ani. | Wikimedia Commons.

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escriba Thot, al que, según algunas fuentes, le consideraban su esposo. Culto Los templos para el culto oficial a Maat no eran muy comunes, aunque destaca el recinto de Montu en Karnak, donde se hallaba un pequeño templo en su honor. Igualmente no era muy común, pero existía, el título de ‘‘sacerdote de Maat’’, el cual constituía una singularidad y honor. Sólo accedían a él los que habían sido magistrados o habían administrado la justicia. Quienes poseían este título portaban imágenes pequeñas de oro de Maat. Un importante ritual era el llevado a cabo por los faraones que portaban su figura y la ofrecían a los dioses como “alimento”, “vestimenta” o “aliento”. Y que a su vez, suponía la propia ofrenda del faraón ya que él, era el responsable de mantener el maat. Es interesante, así mismo, tener en cuenta que los dioses se alimentaba del maat y los faraones se denominaban “amados de Maat” (Wilkinson, 2003:150):

Relieve de la diosa Maat en el templo de Edfu. | Wikimedia Commons.

He venido a ti, soy Thot, mis dos manos unidas para transportar a Maat. Maat está en todo lugar que te pertenezca…te alzas con Maat, vives con Maat, unes tus miembros a Maat, haces que Maat repose en tu cabeza para que pueda sentarse sobre tu frente. Te haces joven de nuevo ante la visión de tu hija Maat, Vives del perfume de su rocío. Maat se lleva como un amuleto en tu cuello, reposa sobre tu pecho, los seres divinos te recompensan con Maat, pues conocen su sabiduría… Tu ojo derecho es Maat, tu ojo izquierdo es Maat… tu carne, tus miembros son Maat… tu comida es Maat, tu bebida es Maat… (Baring, 2005:307).

Un faraón ofreciendo el maat a los dioses. Museo del Louvre. | Wikimedia Commons. 26 | Egiptología 2.0

Así, en las imágenes de los faraones ofreciendo el maat a los dioses podía aparecer una pequeña imagen de la diosa como parte del jeroglífico del nombre del faraón. Por ejemplo, cuando éste portaba una pequeña figura de la diosa llevando un user, tocado solar de Ra y la pluma; daba el título de User-Maat-Ra. Por lo tanto, y en consonancia con las fuentes modernas, se puede


concluir que Maat es una figura compleja ya que suponía, más que una deidad, un concepto que englobaba ideas tan complejas como la verdad, la justicia y el orden; y que los antiguos egipcios personificaron en una figura femenina, joven y esbelta que portaba una estilizada pluma. El concepto que representó, debió ser importante para los egipcios ya que, no sólo son numerosas las representaciones artísticas de la diosa (relieves, pinturas, amuletos, esculturas); sino que su presencia abarcó la moralidad de todos. Los jueces debían dictar la verdad y el faraón -figura suprema- debía dar orden al mundo que reinaba; pero además, esa idea de verdad trascendía al cosmos, al que dio orden, y al Más Allá, donde el difunto debía dar explicaciones de sus actos en vida. Por lo tanto, en la ideología egipcia la verdad debió suponer un importante valor en el mundo terrenal que expandieron hasta la vida de ultratumba y englobó todo el cosmos, y todos los que en él vivían.

Representación de la diosa Maat. Museo del Louvre. | Wikimedia Commons.

Bibliografía

Sobre el autor

ARMOUR, R. A. (2014). Dioses y mitos en el Antiguo Egipto. Alianza.

Nació en 1987 en Las Palmas de Gran Canaria. Se graduó en Historia en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y realizó un máster interuniversitario en Religiones y Sociedades en la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).

BARING, A.; CASHFORD J. (2005). El mito de la diosa. Ediciones Siruela. LURKER, M. (1991). Diccionario de dioses y símbolos del Egipto Antiguo. Ediciones Índigo. MANCINI, A. (2004). El misterio de Maat. Diosa de la justicia en el Antiguo Egipto. Buenos Book America. WILKINSON, R. H. (2003). Todos los dioses del Antiguo Egipto. Oberon.

En el trabajo fin de grado se centró en la figura de Serapis; mientras que en el trabajo de fin de máster en la de Osiris. Actualmente, está realizando el doctorado Islas Atlánticas: Historia, Patrimonio y Marco Jurídico en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Su propuesta de tesis es realizar una comparación entre los dioses Serapis y Osiris. Además, ha realizado cursos sobre religión egipcia en el Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía de la Universidad de Murcia. Enlaza con el autor

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Historia Julio López Saco

El reino de Yam y su relación con el Egipto antiguo

Panorámica de la entrada de la tumba de Herkhuf. | Julio López Saco.

En una inscripción biográfica en la tumba de Her-

khuf (Dinastía VI) gobernador de Elefantina se relatan varias expediciones a un territorio denominado Yam, de donde volvió con una serie de regalos suntuosos y exóticos. Trajo consigo pieles de leopardo, marfiles, plumas de avestruz, ébano, huevos, entre otros productos. Probablemente las expediciones fueron llevadas a cabo con el deseo de explorar la región. En consecuencia, se estableció una ruta caravanera. Sin embargo, no mucho después las noticias sobre Yam desaparecieron de los textos. En un principio se pensó que podría tratarse de una leyenda, de un mito. Sin embargo, los expertos han debatido mucho en relación a su ubicación, llegándose a un acuerdo mayoritario que emplazaba este reino en Nubia, en las cercanías de Kerma, por tanto en Sudán. En 1923, Ahmed Hassanian Bey, un explorador egipcio, encontró en las montañas de Uwienate un 28 | Egiptología 2.0

conjunto de pinturas rupestres. Como consecuencia, denominó aquel asentamiento como “el oasis perdido”. En 2007, el aventurero maltés Mark Borda junto al guía Mahmoud Morai se internaron en los valles de Uwienate, en los extremos del desierto líbico, y hallaron pinturas prehistóricas al lado de jeroglíficos. En dichos jeroglíficos se detalla la existencia de un reino llamado Yam, cuyo emplazamiento pudo ubicarse, con bastante certeza, en Sudán o al sur de este país, plausiblemente en Chad. En las montañas de Uwienate, en el desierto líbico, célebres por contener grabados neolíticos y pinturas rupestres se descubrió también una inscripción faraónica que resultó ser de Montuhotep, a quien dos personas traían productos de sus respectivos territorios. Uno de ellos trae consigo un órix y procede de Tekhbeten, mientras que el otro, tal vez porte incienso, y procede del país de Yam. Esta inscripción


Período Intermedio. En su autobiografía Herkhuf menciona las localidades de Setju, Uauat e Irtjet (tal vez pequeños asentamientos), que algunos ubican al norte de Nubia, con lo cual Yam estaría en la zona meridional. Otros investigadores, por el contrario, creen que Yam se encontraba todavía más al sur, cerca de la quinta catarata, lo que implicaría que Uauat abarcase toda la zona de la Baja Nubia. Si los territorios eran más grandes de lo que se pensaba, era probable que supusiesen una amenaza cierta para el sur de Egipto. Yam no se incluía entre los territorios “amigos”. Se le asimiló a otros territorios nubios en algunos textos de execración que se escribieron sobre figurillas de prisioneros y que se depositaron en cementerios para prevenir (o impedir) mágicamente, ataques sobre Egipto. Con el descubrimiento de Uwienate, y si se entiende que la inscripción marca el territorio, el panorama sería diferente, pues estamos hablando de una zona muy al oeste de Abu Simbel. Una serie de hallazgos previos podrían evidenciar que es esta la región de Yam.

Herkhuf representado en la entrada de su tumba. | Wikimedia Commons.

se convirtió en referente fundamental para localizar la posición de Yam, relevante para determinar hasta qué zona del interior de África penetraron los egipcios de la antigüedad, y para evaluar la fuerza y la superficie de los territorios nubios durante el Reino Antiguo. Los egiptólogos que han analizado la inscripción señalan, en efecto, que en el texto se mencionan los nombres de dos sitios, marcados por el ideograma de una montaña que simboliza las tierras extranjeras. El primero, es el reino de Yam, casi con seguridad la propia montaña de Uwienate, junto al cual se lee de forma confusa la posible palabra que refiere “incienso”. El segundo nombre es el mencionado Tekhbeten, un emplazamiento desconocido hasta la fecha, y que en la inscripción está acompañado de un órix. Ambos lugares aparecen precedidos por la inscripción “El rey del Alto y del Bajo Egipto, el hijo de Ra, Montuhotep”. Este apelativo corresponde a cuatro soberanos del Reino Medio (hacia 2000 a.e.c.), aunque el único al que se identifica dentro del cartucho con la expresión Hijo de Ra es Montuhotep II (2055-2004 a.e.c.), el auténtico unificador del país tras la crisis referida en la historiografía como Primer

Por un lado la ruta de Abu Ballas (Colina de la Cerámica), en donde aparecieron casi trescientas vasijas, tal vez punto de paso en época faraónica para desplazarse hasta Gilf el Kebir, Uwienate o incluso más al oeste. En el camino se constatan cerámicas que abarcan desde la VI Dinastía hasta la época romana. Estaríamos hablando de una ruta para atravesar el desierto. Por otro lado, la Montaña de Agua de Djedefre y el Biar Jaqub (un oasis, con diez pozos de agua), a un par de días de Dakhla. En el primero se encuentran los cartuchos de Keops y de Djedefre, su hijo, además de un texto en el que se narran las expediciones de la IV Dinastía hasta estas regiones para producir un polvo denominado mefat. Los egipcios sabían, en consecuencia, cruzar el desierto, en específico empleando caravanas de asnos, aprovisionándose de agua en los pozos de Biar Jaqub.

Posible localización del Reino de Yam. | Wikimedia Commons. Egiptología 2.0 | 29


Inscripción original de Montuhotep (izquierda) e imagen de la inscripción editada (derecha). | Nocsupdroid.

De hecho, el investigador alemán Carl Bergmann, que exploró el desierto occidental de Egipto en años recientes, descubrió antiguas fuentes que podrían haberse empleado en las rutas seguidas por expedicionarios egipcios a lomos de burros, en virtud de que el camello no entró en Egipto hasta los siglos V o IV a.e.c. En relación a los presentes que trajo Herkhuf desde las tierras de Yam, un par de ellos desencajan con la zona de la montaña de Uwienate. Se trata de los bumeranes y de las panteras. Sin embargo, en pinturas prehistóricas de la región se pueden observar estos felinos. Además, los habitantes de Yam pudieron intercambiar con pueblos de los alrededores marfil y pieles de leopardo. En términos generales, las menciones de toros y otros animales en el texto de Herkhuf cuentan con sus paralelismos en los diferentes grabados de Uwienate.

Fragmento de pintura rupestre en Uwienate, con la presencia de fauna africana propia del África subsahariana (avestruces, jirafas). | Nocsupdroid.

Lo cierto es que la montaña de Uwienate albergó hace cuatro milenios riquezas análogas a las que mencionan los textos de la tumba de Herkhuf, esto es, incienso, marfil, grano, panteras y ébano, entre otras. En cualquier caso, todos ellos figuran entre la flora y fauna representadas en las rocas de Uwienate, muy probablemente la cuna del reino de Yam. También se ha escrito mucho acerca de la desaparición de Yam en las fuentes antiguas. Se ha argumentado, al respecto, el hecho de que el reino estaba bastante apartado de la proliferación de otros mercados y por tanto, podría no compensar realizar un viaje que se presume complicado, por estar muy alejado (en dirección oeste) del Nilo. Así mismo se ha dicho que la zona pudo haberse convertido en un área inaccesible para los egipcios debido a lo duro del viaje. Tal vez los cambios climáticos hicieran la zona más seca e imposibilitaran las caravanas de burros si no había suficiente suministro de agua. Es probable, en fin, que Uwienate pudiera suministrar alimentos a colectivos pequeños durante cierto limitado tiempo, sobre todo si en esas épocas la zona era algo más húmeda. En cualquier caso, pare30 | Egiptología 2.0

Pintura rupestre en Uwienate, donde se puede observar, además de la fauna subsahariana, alguna figuración antropomorfa. | Nocsupdroid.


ce claro que los antiguos egipcios usaban la ruta con interés comercial y que Yam pudo encontrarse en las llanuras y wadis de la montaña de Uwienate, y no en Nubia, cono hasta hace poco se pensaba. No podemos finalizar, sin antes reseñar un fragmento de la biografía de Herkhuf relativo a Yam y que suscribe lo que se ha señalado en el artículo (Serrano Delgado, J.M., 1993, pp. 76-77):

“…La majestad de Merenré, (mi) señor, me envió junto con (mi) padre, el Compañero Único y Sacerdote-lector Iri, a Yam, para abrir la ruta hasta esta tierra. Lo hice en siete meses; traje de allí todo tipo de bellos y raros presentes. Fui alabado extremadamente a causa de ello. Su majestad me envió por segunda vez, solo. Salí por la ruta de Elefantina y descendí por Irtjet, Makher, Terers e Irtjetj, en el espacio de ocho meses. Traje productos de este país en gran cantidad, cuyo igual jamás había sido traído hasta esta tierra anteriormente. Descendí hasta la proximidad de la mansión del príncipe de Setju e Irtjet, y exploré esas tierras extranjeras. No pude constatar que hubiera hecho (eso) ningún Compañero o Jefe de los Intérpretes que hubiera ido a Yam anteriormente. (Entonces) me envió su majestad por tercera vez a Yam. Salí desde el nomo de Tinis por la ruta de los Oasis. Encontré que el príncipe de Yam había marchado hacia el país de Temehu para golpear a los Temehu, en la esquina occidental del cielo. Salí tras él hacia la tierra de Temehu y lo apacigüé, de forma que él adoró a todos los dioses para mi señor. (A la izquierda de la entrada) “[Envié a...] con un (hombre) de Yam al Séquito de [Horus], para hacer que la majestad de Merenré, mi señor, supiera [que yo había ido al país de Temehu] tras el príncipe de Yam. Después, cuando hube apaciguado a este príncipe de Yam,..al sur de Irtjet, el norte de Setju. Encontré al príncipe de Irtjet, Setju y Uauat... Descendí con trescientos burros cargados de incienso, ébano, aceite-bekenu, sat (?), pieles de pantera, colmillos de elefante y palos arrojadizos, así como todo tipo de buenos presentes. Cuando el príncipe de Irtjet, Setju y Uauat vio qué fuerte y nutrida era la tropa de Yam que había venido conmigo hasta la Residencia, junto con los soldados que habían sido enviados conmigo, (entonces) este príncipe (me) escoltó, (y me) dio bueyes y carneros, y me guió por las montañas de Irtjet, a causa de la excelencia de la vigilancia que yo había hecho, más que cualquier otro Compañero o Jefe de Intérpretes que hubiera descendido a Yam anteriormente…”

Bibliografía

Sobre el autor

ELIADE, M. (2014). Lo Sagrado y lo profano. Paidós. Barcelona.

Julio López Saco (Caracas, 1966), es profesor e investigador titular en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad Católica Andrés Bello.

COLLINS, R. O. & BURNS, J. M. (2007). A History of Sub-Saharian Africa. Cambridge University Press. Cambridge. MORAI, M. (2008). “Descubierto el reino de Yam. Nuevo hallazgo en el corazón de África”, Revista de Arqueología del Siglo XXI, n°, 323, pp. 14-23. SERRANO DELGADO, J. M. (1993). Textos para la Historia Antigua de Egipto. Cátedra. Madrid. URRUELA QUESADA, J. J. (2006). Egipto faraónico: política, economía y sociedad. Universidad de Salamanca. Salamanca.

Ex-coordinador del Doctorado en Historia en la UCV y ex-coordinador Académico en la Escuela de Historia. Doctorado en Historia y doctor en Ciencias Sociales. Es miembro asociado activo de varios centros de investigación, entre ellos el Centro de Estudios de África y Asia (ULA-Mérida), perteneciente a la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África, y el Centro de Investigaciones Filosóficas y Humanísticas de la UCAB, además de autor de más de una decena de libros y múltiples artículos en publicaciones periódicas cuyas temáticas se centran en los ámbitos culturales de la historia antigua. Se ha especializado en el estudio de las antiguas tradiciones míticas y sus referentes iconográficos, desarrollando una línea de investigación que lleva por nombre: El mito como sustrato de la cultura. Enlaza con el autor

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Momificación Miguel Albarenga

Una momia en Montevideo

La pregunta es como llegó una

momia egipcia al Uruguay, para lo cual y por suerte tenemos respuesta. Sobre fines del siglo XIX y bien entrado el siglo XX algunos integrantes de familias adineradas tanto en mi país como en Argentina gustaban de viajar a Europa en especial a Francia, un referente cultural de la época. Sin embargo también se trasladaban a otros países europeos y por cierto al Egipto, una tierra de fascinación y descubrimientos, en esos tiempos de afirmación de la Egiptología. No olvidemos que entre los fallecidos por el naufragio del Titanic estaba un uruguayo. Fue durante una de esas experiencias que el Ingeniero Luis

Detalle de la parte superior de la momia de Esoeris. Museo de Historia del Arte, Montevideo (MUHAR). | MUHAR.

Viglione la adquirió en el Museo de Boulacq en El Cairo -junto con otros objetos- en 1889 y a fines del siglo XIX la donó al Estado uruguayo, teniendo al Museo de Historia Natural como repositorio. En la década de los años setenta del siglo XX, durante el régimen de facto, pasó al Palacio Taranco en la Ciudad Vieja. Posteriormente ya vuelta la democracia retornó al Museo de Historia Natural en el Teatro Solís y cuando éste fue reparado en 2000, la trasladaron al Museo de Historia del Arte (MUHAR) sito en la Intendencia Municipal de Montevideo (Ayuntamiento). Existe una película a este respecto. Según nuestras leyes la momia pertenece al Uruguay bajo protección del Ministerio de Educación y Cultura, el cual la entregó en custodia al Museo citado anteriormente. Los estudios iniciales fueron de Adolf Erman y Jean Capart, este último en 1936. Los análisis subsiguientes los podemos dividir en dos etapas. En primer término aparece la Sociedad Uruguaya de Egiptología a través dedos trabajos publicados por esta institución, el de Juan José Castillos en 1980 y otro de Alberto Bianchi fechado en 1993.

Vista general de la sala donde se expone la momia de Esoeris. Museo de Historia del Arte, Montevideo (MUHAR). | MUHAR. 32 | Egiptología 2.0

Mediante una mirada de quince páginas -publicada con antelación en Toronto en 1975 y París en 1976- Castillos nos dejó uno de los trabajos más detallados de los cuales tenemos conocimiento en cuanto a Iset-Urt (Gran


Isis en español y Esoeris en griego), sacerdotisa cuya función era tocar el sistro en las ceremonias del dios Min, en la cuidad de Akhmim, en el Egipto central. Su estudio puede ser dividido en seis partes a saber: 1- Mascarilla: trata sobre consideraciones generales, análisis de la tela y decoración. 2- Momia: nuevamente efectúa consideraciones en general y luego pasa a las vendas y al informe radiológico. Este documento bajo firma de los Doctores Juan Pecantet y Ernesto Silva cuenta con un estudio óseo para determinar la edad, además de enfoques en el cráneo y la columna vertebral. Recordemos que para esa época la tomografía no era un servicio desarrollado en el Uruguay, por lo cual notamos que se hizo el mayor esfuerzo posible en busca de respuestas. 3- Ataud: reitera la conducta de las consideraciones generales, centrándose posteriormente en la decoración, inscripciones y tipo de madera de la tapa del sarcófago. 4- Comentarios finales: Castillos nos deja sus impresiones del trabajo, al que considera de tipo primario. 5- Apéndices: son dos, tratando los pigmentos utilizados y el yeso. 6- Anexos: consta de cinco fotos, cuatro pruebas radiológicas y dibujos de las inscripciones.

Parte superior del sarcófago de Esoeris. Museo de Historia del Arte, Montevideo (MUHAR). | MUHAR.

Bianchi, en una exposición de once páginas y con prólogo de Castillos, realiza una serie de miradas complementarias determinando algunas variantes en lo que se refiere a los textos de la tapa del ataúd, la interpretación de ciertas figuras y los avatares que pudo sufrir en su tiempo la caja mortuoria y su máscara. Estamos ante dos trabajos primarios y fundamentales que serán la base de futuras investigaciones.

Portada de los textos de Castillos y Bianchi. | Miguel Albarenga.

En segundo término, el año 2002 marca el origen de la Sociedad de Estudios de Historia Antigua (SEHA), dando inicio a un trabajo multidisciplinario con analistas en Arqueología, Historia, Química

y ciencias varias como Medicina y Odontología entre otras. En los años 2001/02 tendrán lugar exámenes de tipo radiológico sobre pies, rodillas, manos y hombros, pero para 2016 se llevó a cabo una investigación a través de más de 1400 tomografías contemplando frente y perfil. Durante las “III Jornadas de Egiptología de Montevideo” de la SEHA, entre el 9 y 10 de setiembre de 2016 se analizaron una variedad de temas acerca del Antiguo Egipto con una concurrencia de casi doscientas personas (realmente importante para el Uruguay), complementándose con una reunión el día 11 de noviembre, fecha Egiptología 2.0 | 33


en la cual conocimos las tomografías. El lugar físico fue el MUHAR, en la Intendencia de Montevideo, siendo los oradores el Perito Criminalista Víctor Capuccio, el Doctor Ruben Dominguez, el Profesor Daniel Reboredo y Florencia Coronel y Daniel Luongo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. A ellos se adicionaron el Profesor Licenciado Roberto Rodriguez, perteneciente a la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Argentina, además del egiptólogo español Francisco Vivas, dando al encuentro un tono internacional. En el terreno técnico disertaron los Doctores Revello y Pérez, autores del estudio tomográfico. La reunión del 11 de noviembre comenzó con un breve esbozo de la historia de la momia, momento en el cual se reconoció que Juan José Castillos había realizado uno de los mejores estudios de la misma, en la década de los años sesenta. De la tapa del sarcófago se desprende que era una sacerdotisa del dios Min, en Akhmim, aunque queda la duda porque muchas veces los cuerpos en los sarcófagos son diferentes al nombre de la tapa. Su ciudad de origen-pie del ataúd- era Ipú. Se hizo a posteriori una segunda traducción de los jeroglíficos debido a ciertas dudas, pero no hubo resultado diferente. Para la datación se utilizó un pedazo de tela y otro de madera. Según los estudios históricos la momia podría ubicarse entre el 664 a.C. y el 343 a.C. Sin embargo el análisis de carbono 14 brindó una data entre 430 a.C. y 364 a.C. Pudo ser la dinastía XXVI, XXVII o XXVIII. La madera del ataúd es de un árbol típico de Egipto. Con el fin de determinar supuestos lazos familiares se pretendió comparar el ataúd con otro existente en el Museo de Berlín (también de Ipú) pero este último no guardaba la momia de origen. Además se hicieron contactos en Inglaterra, Francia, España y Alemania en busca de ADN. Del estudio dental se desprende que era una persona de 18 a 25 años (más próxima a 25) con un buen nivel de sistema dentario muy diferente por ejemplo al de Ramsés II el que presentaba una posible septicemia que pudo costarle la vida entre los 76 y 77 años. Hay un desgaste molar y puede ser por la masticación de polvillo de piedra que quedaba al moler el trigo. Presenta mordida abierta anterior y no es por causa del vendaje. Se estudió la articulación del maxilar el cual no presenta deformaciones. Sí, se encontró una obstrucción nasal, determinando que debía respirar por la boca, pero sobre este último punto existen dudas. Una característica muy llamativa es que los dos incisivos superiores centrales están tallados de una forma que no se repite en ninguna momia conocida. No pudo hacerse en vida pues el dolor sería difícil de soportar. Debió entonces ser post mortem, intencional u ocasional, aunque no murió por razones odontológicas. El cráneo es de tipo actual, sin deformaciones, fracturas ni traumatismos. La medida craneal es normal. Hay una fisura a nivel nasal producto de la extracción del cerebro por ese lugar. Se ubican dos cuerpos extraños para sostener los párpados. Vestigios de material permanecen en el cráneo quizás por el embalsamamiento, al igual que un goteo en la madera. Columna cervical normal, sin problemas congénitos. Llama la atención un tipo de estalactita encontrada, pero como en lo anterior parece ser producto de la momificación. Tenemos un problema dorsal posiblemente por 34 | Egiptología 2.0

Máscara funeraria de Esoeris. Museo de Historia del Arte, Montevideo (MUHAR). | MUHAR.


causa del vendaje. Resto de la columna normal. En piernas, brazos y cabeza hay remanentes musculares. Mano izquierda arrollada, derecha no. En cuanto a la pelvis se notan heridas y dos imágenes extrañas más arriba. A la derecha (visto de frente) se presenta una envoltura, tal vez algún tipo de gasa. A la izquierda aparece un rollo de lino o papiro. Todo indica que fue vaciada por la pelvis tal como lo había previsto anteriormente la Directora del Instituto de Estudios Científicos de Momias de Madrid, la señora Mercedes González, en conversación por internet con el autor de este artículo. Mi estimada amiga nunca visitó el Uruguay, pero estamos seguros que en próximas reuniones vamos a contar con su grata presencia. Por último queremos poner en conocimiento de los amables lectores que la Egiptología en Uruguay depende de iniciativas privadas como la de la Sociedad Uruguaya de Egiptología o la Sociedad de Estudios de Historia Antigua, debido a que no es una disciplina curricular en el ámbito universitario. El mayor nivel de profesionalización en el tema lo ubicamos en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República (UDELAR), donde dentro de la Licenciatura en Historia y en Historia Antigua, se debe rendir una prueba del período en general desde el génesis mesopotámico hasta el fin del Imperio Romano. Un trayecto muy extenso como para focalizar solamente el Antiguo Egipto, aunque el sistema de informes y monografías permite tal inquietud, algo que nosotros llevamos a cabo con la reforma religiosa de Amenofis IV, en la Dinastía XVIII. Algunas Facultades privadas también se manejan dentro de este contexto.

Detalles de la parte superior de la momia de Esoeris. Museo de Historia del Arte, Montevideo (MUHAR). | Taringa.

Bibliografía

Sobre el autor

BIANCHI, A. (1993). Estudios complementarios sobre la momia egipcia del Museo Nacional de Historia Natural de Montevideo. Sociedad Uruguaya de Egiptología, Publicación especial, XII. Ediciones Maat. Montevideo.

Miguel Albarenga, es Licenciado en Ciencias Históricas por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UDELAR, Montevideo. En el orden curricular de la Facultad de Humanidades trató la Reforma Religiosa de Amenofis IV, en la dinastía XVIII mediante la propuesta de Informe.

CASTILLOS, J.J. (1980). Una momia egipcia de la Baja Época conservada en el Museo arqueológico Palacio Taranco de Montevideo. Sociedad Uruguaya de Egiptología, Publicaciones, Vol. II. Ediciones Maat. Montevideo.

Dentro de los Seminarios de los cuales formó parte se encuentra el de ‘‘Actualidad y antecedentes de los conflictos regionales con influencia global’’ impartido por el profesor Alberto Christian Marquez, en la Universidad de Montevideo en 1999, los de Docencia I y II, llevados a cabo en la Facultad de Humanidades (2005) y el de Realidad Educativa Nacional durante el año 2007. Por último, formó parte de las Jornadas de Egiptología a nivel Seminario realizadas en el MUHAR en 2016.

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Faraones Marta Pérez Torres

Tutankhamón, vida y muerte de un rey

Vamos a dar un paseo por la

vida y muerte de un faraón que se mantuvo en el anonimato durante siglos, hasta que un conocido arqueólogo, Howard Carter, lo sacó a la luz cubriéndolo de gloria y fama. Este rey no era poderoso, ni famoso, ni siquiera reinó muchos años. Su fama le llegó gracias a que su tumba estaba casi intacta, y en su interior se guardaban grandes tesoros. Pero… vamos a conocer quién era, de dónde venía, cómo fue su corta vida, cómo fue el descubrimiento de su tumba, la verdad sobre las supuestas maldiciones, su tesoro, y los últimos estudios de su momia.

Detalle de la máscara funeraria de Tutankhamón. | Wikimedia Commons.

Nos situamos en la dinastía XVIII, la primera de las tres que componen el Imperio Nuevo Egipcio. Esta dinastía estuvo formada por una serie de faraones (14 en total) que gobernaron Egipto entre los años 1550 y 1295 a.C; aproximada-

mente, siendo el momento de máximo esplendor de esta civilización. Egipto se extendía en esta época por 3.200 Km, de norte a sur. Tras las conquistas, la riqueza que les producían los tributos de los grandes territorios conquistados, hace que el país sea muy rico, y, por tanto, con gran actividad constructiva. Esta Dinastía comenzó con Ahmose, quien liberó a los egipcios de la dominación de los hicsos, recuperó Nubia y selló las fronteras de Egipto haciéndolo más fuerte y más extenso. Le sucedieron importantes reyes que fueron haciendo de Egipto una potencia de la zona. Uno de ellos es Amenhotep III, probablemente el padre de Tutankhamón. Su reinado se caracterizó por una prosperidad económica y constructiva, y por marcar un largo período de paz. Pero, por otro lado, los problemas en política exterior, y el hecho de que los sacerdotes de Amón eran cada vez más poderosos, serían el terreno de cultivo perfecto para la revolución que llevaría a cabo, años más tarde, su heredero, Amenhotep IV, Akhenatón. Trece siglos antes de Cristo, todos los templos de Egipto fueron cerrados al culto, excepto el recién creado, dedicado a Atón, el disco solar. Estos cambios fueron producidos por Akhenatón, que gobernó en las Dos Tie36 | Egiptología 2.0


rras durante algo menos de veinte años, aunque se dispone de escasa información, ya que fue sometido a una damnatio memorae, es decir, borrado y destruido todo resto de su existencia, incluida su presencia en las listas reales. En otro orden de cosas, la revolución religiosa de Akhenatón, marcó un antes y un después en la historia de Egipto,influyendo considerablemente a nivel político, económico y administrativo. El contexto histórico era muy especial, con una tensión muy profunda entre el clero poderoso de Amón frente a la casa real egipcia, ya presente en el reinado de Amenhotep III. Ésto causa un gran problema político y una crisis religiosa. Akhenatón dedicó toda su energía y las riquezas de Egipto a crear una nueva religión, basada en la existencia de un solo dios. Esta revolución le valió el nombre con el que lo describen numeroso autores: Akhenatón, el faraón hereje. A la muerte de Akhenatón, hacia 1338 a.C., un personaje llamado Smenkhare comenzará un reinado en solitario de 2 años, y desaparecerá tras ese tiempo. En medio de todo este caos, nace Tutankhamón, sin que aún se sepa con total certeza quiénes fueron sus

Akenatón. Neues Museum, Berlín. | Miguel Hermoso Cuesta.

padres. Los egiptólogos se debaten entre Amenhotep III o Akhenatón como padre, aunque las últimas investigaciones parecen demostrar que fuera hijo de Amenhotep III y hermano de Akhenatón. Se especula que alrededor de los 9-10 años, a la muerte de Smenkhare, hacia 1333 a.C., Tutankhamón se casa con Akhesenamón, hija de Akhenatón y Nefertiti, y se convierte en rey de Egipto, con el nombre de Tutankhamón (Imagen viva de Atón). En el año 2 de su reinado, cambió su nombre por el de Tutankhamón (Imagen viva de Amón) y trasladó su capital a Tebas. Debió ser muy difícil para dos niños huérfanos y solos, en una ciudad nueva y rodeados de personas hostiles a su familia. En ese mismo año, se registró un Decreto en la “Estela de la Restauración”, en Menfis. En ella devuelve a los antiguos nobles sus cargos, propiedades y status, se reabren los templos, y se pone al frente de ellos a sacerdotes hijos de personas de confianza de su nuevo régimen. Se va volviendo, poco a poco, a la ortodoxia de antes de la herejía de Akhenatón. Cabeza de Amenhotep III. Walters Art Museum. | Wikimedia Commons.

Además, al ser tan joven, el rey no tomaba las decisiones, sino que estaba rodeado por una serie de personaEgiptología 2.0 | 37


jes que lo hacían por él: - Ay, personaje muy importante, unido a la familia real desde Amenhotep III y probable padre de Nefertiti. Principal consejero de Tutankhamón y heredero del trono, a su muerte. - Horemheb, general del rey, que reafirmó el poder egipcio en el extranjero y aseguró los tributos a Egipto. Sucedió a Ay como faraón. - Nakhmin, pariente de Ay, y militar como Horemheb. Podría haber sido faraón de no haber sido por Horemheb. - Maya, personaje muy cercano al rey, supervisor del Tesoro y del cementerio real. Respecto al arte, fue un período muy rico e interesante, ya que convivieron los estilos amárnico (época de Akhenatón) y menfita, en su vuelta a la ortodoxia, pudiendo los artistas crear en un estilo u otro, libremente. Por otro lado, también fue un importante período reconstructivo, tras los años del faraón hereje, y tras la devastación de monumentos que supuso el cambio. Aunque muchos de los monumentos construidos por Tutankhamón fueron usurpados por reyes posteriores.

Louvre o el Metropolitan de Nueva York conservan estatuas o restos de esculturas de Tutankhamón. Aunque la mayor colección se encuentra en el Museo de El Cairo, donde se encuentra el Tesoro descubierto por Howard Carter en 1922. Carter conoció a Lord Carnarvon, un rico Conde que confió en él y que desde 1907 hasta 1922 invirtió su dinero en diversas excavaciones a lo largo de todo Egipto, que le reportaron una importante colección de antigüedades, y no menos problemas económicos. Justo cuando el conde iba a abandonar su financiación, y Carter iba a pagar una temporada más de su propio bolsillo, el 4 de noviembre de 1922, apareció un escalón en el Valle de los Reyes, justo por debajo de la tumba de Ramsés VI. Comenzaron a excavar y descubrieron que al final de esos doce escalones descendentes, había un muro cubierto de grandes sellos ovalados. Carter no pudo encontrar el nombre, pero sí se dio cuenta de que pertenecía a algún personaje de la famosa dinastía XVIII.

Cabeza de Tutankhamón. Metropolitan Museum of Art, New York. | Metropolitan Museum of Art.

Como ocurre con muchos restos arqueológicos, hay piezas en Museos de todo el mundo, que fueron sacadas legal o ilegalmente de Egipto, y que están perfectamente conservadas. Museos como el British, el 38 | Egiptología 2.0

Howard carter y George Herbert de Carnarvon. | Wikimedia Commons.


Al final de la escalera se pudo ver el cartucho con el nombre de Tutankhamón. ¡Imaginaos la emoción del equipo! Aunque se desilusionaron al ver que en la parte superior izquierda se notaba que habían abierto un agujero y lo habían vuelto a tapar. Señal de que la tumba había sido violada anteriormente. Entre los componentes del equipo había nombres tan conocidos como el fotógrafo Harry Burton, el profesor Newberry, Henry Breasted o Gardiner, el de la lista de los jeroglíficos. Carter hizo un agujero en la puerta sellada, y metió la vela encendida por si veía algo. En ese momento, pronunció las famosas palabras a Lord Carnarvon: “Veo cosas maravillosas”.

Sello intacto en la tumba de Tutankhamón. | Harry Burton.

Abrieron la pared y entraron en la antecámara, repleta de valiosos objetos. En la tumba, había cientos de ellos apilados sin ningún orden. El vaciado de la tumba fue cuidadoso y metódico, fotografiando, los objetos in situ, sacándolos cuidadosamente y catalogándolos, describiéndolos, fotografiándolos y dibujándolos, embalándolos con sumo cuidado y transportándolos al Museo de El Cairo. El 11 de noviembre de 1923 el Dr. Douglas E. Derry, Profesor de Anatomía de la Universidad de El Cairo, comenzó la autopsia de la momia. Con ellos estaban Carter, el fotógrafo Harry Burton y varios invitados egipcios y europeos. Una vez cubrieron de parafina las vendas, dado su frágil estado, Derry cortó en vertical desde la parte superior del tórax hasta los pies para poder dividir las capas de vendas por la mitad y separarlas con más facilidad. Debió ser una desilusión ver la momia, en bastante mal estado de conservación debido, supuestamente, al uso de ungüentos no apropiados durante el proceso de momificación. Presentaba un color negruzco debido a una combustión espontánea, que le llegaba a los huesos. Arrancó la máscara de su cara con cuchillos calientes y pudo ver una cicatriz en la mejilla del rey. Por las metáfisis de los huesos largos se pudo saber que en el momento de la muerte tenía unos 18 o 19 años. La forma de su cabeza era muy similar a la de Akhenatón, por lo que dedujeron podría existir un parentesco entre ambos.

Howard Carter analizando el tercer y último ataúd antropomorfo de oro macizo, en cuyo interior se encontraba la momia de Tutankhamón. Se aprecia que este ataúd todavía no se había extraído de la parte inferior del segundo sarcófago. | The New York Times.

Douglas Derry realizó también la autopsia de dos momias de fetos encontradas en unos pequeños ataúdes de la tumba de Tutankhamón. Una era una hembra de 25.75 cm de longitud con el cordón umbilical cortado a ras de la piel del abdomen. La otra momia midió 36.1 cm de longitud y parecía también de niña, sietemesina, en peor estado de conservación. Las radiografías tomadas por el equipo del Dr. Harrison mostraron en la segunda momia la llamada “Deformación de Sprengel”, con la escápula derecha alta, espina bífida y escoliosis. Según este equipo, la edad era ya de un feto a término. Se han considerado ambas como hijas de Tutankhamón. El estudio del ADN podría confirmarlo. No vamos a extendernos más en este tema, sólo dar unas pinceladas sobre la autopsia realizada por el Egiptología 2.0 | 39


Dr. Boyer, el cual descubrió problemas graves de espalda en la momia del rey. También descubrió unos huesos sueltos dentro del cráneo, que le hizo pensar que murió de un golpe en la cabeza. El ministerio de Cultura egipcio encargó a un equipo de expertos realizar un completo examen a la momia, incluido un TAC, pruebas que se empezaron a realizar el 5 de enero de 2005. En sus conclusiones, publicadas en un documento de cinco páginas, los expertos revelan que no han hallado señales de que el faraón muriera por un golpe en la nuca, como se sostenía hasta ahora. Además, destacan que Tutankhamón habría fallecido a los 19 años, y que los análisis de sus huesos confirman que gozaba de buena salud y atención médica, y que además recibió una buena alimentación durante su infancia. Los expertos observaron que la espina dorsal tenía una posición anómala, pero descartan que el faraón sufriera algún tipo de enfermedad congénita, y se decantan por la opción de que la fractura se produjera o bien durante el embalsamamiento o bien tras ser descubierta la momia y manipulada. Además de las autopsias, Zahi Hawass realizó en 2010 un estudio del ADN del Rey, para intentar descifrar este enigma. Zahi Hawass comenzó los estudios de ADN en momias, intentando organizar los lazos familiares de varias de ellas, pero sobre todo los de la familia de Tutankhamón. - En primer lugar se estudiaron las momias masculinas, con el fin de determinar la línea paterna, ya que es posible averiguar el linaje de la momia, pero no su parentesco exacto. Se comenzó el estudio por momias conocidas, como la de Yuya, Amenhotep III, la encontrada en la KV 55 (probablemente Akhenatón) y la de Tutankhamón.

Canopo de Tutankhamón. | Wikimedia Commons.

Como resultado se concluyó que todas ellas son del mismo linaje. - En segundo lugar se estudió la ascendencia materna, mediante las momias de Tuya, Tiye y una joven momia desconocida, probablemente Satamon hija de Amenhotep III, que es por la que apuesta el arqueólogo, como probable madre de Tutankhamón. Después de ser publicadas las conclusiones del estudio, un equipo de investigación de biología molecular y genética danés, no está de acuerdo con los resultados, debido a que el ADN es muy antiguo y está muy deteriorado, y contaminado por las autopsias y expolios que ha sufrido la momia de Tutankhamón desde su descubrimiento. En la actualidad hay técnicas más modernas que podían ofrecer luz sobre esta familia, pero no se permite hacer 40 | Egiptología 2.0


más estudios a lo que queda de la momia. Tutankhamón será siempre recordado como un rey niño, amado por unos y odiado por otros, que nos enseñó la belleza de los tesoros de Egipto, y que siempre mantendrá un halo de misterio y grandes secretos guardados en su frágil momia eternamente.

Entrada a la tumba de Tutankhamón. | Benjamín Núñez González.

Bibliografía

Sobre el autor

REEVES, N. (1992). Todo Tutankhamón. Destino.

Marta Pérez Torres, es profesora de pedagogía terapéutica en ejercicio desde 1990, aunque su gran pasión es el Antiguo Egipto.

SHAW, I. (2007). Historia del Antiguo Egipto. Oxford. LABOURY, D. (2012). Akhenaton. Oxford. PEREZ LARGACHA, A. (2007). Historia Antigua de Egipto y del Próximo Oriente. Akal. DAUMAS, F. (2000). Civilización del Egipto Faraónico. Optima. HAWASS, Z. (2004). The Golden age of Tutankhamun. American University in Cairo Press. RICHARD S. B; ERNSY A. R.; RODIN, T. C. & GREY R. C. CONNOLLY. The Skull and Cervical Spine Radiographs of Tutankhamen: A Critical Appraisal. American Journal of Neuroradiology June 2003, 24 (6) 1142-1147.

En 2002 comenzó, junto al coautor de su libro “Neheh”, a escribir artículos y publicarlos en su página web Egiptodreams. Durante los 15 años que lleva operativa la web, han ido creando blogs, foros y diferentes comunidades. Ha realizado numerosos cursos de egiptología con la UNED (Universidad de Málaga), CEPOAT (Universidad de Murcia), UB (Universidad de Barcelona), Universidad de Manchester, Asociación Andaluza de Egiptología, Instituto Virtual de Ciencias Humanas y el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Ha impartido diversas conferencias para múltiples asociaciones e instituciones y talleres para niños de secundaria y bachillerato. Enlaza con el autor

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Vida cotidiana Heródoto de Halicarnaso

Alejandría y la Gran Biblioteca

Posible reconstrucción de una de las salas de la Gran Biblioteca de Alejandría. | SobreHistoria.

Alejandría, capital del mundo

Alejandría fue una ciudad egipcia antigua fundada por Alejandro Magno a principios del año 331 a.C. Al ser su capital, fue concebida desde el comienzo de la dinastía Ptolemaica (305-30 a.C.) como el mejor escaparate en Occidente de la riqueza y el esplendor cultural y económico de Egipto, por lo que pronto se convirtió en una de las ciudades más importantes del mundo helénico. La leyenda dice que fue el propio Alejandro el que, acompañado de sus ingenieros y arquitectos, habría trazado en el suelo con harina los ejes principales de la ciudad cruzados en ángulo recto, así como la ubicación de los principales edificios. Según los autores antiguos, la ciudad habría llegado a un tamaño de hasta diez o doce kilómetros cuadrados, y en ella habrían llegado a vivir al menos 600.000 personas en su mejor momento. Alejandría era una gran sede del multiculturalismo, ya que en ella residían gentes de origen griego o macedonio, de origen egipcio, de origen en otras partes del Mediterráneo, y originarios de otros lugares del continente africano. No obstante, estos grupos no convivían 42 | Egiptología 2.0

todos juntos, ya que se agruparían según sus orígenes en barrios diferenciados. Según el historiador Diodoro Sículo (s. I a.C.), siciliano de origen pero residente en Alejandría, el eje principal de la ciudad lo constituía la Vía Canópica, que atravesaba la ciudad de este a oeste, uniendo sus dos puertas principales por un recorrido de unos siete kilómetros, a lo largo de los cuales había todo tipo de edificios y gran número de templos. Las obras hidráulicas constituyeron un tema importante en la planificación de la nueva urbe. Los ingenieros diseñaron un gran canal que salía del puerto occidental de la ciudad y comunicaba el mar con el lago Mareotis y, desde allí, con el río Nilo. De este canal principal derivaban canales secundarios que seguían el trazado de las calles de la ciudad para abastecer las cisternas, de tal modo que formaban una gran infraestructura hidráulica para la ciudad. Desde sus primeros años, uno de los aspectos más destacados de la ciudad fue la construcción del Heptastadion, un dique de más de un kilómetro de longitud que unía la ciudad con la isla de Faros, y separaba el puerto


oriental (el Gran Puerto) del occidental (el Eunosto), aunque los conectaba por una serie de aberturas. En Alejandría también sobresalía el alto número de palacios existente. Según Estrabón, éstos habrían ocupado hasta un tercio de la superficie total de la ciudad debido a la práctica de los reyes de aumentar o construir nuevas estancias a medida que se sucedían los reinados. Más allá de sus fastuosas construcciones, las dos piezas arquitectónicas alejandrinas que más han pasado a la Historia fueron, en primer lugar, el Faro, una de las siete maravillas del mundo antiguo, y en segundo lugar, la Gran Biblioteca, establecida en el Museion por Ptolomeo I. Situado en el extremo oriental de la isla homónima, a la entrada del gran puerto, el Faro fue construido entre el 290 y el 278 a.C., aproximadamente, coincidiendo con los últimos años del reinado de Ptolomeo I (305-285 a.C.) y los primeros de Ptolomeo II (285-246 a.C.). Su constructor habría sido el arquitecto Sóstrato de Cnido, quien le otorgó una altura de entre cien y ciento veinte metros. Por lo que sabemos, el Faro se mantuvo en pie hasta casi el final de la Edad Media, concretamente hasta la primera mitad del siglo XIV, y de él se han encontrado

Reconstrucción del plano de la antigua ciudad de Alejandría. | Ian Shaw, 2014.

gran cantidad de restos en las excavaciones arqueológicos subacuáticas que han tenido lugar en la zona. La luz que emitía, a pesar de no saber exactamente cómo era, parece ser que podía verse bien a muchos kilómetros mar adentro. Fundación de la Gran Biblioteca de Alejandría La Gran Biblioteca de Alejandría fue fundada en torno al año 295 a.C por Ptolomeo I como parte de una institución mayor, el Museion, una fundación real que era, al mismo tiempo, una hermandad y asociación de estudios y un santuario dedicado a las Musas dirigido por un sacerdote. No obstante, el hecho confirmado de que existiera un puesto específico de jefe de la biblioteca, ostentado originalmente por Demetrio de Falero, indicaría que ambas instituciones tenían administraciones independientes. La creación de esta biblioteca no fue una novedad egipcia, ya que, desde que Alejandro Magno creara una biblioteca real en Pella siguiendo los consejos de Aristóteles, el interés real por fundar bibliotecas se había extendido a su muerte entre las dinastías de los imperios resultantes de la división de su territorio: seléucida, atálida, antigónida y ptolemaica. Reconstrucción digital del posible aspecto del Faro de Alejandría. | Wikimedia Commons.

Para favorecer la llegada a la nueva institución de los intelectuales más importantes del mundo griego, los Egiptología 2.0 | 43


Estatua de Demetrio de Falero colocada en la entrada de la nueva biblioteca de AlejandrĂ­a. | Wikimedia Commons.

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distintos gobernantes ptolemaicos les ofrecían un cargo con salario vitalicio, la exención de impuestos, una vivienda y alimentos gratuitos, y la garantía de que la institución siempre estaría subvencionada. En lo que se refiere a su emplazamiento, destaca el hecho de que se acondicionara toda un área del gran palacio, incluyendo una sala donde todos los miembros del museo pudieran cenar juntos. De la propia estructura de la biblioteca nada se sabe a ciencia cierta, salvo que no contaba con un edificio propio diferenciado del resto del palacio y del Museo. Lo más probable es que contara con un pórtico a modo de sala de lectura seguido de una serie de estancias donde guardar y archivar los libros y documentos. Además, esta no sería la única ubicación de los rollos de papiro, puesto que Ptolomeo III (246-221 a.C.) inauguró una segunda sede de la biblioteca en el Serapeum, el santuario del dios Serapis, la cual era mucho más pequeña y con el objetivo de solucionar la falta de espacio de la mayor. La Gran Biblioteca y los bibliotecarios La primera problemática a la que tuvo que enfrentarse Ptolomeo I, y sobre todo Ptolomeo II, auténtico iniciador de la gran colección de fondos de la biblioteca, fue precisamente la adquisición de obras. A pesar de que Egipto presumía de una larga y noble cultura e Historia, solo se podían adquirir libros no escritos en egipcio en Atenas, Rodas y otros reputados centros de la cultura griega. Por este motivo, los primeros Ptolomeos enviaron multitud de agentes por todos los sitios conocidos del mundo para comprar y traer a Alejandría el máximo número de libros posibles, de cualquier clase y sobre cualquier tema. Además, no podía ser cualquier libro y en cualquier estado, tenían que ser originales lo más antiguos posibles, ya que así el proceso de creación de copias a lo largo del tiempo habría dejado el menor número de errores posible. Del mismo modo, lo que los agentes no podían comprar lo requisaban o lo confiscaban contra la voluntad de su dueño anterior, otorgándoles en el mejor de los casos al cabo de un tiempo una copia perfecta del original que se habían llevado a la biblioteca. Un caso conocido de esta política de adquisiciones ocurrió durante el reinado de Ptolomeo III, quien ansiaba tanto hacerse con las obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides que no dudó en pagar quince talentos (el equivalente actual a varios millones de dólares) a los atenienses para conseguir los originales y devolverles solo unas copias de lujo hechas en papiro de la mejor calidad. En su empeño por conseguir la mayor biblioteca del mundo, los Ptolomeos querían adquirirlo todo, desde la poesía épica hasta los libros de recetas de cocina, sumando también traducciones al griego de obras importantes de muchas otras lenguas. Un ejemplo

Busto de Ptolomeo I, fundador de la Biblioteca de Alejandría. | Wikimedia Commons.

Grabado decimonónico que reconstruye el posible aspecto interior de la Gran Biblioteca. | RBA. Egiptología 2.0 | 45


paradigmático son los Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento de la Biblia, destinada a la comunidad judía de Alejandría que solo hablaba griego y era incapaz de comprender el hebreo o arameo. Asimismo, es muy probable que la biblioteca también dispusiera de una copia en griego de la trascendental lista cronológica de soberanos egipcios de Manetón. Al igual que haría su sucesor después, Ptolomeo II dedicó gran parte de sus esfuerzos en adquirir los grandes clásicos de la literatura griega, centrándose sobre todo en Homero, cuyas obras fueron recopiladas de muchas partes del mundo griego para crear su primera versión canónica. A partir de las estimaciones modernas se ha calculado que la Gran Biblioteca podría haber llegado a albergar más de 500.000 rollos de papiro, mientras que la biblioteca del santuario de Serapis habría albergado más de 40.000.

Dibujo basado en un relieve romano de los rollos en las estanterías de la Gran Biblioteca de Alejandría. | Casson, 2003.

El puesto de director de la Gran Biblioteca era de nombramiento real, por lo que muchas veces era un gran intelectual que ejercía a su vez de tutor de los hijos reales. Aunque Demetrio de Falero fue la primera persona encargada de la biblioteca, lo cierto es que, después de su caída en desgracia en el reinado de Ptolomeo II, el primer bibliotecario de Alejandría en la práctica fue Zenódoto de Éfeso. Famoso por sus eminentes estudios sobre los poemas homéricos, Zenódoto fue el encargado de diseñar el sistema utilizado en la Biblioteca para clasificar y archivar sus fondos. Si tal y como se cree siguió las enseñanzas de Aristóteles sobre cómo organizar una biblioteca, su primer paso tuvo que ser clasificar los rollos según la naturaleza de su contenidos: verso o prosa, literario o científico,

género literario y ámbito científico… Aplicando este paso, todos y cada uno de los rollos habrían tenido una etiqueta identificativa en la que se mencionaría el nombre del autor y los datos suplementarios que hicieran falta. El segundo paso habría sido asignar salas o partes de una sala a las diversas categorías de textos previamente creados, colocando después cada una de las obras en sus respectivos estantes en un orden alfabético que incluía solo la letra inicial. Precisamente, la ordenación por orden alfabético fue una de las mayores contribuciones a la biblioteconomía de la Gran Biblioteca de Alejandría, siendo Zenódoto el primero en utilizarla, aunque no aplicándose con el orden completo hasta el siglo II. Reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría. | Nixpixmix.

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En los primeros años de la Biblioteca, cuando los fondos aun eran limitados y abarcables por una persona, para encontrar un libro o documento determinado bastaba con ir a una determinada sala y estantería y recorrer con la mirada las etiquetas de los rollos alineados. Sin embargo, una vez alcanzado un gran número de rollos, hizo falta contar con algo fundamental para la Historia de las bibliotecas, un catálogo por escrito que recogiese la totalidad de las obras. El responsable de tan hercúlea hazaña fue Calímaco de Cirene, el probable sucesor de Zenódoto como director de la biblioteca. Lo que hizo este erudito de la ciudad portuaria libia fue una compilación bibliográfica de todas las obras griegas conocidas, abarcando a lo largo de más de ciento veinte libros todos los libros contenidos en la Biblioteca. A su monumental trabajo Calímaco lo llamó Tablas de Personas Eminentes en cada rama del saber junto a una lista de sus obras, o dicho de forma resumida, las Pinakes. A pesar de que no trascendió ninguna copia hasta la actualidad, a través de las referencias y menciones en documentos posteriores podemos hacernos una idea aproximada de su carácter y extensión. Por ello sabemos que habría clasificado a todos los autores griegos en categorías idénticas a las usadas para ordenar los fondos de la biblioteca. Partiendo de una clasificación inicial básica entre poesía y prosa, Calímaco procedió a crear sub categorías para cada género: por un lado, para la poesía creó sendas tablas de autores de tragedias y autores de comedia, a las que se sumaban las tablas de poetas épicos, poetas líricos… Por otro lado, para la prosa confeccionó tablas de filósofos, oradores, historiadores, médicos, saberes misceláneos… Cada tabla contaba con los nombres de los autores por orden alfabético, cada uno de los cuales iba acompañado de una breve nota biográfica con el nombre del padre, el lugar de nacimiento y algunos detalles útiles. A continuación se informaba de toda la trayectoria conocida del autor, ocupando a veces decenas de columnas.

Estado actual de un papiro original conservado de Calímaco de Cirene. | Wikimedia Commons.

Si bien es cierto que no era la primera vez en la Historia que se confeccionaban listados de obras, hay que reseñar que fueron las Pinakes de Calímaco las primeras que presentaban de forma sistemática y exhaustiva todas las obras literarias, científicas y funcionales escritas en griego, lo que facilitó en gran medida las búsquedas de un deter-

minado autor o volumen por parte de los usuarios. De la vida del siguiente gran bibliotecario de Alejandría, Apolonio de Rodas, discípulo de Calímaco, sabemos poco, salvo que fue tutor de Ptolomeo III. De él han llegado a la actualidad algunos dispersos fragmentos de poesía y una obra completa, Argonáuticas, un largo poema épico dividido en cuatro libros que narra la expedición de Jasón a la Cólquide en busca del vellocino de oro y su regreso después de robarlo. Asimismo, a través de noticias indirectas sabemos que escribió acerca de las obras de Homero, Hesíodo, Arquíloco y Antímaco, aunque ninguna de ellas ha sobrevivido. Los siguientes directores conocidos de la Gran Biblioteca fueron Erastótenes, Aristófanes de Bizancio y Aristarco, a lo largo del siglo que va entre el 245 y el 145 a.C. Versado en matemáticas, astronomía y geometría, Erastótenes fue uno de los geógrafos más importantes de la Antigüedad, no solo por calcular con sorprendente precisión la circunferencia del planeta, sino por confeccionar uno de los primeros mapamundi de la Historia. En su mapa del mundo, Erastótenes incluyó todas las tierras del mundo conocido, desde el océano Atlántico y la península Ibérica al oeste hasta la India al este, y desde las Islas Británicas al norte hasta lo que hoy es Somalia Egiptología 2.0 | 47


al sur. Sus sucesores, eruditos de la lengua y la literatura, siguieron los pasos de la trayectoria de Zenódoto al presentar los primeros textos canónicos de autores como Hesiodo, Heródoto o Píndaro. Asimismo, fue Aristarco el primero que presentó sus conclusiones sobre estos estudios en forma de comentarios, libros donde reproducía ciertos pasajes seguidos de sus glosas sobre su significado, un término o una expresión poco corriente. Durante el último siglo de la dinastía ptolemaica en Egipto, Alejandría asistió a la creación de otro invento trascendental para la Historia de la lengua y la literatura: la gramática. Al que podríamos considerar como su padre es Dionisio de Tracia, discípulo de Aristarco. A pesar de que todos los sabios de Alejandría se habían ocupado de una forma u otra de aspectos de la gramática griega, va a ser Dionisio de Tracia el primero en crear un libro de gramática ordenando todo el material existente previamente en un todo coherente. Su manual,

Dibujo basado en el mapamundi de Erastótenes confeccionado a finales del siglo III a.C. | Casson, 2003.

de apenas cincuenta páginas, presenta una visión general de la lengua griega, desde las letras del alfabeto hasta las diversas partes del habla y sus formas, incluyendo las declinaciones de los nombres y las conjugaciones de los verbos. Su trascendencia fue tal que se convirtió en el manual de gramática más utilizado en las escuelas occidentales hasta la Plena Edad Media, influyendo incluso en la formación de las gramáticas latinas de los romanos. La destrucción de la biblioteca No se sabe con seguridad hasta que fecha perduró la Gran Biblioteca de Alejandría. Algunos autores señalan que fue destruida en un gran incendio ocurrido en el 48 a.C., en tiempos de Julio César y Cleopatra. Sin embargo, seguramente su final definitivo no sobrevino hasta el 270 a.C., cuando las tropas del emperador romano Aureliano arrasaron la zona del palacio, y muy probablemente, la biblioteca. Aun así, la biblioteca menor del Serapeum continuó existiendo hasta el año 391, cuando fue arrasada siguiendo la política de destrucción de bibliotecas paganas del emperador Teodosio. Tras la victoria de Julio César en Farsalia, dentro de la guerra civil romana, Pompeyo huyó a Alejandría, donde fue asesinado a traición incluso antes de la llegada de César a la ciudad. Durante su estancia allí para respaldar el bando de Cleopatra VII en la guerra civil con su hermano por la sucesión al trono egipcio, se produjo una rebelión del pueblo alejandrino contra los romanos. La respuesta de César fue atrincherarse en el área del palacio y acabar con la revuelta provocando que sus fuerzas incendiaran algunas naves de los puertos para evitar que los egipcios se hicieran con ellas. Sin embargo, este incendio se habría descontrolado y habría afectado también a otros edificios, como los astilleros navales, el almacén de trigo, o el almacén de libros de la biblioteca. Según el historiador antiguo que se consulte la gravedad de este incendio para los fondos de la biblioteca varía, aunque por lo general se considera que no fue de extrema gravedad. Hay sólidos indicios para confirmar que, después de la conquista de Egipto por Roma en el año 30 a.C., los emperadores mantuvieron en perfecto funcionamiento tanto el Museo como la Gran Biblioteca. No obstante, el periodo de esplendor cultural ya había finalizado, sobre todo por el hecho de que en el Egipto romano los miembros del Museo y los directores de la Biblioteca no eran mayoritariamente eruditos, sino individuos destacados del gobierno o el ejército romano. Después de varias crisis y muchos años de decadencia en su prestigio y dotación económica, el final definitivo de la Gran Biblioteca llegó hacia el año 270, cuando el emperador Aureliano arrasó la ciudad de Alejandría y todo el conjunto de su palacio en el contexto de su campaña de represión de la insurrección del reino de Palmira. 48 | Egiptología 2.0


Restos arqueológicos en la actualidad del Serapeum en Alejandría. | Wikimedia Commons.

Bibliografía

Sobre el autor

CASSON, L. (2003). Las bibliotecas del mundo antiguo. Bellaterra. Barcelona.

Heródoto de Halicarnaso nació en Tenerife en 1990, mostrando desde pequeño su afición por el conocimiento de lo sucedido en el pasado. Se licenció en Historia por la Universidad de La Laguna en 2013, mostrando interés sobre todo por la historia antigua de Egipto y Próximo Oriente, la Historia del Siglo XX, la creación de la imagen real en la edad moderna, y la Historia militar antigua y contemporánea.

DOMÍNGUEZ, A. (2006). Atlas histórico del mundo griego antiguo. Síntesis. Madrid. ESCOLAR, H. (2001). La biblioteca de Alejandría. Gredos. Madrid. RIAÑO, J. J. (2005). Poetas, filósofos, gramáticos y bibliotecarios. Origen y naturaleza de la antigua Biblioteca de Alejandría. Trea. Gijón. SHAW, I. (2014). Historia del Antiguo Egipto. La esfera de Libros. Madrid. AUTORES, VARIOS (2013). Egipto. National Geographic. RBA. Barcelona.

Desde febrero de 2014 lleva el blog “Historiae”, en el que trata de enseñar la Historia de la Humanidad, independientemente del nivel de conocimientos del lector, y de una forma en la que se trata de combinar el rigor, la profesionalidad y la veracidad, con la sencillez, la amenidad y la visualidad. Además, es redactor habitual en la sección de Historia de la web “Que Aprendemos Hoy”. Enlaza con el autor

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Sociedad Alexandra Bast

La alimentación en el Antiguo Egipto

Los relieves de las tumbas de los antiguos egipcios son una fuente valiosa para conocer un poco más de cerca sus costumbres. No solo en el ámbito religioso, sino también en el social y más en concreto, en la cotidianidad.

Gracias a estelas de ofrendas, textos de cotidianeidad, relieves e incluso restos de lo que un día fueron alimentos destinados a ofrendas para las tumbas reales, nos podemos acercar a la dieta que seguían. La comida, era algo ritual, ya que se ofrecía como ofrenda a los dioses y antepasados, de ahí que haya una gran cantidad de representaciones de banquetes en los relieves de las tumbas.

Banquete. Tumba de Nebamum. Dinastia XVIII. British Museum. | Wikimedia Commons.

Pan y cerveza como fuente de alimentación

un poco más allá, el jeroglífico que se utiliza para in-

Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los alimentos estaban al alcance de todo el mundo y no todos los alimentos podían ser consumidos por todos. Aunque bien es cierto, que la base de la alimentación desde el Neolítico, tanto para ricos como para pobres, eran los cereales, de donde se extraían los dos alimentos más consumidos en el Valle del Nilo: el pan y la cerveza. Este alimento era tan importante para ellos que para designar el jeroglífico para

vocar las ofrendas es: prt-xrw, donde aparecen el pan y la cerveza a cada lado.

alimentos utilizaban: wnmt, donde se utilizaba un determinativo con forma de pan. Y si vamos 50 | Egiptología 2.0

El pan podía ser en forma de hogaza, de pan de molde o de rollo de pan. La cerveza, por otro lado, era diferente a la que consumimos hoy en día, mucho más espesa y con mayor cantidad de alimento puesto que los antiguos egipcios desconocían el lúpulo que permite que esta bebida sea más líquida. Era una bebida nombrada en la mitología egipcia, pues fue utilizada por el Dios Ra para apaciguar la ira de Sekhmet y evitar así que destruyese a la humanidad.


El vino sin embargo, era otro líquido que se consumía, pero estaba reservado a las clases más altas por su alto coste. Las legumbres No todo era pan y cerveza en el Valle del Nilo, sino que otros alimentos formaban parte de su dieta, por ejemplo las legumbres de las que podemos destacar las judías, los garbanzos, las lentejas o los guisantes. Una legumbre muy apreciada era el ajo y la cebolla, por su sabor y olor. Se sabe que se consumía ajo desde la prehistoria. Muestra de ello son los restos encontrados en Naqada. La cebolla, por otro lado, era un alimento del cual se pensaba tenían beneficios medicinales, además de ser usados en las momias reales como elemento para estimular el olfato del difunto.

Tumba de Menna. Dinastía XVIII. | Wikimedia Commons.

Los pepinos, los puerros, al igual que la lechuga tenían mucha aceptación, esta última era de una variedad bastante más grande a la que estamos acostumbrados a consumir hoy en día y era de hoja puntiaguda. Se pensaba que este alimento mejoraba la potencia masculina,

asociada con la fertilidad del Dios Min. Las frutas Si las legumbres eran muy consumidas en el Antiguo Egipto por la mayoría de sus habitantes, las frutas no se quedaban atrás. El dátil, crudo o en pastel, era apreciado por ser fuente de azúcar y proteínas, se utilizaba como edulcorante habitual en las clases más humildes. Las clases más altas, sin embargo, utilizaban la miel para endulzar, mucho más cara y más difícil de alcanzar por las clases más bajas. El higo, procedente del sicomoro, era un fruto muy preciado, entre otras cosas por considerarse un árbol sagrado al estar asociado a la diosa Hathor, por ello se encuentra en numerosas tumbas. Sucedía lo mismo el fruto de la Persea, que también se encontraba en los alimentos funerarios. Las bayas, se comían mayormente crudas y obtenían de ellas vino con su fermentación. La carne, un alimento que no estaba al alcance de todos Hoy en día, para algunos, es complicado pensar una vida sin consumir carne. Sin embargo, para los habitantes del Valle, este tipo de alimentos estaba casi reservado para las clases más pudientes. Hemos de pensar que a la hora de sacrificar un animal se debía tener en cuenta que debía ser conservado en un lugar fresco, este tipo de necesidad, debido al clima egipcio, era muy complicado que se encontrase en los hogares humildes. Sin embargo, tenemos constancia de

Tumba de Nebamum. Dinastia XVIII. British Museum. | Artinsociety. Egiptología 2.0 | 51


que en celebraciones se sacrificaba algún cordero o cabra, al igual que también se consumían carnes de tamaño más pequeño, cuyo consumo fuese rápido. Sucedía todo lo contrario en las clases más altas, donde gracias a representaciones de las tumbas, sabemos que era un alimento consumido con regularidad. La carne de vacuno era la que se consumía con mayor frecuencia, pero también se conoce el consumo de aves de corral como gansos, codornices o gallinas. El pescado, un alimento más asequible a todas las clases El pescado, al contrario que la carne, era un alimento a la altura de todas las clases. Se solía desalar y constituía un buen artículo de exportación.

Tumba de Menna. Dinastía XVIII. | Wikimedia Commons.

Pero cabe destacar que no estaba bien visto el consumo de todos los alimentos, la carne de cerdo o el consumo de algunas especies de pescado como el pez oxirrincos, estaba prohibida. El cerdo estaba asociado al Dios Seth, hermano enemigo de Osiris. Sin embargo, se han hallado muestras arqueológicas en la aldea de los trabajadores de la zona de El Lahun que demuestra que a lo largo del Reino Medio, este animal era consumido con bastante frecuencia, ya que se han encontrado gran cantidad de restos de este animal, el cual se consumía como fuente de proteína. El pez Oxirrinco, por otro lado, estaba asociado

según la leyenda de Osiris, como el pez que engulló el falo de este dios, perdiéndolo para siempre. Por este motivo, en ciertos lugares de Egipto estaba prohibido su consumo, sobre todo por los sacerdotes de los templos. Un aspecto importante en la alimentación de los habitantes del Antiguo Egipto es su vinculo con el Nilo. Una mala crecida del río suponía un gran peligro en su alimentación, ya que el pueblo egipcio dependían en exclusiva de ello para tener buenas cosechas. De hecho hay constancia de periodos de hambrunas debido a una mala crecida. Como vemos, los habitantes del Nilo, contaban con una dieta variada y equilibrada, de los cuales unos de beneficiaban más que otros.

Bibliografía

Sobre el autor

FAULKNER, R. (1992). A Concise Dictionay of Middle Egyptian. Griffith Institute.

Licenciada en historia del arte con la especialidad en historia del arte antigua y medieval y protección del patrimonio cultural. Además, se dedica a la ilustración y creación de infografías, cualidad que complementa con su formación en historia del arte.

GAILLARD, M. C. (1923). Faune Égyptienne Antique. Les poissons representes dans quelques tombeaux égypters de Ancient empire. Institut français d’archéologie orientale du Caire. GARDINER, A. (1957). Egyptian Grammar: Being an Introduction to the Study of Hieroglyphs. Oxford University Press. HERÓDOTO. (2011). Los egipcios. Gredos. Madrid. STROUHAL, E. (2005). La vida en el Antiguo Egipto. Folio. Barcelona. WILSON, H. (2008). Egyptian food and drink. Shire Egyptology. Bloomsbury.

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Desde que tiene uso de razón adquiere especial interés y cariño por el país de Kemet, lugar que la motiva e influye a la hora de crear la mayoría de sus ilustraciones, las cuales, siempre contienen pinceladas de Pasado. Además, colabora con diferentes entidades y blogs culturales, como redactora, ilustradora e infografista. Enlaza con el autor


Estado Luis Martín Secades

Ptolomeo I Sóter

La Dinastía Lágida

La dinastía Lágida fue la última del Egipto independiente (305-30) y su fundador fue Ptolomeo I Sóter (305-283), Sóter en griego significa “salvador. Ptolomeo I fue el uno de los Diáconos sucesores de Alejandro. Desde un primer momento se instaló en Egipto, y renuncia a pretensiones expansionistas, para conservar el territorio. Ptolomeo Sóter tenía un gran respeto por las tradiciones nacionales y religiosas egipcias, llevó a cabo la restauración de numerosos templos que habían sido dañados por los persas. Promovió el progreso económico general. Favoreció la implantación de una casta militar greco-macedónica en Egipto. La población Indígena egipcia conservó su organización ancestral y su modelo de explotación económica y de implantación territorial, un cambio que llevo a cabo Ptolomeo I fue promover la realización de censos n nomos, ciudades y aldeas. Alejandría se convirtió en una metrópolis del

Ptolomeo I Sóter. British Museum. | Wikimedia Commons.

mundo helenístico, fundada por Alejandro Magno, donde Ptolomeo empezó a favorecer el culto de una divinidad mixta, Serapis, en realidad se trataba de una forma de Osiris-Apis bajo una apariencia típicamente griega. Para realizar el culto a dicha divinidad mando construir el Serapeum Llevo a cabo este culto para así favorecer una comunión religiosa de todos los habitantes del país, los antiguos y los nuevos, ya que conservaba tradiciones egipcias mezcladas con las griegas. Fundo auténticos focos culturales como son la Biblioteca y el Museo de Alejandría, cuyas construcciones se terminarían durante el reinado de su sucesor. Además, favoreció la fundación de ciudades griegas para mantener focos de helenismo puro, en dichas ciudades, prohibió el establecimiento de egipcios. Un hecho curioso de Ptolomeo I es que decide trasladar el cuerpo de Alejandro Margo de Babilonia a Alejandría, lo argumenta diciendo que su cuerpo debería estar en la ciudad que él fundó, además, en su honor realizó diversos sacrificios y unos juegos magníficos. Antes de la muerte del primer Ptolomeo en el año 283 ya había nombrado como sucesor a Ptolomeo II Filadelfo quien reino hasta el año 246. Ptolomeo II Filadelfo Filadelfo significa “que ama a sus hermanos” “que ama a su hermana”. Ptolomeo II Filadelfo se casó con su Egiptología 2.0 | 53


hermana Arsínoe II, lo que creo un escándalo ya que los griegos eran contrarios al incesto. Pero justificaron su matrimonio diciendo que se trataban de faraones, por lo cual el matrimonio si podía llevarse a cabo ya que se justificaba con fundamentos teológicos. La política exterior de Ptolomeo II se caracteriza por numerosas guerras con Antioco I Sóter y con Antiogono I Gonatas, ya que Egipto tenía el deseo de anexionar totalmente Siria y así mantener una hegemonía total en el Egeo.

Ptolomeo II Filadelfo. Walters Art Museum. | Wikimedia Commons.

Ptolomeo II traslada la capital de Menfis a Alejandría, donde concluyó las obras del faro de Alejandría. Desde esta ciudad Ptolomeo II favoreció extraordinariamente el desarrollo de la cultura griega, de este modo muchas de las construcciones que llevará a cabo tendrán características de las griegas e incluso construirá espacios típicamente griegos, como por ejemplo un ágora o un teatro. El Museo fundado por su padre alcanzan su máximo explendor en este momento. Incluso las ciencias y las técnicas experimentaron un enorme progreso. Su sucesor fue su hijo Ptolomeo III Evérgetes (246-221).

Ptolomeo III Evérgetes Evérgetes significa “el bienhechor”. Su reinado se caracteriza por no ser pacifico ya que invadió Asia Menor, conquisto Antioquia y llego hasta el Éufrates, consiguiendo además que los sátrapas de las provincias orientales reconociesen como rey a su sobrino. Pero cuando consiguió que declarasen a su sobrino rey, este ya había sido asesinado de modo que cuando se enteró de su asesinato, comenzó a replegarse. Ptolomeo se había casado con Berenice II de la que recibió el reino de Cirene, convertido en estado federal de Egipto. Debido a sus vastos territorios por el mar mediterráneo se denominó a sí mismo “Dueño del Mediterráneo y del mar de la India” incluso sus monedas presentaban tridentes, símbolos de la realeza marítima, y la corona radiante, símbolo de la soberanía universal. Ptolomeo III construyó la segunda fase del Serapeum que había mandado construir Ptolomeo I. Para ver como el faraón tenía en consideración a la población griega y también a la egipcia en el templo de Serapis hay una dedicatoria escrita sobre una placa de oro en la lengua egipcia y en a la griega.

Ptolomeo III Evérgetes. Metropolitan Museum of Art, New York. | Wikimedia Commons.

Ptolomeo III intentó imponer un nuevo calendario sin tener éxito. Tuvo que devaluar la moneda por la falta de plata, lo que dio lugar a una inflación y decadencia económica. Comenzó la construcción del templo de Horus en Edfu. Se cree que fue envenenado. Fue sucedido por su hijo Ptolomeo IV. La Decadencia de los Lágidas La decadencia producida a partir de Ptolomeo IV, se vio favorecida por el aislamiento geográfico de Egipto, ya que ayudo a preservar la unidad y la independencia. A pesar de ser uno de los primeros reinos helenísticos en entrar en decadencia, fue el último en ser conquistado por Roma. 54 | Egiptología 2.0


Ptolomeo IV Filópator (221- 203) Filópator en griego significa “que ama a su padre”. Fue un intelectual aficionado a las artes y a las letras que no se interesó por la política, abandonando la labor de gobierno a su ministro Sosibio. Se casó con su hermana Arsínoe III. Filópator inauguró la trágica tradición de asesinar a los miembros de la familia, haciendo dar muerte a su hermano Magas y a su madre Berenice II. Dicha tradición, recorrerá prácticamente toda la dinastía lágida. Llevará a cabo la batalla de Rafia (217) contra el ejército griego de Antíoco III. La batalla fue motivada por la reacción de Ptolomeo IV contra la conquista de numerosos puertos fenicios de Antíoco III. Ptolomeo al no disponer de suficientes mercenarios griegos para esta batalla decidió armar un ejército indígena. Algo fuera de lo común, ya que desde la época de Alejandro Magno los egipcios habían estado apartados del ejército, y sustituidos por los soldados grecomacedónicos. La victoria de Rafia provocó el despertar del nacionalismo egipcio, ya que los egipcios vieron que eran capaz de vencer al soldado griego, al que antes consideraban invencible. Finalmente muere asesinado a los 41 años de edad. Ptolomeo IV Filópator. | Marie-Lan Nguyen.

Ptolomeo V Epífanes (203-181)

Fue coronado rey en dos ceremonias separadas a la edad de doce años: una de ellas tuvo lugar en Alejandría y fue al estilo macedónico, mientras que la otra se desarrolló en Menfis, y en el curso de la misma Ptolomeo V fue reconocido como faraón en el templo de Ptah. Convirtiéndose en el primer Lágida (del que se tiene constancia) que se sometió a la ceremonia de coronación de los antiguos reyes del Alto y Bajo Egipto. La situación se había deteriorado gravemente, tanto en el interior como en el exterior, y la decadencia de la monarquía era clara, dejando al rey impotente frente ante el clero egipcio. La política exterior e interior tan negativa, más el proceso en la decadencia dinástica motivaron a los nacionalistas, quien se podían encontrar entre la antigua elite egipcia, que había sido alejada de los cargos dirigentes por los primeros Ptolomeos. Se llegó incluso a constituirse una línea dinástica de fa-

Ptolomeo V Epífanes. | Wikimedia Commons.

raones autóctonos, personificada por Horunnefer (205- 199) y Anjunnefer (199-186), que acabara siendo sometida en el año 186. En esta época se produce una creciente presión fiscal que acabo rompiendo el antiguo orden social egipcio, heredado de la época faraónica. Dicha presión fiscal se produjo gracias a la inmunidad fiscal de los templos y Egiptología 2.0 | 55


sacerdotes, sumada a la ambición económica de la corte lágida y al fracaso de su política exterior imperialista. Finalmente, Ptolomeo V muere asesinado en el año 181, justo cuando se preparaba para recuperar la posición que Egipto había tenido en el Egeo y en Grecia. Ptolomeo VI Filométor (181-145) Filométor significa “el que ama a su madre” Al ser un niño cuando llega al trono, su madre, Cleopatra I ejerció la regencia. Se casó con su hermana Cleopatra II. Tuvo que hacer frente a la invasión de Egipto a manos de Antíoco IV Epífanes, rey de Siria de la dinastía Seléucida. Este se fijó en Egipto porque era su vecino más débil y porque era el único flanco por el que podía expansionar su reducido reino. Ptolomeo firmo un tratado con al Antíoco IV ver que este llegaba hasta Menfis. A través de dicho tratado aceptaba quedar bajo el protectorado de Antíoco IV. Este hecho no gustó a la población alejandrina, y llamaron para oponerse al tratado al hermano de Ptolomeo VI, llamado Ptolomeo Fiscón. Comenzando así los enfrentamientos entre los dos hermanos. Pero finalmente Antíoco IV acabó evacuando Egipto gracias a Roma, quien había mandado a un embajador, Popolio Lenas, que iba a comunicar a Antíoco que debía abandonar Egipto. Roma decidió tomar esta medida no por un interés especial hacia los Lágidas sino para impedir la reconstrucción del poder de los Seléucidas.

Ptolomeo VI Filométor. | Wikimedia Commons.

Ptolomeo VI Filométor murió en Siria en una batalla, su hermana y viuda Cleopatra II hizo coronar a su hijo Ptolomeo VII Neo-Filópator (145-144). Pero Ptolomeo Fiscón, aprovecho la ocasión para hacerse proclamar nuevamente rey (145-116), con el nombre de Ptolomeo VIII Evérgetes II, asesinando para ello a Ptolomeo VII Neo-Filópator y casándose con la madre de éste, es decir, con su propia hermana.

Ptolomeo VIII Evérgetes II (145-116) Tenía un carácter sanguinario, lo que le llevó a asesinar a muchos de sus oponentes y a confiscar los bienes de todos ellos. Se le llamaba el Panzudo, era además un personaje deforme y de comportamiento rastrero con los romanos que le visitaban. Se casó con Cleopatra III, Hija de Ptolomeo VI Filométor y de su otra esposa Cleopatra II, su madre. Se convirtió en un personaje impopular entre los alejandrinos. Cleopatra II, logró expulsarle en el año 131, pero regresó y expulsó a su madre. Pero finalmente se reconciliaron en el año 125 y reinaron de nuevo conjuntamente. Para disminuir las tensiones que el pueblo egipcio presentaba sobre la monarquía tolemaica, Ptolomeo VIII Evérgetes II concedió el estatuto civil griego a los egipcios helenizados, de esta forma, podían ser admitidos en los más elevados puestos del Estado. A partir de la muerte de Ptolomeo VIII Evérgetes II, se 56 | Egiptología 2.0

Ptolomeo VIII Evérgetes II. | Wikimedia Commons.


Ptolomeo IX purificado por los dioses Horus y Thot. | Wikimedia Commons.

producirán una serie de repartos del reino entre sus hijos bastardos y legítimos, que acentuarán la decadencia de la Dinastía Lágida. Finalmente, con la muerte de Ptolomeo IX Apión, Roma se hará con el dominio de Egipto, ya que Ptolomeo IX Apión había legado su reino al pueblo romano.

Bibliografía

Sobre el autor

BINGEN, J. (2007). Hellenistic Egypt. California Press. California.

Nació en Santander hace 21 años, desde pequeño se interesó por la historia y empezó a leer revistas y cuantiosos libros. Durante su tránsito por el Bachillerato participó en la excavación arqueológica de La Garma y lleva 4 años participando activamente en sus proyectos. Complementa sus estudios universitarios, con numerosos cursos, centrados en el ámbito prehistórico, pero sin perder la curiosidad por otros temas de diversas cronologías.

DRIOTON, E. (1967). El Egipto faraónico. Moretón. Bilbao. MCKENZIE, J. (2012). The architectura of Alexandria and Egypt 300 BC-AD 700. Yale University Press. Yale. PADRÓ, J. (2008). Historia del Egipto faraónico. Alianza. Madrid. PIRENNE, J. (1982). Historia del Antiguo Egipto. Océano, tomo VI. Barcelona.

Actualmente sigue completando sus estudios universitarios, con un objetivo bien claro: la comunicación de la historia puesto que todo el mundo tiene derecho a conocer su pasado para así poder interpretar su presente. Enlaza con el autor

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Historia Hipólito Pecci Tenrero

El poblamiento del Valle

Dicen que en el principio no había nada, únicamente agua, una inmensidad que abarcaba todo, no había ni noche ni día, ni luz ni oscuridad, ni murmullo ni silencio.

Pero, de este océano primigenio, surgió la primera tierra, la roca primordial, el “Benben”, y Atum, el Demiurgo, el Creador que, con su semen, generó a Shu, el Aire, y Tefnut, la Humedad. De ellos nacerían Geb (La Tierra) y Nut (el Cielo), separados por su padre con la secreta esperanza de apartarles de una relación incestuosa, acto que, a la postre, resultó inevitable, pues engendrarían cuatro vástagos, Osiris, Isis, Seth y Neftis. La primera pareja, tuvo un descendiente, Horus, personaje trascendental, pues sería el protagonista en las relaciones entre divinidades y hombres, ya que se transfiguraría en la figura del Rey, el Dios Viviente. Fue el comienzo de Egipto, del Egipto mítico, cuyo cimiento se fundamentó en esa esencia acuosa, de la misma forma que, la historia del poblamiento y ocupación del Valle del Nilo, tendría como protagonista fundamental a este líquido elemento, dador de vida.

Atum. Libro de las Respiraciones de Usirur. Museo del Louvre. | Wikimedia Commons.

Si la tecnología existente en la actualidad permitiera un utópico viaje en el tiempo, y si ese desplazamiento nos transportara a las tierras norteafricanas hace miles de años, nos encontraríamos con un entorno totalmente diferente, desconocido a nuestros ojos, un horizonte paleolítico de humedales y praderas, donde los grupos humanos se trasladaban en pos de las manadas de animales, descansando y avituallándose en las riberas de los ríos y en las fuentes de materias primas, con las que confeccionaban sus utensilios y armamento.

Sin embargo, la naturaleza es caprichosa, y la épocas húmedas eran sustituidas por períodos de una gran sequedad que obligaban a todo ser vivo, que pudiera, a buscar refugio en las corrientes fluviales próximas que no habían desaparecido. Durante varios miles de años el panorama se tornó sombrío, con grandes sabanas deshabitadas, y pequeñas comunidades cazadoras-recolectoras que se vieron obligadas a arremolinarse en torno a diferentes puntos o lugares concretos, algunos de ellos adyacentes al Nilo, cuya fisonomía debía de ser muy distinta a su apariencia presente. El tiempo pasa, y hacia el 12/10000 a.C., es decir, con la conclusión del Pleistoceno y, paralelamente, el desenlace del Paleolítico, la climatología sufría una serie de cambios y variaciones que llevaron a la desaparición de las glaciaciones que habían padecido durante milenios, o millones de años, los territorios boreales de Europa y Norteamérica fundamentalmente. Las planicies desérticas y desoladas del Norte de África también se veían sujetas a estos fenómenos climatológicos, pues los factores medioambientales que iban a ejercerse y desplegarse sobre ellas trajeron consigo un mayor porcentaje de humedad, cuyo poder de impregnación y penetración transformaría progresivamente el paisaje. 58 | Egiptología 2.0


De esta forma, se van a revelar asentamientos como Wadi Kubbaniya, hallado al Sur de la actual ciudad de Luxor, cerca de Aswan, y hoy por hoy un río desecado, que parece haber estado habitado durante unos dos milenios aproximadamente, en donde se localizaron establecimientos con diferentes vestigios, herramientas y utensilios líticos, así como restos óseos y vegetales que, muy posiblemente, constituyeron la dieta de sus habitantes, circunstancias que demuestran que los primeros habitantes del valle del Nilo y sus desiertos cercanos habían aprendido a explotar los ambientes locales, desarrollando estrategias económicas que se mantuvieron en las tradiciones culturales posteriores del Egipto faraónico. Tal como recogí en un escrito anterior, hacia el 8000 a.C., el monzón tropical, que usualmente soplaba hacia el Sur, súbitamente cambió de dirección, encaminándose al septentrión y liberando a su paso, en una serie de diluvios, tal cantidad de lluvia que en las tierras desérticas se formaron grandes estanques, a cuyo alrededor surgió un oasis de vegetación con caza, pesca y pastos suficientes para mantener diferentes comunidades. Uno de estos asentamientos fue localizado a un centenar de kilómetros aproximadamente, al oeste del Valle, durante la primera mitad de los años setenta del siglo XX por Fred Wendorf, Antropólogo de la Universidad Metodista del Sur (Dallas, Texas), recibiendo el nombre de Playa Nabta, y constituyendo, quizás, el germen de las poblaciones asentadas a lo largo del Nilo, puesto que, debido a las variaciones climáticas, hacia el V mileno a.C. el monzón sufrió una nueva modificación, retornando a su trayectoria habitual, es decir, hacia el Mediodía, lo que llevó a un cese de las lluvias en el Norte, y por ende, a una preponderancia del desierto, haciendo desaparecer todos los depósitos de agua, y, por tanto, obligando a sus moradores a comenzar un largo éxodo. Gradualmente, sus pasos les empujaban a los parajes próximos al Gran Río, donde se abría un abanico de posibilidades, pues ante ellos emergía un vergel en el cual la vida, y por tanto la caza, fluía por doquier, además de constituir un terreno idóneo para la práctica de la agricultura. Playa Nabta poseía una particularidad que hace de este asentamiento un lugar único en fechas tan tempranas. Unos dos mil años antes de que se erigiera Stonehenge, en este paraje se levantó un conjunto megalítico compuesto por losas obtenidas en una cantera distante un par de kilómetros, que forman un pequeño crómlech con funciones astronómicas, tal como explica, el codirector de la excavación, Romauld Schild, de la Academia Polaca de Ciencias (Varsovia, Polonia), por lo que el círculo tendría como

misión predecir la llegada de las lluvias, es decir, un calendario constituido por un anillo de un diámetro máximo de cinco metros, y dos alineaciones de piedras verticales, una de ellas señalando al Norte, y la otra a la posición que ocuparía el sol el día 21 de junio, comienzo del verano, y de las lluvias, en esta zona. Además de este monumento, se han localizado varias losas que podrían estar identificando la posición de enterramientos, quizás pertenecientes a ciertos personajes importantes, lo que supondría la existencia de algún tipo de estructuración social en la que se evidenciaría un sistema jerarquizado, posiblemente una jefatura, que denota una organización suficiente para la aparición de grupos más o menos complejos. Sea como fuere, con estas bases, hacia mediados del VI m. a. C. o principios del milenio siguiente, cuando los habitantes de Playa Nabta ya se habían asentado en el Valle del Nilo, el territorio se iría poblando paulatinamente, extendiéndose durante el transcurso del Neolítico una serie de culturas que constituirían los primeros indicios, los comienzos de la civilización egipcia. El Bajo Egipto Si examinamos el Valle en sus divisiones históricas, en la región norteña, que constituiría el Bajo Egipto, se localizaba Merinde Beni Salame, contemporánea de Fayum (A), aunque con características que denotaban la preexistencia de culturas diferentes. Esta última, a su vez, estaba formada por dos fases o periodos denominados Fayum A y Fayum B. En ambas etapas se han encontrado restos de cultivo de cebada y escanda, así como estabulación de cerdo, oveja y cabra, producción complementada con caza, se han hallado restos de arcos y flechas, y pesca con arpón. Diferentes descubrimientos permiten vislumbrar el trabajo en otras actividades que comienzan a ser significativas, debido, en muchos casos, a la mayor complejidad social, como es la creación artesanal y cerámica. El poblamiento en Merinde Beni Salame se distribuye en cinco periodos según su antigüedad, y parece ser que en su fundación no intervino ningún aporte externo, si bien, en fases posteriores se evidencian influencias sureñas. La economía se encontraría en una fase análoga a la del Fayum, ya que se basaría, fundamentalmente, en la agricultura de los mismos productos, esto es, trigo, cebada y escanda, así como la ganadería de Egiptología 2.0 | 59


trigo, cebada y escanda, así como la ganadería de cerdos, cabras y ovejas, si bien, la caza y la pesca ocuparían un lugar secundario, mientras que, la cerámica estudiada es mucho más tosca, fundamentalmente piezas lisas moldeadas a mano y con poca, o ninguna, decoración. No obstante, dentro de la cronología del yacimiento surgen diferentes tipos cerámicos, así, mientras en Merinde Beni-Salame I se muestra algún complemento decorativo, la ornamentación habitual, en esta fase y la siguiente, suele estar formada por recipientes de color rojo, mientras en la fase III, asoman nuevos modelos mucho más cuidados y cuya pigmentación predominante es negra. Otro aspecto importante en este yacimiento lo constituye la presencia de multitud de sepulturas casi a ras de suelo y con los cuerpos en posición fetal acompañados por muy pocos objetos, hecho que denotaría una insignificante diferenciación social. Junto a El Fayum y Merinde Beni-Salame, la comarca posee otros yacimientos más o menos coetáneos, como El-Omari, que no difieren mucho en las características, ya que se compone de poblaciones basadas en la agricultura de cereales y la ganadería de cerdo, oveja y cabras, complementada con caza y pesca.

se conoce con el término de Badari, en honor al yacimiento de El-Badari, cercano a la actual ciudad de Assiut. Las entidades badarienses estarían formadas por una sucesión de pequeñas aldeas situadas en la ribera del río y dedicadas a la agricultura y ganadería, complementadas por la pesca y, en menor medida la caza, y, parece ser, que ya estaban perfeccionando la manipulación de metales, pues ya se observaba el trabajo en cobre. Las necrópolis de esta etapa surgen en las afueras de las zonas de habitación, en donde se deposita el cuerpo en posición fetal sobre su lado izquierdo, dentro de sepulturas circulares u ovaladas y, siempre, en dirección Oeste, horizonte que se convertiría, dentro de la tradición egipcia posterior, en el lugar de descanso de los difuntos. Los cementerios han revelado, formando parte del ajuar funerario, piezas cerámicas de una sutil factura, objetos manufacturados delicadamente, pulidos y decorados con tintura roja y en la boca una original franja negra.

Avanzando en el tiempo, el asentamiento más significativo es conocido como Maadi, poseedor de cerámicas particulares y necrópolis características, pero con una particularidad muy remarcable, una peculiaridad muy importante, y es la posesión de diferentes herramientas cuya base material se compone de metal, concretamente cobre. Esta situación significa un paso hacia delante, un avance trascendental en lo que se refiere al uso de nuevos materiales y elementos como soporte mucho más moldeable para la creación de armas y utensilios, además de evidenciar, por una parte, la instauración de circuitos comerciales con aldeas más o menos lejanas, y por otra, la presencia de contactos con las localidades del mediodía egipcio, aunque este hecho no se evidencia en las necrópolis, ya que las sepulturas exploradas no presentan un ajuar muy suntuoso. El Alto Egipto A la par que en las tierras septentrionales se produce esta evolución de las comunidades allí situadas, en el Sur, los grupos humanos van progresando y desarrollando su propia cultura, de tal forma que, una colonización iría tomando forma, paralelamente al ocaso de Merinde Beni Salame en el Norte, la cual 60 | Egiptología 2.0

Cerámica roja y negra. Periodo Badariense. Roemer-und Pelizaeus-Museum. | Wikimedia Commons.


Cerámica roja y negra. Periodo Badariense. Ägyptisches Museum, Leipzig. | Wikimedia Commons.

No solo eso, pues junto a estas dádivas, y formando parte del ajuar, se desplegaban diferentes presentes de bello acabado, entre los que resaltaban paletas para cosméticos, brazaletes, collares de material óseo o marfil, etc., obsequios que determinan el comienzo de un nuevo mundo, reflejando las creencias en una religiosidad y una ritualidad incipiente, además de manifiestan el origen de algún tipo de diferenciación social que iría mucho más allá de la muerte. Igualmente, como se comentaba anteriormente, se iba creando, gradualmente, un culto a los muertos, estableciendo poco a poco unas pautas definidas que se encontrarían vigentes a lo largo de toda la historia de Egipto. El Badari avanzaba poco a poco hacia su disolución, abriendo las puertas a la sociedad más importante del IV m. a. C., la comunidad que parirá a las Dos Tierras, Nagada. Egipto sería heredero directo de esta cultura, en la cual comienzan a hacerse presentes los rasgos identificatiEgiptología 2.0 | 61


vos que marcarían la sociedad posterior del Kemet. La existencia de diferentes facies culturales (se reconocen Nagada I, también denominada Amratiense, Nagada II y Nagada III) se contemplan a través de sus enterramientos, de ellos se percibe un continuado proceso de jerarquización, así como el comienzo de una evolución tecnológica y una división del trabajo. En sus estadios iniciales Nagada I, conectada intrínsecamente con Badari, exhibe una cerámica bruñida de color rojo, que puede, o no, poseer los bordes negros, así como otro tipo que luce la misma tonalidad pero presentando decoraciones, esta vez, de matices mucho más claros, en un principio de corte geométrico, para, más adelante, plasmar diferentes tipologías animales, y en algunas ocasiones, escenas en las que intervienen tanto figuras zoomorfas como antropomorfas. Lentamente, se produciría una expansión tanto al Mediodía, implantándose, muy posiblemente, en los grupos allí asentados, pero, asimismo, dando lugar a poblaciones de nueva planta, como al Norte, proceso que se aprecia ya en Nagada II, conocida también como Gerzeense, y que ya estaría establecida en todo el territorio. En este momento, las vasijas rojas con bordes negros van siendo sustituidas por un nuevo tipo de material, la marga, de matices blancuzcos y claros y decoración rematada en rojos o marrones, siendo acompañada por otros modelos pero fabricados en piedra, denotando una profesionalización del artesano.

Nagada II. Museo del Louvre. | Wikimedia Commons.

Nagada II (Gerzeense). British Museum.

| EgiptologíaCommons. | Wikimedia 62 2.0

El avance humano era imparable, favorecido por el uso de nuevos materiales y nuevas tecnologías, además de las relaciones comerciales tanto con Palestina, como con la zona nubia, haciendo que Nagada III supusiera la culminación de esta evolución, cuando las poblaciones sureñas, tras haber experimentado un movimiento de aproximación, una asociación, e incluso podría utilizarse el término “Sinecismo”, emprendieron la expansión hacia el Delta, hasta conseguir la unificación del Alto y el Bajo Egipto.


Arte rupestre

“...Por un momento que debió de parecer eterno a los otros que estaban esperando, quedé aturdido por la sorpresa, y cuando Lord Carnarvon, incapaz de soportar la incertidumbre por más tiempo, preguntó ansiosamente ¿Puede ver algo? Todo lo que pude decir fue ¡Cosas maravillosas!...” La sola mención de Egipto evoca este y muchos otros episodios análogos, aventuras y descubrimientos realizados por personajes intrépidos, el conocimiento de grandes reyes como Ramsés II, Akhenatón, Nefertiti, Hatshepsut, y grandes pasajes de la historia, Kadesh, Megido, etc. Tanto investigadores como aficionados, salvo algunas excepciones, al estudiar e introducirse en el mundo egipcio, suelen fijar su interés en estos fragmentos y en estos protagonistas, pues obviamente son fuentes de disertación muy interesantes y objetos de conferencias muy atractivas. Sin embargo, muy pocos especialistas se plantean dedicar su carrera profesional al conocimiento de las familias que se fueron asentando en el Valle del Nilo durante el periodo predinástico, o los grupos humanos que transitaron por el territorio durante el Paleolítico Superior y pudieron dejar constancia de su presencia a través de diversas obras plasmadas en formaciones rocosas, puesto que, en muchos casos, no se obtiene el mismo reconocimiento al localizar unas cuantas pinturas en un abrigo o una cueva, que por el descubrimiento de una tumba que posee más o menos elementos. Así, es comprensible que algún aficionado se presente en una conferencia hablando, por ejemplo, de momias, ya que con ello es más fácil captar la atención del público, aunque se tengan conocimientos limitados, que indagar, explorar e introducirse en el estudio de los colectividades prehistóricas o predinásticas y en los restos artísticos que han legado, acontecimiento mucho menos seductor cuando se está buscando la notoriedad de un tema. Si bien, esta situación no se da únicamente en la ciencia egiptológica, pues hasta que la disciplina de Arte prehistórico pudo ser digna de considerarse importante en Europa, los investigadores debieron pasar algunos años de incertidumbres, negaciones y agravios. Hace alrededor de unos doce mil años Europa, y el mundo, asistieron a un nuevo cambio climático que supondría el final de una etapa y el comienzo de una época nueva, cuyo punto de ruptura se produjo con la conclusión de la última glaciación, conocida como

Würm en Europa y Wisconsin en América, y datada entre unos cien mil y diez mil años aproximadamente. Todo cambió gradualmente, dándose por concluido el periodo Pleistoceno, que había despuntado más o menos unos dos millones de años antes y que también pondría fin al Paleolítico. Como producto de estas mutaciones, poco o poco va floreciendo un nuevo paisaje que implicaba la desaparición de diferentes especies animales, oso de las cavernas, mamuts, etc., mientras que otras, debido a su profunda adaptación al medio, se vieron forzadas a acompañar a los hielos en su retirada, por lo que el hueco dejado en el nicho ecológico es ocupado por nuevas especies acomodadas a la situación climatológica y al paisaje que ahora comienza a germinar. De la misma forma, con estas transformaciones se dejarían atrás paulatinamente los tipos de vida que habían pervivido durante milenios, para dar paso de una manera gradual a un nuevo comportamiento dentro de los grupos humanos que les iría acercando hacia las sociedades sedentarias que aparecerían algunos milenios después. La transición entre los dos “mundos”, el mundo paleolítico glaciar y el nuevo mundo que ahora se abría, sería testigo del surgimiento de nuevas técnicas pictóricas que se hicieron evidentes en los tipos de representaciones parietales que nacerían y se desarrollarían en estos momentos. Con el descubrimiento del arte paleolítico se dio un paso esencial en el conocimiento de las culturas prehistóricas, de tal forma que comenzarían a surgir disertaciones acerca de la capacidad creadora en los albores de la “civilización”. Durante el transcurso del siglo XIX aparecieron diferentes corrientes o pensamientos relacionados con el inicio de la ciencia prehistórica, pero ya en el siglo XVII varios personajes se habían aventurado a lanzar algunas hipótesis sobre la aparición de la Tierra y de la vida en ella. Uno de estos investigadores fue James Ussher, el cual en el año 1650 defendió la fecha del 4004 a.C. como momento en que se produjo la Creación, y el 2349 a.C. como el año del diluvio universal. Pero, John Lightfoot iba a retomar sus ideas, y siendo aún mucho más riguroso, iba a ir más allá, señalando que la Tierra había sido creada a las nueve de la mañana del domingo 23 de octubre del año 4004 a. de C. En 1875 se producía uno de los mayores hallazgos de la Prehistoria de la Península Ibérica, Egiptología 2.0 | 63


cuando un aparcero de Marcelino Sanz de Sautuola descubría en la cordillera Cantábrica los legados, en forma de arte Rupestre, salvaguardados en la cueva de Altamira con cronologías del Paleolítico superior, cuya importancia radicaba en el hecho de que hasta este momento no se habían descubierto cuevas con dibujos, solo algunos signos de color negro. A finales del siglo XIX la Arqueología se encontraba enteramente dominada por científicos ingleses y en menor grado franceses, por lo que las exposiciones procedentes de intelectuales de otras nacionalidades normalmente no eran tomados en serio, así, los descubrimientos del sabio español fueron rechazados, por los estudiosos franceses Émile Cartailhac y Mortillet, los cuales son secundados tiempo más tarde por el paleontólogo francés Harlé, el cual defendió el hecho de que las pinturas constituían un fraude, pues no podían haber sido realizadas antes de la segunda mitad de la década de 1870. No obstante, la fortuna quiso que a finales del siglo se produjeran una serie de hallazgos, La Moutte (1895), Marsoulas (1897), etc., en donde aparecieron representaciones pictóricas que corroboraban las investigaciones de Sautuola, por lo que el Abbé Breuil organizó en 1902 una serie de conferencias dentro de la “Association Française pour L’Avancement des Sciencies”, provocando una revolución en las tesis predominantes hasta ese momento, pues Cartailhac finalmente se convenció de visitar Altamira, tras lo cual no tuvo más remedio que afirmar la veracidad de los estudios llevados a cabo, por lo que se decidió escribir su célebre “La grotte d’Altamira. Mea culpa d’un sceptique”. Ya no cabía duda de que las pinturas que aparecían en la cueva de Altamira tenían una datación paleolítica en torno a los 15/12000 años a.C., hecho que daba pie a otros estudiosos a lanzarse a la búsqueda de este tipo de arte en nuevos lugares, sin ser tachados de lunáticos. Y es así, como a partir de la década de los treinta, varios exploradores se lanzarían a la aventura a través de los desiertos egipcios para demostrar la existencia de estaciones de arte rupestre situadas en las rocas perdidas entre sus arenas. Quizás el más famoso entre ellos sea László Almásy (1895-1951), ya que su vida se recogió en la novela “El Paciente Inglés”, y la película del mismo nombre realizada en 1996. Almásy se toparía en el año 1933 con Wadi Sura, conjunto de rocas ubicadas al sur de la meseta de Gilf Kebir que hacen de frontera con Sudán y Libia, con una escena de pinturas rupestres que representan a un grupo de nadadores (Cueva de los Nadadores), acontecimiento que se ha datado en torno a 10/8000 a. C., concordando con el final de la glaciación, y de la que opina que constituye un hecho real, ya que estaría recogiendo acciones anteriores al periodo de desertización, ratificando la climatología y el paisaje húmedo predominante.

Cueva de los nadadores. Wadi Sura, Desierto occidental, Egipto. | Wikimedia Commons. 64 | Egiptología 2.0


Pero, aún hay arte rupestre mucho más antiguo en Egipto, análogo al que existía en Europa, ubicado a un centenar de kilómetros de Luxor; es Qurta, una formación rocosa con dataciones de unos diecinueve mil años aproximadamente, en donde se vuelve a exhibir una fauna relacionada con humedales, recogiéndose hipopótamos en toda su plenitud o uros que serían cazados por los habitantes de la zona, denotando grandes extensiones fértiles, amplias sabanas, pero también el embrión de las representaciones posteriores que se tallarían por todo Egipto. A partir de los años treinta del siglo pasado protagonistas como László Almásy, Elisabeth Pauli, que plasmaría las obras de arte presentes en la Cueva de los Nadadores de Gilf Kebir, Robert Mond, Leo Frobenius, Hans Rhotert, y actualmente estudiosos como Giulio Lucarini y Barbara Barich, han abierto una puerta para el conocimiento de este tipo de arte rupestre, que ha sido, de alguna manera dejado de lado, por mor del brillo, del esplendor de la Historia egipcia posterior que a todos nos ha deslumbrado. Pero, hay que tratar de traspasar esa entrada, y comenzar a empaparse de esa otra Historia, que si no es tan ostentosa, supone el comienzo de un universo grandioso.

Bibliografía

Sobre el autor

ANDERSON, W. (1992). Badarian Burials Evidence of social Inequality in Middle Egypt During the Early Predynastic Era. JARCE 29. Págs. 51-66.

Doctor en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Magíster en Museografía y Exposiciones por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Diplomado en Estudios Avanzados (D.E.A.) por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Miembro del Laboratorio de Estudios Paleolíticos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y de la Red de Expertos del Proyecto Campus de Excelencia Internacional en Patrimonio, concedido a las universidades andaluzas coordinadas por la Universidad de Jaén.

MIDANT-REYNES, B. (1992). Préhistoire de l’Egypte des premiers hommes aux premiers pharaons. Armand Colin. Paris. KEMP, J. (1992). El antiguo Egipto. Anatomía de una civilización. Barcelona. PADRÓ, J. (2006). Historia del Egipto faraónico. PARDO MATA, P. (2004). Egipto. De la prehistoria a los faraones. Sílex Ediciones. PARRA, M. ; GUGEL, B. ; NAVAJAS, A. I. (2008). Egipto. El culto a la muerte junto al río de la vida. Edimat. Madrid. PECCI, H. (2017). La génesis de Kemet. Egiptología 2.0. Nº7. SJAW, I. (2007). Historia del Antiguo Egipto. Original: Oxford University Press. Traducción del inglés a cargo de José Miguel Parra Ortiz. La Esfera de los Libros. Madrid.

Entre los años 1998 y 2008 ha participado en diferentes campañas arqueológicas: Yacimiento de la Cova D’en Pardo (Planes, Alicante), La Peña de Estebanvela (Ayllón, Segovia), excavación y estudio de la Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería), trabajos arqueológicos en Perales del Río (Getafe), Proyecto de Investigación, estudio y documentación en la Cueva de la Fuente del Trucho (Asque-Colungo, Huesca) y dirección arqueológica para la realización de trabajos de prospección y excavación arqueológica en el Cerro de San Isidro (Domingo García, Segovia). Entre los años 2008 y 2011 Arqueólogo de la Unidad de Promoción y Desarrollo V y VI de la Diputación de Toledo. Es también autor de diferentes artículos relacionados con el antiguo Egipto. Enlaza con el autor

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Mujer en el Antiguo Egipto María Isabel Cubas Contreras

La reina Merneith, una mujer en el poder

En el antiguo Egipto la figura del faraón estaba por encima del resto

de la sociedad; además era considerado una divinidad, al ser la encarnación en la tierra del dios Horus. El faraón lo gobernaba todo, y todos debían responder ante él. Pero no dejaba de ser un hombre mortal, y cuando moría siendo su sucesor aún un niño se imponía como solución práctica para evitar problemas la regencia, de modo que el gobierno fuese llevado por un adulto. No obstante los egipcios, precavidos, en lugar de dejar esta regencia en manos de otro hombre de la familia que pudiese sentirse legitimado para reclamar el trono, optaron por dejar la regencia en manos de la madre del rey. Su condición de mujer le impediría aspirar legítimamente al trono de Horus, que siempre, según la mentalidad egipcia, debía estar regido por un faraón masculino, desposado con una Gran Esposa Real, la reina, que le diera un heredero. Así lo establecía Maat, diosa del Orden. El primer caso de regencia en el antiguo Egipto lo encontramos ya en la I dinastía. A la muerte del rey Uadyit (Dyet) le sucedió su pequeño hijo Udimu (Den), cuya madre, Merneith, actuó como regente. Detalle de una de las dos estelas erigidas frente a la tumba de la reina Merneith en Abidos. | Juan R. Lazaro.

Merneith (o Meritneith) era hija, esposa y madre de reyes, siendo su padre muy probablemente el rey Dyer. Su nombre significa “Amada de Neith” una diosa del Bajo Egipto. Como regente de su hijo, Mer-

Reconstrucción de la mastaba de Merneith, con las dos estelas al frente y las tumbas de 66 2.0 los| Egiptología sirvientes alrededor. | Depaul University.


neith se convirtió, en la práctica, en la primera mujer de la historia de Egipto en hacerse con las riendas del poder, aunque solo fuese desde la regencia, y fuese el nombre de su hijo el que figurase en todos los documentos oficiales y no el suyo. Para recompensar la lealtad y apoyo de su madre, el rey Den, ya de adulto, le otorgó el beneficio de tener un

Lista de Abydos, en un cilindro-sello. | Geocities.

complejo funerario en el cementerio real de Abydos. Este tenía el mismo tamaño que los de otros reyes y dos estelas funerarias monumentales con su nombre inscrito en ellas para proclamar que dicho enterramiento le pertenecía.

A su alrededor estaban las tumbas de los sirvientes, sacrificados para acompañar a la reina en la otra vida. Este sacrificio ritual sólo se dio en los primeros tiempos de la civilización egipcia, desapareciendo a finales de la I dinastía. Otra prueba de la importancia de esta reina la encontramos en el hecho de que sea la única mujer cuyo nomBre aparece en la llamada “lista real de la impronta de Abydos”, encontrada en la tumba de su hijo, y en la que aparece junto a los anteriores gobernantes, empezando por Narmer; se la menciona con el título de “Madre del rey”. Sin embargo, su nombre no aparecería ya con los sucesores de Den, por lo que esto es una muestra de la alta estima en que su hijo la tenía. ¿Hombre o mujer? El egiptólogo W. Flinders Petrie, al descubrir la tumba de esta reina en el invierno de 1899 (Tumba Y, en la necrópolis de Umm el-Qaab, Abydos) pensó que pertenecía a un hombre, debido a la importancia y calidad del enterramiento, y al hecho de que no hubiese otros enterramientos similares femeninos. Por ello cuando se encontraron las estelas con el nombre de la reina, Petrie tradujo erróneamente su nombre como Mery-Neith (es decir, el amado de Neith). Sin embargo, hallazgos posteriores de fragmentos de vasijas y un pequeño vaso en la necrópolis de Saqqara confirmaron que se trataba de una mujer, concretamente la esposa del rey Uadyit (Dyet). La “amada de Neith” El nombre de la reina Merneith, o Merit neith, significa “la amada de Neith”. Al tratarse de una divinidad procedente del Bajo Egipto indicaría que la reina provenía también de la zona del delta. Neith es una de las divinidades más complejas y antiguas de Egipto, adorada desde tiempos predinásticos, es decir, desde antes de la unificación de las dos tierras y del reinado del primer faraón, Narmer. Fue asociada a la maternidad, pero también a la sabiduría, la caza y la guerra, por lo cual fue identificada con Atenea/Minerva o con Artemisa/Diana por parte de los griegos y romanos. En cuanto a su origen, hay dos versiones: o bien se la hace procedente de la ciudad de Sais, en el delta, o bien de Libia, recibiendo entonces el título de tehenut (la libia). También es una diosa relacionada con el mundo funerario, por lo que aparece representada con frecuencia en las tumbas. En los Textos de las pirámides se nos presenta junto a Isis, Neftis y Selket como pro-

La diosa Neith, en la tumba de Nefertari. | GH. Egiptología 2.0 | 67


tectora de los vasos canopos en los que se guardaban los órganos de la momia de Osiris; en concreto Neith es la protectora del estómago, guardado en el vaso canopo representado por el dios con cabeza de chacal Duamutef. Por otro lado, al ser considerada la inventora de los textiles y patrona de los tejedores, es la que proporciona las vendas necesarias para preparar el cuerpo del difunto. Además, protege a este con sus flechas de los peligros que acechan durante el viaje por el inframundo.

Sin embargo, no podemos decir que fuese coronada faraón (como sí hiciera siglos después Hatshepsut), aunque en la práctica hubiese tenido el mismo poder durante la regencia de su hijo, al que legaría un país unificado y en paz cuando se convirtió en adulto. En agradecimiento, el faraón le otorgó el privilegio de una lujosa tumba y aparecer junto a los demás reyes varones que la habían precedido.

Merneith, ¿Primera “reina-faraón” de Egipto? A Merneith se le atribuyen dos tumbas: La ya mencionada tumba Y en Abydos, y la tumba 3503 en Saqqara, privilegio que correspondía exclusivamente a los reyes. En efecto, a los faraones de la I dinastía se les atribuían dos sepulturas, en los lugares ya mencionados de Abydos y Saqqara, en el norte y en el sur, simbolizando el dominio del rey sobre el Doble País, es decir, el Alto y el Bajo Egipto (obviamente, solo una tumba estaba destinada al reposo del cuerpo momificado del rey). De modo que podemos decir que esta singular mujer gozó de una importancia e influencia equiparables a las de un faraón masculino. Sin duda su gobierno no debió ser fácil, pues la unificación del país no estaba muy lejana en el tiempo. Su origen norteño es evidente en su propio nombre, pero supo gobernar también sobre el sur.

Merneith y su hijo Den. | María Isabel Cubas Contreras.

Bibliografía

Sobre el autor

WILKINSON, T. (2007). Vidas de los antiguos egipcios. Blume. Barcelona.

Mª Isabel Cubas Contreras nació en la localidad toledana de Talavera de la Reina en 1989.

JACQ, C. (2000). Las egipcias. Planeta. Barcelona.

Su afición por el antiguo Egipto comenzó desde pequeña y fue lo que la llevó a estudiar la licenciatura en Historia en la Universidad de Alcalá de Henares entre 2007 y 2012.

BEDMAN, T. (2003). Reinas de Egipto. El secreto del poder. Alianza. Madrid. CASTEL, E. (2002). Gran diccionario de mitología egipcia. Alderabán. España.

Actualmente es bloguera de ‘’El templo de Seshat’’, dedicado al mundo del antiguo Egipto, y del blog de reciente creación ‘’La gaceta de Menfis’’, donde se pueden encontrar las últimas noticias egiptológicas. Además es colaboradora esporádica en el blog sobre Historia Universal ‘’Historiae’’. Enlaza con el autor

68 | Egiptología 2.0


Amuletos Lucía Inés Merino

El Ankh

La simbología egipcia y su significado El mundo es un objeto simbólico. Salustio De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española un símbolo es un elemento u objeto material que, por convención o asociación, es considerado representativo de una entidad, de una idea, de una cierta condición, etc. Podemos decir sin temor a equivocarnos que Egipto es el país de los símbolos, dado que su cultura está repleta de ellos, cada uno con un significado trascendente del que nos ocuparemos en esta serie de artículos que hoy comenzamos a compartir. Es muy interesante ver de qué manera estos símbolos estaban profundamente vinculados a su forma de entender el mundo, a su visión de la vida y de la muerte y a su cosmogonía, fundamentada en sus diferentes mitos sobre la creación del universo. Como sostiene Juan-Eduardo Cirlot en su Diccionario de Símbolos (1992), Egipto sistematizó en su religión y sus jeroglíficos el conocimiento de la doble estructura material y espiritual, natural y cultural del mundo. Gracias a los símbolos, el ser humano deja de ser un fragmento para integrarse en unidades más amplias, tales como la sociedad, la cultura y el universo (Mircea Eliade,1954).

Ankh. 1400-1390 a.C; Fayenza. Metropolitan Museum of Art, New York. | Metropolitan Museum of Art, New York.

El Ankh, símbolo de la eterna existencia En esta entrega nos ocuparemos de uno de los

símbolos más conocidos de la cultura egipcia: el Ankh, también conocido como cruz ansada o nudo mágico. Como jeroglífico (ˁnḫ) (p) significa aliento de vida y se lo relaciona con la eterna existencia. En la siguiente imagen podemos ver la cruz ansada ubicada entre los ojos, lo que significa que estamos frente a un iniciado en los secretos de la vida.

El Ankh como símbolo jeroglífico y cruz ansada ubicada entre los ojos. | Wikimedia Commons. Egiptología 2.0 | 69


De acuerdo con algunas interpretaciones el óvalo superior de la cruz representa la entrada de agua que inundaba el valle del Nilo y favorecía su fertilidad. Cirlot sostiene que desde el punto de vista macrocósmico, el Ankh representa al sol, el cielo y la tierra y como signo microcósmico representa al hombre. Algunos egiptólogos sugieren que combina los principios generadores del hombre (la línea recta) y de la mujer (el círculo). Frecuentemente se lo representaba en las manos de los dioses, como podemos apreciar en la imagen siguiente, como un objeto procedente del disco solar que era ofrecido al faraón para que pudiera administrar la vida entre los hombres. Algunos faraones incluyeron este jeroglífico en su titulatura, tal como hizo Tutankhamón: De arriba hacia abajo puede leerse: 1 - Nombre de Horus: kȝ nḫt twt mswt (Kanajt Tutmesut). Toro potente, nacido perfecto.

Titulatura de Tutankamón. | Wikimedia Commons.

2 - Nombre Nebti: nfr hpw sgrḥ tȝwj (Neferhepusegerejtaui). Quien con perfecta justicia pacifica las Dos

Tierras. 3 - Nombre de Horus Dorado: wṯs ḫˁw sḥtp nṯrw (Udyesjau Sehotepnecheru). Aquél que lleva las coronas, quien alegra a los dioses. 4 - Prenomen: nb ḫprw rˁ (Nebjeperura). El Señor de las manifestaciones es Ra

La diosa Isis entregando el Ankh al rey Seti I. Templo de Abydos. | Wikimedia Commons.

5 - Nomen: twt ˁnḫ jmn ḥqȝ jwnw šmˁ (Tutanjamón Heqaiunushema). Imagen viviente de Amón, gobernante de Heliópolis del sur.

En el Imperio Antiguo sólo el faraón era digno de llevar la cruz Ankh, pero ya en el Imperio Nuevo podía ser utilizada por todos los egipcios. De esa época se han encontrado momias que la contenían entre los labios, como símbolo de la vida eterna y como llave geométrica de los misterios esotéricos para obtenerla. Albert Champdor (1982) en su versión de El Libro Egipcio de los Muertos describe una escena representada en el templo de Khonsu, en Karnak, en la que puede verse a Ramsés IV ofreciendo una estatuilla a la diosa Ament, la que apunta la cruz ansada entre los ojos del faraón, representando millones de años de vida futura. Según él, el círculo representa al alma eter70 | Egiptología 2.0

Tumba de Tutankhamón. | Wikimedia Commons.


na y la cruz al estado de muerte en que se encontraba el iniciado. En este mismo sentido, Paul Brunton (1987) expresa en su libro El Egipto secreto que el punto señalado entre las cejas indica la posición de la glándula pineal de manera que, cuando la diosa pone su cruz entre los ojos de Ramsés, le asegura una visión clarividente de los grandes misterios. En el bajorrelieve mencionado, detrás de Ramsés se encuentra Horus, cuya función es indicarle que debe guardar silencio y no revelar estos misterios. A partir del siglo II, con la llegada del cristianismo a Egipto la cruz Ankh fue paulatinamente asimilada por los coptos, quienes la difundieron como una variación de la cruz cristiana.

Relieve copto: cruz con asa. | Wikimedia Commons.

Bibliografía

Sobre el autor

BRUNTON, P. (1987). El Egipto secreto. Kier. Buenos Aires.

Lucía Inés Merino nació en Buenos Aires, Argentina, en el año 1968.

CIRLOT, J. (1988). Diccionario de Símbolos. Labor. Barcelona.

Es profesora de Historia y abogada, graduada en la Universidad de Buenos Aires.

ELIADE, M .(1954). Tratado de historia de las religiones. Instituto de estudios políticos. Madrid.

Con más de 20 años de experiencia docente, casada y madre de tres hijos, es una apasionada por el antiguo Egipto lo que la ha llevado a realizar numerosos estudios de posgrado sobre el mundo faraónico en la Universidad Autónoma de Barcelona y en la Universidad de Manchester, entre otras reconocidas instituciones educativas. Egiptología 2.0 | 71


Egiptología Gerardo P. Taber

La fayenza del Egipto faraónico. Una mirada desde la arqueología experimental

Uno de los materiales más bellos y emblemáticos del Egipto faraónico es la llamada “fayenza egipcia”, la cual

se utilizó profusamente para elaborar innumerables objetos que, a pesar de los miles de años transcurridos, aún conservan su color y brillo -justo como los antiguos artífices desearon que ocurriese- como es el caso de la esfinge del faraón Amenhotep III (c. 1390-1353 a.C.) quien continúa ofrendando a los dioses de la tierra del Nilo desde el Metropolitan Museum of Art en New York, EE. UU. Este material es, a pesar de su aparente sencillez, uno de los logros tecnológicos más importantes del mundo antiguo y hasta hace relativamente poco tiempo es que se estudia en su justa dimensión. En este artículo expongo algunos de los rasgos más característicos, tanto simbólicos como técnicos, de la “fayenza egipcia” y también presento, con el objetivo de comprender un poco más sus procesos de manufactura, los pasos de elaboración de un relieve escultórico con la forma de un mental”.

wḏ3t (udjat) “ojo de Horus” desde la perspectiva de la llamada “arqueología experiNomenclatura y significados simbólicos

Esfinge del faraón Amenhotep III, probablemente de un modelo de templo. 1390-1353 a.C., dinastía XVIII, Reino Nuevo. Fayenza egipcia moldeada con restos de calcita. Metropolitan Museum of Art, New York. | Metropolitan Museum of Art, New York. 72 | Egiptología 2.0

Con el nombre de “fayenza egipcia” se denomina a un tipo de material cerámico no arcilloso de superficie vítrea que se manufacturó en el antiguo país del Nilo y zonas aledañas. Se trata de un término que acuñó la egiptología durante el siglo XIX, en analogía a las mayólicas esmaltadas y decoradas conocidas como faienza (en italiano), faïence (en francés) y faience (en inglés) que se producían en la ciudad de Faenza (antiguamente llamada Faventia, en el norte de Italia) desde el siglo XII. El término ha sido ampliamente criticado y debatido, e inclusive se ha propuesto sustituirlo por el de “composición vítrea”, “frita”, “frita vitrificada”, “cuarzo sintetizado” entre otros. Pero,


como frecuentemente ocurre, el uso y la costumbre terminó por imponerse y la designación “fayenza egipcia” puebla la literatura especializada, de divulgación y los museos que tratan temas del Egipto faraónico. Empero, para tratar de comprender la naturaleza de este material resulta útil conocer la denominación original que le dieron sus creadores. Los habitantes del antiguo país del Nilo nombraron a este material: ṯḥnt (chehenet) vocablo que denominaba a la “fayenza” y al “vidrio”; ya que ambos cuentan con cualidades iridiscentes similares, las cuales fueron sumamente apreciadas por los antiguos egipcios. En este sentido, también podía inscribirse como:

ṯḥnt (chehenet) o incluso:

ṯḥnt (chehenet), utilizándose como determinativo el

signo S15 de la lista de Gardiner: ṯḥn (chehen) que representa a un pectoral con tres pendientes de material vítreo; cuyo significado, como logograma, es: “dar destellos” (cfr.: Sánchez, 2000: 472). Esta grafía es más común a partir de la dinastía XVIII (c. 1539-1292 a.C.) pero desde el Reino Antiguo (c. 2543-2120+25 a.C.) tenía el mismo valor fonético el signo S16 de la lista de Gardiner: ṯḥn (chehen) que también representa a un pectoral con tres pendientes compuestos de cuentas de material vítreo unidas; del mismo modo, como logograma, su significado es: “destellar, brillar” (cfr.: Gardiner, 1957: 505) y también se utilizó como determinativo en la palabra:

ṯḥnt (chehenet) que es la variante del Reino Antiguo del vocablo “fayenza”.

En ocasiones, los antiguos egipcios también designaron a la fayenza y al vidrio como: inr wdḥ (iner udeh) término que significa: “piedra que fluye o piedra vertida”; vocablo que revela parte de su proceso de manufactura y, sobre todo, la concepción que se tenía de este material; que al parecer originalmente se creó para sustituir al preciado lapislázuli, que se importaba desde las minas situadas en las montañas occidentales de la cordillera del Hindukush en Afganistán -aunque es probable que también existiesen yacimientos nativos- y también a la turquesa y malaquita, minerales que se extraían de la península del Sinaí (cfr.: Friedman, 1998: 15). Pero la “fayenza egipcia” no se limitó a ser tan sólo un sustituto de piedras semipreciosas; el significado literal del vocablo ṯḥnt (chehenet) es: “material brilloso y destellante” y éste se asoció a la luz emitida por los cuerpos celestes como el Sol, la Luna y las estrellas; astros que en la cosmovisión egipcia se relacionaron con las creencias de la vida en el Más Allá. En este sentido, el brillo de la fayenza se consideró como un elemento mágico, que aunado a su característico color verde-azul, se relacionó inherentemente a conceptos de fertilidad y renacimiento (cfr.: Friedman, 1998: 16). Por tales motivos, se encuentran gran cantidad de objetos de fayenza en los ajuares funerarios, ya que éstos tienen relación con la topografía mitológica del reino del dios Osiris y del inframundo en general (cfr.: Bianchi, 1998: 24). Un ilustrativo ejemplo de esta concepción son los ushabtis e implementos ceremoniales -algunos en forma de ´nḫ (ankh) “vida”- que formaron parte del ajuar funerario del faraón Thutmose IV (c. 1400-1390 a.C.) y que fueron descubiertos, el 18 de Enero de 1903 en su tumba (KV 43) del Valle de los Reyes, por el arqueólogo británico Howard Carter (1874-1939) bajo el patrocinio del abogado estadunidense Theodore Montgomery Davis (1838-1915) y que actualmente se resguardan en el Metropolitan Museum of Art en New York, EE. UU. Por otra parte, se tiene evidencia de múltiples objetos de fayenza que se utilizaron en vida -y que después podían formar parte del ajuar funerario- sobre todo a partir de la dinastía XVIII (c. 1539-1292 a.C.) como esculturas antropomorfas y zoomorfas, sobre todo efigies de los dioses, que se portaban alrededor del cuello. Un ejemplo de este tipo de amuletos es una figura del dios Bes, que fue descubierta en la pirámide 54 de la necrópolis de El-Kurru en Nubia, Sudán y que se resguarda en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo en la Ciudad de México. La fayenza también se utilizó para elaborar muchos utensilios de la vida secular y religiosa como: tableros y piezas de juegos como el senet, posa-nucas, modelos e incrustaciones para muebles, sistra, recipientes para kohl, cuentas para joyería y un gran repertorio de vasijas (cfr.: Patch, 1998: 32). No obstante, es importante señalar que esta eclosión de formas y usos tiene su antecesor miles de años antes del Reino Nuevo (c. 15391077 a.C.) ya que la invención y uso de este material se encuentra atestiguado desde el Período Predinástico (c. 5300-3000 a.C.) y para el Dinástico Temprano (c. 2900-2545+25 a.C.) ya se utilizaba extensivamente en el ámbito religioso y funerario, en forma de pequeños objetos votivos en los templos y tumbas, así como en mosaicos para los mismos. Por su abundancia, pareciese que la fayenza se utilizó en todos los estratos de la sociedad faraónica. Sin embargo, ésta realmente fue un artículo de lujo; pero a diferencia del oro, las piedras Egiptología 2.0 | 73


preciosas y algunas semipreciosas, que por su escasez o dificultad de extracción restringían su consumo a la mayor parte de la sociedad, los materiales que constituyen a la fayenza son de fácil acceso en la tierra del Nilo, pero no así los medios y modos para su producción.

Ushabtis e implementos ceremoniales de la tumba KV 43 de Thutmose IV. c. 1400-1390 a.C., dinastía XVIII, Reino Nuevo. Fayenza egipcia moldeada. Metropolitan Museum of Art, New York. | Keith Schengili-Roberts.

procesos de modelado, moldeado y cocción.

Amuleto que figura al dios Bes. c. 753–723 a.C., reinado de Piankhy, dinastía XXV, Período Tardío. Fayenza egipcia moldeada. Museo Nacional de las Culturas del Mundo, México. | José Luis Pérez Flores.

Materiales y técnicas de manufactura La “fayenza egipcia” ha sido llamada: «la primera cerámica de alta tecnología» (cfr.: Vandiver & Kingery, 1987: 19). En este sentido, cabe reflexionar que los antiguos artífices de la tierra del Nilo que la produjeron probablemente eran trabajadores especialistas de tiempo completo, ya que el proceso para su elaboración requiere un conocimiento técnico especializado. Desde la adecuada elección de los materiales “crudos”; hasta los demandantes 74 | Egiptología 2.0

Los materiales que típicamente componen a un objeto de “fayenza egipcia” son: óxido de silicio (SiO2) que constituye entre el 92-99% de su masa, óxido de calcio (CaO) entre el 1-5% y óxido de sodio (Na2O) entre el 0-5%. En esta composición básica, también se han encontrado pequeñas cantidades de óxido de cobre (CuO), óxido de magnesio (MgO), óxido de potasio (K2O), óxido de aluminio (Al2O3) y trazas de otros elementos (cfr.: Nicholson, 2009: 2). El óxido de silicio es un mineral llamado sílice o cuarzo, el cual se obtenía de la arena de los desiertos que rodean al valle y delta del Nilo; aunque también de los nódulos de pedernal que se encuentran en las inmediaciones de los wadis (causes secos del río). En ambos casos, se molían y cernían lo más posible para obtener un polvo que contuviese el menor número de impurezas. El óxido de calcio se encuentra en la “cal viva”, la cual se obtenía tras la calcinación y posterior pulverización de la rocas calizas. Por último, el óxido de sodio se podía obtener de varias maneras ya fuera añadiendo natrón, un carbonato de sodio (Na2CO3·10H2O) que se extraía del Wadi El-Natrun en el norte de Egipto, o bien, cenizas de plantas carbonizadas. Este compuesto servía como fundente y permitía lograr una mejor cohesión y vidriado de la pieza a menores temperaturas en el horno. Los elementos mencionados se mezclaban con agua en la proporciones anteriormente señaladas para formar una pasta que, por sus propios ingredientes, es tixotrópica, es decir su viscosidad y maleabilidad varían de acuerdo al movimiento que se le aplique. Esta cualidad de la pasta de fayenza resultó determinante para su trabajo ya que, a diferencia del barro, no podía volver a hidratarse para recuperar su maleabilidad sin com-


prometer su integridad. De tal manera, se utilizaron principalmente las técnicas del modelado y esgrafiado para crear formas y, cuando se requerían piezas idénticas, se recurrió a los moldes. En lo referente al característico vidriado de la “fayenza egipcia” se ha descubierto que éste se obtuvo de tres maneras diferentes: 1) por aplicación: el objeto terminado es recubierto por un esmalte o barniz, ya sea en estado liquido (como una suspensión rica en SiO2) o espolvoreado. Este barniz contiene, o es el mismo, colorante y se deja secar antes de hornear la pieza. 2) por eflorescencia: en este caso a la pasta de fayenza húmeda se le añade y mezcla directamente el colorante; al evaporarse el agua se forma una capa en la superficie de la pieza que contiene el pigmento y tras hornearse es parte integral del vidriado. Esta fue la técnica más utilizada en el período faraónico y también se le conoce con el nombre de “auto-vidriado”. 3) por cementación: en este caso la pasta de fayenza se forma sólo con el polvo de sílice y el óxido de sodio y se le da forma al objeto deseado; una vez seco, éste se introduce en un contenedor lleno de una mezcla pulverizada de “cal viva” (óxido de calcio), cenizas, sílice, carbón y el colorante. Al hornearse, la mencionada mixtura que rodea a la pieza se adhiere y funde a ella, formando así la capa de vidriado. Curiosamente, el polvo que no toca a la pieza permanece en su estado original y puede ser sacudido y reutilizado. Esta técnica de vidriado sólo fue conocida para los arqueólogos a partir de la década de los años sesenta del siglo XX, cuando se descubrió su uso en el pueblo de Qom, en el actual Irán, y por ello se le conoce como la “técnica Qom” y se cree que en Egipto se utilizó desde el Reino Medio (c. 1980+16-1760 a.C.). Cabe señalar que un mismo objeto puede presentar una mezcla de estas tres técnicas, ya que durante el proceso de manufactura era común que las piezas se dañaran y retocasen (cfr.: Nicholson, 2009: 4-7). Por lo que respecta al color, la “fayenza egipcia” era esencialmente un soporte verde-azulado, cuyos tonos se conseguían principalmente con pigmentos elaborados de malaquita, que es un dihidroxido de carbonato de cobre (Cu2CO3(OH)2) y otros minerales como la azurita, carbonato de cobre básico (Cu3(CO3)2(OH)2, que daban como resultado diferentes tonalidades azules. Sin embargo, los artífices egipcios también experimentaron con otros pigmentos elaborados con óxidos de hierro (Fe2O3) de las distintas clases de hematitas para los rojos y ocres en distintos gradientes y también con óxido de manganeso (MnO2) de la pirolusita, para los negros. Un ejemplo de la maestría que se logró en la creación de objetos de fayenza policromada es el exquisito ushabti de la “señora de la casa” Sati, que se resguarda en el Brooklyn Museum en New York.

Ushabti de Sati. c. 1390-1353 a.C., reinado de Amenhotep III, dinastía XVIII, Reino Nuevo. Fayenza egipcia moldeada, modelada y policromada. Brooklyn Museum, New York. | Brooklyn Museum, New York.

El necesario paso final para que la “fayenza egipcia” tomara su característica forma era la aplicación de calor; el cual causaba que sus componentes tuviesen distintas reacciones químicas y que se fundiesen en una sola pieza. Los hornos debían alcanzar entre los 800°-1000° C y mantener esa temperatura por varias horas para que el proceso resultase exitoso. Por desgracia, hasta hace relativamente poco tiempo casi no se había estudiado sobre estos aspectos; pero, por fortuna, recientes excavaciones arqueológicas han localizado varios hornos de la época faraónica en distintos puntos de Egipto (cfr.: Nicholson, 2010: 2-8). Además de los análisis morfológicos y químicos que se hagan in situ a estas estructuras; otra forma para tratar de entender su funcionamiento es por medio de la observación etnográfica-arqueológica y de la arqueología experimental, las cuales resultan de gran ayuda para inferir los procesos de manufactura de «la primera cerámica de alta tecnología». Recreación de un udjat de fayenza desde la arqueología experimental La llamada “arqueología experimental” es una posición epistemológica de la propia arqueología que busca comprender los medios y modos de producción, así como las relaciones sociales, de las culturas pretéritas por medio de la recreación y estudio de los procesos de manufactura de los artefactos Egiptología 2.0 | 75


que produjeron (cfr.: Coles, 1979: 28-35). Al respecto, se clasifican tres tipos de experimentación: 1) la simulación: en este caso, los materiales pueden ser diferentes a los originales ya que lo que se busca es sólo un parecido formal con el objeto que se desea recrear; razón por la que no es necesario que la tecnología para manufactúralo sea similar a la utilizada en el artefacto original. 2) la reproducción: se utilizan las mismas materias primas y el tipo de herramientas con el fin de reproducir la tecnología original con la que se manufacturó el artefacto que se desea emular; en este caso, es común que muchos problemas técnicos se resuelvan de manera empírica. 3) la recreación: este caso se considera como la experimentación ideal, ya que todas las variantes de la manufactura han sido resueltas; desde la materia prima, las herramientas y su correcto manejo, hasta el adecuado entorno ecológico. Sólo se puede llegar a este nivel de experimentación tras un arduo trabajo empírico de “prueba y error” aunado a la investigación académica. En este caso, es necesario obtener resultados similares, sino es que idénticos, a los que se encuentran en el tipo de artefactos estudiados (cfr.: Coles, 1979: 40-48). Sin embargo, estos resultados deben ser considerados tan sólo como “posibles explicaciones” ya que no demuestran de forma cabal que los antiguos procesos de manufactura se desarrollasen exactamente igual que en los experimentos, ni mucho menos que éstos sean la única forma valida de explicarlos. De tal manera, la “arqueología experimental” puede ser de gran ayuda para comprender los procesos tecnológicos de una sociedad; aunque siempre hay que tener en cuenta que la experimentación sólo puede aspirar hasta un cierto nivel explicativo; pero eso no desmerita su validez teórica y metodológica (cfr.: Tringham, 1978: 171-180). Tomando en cuenta los anteriores argumentos, el experimento de recreación de un relieve escultórico con la forma de un wḏ3t (udjat) en “fayenza” es una especie de reproducción-simulación, ya que sólo se buscó un parecido formal a ciertos artefactos del Egipto faraónico; pero se utilizaron materias primas y herramientas similares a las empleadas por los antiguos artífices egipcios. El primer paso consistió en preparar la pasta de fayenza; este proceso consta de varias etapas, siendo una de las más importantes mezclar, con agua, todos los elementos pulverizados como el sílice, feldespato, cal y mica; los cuales permiten que la pasta tenga las características necesarias para elaborar la pieza deseada. No hay una receta exacta, ya que depende de las condiciones climáticas el tiempo en que la pasta pierde humedad, lo que afecta su maleabilidad. Entre las técnicas de manufactura se encuentran: el modelado a mano, auxiliado de estiques, y el vaciado en moldes.

Experimento de recreación de un udjat de fayenza. c. 2007-2009. Fayenza modelada, moldeada y policromada. Ciudad de México. | Gerardo P. Taber.

Cuando la pieza se secó y endureció, se procedió a agregarle color. Para este fin se utilizaron pigmentos fabricados a base de minerales de óxidos de cobre y manganeso, los cuales se muelen y tamizan para obtener un polvo muy fino que se diluye en agua, con el fin de que éste quede en suspensión y se pueda aplicar con brochas y pinceles. Después que el agua se evaporó de la capa de pigmentos, la pieza policromada se cubrió con una capa de barniz, cuyo principal componente es cuarzo pulverizado (óxido de silicio, SiO2). Cuando el barniz está seco al tacto, se puede proceder al horneado de la pieza. Ésta se coloca en soportes cerámicos para evitar que se pegue a las paredes del horno. Con el fin de evaporar el agua que aún pueda encontrarse en el interior de las piezas, se mantiene una temperatura de 100º C durante la primera hora; después se va incrementando la temperatura gradualmente, ya que la estructura cristalina del sílice debe modificarse sin cambios bruscos. Los momentos más críticos se producen, primero, a los 573º C cuando el cuarzo y los pigmentos comienzan a fundirse y después, entre los 800º-900º C, al reducirse el material carbónico y sódico de 76 | Egiptología 2.0


Experimento de recreación de un udjat de fayenza. c. 2007-2009. Fayenza modelada, moldeada y policromada. Ciudad de México. | Gerardo P. Taber.

la pasta, se corre el riesgo de que la pieza se fisure o deforme. Después de que transcurren de 10 a 12 horas, se incrementa la temperatura hasta los 960º-1000º C, los cuales son necesarios para que el barniz y la pieza se vitrifiquen. Por último, después de 1 a 3 horas, se apaga la fuente de calor del horno y éste se deja enfriar, con sus tapas y conductos cerrados, entre 8 y 10 horas. Transcurrido casi un día, se puede abrir el horno y descubrir que una su camino hacía la eternidad.

ṯḥnt (chehenet) “material brilloso y destellante” se ha creado y espera a iniciar

Ankh, djed y neb. c. 664-30 a.C. Período tardío. Fayenza egipcia | Metropolitan Museum of Art, New York. Egiptología 2.0 | 77


Comentarios finales En las páginas precedentes mencioné algunos de los rasgos más significativos de la “fayenza egipcia” y presenté algunas imágenes de una serie de experimentos que he realizado -de manera casera y esporádica- los cuales me han ayudado a apreciar, aún más, a este bello y noble material. En este sentido, comparto la opinión de la egiptóloga Florence Dunn Friedman: “La pasta de fayenza debió haber parecida mágica: entra al horno seca, polvosa y casi carente de algún color pero emerge después de la cocción brillantemente transformada.” (Friedman, 1998: 15).

Evidentemente, en este espacio es imposible discutir sobre todos los materiales y procesos de manufactura de la “fayenza egipcia”; la cual se produjo por más de 5000 años en el país del Nilo y que, tal vez por negligencia o desconocimiento, no fue justamente valorada por los primero egiptólogos. Baste señalar la escueta mención que Gaston Camille Charles Maspero (1846-1916) hizo sobre este material en su obra clásica Égypte (1912): ...son cacharros de color, barnizados o mate, desnudos o cargados de ornamentos incisos o pintados… pastas vidriosas, figuras de hombres o de animales apropiadas unas a usos domésticos y reservadas otras para los cultos fúnebres, en fin, pretexto para panegíricos de los faraones.” (Maspero, 1912: 292). Bibliografía

Sobre el autor

BIANCHI, R. S. (1998). “Symbols and Meanings” en: Gifts of the Nile. Ancient Egyptian faience. Florence Dunn Friedman, Georgina Borromeo & Mimi Leveque. Thames & Hudson en asociación con Museum of Art, Rhode Island School of Design. Providence. pp. 2231.

Gerardo P. Taber realizó sus estudios de arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y se ha especializado en el estudio de las culturas del antiguo medio oriente y el Mediterráneo, con especial énfasis en el Egipto faraónico. Ha impartido numerosos cursos y conferencias sobre el arte, la religión y el sistema de escritura del Egipto faraónico, así como de historia general e historia de los museos en México, en diversas instituciones como: la ENAH, ENCRyM, UNAM, UAM, UASLP, Universidad Pontificia de México, Universidad Anáhuac México Norte y la Fundación José Ortega y Gasset México, entre otros.

COLES, J. M. (1979) Experimental Archaeology. Academic Press. Cambridge, Massachusetts. FRIEDMAN, F. D. (1998). “Faience: The Brilliance of Eternity” en: Gifts of the Nile. Ancient Egyptian faience. Florence Dunn Friedman, Georgina Borromeo & Mimi Leveque. Thames & Hudson en asociación con Museum of Art, Rhode Island School of Design. Providence. pp. 15-21. GARDINER, A. (1957). Egyptian Grammar. Being an Introduction to the Study of Hieroglyphs. Griffith Institute. Oxford. MASPERO, G. (1912). Égypte. Col. Ars Una. Species Mille. Histoire Générale de l’Art. Hachette et Cie. París. PATCH, D. C. (1998). “By Necessity or Design: Faience use in Ancient Egypt” en: Gifts of the Nile. Ancient Egyptian faience. Florence Dunn Friedman, Georgina Borromeo & Mimi Leveque (editoras). Thames & Hudson en asociación con Museum of Art, Rhode Island School of Design. Providence. pp. 32-45. SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, A. (2000). Diccionario de Jeroglíficos Egipcios. Aldebarán. Madrid. TRINGHAM, R. (1978). “Experimentation, Ethnoarchaeology and the Leapfrogs in Archaeological Methodology.” en: Explorations in Ethnoarchaeology. Richard Gould. University of New Mexico Press, Albuquerque. pp. 169-199. 78 | Egiptología 2.0

También se ha desempeñado como investigador de las exposiciones internacionales: Persia fragmentos del paraíso, tesoros del Museo Nacional de Irán en los años 2005-2006; Isis y la Serpiente Emplumada, Egipto faraónico/México prehispánico en los años 20072008; Pompeya y una villa romana, arte y cultura alrededor de la bahía de Nápoles en los años 2009-2010; muestras que se presentaron en el Museo Nacional de Antropología. Actualmente se desempeña como investigador del Museo Nacional de las Culturas, en el área de investigación y curaduría del Egipto faraónico y el Mediterráneo antiguo y se encuentra trabajando en el proyecto Kemet en Anáhuac, que busca analizar y contextualizar las obras egipcias que se encuentran en México. Enlaza con el autor


Colecciones Bartomeu Egea Resino

Dos estatuas gemelas de Tutankhamón. Chicago / El Cairo En el Oriental Institute of Chicago, los cerca de 75.000 visitantes anuales tienen la oportunidad de maravillarse con la visión de una estatua colosal del rey Tutankhamón.

Esta fantástica obra escultórica de la dinastía XVIII, nos muestra una estatua colosal de Tutankhamón (usurpada sucesivamente por Ay y Horemheb) en cuarcita policromada de 525 cm de altura. Sin embargo, no fue así como los conservadores de la universidad de Chicago recibieron la imagen del rey en piedra del Antiguo Egipto. Todo empieza en 1931 cuando los arqueólogos del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago encontraron fragmentos de dos estatuas idénticas de Tutankhamón, en los escombros de un templo funerario en Luxor.

Estatua colosal de Tutankhamón. | Oriental Institute of Chicago.

Egipto se quedo en posesión de la estatua mejor conservada y dio la otra al Instituto norteamericano. Evidentemente, este momento de la historia fue muy afortunado para el Museo que ahora la posee y para los arqueólogos del Instituto que la descubrieron, pues en aquel tiempo Egipto compartía piezas con los científicos extranjeros que ayudaban a excavar en su pasado. Desde de la II Guerra Mundial, está prohibido que cualquier objeto conectado a su magnífica historia pueda abandonar el país.

Estatuas de Tutankhamón en el momento del descubrimiento. | Oriental Institute of Chicago. Egiptología 2.0 | 79


Uvo Holscher, un arqueólogo alemán que trabajaba para el Instituto, encontró las dos estatuas de Tutankhamón en su templo mortuorio. El templo era una enorme estructura situada en el limite de las tierras cultivables, cuya construcción se inicio en vida del faraón, fue terminado por Ay y ampliado por su sucesor Horemheb. Siendo literalmente borrado del perfil del lugar por una riada 150 años más tarde. Después que Holscher descubriera el templo, las agencias del gobierno egipcio seleccionaron y guardaron los objetos mejor conservados. Como era costumbre en la década de 1930, al Instituto se le permitió elegir algunos de los fragmentos que quedaban para su museo. Lo que llegó a Chicago fueron cuatro grandes fragmentos de la cabeza y el torso de Rey. Tomándose moldes de la estatua gemela más completa que se quedaba en Egipto, es así como el legendario restaurador del Instituto, Donato Bastiani, devolvió su integridad a la estatua, otra vez.

Parte superior de la estatua de Tutankhamón conservada en el Oriental instititute, antes de su restauración. | Oriental Institute of Chicago.

Parte superior de la estatua de Tutankhamón conservada en el Museo de El Cairo.| Wikimedia Commons. 80 | Egiptología 2.0

Proceso de restauración de la estatua de Tutankhamón del Oriental Institute. | Oriental Institute of Chicago.


La estatua de Tutankhamón que posee el Instituto, en su ubicación actual (pues estuvo durante 60 años apoyada en una pared del museo no dejando ver todos los aspectos de la obra) permite descubrir debajo de la inscripción que otorga inicialmente la titularidad de la misma a Horemheb, un general que sirvió tanto a Tutankhamón como a Ay, otra realidad. La inscripción identifica la escultura como una imagen del llamado rey niño, de Nebkheperure Tutankhamón. La restauración se llevó a cabo sobre la base de un molde tomado de las zonas intactas de la estatua conservada en El Cairo. La estatua colosal de Tutankhamón fue excavada por el Instituto Oriental de Chicago en Medinet Habu en 1930-31 al igual que la estatua que se encuentra en El Museo de El Cairo.

Estatua colosal de Tutankhamón conservada en el Oriental Institute, tras la restauración. | Wei Ping Teoh. Sobre el autor Bartomeu Egea (Barcelona 1953), después de una larga trayectoria empresarial, dedica toda su atención al estudio del antiguo Egipto, estudia prehistoria e historia antigua y etnoarqueología, colabora habitualmente en blogs y foros que promuevan el conocimiento de la egiptológica, así como en docencia, acercando el AE a los escolares. Desde 2005 administra el sitio web: egipte.cat, donde a manera de repositorio gráfico, recopila el legado, que del antiguo Egipto, exista en la Mediterránea occidental. Enlaza con el autor Varillas de metal utilizadas para fijar la cabeza al torso. Estatua de Tutankhamón del Oriental Institute. | Oriental Institute of Chicago. Egiptología 2.0 | 81


Museos Sara López Caiz / Moisés González Sucías

El Museo de Montserrat

Vista exterior del Museo de Montserrat. | Visit Museum.

El Museo de Montserrat muestra al público lo mejor del patrimonio artístico y arqueológico de la abadía de

Montserrat. Este patrimonio está formado por seis grandes colecciones muy distintas, y los objetos expuestos, más de 1.300 piezas, abarcan un período cronológico muy amplio. La pieza más antigua es un sarcófago egipcio del siglo XXII a.C., y la más reciente, una pintura de Sean Scully de 2010. La sección de pintura antigua, del siglo XIII al XVIII, expone obras de Berruguete, el Greco, Caravaggio, Luca Giordano y Tiepolo. Sobresale la colección de pintura catalana de los siglos XIX y XX, una de las mejores del país, con nombres relevantes como Fortuny, Rusiñol, Casas, Nonell, Mir, Gimeno, Anglada-Camarasa, Picasso y Dalí, entre otros. También está representado el impresionismo francés, con obras de Monet, Sisley, Degas y Pissarro. Las dos salas de exposiciones temporales son una muestra del interés por la cultura y el arte contemporáneos. Historia del Museo Durante el siglo XIX el monasterio fue destruido y suprimido, y perdió todo su patrimonio histórico y artístico. Todo lo que se encuentra actualmente en el Museo de Montserrat es fruto de nuevas adquisiciones y de donaciones de particulares en un ambiente de recuperación y de presencia significativa en la sociedad catalana con irradiación europea y mundial.

Entrada al Museo de Montserrat. | Joan Masplanas. 82 | Egiptología 2.0

En 1911 fue inaugurado el Museo Bíblico de Montserrat, que contenía materiales arqueológicos, etnológicos, zoológicos y botánicos que el Padre Bonaventura Ubach (1879-1960) fue adquiriendo en Tierra Santa, Egipto, Siria e Irak con el fin de ilustrar


la Biblia. No fue hasta el año 1963 cuando nació el Museo de Montserrat propiamente dicho con los materiales arqueológicos del Próximo Oriente y las pinturas del Renacimiento y del Barroco que se encontraban en el interior del monasterio.

parte está estructurada con vigas y jácenas Vierendeel y otra con bóveda catalana. Este marco arquitectónico acoge las diversas colecciones del museo.

Padre Bonaventura Ubach. | Museo de Montserrat.

la Biblia. En 1963 nace el Museo de Montserrat propiamente dicho con los materiales arqueológicos del Próximo Oriente y las pinturas del Renacimiento y del Barroco que se encontraban en el interior del monasterio. En 1982 el Museo se amplía con una importante colección de pintura de los siglos XIX y XX, donación del Sr. Josep Sala Ardiz, a la que años más tarde se añadieron otras como la del arquitecto Xavier Busquets. Con motivo de las obras de mejora de las plazas del santuario durante 2004, el Museo obtuvo más espacio destinado a salas de exposiciones temporales, depósito de reserva y una nueva entrada. En 2006 fue declarado Museo de interés nacional por el Parlamento de Cataluña. Edificio El Museo ocupa unos espacios arquitectónicos creados entre 1928 y 1933 por el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch en el subsuelo de las plazas y en los cimientos de la torre del monasterio. Una

Construcción del Museo. | Museo de Montserrat.

Visita El Museo se organiza en dos plantas. En la planta 0 podemos encontrar una sala dedicada a la pintura de los siglos XIX y XX, un espacio dedicado a los iconos bizantinos, una pequeña sala de orfebrería y otra de arte contemporáneo. En la planta 1 se diferencian cuatro ámbitos: uno dedicado a la pintura antigua, otro espacio de pintura de los siglos XIX y XX, una tercera sala dedicada a la arqueología del oriente bíblico y Nigra Sum. Egiptología 2.0 | 83


Pintura de los siglos XIX y XX Iconos bizantinos Orfebrería Arte contemporáneo

Planta 0. | Museo de Montserrat.

Pintura antigua Pintura de los siglos XIX y XX Arqueología del oriente bíblico Nigra Sum

84 | Egiptología 2.0

Planta 1. | Museo de Montserrat.


El padre Bonaventura Ubach Fue un monje benedictino de Montserrat, orientalista y estudioso de la Biblia. Viajero y conocedor del territorio y las lenguas del Oriente bíblico, recopiló una numerosa y valiosa colección de material arqueológico​que se expone actualmente en Museo de Montserrat, en cuya creación contribuyó decisivamente. Es una de aquellas figuras que por sorpresa emergen a la palestra pública años después de sus logros personales o profesionales. Fue uno de los monjes de Montserrat más inquieto y activo de principios del siglo XX. No en vano hay voces que lo han bautizado como el ‘‘Indiana Jones’’ de Montserrat. Pero el benedictino fue mucho más.

El padre Ubach viajando en camello por la península del Sinaí. | Museo de Montserrat.

(dietario de un viaje por las reginones del Iraq). El 30 de septiembre de 1923, el padre Ubach escribe: “Mi primera y casi única visita (en El Cairo) ha sido al Museo Egipcio. El director me ha recibido amablemente y después de una larga conversación, me ha introducido en los subterráneos del susodicho Museo, donde me ha dejado total libertad para escoger los siguientes objetos: dos sarcófagos, una momia de la época ptolemaica (10 esterlinas). Otra momia de cocodrilo, muchos otros objetos de la antigua civilización egipcia. En conjunto: 27 esterlinas”.

El padre Ubach en su estudio. | Museo de Montserrat.

El padre Ubach, fue un experto orientalista que inició la Biblia de Montserrat, creó el Museo del Oriente Bíblico de la abadía y plantó la semilla de la primera escuela sólida del orientalismo antiguo en Cataluña. Fue una persona emprendedora, innovadora, curiosa, aventurera y apasionada por el oriente bíblico.

De las antigüedades egipcias aportadas por el padre Uabch, descatacn: el sarcófago de Nebet-itfet del Imperio Medio, varias máscaras funerarias y diversos vasos canopes.

Emprendió una serie de viajes para conocer de cerca el mundo del Oriente Antiguo. Creía que la Biblia se podía entender teniendo en cuenta sus raíces. Con esta idea, recorrió el éxodo bíblico de Egipto hasta el Sinaí y de ahí hacia la tierra prometida. También siguió los pasos de San Pablo por Turquía, Siria, Grecia, Creta…, descritos en el Nuevo Testamento. El padre Ubach, emergió del olvido a través de la egiptología, una de sus grandes pasiones. Era un orientalista conocido sólo en el pequeño círculo de Montserrat y por los amantes de la egiptología. Además de la colección egipcia, también son importantes la mesopotámica, la chipriota y la de la Tierra Santa. Gracias al padre Ubach podemos disfrutar de unas grandes colecciones. Él fue el primero que trajo a Cataluña piezas egiptológicas compradas legalmente al Museo Egipcio de El Cairo, como refleja en el ‘‘Dietari d’un viatge per les regions de l’Iraq’’

El padre Ubach en Knosos (Creta) en 1910. | Museo de Montserrat. Egiptología 2.0 | 85


La formación del Museo Bíblico Cuando vuelve de su primer viaje a Oriente (1910) comienza la realización de dos de sus grandes proyectos: la realización de un libro de viajes y la creación de aquello que, con el tiempo, llegaría a ser el Museo Bíblico de Montserrat. El padre Josep Deas, abad por aquel entonces, al ver las cajas con los diversos materiales demostró su interés para se exhibieran, aunque no fuera más que para la instrucción de los monjes de la abadía. Para tal finalidad se dedicó una sala de la alberguería interior, donde fueron colocados los objetos. En el centro se ubicaron las piezas más voluminosas: la maqueta del Santo Sepulcro, el relieve de Jerusalén, los animales disecados, junto con mapas, los ejemplares de flora bíblica, etc. En armarios se colocaron las pequeñas colecciones: cerámica, insectos, peces, dos tablillas cuneiformes, y un fragmento de rollo del Pentateuco. Con estos pocos objetos el Museo Bíblico fue inaugurado el 27 de abril de 1911. A finales del verano de 1913 el padre Ubach fue llamado al colegio be-

nedictino de San Anselmo de Roma para dar clases de lenguas orientales, y al poco tiempo comenzó la Primera Guerra Mundial. A pesar de todo siguió ocupándose de intentar aumentar la colección del museo, tanto él mismo como haciendo que otros le enviasen materiales y objetos diversos para completar las colecciones. A finales de mayo de 1922 el abad Rafael Molitor propondrá al abad de Montserrat la compra del museo que los benedictinos tenían en su monasterio de la Dormición en Jerusalén. El padre Ubach decide ir él mismo para hacer la selección. Finalmente la colección no fue comprada, pero la visita le resultó igualmente fructífera al padre Ubach, y el mes de octubre de 1923 volvía de un viaje a Iraq con 14 cajas llenas de objetos: monedas, un talento, objetos cultuales prehistóricos, más de 400 tablillas cuneiformes, 80 sellos cilíndricos babilónicos, y ladrillos con escritura cuneiforme del templo de Nabucodonosor. El viaje a Iraq lo emprendió con objeto de reunir materiales para dedicar una sala del museo a Asiria y Babilonia, y Bagdad había sido el mercado principal. El museo contó también con reproducciones de obras famosas, compradas especialmente en Roma y París. En junio de 1922 visita el Louvre, y allí compra algunas de las reproducciones, en concreto 17 piezas, de las cuales las más interesantes son el código de Hammurabi, la estela del rey Mesa, un peso babilónico, o la cabeza de Amenofis IV. El padre Ubach creó uno de los primeros museos temáticos de España. Sin embargo hoy en día el Museo Bíblico ya no existe. Lo que actualmente podemos visitar es un museo moderno de Arqueología del Oriente Antiguo, donde se exponen una selección de materiales procedentes de la antigua colección. Colección egipcia Además de la civilización asiro-babilónica tenía que tener su parte en el museo otro pueblo que también influyó notablemente en la historia bíblica, Egipto. La historia sagrada que la Biblia muestra está situada en muchos momentos entre estos dos pueblos, por lo que el padre Ubach decidió ampliar el Museo Bíblico e incluir una sección egiptológica. En el año 1927, el consejo abacial de Montserrat daba el voto favorable para una cantidad de 10.000 pesetas, que fueron enviadas el año siguiente a Jerusalén, para comprar materiales egipcios.

Vistas generales de una de las salas del antiguo Museo del Oriente Bíblico de Montserrat. | Museo de Montserrat. 86 | Egiptología 2.0

Entre los objetos que pasaron del Museo de El Cairo a Montserrat se encontraba una rica colección de


Entre los objetos que pasaron del Museo de El Cairo a Montserrat se encontraba una rica colección de vasos de alabastro, otra de amuletos y de collares con los que llenaron una vitrina. Algunas momias de animales, como la de un halcón, gatos y peces, y un cocodrilo. En medio de la antigua sala colocaron el sarcófago antropoide con la momia de una mujer, junto con una de las piezas de más valor del museo, la caja de un sarcófago. Vista general de la sala egipcia. | Montserrat Visita.

Los años siguientes, que el

Padre Ubach pasó en un intenso trabajo intelectual en Tierra Santa, la obra del Museo no quedó olvidada. Aún alguna vez pudo enviar algunos de los materiales que adquiría. Nos consta que en 1946 tenía recogidos más de una cincuentena de objetos, de los cuales da referencia en la obra que recoge monografías dedicadas al abad Marcet, muerto hacía poco. Las piezas procedentes del Antiguo Egipto que conserva el museo, componen una colección de gran ri-

Vista general de la sala egipcia. | Blog del aula de los grupos de Ciclo Superior de la Escuela Pont de l’Arcada.

queza y variedad, recopilados durante el primer cuarto del siglo XIX, que abarcan desde la Época Predinástica hasta la Época Romana, mostrando al público miles de años de historia, cultura y creencias. La sección de egiptología del Museo de Montserrat ofrece un doble interés. El conocimiento de una de las culturas más grandiosas y fascinantes de la antigüedad que, junto con la tradición griega y romana, han influido en la mentalidad, la civilización y el gusto artístico de Occidente. Y otro valor importante del fondo egipcio del monasterio consiste en la finalidad de todas las colecciones. El padre Ubach, fundador y artífice del Museo Arqueológico del Oriente Bíblico adquirió y ordenó todas las piezas de Egipto, Mesopotamia y Tierra Santa para ofrecer elementos visibles del contexto cultural y religioso que constituyen el terreno propio donde tienen las raíces los libros de la Biblia, la hebrea y la cristiana. La presentación de los materiales arqueológicos era y sigue siendo el medio más pedagógico para mostrar las relaciones, y también las diferencias, entre la fe de Israel y las culturas y religiones de los países vecinos. Si Egipto resulta superior a Israel por su gran cultura, por la grandiosidad de sus monumentos, por la potencia de los faraones y por la majestad de sus templos, Israel, un pueblo mucho más humilde, reducido y frágil manifiesta su fe monoteísta con una historia única y con una elevación literaria incomparable. La Biblia representa un punto álgido de la literatura universal. Para los creyentes es la expresión de una inspiración divina. En el Museo de Montserrat, la grandeza de Egipto toma toda su proporción comparada con el privilegio religioso, y con la grandeza única del pueblo de Israel. Egiptología 2.0 | 87


El Museo de Montserrat conserva decenas de piezas de diferentes períodos del Antiguo Egipto, así como materiales y usos. De entre todas ellas destacamos una barca funeraria, perteneciente al Imperio Medio (2000-1750 a.C.). Se trata de una barca de madera de tipo simétrico con tripulantes. Tiene las extremidades elevadas y una superficie de sustentación, cosa que reduce las probabilidades de volcar y le proporciona estabilidad. Lleva diez tripulantes a bordo. El timonel, arrodillado en popa, sujetaría un timón que ha desaparecido. El piloto, encargado de medir la profundidad del río, se encuentra en proa con el brazo estirado. Seis de ellos, tres en cada banda, son los remeros, cuatro de pie y dos sentados. Los dos que faltan se encargan de

Barca funeraria con tripulación. Imperio Medio (2000-1750 a.C.). Madera policromada. | Museo de Montserrat.

la vela y son de tamaño inferior. Se conserva todavía el palo desplazado hacia la proa, característica de las naves durante este periodo. El casco de la barca esta estucado en color blanco, mientras que el palo es de color rojizo. Los tripulantes, son de piel rojiza y oscura, visten con un faldellín de lino blanco, y portan una peluca corta y voluminosa de color negro, ajustada con una cinta blanca, propia de las ceremonias funerarias. De los rostros resaltan unos grandes ojos pintados de color negro y blanco, lo cual da expresividad a las miradas. Las pobladas cejas están hechas con trazos negros y enmarcando la cara, una linea, también negra, representa la barba. Este tipo de barcas son muy típicas del Imperio Medio, época en que se empezaron a depositar en los ajuares funerarios maquetas de madera, entre las cuales había una gran cantidad de embarcaciones de diversos tipos. No debemos olvidar que el Nilo es la arteria de comunicación más importante de Egipto. Disponemos de ejemplos de barcas de ocio, de pesca, de trasporte y también las utilizadas para trasladar las momias, con sus ajuares funerarios, de oriente a occidente, lugar de descanso eterno, así como las que se empleaban para el viaje sagrado a la ciudad de Abydos, lugar de peregrinaje donde se encontraba la tumba de Osiris. Otra de las piezas destacables de la sección egipcia, es la cabeza real procedente de la antigua colección Xavier Busquets, que ingresó en el museo en el año 1900. Fechada probablemente en época Saíta (dinastía XXVI?), está elaborada en Diorita de color negro, representa una cabeza masculina de un rey tocado con la corona azul. La pieza se encuentra en un buen estado de conservación, donde únicamente vemos fragmentada la nariz por la punta, los labios y la oreja derecha. Presenta un soporte en la parte occipital. Los detalles de los relieves han sido muy bien detallados por el artesano, especialmente la corona, y sobre todo el Uraeus. Nariz de perfil muy rectilínea, y lineas redondeadas y suaves en pómulos y cejas. Los ojos se ven muy hundidos y los labios voluminosos. La pieza se encuentra fragmentada por el cuello, aunque probablemente debía pertenecer a una estatua de cuerpo entero. Cabeza real. Época saíta, dinastía XXVI? (664-525 a.C.). Diorita. | Museo de Montserrat. 88 | Egiptología 2.0

El museo atesora además una amplia colección de ushebtis, de diversos periodos, materiales y tamaños.


Estas figurillas son representaciones volumétricas funerarias, de aspecto normalmente momiforme, originadas en la segunda mitad del Reino Medio, en la dinastía XII, entre el 1962 y el 1787 a.C. Fueron elaboradas para reemplazar a su propietario en las tareas de labranza e irrigación que pudieran ser requeridas en el Más Allá. Su nombre proviene del verbo responder y algunos le dan el significado de “respondedor” y otros “el que responde”. Ambos señalamientos pretenden describir a quien atiende una llamada que se le hace. Los Ushebtis fueron ideados como parte del ajuar funerario por lo que se colocaban en las tumbas. Algunas veces, se depositaban dentro de cajas de madera, en algunas ocasiones con ostentosas decoraciones o por el contrario muy sencillas. En el Imperio nuevo llegaron a ser colocados en pequeños sarcófagos. A lo largo del tiempo tuvieron la misma función, en el ámbito religioso del Antiguo Egipto, la representación de su propietario ante Osiris en las tareas de labranza

Ushebti anepigráfico. Imperio Nuevo. Ushebti para Ankhefenkhonsu. Tercer Período Intermedio. | Museu de Montserrat.

e irrigación que pudieran ser requeridas. Sin embargo, mientras en su inicio fueron considerados como réplicas del difunto, en el Imperio Nuevo y posteriormente, llegaron a ser vistos como siervos o una especie de esclavos del inanimado, por lo que se elaboraron grandes cantidades. El museo conserva también una tabla decorada, fechada en las dinastías XIX-XX, con la representación de una escena de adoración delante de Osiris. La decoración está presidida por el dios de los muertos, sentado y orientado hacia la derecha. Tocado con la corona atef y en las manos los atributos del poder real. Osiris aparece representado con la barba funeraria postiza, trenzada y curvada hacia adelante, propia del dios, y viste una túnica azul y un collar con diversas filigranas de perlas alrededor del cuello. En la parte superior, dos columnas jeroglíficas identifican al personaje: ‘‘Osiris señor de la eternidad, señor de la tierra’’. Detrás de Osiris aparece representada la diosa Neftis, la cual reconocemos gracias a los jeroglíficos que inscriben su nombre y por su corona identificativa.

Ushebti para Asetemkhebit y ushebti para Mehyt-ueskhet. Tercer Período Intermedio. | Museu de Montserrat.

Delante de las divinidades y en actitud de adoración, aparece una figura femenina, arrodillada y con las manos levantadas. la inscripción jeroglífica que se encuentra encima de la figura y entre sus manos, precisa el cargo y el nombre de la difunta: ‘‘La Cantora de Amón, Tamiu, justificada’’.

Toda la escena está dibujada sobre una capa de estuco blanco que recubre la tabla de madera y está enmarcada con lineas negras y verdes. Resulta difícil saber a que objeto corresponde. Posiblemente se trata de una caja o cofre perteneciente al ajuar funerario de la difunta. Posiblemente en el resto de piezas, Osiris estaría seguramente acompañado de otros dioses relacionados con el culto funerario como, por ejemplo, Isis o Neith. Aunque la pieza, por sus características, parece elaborada en un taller local, puede ser fechada con relativa seguridad en Época Ramésida, por el estilo del vestido y por la tipología de peluca que porta la difunta. Egiptología 2.0 | 89


Sin duda alguna, una de las piezas más destacables de la colección egipcia del Museo de Montserrat, es el cuerpo momificado de un individuo de unos 30 años de edad. La momia está envuelta en un sudario de lino, sujeto con vendas, y cubierta desde la cabeza hasta los pies por tres plantillas de tejido estucado y policromado, además de la máscara que portaba originalmente.

Tablilla de La cantora de Amón, Tamiu. Dinastías XIX-XX (1320-1085 a.C.). Madera policromada. | Museo de Montserrat.

con dos cabezas de Horus halcón con el disco solar sobre la cabeza. En la parte superior central de la plantilla y en cada lado de la columna djed, símbolo osiríaco de la estabilidad, hay dos genios de cabeza humana, con barba postiza y con la pluma maat sobre las rodillas.

La primera plantilla representa el collar usekh con diversas vueltas de motivos florales, el collar acaba en cada extremo

Momia humana. Período Ptolemaico?. | Regio 7.

La segunda plantilla está dividida en tres registros. En el superior, la diosa Nut que coge con sus manos la pluma maat, símbolo de la verdad, preside la escena con sus largas alas extendidas en actitud de protección, con un texto jeroglífico de fondo muy esquemático distribuido en 14 columnas. El texto empieza con la invocación convencional: ‘‘Palabras dichas por Osiris, dios grande que se extiende (en protección), y por Mut, señora del cielo...’’ En el segundo registro Anubis efectúa los rituales de momificación: con la mano derecha sostiene un vaso de ungüentos, o posiblemente el corazón del difunto, el cual reposa sobre un lecho con forma de león. Cabe destacar que la momia esta representada con barba postiza, y por tanto estaríamos hablando de un hombre. La momia esta acompañada de unos signos jeroglíficos muy esquemáticos que llevan el nombre de Osris, divinidad con la cual el difunto se identifica. A cada lado de la escena podemos ver los cuatro hijos de Horus. La tercera plantilla, situada sobre las piernas, esta dividida en cuatro registros. En la parte superior nuevamente encontramos los cuatro hijos de Horus. En el centro de la escena, el emblema de occidente, lugar donde se pone el sol, símbolo de la necrópolis. En el segundo registro, el difunto, momificad. En el tercer registro el disco salar alado y en el último, aparece inscrito en jeroglíficos, la formula de las ofrendas en una columna vertical. Completa el conjunto de las plantillas la caja imitando unas sandalias con finos lazos azules, que pasan entre los dedos de los pies con las uñas doradas. El Museo de Montserrat conserva una de las colecciones sobre el Antiguo Egipto más importante de Cataluña por el número de piezas, que pasan del millar, exponiendo en la actualidad, una selección de las piezas de mejor calidad y más representativas de los diversos periodos. 90 | Egiptología 2.0


Historia, arqueología, periodismo y leyenda se unen para reconstruir toda una época de la egiptología y su eco en España.

Egiptología 2.0 | 91


Exposiciones Moisés González Sucías

Egipto. El extraordinario descubrimiento del faraón Amenofis II

Egipto. El extraordinario descubrimiento del faraón

Amenofis II (La straordinaria scoperta del faraone amenofi II), es el nombre de la exposición temporal que podemos visitar hasta el próximo 7 de enero de 2018, en el Museo de las Culturas de Milán (MUDEC). La muestra esta organizada por Patrizia Piacentini (titular de la Cátedra de Egiptología, UNIMI) y Christian Orsenigo (Profesor de Egiptología, UNIMI), ambos de la Universidad de Milán, que en 2002 adquirió los archivos del arqueólogo francés Víctor Loret (1859-1946), descubridor de la tumba de Amenofis II. La exposición sobre el faraón es el resultado de décadas de cooperación entre estudiosos italianos y egipcios, quienes conjuntamente con el Instituto Cultural de la Embajada de Italia en el Cairo, nos 92 | Egiptología 2.0

permiten admirar piezas procedentes del Museo egipcio de El Cairo, así como objetos de otros museos y colecciones europeas, y parte del archivo de Víctor Loret adquirido por la Universidad de Milán. Amenofis II, fue el séptimo faraón de la dinastía XVIII y reinó de 1427 a 1401 a.C. Hijo de Tutmosis III y de Meritra Hatshepsut, prosiguió la política expansionista de su padre con excelentes resultados, ampliando y estabilizando los dominios de Egipto en Siria y Nubia, alcanzando el país su máxima extensión. Conocido como el “rey atleta”, su reinado fue una continuidad completa del de su padre. A su muerte, le sucedió su hijo Tutmosis IV, nacido de una esposa secundaria, de nombre Tiaa. No se conoce ninguna mujer de Amenofis II que ocupara


el título de gran esposa real. Su tumba (KV35) localizada el Valle de los Reyes, se encuentra en buen estado de conservación. Su descubrimiento en 1898 fue un importante hito en la historia de la egiptología, pues contenía otras momias reales que fueron puestas a salvo de los ladrones de tumbas. Entre los insignes invitados, cuyos restos descansan ahora en el Museo de El Cairo, se encuentran, aparte del propio Amenofis II, los reyes Tutmosis IV, Amenofis III, Seti II, Siptah o la reina Tiye, entre otros. A pesar de que Amenofis II fue un monarca muy importante, nunca había sido objeto de una exposición monográfica. Poco conocido entre el público en general, quizás por estar injustamente ensombrecido por la figura de su padre, Tutmosis III, pero sobre todo porque los documentos relacionados con el descubrimiento de su tumba en Valle de los Reyes, eran totalmente desconocidos hasta hace unos años. Hoy en día, estos documentos son propiedad de la Universidad de Milán, que los conserva en los Archivos de Egiptología, y por primera vez se exponen al público en esta exposición. Los materiales de archivo se presentan integrados en una minuciosa reconstrucción de la cámara funeraria de Amenofis II, donde Loret descubrió en 1898 la momia del faraón. Una experiencia inmersiva que hace que el visitante pueda admirar los tesoros que acompañaron al faraón en su viaje hacia el Más Allá.

Amenofis II. Museo Egipcio de El Cairo. | MUDEC

La exposición pretende mostrar al público un doble “redescubrimiento”: el de la figura histórica del faraón Amenofis II, y el “redescubrimiento” arqueológico del gran hallazgo realizado por Víctor Loret en el Valle de los Reyes.

El recorrido expositivo está ideado para mezclar la información científica, mediante las fotografías y notas tomadas por Víctor Loret, con las propias emociones del visitante. El primer ámbito es una sala interactiva donde el espectador con su movimiento corporal, activa nueve hallaz-

Vista de algunos sarcófagos expuestos en la muestra. | ArtsLife. Egiptología 2.0 | 93


Reconstrucción de la cámara funeraria del faraón Amenofis II. | MUDEC. 94 | Egiptología 2.0


gos relacionados con el faraón. Tras una primera toma de contacto en la sala interactiva, encontramos un segundo ámbito dedicado a la figura de Amenofis II y la familia real, con piezas procedentes de los principales museos europeos, como esfinges, estelas funerarias y estatuas, entre otros. En la tercera sala descubrimos la vida cotidiana de la élite cercana al faraón, con objetos de la vida cotidiana: espejos, cosméticos, dagas, arcos y cerámica. A continuación, en el centro de la exposición, la parte que ilustra cuatro mil años de ritos funerarios con sarcófagos, estelas funerarias, papiros, amuletos y técnicas de embalsamamiento. Posteriormente nos adentramos en el espacio dedicado al arqueólogo Víctor Loret, donde se exponen fotografías y notas procedentes del archivo conservado en la Universidad de Milán. Por último, la espectacular reconstrucción de la cámara funeraria del faraón, donde el visitante revive el descubrimiento, mediante diferentes espacios multimedia. Estela de Tutmosis III y Amenofis II. Rijksmuseum van Oudheden, Leiden. | MUDEC.

Esfinge de Amenofis II. Museo Egipcio, El Cairo. | MUDEC.

La idea de crear una exposición sobre Amenofis II, empezó a gestarse hace diez años, cuando, después de muchas visitas al Museo egipcio de El Cairo para encontrar objetos descubiertos por Loret, se pudo completar un proyecto de investigación sobre los años egipcios del arqueólogo, su formación como egiptólogo, sus éxitos arqueológicos y las dificultades a las que se enfrentó siendo director del Servicio de Antigüedades. Estatuas, estelas funerarias, joyas, sarcófagos, ushebtis y armas, procedentes del Museo Egipcio de El Cairo, el Rijksmuseum van Oudheden de Leiden, el Kunsthistorisches Museum de Viena y el Museo Arqueológico Nacional de Florencia, nos permiten adentrarnos en la figura del faraón de la XVIII dinastía y conocer los rituales funerarios, las creencias religiosas, y descubrir al arqueólogo francés que hoy permite mediante sus fotografías y notas conocerlo en todo su esplendor.

Víctor Loret ante la momia de Amenofis II. | Università degli Studi di Milano.

Notas tomadas por Víctor Loret. | Università degli Studi di Milano. Egiptología 2.0 | 95


Vistas de varios ámbitos de la exposición. | MUDEC. 96 | Egiptología 2.0


Hoy viajamos a... Bartomeu Egea Resino

Los Qasr’s de Ghweita y Zayan, en el oasis de Kharga

Fortaleza. Qasr de el-Ghweita. | Bartomeu Egea Resino.

Que ver La huella de Roma, protegiendo su granero, sus intereses, su provincia, se hace evidente especialmente en la protección de los caminos a las especies y al oro de África. En Kharga esas fortalezas que cobijaban a sus centurias, reinan en las colinas, estratégicamente situadas, son los Qasr (fuerte o palacio en árabe). Pero no nos olvidemos, estamos en Egipto, estaban en Egipto, y antes allí habían existido templos o edificios en piedra, legado de los antiguos Egipcios, que los adobes griegos o romanos no han podido hacer desaparecer. Pequeños templos, verdaderas obras de arte, escondidas, rodeadas de construcciones y de altos muros de adobe, conservan su antiguo prestigio dándole sentido al mismo viaje. Desde las lomas donde otean el horizonte, antaño enemigos, hoy invisibles turistas. Existen unos 5 Qasr’s visitables en el oasis, de los que tres de ellos disponen de restos de templetes, capillas o templos de construcción procedente del antiguo Egipto, de los que hoy nos acercaremos a dos. Egiptología 2.0 | 97


Templo sur-oriental y sala hipóstila. Qasr el-Ghweita. | Bartomeu Egea Resino.

Como ir Ir bien documentados, tanto vosotros como la empresa del vehículo que os lleve, permisos previos, copias de todo. En este recorrido no encontrareis gasolineras ni otros servicios, para WC’s, el desierto os facilitara grandes espacios, i no intimidad. Siempre es posible tener un poco de paciencia hasta llegar a algún puesto policial, donde siempre habrán tres paredes donde consolarse. Los colores y perfiles de este mar de soledad, no os pueden dejar indiferentes, como no lo hará la temblorosa línea negra que dibuja el alquitrán de las inmensas carreteras. Llegando a los bordes del oasis, letreros nos indican que Bagdag se acerca, población que está, junto a Barís, situada al sur de este hilo de palmeras y pozos que conforman este lugar. (En árabe, Ain, significa pozo u ojo de agua). Una vez en lo que es el centro de Kharga, ciudad esta que poco difiere de cualquier población sureña de la ribera del Nilo, fuentes publicas con surtidores, cruces con movimiento de coches, escolares, comerciantes, etc. Kharga ciudad es maravillosa, tranquila, limpia, pequeña, sus surtidores, sus parques (donde podréis tomar cafés, tés o zumos mil por la noche hasta altas horas de la madrugada con una variopinta retahíla de gentes: mujeres jóvenes con bebes, familias enteras, adolescentes ruidosos, comerciantes leyendo el periódico o fumando, incluso algún hombre con corbata y su tablet, la verdad es que es su gente uno de los valores de este lugar, son una pasada, amables y discretos.

Localización de los templos. | Google Maps. 98 | Egiptología 2.0


Templo de Amenibis. Qasr el-Zayan y templo suroriental. Qasr el-Ghweita. | Bartomeu Egea Resino.

Entrada principal al templo de Amenibis. Qasr el-Zayan. | Bartomeu Egea Resino. EgiptologĂ­a 2.0 | 99


Interior del templo de Amenibis. Qasr el-Zayan. | Bartomeu Egea Resino.

Comentarios Recomiendo para esta visita una época del año similar Marzo u octubre, evitando así el tórrido calor de otros meses. Con un experimentado conductor y manteniendo un ritmo constante, en 4 horas se realiza el trayecto Luxor Kharga (centro). Es una buena idea, no poner el aire acondicionado e intentar realizar el trayecto con las ventanillas algo bajadas, conforme el cuerpo se va acostumbrando no se nota tanto el calor y este lo agradece pues evitamos choques térmicos. El oasis en esta época del año, sufre un cambio de temperatura de 34 a 14 grados. No hay cobertura telefónica ni GPS terrestre en la zona central del trayecto. No existen gasolineras ni otros servicios, solo en dos lugares alejados del eje de la carretera unos 200 metros hay unas bases de ambulancias dentro de barracones que funcionan para su asistencia al accidentado con el “boca-oreja” ósea el que presencia un accidente al llegar al siguiente puesto lo comunica, pues ellos tampoco tienen cobertura. Los controles policiales son numerosos, transmiten seguridad y en ocasiones algo de agobio. Una vez en la demarcación del oasis uno o varios policías os acompañaran a todos sitios, y digo “Todos”. Los uniformados por carreteras y los de paisano a hoteles y a las visitas. No os perdáis, robárselo al sueño, dedicar un tiempo por la noche para contemplar el cielo mas limpio que jamás haya visto, estrellado increíblemente nítido y cercano, al extender el brazo parecer que puedes llegar a tocar esas estrellas y planetas. Como recuerdo de la visita, no dudéis en comprar dátiles, los de Kharga tienen fama de ser los mejores. Las visitas a estos qasr’s, recomiendo hacerlas de regreso a Luxor, pues se encuentran a unos 30 minutos del centro de la población de Kharga cerca de la misma carretera de regreso, muy bien indicado. Enfrente del Qasr Zayan y a escasos 50 metros existe el recinto de una pequeña mezquita, donde disponen de aseo y agua para refrescarse, o beberla los valientes. 100 | Egiptología 2.0


Obeliscos Sara López Caiz

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Los obeliscos, representación de los rayos del dios solar Re, se alzaban

en templos y tumbas de todo Egipto. Eran una obra de gran envergadura, y su construcción y traslado implicaba a cientos de Hombres. Una de las construcciones que mejor identifican el paisaje del Antiguo Egipto son las pirámides y los obeliscos. De hecho, se trata de monumentos de naturaleza muy similar. Ambos estaban pensados para impresionar por su altura y perdurar en el tiempo; su construcción requería una gran inversión en mano de obra y exigía un vasto despliegue de ingeniería, además de estar cargados de símbolos, mensajes religiosos y políticos. Los europeos quedaron fascinados por las pirámides y los obeliscos, pero estos últimos tenían la ventaja de ser ‘‘transportables’’. Con ello, la rapiña de los occidentales y la liberalidad de algunos gobernantes egipcios permitieron que multitud de obeliscos acabasen como adorno de parques y plazas. El término ‘‘obelisco’’ procede del griego obelískos, diminutivo a su vez de obelós, ‘‘asta o columna apuntada’’. Los antiguos egipcios los llamaban tejen. Los obeliscos son monumentos pétreos con forma de pilar, creados en un solo bloque de piedra (monolíticos), de sección cuadrada, con cuatro caras trapezoidales iguales, ligeramente convergentes y rematados superiormente por una pequeña pirámide denominada piramidión.

Obelisco de Sesostris I. XXII dinastía, Heliópolis. Es el obelisco íntegro más antiguo conservado.| David Schmid.

Su origen es el mismo que el de las pirámides; no por casualidad estaban coronados por una pequeña pirámide o piramidión, llamada por los egipcios benben. Ésta es una representación estilizada de la colina primigenia de la mitología egipcia, el montículo que surgió durante el nacimiento del mundo y en el que se crearon los dioses y los seres vivos cuando aún

no existía nada. Esta leyenda se desarrolló en la ciudad de Heliópolis, donde se veneraba al Sol y se rendía culto a la piedra benben desde el período Tinita (3065-2686 a.C.). Quizás en su origen esta piedra fue un meteorito caído del cielo, que adquirió carácter sagrado porque provenía de la esfera de los dioses. En los Textos de las Pirámides, el jeroglífico que representa al benben es un piramidión completo o truncado, una escalera doble o sencilla, o un promontorio de borde redondeado; en todos los casos aparece como un elemento que se eleva de la tierra al cielo y que sirve de conexión entre ambos mundos. El benben simbolizaba el proceso por el cual los rayos solares, que dan la vida, caen sobre la tierra y la fertilizan. Por ello, en el piramidión se inscribían símbolos solares y figuras del rey protegido por el dios solar Re o Amón-Re. Los mensajes simbólicos de los obeliscos no se limitaban al piramidión. Sobre los cuatro lados del monolito se grababan inscripciones jeroglíficas, que incluían una dedicatoria a los dioses y los nombres y títulos del faraón. 102 | Egiptología 2.0

Piramidión de Wedjahor. 630 a.C, XXVI dinastía. Abydos. | British Museum, Londres.


A través de estos textos, el monarca quedaba unido a la divinidad y mediaba entre los hombres y los dioses. En el año 390 d.C., el emperador romano Teodosio I llevó a Constantinopla (la actual Estambul) el obelisco de Tutmosis III, donde se lee que este rey: ‘‘Mandó erigir muchos grandes obeliscos de granito, con su piramidión de electro, como monumento para su padre el dios Amón, para que done vida eternamente como Re’’. Asimismo, la base del obelisco podía estar adornada con babuinos, animales asociados con el Sol a causa de los gritos que profieren al amanecer y al anochecer, y que se interpretaban como un homenaje al astro rey. Así lo vemos en el obelisco de Ramsés II que todavía permanece en pie ante la entrada monumental del templo de Luxor.

Base del obelisco de Ramsés II. Templo de Luxor. | Olaf Tausch.

Obelisco de Seti I. XIX dinastía. Procedente de Heliópolis. Actualmente en la Piazza del Popolo, Roma. | Wikimedia Commons.

Según las fuentes antiguas, algunos obeliscos estuvieron cubiertos de oro o de una aleación de oro y plata, el electro (como el de Tutmosis III, según hemos visto). Con todo, lo más probable es que simplemente se forrara el piramidión que lo coronaba con chapa de oro. El uso de este metal se debe a su perdurabilidad y a su relación con los

dioses, cuya carne, según los egipcios, estaba hecha de esta materia. El oro, además, tenía una relación especial con el sol, del color de este metal, cuyos rayos propiciaban e impulsaban la vida en la tierra. El color de la piedra también estaba vinculado a conceptos divinos; la más usada fue el granito rojo o rosado de Asuán, en la primera catarata, también vinculado al Sol por su color. Los obeliscos estuvieron presentes a lo largo de toda la historia de Egipto, desde el Imperio Antiguo hasta el fin de la civilización egipcia, aunque no tuvieron siempre las mismas características. En la dinastía V, los reyes Userkaf y Niuserre construyeron templos solares en Abusir, en la necrópolis menfita. Estos edificios pueden considerarse como antecedentes del obelisco, dado que tienen una forma muy similar aunque no tan esbelta, y en lugar de estar realizados en un solo bloque de piedra estaban construidos con bloques cubiertos de piedra caliza blanca. Más tarde, en la dinastía VI, el rey Teti ordenó levantar en el templo de Heliópolis un pequeño obelisco, éste sí de piedra, pero de apenas tres metros de altura. Pepi I, por su parte, adornó la pirámide de su esposa, la reina Inenek-inti, con otro ejemplar. Durante los imperios Antiguo y Medio, Heliópolis fue el gran centro de culto al dios solar Re, y por ello fue allí donde se construyeron principalmente los obeliscos. Por ejemplo, Sesostris I hizo levantar dos obeliscos de 20 metros de altura. Al mismo faraón se debe el curioso obelisco-estela de granito rojo que se alzaba en Abgig, en Egiptología 2.0 | 103


el oasis de El Fayum, de algo más de doce metros de altura. Se distingue por su extremo superior redondeado, en lugar del tradicional piramidión, aunque el simbolismo es idéntico. En tiempos del Imperio Nuevo, Tebas se convirtió en centro de adoración del dios Amón-Re, que reunía características del dios solar Re y del dios tebano Amón. Por esta razón se levantaron allí numerosos obeliscos, sobre todo en el templo de Amón-Re en Karnak y, en menor medida, en el de Luxor. De hecho, el Imperio Nuevo fue el período álgido de la construcción de obeliscos, en el que se crearon los más bellos y altos, realizados con los materiales más diversos: granito, cuarcita, caliza, grauvaca... Su silueta aparece en papiros, relieves, pinturas, y hasta en amuletos y joyas. Los obeliscos se erigían en los templos como un modo de señalar un lugar ‘‘sagrado’’. Solían disponerse por parejas ante los ‘‘pilonos’’ que flanqueaban las puertas de los recintos sagrados. De esta forma se manifestaba el aspecto dual del dios Re como el Sol y la Luna, pues los egipcios creían que el satélite era el aspecto nocturno del astro rey. En el templo de Karnak, Tutmosis I erigió la primera pareja de obeliscos, de los cuales sólo uno se conserva en pie. En el mismo templo le siguieron dos más de Tutmosis II, dos de Hatshepsut (uno de los cuales yace junto al lago sagrado del templo) y tres de Tutmosis III. Uno de estos últimos debió de alcanzar originalmente los 33 metros, lo que lo

Obelisco de Sesostris I en Abgig y detalle. | Roland Unger.

convierte en el más alto de los que aún se conservan en pie. Más tarde, Tutmosis IV erigió otro, al igual que Seti I, aunque el de este rey era de menor tamaño. Por su parte, Ramsés II hizo colocar un par de nuevos obeliscos ante la entrada del recién construido templo de Luxor; uno de ellos fue trasladado a Europa en 1834 y preside actualmente la plaza de la Concordia de París. El mismo Ramsés ordenó levantar otros obeliscos para las ciudades norteñas de Heliópolis y Pi Ramsés. No se puede dejar de mencionar el famoso obelisco que no llegó a ser erigido porque se fracturó en la cantera de Asuán mientras los obreros estaban tallándolo. No se sabe con exactitud qué faraón ordenó la obra, pero sí que, de haber tenido éxito, con sus casi 42 metros de altura y un peso de 1.168 toneladas se habría convertido en el obelisco más alto e imponente de Egipto. Constituye una prueba elocuente del gran esfuerzo que suponía tallar estos enormes bloques de piedra de una sola pieza, para luego trasladarlos mediante rampas y trineos hasta el Nilo, transportarlos en barco y colocarlos en su destino final, con un impresionante derroche de energía física, capacidad técnica y pericia artística por parte de quienes grababan las inscripciones. No todos los obeliscos de Egipto eran obra de los faraones ni tenían las proporciones monumentales de los que se alzaron en el templo de Karnak. También había obeliscos ‘‘privados’’ de menor tamaño, que fueron co104 | Egiptología 2.0


locados en tumbas particulares. Para su construcción se requería la autorización expresa del monarca, pues éste tenía el monopolio sobre la piedra y sólo la entregaba como regalo o recompensa a un individuo concreto. Estos obeliscos, que ya se fabricaban bajo la dinastía VI, eran más toscos, mucho más pequeños (menos de un metro de altura) y más imperfectos que los que construían los faraones. Se disponían en parejas a la entrada del enterramiento o ante la mesa de ofrendas, formando parte de un rito funerario, y servían no sólo para rendir homenaje al dios Sol, sino también para proporcionar y garantizar el bienestar del difunto a través de la magia de la divinidad. Talla, extracción, transporte y colocación de los obeliscos Un texto de Hatshepsut nos explica que tardó siete meses en tallar un par de obeliscos de 30 metros de altura en las canteras de Asuán, y un relieve en su templo funerario nos muestra cómo para su transporte utilizó una gran barcaza, tirada por 27 remolcadores y 3 naves guía, en una operación en la que intervinieron probablemente más de mil hombres. Otro texto, del arquitecto Ineni, nos dice que construyó una barca de 60 metros de eslora y 20 de manga para transportar dos obeliscos de Tutmosis I, de los que únicamente queda uno en pie, en Karnak, de 20 metros de altura. Tallar y extraer un obelisco de su lecho de granito implicaba mucha mano de obra. En primer lugar los trabajadores excavaban una trinchera o zanja en la roca de unos 60 - 70 cm de anchura, un espacio suficiente para trabajar arrodillados. Las herramientas que se empleaban en dicha tarea eran bolas de dolerita de unos 15 cm de diámetro, mazas de madera y otras herramientas de cobre, con las que partían y posteriormente pulían la piedra. Para la extracción del obelisco, los obreros excavaban por la cara inferior del monolito, hasta que éste quedaba unido únicamente con la roca por la parte central. Según retiraban la piedra la iban calzando con arena y vigas de madera para sostener el bloque. Posteriormente, haciéndolo vascular, partían el fragmento que aún lo mantenía unido al suelo y lo dejaban caer sobre un trineo, normalmente elaborado en madera. Las cuadrillas de trabajadores debían tirar del obelisco con cuerdas, ayudándose de troncos de madera para hacerlo rodar. Una vez colocado sobre el trineo, éste se arrastraba con cuerdas sobre unas pistas de desplazamiento y sobre rampas. El traslado se hacía en la época de crecida del Nilo, para reducir todo lo posible la distancia hasta la barcaza que debía transportar el monolito hasta su destino final. Obelisco de Ramsés II. Templo de Luxor. Actualmente en la Plaza de la Concordia, París. | Dennis Jarvis.

Cuando la barcaza que transportaba el obelisco llegaba a su destino, había que esperar que el nivel del Nilo estuviera bajo para desembarcar la carga. En el lugar donde iba a alzarse se Egiptología 2.0 | 105


Dibujo reconstruyendo los relieves deteriorados del templo funerario de Hapsepsut en Deir el Bahari donde se representa el traslado de un obelisco a lo largo del Nilo. | James Boringer. 106 | EgiptologĂ­a 2.0


Talla del bloque y separación del lecho de granito. Acuarelas de La Construction Pharaonique. | J. C. Goyon / J. C. Golvin.

Transporte del monolito. Acuarelas de La Construction Pharaonique. | J. C. Goyon / J. C. Golvin.

Preparaciín y traslado del obelisco. Acuarelas de La Construction Pharaonique. | J. C. Goyon / J. C. Golvin.

Extracción de la arena y colocación del obelisco. Acuarelas de La Construction Pharaonique. | J. C. Goyon / J. C. Golvin. Egiptología 2.0 | 107


Levantamiento de un obelisco ante el pilono de un templo. Escuela Nacional Superior de Bellas Artes, París. | Jean-Nicolas Huyot.

construía una gran rampa, por la que los obreros deslizaban el bloque, ayudados de cuerdas, rodillos y palancas, hasta depositarlo en una baste de piedra, previamente preparada. Se discute si era entonces cuando se grababan las inscripciones sobre el obelisco o si esta tarea se había realizado en la cantera. La colocación final requería cientos de personas. Ante el pilono de entrada del templo se colocaban dos pedestales con una ranura para encajar el obelisco. Mientras tanto, algunos obreros modelaban ladrillos de adobe con los que otros trabajadores levantaban una enorme rampa frente al pilono. Por dicha rampa, los obreros arrastraban el obelisco ayudados con unos trineos de los que tiraban cientos de hombres. El monolito era llevado hasta un gran hueco lleno de arena, donde sería emplazado. Una vez depositado en el hueco, los trabajadores penetraban en su interior y extraían la arena con cestos, lo que permitía que el obelisco fuese descendiendo por el silo. Una vez encajado en la ranura del pedestal, previamente preparado, se enderezaba el obelisco mediante cuerdas tiradas por cientos de hombres. Para evitar cualquier tipo de movimiento brusco que pusiera en peligro el monolito, se disponía un sistema 108 | Egiptología 2.0

de frenado, compuesto por arena y troncos colocados horizontalmente. Obeliscos fuera de Egipto Desde los tiempos romanos, los obeliscos fueron trasladados a las grandes ciudades del mundo para adornarlas, o bien como trofeos de una tierra conquistada. Arsubanipal, rey asirio, trasladó dos a Nínive, los emperadores romanos movieron varios a Roma y Constantinopla. En la época moderna, esta movilización continuó, como el de Luxor, regalado por el virrey Mehemet Alí al rey Luis Felipe de Francia. Es por esto que a pesar de que los obeliscos estaban diseminados por todo el territorio egipcio, y a que no había ningún templo de una capital que no tuviera uno, hoy en día, de los 27 antiguos obeliscos egipcios que se encuentran erguidos, solo quedan 6 en Egipto: el de Heliópolis, los tres de Karnak, el de Luxor y el de El Cairo. El resto se encuentran esparcidos. Los obeliscos continúan siendo elementos arquitectónicos que adornan plazas y parques en cada rincón del mundo. Muy pocos conocen el significado y el esfuerzo requerido para su construcción, sin embargo siguen evocando una sensación de estabilidad, permanencia y majestuosidad como lo fue para


Obelisco de Ramsés II. Templo de Luxor. | Bruce Allardice.

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el antiguo pueblo del río Nilo. Estas son las ubicaciones actuales de algunos de los obeliscos que un día poblaron el Valle del nilo. Ubicado en Central Park (Nueva York) podemos encontrar uno de los dos monolitos ordenados esculpir por el faraón Tutmosis III en el siglo XV a.C. Denominado La Aguja de Cleopatra, se erigió originariamente en la antigua ciudad de Iunu (Heliópolis). Posteriormente fue trasladado a Alejandría, por deseo de César Augusto y finalmente en el siglo XIX fue trasportado a Nueva York. El obelisco fue esculpido en granito rojo, mide cerca de 21 metros de altura, pesa unas 180 toneladas y está inscrito con jeroglíficos. Fue erigido originalmente en la ciudad de Heliópolis alrededor de 1450 a.C. El granito provenía de las canteras de Asuán, cerca de la primera catarata del Nilo. Las inscripciones fueron ordenadas grabar unos doscientos años después por Ramsés II, para conmemorar sus victorias militares. Cuando fue trasladado a Alejandría en el año 12, se instaló en el Caesarium (un templo construido por Cleopatra) pero fue derribado más adelante. Gracias a que quedó enterrado, se conservaron la mayoría de los jeroglíficos a salvo de la acción atmosférica. Tras la apertura del canal de Suez en 1869, Ismail Pasha ofreció el obelisco a Estados Unidos con la esperanza de cultivar las

Aguja de Cleopatra. Central Park, Nueva York. | Wikimedia Commons.

relaciones comerciales, formalizando el hecho su hijo y sucesor Tewfik Pasha en 1879. William H. Vanderbilt financió el traslado, y el obelisco quedó instalado en el parque en 1881. El segundo obelisco ordenado construir por el faraón Tutmosis III, se encuentra actualmente en Westminster, y fue un regalo al Reino Unido que Mehemet Ali hizo en 1819, en conmemoración de las victorias de Lord Nelson en la batalla del Nilo y de sir Ralph Abercromby en la batalla de Alejandría de 1801. Aunque el gobierno británico agradeció el gesto, declinó financiar el coste de transportarlo a Londres, por lo que permaneció en Alejandría hasta 1877, cuando sir Erasmus Wilson, patrocinó su transporte a Londres. Fue erigido en el Embankment, a orillas del Támesis. Otro de los monolitos que podemos encontrar fuera del país, es el denominado obelisco de Teodosio. Construido por orden de Tutmosis III y re-erigido en el hipódromo de Constantinopla (Estambul) por el emperador romano Teodosio I. El obelisco fue erigido por vez primera por Tutmosis III al sur del séptimo pilono del gran templo de Karnak. El emperador romano Constancio II hizo que este obelisco y otro fueran transportados a lo largo del río Nilo hasta Alejandría para conmemorar sus veinte años en el trono en 357.

Aguja de Cleopatra. Westminster, Londres. | Wikimedia Commons. 110 | Egiptología 2.0

El otro obelisco se erigió en la espina del Circo Máximo en Roma en otoño de ese año, y hoy es conocido como el obelisco laterano, mientras que el obelisco que se convertiría en el de Teodosio permaneció en Alejandría hasta 390, cuando Teodosio I hizo que lo transportaran a Constantinopla y lo ubicó en la spina del Hipó-


dromo. Esculpido en granito rojo de Asuán, tuvo en principio unos 30 metros de altura, como el obelisco laterano. La parte inferior resultó dañada en la antigüedad, probablemente durante su transporte o su re-erección, de manera que el obelisco hoy sólo mide 18,54 metros (sin incluir la base). Entre las cuatro esquinas del obelisco y el pedestal hay cuatro cubos de bronce, usados en su transporte y re-erección. Cada una de sus cuatro caras tiene una simple columna central de inscripciones, conmemorando la victoria de Tutmosis III a orillas del río Éufrates en el año 1450 a.C. El pedestal de mármol tiene bajorrelieves que datan de la época en que el obelisco se volvió a alzar en Constantinopla. Sobre una cara se muestra a Teodosio I ofreciendo la corona de la victoria al ganador de las carreras de carros, enmarcado entre arcos y columnas corintias, con espectadores felices, músicos y bailarines que asisten a la ceremonia. En la parte inferior derecha de esta escena está el órgano hidráulico de Ctesibio y a la izquierda otro instrumento. Hay evidencias obvias de un gran daño en el pedestal y la enérgica restauración del mismo. Se han reemplazado piezas que faltan, en las esquinas inferiores, por cubos de pórfido que descansan sobre los cubos de bronce ya mencionados. También hay una grieta vertical que recorre una de las caras del obelisco, que parece un canal desde arriba. Estas reparaciones de la base pueden relacionarse con la ruptura del propio monolito después de sufrir un accidente serio (quizá un terremoto) en fecha desconocida de la antigüedad.

Base del obelisco de Teodosio. | Derzsi Elekes Andor.

Obelisco de Teodosio y detalle. Estambul. | Derzsi Elekes Andor.

Uno de los países que atesora una mayor cantidad de obeliscos, es Italia, y concretamente la ciudad de Roma, donde podemos encontrar 13 ejemplares, procedentes de varios puntos del antiguo país de los faraones Egiptología 2.0 | 111


Uno de los países que atesora una mayor cantidad de obeliscos, es Italia, y concretamente la ciudad de Roma, donde podemos encontrar 13 ejemplares. Uno de ellos es el llamado obelisco Flaminio (llamado así porque marca el comienzo de la Vía Flaminia). Es uno de los primeros que fueron transportados a la ciudad desde Egipto. Está tallado en granito rojo de Asuán, mide 23,30 metros y pesa 235 toneladas. Construido durante el reinado de Seti I y Ramsés II (siglo XIII a.C.), el monolito se erigió en el Templo del Sol de la antigua ciudad egipcia de Heliópolis. Tres de sus caras se grabaron con el nombre de Seti I, y la cuarta con la de su hijo Ramsés II siglos después, en el año 10 a.C., fue transportado hasta Roma por mandato de Augusto, junto al denominado obelisco de Montecitorio. A su llegada a Roma en el año 10 a.C. el obelisco se ubicó en la spina del Circo Máximo. Tres siglos más tarde, en el año 357, se emplazó también en el lugar el obelisco de Letrán. Posteriormente se pierde el rastro de ambos, aunque existen evidencias

Obelisco Flaminio. Piazza del Popolo, Roma. | Jorge Manriquez.

de que se hundieron o fueron derribados en una fecha desconocida. El monolito se redescubrió en 1587 junto al obelisco de Letrán, fragmentado en tres partes, durante las excavaciones dirigidas por el papa Sixto V, que los hizo trasladar junto con otros monolitos para adornar las plazas de Roma. En 1589 fue reubicado frente a la iglesia de Santa María del Popolo por Domenico Fontana, convirtiéndose así en el monumento central de la Piazza del Popolo recientemente proyectada a su alrededor. En 1823, Giuseppe Valadier lo adornó con una base con cuatro estanques circulares y otras tantas esculturas de leones en piedra, imitando el estilo egipcio. Posteriormente, el conjunto fue nuevamente reformado entre 1816 y 1824. Otro de los monolitos que podemos encontrar en la ciudad de Roma, es el llamado obelisco de Montecitorio. Tallado en granito rojo, fue ordenado construir por Psamético II, en Heliópolis. Fue traído a Roma, con el obelisco Flaminio en el año 10 a.C. por el emperador romano Augusto, se utilizó como el gnomon del Solarium Augusti, que es donde hoy se encuentra la Plaza Montecitorio. Mide 21,79 metros de altura, y 33,97 metros, incluyendo la base y el globo que lo corona. En el nuevo diseño de la Piazza Montecitorio (inaugurada el 7 de junio de 1998), un nuevo meridiano fue trazado sobre el pavimento en honor del meridiano de Augusto, que apunta hacia la entrada principal del palacio. Por desgracia, la sombra del obelisco no apunta precisamente en esa dirección, y su función gnomónica se pierde definitivamente. Obelisco Montecitorio. Piazza Montecitorio, Roma. | Adrian Yole. 112 | Egiptología 2.0

Justo enfrente de la iglesia de Santa Maria Sopra Minerva, en la Piazza della Minerva, podemos encontrar el llamado obelisco della Minerva, también conoci-


do como el Pulcin della Minerva (donde Pulcin significa cerdito). Soportado por una escultura diseñada por Gian Lorenzo Bernini. El obelisco, junto a otros tres, fue traído a Roma en tiempos de Domiciano desde Heliópolis. El monolito fue descubierto durante unas excavaciones en 1655 y, seguramente, proviene del cercano Templo de Isis en el Campo de Marte. La elección del arquitecto que diseñase el pedestal sobre el que se erigiría el obelisco originó una disputa entre los dos principales aspirantes: el Padre Dominico Paglia y Gian Lorenzo Bernini, arquitecto barroco. El clérigo propuso la creación de un pedestal escoltado por cuatro perros, uno en cada esquina, para homenajear a la Orden de los Dominicos, a la que pertenecía. Este hecho lo apartó de la competición, pues Alejandro VII lo consideró un gesto inadecuado que se apartaba del propósito principal de la escultura que era simbolizar la sabiduría divina. Así fue como la candidatura del Padre Dominico de Paglia fue rechazada, erigiéndose Gian Lorenzo Bernini triunfador. Su peculiar diseño se inspiraba en una de las frases grabadas en la columna: “se necesita una mente robusta para mantener una sabiduría sólida” y, para materializarla, eligió la figura de un elefante, capaz de soportar el peso de tal columna y símbolo de sapiencia y erudición en muchas culturas, tal y como recoge en el libro El Sueño de Polífilo de 1499, del que el arquitecto barroco se nutrió para realizar esta obra. La talla fue, muy probablemente, realizada por el ayudante de Bernini, Ercole Ferrata, siguiendo el diseño de su maestro. Uno de los monolitos más conocidos es el que podemos encontrar en la Plaza de la Concordia de París. Procedente del templo de Luxor, fue labrado en las canteras de Asuán y trasladado en barca por el Nilo por más de 100 km e instalado en el templo mediante el uso de rampas de arena y cuerdas trenzadas utilizadas a contrapeso por la fuerza bruta humana de miles de hombres. Mehemet Ali, valí de Egipto, es quien, instigado por JeanFrançois Champollion, ofreció a Francia a principios de 1830 los dos obeliscos erigidos delante del templo de Luxor. La Revolución de 1830 enturbió la donación, pero Mehemet Ali confirmó su regalo en noviembre de 1830. Chapollion fue quien recibió el encargo de elegir cuál de los dos obeliscos llegaría primero a Francia.

Obelisco della Minerva. Piazza della Minerva, Roma. | Wikimedia Commons.

Un buque, especialmente fletado para esta misión, el Luxor, comandado por Raymond de Verninac Saint-Maur, salió de Egiptología 2.0 | 113


Toulon en abril de 1831 y remontó el Nilo en agosto. El barco fue cargado con el monolito en diciembre y descendió el Nilo en agosto de 1832. De vuelta a Toulon en mayo de 1833, llegó a París en agosto de 1834 después de remontar el Sena. Entonces fue depositado tendido al principio de la calle Cours Albert. Luis Felipe I de Francia decidió erigirlo en el centro de la plaza de la Concordia. La elección de un monumento sin ninguna vinculación con la historia nacional estaba destinada a impedir las querellas y las tentativas de apropiación de este lugar de la Revolución francesa por una u otra facción. Fue erigido con una gran celebración, el 25 de octubre de 1836, por el ingeniero Apollinaire Lebas con la ayuda de máquinas elevadoras y de gigantescos cabrestantes. Fue la primera gran salida pública de Luis Felipe I de Francia después del atentado de Alibaud. Por lo tanto se insaló discretamente, con la familia real, en las ventanas del Hotel de la Marina. En el momento preciso en el que el obelisco se alzó sobre su pedestal, el rey y su familia aparecieron en el balcón con una puesta en escena perfectamente ajustada y recibieron la ovación de la muchedumbre que se agolpaba para asistir a la operación. En agradecimiento, Francia ofreció un reloj

Obelisco de Luxor y detalle. place de la Concorde, París. | Wikimedia Commons.

que adorna hoy día el patio de la mezquita de Muhammad Alí, en la ciudad de El Cairo pero, según dicen los cairotas, nunca funcionó. El segundo obelisco, el cual jamás salió de Egipto, fue oficialmente “devuelto” a Egipto por el Presidente François Mitterrand, durante su primer septenato en 1981. Realizado en granito rosa de Asuán, el obelisco mide 23 metros de alto y pesa 230 toneladas. Entre los motivos que adornan cada una de las caras, figura Ramsés II haciendo una ofrenda al dios Amón-Ra con los títulos y cartuchos del rey escritos en jeroglífico. El piramidión, situado en la cumbre del obelisco, fue cubierto con láminas de bronce y oro, añadidas en mayo de 1998. La base original, con decoración de babuinos, está expuesta en el museo del Louvre.

Base del obelisco de Luxor y detalle. Museo del Louvre. | Moisés González Sucías. 114 | Egiptología 2.0


También podemos encontrar alguno de estos monolitos en diferentes museos e instituciones. Este es el caso del obelisco de Nectanebo II, el último faraón de la dinastía XXX, la última dinastía de reyes egipcios. El monumento fue erigido hacia el año 350 a.C; y es gemelo de otro, ambos erigidos a la entrada del santuario de Tot, (dios del conocimiento), situado en la antigua Hermópolis Magna, la actual ciudad egipcia de El-Ashmunein. En el, aparecen varias inscripciones que son una dedicatoria al dios Tot (señor de Hermópolis). En 1737, Richard Pococke, uno de los primeros viajeros británicos a Egipto lo descubrió en la ciudadela de El Cairo. En 1798, fueron inventariados para la descripción de Egipto elaborada por la expedición de Napoleón.

Obelisco de Nectanebo II. British Museum, Londres. | Wikimedia Commons.

En 1801, el obelisco junto con su otro gemelo y otras piezas, como la Piedra de Rosetta, fueron llevados a Alejandría, con el objetivo de ser transportadas a Francia. En el mismo año, y después de la fir-

ma del tratado de Alejandría, los dos fragmentos fueron enviados a Gran Bretaña. Actualmente, se exhibe en el Gran Atrio de Isabel II del Museo Británico. El obelisco está tallado en limolita verde oscura, mide 2,740 metros aunque originariamente medía 5,5 metros de altura. El obelisco de Luxor erigido la Plaza de la Concordia de París. Litografía, 1836. | F. Bohomme.

Egiptología 2.0 | 115


Todos los números de Egiptología 2.0 en: http://egiptologia20.es/descargas 116 | Egiptología 2.0


Egiptología en la red

Historiae

Corrían las últimas semanas de 2013.

Yo me había licenciado en Historia unos meses antes, y ya me rondaban por la cabeza muchas ideas sobre cuál debería ser mi primer granito de arena aportado al mundo profesional de la Historia, aunque ninguna me atraía más que la de hacer un blog. Sin embargo, según estudios recientes, el 77% de los blogs gestionados por hispanoparlantes no superan las 100 visitas al día, así que pensaba que si había cientos y cientos de blogs de Historia ya en Internet, ¿por qué iba a triunfar el mío? Finalmente, me decidí y creé el blog un 21 de febrero de 2014. Portada del blog Historiae. | Historiae.

Mis motivaciones para crearlo siempre

fueron y han sido las mismas: acercar la Historia de la Humanidad al público de a pie, gente que como mucho estudió alguna asignatura de Historia en su paso por el instituto, y todo eso de una forma en la que se combinaran la profesionalidad, el rigor y los contenidos más actualizados con la amenidad, la visualidad, y la sencillez de lenguaje y comprensión. Pero no todo iba a ser Historia. A lo largo de todo este tiempo, he publicado más de 300 entradas pertenecientes a la sección “El rincón interesante del día”, en el que recomiendo a todos mis lectores los blogs o webs en español relacionados con la Historia, la arqueología o ciencias auxiliares de éstas que encuentro por la red, resaltando todos los motivos por los que deberían visitar esas páginas. Manteniendo una fuerte constancia de publicación, a lo largo de estos tres años y medio en mi blog he abordado principalmente tres campos temáticos, más un cuarto que sería sobre el que escribo en la actualidad: prehistoria, Historia del Antiguo Egipto, Historia del Antiguo Oriente Próximo, e Historia de la Antigua Grecia. Ya que quería enseñar la Historia a todo el mundo que quisiera leerme, debía hacerlo de forma cronológica, sin parar de escribir de un campo temático hasta acabarlo. De prehistoria (o Historia ágrafa, como me gusta decir) escribí 48 artículos entre marzo y septiembre de 2014, abarcando desde todo el proceso de la evolución humana hasta la segunda Edad del Hierro. Al mismo tiempo, me esmeraba por acrecentar mi comunidad de seguidores en las redes sociales Facebook y Twitter, interactuando con otros bloggers de Historia para conseguir su patrocinio con retweets o compartir. Sin embargo, no fue hasta septiembre, seis meses después de iniciar el blog, y coincidiendo con el inicio de los artículos egipcios, cuando mi blog empezó a adquirir fama y pasé a formar parte de ese 23% de blogs hispanos relativamente exitosos. De Historia egipcia redacté 54 artículos publicados entre septiembre de 2014 y marzo de 2015, los cuales van desde el paleolítico egipcio hasta la Historia del Egipto provincia romana. Tras publicar algunos de los artículos más visitados del blog (por ejemplo, la mujer en el Antiguo Egipto, con más de

Artículo en el blog Historiae. | Historiae. Egiptología 2.0 | 117


28000 visitas por el momento) pasé a escribir sobre Historia del Antiguo Próximo Oriente, llegando a publicar 101 artículos entre marzo de 2015 y mayo de 2016, y pasando de tener unas 400-500 a unas 750-900 visitas diarias. Casi por las mismas fechas, en febrero de 2015, comencé a reclutar un equipo de colaboradores, cada uno de ellos especializados en una temática histórica que no fuera la que yo trataba en ese momento. De ese modo, he publicado un centenar de entradas sobre críticas de cine histórico, arqueología peninsular, Historia militar, Historia moderna, Historia de América, o Historia del Arte, provenientes de una quincena de historiadores o arqueólogos amigos... Además, la popularidad del blog hizo que pudiera unirme al equipo de conocidos proyectos relacionados con la Historia, destacando sobre todo el de esta magnífica revista, Egiptología 2.0. Desde siempre me ha atraído la Historia del antiguo Egipto, por lo que cuando me surgió la oportunidad de formar parte de su equipo de redactores no lo dudé un solo momento. Este interés creció más incluso si tenemos en cuenta que se trata de una revista digital leída por millones de personas en cada uno de sus números, y construida por un equipo humano increíble que te abre las puertas enseguida y te integra muy amablemente en su comunidad de 40 apasionados de la civilización del Nilo. Por este motivo, siempre estaré agradecido a personas como Moisés, que tan gentilmente abren estas oportunidades para todos los jóvenes historiadores que buscamos nuestras primeras incursiones en este mundo profesional. Gracias a todo esto, en la actualidad Historiae es un blog con cerca de un millón de visitas distribuidas en 806 entradas, 4000 “me gusta” en Facebook, más de

Entradas sobre el Antiguo Egipto en el blog Historiae. | Historiae.

1300 miembros en el grupo de Facebook “Lectores del blog Historiae”, cerca de 7300 followers en Twitter, y una media de 2300-2500 visitas diarias. Sobre el autor Heródoto de Halicarnaso nació en Tenerife en 1990, mostrando desde pequeño su afición por el conocimiento de lo sucedido en el pasado. Se licenció en Historia por la Universidad de La Laguna en 2013, mostrando interés sobre todo por la historia antigua de Egipto y Próximo Oriente, la Historia del Siglo XX, la creación de la imagen real en la edad moderna, y la Historia militar antigua y contemporánea. Desde febrero de 2014 lleva el blog “Historiae”, en el que trata de enseñar la Historia de la Humanidad, independientemente del nivel de conocimientos del lector, y de una forma en la que se trata de combinar el rigor, la profesionalidad y la veracidad, con la sencillez, la amenidad y la visualidad. Además, es redactor habitual en la sección de Historia de la web “Que Aprendemos Hoy”. Enlaza con el autor

Canal en YouTube del blog Historiae. | Historiae. 118 | Egiptología 2.0


EgiptologĂ­a 2.0 | 119


Novedades Editoriales Tutankhamón en España Autor: Myriam Seco Alvarez y Xavier Martínez Babón

Autor: Teresa Bedman

Idioma: Castellano

Idioma: Castellano

Año: 2017

Año: 2017

Editorial: Fundación José Manuel Lara

Editorial: Diputación de Málaga

ISBN: 9788415673644

ISBN: 9788477859833

Este ensayo toma como referencia las dos visitas de Howard Carter a Madrid, en 1924 y 1928, para explicar sus avances en el estudio de la tumba y el ajuar funerario de Tutankhamón. Organizadas por el Comité Hispano-Inglés y la Residencia de Estudiantes, las convocatorias tuvieron gran éxito de público y una extraordinaria repercusión en la prensa. Los autores ofrecen datos históricos sobre el faraón, una semblanza del arqueólogo e información sobre las fases del descubrimiento, el mito de las maldiciones egipcias o el contenido y la recepción de las conferencias, transcritas en el epílogo y precedidas de materiales inéditos entre los que se incluyen diversas cartas procedentes del archivo del palacio de Liria. Se pone así de manifiesto la estrecha relación que el descubridor de la tumba mantuvo con Jacobo Fitz-James Stuart, XVII duque de Alba, hombre de vastos intereses culturales y verdadero artífice de la presencia de Carter en la capital. Aquellos acontecimientos, que situaban a España en el ámbito de la egiptología internacional, no tendrían una continuidad inmediata, pero obtuvieron amplio eco en su momento y merecen ser recordados como un episodio significativo de nuestra historia... Myriam Seco Álvarez, estudió en la Universidad de Sevilla, donde se licenció en Historia Antigua en 1990. Se doctoró cinco años después con la tesis ‘‘Representaciones de niños en las tumbas privadas de Tebas durante la XVIII dinastía en Egipto’’​en la Universidad de Tübingen. Posteriormente trabajó en diversos yacimientos arqueológicos en Egipto y Líbano. Javier Martínez Babón, estudió en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde se licenció en Historia en 1987. Continuó su formación académica en la Eberhart-Karls Universität de Tübingen, donde se licenció en egiptología en el año 1993. En 1995 alcanzó el doctorado Cum Laude con la tesis “Historia de la Espada Curva durante el Imperio Nuevo Egipcio’’. 120 | Egiptología 2.0

Proyecto Visir Amen-Hotep Huy

El Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, institución científica radicada en Madrid y fundada en el año 1997, solicitó, y obtuvo, de las autoridades del Ministry of State for Antiquities de Egipto, los preceptivos permisos para desarrollar un proyecto integral de trabajo, en relación con el área de la Tumba AT28 de Asasif, que implicaba el estudio de este monumento y su completa excavación, así como su restauración y puesta en valor. La primera campaña de excavaciones realizada fue la del año 2009 y, desde entonces hasta el presente momento se sigue trabajando allí ininterrumpidamente. La presente publicación es, por tanto, un resumen de los trabajos realizados hasta ahora, desde el año 2009 hasta el 2016, inclusive, en forma de Memoria extractada preliminar. Aún queda por excavar el Patio, en su mitad Este, y las Tumbas inéditas descubiertas por nuestra misión en anteriores campañas. La publicación de la Memoria definitiva del Proyecto deberá esperar a la conclusión de todas las excavaciones y trabajos complementarios incluidos en el desarrollo del mismo. Teresa Bedman, Cursó estudios de Geografía e Historia y Egiptología. Actualmente es secretaria de la Comisión de Seguimiento de la cátedra de egiptología ‘‘José Ramón Mélida’’ del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Es Miembro Ordinario de la International Association of Egyptologists desde 1987, socio de honor de la Sociedad Mexicana de Egiptología y miembro fundador y actual gerente del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Ha escrito numerosos artículos para publicaciones nacionales e internacionales especializadas en el ámbito de la egiptología y la historia antigua, además de impartir multitud de cursos y conferencias.


Noticias La Universidad peruana San Igna-

cio de Loyola nombra Doctor Honoris Causa al arqueólogo Zahi Hawass. La Universidad San Ignacio de Loyola nombró el pasado mes de julio, Doctor Honoris Causa al arqueólogo egipcio Zahi Hawass, responsable de la muestra sobre el faraón Tutankhamón, que respaldó las gestiones del gobierno peruano para repatriar las piezas arqueológicas de la colección de Machu Picchu de la Universidad de Yale.

Zahi Hawass nombrado Doctor Honoris Causa. | USIL.

Las autoridades de la universidad peruana impusieron la medalla a Hawass y le entregaron el diploma que lo reconoce como Doctor Honoris Causa por su larga trayectoria en la arqueología y a favor de

la cultura mundial. El exministro de Antigüedades de Egipto declaró estar “muy honrado” por el reconocimiento y aseguró que tiene al Perú en su corazón. Hawass explicó que Egipto vive del turismo, por sus monumentos arqueológicos, y que ahora “necesita que los turistas vuelvan” pues la seguridad ha retornado, tras la crisis política de los últimos años en ese país. Agregó que actualmente está guiando “una búsqueda y excavación de tumbas en El Valle de los Reyes”. El presidente de la Universidad San Ignacio de Loyola, Raúl Diez Canseco, dijo que la “magnífica exposición” de Hawass “nos recuerda no solo lo que hizo por Egipto, sino también por la humanidad”. El también exvicepresidente peruano agregó que Perú y Egipto comparten “el ser exponentes de las civilizaciones más antiguas”.

Descubren miles de grafitis de turistas de

otras épocas en la tumba del faraón egipcio Ramsés VI. La fea costumbre de dejar grafitis e inscripciones incisas en monumentos históricos no sólo no es nueva sino que, a su vez, también es histórica y, paradójicamente, puede proporcionar interesante información. Lo malo es cuando los dejan turistas mancillando obras milenarias. Ahora bien ¿y los viajeros también son de otra época? Hay casos muy conocidos de inscripciones que ya forman parte indivisible del propio sitio donde se hicieron, como los encontrados en Pompeya, con insultos y obscenidades preservados gracias

Horus y Amón en un relieve de la tumba de Ramsés VI. | Wikimedia Commons.

a las cenizas acumuladas por la erupción del Vesubio; o los que hizo un vikingo dentro del túmulo de Maes Howe (Islas Orcadas, Escocia) cuando se resguardaba de una tormenta; o los realizados por presos en la Torre del Homenaje de la Alhambra entre los siglos XVIII y XIX. Pero hace poco se descubrieron unos asombrosos grafitis que rondan los cuatro mil años de edad y que, en efecto, se atribuyen a turistas de antaño. Se trata de los encontrados en Egipto, en el famoso Valle de los Reyes, ese paraje desértico donde se acuEgiptología 2.0 | 121


mulan hipogeos de la antigua realeza y que constituye uno de los más importantes focos de atracción para los visitantes porque allí está la celebérrima tumba de Tutankhamón, entre otras muchas. El caso que nos ocupa es el sepulcro de un faraón posterior, Ramsés VI, aunque parece ser que no es la única con inscripciones improvisadas y se han registrado en al menos una decena más del total de sesenta que hay en el valle. Nebmaatra-Meriamón Ramsés-Amonhirjopshef-Necherheqaiunu, que tal era el nombre completo de aquel personaje, fue el quinto de la XX dinastía, reinando entre los años 1143 y 1136 a.C. tras usurparle el trono a su sobrino Ramsés V. Para entonces el otrora poderoso Imperio Egipcio estaba en abierta decadencia y sólo la figura de Ramsés III descuella un poco por su victoria militar rechazando la invasión de los llamados Pueblos del Mar. La tumba de Ramsés VI, identificada con el código KV9 y que en realidad también se la arrebató a su predecesor, está justo al lado de la de Tutankhamón; pero a diferencia de ésta fue saqueada por ladrones, por lo que en su interior no se ha encontrado más riqueza que la arquitectónica y decorativa. Lo que nadie esperaba era encontrar una sorpresa como la de los grafitis, mérito del equipo del Instituto de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia que trabaja allí. Aunque en sentido estricto constituyen una muestra de vandalismo histórico, lo cierto es que no les falta cierto valor para comprender mejor el pasado y saber qué pensaban los viajeros de entonces sobre los sitios que visitaban y los personajes enterrados en ellos. El hipogeo KV9 fue elegido para un estudio más a fondo por la cantidad y variedad de inscripciones halladas en sus paredes: cerca de un millar, nada menos, lo que no está mal para una tumba que ronda los cien metros de longitud.

Ubicación de la tumba de Ramsés VI en el Valle de los Reyes. | Daily Mail.

hasta el siglo IV. Por esa razón la mayor parte de los mensajes encontrados están en griego y, menos frecuentemente, en latín. Los autores tenían cierto estatus, pues algunos dejaron constancia de su nombre, procedencia y profesión. Así, sabemos que entre los firmantes hubo prefectos militares, gobernadores, filósofos (cínicos y platónicos) y médicos. Incluso hay algún nombre conocido, como el del príncipe sasánida Cosroes en el siglo IV d.C. o Amr ibn al-As, el árabe que conquistó Egipto en el VI d.C. tras el colapso romano; este último, además, no se contentó con una pequeña inscripción y dejó letras bien grandes, de veinticinco centímetros. Después, ya en la Edad Media, aparecen testimonios de cruzados.

Con semejante número es fácil imaginar que hay de todo, desde mensajes intrascendentes tipo “fulanito estuvo aquí” hasta testimonios más elaborados. “Visité y no me gustó nada el sarcófago” dice uno; “Admiré” declara lacónicamente otro; “No puedo leer los jeroglíficos” se lamenta un tercero. Incluso hay poemas. Y es que, como explica Adam Lukaszewicz, director de las excavaciones, “el Valle de los Reyes ya era un destino turístico en la Antigüedad”.

Según los investigadores, las crónicas nos cuentan que la práctica de visitar monumentos y dejar una reseña se hizo habitual en los siglos siguientes y los propios guías ofrecían a los viajeros sus cuchillos como herramienta de escritura, si bien en otros casos los escritos no eran incisos sino con pintura roja. A menudo incluso se buscaban recodos especiales donde escribir, como el interior de los discos solares, donde las palabras resaltaban más, y sorprende ver algunos a varios metros de altura o en el techo. Los arqueólogos lo explican porque la arena llenó la tumba, facilitando a la gente llegar tan arriba.

La mayor proporción de grafitis viajeros corresponde, como cabe imaginar, al período helenístico, ya que en ese segmento cronológico Egipto fue ocupado primero por Alejandro Magno, cuyo general Ptolomeo fundaría una dinastía faraónica, y después por Roma, que convirtió al país del Nilo en su granero,

Lo más divertido, al igual que pasa hoy en las clásicas puertas de los servicios públicos, es ver cómo algunos grafitis eran contestados por viajeros posteriores, como uno en el que su autor dejó dicho “No puedo leer este escrito” y alguien puso debajo “¿Por qué te importa no poder leer los jeroglíficos? No en-

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tiendo tu preocupación”. ¿Por qué la tumba de Ramsés VI acumula tantos grafitis? Según explica Lukaszewicz, todo deriva de un error muy común: la confusión de este faraón con el legendario héroe Memnón. Era éste el rey de Etiopía y sobrino de Príamo, soberano de Troya, por lo que colaboró en la defensa de la ciudad ante los griegos hasta que murió a manos de Aquiles. Según el mito, su cadáver fue recogido por los cuatro vientos, que son los que silban por las grietas de las dos estatuas gigantes que se alzan cerca de Menfis y se conocen como Colosos de Memnón.

Una sevillana en la corte de Tutmosis III.

Sevillana de 1967, Myriam Seco regresó recientemente a su tierra para recibir el premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos por su libro Tutankhamón en España. Howard Carter, el duque de Alba y las conferencias de Madrid (Fundación José Manuel Lara), escrito en colaboración con Javier Martínez. El volumen rememora las dos visitas de Howard Carter a Madrid, en 1924 y 1928, para explicar sus avances en el estudio de la tumba y el ajuar funerario de Tutankhamón, visitas que estuvieron amparadas por el entonces duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart. Pero Myriam Seco no solo demuestra ser una competente ensayista. Doctora en Historia por la Universidad Hispalense, desde 2008 dirige las excavaciones y restauraciones del templo de Millones de Años de Tutmosis III en Luxor, lo que hacen de ella una de las profesionales de la arqueología más destacadas de nuestro país. Según Seco, lo más necesario para su profesión ‘‘es tener una gran pasión, una vocación muy fuerte. Eso es lo que te mueve para insistir y poder conseguir tu objetivo. Y tener mucha paciencia, ser perseverante, insistir en lo que quieres conseguir, porque a veces excavas un tiempo y no consigues nada’’, afirmaba.

Myriam Seco. | Luis Serrano.

El factor suerte, reconocía, influye, pero no lo es todo. ‘‘Antes de solicitar el proyecto del templo de Tutmosis III llevaba diez años trabajando en Luxor, en otros templos. Nosotros hemos tenido la suerte de que los hallazgos hayan sido muy por enci-

ma de nuestras expectativas, hemos encontrado informaciones mucho mayores de las que podíamos imaginar. Todo implica un estudio y una preparación previa a empezar a trabajar’’. ‘‘En el templo de Tutmosis III trabajamos tres meses cada año. En esa campaña tú generas una gran cantidad de material que tienes que clasificar, estudiar, investigar... Algunas piezas interesantes exigen una investigación en profundidad, y para ello necesitas ir a una buena biblioteca. Nosotros vamos un mes al año a la biblioteca de Tubingen a consultar la biblioteca del departamento de Egiptología. Tenemos también personas haciendo tesis doctorales sobre ese material que sale de la excavación. Cada una de esas campañas de tres meses implican meses y meses, incluso años de trabajo, para poder publicar la correspondiente información. Pero eso lo disfrutamos también», agregaba. En opinión de la sevillana, todavía queda mucho por extraer del subsuelo egipcio. ‘‘Para nada están agotados los descubrimientos’’, aseveraba. ‘‘La prueba la tenemos en que prácticamente todos los meses noticias de hallazgos nuevos. El patrimonio del Antiguo Egipto es inmenso, lo que se ha descubierto hasta ahora es una minoría, queda por aparecer más del 50 por ciento. Tenemos trabajo para nosotros y para las generaciones siguientes’’. Sin embargo, Myriam Seco rechaza estrategias como la de su colega británico, Nicholas Reeves, que con las propias autoridades egipcias anunciaron el año pasado estar cerca el descubrimiento de la tumba de Nefertiti, como forma de recaudar fondos. ‘‘Eso era una teoría, una hipótesis, que se ha paralizado y se ha dejado apartada de momento. Es bueno hacer publicidad del trabajo que haces, pero no dar resultados antes de las Egiptología 2.0 | 123


investigaciones, de saber qué te va a salir. Ahora mismo eso está parado, en un futuro tal vez hagan nuevos escaneos para verificar si hay nuevas cámaras. Siempre ha sorpresas, pero ya serán otros investigadores los que lo hagan’’. ‘‘Al tener un templo, nosotros no solo podemos sacar toda la información posible, sino que tenemos un gran reto, que es mostrar al público estos descubrimientos’’, prosigue. ‘‘Ahí empieza la musealización del yacimiento, que es también muy interesante. Sabes que en un futuro, los viajeros que pasen por Egipto van a saber más de la historia de Tutmosis y van a poder visitar ese templo que antes no existía, porque estaba cubierto de arena’’. Cuando observa restos de la vida cotidiana de hace tres mil años y luego se da un paseo por un pueblo egipcio o libanés... ¿le parece a veces que en el fondo es la misma gente con los mismos oficios? ‘‘No se puede comparar el Líbano y Egipto, son países completamente distintos, sin nada que ver uno con otro. Si me paseo ahora por los pueblos del Egipto Medio, la zona rural, en muchos aspectos sí son similares a como serían en la antigüedad, viviendo de la agricultura, básicamente del río, que es lo que le da vida al país. Depende de la zona. El Líbano actual es otra historia, no tiene nada que ver’’, aseguraba. Entre los muchos obreros locales con los que trabaja en las excavaciones, aparte del obvio interés de ganarse el pan, Seco observa también una curiosidad de conocer el pasado, por acercarse a esa época. ‘‘Son familias, generaciones que han trabajado con la Arqueología, son buenísimos profesionales, unos especializados en excavaciones, otros en restauración. Son verdaderas joyas, muy profesionales, con mucha experiencia’’.

‘‘Los egipcios se sienten herederos de todo aquello’’, concluye, ‘‘y están orgullosos de tener ese pasado. Egipto vive de ese pasado y del interés de ese pasado. En absoluto creen que todo empezara con el Islam’’.

Descubren la posible tumba de la esposa de Tutankhamón.

El egiptólogo Zahi Hawass y su equipo creen haber encontrado en el Valle de los Reyes una nueva tumba que podría pertenecer a Anjesenamón, hija de Akenatón y Nefertiti y esposa de Tutankhamón. Cerca de la tumba del faraón Ay, Hawass encontró cuatro depósitos de fundación que apuntan a la existencia de una tumba hasta ahora desconocida. Es un indicio claro, porque los antiguos egipcios solían hacer cuatro o cinco de estos escondites o agujeros en el suelo que llenaban de objetos votivos, antes de comenzar a construir una tumba.

‘‘Estamos seguros de que hay una tumba allí, pero no sabemos a quién pertenece’’, señaló el arqueólogo a Live Science en un correo electrónico. El mapeo tridimensional de la zona realizado entre febrero y mayo bajo la dirección de Gianfranco Morelli con una técnica geofísica de resistividad eléctrica de positrones ERT también reveló anomalías conductoras en la roca donde Hawass ha identificado los depósitos de fundación, según indicó en una entrevista a National Geographic Italia el director de documentales Brando Quicili, coautor junto a Hawass del libro Enigma Nefertiti.

‘‘El radar detectó una subestructura que podría ser la entrada de una tumba’’, añadió Hawass. Escena del santuario dorado de Tutankhamón que muestra a Akhesenamón. | Wikimedia Commons. 124 | Egiptología 2.0

El famoso egiptólogo, que fue ministro de Antigüedades en el país de los faraones, cree que la tumba podría pertenecer a la joven esposa de Tutankhamón que, al quedar viuda en el año


1327 a.C., contrajo de nuevo matrimonio con su abuelo Ay. La cercanía de esta nueva tumba con la de Ay refuerza esa idea, aunque habrá que esperar a las futuras excavaciones que Hawass dirigirá en el Valle de los Reyes. A Anjesenamón se le ha relacionado con una de las momias reales aún sin identificar de la tumba KV21 que descansan en el Museo Egipcio de El Cairo. El propio Hawass señaló el año pasado que las pruebas preliminares de ADN apuntaban a que una de ellas, sin cabeza, podría ser la esposa de Tutankhamón. Según el célebre arqueólogo, la otra momia sería la de la hermosa Nefertiti, que Nicholas Reeves cree oculta en una cámara tras las paredes de la tumba de Tutankhamón. Quicili subrayaba, sin embargo, que los análisis de ADN de las dos momias encontradas en la KV21 son ‘‘bastante problemáticos’’ debido a su deficiente estado de conservación. También subraya que con frecuencia las momias se ocultaban en otra tumba para salvarlas de saqueadores. La tumba recién encontrada está ‘‘sin tocar’’, añadía. Qué albergará su interior es un misterio aún por descubrir.

Descubren un gran sepulcro faraónico en una zona de construcción de viviendas en Egipto. El Egipto moderno se asienta sobre los restos arqueológicos de civilizaciones de miles de años, cubiertos de arena y tierra: fragmentos de un enorme coloso fueron descubiertos entre la basura y el barro de un suburbio cairota, mientras que en Luxor las casas rurales se construyeron sobre necrópolis. Esta vez, un gran sepulcro de piedra de época faraónica ha sido hallado durante los trabajos de prospección para la ampliación de una vivienda en la provincia de Al Sharquiya, en el noreste de Egipto, según informó el Ministerio de Antigüedades egipcio. Se trata de un sepulcro de piedra con un peso aproximado de 65 toneladas, tallado en un único bloque y apoyado sobre una base de losas también de piedra, lo que puede indicar que ‘‘fue tallado en una montaña, luego trasladado durante la época faraónica a su lugar actual’’, según detalló el director de los trabajos de restauración, Garib Sonbul.

Vista general del sepulcro de piedra. | ABC.

En el interior del pesado bloque se ha encontrado un ataúd de un material que podría ser basalto o diorita, adornado con los restos de un texto jeroglífico que podría ofrecer más pistas sobre la época o para quién estaba destinado. Una vez desenterrado, el sepulcro fue trasladado a los almacenes

del museo provincial para su estudio y conservación. Según detalló el director del Departamento de Antigüedades, Ayman Ashmaui, el sepulcro ya había sido descubierto en los años cincuenta por el arqueólogo británico Flinders Petrie. El hallazgo fue desestimado y pronto quedó enterrado de nuevo, hasta su redescubrimiento por un equipo de arqueólogos egipcios. Los egiptólogos estudiaron el terreno a petición de un vecino de la ciudad moderna de Al Husayniya, que pretendía ampliar su vivienda adyacente al lugar donde se encontró el sepulcro.

Trabajos arqueológicos en la zona del hallazgo. | ABC. Egiptología 2.0 | 125


Los misteriosos huesos negros de Set. Los antiguos egipcios recogían fósiles de animales extintos que veneraban como reliquias sagradas de Set, dios de la oscuridad y del caos, y que colocaban, envueltos en lino, en las tumbas. A partir de los años 1300 y 1200 a.C., cerca de tres toneladas de pesados fósiles negros, pulidos por la arena de los ríos, fueron llevados a santuarios en el Nilo, según relató Adrienne Mayor, historiadora de la Universidad de Stanford, en la web ‘‘Wonders & Marbels’’. En 1922, los arqueólogos Guy Brunton y Flinders Petrie, descubrieron toneladas de huesos fósiles de color negro apilados en los santuarios de Qau el-Kebir y Matmar. El hallazgo de estos fósiles era una evidencia de que los egipcios los veneraban como reliquias sagradas de Set, a juicio de la autora de El secreto de las ánforas. Esta deidad egipcia se asoció a menudo con el hipopótamo, de ahí que muchos de los fósiles pertenecieran a estos animales, pero también se encontraron restos de cocodrilos extintos, jabalíes, caballos, antílopes gigantes y búfalos. Cuatro años después, el geólogo KS Sandford exploró 500 millas alrededor del santuario de Qau en busca del origen de esta extraña colección de animales, aunque sin éxito. Los fósiles parecen ser de la era Plioceno-Pleistoceno’’, señaló Mayor. Los estudios continuaron y en 1927, el arqueólogo Guy Brunton escribió que las toneladas de fósiles serían ‘‘objeto de una memoria especial’’. Prometió en 1930 un libro dedicado a estos fósiles, pero aquello fue lo último que se supo sobre los huesos negros de Set.

Hipopótamo. 1961-1878 a.C., dinastía XII. | Metropolitan Museu of Art, New York.

Los fósiles fueron olvidados por la comunidad científica hasta que en 1998, Adrienne Mayor se puso en contacto con el paleontólogo Andrew Currant, conservador de Mamíferos Cuaternarios en el Museo de Historia Natural de Londres, para saber si había registros de los fósiles descubiertos por

Brunton y Petrie. Una gran ‘‘colección indocumentada’’ de fósiles de Qau había sido almacenada en un almacén en Wandsworth, respondió Currant. Aún permanecían en las cajas originales que Brunton y Petrie enviaron desde Egipto. ‘‘Los fósiles reunidos por los antiguos egipcios hace más de 3.000 años languidecen en cajas sin abrir en Londres desde 1920’’, denunciaba la historiadora de Stanford, que consideraba que éstos merecían un estudio científico de paleontólogos y egiptólogos. Así lo remarcó en su libro Los primeros cazadores de fósiles (2000), donde Mayor describió algunos fósiles de Qau descubiertos por el arqueólogo David Reese en 1999 envueltos en lino. Reese trató en vano de convencer al Museo de Historia Nacional de que abriera sus cajas de fósiles y se enteró de que una colección de antiguos textiles egipcios del Museo Petrie había pasado a manos del Bolton Museum de Manchester. Las etiquetas escritas por Petrie para identificar la procedencia de algunos de los textiles que habían ido a parar al Bolton Museum confirmaron que algunos de estos textiles envolvían fósiles descubiertos en Qau en 1923. El egiptólogo Tom Hardwick y el geólogo David Craven iniciaron una investigación en el Bolton en 2007 para determinar la identidad de los huesos. Plantearon un concurso, con un premio para quien adivinara qué tipo de fósil estaba dentro de cada uno de los paquetes. Se descubrió el escafoides de un antílope o un ñu gigante extinto, según el relato de Mayor. Otra caja fue examinada con tomografía computerizada de rayos X en 2014 en el Museo de Bolton y dos años 126 | Egiptología 2.0


después, la Sociedad de Exploración de Egipto concedió una beca a Pip Brewer (Museo de Historia Natural, Londres) y Diane Johnson (Open University) para finalmente examinar las viejas y polvorientas cajas que Reese y Mayor localizaron 16 años antes.

‘’Por fin, parece que el análisis científico moderno determinará los orígenes, las especies y las fechas de los misteriosos huesos negros de Set reunidos por los antiguos egipcios’’, se mostraba esperanzada la historiadora de Stanford.

La tecnología al acecho de los misterios del antiguo Egipto.

Desde las pirámides de Guiza hasta las tumbas de Luxor, los secretos del antiguo Egipto siguen desafiando a la humanidad, pero científicos equipados con instrumentos cada vez más sofisticados intentan desentrañar los misterios de esta extraordinaria civilización. El 1 de julio de 1798, el general Bonaparte desembarcaba en Alejandría junto a 40000 hombres para intentar cerrar el paso de la ruta de Indias a los ingleses. Llegó acompañado por decenas de científicos y artistas, que sentaron las bases de la egiptología moderna. Desde hace ya más de 200 años, los egiptó-

Desde hace ya más de 200 años, los egiptólogos utilizan la ciencia para revelar secretos sepultados desde hace milenios bajo las arenas del desierto egipcio. | AFP.

logos utilizan la ciencia para revelar secretos sepultados desde hace milenios bajo las arenas del desierto egipcio. Para lograr su ambiciosa meta, hoy los científicos instalan aparatos repletos de electrónica o hacen uso de las últimas técnicas químicas. Aunque la química aún necesita muestras -por muy ínfimas que sean- los nuevos métodos no invasivos permiten preservar los vestigios arqueológicos. Misterios y especulaciones Utilizando termografía a infrarrojos, muografía -tecnología basada en la detección de partículas muones- y simulación 3D, ScanPyramids es uno de los proyectos más ambiciosos que apuntan a revelar los misterios de la pirámide de Keops, en la meseta de Guiza cerca de El Cairo, una de las Siete Maravillas del mundo antiguo, construida hace 4 500 años.

ScanPyramids reveló en octubre pasado que la gran pirámide podría contener cavidades desconocidas. “Todos los dispositivos instalados (...) están destinados a ubicar con precisión la cavidad. Sabemos que existe, pero lo que buscamos es localizarla con exactitud”, explicaba Mehdi Tayoubi, presidente y cofundador del Hip Institute, que dirige el proyecto ScanPyramids. Los dispositivos de muones son emulsiones químicas desarrolladas por la Universidad de Nagoya, o bien captores electrónicos del laboratorio de investigación sobre partículas japonés KEK, o telescopios de muones fabricados en Francia. Los resultados obtenidos deben luego ser confrontados a la observación mediante rayos infrarrojos y 3D. Un insondable misterio sigue rodeando desde hace siglos la construcción de las pirámides. Lo mismo ocurre con Nefertiti, la reina egipcia de legendaria belleza, esposa de Akenatón, nacida hace cerca de 3400 años. Nunca se encontró su momia y cada cual tiene su teoría acerca de la localización de sus restos. El egiptólogo británico Nicholas Reeves está convencido de que están ocultos en la tumba de Tutankhamón, en el Valle de los Reyes, cerca de Luxor. En el otoño de 2015, las autoridades egipcias realizaron un examen de la tumba del famoso faraón usando un radar. En ausencia de resultados definitivos tras aquella operación muy mediatizada, el debate se empantanó. Para salir del paso, un equipo de la Universidad Politécnica de Turín hará mediciones con otros métodos: tomografía, según la técnica ya utilizada por la medicina, la magnetometría o medida del campo magnético y el georadar, concebido para escrutar los suelos. Sin embargo, según el arqueólogo egipcio Zahi Hawass, no existe cámara secreta en la tumba de Tutankhamón. Explicaba además que Nefertiti, adoradora del dios Atón, jamás pudo haber sido enterrada en el Valle de los Reyes. Trabajo de hormiga De momento, ni el ministerio de Egiptología 2.0 | 127


Antigüedades egipcio ni el Politécnico italiano quisieron expresarse sobre el tema de la existencia o no de una cámara secreta, sin duda para evitar volver a caer en el fiasco de experiencias anteriores. Lejos de la agitación mediática, el laboratorio de datación del Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO), con sede en El Cairo, trabaja en otro gran proyecto: hacer más precisa la cronología del antiguo Egipto.

La francesa Anita Quiles, investigadora del Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO) en El Cairo. | AFP.

La venerable institución, instalada en la capital egipcia desde 1880, incluye un laboratorio de datación y otro destinado al análisis de materiales. “Para el Egipto antiguo, la cronología no está definida claramente. Se recurre a una cronología relativa, se habla de imperio antiguo, medio y nuevo, hay

referencias a reinos, a dinastías, pero no se sabe exactamente de qué fecha se está hablando”, explicaba Anita Quilès, responsable del servicio de arqueometría del IFAO. Zahi Hawass advirtió sin embargo que la ciencia no puede reemplazar a los arqueólogos. “Durante los 10 últimos años, la tecnología ha aportado cosas buenas, pero no podemos dejar a los científicos anunciar descubrimientos sin que sean examinados por los arqueólogos”, insistió.

Descubren en un faraón egipcio al “gigante” más antiguo del mundo.

Un grupo de científicos anunció haber descubierto los restos de un antiguo faraón egipcio, que a su vez representa el caso más antiguo de gigantismo conocido. El soberano, de nombre Sa-Nakht, perteneció a la III dinastía (alrededor del año 2700 a.C.) y según indican investigadores de la Universidad de Zurich, sus restos fueron hallados en una tumba cerca de Luxor en 1901, destacando por sobre todos los huesos a su cráneo. En la investigación, el equipo examinó diferentes medidas del cráneo y las comparó con datos antropológicos, anotando los promedios de altura contra los antiguos plebeyos y poder apreciar la diferencia, descubriendo que aunque la realeza era generalmente más alta que la gente común, el rey Sa-Nakht era mucho más alto que cualquier otra persona. Cráneo del faraón Sa-Nakht. | La Tercera.

Así, tras algunos análisis, llegaron a la conclusión que el faraón, poco conocido hasta ahora, medía 1,87 centí-

metros aproximados, mucho más que los 1,65 cm. de la mayoría de los egipcios de la época. Según el estudio, publicado en el Lancet Diabetes & Endocrinology, Sa-Nakht padecía de gigantismo, una condición hormonal que resulta en crecimiento anormal y excesivo. Si bien otros esqueletos anteriores han sido diagnosticados con acromegalia y tienen una causa similar al gigantismo, la acromegalia ocurre en la edad adulta y el gigantismo en la infancia. Además, es posible que otro faraón, Akenatón, haya sufrido de un síndro128 | Egiptología 2.0


me similar, pero sólo enfocado en sus extremidades.

“En la antigüedad, no habría tratamiento quirúrgico o farmacéutico disponible; por lo que es muy probable que sólo pueda ser producto de la degeneración de la glándula pituitaria. Pudo morir de un infarto”, explicaba el estudio. Aunque varios investigadores señalan que la tumba encontrara no pertenece a Sa-Nakht, la evaluación médica del gigantismo en este caso tiene un gran valor, ya que sería el caso conocido más antiguo. Asimismo, incluso si no se tratase del “rey gigante”, sí es muy probable que haya sido alguien de las clases altas, debido a los vestigios de un entierro con honores.

Descubiertas tres tumbas de época Ptolemaica. El Ministerio de Antigüedades egipcio anunció el pasado mes de agosto el descubrimiento de tres tumbas excavadas en la roca al noreste de Egipto, cada una de las cuales con una antigüedad de más de 2.000 años. El trío de tumbas fue descubierto a unos 200 kilómetros al sur de El Cairo, en una zona conocida como al-Kamin al-Sahrawi, cerca de la ciudad de Samalut. Las autoridades ministeriales contaron al medio de comunicación egipcio Ahram Online que las tumbas contenían varios sarcófagos de múltiples tamaños, así como fragmentos de arcilla. Dichos fragmentos indican que las tumbas abarcan la dinastía XXVII (525-404 a.C.), cuando Egipto se convirtió por primera vez en provincia del Imperio aqueménida persa, así como el periodo de gobierno

Una de las fosas en Al Minya. | Ministry of Antiquities.

Uno de los sarcófagos descubiertos. Egiptología 2.0 | 129 | Ministry of Antiquities.


ptolemaico, que comenzó un siglo después. ‘‘Este hecho sugiere que la zona fue un enorme cementerio durante un largo periodo de tiempo’’, explicó Ayman Ashmawy, director del Sector del Antiguo Egipto del Ministerio de Antigüedades. Las excavaciones previas en el yacimiento revelaron unas 20 tumbas construidas al estilo de catacumbas, una práctica arquitectónica extendida durante la dinastía XXVII. Sin embargo, las tres nuevas tumbas serían aparentemente diferentes. Dos de las tres tumbas contienen cámaras funerarias que se ramifican desde un conducto y cuentan con quince nichos entre ambas, incluyendo un pequeño nicho excavado para el cuerpo de un niño. Ali El-Bakry, director de la misión de excavación, contó que la tumba supone la primera prueba del enterramiento de un niño en al-Kamin al-Sahrawi. Es más, los restos óseos descubiertos en las tumbas sugieren que las personas enterradas eran hombres, mujeres y niños de diversas edades, lo que indicaría que dichos sepulcros formaban parte de un cementerio más grande de una ciudad, no de un cuartel militar. Los tres sarcófagos descubiertos. | Ministry of Antiquities.

Es prácticamente seguro que se lograrán futuros hallazgos en al-Kamin al-Sahrawi: las excavaciones de la tercera tumba todavía no han finalizado.

La tumba del orfebre del dios Amón resucita en una colina de Luxor.

El rastro de Amenemhat, un orfebre del dios Amón, resucitó el pasado mes de septiembre en las arenas de Luxor, la Tebas faraónica. Una suerte de sacerdote del antiguo Egipto que guardaba en las estancias de su tumba una vasta colección de máscaras funerarias, cerámica, figurillas y esqueletos. Un tesoro con 3.500 años de antigüedad que aún esconde secretos por descubrir. ”Se trata de un hallazgo científico relevante que firma una misión egipcia. El equipo comenzó sus trabajos en abril y ha continuado durante todo el verano, en condiciones realmente duras”, relató el ministro de Antigüedades egipcio Jaled el Anani bajo un sol de justicia en las inmediaciones de la oquedad.

El enterramiento está ubicado sobre la falda norte de la pedregosa colina de la necrópolis de Dra Abu el Naga, en la orilla occidental de Luxor, a escasos metros de donde excava el proyecto español Djehuty del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En el páramo reposan nobles y altos funcionarios de la corte faraónica. El lugar del des130 | Egiptología 2.0

Amenemhat y su esposa. | Ministry of Antiquities.


Arqueólogos trabajando con algunas de las momias encontradas. | Ministry of Antiquities.

canso eterno de Amenemhat -ligado al dios del poder creador- tenía su acceso en el patio de otra tumba ya excavada del imperio medio, la Kampp 150. La entrada conduce hasta una estancia cuadrada. En uno de sus muros, un nicho cobija los restos de una estatua con algunos de sus colores originales que representa al dueño del enterramiento y su esposa. El orfebre, que vivió durante la dinastía XVIII (1550-1295 a.C.), aparece sentado en una silla de alto respaldo en compañía de su cónyuge, que luce peluca y vestido largo. Entre sus piernas, a menor escala, una escultura retrata a uno de sus hijos.

la cámara principal de la tumba, el equipo ha localizado restos en piedra caliza de una mesa de ofrendas, sarcófagos de las dinastías XXI y XXII -decorados con jeroglíficos y escenas de deidades del Antiguo Egipto y dañados durante el periodo tardío- así como una extensa colección de esqueletos humanos. La presencia de medio centenar de conos funerarios esparcidos por las estancias ha disparado las expectativas del equipo, que especula ya con la aparición de nuevas tumbas.

El plano de la tumba continúa a siete metros de profundidad, en las entrañas de un pozo al que se accede por unas escaleras colocadas por la expedición. En las estancias, angostas y húmedas, un puñado de empleados sigue auscultando el terreno.

“Hemos hallado un gran número de objetos de la colección funeraria como cerámica, joyas, conos funerarios, máscaras funerarias o ushebtis, detalló Al Anani. En los alrededores de

Alguno de los ushebtis hallados. | Ministry of Antiquities. Egiptología 2.0 | 131


”Cuando los encontramos y comenzamos a leer los nombres, nos resultaron muy extraños. Se llamaban Maati, Bengy, Ruru o el visir Ptahmes. Estudiamos entonces a estos personajes y sus posibles enterramientos. Nos hemos dado cuenta de que sus tumbas no han sido aún halladas. Creemos que este área tiene aún muchos secretos por revelar”, señalaba Mustafa al Waziri, el exultante director de la excavación. ”Los conos funerarios indican efectivamente que las tumbas están cerca, aunque si los conos, salvo el del visir, solamente tienen los nombres de los individuos y no sus títulos más prestigiosos como alto sacerdote de Amón, contable del granero del templo o arquero del rey es que debe tratarse de individuos del Reino Nuevo de la clase media y con tumbas menores”, explicaba Antonio Morales, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y director del Middle Kingdom Theban Project que horada también el terruño de Luxor. En el patio abierto, además, los expertos egipcios y la cuadrilla de obreros han desempolvado la memoria de una mujer y sus dos hijos junto a dos ataúdes de madera y una colección de reposacabezas y vasijas de cerámica. La fémina falleció a los 50 años tras, a decir por sus huesos, una vida plagada de dolores. Sufría de caries que le provocaron abscesos en la mandíbula y una enfermedad bacteriana en los huesos. Cráneo hallado en el interior de la tumba. | Ministry of Antiquities.

Hasta su recuperación de las

tierras cálidas de Abu el Naga, el segundo ataúd alojaba las momias de sus dos vástagos, que tenían entre 20 y 30 años en el momento de su óbito. Su estado de conservación es tal que sus huesos aún almacenaban los líquidos empleados en su momificación. El hallazgo se suma al firmado por la misión egipcio el pasado abril. Entonces el equipo desenterró la sepultura de Userhat, un noble de Reino Nuevo que hace más de tres mil años sirvió en los pasillos judiciales de Tebas. La tumba contenía decenas de estatuas, ataúdes y momias.

Algunos de los restos cerámicos hallados en la tumba. | Ministry of Antiquities. 132 | Egiptología 2.0


Reabre el templo de Debod. El Templo de Debod, que había cerrado por los problemas de climatización, ha vuelto a abrir sus puertas a los visitantes hasta que las condiciones climáticas lo permitan. El Ayuntamiento de Madrid acometerá, de febrero a mayo, los trabajos definitivos de remodelación del sistema de refrigeración, sin cerrar el Templo, para actualizar un sistema de climatización obsoleto y posibilitar su apertura en épocas de mucho calor o mucho frío, según fuentes municipales.

Templo de Debod. | Carlos Delgado.

Ahora, se podrán visitar el Vestíbulo de Augusto, la Capilla de Adijalamani, el Vestíbulo del Naos, las capillas laterales y la sala del audiovisual, así

como la terraza del Templo. No se permitirá la visita en grupo a su interior y el aforo quedará limitado a quince personas que podrán visitar esas salas durante un tiempo máximo de treinta minutos. Los horarios de visita son de martes a domingo y festivos de 10.00 horas a 20.00 horas, siendo el último pase de visita quince minutos antes del cierre.

“Estamos poniendo todo nuestro esfuerzo para poder ofrecer las visitas al templo porque conocemos el interés que hay, por eso estamos deseando que terminen las obras y que por fin el templo de Debod se pueda disfrutar en cualquier época del año”, explicó la directora general de Museos, Archivos y Bibliotecas, Belén Llera. Además, Llera ha precisado que habrá una licitación para realizar una renovación del discurso museológico y actualizar la manera en la que se presentan los contenidos al público. En la comisión de Cultura y Deporte del Consistorio madrileño, la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, anunció el pasado mes de septiembre que la licitación para los trabajos definitivos que remodelarán el sistema de refrigeración se publicarán en el Boletín Oficial del Estado.

La

extraña tumba de la dama. De ella no se conoce nada. Únicamente que ha aparecido donde no debería estar. El equipo de investigadores que dirige la Universidad de Jaén (UJA) y en el que participa, entre otras, la de Granada (UGR) dentro del proyecto Qubbet el-Hawa -que se desarrolla en la necrópolis junto a la ciudad egipcia de Asuán- dio en su última campaña con un hallazgo singular. Según explicaba el jefe del proyecto, Alejandro Jiménez, loca-

Enterramiento intacto. | Granada Hoy. Egiptología 2.0 | 133


lizaron un enterramiento intacto, la última morada de un escriba llamado Dedutjen, que murió en el 1800 a.C. En el ataúd, “magníficamente decorado” lo que encontraron no fueron los restos del escriba, sino los de una mujer. Fue el antropólogo de la UGR Miguel Botella el que llegó a esa conclusión tras analizar los restos. “De ella desconocemos todo”, indicaba Jiménez, que adelantó que esperan hacer un análisis de ADN para ver la relación de esta mujer con el resto de cuerpos que se han localizado en la cámara funeraria. La única evidencia exacta es el sexo y sobre el enterramiento sólo se pueden plantear incógnitas. ¿Era familiar del escriba? ¿Murió antes y se le cedió la tumba que estaba destinada a Dedutjen? ¿O murió después y la mujer ‘okupó’ el enterramiento? ¿Se sustituyó un cuerpo por el otro? “El relato de la historia tiene dos vertientes, una es subjetiva, a partir de los datos se pueden dar unos resultados. Otra es objetiva, que se

elabora con elementos incontrovertibles”, razonaba Miguel Botella, catedrático de Antropología Física de la Universidad de Granada y responsable de una de las osteotecas más importantes de Europa. “Y la realidad es que es una mujer”. Lo dicen los huesos.

Miguel Botella. | Granada Hoy.

“Es llamativo” el descubrimiento, por cuanto que todo lo que rodea a la mujer indica que es la tumba de un hombre. Sólo el desarrollo de nuevas metodologías y tecnologías permite llegar a desvelar la verdad. “Hasta ahora en cuestiones así se daba por buena” la interpretación basada en elementos documentales, como escritos o epitafios, añadía

Botella. Algo que, incidía el investigador, daba alas a encajar la realidad a “esquemas preconcebidos” que, como se ha visto en el caso de esta tumba, eran erróneos. “Los huesos dicen la verdad”. El ataúd, de cedro de lo que en la actualidad es el Líbano, señala que el personaje al que estaba destinado era importante, destacaba Alejandro Jiménez. Era un lujo propio de la clase alta. Conocer la historia de esta dama egipcia puede arrojar luz al papel de la mujer en la sociedad, más allá de lo que cuentan las fuentes documentales, las únicas que, hasta la fecha, han permitido reescribir -a veces con erratas, como evidencia el descubrimiento del equipo andaluz- la historia del antiguo Egipto. El próximo mes de enero se iniciará una nueva campaña en la necrópolis egipcia. Está previsto que este año participen cuatro antropólogos de la Universidad de Granada, el propio Botella, Inmaculada Alemán, Ángel Rubio y Rosario Guimarey. Durante la campaña el equipo deberá desarrollar todo el trabajo programado, ante la imposibilidad de sacar de Egipto cualquier tipo de resto para su estudio. En la nueva campaña, ya en 2018, se trabajará en nuevas tumbas y se avanzará en un estudio para su publicación de las patologías históricas que sufría la población egipcia de la época. Se pretende cubrir un periodo de unos cuatro o cinco siglos, y serán los restos hallados en la necrópolis los que determinen cómo era la calidad de vida en la época. “Conocemos las enfermedades en términos globales”, indicaba Botella, que argumenta que estudios como éste permiten conocer de cerca la vida real y aspectos totalmente desconocidos por cuanto que no aparecen en las fuentes bibliográficas.

Una española, dispuesta a desentrañar el misterio del ‘‘Napoleón egipcio’’.

Al oeste del Nilo, en la ciudad de Luxor, se levanta majestuoso el Templo de Millones de Años, construido en honor del conocido como el Napoleón de la antigüedad. Era Tutmosis III, un faraón guerrero que gobernó el Valle del Nilo hace más de 3.000 años.

Myriam Seco. | Myriam Seco. 134 | Egiptología 2.0

Su apodo hace referencia a su afán de conquista. Miles de pueblos se rindieron bajo su mandato, hazañas que se aseguró de que llegaran a nuestros oídos gracias al escriba que les acompañaba al frente. Hasta los obeliscos narraron sus victorias.


Sus incursiones alcanzaron Siria, Palestina y Líbano. Este templo pasó inadvertido durante décadas sin que nadie penetrase en sus entrañas hasta que un equipo de arqueólogos dirigido por Myriam Seco, una de las egiptólogas más importantes de su generación, se propuso desentrañar el misterio. Desde 2008 dirige las excavaciones y restauraciones del templo. “Nunca se sabe lo que se puede encontrar y qué secretos oculta la arena del desierto”, asegura la arqueóloga. Desde un principio, el yacimiento resultó ser una enciclopedia del Antiguo Egipto, que no ha parado de dar sorpresas. El templo corresponde a la dinastía XVIII y se usó durante los sesenta años de reinado de Tutmosis III y también durante el gobierno de su hijo Amenofis II. Ha permitido entender las costumbres de ese pueblo. “El primer año encontramos un almacén con más de 2000 fragmentos de arenisca y caliza sin estudiar. En la segunda campaña comenzamos a encontrar tumbas anteriores al templo. En el 2012 excavamos el complejo del sacerdote Khonsu, que veneraba la figura de Tutmosis III”, desgrana Seco. El listado de buenas noticias prosigue. Han encontrado, entre otras cosas, una tumba con las joyas de oro y plata de una dama de la alta sociedad del Reino Medio, una necrópolis de Época Tardía o un cartonaje del Tercer Período Intermedio perteneciente a un funcionario de la Casa Real llamado Amonrenef. La española presagia que lo que queda por encontrar será igual de apasionante: “Nos queda por excavar gran parte del sector norte del templo, donde se encontraban los almacenes y los talleres. También la capilla dedicada a la diosa Hathor y toda la zona donde se encuentra la necrópolis de la dinastía XI y una de Época Tardía”. Myriam Seco tiene la gran fortuna de ejercer su profesión en el Olympo de los arqueólogos. “Egipto es el culmen, por la perfección que llegaron a alcanzar en las matemáticas, la astronomía, la medicina o el conocimiento de los materiales”. A su cargo, tiene un equipo de más de cien personas, algunos de ellos trabajadores locales. “Normalmente son campesinos que combinan su actividad en el campo con los trabajos en las misiones arqueológicas. Diversas generaciones han trabajado con los arqueólogos y esto les ha convertido en grandes profesionales sin haber estudiado. Es una maravilla trabajar con esta gente, que conoce bien su trabajo, es muy sencilla y tiene una singular filosofía de la vida”. Seco es doctora en Historia por la Universidad de Sevilla y ha trabajado con el Instituto Arqueológico Alemán en la Necrópolis de Dahshur, con el Centro de Estudios Alejandrinos en el yacimiento de Qait Bay en Alejandría o con el Instituto de Arqueología Naútica en el Mar Rojo. Vive desde hace una década en Egipto. Gracias a arqueólogos de su categoría, España se ha convertido en un referente. “Hay una cantera grandísima -asegura-, la cuestión es que de esa cantera salgan profesionales que puedan dedicarse a la Egiptología y encuentren su

Myriam Seco junto a uno de los hallazgos. | Myriam Seco.

sitio en el mundo laboral”. Ha trabajado en Egipto y Líbano: “No se puede comparar, son países totalmente diferentes. Líbano es un país muy acogedor, de ambiente Mediterráneo y muy rico culturalmente que ha sufrido mucho, en ocasiones debido a intereses ajenos a sus propios habitantes. Cuando organizábamos las campañas arqueológicas en Tiro, hasta el último momento no sabíamos si podríamos trabajar o no. Sin embargo, Egipto no es un país inestable políticamente, ha pasado por su primavera árabe, pero ha vuelto a su habitualidad. Es un país grandísimo, con más de 90 millones de habitantes, con una fuerte identidad nacional y muy poca mezcla cultural. En el día a día tratas con gente muy amable y hospitalaria. La excavación la tenemos en Luxor y allí se vive muy tranquilo”. En cambio, Siria amanece cada día con noticias sobre nuevos destrozos arqueológicos. Las ruinas grecorroEgiptología 2.0 | 135


manas de Palmira, Patrimonio Mundial de la Unesco, han sufrido daños significativos causados por el grupo terrorista Estado Islámico. “Creo que no hace falta ser un arqueóloga para sentir miedo, terror y pena ante tal barbaridad”, admite. Tutmosis III puede resultar alejado de los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos, ajeno a la era Trump, la escalada nuclear que vive Corea o los huracanes que azotan Centroamérica. “¿Qué nos importa este faraón? Nos importa, y mucho”, dice Seco. “Siempre aprendemos del pasado y en el caso de la civilización egipcia tiene un plus de interés por la perfección que llegaron a alcanzar”, afirma con rotundidad.

Diez piezas colosales llegan a su nuevo hogar, junto a las pirámides de Guiza.

Diez nuevas estatuas de grandes dimensiones de distintos periodos del Egipto faraónico llegaron el pasado mes de septiembre al que será su nuevo hogar, el Gran Museo Egipcio, situado al pie de las pirámides de Giza, y que abrirá sus puertas el próximo año, absorbiendo gran parte de la colección del actual museo egipcio. Entre las obras destacan las estatuas del faraón de la cuarta dinastía Kefrén, constructor de la segunda pirámide de Giza, el faraón Userkaf de la V dinastía y una imponente estatua de granito rosa del faraón Tutmosis III, de la dinastía XVIII, en posición erguida, así como un trozo de la barba de la Esfinge de Giza.

“Los más interesante es que esta parte de la esfinge será exhibida en lo alto de la gran escalera, con vistas a las pirámides de Giza, así que volverá a estar próxima a su lugar del descubrimiento original” afirmó el director general del museo, el egipcio Tarek Said Taufik. Trasladadas en furgonetas, las piezas, cuidadosamente embaladas, fueron descargadas y conducidas al interior del museo mediante vehículos montacargas y con la ayuda de varios miembros del personal del museo. Según Taufik, la particularidad de las piezas que llegaron al museo

Embalaje de las piezas para su traslado. | Ministry of Antiquities.

es su gran tamaño. Explicó que todas ellas “pesan entre una y tres toneladas”, lo que hace “especialmente delicado su transporte” y el momento de la descarga. Las medidas de seguridad adoptadas para el transporte de las piezas han incluido sensores dentro de las cajas, así como dispositivos para evitar las vibraciones en los vehículos que las transportan, que han recorrido lentamente el trayecto entre el Museo de El Cairo, situado en la céntrica plaza de Tahrir, para evitar “cualquier incidente inesperado”, añadió Taufik.

Llegada de las piezas al Gran Museo Egipcio. | Ministry of Antiquities. 136 | Egiptología 2.0


Templo de Debod. | Wikimedia Commons.

Antonio Martín Flores: ‘‘Debod tiene que estar dentro de un gran museo de arte egipcio’’.

Los números hablan por sí solos. Más de mil visitantes diarios demuestran que el Templo de Debod es uno de los monumentos más turísticos de la Comunidad. En total, el último año que el edificio estuvo abierto ininterrumpidamente se registraron 425.000 entradas. Así lo apunta Alfonso Martín Flores, el encargado de su conservación, que también destaca el hecho de que la mayoría de las salas están abiertas a la curiosidad de madrileños y turistas, lo que lo convierte en un atractivo con accesibilidad ‘‘casi completa’’.

inclemencias meteorológicas están provocando un deterioro ‘‘gradual’’ en el monumento. Y es que, el de Debod es el único de los cuatro templos que Egipto cedió a los países que ayudaron en las obras de la presa de Asuán que duerme a la intemperie -los tres restantes, realojados en Nueva York, Turín y en los Países Bajos, descansan en museos-. Esto se explica porque cuando, en la década de los 60, se produjo el traslado, Madrid no contaba con la infraestructura necesaria para alojarlo a cubierto. Así, se decidió que la ubicación ideal era la montaña del Príncipe Pío.

Sin embargo, este elevado volumen de visitas no es la razón principal que está provocando el desgaste progresivo del templo, ya que el volumen de entradas está limitado y controlado. No en vano, este mismo verano el edificio ha estado cerrado varios meses por deficiencias en el sistema de climatización, una circunstancia que se ha repetido periódicamente en los últimos tiempos.

Aunque son muchas las propuestas que están sobre la mesa para frenar el deterioro que cae sobre el Templo de Debod, Alfonso Martín Flores cree que la solución definitiva pasa por crear un ‘‘gran museo del arte egipcio’’ y situar el templo en su interior. Si bien es cierto que el Templo de Debod ya cuenta en la actualidad con la categoría de museo, esta nueva construcción reforzaría sus labores de investigación y divulgación, matiza Martín Flores.

Así, los expertos sitúan el cambio brusco de climatología que ha experimentado el templo respecto a su ubicación original en Egipto como el problema principal al que dar solución. ‘‘Madrid tiene una mayor pluviosidad y el Templo de Debod no está preparado para eso’’, señala Martín Flores, que lamenta que las

‘‘Es un edificio que no está pensado para visitas porque se construyó como un hogar para los dioses y sus sirvientes; no es un lugar de oración para los fieles’’, puntualiza el conservador. El reto al que se enfrentan ahora Martín Flores y su equipo es mejorar el sistema de climatización: las altas temperaturas en Egiptología 2.0 | 137


verano y el gélido clima que soporta en invierno han provocado su cierre en varias ocasiones en los últimos meses. Aunque el pasado mes de septiembre el templo volvió ha abrir, Martín Flores no cree que el problema esté ni mucho menos solucionado. ‘‘Ya se han sacado a concurso público las obras de sustitución de los aparatos climatizadores, y esperemos que los trabajos estén finalizados en unos meses’’, explica. A pesar de que la estructura no manifiesta síntomas de este desgaste, la saturación del ambiente, la concentración de humedad y el hecho de que la piedra expulse las sales que contiene, traen de cabeza a los responsables y a instituciones internacionales: La UNESCO trasladó al Ejecutivo local la necesidad de frenar el desgaste de la edificación. Por eso, los partidos políticos en el Ayuntamiento intentan dar con la solución definitiva. Así, en diciembre de 2016, el Partido Popular presentó una enmienda en la que instaba al Consistorio a destinar medio millón de euros para cubrir con una cúpula de metacrilato el monumento. Por aquel entonces la popular Isabel Rosell demandó que la cuestión del deterioro de Debod debía convertirse en un ‘‘prioridad’’ para el Gobierno de Manuela Carmena. Sin embargo, en este año, los presupuestos del Ayuntamiento no contemplan ninguna partida para salvar el templo egipcio.

Encontrado un papiro que explica cómo se transportaron las piedras de la Gran Pirámide.

Durante siglos ha sido uno de los enigmas más grandes del mundo: cómo una sociedad con poca tecnología creó la Gran Pirámide de Giza, la más antigua y única superviviente de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Ahora los arqueólogos han descubierto una prueba fascinante que muestra cómo los egipcios transportaban bloques de piedra caliza y granito de 2 toneladas y media más de 800 kilómetros para construir la tumba del faraón Khufu en aproximadamente el año 2.600 a.C. Con 150

Papiro antiguo en el puerto marítimo de Wadi Al-Jarf, que ha dado una nueva idea del papel que desempeñaron los barcos en la construcción de la pirámide. | Columna Cero.

metros de altura, es la más grande de todas las pirámides y fue, hasta la Edad Media, la estructura artificial más grande de la Tierra. Ahora el descubrimiento de un papiro antiguo, una barca ceremonial y un ingenioso sistema de obras hidráulicas han arrojado luz sobre la infraestructura creada por los constructores. El material arqueológico detallado muestra que miles de trabajadores calificados transportaron 170.000 toneladas de piedra caliza a lo largo del Nilo en botes de madera que se mantenían unidos por cuerdas, a través de un sistema de canales especialmente construido hasta un puerto interior situado a pocos metros de la base de la pirámide. También se ha encontrado un pergamino de papiro antiguo en el puerto marítimo de Wadi Al-Jarf, que ha dado una nueva idea del papel que desempeñaron los barcos en la construcción de la pirámide. Escrito por Merer, un supervisor a cargo de un equipo de 40 obreros, es el único relato de primera mano de la construcción de la Gran Pirámide, y describe en detalle cómo las piedras fueron enviadas río abajo desde Tura hasta Giza. En su diario, también describe cómo su tripulación estuvo involucrada en la transformación del paisaje, abriendo diques gigantescos para desviar el agua del Nilo y canalizarla hacia la pirámide a través de canales artificiales. Aunque se sabe desde hace mucho tiempo que el granito de las cámaras internas de la pirámide se extrajo en Asuán, a más de 850 kilómetros al sur de Giza, y las piedras calizas de Tura, a 12 kilómetros de distancia, los arqueólogos no estaban de acuerdo en cómo fueron transportadas. El arqueólogo Mark Lehner, ha descubierto pruebas de una vía fluvial pérdida bajo la polvorienta meseta de Giza. “Hemos delineado la cuenca central del canal, que creemos que fue la principal zona de entrega al pie de la meseta de Giza”, dijo. Otro equipo de arqueólogos han desenterrado un barco ceremonial diseñado para que Khufu comande en el más allá, lo que da nuevas ideas sobre la construcción de embarcaciones en aquel momento. Un equipo de especialistas restauró las tablas de madera antes de escanearlas con un láser 3D para determinar cómo se ensamblaron. Descubrieron que estaban cosidas con lazos de cuerda. 138 | Egiptología 2.0


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