ESCUELA INCLUSIVA
Alumnado con problemas de salud Tener una enfermedad crónica implica unas lógicas limitaciones físicas y cambios en la vida cotidiana, al que se añaden el posible dolor y sufrimiento físico y una serie de aspectos psicológicos añadidos: angustia, inseguridad, una nueva vivencia del cuerpo. Todo ello tiene una clara repercusión en la relación entre el niño o niña y la escuela.
Con relación al profesorado El alumno enfermo es nuestro alumno y somos responsables de él. Hemos de saber qué capacidades tenemos para manejarnos objetivamente frente a la enfermedad y la muerte de uno de nuestros alumnos. Es imprescindible aceptar, y de buen grado, la discontinuidad en la escolarización de un niño enfermo y hay que buscar los recursos necesarios para que no resulte perjudicado. El maestro puede ayudar a la normalización de la vida de un alumno enfermo, y es necesario un equilibrio entre lo que puede dar y lo que se le puede exigir.
niente romper ni relajar en el transcurso de la enfermedad. La relación con sus compañeros y educadores le aproxima a la vida cotidiana y favorece la normalidad de la que se encuentra excluido. La escolarización puede serle más gratificante que cuando tenía salud.
Con relación a los compañeros del alumno enfermo Hay que valorar la conveniencia de que conozcan la enfermedad de su compañero y ofrecerles estrategias para convivir con el alumno afectado.
Con relación al alumno enfermo
Nicolau Balcells
Se siente frágil física y emocionalmente. En la escuela, por las relaciones sociales que allí establece y las amistades que crea, el niño tiene unos vínculos que no es conve-
Aula de Innovación Educativa | núm. 216 | pp. 79-80 | noviembre 2012 | 79