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EL AMOR Y EL APEGO EMOCIONAL

Diana Patricia

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Arriaga De la Garza

Hola a todos mis queridos lectores de éste su boletín, me da mucho gusto saludarlos y darles la bienvenida al mes de febrero de este maravilloso 2023, espero que todos hayan iniciado con pie derecho, creo que este año será de mucha suerte y lleno de mucho positivismo.

Hace algunos meses pasé por una situación un poco difícil a nivel personal, e investigando algunos temas me encontré con que todos los seres humanos tenemos algún tipo de apego en todas las relaciones humanas, éste inicia desde que nacemos, es un vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de vida entre la madre y el recién nacido o la persona encargada de su cuidado.

Existen distintos tipos de apego: el seguro, el inseguro y el emocional, por mencionar los más comunes.

Creo que el más peligroso podría ser el apego emocional, ya que muchas veces puede llegar a confundirse con amor cuando no es así, por eso creo firmemente en una frase que escuche hace poco tiempo “El amor nos libera, pero el apego nos controla”; con esto me refiero a que el amor nos permite ser nosotros mismos y dejar que los demás sean, porque queremos ver a esa otro persona feliz y realizada. El amor requiere seguridad y confianza, pues esto permitirá que cada una de las personas de en la relación puedan alcanzar su máximo potencial. En cambio, el apego es dolor, rencor, miedo, es retener al otro, pérdida del propio control, es imposición, es compulsivo, obsesivo, se siente síndrome de Abstinencia cuando no se está con la otra persona, es dependiente y adictivo, la persona que lo siente pierde la capacidad de disfrutar de la vida.

Para entender la diferencia entre amor y apego, debemos ir al inicio del todo. El apego es algo que experimen- tamos desde que nacemos; nacemos apegados a nuestra madre e inconscientemente nos aferramos a ella por un temor a lo desconocido. Sin embargo, cuando somos pequeños, sentir apego es algo completamente normal e incluso tiene diversas funciones.

Por un lado, nos ayuda a generar un estado de seguridad que nos permite explorar, conocer el mundo y relacionarnos con él, y por otro, es fundamental para el desarrollo psicológico y la formación de la personalidad en el futuro de cada persona.

Es conforme vamos creciendo que, en la teoría, aprendemos a desapegarnos y a establecer un vínculo normal y sano con nuestra madre.

Sin embargo, ese apego no solo existe entre la madre y el recién nacido, sino que a medida que vamos creciendo, formamos nuevos apegos, consolidamos muchos otros y los perdemos también, pues el apego es la manera que tenemos los seres humanos de vincularnos con otras personas y, en general, con todo lo que nos rodea.

Entre el amor y el apego pareciera que hay una delgada línea que divide estos dos sentimientos, pues ambos están destinados a generar vínculos, sin embargo, la diferencia entre amor y apego es más sencilla de ver de lo que pensamos.

Es verdad que el amor también puede tener sus altibajos, y no siempre todo es color de rosa, pero, si se trata de afecto o amor verdadero, difícilmente llegará a generar un desorden emocional.

Apego es el nombre de esa relación que se sostiene solo por miedo, inseguridad y costumbre.

El amor nos permite ser nosotros mismos y dejar que los demás sean, porque queremos ver a esa otra persona feliz y realizada. El amor requiere seguridad y confianza, pues esto permitirá que cada una de las personas de en la relación puedan alcanzar su máximo potencial.

Si tenemos afecto por un objeto, sabremos reconocer las ventajas de poseerlo, el bienestar que nos genera, pero igual sabremos reconocer cuando es tiempo de dejarlo ir sin miedo y sin pesar, agradeciendo cada minuto que nos dio de felicidad o los beneficios de los que gozamos mientras estuvo con nosotros y nos ayudará a valorar el resto de las cosas en general.

El apego no nos permite ser nosotros mismos, nos limita, nos detiene, nos obstaculiza. Somos lo que el otro quiere que seamos, nos adaptamos a sus necesidades, su forma de vida, sus reglas, ya que el apego necesita tener el control a través de la manipulación. El apego es acerca de instrucciones y reglas mientras que el amor es sobre confianza, inspiración y cuidado.

Y no solo sucede con las personas, podemos llegar a sentir apego por un objeto a tal grado que nos sentimos fuera de nosotros mismos si no lo tenemos. Pensemos, por ejemplo, en el teléfono celular, un objeto que usamos a diario y que puede llegar incluso a controlar nuestras vidas; no dormimos si no lo tememos cerca, nuestro orden emocional se altera si se rompe o se descompone o si tenemos que dejar de mirarlo por un par de horas. El apego va más allá de nosotros y raya, a veces, en la exageración.

Se parecen mucho, pero no son lo mismo

Entonces, pueden parecerse mucho, pero la diferencia entre amor y apego es más clara de lo que a veces queremos ver, pero es muy simpe: un vínculo afectuoso basado en el amor y cariño es de respeto y superación personal; un vínculo basado en el apego, es un lastre que nos limita para liberar todo lo bueno que podemos ser.

Tú, ¿sientes amor o apego?

Y recuerden sean felices.

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